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fon. 1Que Ia sabiduva alga pues do las tiniablag
de icion, como salié Moises de la oscuridad
de la mantafia, con las tablas de la lei en mano!»
‘Se levanté la sesion.
fon 14 EN 1. pe AcosTo DE 1865.
Seabrié a las 2 I se Levant a las 4 de ta tardo.
Presidencia del sefior Tocornal.
‘Asistievon 44 sefiores Diputados.
SUMARIO.
i aprobacion del acta.—Eleccion de Presidente
Pivsidente,—Continta la diseusion sobre Ja ne-
procedié ala eleccion de Prosidente i Vice Presi
dente; i resultaron reelectos, para el primer cargo,
el sefior Tocornal (don M. A.) por 82 votos contra
que obtuvo el sefior Concha, i 2 el sefior Santa Ma~
via; i para el segundo, cl sefior Santa Marfa, por 32
votos contra 2 quo obtuvo el sefior Solari 1 cada
uno de los sefiores Lira i Gonzalez.
Constinud la discusion sobre la necesidad do de-
elarar la reforma del art. 5.* de la Constitucion.
El sefior Tocornal (don Enriquo.)—Al usar dela
palabra no dejo do reconocer que lo hago con cierto
embarazo proveniente ya de Ia importancia de la
cuestion, ya de la fatiga que esperimenta Ia Cima-
ra al cOntinuar prestando su atencion a esto largo
debate. Pero tal ha sido el nimero de los impug-
nadores del articulo constitucional .que han tomado
parte en la discusion, i tantos los argumentos em-
pleados contra él, que la Camara no tendra a mal el
que, tomando a ‘mi vez el camino quo me indican
In conciencia i la razon, me coloque en las filas de
los que sostienen la conservacion del articulo cons-
tituctonal en la forma que tiene actualmento.
‘Dos motivos influyen poderosamente en mi inimo
ime mueven a pedir Ia conservacion del articulo
constitucional, i éstos son: ol resultado del debate
i la inaplicabilidad de ta libertad de cultos a nues~
tro pais atendida su condicion social.
resultado del debate.—No s6 si el debate ha~
yaccausndo en el-espiritu do otros miembros do In
Cimara Iw impresion que ha dejado’en el mio; pues
uo examinando con lealtad las diferentes conclu-
siones a que han arribado los impugnadores del ar=
tfoulo que discutimos, comparindolas entre si, solo
se obtiene por fin el caos i In confusion; i a nombre
del ca0s no es posible pedir Ia derogacion de un ar
ticulo constitucional que reconoce 10 mas noble que
hai en cl alma del hombro—el sentimiento relijio-
0; lo'mas patente, lo mas indudable que existe en
la sociedad chilena,—el culto catdlico, apostdlico,
romano, profesado por la inmensa mayorfa de los
que la componen. s
‘Nose crea que ho sentado una poradoja al ase~
gurar que las conclusiones del debate no evan a
otro resultado que al caos, al desdrden ia Ja os-
cutidad. N6, i permitame ‘Ia Camara que haga un
resiimen de las teorfas sostonidas i una esposicion
de los resultados que con esas teorias se proponen
algunos conseguir.
primero de los miembros de la Cimara que
toméiparte en el debato pidis que so doclaraso re~
formable el articulo constitucional no para altera.
lo, suprimirlo 0 eorcenarlo; sino para que se adi-
cionase con un inciso que contuviera la promesa de
que une lal vonduia.a guranti el ejervicio“privado
lel culto'de los disidentes, sancionando tinicamen:
te el hecho existente, o dando un caricter legal
ala-quie: tenemos en ‘prietica. Sionto una verda-
dera complacencia en recondcer que esta “opinion
esti ya descarlada del debate: lo que el Honorable
Dipuiado por Santiago desoaba so ha conseguido
con la lei interpretativa; i satisfecho completamen-
to on sus propésitos, Su Sefiorfa, como los demas
sefiores Diputados que participaban de esas ideas,
no figuran ahora en él nimero de los impugnadores
del articulo en discusion. Pero, como me. he pro-
puesto hacer el resimen del debate, debo, recordar
la conclusion sostenida por el Honorable sefior Con-
cha, no para aprobarla ni combatirla, sino para
ompararia con las de lew demas sions Diputados
i poder apreciar los titulos con que todas elles han
tratado do imponerse ala Camara
La segunda de las opiniones manifestadas en el
debate se dirije a pedir Ia roforma del articulo
constitucional para que la libertad de cultos se con-
signe entre las garantfas individuales. Esta opinion
va, segun se ve, mucho mas adelante que la ante~
rior; pide el reconocimiento esplicito de un dere-
cho que debe ser tan lato i respetado como todos
aquellos que nuestra Constitucion consigna entre las
garantias individuales.
