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Tema 5

PROYECTOS DE VIDA EN LOS JOVENES DE HOY


¿Qué es un proyecto de vida?: Es un una herramienta que busca orientar nuestro crecimiento personal, por
medio de la identificación de aquellas metas que deseamos lograr y de las capacidades que poseemos; Se
diseña con el fin de cumplir determinados objetivos o metas concretas basadas en gustos personales,
valores o habilidades, de modo que plantea y enlista un conjunto de alternativas que el individuo puede
tomar entorno a sus posibilidades en pro de su crecimiento personal; evita la dispersión y el desperdicio de
tiempo. Se dice que es un proyecto porque en él se plasman todos aquellos planes que se desean cumplir,
tomando en cuenta los diferentes ámbitos de nuestra vida; implica un acto de consciencia, valentía, entrega,
madurez y de toma de decisiones

Los elementos que conforman un proyecto de vida se dividen en aquellos que son parte de nuestro interior
y los que son parte de nuestro exterior. El autor estadounidense Robert Dilts ha desarrollado un modelo de
seis niveles neurológicos (cuatro interiores y dos exteriores) que ayudan a distinguir los diferentes
elementos que componen un proyecto de vida:

·         Espiritualidad: define cuál es la identidad que queremos que sea transcendental.


·         Identidad: ¿Quién soy?, ¿Quién quiero ser?, ¿Cuál es mi misión personal?
·         Creencias y valores: ¿Cuáles son las creencias, actitudes y valores que quiero desarrollar? y ¿Cuáles son las
que quiero cambiar?
·         Capacidades: ¿Cuáles son las aptitudes innatas?, ¿Cuáles son las capacidades desarrolladas con disciplina y
esfuerzo?, ¿Cuáles son las habilidades que se quiere desarrollar?
·         Acciones: ¿Qué actividades quiero realizar?, ¿Qué actividades quiero dejar?, ¿Qué quiero en mi día a día?
·         Medioambiente: ¿Dónde quiero estar?, ¿Con quiénes quiero convivir?, ¿Cómo me relaciono y quiero
relacionarme con mi entorno?
 
Además de estos elementos, hay algunas características y pasos que son esenciales para lograr un buen
proyecto de vida
 
CARACTERISTICAS:
El proyecto debe reflejar las características de la persona: sus deseos, expectativas y objetivos personales,
debe permitir analizar e integrar el pasado, presente y futuro, generar un espacio de encuentro y diálogo
personal considerando el aspecto social, considerando las virtudes y dones personales, así como las
posibilidades del entorno. Este traza un camino a seguir en función a las metas planteadas.

