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Bolivia: Mandar obedeciendo al

pueblo
Daniela Leytón Michovich
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Nov 28 · 17 min read

La pregunta generalizada en la región, con respecto a la


crisis en Bolivia, es si fue o no un golpe de Estado. Las
explicaciones que se intentaron dar al respecto, responden
desde una lectura de hechos inmediata y parcial de los
antecedentes. El parámetro referencial inicial más usado
estos días, para identificar el detonante de la crisis, es el 21
de febrero del 2016 con el Referéndum sobre la posibilidad
de re-elección, mismo que Evo Morales perdió, y la lectura
de sucesos, continúan hasta la fecha.

Existen otros que retoman una lectura más amplia tratando


de re- leer las administraciones de Morales. Esta estrategia
para intentar explicarnos y explicar lo que sucede, no se
trata de lo que muchos de forma irresponsable, quienes no
respiran ni viven Bolivia, califican como : “una reunión de
errores para criminalizar al mandatario por ser indígena”.

Señalo esto por una razón primordial: somos nosotras y


nosotros los que exponemos la vida en las calles, los que
sufrimos los muertos y los que vemos una y otra vez la
capitalización política sectárea y la fagocitación de nuestras
demandas, entonces , a ellos les pregunto: ¿Hasta dónde
consideran que es correcto que sigamos justificando
nuestras decisiones? ¿Hasta dónde quienes nos agreden van
a seguir gozando de impunidad dentro y fuera de nuestras
fronteras?
Si las ciencias sociales y la historia, si los estudios
decoloniales y los activistas de izquierda, no pueden tener
un sentido crítico, porque se les acabaron las palabras para
explicarlo todo desde un marco post guerra fría, desde la
simplicidad de la izquierda y la derecha y desde el racismo o
el judeo-cristianismo, con el que consideran que una
persona por presentarse como indígena necesariamente es
una persona de izquierda, necesariamente es noble y buena,
no maneja más de dos discursos y es impermeable a los
procesos de colonización interna, de blanquitud y de
elitización con matices profundamente patriarcales, por
nombrar algunas de las características, caigan en cuenta que
el análisis que hacen es reduccionista y es tres veces más
colonizador, porque están considerando un objeto, un
fetiche a quién es un ser humano y quien por serlo, tiene el
derecho a toda una complejidad, producto de su historia, su
vida, sus dolores y sus aprendizajes.

Lo que sucedió en Bolivia, fue la traición a un proceso largo,


proveniente de varias luchas sociales que anteceden a
Morales, se trata de un instrumento, forjado con la vida y los
procesos de muchos actores, desde ahí, es mezquino pensar ,
que el proyecto de plurinacionalidad, esta encarnado en una
sola persona o en un solo partido político, o es único u
original en Bolivia. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta
que lo “plurinacional” no empieza ni termina en y con Evo
Morales, en y con el movimiento al socialismo MAS.

Cuando como organizaciones y movimientos se nos


escuchaba, luego de la agenda de Octubre del 2003,
pudieron leer, que las tres columnas de esta primera
aproximación a la garantía de vida en diversidad expresadas
en la Asamblea Constituyente fueron: Tierra, Autonomía,
Recursos Naturales. La administración de Evo Morales,
quebró, progresiva y sistemáticamente a cada una de estas,
porque no solo hacían falta buenas intenciones para
concretarlas, ellos estaban en deuda, tendrían que pagar la
factura elevada de quienes clientelarmente les habían
prestado su apoyo para subir al poder.

Dentro de los grupos que exigían su retribución, estaban


viejas élites políticas y económicas blancas de clase media,
de círculos familiares involucrados en el ejercicio de lo
público, algunos tránsfugas, quienes incluso participaron en
pasados gobiernos, algunos intelectuales, otras élites
políticas económicas emergentes: mineras, sindicalistas,
comerciantes y cocaleras. Todos, actores que reclamaban su
lugar en la función pública, en los contratos con el Estado,
en las cuotas de poder y en la obtención de privilegios.
Ningún apoyo fue inocente y sus intenciones fueron claras y
hasta cínicamente expuestas ante su evidencia, mientras
eran interpeladas por la justicia o la opinión pública, por
actos de mega corrupción o nepotismo, cuando con
desparpajo afirmaban : “¿Qué hice con la plata?, me la he
comido!” “no es un clan familiar, todos tienen derecho al
trabajo”.

