pueblo Daniela Leytón Michovich Follow Nov 28 · 17 min read
La pregunta generalizada en la región, con respecto a la
crisis en Bolivia, es si fue o no un golpe de Estado. Las explicaciones que se intentaron dar al respecto, responden desde una lectura de hechos inmediata y parcial de los antecedentes. El parámetro referencial inicial más usado estos días, para identificar el detonante de la crisis, es el 21 de febrero del 2016 con el Referéndum sobre la posibilidad de re-elección, mismo que Evo Morales perdió, y la lectura de sucesos, continúan hasta la fecha.
Existen otros que retoman una lectura más amplia tratando
de re- leer las administraciones de Morales. Esta estrategia para intentar explicarnos y explicar lo que sucede, no se trata de lo que muchos de forma irresponsable, quienes no respiran ni viven Bolivia, califican como : “una reunión de errores para criminalizar al mandatario por ser indígena”.
Señalo esto por una razón primordial: somos nosotras y
nosotros los que exponemos la vida en las calles, los que sufrimos los muertos y los que vemos una y otra vez la capitalización política sectárea y la fagocitación de nuestras demandas, entonces , a ellos les pregunto: ¿Hasta dónde consideran que es correcto que sigamos justificando nuestras decisiones? ¿Hasta dónde quienes nos agreden van a seguir gozando de impunidad dentro y fuera de nuestras fronteras? Si las ciencias sociales y la historia, si los estudios decoloniales y los activistas de izquierda, no pueden tener un sentido crítico, porque se les acabaron las palabras para explicarlo todo desde un marco post guerra fría, desde la simplicidad de la izquierda y la derecha y desde el racismo o el judeo-cristianismo, con el que consideran que una persona por presentarse como indígena necesariamente es una persona de izquierda, necesariamente es noble y buena, no maneja más de dos discursos y es impermeable a los procesos de colonización interna, de blanquitud y de elitización con matices profundamente patriarcales, por nombrar algunas de las características, caigan en cuenta que el análisis que hacen es reduccionista y es tres veces más colonizador, porque están considerando un objeto, un fetiche a quién es un ser humano y quien por serlo, tiene el derecho a toda una complejidad, producto de su historia, su vida, sus dolores y sus aprendizajes.
Lo que sucedió en Bolivia, fue la traición a un proceso largo,
proveniente de varias luchas sociales que anteceden a Morales, se trata de un instrumento, forjado con la vida y los procesos de muchos actores, desde ahí, es mezquino pensar , que el proyecto de plurinacionalidad, esta encarnado en una sola persona o en un solo partido político, o es único u original en Bolivia. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta que lo “plurinacional” no empieza ni termina en y con Evo Morales, en y con el movimiento al socialismo MAS.
Cuando como organizaciones y movimientos se nos
escuchaba, luego de la agenda de Octubre del 2003, pudieron leer, que las tres columnas de esta primera aproximación a la garantía de vida en diversidad expresadas en la Asamblea Constituyente fueron: Tierra, Autonomía, Recursos Naturales. La administración de Evo Morales, quebró, progresiva y sistemáticamente a cada una de estas, porque no solo hacían falta buenas intenciones para concretarlas, ellos estaban en deuda, tendrían que pagar la factura elevada de quienes clientelarmente les habían prestado su apoyo para subir al poder.
Dentro de los grupos que exigían su retribución, estaban
viejas élites políticas y económicas blancas de clase media, de círculos familiares involucrados en el ejercicio de lo público, algunos tránsfugas, quienes incluso participaron en pasados gobiernos, algunos intelectuales, otras élites políticas económicas emergentes: mineras, sindicalistas, comerciantes y cocaleras. Todos, actores que reclamaban su lugar en la función pública, en los contratos con el Estado, en las cuotas de poder y en la obtención de privilegios. Ningún apoyo fue inocente y sus intenciones fueron claras y hasta cínicamente expuestas ante su evidencia, mientras eran interpeladas por la justicia o la opinión pública, por actos de mega corrupción o nepotismo, cuando con desparpajo afirmaban : “¿Qué hice con la plata?, me la he comido!” “no es un clan familiar, todos tienen derecho al trabajo”.
