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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO


JUZGADO VEINTISÉIS (26) LABORAL DEL CIRCUITO DE BOGOTA D.C.
Bogotá D.C. Junio tres (03) de dos mil veinte (2020)

Referencia: ACCION DE TUTELA N° 2020–00153


Accionante: LUCERO NAVIA SANDOVAL
C.C. N° 40.082.088
Accionada: UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS
VÍCTIMAS

OBJETO DEL PRONUNCIAMIENTO:

El caso bajo estudio se contrae a determinar si la entidad accionada está


vulnerando los derechos fundamentales de petición, igualdad y mínimo vital, a la
señora LUCERO NAVIA SANDOVAL, al no dar respuesta a la petición elevada por
ella el día 06 de marzo de 2020.

Agotado el trámite del asunto, y no observándose causal de nulidad que invalide lo


actuado, procede el Juzgado a dictar la sentencia correspondiente, no sin antes
hacer una relación sucinta de los antecedentes y de la actuación procesal, respecto
de la acción de tutela promovida por la actora en causa propia, contra la UNIDAD
PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS.

I. ANTECEDENTES

La accionante LUCERO NAVIA SANDOVAL, en la solicitud de amparo de sus


derechos fundamentales, expone que elevó petición ante la entidad accionada,
solicitando indicación de fecha cierta en la que se le otorgará indemnización de
víctimas por el hecho victimizante de desplazamiento forzado, sin embargo la
pasiva le indicó que tal indemnización se entregaría en dinero y a través de un
monto adicional, por lo cual diligenció un formulario para el pago de dicha
indemnización y presentó nuevo derecho de petición el “05 de marzo de 2020”,
reiterando su solicitud, sin que a la fecha haya obtenido respuesta de fondo al
respecto.

PRETENSIONES

Con la acción procura la actora que se conceda el amparo a los derechos


fundamentales de petición, igualdad y mínimo vital, y como consecuencia se
ordené a la accionada que brinde respuesta a su pedimento.

DOCUMENTOS ALLEGADOS

Obran en el expediente de tutela, como pruebas documentales relevantes:

- Derecho de petición radicado el 06 de marzo de 2020 ante la Unidad de


Víctimas.

- Respuestas de la accionada, referenciadas con los radicados N°


20207205908511 del 26 de marzo de 2020 y N° 202072011207191 del 26 de
mayo de 2020.
TRÁMITE:

La presente acción de tutela fue admitida mediante proveído del veintiuno (21) de
mayo de dos mil veinte (2020) y puesta en conocimiento de la entidad accionada
mediante correo electrónico, concediéndosele el término perentorio de dos (2) días
para que se pronunciara acerca de los hechos y pretensiones de esta acción.

UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS, al


dar respuesta a la acción, expuso que la actora inició el trámite de solicitud de
indemnización administrativa, por medio de escrito fechado 19 de diciembre de
2019 con radicado N° 1863124, aduciendo que en ese momento le indicó a la
petente que esa entidad cuenta con un plazo de “… 120 días hábiles para para brindar
una respuesta de fondo en la que se indicará si el accionante tiene derecho o no a la
entrega de la medida de indemnización administrativa …”, de conformidad con la
Resolución 01958 de 2018 –actualmente ese acto administrativo fue derogado por la
Resolución 01049 de 2019, manteniendo el término de 120 días–. Agregó que la petición
fue resuelta mediante comunicación con Radicado N° 20207205908511 del 26 de
marzo de 2020, a la cual se dio alcance con Radicación N° 202072011207191 del
26 de mayo de 2020.

Por último, la pasiva se opuso a la prosperidad de la acción por cuanto no


consideró vulnerado el derecho fundamental de petición de la incoante, al
configurarse una carencia actual de objeto por hecho superado.

II. CONSIDERACIONES

La acción de tutela como bien es sabido, fue erigida como una acción pública por el
Constituyente de 1991, con la pretensión de salvaguardar y hacer efectivos los
derechos y libertades que a todo ser humano le asisten por el solo hecho de su
existencia, enmarcados dentro de un Estado Social de Derecho como el que en
nuestro país impera y que a la postre persigue facilitar las garantías para el
cumplimiento de los fines esenciales que le son inherentes y que la misma Carta
Magna le impone.

