Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SWARTLEY
1a edición
Traducción: Jonathan Rugna, Regina Okamura, Ruben Del Ré y Anne
Folta
Curitiba
2017
Keith E. Swartley (ed.)
Descubriendo el Mundo del Islam
Coordinación editorial: Walte r Fe ckinghaus
Edición: Ke ith Swartle y
Título original: Encounte ring the World of Islam
Traducción: Jonathan Rugna, Re gina Okamura, Rube n De l Ré y Anne Folta
Revisión: Ale jandro Las
Tapa: Adaptación de Sandro Bie r
Edición Electrónica: Josiane Zanon More schi
Copyright © 2005 by Cale b Proje ct
Originally publishe d in English unde r the title
Encounte ring the World of Islam
Publishe d by Biblica
This translation publishe d by arrange me nt with Pione e rs
10123 William Care y Drive , Orlando FL 32832, USA
All rights re se rve d.
Dados Inte rnacionais de Catalogação na Publicação (CIP)
[Catalogación de datos inte rnacional de las publicacione s]
De scubrie ndo e l Mundo de l Islam/[e ditado por] Ke ith E. Swartle y.- Curitiba, PR : Editora Espe rança, 2017.
Título original: Encounte ring the world of Islam
Varios traductore s
ISBN 978-85-7839-161-4
1. Cristianismo y otras re ligione s - Islamismo 2. Cristianismo - Ese ncia 3. Islam - Re ligión I. Título II. Swartle y, Ke ith E.
Los te xtos Bíblicos han sido tomados de la ve rsión Re ina-Vale ra © 1960 Socie dade s Bíblicas e n Amé rica Latina; © re novado 1988 Socie dade s
Bíblicas Unidas. Usados con pe rmiso.
Todas las citas de l Corán vie ne de “El Coran” traducido por Julio Corte s, de re chos de autor 2003 par Tahrike Tarsile Qur ’a n. Usadas con
pe rmiso.
Todos los derechos reservados.
Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o
transformación de esta obra.
Editora Evangé lica Espe rança
Rua Aviador Vice nte Wolski, 353 - CEP 82510-420 - Curitiba - PR - Brasil
Te lé fono: 55 (41) 3022-3390 - come rcial@e ditorae spe ranca.com.br - www.e ditorae spe ranca.com.br
La amplitud del material en este texto de 560 páginas se eleva por encima de todos los demás. Los principios
educativos que se imparten en cada lección aseguran la asimilación de material. La variedad de métodos y prácticas
es incompleta. Los consejos sobre la evangelización no tienen precio. Pero por encima de todo, Keith nos lleva más
allá de los estereotipos de la derecha en el corazón de nuestros vecinos musulmanes con amor y respeto.
Ministerio para los Musulmanes
Don McCurry, Presidente
Este libro ¡te hará ver el Islam con otros ojos! Los ojos del evangelio que en su mensaje y mensajeros es capaz de
“encarnarse” en aquellos que han de recibir las buenas nuevas. Y te desafiará a buscar los valores fundacionales tu fe,
más allá del envoltorio cultural que le hemos impuesto en occidente. Pero sobre todo ¡te motivará y ayudará a
compartir tu fe con los musulmanes!
CMM – Obrero evangélico con más de 30 años de experiencia en un país musulmán
Sea como texto para un curso formal o un recurso para reflexión y estudio personal, este volumen nos brinda la
oportunidad de aprender de misioneros con décadas de experiencia sirviendo entre musulmanes. Lo recomiendo
tanto para misioneros actuales y los que están en preparación como también para pastores y cada persona con
interés en servir, amar, y alcanzar a nuestros vecinos musulmanes.
David Greenlee, PhD
Coordinador de Investigaciones, Operación Movilización
Avance ágape al mundo musulmán no solo es una realidad en el día de hoy sino también es un compromiso.
Luis Bush, Facilitador Internacional, Transforma Mundo
Es con profunda alegría que recibí la noticia de la publicación de DMI en la lengua de Cervantes. Un colega me
regalo una copia en Inglés hace unos años y quede de inmediato capturado por la riqueza del texto, por su amplitud
en los temas históricos, doctrinales y de praxis misionológica al Islam, el cual probablemente no tiene paralelo en otra
publicación de esta naturaleza. ¡DMI será enriquecedor para aquellos que aspiran servir al Señor en medio de
nuestros amigos musulmanes, como también traerá profundidad a los que ya servimos en medio de ellos, sea bien en
Amman, Estambul, Karachi, Jakarta, Nueva York o Paris! ¡Quiera Dios usar esta herramienta como un recurso útil
para construir puentes de paz, reconciliación y salvación en Cristo para todos aquellos que nuestro buen Señor ya
tiene preparados para Su Reino entre los seguidores del Islam!
Allan E. Matamoros
Presidente Comité Ejecutivo Visión 5:9
Director de Campos de COMIBAM Internacional
Director para Medio Oriente y Norte
de Africa PARTNERS International
Por los últimos 20 años en mi propia experiencia trabajando en este contexto, el leer este libro me ha animado al ver
como el testimonio y trabajo de algunos, pueden dar ejemplo para ayudarnos a ser mas efectivos en nuestra tarea. El
poder conocer la cultura, ver la experiencia y efectividad del trabajo de aquellos que aman compartir a Jesús de
manera relevante, se que animara a aquellos que creen que la tarea es compleja y con poco fruto.
Victor A. Ibagon
Frontiers Iberoamérica
RESÚMEN
MATERIAL INTRODUCTORIO
Prefacio - Marcos Amado
Introducción al Curso
Guía de Pronunciación del Idioma Árabe
Lista de Palabras Frecuentes
CRISTIANISMO E ISLAM
Lección 7 Barreras que debemos cruzar
Introducción
El Valle De La Decisión
Diez Obstáculos Para Alcanzar A Los Musulmanes
El Camino De La Reconciliación
Selecciones De Conversión
Formas De Cambio
Testigo Discreto
Relación Personal Con Cristo
Símbolos De Conversión
El Mensajero De Dios
¿Israel o Palestina?
Viviendo Como La Familia De Dios
Lección 8 Consideraciones teológicas
Introducción
¿Por Qué Compartimos Las Buenas Nuevas De Jesús a Todas Las Personas, Incluso a Los
Musulmanes?
Divergencias Teológicas
Apologética De Emergencia: Respondiendo A Objeciones Comunes
La Comunicación Del Evangelio Desde Adentro
Una Pregunta Que Debe Ser Respondida
El Islam Y El Cristianismo En La Paternidad De Dios
Compartiendo Nuestra Fe Con Los Musulmanes
Lección 9 Enfoques De alcance
Introducción
Enfoques A La Evangelización De Musulmanes
Samuel Zwemer
¿Por Qué Tan Pocos Frutos?
Lecciones Misioneras De La Historia
Lista De Observación Mundial
Declaraciones Sobre Las Actitudes Cristianas Hacia Los Musulmanes
¿Qué atrae a las mujeres musulmanas hacia cristo?
APÉNDICES
Los 99 Nombres Más Bellos de Dios
Lectura Cronológica Del Corán
Vínculo Con Los Musulmanes
Visita A Una Mezquita
Glosario
BIBLIOGRAFÍA
TEXTOS DESTACADOS
CONCEPTUALES
¿Deben Los Cristianos Usar el Nombre “Alá” en La Traducción Bíblica?
¿Dónde Está Oriente Medio?
La Promesa de Dios Para los Musulmanes
¿Qué Dice La Biblia Acerca de Los Cinco Pilares del Islam?
¿Cómo Ve Usted al Mundo?
El Honor y La Vergüenza
Progresión De La Violencia
La Cosmovisión Representada En La Vida Diaria
Preparados Para Presentar Defensa
El Evangelismo Como Un Proceso
Cuestiones Que Afectan La Percepción Musulmana
Testigo Encarnacional
La Pérdida Constante De Testimonio
Completo En Cristo
Derechos Humanos Islámicos
Unidad, Sumisión y Comunidad
¿Qué Es Un Movimiento de Plantación de Iglesias?
Diez Pasos Para Una Narración
Libre Para Sufrir
Pluralismo Y Diversidad
EVANGELÍSTICOS
La Necesidad Del Momento
El Amor Ágape
Tome La Iniciativa
Sea Usted Mismo
La Fiesta Del Sacrificio
La Oración
Formule Buenas Preguntas
Consejos Para Compartir La Fe Con Un Musulmán
Más Sugerencias Para Compartir La Fe Cristiana
Compartiendo Lo Que Dios Ha Hecho Por Ti
Los Musulmanes Que Nos Rodean
Una Biblia En Sus Manos
Sugerencias Para Las Caminatas De Oración
Cómo Motivar A Un Amigo Musulmán A Poner Su Confianza En Jesucristo
ÉTNICOS
¿Dónde Viven Los Musulmanes?
El Mundo de Habla Árabe
Pueblos Asiáticos Del Sur
Los Pueblos Malayos
Los Pueblos Persas-Medos
Los Pueblos Euroasiáticos
Los Pueblos Subsaharianos
El Pueblo Turco
Los Musulmanes De La China
Inmigrantes Europeos
Los Musulmanes en Norteamérica
Movimientos De Musulmanes Hacia Cristo
CITAS
¿Quién fue Muhammad?
Citas
¿Alá es Dios?
Los Valores Divergentes
El Ritmo De Vida Musulmán
Los Supuestos Culturales
Creencias Y Prácticas
Alambre De Púas
¿Quién Es Responsable Por La Salvación del Hombre?
Siguiendo Al Cordero
¿Cómo Puedo Continuar Dando Testimonio de Mi Fe?
¿Qué Es Una Iglesia?
Nuestro Camino Hacia El Corazón Musulmán
Recite Las Escrituras De Memoria
¿Por Qué Orar Por Los Musulmanes?
CORÁN
¿Qué Dice el Corán?
Los Libros Sagrados
¿Qué Está Permitido?
¿Qué Está Prohibido?
¿Que es La yihad?
La Comunidad Musulmana
¿Por Qué Es Necesaria La Baraka?
¿Por Qué Los Musulmanes Dicen “Insha Allah”?
La Muerte De Jesús
La Mujer Ideal
Amor Condicional
Paraíso E Infierno
PERSONALES
La Historia de Rashid
“Tengo Que Pensar en La Eternidad”
Superando El Pasado
Aprendiendo A Perdonar
Yo Lo Ví En Un Sueño
Otra Fuente De Poder
“¿A Qué Pir Sigues Tu?”
¿Quién Puede Alcanzar El Norte De La India?
Las Presiones Del Matrimonio
El Alto Costo De Creer
Amables Y Devotos
Un Dios Que No Está Lejos
Sanidad Para El Alma Y El Cuerpo
Cómo Responder al Analfabetismo Y a La Pobreza
Cómo Llevar A Casa La Nueva Fe En Cristo
Los Medios Alcanzan A Naciones De Acceso Restringido
Testigos Fieles
Una Viuda Musulmana Llega Por Disposición Divina
FEMENINOS
Una Taza de Té
La Hijab
La Familia y Los Hijos
Una Visión de Las Mujeres Occidentales y El Cristianismo
La Protección Del Honor De Las Mujeres
Las Mujeres Y El Poder
A Través De Sus Ojos
Barreras Al Evangelio
Los Derechos De Las Mujeres
Matrimonio Y Divorcio
Cómo Alcanzar A Una Mujer Musulmana
Hospitalidad
MATERIAL INTRODUCTORIO
PREFACIO
Una de las características más sobresalientes de los cristianos evangélicos es el deseo de proclamar las Buenas Nuevas
a todos los pueblos de la tierra. Es por eso que David Bosch, en su excelente libro “Misión Transformadora”, se toma
el trabajo de afirmar que:
“La mi s i ón i ncl uye l a eva ngel i za ci ón como una de s us di mens i ones es enci a l es . La eva ngel i za ci ón es l a procl a ma ci ón de l a s a l va ci ón en
Cri s to a l a s pers ona s que no creen en Él , l l a má ndol a s a l a rrepenti mi ento y a l a convers i ón, a nunci a do el perdón de l os peca dos e
i nvi tá ndol a s a converti rs e en mi embros vi vos de l a comuni da d terrena l de Cri s to y a comenza r una vi da de s ervi ci o a l os demá s en el
poder del Es píri tu Sa nto.”
Ciertamente, la mayoría de los cristianos no tendría ninguna dificultad en relación con esta definición de Bosch.
Empero, las principales diferencias surgen cuando intentamos definir cuál es la mejor forma de poner en práctica el
mandato divino de proclamar la salvación en Cristo, principalmente cuando el enfoque de nuestra proclamación son
los musulmanes.
Durante cerca de 20 años tuve el privilegio de estar involucrado en un ministerio hacia los musulmanes en el
exterior. Entre las muchas experiencias que tuve, una de las más sobresalientes fue vivir, junto con mi familia, en
casas de musulmanes en un país del norte de África. A pesar de ser cristianos, fuimos recibidos como si fuéramos
parte de sus propias familias. Hice buenos amigos y aprendí a colocarme en el lugar de ellos cuando intentaba
analizar los principales acontecimientos relacionados con el pueblo musulmán alrededor del mundo. No obstante,
percibía que cada vez que conversaba con un cristiano en mí país sobre el tema, las reacciones estaban, con mucha
frecuencia, cargadas de animosidad e incomprensión.
Hasta cierto punto esas reacciones son comprensibles, pues somos bombardeados diariamente con noticias
negativas sobre los musulmanes. Eso sucede principalmente a través de los medios de comunicación, pero cuenta con
la ayuda de muchos misioneros, que al das sus informes en conferencias misioneras sobre sus experiencias en tierras
islámicas, tienden a resaltar únicamente los aspectos exóticos y negativos. Encima de eso, parte de la teología que
heredamos contribuye negativamente al aprecio que les tenemos a los descendientes de Ismael. Nos olvidamos que
en la biblia encontramos muchas promesas de parte de Dios para ellos.
Al decir esto no estoy cerrando los ojos hacia la dura realidad de la persecución que los cristianos sufren en muchos
países musulmanes. Yo viví esta realidad. Tampoco estoy negando lo que se ve con mucha frecuencia en los medios
de comunicación: grupos musulmanes radicales atacando los intereses occidentales, produciendo con esto la muerte
de miles de inocentes.
Pero los radicales representan una minoría dentro de los más de mil millones de musulmanes alrededor del mundo.
Si caemos en la generalización, se torna casi imposible hacer un análisis intelectualmente honesto sobre el Islamismo,
y tener como punto de partida en nuestra relación con ellos, un conocimiento objetivo sobre su historia y creencias.
Consecuentemente, pasamos a tener una postura casi bélica en relación a los seguidores de Muhammad. Hasta
nuestro lenguaje, lleno de metáforas militares como “conquistar las tierras musulmanas”, “derribar las murallas del
Islamismo”, etc., denota un posicionamiento que se asemeja mucho más a una estrategia de ataque que a la
estrategia de amor ejemplificada en la vida y palabras de nuestro Señor Jesucristo.
Es por eso que doy gracias a Dios por el lanzamiento en español del libro “Descubriendo el Mundo del Islam”. En
un momento histórico en que seguimos siendo inundados por noticias sobre revueltas, guerras y manifestaciones
masivas en diferentes partes del mundo musulmán, un libro como este llena un gran vacío en nuestra bibliografía
misionera.
Además de haber sido escrito por renombrados especialistas cristianos de diferentes partes del mundo, el libro, sin
dejar de lado las convicciones evangélicas, conduce al lector a mirar a los musulmanes como personas creadas a
imagen y semejanza de Dios, los cuales, a pesar de seguir caminos que no llevan hacia Él, necesitan ser
comprendidos y tratados con respeto, amor y dignidad, y no como enemigos que están al acecho, listos a diezmar a
todo cristiano que se cruce por sus caminos.
Los autores de los diferentes capítulos, basados en las mejores fuentes históricas y académicas, llevan al lector a
hacer un viaje que se inicia con el nacimiento de Muhammad, alrededor del año 570 d.C., y llegando hasta el día de
hoy. En ese proceso vemos cómo un pequeño movimiento, iniciado por un hombre que se decía descendiente de
Ismael, se transformó en una de las principales religiones del mundo contemporáneo. Aprendemos sobre su
desarrollo geográfico, social y político a lo largo de los siglos, sobre sus principales postulados teológicos y somos
alertados sobre las implicaciones de todo eso frente al desafío de presentar a los musulmanes la salvación que hay en
Cristo Jesús.
En resumen: este libro coloca al alcance de todo cristiano una gama riquísima de material con informaciones
preciosas sobre los musulmanes. Estas informaciones llevarán al lector a comprender la extensión del desafío y de la
responsabilidad que tenemos en la tarea de orar y compartir el amor de Cristo a aquellos que creen encontrar, en las
palabras y ejemplo de Muhammad, el camino hacia una vida de fidelidad y sumisión a Dios, y además cómo
compartir ese amor de manera respetuosa, con integridad intelectual y usando los “puentes” que existen entre la
Biblia y el Corán.
Por eso recomiendo a cada cristiano que, al emprender el viaje propuesto por este libro, lo haga con una mente
abierta y en espíritu de oración, pidiéndole a Dios que muestre cuáles son las ideas preconcebidas que tenemos, las
cuales impiden que la misión cristiana hacia los musulmanes sea más efectiva. Si hacemos esto, entenderemos, de
una vez por todas, que nuestra guerra es espiritual, contra las potestades celestiales, y no contra los seguidores de
Muhammad, que así como usted y yo, ellos también precisan escuchar por lo menos una vez que Cristo es el Señor.
Marcos Amado - Director para América Latina - Movimiento de Lausanne
INTRODUCCIÓN AL CURSO
Descubriendo el Mundo del Islam es el título tanto del libro como del curso que utiliza el libro como texto principal.
Esta introducción explica las características del libro, así como las actividades del curso. Si usted lee el libro sin asistir
al curso, esta introducción le permitirá comprender la estructura de cada capítulo (o lección). Además puede disfrutar
de algunas tareas asignadas en el curso y obtener más información de Descubriendo el Mundo del Islam en nuestro
sitio www.encounteringislam.org.
A LOS COORDINADORES
Si usted va a coordinar una clase local en base a nuestro plan de estudio puede recibir una guía para la promoción
del curso y la recepción de sus alumnos. En nuestro sitio encontrará la información necesaria: muestras de materiales
promocionales, asesoramiento en la selección de instructores, planillas y notas de clase, folletos, manuales de
clasificación y otras actividades. Además, están disponibles otros servicios: descuentos en los productos del Proyecto
Caleb, talleres para capacitación de coordinadores, inscripciones a las clases, presentación de tareas, calificaciones y
anuncios de clase, entre otros. El material didáctico en línea también contiene lecciones de audio y video para los
estudiantes que no puedan asistir a todas las sesiones. Por favor visite www.encounteringislam.org/coordinators
A LOS INSTRUCTORES
Al momento de preparar su clase tenga en mente la lección específica que usted desarrollará para poder revisar los
objetivos y la introducción correspondientes, a fin de obtener un panorama general de la clase asignada. Tenga en
cuenta el contenido de las clases anteriores y posteriores para no superponer la enseñanza dada por otro instructor.
En nuestro sitio (www.encounteringislam.org/instructors) encontrará planes de estudio y presentaciones
audiovisuales de cada lección adaptables a su necesidad. No es necesario copiar fielmente el material tal como está
detallado y, porque valoramos su punto de vista, le recomendamos ajustar su presentación para incluir datos y
experiencia propios. De seguro, los estudiantes estarán más interesados en asimilar el tema de la lección en la
experiencia del aprendizaje.
TRABAJOS PRÁCTICOS
Si usted quiere realizar este curso sin asistir a las clases deberá controlar su aprendizaje por sí mismo. Puede verificar
en www.encounteringislam.org si hay dictado de clases cercano a su región, caso contrario puede registrarse en las
clases online. Varias áreas del sitio son gratis y otras requieren un único pago de valor nominal. Para los alumnos
asistentes la tarifa web será una parte del precio del curso regular y su coordinador le dará la clave de acceso, solo
necesaria para la primera visita al sitio.
Los trabajos prácticos del curso Descubriendo el Mundo del Islam incluyen: lecturas, debates y test online,
encuentro con un musulmán, visita a una mezquita y examen final escrito, oral o ambos. Tenga en cuenta que si
usted toma este curso para obtener crédito, debe asegurarse de seguir las directrices de su programa de estudios, pues
éstas sustituyen a las instrucciones para las tareas en el test.
Los trabajos se detallan a continuación.
Tareas de Lectura
Cada conjunto de lecturas apunta a reforzar y ampliar los conocimientos adquiridos en clase, por lo cual deben ser
hechas con anterioridad a la clase respectiva.
Las tareas de lectura se encuentran en cada lección de este libro bajo el título Lecturas de la Lección. Todas las
lecturas no están en el libro y algunas solo están disponibles en el sitio www.encounteringislam.org/readings
Vea en un ejemplo de lecturas para la lección 1. Otras actividades complementarias y enlaces también están
disponibles gratuitamente en este sitio.
Las preguntas con el título Reflexione, el objetivo de la lección y la introducción, le servirán de ayuda para
enfocarse en su aprendizaje a medida que avanza en la lectura de cada lección. Si usted no dispone del tiempo
suficiente, la lectura de estas tres partes antes de cada clase lo ayudará a participar y aprender de la lección. Algunas
lecturas generarán polémica, incluidas con el único propósito de estimular el pensamiento y no para forzar
precisamente que el alumno concuerde con lo expresado. Cada conjunto de lecturas se divide en tres partes:
Lecturas claves: conforman aproximadamente veinte páginas por lección y se hallan ubicadas después de la
introducción. Recomendadas en extremo para los asistentes al curso. Estas lecturas darán comprensión de los puntos
claves de cada lección.
Lecturas básicas: contenidas aproximadamente en treinta y cinco páginas por lección y ubicadas a
continuación de las lecturas claves. Altamente recomendadas para la mayoría de los estudiantes. Estas lecturas
brindan una comprensión general del tema de la lección. Todo aspirante a obtener el certificado del Proyecto Caleb
deberá leer obligatoriamente tanto las lecturas claves como las básicas.
Alumnos: para obtener certificado de finalización o crédito educativo académico y poder continuar con los
estudios, los alumnos serán evaluados en sus respuestas a las discusiones en el foro online, cuestionarios y examen
final.
Coordinadores: para cumplir con los requisitos de su institución académica según el plan de estudios, y obtener
créditos académicos, los coordinadores podrán asignar lecturas adicionales a los estudiantes.
EL SITIO DE APOYO
El Proyecto Caleb tiene un sitio de acompañamiento para este libro con múltiples recursos disponibles: lecturas
complementarias, actividades de aprendizaje, software educacional para completar las tareas, herramientas para
promover un curso y otras ayudas para estudiantes, instructores y coordinadores. Visítenos en
www.encounteringislam.org, previo registro. Después de la inscripción inicial, usted podrá adoptar su propia ruta y
explorar áreas de interés en el orden deseado.
Cuestionarios online
Hay cuatro cuestionarios online que podrán serle asignados por el coordinador de su curso. Estas pruebas están
diseñadas para realizarse a libro abierto. Sus respuestas deberían mostrar que usted ha pensado cada pregunta, y
que redujo sus respuestas a los puntos más sobresalientes. Cerciórese de responder completamente las consignas. Si le
piden citar dos ejemplos, asegúrese de incluirlos. La clave para responder estos cuestionarios es leer y pensar cada
pregunta antes de contestarlas. Las respuestas no deberían ser largas; unas pocas oraciones o un corto párrafo es
suficiente. Cada cuestionario cubre una sección del curso, o tres lecciones. A menos que en su plan de estudios se
especifique lo contrario, las fechas de entrega de cada cuestionario son las siguientes:
CUES TIONARIO 1 – antes de la clase correspondiente a la lección 4.
CUES TIONARIO 2 – antes de la clase correspondiente a la lección 7.
CUES TIONARIO 3 – antes de la clase correspondiente a la lección 10.
CUES TIONARIO 4 – una semana después de la clase correspondiente a la lección 12.
EXAMEN FINAL
Para completar el curso Descubriendo el Mundo del Islam hay diferentes tipos de examen final. Como requisito
básico para todos los estudiantes que desean obtener su certificado de finalización de Proyecto Caleb es obligatorio el
desarrollo de un informe oral a la clase o al coordinador durante la lección 11 (“Nuestra respuesta al Islam”). A los
estudiantes que pretenden créditos académicos se les requerirá un examen final, un trabajo o ambos, en función de
su plan de estudios. A continuación se detallan las directrices específicas para los exámenes orales y trabajos.
Informe oral
Tanto para un breve informe a la clase como para una presentación al coordinador es preciso analizar de qué manera
integrará su aprendizaje y experiencias en sus valores, actitudes y comportamiento. Enuncie cómo incorporará los
nuevos conocimientos en la percepción de su cosmovisión y estilo de vida.
El formato de la reunión con el coordinador es el de una conversación informal. El coordinador examinará el diario
de reuniones con su amigo musulmán, las impresiones de las visitas al campo de estudio, las lecturas de clase y los
cuestionarios. El alumno debe prepararse para dar una evaluación de su crecimiento personal a lo largo del curso. La
preparación de esta tarea es importante. Como es el caso de un examen escrito, la calificación reflejará su nivel de
cumplimiento de los objetivos declarados en esta tarea:
1. Antes de la cita con el coordinador revise el cambio de valores, creencias, actitudes y comportamiento hacia los
musulmanes como resultado del presente curso. Enumere las preguntas que tenga para hacerle al coordinador
quien podrá aconsejarlo en maneras diferentes en su aplicación de lo aprendido acerca del Islam.
2. Formule y explique el plan personal que ha elaborado para comunicar el evangelio a un musulmán. Este deberá
incluir ejemplos prácticos del uso de sus dones espirituales, talentos y vida de oración.
Trabajo final
Para obtener crédito es probable que usted tenga que escribir un artículo. También puede solicitársele un breve
resumen oral frente a su clase o una presentación más detallada con el coordinador. A menos que su plan de estudios
indique alguna especificación extra, el trabajo final es la redacción de un plan de ministerio de 10 a 15 páginas.
El escrito debe mostrar el logro de los objetivos del curso y la descripción de un plan de ministerio personal para
comunicar el evangelio a los musulmanes. Revise el cambio de valores, creencias, actitudes y comportamiento hacia
los musulmanes como resultado del presente curso. Incluya ejemplos prácticos del uso de sus dones espirituales,
talentos y vida de oración para comunicar el evangelio en el mundo musulmán.
Luego de la entrega del artículo convenga una cita con el coordinador para defender su trabajo en una
conversación informal. Prepárese para dar una evaluación de su crecimiento personal durante el curso, y cómo
planea integrar su nuevo conocimiento y percepciones dentro de su cosmovisión y estilo de vida.
En el caso de presentarse a un examen escrito, la nota obtenida reflejará el nivel de superación y cumplimiento de
los objetivos. Durante el debate el coordinador puede hacerle preguntas basadas en el diario de reuniones con su
amigo musulmán, las impresiones de las visitas al campo de estudio, las lecturas de clase y los cuestionarios. Antes de
la cita enumere las preguntas que tenga para hacerle al coordinador quien podrá darle diferentes consejos aplicables
a su aprendizaje del Islam.
ÍCONOS DE NAVEGACIÓN
Los íconos se utilizan en todo el libro para guiar su aprendizaje. Algunos se refieren a niveles de lectura y brindan
orientación para detener la lectura o para seguir avanzando más tarde. Otros íconos identifican temas destacados de
la lección. A continuación se detalla cada uno de ellos.
ÍCONOS DE LECTURA
Lecturas Claves: altamente recomendada a todos los alumnos.
Lecturas Básicas: aportan profundidad a las Lecturas Claves y son recomendadas a todos los alumnos.
ÍCONOS DESTACADOS
Importante concepto bíblico o cultural.
Historia que permite conocer la vida de los musulmanes y el trasfondo de sus creencias.
GLOSARIO
A lo largo del libro las palabras escritas en cursiva indican su aparición en el glosario donde encontrará las
definiciones de cada término. Además, hay una la lista de palabras frecuentes, pero éstas no se identifican en cursiva.
Probablemente, si usted descubre una palabra o concepto desconocido podrá localizarlo en el glosario. Hay varias
referencias cruzadas que pueden ayudarlo.
GUÍA DE PRONUNCIACIÓN DEL IDIOMA ÁRABE
Este curso utiliza una guía simplificada para la pronunciación de términos árabes. En el glosario y entre paréntesis se
encuentra la pronunciación después de la transliteración al español de cada palabra con su definición. Haga un
esfuerzo para aprender la pronunciación de las palabras más comunes.1
DIACRÍTICAS
El ayn (‘) es una constricción en la parte posterior de la garganta, por ejemplo Ka‘aba.
El hamza (’) produce un cierre glótico o captura, por ejemplo en inglés escocés, reemplazando la t, como en “bi´er”
(en “bitter”), o “Sco´ish” (en “Scottish” – escocés).
El alif (’) es una excepción de hamza que extiende el sonido, por ejemplo Corán (“Qur’an” [kohr-aahn]).
1 la lista de palabras fre cue nte s
LISTA DE PALABRAS FRECUENTES
Abu Bakr: primer hombre convertido, patrocinador de Muhammad; primer califa.
Agar: la madre de Ismael.
Aisha: esposa preferida de Muhammad (tercera).
Ali: primo de Muhammad, sucesor (chiíes).
Alá: Dios (árabe).
Allahu Akbar: “Alá es el más grande”.
Amuleto: encanto, talismán.
Animismo: creencia de que la creación está llena de espíritus; culto a los espíritus.
Árabe: lengua semítica, el idioma del Corán.
Árabes: hablantes nativos del idioma árabe.
Arabia: península al sudoeste asiático.
Aya: verso de una sura del Corán.
Ayatolá: señal de Alá; título honorífico para un experto en jurisprudencia de alto rango del chiísmo.
Hadiz, hadiz: tradiciones; colección de la literatura que interpreta el Islam; dichos del Profeta.
Hajj: peregrinación (a la Meca), quinto pilar.
Halal: permitido, legal.
Hanif: monoteísmo árabe pre islámico.
Haram: prohibido, ilegal.
Hasan: hijo mayor de Ali, nieto de Muhammad.
Hégira: emigración musulmana (de la Meca a Yathrib [Medina]).
Hombre de paz: líder de la comunidad que acoge el testimonio cristiano (Lucas 10:5-9).
Husayn, Husain, Hussein: hijo de Ali, nieto de Muhammad; los chiíes lloran su muerte.
Kaaba: casa santa en la Meca donde se encuentra la piedra negra santa; centro del Islam.
Khadija: primera esposa de Muhammad.
Kafir: ingrato, no creyente, infiel.
Nestoriana: doctrina que cree que Cristo tenía dos naturalezas distintas: una divina, otra humana.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
Cómo Empezó el Islam
BÁSICAS El Cristianismo y Los Inicios del Islam
INTRODUCCIÓN
La humanidad, constituida universalmente por criaturas caídas, viene equipada con su bagaje cultural, o sea, el
conjunto de prejuicios o lentes a través de los cuales mira el mundo. Utilizamos estas lentes para editar, interpretar y
evaluar lo experimentado. Generalmente, esta “mirada cultural” es imperceptible a menos que sea confrontada con
una persona de un diferente contexto cultural.
Por lo tanto, y para entender el Islam, necesitamos usar una lente diferente cuya óptica mostrará una mayor
comprensión, apreciación e incluso empatía por el mundo musulmán. Ciertos conceptos incorrectamente recibidos
serán corregidos y la propia red de interpretación se expandirá. ¿Significa que vamos a estar de acuerdo o aceptar
todo lo expuesto? No, porque ese no es el objetivo del presente estudio.
Descubriendo el Mundo del Islam no solo ha sido diseñado para desarrollar una interpretación correcta respecto de
los puntos de vista islámicos, sino también para ayudar a generar relaciones profundas y duraderas con los
musulmanes. Hay muchas cosas de este pueblo y su religión que pueden ocasionar alertas, pero el enfoque en un
entendimiento mutuo y las relaciones amistosas deben hacer énfasis en escuchar y aprender.
NOTAS FINALES
1 De Sahih Bukhari, The Collection of Hadith, narrado por Aisha; trad. M. Muhsin Khan; vol. 1, libro 1, núme ro 3. Aisha fue la e sposa favorita de
Muhammad e n su ve je z.
CÓMO EMPEZÓ EL ISLAM
por William M. Miller
Es esencial que los cristianos que testifican de Cristo, oran sabiamente o trabajan entre los musulmanes, entiendan
claramente quién fue Muhammad, y cuáles fueron sus enseñanzas. A pesar de la gran variedad de excelentes libros
escritos por eruditos cristianos acerca de la historia y enseñanzas del Islam, pareciera que algunos cristianos aún
tienen una idea vaga de las doctrinas y prácticas sobre las cuales se estableció este sistema político religioso. En el
presente artículo se narra brevemente la historia más interesante del profeta de Arabia, que fuera contada por los
primeros historiadores musulmanes. Haremos un esfuerzo sincero para decir “la verdad en amor” (Ef. 4.15). Sin
embargo el registro de la vida de Muhammad no tiene una completa precisión histórica, pues las fuentes disponibles
provienen en gran parte de las tradiciones, algunas de las cuales se originaron mucho después de la muerte del
profeta. El fundamento más confiable es el Corán. Los hechos mencionados en las siguientes páginas son aquellos en
los cuales la mayoría de los escritores musulmanes y no musulmanes coinciden.
LA JUVENTUD DE MUHAMMAD
Abd Allah, el padre de Muhammad, murió en la Meca antes del nacimiento de su hijo, aproximadamente en 570
d.C. Amina, su madre, falleció cuando el niño tenía seis años de edad, por lo cual siendo huérfano fue confiado al
cuidado de su abuelo. El anciano murió poco tiempo después y Muhammad fue a vivir con su amable tío Abu Talib.
La familia de Muhammad pertenecía a una tribu muy poderosa, llamada Quraysh, responsable de la Kaaba. A
pesar de ser una persona influyente, Abu Talib era pobre por lo que se cree que durante algún tiempo Muhammad
estuvo a su servicio como pastor en el desierto, y también que a los doce años acompañó a su tío en una caravana
comercial a Siria.
EL MATRIMONIO
El joven Muhammad llegó a convertirse en un hombre capaz y de buen carácter. Cuando tenía veinticinco años una
viuda rica de la Meca, llamada Khadija, lo contrató para conducir su caravana a Siria. Tan exitoso resultó el negocio
que al regreso de Muhammad, Khadija le hizo una oferta de matrimonio la cual fue aceptada. La mujer de cuarenta
años no solo brindó amor y riquezas al joven, sino también una posición influyente en la sociedad de la Meca. De
esta unión nacieron dos varones y cuatro mujeres, pero los dos niños murieron en la infancia. Hasta la muerte de
Khadija, veinticinco años más tarde, él no tomaría otra esposa.
Durante estos años Muhammad se asoció con el jefe de la Meca y consiguió suficiente información de la situación
religiosa y política del país. Khadija era pariente de uno de los hanifs convertidos al Cristianismo y probablemente
Muhammad discutió con él y otros hanifs los problemas de Arabia. Él sabía que tanto judíos como cristianos
adoraban a Alá y no a las imágenes. Si bien la adoración continuaba realizándose en la Kaaba, es posible que
Muhammad comenzara a percibir que las estatuas de la casa de Alá no eran dioses.
INFLUENCIA CRECIENTE
Por los datos históricos de la vida de Muhammad parece clara su búsqueda sincera de Dios. Sin embargo nos
preguntamos por qué si disponía del tiempo libre y del dinero suficiente no procuró viajar a Nejran, Siria o Etiopía
para inquirir de los eruditos cristianos las enseñanzas acerca de Dios en las Escrituras. Al parecer Muhammad nunca
hizo un esfuerzo serio para aprender las Escrituras, a pesar de que él sabía que estaban en manos de los judíos y los
cristianos y que luego certificaría como verdaderas. Evidentemente Muhammad recibió reportes del contenido
bíblico de fuentes incorrectas lo que determinó que hasta el final de su vida nunca aprendió el verdadero evangelio.
¿Acaso fueron las amargas disputas entre los miembros de las diferentes ramas de la iglesia un impedimento para
llegar a los maestros cristianos? ¿O el orgullo étnico de pertenecer a la raza árabe de la Meca lo incomodaba para
buscar orientación entre las minorías judías y cristianas? La realidad es que, sin importar cuál haya sido la causa por
la cual Muhammad perdió la senda a Dios, no buscó ayuda espiritual en las personas calificadas que lo guiaran a
Cristo, el camino al Padre.
En 717 Uma r a l -Azi z l l egó a l poder y l os cri s ti a nos de Nejra n l e ma ni fes ta ron el pel i gro de extermi ni o a l que es ta ba n expues tos … Que
debi do a l a s conti nua s i ncurs i ones á ra bes el l os pa decía n oneros a s s obreca rga s en l os i mpues tos pa ra a ba s tecer ta l es a va nces , y que
s ufría n un tra to i njus to por pa rte del goberna dor. Por órdenes de Oma r s e rea l i zó un cens o que revel ó que el grupo s e ha bía reduci do a
una déci ma pa rte del número ori gi na l (Ba l a dhuri [d. 892], tra d. por Hi tti ).
Muhammad en Asia y Carlomagno en Occidente fueron dos hombres que podrían haber cambiado de manera
dramática y decidida la historia del mundo, mejor que nadie en los segundos quinientos años de la era cristiana (500-
1000). Muhammad simboliza la derrota del Cristianismo en Asia y Carlomagno denota el triunfo en Occidente. En la
historia de la Iglesia, la derrota nunca es final ni el triunfo es completo, pero para el Cristianismo asiático, la pérdida
del Medio Oriente en manos del Islam fue más que la pérdida de su hogar y de su lugar de origen. Esta avanzada
marcó el freno inicial a la expansión cristiana en los primeros 600 años de la historia de la Iglesia.
La conquista musulmana de mediados del séptimo siglo, que terminó abruptamente con la era persa de la historia
de la iglesia asiática, no señaló el fin del Cristianismo persa. Fue una época de agitación en los imperios, pero la
Iglesia no fue derribada en medio del caos de la persecución religiosa y la masacre con la que popularmente se las
asocia. Al contrario, existe evidencia considerable para decir que los nestorianos persas le dieron la bienvenida a los
árabes como libertadores de la opresión zoroastriana, y que los conquistadores árabes en cambio entendieron que era
más ventajoso segregar y utilizar a los cristianos antes que exterminarlos. La metáfora inolvidable de Gibbon
presentando a los cristianos enfrente de “Muhammad con la espada en una mano y el Corán [Qur’an] en la otra” es
doblemente engañosa. Para Muhammad el Libro Sagrado era la Biblia, el Corán apareció recién después de su
muerte. Una mejor metáfora que la de la espada hace alusión a una red, refiriéndose a las relaciones entre
musulmanes y cristianos. Ilustra que luego de la conquista los cristianos se encontraron atrapados en la red del Islam,
pero no solía ser bajo su espada. Aunque la red no siempre era cómoda, al menos era más segura que la espada.
En la historia de los nestorianos, escrita probablemente a principios del siglo IX, el desconocido autor de la “Crónica
de Seert” describe en términos muy positivos la reacción perso-cristiana frente a los vencedores. Ni los cristianos ni los
judíos estaban obligados a renunciar a su religión y si bien padecieron impuestos demasiado elevados, en general no
sufrieron maltratos violentos. El cronista cristiano dice: “Los árabes han tratado a los cristianos con generosidad, y,
por la gracia de Dios (alabado sea), la prosperidad reinó y el corazón de los cristianos se alegró bajo el dominio de los
árabes. Que Dios lo afirme y lo haga triunfante”.1
Otra tradición sugiere que un primo de la primera esposa del profeta era cristiano. Su nombre era Waragah ibn
Naufal, la persona más informada acerca del Cristianismo, en el entorno de los conocidos de Muhammad. Se lo
describe como “hanif”, un término que define a uno que se había convertido por descontento con el paganismo y era
atraído por vagas ideas monoteístas.7 Algunos dicen que Waragah ibn Naufal se convirtió en un cristiano antes de su
muerte,8 pero la familia de Muhammad, el Hashim, que pertenecía a la tribu quraysh, tenía intereses creados en el
paganismo. Su bisabuelo, Hashim, había ganado para los quraysh el derecho de proporcionar alimentos y agua para
los peregrinos de la Kaaba, la casa santa en la Meca. Más tarde la tradición musulmana identificaría a ese como el
lugar donde el ángel se le apareció a Agar en el desierto para salvar al padre de los árabes, el niño Ismael (Ismail; cf.
Gn. 21:15-20). No obstante, cuando nació Muhammad, la casa santa todavía estaba llena de ídolos. Los elementos
más sagrados eran la santa piedra negra, que según algunas tradiciones había bajado del paraíso, y la estatua
moabita de Hubal, jefe de muchos dioses de la Meca.
Muhammad fue un líder improbable. Pertenecía a una familia pobre y decadente en poder. Su padre murió antes
de que él naciera y, de acuerdo a la costumbre árabe, no podía heredar los bienes paternos. Fue criado por un tío, jefe
de la familia de Hashim. Pero su suerte comenzó a cambiar a los veinticinco años. Se casó con una viuda rica quince
años mayor que él y alcanzó una vida más tranquila que le permitió entrar en un período de meditación y
experiencias místicas. Alrededor del año 610, Muhammad tenía cuarenta y cuatro años, y mientras una triunfante
Persia hacía retroceder a los ejércitos de Constantinopla a través de Odesa, Antioquía y el Mediterráneo, las
meditaciones empezaron a ser interrumpidas por visiones y voces que Muhammad asumió como el llamado de Dios
para ser su mensajero.9
EL CRISTIANISMO Y EL CORÁN
Para encontrar la más auténtica referencia de las actitudes primitivas musulmanas, debemos remitirnos en primer
lugar al Corán.18 Las 114 suras o capítulos del Corán no aparecieron por escrito en forma compilada, sino hasta
después de la muerte de Muhammad. Fueron reunidas y editadas por su secretario durante los mandatos de los
sucesores del profeta. En el período del califa Umar se intentó producir una colección inicial, pero la versión canónica
fue formulada en la época del califa Uthman (644–656). La fecha de varias visiones y profecías es muy discutible y a
menudo los académicos no concuerdan al respecto de cuáles suras se remontan a los primeros tiempos de
Muhammad en la Meca y cuáles proceden del período posterior en Medina. Sin embargo, aceptando cierto cambio
gradual en la comprensión de la fe cristiana que tenía Muhammad, y juzgando las cosas por el Corán en su
conjunto, se puede decir que resulta sorprendente la tolerancia que el profeta tuvo con el Cristianismo, y asombroso
el desconocimiento de su doctrina.
LA NECESIDAD DEL MOMENTO
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas. (Mt.
9:36)
La mayoría de los musulmanes hoy día no han
experimentado la compasión de Cristo a través de
actitudes de amistad y servicio por parte de los
cristianos. La necesidad del momento es que los
creyentes se relacionen con los musulmanes con
compasión. Un primer paso sería mostrar amistad.
Hágase amigo de un compañero musulmán o salude a
los musulmanes de su vecindad. ¿Cómo podemos hacer
eso? Jesucristo nos muestra el camino.
Jesús tomó la iniciativa, exhibiendo compasión y
servicio. Él dejó el cielo para convivir y servir a la
humanidad (vea Fil 2:5-11). Motivado por su compasión
hacia nosotros, Dios tomó la iniciativa y vino a nosotros
con un mensaje de amor, esperanza y salvación.
Así como Jesús tuvo compasión de los hombres y las
mujeres, Dios nos concede compasión como motivación
para que nos identifiquemos, ofrezcamos ayuda y
mostremos misericordia a los demás, compartiendo sus
sufrimientos. Pidamos a Dios que nos conceda su
actitud de amor y servicio, para que podamos alcanzar a
los musulmanes que Él coloca a nuestro alrededor.
Fuente: Fouad Masri, www.crescentproject.org (Sitio
en ingéls. Acceso en 3/7/2013).
NOTAS FINALES
1 Histoire Ne storie nne (Chronicle of Se e rt), A. Sche r, e d., e n PO t. 13, fasc. 4, núme ro 65, p. 581f. La fe cha de Chronicle of Se e rt e s incie rta,
pe ro hay e vide ncia inte rna que la sugie re de spué s de 828 ó 1228 d.C.
2 De l lado cristiano, e l tratado me ncionado e n de talle por Chronicle of Se e rt (p. 601ff.) e xtie nde sus disposicione s a todas las se ctas
cristianas. Mari Ibn Sule iman, historiador ne storiano de l siglo XII da una ve rsión dife re nte que atribuye e l pacto a una re unión dire cta
e ntre Muhammad (ante s de su mue rte e n 632 d.C.) y e l patriarca ne storiano Ye shuyab II (628–643 d.C.). Citado por L. E. Browne , The
Eclipse of Christianity in Asia from the Time of Muhammad till the Fourte e nth Ce ntury (Cambridge : Cambridge Unive rsity Pre ss, 1933), p.
41. De l lado árabe , las re fe re ncias al tratado se e ncue ntran e n Baladhuri, de un pe rsa de l siglo XIX (Kitab al-farq bain al-firaq, P. K. Hitti,
trad. [Cairo, 1924]). Se is copias de l “Cove nant of the Prophe t” todavía e stán pre se rvadas e n St. Cathe rine ’s Monaste ry al pie de l monte
Sinaí. Citado por A. S. Atiya, A History of Easte rn Christianity (London: Me thue n, 1968), p. 268.
3 Hay muchas re fe re ncias a los cristianos de Ne jran e n las prime ras biografías de Muhammad, e spe cialme nte e n Ibn-Ishaq (707–773), Sirat
Rasul Allah (como e ditado por Ibn-Hisham e n e l siglo XIX), trad. por A. Guillaume as The Life of Muhammad (Oxford: Oxford Unive rsity
Pre ss, 1955), p. 14ff. Ve r come ntarios de Guillaume , pág. xviii, tambié n la larga cue nta de Ibn-Ishaq, la de le gación cristiana de Ne jran a
Muhammad e n Me dina, probable me nte basada e n sus me morias finale s, p. 270ff.
4 Re cié n 125 años de spué s de la mue rte de Muhammad come nzaron a apare ce r las prime ras cole ccione s de la tradición histórica de su vida.
5 Ibíd., pp.79–81. Ibn-Ishaq’s e s la prime ra y mayor biografía de l profe ta, bie n docume ntada e n e l pe ríodo de spué s de la hé gira de 622 d.C.,
pe ro no crítica de los años ante riore s. Los historiadore s musulmane s usaban le ye ndas para indicar e l re conocimie nto de la santidad de
Muhammad de parte de los cristianos. A su ve z los cristianos se re fe rían a e sto como una prue ba de que las e nse ñanzas cristianas fue ron
la fue nte de inspiración de l profe ta.
6 Ibíd, p. 180. Estas prime ras historias constituye n las se ccione s no críticas de la biografía, a principios de l pe ríodo e n la Me ca.
7 R. Be ll, The Origin of Islam in Its Christian Environme nt (London: Cass, 1926; re print, 1968), p. 57f.
8 K. Cragg, Muhammad and the Christian (Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1984), p. 18.
9 Ve r ace rca de sus visione s e n e l Corán, sura 53.1–18.
10 “Los e xtraordinarios e ve ntos de l siglo XVII re virtie ron comple tame nte e l rol de los árabe s. De pue blo pe ninsular que jugó un pape l
marginal y subordinado e n la historia, se de sarrolló e n una raza impe rial e n progre sión para pone r fin al inte rre gno indo-e urope o e n e l
Orie nte Próximo, re ponie ndo la pre se ncia política se mita e n la re gión, y lle vando e l factor político se mita hacia e l mundo me die val por la
fundación de l e stado unive rsal”; Irfan Shahid, e n P. M. Holt, e t al., e ds., The Cambridge History of Islam, vol. 1 (Cambridge : Cambridge
Unive rsity Pre ss, 1970), p. 25f.
11 Ibn-Ishaq, pp. 112–231.
12 Madinat al-Nabi, i.e ., “City of the Prophe t”.
13. A.H. (Anno He girae ) El prime ro corre sponde a 622 d.C. En la re lación de los cale ndarios coránico y occide ntal y la de te rminación de las
fe chas ve r E. J. Brill, First Encyclope dia of Islam, “Hidjra (Hijra)” (Le ide n, 1987).
14. “Los judíos tie ne n su re ligión y los musulmane s la suya. Cada uno de be ayudar al otro contra cualquie r ataque al pue blo de e ste
docume nto” Ibn-Ishaq, p. 233.
15. Ibíd., pp. 239–270.
16. El me jor análisis de e ste pe ríodo corre sponde a W. M. Watt, Muhammad at Me dina (Oxford: Clare ndon, 1956). Yo sigo su inte rpre tación.
17 Ve r los núme ros y análisis e n Watt, pp. 204–220. Tambié n Ibn-Ishaq, pp. 239–247.
18 Se gún notas de Goldzihe r, e n e l de sarrollo poste rior de l Islam “la sunna [tradición] se e rige e n jue z sobre e l Corán [Qur ’a n] y no e l Corán
como e l jue z de la sunna”. I. Goldzihe r, Mohamme danische Suidie n, vol. 2 (Halle : Nie me ye r, 1889), p. 19.
19. Ve r discusión de Be ll ace rca de la influe ncia de los cristianos y los judíos sobre Muhammad, p. 100ff.
20. Browne , p. 14. Los historiadore s dudan de l grado de conocimie nto de Muhammad. Él te nía se cre tarios, una de sus e sposas (Hafsa) podría
habe r oído y e scrito lo e scuchado y otras dos podrían habe r le ído, pe ro no e scrito.
21. Se de sconoce la fe cha de la prime ra traducción de los e vange lios al árabe . Una tradición re pe tida por Bar He brae us (Abu’l Faraj) e n e l
siglo XIII re lata que un príncipe árabe orde nó “a un monofisita llamado Juan” hace r una traducción alre de dor de l año 635 d.C., pe ro los
fragme ntos más antiguos no pue de n se r fe chados ante s de l siglo XIX. Ve r B. Spule r, The Muslim World, pt. I (Le ide n: Brill, 1960), p. 26,
núme ro 1. Las e nse ñanzas adquiridas dire ctame nte por Muhammad ace rca las Escrituras cristianas de bie ron habe rle lle gado por me dio
de la comunicación oral. Ve r Brill, First Encyclope dia of Islam (Le ide n, 1987), pp. 1913–1936ff e n Inyil (o Indjil, e vange lio). El Inyil e n e l Corán
se re fie re básicame nte a la re ve lación divina dada a Je sús, y e n se gundo té rmino a las Escrituras cristianas.
22. Spule r, p. 117.
23. Las re fe re ncias de l Corán son de la traducción de A. Yusuf Ali, The Me aning of the Glorious Quran: Te xt [e n árabe ], Translation [e n inglé s],
and Comme ntary (Cairo, Be irut y Lahore , 1938ff.), e l trabajo de un musulmán comprome tido. Para ace rtadas e xpre sione s e n inglé s
comparar A. J. Arbe rry e n Oxford’s the World’s Classics se rie s, The Koran Inte rpre te d (Oxford, London, Ne w York: Oxford Unive rsity Pre ss,
1964). La nume ración de los ve rsículos varía e n otras traduccione s.
24. Ve r e spe cialme nte los e ve ntos re lacionados con Je sús e n las suras 3, 5 y 19. Ve r e n particular las suras 2.87, 253; 4.157–159, 171; 9.30–31;
43.57–65; 57.26–27 y 61.6. Para conside racione s más amplias de Je sús e n e l Corán ve r G. Parrinde r, Je sus in the Qur ’a n (Ne w York: She ldon,
1965); S. M. Zwe me r, The Mosle m Christ, An Essay on the Life , Characte r, and Te achings of Je sus Christ According to the Koran and
Orthodox Tradition (Ne w York: Ame rican Tract Socie ty, 1912); Cragg, pp. 100–120.
25. Los come ntaristas musulmane s no han sido hábile s e n corre lacionar la afirmación de la sura 4.157 que me nciona que Je sús no murió, con
la sura 3.55 donde Dios de clara “lo haré morir ” (e n traducción lite ral). Las traduccione s musulmanas suavizan e sta e xpre sión e n inglé s
dicie ndo: “Yo te lle varé .”
26. W. Muir, The Life of Mohamme d (Edinburgh: Grant, 1923), p. xxff.
27. Entre otros, T. P. Hughe s e n “A Dictionary of Islam” (Lahore : Pre mie r Book House , 1885; re impre so e n 1964), cue stiona que e l Corán nunca
disputa la ve rdade ra inspiración de l te xto de l Nue vo Te stame nto, sino solo se re fie re a la distorsión de los cristianos e n cuanto a su le ctura.
Ve r artículo e n “Inyil”.
28. Holt, e t al., e ds., The Cambridge History of Islam, vol. 1, pp. 33–35. Ve r tambié n Be ll, p. 12ff.
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. Considere las enseñanzas que ha adquirido acerca de Muhammad. ¿Cuáles de ellas han aumentado su
comprensión de Muhammad y de musulmanes? ¿Ha cambiado su respeto por él?
2. Reflexione acerca del Cristianismo en los tiempos de Muhammad. ¿Qué tipo de interacción tuvo Muhammad con
los judíos, los cristianos y sus libros sagrados? ¿Qué impresión causaron en Muhammad? ¿Por qué?
3. ¿Qué implicancias tienen estas enseñanzas para los cristianos contemporáneos?
APRENDE MÁS
Leer Karen Armstrong, Muhammad: A Biography of the Prophet (New York, Harper Collins, 1992).
Ver The Message: The Story of Islam, protagonizada por Anthony Quinn (Anchor Bay Entertainment, 1976).
Orar Orar por los grupos de personas no alcanzadas usando tarjetas de oración de los pueblos musulmanes. Vaya a
www.encounteringislam.org/resources para descargar su conjunto gratuito.
Pedir una copia gratis del Corán por Internet.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 2
EXPANSIÓN DEL ISLAM
REFLEXIONE
• ¿Qué beneficios trajeron los musulmanes en las culturas en las cuales se expandió?
• ¿Por qué razones históricas las personas han sido atraídas al Islam?
• ¿Cómo se ha beneficiado el mundo con las contribuciones de los musulmanes a la civilización global?
• ¿De qué manera los conflictos actuales acarrean la influencia de confrontaciones pasadas entre las sociedades de
musulmanes y cristianos?
PUNTOS CLAVE
1. Una perspectiva musulmana sobre la expansión del islam.
2. Inicialmente, la gobernabilidad musulmana se expande rápidamente.
3. La influencia musulmana posterior se expande a través del comercio y el logro cultural.
4. La creencia en el islam crece más gradualmente.
5. Los imperios musulmanes a menudo absorben a otros pueblos sin requerir la conversión al islam.
6. Una perspectiva musulmana sobre el efecto duradero de las Cruzadas en nuestro mundo.
7. Nuestro objetivo es el Reino de Dios y no los reinos terrenales, aunque los llamemos Cristiandad.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
Breve Historia de La Civilización Musulmana
La Difusión y el Desarrollo del Islam
BÁSICAS El Islam y el Progreso del Conocimiento
INTRODUCCIÓN
Cien años después de la muerte de Muhammad los musulmanes gobernaban la franja comprendida entre
España y Afganistán. Nos preguntamos por qué el Islam se expandió tan rápidamente y cómo serían estas
sociedades islámicas. Muchas veces la historia es enseñada con demasiado énfasis en la conquista. A menudo el
liderazgo político y económico de los musulmanes, además de sus progresos en la ciencia, la tecnología, el derecho y
el arte, son despreciados. Recuerdo que mi libro de Historia en la escuela secundaria comparaba el avance de las
fuerzas musulmanas en España y Francia con el saqueo y quema de Roma a manos de los godos.
En ese momento como estudiante no se me ocurrió preguntar qué estaban enseñándome. Tampoco me he detenido
a pensar quién estaba preservando el saber de los griegos para el “redescubrimiento” en tiempos del Renacimiento o
por qué Colón se sintió motivado a buscar una nueva ruta a la India y la China. Nunca aprendí acerca de las vastas
civilizaciones islámicas de África y Asia incluyendo los imperios de Delhi, Hausa, Suanusiya, Turkestán o Yunnan.
Recién hasta que conocí África oriental, y más tarde estudié en Turquía pude descubrir las omisiones de mi
educación.
Al igual que otros estudiantes, cada vez que observaba que el Islam había sido “difundido por la espada” suponía
que las subyugaciones musulmanas habían sido extremadamente sangrientas, y mayor aún la destrucción
provocada. Es cierto que al principio las conquistas se consumaron con las guerras o “yihad”, así llamadas por los
propios musulmanes, pero en comparación con las Cruzadas y las invasiones mongolas ellos se mostraron benignos.
Si los generales trataban brutalmente a los cristianos y a los judíos eran exiliados por el califa. Numerosos ejércitos
musulmanes no mataban a los paganos, pero poco a poco los convertían mediante la presión económica y política
que ejercían sobre ellos. También el Islam se extendió por las relaciones comerciales y la Islamización, y no por la
fuerza. Por ejemplo, el pueblo mongol se volvió al Islam debido a la prédica de la doctrina y no por las victorias en los
campos de batalla.
Aunque el pueblo musulmán tiene sus propios prejuicios y en múltiples ocasiones no ha reconocido su deuda con la
filosofía griega, la ciencia y la astronomía, es innegable que la humanidad le debe mucho a las realizaciones
culturales de las civilizaciones árabes. La valoración de estos logros debería afectar nuestras relaciones con los
musulmanes en la actualidad. ¿Estamos dispuestos a dejar a un lado los mitos y escrúpulos a fin de comprender la
perspectiva musulmana en el mundo? En verdad hacerlo sería una cuestión de justicia.
Toda vía s e ha l l a n ocupa dos l os terri tori os de Ga za y Ci s jorda ni a (Is ), Sa ha ra Occi denta l (M), Ma yotte (F) Ada pta do de: Don McCurry, Hea l i ng the
Broken Fa mi l y of Abra ha m (Col ora do Spri ngs , Col ora do, Mi ni s tri es to Mus l i ms , 2001), pp. 349-350.
www.mtmbooks .com. Us a do con permi s o.
Los hispanohablantes emplean numerosos términos arábigos tales como “alquimia”, “alcohol”, “álgebra”,
“algoritmo”, “álcali”, “antimonio”, y “acimut”, y otras tantas expresiones que llenan el lenguaje técnico desde el
cero hasta el cenit. En lo personal, estoy muy agradecido por no tener que completar mi talonario de cheques con
números romanos, en cambio me siento beneficiado al escribir los números arábigos. Cuando Cristóbal Colón se
embarcó al Nuevo Mundo utilizó mapas e instrumentos derivados de la tecnología árabe. Roger Bacon (1211-1294),
considerado el padre del Renacimiento europeo y del método científico, reconoció en el mundo islámico su fuente
más valiosa de información puesto que los musulmanes ya habían efectuado los descubrimientos que él explicaba a
los europeos. Contrariamente a la opinión popular, los tulipanes no son originarios de Holanda sino de Turquía.
Aunque la dominación islámica se extendía por el mundo, las poblaciones no se convertían en masa. A menudo los
no musulmanes o “dhimmi” eran protegidos y pagaban este beneficio con impuestos más onerosos, una práctica
común en los regímenes de la época. La mayoría de las personas bajo el dominio musulmán preferían este sistema
relativamente benévolo antes que la opresión sufrida en manos de los cristianos bizantinos. Por cierto los no
musulmanes eran ciudadanos de segunda clase con pocos derechos, pero en breve tiempo se convertían, ya sea para
asegurar la reducción de los impuestos o para aliviar la opresión. Otras personas decidieron huir de la ley cristiana
bajo la condición de ser una minoría protegida por los gobernantes musulmanes. Tal fue el caso de fuga de los judíos
de la inquisición española.
El Islam floreció durante la Edad Oscura europea y progresó en la educación, el arte, la medicina, el derecho, la
ingeniería y las destrezas militares. Los eruditos musulmanes trajeron a la luz las obras de la antigüedad y
avanzaron en sus propias teorías, aunque sus nombres se hallen actualmente en el olvido. Al-Battani, Ibn al-Baytar,
Al-Biruni, Al-Idrisi, Hunayn ibn Ishaq, Al-Khawarazmi, Omar Khayyam, Ibn Rashud (Averroes), Al-Razi, Ibn Sina
(Avicenna), Abu al-Qasim, al-Zahrawi, y Al-Zarqali son algunos de ellos. Un historiador describe el verdadero origen
del Renacimiento europeo con estas palabras:
El verda dero Rena ci mi ento tuvo l uga r ba jo l a i nfl uenci a de l a s cul tura s á ra be y mori s ca , y no en el s i gl o XV. Y fue Es pa ña , no Ita l i a , l a
cuna del res urgi mi ento europeo. Má s ta rde, l a Europa cri s ti a na , ca da vez má s hundi da en l a ba rba ri e, a l ca nzó el fondo má s os curo de l a
i gnora nci a y l a degra da ci ón en ta nto que l a s ci uda des del mundo s a rra ceno ta l es como Ba gda d, Ca i ro, Córdoba y Tol edo crecía n como l os
centros de l a ci vi l i za ci ón y l a a cti vi da d i ntel ectua l . Al l í s e ges tó l a i nci pi ente vi da que i ba a des a rrol l a rs e en una nueva fa s e de l a
evol uci ón huma na . Des de el momento en que l a i nfl uenci a de es ta cul tura s e hi zo s enti r comenzó l a a gi ta ci ón de l a na ci ente vi da .1
El Islam siguió extendiéndose gracias a los esfuerzos misioneros de comerciantes y místicos, incluso durante el
tiempo de las Cruzadas y la conquista mongola de las tierras musulmanas.
Los musulmanes llegaron a tener gran parte de la riqueza y el poder del mundo, con monopolios y control de las
rutas comerciales de la seda, los esclavos y las especias.
La sucesión económica favorable a Europa comenzó con la llegada de Cortés al Nuevo Mundo, quien aportó todo
el oro que pudo encontrar a España. A pesar de que el liderazgo del sultán había fallado otra vez en Asia, el Imperio
Otomano mantuvo la supremacía durante cuatrocientos años más, al igual que varios gobernantes musulmanes en
África subsahariana, Asia del Sur, China e Indonesia.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX las potencias europeas se pusieron a tono con el bloque musulmán en
materia económica, militar y cultural. Pero por desgracia aquel imperialismo europeo había dejado una fuerte huella
en el mundo islámico e incluso en esta etapa posterior, la brecha entre las sociedades cristianas y musulmanas
siguieron profundizándose en política y cultura más que en religión.
La mayoría de las naciones musulmanas no obtuvo el gobierno autónomo de los poderes coloniales europeos sino
hasta la década de 1960 y en algunos casos recién hasta la década de 1990. Actualmente el sesenta por ciento de las
personas más pobres del mundo son musulmanas, el ochenta por ciento de los refugiados son musulmanes y el
ochenta y uno por ciento de los países de mayoría islámica no tienen elecciones directas.
Cualesquiera sean las razones, las sociedades musulmanas no lucen tan gloriosas en el presente como en el pasado.
Algunos culpan por completo a la codicia y el poder de Occidente. Otros identifican diversas maneras en que los
musulmanes han sido infieles al Islam y se preguntan si no es la causa del castigo de Dios. Hoy en día los
musulmanes experimentan reformas y avivamientos en busca de respuestas.
Como ciudadanos del reino de Cristo cabe preguntarnos cómo podemos interpretar la historia, y más aún, cómo
responderemos a ella. Podemos reconocer que Jesucristo vino a revertir la lógica del mundo y a establecer el reino
espiritual de Dios. El poder, la riqueza, el éxito e incluso el conocimiento no son signos seguros de contar con la
bendición de Dios o de estar del “lado de Dios.” Ambas sociedades, la cristiana y la musulmana, cometen un error de
juicio. Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que
yo no fuera entregado a los judíos” (Juan 18:36).
- K.S., Editor
NOTAS FINALES
1. Robe rt Briffault, Rational Evolution: The Making of Humanity (Ne w York, MacMillan, 1930), p. 138.
BREVE HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN MUSULMANA
por Bruce Sidebotham
Luego de la muerte de Muhammad, el Islam se extendió rápidamente. El gobierno político se afianzó en Siria,
Mesopotamia, Persia, Palestina, Egipto, África del Norte y la península Ibérica. Los principales centros culturales
cristianos, Antioquía, Alejandría, Jerusalén y Cartago, cayeron bajo el dominio musulmán.
En ciertas circunstancias y lugares el poder islámico ofrecía más ventajas que las reglas de la cristiandad. Los rivales
imperios bizantino y persa, víctimas de rencillas internas, dieron paso rápidamente a los nuevos señores que podían
arbitrar sus disputas de manera imparcial. Roma y Constantinopla se mantuvieron como los centros del gobierno
cristiano, aunque gran parte de Europa ya estaba viviendo su Edad Oscura.
La influencia islámica ejercida fuertemente en España no se extendió a Francia y a los alrededor de Europa porque
Carlos Martel, general de los francos, detuvo el avance de los musulmanes bereberes en Poitiers y luego en Tours,
Francia.
Por varios siglos la civilización islámica experimentó una edad de oro. El conocimiento floreció en las comunidades
árabes y persas, y algunas ciudades como Córdoba y la naciente Bagdad, se convirtieron en las mayores del mundo.
Los grandes avances culturales estuvieron basados en las antiguas obras griegas; en la ciencia, el derecho, la filosofía
y la medicina, y en el arte, la arquitectura y la poesía. El poder político emigró de Arabia a Egipto, Bagdad, Persia, y
finalmente a Turquía.
En el este, numerosas poblaciones estaban sufriendo la rápida expansión del imperio mongol y los turcos fueron
empujados a los territorios de Asia Menor bizantina, o sea la actual Asia Central. Tanto los mongoles como los turcos
se convirtieron al Islam y extendieron esa fe a la India y la China, estableciendo imperios en períodos subsecuentes.
Durante la fase de las Cruzadas (1095-1272) los cristianos se apoderaron de Jerusalén y algunas zonas importantes
de Palestina. Los acontecimientos relacionados con las Cruzadas dejaron enormes cicatrices en las relaciones entre
musulmanes y cristianos, pero no fueron particularmente perturbadoras de parte del dominio musulmán. El inicio
del Renacimiento europeo estuvo muy influenciado por los nuevos conocimientos y avances aportados por la
civilización musulmana a través de la devolución de los cruzados.
El poderío musulmán de los turcos otomanos constituyó el más grande imperio de su época, con el dominio en la
región que sumaba 650 años. Los otomanos tomaron las ciudades de Antioquía en 1268, Acre (Siria) en 1291 y la
Constantinopla bizantina en 1453. La conquista otomana de Europa se detuvo en Viena en 1683. Durante este
período, la entrada del Islam a los Balcanes sentó las bases de la Primera Guerra Mundial y las crisis modernas de
Kosovo y Bosnia.
Entre los siglos X a XII, el Islam llegó a la India y al este de África mediante la conquista y el comercio. En África
Occidental, Tombuctú se convirtió en un centro de aprendizaje islámico. Desde el siglo XIII hasta el XV los
misioneros, místicos y comerciantes llevaron la fe islámica a la península malaya e Indonesia. Las conquistas
mongolas facilitaron la difusión y el fortalecimiento de la religión en todas las regiones del centro, sur y este de Asia.
Ciertos gobernantes de Asia Central, conocidos en el sur del continente como los mughals, controlaron gran parte de
la India hasta el siglo XIX. Babur (1483-1530), el primer mandatario mongol de la India, fue descendiente de Timur
(1336-1405) y Genghis Khan. Shah Jahan, otro gobernante mongol, edificó el Taj Mahal que ostentaba la
prosperidad islámica en la India.
Los musulmanes dominaron gran parte del comercio mundial el cual se incrementó en este período. Su monopolio
en el negocio de especias impulsó a Colón a buscar rutas comerciales alternativas en 1492, llevó a la expansión a los
Estados Unidos y produjo el crecimiento de España, Portugal y otros imperios rivales de Europa Occidental. Ese
mismo año, los moros musulmanes fueron expulsados de España y Portugal.
Durante los siglos XVII y XVIII, el otrora invencible pero ahora corrupto y burocrático imperio otomano comenzó un
proceso de descentralización que finalmente lo condujo a la desintegración. Su término oficial sucedió en 1922, luego
de una alianza con Alemania en la Primera Guerra Mundial, y los poderes del Occidente imperialista llegaron para
gobernar casi todo el mundo musulmán. De aquí en adelante, el Occidente cristiano dictaría las relaciones
internacionales y establecería los límites políticos del mundo musulmán moderno.
Hay quienes consideran culpable al Occidente cristiano por la falta de unidad, la inestabilidad y la relativa
debilidad del bloque musulmán que entró en decadencia política. El auge de las poblaciones musulmanas en
múltiples zonas, determinado por la riqueza del petróleo y el resentimiento hacia Occidente, alimentó el crecimiento
de las actividades islámicas políticas y religiosas. Sumado a la inseguridad económica, los sentimientos arraigados del
pueblo musulmán imprimieron la necesidad de un cambio, ya sea en las formas del renacimiento, la reforma, el
resurgimiento o incluso la revolución.
Es imposible tratar de comprender el Islam actual, sin tener una idea de su evolución a partir de la época del
profeta. Este aspecto es especialmente importante para el Cristianismo, pues durante catorce siglos tuvo su desarrollo
junto con el Islam, y en gran parte de este tiempo no disfrutaron de una fácil relación.
632 Muerte de Muha mma d
632-661 Gobi erno de l os cua tro pri meros ca l i fa s en Medi na
661-750 Gobi erno de l a di na s tía Umma yya d en Da ma s co.
661 Sepa ra ci ón de s uni ta s y chi i ta s .
710 Ll ega da de l a s fuerza s mus ul mna s a l Indo.
711 Ca mpa ña s de Muha mma d i bn Qa s i m en el Si nd (s ures te de Pa ki s tá n).
714 Ocupa ci ón mus ul ma na de Es pa ña .
Así es como Kenneth Cragg resume algunas de las dificultades que los cristianos pueden encontrar a la hora de
reflexionar en esta historia.
Uno de l os fa ctores que contri buyeron a l a a pa ri ci ón del Is l a m fue el fra ca s o es pi ri tua l de l a i gl es i a cri s ti a na –en el a mor, l a pureza y el
fervor–. Dol oros a mente, como ta nta s veces a ntes y des pués , l a verda d es tuvo mezcl a da con l a fa l l a es pi ri tua l de s us a dmi ni s tra dores . El
Is l a m s e des a rrol l ó en un a mbi ente de Cri s ti a ni s mo i mperfecto, y má s ta rde, por s u propi o poder i nteri or, reuni ó ta l fuerza como pa ra
l l ega r a converti rs e, y perma necer, es enci a l mente en contra pos i ci ón con l a pura fe cri s ti a na .
Es ta es l a tra gedi a i nteri or des de l a pers pecti va cri s ti a na . A pa rti r de s u génes i s y pos teri or di fus i ón, el Is l a m pretendi ó des pl a za r a
a quel l a fe que nunca ha bía conoci do verda dera mente. Su tota l des conoci mi ento del “Cri s to cri s ti a no” fue i ntens i fi ca do por l os nuevos
fra ca s os , de a mor y l ea l ta d, por pa rte del Cri s ti a ni s mo i ns ti tuci ona l , en l a s l a rga s y mucha s veces a ma rga s rel a ci ones exteri ores de a mba s
rel i gi ones , a tra vés de l os s i gl os .1
732 Expa ns i ón del i mperi o i s l á mi co de Es pa ña a Pers i a (a ci en a ños de l a muerte de Muha mma d).
732 Derrota de l a s fuerza s mus ul ma na s en Poi ti ers y Tours , Fra nci a , ba jo el ma ndo de Ca rl os Ma rtel .
750- Gobi erno de l a di na s tía Abba s i d en Ba gda d (Eda d de Oro del Is l a m).
1258
909- Gobi erno de l a di na s tía Fa ti mi d en Egi pto.
1171
c. 1000 Inva s i ón de Punja b (noroes te de l a Indi a ) efectua da por Ma hmud de Gha zna . Nombra mi ento de un goberna dor mus ul má n en
La hore.
En primer lugar cabe destacar que en varios casos los cristianos dieron la bienvenida a la propagación de la ley
islámica. Por ejemplo en Siria, el Islam trajo alivio del señorío bizantino sobre esa región, y en Egipto ayudó a los
coptos en la deposición de una autoridad títere y la restitución del propio patriarca exiliado. Los coptos se aliaron a la
fuerza musulmana para expulsar a los bizantinos.
En segundo término, toda la gente no musulmana que vivía bajo el dominio islámico pagaba impuesto sobre la
tierra (kharaj). Los judíos y los cristianos fueron tratados como dhimmi, o sea miembros de una comunidad
protegida, y abonaban un tributo de capitación (jizya). No se les permitía hacer el servicio militar ni dar la
contribución de limosna musulmana.
El tercer motivo plantea que la propagación del Islam en el subcontinente de la India, en el este de Asia y en África
Occidental y Oriental se produjo a través de los comerciantes, en su mayoría provenientes originalmente de Arabia.
Los sufíes también ejercieron un papel importante en la difusión del Islam.
Por último afirmar que el Islam fue “propagado por la espada” es una simplificación peligrosa. Por tratarse de un
tema tan polémico vale la pena comparar las historias de la difusión del Islam durante los primeros cuatrocientos
años. Cuatro escritores abordan el tema desde distintas perspectivas y redactan el avance del Islam en un área
determinada y en un momento definido.
LA HIJAB
“Y di a las creyentes que bajen la vista con recato, que
sean castas y no muestren más adorno que los que
están a la vista, que cubran su escote con el velo y no
exhiban sus adornos” (sura 24.31).
Ella estaba completamente cubierta con una túnica
negra. Sus ojos fueron lo único que pude ver. Miró a mi
manera, yo sonreí y balbuceé un saludo. Sus ojos se
iluminaron y nos conectamos. Las dos éramos
extranjeras, visitantes en este país asiático, pero ambas
habíamos encontrado una amiga en la otra.
Compartimos y nos reímos de los esposos y del
matrimonio. Yo también hablé acerca de la confianza en
Dios.
Yo hubiera perdido esta oportunidad si hubiera hecho
lo que otros hacen –pasar y mirar cualquier cosa, pero
no a una mujer musulmana con velo. ¿Será que tenemos
miedo o no sabemos qué decir? Tal vez nosotros no
entendemos por qué ellas se visten de una manera
diferente.
Las mujeres musulmanas llevan el velo con orgullo
porque creen firmemente en la modestia femenina. El
velo recibe los nombres de hijab, burka, chador y
abaaya. El atuendo cubre el pelo y a veces la cara.
Dependiendo de las costumbres locales, la vestimenta
musulmana puede incluir una larga túnica árabe
(chadris) y un pañuelo atado en la cabeza que solo
revela la cara y que se usa con un traje popular moderno
en Egipto. O un chal de seda puesto libremente en la
cabeza con el salwar kameez (pantalones anchos y
túnica) usado por las paquistaníes. Las mujeres usan el
velo como una declaración política, un signo de
identificación religiosa o cultural, una demostración de
honor de la familia o una manera de mantenerse a salvo
y mostrarse respetable.1
Una mujer de veintinueve años, nacida en Arabia
Saudita y educada en Londres, dice:
“Creo que es muy erróneo pensar que el velo… es una
señal de la opresión, el retraso o el sometimiento como
estima Occidente… Yo llevo el velo porque para mí es un
signo de la elección personal y religiosa. Viví en
Occidente y observé toda la corrupción y la
inmoralidad… Ahora estoy más convencida y apegada a
nuestras tradiciones locales. Quiero preservar mi
identidad árabe-islámica y personalmente creo que ésta
es una manera de mostrarla.2
1 Phil y Julie Parshall, Lifting the Ve il: The World of Muslim Wome n
(Wayne sboro, Ga: Gabrie l Publishing, 2002), p. 58.
2 Mona Al-Munaje d, Wome n in Saudi Arabia Today (Ne w York: St.
Martin Pre ss, 1997), p. 57.
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org
RELATOS DIFERENTES
El primer relato fue escrito por el musulmán Hammudah Abdalati y explica las diversas presiones ejercidas sobre
quienes se negaron a abrazar el Islam en sus incipientes años en Arabia.
Los opos i tores que recha za ba n l a nueva fe, s e nega ba n a pa ga r tri butos y col a bora ba n con otros s ectores pa ra a poya r a l es ta do, s ol o
ha cía n l a s cos a s má s di fíci l es pa ra el l os mi s mos . Des de el pri nci pi o recurri eron a a cci ones hos ti l es con l a i ntenci ón de ca us a r probl ema s
no s ol o a l os mus ul ma nes reci én l l ega dos , s i no a s us compa tri ota s converti dos a l Is l a m y a l os pa ga dores de tri butos . Es ta conducta
podría ca ta l oga rs e en s u s enti do na ci ona l como pel i gros a ; en l o huma no, vi l ; en l o s oci a l , des cui da da ; y en l o mi l i ta r, provoca ti va . Pero en
el s enti do prá cti co es ta a cti tud neces i ta ba un freno, no ta nto por l a comodi da d de l os reci én l l ega dos , s i no má s bi en por el bi enes ta r del
es ta do en el que a ún es ta ba n vi vi endo es tos tra i dores . Es ta fue l a úni ca vez en que s e a pl i có l a fuerza , a fi n de ha cer que es ta s pers ona s
entra ra n en ra zón, y s e di era n cuenta de s us res pons a bi l i da des : ta nto como mus ul ma nes , a l a cepta r el Is l a m l i bremente, o como
ci uda da nos l ea l es , a l s er fi el es pa ga dores de l os i mpues tos , y tota l mente ca pa ces de vi vi r con s us compa tri ota s mus ul ma nes ,
compa rti endo i gua l es derechos y obl i ga ci ones .2
El segundo relato corresponde al erudito cristiano-islámico, Michael Nazir-Ali y describe algunas de las campañas
dentro de Arabia dirigidas por Khalid, el gran líder militar que estuvo en el poder inmediatamente después de la
muerte de Muhammad.
Gra n pa rte del méri to de es ta expa ns i ón debe s er a tri bui da a Kha l i d. A excepci ón de Muha mma d es te hombre contri buyó má s que
cua l qui er otro a l a forma ci ón del Is l a m como una potenci a mundi a l . Aunque podemos a dmi ra r s u des treza mi l i ta r, des gra ci a da mente no
podemos des ta ca r s u mora l i da d. Un ejempl o de el l o fue el tra ta mi ento pérfi do que di o a Ma l i k Ibn Nowei ra . La tri bu de Ma l i k s e ha bía
rendi do a Kha l i d y Ma l i k ha bía profes a do l a creenci a i s l á mi ca . Si n emba rgo, Ma l i k fue toma do pri s i onero junto con s u es pos a y s u fa mi l i a ,
y en l a os curi da d de l a noche fue a s es i na do a tra i ci ón. Kha l i d obl i gó a s u vi uda a ca s a rs e i nmedi a ta mente con él . Es te a cto provocó una
rebel i ón en l a s fi l a s mus ul ma na s y una queja forma l contra Kha l i d a nte Abu Ba kr. Kha l i d reci bi ó s ol o una l i gera reprens i ón, pero Uma r, el
s egundo ca l i fa , pos teri ormente a bogó por un ca s ti go má s s evero. Cua ndo Uma r l l egó a l ca l i fa to exoneró a Kha l i d en pri mer l uga r por s u
coma ndo en el es te y en úl ti ma i ns ta nci a por todos l os que ha bía rea l i za do. Por l o que s e s a be, Kha l i d pa s ó s us úl ti mos día s en una gra n
pobreza y os curi da d.3
El tercer relato de las principales conquistas en el Oriente Medio y África del Norte fue aportado por otro erudito
cristiano-islámico, John Taylor.
La tempra na propa ga ci ón del Is l a m a gra n pa rte del mundo ci vi l i za do s ucedi ó pri mera mente como una hi s tori a de éxi to mi l i ta r y
pol íti co; s i gl os a ntes de que l os ha bi ta ntes de l a s ti erra s conqui s ta da s s e hi ci era n vol unta ri a mente mus ul ma nes . Ademá s , l a moti va ci ón
de l os ca l i fa s por detrá s de l a expa ns i ón mi l i ta r y pol íti ca era obtener a deptos pa ra el Is l a m. En l a s mentes de l os s ol da dos , como en l a s
otra s genera ci ones , ha bía un des eo por l os des pojos de guerra ; pero l a s conqui s ta s mus ul ma na s fueron nota bl es por s u di s ci pl i na y por
l a a us enci a de una des trucci ón cruel .4
El cuarto relato de las conquistas en el norte de la India ocurridas en el siglo X fue escrito por Trevor Ling, profesor
de religión comparada en la universidad de Manchester.
Ma hmud, el goberna nte de Gha zna , rea l i zó es ta s i ncurs i ones con el propós i to de a podera rs e del tes oro que s e s a bía di s poni bl e en
forma de oro y joya s en l os templ os hi ndúes del Punja b. Es tos epi s odi os ocurri eron de ta l ma nera que el concepto i s l á mi co de l a yi ha d,
hoy i nterpreta da como “l a guerra s a nta ”, proporci onó l a moti va ci ón rel i gi os a pa ra l a s i ncurs i ones . Según cuenta el propi o Ma hmud, s us
a cti vi da des ponía n de ma ni fi es to el compromi s o pers ona l en una guerra contra l os i nfi el es e i dól a tra s . La na tura l eza de s us opera ci ones
l e otorgó el títul o de “des tructor de ídol os ” y s e cree que ordenó l a ma s a cre de muchos s a cerdotes bra hma nes . A menudo, el rol que jugó
l a l l ega da de l os turcos mus ul ma nes a l norte de l a Indi a es el pa rá metro que ha s i do toma do como norma genera l pa ra ca ta l oga r el
a va nce del Is l a m medi a nte el us o de l a es pa da . T.W. Arnol d fue en contra de es te punto de vi s ta y en s u rel a to de l a expa ns i ón del Is l a m
en 1913 (en The Prea chi ng of Is l a m) proporci onó una correcci ón muy va l i os a .5
LOS LIBROS SAGRADOS
Los musulmanes consideran libros santos tanto al Corán
y al Hadith, como a la Torá, a los Salmos y a los
Evangelios.
El Corán también confirma la enseñanza de los libros
anteriormente citados.
Di : “Creemos en Al á y en l o que s e ha revel a do, en l o que s e
ha revel a do a Abra ha m, Is ma el , Is a a c, Ja cob y l a s tri bus , en l o
que Moi s és , Jes ús y l os profeta s ha n reci bi do de s u Señor. No
ha cemos di s ti nci ón entre ni nguno de el l os y nos s ometemos
a Él ” (s ura 3.84).
Si ti enes a l guna duda a cerca de l o que te hemos revel a do,
pregunta a qui enes , a ntes de ti , ya l eía n l a Es cri tura . Te ha
veni do, de tu Señor, l a Verda d. ¡No s ea s , pues , de l os que
duda n! (s ura 10.94).
Sin embargo, los musulmanes no confían en la Biblia
porque consideran que ha sido corrompida.
Por ha ber vi ol a do s u pa cto l es hemos ma l deci do y hemos
endureci do s us cora zones . Al tera n el s enti do de l a s pa l a bra s ;
ol vi da n pa rte de l o que s e l es recordó. Si empre des cubri rá s
en el l os a l guna tra i ci ón, s a l vo en unos pocos . ¡Borra s us
fa l ta s , perdóna l es ! Al á a ma a qui enes ha cen el bi en.
Concerta mos un pa cto con qui enes decía n: “Somos cri s ti a nos ”.
Pero ol vi da ron pa rte de l o que s e l es recordó y, por es o,
provoca mos entre el l os enemi s ta d y odi o ha s ta el día de l a
Res urrecci ón. Pero ya l es i nforma rá Al á de l o que ha cía n.
¡Gente de l a Es cri tura ! Nues tro Envi a do ha veni do a vos otros ,
a cl a rá ndoos mucho de l o que de l a Es cri tura ha bía i s ocul ta do
y revoca ndo mucho ta mbi én. Os ha veni do de Al á una Luz, una
Es cri tura cl a ra (s ura 5.13-15).
En realidad los musulmanes son animados a leer la
Biblia por sí mismos.
Reci ta l o que s e te ha revel a do de l a Es cri tura de tu Señor. No
ha y qui en pueda ca mbi a r Sus pa l a bra s y no encontra rá s a s i l o
fuera de Él (s ura 18.27).
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam
EL AMOR ÁGAPE
Dios mostró su amor sin límites por toda la gente
enviando a su Hijo a morir por ella a fin de redimir a la
raza humana. Este acto certificó que todos los hombres
son amados por Dios. Su amor ágape es incondicional y
no exige ni espera reciprocidad. El amor de Dios nos
impulsa a amar a los demás con el mismo amor
desinteresado que Dios nos manifestó en Cristo.
Puesto que el amor es una elección -una acción y no
una respuesta o solo afecto- puede demostrarse con el
respeto hacia nuestros vecinos musulmanes.
Probablemente no tengamos las mismas opiniones, pero
no debemos menospreciar a Muhammad, ni las
enseñanzas islámicas ni a sus líderes religiosos.
Podemos usar las palabras y acciones, tales como el
saludo, la vestimenta y los gestos, para expresarles
nuestro respeto de su cultura y cosmovisión, y hasta
podemos consentir que nos enseñen acerca de su
singularidad. La decisión de no permitir que la política,
la religión o la nacionalidad se interpongan en el camino
nos ayudará a encontrar distintas maneras de
relacionarnos los unos con los otros.
Mientras que el Corán afirma que Dios es
misericordioso y compasivo, la mayoría de los
musulmanes lo consideran ante todo como juez y rey.
Como consecuencia el Islam puede convertirse en una
religión de leyes y reglamentos. Los fieles viven con
miedo porque no tienen la seguridad del amparo de Dios
y anhelan experimentar su gracia amorosa. El amor
ágape puede abrirles esa puerta.
El Espíritu Santo puede ayudarnos a amar. El primer
fruto del poder que mora en el creyente es el amor
ágape (ver Gál. 5:22-23) y el amor con que Dios nos ama
debe ser el mismo por el cual debemos ser conocidos
(ver Jn. 13:35). Pida al Espíritu Santo que lo motive con
un amor especial hacia los musulmanes y por su
intermedio ellos podrán experimentar el amor de Cristo.
Nosotros somos las manos y los pies de Jesús. Si
decimos que lo amamos debemos amar como Él ama.
Fuente: Fouad Masri, www.crescentproject.org
El Is l a m es tuvo pres ente en a mpl i a s zona s de s u di s pers i ón y en gra n pa rte ba jo un gobi erno no mus ul má n. En genera l el control del
i mperi o occi denta l no a fectó l a s prá cti ca s rel i gi os a s . La s mezqui ta s perma neci eron a bi erta s y el Ra ma dá n, l a s peregri na ci ones y l a
mi s ma creenci a no fueron prohi bi dos . Según l a mi ra da occi denta l de es te “tes t rel i gi os o” podría deci rs e que el Is l a m era tota l mente l i bre
de s er pra cti ca do. Pero en el pl a no pol íti co mucha s zona s no es ta ba n regi da s por l a a utori da d mus ul ma na . Recordemos que des de s us
orígenes el Is l a m ti ene l a premi s a bá s i ca de es ta r en el poder y l a l a rga hi s tori a de ca l i fa to l o confi rma . A pa rti r de l a Hégi ra , el Is l a m
ha bía fus i ona do en uno s ol o a l a rel i gi ón y a l es ta do.
Aunque l os ri tua l es rel i gi os os no es tuvi era n cens ura dos , l a fa l ta de poder pol íti co no permi tía l a expres i ón pl ena del Is l a m. Se tra ta ba
de un es ta do de exi l i o, el rompeca beza s y el dol or que ca us ó un gra n deba te en el s i gl o XIX. Por ejempl o, en l a Indi a el Is l a m es ta ba
perpl ejo y cons terna do.9
¿DÓNDE ESTÁ ORIENTE MEDIO?