Por otro lado, estaban las viejas élites económicas y políticas
de Santa Cruz, que al inicio se mostraban confrontativas, pero luego más tibias y pragmáticas, decidieron pactar con el gobierno de Morales, quién de buen agrado también hizo varios acercamientos, con una finalidad de garantizar en cierta medida su poder y gobernabilidad.
Hasta aquí es importante evidenciar que se trata de
tensiones permanentes en el marco de un Estado relacional, donde el conflicto, es el escenario fértil para la reproducción de poder y afirmación de la fuerza. También es importante considerar que lo que remueve y levanta a Bolivia, es la memoria de la herida, algo que pensábamos que Evo y su equipo entendían cuando se comprometieron a “Mandar obedeciendo al pueblo” , un factor fundamental del éxito de su primera gestión y herramienta esencial para poder leer cuándo una política pública removía sensibilidades y contradecía el mandato de plurinacionalidad, de vida en diversidad.
Represión en la localidad de Chaparina, a indígenas que marchaban en defensa del
TIPNIS
El golpe a los pueblos indígenas:
Una de las primeras fracturas, fue la superposición de la autonomía regional sobre la autonomía indígena, planteada por la lucha del pueblo Guaraní y los pueblos de tierras bajas. En un intento de resarcir esta herida, sobrevino una proto-autonomía, ficcional, aún secuestrada dentro de los límites del Estado Nación Bolivia, que no tiene más trascendencia ni agencia que las fronteras del propio territorio indígena.
La arremetida contra el proyecto indígena había empezado
con una progresiva intención de convertir las Tierras Comunitarias de Origen TCO, a la figura jurídica de TIOC Tierra indígena originaria campesina, con la finalidad de revertir títulos indígenas y justificar el traslado de comunidades campesinas para ampliar los cultivos de hojas de coca, además de iniciar una secuencia de exploraciones para la explotación de recursos naturales. Una muestra de esto, fue el mega proyecto carretero del TIPNIS parque nacional y territorio indígena, que evidenció el objetivo extractivista y un otro proyecto de Estado, durante la administración de Morales.
Evo envuelto en un ejercicio hiperpresidencialista, dejó de
escuchar al pueblo, que se expresó en las sostenidas demandas evidenciadas en las resoluciones indígenas y las marchas. Entonces el mandatario y su administración, activaron la estrategia de fagocitación de demandas, división del tejido comunitario, creación de organizaciones paralelas afines al gobierno. Diseñaron un instrumento de consulta, que al operar como engranaje de un enorme andamiaje institucional legal monitoreado por la agencia ADEMAF y la ANH que bajo el liderazgo de Juan Ramón Quintana, desplazó con lógica militar, el pretexto de un “instrumento de consulta”, amparado en leyes internacionales, para la efectivización de lo que en realidad fue un dispositivo de seguridad territorial. Los resultados de la consulta merecieron la sospecha de la población, porque fueron manejados con total hermetismo, la evidencias documentales de la metodología dudosa con formas de registro altamente subjetivas, fueron resguardadas en la fortaleza del reciente Órgano Electoral y en las bóvedas del Banco Central lejanas de toda posibilidad de auditoria, acciones que constituyeron una de las primeras muestras flagrantes de fraude y de deterioro de la institucionalidad.
De la misma forma, la arremetida durante la represión en
Chaparina, se constituye un momento de fractura, que vuelca a toda Bolivia en una movilización masiva, con la cuál el mismo Morales, llega a tener temor por la continuidad de su mandato. Gabriela Zapata ex pareja de Evo Morales y ejecutivos de la empresa china CAMC
El golpe a las instituciones : el despojo como una
forma de saldar cuentas y sellar alianzas.