Atinente a la naturaleza de la acción de tutela, señaló de vieja data el alto Tribunal


Constitucional en decisión del 17 de marzo de 1994, con ponencia del Magistrado,
Dr. Vladimiro Naranjo Mesa, lo siguiente:

“La acción de tutela es un instrumento jurídico que permite brindar a cualquier persona,
sin mayores requisitos de orden formal, la protección específica e inmediata de sus
derechos constitucionales fundamentales cuando, de acuerdo con las circunstancias
concretas de cada caso y a falta de otro medio de orden legal que permita el debido
amparo de los derechos, éstos sean vulnerados o amenazados por la acción o la
omisión de una autoridad pública o de un particular en los términos que señale la Ley. Al
consagrarse en la Carta Política la figura de la acción de tutela, se pretende lograr la
efectividad de los derechos inherentes a la persona -y, por lo mismo, fundamentales-, de
suerte que sea realidad el principio que señala que Colombia es un Estado Social de
Derecho, basado, entre otros postulados, en la dignidad humana… ”.

De lo anterior se colige que el objeto de la acción de tutela, en forma concreta y


acorde a lo dispuesto en el artículo 1º del Decreto 2591 de 1991 y el artículo 86 de
la Constitución Nacional, no es otro que lograr, mediante un procedimiento
preferente y sumario, la protección inmediata de los derechos constitucionales

2
fundamentales de todas las personas que, en una u otra forma resulten vulnerados
o amenazados por la acción u omisión de cualquier autoridad pública o, en ciertos
eventos definidos por la Ley, por los particulares.

Teniendo en cuenta que la accionante hace mención a la vulneración del derecho


constitucional de petición, se harán las siguientes precisiones sobre el mismo, con
el fin de verificar si en el caso concreto está siendo efectivamente conculcado.

Así las cosas, se tiene que el derecho de petición se encuentra previsto como
fundamental en el artículo 23 de la Constitución Nacional. Dicha norma está
reglamentada por los artículos 13 y siguientes del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, modificados por el artículo 1° de
la Ley 1755 de 2015.

Por su parte, el artículo 14 de dicho estatuto prevé, que toda petición deberá
resolverse en un término de quince (15) días, contados a partir de la fecha de su
recibo, y que, cuando no fuere posible resolverla en dicho término, deberá
informarse de inmediato lo pertinente al interesado (antes del vencimiento del
término señalado en la ley), exponiéndole las razones del caso y dándole a conocer
el término razonable para resolverla, el cual no podrá exceder del doble del término
inicialmente previsto.

Con referencia a la naturaleza, alcances y finalidades del derecho fundamental de


petición, la H. Corte Constitucional, en sentencia T–192 de 2007, con ponencia del
Magistrado, Dr. Álvaro Tafur Galvis, expuso:

“…Reiteradamente esta Corte ha señalado que el derecho de petición en su contenido


comprende los siguientes elementos: i.) la posibilidad cierta y efectiva de elevar, en términos
respetuosos, solicitudes ante las autoridades, sin que éstas se nieguen a recibirlas o se
abstengan de tramitarlas (núcleo esencial); ii.) una respuesta que debe ser pronta y oportuna,
es decir otorgada dentro de los términos establecidos en el ordenamiento jurídico, así como
clara, precisa y de fondo o material, que supone que la autoridad competente se pronuncie
sobre la materia propia de la solicitud y de manera completa y congruente, es decir sin
evasivas, respecto a todos y cada uno de los asuntos planteados y iii.) una pronta
comunicación de lo decidido al peticionario, independientemente de que la respuesta sea
favorable o no, pues no necesariamente se debe acceder a lo pedido… ”1.

En el mismo sentido, en sentencia T–312 de 2006, dicha Corporación, con


ponencia del Magistrado, Dr. Alfredo Beltrán Sierra, había indicado sobre el
particular lo siguiente:

“…Se ha manifestado que este derecho se traduce en la facultad que tiene toda persona de elevar ante
las autoridades públicas y los particulares que presten un servicio público, solicitudes de carácter
particular o general a fin de que éstas den respuesta en un término específico. Respuesta que puede o
no satisfacer los intereses de quien ha elevado la solicitud, en el sentido de acceder o no a sus
pretensiones, pero siempre con una contestación que le permita al peticionario conocer cuál es la
voluntad de la administración frente al asunto planteado. Por tanto, se satisface este derecho, cuando
se emiten respuestas que resuelven en forma sustancial la materia objeto de la solicitud, sin importar el
sentido de la misma…"2.

