Ganar la apuesta de la vida… es tu juego.

Dime qué no quieres escuchar, y así me dirás lo que no te aceptas.

Si no quieres hablar de cierta cosa tuya, es porque necesitas saber más de ello.
Ciertos hechos dolorosos, son nada más que un desafío a la superación.
¿Tus errores? Una ventana abierta a la comprensión de otros.
Se me ha hecho natural un inclaudicable optimismo en los recursos secretos y
sorprendentes del alma.
Tu grueso curriculum no alcanza para decir qué clase de persona eres.
La mayoría quiere ser feliz, pero no sabe cómo.
La felicidad está a tu puerta y llama. ¿Estás muy ocupado?
¿Tú crees que eres lo que los demás piensan de ti? Tú eres tú.
Empieza a gozar de la vida desde que te levantas. ¡Tú vives! ¿Te habías dado cuenta?
El conocimiento de sí es indispensable para desplazarse con señorío en todas las
áreas de la vida.
¿Es posible conocerse? ¡Claro que sí! Y es posible amarse. Y es posible ser mejores de
lo que somos.

Acabo de dar una conferencia para unos 120 gerentes de una gran empresa internacional. Una
pregunta interesante: -Si vemos que alguien que está por debajo de un gerente es más capaz que
éste, ¿qué le decimos?
Mi respuesta es que la calidad, el liderazgo, la superación, llega un momento en que nada de eso se
puede tapar. Este subordinado debe seguir siempre superándose; con optimismo, sin
resentimiento. Su día llegará.

Tuve una reunión con los jefes de una empresa. El problema que expusieron fue el familiar. Están
viviendo una etapa de mucho trabajo y no les queda tiempo para la familia. Mi respuesta fue muy
simple: Cuando lleguen a sus casas no deben llegar obsesionados por el descanso, sino por atender
a la esposa y a los hijos. Aunque estén cansados hasta reventar y aunque no puedan ver TV. Aunque
en el esfuerzo rebajen unos kilos. Hay momentos en la vida que no se pueden superar sin sacrificio.

Las escuelas de negocios siguen produciendo buenos gerentes. Y escasísimos líderes. Enseñan a
hacer cosas. No a atender, escuchar e impulsar a su gente.
Si uno observa la vida de los grandes líderes empresariales, descubre algo que parece insólito: ellos
fueron líderes desde el principio, cuando eran uno más de tantos, sin esperar a estar en un puesto
de dirección.

Tu vida es una ventana para ver lo que está afuera de ti, para gozar, para descubrir,
vivir.
Sin embargo hay quienes, en lugar de ventana tienen un espejo. Se miran s sí mismos.
Y finalmente se aburren, se deprimen, no encuentran horizonte. Por estar siempre
pendientes de sí mismos creen que la vida les ha fallado, que no los comprenden.
¡Abramos las ventanas! Miremos hacia afuera. Nos espera lo más bello, lo más
admirable, y también a veces lo feo, hasta lo cruel. Pero así es la vida. Una aventura.
Inesperada. Cautivante. Preparada por Dios para la gente de valor.

Alégrate siempre del bien que veas realizar a otro.

Alégrate siempre de la buena suerte de otro.
El corazón generoso siempre está compartiendo lo que es de otros, como si algo de
ello le perteneciera, y no se engaña. El egoísta es tonto, porque se entristece, como si
le estuvieran robando algo.

Tú no pases nunca a retiro, no te jubiles nunca. La vida te necesita. Siempre podrás

hacer lo que otros no podrían. ¡Eres tan necesario!
Yo personalmente no conozco la vejez. He cumplido 80 años y simplemente he
cuadruplicado mis 20.

En cualquier momento de tu vida, en cualquier estado de fortuna, sean como fueren

tus fuerzas, siempre podrás más de lo que puedes. Confía en ti y la caña no se
quebrará. No te pidas lo imposible, pero fíjate cuánto todavía te es posible.
Por lo demás, nunca estarás solo. Dios siempre estará contigo.

Nada de cuanto puedas hacer en esta vida, precisamente en este día, en esta
semana, será tan pequeño, que la inmensa majestad de Dios no te lo reciba ¡con
tanto agrado y cariño!, hasta transformarlo en algo sublime.
Hermano mío: eres una criatura exclusiva, inédita. Nada de lo más pequeño que tú
puedas hacer, lo podría hacer otro.
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El otro día aconsejaba a una señora un tanto deprimida, que se embelleciera, que se
mirara al espejo con agrado, que cantara, que sonriera siempre. Porque, como dijo
ese gran teólogo Santo Tomás de Aquino, ya hace siete siglos: todo amor empieza por
el amor a uno mismo.
¿Cómo podremos amar a los demás si no empezamos por amar y cuidar a esa
criaturita que tanto necesita de amor, que somos nosotros mismos?
Amor de verdad, que no consiente en tonteras y que quiere siempre lo más noble.

Un muy alto ejecutivo descubrió que sus dos hijos eran drogadictos. Tuvo una
grandísima explosión de cólera. ¡Qué ingratos! ¡Él había trabajado de sol a sol, les
había dado de todo y en abundancia! ¡Ingratos, malos hijos! El hombre respiraba ira.
Hablé con los dos hijos, unos adolescentes. Tomó la palabra el mayor. Y me dijo así:
-Mi padre dijo la verdad, y tiene razón en todo lo que le dijo. Porque nos dio de todo.
Solamente no nos dio lo que era más importante y más necesitábamos: un padre.

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Acaba de nacer mi nieto número veinte. ¡Qué bella es la vida! ¡Qué bella, prodigiosa,
misteriosa, es una vida! Deberíamos inclinarnos con respeto, admiración, veneración,
ante la naturaleza que nos habla en cada nueva persona. Quien haya perdido esa
capacidad de admiración, ha perdido su alma.

Protágoras era un filósofo anterior a Sócrates. Afirmaba que el universo está lleno de
dioses. En una atención superficial de esta frase, no comprenderemos su
profundidad. Él vivía en el tiempo de adoración de Palas Atenea, de Zeus, de Júpiter,
de los dioses del Olimpo. Sin embargo comprendía que en el mundo, en el universo
entero, hay siempre una presencia sagrada que todo lo armoniza, lo construye, lo
mantiene vivo. Protágoras tenía más sentido de la realidad profunda, de la realidad
trascendente, que muchos intelectuales que creen dominarlo todo con sus fórmulas,
ecuaciones, microscopios. Sin advertir que si no advierten lo que hay detrás, lo que
sostiene todo, en verdad no han advertido nada.

En una entrevista radial, una mujer divorciada, quien me entrevistaba me decía, fuera
de micrófono: -la gente cree que con su vida puede hacer lo que quiere, creen que
son eternos, que van a vivir siempre, que la vida no pasa, que un día no tendrán que
dar cuenta de lo que hayan hecho.
Esta mujer me asombraba por su realista percepción. A pesar de algunas de sus ideas.
Es que la verdad se le imponía y ella –gratamente- la reconocía con todo valor. Me
llenó de admiración y de gratitud por verla así.

En una conferencia para padres, en un salón ahíto, les decía medio en broma y medio
en serio: -Les tengo que decir que al menos casi todos ustedes, los que están aquí, un
día se van a morir. Por mi parte yo no sé si me voy a morir (entre risas). Y sus hijos
también.
¡Qué duro es aceptar la realidad más real, la de todos los días!
En filosofía se dice que el estado del hombre sobre la tierra es un “status viatoris”,
estado de caminante, que el hombre es sólo un viajero temporal.
¿Qué dejaremos a nuestro paso por esta vida tan de paso?
Nos habremos afligido quizás de lo que no valía la pena, de eso de lo que no quedará
nada.
O quizás nos habremos dedicado a eso que no morirá nunca, porque aunque los
hombres ya no lo recuerden, hay Alguien que lo tendrá grabado en su corazón.

Estoy en Buenos Aires. Si queremos ver cómo el mundo, la sociedad, cambia, demos
una vuelta por aquí. Nos encontraremos con todo simpático, agradable, y al mismo
tiempo desprejuiciado. Modernidad.
Contradicciones.
Yo no soy desprejuiciado. Tengo mis pre-juicios. Para mí lo bueno es bueno y lo malo
es malo. La verdad es la verdad, y no la falsedad o la mentira o el engaño. Lo noble es
noble y lo mediocre es lo que es.
En otras palabras: prefiero ser pre-juicioso. Intolerante, si me quieren llamar así.
Porque no quiero hacer componendas con la mentira, la falsedad, la injusticia, la
mediocridad. A todo lo cual yo no le llamo maldad, sino estupidez.

Varios matrimonios amigos tuvieron un hijito más. Y, como ya saben, yo un nieto

más. ¡Qué alegría ver una nueva vida! Siempre un misterio. Uno nunca sabe lo que
será y cómo será. Es alguien que nos obliga a adaptarnos a él. Porque no somos
dueños de la vida. Toda vida es impredecible. Y por eso mismo es novedad, es
aventura, nos rejuvenece. Y, en cierto modo, nos pone ante el misterio, como lo dije.
Y ante lo insondable que somos nosotros mismos. A pesar de que a veces podamos
sentirnos comunes.

Estaba leyendo mi propio libro Nuestros mitos de Occidente. Veo que al editor se le
han pasado por alto algunas incorrecciones: repetición de ideas, puntuación indebida,
frases confusas.
Pero, a pesar de ello y a pesar de mi frustración, lo he leído con avidez. Porque me
encuentro con muchas opiniones sobre la sociedad actual que siempre quise decir. Es
un libro polémico, atrapante, desafiante. Me cautivó.

Muy joven quería ser escritor. Pertenecía, a pesar de mis años, a un grupo de alto
nivel literario. Ya había publicado en revistas literarias y había obtenido un premio
por un cuento. Pero, pensándolo bien, retirado del bullicio, comprendí que lo que
más me interesaba no era tanto el brillo o la fama. Me interesaba ser hermano de
gente como tú.
Cuando escucho que alguien me dice que su vida cambió cuando leyó cierto libro
mío, y eso es para mí muy frecuente, comprendo perfectamente que mi decisión fue
la más sabia.
Cambio todo el oro del mundo, toda la pompa y los artificios, por la hermandad de
gente como tú, como ya te dije.
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Estuve en La Plata, disertando en un Congreso de Familias. ¡Qué
necesitados y qué deseosos de encaminar bien sus hogares, esos
matrimonios!
Pero, al mismo tiempo, se nota que es general un cierto miedo de que si
sus hijos son distintos a los otros niños o adolescentes, éstos los rechacen.
Y así, se preguntan hasta qué punto deberían transigir con las costumbres
de otros. ¡Qué dolor me produce ver eso! ¡No animarse a que sus hijos
sean diferentes, exclusivos, a que se arriesguen, a que no abandonen sus
valores por nada…! ¿De qué vale una vida sin valores?