En términos de administración de lo público, el registro de
casos de corrupción parece interminable. Los casos: Desfalco del Fondo Indígena FONDIOC, CAMCE-Zapata, barcazas Chinas, Catler, Santos Ramírez-YPFB, Venta de exámenes UNIPOL, red de corrupción Ministerio de Gobierno, Planta de separación de Líquidos, camiones vinculados al ministro Quintana, extorsión a pobladores Menonitas, Tractores -Salvatierra, Planta de Úrea, desfalco del Banco Unión, Dircabi, Uelicn, Lamia, Empresa de Construcciones del Ejército, Quiborax, Neurona empresa Mexicana, caso corrupción YPFB, corrupción caso Taladros YPFB, Abel Mamani y el escándalo de prostitución dirigencial, violaciones a mujeres en dependencias de las gobernaciones, denuncias de violencia hacia las mujeres. Son solo algunas de las prácticas registradas de corrupción y violencia por razones de género, en estas tres administraciones del MAS, hechos que quedaron impunes.La población pedía justicia, pedía procesos, nuevamente Evo no escuchó ni emitió respuesta.
El aparato judicial, mostró ser un aliado del despojo y del
quiebre institucional. Hizo cada vez más evidente sus nexos, redes y consorcios, con tres fines: proteger las ambiciones de Evo Morales, garantizar la persecución política de opositores, proteger concretamente a funcionarios y actores clave garantizando impunidad. A continuación anoto cuatro ejemplos.
Una primera acción importante fue la deformación de la
lectura del Art. 23 del Pacto de San José de Costa Rica, avaladas desde instancias del Tribunal Constitucional de Bolivia, con la finalidad de garantizar la re-elección de Morales. Este artículo, establece que si bien los derechos políticos son derechos humanos, estos deben proteger a los débiles de los poderosos. En ningún momento este Pacto, argumenta o justifica, con este artículo, un proceso de re- elección de primer mandatario, práctica limitada claramente en términos de cantidad de periodos, en la Constitución Política del Estado de Bolivia.
Un segundo ejemplo, resulta ser la actitud genuflexa y
funcional del sistema judicial que se presta para perseguir y encarcelar líderes indígenas y campesinos cocaleros opositores. Al mismo tiempo, esta instancia sirvió para resguardar los intereses personales y cubrir faltas graves en la administración pública , como por ejemplo, el caso de la condena por 30 años a un joven inocente con la finalidad de no dar cuenta de los abusos sucedidos e irregularidades en hogares para menores abandonados dependientes del Estado, dónde se presentaron varias denuncias de múltiples vejámenes. La condena del ciudadano, también estaba destinada a cubrir la negligencia y corrupción de una médico oftalmóloga que fungía ilegalmente, como médico forense, y que era pareja sentimental de una alta autoridad de gobierno. En esta misma línea, el feminicidio de la periodista Anhalí Huaycho, se eclipsó de la mirada pública con la modificación sorpresiva de Ley contra la violencia de género, que aparentemente brindaba mayor protección a las mujeres, sin embargo, las razones de su feminicidio y la extraña desaparición de su agresor y asesino, un oficial de los servicios de inteligencia y contra inteligencia del Estado involucrado directamente en varios casos aún en investigación, todavía son una deuda para la familia de Anhalí. El golpe a la democracia:
A pesar de todos los antecedentes y de la pérdida de
credibilidad en las instituciones, las y los bolivianos salieron a votar en octubre de este año, por alguna razón esperaban que el sistema computarizado de conteo rápido TREP logrado con aportes financieros de la Unión Europea, podría ser en cierta forma una garantía mínima de transparencia, sin embargo las tensiones se registraron el mismo día de la votación y escalaron con velocidad en el momento en que el sistema de conteo rápido se suspendió durante 24 horas para luego regresar y otorgar 10% más al partido de Morales.
Hasta este momento, la población pedía apenas una
segunda vuelta, de alguna forma se seguía creyendo que el Órgano Electoral podría estar en condiciones de responder como debería, con transparencia. Mientras tanto Evo, negándose nuevamente a escuchar, se auto proclamó vencedor.
Pasados unos días, el informe de la OEA certificó el fraude
con varios datos y evidencias de irregularidades, ya para estas alturas, las y los bolivianos, pedían anulación de las elecciones. Evo nuevamente se negó a escuchar, reafirmó su victoria, con lo que se encendió la conflictividad e iniciaron los paros en todas las ciudades, que a estas alturas, ya en las calles pedía la renuncia del mandatario.