PASOS:
1)       Aprender a conocerse con honestidad y realismo: Es importante distinguir entre la imagen que
perciben los demás, la imagen ideal y el yo real. Además, es conveniente que acepte sus
limitaciones, pero sin perder la intención de mejorar y crecer.
2)       Escuchar la vida: Atender y aceptar las situaciones vividas, sentir con plenitud los sentimientos y
emociones, conectar con las otras personas; es decir, no se puede vivir ajeno a la cotidianidad.
3)       Saber elegir, tomar decisiones: Hay que considerar que la vida es como un árbol de múltiples
ramificaciones, que nos obliga a escoger unos caminos y a renunciar a otros.
4)       No tener miedo a equivocarse: Hay que ser valiente para aceptar los errores y sabio para
aprender de los mismos.
5)       Ser responsable de las consecuencias de las decisiones: En muchas ocasiones los resultados no
son precisamente los que esperábamos. Es entonces cuando se puede llegar a sentir dolor y
conflicto con uno mismo y con los demás.
6)       Comprometer su libertad: Ser libre significa tener capacidad de elegir, optar, comprometerse,
ceder espacio, dar nuestro tiempo, gastarnos la vida, tomando el sentido de libertad con
responsabilidad.
7)       Ser flexible y creativo: La vida da muchas vueltas que escapan a nuestro control; es decir, un
cambio de planes supone cambiar de rumbo o incluso volver a empezar.
8)       Buscar la coherencia entre todas las dimensiones de su vida: Hay que ser consistente y coherente
entre la vida personal y familiar, de acuerdo con sus planes a futuro, desempeño profesional y el
compromiso social.
9)       Vivir centrado y unificado: Hay que mantener una sintonía entre lo que uno piensa, dice, hace o
siente, es decir, siendo auténtico, versátil y resiliente ante las adversidades de la vida
Es muy esencial que los adolescentes y jóvenes, no sólo sean capaces de conocerse a sí mismos y
autorregularse emocionalmente, sino, que es importante que empiecen a trazarse un propósito en
la vida en función a sus actitudes, habilidades y competencias, en armonía con sus objetivos y
expectativas de vida, pero, sobre todo, que se planteen objetivos realistas de corto y mediano plazo
que puedan orientar su toma de decisiones. Es una técnica que permite a los adolescentes
prepararse para la vida adulta. La sola existencia de un proyecto de vida mejora sus probabilidades
de desarrollo de hábitos saludables y reduce el peligro de efectos adversos de los distintos factores
de riesgo sobre la salud integral del adolescente.
La idea que cada persona tenga sobre su futuro depende en parte de la educación: los valores adquiridos en
la escuela y en el hogar pueden ser el impulso o la motivación inicial necesaria para la auto-superación y la
búsqueda de proyectos. La idea de futuro también depende de la personalidad y de la posibilidad de confiar
en las capacidades y potencial de cada uno para creerse merecedores y capaces de cumplir todos los
objetivos propuestos, este futuro se verá influenciado por los eventos que sucedan en el transcurso de su
vida, principalmente en este período en el cual, viven un proceso que implica continuos cambios producto
del constante replanteamiento de sí mismo, de su vida.
Esta búsqueda del sentido de la vida les permite expandir su capacidad analítica y reflexiva, el desarrollo de
una identidad más amplia y una fundamentación más sólida de sus valores, pensamientos y afectos.
Al reflexionar sobre sí mismos y sobre los otros, el adolescente realiza acciones que lo identifiquen y a su
vez, que lo diferencien del resto de las personas. Cuestiona la cultura y las creencias imperantes con el afán
de “mejorar” a la sociedad con su aporte.
Existe una relación entre las aspiraciones y metas que el adolescente tiene para su futuro y su conducta
frente a situaciones de riesgo para su vida y su salud. Aquellos con expectativas más altas desarrollan
conductas protectoras que le evitan dichos riesgos. Planear la vida le permite ubicar en forma más clara sus
posibilidades dentro de un contexto real, para que sus conductas se proyecten hacía el futuro. Si existe este
plan, junto con el mismo nace la oportunidad de introducir en él elementos que redunden a largo y mediano
plazo en la adopción de conductas saludables.
*Actualmente al pensar en las carreras a futuro, muchos se imaginan profesiones como ingeniería de
software, ingeniería informática u otras que están estrechamente relacionadas con las nuevas tecnologías.
Sin embargo, los jóvenes hoy en día sueñan con desempeñarse en las mismas ocupaciones que hace 18 años
(medicina y derecho, entre otras) para cuando tengan 30; aunque, hay un factor que pesa en el proceso de
escoger una carrera de innovación, La opinión de los padres, esta muchas veces no afecta en la decisión final
de la persona, pero, en otras Si: “Ellos, en su mayoría, estudiaron carreras tradicionales, por lo que
aconsejan a sus hijos desde su experiencia y muchas veces desde el miedo o el proteccionismo, ya que
prefieren que tomen un camino seguro y no algo incierto”

