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Ing.

Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

CAPITULO XIII
SOLICITACIONES DINÁMICAS
13.1. Cargas dinámicas. Conceptos generales.

En los capítulos anteriores expresamos que en ciertos casos las acciones que solicitan a

elementos estructurales, mecanismos o piezas de máquinas, lo hacen en forma variable con el

tiempo y por lo tanto estas cargas no pueden considerarse como cargas estáticas; consecuencia de
ello las ecuaciones antes deducidas para determinar tensiones y deformaciones provocadas por los

esfuerzos característicos determinados, solo son aplicables a estructuras que estén solicitadas por

cargas estáticas, o sea cargas que se aplican en forma lenta y progresiva sobre el sólido resistente.

En el presente capítulo desarrollamos los efectos originados por cargas variables con el

tiempo, correspondientes a lo que denominamos “solicitaciones por acción dinámica”. En efecto,

hasta ahora para nuestros análisis se han supuesto que todas las cargas son aplicadas con lentitud,

desde cero e incrementándose paulatinamente hasta un valor máximo o de carga completa,

conservándose este valor en forma invariable por un cierto tiempo y constituyendo lo que hemos

denominado cargas estáticas o pseudo-estáticas.

Debemos tener en cuenta que cuando las fuerzas o cargas sobre el sólido resistente se

aplican con mayor rapidez, estamos frente a un tipo de cargas donde las respuestas de las

estructuras cambian sustancialmente con respecto a las producidas por cargas estáticas, lo que nos

lleva a la necesidad de abordar un campo nuevo del conocimiento, tal es el de la dinámica

estructural, que nos permite determinar el comportamiento del cuerpo deformable sometido a
cargas dinámicas, o sea cargas de rápida aplicación o significativamente variables en función del

tiempo. Ejemplo de este tipo de cargas son las aguas de un río que golpean una compuerta, el

descenso brusco de un apoyo estructural o bien las de un automóvil cuando embiste una defensa,

entre muchas otras.

Los tipos de acciones dinámicas dependen fundamentalmente de la velocidad de aplicación


de dichas cargas.

En general los materiales tienen respuestas distintas en sus comportamientos, según sea la
forma y la velocidad con la que se aplican las cargas como, así también, del tiempo en las que éstas

actúan. Definamos entonces el comportamiento característico de una estructura sometida a cargas


diversas en función del tiempo:

a) Cargas que se aplican a velocidad muy lenta o en un tiempo prolongado y de forma


progresiva: Es el tipo de carga para las cuales se han determinado las fórmulas clásicas de

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cálculos hasta aquí estudiadas y basadas en la resistencia de materiales. En estas cargas

pueden considerarse las sobrecargas de uso que no son permanentes, pero en las que el
proceso de carga y descarga pueden ser asimilables al de la aplicación de cargas lentas y

progresivas.

b) Cargas estáticas que se mantiene por un tiempo muy prolongado: Son cargas
permanentes o de muy larga duración. Aunque la carga sea de igual intensidad, la
respuesta del material es distinta tanto al de las cargas estáticas antes definidas como a las

de cargas aplicadas en tiempos muy reducidos. En este tipo de carga se presenta el

fenómeno denominado de fluencia lenta (creep, en inglés). El estudio de este proceso,

propio del área del conocimiento de materiales, resulta ser bastante complejo; adquieren
gran influencia otros factores determinantes como el de la temperatura ambiente, razón por

la cual es de estimar la no utilidad o conveniencia de ahondar en un tema que no es

específico al de un curso básico de mecánica de materiales.

c) Carga que se aplica en un tiempo muy reducido: Se trata de lo que normalmente se


denomina "impacto de alta velocidad" o "cargas dinámicas propiamente dichas", donde la

respuesta del material es de naturaleza totalmente distinta a la que origina una carga

estática, lo que veremos más adelante en nuestros estudios específicos sobre el tema.

d) Carga que se aplica de tal manera que su colocación es repentina: Es considerada


también una solicitación del tipo dinámico aunque la carga no tenga velocidad. Difiere de

la carga estática cuya aplicación es lenta y progresiva en que éste tipo de carga es aplicada

de forma súbita y repentina. La duración del tiempo de aplicación es muy corto y con

características de respuestas mecánicas energéticas que difieren al de las cargas estáticas.

Esta forma de solicitación se conoce como "cargas de impacto de baja velocidad" o “cargas
súbitas”.

Las cargas dinámicas se distinguen de las cargas estáticas por modificar la respuesta del
material, tanto en magnitud de tensiones como de deformaciones, límites y formas de rotura.

Debemos señalar que la rotura por impacto se produce con una menor deformación que la
correspondiente a la de una carga de igual magnitud colocada en forma estática. Estas

deformaciones son tanto menores cuánto mayores concentraciones de tensiones puede presentar
el elemento solicitado.

Al reducirse la deformación específica de rotura del material también disminuye su

ductilidad, aumentando consecuentemente su fragilidad. Por ello los materiales dúctiles ante este

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tipo de solicitaciones tienen comportamiento similar a los materiales frágiles. Tal es así que ciertos

elementos de máquinas cuando rompen por cargas de impacto muestran un tipo de fractura frágil,
pese a estar constituidos por materiales de comportamiento dúctil.

En las obras civiles las cargas dinámicas son producidas por distintas acciones como
pueden ser las del viento, las del paso de los ferrocarriles, las del choque de olas, las del tránsito de

vehículos sobre un puente, las de la puesta en funcionamiento de motores para máquinas, las de los
sismos, etc.

Las cargas dinámicas producidas por el impacto de un cuerpo en movimiento pueden

originar en la estructura o en parte de ella, efectos vibratorios; si la carga dinámica se repite en el

tiempo y su frecuencia coincide o se le aproxima mucho con el período propio de vibración del
elemento que recibe dicha carga, puede presentarse el fenómeno conocido como resonancia. De

ocurrir este fenómeno es de esperar que se originen deformaciones de considerable magnitud que

en general conducen al colapso de la estructura; este fenómeno tiene especial importancia en

piezas de máquinas y estructuras aeronáuticas y son importantes los casos de puentes colgantes
donde el efecto del viento debe ser cuidadosamente analizado para evitar que la estructura entre

en resonancia, evento que se presenta cuando coinciden las frecuencias de la acción con el de la

estructura, generalmente por vibraciones del tipo torsional y con el consecuente colapso de dichas

obras. Como claro y sonado ejemplo podemos citar el caso del puente original de Tacoma Narrow;

aún se recuerda que el 1° de julio de 1940 se inauguraba el primer puente colgante sobre el

estrecho de Tacoma - Washington con una luz de tramos de 853 metros. El 7 de noviembre de

1940, apenas cuatro meses después y aproximadamente a las 11:00 horas, la estructura colapsó

debido a las vibraciones inducidas por la acción del viento que actuaba con la misma frecuencia que

la frecuencia natural de vibración de la estructura, lo que produjo que ésta entrara en resonancia y
que la amplitud de las vibraciones aumentara desproporcionadamente hasta alcanzar la rotura. El

puente se extendía 1.810 metros para salvar un canal cercano a Tacoma en el Estado de Washington
(Estados Unidos) y colapsó durante un temporal de vientos con ráfagas que alcanzaban

aproximadamente los 68 km/hs. La catástrofe fue atribuida a la resonancia, fenómeno físico en el


que una fuerza relativamente pequeña aplicada en forma reiterada ocasiona un aumento en la

amplitud del sistema oscilante; esta fuerza repetitiva hizo que el puente se elevara y balanceara
desmesuradamente hasta que finalmente se rompió y se precipitó al agua, llevando consigo

algunos vehículos que en ese momento transitaban por dicho puente.

