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FILOSOFÍA ANTIGUA

TALES DE MILETO
Tales de Mileto nació en Mileto, Grecia, su presencia y
actividad se ubican entre los años 630 y 54 a.C., se le
atribuyen importantes aportaciones en el terreno de la
filosofía, la matemática, la astronomía, la física, etc.,
así como un activo papel como legislador en su ciudad
natal. Se destacó en las matemáticas, más precisamente
respecto de los fundamentos de la geometría, durante
la época fue realmente relevante, por lo cual se lo
consideró el gran matemático de aquellos tiempos, sin
embargo, el hecho de haber sido el primer gran
iniciador de los cuestionamientos racionales sobre el
universo, superó todo cuanto hizo y por ello es en la
filosofía donde más se ha destacado y nombrado.
Relacionado con Anaxánimandro su discípulo, y
Anaxímides, discípulo de Anaxánimandro, denominándose a los tres como la Escuela
Jónica o “de Mileto”. Es el primero de los siete sabios de Grecia, reconocidos por su
sabiduría práctica.
Al parecer, en su juventud viajó a Egipto, donde aprendió geometría de los sacerdotes
de Menfís, y astronomía, que posteriormente enseñaría con el nombre de astrosofía.
Dirigió en Mileto una escuela de náutica, construyó un canal para desviar las aguas del
Halis y dio acertados consejos políticos. Fue maestro de Pitágoras y Anaxímenes, y
contemporáneo de Anáximandro.
Tales de Mileto elaboró un conjunto de teoremas generales y de razonamientos
deductivos. Son muy numerosas las aportaciones que, a lo largo de la historia, desde
Heródoto, Jenófanes o Aristóteles, se le han atribuido.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
La explicación universal y racional que sostuvo Tales fue que el agua es origen de todas
las cosas que existen, el elemento primero; Se suele aceptar que Tales comenzó a usar el
pensamiento deductivo aplicado a la geometría, y se le atribuye la enunciación de dos
teoremas geométricos que llevan su nombre.
 
APORTES A LA FILOSOFÍA
Ya en su tiempo se le reconocieron sus conocimientos de astronomía tras predecir el
eclipse de sol que ocurrió el 28 de mayo del 585 a.C.  Se cree que fue el inventor de las
estaciones del año y asignó a este trescientos sesenta y cinco días.  Se cuenta que
consiguió medir la altura de las pirámides por medio de su sombra, proporcionándola
con la nuestra cuando esta es igual al cuerpo. Sostenía que el principio de todas las
cosas es el agua, de la que todo procede. Creía que la Tierra era un disco circular plano
que flotaba sobre el agua (el mar universal).
SÓCRATES
Nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media. Su padre era
escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación entre el
oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los primeros años de la vida de
Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas.
Emparentado con Arístides el Justo. Se cree que participó como soldado de infantería en
las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de
Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida. Sócrates se casó, a una edad algo avanzada,
con Xantipa, quien le dio dos hijas y un hijo. En cuanto a su apariencia, siempre se
describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un vientre prominente, ojos
saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también un aspecto
desaliñado.
Al principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de
las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C.
Sócrates creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y por lo tanto pasó la
mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando
diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, y a quienes solía
responder mediante preguntas, un método denominado mayeútica, o arte de alumbrar
los espíritus, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias verdades. Según
los testimonios de su época, Sócrates era poco agraciado y corto de estatura, elementos
que no le impedían actuar con gran audacia y gran dominio de sí mismo. Apreciaba
mucho la vida y alcanzó popularidad social por su viva inteligencia y un sentido del
humor agudo desprovisto de sátira o cinismo.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
Para Sócrates, el concepto universal siempre es el mismo, lo que varía son los ejemplos
concretos. Los razonamientos inductivos y las definiciones”. Los primeros consisten en
partir de las cosas particulares y concretas (mudables, aparentes) hasta llegar a un
concepto general, universal e inmutable sobre las mismas, que Sócrates denominará
logos: aquello que determina a algo para ser lo que es, que da razón de ello o es su
esencia.
APORTES A LA FILOSOFÍA
A Sócrates se le considera, el fundador de la ética, de la ciencia de la moral,
reconociendo que cada persona, presenta límites y por lo tanto a medida que indaga más
sobre un tema, descubre que hay más cosas por conocer, que cada vez aparecen nuevas
verdades, nuevos conocimientos, nuevas ideas y al revisarlas nos vemos en la necesidad
de reconocer nuestra ignorancia, de saber que el ser humano no se la sabe todas, de
reconocer nuestras debilidades, quizás las fortalezas engrandezcan el ego, pero si el ego
se apodera del ser, entonces uno mismo se desconoce, se pierde, deja su brillantes y toca
la estupidez. También afirmaba que el concepto moral de virtud reside en el
conocimiento, es una riqueza interior que proviene de ser sabio, se puede saber y
enseñar y solo el ignorante se equivoca obrando mal. El secreto de la sabiduría era
reconocer sus propios errores y los errores de los demás, cuando Sócrates conocía algún
sabio, este creía que lo sabía todo, y Sócrates le daba a relucir sus errores, partiendo de
la premisa de que no hay que alimentar el ego, pues el ego destruye la sabiduría. Él
mismo llegó a decir: “Sólo sé que no sé nada”
  PLATÓN
Nació hacia el año 427 a. C. en Atenas o Egina en el seno de una familia
aristocrática ateniense. Guthrie (1988d, p. 21) Era hijo de Aristón, quien
se decía descendiente de Codro, el último de los reyes de Atenas, y de
Perictione, cuya familia estaba emparentada con Solón; era hermano
menor de Glaucón y de Adimanto, hermano mayor de Potone (madre de
Espeusipo, su futuro discípulo y sucesor en la dirección de la Academia)
y medio-hermano de Antifonte (pues Perictione, luego de la muerte de
Aristón, se casó con Pirilampes y tuvo un quinto hijo). Critias y
Cármides, miembros de la dictadura oligárquica de los Treinta Tiranos
que usurpó el poder en Atenas después de la Guerra del Peloponeso,
eran, respectivamente, tío y primo de Platón por parte de su madre. En
consonancia con su origen, Platón fue un acérrimo antidemócrata (véanse
sus escritos políticos: República, Político, Leyes); con todo, ello no le
impidió rechazar las violentas acciones que habían cometido sus
parientes oligárquicos y rehusar participar en su gobierno.
CONTEXTO DE VIDA.
En el 396 a. C. emprendió un viaje de diez años por Egipto y diferentes
lugares de África e Italia. En Cirene conoció a Aristipo y al matemático
Teodoro. En Magna Grecia se hizo amigo de Arquites de Tarento y
conoció las ideas de los seguidores de Parménides. En el 388 a. C. viajó
a Sicilia y en Siracusa, donde quiso influir en la política de Dionisio I y
aprendió mucho de las formas de gobierno que plasmaría después en La
República (en griego politeia que significa ciudadanía o forma de
gobierno). Sus manifestaciones políticas, que en algunos casos eran
irreverentes con la clase dominante, lo llevaron a prisión. De regreso a
Grecia, su barco se detiene en Egina, que estaba en guerra contra Atenas,
en donde él es vendido como esclavo, sin embargo, Anníceris de Círene
reconoció a Platón en la venta de esclavos y le compró para devolverle la
libertad.
En el 361 a. C., tras recobrar su libertad, Platón compró una finca en las
afueras de Atenas, donde fundó un centro especializado en la actividad
filosófica y cultural, al cual llamó Academia. El nombre procede de que
en dicha finca existía un templo dedicado al antiguo héroe llamado
Academo y dicha academia funcionó ininterrumpidamente hasta su
clausura por Justiniano I en el 529 d.C, pues veía en esta una amenaza
para la propagación del cristianismo. Muchos filósofos e intelectuales
estudiaron en esta academia, incluyendo a Aristóteles.
 SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
Platón representa el dualismo. Según él, existen dos mundos totalmente
contrapuestos: el mundo de las ideas y el mundo sensible. El mundo de
las ideas se caracteriza por lo único, eterno, inmutable e inmaterial, y es
superior al mundo sensible, que se caracteriza por lo múltiple,
perecedero, cambiante y material.
APORTES A LA FILOSOFÍA
Platón introdujo la teoría de las ideas como un procedimiento auxiliar a
la hora de comprender ciertos términos de aplicación en el ámbito ético-
social. En la fase crítica se convierte en el auténtico objeto de estudio y a
partir de ella se construye la ciencia dialéctica. En estas obras, Platón ya
no recurre al mito sino a la explicación racional como método expositivo.
Platón expone en los diálogos de vejez, que las ideas son entidades
conexas, relacionadas entre sí por la comunicación. Hay tres categorías
principales de problemas: los relacionados con la extensión del mundo de
las ideas; los que corresponden a la teoría de la participación; y los
relativos al conocimiento de las ideas. El problema de la extensión hace
referencia a los límites del mundo de las Ideas. En este problema se
observa la contradicción entre la limitación de hecho de la cantidad de
ideas aceptables y las declaraciones de principio, en favor de la
asignación de una idea para cada cosa.

