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Sistemas Operativos
Memoria Cache
Cuando hablamos de procesadores, casi siempre se suele mencionar el término
«memoria caché» de los mismos, y como suele ser habitual, cuanta mayor cantidad
tengan suele ser sinónimo de mejor rendimiento. Pero ¿sabes cómo funciona la
memoria caché de los procesadores y por qué es tan importante? Te lo contamos todo
a continuación.
La primera de ellas es la conocida como caché L1 y al ser la más cercana a las unidades
de ejecución es la más rápida pero también la más pequeña de todas. Se suele dividir a
día de hoy en dos bloques distintos, en uno de ellos se almacenan los datos a tratar y el
otro las instrucciones, siendo estas últimas las acciones que ha de realizar el
procesador. Es decir, por un lado, son las operaciones que tiene que realizar el
procesador, y por el otro la información que este debe procesar. La caché L1 se
encuentra a nivel de cada núcleo y no del procesador entero y ninguna de las cachés L1
es coherente con el resto, lo cual no es algo que sea un problema por el hecho que solo
su núcleo tendrá acceso a la misma.
El siguiente nivel es el de la caché L2, la cual es un poco más lenta, pero todavía muy
rápida y con mayor capacidad que la caché L1. Se ha de tener en cuenta que cada nivel
adicional contiene todos los datos de las cachés de nivel anterior. Históricamente la
caché L2 sirve para comunicar varios núcleos y darles coherencia a la memoria y
La memoria caché no funciona igual que la memoria RAM, no podemos hacer que la CPU
se dirija a una dirección concreta dentro de la caché. Esto es debido a que lo que hace la
caché es copiar los datos que se encuentran en la RAM y son cercanos a la dirección de
memoria que está ejecutando en ese momento la CPU, por lo que la caché copia en su
interior las direcciones de memoria más cercanas a la memoria caché.
Proporcionalmente hablando, hoy en día es habitual manejar capacidades de varios
terabytes cuando hablamos de discos duros, mientras que cuando hablamos de RAM,
esta cantidad se reduce a unos pocos gigabytes
(hoy en día lo más habitual es ver 16 ó 8 GB de RAM).
La caché, por su parte, es todavía mucho más
pequeña, y de hecho se mide en megabytes o
kilobytes.
Vamos a ver el comportamiento de los datos a tenor de lo que hemos explicado ya:
cuando se ejecuta un programa en el PC, los datos van a la memoria RAM, y desde ésta
a la caché L3, luego a la L2 y finalmente a la L1. Mientras el programa esté en ejecución,
el procesador irá a buscar la información que necesita procesador primero a la memoria
más rápida, la caché L1. Si no la encuentra ahí, se irá a la L2, luego a la L3, y si no está en
ninguna, entonces la buscará en la RAM y en último caso a los dispositivos de
almacenamiento secundario.
Cuanta más información se pueda guardar en esta caché, ya que será más grande, el
procesador necesitará acceder menos veces a la memoria RAM y con ello incrementará
el rendimiento general en juegos. Hay que tener en cuenta que no es lo único que
incrementa el rendimiento de un ordenador, ya que si tenemos una CPU lenta por
mucha caché que tenga seguirá siendo lenta. La combinación perfecta es una CPU con
un alto IPC, una gran caché y memoria RAM a alta frecuencia y baja latencia.
1. Datos que se utilizan con frecuencia: en el caso de estos, sería una pérdida de
tiempo tener que cargarlos siempre de la memoria más lenta. En lugar de eso, se
entregan desde la caché, lo que va más rápido.
2. Datos complejos de generar: algunos datos son el resultado de un procesamiento
computacional intensivo o se deben combinar a partir de distintas fuentes. En
estos casos, es conveniente almacenar los datos listos en la caché para su futuro
uso.
3. Datos que se deben utilizar juntos: en este caso, no sería eficiente cargar los
datos solo cuando se soliciten. En cambio, tiene sentido mantener los datos
juntos en la caché.