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ROMA.
2. Andrés Chadwick Piñera, Ministro del Interior y Seguridad Pública por el período
desde 11 de marzo de 2018 hasta el 28 de octubre de 2019.
3. Gonzalo Blumel Mac-Iver, Ministro del Interior y Seguridad Pública por el período
desde el 28 de octubre de 2019 hasta el 28 de julio de 2020.
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El Artículo 229 del Código Procesal Penal chileno señala que “La formalización de la investigación es la comunicación que
el fiscal efectúa al imputado, en presencia del juez de garantía, de que desarrolla actualmente una investigación en su
contra respecto de uno o más delitos determinados.” Para efectos de la Situación en Chile, referencia interna OTP-CR-
244/21 seguida ante la Corte Penal Internacional, no existe investigación oficial dirigida específicamente contra ninguna de
las personas señaladas como responsables de los crímenes acusados por parte del ente persecutor chileno, y todas las
declaraciones se han prestado de manera voluntaria por las declarantes.
7. Mario Alberto Rozas Córdova, Director General de Carabineros de Chile, por el
periodo desde 22 de diciembre de 2018 hasta 19 de noviembre de 2020.
10. Enrique Eduardo Monras Álvarez, Jefe de Zona Santiago Oeste, Carabineros de
Chile.
11. Enrique Bassaletti Riess, General Inspector, Director Nacional de Apoyo a las
operaciones policiales.
12. Jorge Ávila Corvalán, General (r) de Carabineros de Chile, exjefe Zona Control
orden público e intervención.
Si no hubiese existido, tal cual sabemos de los distintos informes de las instituciones y
organizaciones nacionales e internacionales y observadores de Derechos Humanos, una
reiterada y violenta comisión de delitos contra los manifestantes civiles por parte de los
agentes del Estado, de público conocimiento, probablemente el Presidente de la
República no intentaría reforzar su reiteración de directrices ante la acción policial. Es del
caso que, así como todo el país y la comunidad internacional tenía cabal conocimiento de
la perpetración de los ataques sistemáticos y generalizados contra la población civil
chilena, constituyéndose como hechos notorios y de público conocimiento, los cuales no
podían escapar al conocimiento del Presidente ni de su gabinete o el alto mando de
Carabineros. Las declaraciones en el sentido de hacer hincapié en la vinculación de la
acción policial y el respeto a los DDHH en el momento de la patente vulneración de éstos,
no hace sino revelar el conocimiento que se tenía por las altas autoridades del país de la
existencia de dicho ataque.
Sin embargo, hay un reconocimiento expreso del flujo de información entre las entidades
involucradas en los hechos relativos a los crímenes en una respuesta específica del
Presidente de la República. Ante la pregunta de “si existió con este organismo [el INDH]
algún grado de coordinación con el Gobierno y, en especial, si se les hizo saber el alto
número de denuncias y querellas por personas que sufrieron lesiones oculares, y si e les
formularon peticiones de acciones concretas al respecto” el Presidente Piñera responde
afirmativamente:
“El Ministro del Interior frente a este tipo de hechos solicitaba la información a
Carabineros, al INDH y al MINSAL [Ministerio de Salud], los cuales
entregaban información acerca de hechos, denuncias y querellas. El
Gobierno pedía esta información para evaluar la situación, para corroborar
información que a veces era contradictoria y para asegurar el cumplimiento del
objetivo de respeto a los DDHH de todos”
Así mismo, el conocimiento que se tenía sobre la existencia de las víctimas resultantes de
los ataques, no es una mera información desestimable o que constara en una cifra más
dentro del flujo de información. La existencia de víctimas de delitos base de crímenes
de lesa humanidad es de tal magnitud y relevancia, que lleva al gobierno, y en
particular al Presidente de la República a adoptar políticas públicas y destinación
de recursos del erario nacional, para la implementación – absolutamente deficiente
e insuficiente como se señaló en la denuncia interpuesta ante esta Corte Penal
Internacional – de un programa específico para aquellas personas civiles que sufrieron
los ataques de agentes del Estado constitutivos de crímenes de lesa humanidad.
“Esta información también era útil para evaluar las necesidades de asistencia
médica, de rehabilitación y reinserción, en el marco del programa PIRO
[Programa Integral de Reparación Ocular], a cargo del MINSAL, creado en
noviembre de 2019.”