Una humanidad en disolución. Es lo que uno ve a veces. No será de un día

para otro. Pero en ciertos lugares ya ha empezado el proceso. Niñas recién
adolescentes que se preparan para su primera o primeras relaciones
sexuales. Porque es lo que todos dicen. Porque es lo que los Medios
fomentan… Lugares si no sagrados, al menos de respeto, como un templo
y muchos vistiendo como en un balneario… La punta del iceberg.
Observaciones que podríamos multiplicar. Un llamado para hacernos
fuertes en nuestras propias familias. Y en familias de familias. Se puede. En
medio del naufragio, los vencedores seguiremos cantando.

Hay una moderna teoría filosófica y lingüística, que dice que la verdad es verdad y se
hace realidad en la mente sólo al ser expresada. Esto tiene su parte de verdad,
hablando de nuestra mente. Pero lo desgraciado es que esa teoría se ha extendido a
toda la realidad. De tal modo que la realidad es en definitiva lo que se dice. Y,
bajando ya al ruedo, diríamos por lo tanto que la realidad es lo que dicen los Medios
de toda clase, la Industria de la Información.
Lo atroz de esta consecuencia es que todos los seres humanos en este planeta cada
vez más chico, hemos empezado a pensar o sentir, que la realidad es lo que dicen los
Medios. Y que si los Medios no lo dicen, es porque no es realidad. A mí me ha dado
mucho resultado hacer ayuno frecuente de Medios.
En pedagogía para exclusivos, se expresa que para preparar bien a un niño para su
futuro, es necesario fomentar la capacidad de esfuerzo. Y que el mejor momento
para prepararlo es darle tareas precisamente cuando está cansado.
¿Por qué está práctica debe circunscribirse a familias de profesionales o empresarios,
ya exitosos, y que por ello comprenden bien esto?
Yo lo proclamo a toda voz en todas partes. Eduqué así a mis hijos. Y me dio mucho
resultado. Es cierto que no es fácil hacer lo que otros no hacen. ¡Pero yo lo hice!
Gracias a Dios.

Una simpática mujer, madre soltera, me mostró un precioso niño de 10 años, su hijo.
Ella me expresó que su vida había cambiado al escucharme hace cinco años y leer mis
libros sobre educación de los hijos.
Nadie puede saber ni imaginar lo que esas palabras significan para mí. Porque un día
renuncié a la fama, al prestigio intelectual, para atender las necesidades de otros
seres humanos que, como yo, enfrentan día a día las sorpresas de la vida, que no
siempre son gratas.
Todo ser humano es para mí un hermano. Les digo a todos: no hay vida más hermosa.

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Acabo de regresar de San Rafael, Mendoza, Argentina. ¡Qué buen vino hay por allí!
De los mejores del mundo.
Pero no fui hasta allí por el vino. Sino para visitar a mis hermanos. Son mi familia. Son
mi hogar. Porque compartimos la fe y por ello la vida. La hermandad es el vino que
me alegra la vida.

Hasta San Rafael llegó Pablo, un hijo mío, con toda su familia. Cinco en total. ¡Qué
alegría! ¡Qué alegría cuando no es sólo hermandad en la sangre, sino la hermandad
total! Hizo muchos kilómetros sólo para verme. No nos veíamos hacía mucho tiempo.
Pero como si nos hubiéramos visto ayer. ¡Cómo no dar gracias a Dios cuando somos
simultáneamente de la familia de la tierra y de la familia del Cielo!
La higuera puede cavar sus raíces hasta 12 metros bajo tierra. Y da de frutos brevas e
higos. Sólo cuando nos esforzamos y profundizamos podemos dar frutos dobles.
Nada sale gratis. Pero la vida, lo mismo que la tierra, es muy generosa con los que
confían en ella y penetran hondo, con los que no se conforman con superficialidades,
por más que ellas estén llenas de esos encantos pasajeros que a tantos atontan,
como atontaban a los marinos los cantos de las sirenas.

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Estoy de regreso en Lima después de mi última parada en Buenos Aires.

Mi amigo, mi hermano: la vida es un viaje.
Cuando hacemos un viaje: ¿qué es lo más importante?, ¿el viaje en sí mismo o el
destino, adonde queremos llegar?
Veo que mucha gente está siempre de viaje, pero que ha olvidado su destino.
Espero que eso nunca te pase a ti.

Había llegado al hotel. Me acompañaban dos amigos. Acomodé mis cosas y me di

cuenta de que me había olvidado de llevar peine. Al día siguiente a la mañana tenía
una importante reunión. No podía aparecer despeinado. Salí a la calle a buscar peine.
Era muy tarde. Todo estaba cerrado. ¡Qué pequeño gran problema!
Uno de mis amigos sacó su peine del bolsillo y me lo entregó. Volvió a su casa, donde
vivía solo, sin peine. ¡Qué bella pequeñez! Las almas grandes en esas pequeñeces se
reconocen.

8 de Diciembre. Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Concebida sin la menor mancha. Viviendo sin la menor mancha. Durmiendo el sueño
final sin la menor mancha.
Para ti y para mí esto es signo de lo que Dios se propone con nosotros. Nos sueña
como casi divinos, superiores, excelsos, maravillosos. Nos ha dado a la Inmaculada
como un signo de lo que Él quiere, busca, desea. Ella, purificada desde antes de nacer
por la sangre que derramaría su Hijo.
Nosotros los hombres, por querer saberlo todo, a veces dejamos escapar de entre los
dedos lo superior, lo sublime, que es siempre un misterio.
¡Ayúdame, Dios mío, a comprender! Y sobre todo a amar eso que escapa a mi
limitada comprensión.

El otro día sentía cierta satisfacción delante de Dios, por alguna obra buena que había
realizado para el bien de otros. ¡Y de golpe me di cuenta de lo que estaba haciendo!
¡Estaba esperando que Él me agradeciera! Un pensamiento inmediato me salvó:
¡necio de mí! Ese fue mi pensamiento y sentimiento. Porque, ¿acaso yo soy
propietario de mi vida?, ¿acaso no tengo todo prestado?, ¿acaso hay algo mío que
sea mío propio? Pues no tengo nada que no sea dado. Lo único que hago, como
siervo inútil, es devolver un poquito de lo que me ha dado el Creador, el Dueño de
todo.

No hay liderazgo sin programación, no hay liderazgo sin proyecto y sin ambición.
¿Acaso no has pensado que tal vez tus ambiciones son escasas o limitadas al menos?
¿Por qué no pensar que uno puede más de lo que puede? A cualquier edad de la vida.
Especialmente en la mejor edad, cuando se está encarando la recta final.
Sin ambición nunca se llega a lo que se ambiciona, porque no se ambiciona nada.
Con ambición, aún no llegando, nuestro corazón se siente feliz de saberse ambicioso.
No mediocre, sino ambicioso.

Ante María de Guadalupe: silencio, para contemplarla.

No hay nadie que conozca mejor los pensamientos, los proyectos, las ambiciones, de
Jesús, que su Bendita Madre.

En medio de tan impresionantes festejos a la Virgen de Guadalupe, aunque tengo

muchas cosas que contar, de mis viajes y aventuras, es mejor callar.

En particular son los hombres de carácter, estén donde estén, los

que urgen a la fe una consecuencia práctica, programática y
trascendente, para creer. Según ellos, una fe sin consecuencias,
aislada, programada sólo para infundir sentimientos, no merece ser
seguida.

Podríamos expresar que, con singular frecuencia, se teme al

liderazgo, asusta la presencia de alguien con notable fuerza de
carácter para decir la verdad aunque duela y engendrar
seguimiento. Y eso denuncia la difusión de una espiritualidad débil,
feminoide, y no la que el Pueblo requiere siempre, y particularmente
en estos tiempos difíciles.

Cuando vemos las multitudes que acuden a las iglesias, es fácil

darse cuenta de que el problema para cambiar el mundo, para
terminar con la corrupción social, no es el número, no es la masa. El
problema es la carencia de líderes adecuados para atender a esas
multitudes, que tienen sus exigencias. Líderes, gente dispuesta a
jugar todo por la causa y sobre todo a jugarse.

Para un sector muy grande de esas multitudes que acuden a los

templos, la religión ya no es algo que hay que aceptar porque sí. A
través de las escuelas, las universidades, los periódicos y la
divulgación masiva de las ideas, son mayoría ya los que se cuestiona
sus creencias, que exigen explicaciones, que no se conforma con
palabras sino que requiere hechos para que su fe no se funde en
palabrerío, siendo como es, un acontecimiento que involucra la vida
entera. Por eso se necesitan agentes de cambio profundo. A los que
no hay que esperar milagrosamente, sino decidirse a serlo.

Podríamos agregar que, con singular frecuencia, se teme al

liderazgo, asusta la presencia de alguien con notable fuerza de
carácter para decir la verdad aunque duela, salir solo adelante,
engendrar seguimiento. Y eso denuncia la difusión de una
espiritualidad débil, feminoide, y no la que el Pueblo requiere
siempre, y particularmente en estos tiempos difíciles.
En estos tiempos de sufrimiento, de incertidumbre; en estos tiempos
en que el espíritu del mundo penetra en todos los hogares y no da
tregua; ahora que le furia de Satanás se ha desatado sobre el
mundo, escondida en secularismo, indiferentismo, segregación, la
promesa de Salvación, del Salvador que vino para salvarlos de todo
mal, termina siendo nuestro verdadera y única fuerza y nuestro grito
de guerra.