 ARISTÓTELES
Nació en el año 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad macedonia cercana al
monte Athos; de su población natal procede una designación habitual para referirse al
filósofo: el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre
de Filipo II de Macedonia y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco
pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios
fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello
invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina, y que
de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva.
Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual
podría mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas
para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se
estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el
uno del otro en sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por
otra parte, resulta ilógico si se tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio
sistema filosófico fundándolo en una profunda crítica al platónico.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
La Ontología, ciencia del ser en cuanto a ser. La Ontología es una ciencia que aparece
sin nombre y de la que Aristóteles dice que es siempre buscada, estudia el ser en cuanto
a ser, sus principios y causas. Es una ciencia universal porque abarca totalidad de las
cosas ya que todas coinciden en el ser, la noción más universal que cabe, nada queda
fuera de esta ciencia. La cuestión es que es el ser, remite y se reduce a un análisis de las
significaciones del ser. Hay que distinguir entre el ser en potencia y el ser en acto:
ejemplo, la bellota que todavía no es encina, la bellota es una encina en potencia pues su
destino es ser encina, cuando es encina el ser es en acto porque ha alcanzado su estado
máximo su estado actual.
APORTES A LA FILOSOFÍA
La metodología de Aristóteles se centra en sus lecciones de lógica, que intentan analizar
el pensamiento relacionado al lenguaje. El uso que Aristóteles le daba a la lógica
consistía en definir un objeto, fabricar una proposición acerca de él y probarla con una
forma de razonamiento llamada silogismo. En el siguiente ejemplo de silogismo se
puede apreciar la metodología: Lo blanco refleja la luz. La nieve es blanca. Por lo tanto,
la nieve refleja la luz. Los dos procesos lógicos que consideramos en el ejemplo anterior
son la deducción y la inducción. El silogismo fue uno de los aportes importantes de
Aristóteles, ya que su lógico es una estructura sistemática y común para su objetivo de
juntar todo el conocimiento, y desde entonces la lógica da un criterio de validez para las
metodologías científicas. Aristóteles investigo la naturaleza del ser para encontrar
explicaciones de la realidad y lo hizo a través de las cuatro clases de causalidad que el
mismo distingue.  La causa material: es de la que están hechas las cosas.
 El uso de estas categorías es un proceso psicológico. Aristóteles plantea
que el conocimiento está en la memoria, que tiene como virtud
reproducir imágenes que se refieran a objetos del pasado. Y que para
poder navegar en nuestra memoria crea el método de la introspección, el
hombre debe mirarse hacia adentro y no el exterior, porque solo en el
interior encontrara la verdad de las cosas.
 
 FILOSOFIA MEDIEVAL.
 
 
SANTO TOMÁS DE AQUINO.
 Biografía. (Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual Italia, 1224 – Fossanuova,
id., 1274) Teólogo y filósofo italiano. Hijo de una de las familias aristócratas más
influyentes de la Italia meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio
benedictino sus padres quisieron que siguiera la carrera eclesiástica. Posteriormente se
trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de artes y teología y entró en contacto con la
Orden de los Hermanos Predicadores.
 contexto de vida.
En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso
firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos
hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en
Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo
Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los
dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le
permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que
obtuvo el título de maestro en teología. Durante estos años estuvo al cuidado de Alberto
Magno, con quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de
pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta
de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a
las universidades y centros de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las
cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus
primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria,
derivada de las enseñanzas de San Agustín de Hipona.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO.
Para Santo Tomás, la distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden
natural y sobre- natural: el orden de conocimiento natural procede de la razón humana,
da lugar a la filosofía y tiene carácter demostrativo; el orden sobrenatural procede de la
revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro; algunas de sus verdades están al
alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último
término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. Entre las dos
esferas de conocimiento cabe la colaboración, dando lugar a la teología: la revelación
puede orientar a la razón y le permite evitar errores; la razón le sirve a la fe para aclarar
y defender los misterios de la revelación. Algunas creencias nunca podrán ser
demostradas por la razón y otras sí, como los preámbulos de la fe (existencia de Dios e
inmortalidad del alma). Habrá dos tipos de teología: la racional o natural, que llega a
Dios utilizando una capacidad ligada a la naturaleza humana, la razón; y la teología
cristiana o sobrenatural: su fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también
de la razón para conseguir un orden científico y como arma dialéctica.
APORTES A LA FILOSOFÍA
1. EL PROBLEMA DE LA RELACION FE Y RAZON
Dicho problema llega en Sto. Tomás a su punto culminante y, para muchos, a su
solución. La distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden natural y
sobrenatural. Son dos órdenes distintos, pero no opuestos ni contradictorios sino
complementarios: el orden de conocimiento natural procede de la razón humana, da
lugar la filosofía y posee leyes y métodos propios, con valor demostrativo. Por su parte
el orden sobrenatural procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro
por naturaleza (“creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por
imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”); De esta forma, Sto.
Tomás rechazará la teoría averroísta de la doble verdad.
Algunas creencias nunca podrán ser demostradas por la razón (la trinidad y la eucaristía,
p. ej.) y otras sí, como los preámbulos de la fe (la existencia de Dios y la inmortalidad
del alma, p. ej.). Pero a pesar de ese solapamiento que se produce en algunos puntos
entre la teología y la filosofía (existencia de Dios, por ejemplo), creerá Sto. Tomás en la
necesidad de la fe pues no todo hombre puede llegar a la verdad por la razón, bien por
falta de tiempo, bien por falta de capacidad; además, la fe debe guiar a la razón para
evitar el error. Habrá que distinguir pues dos tipos de teologías: la teología racional o
natural: su objeto es Dios y llega a él desde una perspectiva puramente racional; se
llama natural por tener su fundamento en las capacidades que dependen de la naturaleza
humana: las facultades intelectuales; y la teología cristiana o sobrenatural: su
fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también de la razón para conseguir
un orden científico y como arma dialéctica.
 