Por otro lado, estaban las viejas élites económicas y políticas


de Santa Cruz, que al inicio se mostraban confrontativas,
pero luego más tibias y pragmáticas, decidieron pactar con
el gobierno de Morales, quién de buen agrado también hizo
varios acercamientos, con una finalidad de garantizar en
cierta medida su poder y gobernabilidad.

Hasta aquí es importante evidenciar que se trata de


tensiones permanentes en el marco de un Estado relacional,
donde el conflicto, es el escenario fértil para la reproducción
de poder y afirmación de la fuerza. También es importante
considerar que lo que remueve y levanta a Bolivia, es la
memoria de la herida, algo que pensábamos que Evo y su
equipo entendían cuando se comprometieron a “Mandar
obedeciendo al pueblo” , un factor fundamental del éxito
de su primera gestión y herramienta esencial para poder leer
cuándo una política pública removía sensibilidades y
contradecía el mandato de plurinacionalidad, de vida en
diversidad.

Represión en la localidad de Chaparina, a indígenas que marchaban en defensa del


TIPNIS

El golpe a los pueblos indígenas:


Una de las primeras fracturas, fue la superposición de la
autonomía regional sobre la autonomía indígena, planteada
por la lucha del pueblo Guaraní y los pueblos de tierras
bajas. En un intento de resarcir esta herida, sobrevino una
proto-autonomía, ficcional, aún secuestrada dentro de los
límites del Estado Nación Bolivia, que no tiene más
trascendencia ni agencia que las fronteras del propio
territorio indígena.

La arremetida contra el proyecto indígena había empezado


con una progresiva intención de convertir las Tierras
Comunitarias de Origen TCO, a la figura jurídica de TIOC
Tierra indígena originaria campesina, con la finalidad de
revertir títulos indígenas y justificar el traslado de
comunidades campesinas para ampliar los cultivos de hojas
de coca, además de iniciar una secuencia de exploraciones
para la explotación de recursos naturales. Una muestra de
esto, fue el mega proyecto carretero del TIPNIS parque
nacional y territorio indígena, que evidenció el objetivo
extractivista y un otro proyecto de Estado, durante la
administración de Morales.

Evo envuelto en un ejercicio hiperpresidencialista, dejó de


escuchar al pueblo, que se expresó en las sostenidas
demandas evidenciadas en las resoluciones indígenas y las
marchas. Entonces el mandatario y su administración,
activaron la estrategia de fagocitación de demandas, división
del tejido comunitario, creación de organizaciones paralelas
afines al gobierno. Diseñaron un instrumento de consulta,
que al operar como engranaje de un enorme andamiaje
institucional legal monitoreado por la agencia ADEMAF y la
ANH que bajo el liderazgo de Juan Ramón Quintana,
desplazó con lógica militar, el pretexto de un “instrumento
de consulta”, amparado en leyes internacionales, para la
efectivización de lo que en realidad fue un dispositivo de
seguridad territorial.
Los resultados de la consulta merecieron la sospecha de la
población, porque fueron manejados con total hermetismo,
la evidencias documentales de la metodología dudosa con
formas de registro altamente subjetivas, fueron
resguardadas en la fortaleza del reciente Órgano Electoral y
en las bóvedas del Banco Central lejanas de toda posibilidad
de auditoria, acciones que constituyeron una de las primeras
muestras flagrantes de fraude y de deterioro de la
institucionalidad.

De la misma forma, la arremetida durante la represión en


Chaparina, se constituye un momento de fractura, que
vuelca a toda Bolivia en una movilización masiva, con la cuál
el mismo Morales, llega a tener temor por la continuidad de
su mandato.
Gabriela Zapata ex pareja de Evo Morales y ejecutivos de la empresa china CAMC

El golpe a las instituciones : el despojo como una


forma de saldar cuentas y sellar alianzas.