Más que la maldad de los malos, debiera siempre inquietarnos más

la debilidad de los buenos. Por esa debilidad quedamos inertes. En
mi vida en alguna oportunidad he tenido que atender en
confidencias a más de un guerrillero. Cuando oía decir que estaban
dispuestos a dar la vida y todo, por el cambio en la sociedad, se me
estrujaba el corazón de santa envidia. Dios me dio la posibilidad de
mostrarles el verdadero camino del cambio, que surge del Evangelio.
Ellos pudieron entender lo que los tibios nunca entenderán.

Laicos: este es nuestro siglo.

Mujeres que viven en el mundo: este es su siglo.
No esperemos que nos hagan lugar. Tomemos nuestro lugar.
El Evangelio no puede penetrar profundamente en las conciencias,
en la vida y en el trabajo de un pueblo sin la presencia activa de los
seglares. (Decreto “Ad gentes”, 21).
Obedezcamos al Concilio. Sigamos al Papa.

Le acostó en un pesebre. Cuenta Lucas. ¿Quieres más pobreza,

más despojo, más hacerse nada desde el principio? El Rey, el
dueño, el poderoso, se hace pobre. Para que tú y yo no nos
quejemos nunca de la suerte. Para que sepamos que Él se anticipó
a todo. La pobreza del Rey de todo lo creado, de todo lo que existe,
no tiene más respuesta que adorarlo con todo el corazón.

Dios primero se anuncia a los sencillos, a los que no ponen trabas

con ideas o con disciplinas negativas. Dios hace un corte
fundamental en la historia de Israel. No se presenta a los sacerdotes
o doctores de la Ley o fariseos. Se presenta a los pastores. Una
conducta que ha conservado la Santísima Virgen en todas sus
apariciones. Dios se presenta a los que están dispuestos, a los que
responden rápido. Ellos no se preguntaron por qué nada menos que
el Cristo se presentaba en un pobre pesebre. Más pobre imposible.

Este es nuestro Salvador, el Cristo de Dios, el Señor. Tu Salvador.

El del pesebre. Que viene a salvarte. ¿Qué serías sin Él? Un día la
vida se te terminaría y caerías, descenderías, a la tinieblas.
Es decir que, para salvarte a ti y para salvarme a mí, Dios se hizo
Niñito. Indefenso. Sin nada.
Así es Dios. Así lo tenemos que entender. Su amor no es medible
con medidas humanas. Sus prodigios de amor exceden y violentan
nuestra razón y nuestros sentimientos. Prodigioso es el Señor.
Grande es.
Su Logos, su Corazón, su Ser íntimo, se hizo Niñito.
Abracémoslo, acariciémoslo, dejémonos tragar por su pequeñez, su
dulzura, su inmensa grandeza, más grande mientras más pequeña.
Prólogo de la Cruz. En la que también estuvo indefenso, desnudo,
pobre, casi solo con su Madre.
Siempre, siempre, por ti y por mí. Nada más. Nada más le interesó.
Nada más le interesa.

Dentro de unas horas saldré para México.

Me espera mi Madre. Y toda esa gente tan especial y tan querida.
Anoche me preguntaban al final de una reunión de dónde soy y de
dónde quiero ser, ya que mis viajes me llevan aquí o allá. Mi
respuesta fue sencilla: -Yo soy del lugar donde mi Señor quiere que
esté en un momento determinado.
Mis queridos hermanos: mi vida son ustedes, no yo.

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Estamos en 2012. Decimos: el tiempo pasa. Pero no es el tiempo lo que pasa. Somos
nosotros. Tiempo es simplemente oportunidad de que hagamos algo, de que seamos
más de lo que éramos antes de ese momento.
2012 es una oportunidad. Yo siento que es una gran oportunidad.
Pero una oportunidad es sólo una posibilidad. Lo que consigas depende de ti. Nadie
te regalará nada. Consíguelo. Es tu oportunidad.

Piensa bien qué cambios vas a introducir en tu vida este año. Si no cambias lo que
tienes que cambiar, te harás viejo antes de tiempo.
Pero: cambiar es más que realizar un trueque. Cambiar es sobre todo hacer lo que
todavía no haces. Y sobre todo: ser lo que aún no eres.

Dios es Todo. Nosotros somos nada. Pero al Todo se le ocurrió dar el ser a los que son
nada. Sin embargo, los “nadas” a veces olvidamos que si somos “algo”, lo somos
porque Quien es el Todo, nos sacó de la nada.
Por lo tanto nuestro proyecto es ser lo que el Todo ha querido que seamos. Y
mientras más seamos el proyecto del Ser, más seremos. Más, siendo “nadas”,
participaremos del Todo.
¡Qué locura de proyecto del Ser! Ya que siendo “nadas”, llegaremos a ser partícipes
del Todo.
El comienzo de este año me recuerda que cada día es un obsequio divino.
Por eso la vida es ¡tan bella!

Con mucha frecuencia veo que hay quienes copian mis frases, repiten a otros mis
conferencias extraídas de mis grabaciones como si fueran propias y hasta con el
mismo título, y me encuentro alguna vez con el nombre de mis libros para sus libros…
por supuesto, sin mencionar el origen de sus ideas ni una vez.
¿Ustedes creen que eso puede irritarme? Por el contrario, es un gran consuelo para
mí: saber que lo que hago vale la pena, saber que de este modo eso puede llegar a
muchos otros. Pues sería demasiado poca cosa el trabajar para mi prestigio o fama.
Ya que lo que tengo y lo que soy es prestado. Por eso yo lo presto a todos.

El domingo es día de fiesta.

Pienso que quien no sabe festejar, no sabe vivir. Más aún, creo que lo mejor es
aprender a festejar la vida. Y, en definitiva, a transformar la vida en una fiesta.
Caras largas, corazones amargados o simplemente deprimidos, son propios del que
no sabe vivir, de quien no sabe festejar la vida.
La Resurrección de Cristo instauró el domingo. Al mismo tiempo instauró –oficializó-
para siempre la fiesta. Así, el domingo nos da la pauta de lo que debe ser la vida.
Por mi parte, de otra forma, no la entiendo.

Reyes Magos. Sabios de Oriente. Fueron, desde muy lejos, con toda su comitiva, a
adorar a Dios Niño.
¡Cuánta sabiduría, atrevimiento, fe! En paganos despreciados por los judíos.
Dios en insólito. Los iluminó con su estrella. Como antes con ángeles avisó a los
pastores, gente despreciada porque por cuidar sus ovejas no iban al Templo.
Este Dios inesperado, extravagante, absurdo para nuestras razones, me entusiasma,
me cautiva, me anima a tratar de ser como Él.

Mientras la gente es devorada por las trampas del enemigo, hay quienes se sienten
bien en el interior de las iglesias. Que algunos lo hagan así, tal vez no esté mal. Pero
que actúen así laicos adultos en la fe, llamados a servir al pueblo, es un pecado grave.
Por otro lado esto es ceder ante la trampa de recluir la religión al ámbito privado.
Como siempre quiso la masonería.
El mundo, con sus mentiras, nos está desafiando todos los días. Ese desafío es para
alegrarnos, como se alegra el guerrero cuando se anuncia la batalla. Es un desafío a
ganársela al mundo.

Con singular frecuencia, se teme al liderazgo, asusta la presencia de alguien con

notable fuerza de carácter para decir la verdad aunque duela, salir solo adelante,
engendrar seguimiento. Y eso denuncia la difusión de una espiritualidad débil,
feminoide, y no la que el Pueblo requiere siempre, y particularmente en estos
tiempos difíciles.

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Con cierta frecuencia los católicos, cayendo otra vez en clericalismo, esperan que sea la
jerarquía quien salga adelante. Por ejemplo que sea el Papa, o los obispos, o los
sacerdotes. Mientras el mismo Juan Pablo II decía que esta es la hora de los laicos;
decía: confío en una renovación de la Iglesia, sobre la base del surgimiento del laicado.
Esperar que los otros lo hagan, es un pecado de omisión. El anhelo profundo, es que
aparezcan líderes laicos fuertes, capaces de descubrir las emboscadas, enfrentar a
Satanás, y librar al Pueblo de esas trampas y asechanzas.

Toda esta tremenda malicia de no tener hijos, programada por el Banco Mundial, el
FMI, la Comisión de Población de las UN, y ejecutada por los médicos de la OMS, va
contra los pueblos de Latinoamérica, para que no seamos competidores. Ni tecnología
propia ni población. Así lo aconsejó Kissinger, asesor de la Casa Blanca.
Mientras que los países más poblados son las futuras potencias. China e India. Europa
quedará atrás. Porque no tiene hijos. Pero los inmigrantes musulmanes tienen muchos.
Así, en 50 años Europa será un continente musulmán.

En estas Fiestas pasadas, una cosa me asombró una vez más: la ansiedad de compra
de la gente. Se compra no por necesidad, sino sólo por la necesidad de comprar. Una
compulsión psicológica. Nos hemos hecho consumistas. Caemos en poder de la
publicidad, en manos de quienes fabrican necesidades innecesarias.
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Mi pregunta es: ¿Me conforma lo que soy o lo que logré?
El que se conforma no gana, no progresa.
El que se conforma se está preparando una vejez triste y quejosa.
El que no se conforma siempre va a poder más de lo que puede.
Hay un disconformismo que es queja. Disconformismo verdadero es con uno
mismo
y no con los demás.
¿Cuál es tu techo, tu altura? Piénsalo.
Somos siempre nosotros los que nos ponemos la propia medida, no son los
demás.

Hay un momento en la vida en que debemos atrevernos a dar un salto. Si no,

nos
quedaríamos por largo tiempo en el mismo lugar, y quizás para siempre.
Aburridos
de nosotros mismos.
Generalmente, el momento de dar el salto es cuando estamos apretados,
cuando
no vemos salida, cuando todo está en crisis. Caso Ford: construyó su primer
Ford T, cuando las carreteras eran sólo caminos de tierra.
Una cuestión del hombre moderno: su urgencia de resultados.
A esto se suma que los resultados dependen de sí mismo, de su propio y solo
esfuerzo.
Es el hombre que se siente huérfano. Su urgencia de resultados pregona a
gritos su desamparo.
Él debe obtener resultados exitosos, para acreditarse, en última instancia para
merecer vivir. Los resultados negativos, los fracasos, son para él la imagen de
la muerte, de lo inservible de su vida. En definitiva, se ha hecho una máquina
para hacer. No un ser para vivir y ser feliz, para creer y confiar.

