Apreciado Destinatario X: ¿Cómo estás? Espero que estés muy bien. Yo también estoy bien. En estos últimos días que ha pasado, por más actividades que tenga, siempre pude separar unos minutos para pensar en ti, y cada vez que lo hago, mi corazón siente una descarga de alegría, y mi alma se siente llena de vida. Desde que te he conocido, he admirado mucho tu gran personalidad, tus habilidades y dones. Siempre te he apreciado y he valorado mucho nuestra amistad, sin embargo, con él pasar del tiempo, mis sentimientos de amistad y aprecio hacia ti, se tornaron en algo más profundo. Eres y te consideró lo mejor que me ha pasado en la vida, me es muy difícil estar separada de ti. Contigo mi vida tiene otros sentidos, es como si antes veía el mundo solo de blanco y gris, ahora lo veo todo de colores. Si cuando amo soy feliz, entonces eres mi felicidad. No solo te quiero por los sentimientos, sino también por lo que eres. Tu belleza interior es tan bella como tu belleza exterior. Tus valores, tus virtudes, todo eso resalta y da más esencia a lo que eres. Justo en estos momentos, mientras escribo esta carta, con mucha emoción, me vienen a la mente las palabras del sabio Luis Miguel Alvarado: “Cuando te enamoras no vuelves a ser la misma persona que eras antes, porque es en ese momento donde empiezas a vivir la vida de verdad “, ¡Y tiene razón!, La manera en la que veo lo que me rodea ha cambiado desde que te conocí, tiene un enfoque diferente. Quisiera decirte mil palabras más sobre lo que siento por ti. Pero si así fuera, no alcanzarían las hojas. Solo puedo decirte que, al escuchar tu nombre, cambias mi vida. Espero que nos volvamos poder a encontrar pronto. Vernos otra vez y andar juntos. Estaré orando a Dios para que, si es su voluntad, me conceda el privilegio de verte otra vez. Me despido tristemente, pero deseándote mis más cálidos saludos. Con mucho cariño: