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EL ÍNDICE DE FUERZA GEOLÓGICA (GSI): UNA HERRAMIENTA DE CARACTERIZACIÓN
PARA EVALUAR LAS PROPIEDADES DE INGENIERÍA PARA MASAS ROCOSAS
Por Paul G. Marinos, Ph.D.,1 Vassilis Marinos,2 y Evert Hoek, Ph.D.3
ABSTRACTO
El Índice de Resistencia Geológica (GSI) es un sistema de
caracterización de macizos rocosos que se ha desarrollado en
ingeniería mecánica de rocas para satisfacer la necesidad de
datos de entrada confiables relacionados con las propiedades
del macizo rocoso requeridos como entrada para análisis
numérico o soluciones de forma cerrada para el diseño de
túneles. pendientes o cimentaciones en rocas. El carácter
geológico del material rocoso, junto con la evaluación visual de
la masa que forma, se utiliza como una entrada directa para la
selección de parámetros para predecir la resistencia y
deformabilidad del macizo rocoso. Este enfoque permite
considerar un macizo rocoso como un continuo mecánico sin
perder la influencia que la geología tiene sobre sus
propiedades mecánicas. También proporciona un método de
campo para caracterizar macizos rocosos difíciles de describir.
Se dan recomendaciones sobre el uso de GSI y, además,
INTRODUCCIÓN
Hace unas décadas, las herramientas para diseñar túneles
comenzaron a cambiar. Se estaban desarrollando métodos
numéricos que ofrecían la promesa de un análisis mucho más
detallado de los difíciles problemas de excavación subterránea.
Las herramientas numéricas disponibles en la actualidad
permiten al diseñador del túnel analizar los procesos de falla
progresiva y el refuerzo y soporte instalados secuencialmente
necesarios para mantener la estabilidad del túnel en avance hasta
que se pueda instalar la estructura de refuerzo o soporte final. Sin
embargo, estas herramientas numéricas requieren información de
entrada confiable sobre las características de resistencia y
deformación del macizo rocoso que rodea el túnel. Como es
prácticamente imposible determinar esta información mediante
pruebas directas in situ (a excepción del análisis posterior de
túneles ya construidos), hubo una mayor necesidad de estimar las
propiedades del macizo rocoso a partir de las propiedades de la
roca intacta y las características de las discontinuidades en la roca.
masa. Esto resultó en el desarrollo del criterio de falla del macizo
rocoso de Hoek y Brown [1980].
1Profesor, Universidad Técnica Nacional de Atenas, Escuela de
Ingeniería Civil, Atenas, Grecia.
2Asistentede investigación, Universidad Técnica Nacional de
Atenas, Escuela de Ingeniería Civil, Atenas, Grecia.
2Consultor, Vancouver, Columbia Británica, Canadá.
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El desarrollo del criterio de Hoek-Brown se publicará en el
primer número de una nueva revista internacional titulada
Suelos y rocas [Hoek y Marinos, en prensa].
El presente artículo es una actualización y extensión del
artículo de Marinos et al. [2005].
EL ÍNDICE DE RESISTENCIA GEOLÓGICA (GSI)
Hoek y Brown reconocieron que un criterio de falla de macizo
rocoso no tendría ningún valor práctico a menos que pudiera estar
relacionado con observaciones geológicas que un geólogo
ingeniero o un geólogo en el campo podrían realizar rápida y
fácilmente. Consideraron desarrollar un nuevo sistema de
clasificación durante la evolución del criterio a fines de la década
de 1970, pero pronto abandonaron la idea y se conformaron con el
sistema RMR ya publicado. Se apreció que el sistema RMR (y el
sistema Q) [Bieniawski 1973; Barton y col. 1974] fueron
desarrollados para la estimación de excavación subterránea y
soporte y que incluyeron parámetros que no son requeridos para
estimar las propiedades del macizo rocoso. Los parámetros de
orientación estructural y de agua subterránea en RMR y los
parámetros de agua subterránea y tensión en Q se tratan
explícitamente en análisis numéricos de tensión efectivos, y la
incorporación de estos parámetros en los resultados de la
estimación de propiedades del macizo rocoso es inapropiada. Por
lo tanto, se recomendó que solo los primeros cuatro parámetros
del sistema RMR (resistencia de la roca intacta, clasificación RQD,
espaciamiento de las juntas y condiciones de las juntas) deberían
usarse para la estimación de las propiedades del macizo rocoso si
este sistema tuviera que usarse.