El hombre moderno se siente abandonado a su suerte. Es la desesperación

de Sartre, del hombre arrojado al mundo por un capricho, del hombre signado
en definitiva por el absurdo, como nos dice Kafka. Siendo él mismo el origen
ultimo de sus éxitos, fracasos o realizaciones, pende siempre sobre él la
posibilidad del error, siempre estará atormentado por la angustia.
Compadezcámonos de este hombre que, sumido en la multitud, se encuentra
siempre solo, desamparado. Es que no sabe que ha un Padre.

El total desamparo que experimenta el hombre moderno, es predicado con la

debida constancia por una civilización masificante, en la cual uno es nadie,
por una civilización anónima en la cual el hombre está imposibilitado de
conocer en definitiva quiénes en el orden mundial manejan el propio destino.
Parece arriesgarse a no necesita de Dios (el cual le sería más bien una
complicación inútil). Si no obtiene esos logros que lo acrediten y que el
despotismo social le exige, el fracaso lo va a resentir o deteriorar o
desilusionar de todo; no podrá sino caer en el pozo de la incredulidad más
amarga. No creerá en sí mismo.

Es impresionante pensar en la sencillez y la contundencia con que la

Santísima Virgen enfrenta esta situación de desgracia y depresión, de
desamparo en el hombre moderno. Ella es sencillamente la Madre de todos
los fieles cristianos y la Madre de la Iglesia. Además por sobre todo, es la
Madre de Dios, y está a su lado, a favor de sus hijos, con total misericordia
materna y atención a todos y a todo.

Experimentar la maternidad de María es disponer de un formidable antídoto

contra la sensación del fracaso, o de la angustia, o del examen y de la prueba
constante, que pareciera tuviéramos que rendir siempre en este mundo tan
positivista. Porque, por otra parte, una madre siempre acepta a su hijo. Jamás
lo va a rechazar, haga éste lo que hiciere, sean cuales fueren los resultados
que obtenga. Hasta el último momento.

La capacidad de dar mide el desarrollo de la personalidad.

Capacidad de recibir es propia de infantes y de minusválidos.
La gente inmadura reclama, busca recibir.
La gente madura ha optado ya en su vida por dar y darse.
Dar pero sobre todo darse. El que quiera ganar su vida, la perderá; el que entregue su
vida, la ganará.

Dar y darse suponen sabiduría. Porque damos según la necesidad del otro, no según
sus exigencias.
Dar con sabiduría es amar.
Esto nos hace superiores. Estamos sobre los demás, porque los servimos.
En cualquier lugar nos hacemos indispensables.
Nos buscan, sin necesidad de estar buscando.
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Deberíamos tener siempre presentes algunas cuestiones decisivas, sin las cuales la
vida de cualquiera andará a los tumbos:
o Qué voy a hacer de mi vida.
o Para qué vine al mundo.
o Cuál es el servicio fundamental que debo prestar a la humanidad.
o De qué quisiera enorgullecerme en el momento de la muerte.

Cada uno viene a la vida con una misión.

Será juzgado un día por el cumplimiento de esa misión.
Ha sido enviado a la Tierra para eso. Por el Creador. Por su Padre.
El cumplimiento de las metas mediatas y de la meta final, trae este resultado:
o Profunda satisfacción en uno mismo.
o Alegría de vivir.
o Entusiasmo para seguir viviendo y haciendo.
o Fácil salida de las contrariedades.
o Menor importancia de las incomprensiones.
 o Sano y grande orgullo propio.
o Estímulo para los demás.

Si en este mundo hubiera amor, todo cambiaría. Pero porque no hay amor, millones
se mueren de hambre mientras otros sólo piensan en tener más. Porque no hay amor
hay guerras. Porque no hay amor los buenos sentimientos se transforman en lujuria.
En este mundo ya hoy hay un infierno. Es el infierno del odio.
La Serpiente no necesita aparecer lanzando fuego por sus fauces. Sino que
limpiamente se apodera de los Medios, de los Bancos, de los monopolios
empresariales, de los centros de poder político.
Pero mil torrentes de odio no pueden apagar el sagrado fuego del amor. Que se
expresa en perdonar, en servir, en hacer bien a todos, en esperar cuando parece
desaparecer la esperanza. Este es el poder de los fuertes, de los que están por sobre
todo otro poder.

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¿Qué puedo contarles hoy? No sé. Mi vida es muy simple. Porque ni me acuerdo de mí.
Siempre estoy absorto en cómo ayudar a otros y cómo cambiar este mundo que se
desbarranca. Me siento demasiado pequeño para eso. Pero también me doy cuenta –para
mi consuelo- que la suma de pequeñeces hacen la grandeza.
El jueves pasado tuve un taller sobre el resentimiento. ¡Cuántas personas quedaron
curadas de esa enfermedad! ¡Cuántas lágrimas de consuelo! Pues bien: una sola lágrima
vale todo el esfuerzo. Son las pequeñeces. Son mis pequeñeces.

El hombre, el ser humano, tú, cada uno, es el gran olvidado de hoy.

En las empresas de producción y en las financieras, es más importante acumular billetes
que el bien de la gente. En las familias suele ser más importante la profesión, el trabajo,
que los seres a quienes pensamos querer. El dominio y el poder, en las potencias, es más
importante que el hambre de los pueblos. El año pasado murieron 50 millones de niños de
hambre. ¡Y cuán millones de abortados! Pero eso parece no importar. ¡Total, no los
conozco…!
Como si nos acercáramos al Apocalipsis.
Tú y yo, mientras tanto, cuidemos a nuestros hijos, a todos los que tenemos cerca, a la
mesera del restaurante, al chofer del taxi. Y demos a todos los que podamos nuestra propia
cuota de humanidad.

A veces ciertos pordioseros nos repugnan. ¡Están tan mugrientos y andrajosos! ¡Y son tan
pesados! No hacen más que pedir. ¿Por qué no trabajan?
Muchas veces me avergüenzo de esos sentimientos. Y suplico la misericordia de Dios. No
tanto sobre estos pordioseros. Sino sobre mí. Pues: ¿quién soy yo para juzgar? ¿Quién soy
para creerme más? Todo lo que soy y lo que tengo es nada más que regalo del Cielo. Ni
siquiera pedí nacer antes de nacer. Soy un don. Soy dado. Todo me es dado. ¿Quién soy?
Soy un regalo de Dios. Ni un día de mi vida es mío.
Sería peligroso para mí hacerme el gran señor de mí. Pues ni el nacer, ni el nacer donde
nací ni mis amigos de hoy, ni el paisaje que me rodea, ha sido elegido por mí.

Ayer, ante unas 500 mujeres ayer el tema Madres solas triunfadoras, de mi libro homónimo.
Mi intención fue no hacer una conferencia, sino hacer un homenaje.
No puedo negar que me conmueve ver a esas mujeres valientes ¡y solas! tratando de sacar
adelante a sus hijos. Siento que las respeto y las amo. Se merecen toda mi admiración,
porque en la tan difícil situación que les tocó, aprietan los dientes y salen adelante. Todo
por un sagrado impulso de amor.
No sé cómo habrá sido la vida personal de cada una. Pero sé que Dios no olvidará ese
grande gesto de permanente amor, con esos que en definitiva son primeramente Sus hijos.

Me asusta el que se vea a la invasión de la informática como un cambio de era, como una
revolución; es, simplemente, una acentuación de lo mismo. Su máximo aporte será el
cambio de algunos métodos y la perfección de algunos instrumentos. No es un cambio que
toque el interior del hombre, como no lo tocó el cambio del vapor por el petróleo. No nos va
a hacer más sabios si no tenemos alma sabia. Tampoco se cambian las cosas, la sociedad,
el mundo, por sólo cambiar la metodología. Si equivocamos el rumbo poniendo el acento
donde no corresponde, nos atrasaremos al menos una generación.

La vez pasada tuve que aconsejar atención a los “clientes” en un hospital privado. Y dije:
Un centro de salud tiene clientes especiales. Hoy en día sabemos que la mayoría de las
enfermedades son enfermedades psicosomáticas, que proceden de algún disturbio
emocional.
Por lo tanto estos “clientes” necesitan:
 Estímulo.
 Optimismo.
 Trato maternal, cariñoso.
 Trato agradable, siempre sonrisa.
 Que los tengan en cuenta y conozcan qué le pasa.
Ellos atraviesan situaciones de miedo, de incertidumbre, de ansiedad o de angustia.
La OMS afirma que en 20 años la depresión será la enfermedad del 60 % de la población
mundial. Bueno, esta epidemia ya empezó. Se exagera la importancia de lo que pasó o
pasa.
Detrás de todo está la exageración de la propia importancia.
Si tomáramos conciencia de que un día moriremos, muchas cosas perderían dimensión.
Alegrémonos aunque no sintamos alegría es un obligado servicio de amor a los demás,
que no tienen por qué sufrir el propio sufrimiento.
La tristeza nuestra que afecta a los demás es egoísmo.
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El ayuno que pide la Iglesia para la Cuaresma está pensado compasivamente para
almas débiles y cuerpos débiles.
Pero los que no estemos en esa condición, atrevámonos a hacer lo que hacían los
primeros cristianos y pidió la Virgen en Medjugorje: ayuno a pan y agua los miércoles
y viernes. Esos primeros cristianos que vivieron tiempos tan difíciles, llamaban a esto
statio, pues se llamaba así el puesto del vigía en las fortalezas y campamentos. Así
recordaban eso de “vigilad y orad”.
¿Por qué no fortalecernos con esta práctica que nos invita a superarnos y a valer
más?
La victoria de tu vida depende de ti. No le eches la culpa a las circunstancias ni a nadie.
Nadie puede arrebatarte tu victoria.
Un amigo mío pasó varios años en dos campos de concentración. Peor no podía estar.
Pero fue ese un tiempo inolvidable. Porque allí experimentó la verdadera amistad y la
lealtad, el vivir sin nada, el cultivar la alegría en medio de las carencias, el saborear la
soledad del desierto o de la montaña, como un don inolvidable.

