EL SUJETO Y EL

PODER
MICHEL FOUCAULT

Precedido por:

TIEMPO Y ESPACIO
EN EL DISCURSO DE
MICHEL FOUCAULT
Edgar Garavito
EI Sujeto YEI Poder: Trad. de Ma. CacllIa G6mezYJuan Camllo 0Cf10e

Oiagramac:l6n: Vilma de llazzanl

OIraeci6n Editorial: RaquelSoIla Amayay JaimeToro A.

C8r*u1a: J. T. A.

PRESENTACION

EI pensamiento de Foucault no se cierra

como sistema sino que se abre como alternativa de
múltiples transformaciones. Presentamos en este
libro algunas vias de acceso a la filosofia de
Foucault la cual ha provocado en la segunda mitad
dei siglo XX una radical transformación en el modo
de se,' dei pensamiento. "El Sujeto y el Poder" es
un texto básico sobre' la constituciôn dei sujeto
como resultado dei ejercicio dei poder y el saber.
Anuncia además la suhjetivación como ruptura
con la identidad y con eI marco de la repre-
sentación. "Tiempo y Espacio en el Discurso de
Michel Foucault" es un texto de aproximaciôn a la
imagen dei pensamiento de Foucault y su relación
con el afuera. Los canales de aproximación a
cultura Libre Foucault son múltiples; los que aqui presentamos

:~~~:~~~~~l~~ó~~~~~L:e~fc~
ojalá resulten eficaces.

LOS EDITORES
CARPE DIEM Ediciones, Ilogott 1.991
Derechos reservados. "
 TIEMPO Y ESPACIO EN EL
DISCURSO DE MICHEL
FOUCAULT
EDGAR GARAVITO *

* Filósofo. Profesor de filosoffa. Doctorado de la Universidad de Parfs

VIII. D.E.A. en f1l050f(8 de la Universldad de la Sorbona, Parfa I. "La
Transcursivité, Critique de I'ldentité Pevcholcalque", tesla doctoral
dirigida por Gilles Deteuze.
 Una aproximaciôn a Foucault en la ac-
tualidad, después de su muerte, nos exige proponer
algo nuevo, no limitarnos a volver a contar la obra,
sino más hien mirar la obra en lo que tiene de
radicalmente nueva desde la elaboración de al-
gunas hipótesis de trabajo. Me aproximaré, en
consecuencia, a un lihro difícil, a veces desaten-
dido dada su dificultad, pero que es así mismo una
pieza clave en el universo Foucault: "La
Arqueología del Saber". Y mi aproximación no se
hará con la seguridad de quien reproduce tesis ya
adquiridas sino COn el temor y la cautela de quien
propone algunas hipótesis con el ánimo de
favorecer una búsqueda.
 I
En qué sentido comprender el texto de
Deleuze "Un Nuevo Archivista" que empieza
diciendo: "una cosa nueva, profundamente nueva,
ha nacido en filosofia. La ohra de Foucault tiene
la helIeza de una maíiana de fiesta"? lQué es lo
nuevo? Cómo entender la novedad y la inquietud
que suscita su ohra? La primera hipótesis que
podemos proponer es que Foucault estahlece una
nueva relación con el afuera deI pensamiento y de
los ordenamientos deI saher. EI modelo tradicional
para pensar, para hacer filosofia y ciencias, es un
jnodelo de procedencia aristotélicá cuyo sentido
está dirigido hacia adentro. Conocer, en el
procedimiento tradicional es una operación del
intelecto que utiliza dos ejes: el eje de los concep-
tos que define la posihilidad lógica del pensamiento
y el eje de las imágenes, donde intervienela sen-
aihilidad siguiendo las leyes de asociaciôn, de
similitud y de continuidad. Tal modelo tradicional
intentará hacer funcionar armónicamente el eje de
los conceptos con el eje de las imágenes. Intentará,
por lo tanto, que el concepto se exteriorice en

