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Variación semántica y significado social: hacia

una sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola


Andrea PIZARRO PEDRAZA
Université catholique de Louvain
andrea.pizarro@uclouvain.be

RESUMEN
Dos elementos clave revelan un cambio de etapa en sociolingüística hacia una perspectiva
más flexible: el estudio de la variación semántica y la inclusión de variables
microsociológicas. Este artículo consiste en una propuesta teórica para combinar las dos
perspectivas responsables de este cambio, respectivamente, la sociolingüística cognitiva y la
Tercera Ola de los estudios de variación. Se localizan las conexiones teóricas entre ambas y
se expone el programa para una sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola. Combinando
objetivos, métodos y herramientas de ambas, se subraya la necesidad de investigar la
capacidad de la variación semántica para crear significado social. A diferencia de los
trabajos sociolingüístico-cognitivos hasta ahora, se defiende una perspectiva ‘más
sociolingüística’ tanto en la obtención de datos, como en la interpretación del significado de
la variación para los hablantes en tanto que agentes sociales, como en la Tercera Ola de los
estudios de variación.
Palabras clave: sociolingüística cognitiva, Tercera Ola, variación semántica.

ABSTRACT
Two key elements reveal a step change in Sociolinguistics towards a more flexible
perspective: the study of semantic variation and the inclusion of microsociological variables.
This article is a theoretical proposal to combine the two perspectives that are responsible for
this change: respectively, Cognitive Sociolinguistics and the Third Wave of Variation
Studies. The theoretical connections between the two are located and the program for a
Third Wave Cognitive Sociolinguistics is exposed. Combining objectives, methods and
tools, this paper emphasizes the need to investigate how semantic variation creates social
meaning. Unlike cognitive sociolinguistic works so far, the proposal defendes a “more
sociolinguistic” perspective, both in data collection and in the interpretation of the meaning
of variation for speakers as social agents, as in the Third Wave.
Key words: Cognitive Sociolinguistics, Third Wave, Semantic variation.

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica ISSN:0212-2952


2016, vol. 34 311-338 http://dx.doi.org/10.529/DICE.53.562
Andrea Pizarro Pedraza Variación semántica…

1. Introducción
Ciertas propuestas recientes para el estudio de la variación sociolingüística han
abierto caminos para la investigación de fenómenos relevantes y no suficientemente
explorados. Las páginas siguientes abordarán dos de ellos: la variación semántica y
las variables microsociológicas construidas en el discurso. Aunque puedan parecer
elementos dispares, ambos encarnan una etapa menos rígida de la sociolingüística y,
como tal, serán las claves de la propuesta teórica y metodológica de este artículo.
Esta argumentación tratará de complementar a la sociolingüística cognitiva 1 ,
que ha abierto la puerta al estudio variacionista de la semántica léxica 2 . La
sociolingüística cognitiva reclama la introducción de factores sociales, además de
los propiamente lingüísticos, en los trabajos cognitivistas de variación, para abordar
empíricamente una de las bases teóricas de la lingüística cognitiva: la base social y
cultural de la cognición3.
Aunque la sociolingüística cognitiva es un esfuerzo interdisciplinar, hasta ahora
las contribuciones han sido mayoritariamente cognitivistas4, inclinando la balanza
metodológica y, consecuentemente, interpretativa, hacia aspectos afines a ese
origen. Entre otros, la sociolingüística cognitiva no incorpora sistemáticamente
postulados sociolingüísticos de la Tercera Ola 5 , que han supuesto un giro en la
interpretación del significado de la variación, vinculado precisamente con el
concepto de variables microsociológicas en detrimento de las macrosociológicas
tradicionales, consideradas demasiado categóricas. Si bien Geeraerts y Kristiansen6
reconocen explícitamente el interés potencial de la combinación con la Tercera Ola,
las líneas de la sociolingüística cognitiva acordes con los desarrollos
sociolingüísticos recientes son minoritarias 7 y la reflexión teórica debe ser
plenamente abordada. Este artículo pretende contribuir a la disciplina desde la
sociolingüística, como reclaman algunos autores 8 , incorporando elementos
tradicionales y otros recientes.
A continuación, haré algunas propuestas sobre cómo podría ser ese encuentro
entre la sociolingüística cognitiva y la Tercera Ola. Para ello, este artículo tratará de
____________

1
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014); G. Kristiansen y R. Dirven (2008); D. Geeraerts, G.
Kristiansen, e Y. Peirsman (2010).
2
Me interesa esta línea en concreto, más que los planteamientos de Labov sobre el
mecanismo cognitivo ligado a la percepción de las variables sociolingüísticas, especialmente
las gramaticales y fonológicas, bautizado como “sociolinguistic monitor” (Labov et al.
2011), no directamente ligados al desarrollo del estudio de la variación semántica.
3
G. Kristiansen y R. Dirven (2008), p. 3; D. Geeraerts (2005), p. 168-182.
4
W. B. Hollmann (2013), p. 507.
5
P. Eckert (2005, 2009).
6
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
7
G. Kristiansen (2006); E. Zenner, D. Speelman, y D. Geeraerts (2014).
8
M. Pütz, J. A. Robinson, y M. Reif (2012); W. B. Hollmann (2013).

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contestar a la pregunta de investigación: ¿Qué puede ofrecer la Tercera Ola a la


sociolingüística cognitiva? Esta pregunta es una vuelta de tuerca a las planteadas
por Geeraerts y Kristiansen9, y guiará un razonamiento ‘más sociolingüístico’ y,
espero, complementario.
Reconociendo de antemano la necesaria simplificación, este artículo tratará los
aspectos siguientes: primero, repasaré el problema semántico en sociolingüística.
Posteriormente, presentaré la propuesta integradora de la sociolingüística
cognitiva10 , con hincapié en la semántica Léxica, y algunos de sus estudios. En
contraste, resumiré los fundamentos de la Tercera Ola en cuanto a la interpretación
del significado de la variación. Finalmente, analizaré la pertinencia de proponer un
programa teórico, metodológico y analítico para una sociolingüística cognitiva de la
Tercera Ola.