Los mejores se entrenan en la lucha de todos los días. Mientras los mediocres, en lugar de
luchar se quejan de todo. Son los que se reúnen para llorar y justificar con sus lágrimas su
pasividad.
Los mejores no le temen a las contrariedades, porque para ellos son oportunidades de
superación.
Los mejores celebran cada triunfo. Pero lo celebran sólo como un avance para el siguiente
desafío mayor.

El tiempo de Cuaresma es un tiempo de desafío. El desafío de enterrar de una vez por

todas las mezquindades, las pequeñeces, los duelos. Para, por el contrario, vivir.
La Cuaresma es un tiempo de victoria. Es un tiempo de oportunidad.
Dios bendice a los atrevidos. No se complace en los que se acuestan a dormir en su
mediocridad.
Jesús ama a los que son como Él. Desafiantes, vitales, íntegros. Trasmisores de vida.

¿Hay jóvenes conformistas? Sí. Y cada vez más. Su ideal es la seguridad. Ineptos para la
aventura. Están ya mismo viejos.
Esta clase de jóvenes no sirven para cambiar el mapa geopolítico, empresarial o social, ni
tampoco para levantar las propias vidas.
En realidad no sirven para casi nada. El mundo podría seguir girando muy tranquilo si ellos
no existieran.

Siempre repetimos que las cosas deberían cambiar. Pero el asunto se hace más duro
cuando para cambiar las cosas, descubrimos que debemos empezar por cambiar nosotros.
¿Quién tiene poder para cambiar las cosas? El que ha adquirido el dinamismo del cambio
en sí mismo. Él mismo se ha transformado en un cambio y por consecuencia en un
transformador.
Todo el partido del mundo se juega en cada persona. Tú eres responsable de todo. Yo soy
responsable de todo. Hagamos las cosas juntos. Y podremos.

La gente idealista, la que vale, quiere seguir al que se atreve. Por ello los comunistas
exaltaron al Che Guevara por motivos publicistas. Se ocultó que desde siempre fue un
hombre no sólo cruel sino sanguinario. Me interesó su historia ya que estudió en la misma
universidad que yo, en la anterior generación.
¿Tenemos que ser el Che? Por supuesto que no. Pero tampoco esos seres anodinos que
no entusiasman a nadie.
Yo creo que los peores no son los malos, sino los mediocres.

Siempre digo que Jesús lloró sobre Jerusalén y lloró en el Huerto de los Olivos, no tanto
por los pecados de los pecadores. Sino por la infidelidad de los fieles.
La deserción, el cumplimiento anodino, el creer que los ritos bastan, es la gran tragedia del
mundo. El hecho de que los fieles sean infieles. Que aquellos de quienes se deberían
esperar voces, acciones, gritos, estén encerraditos en su mundo, contentándose con ser
buenos.

El mundo que viene será un mundo aceleradamente cambiante e imprevisible. Sin embargo
nos sorprende el bajo porcentaje de quienes están preparados para el cambio. Cambio de
trabajo, de profesión, de estudio, de lugar, de estado de vida.
¿Quiénes saldrán adelante? Los que estén dispuestos al cambio. No tanto de las cosas.
Sino de sí mismos. Hasta el punto de que se los buscará y no será fácil encontrarlos. Esa
es la experiencia que hice como consultor de empresas para selección de personal
superior.

El sabio se inclina a escuchar. El necio a parlotear.

El sabio reconoce lo que no sabe. El necio se pavonea de lo que cree que sabe.
El sabio quiere aprender. El necio lo sabe todo.
Escuchar es amar y es producir amistad.
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Aumenta en el mundo –Oriente y Occidente- el suicidio de jóvenes y adolescentes. Miedo
a la vida. Desilusión. Soledad o aislamiento. Dolores íntimos.
Resultado de una sociedad: despótica, avara, consumista, que mide por lo que tienes o por
los resultados o por el éxito, sociedad que no acoge y no perdona, culto de lo superfluo,
negación de lo sagrado. Sociedad que calla las injusticias y promueve la hipocresía, que
tiene en su poder los Medios.
La protesta, el heroísmo, el desafío, la sana rebeldía, son hoy una necesidad.

Tú puedes más de lo que crees que puedes. No te desgastes con propuestas mediocres.
Atrévete a ser más. Enorgullécete de ti, de lo mejor de ti. Nunca te dejes idiotizar por los
Medios ni por las propuestas de estúpido placer.
Cree en el amor. En lo gratificante que es dar la vida por algo que esté más arriba de todo.

Un día, en una conferencia, me preguntaron los alumnos de derecho que ya egresaban,

cuál era mi propósito en la vida. Yo les dije: -Quiero cambiar este mundo, que no es un
mundo justo y sano, sino que es un mundo entregado a la hipocresía y a la injusticia.
Creyeron que mi propósito era exagerado. Pasaron muchos años y sigue siendo el mismo.
Y sigo confiando, envuelto en un manto de Fe.
Sólo les dije para terminar: -Ayúdenme. –Pero ellos estaban más pendientes de sus
pequeños intereses, como les pasa siempre a los pequeños.

¿Qué día es hoy? El día en que tal vez vas a morir. Mira el mundo. Hay belleza. Pero
domina la mezquindad. Tú prepárate a morir un día con la sonrisa de los héroes y de los
santos.
Nunca podrás ser defraudado.

Hoy en día la política mundial está al servicio de la economía. Pero desgraciadamente ella
está al servicio de las finanzas internacionales. Y éstas, a su vez, al servicio de centros
ignotos de poder financiero.
En su mayoría los Medios son sirvientes del Poder.
Hoy en día un hombre libre tiene que analizar la realidad real y no dejar esa libertad en
manos de los “formadores de opinión”.

Una noticia que se calla con insistencia: 50 millones de niños son eliminados anualmente
en el vientre de sus madres. Genocidio universal. Eran personas y se las suprimió con el
eufemismo de “interrupción del embarazo”.
¿Quién financia esta brutal programación? La OMS, la Oficina de Población de las
Naciones Unidas, el gobierno de USA y financistas como Rockefeller, además de otros,
que son los mismos que fabrican las guerras. También “idiotas útiles” como Bill Gates.

¿Estás angustiado porque no te quieren? Ese no es un motivo de angustia. Angustia real

es no querer y más aún no saber querer.
Si nosotros supiéramos querer y querer bien, habría más salud mental en nosotros, en
nuestra familia, y en los que nos rodean.

Cierta vez me vino a ver un desconocido. Que resultó un loco; salido del hospital
psiquiátrico. Quería conversar conmigo porque había oído de mí.
¿Qué hacer? Él se podía poner furioso y peligroso. Pues bien: lo traté con respeto y con
atención, como alguien completamente cuerdo. ¿Por qué no?
Pues bien: regresó al hospital calmado y satisfecho.
Una entrevista de experiencia inolvidable. De bases muy sencillas.

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Después de haber escuchado en persona al Papa, deseo de todo corazón que nuestra fe
no se reduzca a ritos ni a devociones intimistas, sino que pruebe su verdad a través de
hechos. Pues “la fe sin obras es muerta”.
Fe de compromiso es propia de gente seria, madura.
¿Qué pasaría si todos los asistentes a Misa fueran así? No tengo duda de que el mundo
cambiaría.

Al Papa se lo vio débil y agotado. ¿De dónde sacaba energía para tanta actividad? No
dudemos: del ardor por renovar la fe de los católicos y así también transformar el mundo.
¿Tú estás cansado? Todavía no estás muerto. Estás vivo. Te queda mucho por hacer.
Porque te necesitan.

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En un momento determinado, viajando a México, el Papa habló de “esquizofrenia moral”. Se refería a los
católicos que tienen doble moral. Por un lado una moral intimista y ritualista. Por otro lado una moral
pública. Ambas en contradicción. Me conmueve el Papa por su valentía para denunciar ese vicio de nosotros
los católicos. Muy buenos dentro del templo. Pero afuera del templo… Y de ahí leyes inmorales, corrupción,
sobornos, violencia.
Un día seremos juzgados no por nuestras devociones, sino por nuestros hechos. Porque, además, si las
devociones no desembocan en hechos, son simples experiencias sentimentales, vacías.

En estos días vivimos una espiritualidad feminoide. Creemos en un Sagrado Corazón de pómulos rosados,
labios carmesíes, pelo con bucles lavados al champú… Y nos resistimos a creer en un Corazón que se hacía
violencia, que clamaba con furor a los responsables de su tiempo, que se sacudía al ver masas desvalidas que
nadie atendía, que curaba desafiando a la elite, que se encaramó al madero crujiendo de dolor por el pecado
de los hombres y de varonil amor por el Pueblo que Él compró con su humillación y dejándose hacer
pedazos.

Si estás dispuesto a decir la verdad, prepárate a tener enemigos. “El discípulo no es más que el Maestro” Mt
10,24.
No serán enemigos porque les hagas mal. No. Es que simplemente la verdad es con frecuencia dolorosa.
Esto te pasará. ¿Te arriesgas? Ya me ha pasado a mí. Pero lo que ganarás es la fidelidad de Jesús, la Verdad,
que no se deja ni sobornar ni amedrentar.

Me duele, de verdad, hermano, mi Pueblo.

No me dolería que sufriera, que fuera perseguido por causa del Nombre. Ni que se lo arrojara a los leones.
Me duele que esté sordo. No oye el chocar de espadas y las risas de los devoradores de jóvenes. No tiene
vigías en las almenas. Está centrado en su casa y en sus cosas. Está encerrado en las sacristías.

Hay un pequeño grupo de santos que sostienen el mundo. Son unos pocos, en relación con los cientos de
millones descreídos de todo.
Pero ese pequeño grupo es el que escribe la verdadera historia, la que quedará para siempre. Aunque hoy
nadie lo vea.

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Mientras este mundo canallesco y barato, donde cortejan el demonio, la carne, la codicia,
se pavonea de sus triunfos, de la difusión cortesana del crimen y la mentira, del paganismo
bárbaro que pisotea con sus pezuñas las masas de inocentes… Este mundo, hinchado de
orgullo en su propio poder, no sabe. No sabe que esa multitud silenciosa de santos como
tú, esparcidos a través de él, están sosteniendo el hacha de Dios.