II.1. El problema de su demostración. Podríamos pensar que si bien, Dios no es
perceptible por los sentidos puede ser perceptible directamente, sin embargo, por la
razón. Ejemplos de conocimiento de este tipo son “los hombres son animales
racionales” o “los triángulos tienen tres lados”; a estas proposiciones las denomina Sto.
Tomás evidentes en sí mismas; ello quiere decir que en la esencia de los objetos en
cuestión se encuentra la propiedad referida en la proposición (que el predicado se
incluye en el sujeto). Los ejemplos anteriores son, además, evidentes para nosotros pues
los vemos como verdaderos con solo comprender el concepto sujeto. Si la existencia de
Dios fuese una característica esencial, si se incluyese en su esencia, entonces podríamos
suponer que la proposición “Dios existe” puede ser mostrada como verdadera con la
mera comprensión del término “Dios”; algunos filósofos (S. Anselmo y Descartes)
creerán que se puede mostrar la existencia de Dios basándose en ese supuesto (ese es el
“argumento ontológico”). Sto. Tomás mantendrá, por el contrario, que no cabe una
argumentación de ese género porque la esencia de Dios no nos es dada con la misma
claridad que, por ejemplo, la esencia del triángulo. Ello quiere decir que la proposición
“Dios existe” no es evidente para nosotros, aunque sea evidente en sí misma (pues es
verdad que la existencia se incluye en la esencia de Dios).
II.2. Las cinco vías. A pesar de ello, Sto. Tomás afirmará que es posible la demostración
de la existencia de Dios. La argumentación meramente racional no es la adecuada pues
no es acorde a las facultades humanas; debemos llegar a Dios a partir de lo más
conocido para nosotros, es decir, la experiencia sensible. Las pruebas de Tomás de
Aquino (las cinco vías) son demostraciones a posteriori: parten de los efectos de la
actuación de Dios en el mundo para remontarse a Él como causa última: el punto de
partida es un dato real de experiencia, fijándose en distintos aspectos de la realidad del
mundo físico; en un segundo momento, introducen un principio metafísico (nada puede
ser causa de sí mismo, lo perfecto no puede tener su origen en algo menos perfecto…);
en el tercer momento coinciden en la afirmación de que en una serie causal concatenada
no se puede proceder indefinidamente sino que es necesario detenerse en un término; y
concluyen en la necesidad de la existencia de un ser supremo trascendente.
 
 SAN AGUSTÍN
 Biografía.
Aurelio Agustín nació en Tagaste, en el África romana, el 13 de
noviembre de 354. Su padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano
al servicio del Imperio. Su madre, la dulce y abnegada cristiana Mónica,
luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su hijo en su religión,
aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño, según él mismo
cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y díscolo, aunque
excepcionalmente dotado. Romaniano, mecenas y notable de la ciudad,
se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a quien repugnaba el griego,
prefería pasar su tiempo jugando con otros mozalbetes. Tardó en
aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin porque su deseo de saber era
aún más fuerte que su amor por las distracciones; terminadas las clases
de gramática en su municipio, estudió las artes liberales en Metauro y
después retórica en Cartago.
CONTEXTO DE SU VIDA
A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un
hijo al que pusieron por nombre Adeodato. Los excesos de ese “piélago
de maldades” continuaron y se incrementaron con una afición
desmesurada por el teatro y otros espectáculos públicos y la comisión de
algunos robos; esta vida le hizo renegar de la religión de su madre. Su
primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza
hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus intereses le
inclinaban hacia la filosofía, y en este territorio encontró acomodo
durante algún tiempo en el escepticismo moderado, doctrina que
obviamente no podía satisfacer sus exigencias de verdad.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
Para S. Agustín la filosofía es salvífica no porque produzca la salvación,
sino porque nos sitúa frente a ella. La filosofía alcanza en efecto su
culmen cuando conduce al hombre al reconocimiento de Dios como
principio de todo bien y de toda bondad y, por consiguiente, a la
confesión de que sólo en Él está la solución del problema de la
existencia. (…). El filósofo debe ir más allá de su filosofía, so pena de
traicionar ese amor a la verdad que sustenta la filosofía misma”.
APORTES A LA FILOSOFÍA.
La filosofía de San Agustín supone la integración del cristianismo y el
neoplatonismo. Su pensamiento arranca de una interiorización: el punto
de partida para la búsqueda de la verdad no se halla en el exterior, en el
conocimiento sensible, sino en la conciencia. En un primer momento el
hombre debe constatar que la naturaleza es mutable y que a pesar de ello
encuentra verdades inmutables y necesarias en sí, que son el auténtico
objetivo del conocimiento: son las de orden lógico, metafísico,
matemático, ético y estético. De la necesidad e inmutabilidad de estas
ideas se deduce que no pueden tener su origen en el alma humana, sino
en una mente superior y así mismo inmutable, es decir en Dios, única
verdad absoluta. La parte superior del alma, el espíritu está en contacto
con Dios, y de esta manera el entendimiento humano ve las verdades en
él. Esta es la prueba de la existencia de Dios, uno de los puntos más
importantes de la filosofía de San Agustín es explicar la relación entre el
alma humana y Dios, según sus pensamientos la fe y la razón se toman
de la mano para encontrar la verdad. Por lo tanto, estas no se excluyen,
sino que se complementan. Según San Agustín la fe es la guía y la pauta
de la razón. Según la filosofía de San Agustín, el problema del
conocimiento es el de justificar la verdad, porque sin conocimiento no
hay posibilidad de alcanzar la verdad. Para él, Dios es el que fundamenta
y hace posible el grado más alto de conocimiento humano: el
conocimiento de lo universal y lo necesario.
 
 
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
 
 

                       
                                             EDMUND HUSSERL
(Prossnitz, hoy Prostejov, actual República Checa, 1859-Friburgo, Alemania, 1938)
Filósofo y lógico alemán. Nacido en el seno de una acomodada familia judía, estudió
física, matemáticas, astronomía y filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y
Viena. En Viena asistió a los cursos que impartía el sociólogo Franz Brentano, quien
influiría decisivamente en su formación filosófica. A partir de 1887 fue profesor en
Halle, y en Gotinga desde 1906. En 1916 pasó a ser profesor titular de la Universidad de
Friburgo, donde ejercería la docencia hasta su jubilación, en 1928
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
La voluntad de resolver la clásica oposición entre racionalismo y empirismo, lo que
propone el filósofo es la superación de una actitud naturalista y psicologista a través de
un método por el cual el yo se convierte en espectador desinteresado de sí mismo y es
capaz, de este modo, de reconstruir la estructura de la conciencia y el mundo como
fenómeno que aparece en ella. La aspiración metodológica de la fenomenología
evolucionó hacia una concepción propiamente idealista, según la cual la conciencia es
lo que funda tanto el mundo objetivo como la intersubjetividad, esto es, la relación entre
las personas, en un intento de sentar una aproximación renovada a la vida y a la
independencia moral del sujeto.
                                                      
APORTES A AL FILOSOFÍA
Sus primeros textos, como Filosofía de la aritmética, su obra publicada en 1891, analizó
la génesis y el empleo de los símbolos numéricos. Sus escritos propiamente filosóficos
comenzaron con la publicación, en 1900-1901, de Investigaciones lógicas, en la cual
polemizó con el psicologismo y con la que se abre su pensamiento más original. Su
intención era establecer una base epistemológica para la filosofía que la convirtiera en
propiamente científica, base que halló en el método que llamó «fenomenológico» y que
representa en cierta medida una modernización del trascendentalismo kantiano.
La conciencia (el ego) es la condición de posibilidad de cualquier conocimiento, y tiene
la característica de ser «intencional», término tomado de Brentano, según el cual la
conciencia es siempre «conciencia de algo», es decir, se refiere a un objeto. La
evidencia primera viene dada por esta aparición del objeto a la conciencia, previa a
cualquier interpretación subjetiva, y que constituye propiamente la esencia de los
objetos.