*Particularmente en el período de la adolescencia, nos encontramos de manera frecuente con situaciones


de exclusión social de los jóvenes. Ya sea porque han quedado fuera del sistema escolar o porque se les
dificulta conseguir un puesto de trabajo debido a su escasa preparación y experiencia en lo laboral. Son cada
vez más los chicos que dejan de contar con la contención institucional necesaria y disponen de un exceso de
tiempo libre no planificado. Ellos constituyen el sector de la población que más preocupa socialmente por su
vulnerabilidad debido a que bajo el lema de “pasarla bien” y la ausencia de objetivos claros se exponen de
manera frecuente ante diferentes riesgos, entre los cuales el consumo de drogas adquiere cierto
protagonismo. Desde hace tiempo, por lo general, los adultos manejan una percepción sobre los
adolescentes la cual alude a personas que parecen no tener nada bueno. Se les ubica en contextos
conflictivos, se resaltan sus características “negativas” y “problemas”, se les considera “rebeldes”, “mal
vestidos”, “imprudentes” e “irresponsables”, entre otros, obviando así las experiencias y actitudes positivas
de ellos.”, haciendo alusión también a “la generación sin esperanza”, considerando su escasa motivación y
compromiso. Estas expresiones, en cierta forma, dan cuenta de la frustración que genera en el mundo de los
adultos tener que abordarlos, escucharlos y guiarlos en un contexto tan complejo y particular. Se trata de un
fenómeno cada vez más masivo.

Dicho anteriormente, uno de los factores que actualmente más influye en que los jóvenes “arruinen” su
proyecto de vida, es la drogadicción y el alcohol y, en este caso, debemos considerar que se ha dado un
proceso complejo a través del cual ha intentado lograr cierto bienestar, o evitar el malestar, sustituyendo su
frustración por un objeto externo. En este caso, una droga y alcohol. Al proporcionarle las mismas
parcialmente una sensación de gratificación se instaura en su interior un círculo vicioso debido a la
necesidad de repetir esa experiencia. De esta manera, todos sus comportamientos comienzan a estar
condicionados por el consumo. Gradualmente comienza a dedicar gran parte de su tiempo a planificar el
consumo, la obtención y administración de sustancias, por lo que su proyecto empieza a girar en torno a
este eje, en detrimento de los aspectos más importantes de la vida misma. Suele observarse un descuido de
los vínculos familiares más significativos, deserción escolar, crisis de pareja, distanciamiento de amistades
saludables, pérdida de empleo, etc. Puede decirse que el tiempo es vivido como un presente absoluto, sin
sentido, sin posibilidad de proyección, porque no existe tal finalidad, sino el deseo inmediato de satisfacción.

Para esto debe iniciarse un tratamiento, el cual tenga como objetivo interrumpir el consumo de drogas,
considerando también lo más profundo del ser humano. Se debe trabajar sobre la motivación de sentirse
implicado en este proceso, que quien demanda asistencia pueda sentirse protagonista de su propia vida,
siendo capaz de asumir todas las consecuencias que tiene la elección del estilo de vida deseado. Es la
instancia en que el sujeto decide qué camino quiere seguir configurando su propio proyecto, porque esta
libertad de decisión y esta responsabilidad personal frente a la vida no se le deben quitar nunca.

Podría decirse de manera simple que todo lo que ayude a los adolescentes a definir algunas metas a corto,
mediano, o largo plazo y desarrollar el sentido de responsabilidad será de mucha utilidad para definir su
estilo de vida y que vayan cobrando forma sus proyectos, de acuerdo a sus propios intereses y vocación. Por
ello, retomar alguna actividad abandonada, comenzar a estudiar, realizar deportes, tener algún hobbie o
entretenimiento, aprender algún oficio, colaborar con actividades en el hogar y organizar actividades
recreativas saludables junto a amigos o familiares cobra importancia entre las primeras sugerencias
efectuadas para poder ir definiendo un proyecto de vida saludable.