2. El problema de la variable semántica en sociolingüística


Antes de empezar con mi exposición, quisiera aclarar el uso que haré de algunos
términos. Este artículo se centra principalmente en el nivel de la “variación
semántica”, es decir, la variación en el nivel de la semántica léxica, aquel que se
ocupa de las relaciones entre las palabras y sus significados. La variación semántica
se estudia en dos niveles: el semasiológico, que parte de la palabra y estudia la
manifestación de sus diversos significados; y el onomasiológico, (formal o
conceptual), que parte del concepto y se centra en las diversas palabras o
expresiones que lo nombran11. En la variación onomasiológica puramente formal,
no se implican distinciones de significado entre las dos o más palabras referidas al
mismo concepto, como por ejemplo, en las variantes geográficas de tipo acá/aquí y
allí/allá. Por otro lado, la variación onomasiológica conceptual es la que se da
cuando las distintas formas de nombrar un concepto son categorías conceptuales
distintas, como el uso de cáncer/enfermedad (hipónimo/hiperónimo) para referirse
al mismo concepto ‘cáncer’. Estos usos son muy habituales en el uso. Me interesa
puntualizar que la denominada “variación léxica”, común en sociolingüística,
estudia la variación desde el punto de vista de las palabras, más que de la variación
en los significados, por lo que se sitúa más bien en el plano onomasiológico formal.
Quisiera precisar también que, al hablar de significado en estos casos, me refiero al
____________

9
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
10
Los lectores interesados en ampliar nociones que, por cuestiones de espacio, no pueden
ser más que esbozadas en este artículo, pueden dirigirse a algunas publicaciones en español
muy adecuadas para ese fin, tanto en el ámbito de la lingüística cognitiva, como Ibarretxe-
Antuñano y Valenzuela (2012a); Ibarretxe-Antuñano y Valenzuela (2012b); Cuenca y
Hilferty (2013), como de la sociolingüística cognitiva, en Moreno Fernández (2012). No
existen, hasta donde sé, publicaciones que sinteticen la Tercera Ola en español, por lo que
referiré en su momento a los trabajos en inglés.
11
D. Geeraerts, S. Grondelaers, y P. Bakema (1994).

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significado lingüístico. Más adelante, utilizaré otro concepto distinto, el significado


social, que se refiere a las asociaciones de las variantes lingüísticas con aspectos
extralingüísticos de la identidad social del hablante.
Para entender el impacto de la sociolingüística cognitiva, es necesario recordar
el vacío semántico de la sociolingüística. Aunque se admite la variabilidad en todos
los niveles de lengua y se reclama que todo estudio lingüístico debe ser
sociolingüístico12, la variación semántica ha sido desatendida en todos los niveles,
especialmente en el onomasiológico conceptual, a excepción de los estudios de
variación léxica (generalmente en perspectiva diatópica) y de los de léxico
disponible, que mencionaré muy brevemente más adelante 13 . Los estudios
variacionistas la consideran extremadamente problemática debido a la metodología
original para la selección de las variables, a la que subyace una visión de la lengua
que separa langue y parole.14
Para la sociolingüística variacionista laboviana, una variable es una unidad del
sistema lingüístico con variantes sensibles al contexto (extra)lingüístico 15 . Las
variantes deben tener el mismo valor referencial o función gramatical 16 . Las
variables deben ser muy frecuentes, estar insertas en la estructura gramatical y
presentar estratificación social o estilística en su distribución17. Dada la aspiración
de estudiar el vernáculo, las variables deben realizarse inconscientemente.
Estos requisitos resultan problemáticos para todos los niveles lingüísticos
exceptuando el fonológico18 y, en menor medida, el morfológico19; pero el nivel
sintáctico se enfrenta a la falta de equivalencia, a la dificultad en la identificación
del contexto de la variable, y a la escasez de ocurrencias 20 . Estos problemas se
reproducen en el plano léxico y, aún en mayor medida, en el semántico.
Primeramente, la equivalencia de variantes choca con el problema de la sinonimia.
Según López Morales 21 , dos palabras son variantes si tienen los mismos
constituyentes semánticos, el mismo valor de verdad y son intercambiables en todos
los contextos22. Este criterio ha acotado el estudio a alternancias léxicas en las que
la equivalencia (total o parcial) plantea menos problemas, como
____________

12
W. Labov (1972), p. 183.
13
La excepción de los estudios de variación léxica (generalmente en perspectiva diatópica)
y de los de léxico disponible, que mencionaré brevemente más adelante.
14
J. L. Blas Arroyo (2005), p. 38.
15
W. Labov (1972), p. 8.
16
Ibíd., p. 271.
17
Ibíd., p. 49.
18
B. Lavandera (1978).
19
F. Moreno Fernández (2009), p. 28.
20
C. Silva-Corvalán (2001), pp. 129-132.
21
H. López Morales (2009), pp. 25-26.
22
También en E. J. Weiner y W. Labov (1983) y F. Moreno Fernández (2009).

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mujer/esposa/señora 23 , conocido, famoso y célebre; casa, domicilio, vivienda y


residencia; fácil, simple y sencillo, etc.24.
Los demás criterios variacionistas también plantean problemas: tanto palabras
concretas como conceptos tienen frecuencias muy bajas, incluso los muy comunes,
y son realizados con un alto grado de consciencia. También se dan dificultades
metodológicas para la cuantificación, ya que el análisis variacionista requiere listar
todas las variantes posibles de la variable25, para conocer su peso específico. Esto es
prácticamente imposible, dado el carácter abierto de los repertorios léxico y
semántico26; especialmente en el nivel onomasiológico conceptual, ya que, en la
negociación interactiva del significado, se pueden tratar como equivalentes
elementos teóricamente alejados 27 , imposibilitando la delimitación a priori de
variantes.
De estas limitaciones metodológicas se derivan además dos problemas teóricos
para el estudio semántico: la concepción del sistema de la lengua y la ausencia de
una teoría del significado lingüístico. Aunque los sociolingüistas variacionistas
defendieran que existe un solo sistema de lengua y uso 28 , en la práctica, la
necesidad de que exista un nivel de elementos subyacentes y otro en el que se
realizan sus variantes hace muy difícil creer en un sistema lingüístico unitario,
porque se siguen considerando dos planos, uno variable, y otro invariable y
definible29. Paralelamente, la metodología sociolingüística se basa en la ausencia de
diferencias semánticas, como ya se ha mencionado, priorizando variables como las
fonológicas; por lo que no se desarrolló una teoría del significado lingüístico
propiamente dicho30.
Estas dificultades han sido destacadas también en varias ocasiones en el mundo
hispánico, especialmente con referencia a la variación léxica31. Entre las líneas de
investigación principales en el mundo hispánico, destaca el estudio del léxico
disponible, que se ha llevado a cabo de forma coordinada en varias comunidades
hispanohablantes, como el Proyecto Panhispánico, iniciado por López Morales32.
Estos estudios se centran principalmente en el plano onomasiológico formal, más
____________

23
F. Rodríguez González y B. L. Rochet (1999).
24
L. Escoriza Morera (2012), p. 268.
25
W. Labov (1972b).
26
J. L. Blas Arroyo (2005), p. 79.
27
F. Moreno Fernández (2012), p. 106.
28
U. Weinreich, W. Labov y M. Herzog (1968).
29
Ver, a este respecto, las críticas de M. A. K. Halliday (1996), p. 412; o R. Hasan (2009).
30
B. Lavandera (1978).
31
J. Borrego Nieto (1994); H. López Morales (2006); L. Escoriza Morera (2012).
32
Las contribuciones, muy numerosas, se pueden consultar en la página web del proyecto:
www.dispolex.com (fecha de consulta: 10/05/2016). Sirvan como ejemplo las siguientes: J.
A. Samper Padilla (2006); N. Hernández Muñoz (2006); M. Etxebarria Arostegui (1996).