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En ese tiempo algunos expertos seguramente opinaron que León Moisseiff, proyectista del

puente de Tacoma Narrow, asumió un compromiso demasiado grande al extralimitarse en los


parámetros de diseño habituales para esa época. En aquella ocasión se produjo la falla y en

consecuencia la rotura del puente, pero también gracias a este fracaso y a los estudios posteriores
hubo una gran profundización en el estudio del fenómeno que finalmente contribuyó al desarrollo

de la ingeniería estructural, estudio que seguramente no se habrían abordado en ese momento si


no hubiese ocurrido dicha falla. Así y como resultado de esos estudios en la actualidad se han

alcanzado luces de hasta 1.991 metros, como es el caso del puente colgante del estrecho Akashi

con una longitud total de 3.911 metros, o el que actualmente está proyectado y para ser ejecutado

sobre el estrecho de Messina, entre Sicilia y la península Itálica, cuya luz de vano llega a los 3.300
metros.

Para el caso de una solicitación dinámica se comprueba en forma experimental que tanto el

límite de fluencia como el de rotura del material resultan incrementados con respecto al

correspondiente a cargas estáticas, esto a priori puede hacer pensar en la posibilidad de adoptar un
aumento en el valor de las tensiones límites admisibles para el dimensionado estructural, problema

fundamental que el ingeniero debe considerar; empero debemos tener en cuenta que existe una

serie de factores que hacen que no se pueda aceptar un aumento de las tensiones límites

admisibles para cargas dinámicas y que se deben tomar los mismos valores o en ciertos casos aún

menores que los determinados en ensayos para cargas estáticas. Por ello es entonces importante y

significativo tener siempre presente que ambas formas de solicitación, la estática y la dinámica,

como sus efectos en las estructuras son de naturaleza esencialmente distintos.

En este sentido, en el caso de solicitación estática lo que actúa es una carga que

inicialmente puede quedar perfectamente definida, mientras que para solicitaciones por cargas
dinámicas existe y es relevante la transferencia de una cierta cantidad de energía cinética o de

movimiento, no fácil de ser correctamente mensurada y que debe necesariamente ser considerada.
Además no se puede ignorar que una falta de homogeneidad localizada del material conduce a

efectos distintos para ambos tipos de solicitación, tal que en la solicitación de tipo de carga
dinámica la energía de deformación disminuye notablemente como consecuencia de una menor

deformación.
En síntesis, debemos tener presente que el error en la apreciación del valor de las cargas

dinámicas siempre es mucho mayor que el de la valoración de las cargas estáticas, por cuanto las
primeras dependen de una serie de factores de difícil apreciación y cuantificación como es el caso

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de las cargas dinámicas por sismos o bien tan solo por el real conocimiento de la composición de la

estructura interna constituyente del material. Además si tenemos en cuenta los efectos de la
solicitación dinámica que sobrepasa el límite de fluencia del material, sabemos que de su aplicación

resulta una deformación residual permanente que se suma a las que ocurren al reiterarse la carga
de impacto, lo que evidentemente hace mucho más peligrosa esta situación comparativamente con

el caso de la carga estática, puesto que la deformación acumulada puede alcanzar valores
inadmisibles. Todos estos son los motivos que justifican racionalmente la reducción de las tensiones

límites admisibles para el proyecto y dimensionado de piezas o elementos de máquinas sujetos a

cargas dinámicas.

La determinación en forma rigurosa de las tensiones debidas a las solicitaciones dinámicas


tiene un grado de alta complejidad y en cierto modo es un tanto indefinido. Es por esta causa que

suele recurrirse a soluciones suficientemente aproximadas y generalmente conservadoras. Así por

ejemplo las distintas normativas permiten para ciertas magnitudes de cargas dinámicas realizar el

cálculo y dimensionado de estructuras traduciendo la carga dinámica en una carga estática


equivalente, afectando para ello la magnitud de la carga dinámica con un factor de carga o factor

de choque que siempre debe ser mayor a uno y que es función del tipo de carga como también del

tipo y conformación de la estructura resistente.

13.2. Método de la carga estática equivalente


13.2.1. Solicitación Axial dinámica

La Figura 13.1 muestra un dispositivo básico de una barra de sección A y longitud L

suspendida desde el extremo superior y que soporta en el extremo opuesto, provisto de un freno o

brida, el impacto de una carga Q correspondiente al peso de un collar o elemento deslizante que

se deja caer libremente desde una altura h . Por efecto de dicha carga la barra se deforma y sufre
un alargamiento de una magnitud Lmáx , que consideramos limitado dentro del comportamiento
elástico lineal del material.

Figura 13.1. Modelo de masa deslizante

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Cuando la masa del collar cae y golpea a la brida colocada en el extremo inferior de la

barra, dicha barra sufre una rápida deformación de alargamiento originando concordantemente
esfuerzos axiales en su cuerpo interior. En un lapso muy corto el tope se mueve hacia abajo y

alcanza su posición de desplazamiento máximo ( lmáx ) antes señalado; luego por efectos

vibratorios característicos de la acción dinámica y por las propiedades elásticas del propio material
el extremo de la barra se acorta para luego volver a alargarse y así sucesivamente. Las vibraciones

que se producen son análogas a las que ocurren cuando estiramos un resorte y luego lo soltamos.
Las vibraciones de la barra prontamente cesan debido a varios efectos amortiguadores que

comienzan a actuar, finalmente la barra alcanza el estado de reposo con la masa apoyada sobre el

tope y con una deformación final l final menor al lmáx sufrida inicialmente y como era de esperar.

El análisis acabado de la respuesta de la barra a la masa descendente es muy complejo, por

lo que un estudio minucioso y más exacto en sus resultados requiere de procedimientos

matemáticos avanzados; sin embargo es factible un análisis aproximado usando los conceptos de
energía de deformación ya estudiados y estableciendo además varias hipótesis simplificadoras, tales

como las que citamos a continuación:

 La masa del cuerpo deformable impactado se considera despreciable en


comparación con la masa que impacta
 La masa que impacta, como la brida del extremo, son consideradas
perfectamente rígidas

 Se supone que no se producen pérdidas de energía debidas al impacto

Estas hipótesis conducen a resoluciones abreviadas cuyos resultados son conservadores, o


sea del lado de la seguridad; esto es, la deformación y los esfuerzos calculados bajo estas hipótesis
son mayores que los valores reales en los que se toman en cuenta tanto la incidencia de las

pérdidas de energía como la de los demás factores mencionados con anterioridad.