La fantasía delirante de los señores de la guerra:
La administración de Morales, se constituye con el
imaginario de estar sostenida por los movimientos sociales, una generalidad que no permite sincerarse para hacer evidente que solo existen ciertas organizaciones sociales que fungen como su base y son sus clientes directos. En este marco, experiencias de juventud y romantizaciones de izquierda armada, que viviera García Linera y su hermano, son peligrosamente insertadas en el discurso gubernamental, a título de defensa del proceso de cambio.
En el razonamiento de Linera, son los indígenas y
campesinos, quienes deben, como en épocas de independencia por la Bolivia Nación, ser la carne de cañón a entrenarse y exponerse, mientras los acólitos del partido se resguardan en alguna embajada. A nadie extraña los entrenamientos militares en el Chapare, de los que tenemos cuenta públicamente desde el 2008, donde hombres y mujeres realizan calistenia y se capacitan en uso de armas de alto calibre. Tampoco es de extrañar que luego de la revolución nacionalista de 1952 comunarios de tierras altas aún guarden armas y fusiles dentro de sus hogares. Una de las estrategias más utilizadas durante la administración de Evo, fue, con claridad, el enfrentamiento entre grupos de civiles,para hacer parecer a esto una lucha entre movimientos y no una lucha entre algunos grupos pagados frente a otros pobladores. Una herramienta útil para la socialización de esta idea, son los medios de comunicación, quienes responden a la agenda gubernamental y a funcionarios clave de gobierno que cuentan con acciones y participación directa en estos espacios, mientras el aparato de intimidación persigue a medios y periodistas críticos que se resisten a esta toma.
La fantasía húmeda machista de los señores de la guerra,
logra conformar incluso guerreros digitales, empleando a jóvenes humildes de zonas peri urbanas, que siguen chats y grupos con título de “Túpac Katari”, dónde se les indica qué, dónde y a que hora postear contenidos determinados, desinformar, diseñar juegos psico sociales, que tienen el objetivo de enfrentar a los vecinos entre ellos a partir del miedo.
Frente a esto, una forma de resistencia clara , fue la
organización de los grupos de vecinos durante el paro, que en determinado momento, en lugar de sentir temor, decidieron acercarse a los vecinos de barrios contiguos para dialogar, en ese instante ambos se dieron cuenta que estaban siendo manipulados, como por ejemplo, en el caso del barrio de Cota Cota, dónde los vecinos pensaban que los enemigos eran los vecinos de Chasquipampa y viceversa, cuando al final, quienes azuzaban el odio y el miedo eran grupos reducidos pro gobierno, que no pertenecían a ninguno de los dos barrios.
Las amenaza son permanentes en la voz del vicepresidente,
que en tono infantilizante señala en repetidas ocasiones que si sale Evo del poder “El sol se va esconder, y la luna se va escapar”, represalia cumplida que se hizo evidente con el anuncio de retiro de los bonos a los pobladores apenas se empezó a hablar de segunda vuelta para las elecciones.
Más tarde cuando la OEA certificó el fraude electoral este
2019. Evo amenazó con “cercos a las ciudades” para escarmentar a todos. Acto seguido, el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana, anunciaba en un medio de comunicación la “Vietnamización de Bolivia” que evidenciaría el despliegue de una estrategia militar denominada “tierra quemada” como el inicio de la venganza, mientras él pasaba a la clandestinidad y hasta la fecha no formalizara su renuncia al cargo como correspondía.
De inmediato, el domingo 10 de noviembre hasta incluso la
madrugada del 11 de noviembre, se desató la “noche de terror”. Las amenazas de saqueo y de violación, instalaron el miedo en la población, sobre todo de la ciudad de La Paz. En El Alto, marchas organizadas por dirigentes, tenían en las filas personas infiltradas identificadas como extranjeros quienes en mochilas transportaban ingentes cantidades de dinero para pagar a los golpistas. Los saqueos y destrozos en la ciudad no se dejaron esperar, mientras en Santa Cruz se identificó a personas pertenecientes a grupos irregulares, concretamente un guerrillero de las FARC en las filas de los marchistas pro Evo.