El subcontinente, Lejano Oriente, Cercano Oriente y
Oriente Medio son términos usados para especificar
algunas zonas de Asia e incluso de África. Pero tales
designaciones no tienen un significado comúnmente
aceptado, y por lo general acarrean connotaciones
negativas para los pueblos que habitan las áreas
nombradas. Los territorios que llevan los rótulos de
Lejano Oriente y el subcontinente se describen mejor
con la denominación de Asia Oriental y el sur de Asia.
Sin embargo, Cercano Oriente y, sobre todo, Oriente
Medio no tienen un claro título alternativo.
En algunas ocasiones la expresión Cercano Oriente
incluye Asia central (los países con terminación “stán”)
e Irán (Persia). A veces Irán, Pakistán y Afganistán se
mencionan como parte de Oriente Medio, aunque son
lingüística, histórica y culturalmente distintos. Debido a
los lazos lingüísticos del norte de África y a las
conexiones históricas de Turquía (gracias al imperio
otomano) se mal rotula a estas regiones como Oriente
Medio aunque en nada importa a los turcos (e iraníes)
esta designación.
La moderna Turquía tiene un nombre geográfico
diferente: Anatolia. También Arabia Saudita, Yemen y los
demás estados árabes del golfo conjugan la península
Arábiga. Anatolia, la península Arábiga, Asia Central,
África del Norte y Persia son los términos exactos para
estas regiones geográficas y aceptables para sus
habitantes. La actualización de nuestra nomenclatura es
apropiada. (Por ejemplo, los occidentales del sudeste
asiático ya no denominan Indochina a su área). En
referencia a los territorios de Irak (antigua
Mesopotamia), Israel, Jordania, Líbano, Palestina y Siria,
si bien el suroeste de Asia puede parecer un rótulo
complicado es una designación más precisa que Oriente
Medio.
NOTAS FINALES
1. Ke nne th Cragg, The Call of the Minare t (London: Collins, 1986), p. 219.
2. Hammudah Abdalati, Islam in Focus (London: World Asse mbly of Muslim Youth, 1980), p. 150.
3. Michae l Nazir-Ali, Islam: A Christian Pe rspe ctive (Carlisle , UK: Pate rnoste r, 1984), pp. 35–36.
4. John Taylor, Introducing Islam (Cambridge : Lutte rworth Pre ss, 1971), p. 33
5 Tre vor Ling, A History of Re ligion East and We st (Ne w York: Macmillan, 1982), p. 300. Este autor cita a T. W. Arnold, The Pre aching of Islam
(e ditor de sconocido, 1913).
6 Ling, p. 302.
7 Albe rt Hourani, Europe and the Middle East (Be rke le y: Unive rsity of California Pre ss, 1980), p. 4.
8 Ibid., p. 9.
9 Cragg, Islam and the Muslim (Maide nhe ad, Be rkshire , UK: Ope n Unive rsity Pre ss, 1978), pp. 78–79.
10 El autor no informó la fue nte Rahman or Ikram.
11 Ling, p. 300.
12 Ibíd., p. 384.
13 Ibíd., p. 387.
14 Ibíd., p. 395.
EL ISLAM Y EL PROGRESO DEL CONOCIMIENTO
por la Real Embajada de Arabia Saudita
El Islam es una religión basada en el conocimiento, pues en última instancia el entendimiento de la unicidad de
Dios, sumado a la fe y al compromiso total con Dios, salva al hombre. El texto coránico contiene múltiples versículos
que invitan al mortal a usar su intelecto a fin de reflexionar y conocer que la meta de la vida humana es el
descubrimiento de la verdad, y esta no es otra sino que adorar a Dios en su unidad.
La literatura de los hadices también está llena de referencias acerca de la importancia del conocimiento. Los dichos
del profeta tales como “busca el conocimiento incluso en China”, “indaga el conocimiento desde la cuna hasta la
tumba” y “de cierto los hombres de conocimiento son los herederos de los profetas” constituyen ecos a lo largo de la
historia del Islam. Estas palabras han incitado a los musulmanes a la búsqueda continua del conocimiento
dondequiera que pueda encontrarlo. Durante la mayor parte de su existencia, la civilización islámica ha sido testigo
de una auténtica celebración del conocimiento y cada ciudad Islamita tradicional poseía bibliotecas públicas y
privadas. Las ciudades de Córdoba y Bagdad se jactaban por la riqueza de sus centros literarios con más de 400.000
libros. Además tenían librerías con ventas de un gran número de títulos. Esta descripción también señala la gran
estima que la sociedad islámica ha tenido siempre por los eruditos.
Además, las observaciones astronómicas tenían aplicaciones prácticas no solo en la búsqueda de la dirección a la
Makkah (Meca) para realizar las oraciones, sino también en la elaboración de los almanaques (esta última palabra es
de origen árabe). Del mismo modo los musulmanes aplicaron sus conocimientos astronómicos en las cuestiones del
cronometraje y del calendario. El calendario solar más exacto es el Jalali, creado por Omar Khayyam en el siglo XII y
actualmente vigente en tierras de Persia y Afganistán.
Al igual que la astronomía, la matemática propiamente dicha recibió su impulso directo del Corán, no solo porque
la estructura matemática está relacionada con el texto sagrado, sino también porque las leyes de la herencia coránica
requieren soluciones matemáticas complejas. Reiteradamente los musulmanes iniciaron su camino integrando las
matemáticas de Grecia y de la India. El primer gran matemático musulmán llamado Al Khwarazmi vivió en el siglo
IX y escribió un tratado de aritmética cuya traducción al latín trajo a Occidente los conocidos números arábigos.
Actualmente se emplea la palabra guarismo, un derivado de su nombre que en español significa ‘número o cifra’,
pero en cambio se utiliza la expresión “algoritmo” en el idioma inglés.
Por otra parte Al-Khwarazmi fue el autor del primer libro de álgebra. Esta ciencia fue desarrollada por los
musulmanes y tuvo su basamento en las antiguas obras rudimentarias griegas y de la India. La propia
denominación “álgebra” procede de la primera parte del nombre del libro de Al-Khwarazmi: el Kitab al-Jabr wa-l-
muqabalah. Abu Kamil al-Shuja planteó las ecuaciones algebraicas con cinco incógnitas. Posteriormente, la ciencia
siguió desarrollándose gracias a matemáticos tales como al-Karaji, y alcanzó su máxima expresión con Khayyam en
su clasificación de las ecuaciones algebraicas, según su tipo y clase hasta el tercer grado.
Tal como se refleja en el arte, los musulmanes también fueron sobresalientes en el ámbito de la geometría. Puede
decirse que en el siglo IX, al mismo tiempo que aparecían en escena los primeros geómetras musulmanes, los
hermanos Banu Musa, su contemporáneo Thabit ibn Qurra utilizaba el método del agotamiento que aportaba ideas
al futuro cálculo integral. También numerosos matemáticos, tales como Khayyam y al-Tusi, trataron con el quinto
postulado de Euclides, y los problemas derivados en el intento de probar dicho postulado dentro de los límites de la
geometría euclidiana.
La trigonometría es otra rama de la matemática que ha sido desarrollada por los musulmanes. Fue establecida
como una especialidad distinta de la matemática por Al-Biruni. En particular, los matemáticos musulmanes Al-
Battani, Abul Wafa, Ibn Yunus e Ibn al-Haytham explicaron la astronomía esférica y aplicaron la solución de
problemas astronómicos.
El amor por el estudio de los cuadrados mágicos y los números amigables dirigió a los musulmanes a explicar la
teoría de los números. Al-Khujandi descubrió un caso singular del teorema de Fermat que afirma que “la suma de
dos cubos no puede ser otro cubo”. Al-Karaji analizó las progresiones aritméticas y geométricas como por ejemplo,
13 +23 +33 + …+n3 = (1+2+3+…+n)2 . Al-Biruni se ocupó de las progresiones y Ghiyath al-Dinal-Jamshid Kashani condujo
el estudio de la teoría de los números a su máxima expresión.
“TENGO QUE PENSAR EN LA
ETERNIDAD”
Murat nació en una familia musulmana de Uzbekistán.
Cuando era joven jugaba al fútbol con algunos amigos
cristianos y extranjeros con quienes comenzó a estudiar
la Biblia. En cierta ocasión Murat estuvo en el hospital.
Llegó muy enfermo, con severos dolores y sus amigos
cristianos lo visitaron. “Ellos oraron por mí en el nombre
de Jesús y me entregaron a Él” razonaba Murat.
“Todavía me gusta el Islam, pero puedo ver el poder en
el nombre de Jesús.”
Aunque Murat ha empezado a crecer en su
comprensión y compromiso con Cristo ha experimentado
retrocesos desde que su padre murió. Como hijo tenía el
deber familiar de ejecutar los extensos rituales
funerarios islámicos en su localidad. Vivía en la casa de
su familia y se enfrentó a la gran presión de estudiar y
practicar solo el Islam. La viuda, madre de Murat, se
opuso al manifiesto interés de su hijo por Cristo, y Murat
quería hacer cualquier cosa para complacerla. Sabía que
ella era más sabia que él. Varios años atrás, Murat se
había enamorado de una compañera de clase con quien
se casó. Su madre le había advertido que no lo hiciera y
finalmente su matrimonio terminó en el divorcio. Ahora
su madre estaba diciéndole que no siguiera a Cristo.
Por último, Murat se dio cuenta de que tenía que
seguir a Cristo, aun si su decisión trajera dolor y
molestia a su familia. “Si sigo los caminos de mi madre
sé que ella estará feliz, pero yo iré al infierno. Tengo
que pensar en la eternidad. Yo puedo seguirla durante
toda esta vida, pero entonces, ¿qué haré por la
eternidad?”
Fuente: Marti Smith, www.missionscatalyst.org.
LA FÍSICA
En el campo de la física, los musulmanes han brindado su contribución especialmente en tres ámbitos. El primer
aporte fue la medición del peso específico de los objetos y el estudio del equilibrio, luego del trabajo de Arquímedes.
En este aspecto se destacan los escritos de Al-Biruni y Al Khazini. La segunda contribución fue la crítica efectuada a
la teoría aristotélica del movimiento de proyectiles y el intento de cuantificación de este tipo de movimiento. Los
trabajos de Ibn Sina, Abu-l-Barakat al-Baghdadi, Ibn Bajjah y otros condujeron al desarrollo de las ideas de ímpetu y
momento, y desempeñaron un papel importante en la crítica de la física aristotélica en Occidente hasta los primeros
escritos de Galileo. El tercer aporte fue realizado al terreno de la óptica a través de Ibn al-Haytham (Alhazendel en
latín), un brillante científico que vivió en el siglo XI, entre Ptolomeo y Witelo. Su principal trabajo en óptica fue el
Kitab al-Manazir, bien conocido en Occidente como tesaurus opticus. Ibn al-Haytham resolvió múltiples problemas
ópticos (uno de ellos lleva su nombre), estudió las propiedades de las lentes, descubrió la cámara oscura, explicó de
forma corriente el proceso de la visión, examinó la estructura del ojo y explicó por primera vez por qué el sol y la luna
aparecen más grandes en el horizonte. Este interés por las ciencias ópticas se extendió durante dos siglos más a través
de estudiosos tales como Qutb al-Din al-Shirazi y Kamal al-Din al-Farsi. Qutb al-Din dio la primera explicación
correcta de la formación del arco iris.
Es importante recordar que tanto en Física como en muchos otros campos de la ciencia, los musulmanes realizaron
la observación, la medición y la experimentación. Este proceso les asignó el mérito de haber sido los precursores del
método experimental más tarde conocido.
CITAS
Cuando Abu Bakr habló, Umar se sentó. Abu Bakr alabó
y glorificó a Dios y le dijo: “¡No hay duda! Cualquiera
que adore a Muhammad debe saber que Muhammad
está muerto, pero los que adoran a Alá deben saber que
Alá está vivo y que nunca morirá.”
Sa hi h Bukha ri , The Col l ecti on of Ha di th, tra d. M. Muhs i n Kha n,
vol . 1, l i bro 57, número 19. Na rra do por Ai s ha .
“Mejor el turbante del sultán que el capelo cardenalicio”
(de un líder de la iglesia ortodoxa en la época de las
Cruzadas).
Mi cha el Ll ewel l yn Smi th, “La ca ída de Cons ta nti nopl a ”, en
Hi s tory Ma kers (Londres : Ma rs ha l l Ca vendi s h, Si dgwi ck &
Ja cks on, 1969), p. 189.
Cabe destacar que en las más importantes ciudades islámicas había hospitales islámicos. Mientras que algunos eran
centros de enseñanza (en Bagdad), otro contaba con miles de camas para pacientes con cualquier tipo de
enfermedad (el hospital Nasiri, de El Cairo). En estas instituciones la higiene era un valor altamente distinguido, pues
al-Razi había escrito un tratado referido al tema. Ciertos nosocomios se especializaron en determinadas
enfermedades, incluso en las psicológicas, y en El Cairo ofrecían un tratamiento particular para pacientes que
padecían insomnio.
Las autoridades médicas islámicas siempre dieron capital importancia a la farmacología y obras trascendentes
como Canon, contienen libros enteros dedicados al tema. Los musulmanes no solo se convirtieron en los herederos del
conocimiento farmacológico griego contenido en las obras de Dioscórides, sino también de las vastas farmacopeas a
base de hierbas de los persas e indios. Los investigadores estudiaron los efectos médicos de muchos medicamentos,
especialmente los de las hierbas. Las mayores contribuciones en este campo han sido aportadas por los científicos del
Magreb tales como Ibn Juljul e Ibn al-sal. El más original de los farmacólogos musulmanes fue el científico del siglo
XII, al Ghafiqi, cuyo Libro de medicamentos simples ofrece las mejores descripciones de las propiedades medicinales
de las plantas conocidas por los musulmanes. La medicina islámica combinó el uso de drogas para fines médicos y
las consideraciones dietéticas. El estilo de vida derivado de las enseñanzas del Islam creó una síntesis que prevalece
hasta hoy, a pesar de la introducción de la medicina moderna en la mayor parte del mundo islámico.
En el campo de la geografía los musulmanes fueron igualmente capaces de ampliar su horizonte más allá del
mundo de Ptolomeo. Por un lado, como resultado de los viajes terrestres y de ultramar se producía el fácil
intercambio de las ideas posibles gracias a la estructura unificada del mundo islámico. Por el otro, la celebración del
Hajj permitía la reunión de los peregrinos de todas partes del mundo islámico que, además de visitar la casa de Dios,
manifestaban sus pensamientos. Este desplazamiento trajo una gran cantidad de conocimientos desde las zonas del
Pacífico y hasta el Atlántico. En el siglo IX al-Khwarazmi sentó las bases de esta ciencia entre los musulmanes y se
inició el estudio de la geografía de todo el globo, a excepción de las Américas. Los geógrafos dividieron a la tierra en
los tradicionales siete climas y cada uno de ellos fue estudiado rigurosamente según los aspectos geográfico y
climático. También empezaron a dibujar mapas, algunos de los cuales revelan con características de precisión
notables el origen del Nilo, no descubiertos en el Oeste hasta mucho más tarde.
Asimismo incursionaron en el dibujo de mapas, algunos de los cuales revelaban muchas características con notable
precisión, tal como el nacimiento del Nilo, que fue descubierto en Occidente tiempo más tarde.
El primer geógrafo musulmán fue Abu Abdallah al-Idrisi y sus mapas son algunos de los máximos logros de la
ciencia islámica. Trabajó en la corte de Roger II en Sicilia (1093-1154) y dedicó su acreditado libro Kitab al-rujari (El
libro de Roger) precisamente al rey.
Es cierto que tanto Magallanes en el cruce del cabo de Buena Esperanza en el Océano Índico como Colón en el
descubrimiento de América se sirvieron de los conocimientos de los geógrafos y navegantes musulmanes.
LA QUÍMICA
El vocablo “alquimia” y su derivado “química” proceden del término arábigo al-kimiya. Los musulmanes
dominaron la alquimia alejandrina –y aun ciertos elementos chinos– y en su historia temprana del siglo VIII
produjeron a su máximo exponente alquimista: Jabir ibn Hayyan (Geber en latín). Al separar los aspectos
cosmológicos y simbólicos de la alquimia, podemos afirmar que este arte fue llevado al terreno de la variada
experimentación con diversos materiales, y en manos de Muhammad ibn Zakariya al-Razi se convirtió en la ciencia
de la química. En la actualidad ciertos instrumentos químicos todavía se llaman con su nombre original, por ejemplo
alambique (del árabe al-anbiq) un aparato utilizado para la destilación. La teoría del mercurio-azufre de la alquimia
islámica sigue siendo el fundamento de la teoría ácido-base de la química. La división de materiales según su origen
animal, vegetal y mineral efectuada por Al-Razi continúa vigente. Un vasto cuerpo de conocimiento acerca de los
materiales acumulado por los alquimistas y químicos islámicos ha sobrevivido durante siglos tanto en Oriente como
en Occidente. Otro aporte relacionado a esta rama del saber fue el uso de tintes en los objetos de arte islámico, desde
alfombras hasta miniaturas, o en la fabricación del vidrio. Occidente ganó acabadamente estos conocimientos de las
fuentes islámicas, pues la alquimia no se estudió ni practicó en esas tierras antes de la traducción de los textos árabes
al latín en el siglo XI.
LA TECNOLOGÍA
El Islam heredó la experiencia milenaria de los pueblos que pasaron a engrosar las filas del mundo musulmán. Por lo
tanto, una amplia gama de conocimientos se convirtió en parte integral de la tecnología que se fundaba, desde la
construcción de las ruedas de agua diseñadas por los romanos hasta los sistemas de agua subterránea trazados por
los persas. Los musulmanes importaron cierto tipo de tecnología del Extremo Oriente –el papel de China–, que luego
transmitieron a Occidente. Además, desarrollaron variadas formas de la tecnología basándose en el conocimiento
preexistente, como por ejemplo el arte metalúrgico del damasceno (metal altamente decorado de Damasco) y el arte
de las espadas (una destreza que se remonta a la fabricación de acero varios miles de años antes en la meseta iraní).
Del mismo modo los musulmanes desarrollaron novedosas técnicas en la arquitectura de bóvedas, en métodos de
ventilación, en el preparado de tintes, en el arte de la tejeduría, en sistemas relacionados con la irrigación y en otras
numerosas formas de las ciencias aplicadas. Algunas de ellas han permanecido hasta la actualidad.
En general, la civilización islámica enfatizó la armonía entre el hombre y la naturaleza, tal como se aprecia en el
diseño tradicional de sus ciudades. Éstas fueron construidas en conformidad con la naturaleza y no en oposición a
ella, buscando optimizar al máximo el uso de los elementos y las fuerzas naturales. Las represas que han soportado
más de un milenio, las cúpulas que han enfrentado terremotos y el acero que manifiesta una habilidad metalúrgica
increíble son algunas de las hazañas tecnológicas que confirman la realización excepcional de los musulmanes en
este campo. Por cierto, esta tecnología muy superior fue la que en principio impresionó a los cruzados en su intento
fallido de conquistar la Tierra Santa, pero que luego ellos mismos llevarían en gran parte al resto de Europa.
LA ARQUITECTURA
Otro de los principales logros de la civilización islámica fue la arquitectura que combinó la tecnología y el arte. Las
grandes obras maestras de la arquitectura islámica –la mezquita de Córdoba, la Cúpula de la Roca en Jerusalén y el
Taj Mahal en la India– muestran la unión perfecta entre los principios artísticos del Islam y la extraordinaria
habilidad tecnológica. Gran parte de la destacada arquitectura medieval de Occidente está en deuda el aporte de las
técnicas islámicas. Un observador de la catedral de Notre Dame en París u otra catedral gótica podrá apreciar las
técnicas de construcción que viajaron desde la Córdoba musulmana hacia el norte. Los arcos góticos y los patios
interiores de las estructuras medievales y del Renacimiento europeo recuerdan al espectador los motivos
arquitectónicos islámicos de donde fueron originalmente copiados. En efecto la imponente arquitectura europea del
Medievo es uno de los elementos de la civilización occidental más directamente vinculado con el mundo islámico. Por
último la construcción islámica también puede admirarse en el estilo morisco de ciertas edificaciones tanto en España
y América Latina como en el suroeste de los Estados Unidos.
LA INFLUENCIA DE LA CIENCIA Y EL CONOCIMIENTO ISLÁMICO SOBRE OCCIDENTE
La universidad islámica de Qarawiyyin es la más antigua del mundo. Está situada en la ciudad de Fez, Marruecos,
fue fundada hace once siglos y desde entonces continúa su actividad. La enseñanza islámica influyó en Occidente
principalmente a través de España, centro en el cual tanto los musulmanes como los cristianos y los judíos tuvieron
una convivencia pacífica la mayor parte de largas centurias.
En el siglo XI se comenzó el trabajo de traducción de las obras islámicas al latín, casi todas en la ciudad de Toledo y
bajo la tarea de eruditos judíos conocedores del idioma árabe, por lo cual a menudo escribían en esa lengua. Gracias
a estas traducciones, el pensamiento islámico, y a través de él gran parte del pensamiento griego, llegó a ser conocido
en Occidente, generando el florecimiento de las escuelas occidentales de aprendizaje, e incluso el sistema educativo
islámico fue emulado en Europa. Aun hoy el uso del término “silla” en una universidad se retrotrae al kursi árabe
(literalmente asiento) en el que un profesor se sentaba para enseñar a sus estudiantes en la madraza (escuela).
Mientras la civilización europea se desarrollaba y alcanzaba la plenitud de la Edad Media, difícilmente hubo un
campo de aprendizaje o forma de arte, ya sea en la literatura o en la arquitectura, donde no estuviera presente
alguna influencia del Islam. Finalmente, la enseñanza islámica se había convertido en parte de la civilización
occidental, pero con la llegada del Renacimiento, Occidente no solo se volvió en contra de su pasado medieval, sino
que trató de olvidar la larga relación que había disfrutado con el mundo islámico, un vínculo que se había basado en
el respeto intelectual más allá de las diferencias religiosas.
APRENDE MÁS
Leer Karen Armstrong, Islam: A Short History (New York: Modern Library, 2000).
Paul Marshall, Roberta Green y Lela Gilbert, Islam at the Crossroads (Grand Rapids: Baker Books, 2002).
Ver “Islam: Empire of Faith,” PBS Home Video, 2001.
Orar particularmente por los musulmanes mientras camina por barrios étnicos.
Escuchar música tradicional árabe en una biblioteca local.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 3
CREENCIAS ISLÁMICAS
REFLEXIONE
• ¿Qué creencias tienen en común los musulmanes y los cristianos?
• ¿Cuáles son los principios de fe más importantes para un musulmán?
• ¿Cuáles son los fundamentos más trascendentes de su fe cristiana?
• ¿Qué creencias musulmanas podrían prepararlos para el evangelio?
PUNTOS CLAVE
1. Creencias y prácticas del islam, incluyendo Shari'a y Yihad.
2. La religión se describe a menudo en términos teóricos más bien que las creencias que vivimos realmente.
3. Acuerdos y similitudes entre el islam y el cristianismo.
4. Los musulmanes enfatizan el destino.
5. El Islam enfatiza las prácticas externas como obras de los justos.
6. El Islam rechaza una comprensión bíblica del pecado, la expiación y la redención.
7. El concepto musulmán de Dios carece de Cristo.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVE Introducción
El Corán, el Hadith y la Sharia
por Samuel H. Moffett
BÁSICAS Los Artículos Fundamentales de La Fe Islámica
INTRODUCCIÓN
Recuerdo la primera vez en que compartí mi fe con unos amigos musulmanes. Yo pensaba que al mostrarles la
veracidad del Cristianismo ellos cambiarían de opinión, pero no pude reconocer que las personas rara vez modifican
su pensamiento por causa de argumentos lógicos. A medida que iba creciendo en mi entendimiento y apreciación de
la historia y cultura del Islam, noté que mis amigos aprobaban mis esfuerzos, pero tenían dificultades para
reconciliar mi saber con mi falta de convencimiento para convertirme en un musulmán. La mayoría de nosotros no
considera que el cambio del corazón es un asunto espiritual, sin embargo mis amigos musulmanes coinciden en que
nadie puede cambiar las creencias de otra persona. El Corán dice: “No cabe coacción en religión” (sura 2.256).
Después de todo, aún más allá de un pobre historial, no se espera que los hinchas de un equipo deportivo muden su
lealtad a otro club, pues el apoyo al equipo no está influenciado por la lógica de ser el ganador o el perdedor.
Mientras que cada uno deseaba que el otro estuviese de acuerdo con sus convicciones, en especial con sus creencias
religiosas, para mí era más fácil valorar la historia y la cultura de mis amigos que comprender su fe y razonamientos;
y parte de esta limitación estaba basada en mi desconocimiento del sistema de creencias del Islam, de su lógica y del
vocabulario. Tampoco había reconocido que mis amigos musulmanes aceptaban sinceramente las enseñanzas del
Islam. Otro obstáculo era que yo me mantenía describiendo mi posición en ideales particulares, como ellos también
lo hacían en los propios, pero ninguno de nosotros observaba que el otro los pusiera en práctica. En realidad, era
necesario detenerse en la carrera por intentar de convencer al otro, y rechazar la presunción personal de ser la versión
perfecta de su religión. Al fin y al cabo, la vida de la mayoría de los llamados musulmanes y cristianos no coincide
con la enseñanza de su fe.
Luego de realizar ciertos cambios de actitud, la relación se cimentó en contrapartes iguales.
Muchos musulmanes opinan que el Islam ofrece pautas sencillas y claras en cuanto a los requisitos que Dios
demanda a la humanidad y encuentran un gran significado en las prácticas de fe. Además consideran que el Corán
y el Hadith pueden influir en la vida diaria, pues éstos parecen dar una respuesta a cada interrogante del andar
cotidiano. Aunque “sentarse con los musulmanes en el banco” no constituiría “un cambio de equipo” es necesario
entender acabadamente sus creencias. Por un lado este aprendizaje beneficiará la mutua comunicación y, por el otro,
permitirá encontrar puentes para explicar nuestra fe cristiana.
En algún momento de la vida usted se encontrará con un musulmán reflexivo, alguien interesante con quien
conversar. Nuestra esperanza es que usted esté preparado para admirar y respetar a su interlocutor, para tener una
conversación gentil, para acordar en posibles puntos comunes y para evitar ser ofensivo aunque no perciba al Islam
de la misma manera que el otro. Este es el exacto comportamiento que yo esperaba de parte de mis amigos
musulmanes, pero lamentablemente a menudo ellos lo exhibían mejor que yo.
Para poder estimar el lugar que ocupa la ley Sharia en el mundo musulmán, primero debemos entender sus
fuentes de origen como así también su importancia e influencia. La mayor autoridad en el Islam es del Corán.
EL HADITH
Además del Corán, los musulmanes basan su fe en la sunna, pues el camino recto y el modo de vivir se hallan
expresados en el Hadith. Las colecciones del Hadith registran todos los datos conocidos acerca de los dichos y hechos
de Muhammad y de los primeros musulmanes, o sea los compañeros del profeta. La vida de Muhammad es
considerada como el máximo paradigma del Islam.
Existen seis grandes colecciones del Hadith (tradiciones y dichos del profeta). Cada una de ellas fue recogida y
evaluada a fin de asegurar su transmisión confiable, y posteriormente fue organizada por un erudito islámico que dio
su nombre a cada serie. Estos maestros fueron al-Bukhari, al-Muslim, al-Tirmidhi, Abu Daud al-Sijistani, al Nasai y
al-Qazwini. También se conocen otras colecciones del Hadith aceptadas por los distintos grupos musulmanes. La
obra más respetada y citada es la del erudito al-Bukhari (810-870), quien examinó más de 600.000 potenciales
tradiciones y dichos del profeta y retuvo como auténticos solo 7.397, divididos en 97 capítulos. Los predicadores y
escritores musulmanes citan libremente el Hadith y lo utilizan para definir las acciones apropiadas, aclarar párrafos
del Corán o expresar puntos teológicos.
Debido a que el Islam trata de responder preguntas y establecer directrices en torno a los más variados aspectos de
la vida, estas tradiciones recogidas abarcan todo tipo de temas que incluyen la enseñanza moral, los deberes
religiosos y los problemas legales. Aunque los musulmanes estiman que el Hadith es secundario al Corán, a menudo
se remiten al Hadith para encontrar la orientación en asuntos cotidianos. Por ejemplo el Corán explica solamente dos
de los cinco tiempos de oración diaria, por lo tanto los fieles buscan en el Hadith la explicación de los otros tres.
Abu Barza dijo: “El profeta acostumbraba ofrecer el fajr (oración) y uno podía reconocer a la persona sentada junto
a él (después de la oración), y solía recitar entre sesenta y cien ayat (versículo) del Corán. Él estilaba presentar la
oración zuhr tan pronto como el sol declinaba (al mediodía), y la asr en el momento en que un hombre podía ir y
volver desde el lugar más lejano de Medina, y encontrar el sol caliente. (El narrador olvidó lo dicho acerca del magreb
[oración]). No le importó retrasar la oración isha a un tercio o a la mitad de la noche.”3
LA SHARIA
Las normas y principios derivados del Corán y del Hadith se codificaron posteriormente en un conjunto de
precedentes judiciales y ordenanzas conocida como la Sharia. La Sharia es la ley fundamental del Islam, la
constitución de la comunidad islámica y la aplicación de la voluntad divina en todas las situaciones de la vida. Arabia
Saudita e Irán se cuentan entre varios países islámicos que fijan su ley de gobierno constitucional sobre la Sharia. La
respuesta frente a cada situación está determinada por la interpretación jurídica del Islam (fiqh), y diferentes grupos
se apoyan en métodos y fuentes diversos para la implementación de la Sharia a través del fiqh. Luego del Corán y el
Hadith, otros principios en la resolución de la Sharia son el ijma (el consenso de la comunidad representada con
frecuencia por los eruditos religiosos o los jueces), la qiyas, (la aplicación de principios de casos anteriores,
generalmente por analogía) y el ijtihad (el razonamiento independiente). En algunos grupos musulmanes solo un
erudito religioso o un mufti oficialmente designado, puede traducir o interpretar el Corán, tal es el caso del Consejo
Superior de la universidad Al-Azhar para la mayoría sunita, y el Aga Khan para los ismaelitas.
ESCUELAS DE INTERPRETACIÓN
Aunque casi la totalidad del mundo musulmán enfatiza la unidad y la adhesión a la ley, la realidad muestra
diferencias en cuanto a la forma de su interpretación, tal como sucede con los miembros de otras comunidades
religiosas. Dentro del Islam existen cuatro escuelas principales de interpretación o madhhabi. Las diferentes escuelas
están conformadas tanto por los sunitas como por los chiíes y los sufíes, y cada una de las escuelas tiene numerosos
subgrupos.
1. La escuela Hanafi. Es la más antigua y extendida. Fue fundada en 767 por al-Numan Ibn Thabit ibn Zuta Abu
Hanifa y es avalada por aproximadamente un tercio del bloque musulmán, sobre todo en los territorios de Turquía
y Asia Central. Permite una interpretación liberal del Corán mediante el razonamiento analógico (qiyas) dando
lugar a interpretaciones que pueden ser (y a veces lo son) efectuadas por la opinión (ray) o la preferencia (istihsan)
de las personas comunes.
2. La escuela Maliki. Fue creada en 795 por Malik ibn Anas al-Asbahi y es predominante en el norte de África y en
algunos estados del Golfo Pérsico. Presenta el desarrollo de la ley enfatizando el Hadith, especialmente en las
prácticas atribuidas a los compañeros más cercanos de Muhammad en Medina. Esta escuela utiliza el ray y la
qiyas.
3. La escuela Shafi. Fue establecida en 819 por Muhammad ibn Idris ibn al-Abbas Ibn Uthman ibnShafi’i, Es la
principal autoridad en Egipto, Palestina y Jordania, y ejerce una importante influencia en Pakistán, India e
Indonesia. Aplica una interpretación más liberal del Corán y pone el énfasis en los derechos de la comunidad
(umma), determinado por el consenso (ijma) de los líderes de la comunidad (ulama). A menudo estos líderes
conforman un cuerpo de jueces religiosos (quda) que emite resoluciones judiciales (fatawi). Esta escuela prefiere el
Hadith atribuido directamente a Muhammad sobre cualquier otro y niega el istihsan y el ray como fuentes de
autoridad.
4. La escuela Hanbali. Fue instituida en 855 por Abu Abdillah Ahmad ibn Hanbal. Es la escuela oficial en Arabia
Saudita y Qatar con muchos adeptos en Palestina, Siria e Irak. Es la escuela más pequeña y conservadora. Rechaza
la innovación jurídica y solo considera el uso literal del Corán y el Hadith. Inclusive los sultanes y los califas no
interferían en las decisiones tomadas por los jueces religiosos. Los wahabis de Arabia Saudita pertenecen a la
escuela Hanbali.
NOTAS FINALES
1 Gre g Livingstone , Planting Churches in Muslim Cities (Grand Rapids: Bake r, 1993), p. 183.
2 Bruce McDowe ll and Ane e s Zaka, Muslims and Christians at the Table (Phillipsburg, N.J.: P & R, 1999), p. 72.
3 Sahih Bukhari, The Collection of Hadith, narrado por Abu al-Minhal; vol. 1, libro 10, núme ro 516.
TOME LA INICIATIVA
Si deseamos trabajar entre los musulmanes y
descubrimos a alguno de ellos en una tienda o en el
asiento contiguo de un vuelo aéreo, no debemos esperar
que la iniciativa de entablar un contacto surja del otro.
Debemos dar el primer paso. Aunque la modestia en la
vestimenta y el comportamiento pueden aparecer como
impedimentos, las mujeres musulmanas promueven la
amistad con mayor facilidad que los hombres, pues la
mayoría de ellas se sienten solas y nunca han
experimentado el amor de Cristo. Por una cuestión de
respeto solo las mujeres deben construir lazos de
amistad con las musulmanas. El primer paso puede ser
una invitación para almorzar o para tomar un té y tal vez
otros cristianos podrían unirse.
En cada oportunidad en que me encuentro con un
musulmán oro en silencio: “Señor Jesús, estoy dispuesto
a compartir de Ti. Por favor, abre la puerta para mí”.
¡Cristo nunca ha dejado de otorgarme esa entrada!
Recuerdo que en cierta ocasión viajé junto a un
estudiante libanés en un vuelo desde Beirut hasta
Estambul. Mientras nos poníamos el cinturón de
seguridad yo hice aquella oración en mi interior ¡y el
Señor la respondió!
Inclusive puede presentarse la posibilidad de construir
una relación de amistad con una familia entera. Si
permitimos que el núcleo familiar nos adopte y
comparta su forma de vida con nosotros podríamos estar
marcando el comienzo de una amistad profunda y
significativa. Dios puede manifestar a través nuestro la
fe real en Cristo y el amor de Cristo. La vida y cultura
musulmanas aprecian las relaciones, por lo tanto hay
apertura para encarar nuevas relaciones y no es
probable el rechazo ante cualquier iniciativa de
acercamiento.
Dios nos manda que seamos hospitalarios, que demos
la bienvenida a las personas en nuestra vida, familia y
hogar, y que compartamos el tiempo, el servicio y las
experiencias. Nuestros actos de hospitalidad y
amabilidad dirán todo cuando expongamos nuestra fe en
Cristo. Y si repite la oración que yo digo ¡esté preparado
para la respuesta de Dios!
Fuente: Fouad Masri, www.crescentproject.org
PRÁCTICAS RELIGIOSAS ISLÁMICAS: LOS PILARES DE LA FE
por C. George Fry y James R. King
Un antiguo himno evangélico exhorta a los creyentes a “obedecer y confiar.” En el contexto islámico, el
compromiso religioso también implica, por un lado, la confianza o fe en la existencia de Dios, en la revelación que él
hace de sí mismo y en su cuidado por la humanidad, y por el otro, la obediencia en cuanto a la realización de buenas
obras que agraden a Dios, sirvan al prójimo y expresen valores. En efecto, la sumisión u obediencia es la esencia
misma del Islam, y según ha observado Frithjof Schuon, existe en esta religión una “dimensión vertical” que abarca
la inteligencia, el intelecto y la razón, y una dimensión horizontal que enmarca a la voluntad, la ética y el
compromiso. El poder que hay en el mundo debe ser utilizado con justicia, y los deberes de la comunidad deben ser
cumplidos. Hay una armonía, un cosmos, un diseño acerca del mundo que debe ser percibido y expresado, y existen
deseos corporales para ser experimentados y sometidos a control.1 Mediante las buenas obras (din), el musulmán
expresa su compromiso con Alá y su aporte a la comunidad a la cual pertenece.
Para los judíos del Antiguo Testamento, la ley moral, civil y ceremonial estaba resumida en el Pentateuco. Para los
primeros cristianos la ley se hallaba expresada en el Sermón del Monte y en las cartas paulinas. Las obligaciones
morales y los rituales islámicos se condensan en cinco o seis pilares de fe (Arkan). Estos proporcionan un contrapeso
entre los severos principios morales y éticos y los diversos fundamentos teológicos que componen la doctrina del
Islam.
¿ALÁ ES DIOS?
Nunca he conocido a un creyente musulmán que se
refiera al Dios que adora como a una deidad totalmente
falsa. Antes bien se llena de asombro y gratitud, pues
ahora ha sido llevado a conocer a Dios tal cual es, en
Cristo Jesús, Señor nuestro.
John D.C. Anders on, “The Mi s s i ona ry Approa ch to Is l a m,”
Missiology 4, número 3 (1976), p. 295.
LA CONFESIÓN DE FE
En todas las religiones de origen abrahámico el deber primordial es la confesión de fe tanto por el tiempo destinado
como por su relevancia. La recitación del credo indica que el creyente ha comprendido, apreciado e internalizado el
mensaje teológico, y además conlleva una prueba de lealtad porque manifiesta un pacto con uno mismo, con la
deidad y con la comunidad. Estos aspectos son igualmente aplicables y con la misma intensidad en el Islam, el
judaísmo y el Cristianismo, pues las tres religiones se basan en la certeza de estar expresándose a sí mismos a través
de la confesión.
En este punto, el término árabe clave es sh-h-d que encierra la idea de estar presente o de testificar. Tashahhud
significa ”dar el propio testimonio” o ”profesar la fe”, y la ciudad de Meshed (Irán), es un lugar donde la fe es
profesada de una manera particularmente intensa. El testimonio, la shahada, se cuenta como una de las expresiones
litúrgicas más famosas de entre todas las religiones del mundo: “La ilaha illa Allah, (wa) Muhammad Rasul Allah”
(No hay dios sino Dios, [y] Muhammad es su profeta.) No hay ningún método formal de ingreso a la fe musulmana
prescrito en el Islam, sino solo el recitado de esta confesión. Sin embargo, se establecen algunas pautas bastante
rígidas en cuanto a la manera de realizar este acto de fe. En primer lugar, la shahada debe ser repetida en voz alta,
con una comprensión absoluta tanto en los niveles intelectual, como emocional y volitivo. En segundo término, debe
ser recitada con sinceridad, con verdadero amor en el corazón y sin reservas ni vacilaciones en la mente. En tercera
instancia, debe implicar que la fe será mantenida hasta la muerte. Por último, debe ser expresada correctamente, en
forma veraz y sin cambios heterodoxos. Si una persona puede confesar este credo con un corazón sincero y una
mente íntegra entonces se convierte en un musulmán. Sorprendentemente de un modo tan simple y directo se
concreta esta decisión, en contraste con las declaraciones elaboradas por parte de las creencias cristianas protestante,
romana y ortodoxa.
El credo comienza con una afirmación de Dios: “No hay dios sino Dios”. Este alegato sencillo y austero del
monoteísmo establece al Islam dentro de la tradición abrahámica. Es una reminiscencia de la primera frase del
Génesis: “En el principio creó Dios” (1.1) y de la apertura del credo de los apóstoles: “Creo en Dios.” Con una breve
oración el Islam extermina una serie de herejías que han atormentado a la fe cristiana: el ateísmo (no hay Dios), el
agnosticismo (si Dios existe no puede ser determinado), el materialismo y el naturalismo (el mundo material es la
única realidad), el panteísmo (Dios es idéntico con el mundo), el deísmo (Dios no interviene en los asuntos humanos)
y el politeísmo (hay muchos dioses). La confesión islámica afirma el teísmo en su sentido más audaz al sostener que
hay un Dios, el creador, el misericordioso, el proveedor, el juez y el que se ha revelado a sí mismo. Tanto los judíos
como los cristianos podrían pronunciar este texto de la shahada con una conciencia tranquila, pues es lo que la shemá
y el credo de los apóstoles afirman con sus propias palabras.
La doctrina musulmana continúa con la descripción acerca de cómo Dios se ha revelado al hombre: “y
Muhammad es el profeta de Dios.” Observemos la audacia del Islam citando juntos, en una sola frase, a Dios y a
Muhammad. Esta mención confunde a muchos en Occidente, pues definen a esta fe bajo el rótulo de
“mahometismo”. Pero este calificativo es erróneo porque “si bien el Islam venera a Muhammad como el supremo
profeta de Dios en la historia humana, sus fieles no lo adoran a él.” El Islam es una creencia que implica la sumisión a
Dios, y no es la religión de un hombre.
Sin embargo, el pleno conocimiento de Dios no sería posible sin el mensaje revelado por Muhammad a los
hombres. La confesión de fe se realiza en todo acontecimiento de la vida: en el nacimiento se la susurra al bebé en el
oído, en la muerte se la recita cerca del cuerpo de la persona fallecida, en tiempos de batalla es un llamado a ser
valiente y en días de paz se la escucha desde los minaretes de la ciudad por las mañanas y por las noches. No hay
momento en la vida de un musulmán en que el credo esté muy lejano de sus labios o de su corazón.
LA ADORACIÓN Y LA ORACION
El segundo gran compromiso de un musulmán es la adoración. La adoración es atribuirle a Dios lo que él es como
creador, protector y juez del universo. La adoración incluye múltiples elementos tales como la predicación, la
enseñanza, la lectura de las escrituras, el regocijo y el compañerismo. En todas las religiones la esencia de la devoción
es la adoración o alabanza de Dios y la conversación u oración. El culto cristiano protestante guarda un lugar
destacado para los sacramentos del bautismo y la cena del Señor. Sin embargo, en el Islam el sitial de esa experiencia
está ocupado por la oración, especialmente la ritual o salat. El salat tiene el formato de los textos litúrgicos y requiere
la realización de gestos fijos, ya sea que se emita en el culto público de una mezquita o en privado. La oración
informal es conocida como du‘a, término que proviene de una raíz que significa “llamar” y que se refiere a acciones
tales como suplicar, invocar o pedir.
El Corán no plantea reglas específicas en cuanto a la oración, pero es sabido que Muhammad experimentó una
variedad de prácticas y también que los primeros musulmanes realizaron ciertas rutinas precisas en el tiempo de
oración. Se supone que Dios instruyó a Muhammad en estas prácticas durante su ascensión o viaje nocturno (Lailat
al-Miraj).
Todas las características de la oración musulmana son prolijamente establecidas por la tradición. Una de ellas es su
cuidadosa programación. El deber del creyente ortodoxo es efectuar el rezo cinco veces en un día aunque
originalmente el propio Muhammad lo hacía solo en dos ocasiones diarias, por la mañana y por la tarde. En los
tiempos de Jesús los judíos oraban tres veces al día –en la mañana, en la tarde y en la noche– y en los monasterios
cristianos medievales las plegarias eran ofrecidas ocho veces cada día. El Islam siempre ha formulado cinco
momentos de la oración diaria: al alba, al mediodía, a la media tarde, al ocaso y en la noche. Si bien el creyente
puede realizar estas oraciones tanto en público como en privado es preferible que se dirija a una mezquita cercana si
eso le fuera posible.
Los musulmanes observan la asistencia al servicio del mediodía de cada viernes, cuya duración aproximada es de
una hora e incluye un sermón del khatib de la mezquita. Antes y después de dicho servicio los musulmanes pueden
estar desempañando sus tareas seculares. A menudo el sábado está reservado como un día de descanso e idealmente
como la jornada en que los fieles meditan en los asuntos espirituales.
Otra característica de la oración musulmana es su estricta liturgia. La plegaria en sí está precedida por el llamado a
la adoración (adan) efectuada por un cantor (muecín) desde el minarete de la mezquita. Frecuentemente en la
actualidad la hermosa llamada está grabada y es transmitida por altavoces. Antes de comenzar el tiempo de oración
el creyente debe realizar dos rituales, el primero consiste en quitarse los zapatos para no ensuciar la alfombra que
también utilizan los demás, y el segundo es proceder a la purificación ritual con agua –si es que está disponible– o
con arena. La práctica consta del lavamiento de los pies hasta los tobillos, de las manos hasta los codos y de la cara e
inclusive hasta el interior de las orejas.
Luego de la purificación, el creyente se une a la comunidad para la oración. Debido a que están en juego diversas
posturas corporales los hombres y las mujeres no rezan juntos, sino que lo hacen en grupos separados. La oración
puede llevarse a cabo en una gran alfombra extendida en el suelo de una mezquita o en una pequeña esterilla de un
domicilio particular o laboral. La oración debe ser elevada en dirección a la Meca y dicha orientación es aportada por
el muro de la qibla de la mezquita donde se hallan construidos los nichos de oración o mihrabs. (Los guías turísticos
musulmanes suelen definir erróneamente a estos nichos como “altares”). Asimismo el muro de la qibla contiene el
mimbar o púlpito elevado y desde allí el predicador profiere su sermón cada viernes.
En el Islam el llamado a la adoración se ejecuta con la voz humana y no con un cuerno de carnero como en el
judaísmo o con una campana como en el Cristianismo. Tras esta invitación y luego de que la congregación se reúne
detrás del líder de las oraciones, conocido como imán (en los países árabes), como mullah (en Irán) y como hoja (en
Turquía), se da comienzo a la liturgia. La oración incluye las atribuciones de gloria a Dios, las recitaciones y los
distintos gestos y movimientos corporales. Las postraciones (suyud) y las reverencias (ruku) comprenden un rakah y
una serie de rakahs conforman un servicio. Las posturas son: (1) el Takbir i-Tahrimah, de pie y con los brazos
parcialmente elevados; (2) el Ruku es una reverencia; (3) el Tasmi’, de pie, (4) el Takbir as-Sijdah es la postración de
rodillas y la flexión de brazos; (5) el Salam, de rodillas y (6) el Munajat, de rodillas y con los brazos apenas en alto.
A primera vista el énfasis en la postura para la oración puede parecer novedoso para un cristiano occidental. Sin
embargo, en momentos de reflexión los episcopales se arrodillan, los luteranos están de pie, los presbiterianos
permanecen sentados y los pentecostales levantan sus manos. La postración total es conocida solo en algunas
facciones de la iglesia ortodoxa rusa y en el catolicismo romano durante ciertas ceremonias. A pesar de que las
posturas de la oración que el Islam prescribe pueden parecer extrañas, presentan algunos paralelismos con el
Cristianismo.
LA MINISTRACIÓN Y LA LIMOSNA
Los cinco pilares del Islam responden a diversas necesidades humanas. El primero apunta a la proclamación y a la
confesión de fe, el segundo está enfocado en la adoración y el culto, y el tercero satisface la necesidad de ministrar a
otras personas que padecen carencias físicas y espirituales. En realidad, el ministerio o el servicio es central dentro de
las tres grandes religiones originadas en Abraham. En el Antiguo Testamento hay múltiples disposiciones acerca del
cuidado de los pobres y de los que sufren, y en los tiempos de la iglesia cristiana primitiva se estableció la función del
diácono justamente para atender las necesidades de los desamparados. En el Corán se manifiesta repetidas veces que
la respuesta del hombre a la abundante provisión de Dios es compartir con los desafortunados. Vale la pena señalar
que la palabra kafir, generalmente traducida como “incrédulo” encuentra en la raíz su verdadera significación, es
decir, “ingrato”.
Existen dos expresiones importantes en el idioma árabe referidas a la limosna. La primera y más común es zakat
que significa “crecer” o “ser puro”, e interpreta que la limosna es un medio para purificar el alma, tal vez de la culpa
que inevitablemente acompaña a la acumulación de las posesiones. El segundo término es sadakat y denota algo
“verdadero” o “sincero” en referencia al objeto que se ha santificado como servicio a Dios. Algunas autoridades
diferencian estas dos palabras en la manera de entregar la dádiva y definen que una es hecha por obligación y la otra
por voluntad. En efecto, esta cuestión es un tema crítico dentro del Islam y plantea si la limosna requerida beneficia
realmente al alma; por consiguiente, las posiciones son distintas. Mientras que en algunos países las limosnas se
canalizan a través de un impuesto estatal (los sellos zakat se adquieren en la oficina de correo), en otros las
contribuciones se realizan como un pago voluntario y personal ya sea en las mezquitas o directamente a los pobres.
Sin embargo, un aspecto más significativo de la limosna es la institución del waqf (evkaf en Turquía). En su raíz
árabe el concepto se traduce “para detener” e implica “que se comprometa a” o “para dedicarse a”. El waqf es la
donación que efectúa un musulmán rico o no al momento de su muerte con un propósito específico. Este donativo
puede tener los más diversos fines, como por ejemplo, la compra de lápices y papeles para los estudiosos de una
biblioteca, la instalación de un bebedero en la vía pública para uso de los animales, un regalo anual para los niños de
una escuela primaria en el aniversario del nacimiento de Muhammad o la construcción de un hospital o de una
universidad. Las dádivas pueden ser grandes o pequeñas y la administración se torna sumamente compleja, en
consecuencia casi todos los países islámicos cuentan con un Ministerio de Waqf, que supervisa las donaciones de
manera que los fondos disponibles se inviertan con prudencia y sean distribuidos adecuadamente.
La obligación de dar la limosna es uno de los más preciados pilares del Islam, que encuentra en dicha práctica un
término medio entre los considerados males gemelos: el capitalismo y el comunismo. Los musulmanes piensan que la
limosna disciplinaría al capitalismo en el sentido de su responsabilidad social, y corregiría al comunismo en su
insistencia de que la única razón válida para compartir la riqueza personal es expresar la gratitud a Dios por su
bondad. En esta materia Muhammad hubiera estado de acuerdo con el apóstol Santiago, cuando escribió: “La
religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,
y guardarse sin mancha del mundo” (1:27).
EL AYUNO
La cuarta responsabilidad de cada buen musulmán es la práctica del ayuno ritual durante ramadán, “el mejor de
todos los meses”.2 La palabra árabe aplicada al ayuno es saum que implica “abstinencia” y encierra consigo toda la
inspiración moral. Se cree que ramadán es el mes en que Muhammad comenzó a recibir la revelación del Corán,
pero los rituales celebrados en este tiempo también parecen tener sus raíces en el ascetismo cristiano y judío,
especialmente en el día de la expiación del pueblo judío. Además en la Arabia preislámica ya se reconocía la idea de
un mes sagrado.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA ACERCA DE
LOS CINCO PILARES DEL ISLAM?
La Biblia contiene las disciplinas cristianas paralelas a
los pilares del Islam. Estas instrucciones proporcionan
otra manera de construir puentes en favor de nuestras
relaciones con los musulmanes.
1. La confesión (shahada)
“Oye, Is ra el : Jehová nues tro Di os , Jehová uno es ” (Dt. 6:4).
2. La oración (salat)
“Ora d s i n ces a r” (1 Ts . 5:17).
“Y cua ndo ores , no s ea s como l os hi pócri ta s ; porque el l os
a ma n el ora r en pi e en l a s s i na goga s y en l a s es qui na s de l a s
ca l l es , pa ra s er vi s tos de l os hombres ; de ci erto os di go que
ya ti enen s u recompens a . Ma s tú, cua ndo ores , entra en tu
a pos ento, y cerra da l a puerta , ora a tu Pa dre que es tá en
s ecreto; y tu Pa dre que ve en l o s ecreto te recompens a rá en
públ i co” (Mt. 6:5-6).
3. La limosna (zakat)
“Por ta nto, como en todo a bundá i s en fe, en pa l a bra , en
ci enci a , en toda s ol i ci tud, y en vues tro a mor pa ra con
nos otros , a bunda d ta mbi én en es ta gra ci a ” (2 Co. 8:7).
“Má s cua ndo tú des l i mos na , no s epa tu i zqui erda l o que
ha ce tu derecha , pa ra que s ea tu l i mos na en s ecreto; y tu
Pa dre que ve en l o s ecreto te recompens a rá en públ i co “(Mt.
6:3-4).
4. El ayuno (saum)
“Cua ndo a yunéi s , no s eá i s a us teros , como l os hi pócri ta s ;
porque el l os demuda n s us ros tros pa ra mos tra r a l os
hombres que a yuna n; de ci erto os di go que ya ti enen s u
recompens a . Pero tú, cua ndo a yunes , unge tu ca beza y l a va tu
ros tro, pa ra no mos tra r a l os hombres que a yuna s , s i no a tu
Pa dre que es tá en s ecreto; y tu Pa dre que ve en l o s ecreto te
recompens a rá en públ i co” (Mt. 6:16-18).
5. La peregrinación (hajj)
“Ama dos , yo os ruego como a extra njeros y peregri nos , que os
a bs tengá i s de l os des eos ca rna l es que ba ta l l a n contra el
a l ma , ma nteni endo buena vues tra ma nera de vi vi r entre l os
genti l es ; pa ra que en l o que murmura n de vos otros como de
ma l hechores , gl ori fi quen a Di os en el día de l a vi s i ta ci ón “(1
P. 2:11-12).
“… des pojémonos de todo pes o y del peca do que nos a s edi a ,
y corra mos con pa ci enci a l a ca rrera que tenemos por del a nte”
(He. 12:1).
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam.
Durante las horas de cada día en el mes de ramadán, un buen creyente no permite que ni los alimentos sólidos ni
los líquidos pasen por su garganta e incluso, si puede, evita su propia saliva. La inhalación del humo del tabaco y el
derramamiento de vertidos tales como el vómito y la sangre están prohibidos. Si las normas son quebradas, aun por
prescripción médica, el musulmán deberá observar el día de ayuno en otro momento. Mientras dura la oscuridad
están permitidas la comida y la bebida, y, de acuerdo a la piedad del creyente, se utilizarán estas horas para realizar
una fiesta o simplemente para comer lo necesario. Se dice que la luz del nuevo día ha llegado cuando puede
distinguirse entre un hilo negro y otro blanco (ver la sura 2.187).
El calendario islámico está basado en las fases lunares; por lo tanto, hay modificaciones en la fechas establecidas
para el cumplimiento de Ramadán. Los meses son móviles y se suceden aproximadamente treinta y cinco años hasta
que un mes recorra todo el camino alrededor de la agenda, así que a veces el Ramadán se celebra en las estaciones
frías, y en otras, en las temporadas calurosas. El término ramadán significa “día abrasador” y sugiere que,
originalmente, su observancia ocurrió en el verano. La prohibición de beber puede convertirse en una severa
dificultad para los fieles en la época estival, forzándolos en su resistencia hasta el punto máximo y generándoles
estados de ánimo muy inestables. Por lo general, se reducen las horas laborales y escolares a fin de que la gente pase
más tiempo en su hogar, y que los musulmanes más devotos permanezcan en una mezquita durante los últimos diez
días del mes.
El mes de ayuno se inicia con la observación de la luna nueva que puede retrasarse si persiste una capa de nubes. El
evento se anuncia a través de lámparas colgantes en las calles y con disparos. El cumplimiento del Ramadán
concluye con la gran fiesta de Id al-Fitr, o sea “la ruptura del ayuno”. Esta es una celebración general con tiempos
para comprar ropa nueva, intercambiar tarjetas con augurios de felicidad, hacer regalos, visitar a alguien o ir al cine.
En este contexto asoma el sentimiento popular de que los seres humanos han sido puestos a prueba en su capacidad
de resistencia y auto-negación, pero que han superado sus propios instintos básicos. Entonces los poderes del mal
retroceden, las puertas del infierno se cierran y el camino al paraíso es abierto. Según muchos fieles no guardar el
ayuno es más grave que dejar de lado las oraciones diarias y, aún más, es una afrenta a la moral comunitaria y una
afirmación del ateísmo.
LA PEREGRINACIÓN A LA MECA
La quinta obligación que todo musulmán devoto intenta cumplir, al menos una vez durante toda su vida, es la
peregrinación a la Meca (Hajj). El fenómeno de la peregrinación a un santuario religioso específico se encuentra en
todos los períodos históricos de los pueblos y las religiones -Cristianismo, hinduismo, budismo y judaísmo-. Incluso
en la época pre-islámica la Meca ya era considerada como una ciudad santa y era visitada por los beduinos paganos.
Sin embargo, el Corán dio a esta práctica un énfasis mayor y un enfoque más nítido, y el propio Muhammad
estableció los rituales concretos para su realización. Con el transcurso de los siglos la peregrinación ha llegado a
convertirse en un fenómeno social increíblemente complejo que convoca a peregrinos de todo el mundo, de modo
que solo podemos diseñar nada más que un esbozo.3 Encontramos una descripción fidedigna al respecto en la sura 2,
una fuente de importante orientación religiosa.
El objetivo es llegar a la Meca, la ciudad natal de Muhammad, el escenario de su vida temprana y el lugar en el
cual las primeras revelaciones determinaron el comienzo del Corán. Desde los tiempos pre-islámicos el principal foco
de interés ha estado en la santa piedra negra y en la Kaaba, la ermita que la aloja. Según la tradición islámica, este
santuario fue construido por Adán, tal vez dañado o destruido en los días de Noé por el gran diluvio con el cual se lo
vincula, y restaurado por Abraham e Ismael. En la antigüedad la Kaaba albergó a numerosas imágenes de dioses
paganos que luego Muhammad destruyó por completo. Pero durante los albores de los tiempos modernos los
fanáticos partidarios de una secta islámica iconoclasta llegaron más lejos todavía. Intentaron desmantelar la Kaaba
por considerar que ella misma se había convertido en un objeto de culto. La erudición moderna identificó a la piedra
como un meteorito y la religión popular la consideró como un talismán de poder sobrenatural. En el último año de su
vida Muhammad realizó la peregrinación desde Medina hasta la Meca, y después de su muerte, la práctica fue
instituida y continuada a lo largo de las generaciones. Finalmente, las casas aledañas a la Kaaba fueron derribadas
para dar paso a la construcción de la hoy conocida mezquita Al Masjid al-Haram, que ha sido ampliada a través de
los siglos.
Durante Dhu al-Hiyya, el mes señalado para realizar la peregrinación, los peregrinos de todo el mundo acuden a la
Meca. Los ricos vuelan en avión hasta la ciudad de Jidda y otros se trasladan en buques de carga o en largas
caravanas de autobuses. Los pobres hacen su camino dolorosa y pacientemente a pie y la mayoría de ellos sufre
increíbles privaciones a lo largo del viaje. La travesía puede durar varios años, y si acaso el creyente se encuentra con
la muerte durante su peregrinaje o ya en la Meca gozará de una bendición especial.
Sobre la costa del Mar Rojo, aproximadamente a cuarenta kilómetros de la Meca, se ubica la ciudad de Jidda. Allí
los peregrinos varones, sean ricos o pobres, visten dos sábanas sin costura (izar y rida) y buscan establecer la paz
consigo mismos y con los demás. Este doble ritual de la vestimenta y de la búsqueda de paz es llamado ihram. En
estas circunstancias los placeres habituales están prohibidos.
A lo largo de la carretera que conduce a la Meca, la policía de Arabia Saudita verifica las credenciales de los
peregrinos a fin de que solo los genuinos musulmanes tengan acceso a la ciudad santa. Allí hay alojamiento
disponible que va desde el más austero al más lujoso. Durante muchos siglos el despojo de peregrinos fue la principal
fuente de ingresos para los nativos de la zona, pero actualmente el gobierno saudita ejerce diversos controles que
también se extienden a rigurosas inspecciones en las condiciones sanitarias.
La ceremonia de la peregrinación comienza con el ritual de limpieza de las partes santificadas del cuerpo. Luego el
peregrino entra en el área sagrada a través de la puerta de la paz (Bab as-Salam) y pasa por la plaza de Abraham
para finalmente llegar a la imponente Kaaba. Este sitio es el objeto central de la peregrinación y hacia el cual el
musulmán ha dirigido sus oraciones durante toda la vida. Algunos peregrinos logran entrar en la misma Kaaba,
mientras que otros aprietan sus caras contra la pared, pero todos anhelan besar la santa piedra negra que está
montada a una altura adecuada y sobre un soporte de plata maciza.
A continuación sigue el ceremonial del tawaf que contempla las sietes circunvalaciones a la Kaaba y simboliza la
fuerza de los pensamientos dirigidos a Dios en ese momento. Después de la primera de las tres tawafs prescritas los
peregrinos visitan Al-Hijr, el centro desde el cual Muhammad comenzó su famoso viaje nocturno. Más tarde, según
el ritual conocido como say, los musulmanes corren en las colinas de las afueras de la Meca en honor de Agar, la
mujer esclava de Abraham, y de su hijo Ismael (Ismail), ambos abandonados en el desierto debido a la insistencia de
Sara. La tradición dice que Agar, en su angustia por la difícil situación y la sed de su hijo, corrió en estos cerros hasta
que Dios hizo brotar un manantial de agua. Actualmente ese sitio es conocido como el pozo de Zamzam.
Cuando ya están promediando los rituales de la peregrinación, los fieles se desplazan hacia los contornos de la
ciudad de la Meca y se instalan en tiendas de campaña. En el valle de Arafat, al pie del monte de la Misericordia, se
realiza la famosa “ceremonia de pie” por el lapso de una tarde completa. Allí se genera el entorno propicio que eleva
la mente de los devotos a reconocer un profundo sentido de la presencia de Dios y de la necesidad del perdón de los
pecados. La rememoración de la visita y predicación de Muhammad en ese lugar, en su viaje final, hace que esta
ceremonia sea considerada por muchas autoridades como el evento preponderante de la peregrinación. Durante la
noche los peregrinos reúnen cuarenta y nueve piedras pequeñas que llevarán a Mina la mañana siguiente. En el rito
llamado jamra los fieles lanzan las piedras a uno de los tres pilares cuya representación es el diablo y sus poderes de
tentación. Entonces recuerdan la manera en que Ismael resistió a las sugerencias que recibió de Iblis para huir
cuando iba de camino con su padre Abraham para ser sacrificado. (Algunos eruditos musulmanes ubican en la
escena a Ismael en lugar de Isaac). El sacrificio de un animal pequeño evoca la aceptación de Dios de un carnero, en
lugar del hijo, como ofrenda de Abraham. Después de este ritual los peregrinos varones se cortan el pelo y se liberan
de numerosas prohibiciones establecidas al comienzo de la peregrinación. Entonces todos los fieles se apresuran para
regresar a la Meca donde se realiza la segunda circunvalación a la Kaaba. Más tarde vuelven otra vez a Mina para el
segundo ritual de apedreamiento del diablo.
En el décimo tercer día se produce el regreso definitivo a la Meca y se efectúa la tercera serie de vueltas a la Kaaba.
Finalmente, la peregrinación se completa cuando los peregrinos pasan por la puerta de la Despedida. Sin embargo,
hay un Hadith que indica a los peregrinos encaminarse hacia Medina mientras están en el hiyaz, y muchos lo hacen,
pues el profeta está enterrado debajo de la cúpula de la mezquita de esa ciudad. Durante su estadía en Medina los
musulmanes también visitan las tumbas de las esposas y de los compañeros de Muhammad y elevan sus oraciones.
La última recomendación para el peregrino es volver a casa lo más rápidamente posible, a fin de evitar que el exceso
de familiaridad con las cosas santas lo lleven a un debilitamiento de su poder. De regreso a su lugar de residencia, el
musulmán recibirá las más sinceras felicitaciones de familiares y amigos, y gozará de un prestigio hasta entonces
desconocido.
LA YIHAD
La yihad es otra de las obligaciones que todo musulmán debe cumplir e incluso en ocasiones es considerada como el
sexto pilar del Islam. Popularmente se interpreta a la yihad como la pelea de las creencias en contra de los infieles,
pero en su sentido más básico es “la lucha por la fe”. Las estipulaciones esenciales se hallan resumidas en la sura
2.190-193:
“Comba ti d por Al á contra qui enes comba ta n contra vos otros , pero no os excedá i s . Al á no a ma a l os que s e exceden. Ma ta dl es donde
dei s con el l os , y expul s a dl es de donde os ha ya n expul s a do… Comba ti d contra el l os ha s ta que dejen de i nduci ros a a pos ta ta r y s e ri nda
cul to a Al á . Si ces a n, no ha ya má s hos ti l i da des que contra l os i mpíos ”.
Asimismo se mencionan dos clases de personas como los objetos particulares de la yihad. Por un lado, está la clase
conformada por la gente que no cree en Dios de ningún modo y que no respeta sus prohibiciones (sura 9.29), y por el
otro, está la formada por los cristianos que “se atribuyen ser socios de Dios “(sura 2.135, traducción desconocida).
Aunque el significado original del término yihad se define como la lucha o el gasto de esfuerzo en el camino hacia
Ala, en los últimos años ha presentado una gran tensión a causa del ingrediente militarista. El ideario popular que
sostiene que el Islam convierte a sus fieles a través de la espada no está confirmado por la historia, y ni siquiera los
intentos recientes por instalar a la guerra contra Israel como una yihad no han sido recibidos con entusiasmo. Sin
embargo la actual reaparición del fundamentalismo islámico en países como Libia e Irán indica un retorno al aspecto
militarista de la yihad. Por último, cabe señalar que muchas autoridades consideran a la yihad como un deber
específico del testimonio de su fe religiosa, y no como una obligación independiente tomada por derecho propio.
NOTAS FINALES
1 Frithjof Schuon, Unde rstanding Islam (Baltimore : Pe nguin Books, 1972), p. 29. [Ve r Glosario para e xplicación más comple ta de din.]
2 Gustave von Grune baum’s Muhammadan Fe stivals (Ne w York: He nry Schuman, 1951). Pre se nta la crónica útil de algunos importante s ritos
islámicos.
3 Richard Burton’s Pe rsonal Narrative of a Pilgrimage to Al-Madinah and Me ccah (1855–1856) e s e l clásico re lato de un hombre occide ntal que
re alizó la pe re grinación. Tambié n e stá disponible la obra de dos tomos de Dove r (1983). La e dición nov./dic. 1974 de Aramco World e stá
de dicado a la pe re grinación. Ve r e l artículo de National Ge ographic, nov. 1978. Mohamme d Amin’s Pilgrimage to Me cca (London: De
Macdonald y Jane , 1978) e s e l re lato más re cie nte .
LOS ARTÍCULOS FUNDAMENTALES DE LA FE ISLÁMICA
por Hammudah Abdalati
3. Dios ha provisto escrituras y revelaciones. En consecuencia del artículo anterior, el musulmán fiel cree en todas
las escrituras y revelaciones de Dios. Ellas son la luz y guía que recibieron los mensajeros para mostrar a sus
respectivos pueblos el verdadero camino a Dios. En el Corán hay una referencia especial hecha a los libros de
Abraham, Moisés, David y Jesús, pero mucho tiempo antes de la revelación del texto sagrado dado a Muhammad,
algunos de esos ejemplares se habían perdido o dañado y los demás habían sido olvidados, descuidados o
escondidos. Actualmente el único, auténtico y completo libro de Dios es el Corán. Los musulmanes aceptan los
libros y las revelaciones anteriores, pero se preguntan dónde estarán sus versiones completas y originales. ¿Será que
acaso una de ellas permanece todavía en el fondo del Mar Muerto? ¿Habrá más pergaminos para descubrir? ¿O tal
vez los arqueólogos cristianos y judíos puedan aportar más información acerca de los escritos originales completos
luego de algún hallazgo de sus continuas excavaciones en la Tierra Santa? Para el creyente musulmán no hay
incertidumbres, pues el Corán completo y auténtico está a su disposición. Ningún escrito está desaparecido ni se
espera agregado alguno. Su legitimidad está fuera de duda y no existe ningún estudioso o pensador respetable que
se haya aventurado a ponerlo en tela de juicio. El Corán es el sello del mismísimo Dios en cuanto a su creación, su
revelación y su preservación de interpolaciones y corrupciones varias. Por lo tanto el supremo texto fue dado a los
musulmanes para ser el parámetro de juicio sobre la totalidad de los demás libros. Entonces, las expresiones que
concuerdan con el Corán son aceptadas como verdades divinas y aquellas que difieren son rechazadas. Dios dice:
“Somos nosotros quienes hemos revelado la Amonestación y somos nosotros sus custodios” (sura 15.9; cf. 2.75-79;
5.13-14, 41, 45, 47; 41.43, 6.91).
4. Existen los ángeles de Dios. Estos son seres puramente espirituales y espléndidos, cuya naturaleza no requiere
de alimento, bebida o descanso. No tienen deseos físicos ni necesidades materiales y dedican su tiempo al servicio
de Dios. Hay gran cantidad de ángeles y cada uno tiene una obligación. La imposibilidad por parte de los
humanos de ver a los ángeles en forma corpórea no significa necesariamente que su presencia puede ser negada.
Hay muchas cosas en el mundo que son invisibles para el ojo o inaccesibles para los sentidos y aun así son
aceptadas como reales. Pueden ser aromas, olores, sabores, sonidos, lugares desconocidos o elementos invisibles,
como el gas y el éter, que no palpamos sensorialmente, no obstante, reconocemos su existencia. La creencia en los
ángeles tiene su origen en el principio islámico que sostiene que el conocimiento y la verdad no se circunscriben solo
al discernimiento o a la percepción sensorial (suras 16.49-50; 21.19-20. Ver las referencias del artículo dos citado
anteriormente).
5. Viene el día del juicio final. Algún día el mundo llegará a su término y los muertos se levantarán para el justo
juicio final. La totalidad de las cosas que el hombre hace –cada una de sus intenciones, los movimientos, los
pensamientos y las palabras que expresa– son contadas y mantenidas en registros precisos, y en el día del juicio
serán sacadas a la luz. Las personas que ostenten un buen registro serán generosamente recompensadas y tendrán
una cálida bienvenida al cielo de Dios, pero aquellos que exhiban malos antecedentes serán castigados y arrojados
al infierno. Solo Dios conoce la verdadera naturaleza y la descripción exacta de ambos destinos. En el Corán hay
detalles del cielo y del infierno, y también en las tradiciones de Muhammad, pero no deben tomarse en forma
literal. El profeta dijo que en el cielo hay cosas que el ojo nunca ha visto, el oído nunca ha escuchado y la mente
humana no ha concebido jamás. Sin embargo el musulmán cree que habrá una recompensa por las buenas obras y
un castigo por las malas acciones. Ese es el día de la justicia y la última liquidación de todas las cuentas.
Algunas personas piensan que son sumamente astutas, que pueden salir airosas más allá de sus malas acciones y
que aún pueden escapar de las penas impuestas por la ley. En verdad ellos están equivocados en su propia seguridad,
pues en el día del juicio no serán capaces de repetir su estrategia. Serán atrapados indefensos, en el acto, sin ningún
abogado que intervenga a su favor porque todas sus obras estarán visibles ante Dios y serán contadas por sus
agentes. Asimismo las personas piadosas que hayan ejecutado las buenas obras agradables a Dios sin recibir
apreciación alguna en el mundo temporal, a su tiempo obtendrán la plena indemnización y el amplio
reconocimiento. En ese momento se aplicará la justicia absoluta para todos los mortales.
La creencia en el día del juicio es la respuesta final de los complicados planteos de nuestro mundo. Por un lado, hay
gente que comete pecados y se entrega a actividades inmorales, pero que aparenta ser “superficialmente” exitosa en
los negocios y próspera en la vida. Por el otro, existen las personas virtuosas que temen a Dios, y en cambio parecen
ser menos reconocidas por sus sinceros esfuerzos y atraviesan sufrimientos mayores. Esta dinámica resulta extraña e
incompatible con la justicia de Dios. Si el hombre culpable puede escapar ileso de la ley mundana y llegar a ser más
próspero aún, ¿qué puede esperarse para las personas honestas? ¿Qué podrán promover la causa de la moralidad y
de la bondad? Debe haber alguna manera de recompensar la bondad y detener la maldad. De todos modos si este
propósito no se logra alguna vez en la tierra –y sabemos que no se produce regular o inmediatamente– se alcanzará
en el día del juicio. Esto no significa ser tolerantes con la injusticia ni con la maldad del mundo, tampoco significa
sedar a los desposeídos o consolar a sus explotadores. Más bien el conocimiento en cuanto a aquel día es un llamado
para advertir a los desviados que hay un camino recto y para recordarles que, tarde o temprano, la justicia de Dios
seguirá su curso definitivo (ver las referencias anteriores).
6. Dios tiene poder infinito y ejecuta su plan. Dios posee un conocimiento ilimitado y el poder sobre la
planificación y ejecución de sus planes. Dios no es indiferente ni neutral con nuestro mundo. Tanto su conocimiento
como su poder están en acción permanente a fin de mantener el orden y el mando absoluto sobre su creación. Él es
sabio y amoroso, y la totalidad de sus obras son efectuadas con motivos buenos y con un propósito significativo. Si
estos conceptos son establecidos en nuestra mente deberíamos aceptar todo lo que Él hace, con buena fe, aunque no
podamos comprenderlo totalmente o aunque pensemos que es algo malo. Debemos tener una gran fe en Dios y
aceptar sus actos, pues en tanto que nuestro conocimiento es acotado y nuestro pensamiento se apoya en
consideraciones subjetivas, la sabiduría de Dios es incalculable y sus designios son trazados sobre una base
universal.
De ninguna manera esta implicancia debe empujar al hombre hacia una actitud fatalista o de desamparo, sino
simplemente hacerlo consciente de la línea demarcada entre los asuntos divinos y las responsabilidades humanas.
Debido a que el hombre es finito por naturaleza tiene como resultado un grado limitado de poder y libertad. Aunque
una persona no puede hacerlo todo, Dios gentilmente la mantiene responsable de aquellas cosas que son accesibles
para ella. Las cosas imposibles por nuestra incapacidad humana o las obras que Dios mismo hace no se encuentran
en el ámbito de nuestra responsabilidad. Dios es justo y nos ha otorgado un poder finito que coincide con nuestra
naturaleza y responsabilidad limitadas. Además, el conocimiento eterno y el poder de Dios para ejecutar sus obras no
son un impedimento para la realización de los planes personales dentro de una esfera limitada de poder. Por el
contrario, el hombre es exhortado a pensar, planificar y tomar decisiones bien fundamentadas, pero si el resultado no
es el deseado o el previsto, no debe perder la fe ni entregarse a sus preocupaciones mentales. Aunque el desenlace no
sea satisfactorio la persona debe seguir intentando mejorarlo, pues así sabrá que ha realizado su mayor esfuerzo y
que no es responsable por algo que está fuera de su capacidad. Los musulmanes llaman a este artículo de fe, la
creencia en qadaa y qadar, entendiéndose que la sabiduría eterna de Dios se anticipa a los eventos y que los hechos
tienen lugar de acuerdo con el conocimiento exacto de Dios (sura 18.29; 41.46; 53.33-62; 54.49; 65.3; 76.29-31).
7. Existe un propósito en la vida. La creación de Dios es significativa y por lo tanto la vida tiene un propósito
sublime, más allá de las necesidades físicas y las actividades humanas. Si bien el propósito de la vida es adorar a
Dios no implica que tenemos que pasar toda la existencia en un constante aIslamiento y una absoluta meditación.
Adorar a Dios es conocerlo, amarlo, obedecer sus mandamientos a fin de cumplir su ley en todos los aspectos de la
vida. Es servir a la causa divina haciendo lo correcto y evitando el mal, es ser recto delante de Dios, de uno mismo y
los demás seres humanos. Adorar a Dios es vivir la vida, no huir de ella. Resumiendo, adorar a Dios es saturarse con
sus atributos supremos. Sin lugar a dudas ésta no es una simple declaración ni tampoco una simplificación, más
bien es la más completa y concluyente conclusión. Así que, si la vida tiene un propósito y si el hombre es creado
para servir a ese propósito, entonces él no puede escaparse de su responsabilidad. No puede negar su existencia ni
tampoco ignorar el papel que le toca desempeñar. Cuando Dios asigna a alguno una responsabilidad, Él también
provee la asistencia necesaria dotando al individuo de la inteligencia y el poder para decidir su línea de conducta.
De modo que el hombre es delegado por Dios para trabajar con todo empeño en el propósito de su existencia. Si
deja de avanzar en este sentido por negligencia o abusos en sus funciones deberá responder a Dios por sus malas
acciones (sura 21.17-18; 51.56-58; 75.37).
8. Hay dignidad en el hombre. El hombre disfruta del máximo grado jerárquico entre todas las criaturas
conocidas; sin embargo, cuanto más destacado es el rango más alta es la responsabilidad. Ocupa esta distinguida
posición porque es el único ser dotado de facultades racionales, de aspiraciones espirituales y de poderes activos.
Desempeña el cargo de virrey de Dios en la tierra; por lo tanto, debe tener cierto poder y autoridad y estar
potencialmente dotado con honor e integridad. La condición del hombre en el Islam no se circunscribe a un estado
de condenación desde su nacimiento hasta la muerte, sino a uno de dignidad ya que es idóneo para realizar nobles
misiones. El hecho de que Dios escogiera mensajeros para revelarse a la humanidad confirma que el hombre es
digno de confianza y que es capaz de adquirir inmensos tesoros de bondad (sura 2.30-34; 6.165; 7.11; 17.70-72, 90-
95).
9. Existe una religión universal: el Islam. Cada una de las personas que nace es musulmana. Esta afirmación
significa que el mismo nacimiento se lleva a cabo en conformidad con la voluntad de Dios, para la realización de su
plan y bajo la sumisión a su mandato. También implica que cada ser humano está dotado de potencialidades
espirituales e inclinaciones intelectuales que pueden convertirlo en un buen musulmán, siempre y cuando tenga el
correcto acceso al Islam y promueva el desarrollo de su naturaleza innata. Si el Islam es presentado adecuadamente
hay mucha gente que está dispuesta a aceptarlo puesto que es la fórmula divina para alcanzar tanto la satisfacción
de las necesidades morales y espirituales como el logro de las aspiraciones más comunes. El Islam es propicio para
los individuos que quieren llevar una vida sana y constructiva, cultivando su desarrollo personal y social, en los
niveles nacional o internacional. Esta es la realidad porque el Islam es la religión universal de Dios. Dios es el
creador de la naturaleza humana y sabe qué es mejor para ella (sura 30.30; 64.1-3; 82.6-8).
10. Hay libertad, responsabilidad y pecado en el hombre. Todas las personas nacen libres del pecado y por lo
tanto pretenden tal virtud heredada. El hombre inicia su vida como si fuera un libro en blanco y, si su desarrollo es
normal y razonable, cuando alcanza la madurez será responsable de sus actos e intenciones. El hombre no solo está
libre de pecado hasta que comete uno, sino que también es libre de hacer las cosas de acuerdo con sus planes y bajo
su propia responsabilidad. Esta doble libertad –del pecado y de las acciones eficaces– borra de la conciencia de los
musulmanes la fuerte presión del pecado heredado. En consecuencia hay alivio para el alma y la mente de la
angustia innecesaria que acarrea la doctrina del pecado original.
El concepto islámico de libertad se basa en el principio de la justicia de Dios y de su responsabilidad directa sobre
las personas. Cada individuo debe llevar su propio lastre y hacerse cargo de sus acciones porque ninguno puede
expiar el pecado de otro.
Por consiguiente, un musulmán cree que si Adán cometió el primer pecado tuvo que ocuparse de conseguir su
propia expiación. Afirmar que Dios no podía perdonar a Adán, y que tenía que poner a alguien para expiar su
pecado; o suponer que Adán no oró por perdón o que oró por él, pero no le fue otorgado, sería extremadamente
improbable y contrario a la misericordia y justicia de Dios, como también a su capacidad y poder para perdonar.
Asumir dicha hipótesis sería un desafío audaz al sentido común y una violación flagrante al mismo concepto de Dios
(sura 41.46; 45.15; 53.31-42; 74.38. Ver las referencias del artículo nueve).
Sobre la autoridad del Corán y el basamento racional previamente mencionado, el Islam acepta que Adán
comprendió su afrenta a Dios y clamó por perdón como cualquier otro pecador sensible lo hubiera hecho. Sobre esa
misma base se sustenta la creencia del Dios misericordioso y clemente que concedió el perdón a Adán (sura 2.35-37;
20.117-122). Por lo tanto, el Islam rechaza la doctrina de que Adán y la descendencia humana fueron declarados
culpables y estuvieron condenados hasta el momento en que Jesús descendió a la tierra para expiar sus pecados. Los
musulmanes no admiten la dramática muerte de Jesús, como el acto hecho de una vez y por todos, para acabar con
la totalidad de los pecados de la raza.
En este punto el lector debe ser advertido de conclusiones erróneas. El Islam no cree que Jesús haya muerto por
mano de sus enemigos, pues la base de la doctrina de la crucifixión se contrapone tanto a la misericordia y justicia
divina como a la lógica y dignidad humana. Tal descreimiento del dogma no reduce en modo alguno la reverencia
que los musulmanes tienen por Jesús, ni degrada su alto rango dentro del Islam, ni censura la fe en Él como un
profeta distinguido de Dios. Al contrario, el rechazo de esta doctrina permite al musulmán aceptar a Jesús aunque
solamente con un alto respeto y estima, pues considera que su mensaje original es una parte esencial del Islam.
Recordemos nuevamente que en la profesión de fe islámica el creyente debe aceptar y respetar a todos los profetas de
Dios sin discriminación alguna.
11. La salvación se obtiene por creencias y prácticas religiosas. El hombre debe trabajar para obtener su
salvación con la ayuda de Dios. Esto implica que una persona debe combinar la fe y la acción, o sea su creencia y
su práctica, porque la fe sin obras es insuficiente y viceversa. En otras palabras nadie es capaz de alcanzar la
salvación si su fe en Dios no llega a ser dinámica de modo tal que convierte sus creencias en realidad. Esta
declaración está en completa armonía con los artículos de la fe islámica. Dios no acepta el servicio hipócrita y
ningún creyente verdadero puede ser indiferente a las exigencias divinas con respecto a las prácticas religiosas.
Asimismo ninguna persona puede actuar en favor de otra o arrogarse el papel de intercesor entre Dios y los
hombres (sura 10.9-10; 18.30; 103.1-3).
LA FAMILIA Y LOS HIJOS
Tu Señor ha decretado que no debéis servir sino a Él y
que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de
ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: “¡Uf!”
y trates con antipatía, sino sé cariñoso con ellos. Por
piedad, muéstrate deferente con ellos y di: “¡Señor, ten
misericordia de ellos como ellos la tuvieron cuando me
educaron siendo niño!” (sura 17.23-24).
Los musulmanes valoran la interdependencia dentro
de la familia y la comunidad, de manera que aun la
familia extendida puede vivir junta. Muchos
musulmanes trabajan en empresas que son propiedad
de su propia parentela. En numerosas ocasiones las
decisiones son tomadas por el grupo, sobre todo por los
hombres, en tanto que las mujeres son libres de adoptar
resoluciones independientes siempre y cuando no sean
contrarias a las del líder familiar.
Los matrimonios pueden ser acordados dentro de la
familia ampliada a fin de que las mujeres solteras no
permanezcan solas. Con frecuencia el sistema
matriarcal prevalece entre las mujeres y los niños, y el
estrés en el hogar puede llegar a ser muy alto
especialmente cuando el varón da mayor
reconocimiento a su madre que a su esposa.
La mayoría de las mujeres musulmanas sienten que su
honra consiste en permanecer en sus casas para velar
por las necesidades de toda la familia (ver “El honor y la
vergüenza” en p. 155) Ellas ejercen una importante
influencia en la educación religiosa de sus hijos. En
general los hijos varones son más favorecidos que las
niñas. Si la esposa no concibe hijos el esposo sufre la
afrenta, pues el nacimiento de un bebé es motivo de una
celebración extraordinaria.
A pesar de las aparentes restricciones, millones de
mujeres musulmanas son amadas y respetadas por su
marido e hijos, inclusive en la vejez. Para la cultura
musulmana es difícil entender el motivo por el cual las
personas seniles son separadas de sus familias para ser
llevadas a hogares de ancianos y ser atendidas por
extraños. La niñez musulmana es la encargada del
cuidado de sus padres cuando éstos llegan a la
ancianidad y por consiguiente velarán por ellos para
prodigarles una vida lo más cómoda posible.
Fuente: Année W. Rose, www.frontiers.org.
12. No hay responsabilidad alguna en los inalcanzados. Dios no considera responsable a ninguna persona sino
hasta el momento en que él mismo le muestra el camino correcto. Por eso, Dios ha enviado numerosas revelaciones
a través de sus mensajeros, y ha dejado claro que no habrá castigo antes de que la persona reciba guía y
advertencia divina. Como resultado de ello, las personas locas o aquellas que nunca se han encontrado con algún
mensajero divino no son responsables ante Dios por su desobediencia. Estos individuos solo serán responsables por
dejar de hacer lo que su propio sentido común les dicta como lo correcto. En cambio, la persona que a sabiendas e
intencionalmente viola la ley de Dios y se desvía del camino verdadero será castigada por sus malas acciones (sura
4.165; 5.16, 21; 17.15).
Este artículo es muy importante para los musulmanes. Hay mucha gente en el mundo que ni han oído acerca del
Islam ni tienen una manera de acceder a él. Estas personas podrían llegar a ser buenos musulmanes si encuentran el
camino hacia la religión. Entonces según vemos las personas que no tienen la oportunidad de acceder al Islam no
serán responsables por no pertenecer a la religión, en cambio, los musulmanes que pueden presentar la fe a los
incrédulos y no lo hacen serán hallados culpables por omisión. La práctica de anunciar el Islam, no solo con palabras
sino también con los hechos, es exigida a cada musulmán alrededor del mundo entero (sura 3.104; 16.125).
13. Hay bondad en la naturaleza humana. La naturaleza humana que Dios ha creado contiene más cosas buenas
que malas, por lo tanto son mayores las probabilidades de una reforma exitosa que de un fracaso irremediable.
Esta creencia deriva del hecho de que Dios ha encomendado ciertas tareas al hombre y en virtud de orientarlo ha
dado revelaciones divinas a través de sus mensajeros. Si el hombre fuera por naturaleza un caso perdido, imposible
de ser reformado, no sería posible que Dios en su sabiduría absoluta le asigne responsabilidades y delegue a su
arbitrio las cosas que debe hacer o no. Dios no obraría de esta manera si todo fuera en vano. La realidad de que
Dios está preocupado por el hombre y que se ocupa de sus intereses confirma que el hombre no vive sin esperanza,
y que él se inclina hacia el bien. Seguramente con una sólida fe en Dios y la debida confianza en el hombre pueden
ocurrir los milagros, incluso en nuestros días. Para entender en forma acabada esta cuestión es necesario estudiar
minuciosamente los pasajes relevantes del Corán y reflexionar en sus correspondientes significados.
14. La fe se completa en las convicciones. La fe no está completa si se acepta sin cuestionamientos, a menos que el
creyente esté razonablemente satisfecho. Si es la fe la que inspira a la acción y ambas son el medio para obtener la
salvación, la fe deberá estar basada en convicciones inquebrantables, sin coacción o engaño alguno. En otras
palabras, la persona que se llama a sí mismo musulmana, ya sea por tradición familiar, por amenaza o por
imitación ciega no es un religioso cabal a los ojos de Dios. Un musulmán debe construir su fe sobre convicciones
sólidas más allá de cualquier duda e incertidumbre y, si las tuviera, es invitado por Dios a buscar evidencias en el
libro abierto de la naturaleza, a usar los recursos de su razonamiento y a reflexionar en las enseñanzas del Corán.
Es su deber investigar la indiscutible verdad hasta encontrarla, y con la suficiente seriedad y capacidad, desde
luego, logrará descubrirla (sura 2.170; 43.22-24).
Por lo tanto, el Islam exige el sustento de convicciones sólidas y se opone a la ciega imitación. Todo ser humano
debidamente calificado como un pensador auténtico y sincero es impelido por el Islam al uso máximo de sus
facultades, pero si alguien es incompetente o está inseguro de sí mismo solo debe seguir su pensamiento hasta los
límites posibles. Esta persona solamente precisa confiar en las fuentes auténticas de la religión, suficientes en sí
mismas, sin necesidad de aplicarlas a una discusión crítica para la cual está inhabilitado. Entonces, nadie puede
catalogarse como un musulmán genuino, a menos que su fe tenga un sólido basamento y que su mente esté libre de
toda duda.