Con éstas hipótesis planteadas en nuestros análisis no es necesario tomar en cuenta la

conservación de la cantidad de movimiento en el impacto ni tampoco considerar las ondas de

esfuerzo en el cuerpo impactado.


En general la solución rigurosa del problema aquí propuesto exige tener en cuenta el peso
total de la barra como así también la del tope del extremo inferior; pero como normalmente y en la

mayoría de los casos dicho peso es despreciable respecto al peso Q de la masa móvil que origina

el impacto, se puede plantear una solución también aproximada y suficientemente exacta para los

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objetivos de nuestra materia; lo que desarrollamos a continuación.

En efecto, al momento de producirse el impacto la masa móvil posee una velocidad v que
es función de la altura de caída h , velocidad que luego de producirse el impacto se reduce a cero
paulatinamente, mientras la barra se deforma axialmente. Ello significa que la energía cinética de la
masa Q , al momento del impacto, se trasforma en energía de deformación. Para ello admitimos

que la transformación es neta, o sea suponemos que toda la energía cinética se consume en
deformar la barra; rigurosamente esto no es cierto pues sabemos que parte de dicha energía
necesariamente se disipa de otras maneras.

Con todas estas hipótesis y simplificaciones podemos resolver nuestro problema de


equiparar la carga dinámica a una carga estática equivalente que produce efectos similares. Es decir,

consideramos que desde el punto de vista energético son similares los trabajos de deformación de

ambos estados de cargas.

Luego, si l es el alargamiento total que experimenta la barra como consecuencia del

impacto, entonces el trabajo W1 desarrollado por la carga dinámica Q será:

W1  Q.(h  l ) (13.1)

Supongamos ahora una carga estática P que actuando en forma gradual origine la misma

o similar deformación total e instantánea ( l ) debida a la carga dinámica Q .

El trabajo desarrollado en este caso por la carga estática es igual a la energía interna de

deformación U al considerar que tanto la variación de energía calórica como de energía cinética es
nula, será:

P.l
U = W2  (13.2)
2
La carga P a la que definimos como “carga estática equivalente” debe cumplir con nuestras

hipótesis, o sea que el trabajo desarrollado por la carga dinámica Q es igual al trabajo desarrollado

por la carga estática P ,

W1  W2
P.l
Esto es: Q  (h  l )  (13.3)
2

Sin embargo sabemos por lo visto en el capítulo IV que:

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P   .A (13.4)

Además de acuerdo con la ley de Hooke y dentro del campo elástico lineal al cual hemos
ceñido el alcance de nuestro problema, tenemos:

l
  E.  E. (13.5)
l
Valor que reemplazado en la (13.4) nos da:

l
P  A.E. (13.6)
l
De donde reemplazando valores en la segunda igualdad de la ecuación (13.3), nos queda:

A.E.(l )2
Q.(h  l )  (13.7)
2.l
Y finalmente reordenando términos obtenemos la ecuación (13.8):

A.E
.(l )2  Q.h  Q.l  0 (13.8)
2.L
O también:

2. Q. l 2. Q. l. h
(l )2  . l  0 (13.9)
A. E A. E
Ecuación de segundo grado de la que podemos despejar la deformación total l
producida por la carga dinámica. Ecuación de 2° grado cuyas raíces vienen dadas por la expresión:

 b  b2  4  a  c
x1, 2  (13.10)
2

La solución de la ecuación (13.9), para determinar l , la encontramos sustituyendo los


coeficientes a , b y c de la expresión (13.10) por los siguientes valores equivalentes:

a 1
2Q l
b (13.11)
A.E
2Q l
c h
A.E

Así

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2Q l  2Q l  2Q l  h


2

    4
A E  A E  A E
l  (13.12)
2

Q l  Q l  2Q l  h
2

Luego: l      (13.13)
A E  A E  A E

Si designamos l ' a la deformación total producida por una carga estática pero de igual

Q l
intensidad a la carga dinámica Q , o sea L´ , la ecuación (13.13) puede escribirse como
A E
sigue:

l  l ' (l ')2  2.h.l ' (13.14)

A su vez recordando lo estudiado en la asignatura de Física, que la velocidad v de caída de


un cuerpo de peso Q , con aceleración gravitatoria g al momento del impacto, vale:

v  2 g h (13.15)

Por lo que tenemos:

v2
h (13.16)
2g
De donde, reemplazando en la (13.14) resulta finalmente:

v2
l  l ' (l ')2  .l ' (13.17)
g
Dentro del campo elástico lineal es de aplicación la ley de Hooke:

E
 .l
l
Por lo que la tensión normal desarrollada en el momento del impacto resulta ser:

E  v2 
    l '  l '   l ' 
2
(13.18)
l  g 
En la mayoría de los casos la altura de caída h resulta considerablemente mayor a la

deformación l ' y con más razón al cuadrado de la misma, o sea a (l ')2 , por lo que podemos

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1
admitir , como primera aproximación la igualdad dada por la ecuación (13.19)

E v2
 . .l ' (13.19)
l g
Q.l
Y recordando que: l '  (13.20)
A.E
Introduciendo este valor en la ecuación (13.19) resulta finalmente, como expresión de la

tensión  debida a la carga Q actuando en forma dinámica con velocidad v y aceleración g:

2  E Q  v2
  . (13.21)
Al 2 g

En la ecuación (13.21) la tensión  es función directa de la intensidad de la carga Q y de

su altura de caída h . Aparte de ello, a constancia de estos últimos factores podemos observar que
la tensión  puede disminuir si se reduce el módulo de elasticidad del material o bien si se

aumenta el volumen de la pieza que en este caso viene dado por el producto A.l . Entonces, para

una barra de un determinado material cuya sección A sea constante, las tensiones producidas por

una carga Q que cae de una altura h pueden reducirse si se aumenta la longitud de la barra o bien

si se mantiene la longitud y aumenta la sección.

Teniendo en cuenta la igualdad dada por (13.16), la ecuación (13.21) puede escribirse

también en la forma siguiente:

2 E
  .Q  h (13.22)
Al

Si consideramos ahora el caso particular donde la carga dinámica actúa súbitamente, es

decir cuando la velocidad es v  0 , la ecuación (13.18) se trasforma en:


E
l 
 l '  l '
2
 (13.23)

2.E.l '
y  (13.24)
l

Teniendo en cuenta las igualdades en el campo elástico lineal:

1 Esta aseveración se hace bajo la consideración de lo que en el Análisis Matemático se conoce como
“infinitésimo de orden superior “

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E.l '
 E. E   E (13.25)
l
Tenemos que el segundo miembro de la igualdad, dada por la ecuación (13.24), es dos

veces la tensión E originada por la carga Q actuando ésta en forma estática, por lo que:

 D  2  E (13.26)

O sea, la carga Q de impacto cuando actúa en forma dinámica pero sin velocidad, es una

carga súbita que produce un alargamiento igual al doble del que produciría la misma carga pero
aplicada en forma estática, o sea incrementada en forma muy lenta desde 0 al valor final.

13.2.2. Solicitación por Flexión dinámica

El problema de la determinación de las tensiones originadas por cargas de flexión de acción


dinámica es muy complejo, por cuanto es función del tipo y distribución de las cargas, de la

configuración y del grado de hiperestaticidad de la estructura.

Nos limitaremos en consecuencia, y a los efectos de suministrar al lector una idea del

problema, al caso de una viga simplemente apoyada donde se desprecia la influencia del peso
propio de la viga.

Supondremos las mismas hipótesis admitidas para cargas de impacto por solicitación axial,

considerando por tanto que no hay pérdida de energía ante la solicitación y que la totalidad de la

energía trasmitida se trasforma en energía de deformación.

Supongamos, Figura 13.2, una viga simplemente apoyada de luz l sujeta en su punto
medio al impacto de una carga concentrada Q que cae de una altura h.

Figura 13.2. Modelo de viga a carga puntual de impacto

Vamos a despreciar las deformaciones localizadas de contacto entre carga y superficie de

la viga, que también absorben energía, y supondremos que las elásticas de deformación de la viga
son semejantes para una carga estática como para una carga actuando en forma dinámica.

Si  es la flecha que se origina en el centro de la viga, en la dirección y por efecto de la

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carga Q de impacto; la carga estática equivalente P capaz de producir en la viga la misma flecha

máxima será:

P.l 3 48.E.I
 P . (13.27)
48.E.I l3
Donde I es el momento de inercia de la sección trasversal de la viga respecto del eje
neutro, supuesto constante para toda la luz.

El trabajo desarrollado por la carga estática P , que es igual a la energía de deformación


absorbida por la viga, es:

P. 24  E  I 2
W2   W2   (13.28)
2 l3
El trabajo correspondiente a la carga dinámica Q , que cae de una altura h, será:

W1  Q  (h   ) (13.29)

Por hipótesis los trabajos deben ser iguales, por ello reemplazando y ordenando:

24  E  I 2
Q  (h   )   (13.30)
l3
24  E  I 2
  Q  h  Q   0
l3
O bien:

Q l3 Q l3  h
2    0
24  EI 24  E  I
Q.l 3 Q.l 3
2  .  .h  0
24.E.I 24.E.I

De donde:

2
 Q l3   Q l3   Q l3 
       2   .h (13.31)
 48  E  I   48  E  I   48  E  I 
Podemos observar que la deflexión dinámica máxima (  máx ) se incrementa si:

 Aumenta la carga, ó
 La altura de caída es mayor
Paralelamente también se puede concluir de la ecuación (13.31) que la deflexión máxima

E .I
disminuye si la rigidez de la viga se incrementa.
l3

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Este último razonamiento evidentemente es lógico pues como se sabe la rigidez es la

propiedad de los materiales a oponerse a ser deformados.


Para simplificar la ecuación anterior denotaremos la deflexión estática de la viga, debido al

peso Q , con e :

Q  l3 Q l3
e   2 e  (13.32)
48  E  I 24  E  I
Flecha o máxima deflexión originada por la carga Q , aplicada como carga estática en el

centro de la viga.

Por ello, la ecuación (13.31) queda expresada de la siguiente forma:

2   e  4   e   4  2 e  h
2


2
O bien:

  e  e2  2 e  h
A partir de esta expresión podemos plantearnos dos casos:
Caso1

Si  e2   e  h , entonces se tiene que:

  2 e  h
Es decir que:

Q l3 Q l3
  2h    h
48  E  I 24  E  I
Caso 2

Recordando de la física que:

v2
v  2 g h  h (13.33)
2g
Si estamos dentro del caso de carga súbita con velocidad nula v  0 , resultando
obviamente que h  0 , tenemos que:

  2 e

Por otro lado y teniendo en cuenta la velocidad de impacto de la carga Q dada por la

acción de la gravedad mediante la ecuación (13.33.), reemplazando en la (13.31) tenemos:

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v2 Q  l 3
  e  e2   (13.34a)
g 48  E  I

O también:

v2
  e  e2  e  (13.34b)
g

Expresión similar a la (13.14) que muestra que la deflexión dinámica siempre es mayor que
la estática para igual valor de carga y que depende fuertemente de la velocidad con que impacta la

carga.

Calculemos ahora las tensiones normales de origen dinámico que se desarrollan en la

sección. La fórmula de la flexión simple normal nos dice que si y máx es la distancia de la fibra más
alejada del eje neutro, resulta:

M máx
 máx   y máx (13.35)
I

Para nuestro caso se trasforma en:

P.l
2
l ymáx P. l ymáx
 máx  R A    . (13.36)
2 I 4 I
Mmáx

Pero, teniendo en cuenta la (13.27), donde hemos supuesto que:

48.E.I
P . (13.37)
l3

Y sustituyendo la igualdad (13.37) en la ecuación (13.36), tenemos:

12.E
 máx  . ymáx . (13.38)
l2

En general, para el caso de pequeñas deformaciones, vimos que:

Q  l3
 h (13.39)
24  E  I

O bien:

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v2
  e 
g

Y sustituyendo en la (13.38) resulta:

12.E Q.l 3
 máx  . ymáx . .h (13.40)
l2 24.E.I

O lo que es lo mismo:

144  E 2 Q  l 3 v 2 144  E Q v 2
 máx     y    
48  E  I g 48  l I g
máx
l4

(13.41)

144  E Q 6Q  E  h
   2  h  ymáx   ymáx
48  l I lI

Es decir:

6Q  E  h
 máx   ymáx (13.42)
lI

Como vemos la sección gravita fuertemente en el comportamiento. Por ello, para las

distintas secciones se debe hacer un análisis independiente:

 Sección rectangular

Para la sección rectangular de ancho a y altura b, tenemos:

a  b3
I
12
b
y máx  (13.43)
2
A  a b

De donde:

6Q  E  h b 12  6  Q  E  h b 72  Q  E  h b
 máx      
a b 3
2 l  a b 3
2 l  a  b3 2
l
12

Expresión que se puede llevar a una forma más compacta operando de la siguiente forma:

PAGINA 555
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

72  Q  E  h b2 18  Q  E  h 18  E
 máx     Q  h
l  a  b3 4 l  a b lA

18  E
Es decir:  máx  Q  h (13.44)
lA
 Sección cuadrada
Para esta sección es fácil de demostrar que se llega a la expresión:

18  E
 máx  Q  h
lA

Expresión que es similar a la correspondiente sección rectangular, a diferencia que


aquí el área en consideración es:

A  a2
 Sección circular

Para una sección circular de radio R las propiedades geométricas son:

  R4
I
4
R
ymáx  (13.45)
2
A    R2

De donde, reemplazando en la (13.42) tenemos:

6Q  E  h R 46Q  E  h R 24  Q  E  h b
 máx       
 R 4
2 l   R 4
2 l    R4 2
l
4

24  Q  E  h R 2 6Q  E  h 6 E
  máx     Q h (13.46)
l    R4 4 l   R 2
lA

Si comparamos las expresiones (13.46) y (13.44), vemos que a condición de igualdad de

área, de módulo de elasticidad, de longitud de viga, de carga dinámica y de altura de caída, las
tensiones máximas desarrolladas por solicitación dinámica para la sección circular son

aproximadamente un 11,6% mayores que las originadas en las secciones rectangulares; por tanto en
el diseño de vigas solicitadas por cargas dinámicas es conveniente optar por secciones

rectangulares o cuadradas para un mejor comportamiento visto desde la resistencia.