Después de varios años de uso, se hizo evidente que el
sistema RMR era difícil de aplicar a macizos rocosos de
muy mala calidad. La relación entre RMR y las constantes
“m” y “s” del criterio de falla de Hoek-Brown comienza a
romperse para macizos rocosos débiles y severamente
fracturados.
Además, dado que la RQD en la mayoría de los macizos
rocosos débiles es esencialmente cero, se hizo necesario
considerar un sistema de clasificación alternativo. El sistema
requerido pondría mayor énfasis en las observaciones geológicas
básicas de las características del macizo rocoso; reflejar el material,
su estructura y su historia geológica; y se desarrollaría
específicamente para la estimación de las propiedades del macizo
rocoso en lugar de para el refuerzo y soporte de túneles. Esta
nueva clasificación, ahora llamada GSI, comenzó su vida en
Toronto, Canadá, con el aporte de ingeniería geológica de David
Wood [Hoek et al. 1992]. El índice y su uso para el criterio de falla
de Hoek-Brown fue desarrollado por Hoek
[1994] y presentado en Hoek et al. [1995] y Hoek y Brown [1997],
pero seguía siendo un sistema de hard-rock aproximadamente
equivalente a RMR. Desde 1998, Evert Hoek y Paul Marinos,
tratando con materiales increíblemente difíciles encontrados en la
construcción de túneles en Grecia, desarrollaron el sistema GSI a
su forma actual para incluir macizos rocosos de baja calidad
(Figura 1) [Hoek et al. 1998; Marinos y Hoek
2000, 2001]. Hoy, GSI continúa evolucionando como el vehículo
principal para la entrada de datos geológicos para el criterio de
Hoek-Brown.
Figura 1. — Cuadro general para estimaciones de GSI a partir de
observaciones geológicas.
FUNCIONES DEL
ÍNDICE DE RESISTENCIA GEOLÓGICA
El corazón de la clasificación GSI es una cuidadosa descripción
geológica de ingeniería del macizo rocoso, que es esencialmente
cualitativo, porque se creía que los números en las juntas carecían en
gran medida de significado para los macizos rocosos débiles y
complejos. Tenga en cuenta que el sistema GSI nunca fue diseñado
como un reemplazo para RMR o Q, ya que no tiene capacidad de diseño
de soporte o refuerzo de macizo rocoso. GSI por sí solo no es una
herramienta de diseño de túneles; su única función es la estimación de
las propiedades del macizo rocoso. Está íntimamente ligado
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con la resistencia de la roca intacta y nunca debe usarse
independientemente de este parámetro.
Este índice se basa en una evaluación de la litología, la
estructura y el estado de las superficies de discontinuidad en el
macizo rocoso, y se estima a partir del examen visual del
macizo rocoso expuesto en afloramientos, excavaciones
superficiales como cortes de carreteras y caras de túneles. y
núcleos de pozo. El GSI, al combinar los dos parámetros
fundamentales del proceso geológico, el bloqueo de la masa y
las condiciones de las discontinuidades, respeta las principales
limitaciones geológicas que gobiernan una formación. Por lo
tanto, es un índice geológicamente sólido que es fácil de
aplicar en el campo.
Tenga en cuenta que los intentos de "cuantificar" la
clasificación GSI para satisfacer la percepción de que "los
ingenieros están más contentos con los números" [Cai et al. 2004;
Sonmez y Ulusay 1999] son interesantes, pero deben aplicarse
con precaución para no perder la lógica geológica del sistema GSI.