Como consecuencia de ello, no se puede obligar a nadie a aceptar el Islam porque Dios no acepta la fe forzada.
Tampoco es considerado verdadero el Islam que no se origina en las convicciones libres y sanas. Debido a que el
Islam garantiza la libertad de creencias, muchos grupos no musulmanes que viven en los países islámicos gozan de
plena libertad de conciencia e ideología. Los musulmanes adoptan tal actitud porque el Islam prohíbe la coacción en
asuntos de fe. La luz debe ser irradiada desde el interior de la persona porque la libertad de elección es la piedra
angular de la responsabilidad. Esto no exime a los padres de la responsabilidad que tienen sobre sus hijos, ni
tampoco justifica que se muestren indiferentes por su bienestar espiritual. Al contrario, los padres deben hacer todo lo
posible para ayudar a sus dependientes a construir una fe fuerte e inspiradora.
Existen caminos paralelos que establecen la fe sobre bases sólidas. El primero es el acercamiento espiritual basado,
principalmente, en el Corán y en las tradiciones de Muhammad. El segundo es el enfoque racional que, finalmente,
conduce a la fe en el Ser supremo. Esto no quiere decir que el encuadre espiritual carezca de racionalidad, ni
tampoco que el tratamiento racional de la espiritualidad esté privado de inspiración. De hecho, ambos enfoques se
complementan y pueden interactuar perfectamente entre sí. Ahora bien, una persona equipada de un pensamiento
sólido puede recurrir al enfoque racional o al espiritual o a ambos, y puede estar segura de que llegará a una
conclusión cierta. Por otro lado, el individuo incapaz de realizar una investigación profunda debido a sus limitaciones
de razonamiento debe elegir el enfoque espiritual, y contentarse con el conocimiento derivado de las fuentes
auténticas de la religión. El eje del asunto es que ya sea por el uso de la perspectiva espiritual, racional o ambas,
finalmente la persona venga a la fe en Dios. Estas vías son iguales en importancia y aceptación dentro del Islam, y
utilizadas de una manera adecuada conducen a un mismo fin, es decir, alcanzar la fe en el Ser supremo (sura 5.16-
17; 12.109; 18.30; 56.80-81).
15. El Corán es la única palabra perfecta de Dios. El Corán es la palabra de Dios manifestada a Muhammad a
través del ángel Gabriel. El sagrado libro fue revelado por Dios fragmento tras fragmento en ocasiones para dar
respuesta a determinadas preguntas, en varias para solucionar problemas específicos, en algunas para resolver
conflictos y en otras para ser la mejor guía del hombre hacia la verdad de Dios y la felicidad eterna. Cada letra del
texto coránico es la palabra de Dios y todos sus sonidos son el eco de la verdadera voz divina. El Corán es la fuente
primitiva y auténtica del Islam, revelado en el idioma árabe. Su versión árabe original y completa seguirá
existiendo porque Dios se preocupa de preservar este libro como la guía permanente del hombre, y se ocupa de
protegerlo en contra de la corrupción (sura 4.82; 15.9; 17.9; 41.41-44; 42.7, 52-53).51
16. Las tradiciones de Muhammad son la segunda fuente del Islam. Hay una clara distinción entre el Corán y
las tradiciones de Muhammad. Mientras que el primero es la palabra de Dios, las segundas son las interpretaciones
prácticas del Corán. El papel de Muhammad fue transmitir el Corán tal cual lo recibió, luego proceder a su
interpretación y por último llevarlo plenamente a la práctica. El conjunto de dichas interpretaciones y prácticas
fueron recopiladas y conocidas como las tradiciones de Muhammad. Ésta es la segunda fuente de autoridad del
Islam y debe estar en completa armonía con el Corán, norma y fundamento de la religión. En el caso de
presentarse alguna contradicción o inconsistencia entre una tradición y el Corán, los musulmanes solo se adhieren
al Corán. Sin embargo la genuina tradición de Muhammad jamás puede estar en desacuerdo con el Corán.
COMENTARIO FINAL
En la exposición de los artículos fundamentales de la fe islámica deliberadamente hemos esquivado presentar un
informe tradicional. No limitamos su desarrollo nada más que a unos pocos apartados sino que tratamos de incluir la
mayor cantidad posible de ellos. Cabe señalar que cada uno de los principios previamente desarrollados encuentra su
base en las enseñanzas del Corán y en las tradiciones de Muhammad, y podrían haberse incluido más citas en este
volumen, pero no ha sido factible debido a las limitaciones editoriales. Sin embargo el Corán y las tradiciones de
Muhammad son las referencias disponibles para cualquier estudio detallado.
Además hemos minimizado el uso del lenguaje técnico y de la terminología occidental como “predestinación”,
“fatalismo” y “libre albedrío” para evitar confusiones y tecnicismos. La mayoría de los vocablos técnicos que las
personas que no hablan árabe pueden aplicar al Islam, únicamente conducen a la incomprensión o producen
impresiones equivocadas, de modo que si los términos religiosos extranjeros fueran adaptados y acomodados al Islam
el propósito de este trabajo no sería alcanzado. Por otro lado el uso de la terminología religiosa extranjera nos hubiera
obligado a añadir infinidad de calificaciones y comentarios con el objeto de esclarecer la imagen del Islam. En
definitiva, hemos tratado de dar una explicación en el lenguaje normal.
NOTA FINAL
1 El Corán e s la única e scritura de la historia humana que ha sido pre se rvada e n su ve rsión comple ta y original sin un mínimo cambio e n su
e stilo o puntuación. Este e s un te stimonio de la conse rvación divina de l te xto sagrado. La impre sión de l Corán, la compilación de los
capítulos y la conse rvación de l te xto ge ne ral e stán fue ra de cualquie r duda, no solo e n la me nte de los musulmane s, sino tambié n e n la
conside ración de los hone stos y calificados e ruditos. Ningún e studioso de cualquie r fe que re spe ta su conocimie nto e inte gridad ha
cue stionado e ste he cho histórico. En re alidad, Muhammad ha re alizado un prodigio, pue s aunque toda la humanidad se unie ra para
producir un te xto se me jante no podría siquie ra e laborar un solo capítulo coránico (sura 2.22-24; 11.13-14; 17.88-89.)
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. Considere las creencias de la fe islámica que ha aprendido en esta lección. ¿Hay alguna que lo haya sorprendido?
¿Qué elementos de la lección lo han ayudado a entender mejor a los musulmanes?
2. ¿Qué aspectos del carácter de Dios enfatiza el Islam?
3. ¿Cuál es el juicio del Islam en cuanto a la naturaleza del hombre?
APRENDE MÁS
Leer Phil Parshall, Understanding Muslim Teachings and Traditions: A Guide for Christians (Grand Rapids: Baker
Books, 2002).
Hammudah Abdalati, Islam in Focus (Beltsville, Md.: Amana Publications, 1998).
Ver Inside Mecca, National Geographic DVD (2000) e Inside Islam, History Channel DVD (2002).
Orar por los musulmanes todos los días durante el mes de ramadán. Cada año es publicada una guía de los treinta
días de oración por el Ramadán.
Encontrar un centro internacional de estudiantes, si es que lo hubiere en su comunidad. Pregunte si hay estudiantes
musulmanes que buscan tutoría para prácticas del idioma.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
EXPRESIONES DEL ISLAM
LECCIÓN 4
LOS MUSULMANES HOY
REFLEXIONE
• Ha habido muchos acontecimientos en el mundo desde que el islam fue establecido en el siglo VII. ¿Cómo han
respondido los musulmanes a estos cambios?
• ¿Cómo podemos expresar empatía hacia los musulmanes frente a los desafíos que enfrentan hoy en día?
• ¿Qué requiere el evangelio a los cristianos en respuesta al sufrimiento del prójimo?
• ¿Qué actitudes deben tener los cristianos para responder a la diversidad de la cultura, las personas y las opiniones?
PUNTOS CLAVE
1. La comunidad musulmana (umma).
2. La unidad de Dios (tawhid).
3. Los valores de honor y vergüenza gobiernan profundamente a los musulmanes ya su comunidad.
4. Diversidad entre los musulmanes.
5. Ilustraciones de la diversidad en los conflictos actuales.
6. El descontento social y la opresión pueden llevar a la violencia.
7. La Jihad varía en significado: lucha contra el pecado personal y comunal, guerra justa en defensa contra las
amenazas externas, la expansión del territorio musulmán (dar al-islam), la justificación del terrorismo extremistas.
8. El plan de Dios incluye tanto crear como redimir la diversidad humana a través de Cristo.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
La Diversidad Dentro de La Umma Islámica
Una Franca Confrontación: La Umma Musulmana, La Iglesia Cristiana
BÁSICAS Un Análisis De La Pluralidad Musulmana
INTRODUCCIÓN
El Corán tiene sus raíces en la cultura árabe del siglo VII. Sin embargo, la expresión del Islam –la umma o
comunidad musulmana– ha cambiado y ha crecido, y su grado de relevancia es cuestionada. En respuesta a dichos
retos las comunidades fueron adaptándose a los cambios o atrincherándose en los viejos patrones. Estos
acontecimientos fragmentaron a la umma en varias ramas y grupos, por ejemplo los chiitas, los suníes, los wahabíes,
los ahmadiyas y la nación del Islam entre otros.
La primera variación del Islam sucedió cuando la umma debió huir de la Meca a causa de la persecución y llegó a
conformar una sociedad exitosa en Medina. La naciente umma empezó a subyugar a los no musulmanes, inclusive a
las tribus judías de Medina. En esta instancia la umma giró su enfoque para convertirse en una religión árabe, y en
lugar de celebrar el día de la expiación (de los judíos) y orar en dirección a Jerusalén, comenzó a realizar tanto el hajj
como las oraciones con orientación hacia la Meca. Otra variante se produjo poco después de la muerte de
Muhammad debido a las diferencias culturales y a los desacuerdos en cuanto a la manera de elegir un líder, tanto así
que provocaron la rebelión y una guerra civil dentro de la umma. Aún hoy los musulmanes siguen batallando con
estas tensiones. Es cierto que las mayores transformaciones sociales, políticas, tecnológicas y económicas se han
sucedido en el siglo pasado, más que en todos los años anteriores desde la época del profeta y, como resultado de ello,
el Islam actual, más diversificado, lucha intensamente en contra del cambio.
Por causa de la gran diversidad de la umma, los musulmanes comparten el parentesco espiritual y una similitud de
formas. Todos ellos adoptan estilos equivalentes de cortesía, higiene y vestimenta, y utilizan mayormente nombres
árabes. Los musulmanes alrededor de todo el mundo celebran las mismas fiestas y repiten iguales oraciones. Ellos se
manifiestan, se enorgullecen y se solidarizan con la umma islámica global. Solo hay dos comunidades reconocidas
dentro de la religión: Dar al-Islam (Dar es-Salaam), o sea la casa de la paz y Dar al-Harb, es decir la casa que aún no
es musulmana. Esta conformidad de propósito –la defensa y la propagación de la comunidad– da sustento a la
unidad de la umma y a la convicción de compartir la existencia de un solo Dios.
El tawhid (la unidad) también se erige en contra de la dicotomía entre lo secular y lo sagrado. Los musulmanes
creen que Dios debe regir toda la vida y el corazón, y no solo una parte de ambos. Las esferas personal, religiosa,
económica, social y política de la vida deben ser sometidas a Dios en su totalidad a través del Islam. Según las
palabras de Muhammad Iqbal: “La religión no es un asunto departamental, no es el mero pensamiento ni el simple
sentimiento ni la exclusiva acción, sino que es una expresión del hombre completo”.1
A pesar de que la visión idealista de una sociedad unida y exitosa inspira al da’wa musulmán o su extensión,
muchas personas dentro de la umma padecen sufrimientos bajo los gobiernos “islámicos” opresivos que distan de ser
los ideales. Los imperios musulmanes de antaño se han desvanecido, el califato ha sido disuelto y en la actualidad
miles de musulmanes viven en culturas pluralistas o han emigrado a las sociedades occidentales. A la luz de esta
realidad nos preguntamos qué es exactamente la umma hoy en día.
En realidad, no existe un tipo de musulmanes, pues hay varios géneros comunes. Algunos son activamente
religiosos y muestran una profunda preocupación por la deriva moral que trae la modernidad a sus culturas,
mientras que otros son modernos y de corte occidental en su orientación. Unos son nacionalistas orgullosos de su
esencia (este es un sinónimo del ser musulmán), pero la amplia mayoría está compuesta por personas comunes que
necesitan vivienda, alimento, educación, salud y más oportunidades de empleo. Estas grandes categorías fluyen y se
trasladan libremente.
La lección anterior nos ha ayudado a entender las prácticas religiosas islámicas y la siguiente nos zambullirá en la
vida cotidiana de los musulmanes comunes. Pero la presente lección nos lleva a apreciar el enfoque musulmán de las
temáticas que el mundo islámico enfrenta en la actualidad.
El Islam despierta ciertos movimientos que buscan la modernización de la fe, tanto en una reforma religiosa como
secular. La religión realiza esfuerzos con el propósito de reunir a la umma y volverla a sus ideales. Tal vez estas
corrientes pueden sonar demasiado occidentales o muy árabes para la media de los musulmanes, pero están
afectando a nuestro mundo. A medida que avanzamos en los temas generales debemos tener en cuenta que
precisamos escuchar la opinión del musulmán para poder responder a su exigencia, sin rendirnos y sin darle un
argumento estereotipado.
Al igual que nosotros, los musulmanes viven en un mundo recientemente sacudido por el nacionalismo, el
capitalismo, el socialismo, el modernismo, el materialismo, el secularismo y el racismo. El fracaso de estas filosofías
ha provocado desilusión entre ellos, y muchos se preguntan si acaso Dios los ha abandonado como una manera de
disciplinarlos para que se vuelvan al Islam. Este mensaje atrae a los más variados tipos de musulmanes: a los jóvenes
ricos desilusionados con la vida moderna, a las mujeres pobres reprimidas con escasas oportunidades, a los que
padecen estrechez económica, a los trabajadores de la clase media y a los hombres afro-americanos encarcelados por
el crimen urbano. A veces, la desesperanza de los musulmanes se traduce como ira en contra de aquellos a quienes
consideran la causa de su fracaso. Estiman que en gran medida las naciones occidentales –ricas, volcadas al
consumismo y centradas en sus propios intereses– son las responsables de su padecimiento, y que poco hacen para
traerles alivio. A la vista de numerosos musulmanes el imperialismo del siglo XX continúa vivo en materias
económica y cultural, y manifiesta su opresión a través del comercio y de la industria televisiva, fílmica y
pornográfica de Occidente. Los fieles temen que sus hijos adopten los valores ateos occidentales tan abiertamente
expuestos, y que por ende el futuro de las familias y comunidades sea vea amenazado.
EL HONOR Y LA VERGÜENZA
“Nada limpia la vergüenza, excepto la sangre”
(proverbio árabe).
En todas las familias, comunidades, gobiernos y
culturas los hijos son enseñados en cuanto a que ciertos
comportamientos son aceptables y merecen ser
recompensados, mientras que otros son intolerables y
deben ser castigados. La escala de valores y su modo de
enseñanza varían de una sociedad a otra. Múltiples
culturas occidentales se concentran en la verdad, la
honestidad, la culpa, el bien, el mal y la inocencia. Los
niños son reprendidos con un enfático no. Los sistemas
legales protegen las libertades y los derechos. No está
permitido mentir porque no es justo. Distorsionar u
ocultar la verdad no es un signo de educación, respeto,
civilidad o cortesía, por lo tanto no se puede confiar en
un mentiroso.
Sin embargo, en la mayoría de las culturas no
occidentales los niños son amonestados mediante la
vergüenza y son enseñados a ocultar la verdad de forma
educada a fin de no mostrarse descorteses. Además, la
vergüenza puede ser utilizada como el castigo por una
conducta criminal, y los sistemas legales pueden
defender las acciones tomadas para proteger el honor
propio. El honor puede exigir que un musulmán, como
muestra de respeto, entregue regalos a las autoridades,
en cambio un occidental considera que dicha práctica es
un soborno. Sin embargo en las comunidades no
occidentales aquellas personas que descuidan estos
deberes pueden ser catalogados como descorteses o
irrespetuosos y no se puede confiar en una persona
deshonrosa.
El honor y la vergüenza son poderosos motivadores
sociales. En numerosas culturas el honor es ostentado
globalmente tanto en las familias individuales como en
la comunidad entera, en tanto que la vergüenza es una
ofensa propinada al conjunto y por lo tanto debe ser
desagraviada. Alguien que deshonra a su familia puede
ser rechazado, pero en casos extremos el hallado
culpable puede ser asesinado a fin de restituir el honor
del grupo que fue agraviado. La Biblia se manifiesta con
respecto a la cultura del honor y la vergüenza cuando
expresa en Proverbios 13.18: “Pobreza y vergüenza
tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que
guarda la corrección recibirá honra” (leer Nm. 12.14, 2 S.
13.1-32, He. 12.1-3).
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam.
Algunos musulmanes consideran que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son las entidades
títeres de las compañías multinacionales, que imponen la austeridad de los pobres, persiguen sus propios intereses
económicos y nunca se hacen responsables por las malas inversiones realizadas en los regímenes dictatoriales. Otros
en cambio observan que las políticas institucionales de las naciones occidentales no solo favorecen los intereses de
Occidente sino que otorgan ayuda financiera para la exportación de equipos militares destinados a gobiernos
ilegítimos. El apoyo incondicional que los Estados Unidos brinda a Israel es un excelente ejemplo del doble criterio
occidental. Los musulmanes sufren la humillación y la impotencia y entienden que deben hacer algo para resolver
sus problemas políticos. No pueden ocultar su vergüenza y debe ser vengada.
¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante tal situación? Siendo el editor de este compendio debo manifestar que no
estoy de acuerdo con la visión que tienen los musulmanes acerca de los acontecimientos actuales, sin embargo me
identifico con su difícil situación. Comparto el hecho de que el ateísmo, la apostasía y la infidelidad son los rasgos
distintivos de la modernidad. Reconozco cuánto me enojo con los más pequeños insultos y me pregunto si no
recurriría a la violencia en caso de no tener otra opción. Y cuando escucho que mis amigos musulmanes expresan su
desilusión por la violencia indiscriminada que mata a las mujeres, a los niños y a los débiles, me doy cuenta que ellos
también están ansiado tener otra alternativa.
Fuente: Da vi d W. Shenk, “Is l a m a nd Chri s ti a ni ty: A Ques t for Communi ty,” tra ba jo no publ i ca do, 14 de enero de 1983.
Es necesario que como cristianos proporcionemos una respuesta informada, pero antes de eso debemos
examinarnos a nosotros mismos. ¿Qué imagen de Cristo estamos mostrando a los musulmanes? ¿Hay divisiones y
conflictos entre las distintas denominaciones? ¿Cómo están estas formas de Cristianismo ligadas a nuestras culturas?
¿Es el Cristianismo bíblico capaz de adaptarse a los tiempos y lugares diferentes? ¿Cómo deberían adaptarse las
iglesias a los cambios del mundo sin caer en el legalismo o en el libertinaje? Carl Ellis, co-autor de The Changing Face
of Islam in America, afirma que frecuentemente presentamos a Cristo envuelto en una bolsa de plástico de la cultura
occidental. ¡Entonces no es extraño que los destinatarios estén sofocándose en el Pan de vida!
El camino de Cristo es diferente de la trayectoria de este mundo. Jesús no buscó el éxito, la riqueza o el poder. Él se
humilló y fue a la cruz por toda la humanidad. Somos llamados a seguir sus pasos, y a construir para el reino
espiritual eterno y no para una comunidad terrenal. Los musulmanes no van a criticar a Jesús porque su reputación
es intachable. El problema radica en el fracaso de los cristianos para actuar según el ejemplo de Jesús, y los
musulmanes necesitan ver que los cristianos son imitadores de su Maestro. ¿Qué haremos al respecto?
- K.S., editor.
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Ja cob M. Fel l ure, The Everythi ng Mi ddl e Ea s t Book: The Na ti ons , Thei r Hi s tori es , a nd Thei r Confl i cts (Avon, Ma .: F+W Publ i ca ti ons , 2004).
NOTA FINAL
1 Muhammad Iqbal, The Re construction of Re ligious Thought in Islam (Lahore , Pakistán: Ashraf Pre ss, 1968), p. 2.
LA DIVERSIDAD DENTRO DE LA UMMA ISLÁMICA
por Phil Parshall
El profeta tuvo la intuición de que se sucederían futuras divisiones entre sus discípulos. En una de las tradiciones
más famosas se expresa que Muhammad dijo: “De cierto que ocurrirá con mi pueblo lo que pasó a los hijos de Israel.
Ellos se separaron en setenta y dos sectas, y mi pueblo se dividirá en setenta y tres. Cada una de estas fracciones se
irá al infierno, a excepción de una secta.”1
Muhammad supuso que una herejía podría ser fácilmente identificada. Los desviados serían enviados al infierno
por obra de la umma y solo los verdaderos musulmanes tendrían el privilegio de entrar en el paraíso. Pero en
realidad la determinación de una herejía nunca ha sido tarea sencilla, pues hay infinidad de mezclas tanto en las
doctrinas como en las interpretaciones y en las prácticas de cualquier grupo. Siendo así, la pureza es relativa.
La homogeneidad y la heterogeneidad, la unidad y la discordia y el amor y el odio se funden dentro del Islam, a la
vez una religión, una visión del mundo, una comunidad, un ritual y un código. Aunque los musulmanes codician la
tan ansiada unidad no logran obtenerla, y la mayoría de ellos experimenta la frustración de que la umma islámica
está lejos de alcanzar aquel ideal del profeta.
“Ya a Hus a yn” fue l a res pues ta de l os va rones jóvenes . Sus hombros es ta ba n ma gul l a dos por l os gol pes ri tua l es y l os pa ñuel os
enrol l a dos en s us ca beza s es ta ba n moja dos por l a tra ns pi ra ci ón. Aún en es e es ta do ma ntenía n l a nota s os teni da , el ri tmo medi do y l a s
ca dena s os ci l a ntes como i ncens a ri os . Mi entra s ta nto l a s ca dena s era n pul s a da s con fuerza y el ca nto l ogra ba un a l to eco en l a s
ga rga nta s , dentro de l a mezqui ta l os ta zi ya s es pera ba n s u turno oyendo des de l ejos l os gol pes del ri tua l conti nuo. “Oh, Hus a yn, nues tro
a ma do má rti r, nos a fl i gi mos por ti ,” vol vi ó a excl a ma r el l íder. La s l á gri ma s corría n por l a s meji l l a s de l os hombres , qui enes s ol l oza ba n a l
l a do mío, y l os gri tos a gudos de l a s mujeres a nunci a ba n l a pérdi da , el dol or, l a pena y l a l a menta ci ón.2
Es ta fue l a vi venci a de El i za beth W. Fernea en oca s i ón de s u vi s i ta a l ma us ol eo del i ma m Hus a i n, ubi ca do en el i mporta nte centro de
peregri na ci ón chi íta de l a ci uda d s a nta de Ka rba l a , en Ira k. Un ri tua l de ca ra cterís ti ca s s i mi l a res ocurre en l a s comuni da des chi i ta s de
todo el mundo i s l á mi co dura nte el a ni vers a ri o de l a muerte de Hus a i n, s u ma yor l íder, héroe y má rti r.
LOS WAHABÍES
En 1691 nació Muhammad Ibn Abd al-Wahhab, en Ayinah, al norte de Arabia. Fue instruido cuidadosamente en la
doctrina islámica dentro de la corriente hanbalí, la más estricta de las cuatro escuelas de ley. Ibn Abd al-Wahhab
realizó numerosos viajes, estudió en la Meca, en Bagdad y en Medina y, en el término de tan solo un año, fue
reconocido como un exponente del sufismo. Finalmente se convirtió en un discípulo de Ibn Taimiyyah, un teólogo
hanbalita del siglo catorce quien fuera defensor de una minuciosa observación de la ley y de los rituales islámicos.
La expulsión de Ibn Abd al-Wahhab de su ciudad natal lo obligó a buscar refugio en el pueblo de Dariya bajo el
patrocinio del jefe local, Muhammad bin Saud.
Es ta a s oci a ci ón determi nó el curs o de l a hi s tori a á ra be. Con l a a yuda de l a fa mi l i a Sa ud, l os wa ha bíes comenza ron a a ta ca r a l os
puebl os veci nos y el que l ogra ba s er s ometi do reci bía l a s doctri na s wa ha bíes por medi o de l a i mpos i ci ón. A fi nes del s i gl o XIX, l os
wa ha bíes control a ba n l a ma yor pa rte de l a a ctua l Ara bi a Sa udi ta . Es te nombre es s ugerente pues i ndi ca que “Ara bi a pertenece a l a
fa mi l i a Sa ud”. Des de entonces , a excepci ón de dos períodos de ti empo, el cl a n s a udí ha control a do un á rea i mporta nte de Ara bi a . La
pri mera i nterrupci ón s ucedi ó entre 1818 y 1833 debi do a l a ocupa ci ón turca del terri tori o y l a s egunda ocurri ó des de 1891 ha s ta 1901 ba jo
el rei na do de Muha mma d bi n Ra s hi d.8
Ibn Abd al-Wahhab tuvo como principal objetivo realizar la purga de todas las adiciones que el Islam recibió luego
del tercer siglo del calendario musulmán. En sus continuos viajes se horrorizó al ver las prácticas aberrantes que
acostumbraban los fieles. A continuación se describe la lista de los rituales, las creencias y las prohibiciones
establecidas por Ibn Abd al-Wahhab y se detallan las advertencias que emanan del Islam que él mismo había
observado.
• Las cuatro escuelas de la ley y los seis libros del Hadiz deben ser reconocidos.
• Todo objeto de culto fuera de Alá es falso, y todo el que adora a otro dios que no sea Alá es digno de muerte.
• La visita a la tumba de los musulmanes santos está prohibida como un ejercicio para agradar a Dios y ganar su
favor.
• La mención de un profeta, de un santo o de un ángel en la oración constituye un acto de politeísmo.
• La intercesión debe ser hecha únicamente a Alá.
• La realización de voto alguno a cualquier ser humano está prohibido.
• La profesión de todo conocimiento sin fundamento en el Corán y en la sunna manifiesta incredulidad.
• La asistencia a la oración pública es una práctica obligatoria.
• El acto de fumar tabaco está prohibido y quien desoye esta demanda será castigado hasta con cuarenta latigazos.
• El uso de un lenguaje abusivo y de la afeitada de la barba están prohibidos.
• Las limosnas deben ser entregadas de acuerdo a la totalidad de los ingresos.
• El empleo del rosario está prohibido. Los nombres de Dios deben ser contados con los nudillos de una mano.
• Las mezquitas wahabíes deben construirse con gran simplicidad y los minaretes y los adornos están prohibidos.
• El cumpleaños de Muhammad no debe ser celebrado.
• La vestimenta de seda y el ornato de oro y plata están prohibidos.
• La música debe ser rechazada.
• El concepto antropomórfico de Dios es aceptado. Los textos coránicos que mencionan tanto la mano, el oído y la
vista de Dios como así también su ascenso al trono son interpretados literalmente.
• La yihad o guerra religiosa es un acto obligatorio siempre y cuando sea necesario.
• La utilización de las lápidas no está permitida.9
EL MOVIMIENTO AHMADÍA
El movimiento Ahmadía fue fundado por Mirza Ghulam Ahmad. Ahmad nació en 1839 en Qadian, Punjab, la
India. El título mirza indica que sus antepasados llegaron a la India junto con los conquistadores mongoles. Recibió
una buena educación en árabe y en persa, practicó la meditación y siguió estudios religiosos. Cierta fuente
desconocida declara que Ahmad tenía experiencias místicas con frecuencia y que éstas incluían la escucha de voces
audibles. Aproximadamente en 1880 fue llamado por Dios para realizar una misión especial y poco después publicó
Barahini Ahmadiyya, obra que en primera instancia fue bien recibida por sus correligionarios.
El 4 de marzo de 1889 Ahmad anunció que había sido el destinatario de una revelación divina que lo autorizaba a
nombrar discípulos. A partir de ese momento comenzó a exponer una serie de novedosas doctrinas y pronto atrajo a
un buen grupo de seguidores. Pero rápidamente surgió la oposición contra Ahmad por parte de los musulmanes
tradicionales y la controversia duró hasta su muerte en 1908.
LOS PUEBLOS MALAYOS
Los pueblos malayos, más de 360 millones de personas
en más de 800 grupos étnicos, están esparcidos en las
islas del sudeste asiático, en las naciones de Brunei,
Indonesia, Malasia y Filipinas, y también en Singapur y
el sur de Tailandia.
Las normas políticas de estos países, en cuanto a la
religión, son sorprendentemente diversas. Mientras que
en Brunei el Islam es la religión oficial, el gobierno de
Singapur permite una relativa libertad religiosa. En
Filipinas hay un 6 por ciento de población musulmana y
la iglesia católica tiene una considerable influencia. A
pesar de que el Islam suní es la religión oficial en el
oeste de la península de Malasia, los musulmanes
representan una minoría en el este de Malasia. Aunque
en Indonesia el 80 por ciento de la población se confiesa
musulmana -al menos nominalmente-, el gobierno
demanda que sus ciudadanos elijan su creencia
religiosa, ya sea, el budismo, el hinduismo, el Islam, el
Cristianismo protestante o el católico.
Los cuatro millones de acehneses que habitan el
extremo norte de la isla de Sumatra son musulmanes
casi en un 100%. En las zonas rurales se dedican
principalmente a la agricultura del arroz y a la pesca, y
en las ciudades se desempeñan como trabajadores
manuales para los altos funcionarios gubernamentales,
con una baja remuneración.
En 1976, algunos acehneses formaron un movimiento
de campaña en pro de un estado independiente y miles
de vidas se perdieron en las guerrillas esporádicas
contra el ejército indonesio. Además los acehneses se
enfrentan a las crecientes tensiones entre la cultura
islámica tradicional que estima elevados patrones
morales y sociales (inclusive la responsabilidad activa
por los vecinos), y el estilo occidental de una vida
materialista que se hace cada vez más familiar gracias a
los medios de comunicación masiva. En diciembre de
2004 el pueblo aceh fue devastado por un tsunami.
Fuente: Operación Mundo, www.joshuaproject.net
ORIENTACIÓN ANTICRISTIANA
Los ahmadíes manifiestan una posición extremadamente contraria a los cristianos, pues sostienen que Jesús viajó a
Cachemira, la India, y que su tumba está en la ciudad de Srinagar. También se señala a una montaña cerca de
Murree, en Pakistán, como el sitio donde estaría la supuesta tumba de María, la madre de Jesús. Yo había pasado
algún tiempo tratando de encontrarla, pero mi búsqueda fue inútil.
En cierta ciudad musulmana donde estuve residiendo por varios años había una asociación fanática de ahmadíes.
No era una fuerza importante en la comunidad, no obstante fue capaz de generar tiempos difíciles para el reducido
grupo de misioneros en el cual me encontraba. En una oportunidad uno de sus dirigentes se acercó para hablar con
un misionero del equipo que se dedicaba al estudio del idioma. El misionero no conoció la identidad de su
interlocutor y se mostró muy amable tratando de responder con sinceridad a las preguntas. Pocos días después
pudimos leer un artículo en el periódico del distrito que acusaba al misionero de ser un agente de la central de
inteligencia extranjera y fue evidente que los visitantes ahmadíes habían sido los informantes.
En esa ciudad los ahmadíes tienen una mezquita propia para uso exclusivo de su comunidad, pues ellos no
participan de ningún ritual con los suníes. El celo de esta secta me sorprende. Los ahmadíes son personas altamente
motivadas y que incluso están dispuestas a soportar la muerte por sus creencias, de hecho parecen prosperar en
medio de la persecución. Pero hay una pregunta latente en el universo musulmán: ¿Son los ahmadíes miembros de la
umma islámica? Es importante señalar que ellos se autodenominan musulmanes.
ESTUDIOS ADICIONALES
Da vi d Zei da n, Sword of Al l a h: Is l a mi c Funda menta l i s m from a n Eva ngel i ca l Pers pecti ve (Wa ynes boro, Ga .: Authenti c Medi a , 2003).
NOTAS FINALES
1. Mishkatul-Misabih, libro 1, cap. 6, punto 2.
2. Elizabe th W. Fe rne a, Gue sts of the She ik (Garde n City, N.Y.: Anchor, 1965), pp. 242–243.
3. Maurice Gaude froy-De mombyne s, Muslim Institutions, trans. John P. Macgre gor (London: Ge orge Alle n and Unwin, 1950), p. 38.
4. Ibíd., p. 39.
5. L. Be van Jone s, The Pe ople of the Mosque (Calcutta: Baptist Mission Pre ss, 1932), p. 135.
6. Imam Khome ini, Islam and Re volution: Writings and De clarations of Imam Khome ini, trad. Hamid Algar (Be rke le y, Calif.: Mizan, 1980), p.
302.
7. Se yye d Hosse in Nasr, Ide als and Re alitie s of Islam (Ne w York: Prae ge r, 1967), pp. 147–148.
8. Michae l Nazir-Ali, Islam: A Christian Pe rspe ctive (Exe te r: Pate rnoste r, 1983), p. 96.
9. Samue l M. Zwe me r, Islam: A Challe nge to Faith (Ne w York: Stude nt Volunte e r Move me nt for Fore ign Missions, 1907), pp. 150–151.
10. Alfre d Guillaume , Islam (Baltimore : Pe nguin, 1954), pp. 126–127.
11. L. Be van Jone s, Christianity Explaine d to Muslims (1937; Calcutta: Baptist Mission Pre ss, 1964), p. 169.
12. Ke nne th Cragg, Islamic Surve ys 3: Counse ls in Conte mporary Islam (Edinburgh: Unive rsity Pre ss, 1965), p. 156.
13. Abul Hasan Ali Nadwi, Qadianism: A Critical Study, trad. Zafar Ishaq Anse ri (Lahore : Shaikh Muhammad Ashraf, 1965), p. 121.
14. Ibíd., pp. 136–137.
15. Ibíd., p. 86.
16. “Qadianis—Non-Muslim,” Arabia (junio 1984), p. 72.
UNA FRANCA CONFRONTACIÓN: LA UMMA MUSULMANA, LA
IGLESIA CRISTIANA
por David W. Shenk
“¿Por qué los cristianos no siguen el camino de Jesús?” indagó un musulmán. Yo estaba cenando con un
entrañable amigo musulmán en un restaurante, en Washington, cuando él hizo aquella inquietante pregunta.
Estaba pensativo. Lentamente continuó diciendo: “Cuando leí el evangelio me puse muy contento. La vida y las
enseñanzas de Jesús son maravillosas de verdad, pero por favor, muéstrame a los cristianos que están dispuestos a
seguir la sunna (camino) de Jesús”.
Mientras bebíamos el té de cardamomo estábamos reflexivos y en silencio. Luego, él prosiguió: “He conocido a
muy pocas personas que intentan seguir a Jesús, y si lo hacen es solo en el ámbito de su vida privada. Como
consecuencia de ello, la sociedad estadounidense ha sido dañada grandemente. Yo estimo que ustedes, los cristianos,
creen que la sunna de Jesús no es una cuestión de práctica. Eso me pone muy triste.”
Estos comentarios me recordaron una conversación similar que sucedió en la Navidad de 1979 cuando un grupo de
clérigos se entrevistó con el ayatolá Khomeini. El ayatolá imploró a los clérigos que abrazaran seriamente las
enseñanzas de Jesús. Además mencionó que si los cristianos de Estados Unidos hubieran sido fieles creyentes y
seguidores de Jesús jamás hubiera sucedido la trágica injusticia norteamericana contra Irán.
SUPERANDO EL PASADO
“Cuando veo la cruz me estremezco,” dijo la joven y
bella mujer, y reconoció que nada la ponía más nerviosa
que el antiguo símbolo. Para ella la cruz representaba
todo lo relacionado con los extranjeros, con aquellos
que habían intentado destruir a su propio pueblo tártaro.
Tal vez esa es la razón por la cual el evangelio ha
marcado tan poca diferencia en la ciudad rusa de Kazan.
Desde los tiempos de Genghis Khan esta ciudad ha
sido dominada por las potencias extranjeras. En 1552
Kazan sufrió una profunda herida cuando Iván el Terrible
y sus misioneros obligaron al pueblo a convertirse al
Cristianismo. Cierto líder musulmán de la comunidad
explicó: “Durante la época invernal las personas fueron
trasladadas a un río. Los enemigos hicieron un agujero
en el hielo y cualquier persona que no estuviera
dispuesta a ser bautizada era ahogada junto con sus
hijos.”
Rahim, un ex-musulmán convertido al Cristianismo,
declaró: “Lo que hizo Iván el Terrible fue sumamente
malo, pues hirió el corazón del pueblo tártaro y puso un
obstáculo en el camino hacia Jesucristo. Cuando mi tío
supo que yo había creído en Jesús fue a mi casa y me
dijo: ‘Usted es un traidor de su pueblo. Si usted cree en
Jesucristo, ha traicionado a sus abuelos, a la religión y a
mí’”.
La dispersión de los tártaros “bautizados” demandó
que se levantara una descendencia de aquellos primeros
convertidos, pero esta sucesión no se ajustó ni a los
rusos ni a los tártaros. Proclamados como los infieles de
su cultura conforman un pueblo que vive para sí mismo y
sus nombres son utilizados para proferir maldiciones.
Incluso el musulmán nominal considera impensable
unirse a ellos porque estaría traicionando al Islam.
Asimismo, está prohibido visitar una iglesia ortodoxa
rusa. Vivir como un cristiano tártaro es una combinación
confusa de por sí, especialmente si uno nunca ha visto a
nadie intentarlo.
Rahim se considera un pionero. Él está sentando las
bases de un nuevo modelo para que la gente de su
comunidad entienda cómo debe seguir a Cristo.
Fuente: Marti Smith, “The Volga Tatars,” Echo
Magazine (invierno de 1999).
NOTAS FINALES
1. Arrio fue un sace rdote cristiano que vivió e n Ale jandría e n e l siglo cuatro. Sostuvo que Je sús no tie ne la misma sustancia de Dios, solo e s
e l más e xce le nte se r cre ado. Esta doctrina he ré tica se conoce como e l arrianismo.
2. Bouthaina Shaaban, Both Right- and Le ft-Hande d: Arab Wome n Talk about The ir Live s (Bloomington and Indianapolis: Indiana Unive rsity
Pre ss, 1991), p. 97.
3. Ibíd., p. 113.
4. “Voice s from be hind the Ve il,” Christian Scie nce Monitor (citado e l 22 de dicie mbre de 2001). www.csmonitor.com.
UN ANÁLISIS DE LA PLURALIDAD MUSULMANA
por Javeed Akhter
Uno de los principales objetivos del Islam es lograr la unión de la raza humana a través del acuerdo de Dios. El
primer paso para llegar a la meta es la conformidad de la umma, es decir la comunidad musulmana. El Corán
exhorta a los creyentes, en términos claros e inequívocos, a permanecer unidos: “Aferraos al pacto de Alá, todos
juntos, sin dividiros” (sura 3.103).1 “Esta es vuestra comunidad, es una sola comunidad. Y Yo soy vuestro Señor.
¡Servidme, pues! Se dividieron en sectas, pero volverán todos a nosotros” (sura 21.92-93). El enojo del Islam contra
aquellos que rompen la unidad es inconfundible, y se expresa cuando dice: “Y esta es vuestra comunidad. Es una
sola comunidad. Y Yo soy vuestro Señor. ¡Temedme, pues! Pero se dividieron en sectas, con Escrituras, contento cada
grupo con lo suyo” (sura 23.52-53). En múltiples ocasiones también aparece con fuerza la condenación sobre las
comunidades pasadas que se degeneraron en diversas sectas (sura 6.159, 21.92-93).
Por lo tanto, es sorprendente apreciar el alcance de la división en la comunidad islámica, y la heterodoxia –o sea el
alejamiento del punto de vista original del Corán y de la sunna del profeta Muhammad– pareciera ser la regla
general y no la excepción. Es difícil señalar a un grupo que sea universalmente reconocido como el representante fiel
de los principios coránicos, pero la mayoría de los estudiosos admiten que la comunidad suní, constituida por 87-90
por ciento del mundo musulmán, es la ortodoxia identificable. En la actualidad hay una multitud de sectas cuasi
islámicas y una ellas se ha convertido en una nueva creencia llamada bahaísmo. Este antiguo y continuo fenómeno
de discordia y heterodoxia merece un escrutinio más minucioso.
Los seguidores de los líderes carismáticos y los grupos que buscan un salvador
Los hashishin (asesinos, “consumidores de hachís”) fueron los seguidores de Hasan al-Salah, adoctrinados
mayormente bajo la marca israelí del Islam chiita. Activos desde 1112 (480 A.H.), seguían las instrucciones de su jefe
hasta la muerte. Las historias de su tradición afirman que estos adeptos fumaban hachís y que salían sin vacilaciones
en cumplimiento de misiones asesinas o suicidas. En general, estas crónicas parecen ser mitos relatados por los
cruzados, quienes fueron constantemente hostigados por los audaces ataques del grupo. Los sobrevivientes de los
hashishin son conocidos como khojas y su cabeza titular es Aga Khan. Ellos son considerados una secta cuasi-
islámica.
Mirza Ghulam Ahmad, fallecido en 1908, inició su carrera siendo un reformador, pero más tarde se declaró a sí
mismo como el profeta, el Mahdi del Islam, el Mesías prometido a los cristianos y el Krishna de los hindúes. El
movimiento ahmadí es básicamente un culto a la personalidad y ha roto con las facciones qadiyani y lahori. Aunque
el estado pakistaní ha hecho una declaración pronunciando a la secta ahmadí como un movimiento no islámico, la
resolución ha sido impugnada con éxito en los tribunales sudafricanos. Así como los bahaís hicieron con anterioridad,
es muy probable que los ahmadíes se declaren bajo la autonomía de una religión separada del Islam.
Hizb al-Tahrir es un partido relativamente nuevo que tiene como objetivo principal el establecimiento del califa
(khalifa) que será el salvador de los musulmanes. Su base fundamental afirma que los musulmanes deben unirse en
un solo estado islámico administrado por la Sharia. El gobierno por fuera de la ley islámica es considerado
transgresor (fasiq) e incrédulo (kafir). Su sistema económico requiere que el estado recaude ingresos de múltiples
fuentes, incluso de los botines de guerra (maal-e-ghanimat). Hizb al-Tahrir es un importante movimiento de
resistencia pacífica en los “stans” rusos, en tanto que en los Estados Unidos y en Occidente, está representado por un
pequeño pero elocuente grupo de seguidores. Ellos son conocidos por su táctica de perturbación en reuniones de otras
organizaciones a las que consideran hipócritas.
Los evangelistas
La segunda mayor congregación de musulmanes, después de la Hégira, es la reunión (ijtema) de los seguidores de
Tablighi Jamaat. La organización fue constituida a mediados del siglo XIX, en la India, con el fin de lograr adeptos
para el Islam en las nuevas aldeas del norte de la India, y se volvió inmensamente popular con millones de
seguidores. Los tablighis siguen una rutina sumamente estructurada, simple pero exigente. Manifiestan
características muy particulares en cuanto a la vestimenta, la alimentación, el descanso y la relación con sus
semejantes. Su programa consta de seis pasos: (1) dar el testimonio (kalimah) (2) realizar las oraciones rituales (salat)
(3) adquirir conocimientos y recordar a Alá (ilm-o-zikr) (4) conducirse socialmente con el respeto exigido a todo
musulmán (ikram-y- muslimeen) (5) ser sincero en las intenciones (ikhlas-e-niyyat) (6) guardar el tiempo para Alá
(tafriq-e-waqt). Este último requisito demanda la predicación del Islam a cada creyente, con la salida en grupos y en
días de semana establecidos, así como el fortalecimiento de su propia fe. Es habitual escuchar el anuncio de que un
líder de Tablighi Jamaat está de visita en la mezquita local y que luego del servicio de oración tendrá a cargo la
prédica.
Misceláneas
Los numerosos y diferentes movimientos surgidos en la historia musulmana desafían una fácil estratificación. Como
ejemplo mencionaremos a los cármatas, los integrantes de una secta comunista que compartían las propiedades y las
mujeres como una forma de admisión en el grupo. Las voces de infamia en su contra están basadas en el robo de la
Piedra Negra (al-Harjar al-Aswadal) de la Kaaba y su posterior ocultación por más de veinte años.
El Islam ha ejercido su influencia sobre muchas religiones locales, las cuales evolucionaron hasta convertirse en
movimientos monoteístas dentro del hinduismo. El bahaísmo, también conocido como babismo, tuvo sus orígenes en
el Islam. Syed Mohammad Ali (m. 1850), el carismático fundador del bahaísmo, provenía del ámbito musulmán,
pero luego se proclamó a sí mismo como la puerta de entrada (baab) para la revelación de la verdad divina. En varias
ocasiones se hizo llamar como el Mahdí musulmán, el Maitrya budista y el Shah Behram zoroastrista.
Los evangelistas
El empleo de algún método para obtener adeptos es un punto inevitable dentro de cualquier religión. Los líderes
intelectuales de este grupo tienen la oportunidad de canalizar su enorme energía en el ejercicio de la piedad práctica,
como por ejemplo, la alfabetización, la construcción de viviendas para los sin techo y el establecimiento de comedores
y albergues populares.
CONCLUSIONES
¿Podrán los musulmanes alcanzar alguna vez el grado de sofisticación y educación necesario para evitar los cismas?
La respuesta no es clara. Debemos decir, sin lugar a dudas, que luego del atentado del 11-S, los musulmanes no
pueden darse el lujo de permanecer divididos.
La mejor oportunidad para el nacimiento de una corriente musulmana moderada que logre superar la desunión y
las divergencias todavía puede encontrarse en el Occidente. El nivel de educación que consiguen los musulmanes en
el Occidente es superior al que pueden adquirir en cualquier país musulmán debido al libre acceso a la literatura y a
la variedad de opinión. Estas posibilidades acercan al estudiante, de primera mano, a la instrucción de las diferentes
ideologías sin los filtros que están presentes en la mayoría de los estados musulmanes, como por ejemplo una visión
sesgada, la oposición del estado, la censura de la opinión o la opresión intelectual de la comunidad. Asimismo en
Occidente los musulmanes reciben la influencia de las tradiciones locales en cuanto a la libertad de expresión y la
defensa del criterio ajeno, pues en esta cultura una persona rebelde generalmente es tolerada e incluso celebrada, en
lugar de ser condenada al ostracismo.
La solución para la heterodoxia no descansa meramente en un cambio actitudinal. El surgimiento de un estado
modelo musulmán con justicia, pluralismo, éxito económico, dignidad e influencia en los asuntos mundiales, que
practica la democracia en base de los principios islámicos (shuracracia) sería el antídoto más efectivo para frenar las
tendencias extremistas de los musulmanes. Los musulmanes mirarían este modelo exitoso y podrían detener los
intentos de replicar el pasado.
¿Podría la cultura política dominante de Occidente, egocéntrica y frecuentemente maquiavélica, permitir que esto
ocurra? ¿Podría un estado musulmán superar los retos internos de su propia comunidad y emerger como un modelo
a seguir para los musulmanes de hoy? Y otra vez las respuestas no son contundentes. En la actualidad, Malasia es el
único estado viable para poder iniciar el proceso aunque Turquía tendría una remota posibilidad en manos de un
liderazgo modernista, pero no bajo el gobierno del ejército liberal secular que impera al presente.
Es evidente que antes de poder cumplir con el mandato coránico que demanda la unidad de la raza humana, los
musulmanes deberán dar el primer paso: conseguir el acuerdo de la propia comunidad islámica (umma).
ESTUDIOS ADICIONALES
Colin Chapman, Islam and the West: Conflict, Co-existence or Conversion? (Carlisle, UK: Paternoster, 1998).
NOTA FINAL
1 La traducción de l Corán usada e n e ste artículo no fue se ñalada por e l autor.
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. ¿En qué aspectos ha cambiado el Islam a través de los siglos? ¿En cuáles se ha mantenido igual? ¿Qué desafíos
notables ha enfrentado?
2. Cómo ha sido capaz el Cristianismo de ajustarse a los diferentes tiempos y lugares? ¿Hay maneras en las cuales el
Cristianismo necesitaría adaptarse más para reproducirse alrededor del mundo? ¿O necesita adaptarse menos para
preservar su pureza y su unidad?
3. ¿Cómo analizan los musulmanes las múltiples divisiones dentro del Cristianismo? ¿Cómo podemos promover la
unidad del Cristianismo sin caer en el legalismo o en el libertinaje? (ver Col. 1:9-14, 3:12-17).
APRENDE MÁS
Leer Colin Chapman, Whose Promised Land? (Grand Rapids: Baker Books, 2002).
Don McCurry, Healing the Broken Family of Abraham (Colorado Springs: Ministries to Muslims, 2001).
Ver Malcolm X, protagonizada por Denzel Washington (Warner Studios, 1992).
Kandahar, protagonizada por Nelofer Pazira (Makhmalbaf Films, 2001).
Frontline: The Muslims (PBS, 2002).
Orar por las personas o países musulmanes que logre identificar en algún artículo de un periódico local. Interceda
específicamente por el individuo o la familia involucrados en dicha situación. Luego busque la respuesta a sus
oraciones en los resúmenes de noticias.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 5
VIDA COTIDIANA DE LOS MUSULMANES
REFLEXIONE
• ¿Cómo es la vida de una familia típica en la comunidad musulmana?
• ¿Qué hace fuerte a una familia musulmana?
• ¿Qué papel desempeñan la honra y la vergüenza dentro de la comunidad musulmana?
• ¿En qué se parecen una familia musulmana y una cristiana? ¿Cómo el honor y la vergüenza afectan la vida en su
comunidad?
• ¿En qué aspectos cambió el papel de la mujer en Occidente en los últimos cien años?
PUNTOS CLAVE
1. La cosmovisión moldea nuestras creencias, suposiciones y comportamiento.
2. Honrar y avergonzar a la familia extensa ya la comunidad local.
3. La familia, el ancla de la comunidad musulmana.
4. Papel de las mujeres en la vida cotidiana.
5. Ritos de paso.
6. Cómo la pobreza, la inestabilidad y la violencia afectan la vida cotidiana.
7. Las luchas diarias se centran en el matrimonio, los niños, la alimentación, la vivienda, la educación y la atención
médica.
8. Historias, poemas y canciones como medios de comunicación.
9. Encarnación: Cristo entra y redime la vida cotidiana.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
Las Prácticas Sociales Musulmanas
El Ayuno Y Las Fiestas
Honrando A Los Extranjeros
BÁSICAS La Comunidad Y Sus Costumbres
INTRODUCCIÓN
La mayoría de los musulmanes considera que el Islam es tanto un estilo de vida como un sistema de creencias,
pero la rutina diaria de esta mayoría puede tener poca semejanza con las prácticas formales de la religión.
Esta realidad se debe fundamentalmente a que el 80% de los seguidores del Islam no tiene procedencia árabe ni
tampoco habla el idioma. Ellos se parecen a muchos individuos que se denominan cristianos, pero que nunca leen la
Biblia y solo concurren a la iglesia durante los días de Navidad o la Pascua, y en las ceremonias de bodas o en los
funerales. Los rituales oficiados en ocasión del nacimiento, del noviazgo, del matrimonio y de la muerte, y las fiestas
anuales pueden ser enumerados como las experiencias religiosas más fuertes de la comunidad islámica. Sin embargo,
la vida diaria de casi todos sus integrantes consiste primariamente en la relación familiar y vecinal, en los aspectos
que tienen que ver con la alimentación, el descanso, el trabajo y el comercio, como así también con las actividades
comunes de los hombres, de las mujeres, de los niños, de la familia extendida y de los líderes comunitarios. Este
marco establece el contexto para la interacción de la siembra y la cosecha, la hospitalidad, la reciprocidad, la
competencia, la honra, la dádiva, la música, los concursos de poesía y los deportes.
El origen étnico particular de las familias musulmanas –sus costumbres, sus valores y su idioma– se fusiona con las
enseñanzas islámicas para conformar la cultura específica de una comunidad local. Aunque la expresión regional
puede mostrar múltiples similitudes con el Islam practicado en cualquier otro lugar del mundo, es evidente que el
sabor, el color, la riqueza y la diversidad de una zona determinada también pueden presentar ciertas contradicciones.
Si un musulmán fuera desafiado a explicar el Islam, seguramente podría articular los principios básicos con gran
precisión. En cambio si tuviera que describir a su familia, su comunidad y sus costumbres, desarrollaría un
panorama más extenso. No obstante, el musulmán no considera esta segunda descripción como una realidad
separada de la religión que había enunciado con anterioridad.
Generalmente, existe la percepción de que los musulmanes son personas acaudaladas, pero incluso en Arabia
Saudita la mayoría no lo son. De hecho, el ingreso promedio por persona en Arabia Saudita es menos de la mitad
que en los Estados Unidos. Casi todos los musulmanes sufren privaciones económicas y su estándar medio de vida es
inferior a una décima parte de la estimada para los Estados Unidos. Por consiguiente, la mayor inversión de su
tiempo y su energía está puesta en la obtención de las necesidades básicas para la familia, como por ejemplo, la
provisión de agua, de comida, de vestimenta y de vivienda. Otra gran cantidad de musulmanes vive en regiones
donde la guerra, la enfermedad, el hambre y los desastres naturales pueden perturbar la vida en cualquier momento.
Otros subsisten como refugiados, pues han sido forzados a huir de sus territorios originales. Aquellos que disponen
de los medios necesarios migran hacia las áreas urbanas o hacia los países ricos en busca de mejores condiciones de
vida. Aun así, las esperanzas, los sueños, las dudas, los temores, las necesidades y los deseos son notablemente
semejantes a los de cualquier mortal.
La cotidianidad es el marco de referencia en el cual se pone de manifiesto la fe de las personas. En virtud de ello y
con el fin de poder servir y entender cabalmente a los musulmanes, se hace necesario conocer las fuerzas que afectan
su vida diaria. Seguramente el máximo tiempo compartido con nuestros contactos musulmanes transcurrirá en torno
de la comida, ya sea en encuentros grupales o familiares. Entonces, aprender a relacionarnos en una forma correcta a
través de los vínculos familiares puede llegar a ser más efectivo que una discusión acerca de las creencias teológicas.
La llave principal para iniciar el camino hacia una comprensión más profunda del mundo musulmán es el
conocimiento del idioma y de la familia. El idioma implica mucho más que recibir una simple información técnica,
pues la lengua nativa expresa en sí misma las historias, los refranes, los proverbios, la poesía, la música y los gestos de
una cultura. Ciertamente pueden obtenerse algunos datos a través del inglés o puede efectuarse una compra
utilizando un dialecto comercial regional, como por ejemplo, el swahili, pero solo la lengua vernácula puede revelar
los detalles exactos y necesarios a la hora de entablar las relaciones de amistad. Sin una sólida comprensión del
idioma es probable que se pierda de vista la verdadera validación dentro de la cultura, como por ejemplo la
identificación de lo que es bello, de lo que es agradable, de lo que se sobrentiende o de lo que está prohibido.
Gran parte de la vida se desarrolla dentro de la unidad fundamental de la sociedad humana que es la familia. Las
percepciones del amor, la lealtad, el respeto, la verdad, la espiritualidad y los demás valores básicos se forman dentro
de ese ámbito. Por el contrario y bajo sus lazos estrechos también se producen los más profundos dolores: la
desconfianza, el rechazo, el chisme, el abuso, la falta de perdón, la amargura, el divorcio, la violencia y la muerte.
Asimismo, los musulmanes padecen los flagelos globales del desempleo, el alcoholismo, los juegos de azar y la
inmoralidad, que determinan la destrucción de la familia. Esta es la realidad, sea que vivan en pequeños poblados o
en grandes ciudades, sean profesionales o iletrados, sean líderes religiosos o activistas políticos, sean sedentarios o
nómades.
Por lo general, el valor de la honra y de la vergüenza ostenta el mismo grado de importancia dentro de las culturas
musulmanas que el idioma y la familia. La honra es el motor del comportamiento, el árbitro de la justicia y la
moneda de cambio. La fuerza circunscripta al honor trae vida y esperanza al individuo, a la familia y a la
comunidad, y el honor de una persona está atado al grupo y viceversa. El clan puede determinar la identidad del ser
hasta el punto extremo de privarlo de su sentido de individualidad por fuera del conjunto. Gracias a la influencia de
la modernidad y a la desestabilización de las tradiciones, las comunidades musulmanas van cambiando y pueden
experimentar un gran sentimiento de pérdida.
Debido al fuerte sentido de identidad grupal que tienen los musulmanes es necesario que los cristianos vayan más
allá de una simple comprensión de su modo de vida. La percepción de los musulmanes en cuanto a que los cristianos
son esos distantes extranjeros con un idioma desconocido y una estructura familiar diferente no favorece un posible
acercamiento. Si un musulmán no ve que el cristiano tiene sus mismas necesidades y luchas no va a mostrar interés
alguno en relacionarse con él. Para compartir el Cristianismo con los musulmanes debemos estar dispuestos a exhibir
los valores cristianos en nuestra vida y también a manifestarnos prestos para recibir sus aportes. Hay mucha gente
que no pide ayuda aun cuando se la ofrecen, aunque a veces las mejores amistades se inician cuando un cristiano
solicita el favor de un musulmán. Jesús dio el ejemplo en aquella ocasión en que pidió agua para beber a la mujer
samaritana (Juan 4:7). Mediante las relaciones de amistad podemos aprender acerca de la hospitalidad, la lealtad y la
honra, y también podemos recibir mientras que estamos dando.
Por otro lado, si el cristiano esconde su vida real con las luchas propias y se parapeta detrás de las paredes del
comportamiento religioso externo, se convierte en una persona inaccesible y ajena a los musulmanes tanto como ellos
pueden parecerle al cristiano. Para presentar la obra salvadora de Cristo y para mostrar el poder de Dios que opera
en el cristiano será necesario exhibir ante los musulmanes la vida diaria imperfecta, pues las relaciones de amistad
funcionan sin encubrimientos. Las palabras tienen poco significado si no están respaldadas con el ejemplo de la vida,
y pueden ser peligrosas si no denotan cambios.
En este aspecto es recomendable considerar el abordaje que hace el apóstol Pablo:
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras
o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve
entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada
en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Co. 2:1-5).
K.S., editor
LA COSMOVISIÓN REPRESENTADA EN
LA VIDA DIARIA
Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un
amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame
tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de
viaje, y no tengo qué ponerle delante? (Lc. 11:5-6).
Día tras día, la comunidad musulmana demuestra
mayor preocupación por mantener las tradiciones y las
relaciones de amistad que por una agenda cargada de
actividades. Los saludos y los intercambios de noticias
son más importantes que las realizaciones y el progreso.
Aun entre los pobres, tanto la visitación como el agasajo
de los comensales son asuntos prioritarios. Para los
occidentales las palabras de Jesús, citadas en el
evangelio de Lucas, no tienen mucho sentido. Si una
persona golpea a la puerta de su vecino a medianoche
para pedirle pan, probablemente provoque un llamado a
la estación de policía. En la cultura occidental los
vecinos realizan escasos intercambios, pero para los
musulmanes la vida está llena de estas acciones. Es
común que los cercanos pidan ayuda, comida y aun
dinero. Un vecino no envía a su semejante con las
manos vacías porque él mismo puede llegar a tener una
necesidad similar en el futuro.
Esta lealtad y cooperación hacia el prójimo están
presentes en los grandes eventos comunitarios, como
por ejemplo en las celebraciones de los días festivos. A
menudo, el vecindario musulmán cuenta con grupos
femeninos que colaboran con los proyectos sociales, y
las mujeres ponen sus recursos para hacer grandes
compras. Con esta misma estrategia se llevan a cabo
diversas empresas. Por otra parte, un empresario
prudente puede conservar en su nómina a un trabajador
improductivo, simplemente porque la familia de éste
aporta para su mantenimiento mediante el patrocinio
del negocio.
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam
LAS PRÁCTICAS SOCIALES MUSULMANAS
por Phil Parshall
LOS FESTIVALES
Los festivales son el eje de la actividad social dentro de la comunidad musulmana. En tanto que los festejos populares
autóctonos en áreas particulares fortalecen la unidad regional, las celebraciones de regocijo a nivel global promueven
la identidad social y la solidaridad. Las principales conmemoraciones son Id al-Adha, Id al-Fitr, Maulid al-Nabi y
Lailat al-Baraa.
• Id al-Adha (Qurbani Id) es la fiesta del sacrificio. Se celebra en el décimo día de dhu al-Hiyya y marca el final de la
Hégira. Se recuerda la disposición de Abraham de sacrificar a su hijo Ismael y la provisión de un carnero por parte
de Alá como el sustituto. El sacrificio es obligatorio para todo musulmán que puede obtener un carnero u otro
animal, se lleva a cabo en cada comunidad musulmana y es parte de los rituales del Hajj. La carne es compartida
con los pobres.
• Id al-Fitr, “la fiesta de la ruptura del ayuno” es el principal festejo programado de tres días que señala el final del
ayuno de Ramadán. Se realiza una gran cantidad de visitas de casa en casa y se usa vestimenta nueva.
• Maulid al-Nabi, el natalicio del profeta Muhammad, se produce en el duodécimo día de rabi al-Awwal. La
extensión de la fiesta varía de acuerdo a cada nación islámica y en general no es un día festivo público. Los grupos
religiosos organizan seminarios especiales acerca de la vida del profeta y leen diversos poemas (qasida) que exaltan
su comportamiento y sus logros.
• Lailat al-Baraa, (shab-i-Barat, en persa) o “la noche de los registros” es el festival observado durante la
decimocuarta noche de shaban. Un alegato de Muhammad afirma que mientras dura esa noche, Dios anota en el
barat (o registro) todas las acciones que los hombres realizarán a lo largo del año entrante, y también inscribe a los
seres que nacerán y morirán en ese lapso de tiempo. Muhammad ordenó a sus seguidores a permanecer despiertos
toda la noche, a repetir ciertas oraciones y a iniciar el ayuno en la mañana siguiente. (A menudo, la fiesta y la
alegría tienen mayor gravitación que el ayuno, especialmente entre los más jóvenes.)1
A continuación se detallan diversas características de las celebraciones musulmanas.
• Todas las fiestas son de índole religioso. Las personas realizan los rituales correspondientes e identifican las
ceremonias con el ayuno, el festejo y la limosna.
• Los festivales tienen una función sociológica. Los tiempos de celebración son muy esperados por toda la sociedad y
los creyentes nominales participan con gran entusiasmo, al igual que los cristianos aparentes cuando festejan la
Navidad.
• Resulta difícil para los nuevos CCM del Islam no participar en alguna medida de las celebraciones. Ellos deberían
ser comprendidos en cuanto al sentimiento de seguir ostensiblemente el dictamen de la sociedad musulmana en
cuanto a las fiestas.
• El extranjero debe respetar las celebraciones musulmanas. Por ejemplo, no puede comer en público durante el mes
de ayuno. Probablemente, la actitud más sensata sería cerrar las oficinas e instituciones en las fechas
conmemorativas.
• La Navidad y la Pascua pueden ser fiestas sustitutas de los días religiosos islámicos, pero deben celebrarse
siguiendo las formas culturales apropiadas. Los CCM buscarán desarrollar las festividades dentro del marco más
cercano posible a las normas sociales. El énfasis debe centrarse en el significado espiritual de ambas
conmemoraciones cristianas. Por ejemplo, yo cuestiono que Santa Claus entregue regalos a los niños cristianos
nacionales en un país predominantemente musulmán.
• En algunos países islámicos los cristianos tienen acceso a la radio y a la televisión, en las fechas de Navidad y
Pascua, con los gastos a cargo del gobierno. Los programas deben estar muy bien preparados, con contenido
cultural y espiritual, a fin de comunicar claramente el mensaje de Cristo.
EL CALENDARIO MUSULMÁN
Los musulmanes hacen el recuento de los años a partir de la Hégira, es
decir desde el momento en que Muhammad emigró a la ciudad de
Medina. Se supone que dicho evento ocurrió el 16 de julio de 622 (d.C.), el
día que marcó el inicio del año primero de la hégira (A.H. 1). El año
musulmán sigue un calendario lunar de 354 días, o sea con 11 jornadas
menos que su par gregoriano.
Nombre del mes Eventos
1. Muharram Año Nuevo islámico (1),
Ashura (10)
2. Safar
3. Rabi al-Awwal Maulid al-Nabi (12)
4. Rabi al-Thani
5. Jumada al-Awwal
6. Jumada Athani
7. Rajab Lailat al-Miraj (27)
8. Sha‘ban Lailat al-Baraa (15)
9. Ramadan Lailat al-Qadr (27)
10. Shawwal Id al-Fitr (1)
11. Dhu al-Qa’da
12. Dhu al-Hijja Hajj (7-10),
Id al-Adha (10)
• La elección del nombre del niño es una cuestión de importancia considerable y comúnmente es asignado al
séptimo día de vida. El nombre debe ser conferido por el miembro más veterano de la familia o por un hombre fiel
que recita el Corán, pues ciertamente elegirá uno de acuerdo con el santo libro.
• Recién cuando aprende a hablar o a la edad de cuatro años, cuatro meses y cuatro días, el niño recibe la enseñanza
del bismillah, el recitado islámico que dice: “En el nombre de Dios, el misericordioso, el gracioso”.
• La opinión de los médicos suníes es que la circuncisión de un niño debe realizarse a los siete años de edad, pero la
fecha elegida varía mucho dentro del mundo musulmán. Generalmente la cirugía es practicada por un barbero.
Cuando el infante llega a la pubertad está obligado a observar las costumbres de la ley islámica; no obstante ello,
sus padres tienen la incumbencia de instruirlo previamente en la enseñanza de las oraciones y del Corán.
• A continuación se detallan ciertas prácticas animistas que acompañan al nacimiento.
Antes del a l umbra mi ento s e prepa ra un a mul eto es peci a l , el cua l s e confecci ona con s i ete gra nos de di ferentes ti pos de cerea l que s on
cos i dos en una bol s a . Entonces cua ndo el bebé na ce ya cuenta con un a mul eto de s u pertenenci a . Dura nte l os pri meros s i ete día s de vi da
del bebé, l a ma dre no debe gol pea r a ni ngún ga to, ca s o contra ri o a ca rrea rá s u propi a muerte y l a de s u hi jo. Al s épti mo día s e enci enden
vel a s y s e col oca un ja rro l l eno de a gua cerca de l a ca beza del bebé, pues de es te modo s e ga ra nti za l a protecci ón en contra de l os ma l os
es píri tus . Ademá s l a ma dre pos ee un pl a to bl a nco que expone determi na dos vers os del Corá n que ha n s i do es cri tos con a gua de a l mi zcl e
o con ti nta . Entonces el pl a to es i nunda do con a gua , el col ora nte es di s uel to y el l íqui do res ul ta nte es bebi do como una poci ón.3
• Dejando a un lado las prácticas animistas, nos preguntamos cómo deberían actuar los CCM con respecto a las
ceremonias de nacimiento que han sido tan comunes a lo largo de las generaciones musulmanas.
• El ritual de nacimiento debe ser seguido. Este es un tiempo de alegre celebración. El nombre de Dios y de Jesús
puede ser susurrado en el oído del bebé. En efecto yo conozco a un misionero que realizó esta práctica con su
primer hijo.
• El sacrificio aqiqa presenta un desafío mayor. En lugar de ofrecer un animal a Dios para obtener la protección del
infante contra cualquier ataque de Sanatás, puede convidarse una fiesta para la familia y los amigos. Durante el
evento pueden leerse versículos bíblicos en referencia al único y suficiente sacrificio de Cristo. Asimismo, se puede
elevar una oración por el bebé y dedicarlo formalmente a Jesús.
• Ponerle un nombre del Antiguo Testamento a un recién nacido puede ser parte de la ceremonia del séptimo día. El
apelativo pude ser deletreado y pronunciado como se sugiere en el Corán.
• Todo bebé varón debe ser circuncidado. Por consiguiente, la observancia de esta práctica por parte de los hijos de
los CCM es una importante muestra de identificación con los musulmanes.
Los musulmanes alrededor del mundo observan cada año el Ramadán (o Ramazán), el mes sagrado de saum o
el ayuno religioso. Ramadán es el noveno mes del calendario lunar islámico y se adelanta diez días cada año, por lo
tanto puede ocurrir en primavera, en verano, en otoño o en invierno. La sura 2.183-188 proporciona directrices para
el ayuno con respecto a la ingesta de abundante comida antes del amanecer: “Comed y bebed hasta que, a la
alborada, se distinga un hilo blanco de un hilo negro. Luego, observad un ayuno riguroso hasta la caída de la noche.
Y no toquéis a vuestras esposas mientras estéis de retiro en la mezquita. Estas son las leyes de Alá” (sura 2.187).
Si el Ramadán transcurre durante los meses más calurosos del año, el ayuno puede tener una duración de hasta
quince horas diarias y su práctica puede resultar bastante difícil. El ayuno es estricto y está prohibido el consumo de
todas las comidas y las bebidas para el conjunto de los adultos, con excepción de las mujeres embarazadas, de las
menstruosas, de las madres que están amamantando a su cría, de las personas enfermas y de los ancianos en
extremo. Tampoco está permitido fumar y en algunos lugares los musulmanes no se bañan ni tragan su propia saliva
durante las horas de luz. Los niños pequeños están eximidos del ayuno, y las personas que viajan están habilitadas a
elegir su observancia, aunque se espera que ellas recuperen más tarde los días perdidos del ayuno. Después de la
puesta del sol, la comunidad rompe el ayuno en forma conjunta ya que el ayuno islámico es un evento público y
comunitario, y la fiesta que le sigue también lo es. Especialmente durante los primeros tres días del Ramadán, las
escuelas y las empresas pueden permanecer cerradas con el propósito de favorecer la reunión de la familia.
Durante el Ramadán, las calles suelen estar casi despobladas en el transcurso del día, pero por la noche, cuando se
rompe el ayuno, las ciudades musulmanas vuelven a la vida. Las personas que generalmente están muy ocupadas
para encontrarse planifican reuniones especiales en ese tiempo. Particularmente en los países árabes, la fiesta puede
prolongarse hasta altas horas de la noche y, quienes pueden hacerlo, dormirán una gran parte del día siguiente. Esta
situación produce un cambio radical en los patrones de vida durante el mes de ramadán y reduce las dificultades del
ayuno. Entonces, el día se convierte en la noche y viceversa.
Mantener el ayuno en una comunidad secularizada o en una sociedad con minoría musulmana es mucho más
difícil, pues requiere que las tareas ordinarias deban ser desarrolladas aun con las dificultades del ayuno. Para los
fieles que tienen que cumplir con su trabajo y continuar con la vida diaria, el cansancio y la irritabilidad se
transforman en compañeros habituales, y en estas condiciones el ánimo puede estallar. Aunque el ayuno puede ser
un punto a favor del orgullo, también puede enseñar la paciencia, la humildad, la manifestación de las propias
debilidades y la construcción del autocontrol. Las personas que comparten el ayuno pueden orar juntas y animarse
mutuamente, pues alguno se dará cuenta si otro siente la tentación de esconderse para tomar un vaso de agua o para
fumar un cigarrillo.
NOTAS FINALES
1. De bra He wly, “Hosting Amongst Muslim Home s,” Al Jumuah 13, núme ro 4 (julio, 2001), pp. 14–15.
2. Proye cto Cale b, The Madure se of Indone sia (Little ton, Colo.: Proye cto Cale b, 1996), p. 18.
HONRANDO A LOS EXTRANJEROS
por Gregg Detwiler
En Deuteronomio 26:1-13 se menciona el ritual que Dios había dado a Israel, recientemente rescatado de Egipto, el
cual le recordaba su antigua condición de esclavitud. Los israelitas debían llevar su ofrenda de las primicias al
sacerdote, tenían que declarar en voz alta la historia de la salvación y debían expresar su alegría por las bondades del
Señor. Entonces tenían que compartir las ofrendas con los levitas y con los extranjeros que habitaban entre ellos.
“…darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Y dirás
delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al
huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado” (Dt. 26:12-13).
El extranjero era un no judío que vivía con los judíos y puede ser comparado con el inmigrante que tiene residencia
permanente en un país que no es el suyo. En cambio el término forastero, usado en algunas traducciones, es el
residente temporal que habita en un país extranjero. Desde el principio, Dios quiso que los gentiles (los no judíos)
fueran parte de su pueblo y, si bien hay una revelación más plena al respecto en el Nuevo Testamento, esta verdad ya
se vislumbraba en el Antiguo Testamento. Puede encontrarse un vistazo de las instrucciones de Dios en cuanto a las
prácticas de la hospitalidad y el servicio a los extranjeros y a los peregrinos, una obra que implica gratitud y
obediencia.
Hoy, a la luz del Nuevo Testamento, podemos apreciar el simbolismo espiritual de estas instrucciones. Una vez,
nosotros también fuimos esclavos en tierra de cautividad. Nosotros también sufrimos la esclavitud del pecado.
Nosotros fuimos liberados del dominio de la oscuridad y fuimos introducidos en la tierra prometida, es decir, en el
reino de Dios. Entonces cabe preguntarnos cuál es la característica de los peregrinos que han hecho este viaje, por la
gracia de Dios.
En Mateo 25:31-46, Jesús pinta un retrato de la escena del juicio celestial en el que “serán reunidas delante de él
todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.” (v. 32). ¿Qué
distingue a las unas de los otros? La diferencia radica en la respuesta que cada uno ofrece al hambriento, al sediento,
al forastero, al desnudo, al enfermo y al preso. Casi sin pensarlo, el justo alimenta al hambriento, da bebida al
sediento, invita al extranjero, viste al necesitado, acompaña al enfermo y visita al preso. El justo es digno de elogio y
es recompensado por su hospitalidad y por su servicio en favor de los desposeídos y de los extranjeros. Por el
contrario el impío, aparentemente ajeno a las necesidades y a las oportunidades que lo rodean, sufre el juicio de Dios.
La descripción de los necesitados en la historia de Jesús se parece mucho al cuadro de los inmigrantes y de los
refugiados de la actualidad. Debido a los disturbios políticos mundiales y a las dificultades económicas, los
extranjeros suelen ser aquellos que a menudo están hambrientos, sedientos, enfermos y encarcelados. Y aunque
tengan la provisión de comida, bebida y ropa, siguen siendo extranjeros en una tierra extraña, y en consecuencia
necesitan construir vínculos de amistad y gustar de la hospitalidad.
LOS PUEBLOS PERSAS-MEDOS
Al igual que los clanes turcos, los pueblos Persas-Medos
se extienden por Asia Central y la península Arábiga en
Irán, Irak, Turquía, Tayikistán, Afganistán, Omán y Qatar.
Algunos grupos persas-medos tienen poblaciones
sustanciales en Siria, Uzbekistán, India y Azerbaiyán.
Los medos persas son más de 150 millones de
personas, entre ellos los pashtunes, los kurdos, los
persas y los tayikos. De los 211 grupos étnicos Medos
Persas, 203 son predominantemente musulmanes.
Aproximadamente el 99 por ciento de la población es
musulmana.
La nación kurda está constituida aproximadamente por
34 millones de individuos. Éstos están esparcidos en la
región denominada Kurdistán, en extensiones de Irán,
Irak, Turquía, Siria, Armenia y Azerbaiyán. Los kurdos son
el mayor grupo étnico sin patria del mundo, y la mayoría
de ellos viven separados de sus hermanos de raza y en
las zonas montañosas, a fin de conservar su propia
cultura, tradiciones y lenguas. Aunque de tradición
nómade, en la actualidad ya casi no se trasladan, sino
más bien están asentados en un determinado lugar. El
mayor porcentaje de este grupo profesa su devoción al
Islam suní. Como pueblo, los kurdos carecen de unidad
política, pero en general se han resistido al
sometimiento de otras naciones y no han perdido su
identidad. Sin embargo, durante la última mitad del siglo
XX, la nación kurda ha sido utilizada como peón de
guerra y ha sufrido el genocidio por mano de los
gobiernos de la región. Actualmente, miles de kurdos
viven en América del Norte y en Europa. La reciente
apertura entre los kurdos del norte de Irak se ha
traducido en un nuevo y creciente movimiento de
plantación de iglesias.
¿Cómo es la vida cotidiana de un musulmán, sea hombre, sea mujer, sea niño? ¿Cuáles son las creencias, los
valores y las tradiciones subyacentes que moldean la conducta familiar y comunitaria? De acuerdo con cada cultura
la respuesta es diferente, e inclusive puede variar dentro de una misma cultura, según los niveles de educación,
urbanización u otros factores. Sin embargo, hay ciertas costumbres comunes a todas las sociedades musulmanas
gracias a la recepción de influencias semejantes. A continuación, se detalla una serie de instantáneas que muestran
algunas de estas costumbres, tanto las comunes como las diferentes. Estas instantáneas son composiciones basadas
en el trabajo de equipos de investigación etnográfica, y fue realizado en tres países de mayoría musulmana:
Azerbaiyán, Indonesia y Siria.
La transmisión de las tradiciones a través de las historias, los poemas y las canciones
En la mayoría de las sociedades los niños reciben la enseñanza de los valores y de las tradiciones a través de sus
padres y abuelos. Otros medios de transmisión son la escuela y la educación religiosa que utilizan diversos métodos
tales como la escucha, la memorización, el recitado de historias y proverbios y la música. Muchos musulmanes
alrededor del mundo crecen con una preferencia por el aprendizaje oral; ellos entenderán, creerán y recordarán lo
que se les dice —especialmente a través de la narrativa— por encima de lo que leen o escuchan a través de verdades
proposicionales. Así, los musulmanes también pueden expresar sus ideas y emociones que no podrían ser articuladas
de otra manera. Dos azerbaiyanos aportan diversos conceptos al respecto. El primero de ellos dijo:
“No nos gus ta ha bl a r de cos a s ma l a s y no permi ti mos que otro nos vea l l ora r. Si a l gui en l l ora , l o ha ce en s u ha bi ta ci ón de modo que
na di e l o oi ga . Ll ora mos s ol o con l a mús i ca porque el l a nos permi te expres a r l a s cos a s que no podemos deci r de otra ma nera .”2
El s egundo tes ti moni o decl a ra : “Ama mos l a poes ía pues es el l engua je de nues tro cora zón. Aunque un a zerba i ya no no es cri ba un
poema en un pa pel , toda l a i ns pi ra ci ón es ta rá es cri ta en s u cora zón. La poes ía nos a yuda a entender mejor l a vi da .”3
En un a l to porcenta je de l a s cul tura s mus ul ma na s , l os ni ños es tudi a n y memori za n l a poes ía , l os proverbi os y l a s hi s tori a s .
Pa rti cul a rmente entre l os pers a s y l os turcos , l a gente s e refi ere con orgul l o a “s us poeta s na ci ona l es ” y otros gra ndes pens a dores , y s us
pa l a bra s s on tra ns mi ti da s a l os es tudi a ntes como pa rte de l a vi da fa mi l i a r. Merha ba , una mujer a zerba i ya na , expl i ca : “Deci mos a ta l a r
s oz, que s i gni fi ca ‘l a s pa l a bra s de nues tros pa dres ‘. En es te mi s mo momento puedo es cucha r l a s pa l a bra s de mi ma dre en mi s oídos ”4 .
APRENDIENDO A PERDONAR
Aigul, una creyente de Turkmenistán, sigue a Cristo, y
está aprendiendo a vivir según su ejemplo; sin embargo,
no es nada fácil para ella. Aigul explica:
“Nunca he visto a mis padres disculparse con mis
hermanos, con mis hermanas o con cualquier otra
persona. La humildad es una actitud difícil de encontrar
en los ciudadanos de nuestro país. ¡El orgullo es lo peor!
Ellos dicen: ‘¡No, yo no voy a perdonar ni a inclinarme
ante nadie!’ Y entonces puede suceder que durante
meses dos individuos no se dirijan la palabra. Resulta
muy escabroso, pero finalmente uno de ellos tendrá que
humillarse.
“Durante un tiempo viví con Cristina, una extranjera
cristiana, quien me pidió que yo le hiciera un trabajo de
traducción. Una vez que lo hube terminado se lo
entregué y pude notar que Cristina se sintió disconforme
con mi mala letra. Hasta me dijo: ‘Deberías haber
escrito con una letra más clara”. Mientras ella decía
tales palabras, mis sentimientos fueron heridos y no
volví a hablarle. Mi enojo se prolongó hasta el día
siguiente, pero Cristina me escribió una carta
solicitándome una disculpa y también me regaló una
caja de chocolates. Esa fue la primera vez que alguien
me pidió perdón.
El año pasado tuve una discusión con mi madre
respecto de mi decisión de no casarme. Ella se ofendió y
no quiso hablar conmigo. El viejo argumento sobrevino a
mi mente incitándome a no disculparme, pero después
de algunas horas yo sabía que debía hacerlo. En tanto
yo perseveraba en la oración, Dios puso en mí el deseo
de pedir perdón. Y cuando lo hice mi mamá fue tan
sorprendida que lloró por largo tiempo”.
Fuente: Marti Smith, www.missionscatalyst.org.
El liderazgo de la comunidad
Luego de permanecer un semestre en la universidad, Hati regresó a la casa de su padre, llamado Muhammad. Allí el
ambiente estaba cargado de su impronta y Hati sentía una mezcla de orgullo y nerviosismo. Era miércoles por la
noche y su padre enseñaba la lección del día a las mujeres del kampung. Mientras una docena de damas estaba
cantando pasajes del Corán, él asintió con la cabeza para que su hija atravesara la sala por detrás del coro. Hati fue a
dejar su equipaje en la habitación contigua.
Ese último año la salud de su padre se había deteriorado, pero aun así él mantuvo su apretada agenda. Enseñaba la
religión islámica y el idioma árabe todos los días en una escuela secundaria cercana, y dictaba una clase abierta a la
comunidad cuatro noches de la semana, y dos lecciones más el día sábado. En ocasiones especiales, los vecinos
venían al hogar de este hombre para pedirle oración. El director de la escuela había dejado libre en su horario laboral
los días viernes por la tarde, entonces el profesor podía ir a la mezquita para dar instrucción religiosa y para dirigir la
oración.
A menudo, la gente del kampung se acercaba a este líder para hacerle preguntas no solo referidas a temas
religiosos, sino también a cuestiones laborales y a la crianza de los hijos. Debido a que los consejos recibidos tenían su
fundamento en el Corán eran indudablemente las respuestas más confiables. Si bien este hombre no tenía ningún
cargo oficial en el gobierno era la persona más influyente del kampung. Él recibía el respeto y el honor extremos de
parte de los vecinos.
Con frecuencia, las personas afectadas a diversos eventos tales como funerales, circuncisiones, dedicaciones
infantiles, bodas u otros días festivos islámicos del kampung requerían la presencia de Muhammad. Incluso a pedido
de los padres, él había elegido el nombre de muchos bebés, por lo cual la mayoría de los jóvenes del kampung
llevaban su sello de elección.
Casi todos los líderes importantes y reconocidos en el kampung son buenos musulmanes.8 Algunos de ellos centran
su actividad en los deberes cívicos, mientras que otros cumplen principalmente responsabilidades religiosas. No
obstante eso, en la cultura aceh no hay una clara distinción entre las autoridades seculares y las religiosas, tal vez
porque la religión juega un papel central en la vida, y cada individuo en el kampung desempeña el rol de siervo.
Los pobres
“Solo una vez más”, pensó Ahmad al blandir su machete. Una acometida rápida y la posterior caída de hojas,
setenta y cinco metros abajo, generó una nube de polvo. El cuchillo de Ahmad había derribado un racimo de cocos.
El hombre comenzó a descender lentamente de la palmera para recoger su cosecha y cuando llegó al suelo sacudió
las astillas que tenía en su pecho y en sus brazos. Debido a los gruesos callos en su cuerpo apenas pudo sentirlas, pues
aquellas durezas eran la insignia de sus muchos años de trabajo para ganarse la vida. Ahmad no consiguió ahorrar
dinero, pero al menos pudo proporcionar lo esencial para la subsistencia de una familia de seis integrantes. Cuando
había escasez de cocos o cuando Ahmad estaba postrado a causa de alguna enfermedad, la mezquita local proveía el
alimento y el dinero para su familia, de acuerdo con las enseñanzas islámicas.
Ahmad llevaba la cosecha del día en un transporte de ruedas, y de regreso a su casa se detuvo en el sitio donde se
encontraba su esposa. Ella estaba en la orilla fangosa del río lavando la ropa, en cuclillas y con un cepillo duro sobre
una losa grande de hormigón. Mientras ella y las otras mujeres del kampung fregaban, los niños jugaban en el río.
La sencilla choza de paja de Ahmad tiene una sola habitación y se encuentra bajo la sombra de una hermosa casa
de estuco, la cual cuenta con cinco dormitorios, techo de tejas españolas y pisos de cerámica. Ahmad quisiera poder
proporcionar una vivienda semejante a su familia, pero sabe que nunca podrá lograrlo. Una probable vía para ganar
el dinero suficiente sería mediante algún contacto que lo facilitara. Otro camino podría ser abierto a través de la
educación, pero Ahmad siente que ya está demasiado viejo. Como resultado de ello, él ha aceptado su posición, pues
es mejor disfrutar de lo que tiene que luchar por la obtención de mayores beneficios.
Al igual que Ahmad, muchos hombres aceh son pobres y no cuentan con las conexiones ni la educación necesarias;
por lo tanto, no tienen la posibilidad de ambicionar un mejor puesto laboral o de ganar un sueldo más alto.9 Algunos
se resignan a una vida de pobreza sabiendo que la comunidad nunca permitirá que alguien pase hambre. Los pobres
son recogidos en lugares donde hay abundante comida ya que el Islam insta a los ricos a compartir sus bienes con los
vecinos más necesitados.
Los amigos de Ahmad están de acuerdo en que ser piadoso es más importante que ser rico. Ahmad sabía que su
entendimiento de la religión era muy limitado. Entonces decidió aprender la lengua árabe para leer y entender el
Corán. Esta fue una ruta de muy difícil acceso, tanto como si fuera una educación universitaria, pero él sintió que
podía alcanzar el cielo a través de las oraciones, el ayuno y la recitación del credo. De la misma manera en que llegó
a aceptar su pobreza, sin pensarlo mucho decidió comprometerse con el camino del Islam. De todos sus conocidos
musulmanes ninguno había leído el Corán.
CONCLUSIÓN
¿Hay una sola forma de vida musulmana? Ciertamente, la fuerte influencia del Corán y del Hadiz crean patrones e
inculcan valores que pueden encontrarse en la totalidad del mundo islámico. Sin embargo, la diversidad de culturas
y las circunstancias específicas han fomentado el desarrollo de una gran variedad de costumbres locales. Éstas son las
que determinan la formación de las familias y de las comunidades.
NOTAS FINALES
1. Cale b Proje ct, The Aze rbaijanis: A Cultural De scription and Strate gy Re port (Little ton, Colo.: Cale b Proje ct, 1995), pp. 56–60, 70.
2. Ibíd., p. 98.
3. Ibíd., p. 100.
4. Ibíd., p. 101.
5. Ibíd., p. 41.
6. Cale b Proje ct, The Cross and the Rince ong (Little ton, Colo.: Cale b Proje ct, 1993), p. 31.
7. Cale b Proje ct, A Praye r for Indone sia (Little ton, Colo.: Cale b Proje ct, 1993), pp. 10–12.
8. Ibíd., pp. 12–13.
9. Ibíd., pp. 20–21.
10. Ibíd., pp. 16–17.
11. Ibíd., p. 57.
12. Cale b Proje ct, The Muslims of Damascus, pp. 19–20, 105–108, y Damascus from Darkne ss to Light (Pasade na, Calif.: Cale b Proje ct, 1988).
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. La cosmovisión occidental observa la vida en compartimentos distintos y separados. Cada comunidad es diferente
y las personas adoptan diversas conductas en función del lugar donde se encuentran, ya sea en el trabajo, en el
hogar o en la iglesia. En cambio, desde la perspectiva del mundo oriental, la vida es percibida como un todo
integrado. ¿Una de estas dos posturas es más “bíblica” que la otra? Fundamente su respuesta.