En términos de administración de lo público, el registro de


casos de corrupción parece interminable. Los casos:
Desfalco del Fondo Indígena FONDIOC, CAMCE-Zapata,
barcazas Chinas, Catler, Santos Ramírez-YPFB, Venta de
exámenes UNIPOL, red de corrupción Ministerio de
Gobierno, Planta de separación de Líquidos, camiones
vinculados al ministro Quintana, extorsión a pobladores
Menonitas, Tractores -Salvatierra, Planta de Úrea, desfalco
del Banco Unión, Dircabi, Uelicn, Lamia, Empresa de
Construcciones del Ejército, Quiborax, Neurona empresa
Mexicana, caso corrupción YPFB, corrupción caso Taladros
YPFB, Abel Mamani y el escándalo de prostitución
dirigencial, violaciones a mujeres en dependencias de las
gobernaciones, denuncias de violencia hacia las mujeres.
Son solo algunas de las prácticas registradas de corrupción y
violencia por razones de género, en estas tres
administraciones del MAS, hechos que quedaron
impunes.La población pedía justicia, pedía procesos,
nuevamente Evo no escuchó ni emitió respuesta.

El aparato judicial, mostró ser un aliado del despojo y del


quiebre institucional. Hizo cada vez más evidente sus nexos,
redes y consorcios, con tres fines: proteger las ambiciones de
Evo Morales, garantizar la persecución política de
opositores, proteger concretamente a funcionarios y actores
clave garantizando impunidad. A continuación anoto cuatro
ejemplos.

Una primera acción importante fue la deformación de la


lectura del Art. 23 del Pacto de San José de Costa Rica,
avaladas desde instancias del Tribunal Constitucional de
Bolivia, con la finalidad de garantizar la re-elección de
Morales. Este artículo, establece que si bien los derechos
políticos son derechos humanos, estos deben proteger a los
débiles de los poderosos. En ningún momento este Pacto,
argumenta o justifica, con este artículo, un proceso de re-
elección de primer mandatario, práctica limitada claramente
en términos de cantidad de periodos, en la Constitución
Política del Estado de Bolivia.

Un segundo ejemplo, resulta ser la actitud genuflexa y


funcional del sistema judicial que se presta para perseguir y
encarcelar líderes indígenas y campesinos cocaleros
opositores. Al mismo tiempo, esta instancia sirvió para
resguardar los intereses personales y cubrir faltas graves en
la administración pública , como por ejemplo, el caso de la
condena por 30 años a un joven inocente con la finalidad de
no dar cuenta de los abusos sucedidos e irregularidades en
hogares para menores abandonados dependientes del
Estado, dónde se presentaron varias denuncias de múltiples
vejámenes. La condena del ciudadano, también estaba
destinada a cubrir la negligencia y corrupción de una médico
oftalmóloga que fungía ilegalmente, como médico forense, y
que era pareja sentimental de una alta autoridad de
gobierno. En esta misma línea, el feminicidio de la
periodista Anhalí Huaycho, se eclipsó de la mirada pública
con la modificación sorpresiva de Ley contra la violencia de
género, que aparentemente brindaba mayor protección a las
mujeres, sin embargo, las razones de su feminicidio y la
extraña desaparición de su agresor y asesino, un oficial de
los servicios de inteligencia y contra inteligencia del Estado
involucrado directamente en varios casos aún en
investigación, todavía son una deuda para la familia de
Anhalí.
El golpe a la democracia:

A pesar de todos los antecedentes y de la pérdida de


credibilidad en las instituciones, las y los bolivianos salieron
a votar en octubre de este año, por alguna razón esperaban
que el sistema computarizado de conteo rápido TREP
logrado con aportes financieros de la Unión Europea, podría
ser en cierta forma una garantía mínima de transparencia,
sin embargo las tensiones se registraron el mismo día de la
votación y escalaron con velocidad en el momento en que el
sistema de conteo rápido se suspendió durante 24 horas
para luego regresar y otorgar 10% más al partido de
Morales.

Hasta este momento, la población pedía apenas una


segunda vuelta, de alguna forma se seguía creyendo que el
Órgano Electoral podría estar en condiciones de responder
como debería, con transparencia. Mientras tanto Evo,
negándose nuevamente a escuchar, se auto proclamó
vencedor.

Pasados unos días, el informe de la OEA certificó el fraude


con varios datos y evidencias de irregularidades, ya para
estas alturas, las y los bolivianos, pedían anulación de las
elecciones. Evo nuevamente se negó a escuchar, reafirmó su
victoria, con lo que se encendió la conflictividad e iniciaron
los paros en todas las ciudades, que a estas alturas, ya en las
calles pedía la renuncia del mandatario.