Los procesos de cuantificación utilizados están relacionados con la
frecuencia y orientación de las discontinuidades y se limitan a
macizos rocosos en los que estos números se pueden medir
fácilmente. Estas cuantificaciones no funcionan bien en macizos
rocosos perturbados tectónicamente en los que se ha destruido el
tejido estructural. En tales macizos rocosos, los autores
recomiendan el uso del enfoque cualitativo original basado en
observaciones visuales cuidadosas. Por lo tanto, el sistema de
"cuantificación" solo es válido en el rango de, digamos, 35 <GSI
<75, cuando el comportamiento del macizo rocoso depende del
deslizamiento y rotación de piezas de roca intactas, y donde el
espaciamiento y condición de las discontinuidades que separan
estas piezas y no la resistencia de la roca intacta controlan el
comportamiento. Cuando las piezas de roca intactas pueden fallar,
la cuantificación ya no es válida.
Una vez que se ha decidido un “número” GSI, este
número se ingresa en un conjunto de ecuaciones
desarrolladas empíricamente para estimar las propiedades
del macizo rocoso que luego se pueden usar como entrada
en alguna forma de análisis numérico o solución de forma
cerrada. El índice se utiliza junto con los valores apropiados
para la resistencia a la compresión no confinada (UCS) de la
roca intacta, σci, y la constante petrográfica, mI, para
calcular las propiedades mecánicas de un macizo rocoso,
en particular la resistencia a la compresión del macizo
rocoso (σcm) y su módulo de deformación (E). Valores
actualizados de mI se puede encontrar en Marinos y Hoek
[2000] o en el programa RocLab [Rocscience, Inc. 2007].
Hoek y Brown [1997] explican los procedimientos básicos,
pero Hoek et al. [2002] para los rangos apropiados de
tensión encontrados en túneles y taludes. Hoek y
Diederichs [2006] presentaron recientemente nuevas
ecuaciones para estimar el módulo de deformación del
macizo rocoso incorporando el módulo intacto medido o
estimado.
 SUGERENCIAS PARA USAR GSI
Después de más de una docena de años de aplicación del
GSI y sus variaciones para la caracterización del macizo rocoso,
este artículo intenta responder preguntas que han sido
planteadas por los usuarios sobre la selección apropiada del
índice para varios macizos rocosos bajo diversas condiciones.
Cuándo no usar GSI
El sistema de clasificación GSI se basa en el supuesto de que el
macizo rocoso contiene un número suficiente de discontinuidades
orientadas "aleatoriamente" de modo que se comporte como una
masa isotrópica homogénea. En otras palabras, el comportamiento
del macizo rocoso es independiente de la dirección de las cargas
aplicadas. Por lo tanto, está claro que el sistema GSI no debe
aplicarse a aquellos macizos rocosos en los que existe una
orientación estructural dominante claramente definida o una
inestabilidad gravitacional estructuralmente dependiente. Sin
embargo, el criterio de Hoek-Brown y el gráfico GSI se pueden
aplicar con precaución si la falla de tales macizos rocosos no está
controlada por dicha anisotropía (por ejemplo, en el caso de una
pendiente cuando el conjunto de discontinuidad estructural
dominante se sumerge en la pendiente y falla ocurre a través del
macizo rocoso). Para macizos rocosos con una estructura como la
que se muestra en la fila inferior del gráfico GSI (Figura 1), la
anisotropía no es un problema importante, ya que la diferencia en
la resistencia de la roca y la de las discontinuidades dentro de ella
es a menudo pequeña. La anisotropía en casos de inestabilidad
dependiente del estrés se analiza más adelante en este artículo.
También es inapropiado asignar valores de GSI a caras
excavadas en roca dura fuerte con algunas
discontinuidades espaciadas a distancias de magnitud
similar a las dimensiones del túnel o pendiente en
consideración. En tales casos, la estabilidad del túnel o
talud será controlada por la geometría tridimensional de
las discontinuidades que se cruzan y las caras libres
creadas por la excavación. Obviamente, la clasificación GSI
no se aplica a tales casos.
Descripción geológica en la carta GSI
Al tratar con macizos rocosos específicos, se sugiere que la
selección del caso apropiado en el gráfico GSI no debe
limitarse a la similitud visual con los bocetos de la estructura
del macizo rocoso tal como aparecen en los gráficos. Las
descripciones asociadas también deben leerse con atención,
de modo que se elija la estructura más adecuada. El caso más
apropiado puede encontrarse en algún punto intermedio entre
el número limitado de bocetos o descripciones incluidos en los
gráficos.
