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LINGÜÍSTICA 2020
Temporalidad
La deixis temporal
- las deícticas: hoy, mañana, ayer, miro, salí, iré, etc. Tienen como punto de
referencia el momento de la enunciación;
- las no deícticas: el 25 de mayo de 1810, a la mañana siguiente del 20 de
diciembre de 2001… Determinan su referencia con respecto a un punto
cronológico en el tiempo.
La deixis temporal fija las fronteras del tiempo lingüístico que instaura el
“ahora” del momento de la enunciación en relación a un “antes” y un “después”.
El presente de la enunciación funciona como centro axial de los indicadores
temporales que se ubican en torno a este. Cada vez que el hablante hace uso del
presente (en sus diversas manifestaciones lingüísticas) se renuevan las
coordenadas temporales y actualizan la constelación de formas que señalan “lo
que va a volverse presente y lo que acaba de no serlo ya”.
tempo después
en un rato, a
desde entonces,
Sintagmas en este momento, continuación,
en ese momento,
preposicionales a partir de ahora dentro de dos
para ese tiempo,
horas
En cada uno de los grupos hay un tiempo de referencia o tiempo cero (T0)
que establece la posición del hablante:
Pretérito
Pretérito Pretérito imperfecto
perfecto Presente Futuro pluscuamperfecto / Pretérito Condicional
simple perfecto
simple
Cantó
cantó canta Cantará había cantado cantaría
Cantaba
Comentario
organizan alrededor del “ahora” del tiempo presente. O sea, en torno al instante
en que el hablante se apropia de la lengua, e instaura la situación de enunciación.
Ejemplo:
Se mantiene el aislamiento social en todas las zonas con circulación comunitaria. Los
resultados son buenos y eso es porque hicimos bien las cosas. Aún no superamos el
problema, por eso seguiremos trabajando.
Simultaneidad con la
enunciación
Momento de la
Anterioridad enunciación Posterioridad
T0
mantiene, son, es,
Hicimos seguiremos
superamos
pretérito perfecto
Presente Futuro simple
simple
Relato
“cuando el hablante emplea los tiempos del grupo II (relato), el oyente sabe que ha
de recoger la información como relato, pero ignora que haya de relacionarla con lo
pasado. […] La diferencia entre canta y cantaba no consiste en que la información
(semántica) ‘cantar’ añadamos en un caso la información ‘en el presente’ y en el
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segundo ’en el pasado’. […] Los tiempos presente e imperfecto nos están informando
más bien sobre el modo en que tenemos que escuchar. Nos dicen si el ‘cantar’ va a
ser comentado o narrado” (1968: 76)
Ejemplo:
San Martín se había formado como militar en España. Llegó a Buenos Aires en 1812.
Viajaba en el mismo barco que Alvear y ya entonces era manifiesta su enemistad. Poco
después de su llegada se relacionaría con los grupos de poder porteños y se casaría con
Remedios de Escalada.
Anterioridad T0 Posterioridad
Llegó
(PPS)
había formado relacionaría / casaría
Viajaba era
(PI) (PI)
pretérito perfecto
pretérito
simple / condicional
pluscuamperfecto
pretérito imperfecto
Asimismo, existen diferencias de matices entre los tiempos que actúan como
eje dentro de las formas del relato. Weinrich llama a estas diferencias “puesta en
relieve”. Se trata de la función que cumplen algunos tiempos verbales al proyectar
ciertos contenidos en un primer plano y relegar a otros a un segundo nivel. En el
marco de la narración, el pretérito perfecto mantiene los acontecimientos en
relieve, con respecto al pretérito imperfecto. De esta manera:
Ejemplo:
El hombre pisó (PPS) algo blanduzco, y enseguida sintió (PPS) la mordedura en el pie.
Saltó (PPS) adelante, y al volverse con un juramento vio (PPS) una yararacusú que se
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arrollaba (PI) sobre sí misma y esperaba (PI) otro ataque. (A la deriva. H. Quiroga –
adaptación)
“El lenguaje pone a disposición del mundo del relato más tiempos porque es más
difícil situarse en el mundo narrado que en el mundo comentado en el que nos
movemos con toda confianza. Al tratar de una cosa disponemos de los apoyos más
diversos para hacernos comprender que nos facilita la situación. En la mayoría de los
casos se reconoce sin esfuerzo si el tema del discurso se identifica con la situación
en que se encuentra el hablante y el oyente. Esto lo dan a entender toda clase de
gestos y elementos deícticos del lenguaje.” (Op. cit. 208)
Manifiesta que, si las huellas deícticas que dan cuenta del contexto no están
presentes en el discurso, su objeto se desvía de la situación inmediata hacia “lo
lejano”. Esto es, a distancia del hablante y del oyente. En el mundo narrado la
situación no sirve como ayuda, y será representada exclusivamente a través de
elementos lingüísticos (el sistema de opciones verbales de la narración). De este
modo, en el relato, hay que utilizar un mayor número de formas, como
compensación de los medios extralingüísticos (señas, tonos, indicaciones) que
faltan para determinar la situación. Para el autor, los medios expresivos que
suplen la falta de índices contextuales son, por ejemplo, las parejas de tiempos
imperfecto-perfecto y pluscuamperfecto-pretérito anterior.
