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Sarah Romero
30/08/2019
4 minutos de lectura
Los genes influyen pero no determinan la orientación sexual. Es la principal conclusión
de una investigación con casi medio millón de personas publicada en la revista Science y
que representa el mayor estudio realizado hasta la fecha para averiguar el peso de los
genes en la conducta sexual de cara a personas del mismo sexo.
Expuesto por primera vez en una conferencia de genética en 2018, el estudio encontró
cinco variantes genéticas asociadas con tener una pareja sexual del mismo sexo, pero esas
variantes, llamadas SNP, no predicen el comportamiento sexual de las personas, exponen
los autores.
"No hay un gen gay que determine si alguien tiene parejas del mismo sexo", aclara
Andrea Ganna, genetista del Broad Institute of MIT y Harvard y la Universidad de
Helsinki.
Los estudios familiares han sugerido que la genética representa aproximadamente el 32%
de la heredabilidad del comportamiento homosexual; pero cada SNP, o polimorfismo de
un solo nucleótido, tiene un efecto muy pequeño sobre si alguien ha tenido una pareja
sexual del mismo sexo, según el nuevo trabajo.
Teniendo en cuenta todos los SNP medidos en el estudio, incluidos los que no se asociaron
estadísticamente de manera significativa con el comportamiento del mismo sexo,
explicaron solo del 8 al 25% de la heredabilidad del comportamiento del mismo sexo. Al
considerar solo esos cinco SNP estadísticamente significativos, ese número cae a
mucho menos del 1%.
Pero esas variantes podrían apuntar a procesos biológicos que están involucrados en la
elección de parejas sexuales. Por ejemplo, una variante identificada en el estudio ha sido
asociada con la calvicie de patrón masculino, y otra con la capacidad de oler ciertas
sustancias químicas, que pueden afectar a la atracción sexual.
Dudas respecto a la investigación
Los autores no están en desacuerdo. El estudio subraya que los elementos de la biología
y el medio ambiente pueden desempeñar un papel en la configuración del comportamiento
sexual, dice Benjamin Neale, coautor del trabajo. Las influencias ambientales pueden
incluir una variedad de factores de desarrollo, sociales y culturales que podrían afectar al
comportamiento.
“Esperamos que nuestros resultados ayuden a reformular la manera en que se mide el
comportamiento sexual y que se haga en colaboración con la comunidad LGTBQ y los
grupos de interés”, concluye Andrea Ganna, líder del estudio.
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Referencia: Andrea Ganna et al. “Large-scale GWAS reveals insights into the genetic
architecture of same-sex sexual behavior”. Science, 29 de agosto de 2019. DOI:
10.1126/science.aat7693.
Novedades BLM
Ganna dijo que estos factores tienen “un efecto muy pequeño” y,
combinados, explican “considerablemente menos del 1% de la variación
de la conducta sexual con personas del mismo sexo que informan las
mismas personas”.