Proyección de los valores de GSI en el suelo
Afloramientos, pendientes excavadas, caras de túneles y núcleos
de pozos son las fuentes de información más comunes para
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estimar el valor de GSI de un macizo rocoso. ¿Cómo se deberían
proyectar o extrapolar los números estimados a partir de estas
fuentes al macizo rocoso detrás de una pendiente o delante de un
túnel?
Los afloramientos son una fuente de datos extremadamente
valiosa en las etapas iniciales de un proyecto, pero adolecen de la
desventaja de que la relajación de la superficie, la meteorización y /
o alteración pueden haber influido significativamente en la
apariencia de los componentes del macizo rocoso. Esta desventaja
puede superarse mediante zanjas de prueba, pero, a menos que se
excaven a máquina a una profundidad considerable, no hay
garantía de que se hayan eliminado los efectos de la meteorización
profunda. Por lo tanto, se requiere juicio para tener en cuenta
estos efectos de alteración y meteorización al evaluar el valor de
GSI más probable a la profundidad de la excavación propuesta.
Las pendientes excavadas y las caras de los túneles son
probablemente la fuente de información más confiable para las
estimaciones de GSI, siempre que estas caras estén razonablemente
cerca y en el mismo macizo rocoso que la excavación bajo investigación.
Los núcleos de pozo son la mejor fuente de datos en
profundidad, pero debe reconocerse que es necesario extrapolar la
información unidimensional proporcionada por el núcleo a la masa
rocosa tridimensional in situ. Sin embargo, este es un problema
común a todas las investigaciones de pozos, y los geólogos
ingenieros más experimentados se sienten cómodos con este
proceso de extrapolación.
Para el análisis de estabilidad de un talud, la evaluación se
basa en el macizo rocoso a través del cual se anticipa que
podría pasar un plano de falla potencial. La estimación de los
valores de GSI en estos casos requiere un juicio considerable,
particularmente cuando el plano de falla puede pasar por
varias zonas de diferente calidad. Los valores medios pueden
no ser apropiados en este caso.
Para los túneles, el índice debe evaluarse para el volumen de
roca involucrado en el transporte de cargas, por ejemplo, para
aproximadamente un diámetro alrededor del túnel en el caso del
comportamiento del túnel o más localmente en el caso de una
estructura como la pata de elefante de un acero. arco. En términos
más generales, los modelos numéricos pueden incluir la
variabilidad de los valores de GSI sobre el túnel en "capas". Drs.
Edmund Medley y Dimitrios Zekkos están considerando desarrollar
una función que defina la variación de GSI con profundidad para
un caso específico.
Anisotropía
Como se discutió anteriormente, el criterio de Hoek-Brown (y
otros criterios similares) asume que el macizo rocoso se comporta
isotrópicamente y que la falla no sigue una dirección preferencial
impuesta por la orientación de una discontinuidad específica o una
combinación de dos o tres discontinuidades. En estos casos, el uso
de GSI para representar todo el macizo rocoso no tiene sentido, ya
que la falla se rige por la resistencia al corte de estas
discontinuidades y no por el macizo rocoso.
Sin embargo, los casos en los que el criterio y la tabla GSI pueden
usarse razonablemente se han discutido anteriormente.
Sin embargo, en un análisis numérico que involucra una
sola discontinuidad bien definida, como una zona de corte o
falla, a veces es apropiado aplicar el criterio de Hoek-Brown al
macizo rocoso general y superponer la discontinuidad como
un elemento significativamente más débil. En este caso, el
valor de GSI asignado al macizo rocoso debe ignorar la
discontinuidad principal única. Las propiedades de esta
discontinuidad pueden ajustarse a la parte inferior de la tabla
GSI o pueden requerir un enfoque diferente, como pruebas de
corte de laboratorio de rellenos de arcilla blanda.
