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capitulo # 1
Capítulo 1 imaginación sociológica
¿Qué es sociología?
Podemos comenzar diciendo que la sociología es el estudio sistemático de la sociedad
humana. También podríamos decir que en lo más profundo de la sociología existe un
especial punto de vista que la caracteriza. La sociología no consiste en recoger datos
acerca de un tema social u otro. La sociología es mucho más que una lista de hechos y
cifras. La sociología es, sobre todo, una toma de conciencia, una manera de pensar y de
entender de una forma crítica los fenómenos sociales. Lleva un tiempo, a veces incluso
años, hacer que esta forma de entender el mundo tome forma. Sin duda, tiene el potencial
de cambiar su vida para siempre. No obstante, es necesario hacer una sana advertencia:
la sociología puede transformar su vida… y dañarla. En contra de la opinión general, que
defiende que la sociología es simplemente sentido común, ambos entran a menudo en
conflicto. Una vez que la sociología se arraigue en su pensamiento, estará siempre ahí
exigiéndole que «piense socialmente», cuestionando lo obvio y todo aquello que damos
por hecho y convirtiendo lo familiar en desconocido. Esto es muy enriquecedor, incluso le
hará sentirse poderoso, pero puede convertirlo en una persona muy crítica: dotada de
pensamiento crítico. En esta sección, y a lo largo de todo el libro, nos preguntaremos qué
es lo que distingue esta manera de ver las cosas.
A continuación vamos a mostrar algunas definiciones estándar que pueden resultar de
utilidad.
Las siguientes definiciones pueden ayudarle en este propósito (aunque darán lugar a más
preguntas de las que responden): Un sociólogo [...] es alguien preocupado por la
comprensión de la sociedad de una manera disciplinada. La naturaleza de esta disciplina
es científica.
(Peter Berger, Invitación a la sociología, 1963) Sociología es… en primer y principal lugar
una manera de pensar en el mundo humano […] [Pregunta cómo] es que los humanos
viven siempre (y no pueden evitarlo) en compañía, comunicación, intercambio y
cooperación con otros seres humanos […] Sus preguntas hacen extraño lo familiar.
(Zygmunt Bauman, Thinking Sociologically, 1990: 8, 15) El «mundo humano» o el «mundo
de los humanos» es el reino particular de la experiencia y la existencia humana […] y el
tema que preocupa a la sociología.
(Richard Jenkins: Foundations of Sociology, 2002: 3) El término «sociología» tiene dos
raíces (la latina socius, que significa «social», y la griega logos, que significa «estudio
de») y literalmente significa «estudio de los procesos sociales». Basándonos en estos
términos, la sociología se puede definir como el estudio de las bases de la afiliación
social. Más técnicamente, la sociología es el estudio de la estructura de las relaciones
sociales que se construyen a partir de la interacción social, pero ninguna definición es
enteramente satisfactoria debido a la diversidad de perspectivas.
(Nicholas Abercrombie, Sociology: 232) Ciencia que trata de las condiciones de existencia
y desenvolvimiento de las sociedades humanas. Diccionario de la Lengua Española,
vigésima primera edición, 1992. Definida en los diccionarios como la ciencia o estudio de
la sociedad.
El término «sociología»fue acuñado por Comte (1830), relacionando el latín socius
(originalmente una persona, tribu o ciudad aliada de Roma, pero después una sociedad)
con el griego logos (razón o conocimiento). El término se extendió rápidamente y ahora se
emplea en prácticamente todas las lenguas para indicar cualquier estudio de la sociedad
razonado y realizado de manera rigurosa.
(Michael Mann, Enciclopedia de Sociología, 1983) Ciencia social que se centra en el
estudio de las instituciones sociales nacidas a partir de las transformaciones industriales
de los pasados dos o tres siglos [...] (Implica) un carácter histórico, antropológico y crítico.