Los incendios a las casas de autoridades, periodistas y los
saqueos, ocurrieron de ambos bandos, a esto, se sumaron la quema de símbolos de unos y de otros, se dieron episodios de racismo de ambos lados. Aquí los actos de desagravio fueron importantes para contener la violencia, pero sin duda no fueron ni son suficientes.
La quema de símbolos llevó a la generalización arbitraria de
que todo vecino alteño era un masista (del partido MAS), y esto también levantó la indolencia de pobladores de La Paz, frente a la represión policial y militar que actuó en consecuencia, sin duda, el testimonio y la voz de algunos vecinos de El Alto sigue siendo clave, ellos transparentaron temas importantes: En primer lugar, que el apoyo a Evo, estaba en el orden de aferrarse a quién consideran es la garantía de la dignidad indígena en términos de que a pesar de todo, él es un indígena. Manifiestan un profundo temor de ser linchados por la retoma de poder de sectores conservadores, tienen miedo de sufrir racismo y discriminación nuevamente, a ser desplazados de los espacios conquistados, miedo que también fue expresado por compañeras feministas aymaras, razón por la cuál justifican la toma de ese posicionamiento. En segundo lugar, denunciaron que estaban siendo presionados, por algunos dirigentes y vecinos, para asistir a movilizaciones.
Ahora bien, los señores de la guerra, no solo son del MAS,
también se ven encarnados en el gobierno de transición de Añez y su administración, quienes a título de recuperar la institucionalidad, el pasado 16 de noviembre, exoneraron mediante el Decreto, Supremo 4078 de cualquier responsabilidad penal a los operadores militares en función de intervención. Esta habilitación legal sin duda no contribuye a reducir la conflictividad. Al respecto la CIDH ya se ha manifestado contra el uso excesivo de la fuerza que el despliegue militar está empleando. Datos de la Defensoría del Pueblo muestran, que a la fecha de hoy 16 de noviembre, existen: 23 fallecidos, 50 detenidos ( de un total de 1112), 715 heridos. Entre los heridos se cuentan: 13 personas que pertenecen al grupo de niños, niñas, adolescentes, 2 personas en condición de discapacidad, 8 periodistas y 10 adultos mayores.
La “tierra quemada” del gobierno transitorio de Añez,
también se hizo evidente desde la comunicación, mediante las acciones de la flamante ministra, cuya primera disposición fue la persecución a periodistas y a modo de trofeo de guerra, el desnudo vulgar y morboso del Palacete edificado por Morales.
La historia se repite :
La población sigue encarnando en caudillos, sean “machos
Camachos” como el líder del Comité Cívico pro Santa Cruz, una idea de masculinidad violenta salvadora, tal vez por la urgencia de retomar el control en términos de inmediatez, pero sin ser muy consciente de las implicancias de lo que significan estas prácticas y el discurso religioso penetrando los espacios de la administración pública.
Se trata de una reacción que intenta, mediante el dispositivo
civilizatorio de la religión, presentar una intención de ser el reverso de todo aquello que fue representado durante la administración de Morales por el : desorden, los excesos,la fiesta, el cinismo, la corrupción. Considera que la religión puede servir como un mecanismo de disciplinamiento pacífico, cuando en realidad, la historia nos ha mostrado que no necesariamente es así.
Ante esto, la agenda nuestra debe re-encaminarse hacia la
separación de las iglesias de la administración del Estado, expresada ya en el Artículo 4 de la Constitución política del Estado. Al mismo tiempo es importante retomar, transparentar y definir, los debates sobre las obligaciones impositivas que tienen las empresas religiosas para con el Estado.
Un otro dispositivo, es la consideración de la “clase blanca
media alta intelectual” como garantía de administración óptima del Estado. En un primer momento la capitalización simbólica de Mesa, se centraba en un aire de “intelectualidad” o “civilidad”, como algún tipo de seguridad en la buena y adecuada administración de lo público y rescate de la institucionalidad, ante el derroche de la informalidad y de desorden dentro de la administración de Morales, razón por la cuál Mesa ganó varios seguidores.Como mencionamos antes, paradójicamente, la composición del gobierno de Morales también cuenta en su mayoría, con funcionarios una “clase blanca media alta”.