En términos generales, cuando hay confinamiento, el
régimen dependiente de la tensión está controlado por la
anisotropía de los macizos rocosos (por ejemplo, pizarras,
filitas, etc.). Button et al. Presentan una discusión del
comportamiento de la masa rocosa de anisotropía en la
construcción de túneles más allá de los sistemas de
clasificación comúnmente utilizados. [2004]. En estos
casos, sería necesario desarrollar un GSI dependiente de la
orientación. Esta es una idea reciente para intentar
simplificar el tratamiento de los problemas anisotrópicos.
Sin embargo, en vista de la posibilidad de complicar la
comprensión de GSI, un enfoque alternativo puede ser
utilizar un UCS dependiente de la orientación. Esto es más
lógico desde un punto de vista físico y, al ser casi
completamente intercambiable con GSI desde un punto de
vista matemático, debería funcionar igual de bien. El valor
de GSI en este caso sería alto,ci valor.
Con la capacidad de las microcomputadoras actuales, también es
posible modelar la anisotropía superponiendo un gran número de
discontinuidades en un macizo rocoso isotrópico al que se le asigna un
valor de GSI más alto. A estas discontinuidades se les pueden asignar
características de resistencia al corte y rigidez que simulan las
propiedades de la esquistosidad, los planos de asentamiento y las
juntas en el macizo rocoso. Se ha descubierto que estos modelos
funcionan bien y dan resultados que se comparan bien con las
soluciones anisotrópicas más tradicionales.
Apertura de discontinuidades
Las características de resistencia y deformación de un macizo
rocoso dependen del entrelazamiento de las piezas individuales de
roca intacta que forman el macizo. Evidentemente, la apertura de
las discontinuidades que separan estas piezas individuales tiene
una influencia importante en las propiedades del macizo rocoso.
No hay una referencia específica a la apertura de las
discontinuidades en el gráfico GSI, pero se ha proporcionado
un “factor de perturbación” D en la versión más reciente del
criterio de falla de Hoek-Brown [Hoek et al. 2002] y también se
utiliza en el enfoque de Hoek y Diederichs [2006] para estimar
el módulo de deformación. Este factor varía desde D = 0 para
masas rocosas no perturbadas, como las excavadas por una
tuneladora, hasta D = 1 para masas rocosas extremadamente
perturbadas, como taludes de minas a cielo abierto que tienen
90
ha sido sometido a voladuras de producción muy intensas. El factor
permite la interrupción del entrelazamiento de las piezas de roca
individuales como resultado de la apertura de las discontinuidades.
La influencia de este factor es de gran importancia para los
factores de seguridad calculados.
En esta etapa, hay relativamente poca experiencia en el uso de
este factor y puede ser necesario ajustar su participación en las
ecuaciones a medida que se acumula más evidencia de campo. Sin
embargo, la experiencia hasta ahora sugiere que este factor
proporciona una estimación razonable de la influencia del daño
debido a la relajación de la tensión o la voladura de las paredes de
roca excavadas. Tenga en cuenta que este daño disminuye con la
profundidad en el macizo rocoso y, en el modelado numérico,
generalmente es apropiado simular esta disminución dividiendo el
macizo rocoso en varias zonas con valores decrecientes de D que
se aplican a zonas sucesivas como la distancia desde el aumenta la
cara. Por otro lado, en pendientes de minas a cielo abierto muy
grandes en las que las explosiones pueden involucrar muchas
toneladas de explosivos, se han observado daños por explosión
hasta 100 mo más detrás del talud excavado. Este sería un caso
para D = 1 y hay una reducción muy grande en la resistencia al
corte asociada con el daño. Hoek y Karzulovic [2000] han
proporcionado algunas pautas sobre la extensión de este daño y
su impacto en las propiedades del macizo rocoso. Para taludes de
ingeniería civil o excavación de cimientos, el daño de la explosión
es mucho más limitado tanto en severidad como en extensión, y el
valor de D es generalmente bajo.
Este problema se vuelve menos significativo en macizos
rocosos débiles y tectónicamente perturbados, ya que la
excavación se realiza generalmente por medios mecánicos
"suaves" y la cantidad de daño superficial es insignificante en
comparación con el que ya existe en el macizo rocoso.