2. Si los cristianos están tratando de alcanzar a los musulmanes con el mensaje de salvación, ¿por qué el evangelio
que aquellos predican parece estar tan desconectado de la realidad musulmana?
3. ¿Qué aspectos de su vida muestran una falta de integración con la fe?
APRENDE MÁS
Leer Christine Mallouhi, Mini-Skirts, Mothers, and Muslims (Grand Rapids: Monarch Publications, 2004).
Edward J. Hoskins, A Muslim’s Heart (Colorado Springs: Dawson Media, 2003).
Orar por los miembros de las familias musulmanas, por ejemplo, las madres, los abuelos, los tíos, etc. Si es posible
involucre a los integrantes de su propia familia con el objetivo de interceder por clanes similares al suyo. Podría
ser que su familia orara por una parentela musulmana con el mismo número de hijos.
Comer en un restaurante de Oriente Medio, indonesio o africano. Pida un menú desconocido. Pregunte al servicio
del local en qué ocasiones se prepara. También averigüe de qué manera se sirve esa comida. ¿Es un alimento
cotidiano y de elaboración casera? ¿O acaso se degusta en eventos especiales como en una fiesta o en una
celebración familiar?
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 6
MUNDO ESPIRITUAL DE LOS MUSULMANES
REFLEXIONE
• ¿Cómo buscan los musulmanes soluciones espirituales efectivas a sus problemas?
• ¿De qué modo intentan los cristianos influjo el mundo sobrenatural?
• ¿Qué ofrece el evangelio a las personas que se enfrentan con el miedo?
• ¿Cuáles son algunas de las cosas que usted hace o dice para manipular a Dios en el cumplimiento de sus
necesidades o deseos?
PUNTOS CLAVE
1. La cosmovisión bíblica incluye el reino espiritual.
2. Las creencias y prácticas musulmanas relacionadas con lo sobrenatural se encuentran en todos los segmentos de la
sociedad.
3. Poder, control y temor en las cosmovisiones musulmanas.
4. Ejemplos de la cosmovisión sobrenatural entre los musulmanes.
5. Misticismo en el islam: Sufism.
6. Trascendencia e inmanencia de Dios.
7. Baraka de Cristo: Bendición de los musulmanes es nuestro ministerio espiritual con resultados eternos.
8. Las buenas nuevas para los musulmanes incluyen la libertad de la muerte, el miedo, la opresión, los espíritus, el
mal y la ira de Dios.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
Claves Introducción
El Islam Popular: El Camino Al Poder Sobrenatural
El Poder En El Islam Popular
Básicas La Lucha Espiritual En El Mundo Del Islam Popular
El Misticismo, Un Escape De La Ley
INTRODUCCIÓN
La comprensión del universo que tiene el pueblo musulmán abarca la dimensión de los seres invisibles y de las
fuerzas sobrenaturales, y ambos elementos afectan su vida cotidiana. Un musulmán podría no preguntarse: “¿Qué
me hizo mal?” o “¿Cómo puedo mejorar?” pero puede ser que formule los siguientes interrogantes: “¿Quién provocó
mi enfermedad?” o “¿Por qué alguien quiere hacerme daño?” Estas frecuentes suposiciones son aceptadas entre los
musulmanes, pero su aplicación varía ampliamente. El Islam popular pudo haber nacido del eco de las creencias pre-
islámicas, ya sean hinduistas o animistas. O bien pudo haberse desarrollado en respuesta a las formas clásicas de la
religión, cuya aridez no se ajusta a las necesidades del corazón humano. De cualquier manera, la mayoría de los
musulmanes intenta ejercer su influencia en Dios y en otros poderes invisibles a través de artilugios terrenales, con el
fin de satisfacer sus propias necesidades. Esta cosmovisión del mundo no es exclusiva de la comunidad musulmana,
pues los animistas y otros grupos religiosos populares actúan en similar conformidad.
RÓTULOS ENGAÑOSOS
Algunos autores han usado el adjetivo “folclórico” para describir al Islam popular, cuya deducción errónea
presupone que los musulmanes rurales o incultos son sus principales seguidores. Sin embargo, los antropólogos y los
expertos conocedores de la cultura islámica tienden a evitar la denominación de “Islam folclórico”. La religión
popular no se limita a los pueblos o a las costumbres regionales y casi todas las formulaciones islámicas cuentan con
elementos del ocultismo. Inclusive los musulmanes modernos e intelectuales de la ciudad se han mezclado con
supuestos y métodos disciplinarios que se relacionan con fuerzas y seres sobrenaturales que afectan sus vidas.
Los cristianos –no los musulmanes– han utilizado términos como “musulmán folclórico”, animista, espiritista,
ocultista o chamanista, para describir su comportamiento habitual. Pero, según se indicó en la última lección, la
etnicidad y las nociones de identidad étnica –las costumbres autóctonas, y su significación y asociación con el
folclore– son probablemente la noción más importante a la hora de comprender a los musulmanes y de relacionarse
con ellos.
OTRAS OPCIONES
Bill Musk nomina al Islam popular como “Islam vulgar”. Los adjetivos “vulgar” y “popular” describen con
precisión la naturaleza de las expresiones islámicas, pero varios autores de la presente lección se refieren a la
diversidad colectiva bajo la denominación de Islam folclórico. Es necesario tener en cuenta que el término folclórico
fusiona tres conceptos diferentes: el animismo, el misticismo y la manifestación particular del Islam local.
Probablemente, la referencia al animismo es una designación equivocada porque se trata de una religión de culto a
los espíritus. La incursión en el mundo de las ánimas es reconocida por la mayoría de los musulmanes, pero ellos no
son animistas ya que no deifican a los espíritus. No importa qué grado de ocultismo practiquen, los musulmanes son
monoteístas.
Dentro del Islam, el misticismo abarca varios aspectos del ideario popular. La identificación de estas
representaciones como místicas no explicaría adecuadamente algunas prácticas consideradas en esta lección. Es
posible que, de manera inconsciente pero errónea, rotulemos a las costumbres místicas como “supersticiosas”, bajo el
juicio de ser creencias irracionales, ilógicas, anti-intelectuales y asumidas solo por los ingenuos y los crédulos.
LA COSMOVISIÓN BÍBLICA
Si encontrar un nombre apropiado para identificar al sistema de creencias musulmana es una dificultad, la otra es
nuestra cosmovisión mal concebida. Los cristianos occidentales necesitan ser reorientados en la percepción del
universo tal como se halla descrito en la Biblia, incluyendo la existencia de fuerzas y seres espirituales invisibles (2 Co.
10:3-5, Ef. 6:12). Tal vez no recurrimos a intentos animistas para manipular a Dios a fin de que satisfaga nuestras
necesidades. ¿Pero nos volvemos a Dios con todo el corazón? ¿Demostramos una total dependencia del dominio
supremo y sobrenatural de Dios en todas las facetas de la vida: espiritual, emocional, mental y física? Tanto los
musulmanes como los cristianos1 alrededor del mundo consultan a los adivinos y a otras personas “espiritualmente
poderosas”. Una motivación primaria para esto es que la gente encuentra la respuesta a sus necesidades
aparentemente no satisfechas en otras experiencias religiosas. Otro disparador de estas consultas espirituales parece
radicar en la elección que el pecador hace de la acción antes que la pregunta, la confianza o la espera en el Soberano.
Aunque los cristianos afirman estar bajo la autoridad bíblica han incurrido en la falla lamentable de caer en la
negación o en la ignorancia acerca de los seres y las fuerzas espirituales. La magia, las brujas, los demonios, los
milagros y los sueños son conceptos que se consideran arcaicos, de una época no iluminada y que no guardan
relación con su realidad. Algunos fueron más lejos y han limitado los registros bíblicos de tales influencias y
personajes para convertirlos en “meros” cuentos más que en realidades históricas. Otros individuos minimizan la
verdadera potestad del reino sobrenatural, como así también del poder de la oración, y no enfatizan el rango
completo de los dones espirituales (además de la predicación). Providencialmente, muchos cristianos han retornado a
las Escrituras y reclaman la cosmovisión bíblica de un mundo espiritual auténtico y activo.
NOTA FINAL
1
Muchas culturas alre de dor de l mundo abrazaron al Cristianismo, pe ro con visos sincré ticos.
EL ISLAM POPULAR: EL CAMINO AL PODER SOBRENATURAL
por The Center for Ministry to Muslims
El Islam confiesa la grandeza de Dios, pero muchos de sus seguidores viven con temor a los espíritus malos. La
religión enseña que existe un solo Dios y que no hay un mediador entre Dios y la humanidad. No obstante ello, un
sinnúmero de musulmanes busca a un sujeto capaz de manipular a los poderes mágicos.
El Corán reconoce que Dios está más cercano que la propia vena yugular; sin embargo, Él parece estar muy lejos,
en una posición inalcanzable y de difícil acceso. Varias veces, cada día, los musulmanes devotos recitan el bismillah
al-Rahman al-Rahim (en el nombre de Alá, el clemente, el compasivo). A pesar del anhelo desesperado que clama
porque Dios sea misericordioso y compasivo, la mayoría musulmana siente temor frente a los actos divinos
impredecibles. En todos los continentes los seguidores del Islam se saludan con las palabras As-salaam alaikum (la
paz sea contigo) y hablan de paz, pero sin Jesús no encuentran reposo. Entonces, las personas carentes de poder
tienen una profunda necesidad de tomar contacto con alguna fuerza sobrenatural.
Toda la gente, sea rica o pobre, intelectual o analfabeta, se vuelve vulnerable frente a los problemas abrumadores
que son comunes a la humanidad. El desamparo y el agobio llevan al individuo, en su acción desesperada, a buscar
las opciones inmediatas que logren conectarlo con el mundo invisible. Las prácticas orientadas a la búsqueda de tales
fenómenos son reconocidas dentro del Islam popular.
Musa sigue teniendo la horrible pesadilla noche tras noche. Se despierta y tiembla de miedo, y cree que los duendes
están molestándolo y causándole el terror. Él está convencido de que hay una gran agitación en el mundo invisible de
los espíritus malignos en este momento del año. Debido a la falta de descanso nocturno, Musa se ha vuelto
extremadamente irritable y encuentra serios obstáculos en su trabajo, sobretodo porque no logra concentrarse en sus
deberes contables en el banco. Después de consultar a un practicante, Musa luce un hilo blanco alrededor de su
muñeca. Además ha atado un amuleto a su almohada para garantizar el descanso durante las noches.
Las historias de Aisha, de Fátima, de Daoud y de los otros individuos mencionados con anterioridad, representan a
los musulmanes de todo el mundo. Ellos creen en la operación de las fuerzas sobrenaturales: personas de poder,
objetos de poder, lugares poderosos, tiempos poderosos y rituales poderosos. Cada una de estas personas, por
separado, puede enumerarse bajo una diferente procedencia tanto étnica como social, pero el conjunto guarda una
sola consonancia. Cuando ellos se enfrentan a situaciones difíciles, todos reconocen la necesidad de contar con un
poder sobrenatural y entonces buscan a algún mediador que los ponga en contacto con el mundo espiritual.
YO LO VÍ EN UN SUEÑO
Sokrat despertó de una pesadilla, sudando. En el sueño
había visto que Satanás venía por su alma. Entonces
advirtió que una espada de fuego se interpuso entre
ambos. Y desde la espada provino una voz que le dijo:
“Sokrat, soy Isa. Yo tengo el poder para salvarte, pero
tienes que creer en mí.”
Sokrat pertenece al pueblo uigur, un grupo que forma
parte de una gran comunidad musulmana de la China. Él
no ha decidido todavía cómo responderá a la visión.
¿Aceptará el ofrecimiento de Jesús para rescatarlo?
¿Estará abierto para aprender más acerca del hombre
que le habló en el sueño?
La mayoría de los cristianos residentes en el mismo
territorio donde vive Sokrat enfatizan la enseñanza
bíblica y la formación del carácter sobre las experiencias
emocionales, sin embargo reconocen que Dios está
obrando de un modo sobrenatural. Muchos musulmanes
que vienen a Cristo confiesan a los cristianos que ellos
han reconocido la verdad a través de sueños. Sigamos
orando para que el Espíritu de Dios continúe hablando a
los uigures, tal como lo hizo con Sokrat. Y que también
llegue la voz de Dios a los musulmanes dispersos en
toda la tierra, ya sea mediante sueños o a través de sus
mensajeros.
Fuente: The Uyghurs of Central Asia (Littleton, Col.:
Caleb Project, 2003), p. 26.
Al igual que en el mundo del Islam popular, la gente del entorno en el cual Jesús vivió estaba preocupada por los
poderes. Por ese entonces, había poderes espirituales a los cuales Jesús exorcizó (Lc. 9:37-43). La mujer que padecía
de flujo de sangre consideró que el manto del Maestro era un objeto de poder (Lc. 8:41-56). El estanque de Betesda
era un lugar poderoso, y cuando el agua era agitada se operaba un tiempo poderoso (Jn. 5:1-47). Ungir al enfermo
con aceite (Mr. 6:13) o exorcizar mediante la oración de fe y una orden (Mr. 9:14-29) podrían ser vistos como rituales
poderosos. El mismo Señor se manifestó como una persona de poder (Lc. 5:17-26).
LA METODOLOGÍA DE JESÚS
En el capítulo 10 de Lucas, se describe la misión que Jesús encomendó a sus discípulos. Aquí se sugiere el tratamiento
divino hacia los musulmanes practicantes del Islam popular; por lo tanto, este paradigma permite identificar trece
principios en el ministerio de poder.
Principio #1. Jesús iría en asociación. Leemos que el Señor los “envió de dos en dos” (v. 1). Aunque inicialmente Él
enfrentó solo a su adversario, desarrollaría una metodología de asociación. Los poderes son reales y es preciso tener
discernimiento para enfrentarlos. La obra más significativa entre los musulmanes populares en el sur de Asia ha
colocado una pareja en cada pueblo.
Principio #2. Jesús tendría el camino preparado para Él. El pasaje continúa diciendo que el Señor los mandó
“delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir” (v. 1). Cada avance importante de la iglesia ha tenido un
período de preparación, de pre-evangelismo. Inayat, un hombre que tiene un efectivo ministerio de poder en
Pakistán, ha detectado que generalmente la salvación y la sanidad suceden poco a poco luego de un tiempo de
entrenamiento en la enseñanza.1
Principio #3. Jesús oraría por refuerzos al momento de entrar en la lucha espiritual. El versículo 2 continúa
diciendo: “rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”. Los ministerios de poder más eficaces en el sur de
Asia son desarrollados por equipos de trabajo. Un equipo está compuesto por quince miembros de las iglesias de los
Hermanos Libres, de los Pentecostales, de los Episcopales y de los Católicos Romanos.2 Esto es guerra espiritual, por
lo tanto la oración se torna esencial. Cierto país estaba siendo azotado por las inundaciones y la ribera del río estaba
siendo erosionada. Un loco desnudo llamó a cinco parejas cristianas para que oraran a fin de que la erosión se
detuviera. Entonces ellos se metieron al río y oraron desde las 8.30 de la mañana hasta el mediodía, mientras los
aldeanos los observaban y se burlaban de ellos. Entonces, el viento cambió, el agua se aquietó y la erosión fue
interrumpida. Dos personas aceptaron a Cristo y otros todavía señalan el sitio de la ribera donde cesó la erosión.
Principio #4. Jesús entraría en la lucha con un poder manifestado por la vulnerabilidad, por la cruz. Cristo dijo:
“… yo os envío como corderos en medio de lobos” (v.3). Nuestro Señor conquistó los poderes cósmicos en la cruz
(Col. 2:15) y podemos gozarnos porque somos “participantes de los padecimientos de Cristo” (1 P. 4:13). Un líder
musulmán de cierto país del sur asiático se convirtió al Cristianismo. Una multitud se reunió para matarlo, pero él
oró a Dios. Alguien vociferó que una persona había sido gravemente herida, de modo que el gentío se disolvió al
momento que todos corrían a la casa de aquel hombre.
Principio #5. Jesús alteraría la metodología, según el momento y el contexto. La instrucción de Cristo en Lucas
10:4 fue: “No llevéis bolsa”; sin embargo, en otra cita bíblica los discípulos reciben la orden de tomar la bolsa e
inclusive comprar una espada si no la tuvieran (Lc. 22:35-36). En los ciclos históricos pueden observarse señales y
prodigios extraordinarios, con masivas concentraciones en los tiempos de las grandes expansiones de la Iglesia.
Principio #6. Jesús centraría su ministerio en las personas receptivas, pero también dejaría un testimonio para
aquellos que no lo son. Jesús comunicó a los discípulos: “En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, […] sanad
a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios” (Lc. 10:8-9). Por el contrario,
el Señor les ordenó salir de cualquier ciudad donde no los recibieran, bajo la sentencia de que “el reino de Dios se ha
acercado a vosotros” (vv. 10-11). En la actualidad, los musulmanes que practican el Islam popular se muestran más
abiertos que los ortodoxos. Entonces, la prioridad debería estar puesta en los primeros, sin descuidar el testimonio a
los segundos.
Principio #7. Jesús llevaría a cabo un ministerio holístico de sanidad y anuncio del reino de Dios, de demostración
y proclamación, en el cual la sanidad es una señal del reino. La sanidad de los enfermos era una clara señal del reino
divino. El mandato del Señor a los discípulos fue la sanidad de los enfermos y la divulgación de la cercanía del reino
celestial (v. 9), pero ellos contaron que aun los demonios se les sujetaban en el nombre de Jesús (v. 17). En el sur de
Asia, los médicos rurales informaron que una niña de tres años estaba agonizando, pero una pareja cristiana oró por
ella, y la pequeña fue sanada. Como resultado de este milagro, otros cuatro se convirtieron en seguidores de Cristo.
Durante los meses siguientes, los aldeanos empezaron a recibir instrucción bíblica y nueve más creyeron en el
Salvador. Con la posterior combinación de los testimonios y la proclama en la zona, el número de los convertidos se
ha multiplicado en miles.
Principio #8. Jesús señalaría que los ministerios de poder conducen a las personas tanto a la oposición como a la fe.
A las ciudades impenitentes les fue anunciado: “¡Ay de ti! …que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
que se han hecho en vosotras, […] se habrían arrepentido” (v. 13). Como en los días de nuestro Señor todavía se
encuentran ambas posiciones. En cierta localidad del sur asiático, cientos de personas se convirtieron al Cristianismo,
pero una multitud estimada en diez mil almas decidió matar a un converso quemándolo con gasolina. La turba se
sintió defraudada al saber que un imán de la zona también se había convertido en un seguidor de Jesús. El imán
consiguió calmar los ánimos de la muchedumbre, pero dos individuos comenzaron a rodar en el suelo de dolor, y
más tarde debieron ser hospitalizados. Casi dos centenares de personas creyeron en Cristo a partir de estos
acontecimientos.
Principio #9. Jesús señalaría que la cosmovisión del ministerio debe incluir la realidad del mundo de los espíritus y
la batalla cósmica que allí se desata. A su regreso de la misión, los discípulos informaron: “Señor, aun los demonios se
nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (vv. 17-18). Paul Hiebert define la
omisión de esta mirada en la cosmovisión occidental como “la falla del medio excluido”3 .
Principio #10. Jesús otorgaría autoridad a sus discípulos tanto en el terreno físico como en el espiritual. Él les dio
“potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo” (v. 19). En el episodio citado
anteriormente, observamos con claridad cómo Dios respondió a la oración por un cambio en los fenómenos
naturales. Algunos creyentes oraron para que las inundaciones y la erosión se detuvieran, y así sucedió. Del mismo
modo, los cristianos que sufren opresión espiritual deben aprender que tienen toda la autoridad para ordenar la
expulsión de los demonios.
Principio #11. El Señor daría prioridad a la tarea evangelizadora por encima de la obra de liberación. Los
discípulos fueron advertidos: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros
nombres están escritos en los cielos” (v. 20). Algunos creyentes implicados en el ministerio de liberación han
empleado gran parte de su tiempo en esta obra, en detrimento de la evangelización.
Principio #12. Jesús demostraría que, en lugar de estar invadido por seres y fuerzas potencialmente dañinos, el
universo está bajo el control de un Padre personal y amoroso. El Hijo se dirigió a Dios diciéndole: “Yo te alabo, oh
Padre, Señor del cielo y de la tierra” (v. 21). El previo análisis del Islam popular ha demostrado que la mayoría de los
musulmanes vive con miedo.
Principio #13. Jesús observaría que para comprender estas realidades espirituales son más importantes la fe sencilla
y la docilidad que la erudición. La oración de Cristo continúa: “…porque escondiste estas cosas de los sabios y
entendidos, y las has revelado a los niños” (v. 21). Los cristianos que trabajan en el extranjero, ya sea en el mundo
académico o en la obra misionera, aprenden acerca de los espíritus y de la guerra espiritual en el entorno de las
personas comunes a las cuales sirven. Richard DeRidder observó cuántas falencias había tenido en su capacitación,
con base en la teología reformada tradicional, para lidiar con el mundo espiritual en el cual su gente vivía. Él
concluyó: “Este es un capítulo de la teología reformada que todavía no se ha escrito y, tal vez, no podrá ser escrito
desde Occidente”.4
EL MÉTODO DE PABLO
Según leemos en Hechos capítulo 19, en la ciudad de Éfeso de los tiempos de Pablo, se hallan descritos los principales
elementos del Islam popular. Hubo allí manifestaciones de los poderes espirituales (vv. 11-20), objetos de poder en los
santuarios de plata dedicados a Diana (v. 24) y una piedra sagrada que cayó del cielo (v. 35), un meteorito como la
Piedra Negra, en la Kaaba de la Meca. En Éfeso había un lugar de poder, “el templo de la gran diosa Diana” (v. 27)
y tiempos de poder en los cuales había celebraciones en honor de la diosa. Había rituales de poder llevados a cabo
por los judíos exorcistas que intentaban usar el nombre de Jesús como una palabra de poder (v. 13). Otros rituales
habrían sido usados por los practicantes de las artes mágicas (vv. 18-19). De acuerdo con la estrategia usada por
Pablo en Éfeso, podemos inferir quince principios que el apóstol aplicaría en el mundo del Islam popular.
Principio #1. Pablo participaría en los ministerios de poder dentro del contexto de la enseñanza. El apóstol entró en
la sinagoga y “habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios”.
Entonces él argumentaba “cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de
manera que todos… oyeron la palabra del Señor Jesús” (vv. 8-10). Ya hemos hecho referencia al ministerio de poder
en la ciudad de Inayat, Pakistán, que alcanzó su eficacia espiritual en el contexto de la enseñanza. Las sanidades y las
liberaciones que no se producen dentro del marco de una instrucción extendida, rara vez producen un impacto
duradero en la iglesia. Dicha enseñanza fue necesaria en un país africano cuando un brujo musulmán tradicional se
convirtió al Cristianismo. El engaño, una norma natural en su vida, era un hábito tan difícil de quebrar, que
necesitaba todo el refuerzo espiritual posible.
Principio #2. Del mismo modo que observamos en la metodología empleada por el Señor en Lucas 10, Pablo
centraría su tarea en las personas receptivas. “Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino
delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos” (Hch. 19:9).
Principio #3. Dios usaría a Pablo en los milagros, pero Dios sería quien llevaría a cabo la tarea. El relato continúa
diciendo: “Y hacía Dios milagros [literalmente, hechos poderosos] extraordinarios [literalmente, no los ordinarios] por
mano de Pablo” (v. 11). Contrariamente, el Islam popular tiende a enfocarse en el instrumento humano como la
persona de poder.
Principio #4. La palabra “extraordinarios” nos recuerda que Dios también trabaja de una manera ordinaria.
Entonces, podemos notar que Dios usaría a Pablo en maneras ordinarias. Necesitamos recordar que el Dios que hace
cosas extraordinarias es el mismo que estableció las obras mediante las leyes naturales, tal como la sanidad a través
de la medicina. Aun el don de la gracia para soportar el sufrimiento sin cambios es una obra de Dios.
Principio #5. Dios permitiría que los objetos sean transmisores de poder, pero el poder sería de Dios y no de los
objetos. “De tal manera que aun llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se
iban de ellos, y los espíritus malos salían” (v. 12). Siguiendo el ejemplo de Jesús, que había empleado su saliva para
sanar a ciertos ciegos, un sacerdote copto ortodoxo de Egipto acostumbraba a enviar una botella conteniendo un
poco de su saliva a los enfermos que no podían llegar hasta él. En ocasiones, Dios sanó a algunos de ellos.
Principio #6. A menudo, la prueba real del poder de Dios es acompañada por las falsificaciones. Lucas relata que
“algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían
espíritus malos” (v. 13). Los musulmanes populares realizan la manipulación de las obras del Espíritu. Unos
exorcizan a los espíritus en el culto zar, otros hablan en lenguas y profetizan acerca del futuro, algunos sufren
colapsos o caen en un estado de inconsciencia como si estuvieran “muertos en el espíritu”. En este punto es
imprescindible tener discernimiento para poder diferenciar las cosas reales de las ilusorias, las obras divinas de las
diabólicas, y los hechos que derivan de las causales físicas, sicológicas o espirituales, o de cualquiera de sus posibles
combinaciones.
Principio #7. Los demonios reconocen la autoridad de Jesús y a las personas en las cuales Él reside. El espíritu malo
respondió a los exorcistas: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?” (v. 15). El musulmán
popular trata de apaciguar o amenazar a los espíritus, pero el cristiano tiene la autoridad de Cristo que prevalece
poderosamente (Ef. 1:20-21). En cierto país africano, el supremo poder de Dios fue evidenciado cuando un
musulmán decretó una maldición sobre la vida de un cristiano. Su intento fracasó y el mismo hombre cayó postrado
en una severa enfermedad. Ningún médico pudo ayudarlo, así que el musulmán se contactó con los cristianos para
que oraran por él. Como resultado de ello, el hombre fue sanado y se convirtió al Cristianismo.
Principio #8. Los espíritus tienen un poder real y utilizan los cuerpos de las personas en los cuales habitan. El
relato bíblico continúa diciendo: “Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos,
pudo más que ellos” (v. 16). En el mismo país africano que acabamos de mencionar, un hechicero profirió una
maldición sobre tres personas. Éstas cayeron en un estado de locura, pero mediante la oración cristiana ellos fueron
restaurados en su salud mental.
CREENCIAS Y PRÁCTICAS
Es evidente que las creencias y las prácticas de los
musulmanes ordinarios son contradictorias con muchos
aspectos formales de la fe islámica. Las multitudes
conservan su acuerdo con la religión popular.
Desgraciadamente, ese compromiso se ha mantenido
oculto para la mayoría de los misioneros occidentales, o
bien se ha ignorado por considerarlo irrelevante.
Bi l l Mus k, The Uns een Fa ce of Is l a m (Gra nd Ra pi ds : Mona rch
Books , 2003), p. 202; www.l i onhuds on.com.
Principio #9. La evidencia del poder provoca miedo, y éste solo puede ser suavizado cuando se observa a Dios
como un Padre amoroso. En Éfeso, el resultado de las manifestaciones poderosas fue que “tuvieron temor todos ellos”
(v. 17). Como venimos advirtiendo en el desarrollo de la lección, la mente de los musulmanes populares siempre está
teñida de miedo.
Principio #10. Las señales de poder del reino de Dios deben conducir a la exaltación del rey Jesús. El versículo 17
finaliza de la siguiente manera: “… y era magnificado el nombre del Señor Jesús”. Esta no es la meta entre los
musulmanes populares, pues ellos solo anhelan la sanidad aunque no sepan de qué fuerzas proviene. En Mindanao
un enfermo puede decidir si consulta a un chamán musulmán, a un sacerdote católico, a un misionero protestante o
si se dirige al hospital público más cercano.
Principio #11. Frecuentemente, las personas que llegan a ser cristianas siguen manteniendo las prácticas de magia.
En Éfeso, muchos nuevos creyentes confesaron su ejercicio en el ocultismo y quemaron los libros afines (vv. 18-19).
Faisalabad (la antigua Lyallpur) es una ciudad de Pakistán. Allí la gente se deshace de los amuletos musulmanes
durante una reunión evangelística, pero una vez terminado el encuentro compra la medalla de San Cristóbal por
considerarla el talismán cristiano “más poderoso”. Una mujer cristiana de la ciudad capital, Islamabad, escribió
versículos bíblicos en sus fetiches, en reemplazo de las citas coránicas.
Principio #12. La magia pretende ejercer una manipulación mecánica, más que someter a la voluntad de Dios.
Esta es una tentación tanto para los cristianos como para los musulmanes.
Principio #13. Los objetos asociados con la magia deben ser destruidos. La parafernalia de un ex brujo musulmán,
de un país africano, se había quemado. Luego, confesó que de no haber ocurrido así, él la habría utilizado para
descubrir y maldecir a los ladrones de su barco y de su red de pesca. Estas pertenencias eran el único medio de
subsistencia, no solo para él, sino para otros conversos que habían perdido sus puestos de trabajo y sus hogares.
Principio #14. La demostración del poder de Dios debe conducir a un incremento en la proclamación del mensaje,
y no ser un fin en sí mismo. En Éfeso, el resultado de las manifestaciones espirituales fue el siguiente: “Así crecía y
prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (v. 20). Esta es la razón por la cual el crecimiento significativo de la
iglesia solamente ha resultado cuando los ministerios de poder han sido combinados con la enseñanza.
Principio #15. “Los poderes” con los cuales los cristianos deben luchar no son solo espíritus, sino también
instituciones humanas, ya sean comerciales, religiosas, legales o gubernamentales. Éstas se hallan incluidas en la
definición bíblica de “los poderes”5 . La historia de Hechos capítulo 19 concluye con la escena de los plateros que, a
causa de sus intereses económicos, provocaron a la población, apelando a sus preocupaciones religiosas y a su orgullo
cívico. A continuación, los organismos legales y gubernamentales se identificaron como los medios adecuados para
expresar las quejas o las reparaciones por el error (vv. 24-39).
Los actuales convertidos de los países previamente mencionados han perdido el empleo, la familia y, en algunos
casos, la propia vida. Ellos han sido llamados incrédulos y han enfrentado el acoso judicial con la privación de la
propiedad. En tales circunstancias, otros cristianos con medios de sustento les han brindado la cobertura necesaria.
En otras situaciones los creyentes han tratado de formar una cooperativa. Aunque el Nuevo Testamento enseña que
los cristianos deben esperar el sufrimiento sin garantía de salvaguardar la vida, Dios vengó dicho tratamiento en una
ciudad africana donde los musulmanes habían estado persiguiendo a los cristianos. Cierto amigo, en cuyo juicio
confío, me informó acerca de bolas de fuego que cayeron y golpearon las cercas y, más tarde, los hogares de los
musulmanes que habían perseguido a los cristianos. Él contempló personalmente este suceso durante cinco meses y a
plena luz del día. El poder de Dios viene en juicio así como también en misericordia.
El año pasado mi esposa, mi hijo menor y yo visitamos Éfeso. El templo de Artemisa, una de las siete maravillas del
mundo antiguo, se había hundido en el pantano, a excepción de uno de los pilares que da testimonio de una gloria ya
pasada. Muy cerca de allí se encuentra la mezquita Isa (Jesús), en representación de la fe ortodoxa que ha sustituido
al viejo paganismo. Todavía la mezquita está rodeada de casas, de las cuales cuelgan réplicas de vidrio de nazars
(ojos azules) con el fin de alejar el mal de ojos. En este ejemplo se mezclan los recuerdos de las creencias y las
prácticas populares con el dogma ortodoxo. Sin embargo, y al igual que el templo, estas cosas también pasarán. Lo
único que permanecerá es el nombre de la mezquita –Jesús– pues como fue dicho a sus primitivos residentes, Él está
sentado “sobre todo principado y autoridad y poder y señorío” (Ef. 1:21).
NOTAS FINALES
1. Vivie nne Stace y, “The Practice of Exorcism and He aling,” Muslims and Christians on the Emmaus Road, e d. J. Dudle y Woodbe rry
(Monrovia, Calif.: Missions Advance d Re se arch and Communications Ce nte r, 1988), pp. 317–331.
2. Ibíd., p. 322.
3. Paul Hie be rt, “The Flaw of the Exclude d Middle ,” Missiology 10 (e ne ro 1982), pp. 35–47.
4. Richard R. De Ridde r, Discipling the Nations (Grand Rapids: Bake r Book House , 1975), p. 222.
5. Walte r Wink, Naming the Powe rs: The Language of Powe r in the Ne w Te stame nt (Philade lphia, Pa.: Fortre ss Pre ss, 1984).
LA LUCHA ESPIRITUAL EN EL MUNDO DEL ISLAM POPULAR
por Rick Love
Greg Livingstone –cofundador de Frontiers–, suele contar una anécdota humorística ocurrida en los primeros
días en que la agencia misionera fue establecida. Por entonces, Greg le había preguntado a uno de los misioneros
pentecostales cuál sería su estrategia para alcanzar a los musulmanes. El obrero respondió: “¡Voy a resucitar a los
muertos!” Sacudiendo la cabeza, Greg volvió a interrogarlo: “¿Tienes algún otro plan?” Generalmente, este diálogo
causa risas entre el público; sin embargo, la mayoría de los misioneros que trabajan entre los musulmanes populares
trata con las cuestiones sobrenaturales.
Más de tres cuartas partes de la población musulmana, es decir unas 800 millones de personas, practican el Islam
popular. Guardan la doctrina islámica, pero tienen costumbres animistas. Por un lado confiesan a Alá y por el otro
adoran a los espíritus. Viven más ocupados en los asuntos relacionados con la magia que con los temas referidos a
Muhammad. Frontiers es una agencia misionera que ha servido en las regiones del norte de África, en Oriente
Medio, en Asia central y meridional y en el sudeste asiático. Los obreros de ésta y de otras agencias han compartido
sus vivencias en el campo misionero, y todos ellos han coincidido en la mención de acontecimientos similares.
Un ejemplo reiterado fue el temor generalizado que los musulmanes populares sienten de ser los receptores de una
maldición. Los tunecinos tienen miedo de que alguien utilice los recortes de las uñas de sus manos con fines
maliciosos. En Yemen es usado el pelo humano como elemento para proferir el mal (ambas prácticas son conocidas
como magia contagiosa). En Jordania son frecuentes “las bendiciones de sangre” en ocasión de adquirir un
automóvil o de construir una propiedad. Este ritual permite obtener la protección de las fuerzas de la oscuridad
mediante el sacrificio de un cordero. En un caso, se esparce la sangre en el paragolpe del vehículo; y en el otro, se
pintan los marcos de las aberturas de la vivienda.
En Marruecos se celebran las ferias ocultistas (moussem) ¡que atraen a más de veinte mil almas! Durante estas
“conferencias de maravillas” la multitud se reúne en pequeños grupos por todo el campo para presenciar las hazañas
sobrenaturales, para ofrecer sacrificios de sangre y para recibir las bendiciones (baraka). Es posible observar que
algunas personas endemoniadas se acuchillan sin cortarse ni sangrar. Otros bailan en situación de trance y recogen
bocados de pan, que luego tiran al público como señal de baraka. Dos obreros veteranos describieron que ciertas
personas poseídas por el espíritu de algún animal (por ejemplo, un león o un tigre), podrían matar a un animal vivo
(como una vaca) con sus propias manos, y luego devorarlo.
Pero hay una faceta más sutil dentro del Islam popular. En Marruecos se consume “una poción de amor” que
garantiza la fidelidad conyugal del esposo a la esposa. Este brebaje mágico se añade al té e incluye la orina de la
mujer. Entre carcajadas, una obrera árabe me dijo: “Todos los hombres marroquíes han bebido la orina de su esposa,
¡desde el rey hasta el campesino más pobre!”
Después de entrevistar a un misionero de Egipto acerca de las diversas prácticas mágicas populares -incluyendo las
ceremonias semanales de exorcismo celebradas a lo largo de toda una noche-, él exclamó: “¡El Seminario Teológico
de Dallas no me ha entrenado para realizar esta tarea!” En verdad, y para ser honestos, hay que reconocer que la
mayoría de los institutos bíblicos carece de dicha capacitación.
La realidad de las señales y de los portentos que se suceden en el campo del Islam popular es el mayor reto que
enfrenta el candidato al mundo musulmán, independientemente de la formación que haya adoptado del seminario o
de la herencia que haya recibido de su denominación.
Los demonios y los magos, ¡no respetan el legado teológico! Recuerdo el caso de un misionero no carismático (de la
denominación Bautista y entrenado en la organización Campus Crusader) que estaba trabajando con Frontiers en
Asia Central. Por entonces, un chamán llegó a conocer a Jesús, pero, a pesar del interés que manifestaba por servir al
Señor, él todavía se sentía atraído por sus pasadas prácticas chamanistas. ¡El encuentro con la verdad por sí sola no
fue suficiente! Algunos líderes no carismáticos de Frontiers viajaron hasta la ciudad donde residía el misionero para
animarlo y proveerle el entrenamiento necesario. Al momento de ser interrogado acerca del reino de los espíritus y de
sus oscuras exhibiciones, su inexperiencia mostró la necesidad de que él se pusiera en contacto con otros misioneros
experimentados. Por vía electrónica, y dentro de las siguientes veinticuatro horas, el obrero recibió el consejo de cinco
líderes del equipo. Actualmente, cada vez que la congregación de este misionero se reúne ¡celebran un culto de
sanidad!
Un misionero presbiteriano que ha trabajado en dos países musulmanes de Asia Central describió sus vivencias en
el campo de la lucha espiritual. En una carta de oración expresó lo siguiente:
He pres enci a do má s ca s os de “demoni za ci ón” en es ta s ti erra s que en cua l qui er otro l uga r en el cua l he es ta do. La s hi s tori a s que podría
conta r rea l mente s orprendería n a a l gunos de us tedes , pero es l a rea l i da d que s e vi ve a quí. Ca da s ema na obs erva mos ca s os de
ma ni fes ta ci ón en l a s reuni ones de cél ul a y de l os domi ngos . Es ta mos procl a ma ndo el eva ngel i o a un grupo de pers ona s que nunca a ntes
l o ha bía es cucha do. ¿Al guna vez ha vi s to a una pers ona endemoni a da , gri ta ndo y voci fera ndo a ca us a de l a l ectura de l a Pa l a bra de Di os o
de l a expos i ci ón bíbl i ca ? ¡Nos otros l a hemos vi s to!
Por largo tiempo, la lucha espiritual ha sido un tema de tratamiento exclusivo del Cristianismo pentecostal y
carismático, pero hoy se ha extendido a un espectro más amplio del mundo evangélico. La demostración del poder
de Dios sobre Satanás –principalmente en el terreno de la sanidad y de la liberación– juega un papel esencial en el
alcance de los musulmanes populares. Aunque la confrontación espiritual no es un aspecto clave para el reino, tal
como algunas señales parecen imponerlo, sí es la llave precisa para abrir la puerta de acceso a los fieles del Islam
popular. Lamentablemente, los cristianos más conservadores no reconocen esta realidad.
Las manifestaciones del poder de Dios deben conducir a la exaltación del rey Jesús. Los musulmanes anhelan la
sanidad física sin darle importancia a la procedencia del poder; en otras palabras, ellos desean satisfacer su necesidad,
pero no buscan necesariamente al Salvador. Dios ha usado a un gran número de obreros de Frontiers a través de
milagros de sanidad y ¡sin embargo pocos de los beneficiados llegaron al conocimiento de Cristo! Un compañero del
ministerio ha estimado que una, de cada diez personas sanadas, sigue a Cristo, tal como sucedió en el pasado cuando
diez hombres leprosos salieron al encuentro de Jesús y fueron limpiados de su enfermedad, pero solo uno volvió para
darle las gracias al Señor.
La cosmovisión del Islam popular es un freno para la conversión de los musulmanes. Por un lado, la convivencia del
pueblo con el mundo de la magia y de los milagros minimiza las demostraciones del poder de Dios. Pero por el otro,
la posibilidad de que los musulmanes sean conmovidos es aún menor si no se producen los hechos portentosos.
Durante mi primera incursión al campo misionero, yo me había centrado en la búsqueda de aquella manifestación
de poder que daría el puntapié inicial al trabajo entre los sudaneses. Y el encuentro se produjo, ¡pero no el avance
esperado! La experiencia que detallaré a continuación, sucedió en una práctica de entrenamiento de artes marciales
(conocida como pencak silat).
Yo es ta ba próxi mo a vi a ja r a l os Es ta dos Uni dos , y el s eñor Agus , i ns tructor y funda dor de Ma ndera ga , es ta ba di ctá ndome una cl a s e
pa rti cul a r. La l ecci ón comenzó con l a ens eña nza de ejerci ci os de res pi ra ci ón, vi ncul a dos a un movi mi ento de empuje. Mi entra s ha cía mos
l a ruti na , él empezó a conta rme a nécdota s a cerca del poder pa ra s a na r y de una prá cti ca l l a ma da ta na ga da l a m. Es ta úl ti ma es l a
exhi bi ci ón de una fuerza i nterna que puede derri ba r a una pers ona di s ta nte, s i n s i qui era toca rl a . El s eñor Agus me comentó que él mi s mo
ha bía experi menta do es ta s cos a s ; entonces l e pregunté s i podía ha cerme una demos tra ci ón porque yo era i nexperto. As í que, él me
ordenó col oca rme en una determi na da pos i ci ón e, i nmedi a ta mente, i ni ci ó el ta na ga da l a m. En ta nto que el i ns tructor i ntenta ba da rme el
empujón, yo ora ba en contra del poder de l a s ti ni ebl a s , en el nombre de Jes ús . El ens a yo fa l l ó. Hi ci mos una s egunda prueba , pero es ta
vez con un ca mbi o en mi ubi ca ci ón. De nuevo, el s i mi l a r empujón, l a s i dénti ca s ora ci ones y el mi s mo res ul ta do. Luego de va ri a s tenta ti va s
fa l l i da s , el hombre me preguntó s i yo quería i ntenta rl o. Nunca a ntes ha bía pra cti ca do el ta na ga da l a m, de ma nera que copi é l o que ha bía
obs erva do. El i ns tructor s e ubi có unos ci nco metros a del a nte mío, y, a l mi s mo ti empo que ora ba en el nombre de Jes ús , l e propi né el
empujón, Ante mi s orpres a , el hombre vol ó ha ci a a trá s como s i Mi ke Tys on l o hubi era gol pea do. Yo no l o ha bía toca do en a bs ol uto; s i n
emba rgo, un poder s urgi do de mí l ogró des pl a za rl o. La es cena s e repi ti ó una s cua nta s veces má s . Fi na l mente, el hombre s e detuvo,
meneó l a ca beza , oró y con una mi ra da tembl oros a y nervi os a di jo con humi l da d: “Va mos a conti nua r con nues tro ejerci ci o”. (Toma do de
l a s nota s de ca mpo del a utor.)
El episodio relatado no condujo al señor Agus a los pies de Cristo, pero la experiencia vivida resulta muy
reconfortante cuando leemos 2 Corintios 12:12: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en
toda paciencia, por señales, prodigios y milagros”. Pablo, el pionero en la plantación de la gran iglesia, describe su
ministerio en los términos del choque de poderes. Su obra se caracterizó por los sucesos sobrenaturales y por el
ejercicio de “toda perseverancia”. Muchas personas repudian el mensaje evangélico desde el principio y aun aquellas
que son sanadas rechazan a Cristo; pero con poder y “toda perseverancia” lograremos ver a las iglesias cristianas
establecidas entre los musulmanes populares.
PREPARADOS PARA PRESENTAR
DEFENSA
“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y
estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo
buena conciencia, para que en lo que murmuran de
vosotros como de malhechores, sean avergonzados los
que calumnian vuestra buena conducta en Cristo” (1 P.
3:15-16).
¿Resuena la exhortación bíblica en nuestra mente
cuando los musulmanes refieren objeciones tales como:
“La Biblia ha sido cambiada, la Trinidad es idolatría,
Jesús no es el Hijo de Dios o Dios no dejaría morir a
Jesús?” ¿Acaso la frustración y el enojo van en aumento
proporcional a la negación de nuestras más preciadas
creencias? Mientras elaboramos una respuesta mordaz,
el Espíritu de Dios nos recuerda que solo debemos
“presentar defensa con mansedumbre y reverencia.” Al
fin y al cabo, Cristo ordenó que es necesario volver la
otra mejilla. El Espíritu susurra al creyente que solo Dios
puede cambiar los corazones y aún más, que Cristo
padeció las peores humillaciones en su favor. Es posible
que tengamos que sufrir la injusticia para demostrar el
significado de su gracia y sacrificio.
¿Cómo podemos “presentar defensa”, o según otras
traducciones, dar una respuesta o un argumento que sea
favorable a nuestras creencias? En un tribunal de
justicia, el abogado defensor es el responsable de
presentar el caso de su cliente con toda diligencia. Si el
abogado pelea con el juez, su licencia para ejercer el
derecho puede ser revocada, y el cliente puede disponer
de un nuevo juicio. Y aún más grave resultaría ser que la
falta en el ejercicio profesional conduzca al abogado a
la cárcel, todo por no proveer al cliente de una defensa
adecuada. Para defender correctamente, el abogado se
prepara para el caso, investigando en las opiniones
previas del juez sobre la ley relevante, y sus decisiones
en sumarios similares. El letrado no empieza a
“argumentar” el caso desde la perspectiva del cliente,
sino que comienza su presentación desde el punto de
vista del juez o del jurado. A continuación, paso a paso,
el abogado construye el caso prescindiendo de cualquier
ofensa en contra del jurado, llegando al mutuo
entendimiento de las partes. El juez se toma su tiempo
para considerar la posibilidad del mérito del cliente en
cuestión. Recién cuando la resolución está firme, el
abogado solicita el veredicto confiando el destino de su
cliente al juez y al jurado.
La esperanza que podemos disfrutar en Jesucristo es
extremadamente superior a la certeza que puede
alcanzar cualquier acusado de un caso criminal. En
consecuencia, ¡cuánto mayor cuidado debemos poner al
momento de presentar la defensa del evangelio!
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam.
Algunos de mis mejores amigos y compañeros de trabajo, en el sudeste asiático, han tenido vivencias similares. En
numerosas ocasiones, ellos oraron por los enfermos y algunos recibieron la sanidad, pero otros no. Aun si no se
producían manifestaciones de poder, la gente no venía al arrepentimiento. Sin embargo, estos obreros perseveraron
en la obra y, en los últimos dos años, han observado un importante avance gracias a los prodigios y a las señales. En
cierta ocasión, una pareja de nacionales que servía con el equipo estaba realizando liberación espiritual, y un
musulmán que estaba poseído por numerosos demonios fue limpiado. El hombre se arrepintió de sus pecados y vino
al Salvador junto con toda su familia; y más tarde, llegó a convertirse en un puente para la comunidad.
Sa ns ón, un cha má n l oca l , no l ogra ba conci l i a r el s ueño debi do a l a s fuerza s ocul ta s que a tormenta ba n s u vi da . Él bus ca ba s er l i bre de
l a ca dena de poderes en l a cua l es ta ba enma ra ña do, y ha bía vi s i ta do a un gra n número de cha ma nes , pero ni nguno de el l os pudo
s a ti s fa cer s u dema nda . Ti empo des pués , Sa ns ón promovi ó un terri bl e a l boroto, gri ta ndo como un s a l va je y des troza ndo s u ca s a en el
s i l enci o de l a noche. Pri s ci l a y Aqui l a , l os na ci ona l es que tra ba ja ba n con el equi po mi s i onero, corri eron unos 180 metros de di s ta nci a
ha s ta l a ca s a del hombre endemoni a do, y comenza ron a echa r fuera a l os es píri tus i nmundos , en el nombre del “Señor Is a a l -Ma s i h”.
Aunque l a pa reja era i nexperta en es ta a cti vi da d es pi ri tua l , s e l l enó de a s ombro a l obs erva r que l a s múl ti pl es enti da des a ba ndona ba n
a l s ujeto, y ca da una de el l a s ha bl a ba con una voz di ferente y menci ona ba s u propi o nombre. Es a noche todos l os a mul etos y l a s a rma s
del cha má n fueron quema dos y enterra dos . Al día s i gui ente, a quel hombre que era temi do en el ba rri o y que ha bía cometi do peca dos
repugna ntes , es ta ba pi di endo perdón a l os veci nos y da ndo tes ti moni o a s u fa mi l i a . Pa s a ron va ri os mes es y, en s epti embre de 1993,
Sa ns ón, s u es pos a , s u hi ja , s u yerno, y una s obri na de Aqui l a , que ha bía veni do a vi vi r con l a fa mi l i a , fueron ba uti za dos . Es te grupo l l egó a
converti rs e en el núcl eo de una pequeña comuni da d. (Toma do de l a corres pondenci a pers ona l del a utor.)
El asunto de la lucha espiritual, o las señales y los prodigios no solo son necesarios para el avance de la
evangelización, sino también constituyen un aspecto crucial para la edificación de la iglesia. Hay dos realidades que
ocurren frecuentemente en el contexto del Islam popular que imponen la confrontación de poderes como una parte
central en el proceso pastoral. Primero, yo creo que la “liberación” debe ser parte del rito del bautismo. La gente que
proviene del Islam popular está inmersa en fuerzas de oscuridad, encantos y amuletos. No podemos simplemente
pedirles que se arrepientan en una manera general, y creer que esto es suficiente. Yo encuentro más que interesante el
hecho histórico de que el exorcismo era parte de la preparación bautismal en la iglesia primitiva.
En abril de 1995 tuve el privilegio de participar del bautismo cristiano de un grupo de conversos del Islam popular,
cuyo programa incluyó un momento específico para la liberación espiritual. La ceremonia comenzó con una oración
por parte de los postulantes, previa al acto bautismal propiamente dicho. Cada uno de ellos declaró en público: “Yo
renuncio a toda acción de búsqueda de poder por mí mismo, ya sea a través de la magia, de los encantos, de los
amuletos o de cualquier otro tipo de incursión espiritualista”. Entonces el pastor le preguntó a cada uno de los
candidatos si había estado involucrado en alguna especie de magia y solo un hombre respondió afirmativamente,
puesto que la mayoría eran adolescentes todavía inexpertos en el ocultismo. A continuación, los líderes de la iglesia se
retiraron del salón, junto con aquel hombre, a una habitación contigua, a fin de ministrarle liberación. El pastor lo
desafió a repetir la siguiente frase: “Jesús es el Señor de mi vida,” pero el hombre no fue capaz de hacerlo
inmediatamente. Los líderes reprendieron a las fuerzas de la oscuridad y continuaron reclamando al hombre que
orara con el propósito de someterse por entero al Señor. Después de un tiempo de guerra espiritual, el hombre
confesó a Jesús como su Señor y renunció a toda forma de práctica espiritista. Por último, tuvo convulsiones y los
espíritus inmundos salieron de él. De esta manera, obtuvo la libertad de sus cadenas de opresión.
La segunda realidad que demanda un ministerio de poder entre los convertidos del Islam popular es la típica
reincidencia de la visita a un chamán, en futuros tiempos de crisis. Otro hombre, de la misma congregación citada en
el párrafo anterior, había consultado a un chamán en los días previos al culto de bautismo. Estando presente en la
reunión, tuvo la oportunidad de escuchar la oración pública de renuncia y el testimonio del hombre que había sido
liberado. Entonces él mismo confesó su práctica espiritista y también obtuvo la liberación.
Un amigo que ha trabajado entre los musulmanes populares, por más de ocho años, en el sudeste asiático, ha
recogido mucho fruto de su labor, pero también ha experimentado su cuota de sufrimiento y contratiempos. El
entrenamiento que recibió a través de Los Navegantes y su herencia bautista no lograron capacitarlo para la guerra
espiritual que encontró en el campo misionero. Él opina que el poder de las tinieblas es el dominio más difícil que ha
tenido que afrontar en su ministerio. Además estima que la mayoría de los jóvenes conversos con quienes se
relaciona, todavía sufre de diversos niveles de “demonización”. Debido a ello, mi amigo dedica actualmente el
tiempo final de casi todas las reuniones públicas para llamar al arrepentimiento y para realizar el ministerio de
liberación.
Dentro del contexto del Islam popular, la invitación al arrepentimiento debe incluir la renuncia de las prácticas
ocultas y la liberación de las fuerzas maléficas. En mi opinión los pasajes bíblicos más útiles en este sentido son
Deuteronomio 18:9-15 y Hechos 19:18-20. La primera cita del Antiguo Testamento menciona que cualquier tipo de
espiritismo es una abominación y está firmemente denunciado. En lugar de consultar a un chamán, Moisés exhortó
al pueblo de Dios a escuchar al profeta que habría de venir, es decir a Jesús (Nabi Isa). El segundo texto del Nuevo
Testamento señala estas cuestiones de forma complementaria e ilustra la naturaleza del arrepentimiento que precisan
tener los musulmanes populares. Es necesario hacer una confesión pública de las prácticas ocultas y realizar una
quema de todos los objetos mágicos, más allá de su valor monetario.
Llamativamente, hay otro tipo de encuentro de poder que es positivo. Durante mis primeros días en el campo
misionero conocí a un musulmán, llamado Pono. Él había oído el evangelio y me expresó su deseo de alcanzar la
salvación. Con gran entusiasmo yo le compartí las Buenas Nuevas, pero él no fue impactado por ellas. Él dijo
entender el mensaje, mas quería estar seguro de la salvación. Así que pensé en la posibilidad de que Pono ya hubiera
aceptado a Cristo y que en ese momento solo estaba luchando contra el pecado. De modo que estudié los pasajes del
Nuevo Testamento referidos a la carne y al espíritu, y se los expliqué a Pono. Él sacudió la cabeza. De pronto me di
cuenta del quid de la cuestión. No se trataba de una dificultad en su encuentro con la verdad, más bien era un asunto
de lucha de poderes.
Entonces yo le dije a Pono que iba a imponerle las manos y que oraría para que el Espíritu Santo viniera sobre su
vida y lo llenara de su plenitud. Cuando lo hice, el poder y la presencia de Dios llenaron la habitación. Pono tuvo un
encuentro de poder, en aquel día se encontró con Dios y nunca más volvió a ser el mismo de antes (en Hechos 19:16
se describe una experiencia similar a la suya). Días después, con paciencia –y a veces con impaciencia– compartimos
un tiempo de discipulado, y finalmente, Pono llegó a ser el pastor de una iglesia de musulmanes convertidos al
Cristianismo. Parafraseando al apóstol Pablo, ¡las señales fueron hechas entre ellos con toda perseverancia!
Los seguidores del Islam popular creen que están a la merced de los espíritus, de los demonios, de las maldiciones,
del mal de ojo y de la brujería. Debido a ello se instruyen más en las cuestiones mágicas que en las enseñanzas
referidas por Muhammad. De acuerdo con sus creencias, estos musulmanes insisten en colocar el tema del encuentro
de poder en un primer plano. Los enfermos necesitan ser sanados. ¿Recibirán salud por arte de magia o por el poder
de Cristo? Los endemoniados precisan ser liberados. ¿Lograrán la ansiada libertad a través de la influencia de un
chamán o por la acción de un misionero? Los temerosos requieren protección. ¿Procederá el amparo de algún
encantamiento o de Aquel que apareció “para deshacer las obras del diablo” (1 Jn. 3:8)? El encuentro de poder no es
la única clave para alcanzar el corazón de los musulmanes populares, pero en verdad es un factor esencial que suma
eficacia a la tarea evangelizadora y a la plantación de la iglesia de Jesucristo en estos pueblos.
EL MISTICISMO, UN ESCAPE DE LA LEY
por Don McCurry
Sufismo es la palabra castellana que derivada de la árabe para “misticismo”. Este vocablo tiene una historia muy
interesante. La mayoría de los eruditos coinciden que sufi vino de la palabra árabe suf que significa “lana”. Los sufíes
eran ascetas que adoptaron un estilo de vida simple como protesta en contra de la opulencia de sus gobernantes
musulmanes impíos. En cierto modo, renunciaron al mundo y fueron tras la búsqueda de Dios. Se vestían con
prendas de lana ásperas de donde obtuvieron el apodo de “lanudos” o sufíes.
LA RECUPERACIÓN DE LA MÚSICA
Las órdenes sufíes fomentaron la expresión poética y musical del hombre. Talentosos compositores escribieron
hermosas melodías para dedicar sus canciones de amor a Dios. Algunas hermandades se animaron a incorporar el
baile como parte de la adoración, pero, debido a que la música y el baile no están permitidos en las mezquitas, los
sufíes construyeron sus propios salones o promovieron sus encuentros al aire libre.
Sofonías, el profeta inspirado por el Espíritu Santo, ha revelado que Dios canta, cuando dice: “Jehová está en medio
de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sof.
3:17). ¿Y por qué no? Los seres humanos fuimos creados a su imagen y cantamos. Dios se agrada de nuestra
alabanza y ha dado su Espíritu al hombre para ayudarlo en su adoración: “Antes bien sed llenos del Espíritu,
hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo “ (Ef. 5:18-20).
Por lo tanto, los musulmanes han recurrido a la música romántica y folclórica. Los sufíes no pudieron dejar de
“pedir prestada” la música religiosa de sus vecinos. Dios nos hizo musicales; como cristianos tenemos mucho que
ofrecer a los sufíes en la rica tradición de nuestra música. Antes fueron los “cánticos sufíes” los que llevaron a muchos
paganos a los rediles del Islam, ahora es el turno de que los cristianos llevemos a los sufíes a los brazos de Jesús a
través de la música y el canto. “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos” (Sal. 95:2). En
algunas órdenes sufíes es aceptada la práctica de la danza como un camino de búsqueda para alcanzar el éxtasis; de
modo que la danza, al ritmo de la música de muchos instrumentos tiene su lugar preponderante para traer a los
sufíes a Cristo. El salmista escribió:
“Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo;
hermoseará a los humildes con la salvación” (Sal 149:3-4).
“Al a ba dl e a s on de boci na ; a l a ba dl e con s a l teri o y a rpa . Al a ba dl e con pa ndero y da nza ; a l a ba dl e con cuerda s y fl a uta s . Al a ba dl e con
címba l os res ona ntes ; a l a ba dl e con címba l os de júbi l o. Todo l o que res pi ra a l a be a JAH. Al el uya ” (Sa l . 150:3-6).
Ayudemos a los sufíes a descubrir sus auténticas raíces en Jesús. Usemos la importancia que ellos le dan a la música
y al canto para atraerlos al Dios verdadero.
NOTAS FINALES
1 Frontie rs in Muslim–Christian Encounte r (Oxford: Re gnum Books, 1987), p. 22.
2 Margare t Smith, Studie s in Early Mysticism in the Ne ar and Middle East (Oxford: One world Publications, 1995), p. 186.
3 Ibíd., p. 223.
4 R. A. Nicholson, Studie s in Islamic Mysticism (Cambridge : Unive rsity Pre ss, 1907), p. 392.
5 Fazlur Rahman, Islam, 2d e d. (Chicago: Unive rsity of Chicago Pre ss, 1979) p. 141.
6 Nicholson, Studie s, p. 391.
7 John A. Subhan, Sufism: Its Saints and Shrine s (Lucknow, India: Lucknow Publishing House , 1938), pp. 1–4.
8 Ibíd., pp. 68–72.
9 Phil Parshall, Bridge s to Islam (Grand Rapids: Bake r Book House , 1983), p. 57.
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. ¿Qué necesidades buscan satisfacer los musulmanes que practican el Islam popular?
2. Si un musulmán oyó que oraba en la iglesia, ¿tendrían la sensación de que estaban orando por ellos o en contra de
ellos?
3. Reflexione acerca de su posición frente a las dificultades de la vida y a la realidad de las fuerzas sobrenaturales.
¿Cómo se evidenciaría su plena confianza en el amor y en la soberanía de Dios?
APRENDE MÁS
Leer Rick Love, Muslims, Magic, and the Kingdom of God (Pasadena, Calif.: William Carey Library, 2000).
Bill Musk, The Unseen Face of Islam, nueva edición (London: Monarch Books, 2003).
Ver una película o un drama de televisión. Note el rol de los íconos o poderes sobrenaturales. ¿Cómo se comparan
estas creencias tácitas con las del Islam popular?
Orar asumiendo todas o algunas de las seis posturas de oración que los musulmanes emplean en el salat. Ver “Las
posturas de oración” en la p 127.
Visitar un mercado internacional. Pregunte a un comerciante acerca de los productos alimenticios que le sean
desconocidos. Pruebe comidas poco habituales en un restaurante étnico y converse amistosamente con el
gerente o el mesero.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
CRISTIANISMO E ISLAM
LECCIÓN 7
BARRERAS QUE DEBEMOS CRUZAR
REFLEXIONE
• ¿Qué conceptos erróneos tienen los musulmanes acerca de los cristianos y viceversa?
• ¿Cuál fue el rol que jugó su familia en el momento en que usted vino a Cristo?
• ¿De qué manera una familia musulmana influye en la decisión de uno de sus miembros que desea seguir a Cristo?
• ¿Qué valores del mundo musulmán resultan atractivos para usted?
• ¿Cómo su cultura crea barreras para comunicar el evangelio?
PUNTOS CLAVE
1. Como Cristo, es nuestra responsabilidad encarnar el mensaje en otra cultura.
2. La humildad es el fundamento de nuestra conducta hacia los musulmanes.
3. La naturaleza del pecado va más allá de las formas a su significado o esencia.
4. La conversión es un proceso que va más allá de la respuesta intelectual inicial.
5. Las barreras son históricas, políticas, económicas, sociales y sobrenaturales.
6. Nos adaptamos a la cultura: lenguaje, comida, música, nombres y mascotas.
7. La contextualización debe demostrar la transformación en Cristo dentro de la cultura, pero no comprometer el
evangelio para evitar dificultades.
8. Como testigos, Cristo nos llama a cruzar barreras históricas, políticas y culturales para demostrar el evangelio
dentro del contexto musulmán.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVE Introducción
El Valle De La Decisión
Diez Obstáculos Para Alcanzar A Los Musulmanes
El Camino De La Reconciliación
Selecciones De Conversión
El Mensajero De Dios
BÁSICA ¿Israel o Palestina?
Viviendo Como La Familia De Dios
INTRODUCCIÓN
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de
recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros
corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del
corazón. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos
para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos
hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu
vivifica (2 Co. 3:1-6).
Del mismo modo que los corintios, a los cuales Pablo estaba escribiendo, los musulmanes van a llegar a la verdad a
través de nuestro testimonio, pero nuestra comunicación deberá perfilarse hacia una profunda relación que construya
una amistad duradera.
Por lo general, el rechazo que una persona manifiesta para poner su confianza en Jesús no se basa principalmente
en la duda teológica. Un musulmán que es confrontado con el Cristianismo se hará muchas preguntas; por ejemplo:
“¿Cómo reaccionará mi familia? ¿Cuáles serán las consecuencias que mi decisión acarreará a nivel cultural, político,
económico y social, dentro de la comunidad? ¿Cómo se verá afectada la lealtad a mi familia y a la comunidad?
¿Quiénes seguirán siendo mis amigos? ¿Con quién me casaré?” Estos interrogantes condicionan la decisión de seguir
a Jesús, aun en aquellas sociedades que no están orientadas hacia la comunidad.
Asimismo, las incertidumbres que tiene una persona acerca del mensaje del evangelio no se resuelven de inmediato
tras la decisión primera de seguir a Cristo. Las actitudes adoptadas cambian de forma progresiva ante los nuevos
mensajes recibidos, y un enfoque prematuro que contrasta las creencias islámicas con la nueva y desconocida
teología, puede atrincherar rápidamente al simpatizante en supuestos acerca del Cristianismo. La adhesión de un
individuo a Cristo durante toda su existencia puede empezar con una decisión personal, pero las elecciones de vida
rara vez se hacen en respuesta a los argumentos racionales a favor o en contra de las creencias, valores y
comportamientos. El modelo occidental de comunicación directa y el énfasis en una prueba innegable pueden
mostrar una falta irreflexiva de respeto hacia una cultura que observa una forma indirecta de comunicación, más
persuasiva, y que elabora las decisiones por consenso.
Dimensiones de la
respuesta a Cristo
Cogni ti vo: Conoci mi ento del eva ngel i o.
Afecti vo: Acti tud ha ci a el eva ngel i o.
Pres unti vo: Eva l ua ci ón del eva ngel i o.
Vol i ti vo: Deci s i ones a cerca del eva ngel i o.
LAS BARRERAS
La comprensión de la problemática cultural, sociológica, histórica, política y económica es de vital importancia en
nuestro acercamiento a los musulmanes. ¿Cuáles son sus conflictos y necesidades más profundas? A partir del
correcto entendimiento del contexto musulmán y del reconocimiento de los obstáculos culturales e históricos
existentes, seremos capaces de superar las barreras y podremos encontrar numerosas oportunidades para compartir
la fe cristiana con los musulmanes. En cambio, si no logramos abordar las cuestiones sociológicas, estaremos
favoreciendo el rechazo de nuestras palabras y acciones, antes que los musulmanes puedan escuchar y descubrir
realmente la belleza del evangelio. Hasta el presente, la humanidad no ha logrado desarrollar barreras efectivas para
resistir al amor, la humildad, la vulnerabilidad y la autenticidad que son experimentados en las relaciones
interpersonales. Este era el método de Cristo y el de Pablo.
Muchas veces los musulmanes reaccionan en contra de nuestra cultura y muestran desinterés hacia el mensaje del
evangelio. En parte, el Islam fue fundado en rechazo a la “helenización” del Cristianismo. Entonces, en esta lección
deberíamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Cómo podemos comunicar el mensaje del evangelio con mayor
claridad y menos bagaje cultural? Afirmando los aspectos positivos de la sociedad musulmana y utilizándolos como
puentes para construir una cosmovisión bíblica adecuada, ¿cómo podemos corregir nuestros métodos de evangelismo
con la ayuda del Espíritu Santo?
ALAMBRE DE PÚAS
A menudo misioneros bien intencionados han erigido
una gran barrera de alambre de púas que agravia a su
área circundante. El mensaje bíblico ha sido entrelazado
con la economía y la política de Occidente, y la religión
ha sido expuesta desde un enfoque altamente
occidental.
Phi l Pa rs ha l l , Mus l i m Eva ngel i s m (Wa ynes boro, Ga .: Authenti c
Medi a , 2003), p. 85.
Los musulmanes repudian rotundamente los usos y costumbres llamados cristianos, a saber, vestimentas
impúdicas, alimentación insana, disoluciones familiares, aborto, borracheras, consumo de estupefacientes,
homosexualidad y otras inmoralidades que son exportadas a las comunidades musulmanas a través de la televisión,
el cine y la pornografía. No podemos limitarnos a borrar estos ingredientes solo como subproductos negativos de la
cultura occidental, pues ellos empañan la imagen del verdadero Cristianismo. Todavía muchos musulmanes tienen
que encontrarse con cristianos que aborrecen estas prácticas y que articulan una crítica honesta de su propia cultura.
Por un instante, imagínese que un musulmán participa de un culto cristiano, y observa que los miembros de ambos
sexos se congregan juntos, que todos llevan puestos su calzado y están sentados en los bancos ante la presencia de
Dios, que la gente habla incluso cuando la reunión ha comenzado, que mientras la congregación canta también hay
mujeres que danzan con vestimentas indecorosas, y que el vino es servido en la comunión. El musulmán podría
exclamar: “¡Oh Dios, por favor, líbrame de esta discoteca!” La manera en que los cristianos se visten, el tipo de
comida que comen, el tiempo que dedican para compartir con los musulmanes, las actitudes que manifiestan hacia
su cultura, la forma en que usan su dinero, la crianza que dan a sus hijos, e incluso la apariencia de la casa en la cual
viven, serán las impresiones que afecten a los musulmanes en su opinión de Cristo.
En 1 Corintios capítulo 9, Pablo declara que debemos “soportarlo todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio
de Cristo” (v.12). Cristo es el único que puede levantarse como obstáculo, no así nuestro comportamiento cultural. Por
lo tanto, en el sentido cultural, Pablo se convirtió en judío para ganar a los judíos y en griego para alcanzar a los
griegos; e indudablemente, nosotros podemos imitar el modelo para con los musulmanes. En Gálatas y en otros
textos bíblicos, Pablo sostiene enfáticamente que los griegos no debían adoptar las prácticas judías para llegar a ser
cristianos. Entonces los cristianos debemos permitir que los musulmanes se mantengan en su posición cultural, en
tanto que son transformados por Cristo.
También hay cuestiones históricas que determinan la percepción que tienen los musulmanes acerca del
Cristianismo. Para los cristianos, las Cruzadas y el colonialismo pueden parecer una historia lejana; sin embargo,
aquellos recuerdos hacen su eco en el pensamiento de los musulmanes contemporáneos, por ejemplo, en su
interpretación de los acontecimientos actuales en Israel, Bosnia, Kosovo e Irak. ¿Podemos ser primero nacionalistas y
luego cristianos bíblicos? ¿Qué dice la Biblia acerca de la justicia para con los pobres y los oprimidos políticos?
Reaccionamos solo cuando los cristianos son perseguidos, pero mientras tanto un número diez veces mayor de
musulmanes son explotados por sus propios gobiernos dictatoriales. Hay muchas organizaciones humanitarias
cristianas que llevan excelentes registros para brindar asistencia a la gente necesitada, independientemente de su
origen religioso. ¿Podrían los cristianos hacer todavía más? ¿Podrían buscar la reconciliación, pedir perdón e insistir
ante los organismos correspondientes a fin de que los gobiernos concluyan los conflictos de larga data que afectan a
los musulmanes?
Por lo general, las cuestiones de economía y política no son admitidas como temas religiosos. Los musulmanes se
sienten avasallados por los países occidentales, juzgados injustamente por su historia de derechos humanos e
invadidos por la cultura pop occidental y sus productos. Los cristianos no han registrado que estas sensibilidades
generadas en los musulmanes manifiestan la representación de Cristo que ellos perciben. Podemos tratar de alejarnos
rápidamente de las políticas “cristianas” de gobierno y también podemos estar en desacuerdo con las cifras
“cristianas” occidentales de los periódicos, pero ¿no deberíamos declararnos más categóricamente en contra de estas
cosas? La pregunta: “¿Qué haría Jesús?” no debe ser aplicada solo a los niños pequeños, en alusión a su obediencia a
los padres. Los valores cristianos trascienden a las áreas de la economía y la política, ya sea que el abuso se cometa en
contra de los judíos, de los palestinos cristianos y musulmanes o de nosotros mismos.
K.S., editor
Era un día hermoso, soleado y tropical. Un pollo se escabulló al costado de la carretera. Akbar Khan lo había
visto mientras caminaba hacia el mercado del pueblo. Dio la vuelta por la calle polvorienta, y allí estaba la comidilla
de la ciudad. Un gran edificio, de color amarillo brillante, se levantaba majestuosamente delante de él, casi
resplandeciendo bajo el abrasador calor del sol mañanero. Se detuvo en la esquina contemplando a su alrededor. La
gente estaba ingresando a través del portón, vestida con sus mejores atuendos.
El día anterior, su padre se había reído de la persona a quien todos llaman misionero, pero Akbar no estaba bien
seguro de la opinión que tenía de aquel hombre. Lo había estado observando cuando el edificio denominado
“iglesia” estaba en construcción. El misionero siempre lucía trajes limpios y parecía tener un montón de ellos. Por
supuesto, si él cuenta con los recursos suficientes para construir el edificio, entonces debe tener dinero de sobra.
Justo en ese momento, vio a Muhammad, el platero, dirigiéndose hacia el portón de la iglesia. Akbar miraba con
curiosidad. Hay un rumor que dice que Muhammad había llegado a creer la prédica del misionero. La gente
comentaba que su actitud había cambiado y que él se había transformado en un hombre mucho más paciente.
La curiosidad de Akbar creció. ¿Qué tendrá para decir este misionero? La mayoría de las personas del pueblo
hablaba con desprecio del hombre blanco. Estaban celosos de su dinero y se preguntaban por qué en lugar de
utilizarlo para ayudarlos a ellos, lo gastaba en la construcción de un absurdo edificio.
De pronto apareció un niño que estaba persiguiendo a una vaca perdida y se topó con Akbar, haciéndole recordar
que él debía averiguar el precio de las lámparas. Se acercaba el mes de ayuno y quería tener un buen artefacto que lo
alumbrara adecuadamente mientras comía durante las primeras horas de la mañana.
Akbar se sintió tentado a entrar en la iglesia extranjera e investigar de primera mano lo que allí sucedía.
Probablemente su esposa va a enojarse con él, si él lo hace. Poco a poco avanzó hacia la puerta hasta que percibió el
alambre de púas que recorría la parte superior de la pared alta, el cual había sido colocado para mantener alejados a
los niños mendigos. Luego alzó la vista y divisó una gran cruz, erigida en un lugar sobresaliente del edificio. ¡Qué
horror! Instantáneamente la cruz representó el símbolo del odio y le recordó a Akbar las grotescas historias que había
aprendido en la escuela acerca de las Cruzadas, cuando sus antepasados musulmanes habían sido asesinados por los
cruzados que portaban la cruz.
Akbar prefirió no pensar más en ello y decidió continuar su recorrido. Se sintió extraño estando en día domingo en
un sitio de adoración ya que el día normalmente señalado para tal fin es el viernes. Siguió el camino de ladrillo, un
poco más allá de la pequeña casa de cemento, donde vivía el evangelista y su familia. Entonces descubrió un
ventilador que colgaba del techo. ¡Qué lujo! ¡Electricidad! Ni el hombre sagrado de los musulmanes tiene una casa de
cemento y solo los banqueros y las personas de clase alta tienen electricidad. Por último, se dirigió a la puerta
principal de la iglesia.
Akbar se agachó para desabrocharse las sandalias, pero se dio cuenta de que casi no había zapatos afuera, en
comparación con el número de personas que podía verse en el interior. ¡Qué repugnante! En una mezquita no está
permitido el uso de zapatos. Akbar se quitó las sandalias, las añadió a la pequeña pila y atravesó la puerta. Levantó
la vista hacia la parte delantera del salón y distinguió un estante elevado que contenía algunos libros. Había otra
cruz, detrás del púlpito.
Sus ojos recorrieron la habitación, estaba llena de sillas nuevas. ¿De dónde obtiene el hombre blanco todo su
dinero? Pensaba cuán diferente era en la mezquita, donde uno debe sentarse en el piso. Entonces se dio cuenta de
que los hombres estaban sentados de un lado y las mujeres del otro. Eso era bueno para él, aunque singular, porque
las mujeres no suelen ir a la mezquita.
En la primera fila, sentados todos juntos, estaban el misionero, su esposa y sus dos hijas. Akbar se sorprendió al
verlos juntos, ubicados en el sector femenino, y esperó que nadie se sintiera tan ofendido como él.
En su recorrido visual encontró una foto en la pared. Identificó a un hombre, de apariencia agradable, con el pelo
largo y barba. Luego Akbar leyó que la palabra del epígrafe decía “Jesucristo”. ¡No podía creerlo! ¡Ningún
musulmán tiene una imagen de un profeta colgada en la pared! Es algo totalmente prohibido. Sus pensamientos
fueron interrumpidos cuando un niño pasó corriendo cerca de él. Entonces, se dio la vuelta y buscó un lugar para
lavarse la cara, las manos y los pies. Sin duda habría un rincón reservado para lavarse, como en la mezquita; sin
embargo, no encontró ninguno. Caminó por el pasillo central buscando a alguna persona conocida y vio ciertas caras
familiares, pero decidió sentarse solo, en silencio, para poder hacer su propio análisis del servicio religioso. Así que,
encontró un asiento y se sentó. Comenzó a revisar uno de los libros que tenía a mano, era grueso y estaba muy bien
encuadernado. Lo abrió e intentó leerlo, pero no pudo entender las palabras, aunque solo distinguió una que decía
“Biblia”. ¡Era el libro sagrado de los cristianos! ¿Dejaron el ejemplar al alcance de alguno que podría estropearlo? ¿A
nadie le importa si alguien lo deja caer o lo toca con las manos sucias?
Miró hacia arriba y descubrió que las hijas del misionero estaban corriendo. En una mezquita, los niños no pueden
causar molestias. Además los pequeños estaban jugando con el mismo tipo de libro que él tenía en sus manos, la
Biblia. ¿Acaso no es importante para los misioneros que sus hijas muestren falta de respeto por su libro sagrado?
Akbar contempló las flores dispuestas sobre el órgano de fuelle y se preguntó si estarían ahí como un objeto
decorativo o como una ofrenda para Jesús. Enseguida posó su mirada sobre una hoja que un niño acababa de tirar
en el suelo. En la imagen pudo distinguir una pequeña cerca con algunos animales en su interior: una vaca, un
caballo y un cerdo. ¡Un cerdo! ¡Qué terrible! Pero comprendió que este animal no sería asqueroso para el misionero.
Ahora que lo pensaba, Akbar recordó que alguien le había dicho que los misioneros compraban carne de cerdo en la
carnicería cristiana. ¡Claro, ellos comen carne vil!
Akbar dirigió su atención al predicador y su familia. ¡Qué bella ropa vestían! ¡Y cómo brillaba aquel reloj bajo el
sol? La señora lucía un vestido largo, sin mangas. Esto era llamativo, pues ni siquiera las mujeres de la clase alta de la
ciudad usaban vestimentas sin mangas, con sus saris. ¡Eso es indecente! Además percibió que ella no tenía ninguna
manera de cubrirse la cabeza en el momento de la oración.
En ese preciso instante, el evangelista se puso de pie en el frente del salón y comenzó a hablar. Dio la bienvenida a
todos y luego, algunos anuncios. Entonces indicó a todos que abrieran el cancionero en la página treinta. ¿Iban a
cantar? Sí, un hombre se levantó, se dirigió al armonio y empezó a ejecutarlo. Era muy raro para Akbar, pues los
musulmanes solamente cantan sus canciones.
Akbar asió el único libro que vio y encontró la página que había sido indicada, pero no pudo leer lo suficientemente
bien como para seguir la canción, de modo que se remitió a escuchar el canto. La música sonaba muy extraña. Él
constató que las personas que estaban a su alrededor también tenían dificultades para entonar la melodía. A él le
gustaba cantar mucho mejor.
El extranjero se levantó y leyó un pasaje de la Biblia. ¡Qué acento tenía! Luego de diez años de estar en este país,
¿todavía no podía hablar más parecido a nosotros? Akbar notó que la mayoría de las mujeres nacionales se cubrían
la cabeza, pero la esposa del predicador no lo hizo. Cuando el hombre terminó de leer, se sentó y el servicio continuó
con el levantamiento de una ofrenda. Algunos hombres se levantaron e hicieron circular un plato para que la gente
pudiera depositar su dinero. Este no es un procedimiento que se realiza en una mezquita. El sistema de esta iglesia
parecía estar mendigando para el misionero y Akbar se preguntó cuál sería el destino de esos fondos porque
indudablemente el hombre blanco ya tenía una cuantiosa cantidad.
Una vez más, el misionero pasó al frente e inició la prédica. Akbar prestó atención durante un rato, pero ya no
podía escuchar más la palabra Jesús. Siendo un musulmán solo consideraba a Jesús como un buen profeta que vivió
hace mucho tiempo, pero no como el Hijo de Dios. Era repulsivo para él pensar que Dios pudiera haberse
relacionado con María para tener un hijo, al cual llamaron Jesús.
Cuando el predicador concluyó el sermón, inició una oración. Akbar se percató que todas las personas cerraron los
ojos, pero ninguna de ellas cambió de posición, ninguno se postró, sino que permanecieron sentados en sus sillas.
¡Cuán diferente era esta religión!
La reunión culminó y la gente empezó a desalojar la sala. Akbar se levantó también y, mientras se dirigía hacia la
puerta, el misionero se acercó, le extendió la mano y murmuró algunas palabras que él no pudo entender.
Finalmente se puso sus sandalias y salió a la carretera. Entonces oyó a un vocero que invitaba a todos a volver de
nuevo aquella misma noche. Akbar salió por el portón y se encaminó hacia el negocio de lámparas, meditando en las
cosas que había visto y oído.
Esa noche Akbar regresó a la iglesia y, parado frente a ella, observó su magnífica iluminación. Mientras la gente iba
entrando, él reflexionaba acerca de los acontecimientos que habían sucedido durante la mañana. Giró su cabeza
hacia la derecha y vio la mezquita, algo distante, solo iluminada con pequeñas velas encendidas. Y una vez más
retornó su mirada hacia la iglesia, luego se movió y comenzó a caminar lentamente por el polvoriento camino, hacia
la mezquita.
EL EVANGELISMO COMO UN
PROCESO
Hay preguntas típicas tales como: “¿Cuánta gente
recibió a Cristo en su último viaje misionero? o ¿Cuántos
fueron bautizados? o ¿Cuántas personas asisten a su
iglesia?” Cabe preguntarnos por qué ponemos tanto
énfasis en los números. Con demasiada frecuencia,
nuestra cultura orientada a los objetivos nos ata,
haciéndonos creer que las cifras y los eventos cuentan
la historia y miden la tarea. ¿Nos sentimos satisfechos
de ser los responsables de la presentación de tantos
objetivos de este tipo?
La evangelización es un proceso –de amistad, de
apoyo y de amor– y nuestro progreso debería ser medido
en función del objetivo de parecerse más y más a Cristo.
De manera particular, Dios me alienta en su Palabra a
través del testimonio de su siervo Pablo: “Yo planté,
Apolo regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Co
3:6). Todos los cristianos tienen sus “tareas” en la obra
de Dios, pero Dios es el que hace crecer la semilla y da
la salvación a su tiempo. El ministerio entre los
musulmanes necesita un largo tiempo, a veces años,
antes de que puedan verse los primeros frutos. Pero
como Dios es el único responsable por los resultados,
nosotros debemos disfrutar de las amistades y del
proceso.
Durante la misión al extranjero, Pedro, mi compañero
de trabajo, llegó a tener un buen amigo musulmán, de
nombre Mahmud. Después de siete años, Pedro expresó
su frustración, pues se preguntaba si estaba perdiendo
el tiempo en aquella relación. Pedro había ayudado
muchas veces a Mahmud, incluso hasta consiguiéndole
un puesto de trabajo, pero rara vez él había expresado
alguna inquietud espiritual.
El equipo misionero oró al respecto y alentó a Pedro a
seguir adelante. En la próxima reunión, Pedro vino
trayendo una excelente noticia. Mahmud le había dicho:
“Yo te conozco desde hace siete años y, a menudo, me
he preguntado si eras realmente mi amigo, o si yo solo
era un potencial converso al Cristianismo. Pero he
entendido que has sido un verdadero amigo y ahora
quiero bautizarme.”
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org.
DIEZ OBSTÁCULOS PARA ALCANZAR A LOS MUSULMANES
por Waleed Nassar
Desde la caída del comunismo y la apertura de Europa del Este y la ex Unión Soviética al evangelio, muchos
creyentes de la iglesia occidental han centrado su atención en la tarea de evangelización al mundo musulmán.
En los últimos años, se han escrito numerosos libros referidos al tema. Algunos ofrecen una perspectiva estrecha,
“profética y armagedónica” sobre el Medio Oriente y los musulmanes. Otros hacen un abordaje más positivo, con
énfasis en la guerra espiritual y la estrategia misionera. Mi preocupación es que probablemente muchos esfuerzos de
la iglesia occidental para alcanzar al pueblo musulmán resulten infructuosos, a menos que los cristianos hagamos
algunos cambios drásticos en nuestras actitudes y conductas.
Soy oriundo del Oriente Medio y he tenido el privilegio de hacer el discipulado con musulmanes que han venido a
Cristo en Occidente. La experiencia me ha permitido encontrar diez grandes obstáculos en el alcance de los
musulmanes, los cuales detallaré a continuación.
3. El nacionalismo extremo.
En algunos casos, el orgullo nacionalista de los creyentes estadounidenses reemplaza a la humildad cristiana. Sin
embargo, el que se gloría, ha de gloriarse en el Señor (1 Co. 1:31); por lo tanto, el celoso “patriotismo” está fuera de
cualquier disposición bíblica. Esta actitud representa una ofensa para quienes no son americanos, y especialmente
para los musulmanes, que consideran injustas las políticas occidentales que les son impuestas.
4. El relajamiento moral.
Nada resulta más ofensivo para un musulmán que alguien enseñe una cosa y haga otra, pues “el movimiento se
demuestra andando”. El Islam es una religión legalista, con un fuerte énfasis en el castigo de los delitos morales.
Para muchos musulmanes, el pecado flagrante y abierto de algunos cristianos es una gran piedra de tropiezo.
Debemos recordarlo y también demostrarlo, que si bien tenemos libertad en Cristo, no es la libertad para dar rienda
suelta al pecado.
¿POR QUÉ LOS MUSULMANES DICEN
“INSHA ALLAH”?
La creencia musulmana indica que todas las cosas en
la vida son planeadas por Dios. Nada sucede, a menos
que Dios lo determine. Por lo tanto, alrededor de todo el
mundo musulmán se oye la frase árabe: Insha Allah, “si
Dios quiere”, para todas las situaciones de la vida. A
veces se utiliza como una forma educada de manifestar
una respuesta negativa. Muchos critican este punto de
vista como demasiado fatalista, pues lleva al
pesimismo, a la complacencia y a la pasividad. Desde
este marco de referencia, porque Dios es soberano, los
fieles no tienen influencia para cambiar los
acontecimientos futuros. “Alá abre al Islam el pecho de
aquel a quien Él quiere dirigir. Y estrecha y oprime el
pecho de aquel a quien Él quiere extraviar, como si se
elevara en el aire. Así muestra Alá la indignación contra
quienes no creen” (sura 6.125).
En las notas al pie de página de la sura 76.30-31,
Yusuf Ali explica: “El hombre en sí mismo es débil y
debe buscar la gracia de Dios; sin ella no puede hacer
nada, con ella puede hacer todo. Porque Dios sabe todas
las cosas y su sabiduría abarca el bien de todos. Eso es
de acuerdo a su plan justo y sabio. Si la voluntad es
correcta, se obtiene la gracia y la misericordia de Dios.
Si la voluntad del hombre rechaza a Dios, el hombre
debe sufrir la pena”.1 Los versos en mención declaran:
“Pero vosotros no lo querréis, a menos que Alá quiera.
Alá es omnisciente, sabio. Introduce en su misericordia
a quien Él quiere, pero a los impíos les ha preparado un
castigo doloroso” (sura 76.30-31).
Contrariamente, muchos cristianos no buscan
diariamente la guía de Dios para el futuro, “en lugar de
lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y
haremos esto o aquello” (Stg. 4:15).
1. Yusuf Ali, The Holy Qur ’a n, nota al pie de página 5861 y 5862.
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org.
8. La falta de compasión.
En la actualidad, la mayor parte de los cristianos tiene tanta compasión por los musulmanes como los judíos del
primer siglo la tuvieron por los samaritanos. En el mejor de los casos les estamos mostrando nuestra apatía y falta de
cuidado. Esta carencia de sensibilidad o interés por sus almas debe ser transformada por el Espíritu de Dios, si alguna
vez hemos de alcanzar a los musulmanes.
En la mañana del domingo de Pascua de 1996, tuvo su inicio “el Camino de la Reconciliación” en Colonia,
Alemania. Novecientos años antes, en ese mismo sitio, había comenzado la primera Cruzada. Un gran grupo de
cristianos empezó su marcha siguiendo los idénticos caminos que habían tomado aquellos soldados. Viajaron a través
de diferentes rutas, atravesando la antigua Yugoslavia y llegaron a Estambul, Turquía, en el otoño. En un período de
doscientos años, los cruzados cometieron todo tipo de atrocidades en contra de árabes y judíos, y más grave aún, fue
que hicieron estas cosas en nombre de la religión cristiana. Estas barbaries no han sido olvidadas todavía.
Mientras que los cristianos recorrían la antigua ruta, se detenían para orar en diferentes lugares y pedían perdón a
los musulmanes por las brutales acciones en su contra ocurridas novecientos años atrás.
Lynn Green, la líder de la marcha, informó: “Mientras caminamos, el punto más destacado del día fue la visita a
una mezquita turca y centro de enseñanza en Colonia. El día anterior, un cristiano local se había puesto en contacto
con el imán, entregándole un mensaje impreso de disculpa, y le preguntó si podíamos visitar la mezquita.