Nótese que este derecho consiste no simplemente en obtener una respuesta por
parte de las autoridades, sino de que haya una resolución del asunto solicitado, lo
cual si bien no implica que la decisión sea favorable, tampoco se satisface sin que
se entre a tomar una posición de fondo, clara y precisa, por el competente. Por lo
1
Reiterada por la sentencia T-527 de 2015.
2
Ídem.

3
anterior puede decirse también, que el derecho de petición que la Constitución
consagra no queda satisfecho con el silencio administrativo negativo que algunas
normas disponen, pues esto es apenas un mecanismo que la ley se ingenia para
que el adelantamiento de la actuación sea posible y no sea bloqueada por la
administración, especialmente con vista en la promoción de las acciones judiciales
respectivas, pero en forma ninguna cumple con las exigencias constitucionales que
se dejan expuestas y que responden a una necesidad material y sustantiva de
resolución y no a una consecuencia meramente formal y procedimental, así sea de
tanta importancia.

Debemos señalar consecuentemente que, el derecho de petición como derecho


constitucional de carácter fundamental, es objeto de la protección tutelar, cuando
una autoridad pública o particular que presta un servicio público, no da pronta y
efectiva respuesta a la petición que ante él ha elevado un particular. Lo anterior no
significa como ya se ha expuesto, que la solicitud deba resolverse en favor de los
intereses del particular, sino que la contestación que se dé, puede conllevar una
respuesta en uno u otro sentido, pero debe darse dentro de un término, ya sea
establecido por la ley o razonable en el tiempo, de tal manera, que dicha respuesta
resuelva pronta y eficazmente la petición del particular.

No obstante lo anterior, es del caso mencionar que debido a la actual condición


sanitaria mundial, ocasionada por el virus SARS-CoV-2, causante de la
enfermedad COVID–19, el gobierno nacional ha declarado el estado de
emergencia económica, ecológica y social en todo el territorio, a través de los
Decretos 417 y 637 de 2020, y en consecuencia restringió la movilidad por medio
de los Decretos 457, 531, 593, 636, 689 y 749 de 2020, este último hasta las cero
horas del día 1° de julio de 2020; asimismo, expidió el Decreto 491 de 2020 que en
su artículo 5° dispuso:

“…Artículo 5. Ampliación de términos para atender las peticiones. Para las


peticiones que se encuentren en curso o que se radiquen durante la vigencia de la
Emergencia Sanitaria, se ampliarán los términos señalados en el artículo 14 de la
Ley 1437 de 2011, así:

Salvo norma especial toda petición deberá resolverse dentro de los treinta (30) días
siguientes a su recepción.

Estará sometida a término especial la resolución de las siguientes peticiones:

(i) Las peticiones de documentos y de información deberán resolverse dentro de los


veinte (20) días siguientes a su recepción.

(ii) Las peticiones mediante las cuales se eleva una consulta a las autoridades en
relación con las materias a su cargo deberán resolverse dentro de los treinta y cinco
(35) días siguientes a su recepción.

Cuando excepcionalmente no fuere posible resolver la petición en los plazos aquí


señalados, la autoridad debe informar esta circunstancia al interesado, antes del
vencimiento del término señalado en el presente artículo expresando los motivos de la
demora y señalando a la vez el plazo razonable en que se resolverá o dará respuesta,
que no podrá exceder del doble del inicialmente previsto en este artículo

En los demás aspectos se aplicará lo dispuesto en la Ley 1437 de 2011.