Índice de resistencia geológica a gran profundidad
En roca dura a gran profundidad (por ejemplo, 1000 mo
más) la estructura del macizo rocoso es tan apretada que el
comportamiento del macizo se acerca al de la roca intacta. En
este caso, el valor de GSI se acerca a 100 y la aplicación del
sistema GSI ya no es significativa.
El proceso de falla que controla la estabilidad de las
excavaciones subterráneas en estas condiciones está dominado
por la iniciación y propagación de la fractura frágil, que conduce al
desprendimiento, el desbaste y, en casos extremos, el estallido de
la roca. Se ha dedicado un esfuerzo de investigación considerable
al estudio de estos procesos de fractura frágil, y Diederichs et al.
[2004] proporcionan un resumen útil de este trabajo.
Cuando la perturbación tectónica es importante y persiste
con la profundidad, estos comentarios no se aplican y las
cartas GSI pueden ser aplicables, pero deben usarse con
precaución.
Discontinuidades con materiales de relleno
Los gráficos GSI se pueden utilizar para estimar las características
de macizos rocosos con discontinuidades con el relleno.
materiales que utilicen las descripciones de las columnas para el
estado de discontinuidades "deficiente" o "muy deficiente". Si el
material de relleno es sistemático y grueso (por ejemplo, más de
unos pocos centímetros) o hay zonas de cizallamiento con material
arcilloso, se recomienda el uso de la tabla GSI para macizos
rocosos heterogéneos (discutidos a continuación).
Influencia del agua
La resistencia al corte del macizo rocoso se reduce por la presencia
de agua en las discontinuidades o materiales de relleno cuando estos
son propensos a deteriorarse como resultado de cambios en el
contenido de humedad. Esto es particularmente válido en las categorías
de discontinuidades de "regular" a "muy deficiente", donde se puede
hacer un cambio a la derecha en condiciones de humedad. El
desplazamiento hacia la derecha es más sustancial en el rango de masa
rocosa de baja calidad (últimas filas y columnas del gráfico).
La presión del agua se maneja mediante un análisis de tensión
efectivo en el diseño y es independiente de la caracterización GSI del
macizo rocoso.
Figura 2. — Índice de resistencia geológica para rocas heterogéneas como flysch.
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Masas de roca erosionadas
Los valores de GSI para macizos rocosos meteorizados se
desplazan a la derecha de los de los mismos macizos rocosos
cuando estos no están meteorizados. Si la meteorización ha
penetrado en las piezas de roca intactas que forman la masa
(por ejemplo, en granitos erosionados), entonces la constante
mI y la fuerza ilimitada de la σci del criterio de Hoek-Brown
también debe reducirse. Si la meteorización ha penetrado en la
roca hasta el punto en que se han perdido las discontinuidades
y la estructura, entonces el macizo rocoso debe evaluarse
como un suelo y el sistema GSI ya no se aplica.
Heterogéneos y litológicamente variados o
Masas de roca complejas
GSI se ha ampliado para adaptarse a las masas rocosas
más variables, incluidas las masas rocosas cortadas de muy
mala calidad de materiales esquistosos débiles (como
limolitas, lutitas arcillosas o filitas) a menudo intercaladas
con rocas fuertes (como areniscas, calizas o cuarcitas) . Una
carta GSI para flysch, una típica heterogeneidad litológica
formación con perturbación tectónica, fue publicado por En el diseño, las propiedades de la roca intacta σci y ellosI también
Marinos y Hoek [2001]. Este gráfico se ha revisado debe tenerse en cuenta. Se debe utilizar un "promedio ponderado" de
recientemente y se reproduce en la Figura 2. Esta revisión las propiedades de las capas fuerte y débil.
