El intercesor como escudero.

20 de agosto del 2017

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:13

Estamos en un mundo donde es poco común el ver a personas poner la vida por otros.
Como cristianos es necesario que tengamos presente este concepto por entendido y
comprendido.

Es muy común el poder observar como muchos esperan el servicio de los demás hacia
ellos esperando recibir de los siervos de Dios, pero para poder aspirar a hacer lo que ellos
hacen es necesario el servir. No veremos en nosotros lo que David o Eliseo tenían hasta
que no aprendamos a servir.

No es difícil decir ESTOY SUJETO A JESUS, la pregunta es ¿eres capaz de sujetarte a un

humano?

Jesús cedió su propia voluntad y deseos para hacer la voluntad del padre en su vida.
¿Dónde estaríamos si Jesús no hubiera puesto una petición de sí mismo a los discípulos? El
ministerio de Jesús creció por que tenia escuderos apoyándolo.

La palabra escudero es traducida de dos palabras hebreas nasa o nacah cuyo significado
primitivo es levantar al igual que contiene variedad de aplicaciones como aceptar,
avanzar/adelantar, tolerar, sobrellevar, suministrar, ayudar, levantar en alto, ceder.
La segunda palabra hebrea es keliy de la raíz Kalah que significa poner fin. Alguna de sus
aplicaciones de la palabra raíz son: Completar, terminar, obtener por completo, destruir.

De estas dos palabras se puede ver la aplicación de un escudero ya que es aquel que se
encarga de levantar a su líder para ayudarlo, ponerlo en alto y protegerlo de cualquier
enemigo que quiera atacar.

Como escuderos es necesario evitar el involucrarse en contiendas y someter áreas de

nuestra vida, y es aquí donde es necesario que en nuestra búsqueda personal entremos a
una exposición completa ante Dios y pedir que El sea quien nos dirija. Es necesario ser
liberados de toda rebeldía y las contiendas para desarrollar. El espíritu de un escudero.

Nunca llegaremos a un lugar donde no tengamos que someternos a alguien. El espíritu de

un escudero es el espíritu de Cristo. Es el corazón de un servidor.

Referencia: Terry Nance, El escudero de Dios, editorial Unilit, Tulsa, Oklahoma, 1990, pág.
9-14.