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que conceptual (de hecho se suele hablar de “vocabulario”, “voces”, “lexías” y de


“campos léxicos”), y utilizan métodos de recogida de datos habitualmente basados
en cuestionarios escritos. En otros estudios de variación léxica, se proponen una
serie de opciones entre las que el informante debe elegir, según ciertos
condicionantes contextuales, como las alternancias estudiadas por Escoriza Morera,
mencionadas anteriormente.
Por su parte, la variación más allá de los lexías, más allá de la necesidad de
equivalencias en el nivel del sistema, la que puede entrañar diferencias de
significado lingüístico entre variantes, como en el nivel de la onomasiología
conceptual, se ha desatendido casi por completo en sociolingüística, y el desarrollo
de metodologías para su estudio en uso está muy poco avanzado, a pesar del interés
que comportan33. Aunque ha habido intentos de análisis semántico componencial34,
las variables semánticas no se pueden dividir en atributos “suficientes y
necesarios”, en el plano del sistema, como un fonema. Incluso conceptos
aparentemente sencillos presentan problemas importantes en este sentido, como ha
demostrado empíricamente la semántica cognitiva35. Sin duda, este bloqueo teórico
y práctico choca con la percepción de hablantes y lingüistas, que aprecian la
capacidad de palabras y conceptos para construir significado social en el discurso;
como Sapir36, que mencionaba el apodo como elemento de vinculación intragrupal,
o Silverstein 37 , que destaca la función de shibboleths de ciertas palabras. Sin
menospreciar las dificultades mencionadas, la sociolingüística debería ser capaz de
estudiar este nivel, con el fin de observar las diferencias sociales, identitarias y
culturales en la forma de conceptualizar la realidad38.

3. La sociolingüística cognitiva y la variación semántica


Los problemas de la sociolingüística con la semántica léxica mencionados hasta
ahora han motivado, en parte, el desarrollo de la sociolingüística cognitiva, una
línea de investigación reciente nacida de la aproximación de la lingüística cognitiva
(con la que comparte aparato teórico) a las metodologías de estudio de la lengua en
contexto social, propias de la sociolingüística. Desde sus primeras manifestaciones,
la sociolingüística cognitiva ha prestado una atención especial al problema del
significado lingüístico en perspectiva sociolingüística y a las posibles formas de
estudiarlo. Se parte de la premisa fundamental de que, debido a las características

____________

33
M. A. Aijón Oliva y M. J. Serrano (2010).
34
D. Sankoff, P. Thibault, y H. Bérubé (1978).
35
J. Allwood 2009; y ver la introducción a H. Cuyckens, R. Dirven, y J.R. Taylor (2009).
36
E. Sapir (1949), p. 16.
37
M. Silverstein (1992; 2003).
38
F. Sharifian (2011).

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propias del significado, se necesita un marco teórico flexible y no esencialista


acorde con sus complejidades39.

3.1. La teoría cognitiva del significado


La motivación fundamental de la sociolingüística cognitiva como línea de
investigación mixta es que las dos líneas que combina, la lingüística cognitiva y
sociolingüística, son complementarias 40 . Notablemente, la lingüística cognitiva
puede aportar a la sociolingüística una teoría del significado lingüístico, cuya idea
fundacional es que el lenguaje es un instrumento para organizar, procesar y
transmitir información 41 . En este modelo, el significado es un proceso de
categorización, es decir, de traducción del mundo, a través del lenguaje, en
símbolos (las categorías) con los que representamos la realidad en nuestro
pensamiento42. El significado presenta cuatro propiedades esenciales. La primera de
ellas es que el significado parte siempre de una perspectiva determinada. En este
sentido, no refleja la realidad de forma objetiva, sino que la interpreta, lo que
implica a su vez que lo que se comunica siempre se estructura desde una visión
particular. Así, las diferencias entre las construcciones activas o pasivas, los
deícticos, las expresiones espaciales, temporales y, en general, todos los elementos
linguüísticos contribuyen a una estructuración del significado desde cierto punto de
vista 43 . En segundo lugar, el significado es dinámico y flexible. Las categorías
semánticas son una interpretación de la realidad y, puesto que esta es cambiante, el
significado no puede entenderse como una estructura rígida, sino adaptable a los
cambios. La relación entre los significados se asemeja a los parecidos de familia,
por lo que es gradual: los elementos de una determinada categoría serán más o
menos típicos según las características que compartan con ella 44 . Un ejemplo
clásico es el de la categoría de ‘ave’, en la que los ‘gorriones’, las ‘águilas’ o los
‘pingüinos’ son ejemplares con características comunes y otras distintas, que los
sitúan en posiciones más centrales o más periféricas de la categoría. En tercer lugar,
el significado es enciclopédico y no autónomo con respecto a otros conocimientos
que se tienen del mundo, como lo que aprehendemos a través de nuestro cuerpo,
pero también lo que nos llega por estar insertos en culturas y sociedades específicas.
Esto se deriva de que el lenguaje no está separado del resto de las capacidades
cognitivas. El aparato cognitivo en general no se compone de conceptos aislados,
sino de bloques más amplios de significado a modo de escenas 45 . Así, la
____________

39
K. Janicki (2006).
40
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
41
D. Geeraerts (2006).
42
J. R. Taylor (1989).
43
D. Geeraerts (2006), p. 4.
44
Ibíd. p. 4.
45
J. Fillmore (1982).

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estructuración del significado depende de todas las experiencias que tenemos como
personas, tanto desde el punto de vista sensorial como identitario46 . Ligada a la
anterior, la última característica del significado lingüístico es que está basado en el
uso y en la experiencia, por lo que la mejor manera de observarlo es a través de
ejemplos reales, y no creados ad hoc. Desde este punto de vista, la preeminencia
tradicional del nivel estructural de la lengua frente al nivel del uso se rechaza;
lógicamente, si se acepta que el conocimiento de la lengua es experiencial, la única
forma de llegar a conocer su funcionamiento es a través del uso.
La sociolingüística cognitiva entiende la lengua como fragmentos de uso real
que emergen por encima de las situaciones individuales como un ‘potencial
estructurado’47, que sería el sistema. Geeraerts48 propone pensar en la lengua como
un conjunto de sistemas lectales con rasgos de prototipicidad, cuyos fenómenos
lingüísticos son más o menos centrales (o prototípicos) dentro de la variedad lectal.
En esta visión dialéctica entre sistema y uso, el estudio de la lengua en contexto es
la única forma de acceder a las regularidades del sistema49.
La sociolingüística cognitiva propone adoptar la metodología sociolingüística
para estudiar sistemáticamente las variables contextuales y sociales. Así se
conjugan las dos facetas de la experiencia que influyen sobre el significado, la
experiencia corporeizada y la social; para probar si, como postulan, grupos distintos
en diversas condiciones sociales, geográficas, etc., tienen un conocimiento del
mundo distinto que conlleva diferencias en la conceptualización50.
En definitiva, el beneficio es mutuo. La lingüística cognitiva puede aprender de
la sociolingüística en el análisis con variables sociales; y la sociolingüística puede
incorporar una teoría del significado y una metodología para analizar la semántica
léxica. Además, al incluir en la naturaleza social del ser humano un aparato
cognitivo entre el mundo y la categorización, la comprensión del fenómeno de la
variación es integral, ya que contempla el círculo contexto-cognición51.