Si bien se requiere formación para el manejo de lo público,
este mecanismo, no necesariamente es garantía de una mayor o mejor democracia, de mayor eficiencia, menor corrupción, o de menor desigualdad, para esto, solo basta revisar algunos ejemplos en la historia nuestra, de la región y del mundo. Ante esto, se necesita una capacitación en la administración de lo público para todo aquel que quiera participar de estos espacios, por tanto es urgente revisar los contenidos, objetivos y las falencias de la mal llamada Escuela de Gestión Pública Plurinacional EGPP, al mismo que tiene que se hace urgente el fortalecimiento del sistema judicial, la celeridad y la transparencia en casos de corrupción.
Finalmente, se ha mencionado mucho estos días los
intereses en los recursos naturales de Bolivia, principalmente el Litio,esta no es una preocupación menor tomando en cuenta el reciente gobierno transitorio. Al respecto, es importante estar atentos más tomando en cuenta que se trata de una administración aliada a la fuerza militar. Confío en el trabajo de las organizaciones sociales locales, mismas que fueron claras y en estas semanas obligaron a retroceder los intereses de una empresa alemana en el salar, como lo hicimos ya en la década del 70, luego en el 90, lo ratificamos en la guerra del agua y lo sellamos en la guerra del gas. Bolivia es fuerte y sabe lo que quiere en cuanto a la protección y administración de sus recursos naturales. Ni Evo con su Dakar , ni con su planta de carbonato de litio con personal chino para el Know-how , pudieron avanzar más allá de lo que la población se lo ha permitido, esperemos que esto pueda seguir siendo posible. Nación Bolivia y Plurinaciones Bolivia: una deuda pendiente
Para cerrar, lo que hubo en Bolivia, fue una revuelta popular
motivada por el cansancio producto de los golpes consecutivos a nuestra institucionalidad . Una revuelta que , como antes en nuestra historia, provocó la renuncia de un presidente. Esta movilización, también re-activó una otra forma de ejercer participación reconocida en la Constitución Política: el cabildo y cuya victoria en los paros y la resistencia, actualmente intenta ser capitalizada y fagocitada por otros grupos de interés. Es cierto también que determinadas élites económicas y políticas como las de Santa Cruz, nunca pierden, en esta oportunidad, volvieron a caer como los gatos: de pie.
Tengo la esperanza de que el proceso iniciado con la nueva
constitución pueda re-encausarse, mas allá de la mirada solamente andinocentrista , que tome en cuenta la pluralidad de los otros pueblos indígenas, campesinos y con todas las y los actores que habitan el territorio.
La pugna entre la Nación Bolivia y las Plurinaciones Bolivia,
probablemente siga mucho tiempo más, sin embargo también considero que el punto de inflexión inicial para mirarnos en diversidad, al menos lo estuvimos madurando estos 15 años, falta fortalecerlo. De igual forma considero que es importante el desapego a una maqueta de práctica del Estado y las formas burocráticas que no nos calzan, y esta seguro, va seguir siendo la lucha, porque es claro: a los grupos conservadores jamás va interesarles.
Habitamos unas plurinaciones Bolivia desbordadas, más
extensas que sus límites político administrativos imaginarios, mas fuertes que sus representaciones de enclaustramiento y despojo por la memoria — herida de Potosí, más allá de nuestra nostalgia en las venas. Nación Bolivia no nos calza, es necesario abrazar nuestros desbordes. Un caudillo no nos alcanza, es imposible que un ser humano encarne este proceso, porque se trata de un camino largo y colectivo, de re-planteamiento de figura Estado, de la figura de la Burocracia,es necesario el divorcio de categorías que no nos competen y tampoco pueden leernos, como claramente ha mostrado la izquierda y como demuestran otros marcos.
El amo del palacio se ha ido, ensimismado y ciego, no
reconoce sus errores, se ha ido paranoico y amenazante, nuestra voz es poderosa y fuerte. Las Plurinaciones Bolivia , fueron claras : Que quienes deban administrar el bien común, deberán hacerlo obedeciendo y escuchando al pueblo.//