se basa en la experiencia reciente de varios túneles Marinos et al. [2006] presentó recientemente una descripción
construidos en Grecia. Incluye casos de limolitas con poca cuantitativa, utilizando GSI, para macizos rocosos dentro de un
alteración y una variedad de casos de limolitas que complejo ofiolítico. Se incluyen tipos con gran variabilidad debido a
alternan con buena roca (p. Ej., Arenisca). su rango de tipos petrográficos, su deformación tectónica y su
Para masas rocosas litológicamente variadas pero alternancia (Figura 4). La estructura de las diversas masas incluye
tectónicamente inalteradas, como la melaza, Hoek et al. [2005] tipos desde macizo fuerte hasta cizallado débil, mientras que las
(Figura 3). Por ejemplo, la molasa consiste en una serie de condiciones de discontinuidades son, en la mayoría de los casos,
sedimentos tectónicamente inalterados de areniscas, de regulares a muy malas debido al hecho de que se ven afectadas
por la serpentinización y el cizallamiento. Esta descripción permite
conglomerados, limolitas y margas producidos por la erosión
la estimación del rango de propiedades y la comprensión del
de cadenas montañosas después de la fase final de una
cambio dramático en la construcción de túneles, desde condiciones
orogenia. La melaza se comporta de manera bastante
estables hasta una compresión severa dentro de la misma
diferente al flysch, que tiene la misma composición pero fue
formación a la misma profundidad.
alterado tectónicamente durante la orogenia. Se comportan
como macizos rocosos continuos cuando están confinados en
profundidad y los planos de estratificación no aparecen como
superficies de discontinuidad claramente definidas. Cerca de la
superficie, las capas de las formaciones son perceptibles, y
solo entonces pueden existir similitudes con la estructura de
algunos tipos de flysch.

Figura 3. — Cuadro para molasa confinada (aplicable

principalmente para túneles).
Figura 4. — Rangos de GSI para varias calidades de
macizos rocosos de peridotita-serpentinita en ofiolitas.

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 Rocas de baja resistencia de edad reciente
Cuando rocas como margas, arcillas, limolitas y areniscas
débiles se desarrollan en condiciones geológicamente estables en
un ambiente posttectónico, generalmente presentan una
estructura simple con pocas o nulas discontinuidades. Cuando
estas rocas forman masas continuas sin discontinuidades, la masa
rocosa puede tratarse como intacta con parámetros de ingeniería
proporcionados directamente por pruebas de laboratorio. En tales
casos, la clasificación GSI no es aplicable.
En los casos en que existan discontinuidades, puede ser
aplicable el uso de la tabla GSI para macizos rocosos “en bloques” o
“masivos” (Figura 1). Las discontinuidades en rocas tan débiles,
aunque son limitadas en número, no pueden ser mejores que
"regulares" (generalmente "regulares" o "malas"); por lo tanto, los
valores de GSI tienden a estar en el rango de 45 a 65. En estos
casos, la baja resistencia del macizo rocoso se debe a una baja
resistencia intacta σci.
PRECISIÓN DEL
SISTEMA DE CLASIFICACIÓN GSI
El sistema GSI "cualitativo" funciona bien para los
geólogos de ingeniería, ya que es consistente con su
experiencia en la descripción de rocas y macizos rocosos
durante el registro y el mapeo. En algunos casos, los
ingenieros tienden a sentirse incómodos con el sistema
porque no contiene parámetros que puedan medirse para
mejorar la precisión del valor de GSI estimado.
Los autores no comparten esta preocupación, ya que
creen que no tiene sentido intentar asignar un número preciso
al valor de GSI para un macizo rocoso típico. En todos los
casos, excepto en los más simples, GSI se describe mejor
asignándole un rango de valores. Para fines analíticos, este
rango puede definirse mediante una distribución normal con
valores de desviación estándar y media asignados sobre la
base del sentido común. GSI, con sus principios cualitativos de
descripciones geológicas, no está restringido por la ausencia
de buenas exposiciones o las limitaciones de las descripciones
cuantitativas de los núcleos.
Aunque GSI es un sistema totalmente independiente, en el
período anterior de su aplicación se propuso que se utilizara la
correlación de los valores de RMR y Q "ajustados" con GSI para
proporcionar la información necesaria para el criterio de Hoek-
Brown. Aunque este procedimiento puede funcionar con los
macizos rocosos de mejor calidad, no es confiable en el rango
de macizos rocosos débiles (p. Ej., GSI <35), muy débiles y
heterogéneos, donde no se recomiendan estas correlaciones.