La fantasía delirante de los señores de la guerra:

La administración de Morales, se constituye con el


imaginario de estar sostenida por los movimientos sociales,
una generalidad que no permite sincerarse para hacer
evidente que solo existen ciertas organizaciones sociales que
fungen como su base y son sus clientes directos. En este
marco, experiencias de juventud y romantizaciones de
izquierda armada, que viviera García Linera y su hermano,
son peligrosamente insertadas en el discurso
gubernamental, a título de defensa del proceso de cambio.

En el razonamiento de Linera, son los indígenas y


campesinos, quienes deben, como en épocas de
independencia por la Bolivia Nación, ser la carne de cañón a
entrenarse y exponerse, mientras los acólitos del partido se
resguardan en alguna embajada. A nadie extraña los
entrenamientos militares en el Chapare, de los que tenemos
cuenta públicamente desde el 2008, donde hombres y
mujeres realizan calistenia y se capacitan en uso de armas
de alto calibre. Tampoco es de extrañar que luego de la
revolución nacionalista de 1952 comunarios de tierras altas
aún guarden armas y fusiles dentro de sus hogares.
Una de las estrategias más utilizadas durante la
administración de Evo, fue, con claridad, el enfrentamiento
entre grupos de civiles,para hacer parecer a esto una lucha
entre movimientos y no una lucha entre algunos grupos
pagados frente a otros pobladores. Una herramienta útil
para la socialización de esta idea, son los medios de
comunicación, quienes responden a la agenda
gubernamental y a funcionarios clave de gobierno que
cuentan con acciones y participación directa en estos
espacios, mientras el aparato de intimidación persigue a
medios y periodistas críticos que se resisten a esta toma.

La fantasía húmeda machista de los señores de la guerra,


logra conformar incluso guerreros digitales, empleando a
jóvenes humildes de zonas peri urbanas, que siguen chats y
grupos con título de “Túpac Katari”, dónde se les indica qué,
dónde y a que hora postear contenidos determinados,
desinformar, diseñar juegos psico sociales, que tienen el
objetivo de enfrentar a los vecinos entre ellos a partir del
miedo.

Frente a esto, una forma de resistencia clara , fue la


organización de los grupos de vecinos durante el paro, que
en determinado momento, en lugar de sentir temor,
decidieron acercarse a los vecinos de barrios contiguos para
dialogar, en ese instante ambos se dieron cuenta que
estaban siendo manipulados, como por ejemplo, en el caso
del barrio de Cota Cota, dónde los vecinos pensaban que los
enemigos eran los vecinos de Chasquipampa y viceversa,
cuando al final, quienes azuzaban el odio y el miedo eran
grupos reducidos pro gobierno, que no pertenecían a
ninguno de los dos barrios.

Las amenaza son permanentes en la voz del vicepresidente,


que en tono infantilizante señala en repetidas ocasiones que
si sale Evo del poder “El sol se va esconder, y la luna se va
escapar”, represalia cumplida que se hizo evidente con el
anuncio de retiro de los bonos a los pobladores apenas se
empezó a hablar de segunda vuelta para las elecciones.

Más tarde cuando la OEA certificó el fraude electoral este


2019. Evo amenazó con “cercos a las ciudades” para
escarmentar a todos. Acto seguido, el ministro de la
presidencia Juan Ramón Quintana, anunciaba en un medio
de comunicación la “Vietnamización de Bolivia” que
evidenciaría el despliegue de una estrategia militar
denominada “tierra quemada” como el inicio de la venganza,
mientras él pasaba a la clandestinidad y hasta la fecha no
formalizara su renuncia al cargo como correspondía.

De inmediato, el domingo 10 de noviembre hasta incluso la


madrugada del 11 de noviembre, se desató la “noche de
terror”. Las amenazas de saqueo y de violación, instalaron el
miedo en la población, sobre todo de la ciudad de La Paz. En
El Alto, marchas organizadas por dirigentes, tenían en las
filas personas infiltradas identificadas como extranjeros
quienes en mochilas transportaban ingentes cantidades de
dinero para pagar a los golpistas. Los saqueos y destrozos en
la ciudad no se dejaron esperar, mientras en Santa Cruz se
identificó a personas pertenecientes a grupos irregulares,
concretamente un guerrillero de las FARC en las filas de los
marchistas pro Evo.