“Así es que fuimos conducidos a una habitación espaciosa de oración donde se reunieron cerca de 200 hombres y
niños. Las mujeres y las niñas se ubicaron en una sala contigua, pero el imán dio instrucciones para leer el mismo
mensaje.
“Cuando todos estábamos ubicados en la alfombra, el imán nos dio la bienvenida. Entonces le expliqué que
habíamos venido a pedir disculpas por las atrocidades cometidas en nombre de Cristo, durante las Cruzadas. La
lectura del mensaje alusivo (ver p. 283) en turco, alemán e inglés fue recibido con fuertes aplausos sostenidos.
“Entonces el imán, que sabe hablar los tres idiomas, dijo: ‘Al comprender la naturaleza de este mensaje, me llené de
asombro y esperanza. He pensado que quien ha concebido esta iniciativa ha recibido la visitación del mismo Dios. Es
mi deseo que este proyecto redunde en un éxito muy grande.’
“Luego el imán me comentó en privado que muchos musulmanes habían comenzado a examinar sus propios
pecados en contra de los cristianos y los judíos. También agregó que nuestro ejemplo les mostraría cómo actuar
acerca de los pecados pasados. Por último él se comprometió a enviar el mensaje a doscientas cincuenta mezquitas de
toda Europa.
“En la época de las Cruzadas, los habitantes de Colonia aniquilaron al conjunto de la población judía. Así que al
final del día, nos detuvimos cerca de la sinagoga y clamamos por bendición y sanidad.
EL MENSAJE DE DISCULPA
Novecientos años atrás, nuestros antepasados salieron en son de batalla a lo largo de todo el Oriente Medio, en el
nombre de Jesucristo. Impulsados por el miedo, la codicia y el odio traicionaron el nombre de Cristo, al conducirse de
manera contraria a los deseos y al carácter de mismo Cristo. Los cruzados levantaron la bandera de la cruz por encima
de su pueblo. Con este acto corrompieron el verdadero significado de reconciliación, perdón y amor desinteresado.
En otro aniversario de la primera Cruzada también llevamos el nombre de Cristo. Pero esta vez queremos volver sobre los
pasos de los Cruzados, a modo de disculpa por sus acciones, y en demostración del genuino significado de la cruz.
Lamentamos profundamente las atrocidades cometidas por nuestros predecesores, en nombre de Cristo. Renunciamos a
la codicia, al odio y al miedo, y condenamos toda violencia hecha en nombre de Jesucristo.
Donde estaba la motivación del odio y el prejuicio, ahora ofrecemos el amor y la fraternidad. Jesús, el Mesías, vino a dar
la vida. Pedimos perdón por hacer que su nombre sea asociado con la muerte. Por favor, volvemos a pedir una vez más
que acepten el legítimo significado de las palabras del Mesías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha
ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a
los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lc. 4:18-
19).
En tanto que vamos, los bendecimos a ustedes en el nombre del Señor Jesucristo.
FORMAS DE CAMBIO
por David W. Shenk
¿Qué formas de cambio social y teológico ocurren en la conversión? ¿El proceso de conversión afecta la cosmovisión
o solo opera en el nivel de los valores de la cultura y de la psiquis? En muchas sociedades cristianizadas, la iglesia ha
logrado un acercamiento bastante cómodo con la cultura dominante. ¿Es correcto esperar que los musulmanes se
sometan a un quiebre mucho más radical con su cultura que el que se espera de los cristianos en las así llamadas
culturas cristianizadas, aun teniendo en cuenta que en muchos aspectos la cultura islámica puede estar más en
sintonía con los temas bíblicos que las seculares culturas cristianizadas?
Si bien estas cuestiones son urgentes e importantes está claro que el punto central de la conversión es la
transformación de la vida hacia un compromiso enfocado en Jesucristo como Señor y Salvador, y el descubrimiento
asombroso de Dios como nuestro tierno Padre celestial. En algunos casos, la conversión es un evento preciso, pero
mayormente en la experiencia de los musulmanes parece manifestarse como un proceso. Muchas personas de
nuestro grupo (pertenecientes a la cultura en la que trabajó Shenk) han padecido severas persecuciones después de su
conversión a Cristo. No obstante, el precioso premio de conocer a Jesús como Señor y Salvador, y a Dios como Padre,
ha sido un regalo digno de cualquier sufrimiento. La obra exterior de este compromiso es variada y fascinante, y
opera en diferentes niveles de la psiquis de un individuo y de la cultura. Sin embargo, en todas las culturas y dentro
de cada persona, el eje neurálgico de la conversión es la confesión de Jesucristo como Señor y Salvador, y de Dios
como el amoroso Padre. El Espíritu Santo revela que Jesús es el Señor y produce el nuevo nacimiento, que es el fruto
del arrepentimiento y del compromiso con Cristo.
También debemos reflexionar acerca de aquellos musulmanes que en algún momento confesaron la fe de Cristo,
pero no lograron integrarse plenamente al cuerpo de creyentes, y en algunos casos, han regresado a la comunidad
islámica. Es común que los nuevos creyentes tengan que enfrentar las presiones familiares y de la umma, que sean
condenados al ostracismo de las estructuras económicas de la comunidad islámica y que devengan en personas
pobres. La iglesia no debe ser solamente una comunidad que evangeliza y nutre a sus miembros, sino también la
nueva familia que contiene al incipiente converso. La conversión no es solo a Cristo, sino también a la iglesia que
debe estar lista para recibir y alentar al nuevo discípulo.
Nosotros también creemos que la iglesia tiene una misión dentro del Islam, además de invitar a los individuos a la
fe en el Mesías. Esto es un testimonio al Islam en sí mismo, llamando a una conversión dentro del espíritu del Islam.
Esta es una apelación a considerar el Espíritu de Jesús en asuntos tales como el trato hacia la mujer y la familia, los
derechos humanos y la ecología. Es un llamado a reconocer la legitimidad de la iglesia que testifica en medio de ellos.
La presencia de la iglesia debe ser una invitación al conjunto de la umma en aras de una calidad más completa de
vida. Además, la oración en favor de la paz de la comunidad es un ministerio primordial.
TESTIGO DISCRETO
por Phil Parshall
Por lo general, hay muy poca consideración con respecto a los temas sociológicos que intervienen en el proceso de
conversión. Tim Matheny da la siguiente explicación:
“En la sociedad árabe, el primer acercamiento puede lograrse con una persona joven, pero el desafío de cambio
debe ser encarado al jefe de la familia extendida. Otorgar el tiempo suficiente para la toma de decisiones es
indispensable en una sociedad como la árabe, que está orientada hacia el grupo. La tendencia del evangelista de
alentar a un individuo, especialmente sensible, hacia una determinación personal, puede producir el rechazo del
mensaje de la gente en su conjunto. Hasta que una persona no es capaz de optar por una decisión que considera
válida, cualquier desarraigo (o aIslamiento) de los miembros de su grupo planteará de inmediato el temor a la
pérdida de solidaridad”.1
En nuestra tarea evangelizadora solemos decir al recién convertido que comparta discretamente su fe, ya sea con
amigos o miembros de su familia, pero esta práctica deberá hacerse de tal manera que no estimule la oposición
social. Si es necesario, aconsejemos al nuevo creyente a evitar la referencia de su conversión hasta tanto los demás
noten un cambio cualitativo en su vida, pues a partir de ese momento se abrirán puertas para dar una palabra
amable como testigo de Cristo. Seamos muy honestos desde el principio con el converso en cuanto a que él debe
permanecer dentro de la comunidad islámica.
Nuestro objetivo es el establecimiento de un pequeño grupo de creyentes en una determinada zona geográfica.
Recién cuando el ideal de la fuerza sociológica se suma a la madurez de los creyentes es posible considerar el
bautismo, pues con frecuencia su prematura celebración ha desatado una intensa persecución por parte de la
comunidad islámica.
SÍMBOLOS DE CONVERSIÓN
por Dean Gilliland
Los estudiantes africanos del seminario cristiano donde yo era profesor habían aprendido que las formas
musulmanas eran absolutas, inmutables y cargadas de mensajes perniciosos; por lo tanto, las formas cargaban un
mensaje emocional, negativo. Hamidu era un converso al Cristianismo que no consideraba relevante el uso del
atuendo como un símbolo de su identidad musulmana. El Corán era un libro sagrado que llevaba junto con su
flamante Biblia. Sin embargo, el significado de estas formas islámicas representaba un anatema para los estudiantes
cristianos. En 1972, Hamidu llegó a la Facultad de Teología situada en el norte de Nigeria, cuando yo era el director,
y había sido enviado por una de las denominaciones de soporte de los Estados Unidos. Los alumnos quedaron
impresionados cuando escucharon el relato de conversión del joven. Mientras estaba realizando el salat, Hamidu oyó
una voz que le ordenó poner fin a sus oraciones musulmanas, en el nombre de Isa al-Masih. Esta fue toda la
referencia que tuvo para iniciar su búsqueda de Jesús. ¡Y se convirtió en un creyente aguerrido! Cuando le pedí que
leyera la Biblia en la capilla del seminario, estuvo de acuerdo. En primer lugar leyó pasajes en árabe respecto a Isa,
en el Inyil. A continuación leyó los versículos relevantes de los evangelios que relatan el nacimiento de Jesús. El factor
más polémico fue que Hamidu permaneció parado en el púlpito llevando su vestimenta musulmana completa,
incluida la taqiyya (casquete o gorro). Él no me había preguntado si podía hacerlo y ahora yo me encontraba en un
dilema.
Cuando el muchacho terminó hubo tan grande consternación entre los estudiantes que ellos se reunieron para
exigir la expulsión de Hamidu. Como director de la institución tuve que dar las explicaciones pertinentes, de modo
que traté de justificar los actos del joven ante la junta directiva, compuesta por misioneros occidentales, y los líderes
de la iglesia de Nigeria. Expliqué que todo había sido una cuestión de forma y significación. Hamidu era
completamente ingenuo al entorno de las enseñanzas que habían favorecido el inmediato rechazo de los cristianos
hacia las formas musulmanas. Más tarde, el alumnado conminó al muchacho a abandonar, de manera total e
inmediata, las costumbres de su cultura, y como resultado de su respuesta negativa, Hamidu fue avisado a salir de la
institución. Como director tuve que participar de esta convocatoria y lamento, más de lo que puedo decir, haber
permitido que prevaleciera la idea de que “la forma equivale al significado”. Perdí mi oportunidad de enseñarles
cómo discipular a un nuevo y precioso creyente, y de presentarme como un modelo de aquello que los seminaristas
necesitaban conocer.
Estoy poniendo la atención en el hecho de que las formas y los significados pueden ser controlados por la persona,
aunque es obvio que hay casos diferentes. He visto que en ciertos niveles los significados son, por así decirlo,
“flexibles” de parte de la persona que toma la decisión de tratarlos de ese modo. Los significados atribuidos a las
formas no dictan de manera absoluta lo que un individuo puede o no hacer en un lugar determinado. Pero el aspecto
más importante en el cual deseo poner un marcado énfasis es la confianza que debemos depositar en el Espíritu
Santo, pues la metanoia (del griego, arrepentimiento) conduce al musulmán a los pies de Cristo, independientemente
de su circunstancia. La forma en que se manifiesta la metanoia siempre depende de la situación particular. Es
esencial prestar ayuda al converso del Islam, a fin de que Jesús sea el Señor y el nuevo centro de su vida.
Ser misionero es un llamado y un gran privilegio. Ha sido un motivo de alegría poder conocer a cientos de
obreros extranjeros durante las últimas décadas, y en general, me han impresionado muy positivamente.
La vocación misionera tiene características únicas. El candidato debe contar con una instrucción razonable, debe
estar dispuesto a ir más allá de sus fronteras geográficas, a dejar seres queridos, a renunciar a posibilidades
financieras (aunque no siempre), a adaptarse a otro idioma y cultura, y a trabajar muy ligado a un equipo. Al mismo
tiempo, el misionero debe estar abierto a la crítica de amigos y de enemigos, y debe realizar una evaluación
permanente de la metodología sacrosanta.
El doctor Saeed Khan Kurdistani fue un sobresaliente cristiano iraní que murió en 1942. En 1960, un hombre visitó
la zona donde el doctor había realizado su ministerio. El visitante le preguntó a un anciano de la comunidad si había
conocido a Khan. Casi sin aliento, el hombre susurró: “¡El doctor Saeed fue el mismo Cristo!” Con reverencia
podemos decir que este es nuestro objetivo.
A medida que nos adentramos en el nuevo milenio tenemos que echar una mirada a las cuestiones prácticas del
misionero, tales como las finanzas, la vivienda, la vida intelectual y el ministerio con las iglesias.
LAS FINANZAS
Hay una diferencia abrumadora de opiniones respecto de este tema. Algunos consideran que es imprescindible
“volverse nativo” y denunciar a quienes no imitan el modelo. Otros están convencidos que deben vivir en un patrón
occidental a fin de preservar el bienestar mental y físico de la familia trasplantada, y defienden su posición diciendo
que los ciudadanos locales entienden estas necesidades. Entre ambas posturas encontramos múltiples criterios
imaginables.
Muchos países del tercer mundo sufren de depresión económica, condición que sienta la base para las discrepancias
entre el nivel de vida de los misioneros occidentales y los nacionales. Chaeok Chun, misionero coreano en Pakistán,
comenta al respecto: “Creo que es significativo que la imagen actual de la obra misionera cristiana, desde el punto de
vista del receptor asiático, muestra comodidad y privilegio. Por lo tanto, los asiáticos tienden a rechazar al misionero
y a malinterpretar su mensaje”.1
Los monjes irlandeses de los siglos VII y VIII eran bien conocidos por su ascetismo. Su bagaje completo consistía en
un bastón de peregrino, una billetera, un odre de agua y algunas reliquias. Cuando recibían dinero de los ricos,
inmediatamente lo regalaban a los necesitados.2
¿Es éste un modelo adecuado para el misionero contemporáneo? El doctor Donald McGavran sugirió que “el
misionero proveniente de un país rico tiene un nivel de vida mucho más elevado que el necesario. Si queremos
revertir este modelo se requiere una orden de misioneros, célibes o casados sin hijos, que se establezcan en
Bangladesh, con trescientas rupias (diez dólares) mensuales. Sin embargo, cualquier iniciativa de este tipo es
desgraciadamente impensable en la actualidad.” 3
LA VIVIENDA
Sin lugar a dudas, los días del “complejo misionero” están terminados, no obstante estos enclaves occidentales
todavía se hallan presentes en todo el mundo en vías de desarrollo. En su mayoría dichas propiedades son mal vistas
por la sociedad y, en algunos casos, hasta despreciados por los nativos. Un creyente cuestionó su existencia con la
siguiente pregunta: “¿Me equivoco si digo que los chalés de la misión representan un muro de separación entre el
corazón de la gente y los misioneros?”4
En mi convicción personal, estimo que los complejos de misión aún existentes deberían ser desmantelados. Esta
acción permitiría al misionero mudarse a la comunidad y compartir su testimonio cristiano viviendo entre la gente,
en lugar de estar encerrado en una gran parcela de terreno que tiene una valoración muy negativa en el ideario
popular. Es preferible que los cristianos salgan y se esparzan entre la gente del pueblo que está sin Cristo, antes que
permanezcan en un gueto cerrado. La luz debe ser difundida y debe otorgar el beneficio esperado.
Nuestros primeros cinco años en un pequeño pueblo de Bangladesh fue una época de gran aprendizaje e
intercambio de experiencias. Justo detrás de una ventana de la casa que alquilábamos vivía una mujer musulmana,
que estaba separada de su marido, y dos hijas compartían también la vivienda. En poco tiempo, nuestra familia
logró estrechar una amistad cercana con ellas. Las chicas siempre venían a pedir una especie o un huevo y nosotros
nos sentíamos en libertad de hacer lo mismo. Cierta vez, la hija más joven enfermó con altísima fiebre, entonces la
trajimos a nuestra casa y cuidamos de ella. Una veintena de libros jamás podrían habernos enseñado todo lo que
aprendimos a través de la ventana de nuestra habitación. Esta experiencia me permite ver que la residencia dentro de
un complejo misionero no posibilita el estilo de vida similar al local ni la participación plena en la comunidad.
Es necesario tener cierta libertad respecto de la vida de la ciudad, pueblo o aldea. La principal preocupación es
relacionarse con el grupo con el cual uno está trabajando. El ministerio entre estudiantes en un área universitaria
demandaría comodidades bastante diferentes de las de una aldea rural.
LA VIDA INTELECTUAL
A fines del período colonial, el trabajo misionero sufrió una transformación radical debido a la exigencia de nuevos
enfoques y actitudes. Pioneros como el doctor Donald McGavran han popularizado la ciencia de la misiología.
Actualmente, cientos de casos de estudio y libros de texto están accesibles en el mercado y pueden ser utilizados
como materiales de referencia. Muchas escuelas ofrecen estudios de posgrado en misión y seminarios por extensión
para el obrero en el campo. Revistas tales como Evangelical Missions Quarterly, International Journal of Frontier
Mission y Missiology mantienen informado al misionero sobre conceptos actualizados y alcances prácticos alrededor
del mundo.
Joseph A. McCoy ha dado un consejo relevante a los misioneros cuando dijo: “Es indispensable tener la mente
abierta para poder percibir que los tiempos cambian y que hay que hacer los ajustes necesarios. Las tácticas
empleadas hace una década atrás ya no funcionan e incluso las de cinco años de antigüedad también están
desfasadas”.5 Siempre es triste observar a un misionero que se vuelve rutinario e inflexible. La orientación y la lealtad
que algunos misioneros, adultos y también jóvenes, conservan por la metodología tradicional, pueden llevarles a
pensar que un movimiento cuidadoso hacia nuevas áreas de experimentación sensible es casi una negación de la
verdad. Así que, el obrero joven que llega al campo de labor con un enfoque emprendedor, rápidamente puede
sentirse frustrado, y a veces sus ideales y celo pueden desvanecerse porque son ahogados con algún comentario
condescendiente tal como: “Mantenlas debajo de tu sombrero por unos pocos años, la experiencia te moldeará a ti y
madurará tu contribución”. Por lo tanto, la naciente relación entre el misionero experimentado y el novato no debe
entablarse bajo un tono amenazante, en cambio el uno puede aportar la experiencia y el otro la última innovación en
conocimiento más su entusiasmo. Unidos son casi invencibles, pero divididos pueden generar una catástrofe, no solo
para el equipo misionero interno, sino también para la perceptiva y observadora comunidad local.
Nuestro compromiso con Jesucristo demanda que debemos ser los más excelentes siervos posibles para su gloria.
Esto implica el máximo esfuerzo, no solo a nivel espiritual sino también intelectual. La verdadera excelencia
académica conduce a una mayor eficacia en el servicio y no al orgullo ni al esnobismo. Debemos estar seguros de
estar germinando en el campo misionero, entonces nuestro corazón y mente deben permanecer vitales y alertas.
Harold Cook fue profesor de misiones, durante muchos años, en el Instituto Bíblico Moody. Sus palabras dichas en
1959 todavía están frescas en mi mente: “Estudiantes, el área más importante de su vida y ministerio es el ámbito de
las actitudes. Es allí donde cualquiera tendrá éxito o fracasará como misionero, pues las actitudes tocan cada extremo
nervioso de la existencia. Las relaciones que establezcamos con Cristo, con los compañeros de misión, con los
creyentes locales y con los incrédulos se verán profundamente afectadas por nuestras actitudes propias o impropias.”
Hay una serie de ingredientes para demostrar una actitud positiva hacia los habitantes locales. Uno de ellos es la
empatía. Permítanme ilustrarlo. Cada amanecer, un vecino hindú de nuestro pueblo se levantaba, se lavaba y salía de
la casa para instalarse cerca de su vaca. Acto seguido miraba el sol, entrelazaba las manos y realizaba una ceremonia
que incluía la adoración al sol y a la vaca. Puedo decirles que observé este ritual veintenas de veces. Cierto día, la vaca
enfermó y repentinamente murió. El desconsuelo y la depresión invadieron aquel hogar hindú; de hecho, significaba
una pérdida trágica para la familia. Personalmente, yo no aceptaba que una vaca fuese objeto de adoración, pero de
algún modo estaba compenetrado con la cosmovisión del hindú. El hombre sufría y yo también. Hacía poco tiempo
que yo había llegado al país, pero rápidamente aprendí algunas frases apropiadas y me dirigí a su tienda.
Tartamudeé algunas palabras, mal pronunciadas, tratando de expresarle mi pesar por la muerte de su vaca, y noté
que mi amigo se conmovió profundamente. Procedemos de dos mundos distantes tanto en lo cultural como en lo
religioso, pero aun así me preocupaba por él. Por un breve instante, yo había logrado incursionar adentro de su vida.
Hay un viejo adagio que contiene una gran verdad: “El don sin dador está vacío”. Los misioneros son gente que da,
su trabajo demanda ese rol. Ellos pueden estar ocupados en aliviar necesidades, en la enseñanza, en el trabajo médico
o en algún otro ministerio que demande el acto de compartir. Pero la acción de dar es insuficiente en sí misma. ¿Cuál
es la fuerza que motiva la acción? ¿Es impulsada por el amor? ¿Existe una verdadera preocupación por el prójimo?
¿Se ha convertido mi acto de servicio en una obligación profesional? ¿Son los pobres y los marginados un “producto
que vende”? Estas son preguntas difíciles.
EL MINISTERIO
Para considerar el enfoque ministerial del obrero cristiano podemos echar una mirada a las misiones en el Nuevo
Testamento. Allí encontramos que la participación de Pablo era muy temporal. El apóstol llegaba a cierto lugar, se
quedaba un par de semanas, meses o unos pocos años y partía hacia nuevas zonas. Las iglesias que él plantó no
permanecieron bajo su control. Aun si una influencia herética venía a las iglesias, Pablo solo exhortaba a los cristianos
a caminar en la verdad. Él no disponía de recursos económicos para condicionar a nadie, es más, los creyentes eran
totalmente libres. Por cierto, el panorama contemporáneo de las misiones es diferente de los días de Pablo.
Lesslie Newbigin afirma que Pablo confió totalmente el liderazgo a los creyentes locales y diferencia al apóstol de
los misioneros modernos, en términos ásperos, cuando dice que “Pablo no construyó un chalet.”6 George W. Peters
sostiene que Pablo podría haber dicho perfectamente: “Aquí hay suficiente trabajo para mí y aquí es donde voy a
quedarme”; sin embargo, él se resistió a este supuesto y se mantuvo en movimiento.7 Roland Allen señala que Pablo
no descuidó a las iglesias, sino que continuó visitándolas y relacionándose con ellas. No obstante, Pablo delegó la
responsabilidad básica en manos del liderazgo local.8
El misionero debe retirarse lo más pronto posible, luego del establecimiento de un grupo de adoradores. Los
conversos no deben transferir su dependencia al misionero y permanecer lejos del Señor. Después de realizar con
ahínco el trabajo pionero, de ver el nacimiento de la obra y de cuidar de la joven iglesia, el misionero –ya sea tamil,
naga, americano o australiano– debe entregar la autoridad a los líderes autóctonos. El trabajo no debe prolongarse
por mucho tiempo más, sino que debe producirse el destete y el empuje hacia afuera del nido. A continuación, el
misionero seguirá su carrera y repetirá el proceso.9 El desafío en la búsqueda de nuevas fronteras es el imperativo
constante de todo obrero.
CONCLUSIÓN
El precioso cuadro de un barco, en medio de aguas tormentosas, embellece la puerta de entrada a mi dormitorio.
Una inscripción dice: “Un barco en el puerto está seguro, pero los barcos no han sido construidos para esa finalidad.”
La primera línea en el campo de batalla es riesgosa, pero ninguna victoria, registrada en los anales de la historia, ha
sido ganada solo con el apoyo de las personas que están en la retaguardia, muy por detrás del alcance del fuego
enemigo. La tarea misionera es un exhorto a la reflexión, a la decisión y al compromiso.
NOTAS FINALES
1. “An Exploration of the Community Mode l for Muslim Missionary Outre ach by Asian Wome n,” dise rtación no publicada D. Miss. Fulle r
The ological Se minary, Pasade na, 1977.
2. Mary Just, Dige st of Catholic Mission History (Maryknoll, N.Y.: Maryknoll Publications, 1957), p. 22.
3. Carta de l autor, marzo, 1979.
4. D. A. Chowdhury, “The Be ngal Church and the Conve rt,” The Mosle m World no. 29 (1939), p. 347.
5. Advice From the Fie ld (Baltimore , Md.: He licon Pre ss, 1962), p. 144.
6. The Ope n Se cre t (London: SPCK, 1978), p. 144.
7. “Issue s Confronting Evange lical Missions,” Evange lical Missions Tomorrow (Pasade na, Calif.: William Care y Library, 1977), p. 162.
8. Missionary Me thods: St. Paul’s or Ours? (Grand Rapids: Ee rdmans, 1962), p. 151.
9. Donald McGavran, Ethnic Re alitie s and the Church (Pasade na, Calif.: William Care y Library, 1979), p. 130.
¿ISRAEL O PALESTINA?
por Chawkat Moucarry
Siendo yo un árabe cristiano, el conflicto árabe-israelí y los derechos del pueblo palestino son temas en mi
agenda desde que vivo en Europa. Estoy convencido de que esta problemática sumada a la situación de los
inmigrantes musulmanes en Europa, tienen su alto impacto en las relaciones cristiano-musulmanas.
Un gran número de los inmigrantes residentes en Europa son musulmanes, sin embargo durante siglos el
continente ha estado estrechamente asociado con el Cristianismo. Entonces, ¿cuál es la posición de los musulmanes
en un país no musulmán? ¿Cómo deben ser tratados? ¿Qué respuestas debemos dar en sumisión a la Torá y a los
Evangelios?
La mayoría de países europeos dieron su apoyo incondicional a la creación del estado de Israel en 1948. Además
muchos cristianos, en especial los evangélicos, continúan dando su respaldo a esta nación alegando el cumplimiento
de la profecía bíblica.1 ¿Pero es necesariamente este aval la actitud correcta? ¿Es coherente con el propósito de Dios en
la tierra? ¿Es compatible con la justicia divina? Los cristianos no pueden eludir las preguntas referidas al conflicto en
Medio Oriente.2
EL CONFLICTO PERMANENTE
El establecimiento de Israel en tierras árabes fue una inmensa injusticia y determinó la tragedia de los habitantes
históricos del territorio. En efecto, el pueblo palestino fue privado de su patria y, en su mayoría, obligado a vivir en
campos de refugiados. Este atropello se hizo sentir profundamente en los pueblos árabes de todo el mundo. Muchos
palestinos cayeron en desesperación, sobre todo después que los gobiernos árabes no lograron concretar la promesa
de devolverlos a su terruño. Los refugiados palestinos decidieron tomar el destino en sus propias manos y, como
resultado de ello, nació la Organización de Liberación Palestina (OLP). Algunos recurrieron al terrorismo cuando el
mundo se mostraba indiferente a su difícil situación, pero Israel parecía invencible. En junio de 1967, Israel conquistó
nuevos territorios árabes y consecuentemente los problemas de la población árabe fueron en aumento bajo la
dominación israelí.
La década de 1980 fue testigo de la intifada (revuelta) de los jóvenes palestinos en los territorios ocupados de
Cisjordania y la Franja de Gaza. Hubo manifestaciones y ataques de apedreamiento contra soldados y civiles
israelíes, y la reacción del gobierno fue dura. Esta “revolución de piedras” fue bien encubierta por los medios de
comunicación, pero tuvo un doble impacto; por un lado, mostró al mundo que los palestinos no habían renunciado a
su esperanza de independencia, y por el otro, impulsó a muchos israelíes a la introspección y al examen de su propia
identidad. Aquellos que durante años se habían considerado como oprimidos ahora estaban convirtiéndose en
opresores. La política del gobierno israelí favoreció el encarcelamiento, la deportación y la tortura de un creciente
número de palestinos. Las tierras palestinas fueron confiscadas y en su lugar se establecieron flamantes
asentamientos judíos. Israel estaba convirtiéndose en un país del apartheid.
A principios de 1990, ambas partes entendieron que la única salida del conflicto era reconocer el derecho mutuo de
subsistencia. En septiembre de 1993, los líderes israelíes y palestinos firmaron el acuerdo de Oslo que significó el
primer paso hacia la paz, sin embargo grupos opositores al proceso de pacificación se mantuvieron activos en ambos
bandos. En noviembre de 1995, la sociedad israelí fue sacudida por el asesinato del primer ministro Yitzhak Rabin;
un judío era ultimado por un compatriota y no por un enemigo árabe.
En el verano de 2000, el proceso de paz alcanzó una fase crítica. La delicada situación de Jerusalén había sido
dejada deliberadamente hasta esta instancia, pero ahora pasaba a ser el centro de las conversaciones. Desde que el
ejército israelí conquistó Jerusalén oriental, en junio de 1967, todos los líderes israelíes han afirmado que “Jerusalén es
la capital eterna e indivisible de Israel”. Por lo tanto, las negociaciones israelíes no contemplaron la posibilidad de un
acuerdo formal respecto de Jerusalén e Israel se negó a aceptar la devolución de la parte oriental de la ciudad a la
soberanía árabe. Como consecuencia de ello, los palestinos consideraron que el gobierno israelí admitía una alianza
pacífica, pero sin el reconocimiento de igualdad de derechos a la tierra, y, más concretamente sobre Jerusalén, ciudad
apreciada no solo por los judíos, sino también por los pueblos nativos del contorno. La intransigencia de Israel
sumada a su actual política de fundación de nuevos asentamientos judíos en territorio palestino, inflamó de furia y
exasperación al pueblo palestino. El fracaso de esta ronda decisiva de negociaciones de paz tuvo como respuesta la
segunda intifada, revuelta que comenzó en septiembre de 2000 y demandó la vida de más de 800 personas,
mayormente palestinos, en menos de doce meses. Una resolución de Naciones Unidas culpó al gobierno de Israel por
el uso de fuerza excesiva en contra de los palestinos.
LOS PUEBLOS SUBSAHARIANOS
Los casi 800 millones de personas del África
subsahariana –la región sur de África del Norte, de
habla árabe– adhieren a una amplia gama de creencias
que incluyen el Cristianismo y el animismo y islam.
Cerca de 200 millones de estos son musulmanes. Las
actividades misioneras musulmanas a lo largo de los
siglos se han expandido hasta el África Subsahariana,
donde actualmente el Islam es la religión mayoritaria en
dieciséis países.
Nigeria es representativa de África en su conjunto. La
población está dividida geográficamente y
religiosamente. El cuarenta y cinco por ciento de la
población es musulmana y se encuentra
predominantemente en el norte, y el 51 por ciento de la
población es cristiana y se encuentra principalmente en
el sur. Los conflictos entre cristianos y musulmanes
ocasionan atrocidades cometidas por ambos bandos y
continúan ocurriendo a lo largo de las líneas limítrofes.
Las tribus de los fulani viven en todo el territorio
subsahariano –desde Mauritania y Senegal hasta
Sudán– y forman una minoría en diecinueve países. Su
número es de aproximadamente 33 millones y su
principal actividad es la ganadería, permaneciendo fiel a
la larga trayectoria de pastores nómadas. Hace siete
siglos atrás, la tribu fulani fue una de las comunidades
precursoras que abrazó el Islam y su estilo de vida
itinerante contribuyó a difundir la religión en gran parte
de África Occidental. A pesar de que el pueblo fulani es
la cultura nómada más grande del mundo, muchos de
sus representantes actualmente llevan un estilo de vida
sedentario. Entre los fulani instruidos hay muchos
estudiosos y maestros islámicos célebres, y los fulani
acaudalados y urbanizados tienden a ser los creyentes
más ortodoxos. Sin embargo, la mayoría fulani observa
una mezcla de creencias tradicionales y prácticas
islámicas.
Para los cristianos, la misericordia de Dios ha sido manifestada en la historia a través del Siervo Sufriente, Jesucristo.
El amor llevó a Jesús a padecer el sufrimiento con el objetivo de obtener la reconciliación del hombre con Dios. La
búsqueda de Jesús como el Siervo herido puede ayudarnos a encontrar el sentido a nuestro propio sufrimiento.
En tercera instancia, el Dios de paz es también el Dios de justicia. La injusticia que padecieron inicialmente los
árabes, y en especial los palestinos, debe ser reconocida y reparada por la comunidad internacional. En términos
políticos, esto significa que Israel y las naciones árabes deben ser tratadas con rigurosa igualdad. ¿Por qué Israel
jamás fue obligada a poner fin a la ocupación de las tierras árabes tras el apercibimiento de Naciones Unidas? Tales
fueron las retiradas de Irak del territorio de Kuwait, de Indonesia de Timor oriental y de Serbia de Kosovo, pero Israel
parece ser el único país en el mundo que desafía las resoluciones de la ONU sin tener que enfrentarse a las sanciones
internacionales.
El reclamo de “justicia y solo justicia” del pueblo palestino debe ser escuchado.3 Esto implica el reconocimiento del
derecho a tener un estado fidedigno que permita a los palestinos recuperar su dignidad e identidad nacional. Además
significa tener el acceso palestino a Jerusalén oriental como su ciudad capital y la eliminación de los asentamientos
judíos en Gaza y Cisjordania. Caso contrario, y dicho por un israelí, este estado no sería nada más que un “pollo
atado.” La Franja de Gaza es una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Este territorio palestino
autónomo mide 140 kilómetros cuadrados y está habitado por un millón y medio de personas. El 65 por ciento del
territorio alberga a la población palestina y el restante 35 por ciento contiene a las colonias israelitas, con solo seis mil
propietarios judíos.
La cuarta consideración está en que el concepto de un estado judío es problemático en sí mismo. La historia pasada
y numerosas situaciones contemporáneas indican que cuando un país está estrechamente asociado con una religión o
un grupo étnico, en el mejor de los casos, las minorías étnicas y religiosas tienden a ser discriminadas, y en el peor,
son perseguidas. Un mandato laico, plural y democrático está más de acuerdo con a las enseñanzas de Jesús que un
gobierno religioso, ya sea cristiano, islámico o judío (Mt. 22:21).
Por ejemplo, ¿cómo reaccionaríamos si el Reino Unido se diseñara únicamente para cristianos de raza blanca? Poca
gente estaría a favor de tal determinación, sin embargo el estado de Israel fue concebido por la ideología sionista
como la patria de los judíos, ¡el judaísmo siendo definido por el criterio racial y religioso! 4 Esta ideología es
cuestionada no solo por la población árabe que vive en Israel, sino también por los judíos “mesiánicos”. ¿Pero éstos
mesiánicos (cristianos) siguen siendo judíos? A pesar de que la respuesta es absolutamente positiva, su propia
existencia, en especial en Israel, y su actividad misionera son consideradas como una amenaza para la identidad
judía. En ningún estado puede garantizarse la protección de los derechos humanos, si antes los ciudadanos no son
apreciados por su calidad de seres humanos, independientemente de su origen étnico o religioso.
Por lo tanto, el conflicto de Medio Oriente plantea algunos interrogantes fundamentales. ¿Es posible que un estado
mantenga vínculos estrechos con una determinada religión o grupo étnico sin que los residentes de otras
colectividades se sientan ciudadanos de segunda clase? ¿Cómo puede un país relativamente pequeño acomodarse a
las demandas de los pueblos judío y palestino? ¿Llegará el día en que ambas facciones vivan en términos de mutua
aceptación y no solo de tolerancia los unos a los otros? Por supuesto que estas preguntas no son de formulación
exclusiva para Israel, sino también para los demás estados de la región. El compromiso de un estado laico y
democrático para el conjunto, separado de identidades religiosas y étnicas, puede parecer idealista en el presente,
pero en el largo plazo es la opción que garantiza la paz porque hace justicia a ambos pueblos, el judío y el palestino,
a personas con una determinada fe y a aquéllas que no la consideran. A menos que la discriminación estructural de
Israel sea tratada adecuadamente, es ilusorio creer que israelitas y palestinos puedan concretar la convivencia (Jer.
6.13-15). Ya es tiempo que Israel se dé cuenta que el poder militar y las armas nucleares no representan un camino
hacia la paz con el pueblo palestino. Es necesario tomar decisiones críticas y valientes, como por ejemplo el repudio a
la ideología sionista. Únicamente entonces, la justicia, la paz y la reconciliación tendrán la verdadera oportunidad de
convertirse en una realidad tangible en Medio Oriente.
NO MOSTRAR PARCIALIDAD
Muchos cristianos en Occidente simpatizan naturalmente con Israel por ser el pueblo elegido de Dios y por haber
sido víctimas del Holocausto. Sin embargo, el resultado indebido y perjudicial de esta tendencia en ocasiones
manifiesta un sesgo pro-israelí. El favoritismo hacia Israel, combinado con los prejuicios en contra de árabes y
musulmanes, ha determinado que los cristianos sean incapaces de hacer una contribución positiva en el camino hacia
la justicia y la paz en Medio Oriente. En cierto grado esto también explica el motivo por el cual muchos árabes y
musulmanes son sospechosos a la vista de Occidente y del Cristianismo occidental. Por lo tanto, las personas que
están verdaderamente preocupadas por el conflicto en Medio Oriente deben examinar sus actitudes hacia israelitas y
árabes, para asegurarse de que no están mostrando favoritismo hacia una de las partes en detrimento de la otra. “No
hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque
el juicio es de Dios “(Dt. 1:17).
NOTAS FINALES
1. Ve r T. We be r, “How Evange licals Be came the Be st Frie nds of Israe l,” Christianity Today 42, núme ro 11 (octubre 5, 1998), pp. 38–49; P. Be nnis
and K. Mansour, “‘Praise God and Pass the Ammunition!’ The Changing Nature of Israe l’s U.S. Backe rs,” Middle East Re port, núme ro 208
(otoño 1998), pp. 16–18, 43. Ve r tambié n pe riódicos tale s como Israe l and Christians Today y la así llamada Embajada Cristiana e n
Je rusalé n.
2. Un libro de stacado ace rca de l te ma e s de Colin Chapman, Whose Promise d Land? Israe l or Pale stine ? (Oxford: Lion, 1983). Ve r tambié n
Pe te r Walke r, Je sus and the Holy City: Ne w Te stame nt Pe rspe ctive s on Je rusale m (Grand Rapids: Ee rdmans, 1996); Pe te r Walke r, e d.,
Je rusale m: Past and Pre se nt in the Purpose s of God (Cambridge : Tyndale House , 1992); y Ke nne th Cragg, Pale stine : The Prize and Price of
Zion (Londre s: Casse ll, 1997).
3. Naim Ate e k, Justice , Only Justice : A Pale stinian The ology of Libe ration (Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1989). Ve r tambié n Riah Abu El-Assal, Caught
in Be twe e n: The Story of an Arab Pale stinian Christian Israe li (Londre s: SPCK, 1999); Elias Chacour, Blood Brothe rs (Eastbourne , UK:
Kingsway, 1984); y Aude h Rantisi, Ble sse d Are the Pe ace make rs: The Story of a Pale stinian Christian (Guildford, RU: Eagle Publishing, 1990).
4. Lue go de la cre ación de l e stado de Israe l e n 1948, e l gobie rno inte ntó limpiar la tie rra de la población árabe re stante . Esta política fue
e vide nte e n un caso bie n docume ntado e n e l que e l gobie rno israe lí dise ñó un e sque ma de transfe re ncia se cre ta para ale ntar a la
población pale stina de Galile a para salir de l país y radicarse e n la Arge ntina y Brasil. Ve r Nur Masaiha, “A Galile e without Christians? Yose f
We itz y ‘Ope ration Yohanan’ 1949–1954,” e n Anthony O’Mahony, e d., Pale stinian Christians: Re ligion, Politics, and Socie ty in the Holy Land
(Londre s: Me lise nde , 1999), pp. 190–222.
VIVIENDO COMO LA FAMILIA DE DIOS
por Christine Mallouhi
La adoración a Dios no es necesariamente una “actividad religiosa” desarrollada en un ritual. A pesar de que
Pablo dice: “Puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch. 17:28, NVI), frecuentemente actuamos como
si solo estuviéramos con Dios de veras en los momentos de adoración formal, en alguna habitación específica e
inmersos en un ceremonial. ¿Cuál es el propósito de una comunidad cristiana? ¿No es el crecimiento en la fe y la
adoración a Dios? Hay muchas maneras de alcanzar estos objetivos sin estar reunidos en un salón, celebrando un
reunión formal.
Guardo en mis recuerdos los enriquecedores años que viví en el mundo árabe, y en particular algunos momentos
maravillosos de los cultos que teníamos al aire libre. Los fines de semana nuestro grupo armaba carpas en un sitio
que tenía asadores cerca de un lago, y allí pasábamos tiempos de oración, comunión y estudios bíblicos. Por lo
general, la reunión de bautismos se celebraba durante un fin de semana de campamento. Se alquilaban grandes
barcos para tal fin y nadie quería perderse esta fiesta de comunión. A medida que la embarcación se deslizaba por el
río compartíamos la comida que cada uno había traído. Las personas que no se habían visto recientemente, se
instalaban en algún rincón e intercambiaban sus historias de vida. Luego realizábamos el canto, la lectura de la
Palabra, la oración por necesidades específicas y la exposición de diferentes mensajes. Este mismo patrón era
observado en las reuniones caseras. A partir de las primeras vivencias compartidas en los momentos de comida y
diversión, comenzaba a fluir la comunión que, finalmente, desembocaba en la adoración. ¿Cuántas veces nos hemos
sentado en la reunión de una iglesia y nos hemos sentido aislados, sin percibir un toque especial ni el calor en nuestro
corazón? A veces, la formalidad de un culto impide a las personas ser naturales o corta la comunicación espontánea
entre ellas. A menos que en el grupo haya algún hermano singularmente perceptivo, un miembro puede estar
participando de la adoración colectiva, y sin embargo, sentirse totalmente solo. Recién al finalizar la reunión, todos se
relajan y la comunión real empieza cuando la gente dialoga en confianza, exponiendo sus comentarios o pedidos de
oración mutua. A menudo, el sentido de familia es el ingrediente faltante en las experiencias estériles de adoración. Es
especialmente difícil para una persona relacionarse con los demás si no tiene nada en común con ellos, excepto la fe,
y su única experiencia compartida es la hora de la reunión formal. La comunidad cristiana necesita compartir
experiencias de familia juntos.
A TRAVÉS DE SUS OJOS
Ver el mundo a través de los ojos de las mujeres
musulmanas puede resultar más útil que escuchar los
comentarios de terceros describiendo el supuesto
sentimiento de ellas. Es posible deducir una percepción,
en las revistas musulmanas y otros recursos en línea, en
planteos tales como: ¿Qué pensamientos hay en la
mente de una mujer? ¿Qué temas ocupan su corazón?
¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿Cuáles son sus
sentimientos? Con un ligero vistazo de los titulares de
algunos artículos, es posible comenzar a “ver” los
problemas y temas preocupantes del universo femenino.
Un lector de la última edición de Azizah1 puede hacer
diversas inferencias, de acuerdo con los titulares leídos.
Por ejemplo:
• “Por qué uso velo”: estoy interesada en los temas del
acoso y la modestia.
• “¿Es esto halal?”, “Hechos dignos y obras devotas”:
quiero ser fiel a mi religión.
• “Estilos de celebración. Ropa exquisita de siete
diseñadores talentosos”, “¿Refleja su mezquita la
diversidad étnica del Islam?”, “Decoración: fe en cada
momento de la existencia, una mirada a la geometría
en el arte persa y la tradición”: me siento orgullosa de
mi herencia islámica.
• “Paz agitada”: me preocupa el lugar del Islam en las
actuales relaciones geopolíticas.
• “Bienestar: pregúntele a su médico”, “Nombres
robados, vidas robadas: tener su información personal
robada puede convertirse en una pesadilla”: soy muy
parecida a las mujeres norteamericanas.
Si abrimos los ojos a los asuntos vigentes en las
comunidades musulmanas cercanas, ¡podremos ver más
de lo que hemos descubierto a primera vista!
1
Ve r www.azizahmagazine .com (vol. 1, núme ro 1).
Fuente www.frontiers.org.
Un pastor muy apreciado de cierto país árabe se retiró de su actividad ministerial y fue reemplazado por un obrero
veterano. Un miembro de la congregación llamó por teléfono al nuevo ministro para animarse mutuamente. El
obrero le agradeció el saludo y luego le preguntó: “¿Qué puedo hacer por ti?” Instantáneamente, el interlocutor cortó
la comunicación y tachó de su agenda telefónica el nombre del recién llegado. El hombre había interpretado que, por
la pregunta del ministro, éste no estaba interesado en su amistad. El ministro no era parte de la familia de miembros
de la iglesia y solo esperaba las llamadas telefónicas por alguna razón específica. En realidad, el creyente no tenía un
motivo determinado para comunicarse con él, aparte de expresarle que estaba preocupado en su persona; entonces,
él se había sentido ofendido y rechazado.
En Siria, mi familia llama a cada uno varias veces en un día, solo para mantenerse en contacto. En Egipto, Mazhar,
mi esposo, se comunicaba con unas doce personas al día aunque las veía a todas semanalmente. Las llamadas
deseaban mostrar una actitud amable hasta el próximo reunión. ¿Comenzamos una llamada o una visita
disculpándonos por inmiscuirnos en el tiempo de la persona y afirmando que tenemos una razón para hacerla? Esta
explicación implica decir que no molestaríamos al individuo, de no ser por algún asunto en cuestión.
Cuando estábamos en el norte de África, apartamos un día para compartirlo con un matrimonio cristiano que vivía
en otra ciudad. Caminamos a través de plazas y jardines, comimos en un restaurante especial y llevamos a los niños
a un parque de diversiones. Mientras disfrutábamos cada momento hablábamos acerca del matrimonio, de las
dificultades en la crianza de los hijos en la fe de Cristo, en medio de una sociedad absolutamente musulmana, y del
modelo de iglesia, de acuerdo a los habitantes locales. De pronto, un viejo y profundo sufrimiento del pasado salió a
la superficie y también los pasos hacia la sanidad necesaria, y las cosas se arreglaron allí mismo en donde estábamos,
en la calle principal. Con lágrimas en los ojos este matrimonio nos confesó que nunca antes habían tenido un
momento tan especial. Ellos mencionaron que los cristianos solemos tener reuniones y por eso no tenemos tiempo
para el esparcimiento y las relaciones sociales. Ese día casual de comunión tuvo un alto significado espiritual en la
vida de ellos y en la nuestra también.
Las familias necesitan divertirse juntas, compartir experiencias y recuerdos; en efecto, estos tiempos deben ser una
parte regular de la vida ya que son buenas oportunidades para la mutua edificación. En Egipto, mis hijos eran los
mayores dentro del grupo de niños. La idea de un largo viaje programado en barco no les causaba el mismo placer
que a los niños más pequeños, ya que éstos llevarían consigo sus juguetes. No obstante, los jóvenes egipcios solteros
pasaron tiempo con mis hijos jugando al ajedrez, y lograron crear lazos fraternales. Este vínculo no se habría
generado en una reunión casera, pues los niños no habrían estado tan involucrados en la actividad.
Este tipo de comunión contribuye a la unidad de la iglesia porque combina dos aspectos importantes de la cultura
oriental que son la hospitalidad, manifiesta en las reuniones centradas en el intercambio de alimentos, y la familia. La
familia cristiana necesita invertir su tiempo, conjuntamente, en actividades habituales de la vida cotidiana para
reforzar los nuevos valores, tal como lo hace cualquier clan. La familia musulmana tiene un doble vínculo, por un
lado son miembros de un grupo por vía sanguínea, y por el otro pertenecen a la umma, la comunidad del Islam. Se
espera que las personas renuncien a sus derechos en favor de los intereses de ambas familias, y de hecho son
entrenadas para hacerlo desde su nacimiento. Los flamantes conversos al Cristianismo tienen el peso de la deshonra a
sus familias debido a su nueva fe, y es muy difícil para ellos sufrir la soledad y el enfrentamiento con su parentela y
con la sociedad. Los autores Ibrahim Muhawi y Sharif Kanaana dan la siguiente explicación: “Por medio del respeto
a la tradición y la deferencia a la edad, los individuos son socializados desde la infancia para armonizar su voluntad
con la de la familia. Cada uno es animado a verse a sí mismo tal como lo ven los demás, y a validar su experiencia en
términos de la aprobación colectiva. Sobresalir, hacer las cosas de manera diferente o desobedecer a la autoridad,
acarrean castigos que van desde lo físico a lo psicológico, como por ejemplo, sufrir la contrariedad, el reproche, la
censura pública o el ostracismo social.”1
Cuanto más tiempo dedican los creyentes al crecimiento, al cuidado y al apoyo mutuo, más cerca está la iglesia de
la acción que del mero conocimiento bíblico. Entonces, cuando los cristianos leen acerca de la necesidad de
congregarse y de fomentar la hermandad del cuerpo, entienden cabalmente su importancia porque estos principios
ya forman parte de su corazón y vida.
Las actividades amenas de tipo familiar también son provechosas para las iglesias occidentales. La primera vez que
viví con mi familia en los Estados Unidos organizamos un encuentro de matrimonios cristianos en nuestra casa.
Después de la cena, todos se sentaron formalmente en la sala de estar aguardando el comienzo de la reunión. Ellos
esperaban la oración y el estudio bíblico, pero fueron sorprendidos ante el anuncio de que no había otra agenda que
disfrutar la comunión. De modo que contamos un montón de historias alegres que son comunes a los cónyuges (que
muchas veces incluían cómo habíamos llegado al compromiso cristiano) y tuvimos un nuevo entendimiento de los
demás. Al día siguiente, recibí varias llamadas telefónicas expresando no solo el deleite de una velada distendida, sino
también el reconocimiento de los lazos más profundos que se habían cimentado entre los miembros del grupo, luego
de años de permanencia en la misma iglesia. Fue una época de convivencia familiar. Los diez matrimonios ahora
tenían un vínculo más estrecho cuando adoraban juntos.
NOTA FINAL
1. Spe ak Bird, Spe ak Again: Pale stinian Arab Folktale (Be rke le y: Unive rsity of California Pre ss, 1989), p. 31.
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. Un tema clave de esta lección es el papel que juegan la cultura y los errores culturales en las relaciones entre
musulmanes y cristianos, y en los musulmanes que abrazan la fe de Cristo. Lea Colosenses 4:2-6. ¿Qué desea Pablo
para sí mismo? ¿Qué instrucciones tiene para darnos?
2. Klein, Hubbard y Blomberg afirman: “La contextualización de la verdad bíblica requiere lentes bifocales
interpretativas. En primer lugar, necesitamos una lente para mirar hacia atrás, en el trasfondo bíblico, para
aprender el significado correcto. Luego, precisamos otra lente para ver el primer plano y determinar la mejor
expresión –contextualización– de esa verdad para el mundo actual.”1 ¿Qué significa contextualizar nuestro mensaje
a los musulmanes? ¿Qué cultura(s) tenemos que entender para poder realizarlo?
1. William W. Klein, Robert L. Hubbard Jr. y Craig L. Blomberg, Introduction to Biblical Interpretation (Nashville,
Tenn.: Nelson Reference, 1993), p. 174.
APRENDE MÁS
Leer Phil Parshall, Muslim Evangelism, rev. ed. (Waynesboro, Ga.: Gabriel Publishing, 2003).
Badru D. Kateregga y David W. Shenk, A Muslim and a Christian in Dialogue (Scottdale, Pa.: Herald Press, 1997).
Ver un programa de televisión y responder las siguientes preguntas: ¿Qué elementos pueden causar ofensa a los
musulmanes? ¿De qué maneras los programas televisivos que usted ve retratan la cultura occidental, o sea la
no musulmana?
Orar practicando el ayuno desde las primeras horas del día hasta el ocaso, al igual que los musulmanes en el mes de
ramadán. Transforme el hambre que siente en alimento para sus oraciones en favor del pueblo musulmán.
Escribir una lista durante un día apuntando todas las comidas y bebidas que usted consuma. ¿Cuántas de esos
ítems serían considerados halal para los musulmanes? El segundo día sírvase solamente de los alimentos que
son halal. Vea “¿Qué está permitido?” (en la p. 120)
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 8
CONSIDERACIONES TEOLÓGICAS
REFLEXIONE
• ¿Cuáles son las formas más adecuadas para comunicar el evangelio a los musulmanes?
• ¿Cómo debemos responder a aquellos que no están de acuerdo con nuestra fe?
• ¿Cómo encarnamos el evangelio entre los musulmanes?
• ¿Cómo vive usted su “teología”? ¿Qué observan los demás en tus actitudes acerca de la creencia tuya?
• ¿Qué valores sostienen ustedes que todavía necesitan ser cambiados por el evangelio?
PUNTOS CLAVE
1. Tenemos un derecho humano universal y un imperativo bíblico de compartir nuestra fe en Cristo.
2. Abordar malentendidos con humildad.
3. Muchos musulmanes son devotos de Dios y son un pueblo temeroso de Dios.
4. Los musulmanes tienen una comprensión inexacta e incompleta de Dios porque carece de Cristo.
5. Compartir a Cristo construyendo sobre la naturaleza redentora de Dios y una comprensión bíblica del pecado.
6. Conciliar conceptos erróneos comunes.
7. Ilustraciones de cómo compartir a Cristo con los musulmanes.
8. Dios crea la vida espiritual: Sólo él cambia corazones y mentes.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
¿Por Qué Compartimos Las Buenas Nuevas De Jesús a Todas Las Personas, Incluso a Los Musulmanes?
Divergencias Teológicas
Apologética De Emergencia: Respondiendo A Objeciones Comunes La Comunicación Del Evangelio Desde Adentro
BÁSICAS Una Pregunta Que Debe Ser Respondida
El Islam Y El Cristianismo En La Paternidad De Dios
Compartiendo Nuestra Fe Con Los Musulmanes
INTRODUCCIÓN
Los musulmanes tienen muchos supuestos equivocados acerca de la fe cristiana. Algunos provienen de las
enseñanzas islámicas y otros de las fuentes populares callejeras de cualquier ciudad musulmana. Por ejemplo,
podemos mencionar que los cristianos tenemos la más alta valoración de la Biblia y nunca permitiríamos
modificación alguna en su escritura, sin embargo, los musulmanes afirman que el texto bíblico ha sido cambiado en
varias ocasiones. Aunque debemos presentar un argumento en contra de esta y de las demás ideas falsas, no
necesitamos convencer a los musulmanes de que nosotros estamos en lo cierto. Podemos aseverar sosegadamente que
honramos la Palabra de Dios, pero no debemos permitir que desacuerdos iniciales produzcan roces en nuestro
acercamiento. Creemos en el poder de la Palabra de Dios y confiamos en Cristo, como Aquel que revela la verdad, al
momento de entregar personalmente la Biblia a algún amigo musulmán, alentando su lectura en forma individual.
Asimismo los musulmanes pueden tener grandes dificultades en su comprensión de la Trinidad, pues su
pensamiento es que los cristianos adoran a tres dioses. En lugar de enredarnos en vanas discusiones podemos
afirmarles que creemos en la unicidad de Dios, y que oraremos para que progresivamente Dios les dé el
entendimiento espiritual necesario para discernir este concepto. En efecto, la doctrina de la Trinidad es difícil de
entender aun para los cristianos; por lo tanto, no deseamos que esta consideración condicione nuestra amistad con los
musulmanes.
La interpretación acabada del Cristianismo está disponible únicamente en la resurrección de Jesucristo, pues este
evento manifiesta la necesidad de la muerte de Cristo en la cruz, el pago con su sangre de los pecados de la
humanidad y de la justicia divina que fue satisfecha, y el poder sobre la muerte, el pecado, la vergüenza y el miedo.
Pero antes de lidiar con el fin de la historia de la redención, los musulmanes pueden necesitar una introducción al
resto de la revelación de Dios.
TESTIGO RELACIONAL
En la medida en que nuestras relaciones están centradas en el conocimiento estaremos viviendo de la cabeza y no del
corazón. Entonces, la interacción se vuelve abstracta y evita la real conexión entre los individuos. Tal vez preferimos
esta evasión con el propósito de preservar el espacio personal, o bien para mantener en secreto las propias debilidades
en aquellas áreas en las que no somos capaces de vivir según el modelo bíblico. Parece más fácil exponer significados
bíblicos que aplicar el contenido de la Biblia a nuestras luchas diarias. Si aún no podemos tener intimidad con
nuestro cónyuge, con nosotros mismos o con Dios, cuanto menos podremos tenerla con un nuevo amigo de una
cultura o religión diferente. Es fuerte la tentación de permanecer oculto detrás del conocimiento antes que revelar la
realidad imperfecta del ser. En su libro “La búsqueda de Dios”, A.W. Tozer dice: “Nosotros, los cristianos, estamos
frente al peligro real de perder a Dios en medio de las maravillas de su Palabra.” 1
Las enseñanzas del Islam acerca del Cristianismo se basan principalmente en la interacción temprana que tuvieron
los musulmanes con los judíos y los aberrantes cristianos. El sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz, hecho por causa
de los pecados de la humanidad, es un tema muy malentendido. Los judíos adquirieron los conceptos bíblicos básicos
–la naturaleza redentora de Dios, el gran amor de Dios por todas las personas, la innata condición pecadora de la
raza y el resultado letal del pecado– mediante la revelación de Dios, su historia y otros múltiples aspectos de su
cultura y rituales. Sin embargo, ellos consideran que la idea de la crucifixión y resurrección de Cristo es ofensiva, una
piedra de tropiezo. Y para los griegos el Cristo crucificado era una locura (1 Co. 1:17-25).
En gran parte, los musulmanes responden de igual modo que los griegos. Los musulmanes tienen una escasa
comprensión bíblica, pues no encuentran la lógica o la dignidad en el sacrificio vicario de Cristo. Ellos no creen que
haya una necesidad significativa de un salvador, por lo tanto niegan o desdeñan la crucifixión de Cristo. Antes de que
pueda producir un impacto en los corazones, la idea es rechazada en la mente de los musulmanes. ¿Cómo podemos
encaminarlos hacia el profundo gozo de saber que Dios, amorosamente, les ha proporcionado su justicia, amor,
perdón y adopción?
TESTIGO ATRACTIVO
La controversia de los griegos era entender por qué Dios cometería el acto ilógico de convertirse en un ser humano y
vivir una vida sin pecado, solo para sufrir una muerte injusta. Los musulmanes tienen un dilema similar, así que
pueden ser favorecidos a partir de un enfoque más progresivo. Esta perspectiva nos permitirá completar
cuidadosamente el conocimiento bíblico básico del mensaje del evangelio, en tanto que demostramos a los
musulmanes que pueden observar nuestro estilo de vida. Por otro lado, el testimonio más tangible es más atractivo
que el tradicional “tiroteo” de argumentos lógicos verdaderos que no se corresponden con los observados por los
musulmanes en el mundo “cristiano”. La mayoría de los musulmanes llega a una apreciación real del evangelio y a
interesarse en nuestro Señor cuando ven una fe práctica, manifiesta en las luchas diarias de los auténticos cristianos
que sirven abierta, humilde y fielmente a las comunidades musulmanas.
K.S., editor
NOTA FINAL
1. Toze r, Pursuit of God (Camp Hill, Pa.: Christian Publications, 1993), p. 13.
¿POR QUÉ COMPARTIMOS LAS BUENAS NUEVAS DE JESÚS A TODAS
LAS PERSONAS, INCLUSO A LOS MUSULMANES?
¿Por qué algunos cristianos arriesgan su libertad y aun su vida con el propósito de predicar a Jesucristo en
entornos aparentemente inhóspitos, tales como países musulmanes? ¿Es correcto que lo hagan? ¿Cómo hacerlo aun
en países que niegan a sus ciudadanos el derecho, internacionalmente reconocido, a la libertad religiosa? En el
manifiesto detallado a continuación, los dirigentes firmantes de cincuenta y cinco organizaciones cristianas, de
diecinueve países, enuncian los motivos y métodos de evangelización, explicando que la tarea no consiste en la
representación de ningún gobierno o cultura, sino en la obediencia a Jesús.
PERO, ¿POR QUÉ Y CÓMO COMPARTIMOS ACERCA DE JESÚS CON LOS MUSULMANES?
1. Somos seguidores de Jesús, llamado Isa al-Masih por los musulmanes. Los cristianos consideramos que Jesús es el
Ser supremo en importancia, de modo que buscamos centrar nuestras vidas en Él y en anunciar las Buenas Nuevas
de salvación.2
2. ¿Qué es el mensaje de las Buenas Nuevas? Que podemos alcanzar la paz con Dios, obtener el perdón de nuestros
pecados y tener la esperanza de la vida eterna por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo.3
3. Compartir las Buenas Nuevas no es solo nuestro deleite,4 sino también nuestro deber hacia todos los pueblos del
mundo, según la enseñanza de Jesús.5
4. Por lo tanto, anhelamos vivir en el mundo siendo trabajadores de la paz que instan a hombres y mujeres, de todas
partes del mundo, a reconciliarse con Dios y con el prójimo.6
5. Nosotros procedemos de diversas culturas, países y contextos, y ofrecemos este mensaje de paz a toda la gente, en
un marco de amor, respeto y sensibilidad cultural, sin coacción o inducción material.
6. Creemos que solo Dios puede cambiar el corazón de los individuos. El Cristianismo y el Islam concuerdan en este
punto8 y muchos opinan que los títulos “musulmán” y “cristiano” definen una identidad cultural externa. Evitando el
énfasis en las etiquetas exteriores, invitamos a todas las personas, incluidos los musulmanes, a experimentar una
transformación interna por medio de Jesús.9
7. Es motivo de alegría observar que una vez que el evangelio produce la conversión interior de los creyentes, el
cambio repercute en modificaciones positivas que ellos mismos aportan a sus comunidades.10
8. Como discípulos de Jesús, estamos llamados a hacer buenas obras; por lo tanto honramos a Dios, imitamos a Jesús
y trabajamos para sanar a un mundo herido.11
9. Para los cristianos, la vida integral está dedicada a Jesús. Así que dondequiera que vivamos y cualquiera sea
nuestra profesión, trabajamos para ser testigos y somos testigos en el trabajo.12
10. La persona de Jesús y el mensaje de las Buenas Nuevas son inmensamente preciosos, es por ello que los cristianos
estamos dispuestos al sacrificio y al sufrimiento con tal de darlos a conocer.13
NOTAS FINALES
1. Fue nte : www.unhchr.ch/html/me nu3/b/a_ccpr.htm. La De claración Unive rsal de De re chos Humanos de las Nacione s Unidas utiliza un
le nguaje más fue rte afirmando que : “Toda pe rsona tie ne de re cho a la libe rtad de pe nsamie nto, de concie ncia y de re ligión; e ste de re cho
incluye la libe rtad de cambiar de re ligión o de cre e ncia, así como la libe rtad de manife star su re ligión o su cre e ncia, individual y
cole ctivame nte , tanto e n público como e n privado, por la e nse ñanza, la práctica, e l culto y la obse rvancia.” Fue nte :
www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml.
2. Fil. 1:21. Gál. 6:14.
3. Hch. 10:43, Ro. 5:1, 6:23, 1 Co. 15:1–4.
4. 2 Co. 5:14; Ef. 5:2.
5. Mt. 28:18–20.
6. Mt. 5:9, 2 Co. 5:18.
7. Ro. 12:17–18, 1 Co. 16:14, 2 Co. 8:2; 1 P. 3:15.
8. Je sús se ñaló: “Ninguno pue de ve nir a mí, si e l Padre que me e nvió no le traje re ” (Jn. 6:44). El Corán concue rda, dicie ndo: “Dios convie rte a
quie n Él quie re ” (sura 24.46, 35.8). De he cho, ambas son re ligione s misione ras, con un me nsaje para todos (sura 3.20, 25.1, 38.87; Jn 3:16).
Ambas cre e ncias re claman e l me nsaje ro final (sura 33.40 [Se llo de los Profe tas; Rasul-Ullah, Me nsaje ro de Alá]; He b. 1:1–2). Ambos grupos
son llamados a se r te stigos (sura 2.143, Mt. 28:19–20). Ambas Escrituras re claman e xclusividad para su me nsaje (sura 3.85; Jn. 14:6; Hch.
4:12). Aun ambas son llamadas a te stificar de una mane ra amable (sura 16.125, 29.46, 1 P. 3:15).
9. Ez. 36:26–27, Jn. 3:3–7, 2 Co. 5:17–20.
10. Históricame nte , las organizacione s re ligiosas voluntarias han te nido un impacto positivo e n e l de sarrollo inte rnacional de paíse s no
occide ntale s. Se ha e stimado que dichas organizacione s son re sponsable s por aproximadame nte e l 70 por cie nto de l trabajo de de sarrollo
inte rnacional, habie ndo fundado, por e je mplo, más de la mitad de los cole gios y hospitale s de África y Asia. (Fue nte : Dr. Ralph D. Winte r,
William Care y Inte rnational Unive rsity).
11. Mt. 5:16, Hch. 10:38, Tit. 2:7–8, 14, 3:14.
12. 1 Co. 10:31, Col. 3:17, 23.
13. Hch. 5:41, Fil. 1:29.
DIVERGENCIAS TEOLÓGICAS
por Bruce A. McDowell y Anees Zaka
Aunque los musulmanes y los cristianos pueden estar agradecidos por las cosas que tienen en común, deben
confesar que sostienen notorias diferencias. El musulmán testifica que el Corán es la revelación final y definitiva de
Dios, de su voluntad perfecta para la raza humana. El cristiano testifica que Jesucristo es la Palabra viviente de Dios
en forma humana. El musulmán considera que el Corán es el criterio de verdad, pero el cristiano estima que el
completo testimonio de la Biblia que culmina en Jesús, el Mesías, es el criterio de la verdad. Estos compromisos
determinan las creencias de musulmanes y cristianos acerca de Dios, del hombre, de la salvación, de la dirección, de
la justicia, de la revelación y del juicio.1
Para un musulmán, el éxito y la salvación del hombre se encuentran en la aceptación de Dios como su Dios, el
Ma’bud (el objeto de adoración, reverencia, lealtad y obediencia). Los cristianos creen que la única revelación de
Cristo es el acto redentor de Dios, en contraste del Islam que solo acepta la manifestación de Muhammad como la
obra salvadora de Dios. Así como la revelación de Cristo redimió al hombre de la esclavitud del pecado, la revelación
de Muhammad redimió al hombre de la esclavitud del shirk (asociar algo con Alá) y del kufr (impiedad o
incredulidad).2
El Islam y el Cristianismo coinciden en que Dios es misericordioso y amante. Esta afirmación plantea preguntas
tales como: ¿Cuán estrechamente elige Dios identificarse con la condición humana? ¿Cómo expresa Dios su amor y
misericordia? Según el Islam, la misericordia de Dios se expresa soberanamente en la revelación de una ley perfecta.
El Cristianismo sostiene que el amor de Dios es expuesto magníficamente en el sufrimiento, es decir, en el amor
redentor que fue evidenciado en la vida, crucifixión y resurrección de Jesús, el Mesías. Éstas son diferencias muy
significativas.3
Desde la perspectiva cristiana, la santidad de Dios y la pecaminosidad del hombre son dos graves omisiones del
Corán. Ambas verdades son inseparables y plantean un problema que requiere la solución del sacrificio vicario del
Justo, en lugar del pecador, como requisito para que éste alcance la salvación. Si los conceptos de la santidad de Dios
y la pecaminosidad del hombre se reducen o se pasan por alto, entonces la necesidad de la salvación por gracia
desaparece y la religión de las buenas obras humanas es admisible. Justamente ésta es la enseñanza del Islam.
Los musulmanes y los cristianos están de acuerdo en que la verdad es la revelación autoritativa de Dios, pero este
punto de partida también es el ítem de divergencia. ¿Cuál es la palabra verdadera revelada por Dios?
¿Está expuesta en un libro que descendió del cielo por la manifiesta voluntad de Alá? ¿O está supremamente
evidenciada en la persona de Cristo, quien es revelado a nosotros a través de la comprensión de la Biblia, el texto
inspirado por el Espíritu Santo? El musulmán venera el Corán como un libro eterno, increado, conservado en el cielo
y casi adorado. Los cristianos, que creen en la Biblia, confían que ella es la palabra autoritativa e inerrante de Dios,
que muestra la supremacía de Dios en Cristo para nuestra salvación.
LAS PRESIONES DEL MATRIMONIO
Gulzar llegó al conocimiento de Cristo en sus años de
estudio universitario y creció rápidamente en la nueva
fe. Ella entendió el mandato de Dios de “no unirse en
yugo desigual” (2 Co. 6:14) y le dijo a Rustam, su novio,
que ellos no podrían casarse a menos que él se
convirtiera en un cristiano. Rustam observó el cambio en
la vida de Gulzar y fue motivado a buscar la verdad. Por
último, el joven se encontró con el Salvador, fue
bautizado y llegó a casarse con Gulzar.
Inmediatamente, comenzaron las presiones familiares
en favor del divorcio. Los padres de Rustam rechazaban
a Gulzar y la responsabilizaron de encaminar a su hijo
lejos de las tradiciones islámicas. Los amigos de Rustam
lo incitaron otra vez a la bebida y él dejó de relacionarse
con los creyentes. Cuando está borracho, Rustam abusa
verbalmente de su esposa, aunque no llega a golpearla.
Gulzar ama a su esposo, y cree que él conoce a Jesús,
pero él es débil y no se ha unido a ella en su lucha
contra el pecado.
En la sociedad de esta pareja, el matrimonio es de
capital importancia. Es preferible casarse y luego
divorciarse, antes que permanecer soltero toda la vida.
Para muchas personas esta carga social se erige como
una gran barrera frente a la decisión de aceptar a Cristo.
Llegar a ser un cristiano puede implicar que la persona
nunca se case.
Fuente: The Uyghurs of Central Asia, Caleb Project
NOTAS FINALES
1. Badru D. Kate re gga y David W. She nk, Islam and Christianity: A Muslim and a Christian in Dialogue (Grand Rapids: Ee rdmans, 1981), p. 170.
2. Isma’il Ragi al-Faruqi, Christian Ethics (Montre al: McGill Unive rsity Pre ss, 1967), p. 225.
3. Kate re gga and She nk, Islam and Christianity, pp. 169–170.
APOLOGÉTICA DE EMERGENCIA: RESPONDIENDO A OBJECIONES
COMUNES
por Edward J. Hoskins
Cuando un musulmán se encuentra con un cristiano por primera vez, invariablemente hará preguntas y tendrá
objeciones acerca de la fe cristiana. Su manera directa podrá parecerle impertinente a un occidental que no está
acostumbrado a este tipo de relación. El cristiano puede sentirse amenazado e incómodo y, por lo general, responde a
la defensiva tratando de hacer una presentación lógica y completa del evangelio. Un intercambio estridente puede
producir la ofensa en ambas personas, o bien la frustración en el cristiano, al sentirse subyugado por no poder
terminar su argumento. Por consiguiente, el musulmán puede concluir en la pasividad y cobardía de los cristianos.
¡Esto no augura nada bueno para una amistad incipiente!
Existe una alternativa. He desarrollado algunas respuestas concisas en torno a las preguntas más comunes que el
musulmán formula a un cristiano. Todas las argumentaciones pueden decirse con una sonrisa y, de seguro, dejarán
satisfechos a la mayoría de los inquisidores. Analice cuidadosamente las preguntas de un musulmán, pues éstas dirán
mucho en cuanto a su nivel de interés espiritual. Las inquietudes de un musulmán pueden apuntar a algo diferente
de lo que aparentan ser; tal vez él va más allá de las dudas doctrinales y está sondando si sus puntos de vista y su
persona son realmente respetados.
Las respuestas que siguen a las siguientes preguntas no pretenden ser apologéticamente exhaustivas, sino más bien
tratan de demostrar el interés por la persona y su religión, manifestando así el deseo de mantener un diálogo futuro.
Existen obstáculos históricos que separan a mil millones de musulmanes de la posibilidad de vincularse
personalmente con Dios, a través de la fe en Jesucristo. Este artículo trata con algunas murallas teológicas históricas,
además de las barreras culturales, sociales, familiares, políticas y lingüísticas existentes. Es necesario mantener, de
continuo en nuestra mente, la certeza de que no hay sustitutos para la oración, el amor y una relación personal a la
hora de guiar a los musulmanes a la luz del Salvador. Este acercamiento requiere tiempo, energía y una alta posición
en nuestras prioridades.
EL HIJO DE DIOS
En la mayoría de las conversaciones con musulmanes, no son los cristianos los que traen a colación el concepto y la
discusión acerca del “Hijo de Dios”, sino los musulmanes quienes comienzan a hablar de ello con absoluto rechazo.
Sin embargo, he detectado que ésta es una de las objeciones de más fácil respuesta. A los principiantes deberíamos
preguntarles qué quieren decir con la expresión ‘Hijo de Dios’. Generalmente, ellos no ofrecen una respuesta, así que
trato de indagar: “¿Acaso quieres decir que Dios se casó con María? ¿O que ha tenido relaciones sexuales?” Si el
interlocutor afirma tal cuestionamiento, entonces yo exclamo: “¡Haram, fosh! (¡Blasfemia!)”, expresando así un
rechazo mucho más vehemente que el de ellos. Es importante que los musulmanes entiendan que lo que ellos
rechazan –la idea de una relación sexual entre Dios y María– es una blasfemia mayor para el Cristianismo que para
el Islam.
Entonces ¿qué significado tiene la denominación “Hijo de Dios”? Una vez más considero que es de vital
importancia comenzar desde la percepción musulmana para poder avanzar paso a paso. Un poco de investigación
puede resultar sumamente valiosa, por lo cual animo a cada evangelista de musulmanes a hacer un estudio de la
lengua musulmana que habla. El objetivo es encontrar los términos más ilustrativos y metafóricos referidos a las
relaciones de parentesco, todas las que sean posibles dentro de ese idioma para hijo, padre, madre, hija y hermana.
Yo tengo una lista de sesenta analogías de parentesco en árabe, y cinco en persa.
En este contexto, cuando me encuentro con un musulmán utilizo mi propio método de sondeo. Simplemente, le
pregunto qué significa ‟Ibn is sabil”, y añado comentarios insensatos tales como: “¿Quiere decir que el camino se
casó y tuvo un bebé camino que se convirtió en viajero? ¿O tal vez propone que el camino se desposó, y luego de
mantener relaciones sexuales engendró un hijo del camino?” La respuesta habitual es: “¡No, no, no!” Pero cuando
vuelvo a interrogar: “¿Qué quieres decir, entonces?”, generalmente escucho definiciones similares a “caminante,
errante, transeúnte o viajero.” Así que respondo: “Entonces no te refieres a una interpretación literal, física o
biológica, sino más bien espiritual o metafórica. Asimismo, cuando la Biblia afirma que Cristo es el Hijo de Dios no
significa que Dios se casó con María y que tuvieron relaciones sexuales y produjeron al bebé Jesús. No creemos que
un ‘papá Dios’ y una ‘mamá diosa’ dieron origen al ‘bebé Dios’. ¡Eso es una blasfemia!” Generalmente, digo: “No lo
entendemos como algo literal, físico o biológico, sino espiritual y metafórico”. Yo hago la repetición de esta serie de
preguntas y respuestas acerca del “Hijo de Dios” en cada una de las analogías usadas en este método.
En el idioma común de Egipto, la famosa esfinge de Giza es llamada Abul-houl que traducido es “padre del terror.”
Pregunto qué significa: “Será que la esfinge se casó y tuvo un bebé esfinge que era terror”. Ellos responden: “No, la
esfinge es guardiana del desierto y de las pirámides”. Yo replico: “Entonces usted no se refiere a una explicación
literal, física o biológica, sino espiritual y metafórica. Es lo mismo cuando decimos ‘Cristo es el Hijo de Dios’. La
Biblia no se refiere a algo literal, físico o biológico, a que un ‘papá Dios’ y una ‘mamá diosa’ tuvieron un ‘bebé Dios’.
Nos referimos a algo espiritual y metafórico”.
Los chiíes frecuentemente veneran a Ali por encima de Muhammad. Por lo tanto, en el idioma persa, he buscado
las mismas analogías que hablan de Ali como “el marido de las viudas, el padre de los huérfanos, la espada de Dios y
la mano de Dios.” Entonces, las preguntas son: “¿Adoptó Ali a todos los niños huérfanos del mundo? ¡Eso no sería
correcto! ¿Se casó él con todas las viudas del mundo? ¡Eso no sería correcto! ¿No son suficientes cuatro matrimonios?
¿No es inmoral casarse con todas? ¿Entonces qué significa? ¿Estás hablando en un sentido literal, físico o biológico?
Del mismo modo que tú no estás hablando literal, física o biológicamente; nosotros no suponemos que Dios se casó y
tuvo relaciones sexuales con María y produjo un bebé Dios cuando decimos: ‘Cristo es el Hijo de Dios’”.
Estas son solo unas pocas analogías del persa y del árabe. Por cierto, hay un fuerte ingrediente cultural que varía de
acuerdo con los distintos idiomas utilizados en el vasto mundo musulmán.
LA TRINIDAD
Además de los conceptos de la deidad de Cristo y de Jesús como el Hijo de Dios, es necesario comunicar la doctrina
de la Trinidad. Hay variedad de métodos que contribuyen a su presentación y uno de ellos proviene del pensamiento
islámico, de la teología asharita que es abrazada por todos los musulmanes. La creencia asharita sostiene dos puntos
básicos. El primero es la voluntad libre y soberana de Dios y el segundo es que el Corán es la palabra increada de
Dios, que ha existido en la mente de Dios desde la eternidad pasada.
Normalmente, yo no abordo este tema, a menos que oiga una voz musulmana acusando a los cristianos de tener
tres dioses. En tal caso, mi cuestionamiento es: “¿Cree usted que el Corán es creado o increado?” Cuando el
musulmán me responde que el Corán es increado, yo digo: “Entonces el Corán es eterno e increado, y Dios es eterno
e increado. Tú tienes dos seres o cosas eternas e increadas; tú tienes dos dioses, ¿es correcto?” Por supuesto, ellos
refutan firmemente este punto. Pero vuelvo a insistir con la misma pregunta, y tal vez hasta una tercera vez. Por
último, digo: “Tú me estás diciendo que tienes dos cosas eternas e increadas, pero un Dios. Tú sabes, nosotros
también tenemos dos o tres seres o cosas eternas e increadas, pero solo un Dios” (cf. Jn. 1:1).
CONCLUSIÓN
Animo a que todos, en actitud de oración, puedan adoptar algunas de las ideas prácticas hasta aquí sugeridas. Dios
puede utilizar cualquier método para abrir la mente y el corazón de muchos musulmanes, a fin de que reciban la
maravillosa noticia: el Salvador del mundo ama a los musulmanes y murió por ellos. Sin embargo, más allá de
nuestras acciones o consideraciones personales, la condición indispensable para que los musulmanes lleguen hasta
nuestro Salvador y Señor es el amor y la oración, para que seamos conducidos hacia las almas que están abiertas a
las cosas espirituales. En efecto, Dios redimirá de todas las naciones, tribus y lenguas musulmanas a un pueblo para
Sí mismo, para su propia gloria.
En mis viajes alrededor del mundo, aun en zonas remotas e inaccesibles a los medios de comunicación, he
encontrado una asombrosa barrera entre musulmanes y cristianos. Durante siglos, ambos grupos religiosos se han
mantenido en colinas separadas, gritando a través del valle, el uno al otro, sin atreverse a acercarse lo suficiente para
examinar juntos, concienzudamente, las creencias del otro. La mutua falta de acercamiento a los latidos del corazón
del otro impide dar respuesta a las preguntas de los demás porque nunca se han escuchado de manera acabada.
Señalar con el dedo acusador los acontecimientos del pasado, e inclusive los del presente, es un ejercicio inútil. En
realidad, existe un abismo profundo que podrá ser atravesado únicamente con el amor y la comprensión.
Gracias a Dios, están apreciándose rápidos cambios. Cristianos y musulmanes no solo están mostrando interés por
las diferencias en el sistema de creencias del otro, sino en la consideración de los demás como seres individuales, como
personas igualmente creadas por Dios. Este es un paso importante que debe fomentarse en todos los niveles posibles.
MUCHOS MALENTENDIDOS
En diálogo con diversos cristianos he descubierto que ellos tienen conceptos tergiversados respecto de los
musulmanes. La gran mayoría de los cristianos tienen miedo de acercarse demasiado a los musulmanes por
considerarlos gente mala e incluso terroristas. Pero en general, he encontrado que los musulmanes son muy
conscientes de la persona de Dios.
Recíprocamente, en mi conversación con los musulmanes, he tropezado con idénticos miedos y sospechas. Sin
embargo, ellos también están inquiriendo en algunos temas fundamentales que necesitan ser explicados. Uno de los
asuntos que preocupa más sinceramente a mis amigos musulmanes es la supuesta corrupción de las Sagradas
Escrituras de los cristianos.
NOTA FINAL
1 Abdiyah Akbar Abdul-Haqq, Sharing Your Faith with a Muslim (Minne apolis: Be thany, 1980), página no citada.
EL ISLAM Y EL CRISTIANISMO EN LA PATERNIDAD DE DIOS
por R.C. Sproul y Abdul Saleeb
LA PERSPECTIVA DE A. SALEEB
Uno de los conceptos más importantes de la fe cristiana es la paternidad de Dios. Respecto a la oración, Jesús nos
enseña que debemos dirigirnos a Dios de la siguiente manera: “Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt. 6:9). Los
cristianos nos sentimos privilegiados de poder hablar con Dios en términos tan íntimos, y también creemos que, por
medio de la fe en Cristo, podemos llegar a ser hijos adoptivos de Dios. Entonces cuando los cristianos consideran que
están compartiendo las Buenas Nuevas con los musulmanes, en realidad no están entendiendo que a los oídos de ellos
suena como una noticia terrible, pues los musulmanes estiman que es una blasfemia pensar en Dios como nuestro
padre y en las personas como hijos de Dios.
Debemos recordar que el Islam y el Cristianismo son religiones monoteístas y por consiguiente tienen muchos
puntos en común. Ambas creencias sostienen que Dios es uno, es justo y es soberano, y que Él gobierna y perdona.
Dios ha enviado profetas y también ha dado revelaciones. Pero si bien hay acuerdos, no debemos ignorar que
también existen diferencias muy fundamentales.
El texto de la sura 112 del Corán es recitado todos los días, por millones de musulmanes alrededor del mundo
entero. La parte esencial de la oración cotidiana de un musulmán expresa: “Di: Él es Alá, Uno, Dios, el eterno. No ha
engendrado, ni ha sido engendrado. No tiene par.”
En gran medida, el Islam enfatiza la soberanía absoluta de Dios: “Es impropio de Alá adoptar un hijo. ¡Gloria a Él!
Cuando decide algo, le dice tan solo: ‘¡Sé!’ y es”(sura 19.35). En una nota adjunta a este versículo, el traductor de la
versión del Corán, Abdullah Yusuf Ali escribe: “Engendrar un hijo es un acto físico en función de las necesidades de
la naturaleza animal del hombre. Alá, el Altísimo, es independiente de todas las necesidades, y es un insulto a él
atribuirle dicho acto. No es más que una reliquia de la superstición materialista pagana y antropomórfica”1 .
Esta creencia se remonta propiamente al Corán. Referirse a Dios como nuestro padre implica una alusión a las
relaciones sexuales y atribuye algo incorrecto a Dios: “Creador de los cielos y de la tierra. ¿Cómo iba a tener un hijo si
no tiene compañera, si lo ha creado todo y lo sabe todo?” (sura 6.101).
“Dicen: ‘Alá ha adoptado [engendrado] un hijo’. ¡Gloria a Él! ¡No! Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra.
Todo le obedece” (sura 2.116). En su nota sobre este verso, Yusuf Ali dice: “Es una excepción a la gloria de Dios –de
hecho, es una blasfemia– decir que Dios engendra hijos como si fuera un hombre o un animal.”2 Por supuesto que
este no es el dogma cristiano, pues de ninguna manera el Cristianismo atribuye un acto sexual a Dios cuando se
refiere a la paternidad de Dios o a la adopción de las personas como hijos de Dios.
Sin embargo, los musulmanes no lo interpretan del mismo modo. Yusuf Ali continúa diciendo: “La doctrina
cristiana es aquí enfáticamente repudiada. Si las palabras tienen un significado, ellas implicarían atribuirle a Dios
una naturaleza material y funciones sexuales propias de los animales.”3 Por lo tanto, los musulmanes consideran que
es una blasfemia nombrar a Dios con un término tan íntimo como “nuestro Padre celestial”.
Hasta el momento solo he usado la palabra “padre”, pero hay cuantiosas figuras en la Biblia acerca de Dios, por
ejemplo la de un pastor que carga a las ovejas en sus brazos o la de un marido herido que va en busca de su esposa
infiel (la nación de Israel). Cristo es reconocido como el Esposo que viene por su novia, la Iglesia. Hay muchas otras
imágenes tiernas de Dios en su relación con la humanidad. Pero el concepto dominante de Dios en el Islam y en el
Corán es la de un maestro, y la relación de las personas con él está circunscripta en el marco de siervos a maestro. El
Islam no admite intimidad alguna entre Dios y el individuo, ni tampoco la posibilidad de llamar a Dios como
“nuestro Padre celestial”. Entonces, los cristianos tenemos que estar informados en cuanto a la mentalidad
musulmana y de los sentimientos que causan expresiones tales como “Padre celestial” o “hijos de Dios”.
LA RESPUESTA DE R. C. SPROUL
En primer lugar, como usted ha señalado, el Cristianismo ortodoxo estaría de acuerdo con casi todos los textos
mencionados, en los términos de un absoluto rechazo respecto de la propagación física divina de seres humanos.
Cualquier tipo de idea, tal como es descrita en las mitologías griega y romana, es inadmisible. El concepto de dioses
que interactúan sexualmente con los seres mortales es completamente ajeno a los principios judío-cristianos, al igual
que en el Islam.
Es obvio que cuando el Cristianismo refiere expresiones tales como “la paternidad de Dios”, “el Hijo de Dios” y “los
hijos de Dios” no está comunicando el significado de una propagación física o biológica. Esta noción errónea ha
surgido en ciertos cultos, pero ha sido rechazada por completo por la gran mayoría de las denominaciones cristianas,
sean liberales o conservadoras.
Tenemos que estudiar rigurosamente cómo el Antiguo Testamento, y en especial el Nuevo Testamento, articulan su
entendimiento acerca de la paternidad de Dios y la, así llamada, hermandad de los hombres. Joachim Jeremías, un
importante teólogo del siglo XX, estudió el tema de la paternidad de Dios en una extensa literatura –no solo en el
Antiguo Testamento, sino también en los escritos talmúdicos, rabínicos y demás textos judíos existentes que
sobrevivieron hasta el siglo XX– para examinar el uso del título “Padre”, atribuido a Dios, dentro del judaísmo. En
ninguna parte del Antiguo Testamento ni en los escritos rabínicos, Joachim pudo identificar a una persona judía que
se dirigiera a Dios, en oración, directamente como Padre. Esta ausencia de intimidad parece ser análoga a la
observación de los eruditos musulmanes.
De hecho, Jeremías concluyó que el primer caso de una persona judía que se dirigió directamente a Dios, con el
término “Padre”, ocurrió en el siglo X de nuestra era. (No obstante, en cada oración de Jesús de Nazaret registrada
en el Nuevo Testamento, a excepción de una, Jesús se dirigió a Dios como Padre). Jeremías detalló que los judíos
tenían una lista de títulos prohibidos y otros aceptables, denotando aquellos que podían ser usados en el culto y en la
oración privada, y que de ninguna manera resultaban denigrantes para la gloria y majestad de Dios. Notoriamente,
en dicha lista no figura el título de “Padre”. En raras ocasiones hay referencias indirectas a Dios como el padre de la
raza humana, solo en la medida que fue su Creador, pero no en la forma burda en que objetan los musulmanes o en
la manera que los cristianos entienden la paternidad de Dios.