11
 TIEMPO Y ESPACIO
imágenes y que las imágenes se interioricen en
conceptos. Ahora híen, esa relación circular de
interioridad y exterioridad es el pensamiento del
adentro. Es el pensamiento que supone, de alguna
manera, que la relación deI objeto y el sujeto de
conocimiento es la misma desde el origen de los
tiempos y que si algunos cambios se han intro-
ducido en esa relación, son cambios que con-
tribuyen a la realización de un proceso histórico
único. Si Foucault introduce una nueva relación
con el, afuera es porque rompe el modelo
tradicional dei conocer basado en la circularidad
de lo interior y lo exterior. El afuera introducido
por Foucault, no guarda ninguna relación vec-
torial con el exterior y el interior dei modelo
tradicional. Es una transformación radical de la
escala en la que se realiza la operación de conocer.
La novedad de Foucault consiste entonces en
proponer: a) que el pensamiento rompe con la
interioridad de los conceptos en tanto que procede
de afuera y es el ejercicio del afuera; b) que el
pensamiento no continúa la historia sin ruptura de
un proceso único sino que, por el contrario, el
pensamiento pasa por una muerte, Aún más, es el
pensamiento que viene de afuera el que con su
irreductible novedad provoca la muerte dei pen-
samiento vinculado a la interioridad de los con-
eeptos. El pensamiento que viene de afuera es
aquello que el modo de ser tradicional deI pen-
samiento no es ya capaz de asir, En este sentido,
Foucault retoma un problema de Antonin Artaud.
Cuando Artaud lanza su grito "yo soy lo incapaz
12
TIEMPO Y ESPACIO
dei pensamiento", no quiere decir que él sea in-
capaz de pensar, sino, más bien, que él es aquello
ql~e el pensamiento tradi~ional no es ya capaz de
asir; o, lo que es lo rmsmo , que lo nuevo del
pensamiento viene de afuera y que esa novedad
produce la muerte dei pensamiento precedente.
Un ejemplo tomado de "Las Palabras y las
Cosas", puede contribuir a aclarar la hipótesis del
afuera wn relación con la obra de Foucault. Cada
vez que en :'~as Palabras y las Cosas" hay una
tr'ansformaciôn dei modo de ser dei pensamiento
!> 1episteme
1' 11 ".
en termmos de Foucault, hay que
,
entender allí que se produjo una ruptura dei
encadenamiento del pensamiento y el mundo y que
un nuevo tipo de encadenamiento procedente de
afuera del pensamiento instaura nuevos objetos,
nuevos concept?s y nuevas r?laciones entre unos y
otros. En el ano 1.600, senala Foucault, Ulises
Alrlrovandi escrihe una "Historia de Serpientes y
Dragones". En el capítulo primero denominado
"De ~a Serpiente en General" trata el tema por
~e~lO. de las .siguie~tes rúbricas: "equívocos,
amo mmos , etimologia, diferencias, forma y
descripciôn, anatomía, naturaleza y costumbres
t '
emperamento , C~)lto, generación, voz, movimien-,
tos, lugares, alimentos, fisionomia antipatia
. "
" captura, muerte, heridas, envenamiento
simpatia,
remed~os,. epítetos. prodigios, presagios:
denominaciones , monstruos, mitologia díoses
apo, I ogos, ~ I egorías, mie terioa , jeroglíficos,
"
emblemas, símbolos, adagios, monedas, milagros,
13
 TIEMPO Y ESPACIO
TIEMPO Y ESPACIO
enigmas, divisas, heraldos, hechos históricos,
sueãos, simulacros, estatuas, usos en alimentación, afuera .e inaugura ] h .
usos en medicina, úsos diversos". Hacia 1.750, en
~uhjetividad. Enotra~ s.:1 stancla pensante como
Inventa la suhjetividadP( abras, el grito cartesiano
camhio, Carlos de Linneo sefialará que todo fundamento nuevo dei yo plenso) y la eleva como
capítulo concerniente a un animal dehe com- pensar.
prender solamente: nomhre, género, especie,
atributos y usos. EI Lenguaje ha sido fijado en EI anterior es sim I
Linneo. Tal reducción de rúbricas, que bien pensamiento procedente ~ ~mente un ejemplo de
pudieran hacer pensar que Aldrovandi sabía amplo período histórico P e afu~ra, que marca un
~n el modo de ser d~1 ero to ~ transformación
mucho más que Linneo, lo que está mostrando es
lr~upción dei afuera. E yensamu:nto supone la
una transformación radical en el modo de ser dei
afIrmar que asistimos a nuna actuabdad es posible .
pensamiento. EI orden propio de la historia
modo de ser dei pen . a nueva ruptura en e]
natural de Linneo era ahsolutamente imposible de desde N' samlento' una rnn.
concehir para Aldrovandi. Este huhiese visto en . ,.etzsche no cesa d fi' . .,,......ura que.,
se InScrlhe el pensamient eda Flrmarse y en la que
Linneo un peligroso empohrecimiento. Entre uno o e oucault.
y otro se ha producido la irrupción de una novedad
procedente dei afuera dei pensar en el que se
desplegaha el discurso de Aldrovandi. Tal afuera
es e! grito de Descartes. Es propio dei filósofo
sefialar la urgencia de transformar el modo de ser
de! pensamiento. En ese sentido, Descartes es
quien advierte que hay que detenerse, que no se
puede seguir pensando asi, que es necesario dudar
de todas las semejanzas, de todas las apariencias,
dei mundo y de los seres. Pero a partir de la duda
-Descartes encontrará un fundamento absoluta-
mente nuevo para el pensar. "No puedo dudar de
que estoy pensando y en tanto que dudo, pienso".
Tal es el grito cartesiano, que transforma radical-
mente el modo de ser dei pensamiento marcado por
la semejanza en e! que se hacía posihle el discurso
de Aldrovandi. EI grito cartesiano procede de