 
                                              JOHN DEWEY
(Burlington, 1859 – Nueva York, 1952) Filósofo, pedagogo y psicólogo
norteamericano. John Dewey nació en ciudadela del “yanquismo” de Nueva Inglaterra,
en el seno de una familia de colonizadores de humilde origen, el mismo año en que
apareció Sobre el origen de las especies, de Darwin. El “yanquismo” y el darwinismo
fueron los dos puntos iniciales de una actividad filosófica que, empezada en una época
hoy arcaica, había de terminar en 1952, y de una filosofía cuyas repercusiones
mundiales se dejan sentir aún en nuestros días.
CONTEXTO DE SU VIDA
La juventud casi rural de Dewey y sus años de universidad transcurrieron en el Este; en
1884, sin embargo, inició la actividad docente en el Midwest, donde vivió durante los
veinte años siguientes. De tal región -de sus genéricos estados de ánimo y de su
“liberalismo americano” a la antigua- parece haber sido siempre el intérprete. El
contacto, en los últimos años de estudios, con la obra de Hegel había dejado, según él
mismo afirma, “un poso permanente” en su pensamiento.
                     SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
La filosofía de Dewey encontró el favor de un público ávido no sólo en América, sino
también en cualquier otro lugar del mundo en el cual hubiese aparecido la conciencia de
la necesidad del cambio, la impaciencia contra el orden tradicional, ya de la mente como
de la sociedad: Rusia, México, China, Turquía, Japón… Varios viajes y ciclos de
conferencias le llevaron al establecimiento de un contacto directo con tales países;
enormes fueron los efectos recíprocos de tales visitas. La dilatada existencia de Dewey
le permitió llegar a deplorar ciertas consecuencias, profundamente ajenas a su
liberalismo humanitario, de algunos movimientos revolucionarios alentados por sus
propias teorías.
Se basaría en un método experimental y además desarrollaría en el niño las
competencias necesarias para que este fuese capaz de resolver los problemas que se
planteasen. En esta escuela, el alumno debía ser capaz de aprender a investigar y
explorar, además una condición indispensable sería sumergirse en el ambiente y
aprender de la experiencia. De esa manera, podría reaccionar siempre con interés,
flexibilidad y curiosidad ante nuevas situaciones, así como responder de manera
creativa. Las aulas que se conformasen estas escuelas, serían laboratorios sociales, en
los cuales se emplearían distintos métodos y materiales: además deberían tener un
espacio, para que el niño se dedicara a trabajar en lugar de escuchar.
Sostenía que los profesores debían ser capaces en la docencia, ya que deben buscar
estrategias didácticas que desarrollen y estimulen las facultades activas de los alumnos.
De tal manera, que se construyera un entorno, donde las actividades inmediatas del
alumno se enfrentaran a situaciones problemáticas que requerían de conocimientos
teóricos y prácticos. Que el alumno asumiese el papel activo en este modelo de escuela,
trajo consigo cambios importantes en las funciones del profesorado. De esta forma el
profesor se convertiría en el guía del alumno y ejercerá como exponente de los intereses
del grupo de los alumnos.
Aportaciones a la escuela actual.
La educación actual fundamenta su base a las ideas pedagógicas propuestas por Dewey.
Esta consiste en que será el alumno quien experimente y descubra en mundo en forma
autónoma, y el docente solo será el guía. Su huella ha quedado notablemente
impregnada en el ámbito de la reforma educativa, que hoy en día, todavía sigue
implícita.
APORTES A LA FILOSOFÍA
Los fundamentos no racionales del pensamiento de John Dewey se apoyan en la
tradición “yankee” de la práctica, del obstinado empirismo y del “sentido común y nada
absurdo” procedentes, por lo menos, de los tiempos de Benjamín Franklin quien, como
Dewey, consideró objetivos legítimos la mentalidad y el método experimentales. Según
parece, las tradiciones más estrictamente filosóficas y morales de Nueva Inglaterra
-denominadas normalmente puritanismo- no dejaron huella en nuestro autor.
La estructura racional por él erigida sobre los mencionados fundamentos derivó,
originariamente, de Darwin; en el pensamiento de Dewey, la mente humana es un
producto de la evolución biológica,
Dewey había empezado a aplicar la teoría instrumentalista a otros ámbitos la educación
y la lógica- en los cuales, con unas conclusiones alabadas por unos y condenadas por
otros, contribuiría a la aparición de revoluciones de alcance mundial. Dewey sitúa el fin
de la educación en el adiestramiento de los hombres en la “adaptación” a su ambiente y
en la reconstitución de éste de la manera más adecuada a sus deseos y necesidades.
En 1903, Dewey había escrito asimismo Studies in Logical Theory, obra que en 1938
daría lugar a Lógica. La teoría de la investigación, pero también, singularmente, en
1920 a Reconstrucción en filosofía, acusación plena de la metafísica tradicional y de la
práctica misma de la contemplación o de la especulación como fin en sí en cuanto lujo
inútil de las ociosas clases ricas (hablaba un democrático plebeyo).
   LUDWIG WITTGENSTEIN
(Viena, actual Austria, 1889-Cambridge, Reino Unido, 1951) Filósofo británico de
origen austriaco. Hijo de un importante industrial del acero, estudió ingeniería en Berlín
y en Manchester, donde trabajó como investigador en el campo de la aeronáutica
durante tres años. Empezó entonces a interesarse por las matemáticas y sus fundamentos
filosóficos, y Wittgenstein se trasladó a Cambridge para estudiar lógica bajo la
dirección de Bertrand Russell (1912-1913). En ese tiempo tomaron cuerpo las ideas que
luego desarrolló en su Tractatus, obra que redactó durante la Primera Guerra Mundial,
en la cual combatió como voluntario del ejército austriaco.  Al reincorporarse a la vida
civil, renunció a la fortuna heredada de su padre en favor de dos de sus hermanas.
Siguieron unos años de alejamiento de la filosofía durante los que fue maestro de
escuela (1920-1926), para ocuparse luego como arquitecto del proyecto y la edificación
de la residencia en Viena de una de sus hermanas. En 1929 regresó a Cambridge para
dedicarse de nuevo a la filosofía, y ese mismo año obtuvo el doctorado tras presentar
como tesis el Tractatus ante un tribunal formado por B. Russell y G. E. Moore (a quien
Wittgenstein sucedió en la cátedra de filosofía diez años más tarde). En 1947 abandonó
la enseñanza, insatisfecho con su labor como profesor y deseoso de «pensar en
soledad».
 
 
                                     PENSAMIENTO PRINCIPAL
Ambas precisiones muestran la nueva preocupación del autor por integrar el lenguaje en
el complejo de la acción y de la sociedad, abandonando la idea de hallar un modelo
ideal que no derivase en un reduccionismo. Wittgenstein fue una figura crucial en el
desarrollo de la filosofía analítica posterior tanto por su influencia sobre algunos
miembros del llamado Círculo de Viena -aunque él no fuera un positivista lógico- como
por el magisterio que ejerció desde Cambridge, donde se desarrollaría la llamada
filosofía del lenguaje ordinario.
 
