Felipe Vallese nació 14 de abril de 1940 en el barrio de Flores.En 1957 era un
joven obrero metalúrgico que se ganaba la vida como operador de máquinas en la empresa TEA S.R. L., ubicada en el barrio de Flores en la calle Caracas 940. Trabajaba en el turno noche al cuidado y mantenimiento de las maquinarias. Al año siguiente, con 18 años, fue elegido delegado sindical de la UOM. En el ejercicio de sus convicciones netamente peronistas consiguió para sus compañeros el reconocimiento del pago de horas extras, ropa adecuada de trabajo, etc.. El 23 de agosto de 1962 tanto su tarea sindical, como su ideal de peronista quedaron truncos. Felipe Vallese, fue el primer detenido-desaparecido de la historia reciente; precediendo el tiempo de horror que se desatará en la República Argentina. Con 22 años y un hijo de 3, era obrero metalúrgico, delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y dirigente de la Juventud Peronista. Secuestrado la noche del 23 de agosto de 1962, fue visto, por última vez, brutalmente torturado, en una comisaría de Villa Adelina, en Buenos Aires. Su hermano mayor, Ítalo Vallese refiere: “El 23 de agosto de 1962, siendo aproximadamente las 23:00 hs. Felipe sale de su casa. En Morelos y Canalejas (hoy Felipe Vallese) se despide de su hermano mayor, Ítalo. Se dirige por Canalejas hacia la calle Caracas. Al llegar a la altura de Canalejas al 1776, es interceptado por varios hombres. Se aferra a un árbol, tratando de aferrarse a la vida, como presintiendo que esa vez puede ser la última, como ya se lo habían advertido en otras oportunidades, y pide ayuda. Para que se suelte, lo golpean. Logran reducirlo y lo introducen en una estanciera”. Fue secuestrado por un grupo de la Unidad Regional de San Martín, durante el gobierno de facto de José María Guido. Felipe Vallese nunca apareció, ni vivo ni muerto. Al enterarse de lo ocurrido, tanto su familia, como la Juventud Peronista y el movimiento sindical comenzaron a actuar de inmediato. Las denuncias fueron masivas y desde el sindicalismo corrieron especialmente por cuenta de los dirigentes metalúrgicos Augusto Timoteo Vandor y Rosendo García con el asesoramiento letrado del Dr. Fernando Torres. El hecho produjo una importante conmoción social y su aparición con vida pasó a formar parte de las reivindicaciones de diversas organizaciones. Surgió entonces con fuerza e indignación popular un reclamo, un grito, un canto, una protesta: “UN GRITO QUE ESTREMECE, VALLESE NO APARECE”Esta frase fue cantada, gritada, pintada y repetida incansablemente en los frecuentes actos y gestos de resistencia..El periodista Pedro Leopoldo Barraza encaró con valor una importante investigación que fue publicada en los periódicos 18 de marzo y Compañero. La CGT le puso su nombre a su salón de actos. En 1965, los abogados de la UOM Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde publicaron el libro “Felipe Vallese. Proceso al sistema” en el que se denuncian claramente los hechos que quedaron prácticamente impunes.