4
Parágrafo. La presente disposición no aplica a las peticiones relativas a la
efectividad de otros derechos fundamentales…”

Esto significa que mientras el estado de emergencia se encuentre vigente, las


peticiones presentadas dentro de éste, o que se encuentren en curso, por regla
general deberán ser resueltas dentro de los treinta (30) días siguientes a su
recepción, sin embargo, según señaló la accionada, al ser presentada la petición
desde el 19 de diciembre de 2019, esto es con bastante antelación a la declaratoria
del mentado estado de emergencia, era obligación de la accionada, resolver la
solicitud dentro de los 15 días siguientes, y en caso de no poder resolver la petición
de la actora dentro de los plazos previstos en la Ley 1755 de 2015 “…informar esta
circunstancia al interesado, antes del vencimiento del término señalado en la ley
expresando los motivos de la demora y señalando a la vez el plazo razonable en
que se resolverá o dará respuesta, que no podrá exceder del doble del inicialmente
previsto…”3.

Por ende, verificada la respuesta aportada por la UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y


REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS, calendada 26 de marzo de 2020,
evidencia este Despacho que la misma, si bien no constituye una respuesta
definitiva o de fondo, si señala un término razonable para resolver su pedimento,
acorde con el artículo 11 de la Resolución 01049 de 2019, expedida por la
Dirección General de la UARIV, es decir, la entidad incoada cuenta con 120 días
hábiles, luego de elevada la solicitud de reconocimiento de indemnización
administrativa, para resolver de fondo tal petición, lapso que, al ser presentada la
solicitud inicial el 19 de diciembre de 2019, según señaló la misma UNIDAD PARA
LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS, se cumpliría hasta
el 17 de junio de 2020.

Al punto es menester precisar, que la suscrita no toma incidencia en el sentido de


lo que se deba decidir respecto de la petición, pues ello es del resorte propio del
funcionario a quien fue presentado el requerimiento, por lo tanto, la obligación de la
demandada se contrae a contestar de fondo y de forma congruente lo peticionado,
independiente de que la respuesta sea favorable o no, pues no necesariamente se
debe acceder a lo pedido4.

Ahora bien, en todo caso se advierte a la entidad incoada que al resolver la petición
de reconocimiento de indemnización administrativa, deberá tener en cuenta lo
instituido por la H. Corte Constitucional, entre otras en decisión T–450 de 2019,
M.P. Dra. Diana Fajardo Rivera, en la que indicó:

“…Ahora bien, esta Corporación, a través de la sentencia SU-254 de


[12]
2013  unificó los criterios jurídicos a partir de los cuales se efectúa la
reparación integral e indemnización administrativa a víctimas del
desplazamiento forzado y de graves violaciones a los derechos humanos[13].
 
9. Con base en la citada jurisprudencia, la Sentencia T-236 de 2015[14] señaló
que la UARIV no puede desconocer el derecho que tienen las personas que han
sido víctimas de desplazamiento de acceder a la indemnización administrativa,
después de haber sido incluidas en el RUV. De esta forma, la persona que
pretenda reclamar la reparación administrativa por cumplir con la calidad de
víctima que se describe en el inciso 2° del artículo 3° de la Ley 1448 de 2011
3
Ley 1755 de 2015 “Por medio de la cual se regula el Derecho Fundamental de Petición y se sustituye un título del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo”, Parágrafo del Art. 14.
4
Sentencia T-235 de 2012, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, en la cual se cita la Sentencia T-533 de 2009, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto.

5
deberá, previa inscripción en el Registro Único de Víctimas, solicitarle a la
UARIV la entrega de la indemnización administrativa a través del formulario
que esta disponga para el efecto, sin aportar documentación adicional salvo
datos de contacto o apertura de una cuenta bancaria o depósito electrónico, si
la entidad lo considera pertinente (Art. 151 Decreto 4800 de 2011). En ese
orden, si hay lugar a ello se entregará la indemnización administrativa en
pagos parciales o un solo pago total, atendiendo a criterios de vulnerabilidad y
priorización[15].
 
10. “Conforme a lo anterior, se concluye que el ordenamiento jurídico vigente
contempla reglas que permiten a las víctimas del conflicto armado obtener la
reparación integral para sí y para los miembros de su familia. Entre las
medidas de reparación se encuentra la indemnización administrativa, cuyo
procedimiento de entrega, criterios de distribución y montos, está encaminado a
optimizar la asignación masiva de reparaciones previstas para víctimas del
conflicto armado”[16]. Por ello, cuando las personas víctimas de este tipo de
hechos victimizantes acudan ante las autoridades para solicitar su
reconocimiento como víctimas, deberán ser incluidas en el RUV, salvo que la
UARIV desvirtúe que la relación fáctica tiene vinculación con el conflicto
armado. Asimismo, deberá esta Entidad asignar el respectivo turno GAC a las
personas que sean incluidas dentro del RUV con la finalidad de que les sea
entregada la indemnización administrativa a que tienen derecho.
 