novelas, anécdotas, crónicas, entre otros, muestran una inclinación por los
tiempos del relato. Por otra parte, textos como una exposición científica, un
artículo de opinión o algún tipo de discurso, se inclinan, en general, por los
tiempos verbales del comentario. En definitiva, de acuerdo con la situación y el
género discursivo se reconocerá el predominio de uno u otro conjunto temporal.
De todas formas, cabe aclarar que el dinamismo de la comunicación en la oralidad
y la formulación de géneros más complejos en la escritura (por ejemplo, el ensayo
o la novela) revela la alternancia que puede producirse en la utilización de los
tiempos del mundo comentado y el mundo narrado. En consecuencia, segmentos
comentados pueden intercalarse con segmentos narrados, de acuerdo con la
situación comunicativa y la intención del locutor.
Ejemplo:
_ Exacto. Que fue un soporte del protestantismo. Cada uno podía tener su libro, que
antes valía lo mismo que un coche de carreras hoy día. Desaparecen, de paso, lo
copiadores. Lo que quiero decir es que hay transformaciones en la política, en la
sociedad, en la geopolítica… Hoy Internet y las redes sociales no generan por sí solas
algunos fenómenos, pero los aceleran enormemente. (Entrevista a Ignacio Ramonet,
Página/12, 11/09/11)
Como se mencionó, las situaciones que emplean tiempos del relato suponen
cierto distanciamiento respecto de los hechos. En cambio, cuando se utilizan los
tiempos del comentario se pierde tal distancia. Así, el enunciador se presenta más
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Metáforas temporales
Los tiempos del comentario y del relato conforman un sistema que funciona
como medio y limitación combinatoria de sus elementos. Sin embargo, el uso de
formas verbales en contextos ajenos a su grupo, representa un movimiento que,
en palabras de Weinrich, no significa una infracción contra su gramática. La
aparición de verbos en contextos no esperados les confiere funciones nuevas. Es
decir, se agregan matices de significación que se suman a su expresión temporal.
Weinrich entiende esta aparición como una “metáfora” y la define como la
presencia de una palabra en un contexto extraño. Esta presencia dispone la
palabra en un sentido diferente. Llamará a esta manifestación temporal
“utilización metafórica de los verbos”. Así, la presencia de tiempos del mundo
narrado en el discurso de los tiempos del comentario configura metáforas que
limitan el rasgo de actualidad y compromiso del discurso comentativo. Se suaviza
su contenido, con rasgos de cortesía o modestia (Yo venía a ver si aceptaba mi
propuesta), cariño (ahora quería que supieras…), trasposición a un mundo que no
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Ejemplo:
“Otálora comprende, antes de morir, que desde el principio lo han traicionado, que ha
sido condenado a muerte, que le han permitido el amor, el mando y el triunfo, porque
ya lo daban por muerto, porque para Bandeira ya estaba muerto. Suárez, casi con desdén,
hace fuego.” (fragmento de “El muerto”, 1946, J. L. Borges)
El presente
a. Presente prospectivo
Ejemplos:
- En un rato te llamo.
- El mes que viene me recibo.
- Esta noche partimos para Bs. As.
Ejemplos:
a. El presente histórico:
Este uso del presente sirve para crear tensión en el texto, ya que, de esta
forma, se pone lo que se narra frente a los ojos, como si se lo estuviera
(re)viviendo.
Ejemplos:
b. El presente atemporal
Ejemplos:
…
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Quien mal anda, mal acaba / Al que nace barrigón es añudo que lo fajen
Ejemplo:
***
Bibliografía consultada
Benveniste, É. (1977) Problemas de Lingüística general II. Buenos Aires: Siglo XXI.
Calsamiglia Blancafort, H. y Tusón Valls, A. (2008) Las cosas del decir: manual de
análisis del discurso. Barcelona: Ariel.
Rojo, G. y Veiga, A. (1999). “El tiempo verbal. Los tiempos simples”, en Gramática
descriptiva de la lengua española (directores I. Bosque y V. Demonte). Madrid:
Espasa-Calpe, 2867-2934.
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