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La interpretación que yo hago dellibro creria que es la misma que sintió el Beato charles
de foucauld en su oración de abandono es sentir la presencia de Dios en su corazón ante
los sufrimientos y padecimiento, pero todo puesto a la voluntad de Dios.
Padre mío,
me abandono a Ti.
Amén.
Todo acto de abandono es, pues, una visión de fe. En ella se distinguen dos niveles: el
fenómeno y la realidad: lo que se ve y lo que no se ve. Lo que se ve son las reacciones
psicológicas, las leyes biológicas, etc., que, eventualmente, pueden incidir en nuestras
tribulaciones. Lo que no se ve es la Realidad, el Señor Dios, fundamento fundante de todo.
El último eslabón de la cadena de los acontecimientos lo sujeta el dedo de Dios. Nuestras
cuentas pendientes, en última instancia, las tenemos que saldar con Dios mismo. En el
acto de abandono se trascienden los fenómenos (accidentes, lo que dijeron de mí, lo que
me hicieron, la marcha de los acontecimientos) y, detrás de todo, se descubre a Aquel que
es y me ama, en cuyas manos se entrega todo.
El sufrimiento se pueden ver también de una forma genética como lo expresa ellibro.
Con en relación a la depresión, dice que puede ser endógena o reactiva. Endógena supone
que se origina y procede de la psique de la persona, logrando ser congénita. Una
depresión reactiva es la que nace por hechos externos a la persona. La depresión maníaca
tiene una sintomatología de inestabilidad emocional, pasando bruscamente, en un
movimiento circular y cíclico, de la euforia a la melancolía y al reves.
11. ¿Qué cuestiones que tú conoces es posible relacionar con el tema tratado por el
texto?
Los temas existencialistas, las cuestiones del sentido de la vida que si se entendiera como
lo manifiesta el libro temas como el aborto o el suicidio disminuirían.
ES LA HORA DE DESPERTAR….
Como hemos visto en las páginas anteriores, todo lo que resistimos mentalmente lo
transformamos en enemigo. Para con las realidades que le producen agrado, el hombre
extiende un lazo emocional de apropiación. Las cosas (o personas) que le causan
desagrado, el hombre las resiste mentalmente, las rechaza, con lo que, automáticamente,
las transforma en enemigas. Estas pueden ser los ruidos de la calle, el clima, el vecino, los
acontecimientos, mil detalles de su propia persona, etc. La resistencia emocional, por su
propia naturaleza, tiende a anular al “enemigo”. Ahora bien, existen realidades que,
resistidas estratégicamente, pueden ser neutralizadas parcial o totalmente, como la
enfermedad, la ignorancia o la pobreza. Sin embargo, gran parte de las realidades que el
hombre resiste no tienen solución o la solución no está en sus manos. A estas realidades
llamamos situaciones límites, hechos consumados. La sabiduría consiste, pues, en hacer
una pregunta: esto que me molesta, ¿puedo remediarlo? Si hay alguna posibilidad de
solución, no es hora de abandonarse, sino de poner en acción todas las energías para
lograr la solución. Pero si no hay nada que hacer, porque las cosas son insolubles en sí
mismas o la solución no está en nuestras manos, entonces llegó la hora de abandonarse.
Abandonar ¿qué? La rebeldía mental: llegó la hora de silenciar la mente, inclinar la cabeza,
depositar los imposibles en manos de Dios Padre y entregarse. Mirando con la cabeza fría,
el hombre descubre que gran parte de las cosas que le disgustan, le entristecen o le
avergüenzan no tienen solución. En este caso, es locura encenderse en cólera contra ellas,
porque es uno mismo el que se quema inútilmente y se destruye. Dije que es preciso
silenciar la mente, y aquí está el secreto de la liberación; porque la mente tiende a
rebelarse, ponderar las consecuencias del disgusto y lamentarse; con todo lo cual, el
sujeto mismo que se rebela, y sólo él, se quema y se amarga. El abandono es, pues, un
homenaje de silencio para con el Padre; por consiguiente, un homenaje de amor y, por
ende, adoración pura; y, a nivel psicológico, en este silencio mental estriba el secreto de la
“salvación”, en cuanto terapia liberadora.
Hoy día toda la actividad humana está organizada técnicamente. El cristiano actual no
debe conformarse tan sólo con recoger al herido y vendar sus llagas. La actividad benéfica
del samaritano moderno deberá realizarse a través de movimientos y organizaciones. De
esta manera, el cristiano puede asumir tareas más amplias, que exigen cooperación y el
uso de medios técnicos. Es necesario despertar en los hombres y en los pueblos,
principalmente con los medios de comunicación social, un sentido dinámico de
responsabilidad y solidaridad, creando una nueva sensibilidad para defender los derechos
de los pobres y marginados, para impulsarlos hacia una promoción social respetando su
dignidad personal, enseñándoles a ayudarse a sí mismos. Hoy día el buen samaritano debe
luchar por la instauración de un orden justo, en que sean respetados los derechos
humanos, satisfechas las aspiraciones legítimas y garantizada la libertad personal,
buscando así un orden nuevo y el desarrollo integral del hombre: un orden en que las
familias encuentren posibilidades de educar a sus hijos, se promueva resueltamente la
igualdad real de la mujer y se produzca, en fin, un gran movimiento de solidaridad, el gran
“paso” del egoísmo al amor
Primordialmente lo que esxpresa el autor son hechos pero a su vez por experiencia de
vida da algunas opiniones , lo sustento en su aclaración. En el camino de la vida he visto
levantarse, en cada encrucijada, la silueta negra y pertinaz del sufrimiento. Es el pan que
nunca falta en la mesa humana. También he podido comprobar, por el trato con la gente,
que la fe es el lenitivo más eficaz para amortiguar o eliminar el dolor, siempre y cuando
sea llama viva en el corazón. Pero, por desgracia, no siempre es así. Al contrarío, en la
mayoría de las personas, la fe es una llama tan pálida y mortecina que no ofrece ninguna
eficacia para transformar el sufrimiento. Incluso muchos la dejaron extinguirse por
completo, y para otros, ni siquiera existió nunca. La intención del presente libro es
entregar al lector medios prácticos para que pueda, por sí mismo, neutralizar o al menos,
atenuar todo y cualquier sufrimiento. Por eso, Del sufrimiento a la paz dedica los tres
primeros capítulos a quienes no tienen fe, o la tienen débil. Y el cuarto, a quienes la tienen
fuerte y fecunda. Por una parte, nos moveremos en una perspectiva simplemente
humana, prescindiendo de los presupuestos de la fe. Y por otra, ofreceremos una
reflexión desde una perspectiva cristiana.
19. ¿Qué aportes nos puedes dar a nosotros los hermanos de lo que aprendiste,
comprendiste y analizaste de esta lectura?
Partir de mi experiencia y resaltar en cada una de mis línea le valor de la vida y motivar
darle un sentido a ella y evitar tantos suicidios.
Trabajo Presentado a:
Hno. Juan Fernando Ángel De La Cuesta
Profesor Teología de la Espiritualidad
Universidad Católica Antigua.
Trabajo presentado a los nueve (09) días del mes de Septiembre del dos
mil veintiuno (2021)