14
15
 II
La segunda hipótesis que podemos
proponer tiene que ver con la estética deI pen-
samiento, de la manera sugerida por Deleuze.EI
modo de ser dei pensamiento se constituye a partir
de una imagen espacio y una imagen tiempo y estas
imagenes establecen el fundamento estético deI
pensar. Hipotéticamente puede decirse entonces
que todo pensamiento va acompaiíado de manera
inmediata de una imagen-pensamiento, y que esta
imagen pensamiento está compuesta fundamental-
mente por un espacio y un tiempo. Es necesario
explicar las características de este espacio y de este
tiempo. En primer lugar no deben ser confundidos
con un espacio geográfico y social ni con un tiempo
histórico social. EI espacio y el tiempo social cor-
responden aI país, aI medio cultural o a la época
en la que un pensamiento resulta elaborado dis-
cursivamente. En ese sentido elespacio y el tiempo..
social son exteriores ai espacio y eI tiempo deI
pensamiento. Pero el espacio y el tiempo deI pen-

17
 TIEMPO Y ESPACIO
samiento tampoco deben ser confundidos con un
espacio y un tiempo referenciales, es decir, con el
espacio y el tiempo ae los que habla el pensamiento
elaborado discursívamente. Cuando se dice que
hay un espacio y un tiempo dei pensamiento no
dehe creerse entonces que se trata de las con-
diciones sociales e históricas en las que se desen-
vuelve el pensamiento, ui tampoco dei espacio o dei
tiempo de los que el pensamiento habla, EI espacio
y el tiempo dei pensamiento son una estética in-
manente ai propio pensamiento y no se haIlan
fuera de él. Un lingüista ruso , Mikhail Bakhtine,
introdujo hacia los anos 40 la idea de que en toda
novela hay un tiempo y un espacio interior ai
discurso y los denomina el "crono-topo" dei discur-
so. De la misma manera podemos proponer que
todo pensamiento, que todo discurso y que todo
sistema filosófico tiene un Ja:pno-topo que le per-
tenece y que es interior ai propio discurso. Ahora
bien, tal "cronotopía" es la que no ha sido suficien-
temente estudiada por la filosofía. Investigar hajo
esta perspectiva es quizá lo que nos puede explicar
las condiciones inmanentes ai acto de pensar y ai
aeto de enunciar. Es además, si nos atrevemos a ir
más alIá con esta hipótesis, lo que en última instan-
cia podría explicar por qué es posihle pensal'.
La imagen pensamiento, explicada a partir
de un espacio y un tiempo, no dehe confundirse
tampoco con el mêtodo que orienta,ai pensamiento.
Es cierto que toda metodologia tiene un espacio y
un tiempo. EI espacio dei método es el conjunto de
18
TIEMPO Y ESPACIO
instrumentos o medios que utiliza y es, además, el
conjunto de ohstáculos que trata de superar. EI
tiempo dei método es la manera como se suceden
y se articulan las razones entre sí. La imagen
pensamiento y la metodologia tienen amhas un
espacio y un tiempo. Sin embargo, no dehen ser
confundidas, ya que la metodologia es una
elahoración racional hecha por cada filosofía o
sistema teórico. Un filósofo que escrihe su "discur-
so dei método", realiza una elahoración racional
siguiendo un tiempo u orden dei pensamiento y un
espacio o disposiciôn de medios para superar
determinados ohstáculos. EI espacio y eI tiempo
propios de la imagen pensamiento no son, en
cambio, racionalizados. Se trata de una estética dei
pe,nsar que maneja tanto el método como eI discur-
so, sea filosófico, científico, literario, etc. Aquel
que escrihe orienta además su vida desde una
imagen tiempo e imagen espacio que componen una
específica imagen pensamiento. Tal imagen pen-
samiento puede coincidir o no con la de un grupo
de escritores, con la de un movimiento literario o
científico, con la de un sector social o con la dei
pensamiento en un período histórico determinado,
pero siempre será lo más importante el carácter
preconsciente y precognoscitivo dei espacio y el
tiempo inmanentes ai pensamiento y ai discurso.
Además, cuando se dice preconsciente y precognos-
citivo no hay que entender aIlí un factor psicológico
individual ni una pulsión reprimida por la concien-
cia. La imagen pensamiento es fundamentalmente
el campo estético sohre el cual se dispone el pensar,
19
 TIEMPO Y ESPACIO
y por lo tanto, pertenec«: má8 ~ una relac~ón
espacio-temporal qp.e a un lnc~n8c~enteêntendido
a la manera freudiana. En la historra de la fll080fía
es quizá Spinoza en el HT;atado de ~a I!eforma, del
Entendimiento. quien mas se aproximo a esta ídea
de imagen pensamiento. Allí seiíala que bay una
parte deI pensamiento que fu.n~ion~ c0II!0