3.2. La aplicación práctica de la sociolingüística cognitiva


La visión de la sociolingüística cognitiva tiene además consecuencias
metodológicas. En la práctica, supone abrir el campo de estudio a variables con
diferencias de significado. Más que un significado esencial, en el sentido platónico
(cf. Cratilo), se considera que las categorías siguen los principios de

____________

46
D. Geeraerts (2006), p. 5.
47
K. Boye y P. Harder (2007), p. 572.
48
D. Geeraerts (2010).
49
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
50
G. Kristiansen y R. Dirven (2008), p. 4.
51
F. Moreno Fernández (2012), pp. 18-19.

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prototipicidad52. No pueden definirse según rasgos suficientes y necesarios, ya que


no son discretas, ni homogéneas. Se rechaza así la tendencia sociolingüística a
definir los conceptos sin ambigüedad y se opta por una visión del significado
lingüístico contextualizado y flexible, infraespecificado en las propias palabras y
asignado únicamente en contexto53.
Los significados ‘permanentes’ de la lengua se construyen repetidamente en
situaciones comunicativas de interacción, social y culturalmente situadas 54 . La
sociolingüística cognitiva propone, en este sentido, incluir variables contextuales,
sociales y regionales55, para poder discernir empíricamente qué parte de la variación
observada se debe a cuestiones conceptuales y qué parte a motivos externos; hecho
que, como se podrá deducir, tiene una relevancia máxima.
El amplio componente metodológico de los estudios sociolingüístico-cognitivos
demuestra un defensa explícita del análisis empírico, mayoritariamente cuantitativo.
En un modelo teórico como este en el que todos los conocimientos del ser humano
afectan al uso de la lengua 56 , son necesarios métodos que incluyan todos los
factores internos y externos al fenómeno estudiado, y que desentrañen eficazmente
qué parte de la variación responde a cada uno. Para ello, se utilizan métodos de
análisis multivariante, que permiten medir simultáneamente el peso de diversos
factores.
A diferencia de la sociolingüística tradicional, que suele basarse en entrevistas o
conversaciones grabadas, la sociolingüística cognitiva utiliza técnicas de extracción
masiva de datos no elicitados, propias de la lingüística de corpus. Habitualmente, no
incluyen trabajo de campo, ni recogida directa de datos (con excepciones)57, aunque
la diversidad de corpus es, cada vez más, uno de sus objetivos metodológicos,
puesto que la información derivada de cada uno es limitada58.

3.3. Líneas de investigación en sociolingüística cognitiva


Geeraerts y Kristiansen 59 destacan tres líneas principales de desarrollo de la
sociolingüística cognitiva: 1) la que plantea modelos teóricos sobre el papel de los
factores sociales en el desarrollo de la lengua60; 2) la que investiga la variación de

____________

52
E. Rosch (1978); B. Berlin y P. Kay (1969); D. Geeraerts, S. Grondelaers, y P. Bakema
(1994).
53
K. Janicki (2006).
54
C. Sinha (2007); J. Zlatev (2005); E. Itkonen (2003); P. Harder (2003).
55
G. Kristiansen y R. Dirven (2008).
56
D. Glynn (2010), p. 6.
57
L. Impe, D. Geeraerts, y D. Speelman (2009); G. Kristiansen (2003); J. Robinson (2010).
58
K. Heylen, J. Tummers, y D. Geeraerts (2008).
59
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014), pp. 7-9.
60
C. Sinha (2007); J. Zlatev (2005); E. Itkonen (2003); P. Harder (2003); etc.

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fenómenos de significado en relación con variables externas61 y, en particular, la


relación entre la variación formal y la semántica62; y, finalmente, 3) la línea dirigida
a estudiar cómo los hablantes perciben y categorizan la variación63.
La segunda línea incluye los estudios de variación léxico-semántica, objeto de
este artículo. En el plano semasiológico, un objetivo básico es determinar el peso
específico de los distintos significados de una categoría léxica (o “prominencia
semasiológica”). Así, Robinson 64 analiza el adjetivo awesome en un corpus de
entrevistas y demuestra la importancia de la edad en la preferencia por términos
referidos a significados más centrales (great), o más periféricos (terrible), que
puede indicar un cambio en curso en la estructura semasiológica del adjetivo. Por su
parte, Zhang et al.65 investigan qué factores influyen en el uso de nombres propios
de capital de país como metonimia del concepto de ‘gobierno’, en un corpus de
periódicos de China Continental y de Taiwán. Sus resultados apuntan a razones
ideológicas y políticas.
En el plano onomasiológico, predominan los estudios de variación formal
dedicados a medir la convergencia o divergencia de variedades geográficas de una
misma lengua66. Un ejemplo excepcional de variación onomasiológica conceptual,
el nivel menos atendido, es el estudio de Grondelaers y Geeraerts 67 sobre la
variación de ‘cáncer’ en un corpus escrito, para determinar si los niveles de
especificidad en la expresión (específico: breast cancer; genérico: cancer; vago:
disease) se ven influidos por el tema del artículo y su perspectiva más o menos
impersonal. Los resultados muestran una tendencia a la hiperonimia en contextos en
que se relata una experiencia personal, atribuida a un efecto del tabú sobre el nivel
intermedio.
Estos estudios explican detalladamente su metodología de selección y
codificación de ocurrencias; paso sin duda necesario para garantizar que el proceso
de clasificación de variables sea transparente, coherente y comprensible. Este es el
requerimiento propio del estudio de los niveles léxico y semántico que tienen, por
fin, abierto el camino en sociolingüística. Los trabajos dentro de este paradigma se
multiplican, demostrando su utilidad para el estudio de estas variables en
perspectiva social, especialmente en relación con las categorías macrosociológicas.
____________

61
J. Robinson (2010); A. Soares da Silva (2005); E. Zenner, D. Speelman, y D. Geeraerts
(2012); W. Zhang, D. Speelman, y D. Geeraerts (2011); etc.
62
D. Geeraerts, S. Grondelaers, y P. Bakema (1994); K. Heylen, Y. Peirsman, y D.
Geeraerts (2008); T. Ruette, D. Speelman, y D. Geeraerts (2011); D. Speelman, S.
Grondelaers, y D. Geeraerts (2003); etc.
63
D. Geeraerts (2003); G. Kristiansen (2003, 2010); etc.
64
J. Robinson (2010).
65
W. Zhang et al (2011).
66
D. Geeraerts, S. Grondelaers, y D. Speelman (1999); A. Soares da Silva (2010).
67
S. Grondelaers y D. Geeraerts (1998).