Nota: Tomémonos cinco minutos por día para evaluar cómo andamos en relación a lo que planteo, a la
realización del deseo, siempre podemos cambiar el rumbo de nuestra vida, lo que ocurre es que hay fuerzas
invisibles que nos impiden y nos traban esas pasiones y proyectos. No olvidemos nunca la dimensión de lo
inconsciente.
PARTICIPANTES:

36- Elba Lizeth Prieto Rodríguez: Reflexionar acerca del futuro, y búsqueda del proyecto

37- Angélika Melissa Prieto Vargas: Pasos

38- Rincón Barón Silvia Juliana: Tratamientos

39- Serrano Vargas Zharick Juliana

40- Toloza Luna Edwing Sebastián: Factores influyentes en arruinar el proyecto de vida

41- Torres Nicolás Andrés: Elementos y características

42- Villamizar Acosta Ana María: Actualidad en los jóvenes

43- Villamizar Bautista María Alejandra: ¿Qué es?

44- Zafra Suarez Danna Marcela: Desde ya planear el proyecto


Tema 5

VOCACIÓN Y PROFESIÓN
¿Qué es profesión?: es la “facultad u oficio que alguien ejerce y por el cual percibe una retribución”. Para
ser más específicos, se trata del camino que se elige para desarrollarse profesionalmente y para el cual se
estudia durante cierto tiempo con la finalidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos que son
necesarios para realizar una labor de manera adecuada. Siempre con el propósito de obtener una
remuneración económica. Son ocupaciones que requieren, aparte de conocimiento especializado, control
sobre el contenido del trabajo, autorregulación (organización propia mediante colegios profesionales,
sindicatos o gremios) y elevadas normas éticas (deontología profesional).

Se aprecia cómo, desde la visión sociológica de las profesiones, se puede llegar a consideraciones
totalmente extremas pues, por un lado se puede entender como una estrategia de ascenso hacia las formas
de vida de capas sociales más altas o bien, se puede llegar a entender como un engaño, como una forma de
encaminar a un conjunto de individuos a realizar una actividad con grandes expectativa y que finalmente no
se cumplen del todo.

En la iglesia, la profesión se refiere al acto por el que una persona se consagra libremente a Dios y asume los
consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, emitiendo un voto público según la regla y
las constituciones de un instituto aprobado por la Iglesia, bajo la autoridad de un superior que la recibe. Para
profesar se sigue un rito litúrgico y la fórmula propia de cada instituto.

¿Qué es vocación?: es la inclinación que una persona siente para dedicarse a un modo de vida, y puede
estar relacionada tanto con lo profesional (trabajo, carrera) como con lo espiritual.

En nuestra vocación intervienen muchos aspectos: nuestros gustos e intereses, las cosas que nos
reconfortan y nos causan curiosidad, las habilidades que tenemos o que hemos aprendido, así como nuestra
personalidad, nuestra forma de ser y de actuar, de asumir y enfrentar las cosas.

De allí que, con base en todo anteriormente mencionado, la vocación apunte hacia aquello que queremos
hacer y lograr como individuos en esta vida, hacia lo que nos proporciona satisfacción y le da sentido a
nuestras vidas. Así, cuando encontramos nuestra vocación logramos entender mejor quiénes somos, qué
queremos, hacia dónde vamos y para qué somos útiles.

La vocación de una persona está compuesta por ciertos aspectos que van a depender de las aptitudes de
cada uno.

 Los gustos personales son aquellos que brindan placer y una sensación confortable. Otro de los
aspectos a tratar cuando hablamos de vocación son los intereses peculiares de cada  persona, los
temas por los que sentimos más curiosidad o aquellos que nos llaman más la atención impulsando
la motivación para la investigación o desarrollo del mismo.
 La vocación de cada sujeto va a estar relacionada, además, con la personalidad y las habilidades de
la persona en cuestión. Dentro de las habilidades encontramos la fácil comprensión del tema, las
ideas y la imaginación, la confianza y la autonomía. La personalidad del sujeto tiene que ver con el
comportamiento del mismo en su entorno y la forma de interpretar y sentir las diferentes
situaciones.
La vocación es aquella atracción por lo que deseamos hacer, nuestra inspiración, nuestros sueños y anhelos;
es la forma en que nuestros valores y la formación como personas salen a la luz y son expresadas a través de
la profesión elegida; es un llamado interno que está directamente relacionado con la forma de ser de una
persona. Es la forma de relacionarse con la identidad de cada uno y los deseos personales. Cuando uno
responde ese llamado para cumplir los anhelos, sentimos una sensación de realización, de estar cumpliendo
con la tarea que nos fue asignada en esta vida y que nuestro esfuerzo y dedicación no es en vano. Cumplir
con el llamado de la vocación nos hace sentir que la vida tiene un sentido.