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Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

Para el caso particular en que la carga dinámica actúa súbitamente vimos que:

  2 e (13.47)

Así la flecha originada por la carga Q actuando súbitamente duplica a la flecha producida

por la misma carga si actuara en forma estática.


Teniendo en cuenta la (13.38) resulta para este caso:

12.E
 máx  . ymáx .2. e (13.48)
l2

Q  l3
Y reemplazando 2 e  de la (13.32):
24  E  I

Ql
Entonces,  máx   ymáx (13.49)
2I

En cambio si Q actuara como una carga estática, la expresión de  máx sería:

Ql
 máx   ymáx (13.50)
4I

O sea, la tensión producida por una misma carga de impacto con v0 es el doble de la

carga si es considerada estática.

13.2.3. Coeficiente de impacto

La razón de la respuesta dinámica de una estructura a la respuesta estática para una misma

carga se llama factor o coeficiente de impacto; luego el factor de impacto para el alargamiento de
una barra viene dado por la razón entre el alargamiento máximo dinámico con el alargamiento

máximo estático:

alargamiento dinámico
factor de impacto 
alargamiento estático

Este factor representa la cantidad de amplificación del alargamiento estático como

consecuencia de los efectos dinámicos debidos a la carga de impacto.

En efecto, la expresión (13.14) puede también escribirse de la siguiente forma:

 2h 
  1  1  
 l ' 

PAGINA 557
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

En la que  es el denominado coeficiente de impacto. Indistintamente la última expresión


podría expresarse en función de la velocidad, o sea:

v2
  1 1
g  l '

Expresión que pone en manifiesto la influencia de la velocidad de impacto, tanto en las

deformaciones como en las tensiones que se originan y tal como lo habíamos aclarado al comenzar

el capítulo.

En general vemos que cuanto mayor es la masa de la barra en relación a la masa de


impacto, tanto menor es el término entre paréntesis, en consecuencia se reduce el coeficiente de

impacto como así también el valor de las tensiones originadas por la acción dinámica.

En el caso de la flexión de una viga simplemente apoyada con carga en el centro de su


longitud, el coeficiente de impacto, sin tener en cuenta la inercia de la viga, resulta de la expresión

(13.34 b) y viene dado por:

 v 2 
   e 1  1 
 g   e 

Cuando la inercia de la viga debe necesariamente considerarse, la expresión del coeficiente
de impacto viene dado por:

v2
0 1  1 
g  fs
En síntesis, se puede escribir ecuaciones análogas a la anterior para otros factores de

impacto, como el factor o coeficiente de impacto para el esfuerzo en la barra a la razón de  máx a

 est . Cuando el collar cae desde una altura considerable, el factor de impacto puede ser muy

grande, de 100 o más aún.

13.3. Importancia de la capacidad de las estructuras para absorber energía


Cuando presentamos los problemas anteriores hemos supuesto en forma ideal que toda la
energía potencia de la maza o carga se transforma al caer libremente en energía de deformación
elástica almacenada en el cuerpo, ya sea para el caso de una barra o el de una viga que recibe el

impacto. Aquí es pues donde radica la importancia de la capacidad de un cuerpo para absorber
energía, ya que cuanto mayor sea la capacidad de absorción, mayor será la resistencia del elemento

a la falla estructural ante solicitaciones dinámicas.

PAGINA 558
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

13.4. SOLICITACIÓN POR CARGAS CÍCLICAS


13.4. 1. Conceptos generales.

Las cargas cíclicas o repetidas, comúnmente conocidas como solicitaciones por fatiga,

entran dentro de los problemas dinámicos. Son cargas que en su aplicación pueden o no producir

cambios de signos en los esfuerzos y en las tensiones que se desarrollan en un determinado punto

de una sección dada. En efecto, muchas piezas de máquinas durante su trabajo se someten a
tensiones que varían en función del tiempo, son las llamadas cargas cíclicas. Así por ejemplo, las

piezas del mecanismo de biela y manivela del motor de combustión interna que muestra la Figura

13.3, se encuentran bajo la acción de fuerzas que varían periódicamente.

Figura 13.3. Mecanismo de biela manivela del motor de combustión interna

En efecto, este es un clásico ejemplo de solicitación cíclica constituida por la biela del
mecanismo biela-manivela, la que se encuentra sujeta a solicitaciones alternadas de tracción y

compresión, variables en el tiempo. La ley de variación de estas fuerzas se determina por el

diagrama indicador y las particularidades cinemáticas del mecanismo.


Otro ejemplo clásico es el de un eje que gira junto con sus ruedas para el tránsito o

movimiento de un vagón de ferrocarril, Figura 13.4. Por simple observación vemos que puntos del

eje también se ven sometidos a tensiones que varían cíclicamente, aunque las fuerzas exteriores
conserven su magnitud. La Figura 13.4 muestra también el diagrama de los momentos flectores en

un eje del vagón, debido a la sobrecarga que éste último transmite.

FIGURA 13.4. Eje de vagón sometido a cargas repetidas

PAGINA 559
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

Una vez más insistimos que debe entenderse que estamos frente a una solicitación distinta

a la de cargas estáticas y por lo tanto la respuesta del material también ha de ser distinta.
Es también apropiado aclarar que el estudio pormenorizado del tema, como el

comportamiento y respuestas del material para un correcto diseño estructural, corresponden


fundamentalmente al campo de los estudios y ensayos de los materiales.

Antes de encarar la solución del problema en estudio es necesario adoptar las siguientes
definiciones:

 Ciclos de esfuerzos: Cuando a un miembro se lo somete a esfuerzo y luego se

suprime dicho esfuerzo para luego repetir la acción varias veces, cada vez que se

repite dicha acción tenemos lo que se denomina un ciclo de esfuerzos.


 Ciclo de esfuerzos invertidos: Es cuando a un miembro se lo somete en un punto a

tensiones de tracción y luego a tensiones de compresión, repitiendo esta situación

varias veces.

 Modo de falla: la falla en un material dúctil solicitado por cargas repetidas es por
fractura gradual o progresiva, concepto que estudiaremos con más detalle y con

mayor detenimiento en la siguiente sección.