APORTES A LA FILOSOFÍA
Su filosofía suele considerarse dividida en dos fases, la segunda de ellas caracterizada
por una crítica radical de las tesis defendidas en la primera; existen, con todo, rasgos
comunes a ambas, como el interés por analizar el lenguaje como método de reflexión
filosófica. El primer Wittgenstein está representado por el Tractatus, conjunto de
aforismos escritos con un lenguaje bastante críptico, que, inspirados en el atomismo
lógico de Russell, investigan las relaciones entre el lenguaje y el mundo; el lenguaje
«figura» el mundo en la medida en que comparte con él la misma estructura lógica, la
cual no puede «ser dicha» en el lenguaje, sino tan sólo «mostrada», pues es la condición
de posibilidad para decir cualquier cosa. Por otro lado, también es su límite, en la
medida en que el lenguaje no puede sino figurar el mundo y, por tanto, nada se puede
decir sobre cuestiones éticas o estéticas, que, según considera el filósofo, son las
verdaderamente importantes.
El segundo Wittgenstein, sin embargo, sometió a crítica el supuesto básico
del Tractatus de que la lógica posee una relación privilegiada con la estructura del
mundo. Consideró que ésta correspondía tan sólo a uno de los posibles usos del lenguaje
(en modo declarativo y descriptivo), pero que no tenía en cuenta la lista abierta de
«juegos de lenguaje», entre los que se podría contar el preguntar, el exclamar o el contar
chistes. El significado de un término,

MARTÍN HEIDEGGER
(Messkirch, Alemania, 1889-Todtnauhaberg, actual Alemania, 1976) Filósofo alemán.
Discípulo de Husserl, su indiscutible preminencia dentro de la filosofía continental se ha
visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen
nacionalsocialista, manifestada en el discurso que pronunció en la toma de posesión de
la cátedra en la Universidad de Friburgo (1933). La renuncia a la cátedra, muy poco
después de ocuparla, no evitó que en 1945 fuera destituido como docente en Friburgo,
tras la ocupación de Alemania por los aliados.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
 
En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente privilegiado al que interrogar por
el ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una específica relación de
reconocimiento con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el
«Ser-ahí» (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al
«ser-ahí» como «Ser-en-el-mundo». La distinción de la filosofía moderna, desde
Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo totalmente
ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el
mundo, que es además práctica («ser a-la-mano») antes que teórica («ser ante-los-
ojos»).
Estas categorías le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia entre una vida
auténtica, que reconozca el carácter de «caída» que tiene la existencia, es decir, la
imposibilidad de dominar su fundamento (el ser), y una vida inauténtica o enajenada,
que olvide el ser en nombre de los entes concretos. El esfuerzo de Heidegger por pensar
el ser como relación de los entes en el tiempo, está en la base del posterior movimiento
hermenéutico.
En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia de la metafísica
como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo
(cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En sus últimas
obras, realiza un acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente el
ser. Según este filósofo: el hombre debe comprender que no es «el señor del ente sino el
pastor del ser» y que «el lenguaje es la casa del ser». Antes que la técnica, el lenguaje, y
en general la conciencia (la capacidad de interrogarse del Dasein), son los dos
elementos que constituyen al hombre en cuanto existente o, lo que es lo mismo, en
cuanto hombre.
APORTES A LA FILOSOFÍA
Sólo en el año 1952 se reincorporó, si bien su actividad académica fue ya mucho menos
constante. Aunque recibió de algunos de sus discípulos, como Marcuse, la sugerencia
insistente de que se retractara públicamente de su discurso de 1933, el filósofo
desestimó el consejo y nunca quiso dar explicaciones. Si bien para algunos es imposible
abordar su obra sin reservas, la mayoría de filósofos y estudiosos actuales prefieren
tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente filosófico, que no resulta
menos controvertido. Desde la filosofía analítica, su obra ha sido criticada con dureza,
sobre todo por Carnap. Pero el pensamiento heideggeriano también ha suscitado
adhesiones entusiastas: así, la filosofía francesa de las décadas de 1960 y 1970 (Derrida,
Lévinas, Ricoeur) admiró la capacidad de precisión de su lenguaje, así como su
aportación al discurso humanístico.
  La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos. El
primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a quedar incompleta, plantea
buena parte de las ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del
presupuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente
el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por «ser» (aunque la definición de este
concepto ocupa toda la obra del autor, y es en cierto sentido imposible), en general,
aquello que instala y mantiene a los entes concretos en la existencia.  Este autor Es una
de las figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del
existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la
«destrucción de la metafísica» (movimiento  que, sigue siendo repetido), en «quebrar las
estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre
occidental)», que planteó que «el problema de la filosofía no es la verdad sino el
lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema
que ha revolucionado la filosofía

                                                   JEAN-PAUL SARTRE


(París, 1905-id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los clásicos
franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con
quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre
(considerado por Jean-Paul como «una traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle;
hasta 1920 no regresó a París. En 1924 inició sus estudios universitarios en la École
Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una
relación que duraría toda su vida. Jean-Paul Sartre, tras cumplir el servicio militar,
empezó a ejercer como profesor de instituto; en 1933 obtuvo una beca de estudios que
le permitió trasladarse a Alemania, donde entró en contacto con la filosofía de Husserl y
de Heidegger. En 1938 publicó La náusea, novela que pretendía divulgar los principios
del existencialismo y que le proporcionó cierta celebridad, al tiempo que se convertía en
símbolo de aquel movimiento filosófico. Movilizado en 1939, fue hecho prisionero,
aunque consiguió evadirse en 1941 y regresar a París, donde trabajó en el liceo
Condorcet y colaboró con A. Camus en Combat, el periódico.
 
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
El aporte más llamativo de Sartre es su postura militante y su gesto ético, preocupado
por los problemas del hombre de su tiempo, en especial por los más sufrientes. Su
constante deseo de ser consecuente, en cambio, lo llevó en ciertas etapas de su vida a
cometer grandes desaciertos, como haber apoyado regímenes comunistas aun sabiendo
de sus excesos. “Él fue consecuente, pero no sé hasta qué punto eso es una virtud. A
veces llevar hasta el final las propias ideas puede ser desastroso. Pero Sartre fue capaz
de asumir muchos de sus errores y arrepentirse y eso es muy rescatable”, Sin embargo,
su legado más fundamental se ve empañado por la estela pesimista que dejó la corriente
existencial, que se preguntaba por el absurdo de la existencia. A esto se suma que la
gente malentendió sus obras literarias como una prolongación de su filosofía y algunas
de sus frases más abrumadoras –como “El infierno son los otros”, la que sólo pertenece
a una obra de teatro- fueron sacadas de contexto y adoptadas como máximas. Por eso es
necesario reconocer que, más allá de la rotulación histórica, en el existencialismo
subyace un mensaje esperanzador
APORTES A LA FILOSOFÍA
En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica más conocida, versión personal de
la filosofía existencialista de Heidegger. El ser humano existe como cosa (en sí), pero
también como conciencia (para sí), que sabe de la existencia de las cosas sin ser ella
misma un en sí como esas cosas, sino su negación (la Nada). La conciencia sitúa al
hombre ante la posibilidad de elegir lo que será; ésta es la condición de la libertad
humana. Eligiendo su acción, el hombre se elige a sí mismo, pero no elige su existencia,
que le viene ya dada y es requisito de su elección; de aquí la famosa máxima
existencialista: «la existencia precede a la esencia». Dos años más tarde, alcanzada ya la
popularidad, abandonó la enseñanza para dedicarse exclusivamente a escribir; en
colaboración con Aron, Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir, fundó Les Temps
Modernas, una de las revistas de pensamiento de la izquierda más influyentes de la
posguerra.
En su última obra filosófica, Crítica de la razón dialéctica (1960), se propuso una
reconciliación del materialismo dialéctico con el existencialismo, al cual pasó a
considerar como una ideología parásita del marxismo, y trató de establecer un
fundamento de la dialéctica marxista mostrando que la actividad racional humana, la
praxis, es necesariamente dialéctica. En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura
para no «dejarse recuperar por el sistema»; decididamente contrario a la política
estadounidense en Vietnam, colaboró con Bertrand Russell en el establecimiento del
Tribunal internacional de Estocolmo para la persecución de los crímenes de guerra.
 