Los autores dea tercera conclusion piden la re-
forma para suprimir el articulo constitucional. {Por
qué! Borgue la Constitucion nada tiene que ver, «
su juicio, con la relijion de una sociedad; porque
el Estado no tiene relijion nies capaz de tenerla;
porgue no puede confesarse ni ni entablat
ese diilogo entre las criaturas i el Crigdor que es
lo que constituye una relijion. Me sirvo de las mis-
mas palabras del Honorable Diputado por Copiaps
isiempre pondré el mayor cuidado a fin de espresax
con toda fidelidad sa_pensamiento, "
Ta cuarta conclusion tione por objeto pedir Ta
reforma constitucional. ;Para quét—No para que el
articulo sea adicionado con una lei que dé garan-
tias a los disidentes; no para que se haga un’ reco-
nocimiento esplicito de la libertad de cultos; no
con el fin de stiprimir el articulo en nuestra Carta
fundamental; sino para dejar subsistente In primera
arte del articulo que reconoce como relijion del
Rstado la catélica, apostélica, romana i suprimir las
‘iltimas palabras que escluyen ol ejercicie publico
do Jas otras relijiones.
Tenemos, pues, cuatro diversas conclusiones de-
ducidas por los Honorables Diputados que han to-
mado asa cargo impugnar el articulo 5.
{Teusles son los titulos con que esas conclusiories
se han presentado 1 debatet jEn nombre de qué
principios, en nombre de qué intereses hian sido sos-
tonidas por sus autores!—Cada uno se ha llamado en
este recinto representante de la opinion piblica al
establecer Ia necesidad de la reforma, tal cual Iaha
comprendido. Cada uno, por motives individuales,
permitaseme ‘decirlo, sostiene la necesidad de la
reforma; in nombre ‘de la opinion piblica de Chile
que no puede ser mas que una se formulan cuatro
conclusiones contradictorins e inconciliables entre si.
‘A cuatro conclusiones han llegado los honorables
ara, Esas conclusiones son di~
versas, se contradicen iso escluyen, jpodtan fun-
darse en la opinion piblien de Chile! NO; i para
domostrarlo, no necesito esfuerzo alguno, bastindo~
mo rocordat’ que cuatro conclusiones conteadictorias
i esclusivas Ins unas de las otras, no pueden repre~
sentarla opinion uniforme del pais ni Mevarnos @ un
punto fijo i cierto, sino al eaos como ya lo he insi~
nuado.
Dije al principio que ‘si recordaba 1a conclusion
sostenida por el honorable seffor Concha, no era pa=
ra aprobarla ni combetirla, sino para ‘comparania—1%—
con las de los demas sofiores Diputados i apreciar
al titulo con que todas ellas se presentaban a la Ci
mara. Ya he demostrado que esta conclusion, como
las tres restantes, pretende encontrar su apoyo en
al sontimionto publica en In opinion de los comi-
tentes. Pues bien; uno de los impugnadores del ar-
tioulo constitucional ha sido el Honorable sehor V:
ras, Diputado por Santiago i elejido por menor nti-
mero de sufrajios que el Honorable sefior Concha,
representante de la misma ciudad. El Honorable so-
fior Varas pide la reforma del articulo con_un fin
distinto que el Honorable sefior Concha. {Cuil de
estos dos sefiores Diputados espresaré la opinion de
Ia localidad que representant jSeri el que obtuvo
mayor niimero de votos en Ia una electoral!
Tya que hablo de sufrajios, permitame la Cémara
que rechace esos. protendides mandatos populares
que se han querido hacer valer i que no se fundan
sino en el voto de los clubs o de las asambleas de
partido. No son los interoses piblicos los que pre-
dominan en los clubs; son los intereses de partido
ilas aspiraciones de una clase de ciudadanos. A
nombre de estas aspiraciones i de aquellos intore-
ses, no so puede pedir el no reconocimiento de Io
mas noble que hai en el hombre—el sentimiento re~
lijioso; sentimiento que no es patrimonio del elec
tor solamente, sino que cultivan i desarrollan junto
con el ciudadano el anciano, Ia mujeri el nifio; sen-
timiento que pertonece a todos porque esti en Ta na-
turaleza de todos, i que las leyes no pueden olvidar,
si se quiere que'sean la espresion del modo de ser
de los individuos i de las sociedades.
Pasaré a examinar brevemente Ins conclusiones
sostenidas en esta Cimara, Descartando la primera
por considerarla fuera del debate, no me detendré
‘mucho en la segunda que pide el reconocimiento de
Ia libertad de cultos entre las garantias indiyiduales,
porque ya fué refutada por uno de los mismos impug-
nadores del articulo en discusion; i con este objeto
voi a servirme de sus propias argumentaciones, re-
produsiendo, sime es posible, hesta las mismas pa-
abras.