13.4.2. Cargas repetidas, modos de fallas.

El problema de cargas repetidas ha sido estudiado fundamentalmente por Wöhler (1819-

1914) en el siglo XIX, cuando este tipo de falla se presentaba en los ejes de los ferrocarriles y eran

motivo de gran preocupación. Fue Poncelet quien entonces usó el término de fatiga para indicar

esta clase de falla en elementos sometidos a esfuerzos cíclicos. Wöhler, de origen alemán e
ingeniero de ferrocarriles, tuvo el crédito de desarrollar la primera máquina de pruebas de ensayos
a fatiga, aunque también se conocen las experiencias de Fairbairn en EE.UU y que datan del año

1864.
Una importante contribución al conocimiento de cargas repetidas es debida a Bauschinger,

quien estudió el efecto sobre el límite de fluencia de tensiones alternadas cuyo valor sobrepasaban

dicho límite.
En lo que respecta al mecanismo de rotura por cargas repetidas, se han propuesto diversas
teorías para justificarlo.

La rotura por cargas repetidas, aún en materiales dúctiles, es de característica de una

fractura frágil, similar a la que ocurre en materiales quebradizos o poco cohesivos por efecto de

cargas estáticas. Por esta razón en un principio se pensó que la repetición alternada de la

PAGINA 560
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

solicitación originaba un cambio en la naturaleza del material; se suponía que este se cristalizaba.

Fue posteriormente con el uso del microscopio aplicado al estudio de la estructura o conformación
de los metales lo que permitió comprobar que tal suposición era falsa y que en realidad en las

superficies de rotura por cargas repetidas no había evidencia alguna de una modificación de la
estructura cristalina del material; en cambio sí pudo detectarse la existencia de zonas de

deslizamiento y de fisuras progresivas.


En efecto los ensayos demuestran que cuando se trata de tensiones alternadas y después

de cierto número de ciclos puede ocurrir la rotura de la pieza, mientras que cuando actúa la misma

tensión y ésta permanece invariable en el tiempo tal destrucción no ocurre.

Un ejemplo simple y cotidiano de falla por cargas repetidas la podemos observar en el


proceso que realizamos para separar o cortar un alambre, al que con las manos lo doblamos

repetidas veces, como muestra la Figura 13.5. Si realizamos dicha acción veremos que el alambre

en dicho proceso levanta temperatura que inclusive puede llegar a quemar los dedos de la mano,

esta temperatura es la pérdida de energía en forma calórica que se produce en el trabajo de


deformación hasta la rotura del material. Es un proceso irreversible.

FIGURA 13.5. Trozo de alambre que se dobla repetidas veces

El número de ciclos hasta el momento de la rotura depende de la magnitud que alcanza la

tensión  máx , y varía entre amplios límites. Para la destrucción de un elemento sometido a cargas
10
repetidas son necesarios 5 x 10 ciclos cuando la tensión no supera ciertos valores límites.

Cuando las tensiones son menores, la pieza resiste millones y miles de millones de ciclos. En

el caso de tensiones aún menores, puede trabajar un tiempo infinitamente largo sin lograr la rotura.
Después de la falla generalmente se pueden distinguir dos zonas bien definidas en la

superficie de rotura de la pieza; en una de ellas seguramente aparecen cristales que se pueden ver a

simple vista, pero con gran dificultad; la micro-superficie de rotura es lisa en dicha parte; mientras

tanto en otra zona se puede observar claramente las huellas de una ruptura frágil. No cabe duda
que la primera impresión que se puede tener es que este tipo de falla está relacionada con el
cambio de la estructura cristalina del metal, así es como tiempo atrás se explicaba la destrucción de

una pieza para el caso de solicitaciones por cargas que producen tensiones con variaciones cíclicas.

PAGINA 561
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

Este fenómeno entonces recibió el nombre de fatiga y la dirección de las investigaciones,

relacionadas con la resistencia del material, propuso la denominación de resistencia a la fatiga.


Posteriormente varió el punto de vista sobre las causas de la destrucción a la fatiga, pero se

mantiene aún el uso del término en varios autores e investigadores.


En la actualidad se ha demostrado que durante las cargas cíclicas no varía la estructura del

metal y que el comienzo de la rotura tiene un carácter puramente local. En la zona de grandes
tensiones originadas por diversos factores, sean de origen constructivo, tecnológico o estructural,

pueden aparecer grietas microscópicas. Al variar repetidamente las tensiones los cristales que se

encuentran en la zona de la grieta parecen comenzar a destruirse, penetrando así la grieta en el

interior del cuerpo.


Las superficies de contacto en la zona de la grieta originada se someten a interacciones de

roce y como resultado los cristales se pulen y las superficies adquieren el aspecto de la estructura

de granulación fina; así se origina una de las posibles zonas de la superficie de futura rotura.

Como resultado del desarrollo de la grieta o fisura se debilita la sección y finalmente tiene
lugar la ruptura brusca, la superficie aparece con los cristales bien pronunciados y sin alteraciones.

El análisis teórico de la resistencia a la fatiga presenta grandes dificultades. La naturaleza de

la destrucción por fatiga se determina por las particularidades de la estructura molecular y cristalina

de la materia. Por lo tanto, el esquema de material continuo que se aplicó con éxito en los

problemas que hasta aquí se analizó, en este caso determinado no pueden servir de base

satisfactoria para las investigaciones. Para crear una teoría suficientemente orgánica de la resistencia

a la fatiga, se hace necesario penetrar en las particularidades de la estructura de los cristales como

en el de las ligaduras entre los cristales para poder entonces recurrir a la estadística como a la teoría

de las probabilidades.
La falta de suposiciones fijas en esta teoría impide que sea ésta una teoría rigurosa. Las

observancias obtenidas experimentalmente mediante ensayos no son pues universales y los cálculos
dan una exactitud relativamente pequeña del problema.

13.4.3. Fractura progresiva

Actualmente se admite que la rotura por fatiga es una fractura progresiva, donde dicha
fractura, ya explicada anteriormente, parece comenzar en algún punto del miembro en que el

esfuerzo o las tensiones es más alto. En efecto, se inicia en un punto o zona de fuerte concentración

de tensiones cuyo origen obedece a irregularidades superficiales por presencia de filetes, ranuras o

agujeros, como también a cambios bruscos de forma o bien a la existencia de fisuras internas

PAGINA 562
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

microscópicas o también por inclusiones microscópicas de granos de escoria para el caso de los

metales.
Es evidente la importancia de esta forma de rotura por cuanto la existencia de una ligera

fisura puede ser el factor desencadenante de su extensión que finalmente conduce


inexorablemente al colapso de la pieza. Descripto el fenómeno de falla el problema es ahora

encontrar ecuaciones que nos permitan conocer las respuestas del miembro, por ejemplo
encontrar las magnitudes de las tensiones derivadas de las cargas que provocan la falla. De esta

manera se podrá limitar la máxima carga que puede aplicarse en forma repetida a una cierta

estructura.

