Estamos viviendo una realidad poco convencional; dolor y
sufrimiento de pérdidas de seres y de carácter material es lo que nos ha representado a Colombia para aquel que conoce su verdadera historia. ¿Aún estamos dispuestos a seguir en esa sintonía? Colombia ya no es la misma, no está dispuesta a vivir lo de hace años, no está dispuesta a desgarrase por la minoría, para eso se conoce su historia, su descendencia. Corrupciones y genocidios por doquier; ¿buscamos un salvador para que nos saque de una realidad que no se quiere vivir?; no pensamos en quien, pensamos en dejar claro nuestra historia y nuestra huella del cambio y del progreso que queremos. Colombia quiere cambiar no por ambición, sino por la dignidad y a no dejar la vida de antes a nuestros descendientes. DESARROLLO
Colombia categorizado como uno de los mejores países en Latinoamérica por
su posición geográfica y riquezas hídricas y naturales que incluso no se encuentran en ninguno otro país, ha pasado por trasformaciones de diversos aspectos, entre esas políticas; un mecanismo de gobierno que desde su independencia ha venido con ideas y cambios que hasta se ven en su propia constitución con finalidades de suplir necesidades de unos cuantos y llegamos a pensar que es de todos el fin. Reformas tras reformas; ministerios de toda clase, con la gran definición de ser necesarios para el desarrollo y sostenibilidad del país. Mandatos por presidentes que se ven y se siente obligados a cumplir su función; no terminan como servidores públicos si no como entes de necesidad; estados en decadencia desde hace muchos años, deudas internas y externas que ponen a un país en 14.4% de desempleo, donde los ciudadanos han terminado por determinar al rebusque como se le llama, ya que ingresos monetarios que deberían ser invertidos en su propio desarrollo no se saben ni donde terminan sumado a reformas de tributos y contribuciones que solo parecen ser determinados para la clase social menos pudientes; dónde están esas 80 organizaciones que velan por las garantías que tenemos; esas que nos corresponden por derecho; como la alimentación, la dignidad de tener una buen salud, educación; un buen estilo de vida. Políticos de turno que se apoderan del mandato y se sienten y quieren ser dueños del cargo para siempre, sin aportar algo productivo al desarrollo sostenible y progresivo de la nación, al contrario, permiten ingresos y desarrollos de otros países y personas no pertenecientes al estado a costa de nosotros los residentes; a costa del obrero, del campesino… acosta de todas estas personas que buscan un mejor estilo de vida y se desvanece con cambios en lo básico fuera de lo normal si se le puede llamar, incrementos en canastas familiares por medio del IVA , incremento en declaraciones de renta por mucho o poco; una cantidad de incrementos en el desarrollo de vida que nos pone en una situación de despertar y no soportar más, cuando este gremio del estado sigue siendo poco contributiva y terminan siendo incluso investigaciones por organizaciones del mismo estado por hechos ilegales, como perdidas de dinero y procesos sin culminar; pero nos queda la duda de si la administración pública si se rige con la norma o se rige bajo el convenio del descaro y del robo. Estamos bajo un desigualdad de bienes y de desarrollo atrasado para un país catalogado con capacidad de crecimiento; personas que toman la determinación de creer que son dueños del mismo; estamos rígidos que Colombia esta cobijada por 54 familias de apellidos reconocibles en el tema político desde hace varios años, personas que una que otra vigila y rige por un bien de la sociedad pero esas personas son pocas, ya que la corrupción , el miedo a tener un mejor desarrollo ha tomado a Colombia sin determinación y al parecer sin salida alguna. Es ahí donde la violencia llega, donde la ley pasa a un segundo plano; como dicen- quien no conoce nuestra historia, está condenado a repetirla-. Llevamos más de 50 años en una guerra que no solo va en grupos revolucionarios, va más allá. Una guerra incluso interna que no ampara a ningún ciudadano, ya que estamos dispuestos en cualquier lugar y momento a presentar una situación de conflicto. Bandas criminales con jóvenes que posiblemente no encuentras otra salida más que coger un arma y proteger riquezas y vienes de personas perjudiciales e incluso políticos que son bandidos con corbatas que tiene un escritorio lleno de corrupción y ambición, dispuestos a hacerle un daño a un país, a un ciudadano con tal de obtener lo que quiere y lo que le conviene. Esta es una Colombia que posiblemente no conocen en el exterior, pero internamente la vivimos a diario porque el querer el poder y querer todo, nunca para. Una ley de victimas creado con la misma necesidad de la palabra pero que al fin de todo como todo en este país queda en veremos; victimas hemos sido todos de violencias de uno u otro modo; llevamos cantidad de tiempo en esta misma sintonía: Masacres falsos positivos Violaciones conflictos armados (enfrentamientos) Atentados corrupción Una lista que en el bajo mundo del colombiano conocemos a profundo donde todos somos afectados de una u otra manera; pero como dice el político ya muerto por la misma razón de Colombia-no hay democracia si no se entiende la nación como una misión colectiva, un compromiso de todos- Luis Calor Galán. Estamos en una sociedad Colombiana donde los intereses de cualquier ámbito son de pocos y aquellos que entienden ese y que quieren cambiarlo son asesinados; políticos, ciudadanos, líderes sociales que son las personas que están más cercanas a un vínculo político para la sociedad. Como olvidar las desapariciones forzosas, la destitución de tierras…estamos llenos de una historia que al parecer en este siglo XXl sigue siendo del diario del vivir de todos porque de una u otra manera somos víctimas de todo esta locura de la que hacemos parte. Todo esto empieza desde la raíz posiblemente del poder político, ¿porque son participes de mismo genocidio que se vive si corazón?. Una pregunta que no se tiene respuesta desde tiempos atrás; desde nuestros padre e incluso abuelos que son posiblemente las personas que más marcadas están de toda esta tragedia y de esta convivencia que llamamos país. En mascarar un guerra y lucha interna no sirve de nada; al parecer morir por una razón de cambio en este tiempo vale más que cualquier cosa; yo no se lucha en las selvas, donde la riqueza hídrica y mineral abundan, ya no se lucha en barrios, donde el poder un territorio ajeno vale más que cualquier cosa; ahora se ha evolucionado en algo y es en la lucha; se ha tratado de tener un dialogo, se ha tratado de que aquellos mandatos de turno tengan la nobleza y la humildad de ser Colombianos y vean más allá de una ganancia de 32 millones de pesos que se pueden ganar nada más por hacer presencia o por no ir a cumplir y tener la mentalidad de ver las necesidades y cambio que necesita su propio. Ahora se ha vuelta más civil, se ha vuelto más pacífico pero agresivo; ahora estamos en las calles recordando nuestra historia que de una u otra manera nos llama Colombianos; es de guerra, de lucha que se empezó en las selvas y se trasladó a lo urbano, ahora es de frente, se siente el dolor de perder amigos, familiares y conocidos por complacencia de unos pocos; posiblemente no los casi 50 de millones que somos los Colombianos, pero si un poco más de 90 % tiene la mentalidad de que no estamos en los tiempos de antes, de que si se va morir sea con causa y necesidad para que otros vivan dignamente, un amigo, un hermano, un padre , un hijo…porque ya no se llaman AUC ni guerrillas, bacrim ; ahora somos un pueblo , una nación dispuestos a todo; cansados de lo mismo, de solo historias de tragedias, de asesinatos, de corrupción; de que los derechos que tenemos como ciudadanos no sean otorgados ni por ser Colombianos; esto no significa que grupos armados no estén o se minimicen , pero llegamos a un plano donde ya no nos interesa quien exporta drogas si no quien respeta más nuestra dignidad humana, quien le duele ver aún país donde la educación, la salud, la economía van en decadencia; donde tener una vida digna no es un lujo si no un deber y derecho por el hecho de existir y ser Colombiano. Quien vele por ello, por esa determinación al parecer no la hay, esta cuartillo con la corrupción porque son esos mismos de turno que buscan el personal idóneo para esa fechoría; no hemos vuelto revolucionarios de ideas y de hechos de no estar dispuestos a vivir lo mismo; estar dispuestos al que el campesino labre su tierra, al que progresar no sea de una manera ilícita, al que en anciano tenga sus derechos, los jóvenes sean la representación del país. No se quiere decir que sea enemigo del estado y sus normas, si no que las cumpla, que tengan palabra y seriedad a regirse por una constitución que ha sufrido, que se respete al Colombiano porque todos somos parte de el; somos participes y beneficiarios para el progreso del mismo, de tener carácter de mandato y mentalidad de ciudadano. Disfrazar una realidad ya no nos queda, queda es mejorar lo que hay y lo que buscamos, porque ya no se preocupa ni por quien va ser presidente, si es de apellido o no; se busca es que tenga la disposición de llamarse colombiano; de estar dispuestos a no vivir lo que actualmente se vive. CONCLUSIÓN
Se debe entender que ya no estamos una dignidad de vida que merecemos,
buscamos lo que nos pertenece por derecho. La vida de antes debe quedarse atrás, se debe estar dispuesto a todo lo que deseamos y mejora nuestro estilo de vida; Colombia no es la misma; Colombia ha despertado de todos los sucesos que nos han marcado por muertes, corrupción…todo aquellos que nos ha retrasado en el progreso y el mejoramiento de tener una vida digna. Desde el reconocimiento de memoria hemos tenido el sufrimiento siguiéndonos, ahora es necesario el cambio y buscar horizontes de desarrollo, economía, salud, educación; de todo aquello que nos haga evolucionar y mejorar lo que no queremos.