El sefior Diputado por Casablanca sostuvo que
el artfclo debia declararse reformable para que mas
tarde se suprimiese su segundo inciso, o sea la d
claracion contenida on él que prohibe el ejercicio
piiblico de los cultos disidentes, Para sostoner esta
opinion declaré que, a su juicio, la de consignar la
TBertad do eultos entro las gavantias individuales
era chocante con nuestro modo de ser, innecesaria
para los disidentes que solo exijen ol. no ser moles~
tedos por sus ervencies, i perjudicial en alto geado
ara la nacion. El mismo Honorable Diputado por
Casablanca sostuvo que tampoco era _admisible 1a
teoria formulada por el Honorable Diputado por
Copiaps i que, segun recordara la Cimara, consiste
en escluir de fn Constitucion el reconocimiento de la
relijion catdlica, apostdlica, romana i de cualquiera
otra como relijion de! Estado. El principio de la
Iglesia libre en el Estado libre, dijo Su Seioria, es
‘una quimera; quimera funesta ‘para Ia relijion i fa-
nesta para el Estado.
‘No acepto todas las impugnaciones del Honora~
ble Diputado por Casablanca al rechazar Ia foorfa
sostenida por el Honorable Diputado por Copiapo..
Pero al detenerme en este punto, no es mi animo
entrar en la discusion doctrinal que fué tratada con
tanta lucidez i agotada por el Honorable Diputado
por Rere. Voi a limitarme a breves reflexiones.
{Cuiles son los titulos con que so quiere imponer
Ta Cimaraa conclusion que dice que el Estado no
debe reconocer culto ni relijion de especia algunat
--El honorable diputado por Copiapé apoya sus ideas
en dos puntos principales: el primero es un ejemplo
Inaplicable a nuertro pais; ef cegundo un. sofa,
iPor qué sostiene Su Sefiorla que la Constitucion
chilena no debe regonocer la relijion del pueblo de
Chilet—En primer lugar, se responde, porque la
Constitucion de los Estados-Unidos no haco ese
reconocimiento. He aqui la razon de ejemplo del
Honorable Diputado por Copiapé. Poco importabs
para Su Sefioria la situacion escepeional de ese pais;
poco que se le dijese que In Constitucion de. los
Est ados-Unidos debia considerarse mas bien como
un pacto de diferentes Estados que como 1a Carta
fundamental de un solo pueblo.
Los Estados-Unidos no reconocen en su Carta re~
lijion alguna, luego Ia Constitucion de Chile tam-
poco debe reconocerla. Veamos Ia fuerza de esta
argumentacion. ;Por qué los Estados Unidos no re~
conocen en su Carta un culto dominante!—Porque
son el tinico pais del mundo qu
posicion verdaderamente escepcional i en donde el
reconocimiento de cualquier culto por el Estado
habria sido orfjen de disturbios i alteraciones la~
mentables; porque las Constituciones deben reco-
nocer los hechos i no lo que no existe, i en Estados
Unidos ninguna relijion tiene el caracter de domi-
nante. ;Podré despues de esto, aplicarse un prin
pio semejante al pais que habitamos? ;Podré la Cons-
titucion de Chile, pais catélico, apostélico i romano
en su totalidad, ‘prescindir del reconocimiento de
este hecho!—Seria un absurdo suponerlo. Pero el
ejemplo de los Estados-Unidos no tiene aplicaci
aun dentro de los mismismos Estados i en las res~
pectivas Constituciones se reconoce una relijion
siempro que hai alguna dominante. El Honorable
sefior Concha, Diputado por Santiago, nos did lec~ ,
tura de varias Constituciones de los Estados que
forman 1a Union Americana que reconocen relijion
dominante, siendo uno de dichos Estados el de
Nuova York. El Honorable Diputado por Copiapé,
creys sostener siempre el ideal do su ejemplo,
haciendo presente que la Constitucion de Nueva
York so habia reformado, como si esa reforma im~
portara tambien Ia de Tas demas Constituciones
citadas por el Honorable sefior Concha, i no se li-
mitara a probar ‘inicamente la no existeneia de una
relijion dominante, Luego Ia derogacion hecha en
Nueva York es un ejemplo aislado inaplicable a
lus Estados que, por’su condicion relijiosa, tienen
Constitucion diversa i mucho mas a’ Chile cuya
inmensa mayoria es catolica
Pero el Honorable Diputado por Copiaps hacien-
doa un lado las circunstancias especiales i locales
de cada pais, que siempre han modificado Js prin~
cipios, adoptindolos a cada sociedad en 1a forma
conveniente, ha ereido que el no reconocithiento de
cultos de ninguna clase seria el colmo de la felici-
dad. Contra este testimonio aislado me seri bas-
tante citar en mi apoyo la conciencia del mundo
entero, la conciencia del jénero humano. jPor acaso
no es cierto que el mundo entero ha reconocido
siempre en sus leyes constitucionales el imperio de
las relijiones dominantes! No serfamos ciertamente
nosotros los que pudi i
bois estado en el error; todas las naciones, todas las
6pocas se han engafiado; nosotros profesamos el ver~
dadero principioy—aceptadlol i por quél—Porquo
Jos Estados-Unidos de Norte-América no reconocen
en el paeto de union de sus Estados, un culto do-
minante; porque no hablan de relijiones privilejia-
das ni de relijionos no privilejiadas.
‘Réstamo hacer otra observacion contra los princi