- I - '
La m a n if e s t a c ió n d e v o lu n t a d
35. PREMISA
La voluntad constituye la esencia misma del acto jurídico, pero sólo por
la manifestación el sujeto la hace conocer. La conjunción de la voluntad y
su manifestación es el resultado de un proceso que va de lo subjetivo a lo
objetivo, de la voluntad interna a la voluntad exteriorizada, esto es, a la
manifestación de voluntad.
Si, como se ha expresado, la voluntad del sujeto constituye la esencia
misma del acto jurídico, la falta de ella hace que el acto no llegue a ser tal y,
por más relevancia jurídica que el hecho jurídico pueda alcanzar, se queda
sólo en hecho. Pero la voluntad sola no es suficiente, pues necesita de su
manifestación y que entre ambas exista una imprescindible correlación, y,
además, que la manifestación responda a la verdadera y real intención del
sujeto y que, entre lo que éste manifiesta y lo que quiere, exista también
una imprescindible correlación. Es esta la voluntad jurídica y con ella es
como se genera el acto jurídico.
-12 2 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
37.1. El discernimiento.
El discernimiento es la aptitud para percibir o distinguir las diferencias
en relación a aquello que guarda conformidad con nuestra conveniencia
o sentido moral. Es, pues, una aptitud que nos permite diferenciar lo que
nos conviene de lo que no nos conviene, de lo que nos interesa de lo que
no nos interesa, de lo que juzgamos bueno de lo que juzgamos malo, y, en
general, de lo que nos hace actuar con entendimiento y desarrollar nuestra
inteligencia.
La codificación civil le da especial relevancia al discernimiento pues lo
toma como factor para la determinación de la capacidad de ejercicio. La mis
ma relevancia también se le da la doctrina, de la que tomamos algunas ideas
desarrolladas por autores argentinos. Así, según Aguiar129el discernimiento
es un estado de conciencia determinado por el desarrollo intelectual del
individuo que, invistiéndolo de la facultad de conocer en general, lo coloca
en condición de formar un juicio por medio del cual percibe y declara la
diferencia que existe entre varias cosas, de apreciar y juzgar de sus actos y
de los ajenos, o, en términos más simples, de distinguir los diversos actos
en sus diferentes categorías. Arauz Castex y Llambías130 lo definen como la
aptitud del espíritu humano que permite distinguir lo verdadero de lo falso,
lo justo de lo injusto, y apreciar las consecuencias convenientes o inconve
nientes de las acciones humanas, concluyendo en que es la versión jurídica
del entendimiento o inteligencia. Brebbia131 lo considera como la facultad
para conocer la realidad y poder decidir entre diversas posibilidades. Para
- 12 3 -
Fernando Vidal Ramírez
37.2. La intención.
La intención es la decisión orientada a la consecución de una finalidad
prevista por el sujeto, esto es, el propósito deliberado de celebrar el acto
jurídico y producir sus efectos. Es complemento del discernimiento pues
todo acto jurídico celebrado con discernimiento se considera intencional.
Sin embargo, es conveniente precisar lo que debe entenderse por
intención y para ello recurrimos nuevamente a la doctrina argentina. Así,
Aguiar133 lo precisa como el querer realizar un acto con conciencia de
sus consecuencias en el momento de su realización y que no debe con
fundirse el discernimiento con la intención ya que, recíprocamente,
uno es el presupuesto del otro. Para Brebbia134 hay intención cuando se
ha realizado el acto tal como se pensó llevarlo a cabo y la diferencia del
discernimiento en cuanto que éste es la aptitud para conocer en general,
mientras que la intención es el conocimiento aplicado a la realización
de un acto concreto.
La intención es, pues, la función del conocimiento que permite al sujeto
tomar conciencia del acto jurídico que celebra y sus efectos. Desde luego,
que debe estar exento de malicia y de propósito engañoso. La intención
debe ser necesariamente sana y, por ello, debe presumirse que los efectos
del acto responden a la intención del sujeto, salvo que éste produzca una
manifestación de voluntad cuyos efectos no quiere.
37.3. La libertad.
La libertad es la espontaneidad que debe existir para tomar la decisión
de celebrar el acto jurídico. Es la determinación, la facultad de elección,
como consecuencia del discernimiento y de la intención.
- 12 4 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
-12 5 -
Fernando Vidal Ramírez
formativo (Supra No. 36) y, por eso, la noción incorporada al art. 140 del
Código Civil lo conceptúa como una manifestación de voluntad. De este
modo, la manifestación de voluntad no es sólo un requisito de validez, sino
que es el acto jurídico mismo.
La relevancia de la manifestación de voluntad es tal que, como bien
lo puntualizó León Barandiarán137, ningún acto puede tener el carácter de
voluntario sin un hecho exterior en que la voluntad se manifieste pues el
Derecho no es psicología ni es investigación agnóstica en el campo de la
conciencia. El Derecho fundamentalmente mira hacia el lado externo, hacia
la conducta exteriorizada del agente y, por eso, es indispensable detenerse
en la manifestación de la voluntad en cuanto generadora del acto jurídico.