“el presidente como jefe de Estado obviamente sostuvo reuniones con el alto
mando para reforzar los mismos lineamientos: recuperar el orden público con
apego a los protocolos y respeto a los derechos individuales”
Esto nos lleva necesariamente a concluir que existía un alto nivel de certeza en los
equipos de gobierno y el mismo Presidente de la República, de la existencia de ese
elemento de los crímenes contra la humanidad que se produjeron a raíz de las
actuaciones de las fuerzas de orden y seguridad contra las manifestaciones públicas.
Las declaraciones del entonces Subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, también
permiten esclarecer el hecho que el gobierno contaba con información suficiente para
tener por acreditada la existencia de los ataques sistemáticos y generalizados contra la
población civil y de las graves consecuencias de dichos ataques en la forma de comisión
de crímenes consistentes en lesiones graves, mutilaciones, torturas, privaciones de
libertad e incluso homicidios en sus distintos grados de comisión.
Una primera relación que esclarece efectivamente la manera en la que las actuaciones y
decisiones de las personas que estaban en situación de impartir instrucciones para el
cese de las agresiones contra la población civil que estaban siendo víctimas de los
ataques sistemáticos y generalizados, es la que expone el ex Director General Mario
Rozas:
“En ese Estado de excepción el control del orden público queda entregado al
Jefe de la Defensa Nacional, pero eso no significa que desde el punto de
vista orgánico se altere la dependencia que tiene Carabineros respecto
del Ministerio del Interior. Según mi entendimiento jurídico de las normas
constitucionales, las policías mantienen su dependencia orgánica respecto
del Ministerio del Interior de acuerdo con la normativa orgánica.”
Todo lo señalado por las distintas personas, miembros de Carabineros de Chile que han
entregado sus declaraciones permite tener por cierto que no se adoptó por ninguna
autoridad, medida alguna que pusiera término a la cruenta represión desplegada por las
fuerzas de orden y seguridad, habiéndose conocido la existencia de los delitos y crímenes
denunciados al momento de su comisión:
ANEXO:
Lo relevante para considerar por parte de esta Ilustre Fiscalía es que la acusación
constitucional contiene una descripción de la manera en la cual se ha hecho uso por parte
del Presidente de la República de las instituciones de nuestro país y la dirección del
gobierno para impulsar no sólo sus negocios personales, sino para encubrir la comisión
de delitos. Además, en dichos encubrimientos no ha dudado en usar el cargo para
presionar a las instituciones del Estado encargadas de investigar y acusar para juzgar y
sancionar, específicamente a los fiscales del Ministerio Público para ocultar evidencia
importante relacionada con la comisión de los delitos de cohecho, soborno y
negociaciones incompatibles, como lo es el contrato por medio del cual se celebró la
compraventa de las acciones de Minera Dominga en el cual se fijan los términos y
condiciones de la venta de dichas acciones, y en el cual se acordó un último pago de
US$10 millones, a Minera Activa Uno spa, bajo la condición que el lugar donde se
instalaría la minera Dominga no fuera declarado zona de exclusión, parque nacional o
reserva natural, en uso y abuso de su posición como Presidente de la República. En la
investigación llevada a cabo por el Ministerio Público de Chile el año 2017, dicho
documento no se tuvo a la vista y esos delitos fueron desestimados, sobreseyéndose la
causa.
Creemos que estos antecedentes permitirán construir una idea objetiva y fundamentada
respecto de la actuación del Presidente Piñera y las presiones a que se ven sometidas las
instituciones para no investigar, generándose un importante precedente respecto de la
ausencia de independencia de las instituciones del sistema penal chileno, en vistas a la
necesaria complementariedad que se invoca respecto de la Corte Penal Internacional
para conocer de la denuncia por Crímenes de Lesa Humanidad.
POR TANTO, venimos en solicitar a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, que tenga
por acompañada la acusación constitucional interpuesta contra el Presidente de la
República de Chile, Sebastián Piñera Echenique, por los actos de su administración que
han comprometido gravemente el honor de la Nación y por haber infringido abiertamente
la Constitución y las leyes de nuestro país, y que dan cuenta de su constante
comportamiento ilegítimo en ejercicio del poder, sobre todo en relación con la actuación
de las instituciones encargadas de la persecución penal.
Abogado