autómata espiritual (automaton sP.lrltuali.s) y que
dicbo automatismo no fue concehido por los an-
tiguos. Los escolios y ~os corolar}os en la o.b~a de
Spinoza son lo proplO deI automata espiritual,
acontecimientos discursivos que responden a la
disposición estética deI pensamiento y de l~s ~uales
no se tiene un absoluto control metodológico. A
diferencia del consciente y el inconscien~e
freudianos que están ambos en el mundo lenguaJe
según seiíaia Lacan, la preconciencia de la imagen
pensamiento es la disposición espacial y temporal
sobre la eual se establece tanto el discurso del
consciente como el del inconsciente.
La imagen pensamie:,,~o no d~b~ ~er con~un­
dida, pues, ni con las condiciones ~llstorlCo-socl~les
que hacen posible el discurso, rn con. el espaClo y
el tiempo del objeto al cual ~se dISCU~SO hace
referencia , ni con la metodologia que Orienta las
. . '
elaboraciones discursivas. No nene que ver m con
la forma de un método ni con el contenido u objeto
del discurso. En cambio, sí puede comprenderse
como la fuerza o potencia de aglutina~ión deI
discurso. Más que ser la forma deI decir o del
pensar, la imagen pensamiento es la fuerza de un
20
TIEMPO Y ESPACIO
espacio y un tiempo que relacionan
automáticamente una idea y otra idea, un pen-
samiento y un objeto, un autor y un lector, etc. Si
alleer un libro o aI ver una película, ellector o el
espectador dicen "es apasionante, me sentí impreg-
nado por el tema, era mi propia vida la que ahí
estaba en juego", y en cambio, de otro libro o de
otra película dice "no entendí, el tema no tiene
ninguna importancia", qué podemos entender en
todo esto? Evidentemente, que hay una fuerza
preconsciente y precognoscitiva que vincula, en el
primer caso, el autor y el lector, el director y el
espectador, y, en cambio, una fuerza igualmente
preconsciente y precognoscitiva que en el segundo
caso los separa. En otras palabras, puede decirse
que en el primer caso está presente un mismo
cronotopo y que en el segundo caso entran en juego
dos cronotopos diferentes. En ellibro "Cine 2: La
Imagen-Tiempo", Gilles Deleuze, al hacer refer-
encia aI director de cine soviético Eisenstein,
sefiala que para éste no se trata simplemente de
una fuerza sino de una materia común que une aI
autor y aI espectador y a la que le da el nombre de
"materia noêtica" o "materia automática": una
materia primera, preexistente a la lengua .que
funciona automáticamente en eI pensamiento por-
que vincula en un mismo espacio y un mismo
tíempo aI autor cinematográfico y aI espectador.
En "Las Palabras y las Cosas", los modos de ser
del pensamiento que cubren períodos más o menos
largos, pueden hacernos pensar en la existencia de
una materia o de un cronotopo común que aglutina
21
 TIEMPO Y ESPACIO
diferentes discursos. En 1.859, por ejemplo,
Charles Darwin escrihe "Del Origen de las Especies
por Medio de la Selecciôn Natural". En 1.872
publica el lihro "La Evolución del Hombre y la
Selección Sexual". Tales ideas evolucionistas cor-
responden a una imagen pensamiento propia del
siglo XIX en donde cumple un papel fundamental
el tiempo como forma lineal ahierta e infinita, El
espaeio del ser, tomado en su aislamiemto, es
atravesado por el tiempo y por la fuerza de la vida.
Ahora hien,· esta cronotopía es común tanto aI
darwinismo como aI positivismo de Comte y Spen-
cer, quienes sostienen el progreso continuo gracias
aI desarrollo tecnológico, y de alguna manera es
una cronotopía presente tamhién en la dialéctica
de Hegel y Marx, a pesar de que allí el "progreso"
se hace graeias a la relación con lo negativo. La
tesis de Foucault es, entonces, que un mismo
ordenamientode episteme vincula en el siglo XIX
discursos tan diferentes como los de la biologia, la
economía política y la filosofia, Nosotros diríamos,
en apoyo de las ideas expuestas, que un mismo
cronotopo funciona automáticamente en tales dis-
cursos y que actúa como fuerza de aglutinación que
aproxima más a Darwin con Comte o con Marx que
con los estudiosos de la historia natural en el siglo
XVIII como Linneo y Buffon.
Amplios períodos de la historia pueden es-
tahlecerse a partir del cronotopo que les da
especificidad. Llega un momento, sin emhargo, en
el que ese cronotopo pierde su eficacia como factor
22
TIEMPO Y ESPACIO
~e aglu~naeión ~e los discur~os hajo una misma
rmagen tIempo e imagen espacio. Es el momento en
el que comienzan a oirse múltiples voces de alarma:
"hay que detenerse, no es posihle seguir pensando