Los incendios a las casas de autoridades, periodistas y los


saqueos, ocurrieron de ambos bandos, a esto, se sumaron la
quema de símbolos de unos y de otros, se dieron episodios
de racismo de ambos lados. Aquí los actos de desagravio
fueron importantes para contener la violencia, pero sin duda
no fueron ni son suficientes.

La quema de símbolos llevó a la generalización arbitraria de


que todo vecino alteño era un masista (del partido MAS), y
esto también levantó la indolencia de pobladores de La Paz,
frente a la represión policial y militar que actuó en
consecuencia, sin duda, el testimonio y la voz de algunos
vecinos de El Alto sigue siendo clave, ellos transparentaron
temas importantes: En primer lugar, que el apoyo a Evo,
estaba en el orden de aferrarse a quién consideran es la
garantía de la dignidad indígena en términos de que a pesar
de todo, él es un indígena. Manifiestan un profundo temor
de ser linchados por la retoma de poder de sectores
conservadores, tienen miedo de sufrir racismo y
discriminación nuevamente, a ser desplazados de los
espacios conquistados, miedo que también fue expresado
por compañeras feministas aymaras, razón por la cuál
justifican la toma de ese posicionamiento. En segundo lugar,
denunciaron que estaban siendo presionados, por algunos
dirigentes y vecinos, para asistir a movilizaciones.

Ahora bien, los señores de la guerra, no solo son del MAS,


también se ven encarnados en el gobierno de transición de
Añez y su administración, quienes a título de recuperar la
institucionalidad, el pasado 16 de noviembre, exoneraron
mediante el Decreto, Supremo 4078 de cualquier
responsabilidad penal a los operadores militares en función
de intervención. Esta habilitación legal sin duda no
contribuye a reducir la conflictividad. Al respecto la CIDH ya
se ha manifestado contra el uso excesivo de la fuerza que el
despliegue militar está empleando. Datos de la Defensoría
del Pueblo muestran, que a la fecha de hoy 16 de noviembre,
existen: 23 fallecidos, 50 detenidos ( de un total de 1112), 715
heridos. Entre los heridos se cuentan: 13 personas que
pertenecen al grupo de niños, niñas, adolescentes, 2
personas en condición de discapacidad, 8 periodistas y 10
adultos mayores.

La “tierra quemada” del gobierno transitorio de Añez,


también se hizo evidente desde la comunicación, mediante
las acciones de la flamante ministra, cuya primera
disposición fue la persecución a periodistas y a modo de
trofeo de guerra, el desnudo vulgar y morboso del Palacete
edificado por Morales.

La historia se repite :

La población sigue encarnando en caudillos, sean “machos


Camachos” como el líder del Comité Cívico pro Santa Cruz,
una idea de masculinidad violenta salvadora, tal vez por la
urgencia de retomar el control en términos de inmediatez,
pero sin ser muy consciente de las implicancias de lo que
significan estas prácticas y el discurso religioso penetrando
los espacios de la administración pública.

Se trata de una reacción que intenta, mediante el dispositivo


civilizatorio de la religión, presentar una intención de ser el
reverso de todo aquello que fue representado durante la
administración de Morales por el : desorden, los excesos,la
fiesta, el cinismo, la corrupción. Considera que la religión
puede servir como un mecanismo de disciplinamiento
pacífico, cuando en realidad, la historia nos ha mostrado
que no necesariamente es así.

Ante esto, la agenda nuestra debe re-encaminarse hacia la


separación de las iglesias de la administración del Estado,
expresada ya en el Artículo 4 de la Constitución política del
Estado. Al mismo tiempo es importante retomar,
transparentar y definir, los debates sobre las obligaciones
impositivas que tienen las empresas religiosas para con el
Estado.

Un otro dispositivo, es la consideración de la “clase blanca


media alta intelectual” como garantía de administración
óptima del Estado. En un primer momento la capitalización
simbólica de Mesa, se centraba en un aire de
“intelectualidad” o “civilidad”, como algún tipo de seguridad
en la buena y adecuada administración de lo público y
rescate de la institucionalidad, ante el derroche de la
informalidad y de desorden dentro de la administración de
Morales, razón por la cuál Mesa ganó varios
seguidores.Como mencionamos antes, paradójicamente, la
composición del gobierno de Morales también cuenta en su
mayoría, con funcionarios una “clase blanca media alta”.