(Anthony Giddens, Sociology: A Brief but Critical Introduccion, 2.a edición, 1989: 9 y 13)
Ver lo general en lo particular
El pequeño trabajo de Peter Berger Invitación a la Sociología (1963) ha animado a varias
generaciones de estudiantes para que adquieran esta perspectiva. En él se propone que
la perspectiva sociológica consiste en ver lo general en lo particular. Esto quiere decir que
los sociólogos deben ser capaces de identificar las pautas de la vida social observando
ejemplos específicos y concretos. En otras palabras, aunque reconocen que cada
individuo es único, los sociólogos afirman que la sociedad actúa de manera diferente
según varias categorías de personas (pongamos por caso, los niños comparados con los
adultos, las mujeres frente a los hombres, los ricos a diferencia de los pobres).
Empezamos a pensar sociológicamente cuando comenzamos a darnos cuenta de cómo
las categorías generales en las que nos ha tocado vivir definen nuestras experiencias
vitales particulares.
¿Cómo podemos estar seguros de que es la sociedad y no la biología la que define estas
pautas que relacionamos con cada etapa de la vida de una persona? Investigando las
sociedades del pasado y las sociedades actuales de otros lugares del mundo,
comprobamos que no todas las sociedades definen las etapas de la vida de un individuo
de la misma manera. En capítulos posteriores veremos que los nativos americanos hopi
conceden a sus niños un sorprendente grado de independencia, y que en Abjazia (en la
Federación Rusa) los ancianos son las personas más respetadas y valoradas
socialmente. Un vistazo sociológico a nuestro alrededor nos revela el poder que ejerce la
posición social.. Observar el mundo sociológicamente también nos hace ser conscientes
de la importancia del género. Todas las sociedades otorgan un significado determinado
(aunque a menudo diferente) a lo que implica ser hombre o mujer, asignando a unos y
otras diferentes tipos de trabajos y responsabilidades familiares. Y, a medida que la
sociedad cambia, también lo hacen estos significados. Hoy en día, a comienzos del siglo
XXI, lo que hombres y mujeres pueden esperar de la vida es muy distinto de lo que
podían esperar a principios del siglo XX o a comienzos del XIX. Las personas
experimentan sobre sí mismas el funcionamiento de la sociedad cuando comprueban las
ventajas y las oportunidades asociadas a ser hombre o mujer
Ciencia y sociología
La naturaleza de la sociedad fue uno de los temas de reflexión más importantes para casi
todos los pensadores brillantes de la Antigüedad, incluyendo el filósofo chino K’ung Futzu,
también conocido como Confucio (551- 479 a. C.), y los filósofos griegos Platón (alrededor
del 427-347 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.). Asimismo, el pensador medieval Santo
Tomás de Aquino (alrededor de 1225-1274), el musulmán del siglo XIV, Ibn Khaldun, y el
filósofo francés Montesquieu (1689-1755) estudiaron a sociedad humana. Hubo muchos
más pensadores sociales. Sin embargo, como apuntó Emile Durkheim hace casi un siglo,
ninguno de ellos enfocó la sociología desde un punto de vista verdaderamente
sociológico. Si miramos hacia atrás en la historia [...] descubriremos que, hasta fecha muy
reciente, no ha habido ningún pensador que abordara las cuestiones con una perspectiva
sociológica [...] Les parecía suficiente reflexionar sobre las metas que debían proponerse
las sociedades, o aquello que debían evitar [...] No intentaban describir o explicar lo mejor
posible cómo funcionaban las sociedades. Se limitaban a recomendarnos tal o cual
modelo ideal o utópico de sociedad y el modo de alcanzarlo. (Durkheim, 1972: 57; edición
original de 1918) Pero, ¿qué es lo que diferencia a la sociología de las reflexiones
anteriores? Antes del nacimiento de la sociología, los filósofos y los teólogos básicamente
se centraban en imaginar la sociedad ideal, en describir cómo debía ser la sociedad.
Ninguno de ellos trató de analizar la sociedad tal como era realmente. Pioneros de la
disciplina como Auguste Comte, Emile Durkheim y Ferdinand Toennies (véase a
continuación) invirtieron el orden de prioridades.
