Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La fortaleza vital que nos convoca es la de advertir el rumbo sin sentido de un modelo en la
fase agónica de su crisis, un modelo reflejado en la crisis ambiental, sustentado en una
racionalidad economisista que multiplica las pobrezas, promueve inequidades, exclusiones y
destruye los equilibrios ecológicos, la Biodiversidad, aniquilando también la diversidad
cultural, atentando contra la vida.
Esta visión fragmentaria y arrasadora del mundo, como una marca indeleble de la
racionalidad económica dominante, fundada por la multiplicidad de exclusiones y pobrezas,
y un futuro insustentable, adquieren en la Patagonia la dimensión de una muerte anunciada.
Patagonia escenifica la racionalidad única en el desmantelamiento de la producción petrolífera
totalmente privatizada, depredación de sus recursos naturales, en la mutilación de los
bosques, en las llagas amargas de la desertificación, la exclusión sistemática y creciente de
los habitantes y su dignidad de la vida y del patrimonio común de la cultura.
Estamos convencidos que la sociedad civil debe jugar un papel histórico e indelegable. Para
ello debe lanzarse decididamente a reformar el pensamiento para construir las tramas
complejas del desarrollo sustentable como estrategia fundante para la sobrevivencia de la
humanidad y de construcción de un nuevo orden económico y cultural. Este proceso deberá
propender al cambio de oportunidades en los sistemas productivos, la democratización del
poder y del espacio.
Es clave en este proyecto la construcción de un sistema educativo que plasme las luchas
históricas por la educación y la emancipación popular. Desde esta perspectiva adherimos a
la declaración de Tessalonika cuando sostiene que la reorientación de la educación formal,
no formal e informal hacia la sustentabilidad debe materializarse en todos los pa&ioacute;ses.
El concepto de sustentabilidad abarca no solo el de ambiente sino la pobreza, la población,
la salud, la seguridad alimentaria, la educación, los derechos humanos y la paz.
El Tercer Encuentro en Patagonia para el Desarrollo Sustentable convocado por ATECH CTERA
y las múltiples organizaciones nacionales e internacionales que la auspician, deben
transformarse en un hito de acción para la Patagonia y el país, para que pueda cristalizarse
nuestra condición de una nueva ciudadanía política social, y ambientalmente sustentable en
condiciones de canalizar el desafío que nos propone la agenda XXI.
Para lograr un Modelo Agrario deben promoverse las producciones alternativas mediante
reales políticas orientadas a pequeños y medianos productores, con formas de
financiamiento, subsidios y estrategias de ordenamiento territorial que surja de la
participación democrática. Será necesario la constitución de un fondo de financiamiento de
este proceso que requiere del recupero efectivo de las externalidades patagónicas. La filosofía
de la solidaridad y del cooperativismo deben concentrarse, entre otros mecanismos, en el
funcionamiento de audiencias públicas locales y regionales que además tengan efectos
obligatorios y vinculantes.
Para el logro de esta transformación deberá revalorizarse la relación con el sistema educativo
y el rol insustituible de las escuelas agrotécnicas contextuadas en la perspectiva de la
sustentabilidad y la racionalidad ambiental.
Con respecto a las problemáticas urbanas, debemos rescatar de las ciudades de hoy, que
se han convertido en islas del consumismo, y son como un archipiélago de riqueza rodeada
por un mar de pobreza, especialmente de pobreza material y cultural, y rescatar a la gente
que las habita con la finalidad de refundarlas en la esperanza de que es posible y agradable
vivir en ellas.
Una ciudad sustentable dará a las personas la posibilidad de pensar su futuro y el de sus
hijos, con espacio para la solidaridad y equidad. Se deberá propender a la sanción de planes
urbanos ambientales que puedan recoger esta concepción del desarrollo urbano y del
desarrollo territorial en general. El ordenamiento territorial emergente debe ser producto del
proceso participativo y democrático de la sociedades para que el espacio sea la expresión
histórica de toda la sociedad sin exclusiones. Las ciudades y los ciudadanos deberán
recuperar el tiempo solidario y humano para vivir la ceremonia de la vida.
El nuevo proyecto deberá tener en cuenta esa multiplicidad de factores para repensar y
reorientar los procesos productivos.
Deben plasmarse, con absoluta claridad, que no se pueden adoptar las decisiones políticas si
previamente no se han realizado las evaluaciones de impacto socioambientales expuestas
por medio de los organismos ambientales competentes.
El estado nacional, las provincias y los ámbitos científicos y académicos públicos deberán
respetar y cumplir con el derecho - deber de brindar información ágil, directa y sin obstáculos
de ninguna naturaleza, la información ambiental que la sociedad le requiere.
Se ratifica de manera absoluta la plena vigencia y consolidación del derecho de las provincias
como titulares del dominio originario de sus recursos naturales. Los legisladores provinciales
deben asumir su rol protagónico en este sentido, no pudiendo relegar sus facultades en los
poderes ejecutivos en cuanto a su administración y disposición.
Los sueños están en marcha. El tercer encuentro ha expandido los horizontes. Quienes lo
hemos protagonizado nos comprometemos a ser divulgadores de las narraciones que
construimos conjuntamente. Seremos una red abierta y alerta ante los conflictos
socioambientales. Debemos potenciar todas las luchas y constituirnos en los formadores de
la nueva ética.