La tesis de Jeremías observó que la comunidad cristiana actual se dirige rutinariamente a Dios como Padre. La
Oración del Señor es una parte integral de nuestra adoración, y si usted presta oídos a la oración de un grupo de
cristianos será inevitable que escuche de sus labios el término “Padre”. Sin embargo, debido al uso tan predominante
de este título en la cultura cristiana, a menudo se lo da por sentado. Jeremías afirma que, en los tiempos de Jesús, la
utilización del término “Padre” marcó un cambio radical en la tradición judía. La innovación sustancial que Jesús
hizo fue señalada por sus contemporáneos e inclusive enfureció a sus enemigos, quienes cuestionaron su audacia
respecto a sugerir un tipo de relación tan íntima con Dios.
Por otra parte, esta relación se descubre desde otra perspectiva en el Nuevo Testamento. Dios habló desde el cielo y
declaró: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 17:5); y Jesús ostenta el título de “Hijo de Dios”,
aunque de una manera muy cuidadosamente guardada. Cristo es llamado “el Hijo de Dios”, en griego monogenesis,
que significa “el unigénito” del Padre. Muy pronto, la iglesia comprendió que este concepto no implicaba que Jesús
tuviera un comienzo en el tiempo, ni tampoco que hubiera idea alguna de la procreación del Padre en cuanto a
engendrar un hijo.
La Biblia habla en términos de filiación, no solo en referencia a la generación biológica, sino también a una relación
de obediencia. Cuando Jesús hizo alusión a la verdad que puede traer libertad a la gente, los fariseos se mostraron
molestos y le respondieron: “Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie” (Jn. 8:33). “Jesús les
dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais” (v. 39). Ser llamado hijo de Dios significa ser una
persona que ha obedecido a Dios, es decir que aquí la filiación no está definida en el aspecto biológico, sino en
términos éticos. Y en ese sentido, el Nuevo Testamento habla de la relación única de Cristo siendo perfectamente
obediente al Padre.
Jesús enseñó a sus discípulos la manera en que debían orar: “Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt. 6:9). Esta
declaración fue radical e inicialmente asombrosa para los oyentes. No me sorprende en absoluto que los musulmanes
se sientan ofendidos por este concepto, ya que los judíos ortodoxos también se sintieron molestos por tan grande
alejamiento de su tradición. Por cierto, desde la caída y a través de todo el Antiguo Testamento, hay una historia de la
pared que separa a la humanidad de Dios a causa del pecado. Un ángel, con una espada de fuego, protegía la
entrada al paraíso (Gn. 3:24) para evitar que los seres creados tuvieran una relación íntima con Dios.
En Romanos 8, Pablo escribió acerca del concepto de la adopción hecha por Dios, el Padre, en virtud de la obra del
Espíritu Santo, de modo que las personas que han sido adoptadas en la familia de Dios tienen el derecho y la
autoridad de clamar: “¡Abba, Padre!” (v. 15). Ahora tenemos el derecho de dirigirnos a Dios como Padre porque la
antigua relación de alejamiento que definía nuestra conexión antes de la obra expiatoria de Cristo ha terminado, y
aquella pared divisoria ha sido eliminada. Dios es tan amoroso que no solamente ha perdonado nuestros pecados,
sino que nos ha invitado a participar de la comunión íntima al hacernos miembros de su familia. A pesar de que no
somos hijos de Dios por naturaleza, somos sus hijos por adopción gracias a nuestra relación con Cristo, y hemos sido
incluidos en la familia de Dios.
Esta relación difiere notablemente de cualquier otra que pudiéramos encontrar dentro del Islam. En este sentido, el
Islam está profundamente empobrecido, pues no cuenta con una vía de restauración para la relación filial, aquel
vínculo de intimidad para el cual fuimos creados originalmente. El concepto de adopción es vital para comprender la
redención y no debemos darlo por sentado. Cuando el apóstol Juan escribió acerca de este tema en su Primera
Epístola, inició la declaración con la palabra “mirad”. Esta expresión pudiera ser vista como la señal de un cruce
ferroviario que parpadea con una luz roja e invita a detenerse, mirar y escuchar. Indica una voz de “alto ahí” o
“presta atención” porque algo importante está por exponerse: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que
seamos llamados hijos de Dios” (1 Jn. 3:1). Aun los apóstoles del primer siglo se sintieron profundamente conmovidos
por la relación filial que Dios establece con las personas a partir de la obra de Cristo.
EL DESAFÍO DE SALEEB
Al momento de conversar con los musulmanes acerca de la paternidad de Dios es necesario ser conscientes de que no
estamos refiriéndonos a la procreación física de Dios, por ello es muy importante enfatizar el aspecto de la
obediencia, como una definición de la filiación. Además tenemos que entender el contexto pagano imperante en el
cual se produjo el nacimiento del Islam, ya que originalmente el Corán denunció los puntos de vista paganos en
cuanto a que los seres humanos son hijos de Dios. En verdad, el Islam surgió dentro de este marco, pero más tarde la
teología islámica se apartó de dicha temática y nunca desarrolló la relación Dios-hombre en términos de intimidad y
amistad.
Recientemente, el Seminario Fuller realizó una encuesta a seiscientos ex musulmanes convertidos al Cristianismo.
Uno de los factores determinantes en estas conversiones fue el énfasis en el amor de Dios y la intimidad que los
creyentes pueden tener con Dios como su Padre celestial. Esta verdad tuvo una importante influencia en el
acercamiento de estos musulmanes a Cristo, de modo que tenemos que comunicarla a todo el mundo musulmán.
NOTAS FINALES
1. Abdullah Yusuf Ali, The Me aning of the Holy Qur ’a n (Be ltsville , Md.: Amana Publications, 1989), p. 751.
2. Ibíd., p. 49.
3. Ibíd.
JESÚS EN EL CORÁN
Aunque l os mus ul ma nes no a cepta n que Jes ús es el Hi jo de Di os ni ta mpoco creen que Él muri ó en l a cruz por l os peca dos del mundo, el Corá n
confi rma s us cua l i da des úni ca s (es peci a l mente en l a s s ura s 3 y 19).
Recomenda mos a l l ector el es tudi o de l os s i gui entes pa s a jes . Ta mbi én puede pregunta r el s i gni fi ca do de l os fra gmentos del Corá n a a l gún
mus ul má n conoci do.
TEMA REFERENCIA EN EL CORÁN REFERENCIA SIMILAR EN LA BIBLIA
Pa l a bra de Di os , el eva ngel i o 3.45; 5.46, 110; 57.27 Ma rcos 1:14-15; Jua n 1:1-18
Es píri tu de Di os 4.171 Roma nos 8:9-17
Mes ía s 3.45; 4.171; 5.17, 72, 75 Jua n 4:25-42
La i ma gen de Adá n 359 1 Cori nti os 15:22, 45
Na ci do de una vi rgen 3.47; 19.20-22; 21.91; 66.12 Ma teo 1:18-25; Luca s 1.26-38
Una s eña l 3.49; 19.21; 21.91 Luca s 2:8-35; Jua n 20:30-31; Hechos 10:38
Honra do 345 Luca s 1:32; Fi l i pens es 2:5-11
Si ervo de Di os 4.172; 19.30 Is a ía s 42:1-4; 49:1-6; 50:4-9; 52:13-53.12; Ma rcos 10:42-45
Reuni rá a toda s l a s pers ona s a Él 4.172 Ma rcos 13:26-27
Un Profeta o un Mens a jero de Di os 3.49; 6.85; 19.30; 57.27 Jua n 5:30; 6:38; 7:29; 8:25-30, 42; 9:4; 10:36; 17:8, 21; 20:21
Sa nó a l os enfermos 3.49; 5.110 Ma teo 4:23-24; Luca s 17.11-19; Jua n 9:1-11
As cendi ó a l ci el o 355 Ma rcos 16:19-20; Luca s 24:50-53; Jua n 10:14-18; Fi l i pens es 2.8-11
Rea l i zó mi l a gros 2.253; 5.112-115 Jua n 10:32
Res uci tó a l os muertos 3.49; 5.110 Ma teo 8:18-26; Luca s 11:17-44; Jua n 11:1-44
Fue forta l eci do por el Es píri tu Sa nto 2.253 Ma teo 3:13-17
Le fue da da revel a ci ón de Di os 3.48; 5.110; 19.30-34 Jua n 7:16-18
Muri ó 3.55; 5.117; 19.33-34 Ma teo 27:32-54; Jua n 19:1-37
Res uci tó de l os muertos 3.55; 19.33-34 Hechos 1:9; 2:24; Fi l i pens es 2:9-10
Vi no con s a bi duría 5.110; 43.63 Efes i os 1:2-14
Su regres o s erá s eña l de l a l l ega da del jui ci o 4.361 Ma teo 25:31-46
Ti ene poder pa ra crea r 5.110 Jua n 1:3; Col os ens es 1:13-23; Hebreos 1:1-14
Intercede por nos otros 6.70; 19.87; 43.86 Roma nos 8:34-39; 1 Ti moteo 2:1-6; Hebreos 7:22-28
Puro, s i n peca do 1.919 Hebreos 4:14-16
COMPARTIENDO NUESTRA FE CON LOS MUSULMANES
por Charles R. Marsh
Quisiera enunciar algunos principios generales que deben ser tenidos en cuenta en la presentación del evangelio
a los musulmanes.
1. Deberíamos evitar condenar al Islam o hablar en forma despectiva de la persona de Muhammad. En vez
de mostrarnos críticos del Islam, debemos tratar de entenderlo con simpatía, poniéndonos en el lugar de un
musulmán. Es sabio no dejarse arrastrar hacia una discusión en torno de la vida o del carácter del hombre que es
honrado como el profeta del Islam. Nuestro objetivo debe ser atraer a los musulmanes al Señor Jesús, demostrándoles
que Cristo es una Persona que vive, que es poderoso para salvar y que puede satisfacer sus corazones. El Señor dio un
fundamental principio de enseñanza a sus discípulos: “…no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se
vendimian uvas” (Lc. 6:44). Él dedujo que las espinas y zarzas de la controversia son repelidas, pero todas las
personas se sienten atraídas por la fruta.
Señalar las deficiencias del Islam es oponerse a un musulmán. Algunos cristianos argumentan que el Islam es una
religión de obras cuando el hombre solo puede ser salvo por la gracia de Dios. Insisten en que la forma de oración de
los musulmanes no es verdadera porque Dios quiere un corazón humilde y contrito, y no la simple postración del
cuerpo. Dicen que si Muhammad hubiera sido un auténtico profeta, él no hubiera tenido tantas esposas. El mensaje
de estos cristianos es negativo y crítico, y el musulmán se siente rechazado y pinchado por las espinas.
Contrariamente, nuestro propósito debe ser la presentación positiva de la Vid verdadera, a fin de que los musulmanes
deseen recolectar para sí mismos el fruto del evangelio. No queremos provocar ningún argumento para la represalia.
2. Debemos recordar que un musulmán es un creyente en el Dios único y verdadero, y en sus leyes. Las
ideas islámicas pueden ser falsas, pero un estudio cuidadoso de los noventa y nueve nombres de Dios, recitados con la
ayuda de rosarios, muestra que los musulmanes creen y adoran al único Dios verdadero. Muchos de estos atributos
se encuentran tanto en la Biblia como en el Corán; por lo tanto, siempre puede hacerse referencia a la existencia,
poder, juicio, fidelidad y santidad de Dios. Los musulmanes conocen que Dios es omnipresente, omnipotente y
omnisciente, y por ende ellos nunca deben ser tratados como paganos, agnósticos o idólatras.
3. En el corazón de todo verdadero musulmán existe el temor de Dios. Este es el punto más fuerte en nuestro
enfoque. Los musulmanes no creen en Dios solo en el marco teórico, sino que reconocen, en lo más íntimo del
corazón, que un día van a encontrarse con el juicio de Dios. Los fieles al Islam son conscientes de sus propios defectos
y fracasos, saben que el infierno existe y tienen pánico de ser echados ahí. Los musulmanes expresan la conciencia de
su temor cuando adoptan la postración corporal para realizar sus oraciones y en la veneración, tomando así la
actitud de los esclavos que están frente a su amo. Aunque en contraste directo con la mentalidad filial del creyente en
Cristo, que conoce a Dios como su Padre celestial, es obvio que el verdadero temor o reverencia a Dios es la base para
una apelación a la conciencia. El impresionante respeto o temor de Dios, tan necesario en nuestros países occidentales
hoy en día, todavía se encuentra en muchos países islámicos. Algunos pueden objetar este temor a Dios como una
superstición, pero indudablemente cada obrero cristiano que trabaja entre los musulmanes puede dar fe de esta
conciencia colectiva, y también reconocer en ello un provechoso potencial.
4. La mayoría de los musulmanes tiene una percepción definida acerca del pecado. En términos generales, los
musulmanes no tienen una profunda convicción en cuanto al pecado, pero están totalmente conscientes de su
incapacidad para alcanzar el nivel requerido por Dios. En cierto sentido, el Islam apela a la conciencia del musulmán,
pues él sabe que transgrede la ley de Dios. En las oraciones islámicas diarias hay peticiones para alcanzar el perdón y
continuamente se repite la siguiente fórmula: “Pido el perdón de Dios” (astaghafr Alá). Los musulmanes reconocen
sus faltas y esperan recibir el perdón misericordioso de Dios, pero también advierten que su religión no les ofrece
garantía alguna al respecto, sino más bien una espera expectante. El deseo de obtener el perdón de los pecados sigue
latente en los corazones y podemos hacer uso de ello.
Los musulmanes tienen poca dificultad en la comprensión de la naturaleza malvada del hombre, aquella que la
Biblia define como “la carne” o “el pecado.” Diferentes musulmanes expresan esta realidad de variadas maneras y
palabras, pero los devotos tienen una conciencia aguda del mal morando en su interior. Los musulmanes entienden
que su naturaleza es mala, y, aunque desean hacer el bien, son incapaces de hacerlo. También el sincero esfuerzo por
observar su código moral resulta infructuoso, pues el musulmán percibe que el problema se halla en su propio
corazón perverso. Solamente Cristo es la respuesta a las necesidades tan profundas del alma.
5. Los musulmanes, al igual que los cristianos, son seres humanos pecadores. Considerando las razones que
han sido expuestas con anterioridad, debemos dejar de lado la identidad religiosa y aceptar que los seguidores de
Muhammad son seres humanos, y por lo tanto, son pecadores. Los pecadores necesitamos un Salvador y los
cristianos conocemos el mensaje que puede satisfacer esta necesidad. Los musulmanes tratarán de debatir acerca de
su religión, apelando a las diferencias entre el Cristianismo y el Islam. Es preciso evitar tal debate, en cambio,
debemos volver continuamente al oyente hacia su necesidad de un Salvador, recurriendo primero a su conciencia
antes que a su intelecto. Debemos demostrar que la fe cristiana es lógica. La persona debe ser alcanzada en su
totalidad y los problemas teológicos deben ser tratados, pero la primera apelación debe hacerse al corazón y a la
conciencia.
No avergonzarse nunca de confesar sus creencias es una característica distintiva del creyente musulmán. Él siempre
expresa sus convicciones con toda claridad y no dudará en tratar de llevar a su interlocutor a repetir el testimonio de
Muhammad (shahada), a fin de lograr un nuevo adepto para el Islam. Los musulmanes admiran el celo y la
franqueza que otros pueden tener al confesar abiertamente su fe, así que los cristianos no deben ocultar ni disminuir
las verdades bíblicas, y mucho menos intentar que encajen con las creencias islámicas. El Islam y el Cristianismo son
diametralmente opuestos y es imposible encontrar una fe común que adapte el mensaje cristiano al pensamiento
islámico. El musulmán tiene una mente aguda y perspicaz, y detecta rápidamente cualquier intento de
encubrimiento de la verdad o de contemporización. En cierta ocasión, el doctor Samuel Zwemer manifestó que una
persona puede decir cualquier cosa a un musulmán, siempre y cuando sea dicha en amor y con una sonrisa. Los
musulmanes respetan al individuo que, aun solo y en medio de una multitud de adversarios, tiene el coraje de
exponer sus convicciones y no vacila en declarar toda la verdad. No obstante, es de suma importancia que esta
convicción esté respaldada por una vida coherente.
6. El mensaje cristiano es juzgado por el carácter del mensajero. Es evidente que en el primer acercamiento
entre dos personas, el mensajero es tan importante como el mensaje. En tiempos pasados ocurrió que hubo
mensajeros que no eran verdaderamente cristianos y, como resultado de ello, tanto musulmanes como otros oyentes
no quisieron escuchar el mensaje. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza” (Gál. 5:22). El conjunto de estas virtudes constituye un carácter semejante al de Cristo, y
solo puede reproducirse en las personas por la acción del Espíritu Santo.
La Biblia enseña consistentemente que el carácter válido del mensajero es el de un siervo. La persona que es apta en
su labor y es respetada por los demás tiene las siguientes cualidades: el amor que permanece inalterable a pesar del
odio y la amargura de los musulmanes, que es sufrido y benigno, que todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta; el
gozo en el Señor que trasciende más allá de oposiciones y persecución; la paz de Dios que tanto anhelan los
musulmanes; la paciencia laboriosa que sigue adelante; la bondad práctica que los musulmanes no pueden refutar
con argumentos; la fidelidad a la palabra empeñada que es digna de toda confianza; la mansedumbre suave que
persiste aun frente a la arrogancia; la templanza que permanece ecuánime aunque la persona sea tentada a expresar
su enojo sobre juicios sin sentido. A este carácter ejemplar hay que añadirle un espíritu de reverencia y sobriedad,
pues los musulmanes no pueden comprender la exaltación jubilosa que caracteriza a algunos cristianos. Por cierto,
un hombre de Dios es alegre, pero debe mostrarse sobrio y reverente sobre todo cuando transmite las verdades
divinas, su fe viva en Dios y el mensaje del evangelio.
MÁS SUGERENCIAS PARA COMPARTIR
LA FE CRISTIANA
1. Interactúe solo con personas de su mismo sexo. En la
religión islámica los géneros suelen mantenerse
separados, y la piedad y la pureza son cualidades
respetadas (tal como en el Cristianismo). Las mujeres
siempre se visten con modestia y no participan de un
encuentro masculino. Por otra parte, los hombres no
entran en una casa donde no haya otros varones
presentes.
2. Esquive las discusiones. La meta es ganarse un amigo
y no salir airoso en una discusión. Nuestro mensaje no
pretende presentar una religión y su régimen ritual ni
un sistema filosófico, sino que busca comunicar la
relación que la gente puede obtener con Dios a través
de Cristo. Exprese su gratitud por la obra del Salvador
y comparta las Buenas Nuevas.
3. Evite los agravios al Corán, a Muhammad y al Islam.
La humillación es alienante, pero la presentación de
Jesús y su obra son atractivas y lograrán acercar a
nuestro amigo a la fe.
4. Sea sensible a las costumbres de su amigo musulmán,
observe el modo en que se sienta, las comidas que
saborea y la rutina que desarrolla al ingresar en una
casa. Nuestros propios hábitos culturales pueden
resultar una afrenta a su sensibilidad.
5. Sea consciente de las prácticas islámicas. Podemos
ofender al creyente musulmán si colocamos la Biblia
en el suelo, si ponemos algún objeto encima de ella o
si marcamos sus páginas.
6. Los cristianos no deben denigrar al prójimo; por ende,
absténgase de criticar a sus hermanos en Cristo y a
otros ministerios cristianos.
7. Persista en la sencillez del evangelio y en la férrea
creencia de él.
8. Mantenga un estilo de vida coherente que refleje que
el evangelio de Cristo es poder de Dios para salvación
y liberación del pecado.
9. Con respecto a la salvación de los perdidos, ruegue a
Dios por una obra genuina del Espíritu Santo porque es
Él quien busca y afirma a los seguidores de Jesús.
Entonces no es la decisión de una persona, pero ¿está
usted dejando que Dios le utilice en su obra?
Fuente: Fouad Masri, www.crescentproject.org.
7. Necesitamos usar las verdades ya conocidas por los musulmanes para conducirlos a aceptar la verdad
completa de la Palabra de Dios. A medida que vayamos explorando las creencias islámicas seremos capaces de
encontrar varios puntos de contacto. Por ejemplo, los musulmanes creen que Dios es luz y que no hay ninguna
tiniebla en él; reconocen que Cristo es el hijo de María; admiten que uno de los títulos de Jesús, en el Corán, es la
Palabra de Dios (Kalimat Allah); saben que el Señor Jesucristo regresará pronto para reinar; sostienen que la gente
debe ser pura para acercarse a Dios en oración. Según vemos en los aspectos recién enumerados, los musulmanes
tienen un atisbo de la verdad y podemos dar gracias a Dios por ello. Asimismo, podemos elogiarlos por sus
conocimientos y creencias, mientras que tratamos de guiarlos hacia la verdad más profunda. Puede suceder que en
la primera instancia el musulmán no acepte el mensaje, pero ellos reflexionarán.
En conclusión, otros dos principios complementarios deberían guiarnos:
8. El musulmán responde al amor. Los musulmanes deben percibir que estamos interesados en ellos como
personas –no meramente por sus almas– y que nuestro amor es genuino. En casi todas las conversiones de
musulmanes, ese hombre o esa mujer fueron impactados primeramente por el amor cristiano.
Mebarek era un joven estudiante del Corán, era maestro en la mezquita e instruía a los niños en el recitado del libro
sagrado. Durante muchos años, Mebarek había asistido a las clases bíblicas dominicales, pero la enseñanza no había
dejado huella en él. Su corazón fue endureciéndose hacia el evangelio y comenzó a burlarse de los maestros
cristianos. Cuando tenía dieciocho años, y muy orgulloso de su conocimiento del Islam, se dirigió a la casa de una
misionera y le pidió un evangelio en árabe, aludiendo que deseaba mucho volver a leerlo. La sierva de Dios se
emocionó grandemente, pues la búsqueda espiritual de este muchacho era la respuesta a sus oraciones. Cuando
Mebarek tuvo el evangelio entre sus manos le dio un rápido vistazo e inmediatamente, y con una mirada desafiante,
lo rompió en pedazos, lo tiró al suelo y pisoteó las piezas esparcidas. El joven esperaba recibir una aguda reprobación
por su maltrato hacia la Palabra de Dios, pero en cambio observó lágrimas que afloraban de los ojos de la mujer. Con
un rostro de tristeza indecible, pero llena de amor genuino, ella giró sin decir una palabra y entró a su casa para orar
por él.
Mebarek regresó a su hogar, pero la manifestación del amor paciente, la mansedumbre y la ternura de Cristo que
acababa de ver, causó un fuerte impacto en su corazón. Después de una hora, el muchacho volvió para encontrarse
con la misionera, mas esta vez como un pecador convicto en busca de salvación. La simple expresión de amor, de
Aquél que lloró sobre Jerusalén, produjo lo que los años de enseñanza no habían podido conseguir. De modo que el
mensajero amoroso es tan importante como el mensaje.
Los cristianos han fallado en este aspecto a lo largo de los siglos, especialmente, desde la época de las Cruzadas y
hasta la actualidad. Algunos misioneros insisten en luchar en contra del Islam mediante el uso de argumentaciones,
abusos y hasta el ridículo. Es primordial mostrar el verdadero amor de manera práctica, poco a poco, para derribar
las barreras. Nunca deje de saludar con una sonrisa a sus amigos musulmanes, incluso en épocas de tensión política.
Muestre solidaridad en tiempos de enfermedad o muerte. Realice pequeños actos de servicio. Invite a sus contactos a
su casa y acepte las invitaciones de ellos a la suya. Sea meticulosamente honesto en todos los tratos comerciales.
Demuestre que es cristiano en los mínimos detalles de la vida. Si un comerciante musulmán le ha dado un vuelto
erróneo, asegúrese de indicárselo. Sea respetuoso y dé honra a quien es debido. Evidencie su amor a los musulmanes
tratando de entender sus puntos de vista. Sea un buen oyente. Dios me ha enseñado en la vejez que es sabio escuchar
pacientemente a otras personas, no importa si se trata de adolescentes ingleses o de musulmanes fanáticos. Si
podemos dar crédito a alguno de sus argumentos debemos hacerlo sin lugar a dudas, pero mostrándonos
transparentes y sinceros. Los musulmanes pueden leer nuestras vidas como si fueran un libro, y por lo general los
apodos que reciben los misioneros y otros cristianos son siempre acertados. Recuerde que el verdadero amor no
oculta la verdad y los cristianos tenemos que comunicar el mensaje de vida. Sin embargo, antes de que los
musulmanes puedan aceptar y amar a nuestro Señor deben aprender a amarnos a nosotros, y antes de confiar en el
Señor ellos deben ver que pueden confiar en nosotros. El amor es la manera de Dios.
9. Por último, toda nuestra dependencia debe estar en la obra del Espíritu Santo. Los cristianos tenemos que
someternos totalmente al Espíritu Santo, pues Él nos enseña las cosas que debemos hablar, produce convicción de
pecado y fe en Cristo Jesús, infunde vida nueva y proporciona la garantía de paz. Todo esfuerzo humano que
podamos realizar, en la empresa de compartir la fe cristiana a los musulmanes, será totalmente inútil sin la obra del
Espíritu Santo de Dios (Jn. 16:8-14).
APRENDE MÁS
Leer Norman L. Geisler y Abdul Saleeb, Answering Islam, 2a ed. (Grand Rapids: Baker Books, 2002).
Abdiyah Akbar Abdul-Haqq, Sharing Your Faith with a Muslim (Minneapolis: Bethany House, 1980).
Fouad Elias Accad, Building Bridges: Christianity and Islam (Colorado Springs, Colo.: NavPress, 1997).
Chawkat Moucarry, The Prophet and the Messiah (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2001).
Ver una película que presente el Islam desde una perspectiva cristiana.
Orar al menos un día, por los musulmanes en los cinco horarios islámicos prescritos. En diversos sitios web puede
encontrar la lista de los horarios, de acuerdo con el lugar donde usted vive.
Encontrar a un musulmán con el propósito de comenzar una relación de amistad mediante una conversación.
Invítelo a tomar el té o a una comida.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 9
ENFOQUES DE ALCANCE
REFLEXIONE
• ¿Cómo ha alcanzado la iglesia cristiana a los musulmanes a lo largo de los siglos? ¿Qué resultados ha obtenido?
• ¿Cómo debemos trabajar en los países de mayoría musulmana con las iglesias cristianas existentes?
• ¿Por qué un musulmán se angustia cuando otros musulmanes vienen a Cristo?
PUNTOS CLAVE
1. La falta de esfuerzo de la iglesia hacia los musulmanes.
2. Ilustraciones de testigos fieles de la historia.
3. La movilización de las minorías cristianas para llegar a la mayoría musulmana a menudo eficacia.
4. Sobre-confianza en el debate y el uso argumentativo de la apologética.
5. Creciente eficacia de los medios de comunicación.
6. La extracción de los conversos y la persecución generalizada dan lugar a la pérdida del testigo.
7. Más musulmanes están viniendo a Cristo que nunca.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
Enfoques A La Evangelización De Musulmanes
Samuel Zwemer
¿Por Qué Tan Pocos Frutos?
BÁSICAS Lecciones Misioneras De La Historia
Lista De Observación Mundial
Declaraciones Sobre Las Actitudes Cristianas Hacia Los Musulmanes
¿Qué atrae a las mujeres musulmanas hacia cristo?
INTRODUCCIÓN
¿Cuál es el registro de testigos de la iglesia cristiana en el mundo musulmán? ¿Cómo debemos responder a tal
registro? Los esfuerzos hechos por la iglesia, en el pasado, han legado muchos beneficios en cuanto a nuestro actual
acercamiento a los musulmanes. Sin embargo, no debemos ser lentos para admitir y reparar nuestros errores y
fracasos.
Es vergonzoso comprobar que, desde la época de Muhammad, las actividades efectivas de divulgación cristiana a
los musulmanes han sido muy escasas. E incluso cuando el testimonio cristiano pudo haber llegado,
lamentablemente los musulmanes conectaron la obra de evangelización con la expansión territorial, el imperialismo
y la guerra. Ellos han acusado a la iglesia de utilizar la ayuda financiera y el otorgamiento de empleo para
“comprar” convertidos de entre los sectores más pobres.
En efecto, el avance cristiano sucedió por diversos motivos. Mucho tiempo después del fin de las Cruzadas, la
política y el comercio continuaron para dar forma a la estrategia de misión. Aun en la actualidad, los musulmanes
vinculan muchos esfuerzos evangelísticos bien intencionados con el colonialismo y la dominación cultural de
Occidente. Las actitudes de superioridad cultural han minado las buenas obras cristianas, y como “prueba” de ello,
los musulmanes han hecho el siguiente alegato: “A menudo, los actos ruidosos de los ejércitos occidentales ahogan los
esfuerzos silenciosos de los siervos de Cristo”. Sin embargo, en el presente se realiza más trabajo evangélico entre los
musulmanes que hace treinta años atrás, y hay disposición para cambiar las percepciones equivocadas. Por lo tanto,
tenemos gran esperanza.
Antiguamente, la mayoría del evangelismo solía realizarse sin una base en las relaciones humanas. Los obreros
repartían la literatura cristiana, pero no vivían entre los musulmanes ni los invitaban a sus hogares ni confiaban en
ellos para solicitarles ayuda. Frecuentemente, los misioneros montaban ataques polémicos en contra del Islam,
denunciándolo como una ideología herética; y en lugar de hacer énfasis en la unicidad de Jesucristo, trataban de
convencer a los musulmanes de los errores e inferioridad de su religión. Sin embargo, algunas personas que
inicialmente habían sido agresores verbales del Islam, más tarde, cuando comprendieron a los musulmanes y los
apreciaron como sus amigos, se convirtieron en defensores del testimonio de la encarnación (el exponente más
notable fue Samuel Zwemer).
De los pocos misioneros valientes que evangelizaron las comunidades musulmanas siglos atrás, casi todos ellos se
centraron en las minorías y otros grupos no musulmanes, como por ejemplo, los armenios de Turquía. Los obreros
buscaban movilizar primero a los cristianos locales para luego alcanzar a los musulmanes de la comunidad. Aunque
esta estrategia fue útil en algunos casos, no resultó eficaz en general, debido a que las iglesias minoritarias debían
enfrentar diversos obstáculos tales como la persecución, el racismo (de su familia y de la sociedad), el miedo a
padecer el martirio y la tendencia humana de producir conversos a la propia imagen cultural. Los cristianos
tradicionales vivían cultural y geográficamente cerca de los musulmanes, pero se mantenían en una comunidad
separada, y en muchos casos, evitaban cuidadosamente una relación de amistad con los musulmanes. A raíz de ello,
la mayoría de los misioneros tuvo poco impacto tanto en las iglesias como en las comunidades musulmanas cercanas.
Si bien no podemos ignorar a las iglesias existentes en la planificación de las estrategias actuales de acercamiento,
tampoco debemos asumir que nuestros esfuerzos para hacerlas crecer se traducirán en un alcance a sus vecinos
musulmanes.
LA MUERTE DE JESÚS
La opinión aceptada generalmente por los musulmanes
es que Jesús no padeció la muerte humana, sino que Él
está vivo, en forma corpórea, en el cielo.1 La teoría más
popular es que Jesús no murió en la cruz, sino que otra
persona tomó su lugar. Algunos teorizan que Jesús fue
crucificado, pero sin sufrir la muerte, sino solo un
desmayo; y otros dicen que la crucifixión es una
leyenda. (Para un estudio adicional, consulte la Lectura
Completa de la lección 8: “La crucifixión de Jesús”,
www.encounteringislam.org/readings).
Y por ha ber di cho: “Hemos da do muerte a l Ungi do, Jes ús , hi jo
de Ma ría , el envi a do de Al á ”, s i endo a s í que no l e ma ta ron ni
l e cruci fi ca ron, s i no que l es pa reci ó a s í. Los que di s crepa n
a cerca de él , duda n. No ti enen conoci mi ento de él , no s i guen
má s que conjetura s . Pero, ci erta mente no l e ma ta ron, s i no
que Al á l o el evó a Sí. Al á es poderos o, s a bi o (s ura 4.157-158).
En el contexto de este verso, “ellos” hace referencia a
los judíos; y el Corán refuta el enunciado judío que
afirma que ellos mismos mataron a Jesús. Pero otros
versos coránicos parecen dar a entender que Jesús
murió.
Yo [Jes ús ] no l es he di cho má s que l o que Tú me ha s
ordena do: “¡Servi d a Al á , mi Señor y Señor vues tro!” Fui
tes ti go de el l os mi entra s es tuve entre el l os , pero, des pués
de l l a ma rme a Ti , fui s te Tú Qui en l es vi gi l ó. Tú eres tes ti go de
todo (s ura 5.117).
Cua ndo Al á di jo: “¡Jes ús ! Voy a l l a ma rte a Mí, voy a el eva rte a
Mí,2 voy a l i bra rte de l os que no creen y poner, ha s ta el día de
l a Res urrecci ón, a l os que te s i guen por enci ma de l os que no
creen. Luego, vol veréi s a Mí y deci di ré entre vos otros s obre
a quel l o en que di s crepa ba i s (s ura 3.55).
1. Ver l a nota de comenta ri os número 664, Abdul l a h Yus uf Al i , The
Mea ni ng of the Hol y Qur’a n (Bel ts vi l l e, Md: Ama na Publ i ca ti on,
1989), p. 236.
2. La ma yoría de l os tra ductores evi ta tra duci r el verbo á ra be
“ma ut”, que l i tera l mente s i gni fi ca “mori r, perecer”.
Fuente: Année W. Rose, www.frontiers.org
Existen ejemplos excepcionales de cristianos que han trabajado de manera productiva entre los musulmanes
durante los primeros catorce siglos del Islam. El enfoque institucional, uno de los pilares de las misiones cristianas en
tierras musulmanas, estableció las primeras universidades y hospitales modernos en numerosos países islámicos. No
obstante, la fiel permanencia de estas instituciones en la comunidad no siempre se manifestó en importantes
relaciones de testigos. Durante ese período, los pocos musulmanes que llegaron a conocer a Cristo fueron alentados a
dejar sus familias y a cambiar sus nombres, en la hora de la persecución. Incluso algunos tuvieron que maldecir a
Muhammad y pararse encima del Corán, como condiciones previas al bautismo cristiano. Aun en la actualidad, la
piedra de tropiezo para el evangelio entre los musulmanes a veces no es la persona de Jesús o la cruz, sino la
percepción de que el nuevo creyente debe dar la espalda a su cultura y debe convertirse en un extranjero dentro de su
propia comunidad. En estos términos, la conversión es vista como el rechazo hacia las lealtades familiares y locales,
una ruptura rebelde de la comunidad más que una transformación interior a través de Cristo.
Sin embargo, muchos métodos históricos de testimonio efectivo entre los musulmanes siguen siendo actualmente
viables. A pesar de que las escuelas de misiones, los hospitales y los orfanatos ya no pueden ser un medio estratégico,
los musulmanes todavía necesitan tener la Palabra de Dios en sus lenguas vernáculas. Las conversaciones en una
mesa redonda y las relaciones a largo plazo entre varones musulmanes de paz son prometedoras para la generación
de comunidades de creyentes, en Jesucristo, de trasfondo musulmán (leer Lucas 10:5-9). A menudo, los misioneros
cristianos de antaño lideraron la promoción mundial en favor de mejores condiciones sociales, derechos humanos y
libertad religiosa; y sus ejemplos deben ser asimilados y perfeccionados por la iglesia cristiana contemporánea.
Después de la Guerra de los Seis Días entre árabes e israelíes, en 1967, la crisis del petróleo de la OPEP en 1973 y la
revolución islámica de Irán en 1979, el Islam desembarcó en la escena mundial. Por otro lado, durante la década de
1970, varios eventos marcaron un cambio en el testimonio cristiano a los musulmanes: la Conferencia de Lausana
para la Evangelización Mundial (1974), la Consulta para la Evangelización Musulmana Glen Eyrie (1978), la
fundación del Instituto de Estudios Musulmanes Zwemer (1979) y la formación de varias agencias misioneras, tales
como Pioneers (1979) y Frontiers (1982). A partir de estos sucesos, el acercamiento cristiano a los musulmanes se ha
vuelto más amplio y constructivo. Aunque todavía es eventual, los musulmanes de nuestros días tienen más
probabilidades de encontrar un testimonio relevante de Jesús que las que tuvieron sus congéneres en cualquier otro
momento de la Historia.
Debemos honrar el ejemplo y el legado de los primeros misioneros a los pueblos musulmanes. Su valor y fidelidad
nos siguen inspirando, y en el presente, la fecundidad es directamente proporcional a esa voluntad que ellos tuvieron
de soportar las aflicciones de Cristo: sirvieron, sufrieron, e inclusive murieron por causa de Él (Col. 1:24). La sangre
de ellos fue derramada, al igual que la de Cristo, con el propósito de que los musulmanes crean. Asimismo, Dios nos
llama a evaluar los errores de aquellos que nos precedieron (como un día nuestros hijos considerarán los nuestros).
Debemos modelar su fe, aprender de su trabajo, y examinar acabadamente sus premisas, a fin de evitar caer en las
mismas dificultades y servir con métodos –cultural y bíblicamente– apropiados.
K.S., editor
El Cristianismo se ha encontrado con el Islam desde los tiempos de Muhammad. En obediencia al mandato de
Cristo, de predicar el evangelio, los cristianos han utilizado variadas estrategias, unas ásperas y otras benignas, unas
frustradas y otras exitosas, con resultados igualmente dispares. Este artículo presenta una breve reseña histórica de
las cinco categorías principales en las que pueden agruparse los diferentes métodos y enfoques de evangelismo al
mundo musulmán. La contextualización parece ser el mejor modelo probado; sin embargo, el enfoque propicio se
encuentra en la elección de los elementos más convenientes de cada modelo, según la situación presentada.
1. Modelo de confrontación. En los siglos XVIII y XIX, algunos misioneros –como por ejemplo Henry Martyn, Karl
Pfander y St. Clair Tidall– intentaron ganar a los musulmanes a través del debate público. También predicaron en
bazares y produjeron literatura apologética y polémica tanto en inglés como en las lenguas vernáculas. El método no
fue muy exitoso en términos de conversiones y generalmente despertaba una mayor antipatía de los musulmanes
hacia el Cristianismo.
En la actualidad, este modelo no es ampliamente utilizado. Con frecuencia, sus antiguos defensores trabajaban bajo
la protección de los gobiernos coloniales, pero, hoy en día, esto no es tolerado en la mayoría de los países
musulmanes. Aunque de vez en cuando algún intelectual musulmán es convencido, o un orador cristiano llega a ser
más respetado debido a su enérgica presentación, este tipo de debate no genera el movimiento de las masas. El
debate, como técnica evangelística, es muy diferente del diálogo, un medio para la construcción de relaciones (véase
más adelante).
2. Modelo evangélico tradicional. Samuel Zwemer (1867-1952), llamado el “apóstol de los musulmanes”, fue el
pionero de este método. Durante sus años jóvenes (1890-1916), Samuel tendió a la confrontación; y en sus libros, La
desintegración del Islam (1915) y Muhammad o Cristo (1916), llamó a un “desplazamiento radical”, al completo
rechazo del Islam por parte de sus seguidores. Sin embargo más tarde, Zwemer adoptó un enfoque más
antropológico y cristocéntrico, y escribió con empatía acerca de los musulmanes. Reconoció que ellos eran personas
que buscaban a Dios y, al mismo tiempo, se mantuvo firme en la sentencia de que solo Jesús podía satisfacer sus
necesidades.1
Zwemer sostuvo que la evangelización debe enfatizar la encarnación, la expiación y la mediación de Cristo. El
evangelista debe llamar a los musulmanes al arrepentimiento, a la sumisión a Cristo y a la participación en la iglesia
local. En los últimos años, Zwemer respaldó el testimonio dado a personas individuales y grupos pequeños, y
recomendó a los estudiantes que realizaran la evangelización en términos de amistad, pues él creía que la
personalidad humana es el mejor puente para transportar el evangelio.2 Zwemer fue un prolífico escritor que produjo
innumerables libros y folletos, y su ejemplo fue imitado por los evangélicos en cuanto a la vasta distribución de
Biblias y la propagación del evangelio a través de la radio y los cursos bíblicos por correspondencia.
El modelo tradicional ha originado iglesias de estilo occidental, puesto que los misioneros impulsaron al recién
convertido a romper lazos con el Islam y a identificarse públicamente con una iglesia cristiana. Zwemer rechazó la
idea de que los convertidos permanecieran en el Islam tanto como sea posible como para influenciar a otros
musulmanes.3 Las principales críticas a este enfoque son la falta de eficacia y el tinte extremadamente occidental. No
obstante, sus defensores consideran que el modelo es bíblico; por lo tanto, siembran fielmente la semilla, aguardando
con esperanza los frutos que vendrán a su tiempo. Además, atribuyen los magros resultados a los obstáculos
políticos, históricos y sociales que escapan a su control.
LA PÉRDIDA CONSTANTE DE
TESTIMONIO
El 95 por ciento de los creyentes de cultura musulmana
(CCM) “desertan” de su comunidad de testimonio en un
lapso de diez años. A continuación, se enuncian algunas
de las razones:
• Emigración para huir de la persecución, por temas de
empleo o por odio al padre y a la propia cultura.
• Abandono del hogar o elección de permanecer soltero
para no casarse con un incrédulo.
• Casamiento con un cónyuge extranjero y posterior
emigración.
• Expatriación por empleo o educación.
• Imposición de matrimonio con un cónyuge musulmán,
establecido por la familia. La pareja deberá criar a los
hijos en la religión islámica, caso contrario, la guarda
de los menores estará a cargo de la familia o del
gobierno.
• Silencio o negación de la fe por miedo al martirio y a la
persecución.
• Martirio por razones ajenas al testimonio.
Resumiendo, entre el 50 y el 70% de los CCM son
“arrancados” de su comunidad; aproximadamente el
80% recibe educación fuera de su país, y hasta el 60%
se casa con una persona extranjera. En consecuencia,
solo el 5% de los CCM permanece en su cultura para ser
testigo, discipular a la próxima generación de creyentes
y formar familias en Cristo.
Fuente: Nik Ripken. Desde 1984, Nik ha servido en
África, junto con su familia. Actualmente es consultor de
estrategia para los pueblos del norte de África y Oriente
Medio.
3. Modelo institucional. Este modelo es utilizado por varias misiones denominacionales. Tanto presbiterianos como
congregacionales han tratado de ganar a los musulmanes mediante la instalación de hospitales, escuelas y orfanatos;
asimismo la Junta de Misiones Extranjeras de la Convención Bautista del Sur ha erigido tres hospitales en países
árabes, y escuelas y orfanatos en el Líbano, Jordania e Israel (para palestinos). Este enfoque supone que las
demostraciones de amor, compasión y humildad derriban los muros de prejuicios. Algunos especialistas en misión
sostienen que más cristianos deberían ser enviados, ya sean maestros, médicos, enfermeras o agricultores, porque sus
obras hablarán más fuerte que las palabras.4
El método institucional sigue teniendo validez, pues las instituciones son un buen canal para superar los prejuicios y
ganar audiencia en aras del evangelio; y en algunos países, por ejemplo Yemen, estos centros son la única presencia
cristiana permitida. Sin embargo, las instituciones enfrentan tiempos difíciles debido a la inflación, que dificulta el
mantenimiento, y a los gobiernos, que toman el control de muchos de sus servicios.
4. Modelo dialogal. Temple Gairdner (1873-1928) fue pionero de este enfoque, y Kenneth Cragg lo desarrolló más
detalladamente. El diálogo es motivado por un amor sincero que busca reconciliar a musulmanes y cristianos.
Cuenta con cuatro propósitos: primero, conocer las creencias islámicas y apreciarlas en función de su cultura;
segundo, establecer contacto con los musulmanes en base de una relación de amistad sincera y honesta; tercero,
aprender a dar testimonio a los musulmanes; por último, traer a los musulmanes a la salvación en Cristo.5
Este enfoque no debe ser confundido con los diálogos sincréticos y universalistas patrocinados por algunos grupos
ecuménicos. Los misioneros no renuncian a sus convicciones, sino que las afirman mediante el uso de un método que
permite el crecimiento concomitante en la comprensión de los musulmanes.
SIGUIENDO AL CORDERO
¿Podemos aprender a confiar en Dios que la
coincidencia –de nuestros métodos con el contenido
pacífico del evangelio– será la mejor manera de
proceder en el testimonio entre los musulmanes? La
naturaleza misma del evangelio nos conduce en
dirección a la vulnerabilidad y el sacrificio. ¿Podemos
seguir “al Cordero por dondequiera que va”? (Ap. 14:4).
Gordon D. Ni ckel , Pea cebl e Wi tnes s Among Mus l i ms
(Scottda l e, Pa .: Hera l d Pres s , 1999), p. 106.
5. Modelo de contextualización. En este acercamiento, los misioneros adoptan métodos culturalmente relevantes
mediante la presentación del evangelio, en formas religiosas y culturales que puedan ser identificadas por los
musulmanes. Este método tiene en cuenta el “escándalo de la cruz”, pero trata de evitar objeciones inaceptables,6 y
requiere la realización de cambios en el estilo de vida misionero, los modos de adoración, los términos teológicos y las
estrategias.
Los defensores de la contextualización argumentan que este modelo de evangelismo debe considerar las siguientes
tácticas:
• El primer contacto amigable debe ser establecido con los líderes musulmanes, con el propósito de reducir la
posibilidad de una abierta oposición.
• El foco del testimonio debe estar en los líderes de opinión de la comunidad, y no en los marginados de la sociedad.
• La meta inicial de conversiones debe centrarse en las familias, los parientes y grupos de amigos, y no en el
individuo aislado.
• Al principio, deben ser presentados únicamente los conceptos teológicos básicos.
• Debe permitirse un tiempo adecuado para que ocurra el cambio.7
• No es recomendable alentar a los nuevos conversos a repudiar el Islam. Más bien “cada uno en el estado en que fue
llamado (por Dios), en él se quede” (1 Co. 7:20) para influir en sus compañeros.
• En la mayoría de los casos, el bautismo debe ser pospuesto, con el objeto de que el nuevo creyente tenga cuantiosas
oportunidades de ganar a otros musulmanes. La confesión de fe debería ser abierta, pero el bautismo es
considerado como un acto político en algunos países.
• Las prácticas animistas deben ser revisadas para descubrir las áreas de sentida necesidad y proporcionar los puntos
útiles de contacto en la tarea evangelizadora.8
En resumen, el modelo institucional es necesario en los países árabes donde hay prohibición del ministerio cristiano.
El método dialógico permite un acercamiento hacia los musulmanes en diferentes entornos. El modelo tradicional,
con énfasis en la iglesia, es bíblico y debe ser destacado. El enfoque de la contextualización, basado en ideas de la
antropología, ofrece las reformas necesarias que conducirán a verdaderas iglesias autóctonas.
2. La adoración.
El modelo exitoso pone énfasis en un culto diseñado para satisfacer las necesidades de la gente. Las formas serán
diferentes; por ejemplo, en África y Asia, la clave es la contextualización.
3. El Corán.
Los misioneros deben mencionar ciertos pasajes del Corán, a modo de trampolín, para explicar el evangelio,
utilizando libremente los nombres de Alá e Isa.
4. El estilo de vida.
Los obreros residentes en países musulmanes deben ajustar su estilo de vida en beneficio del evangelio. En este
sentido, las agencias misioneras deben someter a los candidatos a pruebas de aptitud psicológica.
COMPLETO EN CRISTO
Los años tempranos de la vida de Omar transcurrieron
en una comunidad beduina, donde pasó la mayor parte
de sus días cuidando cabras y camellos. Cuando su
padre se dio cuenta de que había poco futuro en la vida
del desierto, se trasladó con su familia, a la ciudad, para
que sus hijos pudieran recibir una educación formal.
Omar fue el primero de su tribu que tuvo acceso a la
universidad y, por ser un musulmán devoto, rápidamente
se convirtió en el líder del partido de la juventud
islámica. Durante esos años, el joven recibió el
testimonio amoroso y persistente de un cristiano que se
mantuvo cerca de él, aun después de que Omar le
pegara, casi hasta matarlo. Omar aceptó el reto de leer
la Biblia y, finalmente, llegó al conocimiento de Cristo.
A partir de su transformación, el hombre comenzó a
ser perseguido por su familia, fue encarcelado y
condenado a muerte. Luego de una liberación milagrosa,
Omar fue invitado a refugiarse en otro país y recibió una
beca para asistir a una escuela bíblica donde obtuvo su
título y, más tarde, fue ordenado al ministerio. En la
actualidad, Omar es pastor de dos iglesias de habla
árabe.
Inicialmente, él se mostró áspero y distante hacia sus
congéneres, pero Dios comenzó a desafiar su vida: él
debía amar a su familia y amigos musulmanes. Primero,
Omar luchó por perdonar a quienes él sentía que lo
habían defraudado, pero debido a su obediencia, Dios
derramó en su corazón un gran amor por los
musulmanes de todas partes. Desde entonces, él ha
viajado por doquier para enseñar y discipular a cientos
de creyentes de trasfondo musulmán. En varios países,
Omar ha amonestado y enseñado a sus hermanos, a
perdonar y a testificar a los musulmanes en
agradecimiento por lo que Cristo hizo por ellos. Omar
dio un giro completo y es un ejemplo de madurez
cristiana. “A quien anunciamos, amonestando a todo
hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría,
a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo
hombre” (Col. 1:28).
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin
que os falte cosa alguna” (Stg. 1:2-4).
Fuente: L’Annee W. Rose, www.frontiers.org.
5. El Islam.
Los misioneros novatos deben estudiar el Islam durante varios años, como así también la lengua y cultura del país de
destino. Una preparación intensiva y expectativas razonables reducirán la deserción de los obreros y mejorarán el
rendimiento.
6. La narración.
Los misioneros deben adaptar sus enseñanzas a la cultura del pueblo. Contar historias puede resultar más efectivo
que la predicación.
8. La oración.
Por encima de todo y cualquiera que sea el modelo, la estrategia debe estar signada por el amor y la oración en favor
de los musulmanes. Precisamente, un musulmán convertido a Cristo declaró: “Es estimulante pensar que los casos de
conversión producidos mediante el razonamiento puro del dogma de dos religiones, son muy raros, tal vez
inexistentes. A veces, la conversión es abrazada en función de la prosperidad, de la condición social, de la seguridad,
de la venganza contra la sociedad autóctona o de la experimentación emocional y cosas similares. Pero cuando no
son éstos los motivos, el cambio de fe está más bien motivado por el amor reflejado en las virtudes encantadoras de
una persona magnética o de un grupo de amables asociados, que por la fría aritmética religiosa.”10
NOTAS FINALES
1. Lyle Vande rWe rff, “Our Muslim Ne ighbors: The Contribution of Samue l Zwe me r to Christian Mission,” Missiology 10 (Abril 1982), p. 191.
2. Ibíd., p. 195.
3. Samue l M. Zwe me r, The Cross Above the Cre sce nt (Grand Rapids: Zonde rvan, 1941), p. 261.
4. C. Ge orge Fry and Jame s R. King, Islam: A Surve y of the Muslim Faith (Grand Rapids: Bake r, 1980), p. 133.
5. Ray G. Re giste r Jr., Dialogue and Inte rfaith Witne ss with Muslims (Fort Washington, Pa.: Worldwide Evange lization Crusade , 1979), pp. 11–
12.
6. Bashir Abdol Massih, “Incarnational Witne ss to Muslims: The Mode ls of Je sus, Paul, and the Early Church,” World Pulse (12 de se ptie mbre
de 1982), pp. 1–8.
7. Phil Parshall, Muslim Evange lism (Wayne sboro, Ga.: Authe ntic Me dia, 2003), p. 112.
8. John D. C. Ande rson, “The Missionary Approach to Islam: Christian or Cultic?” Missiology 4 (Julio, 1976), pp. 295–299.
9. Ke nne th Cragg, Sandals at the Mosque (Ne w York: Oxford Unive rsity Pre ss, 1959), p. 143.
10. Frank Khair-Ullah, “Evange lism Among Muslims” in Le t the World He ar His Voice , e d. J. D. Douglas (Minne apolis: World Wide
Publications, 1975), p. 824.
SAMUEL ZWEMER
por Ruth A. Tucker
La intensidad que tanto caracterizó a los jóvenes e instruidos voluntarios que se esparcieron por todo el mundo –
desde fines del siglo XIX– fue la cualidad que estimuló el esfuerzo misionero en el mundo islámico, donde la
resistencia al Cristianismo era feroz. La primera misión cristiana de importancia a los musulmanes fue llevada a cabo
por Raimundo Lulio en el siglo XIII. Él estuvo casi solo, entre los cristianos, en su interés de evangelizar a los
musulmanes en vez de pelear contra ellos. En los siglos siguientes, según Esteban Neill, “las misiones cristianas
prefirieron campos más productivos en lugar de las tierras musulmanas.”1 Este panorama cambió en el siglo XIX
“cuando hubo una verdadera confrontación entre la fe de Jesucristo y la de Muhammad.”2 Los anglicanos iniciaron
la obra en 1860 y otras denominaciones los siguieron vacilantes. Sin embargo, fue Samuel Zwemer, un voluntario
estudiantil sin el apoyo inicial de su denominación, quien coordinó los esfuerzos misioneros y llamó la atención del
mundo hacia la población musulmana y su necesidad de Cristo. Muchos otros estudiantes voluntarios, entre ellos
W.H. Temple Gairdner, el doctor Pablo Harrison y William Borden también sacrificaron su vida en la más difícil y
mal recompensada empresa misionera.
Samuel Zwemer, el “Apóstol del Islam”, nació cerca de Holanda, Michigan, Estados Unidos, en 1867; el décimo
tercero de quince hijos. Su padre era pastor de la Iglesia Reformada, por eso a Samuel, según crecía, le resultaba
natural la idea de estudiar para ministro. Cuatro de sus cinco hermanos también ingresaron en el ministerio
evangélico, y su hermana, Nellie Zwemer, fue misionera en China durante cuarenta años. Mientras asistía a la
Universidad de Hope, Zwemer sintió el deseo de convertirse en misionero. Durante su último año de estudios, por la
predicación persuasiva de Robert Wilder, el mismo que había animado a Juan R. Mott y a los Cien de Mount
Hermon, cinco compañeros de clase, de siete que eran, y él se presentaron como voluntarios al servicio misionero.
De regreso al campo misionero, Zwemer encontró dificultades para establecerse en la obra. Su capacidad para el
liderazgo estaba en gran demanda, y la planificación de conferencias y los compromisos para hablar en público con
frecuencia lo apartaban de su trabajo misionero. En 1912 recibió una invitación de la Misión Presbiteriana Unida de
Egipto, respaldada por la Sociedad Misionera de la Iglesia, en la que le pedían que estableciera en El Cairo para que
fuera el coordinador de la obra misionera de todo el mundo islámico. Zwemer aceptó la invitación, pues también se
manifestaron a favor de ella la Prensa Misionera del Nilo, conocida por su distribución de literatura entre los
musulmanes, la Asociación Cristiana de Jóvenes y la Universidad Americana de El Cairo.
EL ALTO COSTO DE CREER
Ali había estado involucrado con un grupo de rebeldes
en Etiopía, fue arrestado, y todavía lleva las cicatrices
de las heridas de bala que recibió en ocasión de su
posterior fuga. Él huyó a otro país y allí conoció a
algunos misioneros de la agencia SIM (Sociedad
Internacional Misionera). Primero, vio la película Jesús
en inglés y fue conmovido; y más tarde, cuando la
descubrió en su lengua materna, comenzó a invitar a un
gran número de amigos para verla junto con él.
Finalmente, Ali se declaró un creyente en Jesucristo.
Entonces empezaron los problemas. Sus vecinos
musulmanes recogieron todas sus pertenencias y las
quemaron en una hoguera. Lo expulsaron de su casa, y
Ali y su familia tuvieron que esconderse en un albergue
hecho de cartón, detrás de una pared de barro. Después
de un tiempo, sus enemigos dieron con su paradero,
pusieron una cuerda alrededor de su cuello, lo
arrastraron hasta un lugar abierto, le dieron patadas, y
lo golpearon y apalearon hasta dejarlo casi
inconsciente. Pero aún no habían terminado. También
dejaron caer una enorme piedra sobre su espalda y lo
dejaron abandonado en medio de la carretera. Los
ocasionales transeúntes trasladaron a Ali hasta el
destacamento policial, pero en cuanto los oficiales
supieron que ese hombre era un ex musulmán
convertido al Cristianismo, se negaron a socorrerlo. Por
último, algunos amigos lo llevaron a la casa de los
misioneros.
Mohammed, un musulmán que ha entendido que el
evangelio es la verdad, llegó a enterarse de la historia
de Ali, y entonces se pregunta: “¿Podría convertirme en
cristiano y hacerle frente al sufrimiento como Ali?”
Fuente: Howard Brant, www.sim.org.
SIRVIENDO EN EL CAIRO
En El Cairo, Zwemer encontró una sociedad mucho más abierta, donde los jóvenes instruidos querían escuchar al
gran misionero intelectual de Occidente. Samuel pasaba muchas horas cada semana en las universidades y, según
Sherwood Eddy, aun “logró tener acceso a los directores de la orgullosa e influyente universidad musulmana El
Azhar.”7 En ocasiones dictó conferencias con una asistencia de hasta dos mil musulmanes, pero las conversiones eran
escasas y la oposición intensa.
En una oportunidad se vio obligado a salir de El Cairo, pues sobre él recayó la acusación de distribuir tratados, de
manera ilegal, entre los estudiantes universitarios. Pero este incidente contribuyó a la conversión de uno de los
estudiantes. Un profesor, muy enojado, rasgó en pedazos uno de los tratados frente a su clase. Más tarde, un
estudiante, curioso de averiguar la razón por la cual un pequeño folleto había causado semejante enojo, recogió los
trozos de papel y los reconstituyó. Posteriormente este muchacho se convirtió al Cristianismo.
Durante su primer año en El Cairo, Zwemer tuvo la compañía de William Borden, un joven voluntario estudiantil
de Yale quien había firmado el “Compromiso de Princeton” como resultado de la predicación de Zwemer. La
humildad y el entusiasmo con que Borden repartía tratados, mientras recorría las calurosas calles de El Cairo en su
bicicleta, hacían difícil imaginarse que había nacido rico y era el heredero de la inmensa fortuna de los Borden. Antes
de aventurarse en el campo misionero, había donado centenares de miles de dólares a varias organizaciones
cristianas. Al mismo tiempo, se negó ante la tentación de comprar un automóvil, lo que consideraba “un lujo
injustificable”. Su única meta era dedicar su vida al servicio misionero. Así lo hizo, aunque por poco tiempo. Después
de cuatro meses en El Cairo, murió de un ataque de meningitis espinal.
Durante diecisiete años, El Cairo fue el centro de operaciones de Zwemer. Desde allí viajó por todo el mundo,
participando de conferencias, recaudando fondos y estableciendo obras entre los musulmanes de la India, China,
Indochina y África del Sur. Los métodos evangelísticos de Zwemer fueron una combinación del evangelismo
tradicional y la idea más moderna «compartir», característica entre los voluntarios estudiantiles. Él trató a los
musulmanes en un plano de igualdad, compartiendo su propia fe (una teología muy conservadora) mientras
intentaba aprender más de la fe de ellos, siempre dando muestras de gran respeto. A pesar de que los convertidos
fueron pocos, probablemente menos de una docena en casi cuarenta años de labor misionera, Zwemer logró grandes
progresos entre los cristianos, en cuanto a la necesidad de evangelización de los pueblos islámicos.
DECLARANDO LA NECESIDAD
En 1918 Zwemer recibió la tentadora oferta de unirse al plantel del Seminario Teológico de Princeton, pero su deseo
de continuar la obra en El Cairo era demasiado grande, por lo cual rehusó la invitación. En 1929 la obra ya estaba
bien establecida, entonces cuando volvió a recibir otra invitación de Princeton, pudo dejar su puesto con buena
conciencia y comenzar una nueva carrera como jefe del departamento de Historia de la Religión y de Misiones
Cristianas.
Además de la enseñanza, Zwemer dedicó el resto de su vida a escribir y a dictar conferencias. Durante cuarenta
años fue director de Mundo Musulmán, que, según Heriberto Kane,8 fue “la revista más prestigiosa de su clase en el
universo de habla inglesa.” Además, escribió centenares de tratados y cincuenta libros aproximadamente.
Hasta el fin, Zwemer estuvo lleno de “energía nerviosa” y de una incesante actividad mental. Cierta vez, un
compañero de viaje relató de mala gana cómo había sido una noche que le había tocado pasar en el mismo sitio que
Zwemer: “Él no podía permanecer acostado por más de media hora seguida. Zwemer prendía la luz, se levantaba de
la cama, buscaba papel y lápiz, escribía unas cuantas frases y se acostaba de nuevo. Cuando mis párpados se
tornaban pesados de nuevo, notaba que Zwemer se dirigía a la luz una vez más, escribía notas y volvía a acostarse.”9
Durante toda su vida, Zwemer tuvo que afrontar tragedias y dificultades. Sufrió la muerte de sus hijas pequeñas,
de compañeros cercanos y de dos esposas, la primera en 1937 y la segunda en 1950. No obstante, se mantuvo feliz y
optimista, y siempre tuvo tiempo para divertirse y hacer chistes. En cierta ocasión, en un restaurante de Grand
Rapids, Michigan, Estados Unidos, su risa fue tan “alegre y desaforada” que el jefe de meseros tuvo que intervenir
para restablecer el orden. Zwemer mostró un gran aprecio por el lado cómico de la vida, y, en muchos aspectos, esta
faceta lo ayudó a sobrellevar aquellos años de trabajo en el duro campo del mundo islámico.
NOTAS FINALES
1. Ste phe n Ne ill, A History of Christian Missions (Ne w York: Pe nguin, 1964), p. 366.
2. Ibíd.
3. J. Christy Wilson Jr., The Apostle to Islam: A Biography of Samue l M. Zwe me r (Grand Rapids: Bake r, 1952), p. 23.
4. Ibíd., p. 47.
5. Ibíd., p. 43.
6. Ibíd., p. 234.
7. [El autor no citó la fue nte .]
8. [El autor no citó la fue nte .]
9. Ibíd., p. 81.
¿POR QUÉ TAN POCOS FRUTOS?
por Greg Livingstone
¿Por qué el trabajo pionero de plantación de iglesias en las comunidades musulmanas ha llegado a ser
considerado recientemente dentro de las prioridades de la iglesia cristiana?
• Las agencias misioneras estimaron que la tarea preponderante era resucitar las antiguas iglesias locales de los
países musulmanes, con el propósito de que los creyentes autóctonos fueran los portavoces del evangelio a sus
conciudadanos. Desgraciadamente, los misioneros occidentales no solo fallaron en la plantación de nuevas iglesias,
sino que también subestimaron el hecho de que siglos de amargura de las iglesias autóctonas no podían ser
superados únicamente por medio de enseñanza o exhortación.
• Los gobernantes coloniales, con plena autoridad sobre todos los aspectos de la vida en los países islámicos,
decidieron impedir el trabajo misionero centrado en los grupos musulmanes para no ofender la fe islámica. Por lo
tanto, los plantadores de iglesias se enfocaron en los pueblos de las colonias, sean chinos, indios o tribales.
• Tradicionalmente, las agencias misioneras solo han enviado obreros a los países que proporcionan “visa de
misionero”. ¡Pero esta no es otorgada por los gobiernos musulmanes!
Y volvemos a preguntarnos por qué el trabajo realizado entre los musulmanes ha producido tan pocos frutos.
• Debido a que la Biblia enseña que los hijos de Dios pertenecen a su única familia, las iglesias no musulmanas
alentaron a los creyentes de trasfondo musulmán a salirse fuera de su cultura; y por ende, restaron el testimonio al
pueblo musulmán.
• Históricamente, los cristianos han incitado al musulmán a negar su cultura y no participar en las celebraciones
musulmanas y reuniones familiares tradicionales, provocando con ello la deshonra de padres y parientes. En
definitiva, los musulmanes se han mostrado menos abiertos a cambiar su lealtad religiosa porque aparentemente
Cristo es un extranjero que rechaza su cultura y costumbres.
• Hasta hace poco tiempo, la Biblia no estaba disponible para una gran variedad de lenguas, utilizadas en el mundo
musulmán, debido a que la tenencia de la Biblia era ilegal, la gente no contaba con recursos para comprar un
ejemplar en su propio idioma, o no había suficientes obreros dispuestos a priorizar la traducción de la Biblia a estas
lenguas.
• A lo largo de los siglos, la mayor parte del testimonio dado a los musulmanes no fue más que debates teológicos
acerca de la naturaleza de Jesús, la Trinidad y la autenticidad de la profecía de Muhammad. Todo cuestionamiento
en torno de la persona de Muhammad ha significado la anulación de los musulmanes en cuanto a su capacidad de
escuchar objetivamente a los cristianos.
• En los tiempos precedentes a Henry Martyn (fallecido en 1812), la mayoría de los esfuerzos de evangelización del
pueblo musulmán tuvo un principal objetivo político, en vez de un auténtico interés por su situación presente o el
peso por su destino eterno. Aún hoy, los musulmanes interpretan la predicación cristiana como una propaganda
occidental.
COMPARTIENDO LO QUE DIOS HA
HECHO POR TI
En cierta ocasión, yo estaba distribuyendo Nuevos
Testamentos en un país de Europa. Un joven, llamado
Khaled, comenzó a polemizar conmigo acerca de la
autenticidad del Nuevo Testamento y la superioridad del
Islam. Entonces le expliqué que Dios es más poderoso
que cualquier hombre, y le dije: “Dios reveló su
mensaje, el Injil, y envió a su mensajero, Isa. ¿Acaso
puede alguna persona modificar la Palabra de Dios sin
su autorización?”
Pero Khaled continuó argumentando, entonces oré en
mi corazón pidiendo sabiduría a Dios. Así que le
pregunté si deseaba tomar un refresco, y mientras
disfrutamos nuestras bebidas, Khaled me dijo que
estaba leyendo el Corán por segunda vez. La
conversación siguió y tuve oportunidad de compartirle
mi testimonio acerca de Jesús. Primero le conté cuánto
odio había en mi alma hacia palestinos e israelíes y
cómo Cristo había quitado aquél sentimiento,
transformándome en un pacificador y creando en mí un
espíritu de oración en favor de esos pueblos. Luego le
relaté mi experiencia de conversión a Cristo, y la
seguridad que ahora gozaba al saber que Él me había
rescatado de mi pecado.
“Yo he leído el Corán, pero no he encontrado ninguna
respuesta para el pecado”, confesó Khaled.
Inmediatamente le expliqué: “Eso te sucede porque
Jesús es la solución. La obra redentora de Cristo, en la
cruz, es el único remedio para nuestra naturaleza
pecaminosa, la única cura para la pena del pecado.”
Khaled me miró y luego preguntó: “¿Podrías darme un
ejemplar del Injil?”
Pienso qué hubiera pasado si yo hubiese permanecido
en la polémica inicial, en vez de invitarlo con un refresco
y dirigir naturalmente la conversación hacia mi
testimonio personal. Al compartir la fe con un
musulmán, pídale al Señor que traiga a su mente algo
que Él haya hecho por usted, ya sea una respuesta a la
oración, un versículo consolador o la guía amorosa en un
momento fallido. Ése debe ser su testimonio.
Fuente: Fouad Masri, www.crescentproject.org.
• Es poco común que un musulmán tenga un amigo cristiano que hable su lengua materna, por medio del cual se
vea reflejado el amor cautivante y desinteresado de Dios. Ese es el amor genuino de un amigo que también se
preocupa por las necesidades más sentidas del alma.
• Tampoco es frecuente encontrar ejemplos de cristianos insertos en comunidades musulmanas, que tengan una
amistad profunda con un musulmán, e inclusive que en una relación haya expresiones de mutua confianza.
• Por otro lado, el Corán advierte a los musulmanes que eviten una amistad estrecha con los cristianos para que no se
desviados del verdadero camino del Islam.
• De los pocos cristianos que tratan de introducir a los musulmanes en las verdades de la Biblia, la mayoría no
conoce suficientemente la lengua nativa como para realizar la enseñanza bíblica.
• En casi la totalidad de los países de supremacía musulmana, los cultos cristianos generalmente no se realizan en el
idioma musulmán, no guardan parámetros culturales apropiados y hasta pueden llegar a ser escandalosos e
irreverentes para un musulmán.
• Muchos obreros que salen al campo misionero musulmán son eruditos y profesores, pero no evangelistas. Los
siervos con el don de evangelismo, según piensan algunos historiadores misioneros, han ido a lugares en donde
podían predicar abiertamente, como Sudamérica o Filipinas.
• Los misioneros instruidos, procedentes de países ricos, encuentran dificultades para trabajar entre los musulmanes
pobres, espiritualmente más abiertos.
• El énfasis puesto en la obra de evangelización rápida, la asistencia médica y la educación ha dejado pocos obreros
disponibles para realizar la tarea de hacer discípulos en una forma amplia, gradual y personal.
• Con excepción de algunos casos, es difícil para el misionero trabajar a tiempo completo, aprender el idioma,
ocuparse de los asuntos familiares y además disponer de las horas necesarias para la formación de discípulos
firmes.
• La intimidación y el temor paralizante frente a la cultura musulmana son factores que siguen desalentando la
salida de muchos obreros a los pueblos musulmanes.
La historia de las relaciones entre cristianos y musulmanes proporciona un laboratorio desde el cual pueden
extraerse muchas lecciones para quienes están comprometidos con el cumplimiento de la Gran Comisión. Bien haría
la iglesia en investigar el registro de los siglos, a partir del año 622 de nuestra era, y preguntarse: ¿En qué momento
histórico la iglesia demostró ser efectiva en su testimonio al mundo islámico? ¿En qué aspectos fracasó en su labor de
reconciliar a hombres y mujeres con Dios, en nombre de Cristo? El apunte es agridulce, con comprensiones positivas
y negativas. En este breve estudio destacaremos algunas lecciones.
MALENTENDIDOS RECÍPROCOS
Desde los albores del Islam ha existido un mutuo equívoco entre musulmanes y cristianos. Originalmente,
Muhammad estimaba que todos los monoteístas eran sus correligionarios, pero a partir de su disputa con los judíos
en Medina, alimentó una animosidad que influyó en otros posibles contactos. Muhammad se consideraba el sucesor
de Abraham, de Moisés y de los profetas, e hizo un llamamiento directo a los judíos de Medina. El rechazo de ellos
aumentó la hostilidad en Muhammad, quien respondió con la expulsión de los judíos o la matanza del liderazgo
masculino (una de las tribus que sufrió tales embates fue Banu Qurayza). Acusó al pueblo judío de corromper las
Escrituras en cuanto se correspondían con diferencias de sus propias revelaciones. Aunque Muhammad adoptó una
actitud agria hacia los judíos, mantuvo una postura más conciliadora hacia los cristianos y otros “pueblos del Libro.”
Al principio, él instó a sus seguidores a que consideraran a los cristianos como sus amigos (sura 5,82).
Inicialmente, Muhammad intentó proteger a los líderes cristianos y sus lugares de culto, pero la expansión política
que lograron las fuerzas del Islam redujeron estas libertades. Las conquistas militares, bajo el mandato de los cuatro
primeros califas, erosionaron aún más las relaciones entre cristianos y musulmanes, y la religión fue utilizada para
legitimar la expansión. La guerra oculta las mejores intenciones y los registros de las discusiones teológicas son
limitados. Las cuestiones políticas, económicas y militares acapararon el protagonismo. Los gobernantes árabes
musulmanes desalentaron la confraternización, alojando a sus tropas en guarniciones de pueblos cercanos.
Sin embargo, hubo algunos rayos de luz. En los relatos de Juan I, patriarca de Antioquía; de Isho Yahb III, líder
nestoriano, y de Juan de Nikiu, rector a cargo de los obispos coptos, hay informes de una comunicación positiva entre
cristianos y musulmanes. Con frecuencia, los cristianos eran halagados por el califa de turno, pues el aporte de ellos
era necesario para la gobernabilidad de la dinastía en expansión. Los cristianos sirios tenían mucho para ofrecer y los
grupos tribales árabes del desierto debían aprender a manejar un rico patrimonio cultural, un imperio heterogéneo.
Los omeyas se apropiaron de numerosas políticas y prácticas bizantinas de Damasco, y los cristianos proporcionaron
un flujo constante de contribuciones que ayudó a los musulmanes a dar forma a su sueño de una sociedad mejor.
El comercio y la correspondencia beneficiaron a todas las partes. El emperador León III realizó un escrito para
aclarar algunos puntos de la fe cristiana que eran malinterpretados por el Islam, e instó a los musulmanes a leer toda
la Escritura, en respuesta a la denuncia de corrupción. El emperador también debatió acerca de la naturaleza y la
obra de Cristo, el juicio, la resurrección, la vida después de la muerte y la obra del Espíritu Santo. La carta de León
tuvo un impacto positivo en Umar, quien, como reformador, conversó con el Papa Gregorio y San Juan Damasceno.
Personas como Umar y Gregorio han permitido observar los beneficios resultantes de una conversación sincera y
cordial. Desgraciadamente, algunos musulmanes, celosos de los altos cargos que ocupaban los cristianos, presionaron
a Umar para restringir el puesto de aquellos que no eran políticamente correctos. Propiedades, posiciones y presión
fueron tentaciones para que muchos cristianos se convirtieran al Islam.
EL PERÍODO OMEYA
Juan de Damasco (665-750) expone algunas cualidades necesarias que deben estar presentes en los testigos efectivos
al mundo islámico. Este cristiano ocupó altos cargos y sirvió como consejero personal del califa. Sus escritos
evidencian el conocimiento del Corán y las creencias islámicas, y un estilo dialéctico influenciado por Aristóteles. En
su libro referido a las herejías, Juan clasifica al Islam como una rama judeocristiana. Lamentablemente, se mueve de
una simpática erudición hacia ataques verbales y es difícil determinar dónde termina el diálogo y dónde comienza el
debate. En su trabajo que alude a las discrepancias, se halla la descripción de una técnica que deben seguir los
cristianos para dar respuesta a los planteos de los musulmanes. Tal argumentación paralizó una búsqueda sensible
del evangelio y, durante siglos, este estilo reaccionario marcó su influencia en la comunicación entre cristianos y
musulmanes. Haría falta mucha paciencia para llegar más allá del formato de controversia que cristianos y
musulmanes tomaron prestado de los filósofos griegos. Pasaría más de un milenio antes que la apologética cristiana
tuviera un tono más coloquial.
AMABLES Y DEVOTOS
Mientras Yenni crecía, en una pequeña ciudad de
Sumatra, los únicos cristianos que conoció eran chinos.
Siendo ya una joven adulta, ella percibió que los
cristianos eran diferentes a muchas personas de su
entorno: no fumaban, no bebían alcohol y no consumían
drogas. Yenni había estado involucrada en estas tres
actividades. A ella le llamaba la atención, sobre todo, la
manera amorosa en que los cristianos se trataban entre
sí. No obstante, Yenni nunca consideró aprender algo
del Dios de los cristianos porque su gente es
musulmana.
En cierta oportunidad, tres cristianos indonesios
buscaban alojamiento. La familia de Yenni les alquiló
habitaciones en su casa y los forasteros permanecieron
allí por dos meses. Yenni observó algo diferente en
ellos, algo que le resultaba muy llamativo. “Ellos eran
muy devotos y amables”, explicó la joven. A pesar de
que los tres hombres procedían de diversas etnias, se
cuidaban amorosamente el uno al otro. Ninguno fumaba,
bebía alcohol ni consumía drogas, y este testimonio
desafió a Yenni para examinar su propia vida.
Antes que abandonar la ciudad, estos cristianos
invitaron a Yenni a hacer una oración mediante la cual
ella pudiera aceptar a Jesús como su Señor. La
muchacha no entendió muy bien la petición que había
hecho, pero le pidió a Dios que le revelara la verdad.
Después de varios días de oración, Dios le dio a Yenni la
convicción de que Jesucristo es la verdad. “Ahora, yo
también soy una seguidora de Isa al-Masih, Jesús, el
Mesías.”
Fuente: Conversación de una creyente de Sumatra con
el equipo de investigación del Proyecto Caleb.
EL PERÍODO ABASÍ
Muchos líderes cristianos continuaron sirviendo como médicos, administradores financieros, asesores políticos, y en
otras áreas. A su vez, los gobernantes musulmanes establecieron diferencias entre jacobitas, maronitas y nestorianos.
Los profesores cristianos sirvieron en las universidades de Alejandría, Bagdad, Damasco y Jerusalén. Había, por
entonces, avidez por la física, la astronomía, la filosofía y la literatura. Las obras clásicas fueron traducidas del griego
y del latín, al árabe y al siríaco, por hombres como Teodoro de Edesa († 785). Fue una época de efervescencia
teológica.
Bajo el período abasí (750-1258), el Islam y el Cristianismo se vieron afectados por el racionalismo, y sufrieron un
“endurecimiento de las arterias.” La teología escolástica de Al-Ashari († 935) representó una religión
institucionalizada. Al-Ghazali († 1111) intentó recuperar una fe experiencial recurriendo al sufismo –que ha bebido
de las fuentes del Cristianismo– pero su trabajo fue deficiente. El Islam y Occidente se mantuvieron aislados el uno
del otro, y casi transcurriría un milenio antes que el intercambio en el ámbito público permitiera una discusión acerca
de la naturaleza redentora de Dios en Cristo. Los cristianos, como dhimmis, estaban protegidos; sin embargo, bajo el
sistema millet1 , luchaban por sobrevivir recurriendo a la ciencia y la tecnología (así como lo hicieron los cristianos en
China, en la década de 1966-1976, bajo la revolución cultural). No resulta sorprendente que muchos cristianos se
convirtieron en musulmanes con el solo propósito de escapar de las imposiciones de capitación, y de la presión
política, pero millones de cristianos se mantuvieron firmes en medio de grandes sufrimientos.
El patriarca nestoriano Timoteo, en su extensa correspondencia (780-823), revela el compromiso con la misión sin
importar el costo. En el año 781, Timoteo pasó dos días en la corte del califa abasí, Al-Mahdi, dando testimonio de la
fe ortodoxa. El califa elogió a Timoteo por su significativa teología, pero lamentó su negativa de aceptar a
Muhammad como un profeta. Ambos tampoco estuvieron de acuerdo en el debate de la unidad y de la Trinidad de
Dios. Según Timoteo, tanto el Corán como Muhammad carecían de confirmación por causa de los milagros, un sello
de autenticación importante para los nestorianos. Otros cristianos, como Al-Kindi (830), no fueron tan amables en su
diálogo, y parecían más interesados en sumar puntos en contra de Muhammad, que en compartir la gracia de Dios.
La lógica aristotélica se tornó en un sustituto para el evangelio. Cuando las discusiones se mantenían sobre una base
bíblica, el diálogo cristiano-islámico era más productivo. Por cierto, la Palabra de Dios sigue siendo un lugar de cita,
de encuentro con la verdad.
Esta es una lección que no debe olvidarse, pues el Cristianismo y el Islam pretenden estar basados en la revelación
divina. El Islam reconoce la autoridad de las Escrituras, aunque en alguna instancia denuncia que ha habido
“corrupción” en ellas. Por necesidad, los musulmanes están comprometidos con el hecho de que Dios se revela a Sí
mismo, y que Él preserva aquello que revela.
El diálogo cristiano-islámico debe tener su fundamento en las cosas que Dios ha hecho. Entonces es bueno
comenzar las conversaciones en torno del Antiguo Testamento, en las verdades básicas de la Biblia: la creación, la
caída, la redención, el pacto y el reino. Haga la pregunta elemental en cuanto a la fe de Abraham: ¿Cómo alcanzó
Abraham la justicia ante los ojos de Dios (Gn. 15:6)?
Así como nuestros vecinos judíos, también los musulmanes necesitan realizar el abordaje de estas cuestiones
primordiales, y es llamativa la cantidad de puntos en los cuales hay coincidencia. Los cristianos contemporáneos de
Europa y de los Estados Unidos están en una posición incomparable debido al influjo de los pueblos de origen
musulmán. Hay nuevas oportunidades para abrir el diálogo, para cumplir el mandato de Cristo, y para recoger una
bendita y rica cosecha intercultural.
NOTA FINAL
1. Mille t, uno se parado, no musulmán, grupo re ligioso. Una comunidad de pe rsonas con una re ligión e n particular, bajo e l dominio musulmán,
que te nía e l de re cho le gal de : hablar e n su idioma nativo; de sarrollar sus propias institucione s re ligiosas, culturale s y e ducativas; re caudar
impue stos y pagar tributos al gobie rno musulmán; y mante ne r tribunale s para e l tratamie nto de sus mie mbros. Cada mille t te nía un líde r,
que e ra e l re sponsable ante e l gobie rno musulmán e n asuntos re fe ridos a los impue stos, al bue n comportamie nto y a la le altad de los
mie mbros de su comunidad.
LISTA DE OBSERVACIÓN MUNDIAL
por Open Doors
La Lista de Vigilancia Mundial de los 50 países más intolerantes al cristianismo está basada en la persecución a
cristianos por su fe en cinco esferas: vida particular, vida familiar, vida comunitaria, vida en el contexto nacional y vida
en la iglesia. La persecución por las creencias cristianas puede tomar la forma de “coacción”, intensa presión por parte
de la familia, de la sociedad y del gobierno, o “represión”, actos violentos de persecución. La Lista de Vigilancia Mundial
hace investigaciones sobre la persecución de ambos tipos en todas las áreas de la vida que pueden causar obstrucción
de la libertad religiosa en un país. Como muestra la siguiente lista, de los once países donde los cristianos se enfrentan
a la persecución extrema, 10 son de mayoría musulmana. En estos, el radicalismo islámico es la fuente dominante de
esa persecución.
OTROS PAÍSES
En los 32 de los 39 países restantes, el extremismo islámico también es la principal fuente de persecución: Sudán,
Nigeria, Pakistán, Etiopía, Uzbekistán, Libia, Turkmenistán, Qatar, Omán, Mauritania, Tanzania, Egipto, Emiratos
Árabes Unidos, Brunéi, Arabia Saudí, Jordania, Bahía, Palestina, Azerbaiyán, Marruecos, Kenia, Comoras, Malasia,
Yibuti, Tayikistán, Indonesia, Uganda, Kazajstán, Kirguistán, Níger.
Según estadísticas actuales, la contribución que hace Occidente para el avance de la obra cristiana entre los
pueblos musulmanes, es menor al dos por ciento respecto de los recursos totales que posee. Esta distribución desigual
parece ser el resultado de ideas erróneas generalizadas que recaen sobre el mundo musulmán, ideas que se
intensificaron en los países occidentales, particularmente, debido a la Guerra del Golfo (1990-1991), a las situaciones
críticas padecidas por rehenes y a los ataques terroristas. A través de los medios masivos de comunicación y de los
círculos religiosos, el imaginario popular elabora conclusiones que sugieren que los musulmanes son personas
hostiles, y también incapaces de recibir el evangelio de Jesucristo.
Se nos ordena en las Escrituras a amar a todas las personas, y esto incluye a los musulmanes. El mandato de la
Gran Comisión (Mt. 28:18-20) nos obliga, como seguidores de Jesucristo, a comunicar eficazmente el evangelio a
todos los pueblos, sin excepción ni criterios personales.
Independientemente de los grandes esfuerzos misioneros realizados en todo el mundo, los cristianos hemos fallado
en proveer los recursos necesarios para la adecuada comunicación del evangelio de Jesucristo a los pueblos
musulmanes. En adelante, deberíamos poner todo empeño para que nuestra percepción del mundo musulmán
manifieste el mismo amor que Jesucristo muestra hacia toda la humanidad, en la cruz del Calvario.
Los seguidores de Jesucristo creemos que nuestra principal responsabilidad es compartir las Buenas Nuevas de
Jesucristo con todas las etnias del mundo. Por consiguiente, confesamos que:
1. Hemos fracasado en comprender el significado de los múltiples problemas emocionales de los pueblos
musulmanes, especialmente con respecto a la nación de Israel.
2. Hemos permitido que nuestras falsas percepciones y pobre entendimiento den lugar a actitudes equivocadas, y a
la falta de compasión por los pueblos musulmanes; y, por ende, no hemos tratado de aliviar su sufrimiento.
3. Somos culpables de aceptar ideas erróneas, y de perpetuar malentendidos y prejuicios; y en algunos casos, la
hostilidad y el odio absoluto hacia los pueblos musulmanes.
4. No hemos reconocido el tiempo del Señor, cuando el Espíritu Santo se movió en el corazón de los musulmanes
dando a estas naciones un hambre para entender el verdadero Cristianismo. Pero, a pesar de nuestras actitudes, el
Espíritu Santo está trabajando entre los pueblos musulmanes a través del testimonio cristiano y de la revelación
directa.
LOS MUSULMANES DE LA CHINA
Aunque los musulmanes representan sólo el 2 por ciento
de la población de 1.300 millones de habitantes de
China, son aproximadamente 25 millones de personas
dentro de una variedad de grupos étnicos: uigures,
kazajos, uzbecos, kirguises, tayikos, tártaros, salars,
dongxiangs y hui. A pesar de contabilizar un gran
número, los musulmanes chinos constituyen una minoría
en su país, al igual que los musulmanes lo son en la
India.
El pueblo hui es la mayor etnia musulmana de la
China, con más de 11.5 millones de personas. Sus
miembros viven en la totalidad de las provincias chinas,
con concentraciones más altas en algunas de ellas. El
pueblo hui representa el 34.5 por ciento de la población
de la Región Autónoma de Ningxia Hui, a lo largo del río
Amarillo, en el norte de la China. En esta área, el 34 por
ciento de los habitantes profesan el Islamismo, la
religión mayoritaria.
Los hui son descendientes de los mongoles y de los
comerciantes chinos musulmanes. Hablan el mandarín,
el idioma nacional; sin embargo, muchos de sus
integrantes mantienen la cultura propia dentro de las
comunidades localizadas en los centros urbanos. En las
zonas rurales, los hui crían ganado y se desempeñan
como agricultores y comerciantes viajeros. El pueblo hui
ha tenido un incremento numérico debido a la
migración, a los matrimonios mixtos, e incluso a la
adopción. Las familias adoptan a los hijos de la dinastía
Han (el grupo mayoritario de la China), y luego los crían
como hui.
En una población de minoría étnica, los hui pueden
sufrir la discriminación social. Sin embargo, llegan a
disfrutar de ciertos derechos que reciben de varios
gobiernos, como por ejemplo, los subsidios para la
carne vacuna y ovina, y para la reconstrucción de las
mezquitas, como así también el permiso para publicar y
vender la literatura islámica.
Fuente: Operación Mundo, www.chinasource.org,
www.tconline.org.
Estamos arrepentidos de nuestra conducta apática y hostil hacia los musulmanes. El arrepentimiento es una
decisión que produce cambios en la mente, y a la vez, conduce a una transformación de propósitos y acciones. La
reconciliación es la meta de nuestro arrepentimiento. Esforzándonos por alcanzar la reconciliación, nos
comprometemos a:
1. Orar fervorosa y responsablemente para que el evangelio de Jesucristo sea aceptado por la totalidad de los pueblos
musulmanes.
2. Orar fervorosa y responsablemente para que los seguidores de Jesucristo desarrollen actitudes de compasión, amor
y perdón hacia los musulmanes.
3. Actuar dentro de nuestras esferas individuales de influencia, a fin de reprender las conductas pecaminosas que
puedan aparecer en la comunidad cristiana.
4. Promover fervientemente la oración, la ayuda y la asistencia para el desarrollo de los pueblos musulmanes.
Algunos se cuentan entre los grupos más pobres del mundo, con menos instrucción, con deficiencias en la atención
médica, y con un alto porcentaje de personas que son víctimas de violencia.
5. Apoyar de manera comprometida a los obreros que ya se encuentran trabajando en el mundo musulmán, a través
de la oración y la contribución financiera.
6. Orar y buscar la voluntad de Dios, fervorosamente, en cuanto a la determinación de nuestros esfuerzos
individuales, con el propósito de asegurar que todos los musulmanes tengan la oportunidad de entender y
responder a la Buena Nueva de Jesucristo. Una manera concreta en que podemos hacerlo es mediante el desarrollo
de las relaciones personales y la exposición de nuestra fe a los musulmanes que viven en nuestras comunidades y en
todo el mundo.