Aunque estaban ciertamente preocupados en cómo mejorar la sociedad humana, su
principal objetivo era llegar a entender cómo funciona realmente. La clave para alcanzar
este objetivo, según Comte, consistía en desarrollar un enfoque científico del estudio de la
sociedad. Mirando hacia atrás en el tiempo, Comte clasificó los esfuerzos de la
humanidad por comprender el mundo en tres etapas bien diferenciadas: teológica,
metafísica y científica (1975; edición original de 1851-54). La primera, que comprendía la
Edad Media en Europa, fue la etapa teológica. En ella, el mundo se interpretaba a través
de la religión, de manera que las personas consideraban la sociedad como una expresión
de la voluntad de Dios (amenos en la medida en que los seres humanos podían ser
capaces de satisfacer un plan divino). Con el Renacimiento, el enfoque teológico de la
sociedad gradualmente fue dando paso a lo que Comte llamó la etapa metafísica. Durante
este periodo, las personas pasaron a entender la sociedad como un fenómeno natural, en
lugar de sobrenatural. La naturaleza tomó protagonismo en las explicaciones metafísicas
de la sociedad: Thomas Hobbes (1588-1679), por ejemplo, propuso que la sociedad
reflejaba no tanto la perfección de Dios como los defectos de una naturaleza humana
bastante egoísta. La que Comte dejó para el final, la etapa científica, hace referencia a la
larga búsqueda por entender la sociedad impulsada por científicos como Copérnico
(1473- 1543), Galileo (1564-1642) e Isaac Newton (1642-1727).
La contribución de Comte consistió en aplicar este enfoque científico (que se utilizó en un
primer momento para estudiar el mundo físico) al estudio de la sociedad. Así pues, Comte
fue un defensor del positivismo, definido como una manera de entender el mundo basada
en la ciencia. Como positivista, Comte estaba convencido de que la sociedad se somete a
leyes invariables, de un modo parecido a como el mundo físico se somete a la gravedad y
a las otras leyes de la naturaleza. Incluso hoy en día, la mayoría de los sociólogos están
de acuerdo en que la ciencia juega un papel crucial en la sociología. Pero, como veremos
en el Capítulo 3, ahora somos conscientes de que la conducta humana es a menudo más
compleja que los fenómenos naturales y que la ciencia es asimismo más sofisticada de lo
que creíamos. Los seres humanos somos criaturas con una considerable imaginación y
espontaneidad, de modo que nuestra conducta nunca podrá explicarse totalmente por
ningún conjunto rígido de «leyes sociales». Igualmente, el universo parece ser mucho
más «caótico» y «accidental» de lo que pensábamos, lo que hace más complicadas las
observaciones y la deducción de leyes físicas.
Cambio continuo
Del mismo modo que los cambios que se produjeron en el siglo XIX fueron
trascendentales, también lo son los cambios que están ocurriendo en el siglo XXI. Esta es
una era que se está viendo revolucionada por las tecnologías digitales, los nuevos medios
de comunicación, las nuevas tecnologías reproductivas, y nuevas interconexiones
globales. Es una era en la que se están replanteando las familias tradicionales, las
religiones, los patrones de trabajo y de gobierno. Cada vez más, las personas no tienen
una idea clara de cómo vivir sus vidas como la tenían en el pasado. En su lugar tienen
que preguntarse continuamente: ¿qué tipo de vida quiero para mí? Se hacen más
individualistas, menos comprometidos con los estándares comunes, más propensos a la
autorreflexión. Es una era en la que las divisiones de clase, etnicidad, edad y género se
han hecho más evidentes, y es un mundo en el que parecen proliferar nuevos conflictos
significativos sobre religión y cultura. Todas estas ideas necesitarán definirse, describirse,
analizarse y explicarse, y esta es una tarea continua para los sociólogos en el nuevo siglo
(así como la tarea de este manual introductorio). Del mismo modo que la sociología nació
como fruto de la Revolución Industrial, ahora encuentra un nuevo impulso en el desafío de
lo que podemos llamar la sociedad posmoderna o de la información
Fuente Bibliografica