320 Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica


2016, vol. 34 311-338
Andrea Pizarro Pedraza Variación semántica…

En la introducción, mencionaba que el estudio de la variación semántica


simboliza un cambio de etapa en sociolingüística, junto con las variables
microsociológicas, propias de los estudios de variación conocidos como “la Tercera
Ola”68. Estos estudios están orientados a comprender qué consiguen los hablantes,
como agentes sociales, con la variación en sus discursos. Esta perspectiva apenas
está incorporada a la sociolingüística cognitiva, que explica la variación con
patrones macrosociológicos (nación, edad, etc.). En las páginas siguientes expondré
el argumento de Eckert, con la intención de incorporar sus reflexiones, finalmente, a
la propuesta de este trabajo.

4. La Tercera Ola y el significado social de la variación observada.


Aunque la sociolingüística no tiene una teoría del significado lingüístico, la
disciplina sitúa en primer plano la teoría del significado social. A pesar de su
diversidad, las subdisciplinas sociolingüísticas mantienen el interés original por el
estudio de las correlaciones entre lengua y sociedad69, ya que al sociolingüista le
interesa el ser humano como animal que habla, piensa, se comunica y vive en
sociedad70.
Para la sociolingüística, la variación lingüística no es libre, o fruto del azar, sino
que refleja, reproduce y construye significado social. Esto se traduce,
cuantitativamente, en una relación entre la frecuencia de aparición de determinadas
variantes y factores externos71 como el origen geográfico, la edad, la clase social, el
sexo/género, la etnia, etc., determinantes en la construcción de la identidad72 y que
afectan al uso de la lengua. Labov73 incluyó además la variable “estilo”, relacionada
con el uso de variedades más o menos formales por una misma persona, según la
atención prestada al habla en diferentes situaciones comunicativas. El papel que
ocupan hoy estos factores en la teoría ha evolucionado. Esta evolución se puede
dividir en Tres Olas, no estrictamente cronológicas, de los estudios de variación74,
según se interprete el significado de la variación: como un reflejo de categorías
macrosociológicas (Primera Ola); como índice de categorías locales (Segunda Ola);
como práctica social, indicadora y reproductora, indirectamente, de ciertas
categorías (Tercera Ola).
La Primera Ola se inicia con el estudio variacionista de la ciudad de Nueva
York75. En los inicios, la motivación era estudiar las relaciones directas entre el uso
____________

68
P. Eckert (2005; 2009).
69
F. Coulmas (1998), ver introducción.
70
Como expresa P. Trudgill en su introducción a U. Ammon et al. (2004), p. 5.
71
W. Labov (1966a).
72
J. M. Hernández Campoy (2011); R. B. Le Page y A. Tabouret-Keller (1985).
73
W. Labov (1966b).
74
P. Eckert (2005; 2009).
75
W. Labov (1966b).

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 321


2016, vol. 34 311-338
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lingüístico y las variables macrosociológicas (edad, sexo, clase social, etnia),


entendidas como grandes bloques estructuradores de la sociedad. Esta etapa inicial
fue criticada por su incapacidad para explicar, exclusivamente a través de patrones
macrosociológicos, qué hacían los hablantes con las distintas variables lingüísticas
en distintos puntos de la estructura76. Como respuesta, surgió la Segunda Ola, con
enfoque etnográfico e interesada por la variación a nivel local. Consideran la
existencia de categorías locales entre las variables macrosociológicas y el hablante,
definidas ad hoc para cada grupo estudiado. En su investigación del instituto de
Belten High, Eckert 77 trabaja con las categorías locales Jocks y Burnouts, que
remiten a los adolescentes de clase media y trabajadora, respectivamente. Otros
ejemplos representativos de esta ola son los estudios de redes sociales en Belfast de
Lesley Milroy78, las observaciones de Trudgill79 acerca del prestigio encubierto de
las variantes vernáculas en hombres de clase media en Norwich o, en nuestro país,
los trabajos de Villena Ponsoda80. La sociolingüística variacionista hispánica se ha
movido hasta ahora mayoritariamente entre estas dos olas, como se puede observar
en obras colectivas, manuales o estados de la cuestión que recogen los avances de la
disciplina81.
La Tercera Ola avanza hacia una visión más flexible de la variación lingüística,
no tan centrada en la estructura social. El cambio fundamental está en la relevancia
que adquiere el concepto de ‘práctica estilística’ 82 , y en la inclusión de la
agentividad de los hablantes dentro de la estructura social. Eckert 83 subraya la
repercusión de “la teoría de la práctica” de Pierre Bourdieu84 y la noción de habitus
como centro de los procesos de reproducción social, situando la evolución de la
sociolingüística dentro de un cambio de rumbo general de las ciencias sociales.
Los estudios de la Tercera Ola no niegan la importancia de la estructura social,
sino que explican cómo aquella limita las posibilidades de la práctica y cómo la
práctica produce y reproduce la estructura85. Se busca desentrañar qué significan los
____________

76
P. Brown y S. Levinson (1979).
77
P. Eckert (1989; 2000).
78
L. Milroy (1980).
79
P. Trudgill (1972).
80
J. A. Villena Ponsoda (2007).
81
Entre otros, Blas Arroyo (2005); Cestero Mancera et al. (2006); J. A. Samper Padilla
(2004).
82
La ‘práctica estilística’ se refiere a las actividades, dinámicas y constantes, de creación de
estilo por parte de los hablantes (aunque se relaciona también con prácticas
extralingüísticas), vinculadas con significados sociales preexistentes, según Eckert (2005),
p. 19.
83
P. Eckert (2009),p. 14.
84
P. Bourdieu (1972).
85
P. Eckert (2009), p. 14.

322 Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica


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usos lingüísticos para las prácticas estilísticas en interacción, más que para las
categorías, aunque sean locales 86 87 . El uso de la lengua tiene un carácter
performativo y, por tanto, la variación no es un mero reflejo de la estructura social,
sino un recurso para poner en práctica determinadas acciones, cualidades o
posiciones, que conforman un entramado de significados microsociológicos. Para
entender cómo se vinculan los significados sociales locales con los
macrosociológicos, se introduce el concepto de ‘indexicalidad indirecta’88, principio
según el cual las formas lingüísticas no remiten a las categorías sociales
directamente, sino indirectamente, a través de otras acciones realizadas
discursivamente, como la toma de ‘posiciones’.
La ‘posición’ (en inglés, stance)89 es un mecanismo mediador entre la actuación
individual y el significado social. Aunque hay interpretaciones más estrictas 90 ,
Jaffe91 propone que las posiciones que un hablante construye interaccionalmente en
el discurso pueden ser muy variadas: de ‘experto’, de ‘élite’ 92 , etc. Según
Kiesling 93 , la posición sería la indexicalidad de primer orden, es decir, la que
motiva la variación en primer lugar. Las posiciones que un hablante toma
habitualmente configuran su “estilo personal”, socialmente motivado, y podrían
convertirse a su vez en índice de identidades distintas (o ‘personas’ o ‘tipos
sociales’), por la práctica y la repetición94.
En suma, se explica el significado de la variación de forma más matizada: las
estrategias lingüísticas de los hablantes contribuyen a la toma de posiciones que,
por la práctica, remiten a tipos sociales (locales), asociados con determinadas
categorías macrosociológicas (ver Figura 1). Por ejemplo, Qing Zhang 95 estudia
cómo los yuppies de Pekín usan las vocales finales y la /z/ interdental
(características típicamente pekinesas, relacionadas en particular con dos tipos
locales, smooth operator y alley saunterer, y ciertas cualidades urbanas) para crear
un estilo nuevo, que les sirve de demarcación social como élite económica.