Si bien se requiere formación para el manejo de lo público,


este mecanismo, no necesariamente es garantía de una
mayor o mejor democracia, de mayor eficiencia, menor
corrupción, o de menor desigualdad, para esto, solo basta
revisar algunos ejemplos en la historia nuestra, de la región
y del mundo. Ante esto, se necesita una capacitación en la
administración de lo público para todo aquel que quiera
participar de estos espacios, por tanto es urgente revisar los
contenidos, objetivos y las falencias de la mal llamada
Escuela de Gestión Pública Plurinacional EGPP, al mismo
que tiene que se hace urgente el fortalecimiento del sistema
judicial, la celeridad y la transparencia en casos de
corrupción.

Finalmente, se ha mencionado mucho estos días los


intereses en los recursos naturales de Bolivia,
principalmente el Litio,esta no es una preocupación menor
tomando en cuenta el reciente gobierno transitorio. Al
respecto, es importante estar atentos más tomando en
cuenta que se trata de una administración aliada a la fuerza
militar. Confío en el trabajo de las organizaciones sociales
locales, mismas que fueron claras y en estas semanas
obligaron a retroceder los intereses de una empresa alemana
en el salar, como lo hicimos ya en la década del 70, luego en
el 90, lo ratificamos en la guerra del agua y lo sellamos en la
guerra del gas. Bolivia es fuerte y sabe lo que quiere en
cuanto a la protección y administración de sus recursos
naturales. Ni Evo con su Dakar , ni con su planta de
carbonato de litio con personal chino para el Know-how ,
pudieron avanzar más allá de lo que la población se lo ha
permitido, esperemos que esto pueda seguir siendo posible.
Nación Bolivia y Plurinaciones Bolivia: una deuda
pendiente

Para cerrar, lo que hubo en Bolivia, fue una revuelta popular


motivada por el cansancio producto de los golpes
consecutivos a nuestra institucionalidad . Una revuelta que ,
como antes en nuestra historia, provocó la renuncia de un
presidente. Esta movilización, también re-activó una otra
forma de ejercer participación reconocida en la Constitución
Política: el cabildo y cuya victoria en los paros y la
resistencia, actualmente intenta ser capitalizada y fagocitada
por otros grupos de interés. Es cierto también que
determinadas élites económicas y políticas como las de
Santa Cruz, nunca pierden, en esta oportunidad, volvieron a
caer como los gatos: de pie.

Tengo la esperanza de que el proceso iniciado con la nueva


constitución pueda re-encausarse, mas allá de la mirada
solamente andinocentrista , que tome en cuenta la
pluralidad de los otros pueblos indígenas, campesinos y con
todas las y los actores que habitan el territorio.

La pugna entre la Nación Bolivia y las Plurinaciones Bolivia,


probablemente siga mucho tiempo más, sin embargo
también considero que el punto de inflexión inicial para
mirarnos en diversidad, al menos lo estuvimos madurando
estos 15 años, falta fortalecerlo. De igual forma considero
que es importante el desapego a una maqueta de práctica del
Estado y las formas burocráticas que no nos calzan, y esta
seguro, va seguir siendo la lucha, porque es claro: a los
grupos conservadores jamás va interesarles.

Habitamos unas plurinaciones Bolivia desbordadas, más


extensas que sus límites político administrativos
imaginarios, mas fuertes que sus representaciones de
enclaustramiento y despojo por la memoria — herida de
Potosí, más allá de nuestra nostalgia en las venas. Nación
Bolivia no nos calza, es necesario abrazar nuestros
desbordes. Un caudillo no nos alcanza, es imposible que un
ser humano encarne este proceso, porque se trata de un
camino largo y colectivo, de re-planteamiento de figura
Estado, de la figura de la Burocracia,es necesario el divorcio
de categorías que no nos competen y tampoco pueden
leernos, como claramente ha mostrado la izquierda y como
demuestran otros marcos.

El amo del palacio se ha ido, ensimismado y ciego, no


reconoce sus errores, se ha ido paranoico y amenazante,
nuestra voz es poderosa y fuerte. Las Plurinaciones Bolivia ,
fueron claras : Que quienes deban administrar el bien
común, deberán hacerlo obedeciendo y escuchando al
pueblo.//

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