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PANFLETOS,

COPLASY LIBELOSINJURIOSOS.
PALABRAS
SILENCIADAS
EN ELSIGLODE ORO

de don Lorenzo Cavero iba dando o distribuyendo por la ciudad hasta tal punto que toda
ella estaba escandalizada. El temor al escándalo consta a menudo en los procesos referidos
a libelos infamantes. Respecto de los que se atribuyeron en 1682 al doctor Diego González
de Elías, presbítero de la catedral de México, llenos de ofensas a las Sagradas Escrituras y
de injurias "contra una persona illustre y constituida en superior dignidad eclesiástica", el
clérigo Andrés Roger de Zuazola expuso que los publicaba "en conversaciones, perturbando
los ánimos de todos, así doctos como no doctos, escandalizándolos a todos".53
La calle y la palabra, hablada o escrita, fueron, pues, el espacio y la tecnología empleados
para difundir opiniones, cualesquiera que éstas fueran. En estas páginas me he centrado
principalmente en las que tuvieron alguna componente herética o disidente respecto de las
verdades y dogmas institucionalizados. No obstante, si nos internáramos por otros derroteros
de la palabra pública y la algarabía callejera notaríamos evidentes concomitancias en las
apreciaciones y en los juicios expresados. Naturalmente, no tanto en 10 que concierne a la
materia específica de cada pasquinada, unas veces argumentos de fe, otras asuntos políticos
y algunas litigios de honor, sino al modo de hacedas efectivas y convertidas en materias
de dominio y opinión públicos. Desde luego, así lo apunta la percepción que se tuvo,
especialmente en determinados sectores, de que tanto las chanzas cantadas por las calles
como las burlas, injurias o blasfemias vertidas en papeles, manuscritos o impresos, podían
entrañar un significado claramente agitador. Tanto si se trataba del reclamo lanzado por los
carteles y libelos infamantes fijados en los muros o en las casas de las personas injuriadas,
como si 10 era la costumbre de formar corrillos callejeros para comentar rumores y noticias,
más o menos rigurosos, o el hábito de canturrear canciones y coplas con frecuencia de tono
subido, en todos los casos los testimonios explicitan el recurso a la voz y a la escritura para
trasladar "opiniones" a la gente, difundiendo o inscribiendo dichos mensajes en los espacios
públicos de la ciudad. El hecho de que los procedimientos instruidos contra los libelos y coplas
infamantes se refieran a ellos como propagadores de "opinión", según se ha visto a propósito de
las coplas oscenses contrarias al misterio de la lnmaculada, resulta suficientemente expresivo
del potencial comunicativo que se atribuyó a dichos escritos en cuanto que alteraban la "paz
social", entendida como el respeto al orden e ideología imperantes.54
Es verdad que muchas coplas y libelos tuvieron una existencia efímera, limitada a las
horas que mediaban entre la fijación y su retirada, pero esto no les restaba capacidad de
influencia pues era costumbre que esas infamias o blasfemias entraran en un circuito de
reproducción donde se combinaba!a palabra y la escritura, ésta en sus vertientes manuscrita
e impresa. Francisco Guillén del Aguila en sus Discursos sobre la pureza virginal de María
(1640) había destacado esa circunstancia como agravante de los insultos vertidos en el libelo
contra la Virgen. O como se señaló también de los difundidos en Puebla por el maestresala
Gabriel de Arratia, "10 que más agravaba su delicto es que con señales de grande regozijo
andubo en la dicha s:iudad de los Angeles publicando los dichos libelos por las plas:as y
portales de mercaderes, ofre<;:iendo traslados de ellos a todas las personas".55
Estas circunstancias ayudan a entender algunos aspectos más concretos referidos a la
materialidad de los escritos fijados en las paredes y espacios públicos con clara intención
infamante, a saber: a) la elección de mensajes cortos y directos de fácil memorización o bien

53 AGN, Inquisición, vol. 649, exp. s.n., fols. 226-246: 227 y 239, para las citas.
54 En relación al papel de los panfletos, libelos y otros escritos en la conformación de la opinión
pública durante la alta Edad Moderna, véase el capítulo de P. BURKE,"Los medios y la esfera pública a
comienzos de la Europa Moderna", en A. BRIGSy P. BURKE,De Gutenberg a Internet. Una historia social
de los medios de comunicación, Madrid, 2002, pp. 91-124.
55 AGN,Inquisición, vol. 463, exp. 1, f. 25v. Proceso contra Gabriel de Arratia, maestresala del obispo
de Puebla, por haber publicado unos libelos contra el Santo Oficio de la Inquisición y sus ministros .

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