Se puede decir q la profesión es algo externo, con el fin de obtener un algo material, y, la vocación se refiere
a algo más espiritual y ético, algo que, nos haga sentir llenos, realizados.

En la religión, la vocación se puede interpretar de distintas maneras, pero en todos los casos se alaba a Dios
de alguna manera. Como dice en Filipenses 1:27 “Solamente comportaos de una manera digna del evangelio
de Cristo, de modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros estáis
firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio”

1. Aquella que se manifiesta, según la doctrina católica, como un llamado de Dios para la consagración
de la propia vida al servicio de la Iglesia. En ella, influye mucho el que una persona cuente con los
atributos y las habilidades necesarias para hacer los votos religiosos. Por ello, el catolicismo prevé
una etapa de preparación llamada noviciado que precede la toma de los votos. En esta etapa, los
jóvenes pueden determinar si realmente sienten el llamado para dedicar su vida de manera
perpetua al servicio religioso. (se puede incluir los grupos pastorales como monaguillos, lectores,
grupos juveniles, infancia misionera, etc)

2. Las profesiones (especialmente las de servicio: maestros, enfermeros, doctores, etc.) se pueden
llamar «vocaciones» en un sentido amplio, en cuanto responden al llamado de construir el Reino de
Dios aquí en la tierra. Esto no implica de ningún modo minimizar su importancia, sino reconocer
que quien da la vida por sus alumnos, sus pacientes y las personas con las que trata día con día
(directa o indirectamente, como en el caso de los periodistas), es un testimonio vivo del amor de
Jesucristo.

3. Las vocaciones de la vida matrimonial, religiosa y sacerdotal. Las personas en todas las vocaciones
están llamadas a la santidad y son iguales en dignidad a los ojos de la Iglesia Católica. Las
vocaciones se entrelazan, se refuerzan y se apoyan mutuamente.

El Sacerdocio: Se espera que un sacerdote sea un hombre de oración y contemplación. Con este
conocimiento más profundo e íntimo de la persona y la obra de Cristo, el sacerdote es enviado para
ministrar al pueblo de Cristo.

La Vida Religiosa: La vida religiosa o consagrada es una vocación, como el matrimonio y el sacerdocio,
donde hombres y mujeres buscan una relación íntima con Cristo. Es una gracia dada por Dios como él elige a
una persona, llamando al individuo a una relación especial con él.

Matrimonio: La vocación del matrimonio es un llamado a una vida de santidad y desinterés dentro de la
relación entre un hombre y una mujer. El matrimonio entre dos bautizados es un sacramento, es decir, su
relación transmite de manera distintiva el vínculo de amor entre Cristo y su pueblo.
Historia

Los orígenes de la profesión religiosa datan de la época en que los cristianos eran reconocidos en la


Iglesia como seguidores de la perfección en la práctica de la vida religiosa. Los encontramos en el siglo III,
bajo el nombre de ascetas, llamados en griego asketai, y en latín confessores. Eusebio (Church History
III.37) enumera entre los ascetas a los más ilustres pontífices de la época primitiva: San Clemente de
Roma, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo y otros.

Después de éstos, en el siglo IV llegaron los ermitaños y monjes, seguidos en el siglo X por los canónigos


regulares, en el siglo XIII las órdenes mendicantes, en el XVI los clérigos regulares, y por último por los
miembros de las congregaciones religiosas. La profesión durante mucho tiempo se hacía mediante la
vestimenta con el hábito religioso; el aspirante podía personalmente ponerse el hábito o recibirlo, con o
sin ceremonia, del abad o del obispo. Esta vestimenta le imponía la obligación de pobreza y castidad más
como una consecuencia natural de una donación o consagración a Dios que como resultado
de votos formales, que no existían en ese momento.