____________

86
P. Eckert (2009), p. 15.
87
Según la autora, la raíz de esta evolución teórica estaba de hecho en el primer estudio de
W. Labov (1963) en Martha’s Vineyard, que sienta las bases de lo que serán, años después,
los aportes de la Segunda y la Tercera Olas.
88
E. Ochs (1992); M. Silverstein (1992; 2003).
89
Mi traducción.
90
J. W. Du Bois (2007).
91
A. Jaffe (2009).
92
ibíd., 8-9.
93
S. Kiesling (2009), p. 172.
94
E. Ochs (1992).
95
Q. Zhang (2005).

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 323


2016, vol. 34 311-338
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Figura 1 Niveles de significado de la variación lingüística (interpretación según


los estudios de variación de la Tercera Ola).

La variación lingüística se entiende como un sistema indexical cargado de


significados, que inserta ideología en el lenguaje, permitiendo a su vez que los actos
lingüísticos actúen sobre la sociedad96. La base de las prácticas estilísticas está en
las oposiciones ideológicas que se dan en las interacciones con otros hablantes97, ya
que estos despliegan sus propios estilos, provocando una sucesión de ajustes en la
conversación. En estas situaciones de encuentro es donde se manifiestan las
diferencias en los usos lingüísticos, a las que se les puede otorgar significado social.
La capacidad de reconocer características lingüísticas socialmente diversas hace
que se puedan representar identidades distintas a la propia (por ejemplo, de otro
dialecto), a través de rasgos estereotípicamente relacionados con ellas. En contra de
la tradición variacionista, Eckert reclama que estos usos “a conciencia”, al servicio
de representaciones estereotipadas, son extremadamente reveladoras del orden
social y, por tanto, son parte de la actividad estilística tanto como las actividades
más automáticas.
Este giro hermenéutico, muy resumido, propone una visión menos esencialista
y rígida de la sociolingüística, que diferencia a la Tercera Ola de la Segunda, pero
sobre todo de la Primera. En este punto se entenderá por qué en sociolingüística
cognitiva se echa de menos una mayor repercusión de estos avances interpretativos.
____________

96
P. Eckert (2009), p. 21.
97
J. Irvine (2001).

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Las variables que se incluyen en la mayor parte de los estudios sociolingüístico-


cognitivos son macrosociológicas y su repercusión en la variación se interpreta
como un reflejo del grupo al que se pertenece, como en la Primera Ola, sin
cuestionamiento98. Una visión más coherente con la sociolingüística actual debería
incluir un modelo basado en la práctica estilística e incorporar las teorías de la
Tercera Ola en cuanto a la interpretación del significado social de la variación.

5. La propuesta: una sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola


Para no “reinventar la rueda sociolingüística”99, cualquier estudio que adopte
una perspectiva de variación debería incluir una reflexión profunda sobre qué
significa esa variación. En esta línea, para responder a la pregunta de investigación
inicial, “¿Qué puede ofrecer la sociolingüística a la sociolingüística cognitiva?”,
considero que la sociolingüística puede ofrecer una reflexión teórica sobre la
interpretación del significado de la variación, con implicaciones para la formulación
del discurso teórico, para los objetivos de la disciplina y para el aparato
metodológico diseñado para conseguirlos.

5.1. Discurso teórico


En ocasiones, armonizar discursos teóricos interdisciplinares puede ser una
tarea compleja, pero este no es el caso. El discurso de la sociolingüística cognitiva
es, en realidad, más coherente con los estudios de la Tercera Ola que con una visión
más estanca de la variación, puesto que se basa en la flexibilidad, la
performatividad y el no esencialismo.
La Tercera Ola propone una visión del comportamiento lingüístico que encaja
dentro de una teoría social no solo lingüística, ya que introduce el estudio de la
lengua en una reflexión global sobre el individuo, donde todo acto lingüístico
contribuye a la práctica estilística 100 . Se puede decir que aplica una teoría
maximalista del significado social, así como la lingüística cognitiva propone una
visión maximalista del significado lingüístico. Este aspecto establece el primer
fundamento teórico para una sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola: la lengua
es principalmente semántica 101 y siempre construye significado social102.
Además, en ambas destacan la subjetividad y la interpretación como elementos
de la comunicación lingüística. Las prácticas estilísticas mencionadas se dan en
interacción y desde una perspectiva, la del hablante, que, a través de todos los
recursos lingüísticos, toma posiciones según el contexto 103 . Ello implica una
____________

98
S. Gries (2013), p. 6.
99
P. Eckert (2009), p. 2.
100
ibíd.
101
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014), p. 3.
102
P. Eckert (2009), p. 21.
103
ibíd., p. 22.

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 325


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interpretación de la situación por parte del hablante, coherente con la idea de “filtro
de la realidad” que supone el proceso de conceptualización 104 . La inclusión del
aparato cognitivo en el modelo sociolingüístico tiene el potencial de eliminar el
esquema determinista de los inicios, al contemplar un elemento mediador entre el
hablante y los factores sociales, que les da un margen amplio de flexibilidad y
variación individual, dentro de su contexto social y cultural. En este sentido, ambas
teorías son pragmáticas y experienciales en esencia.
La naturaleza performativa de la lengua en uso es consustancial a la idea de la
práctica estilística, puesto que el hablante hace cosas con palabras; concretamente,
crea significado social en varios niveles de indexicalidad 105 . La performatividad
subyace también a la noción de estructuración conceptual de la realidad106, propia
de la lingüística cognitiva (y retomada en la sociolingüística cognitiva), puesto que
en cada acto lingüístico el hablante construye significado lingüístico desde una
perspectiva.
Finalmente, ambas teorías aplican el no esencialismo. Para ambas, el
significado (lingüístico y social) está infraespecificado: para la lingüística cognitiva,
en el nivel del significado semántico de los propios elementos lingüísticos107, ya que
no es posible definirlos según características suficientes y necesarias. Por su parte,
la Tercera Ola considera que el significado social de los elementos lingüísticos
también está infraespecificado, por lo que su poder indexical no se puede definir a
priori 108 . Las variantes no se asocian con determinadas categorías directamente,
sino que adquieren significados concretos según la situación. En ambos casos, la
potencialidad de los elementos lingüísticos, tanto en su aspecto semántico como
social, solo significa plenamente en contextos concretos.