aaí..;". Causas múltiples intervienen sin duda en el
ahand~~o de una imagen pensamiento y en la
form,aclOn de u~ nuevo cronotopo del pensar,e, Si
consideramos simplemente una causa inmediata
aqu,ella que p.r~cipita la transformación, es posihl;
d~clr que alh mterviene un grito filosôfico, De la
misma manera como Antonin Artaud hahla de
atletismo afectivo , según el cual a cada sentimiento
y a cada ~e'.'saci?n pertenece un soplo que produce
un camhio mtermr , es posihle hahlar de un atletis-
mo filosófico, según el cual, el filósofo concentra
todas sus fuerzas en producir nn camhio aI modo
de ser dei pensamiento. EI filósofo como el actor
es un guerrero que nsa sus fuerzas para producir
un camhio. "iCuál es el modo de ser de nuestro
, ? P ,
pensanuentor i or que este modo de ser resulta
ahora ineficaz? Detengámonos, no podemos seguir
pensando así", Tal es la angustia dei fílôsofo, su
voz, de alarma, antes de lanzar el grito que ha de
ahrir un nnevo, modo de ser dei pensamiento.
Descartes, P?r eJ,emplo, duda de toda semejanza y
de toda apane~cla, que so~, ai decir de Borges, en
el poema dedicado ai filõsofo, los suefios de la
razón:
"He sofiado mi enfermiza nifiez
he sofiado los mapas y los rein~s
y aquel duelo en el alha,
23
 TIEMPO Y ESPACIO
he soiiado el inconcebihle dolor,
he soiiado roi espada,
he soiiado la auda y la incertidumbre,
he soiiado el día de ayer.
Quizá no tuve ayer,
quizá no he nacido. Acaso suefio
haber soãado".
Y en las "Meditaciones Metafísicas", Descar-
tes lanza el grito que abre un nuevo modo de ser
deI pensamiento: "No puedo dudar que estoy pen-
sando y en tanto que dudo, píenso". EI grito
cartesiano, como hemos dicho, inaugura la sub-
jetividad, el racionalismo, un modo de ser del
pensamiento que encuentra un fundamento
intrínseco, etc. Comprender la historia de la
filosofía es ante todo ser sensihle a los gritos
filoaôficos que transforman el modo de ser dei
pensamiento introduciendo una nueva imagen
cronológica y topológica en el tratamiento dei ser.
24
III
Los dos parágrafos anteriores hacen posihle
la formulación de dos preguntas con respecto a
Foucault. La primera, tcuál es la imagen espacio
y la imagen tiempo en el pensamiento de Foucault?
La segunda, tcuál es la relación específlca que tal
cronotopo guarda con el afuera? Para dar una
respuesta aproximada a cada una de êstas pregun-
tas vamos a considerar dos fundamentos dei pen-
samiento de Foucault: la Arqueologia del Saber y
la Genealogía dei Poder. Aparentemente la
arqueología dei saber que, como veremos, es la
descripción de las cosas dichas en relación con el
sistema de formaeiôn de los enunciados, remite a
una imagen espacio, mientras que la genealogia del
poder en tanto que emergencia de una práctica
remite a una imagen tiempo, Sin embargo veremos
que esta primera aproximación resulta insuficiente
ya que algunos elementos de la arqueologia dei
saber sugieren la genealogia, y paralelamente, hay
componentes de la genealogia que son decidida-
25
 TIEMPO Y ESPACIO
mente arqueolêgíeos. Amba8 c08a8 las trataremos
de mostrar enseguida.
La "Arqueologia dei Saber" es un Iihro que
gravita alrededor de conceptos bâsicos como:
enunciado, función enunciativa, positividad, ar-
chivo y arqueología. Foucault denomina
positívídad la condición para que "lo dicho" se haga
realidad, emerja y coexista con otros enunciados.
Es, pues, una condiciôn de realidad, emergencia y
coexistencia de enunciados. Si, por ejemplo, en el
siglo XVIII no hay biologia sino historia natural,
no hay economía sino análisis de las riquezas, no
hay lingüística sino gramática general, lqué es lo
que hace que tales saberes clásicos coexistan, se
aproximen entre sí, se hayan hecho posibles a
partir de un mismo umbral y luego, más o menos
hacia fines del siglo XVIII, se hayan borrado?
Foucault responderá que es la positividad como
condición de coexistencia de estos saberes la que
los aproxima históricamente. Y aI cambiar la
positividad a finales del siglo XVIII se abandonan
tales discursos. Más concretamente, son saberes
que tienen como común modo de ser la búsqueda
del orden y de la medición a partir de la repre-
sentación de seres discontinuos y permanentes. Lo
anterior no es nada más que un ejemplo. Lo que
realmente nos interesa es el vínculo establecido por
Foucault entre positividad y espacio: la positividad
"define un espacio limitado de comunicación.
Espacio relativamente restringido ya que está lejos