11.   Ahora bien, frente a los criterios de priorización, actualmente el artículo 9
de la Resolución 01049 del 15 de marzo de 2019 establece las condiciones en
las cuales las víctimas de desplazamiento forzado y sus núcleos familiares
pueden acceder a la indemnización por vía administrativa de manera más
pronta. Para el efecto, señala que “[u]na vez diligenciado el formulario de
solicitud y entregado el radicado de cierre a la víctima, la Unidad para las
Víctimas clasificará las solicitudes en: a) solicitudes prioritarias: Corresponde
a las solicitudes en las que se acredite cualquiera de las situaciones previstas en
el artículo 4 del presente acto administrativo”, a su vez, el artículo
4 ibídem establece la edad como una de las situaciones de urgencia manifiesta
o extrema vulnerabilidad (tener una edad igual o superior a los 74 años)…”

Por consiguiente, en el caso bajo examen no existen condiciones que puedan


vulnerar o poner en riesgo derecho fundamental alguno de la accionante, y en
consecuencia deberá negarse el mecanismo constitucional invocado por
configurarse un hecho superado, en los términos de la Sentencia T–235 de 2012,
M.P. Dr. Humberto Sierra Porto, en la cual se cita la decisión T–533 de 2009, M.P.
Dr. Humberto Sierra Porto:

“…4.4.1. La jurisprudencia de esta Corporación, en reiteradas oportunidades, ha


señalado que la carencia actual de objeto sobreviene cuando frente a la petición de
amparo, la orden del juez de tutela no tendría efecto alguno o “caería en el vacío” 5. Al
respecto se ha establecido que esta figura procesal por regla general, se presenta en
aquellos casos en que tiene lugar un daño consumado o un hecho superado ...”

De igual forma, debe hacer claridad este Despacho, que del material probatorio
adjunto con la presente acción no se evidencia vulneración alguna de ningún otro
derecho fundamental y por lo mismo no habrá lugar al pronunciamiento de los
mismos en la parte resolutiva de la presente sentencia.

DECISIÓN

5
Sentencia T-235 de 2012, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto, en la cual se cita la Sentencia T-533 de 2009, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto.

6
En mérito de lo expuesto, el JUZGADO VEINTISÉIS (26) LABORAL DEL
CIRCUITO DE BOGOTÁ D.C., administrando justicia en nombre de la República de
Colombia y por autoridad de la Ley,

R E S U E L V E:

PRIMERO: NEGAR la presente acción de tutela presentada por la señora


LUCERO NAVIA SANDOVAL, identificada con la cédula de ciudadanía N°
40.082.088, en contra de la UNIDAD PARA LA ATENCIÓN Y REPARACIÓN
INTEGRAL A LAS VÍCTIMAS, por la configuración de un hecho superado, de
conformidad con lo expuesto en la parte considerativa de esta providencia.

SEGUNDO: ENTÉRESE esta determinación a los interesados por el medio más


expedito a disposición del Juzgado.

TERCERO: Contra la presente decisión procede la impugnación ante el superior


jerárquico, conforme a los términos establecidos en el artículo 31 del Decreto 2591
de 1991.

CUARTO: Una vez superada la actual condición de emergencia sanitaria, y según


autorización del Consejo Superior de la Judicatura, REMÍTASE el expediente a la
Honorable Corte Constitucional para su eventual revisión, en caso de que la
presente decisión no fuere impugnada dentro de la oportunidad legal. Ofíciese.
Déjense las constancias el caso.

QUINTO: Una vez retornen las diligencias de la H. Corte Constitucional archívese


previa las desanotaciones de rigor.

CÓPIESE, COMUNÍQUESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,

La Juez,

OLGA LUCIA PEREZ TORRES


AFCS

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