13.4.4. Tensiones en la solicitación por fatiga

Es probable que alguna vez el lector haya doblado y desdoblado varias veces un trozo de

alambre hasta que al final logró romperlo. La falla no sucede al doblar el alambre por primera vez,
aun cuando se deforme mucho anelásticamente; en lugar de ello la falla se presenta después de

algunas inversiones del esfuerzo de flexión en el alambre. Esta es la clase de falla que venimos

estudiando y que se conoce como falla a la fatiga o por fisura progresiva. En efecto, se puede definir

la fatiga como el deterioro de un material bajo ciclos repetidos de esfuerzo y deformación y que

conducen inevitablemente a un agrietamiento progresivo que acaba por producir la fractura. Si se


presenta la falla después de pocos ciclos de carga, quizás hasta mil ciclos, se llama fatiga con pocos

ciclos. Sin embargo muchos componentes metálicos sufren falla por fatiga solo después de millones

de ciclos de esfuerzo. En cualquier caso, cuando se presenta la falla con un valor de esfuerzo menor

que el que produciría la fractura con una sola aplicación estática de carga, la falla es por fatiga.
Tomemos nuevamente el ejemplo del eje de un tren que soporta dos cargas simétricas que
se trasmiten a tierra por intermedio de dos ruedas como se grafica en la Figura 13.4.

Las tensiones en cualquier punto del eje responden a la ecuación:

Mz
 y
Iz

Ahora bien, para un instante un punto A del borde del eje estará solicitado por una
tensión normal máxima:

Mz d
 máx   Donde yd .
2
Iz 2

Pero si el eje gira con una velocidad angular  , trascurrido un tiempo t el punto A pasará

PAGINA 563
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

a ocupar la posición A ' , cambiando su posición por el giro del eje a una velocidad angular  y su

distancia al eje neutro valdrá:

d
y  sen  90    t 
2

Y en consecuencia la tensión es:

M d
 . .sen.(90  .t )
I 2

Como podemos observar la tensión en el punto es variable con el tiempo y dicha variación

se corresponde a una función sinusoidal con una amplitud igual a  máx . Figura 13.6.

FIGURA 13.6. Función sinusoidal de las tensiones en el punto A para distintas posiciones

13.4.5. Tipo de solicitaciones

Las solicitaciones alternadas, en determinados casos, ocurren en forma continuada durante


prolongados períodos de tiempo, como es el caso de los ejes de locomotoras, vagones, rieles,

cigüeñales, bielas, dientes de engranajes, resortes de válvulas, entre muchos otros más. En cambio,

en otras estructuras como ocurre con los puentes ferroviarios, la variación de las tensiones ocurre

en períodos de tiempo relativamente cortos en relación con la vida de la estructura, en estos casos

el aumento del valor de las tensiones por sobre las tensiones de origen estático, es relativamente
reducido.

De acuerdo a la forma de solicitación por cargas repetidas, podemos clasificarlas en:

a) cargas pulsatorias: son las que producen en un punto de una sección

tensiones variables pero de igual signo.


b) cargas oscilantes: son las que producen en un punto de una sección
tensiones variables de signos distintos

PAGINA 564
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

A su vez, según los valores que alcancen las tensiones podemos distinguir cuatro tipos de

cargas y que se representan en la Figura 13.7, estas son:

Tipo I: Carga pulsatoria.

Tipo II: Carga pulsatoria intermitente (se caracteriza por ser nula una de las tensiones
extremas).

Tipo III: Carga oscilante.

Tipo IV: Carga oscilante alternada (se caracteriza por ser las tensiones extremas máximas

iguales pero opuestas en signo).

FIGURA 13.7. Cargas pulsatorias y oscilatorias

Definimos:

  máx , o tensión superior, a la máxima tensión en valor absoluto, y

  mín , o tensión inferior, a la mínima, también en valor absoluto y con

independencia del signo.

 Tensión media:

 máx   min
m 
2

PAGINA 565
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

 Tensión variable o amplitud

 máx   min
a 
2

Expresión que da la amplitud de la tensión dinámica. Cualquier ciclo puede ser interpretado

como el resultado de la superposición de una tensión constante m y la tensión que varía según el

ciclo simétrico de amplitud a.


 Coeficiente del ciclo:

La razón entre las tensiones mínima y máxima se denomina coeficiente de asimetría del ciclo:

 min
r
 máx
Como podemos observar para el caso II, carga pulsatoria intermitente, tenemos:

 máx  máx
 mín  0;  m  ; a   r 0
2 2

En calidad de ejemplo de este ciclo se puede señalar la solicitación de los dientes de la

rueda dentada al transmitir un momento.

Y para el tipo IV, carga oscilante alternada:

 máx   min ;  m  0;  a   máx   min ; r  1

Este ciclo ocurre particularmente en el ejemplo analizado anteriormente del eje de rotación

del vagón.

Donde como ya definimos, las tensiones máxima y mínima, respectivamente del ciclo, son

 máx y  mín .
Los ciclos con iguales exponentes de r , se denominan ciclos semejantes.

La experiencia indica que la resistencia a la fatiga depende prácticamente sólo de la

amplitud de la tensión dinámica y del valor de la tensión media, pero no de la ley de variación entre
las tensiones extremas y sólo muy poco de la frecuencia.

Para un dado material, la resistencia a la rotura por cargas cíclicas son equivalentes,

independientemente de los ciclos representados a modo de ejemplo en la Figura 13.8.

PAGINA 566
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

FIGURA 13.8. Ciclos de frecuencias distintas

13.4.5. Resistencia a la fatiga. Curva de Wöhler

Entendemos como resistencia a la fatiga, a la máxima tensión lograda en ciclos de tensiones


repetidas sin que se produzca la rotura.

Podemos distinguir como casos particulares de la resistencia de fatiga los dos siguientes:

a) Resistencia de oscilación: corresponde al caso IV y para el cual la tensión

media es igual a cero y la tensión dinámica oscila entre dos valores iguales pero de distinto

signo. La designamos como F.

b) Resistencia de pulsación: es la que corresponde al caso II, para el cual una de

las tensiones extremas es nula. Designamos esta resistencia con u .

La resistencia de fatiga que se determina experimentalmente es siempre inferior a la


resistencia determinada en un ensayo estático. Depende, como hemos dicho, no de la tensión

máxima a que se encuentre sometida la probeta, sino de la tensión media y de la amplitud de la

tensión variable.

La determinación de la resistencia de fatiga se puede efectuar mediante el trazado del


denominado diagrama de Wöhler. En 1869, este científico formula que “el hierro y el acero pueden

romperse bajo un esfuerzo unitario no sólo inferior a la carga de rotura estática sino también al

límite elástico cuando se repite el esfuerzo un número suficiente de veces”; así mismo “no se

produce la rotura, sea cual fuere el número de solicitaciones, si la diferencia entre el esfuerzo
máximo y el mínimo es inferior a un cierto límite llamado resistencia de servicio”. En efecto, para
caracterizar el comportamiento de un material sometido a ciclos repetidos se realizan pruebas de

fatiga con diversos valores de esfuerzo, los resultados se grafican en un diagrama  , N  o curva
de fatiga. Diagrama que generalmente se realiza en gráfica Logarítmica para mejor lectura e

PAGINA 567
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

interpretación.