FILOSOFÍA ACTUAL
 
MICHEL FAULCAULT
Filósofo francés Nació el 15 de octubre de 1926 en Poitiers en el seno de una familia de
médicos. Padeció de depresión aguda a causa de su homosexualidad, intentando
suicidarse en distintas ocasiones. Afiliado al Partido Comunista Francés de 1950 a
1953.
Cursó estudios de filosofía occidental y psicología en la École Normale Supérieure de
París. Se graduó presentando una tesis sobre historia de la locura en la época clásica
que se publicó en 1962. En los años 60, dirigió los departamentos de filosofía de las
Universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes.
 Participó junto con los estudiantes en las protestas y manifestaciones de mayo del 68 y,
posteriormente, formó parte de una comisión para la defensa de la vida y de los
derechos de los inmigrantes. El centro de su inquietud fue humanista, de tal manera que
es el hombre, en todas sus dimensiones, eje absoluto de su filosofía.
En el año 1970 fue profesor de Historia de los Sistemas de Pensamiento. Las
principales influencias en su pensamiento fueron los filósofos alemanes Friedrich
Nietzsche y Martin Heidegger. Se convirtió en uno de los principales filósofos de la
corriente estructuralista del pensamiento francés. Sus estudios pusieron en tela de juicio
la influencia del filósofo político alemán Karl Marx y del psicoanalista
austriaco Sigmund Freud.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
el pensamiento de Foucault encaja dentro del estructuralismo que, dentro de cualquier
otro movimiento filosófico contemporáneo, las ciencias sociales y de la ciencia.
Foucault se apoya en datos históricos para expresar sus ideas, niega a la vez que las
ideas, en cuanto supuestos modos de ver y representarse, o figurarse, o simbolizar, el
mundo, sean función de la historia. No son ni siquiera función de un ser humano, que
sería sujeto de la historia. No hay, en rigor, para Foucault semejante sujeto. Lo que se
llama tal es una realidad instalada en una “episteme”, algo que “se desliza”, por así
decirlo, en el “discurso” de la episteme. Si cabe hablar de estructuras, se trata de
estructuras que no tienen sujetos.
Foucault se opone a todo “narcisismo”, en particular al narcisismo de las ciencias
humanas, las cuales han hecho creer que el hombre es “el problema más constante del
saber humano”. “El hombre -escribe Foucault- es una invención cuya reciente fecha es
fácilmente mostrada por la arqueología de nuestro pensamiento. Y con ello se muestra
acaso su fin” (LAS PALABRAS Y LAS COSAS, p. 398). Se ha hablado por ello de “la
muerte del hombre” y se ha estimado que el pensamiento de Foucault no solamente
coincide con el estructuralismo, sino que lo lleva a sus últimas consecuencias.
CONTEXTO EN EL CUAL VIVIÓ
Paul-Michel Foucault nació el 15 de octubre de 1926 en Poitiers, Francia. Su padre fue
Paul Foucault, un eminente cirujano que esperaba que su hijo se le uniera en la
profesión. Su educación primaria fue una mezcla de éxitos y mediocridades hasta que
asistió al colegio jesuita Saint-Stanislaus donde se destacó por su rendimiento. Durante
este periodo, Poitiers era parte de la Francia de Vichy que posteriormente sería ocupada
por Alemania. Foucault aprendió filosofía con Louis Girard. La vida personal de
Foucault en la École Normale fue difícil, sufrió de depresión aguda debido a la angustia
por su homosexualidad e incluso intentó suicidarse varias veces
Como resultado de ello, fue llevado a un psiquiatra y durante este tiempo, quedó
fascinado con la psicología y obtuvo una licenciatura en esta disciplina, una calificación
muy nueva en Francia en el momento, además de una licenciatura en filosofía en 1952.
Estuvo involucrado en la psicología clínica, que le expuso a pensadores como Ludwig
Binswanger. Foucault fue miembro del Partido Comunista Francés de 1950 a 1953. Su
mentor, Louis Althusser, le indujo a ingresar en él, pero pronto se desilusionó con la
política y la filosofía del partido.
SU APORTE A LA FILOSOFÍA
 Influido por Nietzsche, Heidegger y Freud, en su ensayo titulado Las palabras y las
cosas (1966) desarrolló una importante crítica al concepto de progreso de la cultura, al
considerar que el discurso de cada época se articula alrededor de un «paradigma»
determinado, y que por tanto resulta incomparable con el discurso de las demás. Del
mismo modo, no podría apelarse a un sujeto de conocimiento (el hombre) que fuese
esencialmente el mismo para toda la historia, pues la estructura que le permite concebir
el mundo y a sí mismo en cada momento, y que se puede identificar, en gran medida,
con el lenguaje, afecta a esta misma «esencia» o convierte este concepto en inapropiado.

JAQUES DERRIDA
 Biografía (El-Biar, Argelia, 1930 – París, 2004) Filósofo y crítico literario francés.
Profesor en la École Normale Supérieure de París (1965-1984) y más tarde de la École
des Hautes Études, sus teorías han dado lugar a la corriente llamada
«deconstruccionismo», cuya influencia ha sido importante tanto en Europa como en
Estados Unidos.
CONTEXTO EN EL CUAL VIVIÓ
 Nacido en los suburbios de Argel, en el seno de una familia judíasefardí, originaria
de Toledo y de clase media asimilada. Sufrió la represión del gobierno de Vichy y fue
expulsado en octubre de 1942 de su instituto argelino por motivos racistas. Ese trauma,
que recordaría toda su vida, le ayudaría a construir su personalidad.
Como compensación, de joven participó en numerosas competiciones deportivas, y soñó
con ser futbolista profesional. Pero ya en esa época descubrió y leyó con pasión no sólo
a los novelistas clásicos sino también a filósofos y escritores como Albert
Camus, Antonín Artaud, Paul Valéry, Rousseau, Nietzsche y André Gide. Pasó a
Francia. Tras cuatro años de clases preparatorias literarias en el liceo Luis el Grande
de París, y con la nostalgia de su lugar natal, ingresó en la Escuela Normal Superior
francesa en 1952; allí descubrió a Kierkegaard, a Martin Heidegger y a Louis Althusser.
Pronto se hizo gran amigo de su tutor Louis Althusser, un afecto que duraría de por vida
a pesar de las diferencias ideológicas y de la tragedia del segundo.5 Éste diría que su
alumno era un “gigante” de la filosofía francesa.6 Otro de sus docentes fue Maurice de
Gandillac.
Después, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad Harvard (posteriormente dio
clases en universidades de los Estados Unidos, principalmente Universidad Johns
Hopkins, Universidad Yale y Universidad de Nueva York). En 1959 enseñó por vez
primera en el liceo de Le Mans. En 1964 logró el premio Jean Cavaillès
de Epistemología por su traducción de El origen de la geometría de Edmund Husserl,
con una enorme introducción. En 1965, a la sombra de Althusser,8 obtuvo el cargo de
director de estudios de la Escuela Normal Superior, en el departamento de Filosofía.
Tuvo el apoyo, toda la vida, del riguroso historiador de la ciencia Georges Canguilhem.
        