Diferencias

La vocación es un llamado desde y hacia el corazón de un individuo. Una profesión puede ser una vocación
también, pero también puede ser una elección hecha con diferentes criterios. No se puede negar
una vocación; arde en el corazón y el alma de una persona y no puede ser apagada hasta que se responde,
mientras que una profesión puede ser elegida sobre la base de las demandas de la familia, el ingreso, el
Estado o la ubicación. Ciertamente una vocación puede ser cumplida a través de una profesión. Se puede
reflexionar sobre los trabajadores sociales, sacerdotes y médicos. Éstas son profesiones que reconocemos
como vocacionales. Es una experiencia miserable conocer a un profesional en estos campos que no tiene la
vocación dentro.  Hay un idealismo que arde en un profesional con verdadera vocación. Sin esa chispa, esa
luz interior de propósito, es difícil confiar o creer que una persona está motivada profesionalmente.
La profesión se escoge, quizás desde el colegio, la Universidad y/o gracias al rumbo que va tomando la
carrera profesional. La vocación por su parte es la necesidad de lograr un ideal, una satisfacción personal a
través del ejercicio de la profesión que excede la conclusión de un trabajo.

Ejemplo:

*El ingeniero, es aquel profesional que ha estudiado y desarrollado la carrera de ingeniería. Si el ingeniero se
dedica a cumplir con su profesión a elaborar proyectos, construir estructuras y pasar al próximo proyecto
seguramente es un buen profesional. Si ese mismo ingeniero a su vez abraza al docencia, comparte sus
conocimientos con profesionales, realiza tareas que enriquezcan la profesión, especialmente dedicadas a los
más jóvenes, escribe libros, intenta innovar y aportar nuevas ideas a la profesión, se preocupa por los temas
de colegiatura, en el colegio de ingenieros, y un largo etcétera se trata de una persona con verdadera
vocación para la ingeniería. Este ingeniero tiene un ideal quizás sea difundir prácticas de su profesión.

Es indudable que existe una relación profunda y determinante entre "profesión" y "vocación". No es lo


mismo llevar el trabajo y la profesión como una carga pesada para ganarse la vida, que ver en la propia
profesión la tarea a la que Dios me llama y en la que veo el destino trascendente de mi vida. En este
caso, la tarea profesional se funde con el sentido más profundo de la existencia humana y genera un
etilo de sociedad y de convivencia que no se queda encerrada en los templos, sino que está presente
(consciente o inconscientemente) en la familia, en el trabajo, en la gestión política, en la vida entera.

Nota: Según la mentalidad de Lutero, el más noble contenido de la propia conducta moral consiste en
sentir como un deber el cumplimiento (lo más perfecto posible) de la tarea que entraña nuestra tarea
profesional en el mundo. En otras palabras, la vocación que Dios le impone a cada cual, en esta vida,
consiste en que se comporte como un buen profesional en su trabajo. Como dice en Colosenses
3:23: "Cuando hagan cualquier trabajo, háganlo de todo corazón, como si estuvieran trabajando para el
Señor y no para los seres humanos."

PARTICIPANTES:

36- Elba Lizeth Prieto Rodríguez: Aspectos de la vocación

37- Angélika Melissa Prieto Vargas: ¿Cómo se puede entender la vocación?

38- Rincón Barón Silvia Juliana: Maneras de interpretar la vocación

39- Serrano Vargas Zharick Juliana

40- Toloza Luna Edwing Sebastián: ¿Qué es profesión?

41- Torres Nicolás Andrés: Historia

42- Villamizar Acosta Ana María: Ejemplo y nota

43- Villamizar Bautista María Alejandra: ¿Qué es vocación?

44- Zafra Suarez Danna Marcela: Diferencias

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