de tener la amplitud de una ciencia considerada en
26
TIEMPO Y ESPACIO
todo su devenir histórico ... pel'o espacio más ex-
tendido, sin embargo, que el juego de las influen-
cias que ha podido ejercerse de un autor a otro...
Más exactamente, esta forma de positividad define
un campo en el que pueden eventualmente
desplegarse identidades formales, continuidades
temáticas, traslaciones de conceptos, juegos
polémicos ... Permite poner en claro, por ejemplo,
la medida en que Buffon y Linneo hablaban de la
misma cosa, colocándose al mismo nivel o a la
misma distancia, desplegando el miamo campo
conceptl'al, o poniéndose sobre el mismo campo de
batalla" .
En esta cita es posible recoger las palabras
espacio, extensiôn, forma, campo, distancia, nivel.
Todas ellas son nociones espaciales, puede decirse
entonces, en palabras de Foucault, que la
positividad define un espacio, un "espacio limitado
de comunicaciôn", La positividad es la condición
de espacialización de los discursos; a ella se vincula
pues, una imagen espacio en el pensamiento de
Foucault. Foucault no utiliza la noción de imagen
pensamiento, ni parte de la hipótesis de que haya
un espacio y un tiempo que puedan ser establecidoa
en el discurso. Sin embargo, si aplicamos la mirada
abierta en el parágrafo anterior en relación con el
espacio deI pensamiento, tenemos que seíialar que
1 • M. Foucault. "Arqueologia dei saber", ps. 214·215
27
 TIEMPO Y ESPACIO
la positividad corresponde a la imagen espacio de
Foucault y que es ella uno de los componentes de
su imagen pensamiento.
Ahora hien, iqué es lo que Foucault
denomina archivo? Si la positividad es la condición
de realidad, emergencia, coexistencia y dispersión
de los enunciados, es necesario tener en cuenta que
las condiciones no imprimen realidad absoluta a
los hechos. Para que los enun~iados efectíva~ente
emerjan, se dispersen o ooextstan se necestta .un
segundo elemento: el archivo. Foucault denomina
archivo "aquello que hace que todas las cosas
dichas no se amontonen indefinidamente en una
multitud amorfa, ni se inscrihan tampoco en una
linealidad sin ruptura, y no desaparezcan ai sólo
azar de accidentes externos; sino que se agrupen
en figuras distintas, se compongan las unas con las
otras según relaciones múltiplos, se mantengan o
se esfumen según regularidades específicas ... Entre
la lengua que define el sistema de construcció~ de
las frases posíhles, y el corpus que recoge paslva-
mente las palahras pronunciadas, el archivo define
un nivel particular: el de una práctica que hace
surgir u'na multiplicidad de enunciados como otros
tanto. acontecimientos regulares, como otras tan-
tà's 'c~sas ofrecidas ai tratamiento o la
manijmlaciôn... EI archivo es el sistema general de
la fo~ción y de la tra,ns~ormación de los ~nun­
ciados" . En cuanto practlca que hace surgir los
enunciados podemos decir que el archivo coloca el
1 • Op. C~., ps. 220 • 221
28
TIEMPO Y ESPACIO
material arqueológico en disposición de dar lugar
a la realizaeión de un aconteeimiento discursivo.
En otras palahras, el archivo coloca el material
arqueológico en disposición genealógica. Sin em-
hargo, aquello que nos interesa fundamentalmente
en relaeión con este tema es que Foucault coloca
el archivo en diferente escala de aquello que el
mismo archivo contrihuye a realizar. Es ahí donde
encontramos la novedad de Foucault seiíalada en
nuestro primer parágrafo: la idea y los contenidos
dei pensamiento vienen de afuera y son el ejercieio
dei afuera. "Es evidente que no puede descrihirse
exhaustivamente el archivo de una sociedad, de
una cultura o de una civilización... No nos es
posihle descrihir nuestro propio archivo, ya que
es en el interior de sus regias donde hablamos y ya
que es êl quien da a lo que podemos decir sus modos
de aparición, sus formas de existencia y de coexis-
tencia, su sistema de acumulación, de historicidad
y de desaparición. En su totalidad , el archivo no
es descr!ptihle, y es incontorneahle en su ac-
tualidad" . EI archivo actúa, en consecuencia,
como un correlato que hace surgir lo que es dicho.
AI miamo tiempo ahre lo dicho hacia un afuera. EI
archivo escapa a aquello que ellenguaje dice y, sin
emhargo, contrihuye a construir ese lenguaje. Se
ve de inmediato la importancia dei archivo: en
tanto que viene de afuera, el archivo es lo que
.rompe el modelo clásico dei pensar. Rompe, por
consiguiente, la idea de continuidad, la idea de
1· Op. clt, p, 221.
29
 TIEMPO Y ESPACIO TIEMPO Y ESPACIO