Como lo demuestran los ensayos, la influencia de la frecuencia de la variación de las


tensiones tampoco tiene importancia. Así pues, para juzgar sobre la resistencia a la fatiga en el caso

del ciclo dado, es suficiente conocer solamente los valores de  máx y  mín o de m y a.
Los más difundidos son los ensayos para el ciclo simétrico (equivalente a decir r  1 ).
Aquí se recurre generalmente al principio de la flexión pura de la probeta en rotación que se

muestra en la Figura 13.9.

FIGURA 13.9. Probeta tipo del ensayo para ciclo simétrico

La probeta se fija sobre unos mandriles de la máquina de ensayos extensibles en rotación.

El número de revoluciones de la probeta se fija en un contador y cuando la probeta se rompe el

motor se desconecta automáticamente.


Para los ensayos en el caso de ciclos asimétricos se recurre a máquinas especiales o se

introducen dispositivos adicionales. Así, por ejemplo, se puede establecer en la probeta que se

ensaya un resorte de tal manera que origine una tracción constante con una tensión igual a m.
Ver la Figura 13.10.

FIGURA 13.10. Trozo que se dobla repetidas veces

En efecto, lo que se hace es someter una probeta del material que queremos ensayar a una

carga variable, generalmente de los tipos II ó IV, de una amplitud a y una tensión media m
prefijadas. Durante el ensayo esta tensión, es decir  m , se suma a la originada por la flexión que
varía según el ciclo simétrico. Se repite el ensayo para otros valores de a y  m , determinándose
los correspondientes valores de N (si se dispone del número suficiente de probeta S ) y se
determina el número N de ciclos para el cual se produce la rotura por fatiga., es decir, se puede
determinar el número de ciclos que resiste la probeta hasta destruirse en función de la magnitud de

 máx del ciclo. Finalmente, esta dependencia tiene el aspecto de la curva de las Figuras 13.11 a) y b)

PAGINA 568
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

Fig. 13.11 a) . Dispersión de puntos obtenidos en ensayo

Fig. 13.11 b). Curva asintótica de Wohler

Fig. 13.12. Curva en escala logarítmica

La curva es asintótica a un determinado valor de  máx.rot , que es precisamente la llamada


resistencia de fatiga del material para el tipo de solicitación para el cual fue trazado el diagrama;

límite por abajo del cual se puede efectuar una cantidad virtualmente infinita de ciclos de esfuerzo

sin que se produzca falla por fatiga.

Como en la generalidad de los casos, el número de ciclos aumenta rápidamente, al

disminuir  máx es preferible generalmente ubicar sobre el eje de las abscisas, no el número N sino

su logaritmo, esto permite construir el diagrama de manera más compacta como el de la Figura

13.12. Muchas aleaciones de acero tienen este comportamiento.

Es evidente que para N  0 el valor de la resistencia a la fatiga coincide con el de la


resistencia estática, esto es: F R Resistencia estática

La experiencia indica por otra parte que existen materiales capaces de resistir un número

ilimitado de ciclos. Por ello cuando el número de los mismos alcanza un cierto valor sin que se

PAGINA 569
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

produzca la rotura, se adopta dicho valor como valor límite experimental.

Como existen materiales que pueden resistir un número ilimitado de ciclos, la norma DIN
50100 fija como número límite de ciclos:

Metales livianos: N  10
8

Para aceros: N  10
7

En realidad la determinación de la resistencia de fatiga es un tanto compleja y por ello se ha

tratado de vincularla mediante fórmulas empíricas que tengan en cuenta las características
mecánicas de los materiales, determinadas por ensayos estáticos.

Por ejemplo, para aceros se admite:

 F  12 f

Dónde:

 F : es la resistencia a la fatiga para cargas oscilantes alternadas (tipo IV)

 f : es la resistencia a la tracción estática a la fluencia del material

Y para metales ferrosos, la variación es mayor:

 F  0,25 a 0,50.  f

13.4.6. Factores que afectan la resistencia a la fatiga

Existen diversos factores que afectan la resistencia a la fatiga, entre los que podemos

resumir:

 La frecuencia de los ciclos en menor grado

 El endurecimiento por trabajo en frío, laminado o estirado, tiene efecto

no despreciable sobre la resistencia a la fatiga y puede llegar a

incrementar la resistencia  F , entre un 30% y 50%.

 Tamaño y forma de la probeta

 Tratamientos térmicos, sobre todo las temperaturas elevadas reducen

en forma significativa la resistencia a la fatiga F

 Corrosión, influye en forma negativa dado que también causa

disminución de la resistencia a la fatiga F .

PAGINA 570
Ing. Ricardo Manuel Falú SOLICITACIONES DINÁMICAS

13.4.7. Efectos sobre el intervalo del esfuerzo sobre la resistencia a la fatiga


Wöhler y Bauschinger demostraron que la resistencia a la fatiga de los materiales depende
fundamentalmente del intervalo del esfuerzo.

13.4.8. Diagrama Goodman - Johnson

Los resultados de muchos ensayos de cargas repetidas de metales pueden representarse en

un diagrama Goodman – Johnson, Figura 13.13.

FIGURA 13.13. Diagrama de Goodman y Johnson

El esquema del diagrama, básicamente es el siguiente:

BOD : son los puntos de tensión mínima.


CAD : Son los puntos de tensiones máximas.
OA : representa la fatiga de ciclos que varían de 0 (cero) a su valor máximo,  máx carga

tipo II (carga pulsatoria intermitente).

BC : Intervalo de inversión completa: Tensión de fatiga  F para carga oscilante


alternada tipo IV (carga oscilante alternada).
El punto D representa el valor para la máxima carga estática: Tensión de fluencia

f .

Cualquier combinación de cargas con tensiones  máx y  mín , dentro del triángulo formado
por los puntos C A D O B , no producen falla.-

PAGINA 571
Ing. Ricardo Manuel Falú CAPITULO XIII

FRACASOS EN INGENIERÍA – PARA REFLEXIONAR

 Fracasos son una parte inherente del trabajo de Ingeniería. Eliminar el

concepto de "echarle tierra" al fracaso.


 Del análisis de las fallas en un proyecto de Ingeniería se aprenden las

soluciones al problema (Ejemplos: el puente Tacoma Narrows).


 No se mide a la persona por las veces que se cae, sino por las veces que se

levanta.
 Entender las limitaciones del diseño y encontrar fallas al comienzo y no al
final del proyecto.

Referencia: " To Engineer is Human: The Role of failure in Engineering Design" H. Petroski,
Vintage Books 1992.

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