¿QUÉ ATRAE A LAS MUJERES MUSULMANAS HACIA CRISTO?
por Miriam Adeney
No es nuestra intención faltar el respeto al Islam, cuando escribimos acerca de las mujeres musulmanas que
vienen al conocimiento de Cristo. Al pasar algún tiempo con los musulmanes, yo he sido bendecida por su alto
concepto de la naturaleza de Dios, su vida de oración, su énfasis en la comunidad, su insistencia en cuanto a que la fe
debe expresarse públicamente, y su preocupación por la ética social. Una y otra vez, el Islam nos dirige a nuestro
Creador.
Sin embargo, si una fe no conduce a Dios en Cristo, pierde su eje. En Cristo, Dios visitó este planeta en forma
humana. En la muerte de Cristo, Dios experimentó la profundidad del dolor humano. En la resurrección de Cristo,
Dios generó el poder para un nuevo comienzo, para la transformación de la vida. Los musulmanes se refieren
continuamente a Dios como “el misericordioso y el compasivo”. En Cristo, Dios demuestra más plenamente estas
cualidades, y es ésta la razón por la cual las mujeres musulmanas vienen a Cristo. Por medio de Él, el Dios a quien
ellas conocían muy de lejos, y de forma incompleta, llega a ser su Padre personal.
Las mujeres musulmanas acuden al Señor Jesucristo por una gran diversidad de caminos. Unas acceden a Él a
través de la lectura de la historia del evangelio. Otras tienen visiones o sueños en los cuales ven al Salvador. Algunas
lo hallan cuando atraviesan luchas en contra de los demonios, y comprueban que en el nombre de Jesús hay socorro
y liberación.
Muchas mujeres sufren abusos como consecuencia de relaciones disfuncionales y encuentran que Jesús les ofrece
sanidad y dignidad. Algunas han recibido una educación dentro de los ideales de rectitud, y desean una sociedad
más justa; también ellas descubren que hay poder en el Señor Jesús. Algunas vienen a Cristo debido a la valoración
que Él hace de la mujer. Algunas mujeres, inmersas en la promiscuidad, claman por una base de sustento moral para
sus propias vidas. Otras tienen temor a la muerte y anhelan tener la garantía del paraíso eterno. Dos mujeres, con
quienes tuve la oportunidad de conversar, me manifestaron su hambre de Dios, casi por sí solas desde los primeros
años de la infancia. Muchas vienen a Cristo porque la familia, en forma conjunta, decide seguir al Salvador.
Las mujeres musulmanas son seres humanos, y sus motivaciones son complejas. Sin embargo, encontramos varios
elementos que se repiten en estas jornadas: las Escrituras, los encuentros espirituales de poder, el amor de los
cristianos, las inquietudes acerca del sexo y la belleza y los asuntos referidos a la justicia social.
Hoy en día, hay nuevos “mitos” acerca del trabajo entre las mujeres musulmanas. Algunos se centran en la
estrategia del ministerio. Estos mitos pueden inducirnos al error:
Mito 1
Las mujeres musulmanas son pasivas y sumisas. Rara vez piensan por sí mismas o ejercen el liderazgo.
Mito 2
En general, las mujeres musulmanas no pueden venir a Cristo ni crecer en Él, si sus esposos no llegan a ser cristianos
primero.
Mito 3
Una familia musulmana se siente más amenazada si un miembro femenino de su núcleo –hija o esposa– cree en
Cristo, que si lo hace uno del sexo masculino.
Mito 4
Mujeres y hombres musulmanes pueden ser evangelizados y discipulados juntos, de manera eficaz, mediante las
mismas estrategias y los idénticos textos bíblicos.
Mito 5
Las mujeres musulmanas no deben ser evangelizadas hasta tanto no haya un varón cristiano que esté predicando a
los hombres. Actuar contrariamente a lo expuesto determina un mal proceder, pues las mujeres no llegarán a
alcanzar la comunión verdadera.
Consideremos los mitos cuatro y cinco. ¿Es posible que las mujeres sean evangelizadas y discipuladas de la misma
manera que los hombres? La evangelización de las mujeres, ¿podría estar subordinada a la de los hombres? La
respuesta breve es: “A veces”. ¡Es hermoso ver cuando todos los integrantes de un hogar siguen juntos a Jesús! Y más
aún en aquellas comunidades donde la toma de decisiones importantes, en forma colectiva, es algo natural. Por
desgracia, el Islam resiste el señorío de Jesús en demasía; de hecho, si un grupo familiar oye el evangelio por primera
vez en su conjunto, más tarde los miembros intentarán boicotearse unos a otros para evitar un acercamiento al
Salvador. Entonces, los individuos que quieren buscar la verdad tienen que hacerlo en privado. A veces, las
oportunidades de compartir el mensaje se dan inicialmente con las mujeres antes que con los hombres. En ocasiones,
las mujeres cristianas están más dispuestas a llegar a sus pares musulmanas antes que los hombres cristianos hagan
lo mismo con sus congéneres. A menudo, el abuso que han sufrido las mujeres o bien la riqueza de los mundos
femeninos requieren un enfoque de género.
Sin duda, Agar es un ejemplo resonante. Nutrida por la ferocidad, apta en el desierto, espiritualmente viva y
temblorosamente vulnerable, Agar se fue en busca de un futuro para su hijo. Después que ambos bebieron de la
fuente de agua que Dios les proveyó en el desierto, revivieron; el niño creció y se convirtió en un fuerte cazador. Más
tarde, Agar le tomó mujer de la tierra de Egipto, y él engendró hijos e hijas. Algunos de esa prole aparecen en el
relato del profeta Isaías, entre aquellos que irán en gran procesión alrededor del trono de Dios, al final de los tiempos.
Los descendientes de Nebaiot, el primer nieto de Agar, y Cedar, otro de sus nietos, marcharán en el séquito. Ellos ya
no serán los forasteros; Dios aceptará su ofrecimiento (Is. 60:7).
Y las hijas de Agar también estarán allí.
NOTAS FINALES
1. Edward Said, Orie ntalism: We ste rn Conce ptions of the Orie nt (London: Pe nguin, 1995).
2. Judith MacLe od, Woman’s Union Missionary Socie ty: The Story of a Continuing Mission (Uppe r Darby, Pa.: Inte rse rve , 1999), p. 12.
3. Ve r Erik Fre as, “Muslim Wome n in the Missionary World,” The Muslim World (April 1998), pp. 141–164; y Guli Francis-De hqani, “CMS
Wome n Missionarie s in Pe rsia: Pe rce ptions of Muslim Wome n and Islam, 1884–1934,” in The Church Mission Socie ty and World Christianity
1799–1999, e d. Ke vin Ward y Brian Stanle y (Grand Rapids: Ee rdmans, 1999), pp. 91–119.
4. Francis-De hqani, “CMS Wome n Missionarie s,” p. 118. [El doctor We stlake (e n 1903) utilizó e l té rmino “mahome tismo” que actualme nte no
se pre fie re , por lo cual aquí se ha re e mplazado por “Islam.”]
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. ¿Qué principios ha aprendido de los enfoques pasados hacia el ministerio musulmán?
2. Considerando los esfuerzos históricos que se han realizado para alcanzar a los musulmanes con el evangelio,
¿cuáles son los ejemplos que deben seguirse? ¿Qué cosas cree que deberían hacerse de una manera diferente?
3. La mayoría de los creyentes en Cristo de trasfondo musulmán sufren por causa de su fe, y algunos han dado la
vida por ella. ¿Qué significado tiene “sufrir por Cristo” para usted y para su comunidad?
APRENDE MÁS
Leer Thomas L. Friedman, From Beirut to Jerusalem (New York: Anchor Books, 1989).
William Miller, My Persian Pilgrimage, 2nd ed. (Pasadena, California: William Carey Library, 1995).
Ver un retrato de Hollywood referido al mundo musulmán: Hidalgo, protagonizada por Viggo Mortensen (2004);
Not Without My Daughter, protagonizada por Sally Field (1991); Lion of the Desert, protagonizada por
Anthony Quinn (1980); o The Wind and The Lion, protagonizada por Sean Connery (1975). En virtud de lo
que usted ha aprendido durante este curso, ¿qué opinión le merece la manera en que estas películas presentan
a los musulmanes?
Orar por los musulmanes, cada mediodía de los viernes, junto con un grupo de amigos cristianos.
Pedir una suscripción gratuita de la revista Saudi Aramco World a través de www.aramcoworld.com. Podrá aprender
más acerca del mundo musulmán.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
NEUSTRA RESPUESTA AL ISLAM
LECCIÓN 10
MOVIMIENTOS DE PLANTACIÓN DE IGLESIAS
REFLEXIONE
• ¿Qué se necesitaría para que muchos musulmanes siguieran a Cristo?
• ¿Qué es una iglesia?
• ¿Cómo se inicia una iglesia?
PUNTOS CLAVE
1. Iglesia, plantación de iglesias y movimientos de plantación de iglesias (MPIs).
2. Evangelismo es sólo un componente de la plantación de iglesias.
3. Necesidad de una estrategia de plantación de iglesias.
4. Trabajar hacia un movimiento de iglesias que se multiplican.
5. Dios hace que los movimientos de plantación de iglesias.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
La Plantación de Iglesias en El Mundo Musulmán, ¿Una Misión Imposible?
Siete Etapas Para La Plantación De Iglesias: Etapas Y Lista De Actividades
La Plantación De Iglesias Que Incluye A Las Mujeres Musulmanas
BÁSICAS El Espectro C1 a C6
¿Cuán Lejos es Demasiado Lejos?
Lo Que El Ayuno Me Enseñó
La Exaltación De La Fatwa
INTRODUCCIÓN
¿Qué se necesita para que los musulmanes entiendan que Jesucristo vino por ellos? Si queremos ver a los
musulmanes ser alcanzados con el evangelio, es entonces, de suma importancia plantar iglesias sólidas, autóctonas,
que se reproduzcan y que se sostengan por sí mismas en cada grupo musulmán. Esto requiere un esfuerzo en equipo
a largo plazo que comienza con la encarnación personal y con un profundo amor por los musulmanes, que son los
cimientos para construir un ministerio.
Aunque muchos países musulmanes no les permiten a los cristianos ingresar ni vivir como misioneros, sí somos
bienvenidos como ingenieros, como maestros, como médicos y como otros profesionales. Entramos a las
comunidades como profesionales (hacedores de tiendas), no para engañar ni ocultar nuestro propósito, sino para
manifestar con claridad nuestra intención como cristianos de acatar sus leyes, de respetar sus culturas y de ofrecer
beneficios tangibles. Responder a las necesidades extremas de los musulmanes presos de la pobreza, de los desastres
naturales o de las calamidades de índole política o social a través de emprendimientos comunitarios y económicos
cristianos a largo plazo es mucho más que una mera estrategia de entrada. Se trata de un enfoque integral hacia las
personas que transmite y confirma el carácter de Cristo y de su iglesia.
Si deseamos establecer una presencia que sea de testimonio dentro de una comunidad, debemos vivir allí y
aprender el idioma local, incluidos los modismos, los proverbios y las figuras de lenguaje. Es preciso conocer el
lenguaje del hogar y de la familia, no solo el que se utiliza en el mercado. Si hablamos de anunciar el evangelio, no
existe nada que sustituya el evangelismo personal ni el discipulado. El discipulado debe hacerse en forma individual,
en medio de los altibajos de la vida cotidiana y con la intención de sembrar frutos que permanezcan. En cierto
movimiento de plantación de iglesias, sucedió que el obrero expatriado nunca entró al territorio del grupo de
personas que se pretendía alcanzar. Sin embargo, en poco tiempo, miles de personas conocieron a Cristo y se
plantaron decenas de iglesias.
Él había pasado años centrándose en un pequeño círculo de hombres (de este grupo de personas) enseñándoles
todo lo que sabía acerca de Jesús.
A menudo, las historias son un recurso más eficaz para establecer una conexión entre la alfabetización y las
barreras culturales que otros métodos de enseñanza. El arte dramático y la narración de cuentos se adaptan a los
medios masivos de comunicación por medio de la radio y de la televisión. Las historias penetran en la vida al
instante. De hecho, la mayor parte de la Biblia está compuesta por narraciones. Una de mis primeras experiencias
con musulmanes fue en las descuidadas cabañas de un barrio pobre fuera de Mombasa, Kenia, mientras escuchaba a
un obrero veterano leer y discutir una historia de la Biblia con un líder de los refugiados somalíes. Con amable
paciencia, este cristiano honró a este hombre somalí, dedicó tiempo cada semana como invitado y, poco a poco
recorrieron la Biblia desde Génesis hasta Cristo. Como verá en esta lección, en muchas culturas musulmanas, la
narración es un método respetado para anunciar las buenas nuevas.Si queremos proclamar a Cristo, debemos
entender el contexto cultural local desde donde deseamos desarrollar un enfoque específico, ya que nos ayudará a
transmitir el evangelio a la mente y al corazón de esa comunidad musulmana. Nuestro objetivo no es que los
musulmanes crean en Jesús en secreto (lo que los autores aquí se refieren como C6; ver pág. 379). Tampoco deseamos
que los musulmanes se rebelen contra sus comunidades y asistan a aquellas iglesias que siguen un patrón occidental
y en donde no se hablan las lenguas locales (C1). Es de lamentar que, en el pasado, la C1 y la C6 hayan sido los
modelos predeterminados. Aquellos que hoy sirven entre musulmanes trabajan para construir iglesias que utilicen las
lenguas locales y las formas autóctonas de música, de alimentación y de vestimenta (C2). La mayoría de los obreros,
en conciencia, desean también que la iglesia local incluya el lenguaje y las prácticas islámicas aceptadas desde el
punto de vista bíblico (C3).
Un tema de debate es cuán más allá de estos pasos evidentes y “seguros” es posible avanzar para lograr
contextualizar el evangelio para los musulmanes. No obstante, el objetivo de la contextualización no está en
discusión. Queremos ver comunidades transformadas por Cristo, adorando a Jesucristo como Señor y Salvador en
público, creciendo en Cristo por medio de la instrucción de la Biblia y testificando en sus barrios de manera eficaz.
Solo cuando los musulmanes se persuadan de seguir a Cristo, habremos cumplido nuestro objetivo de proclamar el
evangelio.
A medida que la iglesia emerge, los creyentes necesitan la guía y el ánimo del Espíritu Santo para responder ante
las presiones de la contextualización y de la persecución, ya que son ellos los que deben permanecer plantados en el
contexto local. En definitiva, la iglesia autóctona debe ser capaz de apoyarse y de gobernarse a sí misma y de
testificar en forma independiente. Muy a menudo, el dinero y la influencia extranjera le han dado a la iglesia una
imagen foránea. Por ejemplo, debemos motivar las formas locales de música y de adoración, aunque sean extrañas
para nosotros. Para ello, debemos evitar copiar nuestras melodías preferidas en la nueva iglesia sin el debido cuidado.
Una vez, asistí a una reunión multiétnica en Londres. Se entonaron la combinación de himnos y de coros de
alabanza habituales. Más tarde, los occidentales se fueron y solo quedaron los creyentes de Punjabi: trajeron el
armonio, un instrumento popular del sur de Asia y el lugar se sacudió en adoración con una pasión y un poder como
nunca antes había visto.
UNIDAD, SUMISIÓN Y COMUNIDAD
“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de
estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos
de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos,
sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora
que vemos que aquel día se acerca.” (He. 10:24-25,
NVI).
Mucho antes de que el Islam enfatizara la unidad
(tachad), la sumisión (abd) a Dios y la comunidad
(umma), Dios estableció la iglesia para ejemplificar la
unidad, la sumisión y la comunidad como sus marcas
distintivas.
Cristo oró por nuestra unidad para que el mundo
conociera que Dios lo había enviado: “Yo les he dado la
gloria que me diste, para que sean uno, así como
nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que
alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo
reconozca que tú me enviaste y que los has amado a
ellos tal como me has amado a mí” (Jn. 17:22-23, NVI).
Nuestra sumisión a Dios, a otros cristianos y a las
autoridades humanas, da testimonio de Cristo: “Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Someteos, pues, a Dios” (Stg. 4:6b-7a). “Sométanse
unos a otros, por reverencia a Cristo” (Ef. 5:21, NVI).
“Por causa del Señor someteos a toda institución
humana” (1 P. 2:13 a).
No hay nada que cause tanta alegría como reunirse
con personas que se aman. Por medio de esta
comunidad cristiana, adoramos a Dios. Nos servimos
unos a otros en la comunión unos con otros como Cristo
nos ordenó. El ideal que procuramos se demostró en la
iglesia primitiva: “Se mantenían firmes en la enseñanza
de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del
pan y en la oración. Todos estaban asombrados por los
muchos prodigios y señales que realizaban los
apóstoles. Todos los creyentes estaban juntos y tenían
todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y
compartían sus bienes entre sí según la necesidad de
cada uno. No dejaban de reunirse en el templo ni un
solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la
comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y
disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada
día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos”
(Hch. 2:42-47, NVI).
Fuente: Descubriendo el Mundo del Islam
Además, no basta con colocar una pequeña congregación de creyentes musulmanes dentro de una etnia de cientos
o de millones. Sin duda, Dios tiene un plan de llegar a los pueblos musulmanes con las buenas nuevas y nos guiará a
medida que busquemos nuevos métodos para alcanzarlos. Como pescadores de hombres de Jesús, ¿nos imaginamos
“echando la red”, pidiendo que familias y que comunidades enteras, aun cientos de personas, se salven al mismo
tiempo? Esto demanda una fe audaz, que comienza con la oración, para creer que Dios ama a los musulmanes y que
los llama a la salvación. Seguimos adelante con el fin de ver a Dios glorificado a través de movimientos masivos de
musulmanes que vengan a Cristo, que extiendan a la iglesia en sociedades enteras, como sucedió en partes de
Indonesia, de África del Norte y de Bangladesh. Por la gracia de Dios, trabajemos para que esto suceda.
Es prerrogativa de Dios cambiar corazones. Es nuestra responsabilidad llevar el evangelio a las comunidades
musulmanas, en hechos y en palabras, para asegurarnos de que el evangelio, una vez arraigado, prospere y
entonces, darles la bienvenida a los creyentes de origen musulmán y confiar en ellos como colaboradores nuestros,
unidos en la comunidad global de aquellos que proclaman que Jesucristo es el Señor.
K.S., editor
Dos medias verdades: plantar iglesias entre los musulmanes es una tarea imposible y Dios debe intervenir de una
manera especial para revelar cómo hacerlo. En primer lugar, en cierto modo, es imposible. Cuando consideramos
toda la oposición que implica ver que un movimiento de musulmanes entre en el reino, la posibilidad parece casi
absurda. Segundo, ¿quién puede discutir que, sin la obra milagrosa del Espíritu Santo en el corazón de una persona,
no existen ojos que puedan abrirse? Sin embargo, en nuestra corta experiencia, noventa y un equipos de Frontiers en
África del Norte, Oriente Medio, Asia Central, Asia Meridional y el sudeste asiático están viendo en este momento
cómo se plantan iglesias. En casi todos los países, Dios está formando a su iglesia con creyentes de cultura
musulmana (CCM). ¡No es imposible!
UN PLAN BÍBLICO
Dios no espera que hagamos esto a partir de cero. Sin lugar a dudas que dependemos de él para que nos guíe en
forma específica y nos proporcione las llaves que abrirán las puertas en cada lugar. No obstante, vemos que él ya
reveló en la Biblia la mayor parte de lo que necesitamos saber sobre cómo llevar a cabo la tarea. Una buena parte de
ello es solo cuestión de tener un objetivo firme.
En Frontiers, observamos que existe una estrecha correlación entre los objetivos acotados de un equipo y su
efectividad final. Cuando un equipo entra a un lugar no alcanzado con el simple objetivo de plantar una iglesia entre
la mayoría musulmana y solo se compromete a hacer lo que contribuya a ese objetivo teniendo en mente algunas
etapas, es probable que surjan comunidades de CCM.
Sin embargo, cuando un equipo entra a un lugar con múltiples objetivos generales, solo con una vaga noción de
cómo llegar allí y con puntos de vista opuestos dentro del mismo equipo sobre cuál será la estrategia, por lo general,
hay pocos resultados o ninguno. Cuando una iglesia interviene entre un grupo de personas no alcanzadas, es como
encontrar una tortuga sobre el poste de una cerca: no hay dudas de que hubo un tercero involucrado.
LOS BENEFICIOS
En nuestra organización, comprobamos que promover y emplear ampliamente las siete etapas no tiene precio.
Algunos resultados positivos son:
• Cuando se forma un nuevo equipo en Frontiers, lo unimos a otros noventa equipos más que trabajan en las
distintas etapas, desde la 1 a la 7, un entorno ideal para entrenarse de igual a igual. El nuevo equipo se estimula
ante la seguridad de que, por la gracia de Dios, también llegará a la etapa 5, 6 o 7.
• Cuando un equipo tiene una idea clara del paso 1 o 2 que siguen, es capaz de trabajar con más confianza e
intencionalidad (por ejemplo, en el aprendizaje de un idioma). No tener que descubrir el próximo paso permite
ahorrar mucho tiempo.
• El modelo aborda una de las principales causas de conflictos y de ineficacia en el equipo, las ideas opuestas que se
tienen sobre los objetivos fundamentales, estrategias, métodos, distribución del tiempo para tareas específicas y
demás. El modelo brinda, como una herramienta de planificación, un vehículo compartido que reduce las
expectativas en conflicto. Los miembros individuales pueden identificar su rol dentro de un panorama más amplio.
• Las siete etapas nos brindan un lenguaje en común para identificar los niveles de progreso, las estrategias y las
actividades que se realizan a lo largo de toda la organización.
Cuándo comienza
El director general selecciona al aspirante a coordinador del equipo de manera oficial, quien se convertirá en el
coordinador del equipo designado.
1. Se recopila la mejor información disponible sobre la cultura, la historia y el idioma del país y del grupo
destinatario.
2. Se prepara una declaración de la visión.
3. Se elabora un memorándum de entendimiento.
4. Se forma un equipo.
5. Se obtiene la aprobación de la Iglesia y el respaldo para cada miembro del equipo.
6. Se prepara un documento de estrategia.
7. Cada miembro del equipo se asegura de contar con la oración y el apoyo financiero necesario.
8. Se logra que el equipo se apropie de la visión y de la estrategia para plantar iglesias.
Cuándo comienza
La mayoría del equipo ya está en el lugar, y, por lo general, participa activamente del aprendizaje del idioma.
Actividades
1. Los miembros del equipo llegan y encuentran una vivienda adecuada. Se hacen los arreglos para la estrategia de
entrada inicial del equipo.
2. Se resuelven los conflictos que surgen en las familias del equipo.
3. Se abordan los conflictos del equipo.
4. Se desarrolla una vida en equipo que sostiene espiritualmente a los miembros.
5. Se planean y se establecen metas para el equipo.
UN DIOS QUE NO ESTÁ LEJOS
“Yo era una musulmana religiosa”, afirma Ayse.
“Había leído un libro sobre el infierno y me aterraba la
idea de convertirme en una persona religiosa. Descubrí
que el Dios del Islam está demasiado lejos”. Luego, un
amigo le dio a Ayse un Injil y la desafió a que lo leyera.
“¡Me convertí a Cristo luego de cuatro días de leer la
Biblia!”, exclama.
En su lectura, Ayse entendió que era posible conocer a
Dios por sí misma: “El Dios de la Biblia no está
demasiado lejos. Podemos llegar a él. Me veía reflejada
en la historia del hijo pródigo. Dios es mi Padre
celestial, que me dio la bienvenida de nuevo”.
Algunos opinan que la manera más eficaz de persuadir
a los musulmanes a volverse a Cristo es poniendo una
Biblia en sus manos. “Porque la palabra de Dios es viva
y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas
y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón” (Hb. 4:12).
Fuente: Turkey: A Time for Harvest, (Littleon, Colo.:
Caleb Project, 1997).
ETAPA 3: SEMBRAR
Definición
La noble tarea de evangelizar.
Cuándo comienza
La mayoría de los miembros del equipo pasan la mayor parte del tiempo de ministerio evangelizando, en vez de
aprendiendo el idioma.
Actividades
1. Memorizar porciones de la Biblia (parábolas o milagros y demás) en el idioma de destino.
2. Aprender a compartir las verdades bíblicas en el idioma.
3. Generar una actitud comprensiva hacia el evangelio en amigos.
4. Desarrollar una estrategia para llegar a las personas dispuestas a escuchar y a sus vínculos más cercanos
(familiares o amigos) como grupo.
5. Comenzar estudios bíblicos evangelísticos.
6. Motivar a estas personas a traer algún familiar interesado.
7. Mediante la oración, evaluar las relaciones en busca de un posible hombre de paz, un hombre de influencia en su
entorno familiar o en la comunidad: ¿podría traer a otros con él?
8. Mediante la oración, identificar uno o más amigos como potenciales hombres o mujeres de paz. (Es posible que sea
más sencillo identificar mujeres, en especial si ellas están respondiendo y los hombres no.)
9. Guiar a una persona a comprometerse en seguir a Jesús.
Cuándo comienza
Comienza el discipulado habitual con un CCM, independientemente de cómo él o ella llegó a Cristo.
1. Desafíe a uno o a más CCM (si es posible, a un hombre o a una mujer de paz) a ser discipulado por un miembro
del equipo para que puedan crecer “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (cf. Ef. 4:13).
2. Imite el estilo de vida de Cristo delante de esta persona y delante de su entorno.
3. Persuada a este creyente para que invite a algún amigo o familiar a formar parte del discipulado.
El discipulado implica:
4. Instruir al creyente sobre cuál es su nueva identidad como hijo de Dios, por fe, no por obras. Tratar cualquier
tendencia a regresar a la mentalidad islámica en cuanto a las obras.
5. Enseñarle el propósito del bautismo como señal externa de la muerte del yo y del renacimiento en Cristo.
6. Presentarle al creyente las historias de la Biblia que serán de influencia en la vida cotidiana.
7. Discipularlo para crear el hábito regular de recurrir a la Biblia para poder hacer frente a problemas específicos que
puedan surgir.
8. Mostrarle al creyente cómo reconocer el pecado en la vida personal y responder con arrepentimiento, confesión y
desarrollando nuevos patrones.
9. Desafiarlo a vivir la vida de Cristo en su entorno familiar (por ejemplo, Mt. 5-7).
10. Ayudar al creyente a desarrollar patrones piadosos, como amar al cónyuge, resolver conflictos, pedir perdón y
reconciliarse.
11. Enseñarle al creyente a desarrollar patrones piadosos para criar a sus hijos y ser el líder de la familia.
12. Demostrar cómo aplicar patrones piadosos para resolver conflictos con los demás.
13. Guiar al creyente a comprender el lugar y la función del sufrimiento en la vida de los creyentes, y aplicar esto a
sus vidas.
14. Animarlo en la práctica de dar respuestas piadosas a quienes se muestran hostiles a su fe (por ejemplo, el
gobierno, sus parientes, amigos, el empleador).
15. Enseñarles la perspectiva bíblica sobre las prácticas ocultas locales y alternativas y respuestas piadosas.
16. Capacitar al creyente para que esté preparado para dar razón de su fe. La presentación elegida debe estar
preparada y ser firme, pero no temerosa ni agresiva.
17. Apoyarlo para que comparta las buenas nuevas con su familia y amigos.
18. Desafiarlo a identificar sus dones y su llamado.
19. Verificar que el creyente se familiarice con el plan de Dios para la extensión de su reino que enseña el libro de los
Hechos.
20. A las mujeres del equipo: comenzar a discipular a las mujeres en las habilidades y en la sumisión al marido según
Tito 2:3-5.
Objetivo
Lograr el crecimiento en número y la madurez del grupo, con CCM comprometidos entre sí como expresión del
cuerpo de Cristo. (Nota: El objetivo de la Etapa 5 son los Criterios sobre cuándo comenzó la Etapa 6).
Actividades
1. Familiares y amigos comienzan juntos a explorar las buenas nuevas.
2. Tres o más creyentes deciden juntos seguir a Cristo en una comunidad comprometida.
3. Los plantadores de iglesias comparten el plan de Dios con el fin de formar comunidades del reino entre familiares
y amigos.
4. Los creyentes abrazan el plan de Dios de formar comunidades del reino y, junto a los plantadores de iglesias,
eligen un patrón cultural significativo que puedan aplicar a las reuniones habituales.
5. Los creyentes aprenden a reconocer y a aprovechar al máximo los dones espirituales en la nueva comunidad de
creyentes.
6. Los creyentes con más años demuestran comprender los versos de la Biblia que enseñan los deberes que tenemos
“unos a otros” y cómo estos definen la comunidad cristiana.
7. Los creyentes con más años establecieron una forma adecuada de regular la comunión en la comunidad (por
ejemplo, a través de un pacto).
8. Es posible identificar la comunidad (una vez más, a través del pacto).
9. La comunidad celebra la Cena del Señor.
10. La comunidad se reúne en forma regular para un tiempo importante de adoración, instrucción y oración.
11. Los creyentes llevan adelante la tarea de evangelizar.
12. Las reuniones de la comunidad cobran relevancia a nivel cultural.
Objetivo
Nombrar a dos ancianos o más (se recomienda tres o más). Ver Etapa 7, Cuándo comienza.
Cuándo comienza
Cuando se haya reconocido una pluralidad de ancianos, que desde el punto de vista bíblico, reúnan las condiciones
para desempeñar esa tarea y que, asimismo, estén instalados en la iglesia inicial, que ya cuenta con la “masa crítica”
suficiente. La autoridad y la responsabilidad local de guiar a la iglesia queda exclusivamente en manos de los líderes
autóctonos.
Con sabiduría se construye la casa, con inteligencia se echan los cimientos, con buen juicio se llenan sus cuartos
de bellos y extraordinarios tesoros. (Pr. 24:3-4, NVI)
Cuando mi marido y yo estábamos plantando una iglesia en Indonesia, me gustaba pensar que la iglesia se
construía con sabiduría y entendimiento, y que los bellos y extraordinarios tesoros de Proverbios 24:3-4 eran las
mujeres musulmanas.
Con dos décadas de experiencia en las misiones a los musulmanes y a través de los debates con mis compañeros de
trabajo, llegué a la conclusión que, a menudo, en la estrategia para plantar iglesias, no se tienen en cuenta a las
mujeres musulmanas debido a lo que yo llamo una “misiología ciega en cuestiones de sexo”. Según esta teoría, los
misioneros deben influenciar la cabeza del hogar y los líderes, quienes, luego, guiarán a sus familias y a quienes
están bajo su autoridad. Si bien este argumento tiene como fundamento la sabiduría convencional, y es probable que
en general sea cierto, representa una perspectiva incompleta, tanto por razones bíblicas como por razones prácticas.
En primer lugar, en el mundo encontramos a las Lidias que serán usadas por Dios como puentes estratégicos para
alcanzar a otros, contrario a las típicas convenciones culturales orientadas al sexo masculino (ver Hechos 16). En
segundo lugar, la experiencia en el mundo musulmán enseña que el evangelio no siempre sigue estos puentes
masculinos para llegar a Dios. Cuando se trata de la plantación de iglesias entre musulmanes, esta perspectiva no es
apropiada, ya que respalda estrategias que, en gran medida, se centran en alcanzar a los hombres, no a las mujeres.
De allí el calificativo “misiología ciega en cuestiones de sexo”.
¡Qué maravilloso es cuando un hombre le entrega su vida a Jesucristo y luego, en su fresca alegría y amor, les habla
de Jesús a las mujeres de la familia! Por desgracia, en muchos países no siempre sucede esto. Los obreros entre
musulmanes en China, Bangladesh, Mauritania, Turquía y Yemen informan que, mientras los hombres se habían
convertido en cristianos, las mujeres no. Los motivos son varios.
LA MUJER IDEAL
La mujer ideal es una mujer fiel y casta, como la mujer
de faraón y como María, la madre de Jesús.
Y Al á pone como ejempl o pa ra l os creyentes a l a mujer de
Fa ra ón. Cua ndo di jo: “¡Señor! ¡Cons trúyeme, junto a Ti , una
ca s a en el ja rdín y s á l va me de Fa ra ón y de s us obra s !
¡Sá l va me del puebl o i mpío!” Y a Ma ría , hi ja de Imra n, que
cons ervó s u vi rgi ni da d y en l a que i nfundi mos de nues tro
es píri tu (en s u cuerpo). Tuvo por a uténti ca s l a s pa l a bra s y
Es cri tura de s u Señor y fue de l a s (s i erva s ) devota s (s ura 66.11-
12).
La mujer debe ser obediente a Dios y a su esposo, a
diferencia de la esposa de Noé y de Lot.
Al á pone como ejempl o pa ra l os i nfi el es a l a mujer de Noé y a
l a mujer de Lot. Amba s es ta ba n s ujeta s a dos de nues tros
s i ervos jus tos , pero l es tra i ci ona ron, a unque s u tra i ci ón no
l es s i rvi ó de na da frente a Al á . Y s e di jo: “¡Entra d a mba s en el
fuego, junto con l os demá s que entra n!” (s ura 66.10).
Ella hace que, para su marido, sea sencillo ayudarla a
ser una buena esposa.
Los hombres ti enen a utori da d s obre l a s mujeres en vi rtud de
l a preferenci a que Al á ha da do a unos má s que a otros y de
l os bi enes que ga s ta n. La s mujeres vi rtuos a s s on devota s y
cui da n, en a us enci a de s us ma ri dos , de l o que Al á ma nda que
cui den. ¡Amones ta d a a quel l a s de qui enes temá i s que s e
rebel en, deja dl a s s ol a s en el l echo, pega dl es ! Si os
obedecen, no os metá i s má s con el l a s . Al á es excel s o, gra nde
(s ura 4.34).
Sin embargo, si tiene alguna dificultad con su marido,
debe presentar sus quejas ante Alá.
debe presentar sus quejas ante Alá.
Al á ha oído (y a cepta do) l o que decía l a que di s cutía conti go a
propós i to de s u es pos o y que s e queja ba a Al á (en ora ci ón).
Al á oye vues tro di á l ogo (s i empre). Al á todo l o oye, todo l o ve
(s ura 58.1).
La mujer ideal debe imitar a las esposas del Profeta,
llamadas Madres de los creyentes.
El Profeta es tá má s cerca de l os creyentes que el l os l o es tá n
de s í mi s mos . La s es pos a s de a quel s on (como) l a s ma dres de
es tos … ¡Mujeres del Profeta ! Vos otra s no s oi s como otra s
mujeres cua l es qui era . Si teméi s a Al á , no s eá i s ta n
compl a ci entes en vues tra s pa l a bra s que l l egue a a nhel a ros
el enfermo de cora zón. ¡Ha bl a d, má s bi en, como s e debe!
¡Queda os en vues tra s ca s a s ! ¡No os a ci ca l éi s como s e
a ci ca l a ba n l a s a nti gua s pa ga na s ! ¡Ha ced el a za l á ! ¡Da d el
a za que! ¡Obedeced a Al á y a s u Envi a do! Al á s ól o qui ere
l i bra ros de l a ma ncha , gente de l a ca s a , y puri fi ca ros por
compl eto. Recorda d l o que de l a s a l eya s de Al á y de l a
s a bi duría s e reci ta en vues tra s ca s a s (s ura 33.6, 32-34).
La mujer ideal es modesta.
Y di a l a s creyentes que ba jen l a vi s ta con reca to, que s ea n
ca s ta s y no mues tren má s a dorno que l os que es tá n a l a vi s ta ,
que cubra n s u es cote con el vel o y no exhi ba n s us a dornos
s i no a s us es pos os , a s us pa dres , a s us s uegros , a s us
propi os hi jos , a s us hi ja s tros , a s us herma nos , a s us s obri nos
ca rna l es , a s us mujeres , a s us es cl a va s , a s us cri a dos va rones
fríos , a l os ni ños que no s a ben a ún de l a s pa rtes femeni na s .
Que no ba ta n el l a s con s us pi es de modo que s e des cubra n
s us a dornos ocul tos (s ura 24.31).
La mujer ideal es piadosa y cumple con todas las leyes
de Alá y de su apóstol, el Profeta Muhammad.
Al á ha prepa ra do perdón y ma gnífi ca recompens a pa ra l os
mus ul ma nes y l a s mus ul ma na s , l os creyentes y l a s creyentes ,
l os devotos y l a s devota s , l os s i nceros y l a s s i ncera s , l os
pa ci entes y l a s pa ci entes , l os humi l des y l a s humi l des , l os
que y l a s que da n l i mos na , l os que y l a s que a yuna n, l os
ca s tos y l a s ca s ta s , l os que y l a s que recuerda n mucho a Al á
(s ura 33.35).
Y su recompensa será grande en el cielo.
Al á ha prometi do a l os creyentes y a l a s creyentes ja rdi nes
por cuyos ba jos fl uyen a rroyos , en l os que es ta rá n
eterna mente, y vi vi enda s a gra da bl es en l os ja rdi nes del Edén.
Pero l a s a ti s fa cci ón de Al á s erá mejor a ún. ¡És e el éxi to
gra ndi os o! (s ura 9.72).
Pero si no obedecen a Alá ni a su apóstol, se quemarán
en el infierno.
Los hi pócri ta s y l a s hi pócri ta s s on todos uno. Ordena n l o que
es tá ma l y prohíben l o que es tá bi en. Ci erra n s us ma nos . Ha n
ol vi da do a Al á y Él l es ha ol vi da do. Los hi pócri ta s s on l os
pervers os . Al á ha a mena za do a l os hi pócri ta s , a l a s hi pócri ta s
y a l os i nfi el es con el fuego de l a gehena , en el que es ta rá n
eterna mente. Les ba s ta rá . ¡Qué Al á l es ma l di ga ! Tendrá n un
ca s ti go perma nente (s ura 9.67-68).
Fuente: Fran Love, www.frontiers.org.
SEMBRANDO
A menudo escuchamos decir a misioneros entre los musulmanes que las mujeres musulmanas no quieren hablar de
Dios: “¿Cómo podemos evangelizar a los que no tienen hambre espiritual?” Un colega me contaba cuánto lamentaba
que la tarea de ganar mujeres musulmanas fuera mucho más difícil que evangelizar a los hombres musulmanes, que
aman hablar de Dios y de religión. Le respondí que puede que a los hombres les guste hablar de Dios, pero que a las
mujeres les gusta hablar de la vida. Es una ventaja para nosotros, ya que la Biblia tiene tanto que decir sobre la vida.
En esta tercera etapa, la tarea más importante es traer a Dios a las situaciones cotidianas de la mujer musulmana.
Las mujeres misioneras encontraron muchas formas creativas de compartir el evangelio: clases donde se enseñan
habilidades, actividades en conjunto y participación comunitaria, ministerio de misericordia, aconsejamiento, orar en
voz alta, en presencia de ellas, por y con mujeres musulmanas. A medida que aumenta la urbanización, y con ello el
anonimato y la independencia de las mujeres musulmanas (de los valores familiares tradicionales), habrá más
oportunidades, incluso parecerán muy modernas, ya que albergaremos a mujeres abusadas, aconsejaremos a
familias en crisis (en especial sobre el abuso de drogas y la promiscuidad sexual), brindaremos orientación
profesional y ayudaremos a mujeres estresadas a establecer un equilibrio entre las demandas del trabajo y de la
familia.4
Nuestros ministerios serán efectivos en la medida en que Dios sea dado a conocer en el mundo individual de cada
persona y en la medida en que transformemos su percepción de la realidad. No podemos cambiar el hecho de que
sus maridos se casen con mujeres más jóvenes, pero podemos mostrarles cómo Dios las ama y cómo ve el
matrimonio.Una misionera en Marruecos compartió un enfoque único para introducir a Dios en las conversaciones
cotidianas. Después de hacerse amiga de varias vecinas, se le preguntó su opinión sobre un tema determinado. Con
sabiduría y desde una perspectiva cultural, ella contestó: “Solo soy una mujer. Lo que yo opino no es importante.
Pero sé lo que dice mi Profeta sobre este asunto”. Hizo una pausa. Intrigadas, las mujeres le pidieron que les contara
lo que su Profeta tenía para decir. Después de varias incidencias similares, las mujeres empezaron a preguntarle qué
decía su Profeta sobre cuestiones muy personales que afectan a toda mujer, como el divorcio, las relaciones
matrimoniales, etc.
MATRIMONIO Y DIVORCIO
El Corán prohíbe expresamente casarse con una mujer
musulmana en contra de su voluntad. Cuando una mujer
se casa, pasa de estar bajo la autoridad de su padre a la
de su marido. En muchas sociedades, esto también
implica mudarse en forma física a la casa de la familia
de su marido. A menudo se le da una dote o suma de
dinero establecida a la mujer, un plazo del contrato de
matrimonio, con el fin de proporcionarle dinero para
sobrevivir en caso de que se divorcie o enviude.
Existen dos pasajes en el Corán que afectan
profundamente a las esposas: un hombre puede casarse
con hasta cuatro mujeres, pero solo si las trata a todas
de manera justa (sura 4.3), y el marido puede golpear a
la esposa en quien él vea falta de decoro (sura 4.19, 34).
Muhammad minimizó el efecto negativo de estas
concesiones: insistió en que, ya que los hombres no
pueden tratar a todas las mujeres de manera justa (sura
4.129), deberían, al menos, cumplir con sus obligaciones
hacia ellas, y que podrían golpearlas solo después de
que otros métodos de resolución de conflictos no fueran
eficaces. Sin embargo, estos versos le dieron al hombre
la libertad para satisfacer su propio egoísmo y causaron
daño y dolor a muchas mujeres.
Si una mujer es sorprendida en adulterio, debe ser
azotada cien veces, y el hombre también (sura 24.2). No
obstante, se supone que, antes de castigarla, ella está
protegida por un requisito de cuatro testigos que deben
dar cuenta de la transgresión (sura 4.15). Pero, aun si
fue violada, cualquier embarazo resultante puede actuar
como “prueba” de su infidelidad.
Cuando surgen serios problemas en el matrimonio,
tanto el hombre como la mujer deben designar árbitros
de sus familias que los ayuden a reconciliarse (sura
4.35). Si no se pueden reconciliar, el marido debe
devolver la dote de la esposa. Ella puede divorciarse de
él bajo circunstancias determinadas (falta de provisión
financiera o por abandono), pero el marido debe dar su
consentimiento. Por lo general, el hombre es quien inicia
el proceso de divorcio.
Tanto el Cristianismo como el Islam establecen reglas
de comportamiento, pero nuestro corazón pecador no las
respeta. El matrimonio bíblico imita el amor de Cristo
por la iglesia y la sumisión al Padre. Sus seguidores
disponen del poder del Espíritu Santo, que hace posible
el amor incondicional y la sumisión.
Fuente: Fran Love, www.frontiers.org.
NOTAS FINALES
1. Christine Mallouhi, Miniskirts, Mothers, and Muslims: Modeling Spiritual Values in Muslim Culture (UK: Spe ar Publications, 1994).
2. Beyond the Veil: Male-Female Dynamics in Modern Muslim Society, re v. e d. (Indianapolis: Indiana Unive rsity Pre ss, 1987), p. 8.
3. En Dick Scoggins and Jim Rockford, “Is Planting Churche s in the Muslim World ‘Mission Impossible ’?” Evangelical Missions Quarterly 33, n. ° 2
(Abril 1997), pp. 156–165.
4. Bob Hitching, McDonalds, Minarets, and Modernity (UK: Spe ar Publications, 1996).
EL ESPECTRO C1 A C6
por John Travis
El espectro C1 a C6 compara y contrasta tipos de “comunidades Cristo céntricas” (C, o grupos de creyentes en
Cristo) que se encuentran en el mundo musulmán. Los seis tipos de comunidades que forman parte del espectro se
diferencian entre sí por el idioma, la cultura, las formas de adoración, el grado de libertad de culto con otros y la
identidad religiosa. Todos adoran a Jesús como Señor, y comparten los mismos elementos fundamentales del
evangelio. El espectro intenta abordar la enorme diversidad que existe a lo largo del mundo musulmán en términos
de etnicidad, historia, tradiciones, idioma, cultura, y, en algunos casos, teología.
Esta diversidad indica que se necesitan enfoques múltiples para compartir correctamente el evangelio y plantar
comunidades Cristo céntricas entre los más de mil millones de seguidores del Islam en el mundo. El propósito del
espectro es ayudar a los plantadores de iglesias y a los creyentes de cultura musulmana a determinar qué tipo de
comunidad Cristo céntrica puede atraer la mayor cantidad de personas del grupo de destino a Cristo y cuál es la que
más se ajusta a un contexto determinado. Cada uno de estos seis tipos de comunidades está presente en la actualidad
en alguna parte del mundo musulmán.
Nota: autóctono se refiere a la población musulmana local; foráneo se refiere a la población local no musulmana.
C1
Iglesias tradicionales que usan el idioma foráneo
Pueden ser católicas, ortodoxas o protestantes. Algunas son anteriores al Islam. En la actualidad, hay miles de iglesias
C1 en tierras musulmanas. Muchas reflejan la cultura occidental. Con frecuencia, existe un gran abismo cultural
entre la iglesia y la comunidad musulmana circundante. Es posible encontrar algunos creyentes de cultura
musulmana en las iglesias C1. Los creyentes C1 se llaman a sí mismos cristianos.
C2
Iglesias tradicionales que usan el idioma autóctono
Son en esencia igual que la C1, excepto por el idioma. Aunque se utiliza el idioma autóctono, el vocabulario religioso
es, probablemente, no islámico (distintivamente cristiano). La brecha cultural entre los musulmanes y las C2 sigue
siendo amplia. A menudo, se encuentran más creyentes de cultura musulmana en las C2 que en las C1. La mayoría
de las iglesias ubicadas en el mundo musulmán hoy en día son de la C1 o C2. Los creyentes de la C2 se llaman a sí
mismos cristianos.
C3
Comunidades Cristo céntricas contextualizadas que usan el idioma autóctono y que son
neutras, desde el punto de vista religioso, con formas culturales autóctonas
Entre las formas neutras, desde el punto de vista religioso, están la música tradicional, la vestimenta étnica, las obras
de arte y demás. Los elementos islámicos se filtran (si es que los hay) con el fin de utilizar formas puramente
culturales. El objetivo es reducir la extrañeza del evangelio y de la iglesia contextualizando las formas culturales
admisibles según la Biblia. Pueden reunirse en el edificio de una iglesia o en un lugar neutro desde el punto de vista
religioso. Las congregaciones C3 están formadas, en su mayoría, por creyentes de cultura musulmana. Los creyentes
de la C3 se llaman a sí mismos cristianos.
C4
Comunidades Cristo céntricas contextualizadas que usan el idioma autóctono y las formas
culturales e islámicas admisibles según la Biblia
Al igual que en las C3, también se emplean las formas y las prácticas islámicas admisibles según la Biblia (por
ejemplo, orar con las manos levantadas, ayunar; evitar comer cerdo, beber alcohol y tener a un perro como mascota;
usar vestimenta y términos islámicos, etc.). Se evitan las formas C1 y C2. No se celebran reuniones en los templos.
Las comunidades C4 están compuestas casi por una totalidad de creyentes de cultura musulmana. Los creyentes C4,
si bien están muy contextualizados, por lo general no se consideran musulmanes ante los ojos de la comunidad
musulmana. Los creyentes C4 se identifican como “seguidores de Isa el Mesías” (o algo similar).
C5
Comunidades Cristo céntricas de “musulmanes mesiánicos” que han aceptado a Jesús como
Señor y Salvador
Los creyentes C5 continúan legal y socialmente dentro de la comunidad del Islam. Es algo similar al movimiento
judío mesiánico. En él, se rechazan los aspectos de la teología islámica que son incompatibles con la Biblia o se
reinterpretan, si es posible. La participación en la adoración islámica colectiva varía de una persona a otra y de un
grupo a otro. Los creyentes C5 se reúnen en forma regular con otros creyentes C5 y comparten su fe con los
musulmanes no salvos. Para los musulmanes no salvos, desde una perspectiva teológica, es probable que los
creyentes C5 estén desviados y que, finalmente, sean expulsados de la comunidad islámica. Cuando todo un pueblo
acepta a Cristo, es posible que las C5 se conviertan en “mezquitas mesiánicas”. Los creyentes C5 son considerados
musulmanes por la comunidad musulmana, y se refieren a sí mismos como musulmanes que siguen a Isa el Mesías.
C6
Pequeñas comunidades Cristo céntricas de creyentes secretos o subterráneos
Son similares a los creyentes perseguidos que sufren bajo regímenes totalitarios. Debido al miedo, el aIslamiento o la
amenaza de un gobierno extremista o a la acción legal de la comunidad o a la venganza (incluso la pena capital), los
creyentes C6 adoran a Cristo en secreto (de forma individual o tal vez, menos frecuente, en grupos pequeños).
Muchos vienen a Cristo mediante sueños, visiones, milagros, programas de radio, folletos, un testimonio cristiano en
el extranjero o la lectura bíblica por iniciativa propia. Los creyentes C6 (a diferencia de los C5) se mantienen en
silencio en cuanto a su fe. El espectro C6 no es el ideal. Dios desea que su pueblo testifique y tenga comunión en
forma habitual (He. 10:25). Sin embargo, los creyentes C6 son parte de nuestra familia en Cristo. Si bien es posible
que Dios llame a algunos a una vida de sufrimiento, encarcelamiento o martirio, él puede deleitarse en que algunos
de sus hijos lo adoren en secreto, al menos, por un tiempo. Para la comunidad musulmana, los creyentes C6 son
considerados musulmanes y se identifican como musulmanes.
En un esfuerzo audaz por contextualizar el evangelio, cinco cristianos en El Cairo (un egipcio, tres
estadounidenses y un neozelandés) intentan eliminar los obstáculos que impiden difundir el evangelio. Estos
occidentales se dejan crecer la barba como demás musulmanes y sus mujeres llevan el velo. Se llaman “musulmanes
que siguen a Cristo”. Los estadounidenses son empleados de una agencia occidental que fabrica tiendas. Los vecinos
musulmanes comienzan a escuchar de Jesús y algunos de ellos deciden seguirlo. Quienes tomaron esta decisión
aprenden a retener todas las formas islámicas, pero cambiando algunas de las frases memorizadas. Todo marcha
bien, por un tiempo.
Sin embargo, una noche, las autoridades les golpean la puerta y los arrestan acusados de “explotar la religión para
corromper el Islam y para fomentar la rebelión sectaria”. Encuentran grandes cantidades de literatura cristiana
incriminatoria. Se interroga a los cinco y luego, se los arroja a la cárcel. Hostigan a sus familias y las desalojan de sus
hogares. Separan al egipcio de sus amigos occidentales y lo atan a una cama en una prisión psiquiátrica. Le lanzan
gatos salvajes sobre el pecho. Finalmente, después de cuarenta y cinco días de encarcelamiento y de prolongada
presión por parte de los gobiernos occidentales, los cuatro son liberados y expulsados de Egipto.
Aun así, de una o de otra manera, la contextualización ya es algo permanente. Los obreros transculturales puede
que intenten evitarla, sea debido a los cambios que demanda en su estilo de vida o porque temen el compromiso y el
sincretismo, pero no hay lugar donde esconderse de ella si se está en el campo. Si no contextualizamos, el evangelio
parece irrelevante a nuestros oyentes. Sin embargo, debemos estar seguros de que la contextualización sea tanto
sensible a la cultura local como fiel a la Palabra de Dios.
CONCIENCIA INDIVIDUAL
La conciencia individual le permite a cada uno permanecer alineado con lo que sabemos de la voluntad de Dios.
Cuando violamos nuestros principios morales, pecamos (Ro. 14:14, 22-23). Al hablar de contextualización, si una
persona tiene alguna duda en cuanto a la práctica de una costumbre islámica, entonces está mal.
Comprender en qué se basa una persona para decidir qué es un comportamiento adecuado, según la conciencia, es
difícil. Además, todos tenemos una capacidad asombrosa para justificar nuestros deseos. Por ejemplo, podemos
convencernos de que llamarnos musulmanes no es un engaño. Podemos razonar que, ya que la definición de un
musulmán es “alguien que se somete a Dios”, es aceptable que los cristianos afirmen que son musulmanes. Al
principio, es probable que nos sintamos incómodos, pero cuanto más lo hagamos, menos objetará la conciencia.
Se dice que la conciencia es, a menudo, la única medida para Islamizar nuestro testimonio. Si mi conciencia no me
molesta, entonces la práctica debe ser legítima. Sin embargo, entran en juego otras consideraciones. Una de ellas es
la unidad del equipo. Compartir objetivos hace posible el trabajo en equipo. Esto demanda cooperación y
coordinación en nuestro testimonio (Am. 3:3; Mt. 12:25; Ef. 4:2-3).
La obra cristiana en tierras musulmanas ya es bastante difícil sin divisiones en la jerarquía. La unidad es un
requisito básico para cualquier equipo. Si el enfoque de un miembro con respecto a la contextualización va en contra
de las opiniones de otros miembros del equipo, la unidad del equipo se quiebra y el equipo se vuelve ineficaz. A veces,
los equipos maduros desarrollan dos puntos de vista opuestos sobre un tema muy importante. En ese caso, una
separación amistosa puede ser pertinente, pero no hasta que el asunto se haya tratado a fondo y se hayan hecho
serios intentos de reconciliación.
LA CONSCIENCIA DE LA CULTURA DE DESTINO
Robert Priest ha argumentado que los enfoques hacia una cultura nueva no deberían estar determinados
principalmente por nuestras propias normas, sino por los escrúpulos de las personas a quienes hemos ido a servir.2 En
otras palabras, para ser vasijas limpias para el Maestro, se necesita ser santo ante los ojos de quienes intentamos
alcanzar (2 Co. 4:2). El principio es que debemos vivir de tal manera que nuestro comportamiento reciba el elogio o
la aprobación de aquellos a quienes servimos. Si se nos considera personas profanas, entonces el mensaje será
rechazado por estar contaminado.
Por ejemplo, algunos obreros en Japón se enorgullecen de su compromiso con la verdad. Ellos creen al decir la
verdad en forma directa, sin importar las consecuencias, porque están mostrando el testimonio de una vida piadosa.
Sin embargo, los japoneses solo observan la insensibilidad de los obreros hacia los sentimientos de otros.3 Yo violé esa
sensibilidad cuando hice que una mujer iraquí de clase alta se sentara al lado de un recolector de basura de clase
baja. Pensé que estaba demostrando la naturaleza igualitaria del evangelio. Lo único que ella vio fue mi falta de
respeto.
En las zonas islámicas, estamos ignorando este principio de conformar el comportamiento a la definición que tienen
las culturas de destino de lo que se espera cuando nos negamos a orar en público. Jesús exhortó a la oración privada
(Mt. 6:5-6), pero también oró en público por otros (Jn. 11:42-43). Si solo oramos cuando estamos fuera de la vista de
nuestros amigos y criadas, suponen que nunca oramos y nos consideran profanos. Debemos reconocer que los
escrúpulos de nuestra conciencia pueden variar notablemente de los escrúpulos de la conciencia de la cultura a la que
intentamos adaptarnos y alcanzar.
NORMAS DOBLES
Cambiar el comportamiento para que coincida con las costumbres locales, mientras no intentamos entender lo que
nuestros amigos piensan de él, puede simplemente desafiar sensibilidades morales relevantes para ellos. Solo porque
algo no ofende a nuestra conciencia no significa que no ofenda a la conciencia local. Honrar lo que es aceptable para
nuestro grupo de destino es fundamental a la hora de presentar la verdad a una cultura nueva. Si no deseamos que
nos perciban como engañadores (Ef. 4:25), debemos aprender lo que para la cultura local es un engaño, en especial
con respecto a la religión, y entonces, evitar toda apariencia de hipocresía.
Cierto es que es difícil determinar dónde termina ser considerado e inteligente y dónde empieza el engaño. Las
diversas culturas trazan la línea en diferentes lugares. Pregúntele a un estadounidense cómo está y siempre
responderá: “Bien”, no importa cómo se sienta. Los árabes musulmanes toleran el engaño en los negocios y en el
sexo mucho más que los estadounidenses. Los árabes musulmanes prefieren mentir antes que ofender. Piensan que
es mejor decir que no tienen dinero que rechazar una solicitud para obtener un préstamo. Mentir para alcanzar lo
bueno es aceptable y no provoca molestias en la conciencia ni afecta la reputación.
Sin embargo, los árabes musulmanes juzgan los asuntos religiosos de otra manera y evalúan a los extranjeros con
una regla diferente. A nosotros, las normas dobles nos pueden parecer mal, pero son respetadas en muchas culturas.
Los musulmanes pueden jurar en nombre del Corán y luego, romper el juramento sin remordimiento, siempre y
cuando sea por un motivo importante. Pueden distorsionar la Escritura para demostrar un punto o respaldar un
documento falso como el evangelio de Bernabé, pero si creen que nosotros lo estamos haciendo, protestan.
En las culturas que no son sumamente islámicas, orar en una mezquita e identificarse como musulmán puede ser
considerado una simple marca de una persona religiosa. Las personas incluso pueden llamar musulmán al obrero
cristiano porque lo ven como alguien justo, a pesar de que asista a la iglesia y lleve a cabo otras actividades cristianas.
En dichas culturas, el término “Islam” se utiliza de manera muy amplia. Abarca a todo lo bueno e íntegro, e incluso
admite desviaciones teológicas del Islam tradicional. Sin embargo, en las culturas islámicas estrictas, orar en una
mezquita, identificarse como musulmán y adoptar ciertos comportamientos islámicos envía una señal
completamente diferente. Si esta persona no renuncia a su lealtad a Cristo, no adopta el credo musulmán ni coloca a
Muhammad en el centro, entonces se presume que es engañosa.
Una vez más, la norma que evalúa a las personas de allí es más flexible que la que rige para los extranjeros. Por lo
tanto, un musulmán nacional que confía en Cristo puede seguir identificándose como musulmán y no ser
considerado un hipócrita. A los ojos de la mayoría, una persona que nace musulmán siempre será musulmana, no
importa lo que crea. Sin embargo, los extranjeros que se identifican como musulmanes se miden por una norma
totalmente diferente. Al adoptar los cargos y las costumbres islámicas, están diciendo que son como las personas de
allí. Más tarde, cuando llegan a conocerlos y descubren que esto no es verdad, los acusan de engaño. Una vez que
esto sucede, el testimonio de los extranjeros queda desacreditado.
NOTA DEL EDITOR
Hasta este momento, el autor ha sido muy elocuente en su análisis. En cambio, los puntos finales (gracia y testimonio
Cristo céntrico, que todos afirmaríamos) tienen, sin duda, un tono diferente y, al parecer, conciso. Uno desearía que él
explicara con mayor detalle sus fuertes convicciones en contra de algunas expresiones de la contextualización en
relación con estos últimos puntos.
Asimismo, nos gustaría tener espacio para incluir un artículo escrito por la esposa de uno de los hombres que
fueron encarcelados en El Cairo. Hemos publicado el artículo en nuestro sitio web
www.encounteringislam.org/readings.
GRACIA
Hemos sido salvos por gracia y seguiremos viviendo por gracia (Gál. 2:14-16; 3:3). Podemos vivir temporalmente
bajo la ley para ganar a personas que están bajo la ley (1 Co. 9:20), pero nuestra vida no debe convertirse en una vida
centrada en la ley. El objetivo es educar y liberar a las personas bajo la ley, no someternos a nosotros y a ellos a la ley
(Col. 3:20).Debemos convertirnos en ejemplos de la gracia y demostrar que somos libres de la esclavitud del
legalismo (Gál. 4:9-10; 5:1).
Por lo tanto, en nuestro fervor por encajar en la cultura islámica, debemos asegurarnos de que no hacer tropezar a
aquellos que conocen la gracia de Dios. ¿En verdad deseamos que los convertidos sigan nuestro ejemplo y continúen
practicando los mismos rituales legalistas que no podrán darles la vida eterna? Practicar los rituales islámicos en
nombre de la contextualización y, al mismo tiempo, predicar el evangelio de la gracia, es una contradicción. En
palabras de William Saal: “Es ingenuo suponer que se puede realizar estos rituales según lo prescrito por la ley
islámica, y darles un sentido diferente del que siempre tuvieron para los musulmanes. Lo que usted puede esperar
transmitir a través de su participación es irrelevante”.4
Denis Green explica: “Identificar todos estos elementos (las formas islámicas de ayuno, oración, el cumplimiento
con las pautas de alimentación y la pureza ceremonial) con las obras necesarias para obtener el favor de Dios en el
Islam, puede llevarlos fácilmente a depender continuamente de ellos para alcanzar la salvación, en vez de descansar
solo en la fe”.5 Por otra parte, ¿no es ingenuo ignorar las fuerzas espirituales que han operado durante siglos a través
de estos rituales para mantener a las personas esclavas a espíritus malignos?
La parte más difícil del Ramadán para mí no era el ayuno (me acostumbré a eso), sino la falta de sueño. Trataba
de dormir una cantidad de horas normales, pero muchos marroquíes se quedaban despiertos hasta la 1 o 2 a. m.
(hasta las 3 a. m. los fines de semana) para comer el plato principal.
Se invertía el día por la noche. Las noches se convertían en momentos de celebración, fiesta, diversión, socialización
y un mes de programación de televisión especial. Podía sentir el ambiente eléctrico y entendí por qué a uno de mis
amigos marroquíes en Francia siempre le encantaba regresar a su casa en Marruecos para el Ramadán.
En el aspecto espiritual, un cartel en la mezquita citaba uno de los hadiz (tradiciones de Muhammad): “El que
guarda el ayuno de Ramadán fiel y verdaderamente saldrá de debajo de sus pecados como en el día en que su madre
lo dio a luz”. Las personas me contaron que ayunar durante Ramadán es de gran mérito ante Dios y puede
compensar muchos actos de desobediencia.
Este es el legalismo insoportable que los foráneos al Islam rara vez ven: siempre algo más, un peldaño más, un paso
más. Siempre hay más que hacer y siempre hay más personas dispuestas a hacer más para demostrar su propia
rectitud. Estas declaraciones sobre el mérito espiritual me llevaron a excelentes conversaciones sobre el pecado, el
juicio y la necesidad de un Salvador. Aunque antes de ir a Marruecos me dijeron que Ramadán es un tiempo muy
difícil para los misioneros, yo tuve toda clase de oportunidades para hablar de Cristo y del verdadero ayuno. Llevaba
unas fotocopias de versículos de la Biblia que hablaban sobre el ayuno en árabe y se las mostraba a la gente.
Algunos misioneros no estarían de acuerdo en que haga ayuno y dirían que sería transmitirle a los musulmanes
que yo estaba interesado en ser musulmán. Sin embargo, ningún musulmán ni siquiera insinuó en voz alta que yo
intentaba convertirme en musulmán por practicar el ayuno. Siempre dejé en claro que yo era cristiano, que los
cristianos a veces ayunamos y que lo hacemos, no para ganar méritos ante Dios, sino por otras razones. A menudo le
seguía un buen debate espiritual.
Por lo tanto, mi ayuno, lejos de transmitir interés en el Islam, dio este mensaje: “Es un buen hombre y, no obstante,
cristiano, que habla la verdad y buenas palabras sobre la adoración a Dios, aunque muy diferentes de las que estoy
acostumbrado a escuchar”. Mi esperanza era que los musulmanes, a continuación, pensaran: “Quisiera saber más
de esto”.
Mi ayuno me ayudó en mis relaciones con las personas (una barrera cultural menos entre ellos y yo y, además, el
ayuno en Marruecos claramente no tiene solo tiene un aspecto religioso, sino también cultural). Al año siguiente, no
guardé el ayuno, pero, aun así, entablé los mismos tipos de debates y tuve las mismas oportunidades de testificar. No
ayunar durante Ramadán no parecía entorpecer ninguna relación.
En general, estuve muy contento de haber guardado el ayuno y recomendaría que todos que los que ministran
entre musulmanes lo hagan, al menos, una vez. Fue importante sentir lo que sienten los musulmanes y entrar un
poco en su cosmovisión. También tuvo un efecto positivo en mis relaciones con los marroquíes. Es probable que no
vuelva a guardar el ayuno de nuevo. Los beneficios no parecieron ser tan contundentes como para justificar hacerlo
todos los años y, el ayuno fue bastante difícil. La parte más ardua fue cambiar el horario de la familia y mis patrones
de sueño. Yo podía aguantar sin comer, pero poner la alarma todas las mañanas a las 4:30 me hizo envejecer
rápidamente.
CÓMO RESPONDER AL
ANALFABETISMO Y A LA POBREZA
En Bangladesh, el analfabetismo y la pobreza extrema
van de la mano. El Proyecto de Desarrollo Comunitario
Kushtia (CDPK, por sus siglas en inglés) ofrece una
salida. Veinticinco personas al mismo tiempo estudian
alfabetización y matemáticas, seis días a la semana
durante seis meses. Al final de la capacitación, ellos
forman una cooperativa de ahorro. Los aldeanos de la
cooperativa colaboran con fondos a fin de
proporcionarles pequeños préstamos a otros miembros.
Ellos, a su vez, invierten el dinero prestado en
herramientas innovadoras y rentables: calesas
orientales, máquinas de coser, prensas de caña de
azúcar o en mercancías para establecer una pequeña
tienda. En los clubes, las mujeres constituyen la mayoría
de las personas y sus nuevas fuentes de ingresos están
produciendo cambios radicales en las vidas de las
familias. Hay ochenta y nueve de esos grupos que
benefician a más de cinco mil personas. Diez grupos ya
se “graduaron” de la necesidad de ser supervisados por
el CDPK. Algunos de estos grupos ahora transmiten lo
que han aprendido a grupos nuevos. La alfabetización
obligatoria y la capacitación en gestión financiera les
permiten garantizar el éxito. Son muy raros los casos de
incumplimiento del pago de un préstamo. ¡Imagínese!
Fuente: www.sim.org.
NOTAS FINALES
1. Adaptado de David He sse lgrave and Edward Romme n, Contextualization: Meanings, Methods, and Models (Grand Rapids: Bake r, 1989), pp. 1–2.
2. Robe rt J. Prie st, “Missionary Ele nctics: Conscie nce and Culture ,” Missiology 22, n. ° 3 (julio, 1994).
3. Ibíd.
4. William Saal, Reaching Muslims for Christ (Chicago: Moody Pre ss, 1993), p. 158.
5. De nis Gre e n, “Guide line s from He bre ws for Conte xtualization,” e n Muslims and Christians on the Emmaus Road (Monrovia, Calif.: MARC, 1989),
p. 247.
6. Saal, Reaching Muslims, p. 147.
LA EXALTACIÓN DE LA FATWA
por Phil Parshall
3. CUESTIONES DE IDENTIDAD
El CCM, ¿debe seguir llevando el nombre de musulmán sin ningún tipo de calificativo? Ramsay Harris, un misionero
a largo plazo entre los árabes, comparte su opinión: “La mayoría de los que he llevado a Cristo no se identifican más
como musulmanes, pero algunos sí. Yo no los empujo en una u otra dirección. Para la mayoría de las personas, la
palabra musulmán significa “adepto a la religión de Muhammad”. No obstante, existe un principio que debe ser
universal: uno siempre debe identificarse con la persona de Jesucristo (Mt. 10:33, 1 P. 4:16)”.5
Este último punto de Harris pone de relieve la controversia. “Soy un musulmán seguidor de Isa al-Masih” es
mucho más sencillo de aceptar por algunos misioneros que solo la denominación “musulmán”. La palabra
“musulmán” se define como aquel que se somete a Dios. En la práctica, sin embargo, todos los musulmanes en todo
el mundo piensan que este término se refiere a aquellos que siguen los principios teológicos del Islam.
En este punto es donde podemos ser acusados de engaño. ¿Somos engañosos a propósito? ¿Está en riesgo la
integridad? La respuesta, para algunos, es “definitivamente no”. Uno, sostienen ellos, debe mirar al “musulmán” en
su más amplio contexto cultural y social, como lo hacemos con la palabra “cristiano”. ¿Cuántas personas que se
llaman cristianas son practicantes de la fe en verdad? ¿Están engañando o solo siguen la corriente de la sociedad? La
refutación será: “Sí, pero estas personas no buscan usar este término como una estrategia para ganar a otros para su
fe”. Y así continúan los argumentos y los contraargumentos.
7. ¿NUESTRA RESPUESTA?
El número de adeptos a algunas posturas de la C5 o a todas ellas va en crecimiento. El país donde nació la C5 ahora
reclama a decenas de miles de MBB de la variedad C5. Asimismo, allí se encuentran miles de MBB de la C4.
Veintenas de misioneros y varias juntas misioneras evangélicas están practicando y promoviendo la C5 en un número
importante de países musulmanes. En lo personal, he conocido a muchos de estos misioneros, algunos desde hace
veinte años. No hay duda de que son sinceros y que desean de todo corazón ver musulmanes llegar a Cristo. En un
caso, un Islamista evangélico muy respetado investigó un gran movimiento de la C5 y declaró que era una
maravillosa obra de Dios.
Armstrong comenta: “Aquellos que serán parte de fomentar un movimiento por Jesús en el Islam no pueden ser
cazadores de herejías ni tipos sospechosos, siempre dispuestos a abalanzarse sobre cualquier manifestación de Cristo
que no coincida de inmediato con lo que estaban acostumbrados antes. No pueden ser la clase de gente que solo
puede ver “en blanco y negro”, pues el mundo donde trabajarán estará lleno de matices de grises. Si somos así,
lamentablemente, ante la misión que siembre una herejía nos preguntaremos: ¿serán aquellos que se adhieran a
dicha misión peor que antes?”11 El punto de vista de Armstrong es que tal “herejía” podría ser un futuro trampolín
para aquellos musulmanes que alcance madurez en la fe en Cristo.
Lucho por tomar una postura personal sobre un tema tan importante. El Señor me ha estado hablando a medida
que intentaba procesar el macro panorama. Estos son los versículos de la Biblia en los que he estado meditando:
• Romanos 14:10: “¿Por qué juzgas a tu hermano? O tú también ¿por qué menosprecias a tu hermano?”
• Romanos 14:13: “Ya no nos juzguemos más los unos a los otros”.
• Romanos 15:2: “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación”.
• Romanos 15:7: “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió”.
Estoy muy consciente de otros pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a los aberrantes teológicos como a
“perros”, y los maldice y los llama anticristos. En la historia de la iglesia, encontramos el mismo tema en la
Inquisición. Incluso los Reformadores tuvieron palabras duras para aquellos que se atrevieron a estar en desacuerdo
con su interpretación de la Biblia.
Entonces, ¿a dónde llegamos? Piense en la fatwa (que nunca se decretó) que se emitió. No quiero terminar mi vida,
ahora a los sesenta y cinco años, conocido como un cazador de herejes. Sí, voy a seguir (con mayor sensibilidad,
creo) expresando mis inquietudes. Sin embargo, si voy a errar rumbo al desequilibrio, quiero que sea en el aspecto
del amor, de la afirmación y poniendo tan alto a mis colegas como si fuera a mí mismo. No me considero infalible.
En cuanto a quién tiene razón o no, y hasta qué punto, confiemos de todo corazón en el Juez final de las intenciones
del corazón.
NOTAS FINALES
1. Phil Parshall, “Dange r! Ne w Dire ctions in Conte xtualization,” Evangelical Missions Quarterly 34, n. ° 4 (octubre , 1998), pp. 404–410.
2. John Travis, “The C1 to C6 Spe ctrum,” Evangelical Missions Quarterly 34, núme ro 4 (octubre , 1998), pp. 405–408.
3. Sutarman Soe de man Partonadi, Sadrach’s Community and Its Contextual Roots (Amste rdam: Rodopi, 1988).
4. Scott Woods, “A Biblical Look at C5 Muslim Evange lism”, Evangelical Missions Quarterly 39, núme ro 2 (abril, 2003), p. 190.
5. Ramse y Harris, corre sponde ncia pe rsonal con e l autor, 2002.
6. Woods, “A Biblical Look,” pp. 193–194.
7. Harris, corre sponde ncia pe rsonal con e l autor, 2002.
8. Brian Armstrong, corre sponde ncia pe rsonal con e l autor, 2002.
9. Rick Brown, “The ‘Son of God’: Unde rstanding the Me ssianic Title of Je sus,” International Journal of Frontier Missions 17, n. ° 1 (primave ra,
2000), p. 48.
10. Rick Brown, corre sponde ncia pe rsonal con e l autor, 2003.
11. Armstrong, corre sponde ncia pe rsonal con e l autor, 2002.
PREGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN
1. Considere algunas de las cuestiones que una nueva congregación de tradición musulmana deberá enfrentar. ¿Qué
consejo le daría en estas situaciones?: cuando un hombre con varias esposas se convierte en cristiano, ¿debe
divorciarse de todas menos una? Vea 1 Corintios 7:17-24. ¿Qué otros principios deberían aplicarse? En muchas
partes del mundo, el alcoholismo abunda entre los hombres, y familias enteras sufren. ¿Qué debería hacer una
mujer creyente si su marido es alcohólico?
2. ¿Qué otros retos es probable que encuentre un creyente o un grupo de creyentes?
APRENDE MÁS
Leer Greg Livingstone, Planting Churches in Muslim Cities (Grand Rapids: Baker Book House, 1993).
Bruce A. McDowell and Anees Zaka, Muslims and Christians at the Table (Phillipsburg, N.J.: P&R Publishing, 1999).
Yehia Sa’a, All the Prophets Have Spoken (Durham, Canada: Good Seed International, 2001).
Ver CNN o un noticiero local y preste atención a temas relacionados con musulmanes. ¿Puede detectar algún
prejuicio en la manera en que se presentan estas historias?
Orar Suscríbase a la Guía Mundial de Oración y reciba los pedidos de oración diarios por correo electrónico.
Dar Extienda un gesto de amistad dando un regalo a un musulmán o a una familia musulmana, sea para celebrar
una festividad musulmana o cristiana.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 11
NUESTRA RESPUESTA AL ISLAM
REFLEXIONE
• ¿Qué es más importante: obedecer la gran comisión (hacer discípulos) o el gran mandamiento (amar a Dios y al
prójimo)?
• En una relación con un amigo musulmán, ¿en qué momento cree usted que es oportuno ofrecerle el regalo de la
vida en Jesús?
• Cuando usted comparte su fe con un musulmán o con otra persona, ¿qué aspectos de su fe parecen conectarse con
ellos y atraerlos?
PUNTOS CLAVE
1. No hay conferencia: Los participantes comparten planes del ministerio.
2. Aplicar el crecimiento personal y comprometerse con un plan de acción.
3. Comunicando este compromiso con otros para el estímulo mutuo y la responsabilidad.
4. Historias de personas comunes que están llegando a los musulmanes.
5. La difusión es una opción diaria, no una lista de métodos.
6. Llamado a la fidelidad a lo largo de la vida.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
CLAVES Introducción
Ann Croft Y Los Fulani
Cómo Llenar La Brecha: Los Jóvenes Recién Casados Responden Al Llamado De Dios Para Servir A Los
Musulmanes
Carta De Un Musulmán en Busca de Dios
Una Mirada Al Corazón Hambriento Del Islam
BÁSICAS El Ministerio En La Tierra Natal Como Una Preparación Previa Al Campo
Asia Meridional: Peces, Verduras Y Mezquitas Mesiánicas
¿Por Qué Soy Misionera A Los Musulmanes?
INTRODUCCIÓN
“Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve
para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de
un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto
para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la
gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo” (Mt. 5:13-16, DHH).
¿Podría ser que pocos musulmanes han llegado a conocer a Cristo porque pocos de ellos alguna vez conocieron a
un verdadero seguidor de Cristo? Los musulmanes, como la mayoría de las personas, responden de manera positiva
a la amistad, si las palabras y las acciones son genuinas. Este curso ha sido diseñado con el fin de motivarnos a ser
fuertes en la teoría y eficaces en la práctica y ayudarnos a responder a nuestro llamado a ser sal y luz. Llegó el
momento de preguntar: ¿cuál es nuestro plan para alcanzar a los musulmanes? A la luz de todo lo aprendido: ¿cuál
sería una respuesta apropiada y justificada?
Un hecho simple pero elegante acerca de la humanidad es que, si evitamos correr riesgos, no aprendemos. Al
entablar una relación con los musulmanes aquí en las comunidades actuales, podemos aplicar nuestra nueva
comprensión y darle forma. Algunos de nosotros tienen la esperanza de, algún día, tener el privilegio de vivir en
comunidades musulmanas. Sin embargo, si aún no logramos integrar un compromiso cómodo y natural con no
creyentes en nuestro estilo de vida, ¿cómo esperamos poder hacerlo más adelante, en lugares desconocidos?
¡Comience con lo que tiene hoy! Cualquier cosa funcionará y todo es necesario. ¿Necesita lavar ropa? Vaya con un
amigo nuevo. ¿Asiste a la práctica de fútbol de su hijo? Lleve a un estudiante internacional. Algunas mujeres
cristianas que desean perder peso y ponerse en forma sin espectadores masculinos, han comenzado grupos de
entrenamiento solo para mujeres. ¡Qué buena idea y qué atractiva para las mujeres musulmanas!
Algunos ex alumnos de este curso en Houston, Texas, comenzaron a alcanzar a refugiados. Ahora varios de ellos se
han trasladado a un complejo de apartamentos donde primero se reubica a los refugiados. ¡Suena como algo que
haría Jesús! Vivir en este vecindario trajo como consecuencia vehículos destruidos y bienes personales robados. Sin
embargo, la iglesia se está estableciendo, y la fragancia del eterno propósito está emanando. Y comen las mejores
comidas y se ríen con amigos verdaderos hasta altas horas de la noche. ¿Suena atractivo?
Ser como Cristo requiere valentía, no solo en el discurso, sino también en intentar esos esfuerzos que otros no están
dispuestos a hacer. Las elecciones que perjudicarán nuestra carrera o la opción de vivir en un vecindario donde las
necesidades son tan evidentes que es difícil no ir, no son sendas populares en la “iglesiandad”. Otro ex alumno de este
curso se hizo amigo de un musulmán propietario de una tienda de pizza y comenzó a orar y a adorar con los
cristianos de Pakistán y de la India. Ellos le enseñaron a tocar un instrumento asiático y lo invitaron a unirse al grupo
de alabanza. Por desgracia, su comportamiento fue demasiado radical para la mayoría de las personas que asistían a
la iglesia. El obstáculo principal puede ser la falta de comprensión por parte de nuestra propia comunidad cristiana.
No se desaliente. De hecho, pídales a otros creyentes que lo acompañen. Tal vez el deseo de alcanzar a los
musulmanes no se encienda hasta saborear la dulzura de pasar tiempo con ellos. C.S. Lewis, en su ensayo “Peso de
gloria”, describe a estas personas como niños urbanos que nunca han experimentado unas vacaciones en la playa.
Ante la oportunidad, prefieren seguir haciendo pasteles de barro en una calle popular de la ciudad. ¡No conocen la
imagen de la brisa del mar!1 No podemos darnos el lujo de permitir que nuestros amigos (o nosotros) nos aferremos a
una imaginación limitada, cuando toda la “supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos
“ (Ef. 1:19 a) está a nuestra disposición para ministrar a las personas que necesitan un encuentro con Jesús.
A principios de la década de 1900, William Borden, heredero de la fortuna de los tambos de la familia Borden y
egresado de la Universidad de Yale, fue como misionero a los musulmanes. Rechazó un puesto en la empresa
familiar y otras prestigiosas ofertas de trabajo solo para morir de meningitis espinal mientras realizaba sus estudios
de idiomas. Sus compañeros de clase, conmocionados, quizás sintieron que este sacrificio fue una pérdida, pero, en su
Biblia, Borden había escrito: “Sin reservas, sin retiros, sin arrepentimientos”.2
Muchos de los seguidores de Jesús viven la mitad de la vida, en la rutina de la vida, haciendo rodar la misma roca
por la misma colina una y otra vez. ¡Esta es la imagen de la mitología griega del infierno! Compare eso con un joven
ministro irlandés que conocí que sufre de asma sin tratar. Vivía en la pobreza que él mismo se había impuesto en un
barrio Bengalí en Londres. Previo a ello, había sido golpeado por musulmanes y llevado al hospital tras un falso
rumor que se había divulgado de que había insultado a Muhammad. Mientras caminábamos por esta comunidad,
con frecuencia lo saludaban y lo recibían con afecto. Nos contaba: “Mis amigos del seminario me sugieren: ‘¿Por qué
no te mudas a una parroquia en un pueblo tranquilo donde tendrás la mañana libre para estudiar?’” Con
repugnancia, respondo: “¿Qué? ¡Prefiero ver a algunas personas llegar a conocer a Jesús!”
¿Estamos demasiado ocupados? ¿Estamos retenidos por las obligaciones familiares? ¿Por una deuda financiera?
¿Nos faltan dones? Podemos llevar todas estas preocupaciones a nuestro amado Dios. Muchas excusas legítimas en
realidad tienen su raíz en la reticencia del corazón a confiar en Cristo. Nos avergonzamos de dar testimonio, no
porque nos falte la fortaleza del Espíritu, sino porque hemos permitido que nuestro miedo y nuestra falta de
experiencia nos exoneren de estar involucrados. Entiendo: yo también me he avergonzado cuando, a pesar de que los
musulmanes que estaban conmigo percibían a Cristo en mí, yo no sentía su presencia dentro de mí. Si hemos sido
libertados del pecado, de la vergüenza y del miedo, ¿por qué estamos en silencio?
Todas las personas en todas partes (incluidos nosotros) están desamparadas y dispersas como ovejas sin pastor (cf.
Mt. 9:36). Ser llamado oveja no es un halago, porque las ovejas no son criaturas inteligentes. Si ruedan sobre la
espalda, morirán de hambre, porque ni siquiera pueden levantarse. Nosotros, los cristianos, no somos “ovejas súper
inteligentes”. Lo que pasa es que tenemos un Pastor, y ese es nuestra tarea: seguir al Buen Pastor. Cuando lo
hagamos, ¡otras ovejas vendrán con nosotros! Para seguir al Pastor, no se necesita intelecto, dones ni experiencia. No
es tarea de nosotros estar atentos ante los leones, ante la estrechez del camino ni ante la profundidad del barranco:
solo tenemos que seguir al Pastor. Y, seguir al Pastor, es siempre mejor que lo que imaginamos. Es incluso
reconfortante, como el agua fresca de un arroyo de verdes pastos cerca.
Ex alumnos integrados en las comunidades, que encuentran formas sencillas de aliviar las necesidades económicas
de sus vecinos o que buscan la reconciliación y la justicia para los oprimidos: ¡me emocionan sus historias! También
me complace escuchar los testimonios de aquellos que dicen: “Todavía no llegué ahí. Todavía estoy luchando por
amar a los musulmanes, pero estoy empezando a ver el amor de Dios por ellos, y estoy orando para que Dios me
cambie el corazón para reflejar con mayor perfección el suyo. ¿Podrías orar por mí?” Esta es una respuesta honesta y
loable también.
¡Podemos hacer esto! Podemos conocer el gozo de escuchar a nuestro Salvador decirnos: “Bien hecho, siervo bueno
y fiel”, y ver a creyentes de cultura musulmana dándonos la bienvenida al cielo. Podemos separar un tiempo para
entablar una amorosa amistad con nuestros vecinos. El mayor imperativo de Jesús para nosotros es: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente’. Este es el primero y grande
mandamiento. Y el segundo es semejante: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas” (Mt. 22:37-40).Los cristianos creen que amar y cuidar a las personas es sinónimo
de alcanzarlas con el evangelio. Si decimos que amamos a las personas y no actuamos en consecuencia, ¿será que las
amamos? Los musulmanes se darán cuenta si hemos entablado una amistad con ellos simplemente como un
“proyecto” o si en verdad nos preocupamos por ellos como amigos. Cuando los musulmanes perciban que los
amamos de corazón, también verán el amor de Dios demostrado. Solo eso puede abrirles el corazón para que reciban
su amor y la salvación por medio de Jesucristo.
“A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho” (Lc. 12:48b, DHH)
K.S., editor
AMOR CONDICIONAL
Si bien los musulmanes ven a Dios como un Dios
amoroso, misericordioso, clemente y compasivo, la
mayoría no lo perciben como un Dios cercano ni
personal. Su amor se experimenta por medio de las
bendiciones condicionales. El Corán habla del amor de
Dios:
El día que ca da uno s e encuentre frente a l bi en y el ma l que
ha hecho, des ea rá tener bi en l ejos es e día . Al á a dvi erte (que
recuerdes ) que tengá i s cui da do con Él . Al á es ma ns o con Sus
s i ervos . Di : “Si a má i s a Al á , ¡s egui dme! Al á os a ma rá y os
perdona rá vues tros peca dos . Al á es i ndul gente,
mi s eri cordi os o”. Di : “¡Obedeced a Al á y a l Envi a do!” Si vuel ven
l a es pa l da ,… Al á no a ma a l os i nfi el es (s ura 3.30-32).
Otros versículos coránicos también ilustran el amor
condicional de Dios:
¡Bus ca en l o que Al á te ha da do (l a ri queza ) l a mora da
pos trera , pero no ol vi des l a pa rte que de l a vi da de a cá te
toca ! ¡Sé bueno, como Al á l o es conti go! ¡No bus ques
corromper en l a ti erra , que Al á no a ma a l os corruptores !»
(s ura 28.77).
Qui enes no ha ya n creído s ufri rá n l a s cons ecuenci a s de s u
i ncredul i da d, pero qui enes ha ya n obra do bi en s e ha brá n
prepa ra do un l echo (de repos o) (en el ci el o). Pa ra retri bui r
con Su fa vor a l os que ha ya n creído y obra do bi en. Él no a ma a
l os i nfi el es (s ura 30.44-45).
Pa ra que no des es peréi s s i no cons eguís a l go y pa ra que no
os regoci jéi s s i l o cons eguís . Al á no a ma a na di e que s ea
pres umi do, ja cta nci os o (s ura 57.23).
La Biblia también advierte en contra del orgullo, de la
maldad y de la infidelidad: “Mas Dios muestra su amor
para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros” (Ro. 5:8). “Si fuéremos infieles, él
permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”. (2 Ti.
2:13)
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org.
NOTAS FINALES
1. C. S. Le wis, The Weight of Glory and Other Addresses (Ne w York: Touchstone , 1996), p. 26.
2. Mrs. Howard Taylor, Borden of Yale (Minne apolis: Be thany House , 1988).
ANN CROFT Y LOS FULANI
por Fátima Mahoumet
El padre de Ann Croft había plantado muchas iglesias en el medio oeste de los Estados Unidos durante su
infancia, pero ella, cuando fue a Nigeria, no pensaba en ser misionera. Ella era solo una profesora de inglés como
idioma extranjero. Logró llegar a conocer mejor a algunos de sus alumnos nigerianos, reunirlos para algunas
comidas, y finalmente, leer y analizar historias de la Biblia. Uno de los alumnos mostró un interés extraordinario en
la Biblia.
ACCESO A LA COMUNIDAD
A medida que crecía la amistad, este alumno le abría las puertas al laberinto de la vida familiar entre los fulani en el
área donde ella vivía. Él tenía muchas hermanas que se habían casado y habían formado algunas familias. Cuando
su alumno los visitaba, Ann lo acompañaba y conocía a cada miembro de la familia.
Como profesora, Ann tenía el respeto de los líderes varones de la comunidad. A petición de ellos, pasó muchas horas
respondiendo preguntas acerca de la Biblia, ayudándolos a comprender los acontecimientos y los personajes bíblicos
de manera más profunda, entre ellos Jesús, a quien ellos habían encontrado en el Corán. Como preparativo, ella
había realizado un estudio comparativo entre el Corán y la Biblia, teniendo en cuenta su singularidad, las diferencias
y las similitudes. Utilizó los cuentos populares como un puente para analizar la Biblia.
Al poco tiempo, Ann tenía acceso a todas las partes de la comunidad musulmana. Como mujer, pudo conocer a las
mujeres relacionadas con todos sus contactos masculinos, incluso a aquellas en la más estricta purdah (reclusión), que,
de otro modo, estarían fuera del alcance de los hombres cristianos casados y, más aún, de los solteros. Una de las
mujeres sintió un magnetismo especial hacia Ann. La llevó a todas las ceremonias especiales: bodas, ceremonias de
nombramiento y funerales. Ella la ayudó con el idioma y le brindó muchos puentes necesarios para la comunicación
y muchas explicaciones mientras que Ann seguía aprendiendo sobre el estilo de vida musulmán. Ann también
aprendió las historias tradicionales de su nuevo pueblo y llegó a amar y a apreciar profundamente la abundante
estructura de sus vidas.