Siempre que se utilice GSI, se recomienda una evaluación directa,
basada en los principios y gráficos presentados anteriormente.
Afortunadamente, la mayoría de los usuarios de GSI no tienen ninguna
dificultad en considerarlo como un sistema totalmente independiente.
Sin embargo, en los casos de comparaciones o análisis retrospectivo
donde se han utilizado otros sistemas de clasificación, se necesita algún
tipo de correlación con estos otros sistemas. En tales casos, puede ser
útil consultar el trabajo de Tzamos y Sofianos [en prensa]. Los cuatro
sistemas de clasificación-caracterización
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(RMR, Q, RMi [Palmström 1996] y GSI) fueron investigados, y
todas las clasificaciones de los sistemas se agrupan en una
tabla de índice de tejido común. Se recuerda al lector que no
debe perder de vista el mundo geológico real al considerar
tales correlaciones.
GSI Y DOCUMENTOS DE CONTRATO
Uno de los problemas contractuales más importantes en la
construcción de rocas y particularmente en la construcción de
túneles es el problema de las "condiciones cambiantes del suelo".
Invariablemente, hay discusiones entre el propietario y el
contratista sobre la naturaleza del terreno especificado en el
contrato y el que realmente se encontró durante la construcción.
Para superar este problema, ha habido una tendencia a especificar
las condiciones anticipadas en términos de clasificaciones de
túneles. Más recientemente, algunos contratos han utilizado la
clasificación GSI para este propósito, y los autores se oponen
firmemente a esta tendencia.
Como se discutió anteriormente en este documento, GSI se
desarrolló únicamente con el propósito de estimar las propiedades
del macizo rocoso. Por lo tanto, GSI es solo un elemento en el
proceso de diseño de un túnel y no se puede utilizar, por sí solo,
para especificar las condiciones del túnel. Debe estar asociado con
la resistencia de la roca intacta, la constante petrográfica mI, y
todas las características (como la anisotropía) del macizo rocoso
que pueden imponer un modo de falla diferente al de un macizo
rocoso isotrópico homogéneo estresado.
El uso de cualquier sistema de clasificación para especificar las
condiciones de tunelización anticipadas es siempre un problema, ya que
estos sistemas están abiertos a una variedad de interpretaciones,
dependiendo de la experiencia y el nivel de conservadurismo del
observador. Esto puede resultar en “cambios” significativos en el tipo de
excavación o soporte y puede tener importantes consecuencias
financieras.
El informe de referencia geotécnica [Essex 1997] se
presentó en un intento de superar algunas de las
dificultades y ha atraído una creciente atención
internacional en la construcción de túneles.
CONCLUSIONES
La caracterización de la masa rocosa tiene un papel
importante, no solo para definir un modelo conceptual de la
geología del sitio, sino también para la cuantificación necesaria
para los análisis "para asegurar que la idealización (para el
modelado) no malinterprete la actualidad" [Knill 2003]. Si se
lleva a cabo junto con el modelado numérico, la caracterización
del macizo rocoso presenta la perspectiva de una mejor
comprensión de la mecánica del comportamiento del macizo
rocoso [Chandler et al. 2004]. El sistema GSI tiene un potencial
considerable para su uso en la ingeniería de rocas porque
permite cuantificar muchas características de una masa
rocosa, mejorando así la lógica geológica y reduciendo la
incertidumbre de la ingeniería. Su uso permite evaluar la
influencia de las variables que componen un macizo rocoso y,
por tanto, explicar con mayor claridad el comportamiento de
los macizos rocosos.
de sus clasificaciones para cubrir una amplia gama de macizos
rocosos y condiciones, pero también nos permite comprender los
límites de su aplicación.
EXPRESIONES DE GRATITUD
El documento es el resultado de un proyecto
cofinanciado por el Fondo Social Europeo (75%) y Recursos
Nacionales Griegos (25%) - Programa Operativo para la
Formación Educativa y Profesional II (EPEAEK II) y
particularmente el Programa PYTHAGORAS.
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