evolución de un saber que progresa en el tiempo y la narración. De alguna manera la descripción

la idea de un origenprrmero y borroso. Disipa, por rompe la cronología impuesta por la narracron,
lo tanto, la identidad anudada a la cronología. Su rompe los encadenamientos impuestos por el orden
irrupción es lo que genera enunciados absoluta- del discurso. Es en este sentido que podemos
mente nuevos pero también lo que provoca la vincular la arqueología con una imagen espacial en
muerte a los enunciados que no constituye. Con el Foucault. Se trata de una descripción, de un tipo
concepto de archivo Foucault pone en evidencia especial de descripción que Foucault denomina
que la novedad del pensamiento viene de afuera y , "descripción interrogativa", es decir, aquella que
que los contenidos del pensamiento pasan por una conduce lo dicho a preguntarse por el afuera que
muerte. le da realidad, o sea, por su archívo. He ahí cómo
la arqueología es el concepto de Foucault y el
El concepto de arqueología que da sentido aI fundamento de su trabajo investigativo en donde
libro deI cual nos ocupamos es, así mismo, una se pone de presente un vínculo evidente entre el
noción espacial. Foucault define la arqueología del espacio y el afuera.
saber como la descripción de los discursos enten-
didos como prácticas en el elemento del archivo.
La arqueología deI saber no es asimilable entonces
a buscar un origen o a hacer una excavación. AI
definir la arqueologia como descripción que inter-
roga "lo dícho" en relación con el archivo deI que
ese discurso depende, Foucault introduce de nuevo
una imagen espacial. En un discurso se pueden
reconocer dos grandes sentidos: la descripción a la
cual va asociada fundamentalmente una imagen
espacial y la narración, en donde predomina una
imagen temporal. La descripción es una manera de
"abrir el espacio al frente y cerrar el tiempo a las
espaldas". Puede decirse que hoy se está renovan-
do la naturaleza de la descripción; que la
descripción tiene un poder o una potencia como es
la de construir el objeto en un espacio y con ese
mismo gesto destruir o suprimir el objeto dado por