El negocio jurídico se forma, ha señalado Coviello138, cuando la voluntad
se manifiesta.
Sin embargo, es conveniente precisar lo que el Código Civil quiere dar
a entender como manifestación de voluntad y el fundamento por el cual,
no estando en la enumeración del art. 140, nosotros la consideramos un
requisito de validez.
La manifestación de voluntad tiene un significado amplio, que da ca
bida a la declaración, porque es la manera de dar a conocer por cualquier
medio que la exteriorice, la voluntad interna. Se puede valer de la expresión
oral o escrita y, aún, por cualquier otro medio expresivo, como la expresión
mímica y un comportamiento o conducta expresiva, siempre que denote
la voluntad del sujeto. De ahí, entonces, que debamos entender la mani
festación de voluntad por cualquier medio, sea que esté dirigida a sujetos
determinados o indeterminados.
El Código Civil ha optado por la adopción de la expresión manifestación
de voluntad, por lo que para mejor establecer su significado es necesario
acudir a los antecedentes del art. 140, que no se encuentran en el Código
Civil de 1936 sino en el proceso de su reforma. .
La manifestación de voluntad, como expresión, fue adoptada por la
Comisión Revisora del Proyecto139. La Comisión Reformadora, que fue la
encargada de la redacción, no planteó una noción de acto jurídico y sólo
señaló los requisitos para su validez, considerando entre tales el consenti
miento, y sólo a partir del Anteproyecto De la Puente-Zusman, lo cambió
-12 6 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
140 Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil. T. II, pág. 45.
141 El Negocio Jurídico, págs. 101 y sigs.
- 12 7 -
Fernando Vidal Ramírez
-12 8 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
- i2 g -
Fernando Vidal Ramírez
tan sólo, ser de una manera idónea. Coviello149 señala que la voluntad,
para tener efectos jurídicos, debe m anifestarse convenientemente de
manera sensible.
El art. 141 del Código Civil se ocupa de la manera como puede mani
festarse la voluntad y ha sido objeto de la modificación introducida por el
Decreto Legislativo No. 1384, de 4 de Setiembre de 2018, que además ha
derogado a la Ley No. 27291, que le adicionó un párrafo como 141-A.
El acotado art. 141, desde su tenor original, sólo reconoce a la manifesta
ción de voluntad expresa y a la manifestación de voluntad tácita. No admite
otra manera de manifestarse la voluntad y ha recusado a la manifestación
presumida por la ley, que si consideraba el Código de 1936 en su art. 1076. En
sus comentarios al Código anterior, León Barandiarán150 calificó de ficticia
a la voluntad que resultaba de la presunción de la ley.
La moderna doctrina es uniforme en la recusación de la manifestación
de voluntad presumida por la ley. Messineo151, por ejemplo, rechaza, como
impropia, la locución “voluntad presunta”, cual si se pretendiera fingir que
existe una voluntad que no existe y concluye en que cuando se hable de
voluntad presunta, o se usen expresiones equivalentes, se quiere decir, en
sustancia, que la ley atribuye arbitrariamente a algunos comportamientos
del sujeto, un cierto significado y vincula a ellos ciertos efectos, pero no que
al sujeto se le atribuya una voluntad determinada.
El Código Civil y la doctrina que lo inspira ha eliminado la voluntad
presumida por la ley y sólo reconoce como maneras idóneas de la mani
festación de voluntad, como ya hemos advertido, la expresa y la tácita152,
tal como aparecía en el tenor original del art. 141: “La manifestación de
voluntad puede ser expresa o tácita” habiendo establecido la modificación
introducida por el Decreto Legislativo No. 1384 que “ Es expresa cuando se
realiza en forma oral, escrita, a través de cualquier medio directo, manual,
mecánico, digital; electrónico, mediante la lengua de señas o algún medio
alternativo de comunicación, incluyendo el uso de ajustes razonables o de
los apoyos requeridos por la persona. Es tácita, cuando la voluntad se infiere
indubitablemente de una actitud o conductas reiteradas en la historia de
vida que revelan su existencia. Comportamiento que revelan su existencia.
-131-
Femando Vidal Ramírez
- 1J 2 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
-133-
Fernando Vidal Ramírez
-13 4 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
-135-
Fernando Vidal Ramírez
-136-
Los requisitos de validez del acto jurídico
-13 7 -
Fernando Vidal Ramírez
161 Derecho Civil Español, Común y Foral. T. I. Yol. II, pág. 683.
-13 8 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
-139-
Fernando Vidal Ramírez
163 Exposición de Motivos del Libro Quinto del Proyecto de Código Civil, pág. 4
164 Tratado de Derecho Civil. T. II, pág. 84.
165 Curso del Acto Jurídico, pág. 165.
166 Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil. T. II, págs. 47 y 48.
- 14 0 -
Los requisitos de validez del acto jurídico
-14 1-
Fernando Vidal Ramírez
-II-
La c a p a c id a d
- 14 2 -