Descubrió que ser una mujer soltera tenía sus ventajas. En respuesta a las preguntas de por qué ella no estaba
casada, Ann se refirió a 1 Corintios 7 y a un pasaje similar en el Corán acerca de las mujeres solteras que son capaces
de estar completamente involucradas en la obra del Señor. Agregó que la Biblia, a diferencia del Corán, le permitió
hacerlo después de su vigésimo cumpleaños. Además, comentó, de lo contrario ¿cómo podría educar a sus hijos y
estar a disposición de ellos siempre y cada vez que tuvieran un problema, de día o de noche? Ella no estaba sujeta a
las exigencias del matrimonio ni a las limitaciones del purdah. Siempre era libre para ayudar.
CÓMO ALCANZAR A UNA MUJER
MUSULMANA
Después de treinta y ocho años de ministerio a los
musulmanes, una experimentada misionera dijo que
descubrió que muchas mujeres musulmanas necesitan
escuchar el evangelio 150 veces antes de entenderlo.
Construir un puente de amistad, lo suficientemente
fuerte como para transmitir el evangelio, demanda
tiempo y compromiso. Tenga en cuenta estos medios
prácticos para entablar un puente de amistad firme para
llegar a una mujer musulmana:
• Sea una alumna: sea una oyente. Aprenda sobre su
familia, cultura, idioma, incluso la forma de preparar
sus comidas preferidas. Esto bendecirá a ambas.
• Reconozca que quizás ella aprenda de otra manera.
Muchas mujeres musulmanas no saben leer ni escribir.
Y, si lo hacen, puede que no valoren ni disfruten la
lectura, ni se relacionen con los métodos de
enseñanza basados en la lectura. Muchas de ellas
viven en un mundo oral y aprenden escuchando.
• Identifíquese como alguien que sigue las enseñanzas
de Jesús. Identifique las creencias que tienen en
común, y compartan cómo Dios está obrando en su
vida, cómo Él responde sus oraciones, y cómo
satisface sus necesidades.
• Cuente historias. Los “Relatos cronológicos de la
Biblia” son una forma muy eficaz de presentar el
evangelio.1 Exprese su imaginación artística por medio
de poemas, canciones y obras de teatro.
• Ayude a satisfacer las necesidades prácticas de su
amiga en tiempos de crisis. Esté disponible para
llevarla al médico, preparar una comida cuando esté
enferma, hacerle los mandados o ayudarla con el
aprendizaje de un idioma o con las tareas de escuela
de sus hijos.
• Ore con ella. Averigüe sus necesidades específicas y
elévenlas juntas a Dios. Pida señales y prodigios,
creyendo que Dios se revelará por medio de sueños,
visiones y sanidades.
1. AH, “Di s ci pl es hi p of Mus l i m Ba ckground Bel i evers ”, Ministry to
Muslim Women: Longing To Call Them Sisters, ed. Fra n Love y Jel eta
Eckhea rt (Pa s a dena , Ca l i f.: Wi l l i a m Ca rey Li bra ry, 2000), p. 146.
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org.
ACCESO AL CORAZÓN
Ann comenzó a centrar sus esfuerzos en el pueblo fulani del norte de Nigeria. Los fulani son, en gran parte, un
pueblo nómada que, debido a la búsqueda de buenos pastos para el ganado, se ha dispersado en toda la región del
sub-Sahara de África Occidental. Su fuerte fidelidad al clan y seis siglos de evangelismo musulmán los convirtieron
en los triunfadores más eficaces del Islam en África Occidental. De 6,7 millones de fulani, solo 400 se conocen como
cristianos.
A medida que Ann más estudiaba acerca de las personas a las que Dios la había enviado, descubría maneras de
mostrarles a los pastores fulani que eran muy especiales para Dios. En la Biblia, encontró numerosas referencias a
pastores de ganado nómadas que desempeñaron un papel especial en la historia bíblica.
Al conocer la gran importancia que tenía el ganado para ellos, Ann comenzó a ayudarlos a mejorar la salud de los
animales con medicamentos veterinarios, que permitió que los fulani empezaran a hacer frente a algunos de los
problemas económicos que enfrentaban a causa de la creciente presión de la urbanización.
El cuidado del ganado fue el camino hacia el corazón de los fulani. En una ocasión, Ann ayudó a un anciano fulani
a conseguir un medicamento contra la tuberculosis para su hijo y medicamentos contra los gusanos para él. Sin
embargo, recién después que ella le diera el medicamento para las vacas, él dijo: “¡Ahora sé que nos ama en verdad!”
Ann fue capaz de reunir fuerzas con otra agencia misionera en una ciudad remota que planeaba una conferencia
evangelística de tres días especialmente para los fulani. Se les dijo a los fulani que sería una conferencia religiosa
donde estudiarían uno de los profetas, Abraham, un súper pastor que tenía vacas, ovejas, burros, cabras y camellos.
Este fue un gran acontecimiento para los fulani, que no están acostumbrados a eventos especiales exclusivos.
Al final de la conferencia evangelística, el cacique de la zona le dijo a Ann que quería que su pueblo fuera parte de
la comunidad cristiana. Había visto que los cristianos y que el Libro sagrado se preocupaba por las necesidades de su
pueblo. Después de todo, algunos de los profetas más importantes, como Abraham, ¡eran pastores también! Además,
le recomendó que, para que muchas personas se interesaran en la fe cristiana, lo mejor que podía hacer sería seguir
mostrando un interés genuino y real en todos los aspectos de la cultura.
Reunir nuevos creyentes en posibles comunidades resulta un gran desafío. Para algunos jóvenes fulani, es bastante
difícil establecerse para asistir a la escuela bíblica. Radicarse en una ubicación permanente podría desentrañar la vida
nómada. Quizás haya llegado la hora de Dios para el pueblo fulani, a medida que avanzan hacia un futuro
económica, política y socialmente incierto.
CÓMO LLENAR LA BRECHA: LOS JÓVENES RECIÉN CASADOS
RESPONDEN AL LLAMADO DE DIOS PARA SERVIR A LOS
MUSULMANES
por Frontiers
“Will y Jamie Jordan” hacía solo nueve meses que se habían casado cuando se unieron a la pasantía Phoenix con
sede en Livingstone. Creían que este año de formación con los obreros de Frontiers les ayudaría a alcanzar su
objetivo a largo plazo: servir en el extranjero como testigos de Jesús entre los pueblos musulmanes no alcanzados.
Los Jordan encontraron un pequeño apartamento en un complejo lleno de refugiados. Al buscar entablar relaciones
genuinas y ganarse la comprensión de sus vecinos musulmanes, Will y Jamie no tardaron en recibir a sus nuevos
amigos en su casa para tomar el té y para cenar. En todos los casos, los invitados les devolvieron el favor. La pareja
consiguió trabajos seculares para financiar los años de ministerio: Will subía equipaje y Jamie trabajaba en una
guardería infantil.
Cada semana, los Jordan y los internos se reunían con otros instructores de Frontiers y juntos, adoraban y oraban.
Will y Jamie se hicieron responsables de escribir investigaciones, reunirse con musulmanes en forma semanal y hacer
estudios bíblicos. A medida que surgían cuestiones de carácter y aparecían malos hábitos, los líderes de Frontiers, con
gentileza, los desafiaron a establecer objetivos para crecer en estas áreas. En septiembre de 2001, la pareja había
finalizado correctamente la pasantía y comenzó la búsqueda activa de un campo de ministerio en el exterior. En una
carta a sus amigos, escribieron: “Llegó el momento de experimentar la cultura de Oriente Medio sin acento
estadounidense”.
Will y Jamie no tuvieron que esperar mucho tiempo ya que los acontecimientos del 11 de septiembre y sus secuelas
produjeron cambios significativos en un país de Asia Central, lo que dio lugar a grandes necesidades. Luego de que
la mayoría de los combates cesaran, los Jordan lideraron un “Equipo de solución de diferencias” formado por varios
solteros y dos parejas que se comprometieron, al menos, a seis meses de ayuda humanitaria que satisficiera las
necesidades inmediatas de la población en este país predominantemente musulmán.
Al describir su “llamado” a esta nación, Will y Jamie, más tarde, escribieron en un boletín informativo: “¿No fue
para esto que nos preparamos durante un año? ¿Cómo podemos escuchar suplicar por obreros para llevar alimentos
a un país hambriento y no responder?”
2003
Finalizado los seis meses de compromiso, los Jordan y varios otros miembros del Equipo de solución de diferencias
decidieron quedarse hasta abril de 2003, con el fin de seguir ayudando a los obreros a largo plazo con proyectos de
ayuda al pueblo. Este verano, la pareja de Will y Jamie estuvo involucrada en un accidente automovilístico que, por
milagro, no les costó la vida, cuando se estrellaron con otro vehículo (y giró en U, lo cual es ilegal) durante un viaje
de 55 millas por hora. Los paramédicos se asombraron de que los Jordan salieran con heridas leves, entre ellas, Jamie
se quebró la nariz y Will se fracturó una costilla. Luego del accidente, escribieron lo siguiente acerca del conductor
culpable: “Tuvimos una oportunidad de ministrarle paz mientras estábamos en el hospital, una paz que no
ameritamos. La paz de Dios estuvo presente de manera sobrenatural y sirvió de gran consuelo”.
Más tarde, ellos describirían su experiencia en Asia Central como el momento más difícil que alguna vez vivieron,
pero también el mejor. Dios hizo un trabajo maravilloso en ellos a través de todas las circunstancias: las relaciones
dinámicas y los momentos sosegados, los tiempos de conflicto y de paz entre los miembros del equipo, los proyectos
exitosos y planes fallidos. Los Jordan experimentaron una transformación.
Will y Jamie y otros tienen planes de regresar a Asia Central para los años de plantación de iglesias, con más ayuda
humanitaria, entre personas que aman. Se dan cuenta de que, para hacer un impacto significativo en este grupo de
personas, se necesitará tiempo, esfuerzo y amistades a largo plazo. El año en el Equipo para solucionar diferencias les
permitió abrir los ojos ante las duras realidades y posibilidades de vida enviadas del cielo y ante el servicio y el
testimonio que se puede llevar a cabo entre un pueblo musulmán de Asia Central. En la actualidad, están formando
un equipo y trabajando con la oficina de Frontier en los Estados Unidos inscribiendo a personas interesadas en los
Equipos para solucionar diferencias que irán al Oriente Medio.
CÓMO LLEVAR A CASA LA NUEVA
FE EN CRISTO
Un movimiento subterráneo cristiano crece en
Afganistán, un país devastado por la guerra. Antes del
régimen talibán, Afganistán era uno de los países menos
alcanzados en el mundo, con menos de tres mil
creyentes afganos. Ahora, de manera sorprendente,
regresaron uno dos millones de refugiados y algunos
traen consigo algo que no tenían cuando salieron: la fe
en Cristo.
“Es sorprendente cuántas personas encontraron al
Señor mientras estuvieron en Pakistán”, afirmó un
socorrista a la revista Charisma. “Muchos tenían sueños
sobrenaturales en los que Jesús se les aparecía y se
revelaba como la verdad. Otros fueron ganados para
Cristo por medio de la red de creyentes pakistaníes en
zonas remotas y montañosas”.
Es difícil obtener información sobre la iglesia en
Afganistán, y la mayoría de los cristianos extranjeros
que trabajan en el país son reacios a dar información
que pueda comprometer su trabajo y poner en peligro
los creyentes afganos, pero el evangelismo continúa
adelante.
“Para el afgano, es poco natural hablar de Dios”,
explicó un obrero cristiano. Ellos buscan algo nuevo,
sabiendo que no pueden seguir adelante con lo que
tuvieron en el pasado. Hablo de Jesús todos los días,
porque la gente me pregunta. Es así de simple”.
Fuente: Charisma Magazine (enero de 2004),
www.charismanow.com.
Mi fecha límite para escribir esta columna fue poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Una
centena de posibles diferentes columnas pasaron por mi mente. Al final, decidí dedicar este espacio a fragmentos de una
carta que me enviaron por fax el 12 de septiembre, un día después de la tragedia. Ofrece un punto de vista individual y
personal a un conflicto que, por lo general, se analiza en términos mundiales, y plantea un desafío importante para la
iglesia. Para mí, gracias a esta carta, todo lo que sucedió en el mundo tomó un enfoque diferente.
Estimado Sr. Yancey:
Teniendo en cuenta la terrible tragedia que ocurrió ayer en esta nación, no sé si este será el momento apropiado
para escribir acerca de algo personal. Sin embargo, quizás debido a lo que sucedió, creo que debería escribir esta
carta, porque ahora estoy convencido de que el mal existe en este mundo.
Crecí en Pakistán y era un musulmán moderadamente religioso. Durante los últimos meses, algunos de los
acontecimientos en mi vida me hicieron pensar en Dios. Un amigo mío tuvo un tumor cerebral, y eso me causó
mucho dolor y me hizo comenzar a buscar la respuesta a la pregunta “¿por qué?”. Leí algunos libros sobre el profeta
Muhammad y sobre la fe islámica escritos por eruditos occidentales. Quedé impactado al aprender un montón de
cosas acerca de mi religión que nunca supe. Me sentí (y me sigo sintiendo) herido y traicionado. En una sociedad
cerrada como la de Pakistán, cualquier tipo de crítica al Islam es punible con la muerte, por lo que no se puede tener
una visión imparcial de la fe.
A medida que descubría todas estas cosas no tan agradables sobre el Islam, me sentí atraído hacia la fe cristiana.
Así que llamé por teléfono a un pastor local en los Estados Unidos. En los últimos meses, me reuní con él en forma
regular y, en cada encuentro, le hice muchas preguntas. En cada ocasión, él me daba libros para leer.
Es impensable para un musulmán estar tan interesado en la fe cristiana. Mi familia y yo hemos hablado sobre
temas como el concepto de salvación del Islam (que es a través de las obras) y del Cristianismo. Les resulta bastante
ridículo el concepto de un Salvador y de una persona que muera por los pecados de todos, y que lo único que tienes
que hacer es creer en él. Para ser honesto, este concepto es un poco extraño para mí también.
El Islam cree en el nacimiento virginal de Jesús, pero sostiene que él era un profeta de Dios y nada más. También
dice que fue levantado por Dios y que no fue crucificado. Solo los judíos pensaban que lo habían crucificado. El Islam
incluso cree en la segunda venida de Jesús. Me encuentro defendiendo las creencias cristianas contra mi familia, con
el argumento de que la crucifixión es un hecho histórico y que alguien tan especial como para nacer de una virgen (y
que, incluso, regresará al mundo) no puede ser solo un profeta de Dios.
LOS MUSULMANES EN
NORTEAMÉRICA
La población musulmana de Norteamérica creció de
manera drástica desde la década de 1960. Ahora hay
aproximadamente 3,4 millones de musulmanes, aunque
todavía es menos del uno por ciento de la población
total de más de 460 millones. El informe Pew Global
Religious Landscape 2010 indica que Estados Unidos
alberga a 2,7 millones de musulmanes.
Canadá tiene poco más de 700.000 musulmanes y
México tiene menos de 10.000. Se espera que la
población musulmana de Canadá aumente del 2,8% de
la población en 2010 al 6,6% para 2030. Toronto, que
presume ser la ciudad con más diversidad racial en el
mundo, tiene una población musulmana estimada del
5%, una de las mayores concentraciones musulmanas en
una ciudad norteamericana1.
En los Estados Unidos, muchos musulmanes son de
origen árabe (26%) o del sur de Asia (16%). Un gran
número son ciudadanos nacidos en los Estados Unidos o
naturalizados. No todos los inmigrantes árabes o del sur
de Asia son musulmanes, sin embargo: un número
significativo de árabes estadounidenses son cristianos y
muchos de los inmigrantes del sur de Asia son hindúes y
sikhs. Estados Unidos es también el hogar de al menos
500.000 iraníes. De los 760.000 estudiantes
internacionales que llegaron a los Estados Unidos para
el año escolar 2011-2012, más de 100.000 procedían de
países de mayoría musulmana, aunque, desde el 11 de
septiembre 2001, el número de estudiantes musulmanes
del Oriente Medio disminuyó de manera significativa.
No todos los musulmanes de Norteamérica son
inmigrantes recientes. Aproximadamente el 20% de los
musulmanes en los Estados Unidos son afroamericanos.
Según la investigación realizada por la Fundación Pew,
el 59% de los estadounidenses convertidos al Islam son
afroamericanos, el 34% son caucásicos y el 7% son de
otros orígenes raciales. No obstante, otros estudios
revelaron que muchos convertidos al Islam no
permanecen en el Islam por mucho tiempo.
1. www.torontomuslims.com.
Fuentes: Operation World; www.cair.com.
Sin embargo, el descubrimiento más doloroso para mí sobre la fe islámica fue el concepto de militancia. Siempre
pensé que estos fanáticos eran solo personas equivocadas que hacían quedar mal al Islam. Para ser preciso, el Islam
no permite el asesinato de mujeres ni de niños inocentes, pero, según descubrí, sus enseñanzas son muy diferentes de
las de Jesús, que quiere que pongamos la otra mejilla. Por lo que sé ahora, la violencia tiene un fuerte precedente en el
Islam.
La terrible tragedia que ocurrió ayer en este país parece ser el resultado lógico de enseñanzas que dicen que está
bien responder con la misma moneda. Creo que eso es lo que sucede cuando se trata de hacer cumplir la voluntad de
Dios en este mundo terrenal, en vez de creer que su reino no es de este mundo sino de otro.
Mi mamá está tan angustiada. Me ha estado suplicando que no abandone mi fe musulmana. La amo tanto, pero,
¿cómo puedo obligar a mi corazón a creer en algo que no parece correcto? Todavía tengo un montón de preguntas
sobre las creencias cristianas, pero sé que si decido convertirme, seré motivo de mucha pena. Todos mis parientes me
excluirán. Además, mi estado legal en este país vence el próximo año y, teniendo en cuenta mis opiniones acerca del
Islam ahora y mi punto de vista comprensivo y favorable acerca de la fe cristiana, no puedo imaginar regresar a
Pakistán.
¿Usted cree que encontraría amigos amorosos y con una mente abierta en la iglesia? ¿Sería justo decir que algunas
personas levantarán la guardia y no querrán tener nada que ver con alguien que pertenece a una raza india asiática
diferente? ¿Alguien con un color de piel diferente y que habla con acento?
En verdad estoy tan confundido, tan perdido. Dígame qué hacer. Que Dios lo bendiga.
UNA MIRADA AL CORAZÓN HAMBRIENTO DEL ISLAM
por Erich Bridges
Mire el rostro radiante de “Esther” y vislumbre parte del futuro de la obra de Dios en el mundo musulmán.
Esther es una joven árabe nacida en una de las minorías cristianas tradicionales de Oriente Medio. Inteligente y bien
educada, vive en uno de los países más prósperos de la región. Si ella quisiera, podría buscar el éxito del mundo allí o
en cualquier lugar.
Sin embargo, para Esther, proclamar a Cristo es más que un patrimonio histórico que se desvanece. Planea
mudarse (sola) a una nación conocida por perseguir a los cristianos, sobre todo si se atreven a contarle a la mayoría
musulmana acerca de Jesucristo. Allí, asistirá a una universidad y les hablará a los musulmanes de Jesucristo. ¿Suena
un poco impulsivo? “Cuando uno no sabe nada, confía en Dios para todo”, explica Esther con una sonrisa.
En realidad, ella sí sabe algo sobre el país adónde va. Viajó allí para explorar lugares para vivir y estudiar. No tenía
la intención de decirle a nadie acerca de su fe en Cristo hasta que regresó y se estableció allí. Sin embargo, se quedó
en hogares musulmanes y, tras puertas cerradas y en voz baja, las personas le preguntaron de Jesús. Hasta los
“hombres con barba” (musulmanes conservadores) le preguntaron. “Cuando tienes hambre, pides comida”, dice
Esther. “Ellos tienen tanta hambre. Tienen el Islam, pero no satisface su hambre”.
Aun así, sentía fuerzas oscuras que la presionaban para impedir que compartiera el alimento espiritual. “Por la
noche, estaba muerta de cansancio y algo venía y me despertaba”, recuerda. “Sentía que me estrangulaba. No podía
ni siquiera pronunciar el nombre de Jesús”.
Sin embargo, las personas le seguían preguntando y ella encontró su voz. Luego de que ella les contara del amor
apasionado de Dios por ellos a través de Cristo, algunos de sus oyentes exclamaron: “¡Ahora entendemos!”, mientras
lágrimas de alegría y alivio corrían por sus mejillas.
La aventura espiritual de Esther comenzó hace varios años cuando se preguntó por qué más cristianos árabes no
alcanzan a los musulmanes entre los que viven. “Le dije a Dios: ‘Yo amo a los musulmanes’”, relata ella. “Pero él me
convenció. Me dijo: ‘No los quieres. Ni siquiera te agradan′. Y es cierto. Si los amáramos, más creyentes árabes
compartirían el evangelio con los musulmanes. No los queremos. Y tenemos miedo. Seamos honestos: tenemos
miedo de este gigante llamado Islam”.
Ella comenzó un estudio intensivo sobre el Islam y viajó a los bastiones musulmanes en el Oriente Medio, África del
Norte, incluso a la India. En un país árabe, se hizo amiga de una misionera bautista del sur que entregó muchos años
de su vida al amor y al servicio a las personas en condiciones difíciles. No obstante, Esther se dio cuenta de que, a
pesar de toda la dedicación y todo el esfuerzo de la misionera, ella nunca entendería el idioma de la nación ni a su
gente tan bien como ella. Esa realidad fue un sello al llamado de Esther a ser misionera.
“Nosotros (los creyentes árabes) sabemos árabe. Entendemos la cultura. Entendemos el Islam. Sabemos el Corán”,
comenta. “Pero debemos dar el paso siguiente”. Ella cree que el paso siguiente es acción: amar a los musulmanes y
hablarles de la gran salvación de Dios, a pesar de las barreras culturales, las antiguas sospechas, los temores y las
nuevas amenazas de persecución.
Eso es lo que Esther está haciendo. Y está desafiando a otros cristianos árabes a que vayan con ella. No tiene
ilusiones sobre las dificultades que hay por delante, pero después de ver toda la alegría en el rostro de los
musulmanes que llevó a Cristo, no puede volver atrás.
Algunos estrategas evangélicos creen que las minorías cristianas en el mundo árabe están demasiado atrapadas en
la tradición, son demasiado pequeñas, están demasiado marginadas, con demasiado miedo después de muchas
generaciones de persecución como para tener un impacto significativo con el evangelio entre los musulmanes.
Algunos cristianos (por sus palabras, sus acciones o su inacción) parecen estar de acuerdo. No en el caso de Esther.
Ella sigue a Dios en el camino hacia el corazón del Islam. Espera que otros vayan con ella, pero ella va, sea que
alguien la siga o no. “Cuando te pongas a disposición de Dios”, afirma, “verás milagros”.
En la actualidad, los misioneros que han sido designados tienen grandes oportunidades de realizar una gran
experiencia ministerial transcultural antes de ir al extranjero. En Norte América, se construye un número cada vez
mayor de pagodas budistas, templos hindúes, gurudwaras sikh y mezquitas musulmanas. Dios nos trajo las
naciones. Esta inmigración masiva de los pueblos ya no se limita a los centros urbanos. Una ciudad donde no residen
inmigrantes se está convirtiendo en algo extraño. Estas tendencias ofrecen enormes oportunidades para aquellos que
Dios está preparando como embajadores a las naciones.
En 1987, un anciano de mi iglesia con paciencia me escuchaba mientras le describía mi visión de alcanzar a los
musulmanes en el sur de Asia. Él entonces preguntó: “Hábleme de su ministerio a los musulmanes aquí”.
“Bueno”, contesté, un poco confundido, “en realidad no conozco muchos musulmanes aquí. Tengo un buen amigo
egipcio musulmán, pero no nos estamos viendo mucho. Además, estoy tan saturado de trabajo, con la escuela y el
ministerio en la iglesia que no tengo mucho tiempo para pasar con los musulmanes a nivel local, incluso si conociera
a algunos”.
Vern con gentileza preguntó: “¿Qué clase de ministerio crees que te preparará mejor para plantar iglesias entre los
musulmanes del sur de Asia: liderar grupos pequeños de estudios bíblicos (algo que había estado haciendo durante
varios años) o el evangelismo a través de una amistad entre musulmanes?” La respuesta fue vergonzosamente obvia.
Vern, a continuación, me motivó a orar para que Dios me guiara a algunos musulmanes del sur de Asia aquí
mismo, en mi propia ciudad natal. Lo hice. Y, en pocos días, casi como un milagro, ¡comencé a ver musulmanes en
todas partes! Encontré a Syed en mi clase de ciencia política (nunca antes lo había visto). Vi un estudiante con barba
caminando alrededor del campus de la universidad. Seguramente debía de ser un musulmán del sur de Asia. Conocí
a una joven musulmana en mi clase de biología el siguiente semestre y la invité a ella y a su marido a mi casa a cenar
una noche. ¡Su marido era el estudiante con barba que había visto en el campus! Empecé a ver musulmanes del sur
de Asia en las gasolineras, en los mini mercados e, incluso, en mi propio barrio. ¡Estaban por todas partes! Dios
contestó mi oración abriéndome los ojos. Sin embargo, existe una pregunta que todavía me desconcierta: ¿Cómo
pude haber sido tan ciego?
La calurosa acogida que recibimos de parte de la comunidad musulmana fue una clave más, dado que éramos los
primeros misioneros de nuestra agencia en la ciudad, sin compañeros de equipo a quienes llamar para pedir ayuda.
Había unos pocos estadounidenses en la ciudad, pero mi esposa y yo creímos que cuanto más dependiéramos de los
amigos musulmanes en busca de asistencia, más profundamente creceríamos en nuestra relación con ellos y mayor
sería nuestro círculo de amigos musulmanes. El hecho de que conocíamos a sus amigos musulmanes y a sus
familiares en los Estados Unidos fortaleció los lazos de la amistad aún más.
Dios usó el tiempo en los Estados Unidos para preparar el camino para el ingreso al sur de Asia. Antes de que
llegáramos, ya tenía un círculo de amigos musulmanes a la espera de reunirse con nosotros. Estos amigos nos
presentaron a otros más que nos abrieron sus hogares y sus corazones. A lo largo de nuestro primer período, tuvimos
incontables oportunidades para compartir el evangelio, una vez establecida la confianza a través de la amistad.
Cuando llegamos al final de nuestro primer período, un amigo musulmán cercano insistió en que pasáramos por su
casa antes de ir al aeropuerto. Para nuestra sorpresa, se habían reunido sus familiares (más de veinticinco personas)
de todos los rincones de la ciudad para despedirse. Nos sentamos en el suelo para disfrutar de la última cena y
entonces, me pidió que orara, como era mi costumbre. Mientras pedía la bendición de Dios sobre los alimentos y le
agradecía por guiarnos a tan buenos amigos, quedé maravillado por lo que Dios había hecho en tan poco tiempo.
¡Solo habíamos estado allí dos años y medio! ¿Cómo hizo Dios para generar una red de amigos musulmanes íntimos
tan amplia con quienes pudimos compartir las buenas nuevas? Lo hizo al abrir mis ojos para ver las increíbles
oportunidades que tenía de involucrarme en amistades musulmanas años antes de que incluso llegara al sur de Asia.
LOS MEDIOS ALCANZAN A
NACIONES DE ACCESO RESTRINGIDO
¿Cómo compartir el evangelio con las personas que
viven en países de acceso restringido? Las ondas de
radio son un medio para llegar a la gente donde otros
medios de comunicación son imposibles, como las
emisoras cristianas bien saben. Las emisoras de radios y
los programas de televisión cristianos viajan por satélite
por todo el mundo a regiones remotas y a zonas que, de
otra manera, están cerradas al mensaje del evangelio.
Estas emisoras comparten el mensaje del amor de
Cristo, su paz y esperanza con millones de personas.
En Indonesia, un programa en particular, realiza un
ministerio eficaz con la juventud. Key for Today
transmite desde hace muchos años, y un número
incontable de musulmanes han llegado a Cristo como
resultado de estos programas. Key for Today presenta
temas que son relevantes para los jóvenes de hoy. Se
transmite el evangelio con cuidado y respeto. Como
consecuencia, las líneas telefónicas se saturan durante
varias horas después de que el programa sale al aire
debido a la cantidad de llamadas de personas que
quieren saber más.
Asimismo, estos programas son la base para los
eventos de seguimiento que se llevan a cabo en
diversos lugares. En estas reuniones, los locutores de la
radio y los creyentes indonesios tienen maravillosas
oportunidades de reunirse con los oyentes y compartir
el evangelio de forma más directa. Establecen
relaciones que generan luego contactos regulares para
el discipulado.
En China, el pueblo de Uigur (con una mayoría
musulmana) se está alcanzando a través de programas
de radio producidos por creyentes uigures que viven
fuera del país. Por lo que conocemos, esta es la única
transmisión en idioma uigur que está al aire. Aunque
es difícil lograr un seguimiento efectivo de esas
emisiones, está claro que Dios está usando estos
programas para tocar el corazón de muchos al
escuchar el evangelio, muchos por primera vez.
También se utilizan los medios de difusión para
llegar a Mindanao, un área de las Filipinas
predominantemente musulmana. Con los años, hemos
tenido muchas respuestas positivas y se han plantado
iglesias como resultado de estas transmisiones. No hay
duda de que los medios de comunicación funcionan, y,
en muchas naciones “cerradas” del mundo, está
abriendo puertas y construyendo relaciones que están
produciendo la cosecha del reino.
El Salmo 104:4a dice: “Haces de los vientos tus
mensajeros” (NVI). Y, en verdad, los vientos que
soplan en todas las naciones de este mundo son sus
mensajeros, llevando el evangelio a los hogares y a los
corazones de hombres, mujeres y niños de toda etnia,
lengua y tribu.
Fuente: Intercede, www.reachingmuslimpeoples.com.
¿MUY OCUPADO PARA ESTAR PREPARADO?
A medida que visito universidades bíblicas en todo el país y hablo con los alumnos acerca de las oportunidades para
extender el reino de Dios entre los musulmanes, encuentro que la misma ceguera que sufrí en la década de 1980
continúa afectando al pueblo de Dios hoy. Cuando yo comparto la motivación que Dios usó para abrir mis ojos,
algunos responden: “¡Pero trabajo a tiempo completo! ¿Cómo puedo tener ahora un ministerio significativo para los
pueblos no alcanzados en mi comunidad?” Pregunto: “¿Crees que será muy diferente en el extranjero? La tarea de
hacer tiendas puede demandarte mucho tiempo. Necesitas pensar de manera estratégica aquí, incluso como si
estuvieras allá. Comienza aquí mismo alcanzando a personas internacionales, aunque sea solo unas horas por
semana”.
Cuando un candidato a misionero plantador de iglesias se pierde una preparación significativa previa al campo
evangelizando a través de una amistad íntima con personas internacionales de otras religiones y, en vez de eso,
simplemente los estudia en los libros, suelen llegar al campo y preguntarse: “Y ahora ¿qué hago?”
Preste atención a este ejemplo: un misionero nuevo en el campo está visitando a un amigo musulmán quien le pide
permiso para tener su momento de oración. El misionero reflexiona: “¿Qué debería hacer? ¿Debería ir a la mezquita
y orar junto con él? ¿Debería quedarme por aquí con las mujeres y ser visto como un cristiano que no ora? ¿Debería
lavarme, pedir una alfombra de oración y postrarme en oración hacia Jerusalén? ¡Quizás debería buscar un refresco!
¿Qué hago?” En esta etapa, en la que el nuevo misionero podría estar iniciando el “nivel superior” en el proceso de
aprendizaje continuo para llegar al pueblo de destino, es como si recién comenzara el “nivel inferior” que podría
haber aprendido años antes de llegar.
Un misionero nuevo pudo haber aprendido todo tipo de ideas teóricas de los libros, pero, en vez de probar estas
ideas entre los musulmanes que se encuentran en su país natal antes de viajar al extranjero, el misionero suele
comenzar a experimentarlas al estar al frente de batalla, junto con las complejidades agregadas de aprender el
idioma y la cultura. Es cierto que muchas lecciones solo se pueden aprender en el campo, pero no es menos cierto que
podríamos hacer un trabajo de preparación para el campo mucho mejor al desarrollar amistades genuinas con
aquellos a quienes Dios nos ha llamado, buscándolos en el lugar donde estamos. Dios no nos llama a un lugar, sino a
las personas.
EL ENFOQUE NATURAL
Después de servir hace poco como pastor interino de misiones, fue difícil recomendarle a una agencia un candidato
que no hubiera demostrado, al menos, algo de fidelidad en el ministerio que llevaría a cabo en el extranjero. Si bien,
la humildad verdadera, un corazón de siervo y la perseverancia son cualidades que pueden llevarlo lejos, parecía
inoportuno enviar candidatos al extranjero para alcanzar a los musulmanes que nunca se hubieran tomado el tiempo
para entablar una amistad con un musulmán durante los años de preparación para el servicio misionero.
Piense cuánto más sencillo sería para una iglesia enviar a un misionero para plantar iglesias pioneras si esa persona
demostrara sus habilidades en participaciones locales a los pueblos no alcanzados. Encomendar a un candidato que
ya fue probado sería algo natural para cualquier iglesia enviadora: “Hemos visto que esta persona (o esta familia) ha
mostrado fidelidad en el ministerio aquí. Ha servido a las familias pobres de Camboya, ministró a la comunidad
hindú, cuidó inmigrantes bosnios, invirtió incontables horas en amorosos diálogos con musulmanes o bendijo a
numerosos refugiados vietnamitas. Ahora lo enviamos a Asia para continuar el trabajo para el cual, sin duda, Dios lo
ha dotado”.
Si usted vive en uno de esos lugares extraños del mundo donde en verdad no hay inmigrantes, todavía puede hacer
experiencia trabajando entre los pobres, en el lado “oscuro” de la ciudad, en cárceles, en orfanatos, en centros de
rehabilitación para drogadictos, en asilos para esposas y niños maltratados. Si desea estar mejor preparado para las
realidades que implica la plantación de iglesias entre los no alcanzados, bastará casi cualquier lugar incómodo fuera
de las paredes seguras de la iglesia. Existen desafíos reales en el reino que nos rodea.
Mi padre musulmán intentó matarme con una espada cuando me convertí en seguidor de Jesús, luego de comparar
el Corán y la Biblia. Él interpretó mi decisión como un rechazo no solo de la fe, sino también de la familia y de la
cultura. De manera histórica, los cristianos eran, en su gran mayoría, personas convertidas de la comunidad hindú y
habían incorporado palabras hindúes y formas occidentales en su adoración.
Al tratar de expresar mi fe, me encontré con dos tipos de problemas. En primer lugar, como ya se mencionó, el
Cristianismo parecía extranjero. En segundo lugar, los intentos de los cristianos para satisfacer la tremenda necesidad
humana en la región llevaron, con frecuencia, a la atracción de convertidos superficiales oportunistas y por
consiguiente, al resentimiento de la mayoría musulmana.
NOTAS FINALES
1. Ve a Arthur Je ffe ry, The Foreign Vocabulary of the Qur’an (Orie ntal Institute , 1938).
2. Si de se a obte ne r más de talle s sobre e sta polé mica, consulte J. Dudle y Woodbe rry, “Conte xtualization among Muslims: Re using Common
Pillars,” in The Word Among Us, e d. De an S. Gilliland (Waco, Te x.: Word, 1989), pp. 282–312.
3. En e ste conte xto, no obstante , e llos de mostraron su sumisión al cre e r e n Dios y e n su apóstol (apare nte me nte Muhammad, que todavía no
había nacido).
¿POR QUÉ SOY MISIONERA A LOS MUSULMANES?
por E. J. Martin
Cuatro médicos del Hospital de Jibla en Yemen fueron asesinados a tiros en una reunión de la mañana. Bonnie
Witherall fue baleada cuando se dirigía a una clínica de la maternidad en Sidón, Líbano. Heather Mercer y Dayna
Curry fueran arrestadas en Afganistán por mostrar un video sobre la vida de Jesús. Martin Burnham fue secuestrado
y asesinado en las Filipinas. Cuatro países, cinco misioneros muertos y dos detenidos durante varios meses. Y esta
lista incluye solo a algunos de los norteamericanos que protagonizaron recientemente los titulares de los Estados
Unidos.
Ser misionero entre los musulmanes puede, de pronto, parecer que se convirtió en un negocio peligroso. En
realidad, no es nada nuevo. Tampoco es una ocupación peligrosa solo en países musulmanes. Sin embargo, a la luz
de estas atrocidades recientes, es razonable preguntarse: ¿por qué nosotros, los misioneros a los musulmanes,
pretendemos seguir adelante con la tarea?
En primer lugar, hay varias razones que podemos descartar. Yo no soy misionera a los musulmanes por ningún
motivo político. Muchos países musulmanes (no todos) se rigen por regímenes represivos donde las nociones de los
derechos humanos son meras palabras vacías. Sin duda que tengo una preocupación especial por el derecho humano
básico de la libertad religiosa. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU: “Toda persona
tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de
religión o de creencias y la libertad, ya sea solo o en comunidad con otros y en público o en privado, de manifestar su
religión o su creencia en la enseñanza, en la práctica, en el culto y en la observancia”. Aquellos que se oponen a esto
contradicen los derechos humanos y los principios más fundamentales de la libertad de culto y de expresión. En la
mayoría de los países islámicos, parece que los cristianos tienen la libertad de convertirse al Islam, pero los
musulmanes no gozan de esa libertad de cambiar de religión. Aunque esta hipocresía me horroriza, no es mi objetivo
generar un cambio político.
No me interesa garantizar que el occidente ganará el tan popular choque de civilizaciones, porque creo que no
podría haber ganadores en ese choque. No soy misionera porque deseo atraer a personas necesitadas a un trueque de
almas por alimentos. En primer lugar, esta acusación supone el más básico de los motivos por parte de los cristianos
que abandonan las comodidades del hogar con el fin de brindar ayuda humanitaria compasiva. En segundo lugar, se
presume que dichas “conversiones” tendrían un significado real. Finalmente, un escenario tan ridículo insulta la
inteligencia de los musulmanes. Los incentivos no darían lugar a un cambio espiritual genuino, y todos los
involucrados lo saben. Se trata de una artimaña que proviene de espectadores cínicos que intentan confundir y
distraer.
No soy misionera porque tengo complejo de mártir. Si bien me doy cuenta de que hay peligros, no quisiera pagar
el precio que mis colegas que cayeron pagaron hace poco. No somos personas raras con los ojos desorbitados, que
desperdiciamos la vida de manera atolondrada. Aunque tomamos las precauciones necesarias para protegernos
(como lo hice al escribir bajo un pseudónimo), el riesgo es inherente a la tarea.
El estilo de vida del misionero viene con ciertas ventajas. Nos gusta la aventura, los viajes, experimentar nuevas
comidas y lugares. Nuestros hijos se benefician por la exposición multicultural. Disfrutamos (la mayoría) el desafío
de aprender un nuevo idioma y una nueva cultura. Sin embargo, la fascinación de la aventura se desvanece tan
pronto como la mayoría de los enamoramientos y, agradezco, que existen entonces afectos más profundos que echan
raíces.
Por ejemplo, disfruto la vida como misionera a los musulmanes porque he hecho muchos amigos musulmanes. Me
enriquecen al mostrarme el mundo desde su punto de vista. Descubrí en ellos una humanidad común. Aman, tienen
esperanza, miedo, y sueñan como yo. Incluso encontré muchas cosas en el Islam que, juntos, podemos afirmar que
son ciertas acerca del Dios santo.
A medida que nos conocemos, rompemos con los estereotipos equivocados que enfrentarían a nuestras culturas
entre sí. Estoy ansiosa por mis amigos, para que ellos puedan darse cuenta de que, como cristiana, me uno a ellos en
repudio a la degradación moral que el llamado occidente cristiano representa para ellos. Y ellos están ansiosos por
mí, para que yo me dé cuenta de que no todos los musulmanes son terroristas, aunque algunas de las atrocidades
que sobresalen en las noticias las cometen terroristas que dicen hacerlas en nombre del Islam. Sin embargo, por cada
yihadista islámico, mis colegas y yo tenemos como amigos a muchos más musulmanes pacíficos y amables.
Con todo, esta es una respuesta insuficiente a la pregunta de por qué mis colegas y yo elegimos ser misioneros.
Jesucristo nos dio la razón cuando él estuvo en la tierra: “Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a
ustedes” (Lc. 6:31, NVI). Si fuera pobre y viviera en Yemen o en Jordania, ¿me gustaría que alguien me ayudara a
dar a luz a mis hijos en forma segura? Si tienes muchos deseos de trabajar, pero no tienes habilidades para el trabajo
ni capital para emprender un pequeño negocio, ¿me gustaría que alguien me ayudara a aprender y me prestara un
poco de dinero hasta que pueda sostenerme? Si no tuviera agua potable para beber, ¿esperaría que alguien me
ayudara a cavar un pozo cerca de casa?
LIBRE PARA SUFRIR
“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os
ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os
aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes
de los padecimientos de Cristo, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 P.
4:12-13). Necesitamos una comprensión bíblica del
sufrimiento: oímos que el sufrimiento es parte normal
de la vida cristiana, pero muy pocas veces le damos la
bienvenida como algo necesario para el testimonio
cristiano. Como resultado de ello, no somos capaces de
valorar el testimonio de la iglesia perseguida en otras
partes del mundo.
¿Por qué hay solo no occidentales que sufren y mueren
por Jesús? ¿Están los occidentales dispuestos a caminar
por el fuego, como la iglesia no occidental? Jesús dijo:
“Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de
lobos” (Lc. 10:3). Cuando los musulmanes entregan sus
vidas a Cristo, es casi seguro que sufrirán persecución.
Jesús enseñó: “El siervo no es mayor que su señor. Si a
mí me han perseguido, también a vosotros os
perseguirán” (Jn. 15:20). Como primera generación, los
creyentes de origen musulmán están viviendo, sufriendo
y muriendo por la fe en Cristo. Sus hijos e hijas deben
ser discipulados para ser la próxima generación de
creyentes. En China y en las ex repúblicas soviéticas, las
iglesias prosperaron bajo la persecución como resultado
de que la segunda generación de creyentes lleva la fe
de sus padres. Las investigaciones demuestran que el
Cristianismo crece bajo la persecución cuando se les
enseña a los creyentes, como parte del discipulado,
porqué deben sufrir.
Un obrero veterano entre los musulmanes, Nik,
entrevistó a un creyente de origen musulmán que sufrió
años en la prisión. Este creyente dijo: “Me alegró mucho
sufrir en la cárcel en mi país para que usted pudiera ser
libre para compartir de Cristo en Kentucky”. Nik
comenzó a llorar: “Esa deuda es demasiado grande y no
la puedo aceptar”. El hombre respondió con la ternura
de alguien que ha sufrido enormemente: “Esa es la
deuda de la cruz y la unidad del pueblo de Dios. Cuando
usted es libre para anunciar a Cristo sin estorbos,
aunque estoy en la cárcel, también soy libre porque soy
parte de la iglesia. Y si me persiguen, usted comparte
mi persecución. No hay iglesia libre ni perseguida. Solo
existe la iglesia de Jesucristo. No me quite el gozo. Yo
fui libre para sufrir para que usted puede ser libre para
predicar”.
Fuente: Annee W. Rose, www.frontiers.org.
Jesús también me dice: “… porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará” (Lc. 12:48
b). Crecí en una pequeña ciudad con padres amorosos, un montón de comida en la mesa, muy buena educación,
una carrera agradable y entretenimiento. Era pura América central. Sin embargo, cuando comparo mi vida con la
del resto del mundo, veo que soy excepcionalmente rica, lo mucho que recibí. “Traten a los demás”. ¿Acaso puede la
sociedad seguir sin entender la regla de oro?
¿Convertí a algún musulmán? Mi amigo musulmán me dice que el Corán concuerda con la Biblia en este punto:
Dios convierte a quien quiere, (ver sura 42.13). No puedo convertir a la gente, pero me veo obligada a contarles el
mismo mensaje que llegó a través de la historia y me tocó el corazón. La comunión íntima con el Dios santo es un
banquete exquisito que no podemos ocultar. No comeremos y dejaremos que otros se mueran de hambre. Así que sí,
les he contado a mis amigos acerca de este banquete exquisito.
El perdón de Dios está disponible por medio de Jesús el Mesías, una vida abundante independiente de las
circunstancias externas, la promesa de la vida en el cielo con el creador que me hizo: estoy muy agradecida a la
persona que me invitó a venir. Mi vida cambió totalmente para bien. Me he deleitado en el privilegio de ver otras
vidas transformadas. Sostuve las manos de musulmanes que soportaron el rechazo, la cárcel y la tortura, porque
descubrieron que la vida con Jesús vale la pena este precio.
Nosotros, los misioneros a los musulmanes, ¿regresaremos a casa a causa de estos brutales asesinatos recientes?
Esta violenta reacción al mensaje de Jesús no es nueva. ¿Recuerda aquel hombre que fue arrojado a la cárcel, a quien
las autoridades religiosas locales advirtieron que no hablara de Jesús? ¿La respuesta del apóstol Pedro? “Juzgad si es
justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y
oído” (Hch. 4:19-20).
APRENDE MÁS
Leer Roland Muller, Tools for Muslim Evangelism (Belleville, Ontario, Canadá: Essence Publishing, 2000).
Ver Born in the USA: Muslim Americans, un documental dirigido por Ahmed Soliman (2003).
Orar usando Internet o la guía telefónica para encontrar mezquitas o negocios y escuelas de propiedad musulmana
en su comunidad. Pase por allí, preséntese y pregunte si puede orar por ellos.
Visitar una mezquita local o a un centro islámico; pregunte si tienen un horario de visita abierto al público.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
LECCIÓN 12
ORACIÓN POR EL MUNDO MUSULMÁN
REFLEXIONE
• ¿Qué se necesitará para ver a miles de musulmanes creer en Jesucristo? ¿Quién puede lograr esto?
• ¿Cuáles son algunas de las necesidades profundamente sentidas de sus amigos musulmanes? ¿Quién puede
suplirlas?
• ¿Por qué es difícil para nosotros y para nuestras iglesias orar con fidelidad y en forma específica por los
musulmanes y por el mundo musulmán?
PUNTOS CLAVE
1. Ninguna conferencia: En realidad orando versus hablando de ello.
2. La oración debe ser modelada y practicada.
3. Insistir en cada oportunidad de orar (entre sí).
4. Persistir en la oración.
5. El enemigo es Satanás no musulmanes.
6. La cruz y la resurrección de Cristo aseguran la victoria.
LECTURAS DE LA LECCIÓN
Claves: Introducción
Cómo Alcanzar A Los Musulmanes Por Medio De La Oración
La Oración Y La Adoración: Las Herramientas Para Responder Al Islam
Básicas: ¿Qué se necesita para ganar a los musulmanes?
IberoAmericanos Que Alcanzan A Musulmanes Árabes
Cómo Superar Un Milenio De Odio
INTRODUCCIÓN
“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y
denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en
Cristo Jesús” (Fil. 4:6-7, NVI).
La mayoría de las veces, nuestras oraciones son simplistas. Le pedimos a Dios que nos mantenga sanos y seguros a
nosotros y a nuestros amigos y, rara vez, le pedimos específicamente por lo profundo, lo poderoso o lo que parece
imposible. Si vamos a perseverar en oración por el mundo musulmán, necesitamos descubrir la emoción de entrar a
la presencia de Dios, unirnos a él en el cumplimiento de su voluntad e involucrarnos en la oración que gira en torno
al reino. Cuando hayamos experimentado este tipo de oración, ¡desearemos practicarla de nuevo!
Este curso no se ha centrado mucho en la imagen bíblica de la guerra espiritual. A veces, en el pasado, estas
imágenes se usaban de manera inapropiada para caracterizar a los musulmanes como enemigos. Sin embargo, de
hecho, nosotros, al igual que los musulmanes, hemos sido víctimas de la maldad y de la opresión, ciegos ante la
mentira y el engaño. Todos necesitamos la obra de Dios para vencer las tinieblas de este mundo y la batalla contra
Satanás, sus fuerzas y nuestro propio pecado que nos enreda. Aquí, la imagen de la guerra es válida.
La oración puede muy bien ser la disciplina espiritual de la que más se habla, pero que rara vez se practica.
Afirmamos que es una prioridad, pero una evaluación honesta de nuestras vidas ocupadas revela lo contrario.
¿Estamos practicando la rutina esperada y habitual de la oración, sin creer vehementemente en lo que estamos
haciendo? ¿Hemos vivido como ateos funcionales hasta enfrentarnos con una situación personal desesperante que
nos impulsa entonces a orar con profundidad? O ¿es nuestra oración débil y limitada y, por lo tanto, aburrida y sin
vida? Alguna vez se preguntó: “¿Por qué debo orar? No sé qué pedir” o “Eso es lo que he pedido una y otra vez”?
¡La oración no debería ser así! La verdadera oración es siempre dinámica. Más aún, ¡es un privilegio precioso! Las
personas que invierten en acciones o en metales preciosos tienen un interés activo en lo que sucede con dichas
inversiones en los mercados cambiarios. ¿Estamos invirtiendo en el reino de Dios? Si es así, ¿cuánta atención
fundamental deberíamos prestarle a la oración?
Debemos comenzar a centrarnos en nosotros mismos, orando para que Dios nos perdone y cambie nuestro
corazón, penetre más allá de las enormes distracciones y nos lleve a donde podamos esperar en silencio. Por difícil
que parezca, esos primeros minutos de total dependencia son muy eficaces para enfocar nuestras actitudes y nuestras
oraciones. Cuando no invitamos a Dios a que interceda por nosotros, nuestras oraciones carecen de propósito y de
profundidad. Si le pedimos que transforme la incredulidad, creyendo que Dios es fiel (capaz y dispuesto a responder)
podemos, con confianza, presentar nuestras valientes peticiones.
Sí, muchos de nosotros todavía no hemos experimentado orar de esta manera. Estamos ocupados y obstaculizados
por malos hábitos que desalientan la vida de oración. Descuidamos darle al Espíritu el control de la mente y del
corazón al comenzar ese momento. ¡Una experiencia fresca nos recordará lo sencillo que es acceder, la alegría de
hablar con nuestro Dios Padre, Rey del universo, el Creador todopoderoso! Reunirse con otros creyentes para
centrarse en la adoración y en orar de manera renovada vencerá la resistencia interna y les dará impulso a nuestras
oraciones.
Muchos de mis mejores experiencias en oración fueron con equipos de ministerio, mientras corríamos un riesgo y
servíamos juntos. Dependíamos de Dios y los unos de los otros. Qué delicia escuchar el informe de mis compañeros
de equipo: “Así que oramos, y ¡no saben lo que pasó!” Tal vez este servicio podría ser una meta, ya que es la mejor
manera de aprender a orar con valentía y ver cómo Dios responde.
¿POR QUÉ ORAR POR LOS
MUSULMANES?
Todo conocimiento sobre el Islam, todo sentimiento por
los musulmanes y la comprensión hacia ellos, incluso el
conocimiento íntimo de la Biblia, en un análisis final, no
nos hará suficientemente adecuados para la tarea de
alcanzar a otros. Lo que importa es lo que Dios hace por
medio de sus siervos amorosos y dispuestos. Cuando su
poder, su amor y su compasión operen en nosotros,
seremos sus testigos en verdad. Lo que somos y lo que
decimos, sin embargo, se implanta cuando vivimos en su
presencia.
Gerha rd Nehl s , Muslim Evangelism (Ca pe Town, South Afri ca :
Li fe Cha l l enge Afri ca , 1991), p. 245.
Los musulmanes también han tenido experiencias negativas con la oración y, la mayoría de los musulmanes, no
siguen las oraciones islámicas establecidas. De aquellos que sí lo hacen, muchos quedan muy sorprendidos la
primera vez que oran en el nombre de Jesús. “¡Esto funciona de verdad!”, es el testimonio de muchos creyentes de
origen musulmán. Cuando alguien ora por ellos en el nombre de Jesús o cuando ellos mismos oran y le piden a Dios
que los ayude, que los sane, que les hable o que los pruebe, sus oraciones son contestadas con claridad y con el poder
transformador.
Debo confesar que me da envidia, y me confunden, las oraciones de algunas personas, porque Dios responde sus
súplicas audaces pidiendo provisión y milagros con tanta frecuencia. Ellos descubrieron el secreto a voces para
obtener una respuesta de Dios: centrarse en el reino. La oración del Señor es un modelo simple pero elegante de la
oración del reino: “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.
Recuerde que estamos luchando en los lugares celestiales con un arma espiritual, cuyo poder es divino y apuntamos
a los enemigos de Dios (2 Co. 10:3-5; ver la Lección 6). Dios es soberano. Él es el gobernante legítimo y, por lo tanto,
puede ejercer su autoridad y utilizar su poder (Ef. 1:18-20). Puede responder nuestras peticiones para que su nombre
sea honrado. Cuando la mente y el corazón se centran en obediencia a nuestro Señor, él se compromete a ejercer esta
arma poderosa de guerra a través de nosotros.
K.S., editor.
“La apertura del mundo musulmán al evangelio”, escribe Patrick Johnstone, “no se puede organizar mediante el
esfuerzo ni los estratagemas humanos, sino solo con la oración. Nuestras armas son espirituales, no carnales. Ore
para que se levante un ejército de intercesores, para que haya un avance tan decisivo y repentino en el mundo
musulmán como el que hubo en China y en la ex Unión Soviética”.1
De las aproximadamente once mil etnias en el mundo que todavía necesitan evangelizarse, alrededor de cuatro mil
son islámicas. El Señor prometió: “Este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las
naciones (ta ethne o todos los pueblos), y entonces vendrá el fin” (Mt. 24:14, NVI). En ese mismo pasaje, Cristo dijo:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mt. 24:35). Por tanto, la evangelización del mundo es
absolutamente cierta. Sin embargo, ¿cómo se alcanzarán a las etnias musulmanas? La respuesta es: ante todo, a
través de la oración extraordinaria.
ANTES DE COMENZAR:
1. Preparen el corazón, concentren la mente, y pidan la
guía de Dios.
2. Asegúrense de que no haya conflictos en sus
relaciones con otras personas.
3. Organicen equipos de oración (por lo general, de dos
o tres).
4. Designen zonas, rutas o sitios. Los mapas pueden ser
útiles.
5. Pónganse de acuerdo en un tiempo determinado para
volver a reunirse e intercambiar experiencias.
6. Analicen el entorno y las Escrituras que pueden avivar
sus oraciones.
DURANTE LA CAMINATA:
1. Oren por lo que ven y pídanle a Dios que les muestre
la ciudad a través de sus ojos.
2. Oren en voz alta, para que sus compañeros puedan
escuchar y estar de acuerdo ustedes. Háganlo de
manera que no llame la atención de otras personas en
la calle.
3. Oren juntos, escuchándose unos a otros y poniéndose
de acuerdo. No salten de un tema a otro, sino oren en
forma de diálogo. Las oraciones cortas son útiles.
4. Oren con las Escrituras. Permita que las palabras de
la Biblia les enseñen a orar.
5. Oren siendo sensibles a las personas y a los lugares
5. Oren siendo sensibles a las personas y a los lugares
que ven. ¿Qué quiere hacer por ellos el Señor?
NOTAS FINALES
1. Patrick Johnstone , Operation World, 5th e d. (Grand Rapids: Zonde rvan, 1993), p. 72.
2. J. Edwin Orr, The Eager Feet, Evange lical Awake nings, 1792 y 1830; The Fervent Prayer, Evange lical Awake nings, 1858–; The Flaming Tongue,
Evange lical Awake nings, 1900-(Chicago: Moody Pre ss, 1975, 1974, 1973). La re fe re ncia e spe cífica sobre e sto e stá e n The Fervent Prayer, p. 160.
3. Luis Bush, e d., AD 2000 and Beyond Handbook, 3rd e d. (Colorado Springs: AD 2000 and Be yond Move me nt, 1993), frontispicio.
4. La dire cción de Fe llowship of Faith para Amé rica de l Norte e s: P.O. Box 65214, Toronto, Ontario, Canada M4K 3Z2. Algunos me se s se
publica un bole tín de oración con las ne ce sidade s de l mundo musulmán.
5. Si de se a le e r re latos similare s, consulte mi capítulo e n e l libro e ditado por J. Dudle y Woodbe rry, Muslims and Christians on the Emmaus Road
(Monrovia, Calif.: Missions Advance d Re se arch and Communications Ce nte r, 1989), pp. 323–336.
6. The Glorious Qur‘an, Text and Explanatory Translation, by Mohamme d Marmaduke Pickthall (Me cca, Saudi Arabia: The Muslim World Le ague ,
1977), pp. 689–690.
7. The Pearl of Great Price, Writings of Joseph Smith, se cc. 2, vv. 29–54.
8. J. Isamu Yamamoto, The Puppet Master (Downe rs Grove , Ill.: Inte rVarsity Pre ss, 1977), p. 16.
9. Sultan Mohamme d Paul, Why I Became A Christian (Bombay, India: Gospe l Book House , n.d.).
10. Ge orge Otis Jr., The Last of the Giants (Tarrytown, N.Y.: Chose n Books, Fle ming Re ve ll, 1991).
11. Bush.
12. Bush.
13. Jonathan Edwards, A Humble Attempt to Promote Explicit Agreement and Visible Union of God’s People in Extraordinary Prayer for the Revival of
Religion and the Advancement of Christ’s Kingdom on Earth (Ne w York, 1844).
LA ORACIÓN Y LA ADORACIÓN: LAS HERRAMIENTAS PARA
RESPONDER AL ISLAM
por John Haines
De todas las herramientas útiles para dar testimonio de la fe al vecino musulmán, existe una que es fundamental.
Y creo que cualquier persona que testifica a musulmanes estará de acuerdo con lo que vuelvo a descubrir una y otra
vez. La herramienta más necesaria es la oración.
Imagínese que está construyendo un objeto hecho de madera en bruto. Usted trabaja desde un plan preconcebido
(un diseño) porque quiere entrar en la mente del diseñador. En nuestro caso, el diseñador es nuestro Padre en el cielo.
Dios dirige el aspecto final de nuestro trabajo en las personas que nos pone en el camino, y trabajamos con ellos
mediante la habilidad que nos da su Espíritu. Sin embargo, Dios también diseñó las herramientas individuales para
el proceso de construcción. Estos son los principios para la evangelización establecidos en la Biblia.
En la oración, descubrimos el plan maestro y el método. Todas las otras herramientas dependen del uso eficaz de
este instrumento fundamental. Sin la oración, solo tendremos un comienzo a medias.
Sin embargo, la premisa “perseveren en toda oración” es la última arma en la lista de Efesios 6:10-18 (NVI). Ahora
observe la gran comisión. En el evangelio de Mateo, está precedida por un momento de adoración espontánea guiada
por el Espíritu (Mt. 28:17). ¿Cómo pudimos pasar por alto este punto? Aun así, lo hicimos, y lo hacemos. La oración
también una herramienta esencial para restaurar las paredes de adoración que están derribadas en nuestra vida.
Durante los ocho años que mi esposa y yo pasamos en Grenoble, Francia, fui el único hombre de origen no francés
entre los ancianos de la iglesia. Muchas veces llegábamos a las reuniones de oración del lunes por la noche, cargados
con alguna preocupación diaria. A veces, éramos conscientes de una diferencia de opinión. Sin embargo, nunca hubo
una grieta abierta y duradera en la unidad. El motivo principal es que el Espíritu Santo nos había atraído a Cristo y
unos a otros en nuestra adoración a él. El tiempo de apertura de adoración a Cristo muy a menudo nos fundía en un
mismo sentir.
EL CONFLICTO DE LA ORACIÓN
¿Alguna vez tuvo esta experiencia? Acaba de llegar al lugar de oración. Se anticipa a comenzar un tiempo de
comunión con el Señor. De repente, se acuerda de una pequeña tarea que debe terminar. O una voz interior
persistente le recuerda de algo que usted debe anotar antes de se le olvide. Antes que se dé cuenta, su mente comenzó
a divagar. Y, de pronto, observa que ha estado vagando sin rumbo por algún rincón del pensamiento. Todos, a diario,
tenemos experiencias como esta. ¿Por qué?
La respuesta está en Efesios 6. Pablo describe una gran batalla que se libra entre nosotros y una gran multitud
satánica de “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (v. 12). La victoria en la lucha consiste en tomar
las armas provistas para nosotros. Asimismo, debemos “[orar] en el Espíritu en todo momento, con peticiones y
ruegos” (v. 18, NVI). Cuando usted comienza a interceder, la distracción que experimenta es un asalto deliberado por
parte del enemigo.
¡La oración lleva en sí conflicto! Cuán fácil será ceder en sus avances contra la fortaleza que Satanás ha levantado en
el corazón de un amigo musulmán. Las muchas buenas actividades competirán con la herramienta más importante:
la oración. El Señor Jesucristo debe hacer de cada uno de nosotros un “buen soldado” en la incesante lucha diaria. Y
entonces, llegamos a ser como Pablo, quien dijo: “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros”
(Col. 2:1).
EL MINISTERIO DE LA ORACIÓN
¿Acaso cada uno de nosotros no desea ser de alguna utilidad práctica para el Señor? No obstante, nos preguntamos
si nuestras oraciones son realmente importantes. ¿De verdad usted siente que el tiempo que pasa delante del trono de
Dios es un ministerio?
Quizás recuerde a Epafras, un conocido de Pablo. Pablo dijo que Epafras estaba “siempre luchando en oración” y
“se preocupaba” por la iglesia de Colosas (Col. 4:12-13, NVI). Él tenía una carga especial por los creyentes de esta
pequeña ciudad decadente en Asia Menor, por lo que trabajó con fervor en oración por ellos. ¿Dónde estaba Pablo en
ese momento? ¿En una oficina cómoda? No, él y Epafras eran prisioneros en una cárcel romana. Esas circunstancias
limitadas, ¿les impidieron llevar a cabo un ministerio con los colosenses? No. De hecho, los siervos de Dios tenían una
tarea muy importante y real que hacer entre ellos desde la celda de aquella prisión: “no hemos dejado de orar por
ustedes. Pedimos a Dios que los llene” (Col. 1:9, PDPT). Pablo y Epafras llevaron a cabo fielmente un ministerio
sólido y duradero a través de la oración y vieron una gran obra de Dios cumplida.
William Carey una vez habló de su campo en la India como una mina de oro espiritual en donde planeaba cavar.
No obstante, se apresuró a añadir: “Ustedes deben sostener las cuerdas en su casa”. Su testimonio a un amigo
musulmán es como cavar buscando oro o un tesoro perdido. Aun así, debe comenzar con la oración. La oración es un
ministerio verdadero, no obstante, puede ser invisible a quienes lo rodean. Sin duda, no es ni una pérdida de tiempo
ni un ejercicio en vano.
LA RECOMPENSA DE LA ORACIÓN
Con frecuencia somos tentados a pensar que no vale la pena pasar tiempo en oración. Tenemos tantas otras
exigencias. Sin embargo, nuestro gran sumo Sacerdote nos da beneficios a medida que nos acercamos a Dios por
medio de él. Uno de ellos es el deleite absoluto de ver a Dios responder nuestras oraciones en verdad. Varios días antes
de navegar por primera vez hacia Casablanca en 1964, mi esposa y yo estábamos leyendo juntos el devocional diario
Daily Light (para el 16 de abril). Vimos tres fantásticas ilustraciones del Antiguo Testamento en respuesta a la
oración. Me detendré por un momento para considerar a Jabes, a Salomón y a Asa.
Jabes oró y Dios le concedió la protección de sus enemigos y extender su porción en la tierra prometida. Salomón
oró y Dios le respondió de modo que nadie pudo igualarlo en sabiduría en la historia de la humanidad. Asa oró y
Dios destruyó un poderoso ejército etíope delante de él. ¡Hablando de respuestas! A veces nuestras oraciones parecen
bastante débiles y sin fe. Y, entonces, es una grata sorpresa para nosotros cuando, en varias ocasiones, Dios nos
permite verlo responder en forma específica. Tal vez Dios sonría ante la baja estima que tenemos de nosotros
mismos… y de él.
No existe ningún evangelismo que pueda progresar contra la gran fortaleza del Islam sin la visión celestial que nos
proporciona la adoración y la oración. Esto es cierto en especial al referirnos al conflicto espiritual que sucede en la
vida de nuestros vecinos musulmanes. Si Cristo no ocupa el lugar correcto, se produce un vacío en lo profundo del
ser. Alguna otra persona o cosa se apresurará a llenarlo.
La primera herramienta esencial es examinar el corazón del Diseñador. Descubrimos lo que está en el corazón de
nuestro Padre Celestial por medio de la oración. Volvemos a comenzar un ministerio de oración por los demás.
Recuerde que el ministerio que Dios le ha dado en la oración es auténtico. Es tan real como el ministerio que le
concede cuando está de pie, hablando con un amigo musulmán.
NOTA FINAL
1. Por e je mplo, e n la sura 9 e ncontramos a me nudo la e xpre sión Allah wa rasulihi, “Dios y su Profe ta”, e s de cir, Muhammad.
¿QUÉ SE NECESITA PARA GANAR A LOS MUSULMANES?
por Patrick O. Cate
Hace poco más de un siglo (1890), Samuel Zwemer comenzó su obra entre los musulmanes en el Medio Oriente,
cuando quizás había unos 300 millones de musulmanes en todo el mundo. Trabajó en la causa de la evangelización
musulmana por más de cincuenta años y esperaba de lleno ver la caída del Islam, pero eso no sucedió. Después de la
Guerra del Golfo, algunas otras personas predijeron un colapso repentino. No obstante, no se ha producido dicho
desmoronamiento. Antes bien, en la actualidad, existen casi mil millones de musulmanes y la religión continúa
prosperando.
Después de estas decepciones, ¿qué se necesita en definitiva para ganar a los musulmanes? Más oración persistente,
sin duda, pero también más de la clase correcta de misioneros y nuevas acciones y un mayor compromiso con la
evangelización entre los musulmanes en medio de la iglesia occidental y de las agencias misioneras.
ENVÍE LO MEJOR
Un obrero que pasó su vida en el mundo musulmán y que ha alimentado y guiado a más de doscientos misioneros
para trabajar entre los musulmanes, hizo una observación interesante. Dijo que, a pesar de que tenemos muchos más
obreros que en los días de Zwemer y los otros pioneros, en términos de calidad, Zwemer y compañía nos superan. En
la actualidad, sostiene, no tenemos personas como Temple Gairdner (1873-1928, Church Missionary Society, El
Cairo) o como Samuel Zwemer, que combinaron su agudo ingenio con el amor por las personas y la pasión por Dios.
Él sugirió que, por lo general, ignoramos algunas de las mejores fuentes de candidatos y dijo que deberíamos
reclutar alumnos cristianos en Harvard, en Yale, en Princeton, en la Universidad de Chicago, en la Universidad de
California en Berkeley y demás. Algunos piensan que también deberíamos alistar más personas en los seminarios,
porque no solo necesitamos mentes agudas, sino que necesitamos obreros que puedan manejar algunas de las
cuestiones teológicas que separan a los mil millones de musulmanes de la fe en Cristo. Algunos estudiantes del
seminario poseen títulos seculares y antecedentes profesionales seculares. Tenemos que animar a estas personas a
buscar oportunidades en los países musulmanes.
NOTA FINAL
Michae l Yousse f, America, Oil, and the Islamic Mind: The Real Crisis Is the Gulf Between Our Ways of Thinking (Grand Rapids: Zonde rvan, 1991),
página no citada.
IBEROAMERICANOS QUE ALCANZAN A MUSULMANES ÁRABES
por Steven Downey
“Si está en África del Norte y se le pide que se presente en la policía, empiece a preparar las maletas. Si tiene
suerte, le darán veinticuatro horas para salir del país. Si no tiene tanta suerte, lo meterán en la cárcel”.
El Rev. Marcos Amado, líder de Partners International, una agencia misionera de América Latina, estaba contando
una historia acerca de Carlos, un obrero de Partners International que había formado un equipo de baloncesto para
personas discapacitadas en un país en África del Norte.
“Se acabó mi tiempo aquí”. Llegó el día cuando Carlos tuvo que presentarse ante el jefe de la policía en la ciudad
capital. El jefe le preguntó si él trabajaba en el país. Carlos dijo que sí. El jefe le preguntó si estaba ayudando a las
personas con discapacidad. Sí, respondió otra vez. El jefe continuó: “Lo llamé aquí porque mi hija ha recibido ayuda
de este programa, y quiero darle las gracias”.
Carlos no podía creerlo. Él había tenido algunos inconvenientes con el permiso de residencia. Al día siguiente, un
policía fue a su casa y le entregó el permiso.
Carlos es uno de los 6.500 iberoamericanos (que se definen como latinoamericanos, portugueses, españoles y
norteamericanos hispanos) que sirven en más de un centenar de países, desde Albania hasta Zimbabue. Sin
embargo, a partir del 11 de septiembre, quizás el lugar más importante donde sirven los misioneros Iberoamericanos
es en países de mayoría musulmana. Algunos también sirven entre grupos étnicos musulmanes en países como la
India, donde el Islam no es la religión principal.
Mina nació en una familia judía religiosa en Israel. Sus padres nunca permitieron que el nombre de Jesús se
mencionara en su casa, y le enseñaron que los árabes quieren hacerles daño a los judíos y que no son confiables.
Al cumplir veinte años, Mina pasó un año viajando en Sud África. Cerca del final del viaje, entregó su vida a
Jesucristo. Al regresar a su casa en Haifa, fue guiada a unirse a la asamblea Carmel Assembly, donde creció en el
Señor.
Ocho años más tarde, consiguió trabajo como vendedora de cosméticos puerta a puerta, lo cual incluía muchos
hogares árabes. Para su sorpresa, muchas árabes la recibieron e, incluso, hizo nuevas amigas. Sin embargo, no
sucedió lo mismo con las musulmanas que eran militantes de su fe. La desconfianza mutua y el enfrentamiento de
los espíritus, la ponía muy incómoda.
Un día, mientras oraba, le dijo al Señor: “Odio a los musulmanes y no quiero verlos otra vez”. El Señor le dejó en
claro que ella debía amar a todos. “Si quieres que ame a todos”, respondió ella, “te pido que, por el poder del Espíritu
Santo, hagas eso en mí, porque no puedo hacerlo sola”.
Un año más tarde, el Señor la llevó a asistir al instituto Israel College of the Bible en Jerusalén. Un día, mientras
recorría la Antigua Ciudad, sucedió algo asombroso. Escuchó a un comerciante musulmán discutiendo con otro
hombre. Se acercó a él y le preguntó por qué gritaba.
Él respondió: “¡Porque él no quiere comprarme!” Le preguntó de nuevo y el comerciante la miró con un enojo
silencioso. En sus ojos, vio todo el odio cultural y religioso que devastaba su patria. El hombre se dio vuelta y se alejó,
gritando: “Algún día, ¡tomaremos su país!”
El lado israelí de Mina retrocedió con miedo, pero, para su gran asombro, se llenó de la compasión y del amor del
Señor por el comerciante enojado. Corrió hacia aquel hombre y, alcanzándolo, le dijo: “No lo odio. ¿Por qué me
habló de esa manera? Fue doloroso”. Cuando el mercader vio la bondad en sus ojos, la ira se desvaneció. “Perdón por
haberla lastimado. Mi nombre es Ibrahim”. Ella se presentó y se ofreció a venir a visitarlo algún día.
Ese día, el Señor había respondido su oración cuando pidió amor por los musulmanes. El amor del Señor había
atravesado generaciones de odio y de desconfianza reprimidos. Los ojos de Ibrahim se abrieron a la luz del amor de
Cristo que brillaba a través de los ojos de una mujer israelí. Y el corazón de Mina se había llenado con el amor divino
por los árabes, entre ellos, los musulmanes.
A través de este encuentro, Mina también vio la respuesta a los problemas que infestan su tierra natal: el gran poder
del amor de Dios. Como Mina misma dice: “La única manera en que los árabes y los judíos pueden estar unidos es a
través de la fe en el Señor Jesucristo. Solo podemos orar para que más y más musulmanes y judíos lleguen a
conocerlo”.
UNA VIUDA MUSULMANA LLEGA
POR DISPOSICIÓN DIVINA
Por G. Johnson
Me pidieron que predicara en una pequeña iglesia. El
culto fue agradable, pero un neumático desinflado
retrasó mi salida. Mientras esperaba el arreglo, una
anciana viuda musulmana con sus dos nietos huérfanos
tímidamente entró a la iglesia. Ella había venido a
buscar a Jesús y me dijo que, la semana anterior, había
tenido dos sueños extraños. En el primero, estaba
orando junto a otros musulmanes y un hombre tenía el
Corán abierto. En la otra orilla de un río, vio unos
cristianos con la Biblia que le hacían señas para que
fuera a escuchar la Palabra de Dios. Quería cruzar el río,
pero los musulmanes le decían que la expulsarían de su
familia y de la sociedad.
Al cruzar el río hacia la otra orilla donde estaban los
cristianos, miró hacia atrás y vio que el Corán se había
puesto totalmente en blanco. Los cristianos
compartieron la Palabra con ella y, cuando los
musulmanes comenzaron a buscarla, encontró seguridad
entre los cristianos.
En el segundo sueño, ella acababa de terminar la
última oración del día y se había quedado dormida,
cuando un hombre con un sombrero, que llevaba un
bastón, se le acercó (un típico pastor). Este hombre la
llamaba para que fuese a él para orar por ella. Ella no
entendía todo lo que él decía, pero una luz brillaba en
todas partes y sentía una profunda alegría. Ella supo
que este pastor era Jesús, el Mesías.
Cuando ella le contó los sueños al hermano de su
difunto esposo, la echó de la casa, junto con sus hijos.
Esa mañana, pasó por la iglesia y decidió que era el
momento para ir a Jesucristo. ¡Ella oró y aceptó a Jesús
como Salvador! No tiene idea de cómo va a sobrevivir
sola, pero dice que necesitaba ser fiel a quien se le
había aparecido en el sueño.
Fuente: www.sim.org.
APRENDE MÁS
Leer J. Christy Wilson, More To Be Desired Than Gold, cuarta edición (South Hamilton, Mass.: Gordon-Conwell
BookCentre, 1998).
Bilquis Sheikh, I Dared To Call Him Father (Grand Rapids: Chosen Books, 2003).
Orar usando el libro Operación Mundo para interceder por los países musulmanes.
Invitar a un amigo musulmán a tomar el té o a comer un postre a su casa.
Navegar para más recursos, visite www.encounteringislam.org/lessonlinks.
APÉNDICES
LOS 99 NOMBRES MÁS BELLOS DE DIOS
(AL-ISMA AL-HUSNA)
Los mus ul ma nes genera l mente a prenden es ta l i s ta de memori a , y s i empre es precedi da por l a fra s e: “No ha y di os s i no Al á ” (Allah-la-ilaha-ila-
Allah). Cons i dere es tudi a r con s us a mi gos mus ul ma nes l a s referenci a s bíbl i ca s s obre l os a tri butos de Di os .
ATRIBUTO NOMBRE EN ÁRABE REF. CORÁNICA REF. BÍBLICA
1 El Compa s i vo Al Ra hma n 1.1 Sa l 103.8
2 El Mi s eri cordi os o Al Ra hi m 1.1 Sa l 86.16
3 El Sobera no Al Ma l i k 59.23 Za c 14.9
4 El Sa gra do Al Quddus 59.23 Ez 39.7
5 La Fuente de Pa z Al Sa l a m 59.23 Is 9.6
6 El Gua rdi á n de l a Fe Al Mu´mi n 59.23 Lm 3.22s
7 El Protector Al Muha ymi n 59.23 Jn 10.1-18
8 El Ami go Poderos o Al `Azi z 59.23 Sa l 24.8
9 El Omni potente (Irres i s ti bl e) Al Ja bba r 59.23 2 Cr 20.6
10 El Ma jes tuos o Al Muta ka bbi r 59.23 Dt 33.26
11 El Crea dor Al Kha l i q 59.24 Gn 1.1
12 El que Conci be Al Ba ri ´ 59.24 Ma l 2.10
13 El Forma dor Al Mus a wwi r 59.24 Col 1.15-20
14 El que Perdona Al Gha ffa r 38.66 2 Cr 7.14
15 El Domi na dor Al Qa hha r 12.39 Dt 9.3
16 El Da dor Al Wa hha b 3.6-8 Dn 2.21-23
17 El Proveedor Al Ra zza q 51.58 Sa l 127.2
18 El que a bre Al Fa tta h 34.26 Ap 3.7s
19 El que Todo Sa be Al `Al i m 6.71 Sa l 139.1s
20 Aquel que Cons tri ñe Al Qa bi d 2.245 Ap 3.7s
21 El que Expa nde Al Ba s i t 2.245 Job 36.16
22 El que Humi l l a Al Kha fi d 58.5 Sa l 94.10
Mt 7.22s
23 El que Exa l ta Al Ra fi ´ 40.15 1 S 2.7
24 El que Honra Al Mu`i zz 3.26 1 S 2.30
25 El que Des honra Al Mudhi l l 3.26 1 Co 1.27
26 El que Todo l o Oye Al Sa mi ` 2.127 Is 59.1
27 El que Todo l o Ve Al Ba s i r 17.1 Dt 11.12
28 El Juez Al Ha ka m 22.69 Sa l 7.11
29 El Jus to Al `Adl 6.115 Dt 32.4
30 El Bonda dos o (Suti l ) Al La ti f 6.103 Ro 2.4
31 El que Sa be Al Kha bi r 6.18 Gn 16.13
32 El Cl emente (El Del i ca do) Al Ha l i m 2.225 Jer 15.15
33 El Ma gni fi cente; EL Infi ni to Al `Azi m 2.255 Jer 32.18
34 El que Todo l o Perdona Al Gha fur 2.225 Dn 9.9s
35 El Apreci a dor Al Sha kur 35.3 Ro 2.29
36 El Má s Al to Al `Al i 2.255 2 S 22.14
37 El Má s Gra nde Al Ka bi r 34.23 Sa l 145.5
38 El Pres erva dor Al Ha fi z 11.57 Jn 10.28
39 El Sus tenta dor Al Muqi t 4.85-88 Sa l 136.25
40 El que Reconoce Al Ha s i b 4.6-7 He 11.18
41 El Subl i me Al Ja l i l 55.78 Ex 15.11
42 El Generos o Al Ka ri m 82.6 Dt 28.12
43 El Vi gi l a nte Al Ra qi b 4.1 Gn 28.15
44 El que Res ponde (l a s ora ci ones ) Al Muji b 11.61-64 Jn 14.14
45 El que Todo l o Abra za Al Wa s i ` 5.54 Jn 3.17
46 El Sa bi o Al Ha ki m 59.24 1 Co 1.25
47 Aquel que Ama Al Wa dud 11.9 2 Co 13.11
48 El Gl ori os o Al Ma ji d 11.73 Jud 25
49 El que Res uci ta Al Ba ´i th 22.7 Jn 11.25
50 El Tes ti go Al Sha hi d 4.33 Ap 1.5
51 La Verda d Al Ha qq 22.6 Jn 14.6
52 El Confi a bl e; El Depos i ta ri o Al Wa ki l 4.81 Gn 1.16
53 El Má s Forte Al Qa wi yy 11.66 Pr 18.10
54 El Fuerte, El Lea l Al Ma ti n 51.58 Sa l 102.25
55 El Ami go Protector; El Pa trono Al Wa l i 3.68 Jn 15.15
56 El Di gno de Loor Al Ha mi d 14.1 Ap 19.5
57 El Reconci l i a dor (Numera dor) Al Muhs i 19.93-95 2 Co 5.18
58 El Ori gi na dor de Todo Al Mubdi ’ 10.34 Gn 1.1
59 El Res ta ura dor Al Mu`i d 10.34 Lc 6.10
60 El Da dor da Vi da Al Muhyi 10.34 Jn 11.26
61 El Crea dor de l a Muerte Al Mumi t 2.28 1 S 2.6
62 El Eterno Vi vi ente Al Ha yy 2.255 Ap 1.17s
63 El Autos us tenta bl e Al Qa yyum 2.255 Jn 17.5,24
64 El que Encuentra (Perci be) Al Wa ji d 16.45-46 Sa l 89.20
65 El Nobl e Al Ma ji d 85.15 Job 22.12
66 El Úni co Al Wa hi d 12.39 Jn 1.14
67 El Indi vi s i bl e Al Aha d 112.1 Ef 4.6
68 El Eterno Al Sa ma d 112.2 Gn 21.33
69 El Ca pa z Al Qa di r 30.54 Jer 32.17
70 El que Todo l o Determi na Al Muqta di r 54.42 Hch 2.23s
71 El que Adel a nta Al Muqa ddi m Ha di th Is 10.5-7
72 El que Reta rda Al Mu´a khkhi r 71.4 2 P 3.8s
73 El Pri mero Al Awwa l 57.3 Is 44.6
74 El Úl ti mo Al Akhi r 57.3 Ap 2.8
75 El Ma ni fes to Al Za hi r 57.3 Ro 1.17-20
76 El Ocul to Al Ba ti n 57.3 Col 1.26
77 El que Gobi erna Al Wa l i 13.11 Sa l 66.5,7
78 El Má s El eva do Al Muta `a l i 13.9 Fi l 2.9
79 La Fuente de l a Bonda d Al Ba rr 52.28 Sa l 84.11
80 El que Acepta el Arrepenti mi ento At Ta wwa b 2.37 Ro 2.4
81 El Venga dor Al Munta qi m 32.22 Sa l 94.1
82 El que Perdona Al `Afuww 4.43 Mi q 7.16
83 El Compa s i vo Al Ra uf 2.143 Sa l 116.5
84 El Rey de Reyes Ma l i k a l Mul k 3.26 1 Ti 6.15
85 El Señor de l a Ma jes ta d y de l a Generos i da d Dhu a l Ja l a l wa a l Ikra m 55.78 Sa l 8.1
86 El Equi ta ti vo Al Muqs i t 3.18 Pr 11.1
87 El que Reúne; el que Uni fi ca Al Ja mi ´ 3.9 Is 56.8
88 El Autos ufi ci ente Al Gha ni 60.6 Sa l 50.9s
89 El Enri quecedor Al Mughni 9.28 Col 1.27
90 El que Impi de Al Ma ni ` 5.24-26 Ma l 3.11
91 El que Ca us a Preocupa ci ones Al Dha rr 2.155-57 Jue 2.15
92 El que Benefi ci a Al Na fi ` 10.107 Gn 6.8
93 La Luz Al Nur 24.35 Is 60.19
94 El que Guía Al Ha di 25.31 Jn 16.13
95 El Ori gi na dor Al Ba di ` 2.117 Ro 8.28
96 El Perpetuo Al Ba qi 55.27 Sa l 102.27
97 El Heredero Supremo Al Wa ri th 15.23 Jos 13.33
98 El Guía pa ra el Ca mi no Recto Al Ra s hi d 11.78 Sa l 25.9
99 El Pa ci ente Al Sa bur Ha di th 1 Ti 1.16
PERÍODO EN MEDINA
(A.D. 622-32)
1. □ Sura 2
2. □ Sura 98
3. □ Sura 64
4. □ Sura 62
5. □ Sura 8
6. □ Sura 47
7. □ Sura 3
8. □ Sura 61
9. □ Sura 57
10. □ Sura 4
11. □ Sura 65
12. □ Sura 59
13. □ Sura 33
14. □ Sura 63
15. □ Sura 24
16. □ Sura 58
17. □ Sura 22
18. □ Sura 48
19. □ Sura 66
20. □ Sura 60
21. □ Sura 110
22. □ Sura 49
23. □ Sura 9
24. □ Sura 5
VÍNCULO CON LOS MUSULMANES
Consideramos que la mera información ofrecida en este curso acerca de los musulmanes sería insuficiente sin un
efectivo acercamiento a ellos. Esta es una de las más ricas experiencias que deseamos aportarle. Por lo tanto, una de
las tareas principales en Descubriendo el Mundo del Islam es concretar dos reuniones con un musulmán. El propósito
de dichas citas es ayudar al alumno a interactuar y aprender, preguntando a su amigo musulmán acerca de su vida,
valores y pensamientos. Este curso es la mejor excusa que usted puede tener para acercarse a un musulmán e
invitarlo a comer o a tomar un café. Su introducción podría ser:
Es toy es tudi a ndo a cerca del Is l a m y de l os mus ul ma nes , y una de mi s ta rea s es pedi rl e a un mus ul má n que compa rta conmi go qué
s i gni fi ca s er un mus ul má n des de s u pers pecti va . ¿Es ta ría di s pues to a a yuda rme?
Preferentemente, la primera reunión debe fijarse después de la tercera conferencia y antes de la novena; y la
segunda, antes de completar el curso. Después de cada reunión, el coordinador puede requerirle la publicación de sus
reflexiones personales como un foro de discusión o un diario. Al igual que otras publicaciones esta tarea puede ser
completada online en www.encounteringislam.org.
Escuchar y aprender son los objetivos primeros cuando el estudiante pasa tiempo con un musulmán. Asegúrese de
ser extremadamente sensible a sus puntos de vista, opiniones, creencias y cultura, por si pudiera aparecer la sospecha
de la “conversión”. Tal vez su amigo se muestre cauteloso debido a experiencias negativas con otros cristianos y
exprese así sus frustraciones.
No centre sus conversaciones en las diferencias entre el Cristianismo y el Islam ni tampoco participe de un debate.
Si el musulmán comienza a discutir, escúchelo con paciencia. Si puede hacerle preguntas, exprésele su deseo de
aprender. Si su contacto es un inmigrante, pregúntele de su lugar de nacimiento, cómo es la vida allá, qué come la
gente, cómo enseñan a sus hijos, qué cosas extraña más, cómo es vivir en un nuevo sitio, etc. La lectura del libro
Sharing Our Faith with Muslims, de C.R. Marsh, puede ser útil para esta instancia.
No limite el tiempo de los encuentros; sin embargo, la breve conversación generada para concretar la cita no puede
ser considerada como una reunión. Recién luego de ese contacto inicial sucederá la primera reunión. Se le requerirán
dos reuniones.
IDENTIFIQUE A UN MUSULMÁN
Usted estará preguntándose dónde encontrar a un musulmán y cómo empezar el contacto. He aquí algunas
sugerencias. A menudo los musulmanes están a su alrededor. Tal vez sean los integrantes de aquella familia que
habla tan diferente y que atiende el comercio donde compra el té. O en el ámbito universitario, solo bastará con
escuchar los acentos o advertir las diversas vestimentas, por ejemplo, las mujeres con sus cabezas cubiertas. O
también pueden ser estudiantes musulmanes que buscan compañeros para practicar el idioma. Donde quiera que
esté haga una pausa para observar a las personas que lo rodean, en busca de pistas, pues tal vez usted tenga muchos
más contactos musulmanes de los que cree. Otra forma concreta de conseguir su candidato es llamando a algún
centro islámico de su localidad o a una mezquita, explicando el motivo de su búsqueda. Es de capital importancia
pedir la guía de Dios hacia el musulmán con el cual pueda construir una amistad para más tarde poder identificar a
la persona que Él le enviará.
En 1983, Keith Swartley hizo amigo de musulmanes por primera vez en la antigua ciudad de Mombasa, Kenia.
Desde entonces, han disfrutado de estas relaciones, el aprendizaje y el intercambio con los musulmanes en muchos
países, desde Europa hasta el sudeste de Asia.
La pasión de Keith es motivar a los cristianos para compartir el amor de Cristo con los musulmanes de una manera
respetuosa y amorosa.
Keith está casado con Ethel durante 30 años y tiene dos hijas. De 1993 a 2002 trabajó con el U.S. Center for World
Mission en Filadelfia, Estados Unidos, y actualmente sirven con Pioneers.
Keith sigue coordinando y enseñándo en los cursos Descubriendo el mundo del Islam en varios lugares. Se le puede
contactar por e-mail: kswartley@encounteringislam.org.