5.2. Objetivos comunes y específicos


Según Eckert109, el objetivo de la Tercera Ola es demostrar, que la variación
expresa la totalidad de las inquietudes sociales de una comunidad dada; que el uso
de la variación no solo refleja, sino que construye significado social, y es una fuerza
de cambio de la sociedad; y, finalmente, que el significado social de las variables
individuales está infraespecificado y solo se completa en el contexto del discurso, y
de forma crucial, en la construcción de los estilos de habla.
Por su parte, el programa sociolingüístico-cognitivo está orientado a salvar la
distancia existente entre la sociolingüística y la lingüística cognitiva; al estudio de
la lengua en contexto; y, finalmente, al desarrollo de métodos empíricos
____________

104
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
105
P. Eckert (2009), pp.19-20.
106
D. Geeraerts y G. Kristiansen (2014).
107
K. Janicki (2006), p. 18.
108
P. Eckert (2009), p. 22.
109
P. Eckert (2009), p. 21.

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multivariantes que permitan distinguir los distintos tipos de variación cognitiva y


social110.
Además de los anteriores, un objetivo específico de la sociolingüística cognitiva
de la Tercera Ola, sería demostrar, por primera vez, el poder indexical de la
variación en el nivel semántico y su rol en las prácticas estilísticas. Algunos
trabajos anteriores permiten probar esta hipótesis: en estudios sobre la variación de
los conceptos sexuales, las variables microsociológicas demostraron ser explicativas
de la variación semántica. Por ejemplo, la variable ‘aborto’ demostró estar asociada
con la construcción discursiva de las posiciones pro- y antiabortistas de los
hablantes, en interacción oral y escrita111.

5.3. Implicaciones metodológicas


5.3.1. La variable sociolingüística
La sociolingüística de la Tercera Ola de Eckert propone cambiar el foco de
estudio 112 , ya que cuestiona la idea variacionista de la equivalencia entre las
variantes fonéticas, supuestamente carentes de significado lingüístico. Retomando
la idea del simbolismo fonético113, Eckert114 demuestra que los hablantes construyen
significados afectivos y estilísticos a partir de diferencias en variantes fonéticas,
como la realización oclusiva de la /t/ intervocálica en inglés 115 o la variación en la
cantidad de /o/ y /ay/116.
Las consecuencias teóricas son cruciales: si las variantes de una variable
fonética pueden expresar distintos significados lingüísticos (como el significado +
afectivo, mencionado anteriormente), se incorpora un componente semántico en
este nivel de variación, situándola en el mismo plano de dificultad que Beatriz
Lavandera 117 enunció para los fenómenos morfosintácticos, léxicos y semánticos.
En ese caso, es necesario asumir que la equivalencia de significado lingüístico no es
una aspiración realista, ni debe ser un criterio para seleccionar variables de estudio.
La Tercera Ola propone que el criterio de selección sea el ‘significado
potencial’ de la variable (en el sentido de la capacidad de significar social y
estilísticamente), más que cuestiones estructurales o de cambio lingüístico 118 .
Aunque esto abre la puerta a variables nuevas, la selección dependerá obviamente
de qué se entienda por ‘significado potencial’. En el plano onomasiológico, por
____________

110
G. Kristiansen y R. Dirven (2008).
111
A. Pizarro Pedraza (2013; 2015).
112
P. Eckert (2009), pp. 26-28.
113
E. Sapir (1929).
114
P. Eckert (2010).
115
S. Benor (2001); M. Bucholtz (1996); P. Eckert 2005; R. Podesva (2004).
116
P. Eckert (2010).
117
B. Lavandera (1978).
118
P. Eckert (2009), p. 28.

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 327


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ejemplo, se puede entender el potencial de las variables según su variabilidad y su


prominencia cultural como conceptos. En cuanto a la variabilidad, cuanto más
heterogénea sea la expresión de un concepto, más posibilidades tendrá el análisis de
ser rico en información sobre la categorización. Además, esta variabilidad puede
estar relacionada con la existencia de distintas conceptualizaciones motivadas por
factores culturales, como para los conceptos de ‘gobierno’ o ‘mujer’ 119 , o los
nombres de ‘religión’ 120 que han demostrado tener significados culturales o
sociales. Otras áreas de la realidad que pueden tener significado potencial serían los
modos de vida, las ideologías políticas, las emociones, las relaciones personales, la
sexualidad, la muerte, etc.
Como reclamó García Mouton 121 para la Dialectología, la colaboración
interdisciplinar contribuye a una comprensión más profunda del fenómeno
lingüístico. Si, para el estudio de la variación dialectal, “[e]xisten partes del
vocabulario donde se perciben restos del trasfondo cultural de creencias antiguas y
en las que la incidencia del folklore es más clara que en otras”122, parece razonable
esperar que los conceptos relevantes para el análisis sociolingüístico (generalmente
urbano) remitan a parcelas de la realidad prominentes en las comunidades de
estudio. La sensibilidad ante estas categorías es crucial para seleccionar las que
impliquen mayor significado potencial. En definitiva, la opción de una variable u
otra deberá basarse en un conocimiento no únicamente lingüístico, sino cultural,
social, histórico, etc., que permita localizar las áreas de interés en una comunidad
dada.
Yendo más allá, la elección del objeto de estudio debería hacerse, en la medida
de lo posible, desde una perspectiva crítica y ética; en línea con el compromiso con
el ser humano y su contexto social habitual en sociolingüística (“principio de la
deuda contraída” de Labov 123 ; o “principio de gratuidad” de Wolfram 124 ). La
utilidad del estudio sociolingüístico no es solo lingüística, por lo que no es una
cuestión menor dedicar el esfuerzo a áreas relevantes para la comunidad estudiada.

5.3.2. Recogida de datos


Como ya he mencionado, la metodología de recogida de datos mayoritaria de la
sociolingüística cognitiva es la utilización de corpus disponibles. Puesto que la
recogida de este tipo de datos tiene virtudes evidentes, quisiera centrar la atención
sobre métodos más costosos en recursos, pero que presentan otro tipo de ventajas.

____________

119
W. Zhang (2013).
120
Y. Peirsman, K. Heylen, y D. Geeraerts (2010).
121
P. García Mouton (1987a).
122
P. García Mouton (1987b), p. 189.
123
W. Labov (1982), p. 173.
124
W. Wolfram (1993), p. 227.