Hay un crimen silencioso y terrible, crimen legalizado. Más frecuente y cruel que el de los
sicarios. Es el homicidio de los aún no nacidos. Inocentes. Indefensos. Madres, médicos,
que los matan. Legalmente…
Hace poco la Suprema Corte de Argentina liberó de culpa y cargo por este homicidio a una
joven que alegó que había sido violada. La revancha de un delito hacia ella, fue matar a su
hijo…

Que no te dejen confuso los llamados a la paz. Hay llamados a la paz que son trampas
para que tú dejes caer las armas. Cuando lo hagas, no vacilarán en triturarte.
La paz no es mera ausencia de lucha. La paz es fruto de la justicia y la verdad.
Pero hay quienes, en homenaje a la paz, piden que nos callemos, aunque no haya justicia
ni haya verdad.

Te podrán decir que no cantas, que no eres melodioso. Que graznas.

Y por cierto tu voz sonará como un graznido destemplado entre tantas aves piadosas de
plumas suaves.
Pero no temas. No temas desconcertar. No temas desconcertarte. Defiende, lucha,
combate.
El Demonio tiembla ante ese graznido que dice la verdad.

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Mucha gente va a Misa, se casa por la Iglesia, bautiza a sus pequeños. Pero no sabe nada
de la Buena Nueva que cambia el mundo. O sabe muy poco, y sólo con la mente. La
religión es algo que les hace bien, algo honesto, un lugar donde no hay tanta maldad. Van
al templo y se sienten aliviados. ¿Pero qué hay después?

Estoy en Lima. Como muchas veces, ante matrimonios cabezas de familias. Tal vez han
escuchado discursos, predicaciones, noticias. ¡Pero qué ausentes de lo obvio! Cuelan el
mosquito y se tragan el camello.

Hace algunos meses un congreso internacional de psiquiatría en Europa, trató acerca de la

situación social. La conclusión fue una sorpresa para muchos (no para mí): que la
decadencia europea (veamos las finanzas, la producción, las familias) se debe sobre todo a
la ausencia de hombres que sepan ser padres de familia. ¡Volver a los obvio es el grito de
guerra ( de auxilio) de los sensatos!

Estoy en Lima, ya les dije antes. En tiempos de otoño todavía sigue el calor del verano. Si
esto es por causa del calentamiento global y continúa, se va a producir un desastre
ecológico. ¿Les importará algo a USA y China, sobre todo a la primera, responsables
principales de este desastre climático? ¡Claro que no! Primero las finanzas.

Hoy en día, si no eres diferente, no eres nadie.

Pero, claro, algunos creen que ser diferentes no es sacar la cara por la justicia, la verdad,
la razón natural. Creen que los hace diferentes el cambio de sexo, las manías
exhibicionistas, el consumo estúpido y hasta las drogas. ¡Y el suicidio!
Seamos diferentes de verdad. Intransigentes con la malicia de este mundo corrupto que
mata a sus hijos, mundo mentiroso, hipócrita, que centra su desvelo en tener.

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¿Qué es lo más grande de tu vida? ¿Lo que has hecho? ¿Lo que conseguiste? ¡Lo que
seas! Aunque nadie lo vea. ¡Lo que seas! Eso para lo que vives y por lo que darías tu vida.
No te importe lo que se vea de ti. Impórtate tú. Siempre Alguien lo verá. Aunque todos
estén ciegos.

Asesinatos en una escuela judía de París. Asesinatos de judíos. Y asesinatos de palestinos

en Israel. Y asesinatos de católicos en Egipto. Y asesinatos de niños por nacer, en todas
partes. ¿Qué clase de civilización tecnificada y adelantada estamos viviendo? Lo que
estamos viviendo es la globalización de la mentira. No somos un mundo adelantado. No
avanzamos. Somos un mundo troglodita, bárbaro,
No temas tú ser diferente. No te dejes tragar por la publicidad de este mundo hipócrita. Ni
por casi todas las noticias mentirosas de los medios. Que sirven a sus propietarios,
enganchados al poder, no a la gente.

Estaba mirando en un comercio de películas los títulos. Un buen porcentaje de héroes

gringos en uniforme que se ven “obligados” a matar.
¿Qué guerra están justificando?

Banco Mundial, FMI, OMS, pagan a médicos para que liguen las trompas a las mujeres
después del segundo hijo. Por supuesto, en todo el Tercer Mundo. Por supuesto, incluidos
nosotros.
Nuestros hijos son un peligro para el Primer Mundo. Lo dijo ya el informe Kissinger, asesor
de la Casa Blanca y del Pentágono.

Ahora está resultando que el cáncer tiene un origen psicológico. Lo dijimos en el original de
un libro nuestro hace 40 años. Psicoterapia de Fe. Un psiquiatra me dijo que borrara eso
del original, porque contrariaba la medicina. Le hice caso. ¿Para qué le habré hecho caso?
El hombre es un compuesto indisoluble de alma y cuerpo. Cualquiera de los dos que esté
afectado, afecta al otro. Principios de Aristóteles y de Sto. Tomás de Aquino.

Me acaban de hacer una entrevista por TV. Parece que soy importante. Porque todo lo que
aparece por TV es importante…
¿Quién te hizo ese cuento? Todo es invento allí, nada es realidad. La realidad está en tu
casa. Y en tu corazón. Un corazón generoso, que vive para los demás, es más real que
toda la TV del mundo.

Alemania necesita, para subsistir como potencia y como país, 200.000 inmigrantes por año.
Causa: baja natalidad. Mientras tanto, se está haciendo un país de ancianos.
¡Y a nosotros nos están haciendo creer que es mejor no tener hijos y que las familias
numerosas son una antigüedad!
Pero lo peor de todo es que lo creemos.
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El volumen de ingresos del 20 % más rico del mundo es del 85 % de la riqueza del mundo.
El 15 % de riqueza restante queda para el 80 % de la población del planeta.
Liberalismo económico. Que es igual a monopolio globalizado de las grandes
corporaciones.
El problema para la juventud de nuestros países es que es educada en universidades
donde el
Liberalismo económico es el dogma obligado. Y donde el sueño mayor de los futuros
egresados
es llegar a ser empleado de alguna de esas corporaciones, es decir sirvientes bien
pagados.
La famosa Isabel I de Inglaterra, hija del depravado Enrique VIII, condecoró y dio título de
nobleza
a los piratas (siempre que se dedicaran a asaltar a barcos de otras naciones…).
Bueno, no nos asustemos, que en otras formas igualmente disfrazadas existe también hoy
la
misma conducta.

He vuelto –en mis idas y venidas- a dormir al lado de una ventana donde ya antes de salir
el sol los
pájaros se amontonan para canturrear, compitiendo entre ellos, alzando los picos,
atronando el silencio
de la madrugada.
Me despiertan y me desvelan. ¡Qué bello despertar! La alegría de la Creación trasmitida
con una
oratoria tan elocuente. Me pregunto: ¿todos los vecinos pensarán lo mismo?
Recuerdo una poesía de José María Pemán: “pasan al lado de las flores, y no las miran”.

Tiempo del aburrimiento: tiempo para pensar qué hago aquí sobre este planeta que llaman
Tierra.
A veces escapamos del aburrimiento haciendo cualquier cosa, conveniente o
inconveniente.
Pero el problema no está en el aburrimiento. Sino en mi ser vacío, que no sabe para dónde
va ni
para qué vive.
El tiempo del aburrimiento es un tiempo precioso para pensar en eso que nadie piensa, en
mirarme a través de mis ojos de barro que un día irán al barro sin haber visto nada. ¡O que
se
habrán jugado por algo bello, alto, ambicioso, que un día les permitirá ver todo desde el
cielo!

Me voy a dormir. No sin antes leer. No sin antes pensar en el día que pasó. Pensar si es
que
algo se inscribió en la historia de mi fugaz vida. Y alegrarme por esas pequeñeces.
Pequeñeces
que si no cambian todo la sociedad, tal vez cambiaron en una pequeñez, la forma de ver la
vida
de alguien que ahora, por esa pequeñez, ve mejor las cosas (y a sí mismo).
Ufaaa, ahora sí que puedo dormir trasquilo, apretado a mi vieja y familiar almohada.

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Un problema muy común para gente con trabajos de cierta jerarquía, es el tiempo. No les
queda tiempo para nada, ni para la familia. Ante esta cuestión que parece insoluble,
siempre digo lo mismo: No lleguen a sus casas para descansar. Sino para atender a su
esposa e hijos. Aunque estén molidos. Hay momentos en la vida que no se recuperan si no
se los aprovecha. Y que no se pueden aprovechar y superar sin sacrificio.

Las Universidades que se dedican a producir buenos gerentes, escasamente producen

líderes. Enseñan a hacer cosas y a progresar. Pero equivocan el camino: no enseñan a
escuchar, a atender y a levantar a su gente. No entienden que primero son las personas.

Si uno observa la vida de los grandes líderes empresariales, descubre algo que parece
insólito: ellos fueron líderes desde el principio, cuando eran uno más de tantos, sin esperar
a estar en un puesto de dirección. Un ejemplo: Kim Woo Chung, el fundador de la Daewoo,
a los 12 años vendía periódicos para comprar arroz y alimentar a su madre y sus
hermanitos. Su padre y su hermano mayor estaban en el frente de guerra de las dos
Coreas. Él a los 12 años se había puesto al frente de su casa.

¿Sueños? ¿Ambiciones? ¿Proyectos? Cada uno de nosotros no es sólo lo que es. Sino lo
que pugna por ser. El futuro diseña nuestro presente. Gente sin futuro se desilusiona de sí
misma. Y vuelca su energía hacia su ego. O hacia la nada.

He visto recuperarse rápidamente de traumatismos a gente que quería hacer, construir,

llegar. Mientras otros seguían –con los mismos problemas óseos- postrados largo tiempo
en la cama de un hospital. La fuerza del idea, del querer, nos levanta de eso que a otros
los derrota.