                            APORTES A LA FILOSOFIA
podría ser el polémico lema de la filosofía de Jacques Derrida, cuyos argumentos tratan
de desarticular la tradición filosófica occidental, mostrando el juego de conceptos
implícitos que la sostiene y poniendo en tela de juicio distinciones fundamentales como
la de «significante» y «significado», sentido literal y sentido figurado.
PENSAMIENTO PRINCIPAL DEL FILOSOFO
A pesar de su nombre, la «deconstrucción» no se propone una tarea meramente
destructiva, sino que trata de apropiarse de esta estructura lingüística de la experiencia y
utilizarla a su favor. Sus obras más importantes son La escritura y la diferencia y De la
grammatologie, ambas publicadas en 1967.

KARL POPPER
(Karl Raimund Popper; Viena, 1902 – Londres, 1994) Filósofo austriaco. Estudió
filosofía en la Universidad de Viena y ejerció más tarde la docencia en la de Canterbury
(1937-1945) y en la London School of Economics de Londres (1949-1969).
 
CONTEXTO EN EL CUAL VIVIÓ
Karl Popper, nacido en Viena, fue hijo del abogado protestante Simón Siegmund Carl
Popper y de su esposa protestante Jenny Schiff, siendo descendientes de familiares de
religión judía. Popper mismo se caracterizaba como agnóstico. De la familia Schiff
provenían varias personalidades significativas de los siglos XIX y XX tales como el
director de orquesta Bruno Walter. La familia de Popper se había convertido al
protestantismo dos generaciones antes de que él naciera en 1902. Su abuelo paterno
tenía una formidable biblioteca en la que él, desde niño, contraería la pasión de la
lectura. Nunca se consoló de haber tenido que venderla cuando se desplomaron las
finanzas de su familia que, durante su infancia, había sido muy próspera.
En la Viena multicultural de principios del siglo XX, que vio nacer a Karl Raimund
Popper, la situación de los judíos era compleja. Por un lado, pertenecían a las capas
medias y altas de la sociedad, ocupando con frecuencia posiciones destacadas en la
economía y la política, pero, por otra parte, eran habituales las manifestaciones de
antisemitismo. Popper se destacó pronto por un precoz rechazo a toda forma
de nacionalismo —la regresión a la tribu— lo que lo llevó a oponerse al sionismo y
siempre pensó que la creación de Israel fue “un trágico error”. En el borrador de
su Autobiografía escribió una frase durísima: “Inicialmente me opuse al sionismo
porque yo estaba contra toda forma de nacionalismo. las que vivían, como había hecho
su familia, porque la idea del “pueblo elegido” le parecía peligrosa. Presagiaba, según
él, las visiones modernas de la “clase elegida” del marxismo o de la “raza elegida”
del nazismo.
Cuando Karl Popper comenzó sus estudios universitarios, en la década del 1920, la
escena política estaba dominada efímeramente por la izquierda: florecía entonces la
llamada Viena Roja. También Popper, interesado principalmente en la pedagogía
política, se implicó en este movimiento, ingresando en las juventudes socialistas.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
Aunque próximo a la filosofía neopositivista del Círculo de Viena, llevó a cabo una
importante crítica de algunos de sus postulados; así, acusó de excesivamente dogmática
la postura de dividir el conocimiento entre proposiciones científicas, que serían las
únicas propiamente significativas, y metafísicas, que no serían significativas. Para
Popper, bastaría con delimitar rigurosamente el terreno propio de la ciencia, sin que
fuera necesario negar la eficacia de otros discursos en ámbitos distintos al de la ciencia.
También dirigió sus críticas hacia el verificacionismo que mantenían los miembros del
Círculo, y defendió que la ciencia operaba por falsación, y no por inducción. Ésta es, en
rigor, imposible, pues jamás se podrían verificar todos los casos sobre los que regiría la
ley científica. La base del control empírico de la ciencia es la posibilidad de falsar las
hipótesis, en un proceso abierto que conduciría tendencialmente a la verdad científica.
                         
                     APORTE PRINCIPAL DEL FILOSOFO
Popper desarrolló el principio en La lógica de la investigación científica (1934), donde
estableció también un criterio para deslindar claramente la ciencia de los demás
discursos: para que una hipótesis sea científica es necesario que se desprendan de ella
enunciados observables y, por tanto, falsables, de modo que, si éstos no se verifican, la
hipótesis pueda ser refutada. Esta concepción abierta de la ciencia se corresponde con el
antiesencialismo de Popper, que mantuvo en obras posteriores dedicadas a la crítica del
historicismo, entendido como aquella doctrina que cree posible determinar
racionalmente el curso futuro de la historia. Así, La sociedad abierta y sus
enemigos (1945) y La miseria del historicismo (1957) llevan a cabo una rigurosa crítica
hacia cualquier forma de dogmatismo y una defensa de la democracia como sistema
abierto capaz de optimizar la justicia de las instituciones políticas.
Popper se hizo célebre, sobre todo, como filósofo social y político, y como filósofo de
la historia e historiador de la filosofía. Pero jamás se consideró a sí mismo,
primariamente, un filósofo de la política si no, más bien, un filósofo de la ciencia. Una
de las principales tareas de los filósofos en este campo consiste en formular ciertas
“metodologías” o “lógicas del descubrimiento”. Estas metodologías no deben
entenderse como un conjunto de reglas para resolver problemas científicos; tampoco
para desarrollar hipótesis o teorías exitosas sino, por el contrario, deben considerarse
como un grupo de reglas para la evaluación de teorías ya existentes y articuladas.”
En otras palabras, la reflexión filosófica acerca de la ciencia es de carácter normativo,
intenta establecer en qué consiste una buena o legítima explicación científica; nos
proporciona ayuda para responder dos preguntas: ¿cuál es la naturaleza del progreso
científico?, ¿en qué consiste la racionalidad de la ciencia? De esta manera, lo que
distingue la reflexión filosófica acerca de la ciencia de, por ejemplo, la historia, la
psicología o la sociología de la ciencia, es su naturaleza normativa. En este sentido
Popper puede considerarse un filósofo “clásico” de la ciencia, esto es, parte de un grupo
de pensadores interesados en proponer metodologías o filosofías de la ciencia tales
como Mach, Peirce, Poincaré, Duhem, Schlick, Carnap y otros escritores más recientes.
Todos ellos procuraban establecer una base racional para la práctica científica o, como
Popper, determinar las “reglas del juego científico”
Thomas S. Kuhn

(Cincinnati, 1922 – Cambridge, 1996) Filósofo de la ciencia


estadounidense. Fue profesor en la Universidad de Princeton y desde 1979 en
Massachussets.
Influido por el pensamiento de historiadores como Koyré o filósofos como Quine,
consideró que el estudio histórico es necesario para entender cómo se han desarrollado
las teorías científicas y para conocer por qué en ciertos momentos unas teorías han sido
aceptadas antes que otras
CONTEXTO EN QUE VIVIÓ
Kuhn desde su infancia recibió una esmerada educación en diversas escuelas privadas,
caracterizadas por sus métodos de enseñanza poco convencionales y por sus ideas
liberales y progresistas. Obtuvo su doctorado en física por su tesis The Cohesive Energy
of Monovalent Metals as a Function of Their Atomic Quantum Defects, por la
Universidad Harvard, sin embargo, su ocupación en el área de la física no fue completa
pues durante un tiempo se dedicó a la cátedra de la filosofía de la ciencia, pues le fue
asignado un proyecto cuyo objetivo era introducir el estudio de la física y la biología en
la educación de todo universitario. La preparación de esas clases le puso frente al que
sería el gran tema de sus posteriores investigaciones: el carácter contextual,
«paradigmático», de la ciencia. [cita requerida] Por esta puerta ingresó en la historia y la
filosofía de la ciencia, a las que, posteriormente, se dedicaría de lleno.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
Para Kuhn, la ciencia es elaborada en el seno de una comunidad científica y no
individualmente; la comunidad sirve de base a los desarrollos científicos mediante la
elaboración o asunción de un paradigma del cual se derivan reglas que fijan las
regularidades. El paradigma es un contexto de validez respecto al cual la investigación
procede en una forma similar a la solución de acertijos. Cuando un paradigma ha sido
establecido por el colectivo de científicos al que sirve, los fundamentos del mismo
nunca son puestos en duda.
Sin embargo, y dado que los paradigmas pierden validez históricamente, Kuhn explica
que cuando se multiplican las anomalías (cuando son más los casos en que no se da lo
previsto que aquellos en los que sí se cumple) hasta el punto de que ya no se las puede
obviar, el paradigma queda inservible de modo que se hace necesaria una nueva forma
de validez. La naturaleza del conocimiento científico tal y como queda descrito por
Kuhn hace comprensible el hecho de que en determinados momentos históricos
coexistan dos o más paradigmas. El pensamiento de Thomas Kuhn quedó plasmado
fundamentalmente en la obra La estructura de las revoluciones científicas (1962). Junto
a la exposición de sus ideas, Kuhn pasa también revista en esta obra a los “momentos
cumbre”, a los puntos de inflexión en que el panorama científico cambia bruscamente, y
la aportación de un individuo abre la puerta a un despliegue de energías que rebasa las
posibilidades de una sola persona y abre otros caminos a la comunidad científica
(Nicolás Copérnico, Isaac Newton, Antoine Lavoisier o Albert Einstein).
SU APORTE A LA FILOSOFÍA
Autor fundamental de la moderna filosofía de la ciencia, y uno de los primeros en
analizar la lógica del descubrimiento científico basándose en su dimensión sociológica y
psicológica, muchas escuelas partidarias del relativismo cultural han querido apropiarse
de sus ideas, pese al rechazo de Thomas Kuhn hacia dicha doctrina.

EDITH   STEIN
(Santa Teresa Benedicta de la Cruz; Breslau, 1891-Auschwitz, 1942) Filósofa y
religiosa alemana de origen judío que fue víctima de la barbarie nazi, tras producir
importantes obras teológicas. Perteneciente a una familia judía, se convirtió al
catolicismo, adoptando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz al tomar los hábitos, y
descubrió a Tomás de Aquino, Duns Escoto y San Juan de la Cruz. Su obra filosófica
constituye un nexo fundamental entre el cristianismo y la fenomenología de Husserl, de
quien fue discípula. Su tesis El ser finito y el ser eterno, escrita en 1933, no fue
publicada hasta 1950.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO
En Edith Stein es posible encontrar importantes intuiciones que colaboran a superar
tanto el racionalismo como la desconfianza a la razón, en el modo cómo utiliza el
método fenomenológico: siempre fiel a lo dado en la experiencia y siempre abierto a
reconocer que el aparecer revela el ser. Edith Stein, con su fenomenología realista,
contribuye de manera sumamente relevante a realizar lo que Benedicto XVI llama
“ensanchar los horizontes de la razón”. –Las opiniones de Edith Stein sobre la mujer
también fueron adelantadas a su tiempo. Sin embargo, tal vez hoy se necesitaría ir más
allá de ellas para construir un “nuevo feminismo.
El pensamiento cristiano debe concebirse como un camino que hay que continuar en
cada generación. Edith Stein logró desarrollar con gran valentía intelectual una teoría
sobre la persona femenina fuertemente asociada al modo cómo ella comprendía la
naturaleza del alma humana y el principio de individuación. En la actualidad tenemos
que profundizar justo en aspectos cómo éste para mostrar que la diferenciación sexual
no es un mero accidente del cuerpo, sino que tiene su raíz más profunda en aquello que
constituye a la persona humana como persona.
SU APORTE A LA FILOSOFÍA
Sus escritos reflejan esas etapas: filosóficos, teológicos, místicos. Sin embargo, la faceta
filosófica de Edith es la menos difundida y es la que se intenta destacar en la obra
recientemente publicada por Editorial Dunken “La Filosofía desde sus silencios.
Mujeres filósofas” de Miriam Dolly Arancibia[1].
El libro se propone rescatar la mirada de mujeres filósofas silenciadas a lo largo de la
historia. Se busca reflexionar sobre los principales acontecimientos que señalaron la
trayectoria del pensamiento filosófico occidental, tomando como punto de partida a las
mujeres filósofas en su contexto histórico.

SAN JUAN PABLO II


Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en
octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 km. de Cracovia, el 18
de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia
Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió
en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de
que naciera él.
Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó
el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio
petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más
largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años
Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando
todas sus energías, movido por la ´´sollicitudo omnium Ecclesiarum´´ y por la caridad
abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el
interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias
romanas.
SU PRINCIPAL PENSAMIENTO.
«La capacidad especulativa que es propia de la inteligencia humana, lleva a elaborar, a
través de la actividad filosófica, una forma de pensamiento riguroso y a construir así,
con la coherencia lógica de las afirmaciones y el carácter orgánico de los contenidos, un
saber sistemático. Gracias a este proceso, en
diferentes contextos culturales y en diversas épocas, se han alcanzado resultados que
han llevado a la elaboración de verdaderos sistemas de pensamiento.
Frente a la proliferación de sistemas filosóficos Juan Pablo II nos invita a redescubrir y
potenciar el pensar filosófico que goza de prioridad sobre los diversos sistemas, por
muy rigurosos que intenten presentarse.
No son los sistemas filosóficos los que deben dominar, imponerse sobre el saber
filosófico. No es la filosofía —el saber filosófico— la que debe someterse a los sistemas
filosóficos. Son éstos los que deben abrirse a la filosofía, pues en ella tienen su origen y
a ella deben servir
SU APORTE A LA FILOSOFÍA
Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones
apostólicas,11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.
Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación,
autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de
Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la
Curia Romana.
Publicó también cinco libros como doctor privado: ´´Cruzando el umbral de la
esperanza´´ (octubre de 1994); ´´Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi
ordenación sacerdotal´´ (noviembre de 1996); ´´Tríptico romano – Meditaciones´´, libro
de poesías (marzo de 2003); ?¡Levantaos! ¡Vamos!? (mayo de 2004) y? ¿Memoria e
identidad? (febrero de 2005).

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