328 Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica


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La creación de corpus ad hoc presenta problemas difícilmente eludibles, de


entre los que destaca la inversión de tiempo, tanto en el trabajo de campo como en
la recogida de datos (a partir de entrevista u otros métodos) y en el procesamiento
(normalmente, mediante transcripción) 125 . Además, estos corpus suelen ser más
reducidos, y la cantidad de datos obtenida menor, especialmente para fenómenos
poco recurrentes, como los de variación semántica. No obstante, una planificación
basada en hipótesis sociolingüísticas convenientemente planteadas puede reducir
este problema y permite de hecho recoger variantes semánticas en uso de forma
controlada126. Algunas metodologías pueden ser muy sofisticadas y sus resultados
provechosos, como la de entrevista127.
Estas limitaciones se compensan por la riqueza de cierta información social,
difícil de conseguir con corpus en línea, y que constituye la ventaja principal de la
recogida de datos propios. Estos métodos permiten controlar ciertas condiciones,
aumentando notablemente las posibilidades de obtener información social de los
informantes, y no dejándola al azar, según la disponibilidad de los corpus en línea,
muchas veces anónimos. En todo caso, es necesaria una reflexión crítica sobre los
datos utilizados, puesto que de ellos depende el análisis y, por tanto, el alcance de
las conclusiones de cada investigación.

5.3.3. Consecuencias para el análisis y la interpretación


El análisis de la sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola debe poder
responder a los objetivos de investigación planteados. En concreto, el estudio de los
dos elementos que hemos considerado más relevantes de la nueva sociolingüística,
la variación semántica y las variables microsociológicas, implica una combinación
de mecanismos cualitativos y cuantitativos. La metodología mixta es necesaria para
responder a los objetivos de análisis y comprender los significados
microsociológicos.
La metodología cualitativa se aplica en dos fases del análisis. Para ciertos
fenómenos de variación semántica, la detección y clasificación de variantes es un
proceso manual difícilmente reemplazable por técnicas automáticas, especialmente
en el caso de la onomasiología conceptual, extremadamente variable. Además, las
variables microsociológicas, no pueden ser obtenidas automáticamente. Clasificar
las posiciones que toman los hablantes conlleva un análisis cualitativo de sus
discursos. En la fase de ‘operacionalización’, las clasificaciones citadas, semánticas
y sociales, se traducen a variables operativas que puedan cuantificarse.
La cuantificación es la base de la metodología sociolingüístico-cognitiva, ya
que investiga la prominencia de las variantes en términos de frecuencias. Para la
____________

125
S. A. Tagliamonte (2006).
126
A. Pizarro Pedraza (2013).
127
C. Briggs (1986); K. Hazen (2000); F. Moreno Fernández (2011); S. A. Tagliamonte
(2006); también contestada, W. Labov (2001); L. Milroy (1978); N. Wolfson (1976).

Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 329


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onomasiología conceptual, ausente hasta ahora en sociolingüística, Grondelaers y


Geeraerts128 señalan tres factores que intervienen simultáneamente en la elección de
una expresión concreta para determinado referente y que se determinan por su
frecuencia: primero, la prominencia semasiológica del referente con respecto a la
estructura semasiológica de la categoría; segundo, la prominencia onomasiológica
de la categoría léxica nombrada por la expresión concreta; y tercero, los factores
externos.
Los métodos multivariantes, como la regresión logística, permiten medir el peso
específico de cada factor (interno o externo) sobre las preferencias semánticas129.
Además de contemplar las posibles interacciones entre las variables externas para
aproximarse al significado social de forma detallada, como en los modelos de
efectos fijos130, los modelos de efectos mixtos permiten incluir variables aleatorias,
como los informantes, para analizar la variación a nivel individual131.
Aunque el uso de métodos estadísticos requiera la operacionalización de
realidades que no son numéricas, la cuantificación es un medio, pero no un fin en sí
mismo: la interpretación del significado de la variación empieza tras la obtención de
resultados.
El estudio de la variación debe ir encaminado a comprender su significado, en
términos de su poder indexical y de su contribución a las prácticas sociales.
Especialmente en el nivel semántico, si partimos de que la conceptualización está
socialmente motivada, nada impide pensar que la variación semántica también les
sirve a los hablantes para construir sus identidades en el discurso132.
En este sentido, la sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola debe suavizar el
papel de los factores macrosociológicos, e interpretar la variación en términos más
locales, atendiendo a las posiciones y a las prácticas estilísticas. Prioritariamente,
debe examinar el terreno aún poco transitado de la variación semántica y su uso en
la práctica estilística, espacio virgen todavía por explorar.

6. Conclusiones
Señalaba al principio que nos encontramos en un momento más flexible y
menos esencialista de la sociolingüística, relacionado con la posibilidad de estudio
de la variación semántica, introducida por la sociolingüística cognitiva, y con la
interpretación de la variación como práctica social, como en la Tercera Ola. Tras la
explicación concisa de ambas corrientes, he propuesto un modelo teórico ‘más
sociolingüístico’ de sociolingüística cognitiva, combinándolo con los presupuestos
de la Tercera Ola, para conjugar el gran avance que suponen ambas para la
____________

128
S. Grondelaers y D. Geeraerts (2003), p. 72.
129
D. Glynn (2010), p. 6.
130
H. Baayen (2008), p. 214.
131
Ibíd. p. 263; S. A.Tagliamonte y H. Baayen (2012); S. Gries (2013).
132
Como en A. Pizarro Pedraza (2013, 2015).

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disciplina. Ello responde a una voluntad de flexibilizar la interpretación


sociolingüística, que refleje la libertad con la que los hablantes construyen sus
identidades discursivamente. Además de los objetivos de ambos modelos, la
sociolingüística cognitiva de la Tercera Ola tiene el objetivo específico de estudiar
el poder indexical de la variación semántica, aún por investigar.
El modelo tiene características teóricas como el maximalismo, el subjetivismo o
la performatividad; y también metodológicas: la selección de la variable por su
significado potencial, interpretada aquí en términos de relevancia cultural y social;
la recogida de datos mediante métodos de campo; las metodologías de análisis
mixto orientadas a un estudio multivariante que incluya variables
microsociológicas, interacciones y variables aleatorias; y finalmente, la
interpretación de la variación en términos de sus significados locales y cotidianos.
Esta propuesta, como he procurado defender, permitirá comprender con mayor
flexibilidad y matices las opciones lingüísticas (por fin, en todos los niveles) de los
hablantes que, al ser entendidos como agentes sociales, serán tratados con mayor
justicia, al reconocérseles su capacidad de ser creativos. Las compatibilidades teóricas
y las posibilidades prácticas permiten afirmar que una sociolingüística cognitiva de la
Tercera Ola es un programa coherente y realizable, con la potencialidad de explicar
los hechos lingüísticos desde una perspectiva más completa, que sitúe la práctica
estilística en el centro del círculo que forman cognición y sociedad133.

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133
La primera versión de este trabajo se realizó con el apoyo de una beca predoctoral JAE
en el Instituto de Lengua, Literatura y Antropología (ILLC) del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC). La presente versión se ha finalizado con el apoyo de una
beca postdoctoral del programa Move-In Louvain. Les agradezco a mis directores de tesis,
Pilar García Mouton y Eugenio Bustos Gisbert, a los miembros de mi tribunal de tesis y a
los dos revisores anónimos sus comentarios para mejorar este artículo.

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