Hay quienes vienen al mundo para pasar inertes. Otros buscan protagonismo. Son los que
anhelan cambiarlo. Los no conformistas. Tal vez puedan hacer muy poco o no puedan
hacer nada. Pero alguien heredará esa gloriosa ambición. Y algún día, de un modo
inesperado, se cumplirá.
Si tú eres uno de esos que quieren, pero que a pesar de ellos tienen las manos vacíos,
debes saber que hay Alguien que ve. Quien un día te llenará las manos. Y el corazón.
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Estoy en Lima, Perú. Mañana se festeja el Día de la Madre. Esta noche del sábado hay una
reunión especial de homenaje. Me han pedido que las visite y que les diga algo. Pues bien:
No hay humanamente profesión más alta que la maternidad.
El niño que se está formando y que nace, recibe lo que ella le dé. Nadie más puede dar lo
que ella le puede dar. Así es la naturaleza. Cualquier neurólogo o pediatra lo saben. Ella es
imprescindible, única, insustituible.
Cuando el Padre pensó que su Hijo fuera al mundo no pensó descolgarlo de una nube.
Sino que naciera en un seno materno, que allí se desarrollara, que se alimentara de un
pecho y del amor increíble de una madre, de una Madre.
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Si tú no me hablas, no te comunicas conmigo, no sé nada de ti: es porque no me quieres.
Eso es lo que siento. Yo no soy nada o nadie para ti, y tú no lo eres para mí.
Así somos, así se hace nuestra existencia, nuestro vivir.
El ser humano, hombre y mujer, es comunicación. Es ser para otro y por otro.
Así es Dios. Dios es relación. Y nos ha hecho como Él es.
Si somos como Él es, nuestra vida es vida. Si no, es muerte.

La lealtad nos hace incondicionales. Podemos dar nuestra palabra de por vida.
La lealtad es signo de altura, de vivir en la altura. Y nos hace respetarnos.
La deslealtad rompe con el prestigio básico que uno debe tener para con uno mismo.

Hay una acentuada creencia general de que no podemos ser felices. Lo cual provoca hoy
un estado patológico colectivo, neurosis social, resentimiento, hostilidad, competencia.
Pero lo real es al revés: Todo ser tiende hacia aquello que puede conseguir; la naturaleza
nos hubiera hecho una jugada macabra si hubiera puesto en los seres tendencias
irrealizables, antinaturales.
Por lo tanto: es ley de la naturaleza que seamos felices.

La enfermedad no es lo propio del hombre, no lo es. Es natural la salud. Por eso la

buscamos y la cuidamos. Nunca procuramos estar enfermos.
Tampoco es lo propio del hombre la desgracia o la infelicidad. Lo natural es la felicidad. Por
eso la buscamos y la cuidamos. Nunca procuramos ser infelices.
La infelicidad es una enfermedad básica fundamental. No es lo justo, no es lo que
corresponde. Es parte integrante de nuestra sustancia humana el hecho de ser felices.
Debemos ser felices.

Nunca el precio es demasiado alto para ser dueños de nosotros mismos. Y así cumplir el
propio destino, ese que no pertenece a ningún otro. Y que es mucho más alto de lo que los
demás creen. Y de lo que generalmente creemos también nosotros mismos.

La IPPF (International Planned Paranthood Federation) es llamada por algunos La

Internacional de la Muerte.
Gasta cientos de millones de dólares y euros en llevar a cabo la muerte de niños por nacer.
Y ni un cobre en alimentar a uno solo de los 50 millones de niños que todos los años
mueren de hambre.
O yo estoy loco. O el mundo está loco.
Me inclino más bien por pensar que el mundo está ¡tenebroso!

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Oración de Pentecostés:
Dios mío: Tú me quieres obediente, humilde, pobre y casta. Entonces, ¡ten piedad de mí!, y dame
amor por la obediencia, la humildad, la pobreza y la castidad. Tú quieres que yo ponga fuego con
mi apostolado en este mundo frío y pecador: Dame Tú la llama e incéndiame a mí, para que yo
pueda quemar con el fuego de tu amor.
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Vivimos en un siglo muy poco alegre. Que por eso busca excitación.
Nos enseñan a estar siempre ocupados, serios, importantes.
Parece que si alguien no tiene una preocupación, la debe inventar, para sentirse
importante. Jaja

El buen humor verdadero es un modo alegre, optimista, de mirar la propia vida.

Si nuestra vida es tan seria que no tiene lugar para mirarse con buen humor, entonces no
es seria,
sino amargada.
Toda vida seria debe afrontar con seriedad la presencia de buen humor.

La vida es como un árbol. O como un pájaro.

El árbol crece. El pájaro vuela.
La vida nace y siempre crece. La vida también alza vuelo. Y se remonta muy lejos, hasta
más allá de las estrellas.
¿Esto es poesía? Es la realidad de los que viven.

Si no me quiero, no voy a ser feliz. Si no me amo, es que no quiero ser feliz. O no quiero
ser feliz porque no me amo.
Amarse es quererse tal cual uno es. Compadeciéndose de la vanidad, el exhibicionismo, el
egoísmo.
Y alegrándose todos los días por todo lo que hay de bueno. Para hacerlo más grande.

Vivir como si esta fuera mi última semana. Vivirla con sabiduría y con sabor. Así es posible
vivir bien. Y también vivir más.
El tiempo es una medida relativa. En un solo instante podemos vivir 100 años. Y 100 años
pueden pasar con el hastío y la inoperancia de un instante amodorrado.

Corpiños: Tallas: 32b, 34b (una docena de cada uno sería bueno), si encuentras 36b reductores (solo 2)
Chones: S,M,L
Fondos de Algodón: S,M,L.
Pijamas: L, XL, de algodón, y si puede ser de manga cero con shorcito mejor. Sólo una docena
¿Nunca estuviste al borde de la muerte?
Si hubieras estado, conocerías el valor de la vida. También el valor de eso que todos los
días te pasa inadvertido. Y podrías empezar a ser sabio, a comprender.
Verás que todo pasa, todo pasa. Y también que finalmente todo es eterno. Nada pasa.

La mayoría quiere ser feliz, pero no sabe cómo.

La felicidad está a tu puerta y llama. ¿Estás muy ocupado?
Generalmente estamos muy ocupados y no tenemos tiempo para ocuparnos de lo
importante. Es una tragedia actual.
¿Tú crees que eres lo que los demás piensan de ti? También otro error generalizado:
trabajar para que los demás nos crean alguien. Y así, sin darnos cuenta, nos
extraviamos, no buscamos ser alguien, sin importarnos parecer alguien.
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El complejo de inferioridad es un sutil escondrijo del complejo de superioridad.
Hay gente que parece muy humilde, que hasta camina con cierta inclinación, que se
somete fácil. Es sólo una búsqueda de que la admiren por su modestia, por su
sensibilidad. Una manera sutil de buscar admiración. En definitiva, de establecer que
en eso gana a los demás: superioridad.
La humildad es la verdad, es por tanto salud mental. Tú alégrate de todo lo que eres.
No lo disminuyas porque estarías faltando a la verdad. Canta y baila y alégrate por tus
triunfos. Eres una preciosa creación del Creador.
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¿Pasas por dificultades?
Las dificultades son los escalones que nos llevan a la realización propia.

Cuando pasamos la adolescencia es porque empezamos a reconocer que los deseos y

los sentimientos no bastan. Son los hechos los que mandan.
Y si no lo vemos así, seremos para siempre adolescentes. Y nunca adultos.
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Tuve una reunión con los jefes de una empresa. El problema que expusieron fue el familiar. Están
viviendo una etapa de mucho trabajo y no les queda tiempo para la familia. Mi respuesta fue muy
simple: -Cuando lleguen a sus casas no deben llegar obsesionados por el descanso, sino por atender
a la esposa y a los hijos. Aunque estén cansados hasta reventar y aunque no puedan ver TV. Aunque
en el esfuerzo rebajen unos kilos. Hay momentos en la vida que no se pueden superar sin sacrificio.
Las escuelas de negocios siguen produciendo buenos gerentes. Y escasísimos líderes. Enseñan a
hacer cosas. No a atender, escuchar e impulsar a su gente.

Si uno observa la vida de los grandes líderes empresariales, descubre algo que parece insólito: ellos
fueron líderes desde el principio, cuando eran uno más de tantos, sin esperar a estar en un puesto
de dirección.
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Hoy es miércoles. Preparo con todo mi corazón el tema que desarrollaré mañana: Dolores del
cuerpo, dolores del alma.
Me impresiona mucho toda la gente que sufre –a lo grande o pequeño- sin ninguna necesidad.
Quisiera mostrarles que el camino de la salud es el más barato y está al alcance de todos.
Lo mejor de esto es que toda la buena medicina confirma estoy que estoy diciendo.

Hoy es jueves. Me encamino hacia las más de 200 personas que me esperan para este cursillo:
Dolores del cuerpo, dolores del alma.
Tengo el mayor optimismo. ¿Me pueden creer que todavía sin verles el rostro estoy amando a cada
uno de los que me esperan? ¿Cómo no amar tú a todos esos que confían en ti?

¡Qué bueno que estuvo eso del jueves! Me doy cuenta de que la amistad que parte del
servicio, es una amistad superior.
Ahora me encamino a un Festival de Valores artísticos juveniles. Me emociona tanto
entusiasmo, en muchachos que han encontrado un nuevo modo de vivir, de ser amigos, de
expandir el propio ser haciendo tareas muy gratas y también sirviendo, atendiendo, a los
demás. Todo comenzó con un pequeño grupo que amé desde el principio y que se llamó
¡Lidera!, es decir: atrévete a liderar.
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Cuando paso junto a esos jubilados que todos los días, metódicamente, se sientan en un
banco de una plaza o parque a dialogar, los felicito. Hablan de sus cosas y eso les interesa;
de las cosas que a otros aburren. Si alguien falta un día a la reunión lo extrañan y
preguntan por él; signo de que lo quieren.
Todo eso se llama en términos médicos “logoterapia”. Si la gente fuera más escuchada,
atendida, querida, en un va y viene de amistad, habría menos enfermedades. El amor
sana.

Cuando uno tiene vacaciones, debería preguntarse: ¿vivo para trabajar o trabajo para vivir?
Es un dilema importante. Porque hemos dimensionado tanto la acción, que le hemos dado
más importancia que el ver, admirar, solazarse, amar.
El día más importante de la semana es el domingo. Pues no es que descanse para
trabajar, sino que trabajo para descansar.
Hagamos, amigos, del domingo, el día de fiesta. Y festejemos la vida. Porque si tenemos
amigos, lo tenemos todo. Y si hacemos de la familia un núcleo de amigos ¡qué bella es la
vida!

Cuando estés enfermo del cuerpo… o de la mente, no vendrá el trabajo a cuidarte.

Si has dejado un día en segundo lugar el trabajo para atender a tus amigos y a tu familia,
que te necesitaron, un día ellos serán los que vendrán a cuidarte.

Hoy es el día de San Pedro y San Pablo. Iniciadores, Pedro como Primado y Pablo como
maestro y profeta, de la Institución más formidable de toda la historia. Constantemente
combatida, constantemente emergente. Constantemente traicionada, siempre protegida
por ejércitos de leales.
Pedro murió crucificado. Pablo decapitado. Final previsto, esperado, amado.

Me llegan las vacaciones. Dejaré los negocios. Recuerdo que “negocio” significa “no-ocio”.
Y que su sentido primitivo es: yo trabajo para poder tener ocio. Es decir: trabajo para
poder pensar, meditar, soñar, llenarme de cosas bellas, cultivar la amistad y el amor.
El ocio es lo más importante de la vida. El caminar tiene el sentido de llegar. No es lo
más importante.
El ocio es sagrado. Los pueblos que lo dejan de lado se embrutecen y se hacen crueles.
¡Bienvenidas vacaciones!

Estoy preparando mi maleta para salir de vacaciones a la sierra. ¿Cuántas cosas debo
dejar?
¡Cuántas cosas no necesito para vivir!
¿Acaso estoy acumulando lo que no es esencial?
¿Qué me llevaré de todo eso cuando muera?
Lo que no sirve para vivir, lo que no sirve para el bien de todos, no sirve.
¡Qué buen descubrimiento!

Les escribo desde mis vacaciones. Les mando mi mensaje por un intermediario que me
visita. porque aquí ¡no tengo Internet! Tampoco TV. Ni teléfono. Sólo sierra, árboles,
caminos de tierra, chaparrones aislados… ¡Qué bueno! Uno así, inevitablemente, se pone
religioso, adora. Comprende y siente más, que nada sale solo. Que somos una pequeñez
ante el Todo. Que hemos nacido por un antojo de alguien.

En la soledad completa, en el silencio que se extiende sobre todo, el canto de un pájaro es

una maravilla. Es un mensaje. Es un nuevo idioma que nos habla. Que nos dice algo nítido
de lo que está más allá. De eso que en medio del ruido, de la multitud, de los Medios, no se
escucha.

Un fogón en la noche. Conversando con amigos. Compartiendo sueños y desafíos.

Sintiéndonos hermanos.
Momentos inolvidables que marcan las vidas, que producen unidad, que desarrollan
confianza. Y que nos unen. Porque estamos en el mismo barco. Y hacia adelante
andamos.

El INEGI declara oficialmente que no sólo han aumentado los suicidios en México. Lo cual
no nos debe asombrar, porque este es un fenómeno propio de nuestra época. Hay países
donde el suicidio cobra un alto número de víctimas, como Japón. Pero lo que quiero
señalar hoy es que, en esa declaración citada, se nos agrega que esos suicidios no se
deben a problemas económicos, ni a pobreza, ni a falta de trabajo. Sino a conflictos de
relaciones, sobre todo, como es fácil de entender, a conflictos familiares.
Me pregunto: ¿en qué mundo estamos hoy viviendo? Un mundo que, con el consumismo,
nos llena de cosas… pero nosotros, el mundo, el ser humano, ¿en qué grado de
importancia estamos?
Yo creo que el ser humano, aislado como está, debe aprender a vivir por sí mismo, a que
su vida tenga un sentido, a relacionarse no esperando atención, sino atendiendo. A
defender su vida, su ser, que no depende del tener ni del parecer.

http://www.youtube.com/watch?v=HS_BydRyP-E
http://www.youtube.com/watch?v=-
LkQ9qx1Mno&feature=results_main&playnext=1&list=PLF042448D574D9C36

http://weltmx.blogspot.mx/2012/07/crimen-organizado-tiene-ganancias-de.html

http://america.infobae.com/notas/55279-Por-que-los-padres-no-controlan-a-sus-hijos#

www.youtube.com/watch?v=KkaKtfJFdIU
 

http://www.pasionpormontoro.blogspot.com/2011/09/cristo-sindonico-de-juan-manuel-
minarro.html
Cuando alguien no se siente escuchado, se siente nadie. Estar juntos no alcanza.
Necesitamos que se interesen por nosotros. Es nuestro anhelo profundo ser algo para
alguien. O para muchos. O para Alguien.
Sólo un amor personal nos da la aprobación, la seguridad de ser únicos. Y nos libra de la
desgracia de ser solamente cosas, objetos intercambiables, que servimos sólo para hacer,
estar, trabajar. Cada ser humano es algo especial. Tú eres único e irrepetible.

El político que gana elecciones, el millonario prepotente, el artista admirado… Cada uno de
ellos puede navegar en el aislamiento, en la amarga soledad de experimentar poder, pero
no amor. Pueden ser más solitarios que sus sirvientes que llegan a sus casas y encuentran
un hogar, el calor de una familia, de la fraternidad.

¡Qué bueno que es descubrirse uno mismo, saberse único, gratificarse con los dones
físicos, de carácter, de moral, de inteligencia, dados como un regalo por el Creador!
Mucha gente cae en depresión o en amargura o en sentir injusticia, porque no se valora, no
se descubre, no se mira con amor y con complacencia. ¡A pesar de sus defectos o
fracasos! No puedo no decir que mi libro Puedo ser feliz ha arrancado a muchos de sus
sentimientos de creerse poco o nada, por no saberse mirar.

Dios no ama a todos. Te ama a ti. Todo amor que no es personal no es amor. Por eso el
verdadero amor nos hace más personas, nos hace más nosotros mismos. Nos alienta, nos
empuja. Y da valor a la mínima cosa que hagamos. Nos otorga un grande y sano orgullo. Y
también un poquitín de sana vanidad. ¡Porque no hay nadie como yo!!!

Sigo muy impresionado por todos los festejos, algarabías, devociones, homenajes, a la
Virgen de Guadalupe en su día. Un pueblo entero que la honra como a nadie. Y mirando
todo eso me acuerdo de las palabras de Ella en las bodas de Caná: “Hagan lo que mi Hijo
les diga”. Y entonces me pregunto: ¿Habrán oído todos a esta Madre?

No me sorprende mucho lo que pasó en Connecticut, después de haber vivido en aquel

país. Pero sí me asombra y me indigna la poca importancia que los Medios le han dado a
esa docente –Victoria Soto- que dio la vida por proteger a sus niños. Mártir ella, de origen
hispano, y velada en la parroquia Santa Rosa de Lima.

Anoche vi, por una horrenda casualidad, la horrenda película Terror en Silent Hill. Cine con
muchos niños. Quedé consternado de la locura de hacer películas de esta clase. Y de la
locura de padres o adultos llevando a niños a ver esta fuente de maldad, de perversidad,
de pesadillas. ¡Así está este mundo!, mis queridos amigos. ¿Qué es lo que se promueve?
¿Qué es lo que se busca? ¿Qué intenciones hay atrás?
Viene pronto la Navidad. Soy un escéptico. Para mí, nada de arbolitos, de un Papá Noel
como un payaso, ni tragos, ni regalos ostentosos. Si voy a creer de verdad, y creo, ese día
vino el mismo Dios a reconciliar todo. Los pastores y los Reyes. Desde un pesebre. Frágil,
débil, indefenso. Y si es así, sé que un Día vendrá. Para poner justicia. Y terminar con la
codicia implacable que mata anualmente de hambre a 50 millones de niños. Y con tanta
mentira, difundida por los grandes Medios.

Ya comenzó el año y allá vamos. Nuestra vida recomenzó con él. Esta es la hora de mirar
adentro. Y preguntarnos los para qués. Puedes comenzar la vida, puedes comenzar ahora.
Que no te importe lo que ya pasó. Así te queden muchos años o pocos o nada. Tienes por
delante lo mejor de ti.

Estuve mirando noticias internacionales. ¡Qué siglo que nos ha tocado!!! Muertes, delirios
de grandeza, valores por el suelo, injusticias globalizadas… ¿Por qué me ha tocado esto a
mí? Quizás porque Alguien me necesita. Y te necesita. Para poner una flor y otra en el
estercolero. Para advertir a todos que siempre se puede ser bueno, ser honesto, vivir para
los demás, y sonreír siempre, aunque sea con lágrimas en los ojos o en el corazón.

Hoy decía por radio que no siempre la rebeldía de nuestros hijos es mala. Sino que hay
una buena rebeldía, que les debemos inculcar. Ser rebeldes contra la mentira, la
hipocresía, las injusticias, el atropello monetarista de países que controlan las finanzas.
También contra las impurezas sexuales, la desvalorización del matrimonio y la familia.
Queremos hijos rebeldes que sepan abrirse camino sin pedir permiso en un mundo que no
los entenderá. Jesucristo fue un rebelde, sabiendo que lo iban a matar.

Hoy conversando con un amigo recordaba a un hombre muy rico, con grandes campos, al
que años seguidos de sequía lo dejaron sin nada. Él no cambió de carácter. Siguió siempre
seguro y en paz. Aprovechó la pobreza para educar a sus hijos a arreglárselas con nada.
Vinieron las lluvias. Volvió la riqueza. Sus hijos la multiplicaron. Porque habían aprendido a
arreglárselas con nada y a saber aprovechar la más pequeña oportunidad.

Yo creo que casi todos los problemas del mundo se resolverían con sólo la cuota de
honestidad necesaria. Hay tanta mentira, codicia, engaños… que este mundo va de mal en
peor. Sería bueno que nuestros países no copiaran todo ese materialismo que llevó a la
decadencia económica, moral, psicológica, a los países del primer mundo. Y que
fortaleciéramos lo mejor de nuestras antiguas costumbres familiares y sociales. La mejor
forma de defendernos de la globalización de la decadencia.
Mi Face estuvo mudo. Los extrañé mucho. Pero no fue porque quise. Sino porque tuve
tantas entrevistas y conferencias, que apenas me dieron espacio para respirar y a veces
comer o un café. Pero los extraño mucho. No me dejen, que como pueda, tuerto o rengo,
voy a seguir con ustedes. En una semana que se me presenta colmada… de amigos, de
gente que espera ser querida y escuchada… ¡Qué linda es la vida!