30 31
 IV
La mejor aproximación posihle a la imagen
tiempo en Foucault es a través dei concepto de
genealogía. Este concepto es tomado por Foucault
de un único y gran predecesor: Nietzsche. En la
obra de Foucault hay grandes reconocimientos a
Nietzache. Vamos a considerar para los efectos de
este trahajo la primera de las conferencias de Rio
de Janeiro presentadas hajo el nomhre "La Verdad
y las Formas Jurídicas", el texto "Nietzsche,
Freud, Marx" y, el artículo "Nietzsche, la
Genealogía y la Historio", En ellos es expuesto el
concepto de genealogía de Foucault como un con-
cepto directamente nietzscheano.

Sin emhargo, antes de considerar el concepto

de genealogía en Foucault, hagamos una
afirmación rigurosa y urgente: Foucault no es un
hístoriador. Más hien hace, junto con otros
filósofos contemporáneos, la demolíciõn de la his-
toria, o por lo menos, de la historia tal como la
concihió la Modernidad. Los títulos de algunos de

33
 TIEMPO Y ESPACIO
los libros de Foucault pueden hacer creer a ciertas
"buenas conciencias" que todo está en orden, que
seguimos idênticos, constituídos bajo la noción
moderna de historia: "Historio de la Locura",
"Historia de la Sexualidad" ... EI sentido común
puede pensar allí, "ah, qué bonitos títulos, tenemos
la historia de la cultura, y anudada a ella unas
historias específicas, de la lo cura, de la
sexualidad". Las buenas conciencias pneden creer
que los libros de Foucault refuerzan la historia.
Pero entendamos: si llamamos historia el saber que
nos da una identidad en el tiempo, un saber que
nos dice lo que somos, un saber que nos aclara
nuestra razón de ser, entonces Foucault no es un
historiador. Si llamamos historia un saber que nos
dice lo que fuimos antes pero lo que ahora ya no
somos, o un saber que nos cuenta que hay un gran
proceso cultural aunque poblado de contradic-
ciones tendidas a ganar en el tiempo un cambio
cualitativo, entonces Foucault no es un his-
toriador. Si llamamos historia un saber que nos
permite hacer las analogias dei presente con el
pasado, emulaciones a distancia, reencuentros por
similitud, entonces Foucault no es un historiador.
i Cuál es el papel de la histeria en Foucault?
iDe qué historia se trata enFoucault? Es cierto
que la historia hace parte de su horizonte, pero es
el horizonte que tiene a sus espaldas. Foucault es
el filósofo que junto con Nietzsche inventa una
relaeiôn nueva con la historia. iQué quiere decir
tener la historia como horizonte a las espaldasf
34
TIEMPO YESPACIO
Quiere decir que se tiene en cuenta la historia sólo
como aquello de lo que nos diferenciamos. La
historia no es aquello en lo que estamos sino
aquello de lo que diferimos. Preguntarse en qué
somos hoy griegos, en qué somos hoy románticos,
seria tener la historia al frente tratando de preser-
var y restituír una identidad. Preguntarse en cam-
bio en qué no somos griegos, en qué no somos
románticos, etc., es destituír la identidad histórica
y es tal el sentido de poner la historia a las
espaldas. Si utilizamos como imagen de la historia
un horizonte colocado a las espaldas, es válido
preg~mtarsequé hay en el campo de visihilidad que
se trene aI frente. Respondamos, en sentido
nietzscheano, que ai frente está la afirmación de la
diferencia y no la preservación ni la
transformación de la identidad. Es por esto quizá
por lo que a veces se ha sugerido que el problema
fundamental para Foucault no es la historia sino (
la actualidad. Pero no; el problema fundamental
para Foucault no es tampoco la actualidad, a pesar I
de que haya escrito textos sobre nuestra actualidad
y sobre otras actualidades, como la conferencia·
sobre la Aufkliirung en Kant. Porque el problema
para Foucanlt, más que ser la actualidad es aquello
que difiere en lo actnal, la afirmación de la diferen-
cia en lo actual. En otras palabras, el problema
fundamental para Foucault es lo in-actual, enten-
diendo ahí, no lo desactual, lo que está lejos de lo
actual, sino lo intempestivo: una fuerza interior ai
tiempo que destitnye en el tiempo sus con-
tinuidades, sus procesos, sus identidades y sus
35
 TIEMPO Y ESPACIO
contradicciones. Foucault tiene ai frente lo in-ac-
tual dei acontecimiento, aqueUo que podemos
Uamar el evento, o fuerza dei acontecimiento que
impide integrarIo a un molde temporal.
Poner la diferencia en el lugar de la identidad
exige destituir la idea de sujeto de la historia
propia dei racionalismo. EI retorno de lo trágico
como espacio en el que se despliega la ohra de
Foucault destituye el privilegio dei sujeto histórico
y da lugar a la irrupción de acontecimientos en su
exclusiva singularidad. Foucault sólo advierte la
existencia real de acontecimientos dispersos y de
las superficies contingentes de donde ellos emer-
gen. Son los dados dei azar, como expresión de
fuerzas, los que afirman el acontecimiento y no los
aujetos ni las leyes motrices de la historta.
En la cónversación con Maurice Agulhon,
recogida hajo el título "EI Polvo y la Nube", dice
Foucault: "Ia causa pierde gravedad. La
disminución dei peso de la gravedad causal consiste
en que en torno ai acontecimiento singular lo que
hay no es una causa sino un ''polígono'' o más hien
un "poliedro de inteligibilidad" cuyo número de
caras no está definido de antemano y que jamás
puede ser considerado como totalmente acahado ...
Entre más se descompone el proceso desde dentro,
más podemos ver relaciones de inteligihilidad ex-
terna ... Es evidente que lo que yo propongo es a la
vez demasiado y demasiado poco: demasiadas
relaciones diferentes, demasiadas líneas de análisis
36
TIEMPO Y ESPACIO
y ai miamo tiempoinsuficiente necesidad de man-
tener una unidad" .
La Modernidad tuvo una manera de ser
metafísica: creer en la historia como modelo, como
forma, como proceso y como desarrollo. Tal his-
toria consideraha dos aspectos: lo que acontece,
sucesiones de hechos tejidos a una cronología. Y
los acontecimientos, momentos de ruptura, en los
que se producía un camhio de curso histórico. La
historia como modo de ser dei pensamiento, tendía
a entretejer el acontecimiento en la dirección de lo
que acontece. Tal historización de los acon-
tecimientos los reducía, acomodándolos a
categorias y modelos pre-estahlecidos. Un acon-
tecimiento cualquiera, Mayo 68· por ejemplo,
tendia a ser historizado como una muestra dei
ineluctahle advenimiento dei socialismo. Como se
sahe, "Las Palabras y las Cosas", uhicarán la
historia como uno de los modos de ser dei pen-
samiento; una manera de pensar, que desde Kant
hasta mediados dei siglo XX, construyõ el ser de
lo empírico.
La Modernidad se caracterizó por creer en
la historia y por historizar los acontecimientos.
"Nosotros" ya no podemos pensar así, Decimos que
la historia ha dejado de ser pertinente y que pensar
en términos históricos es pertenecer a un 'pen-
samiento hoy inoperante. Asistimos hoy a la
1 • C/. "EIPolvoy la Nube"en"La Impoolbla Prislón: DebelaconMichel
FoucauR", ed. Anagrama, 1,982,
37
 TIEMPO Y ESPACIO
dcsaparición de la historia como modo de ser deI
pensamiento. Lo <we se está produeiendo es una
enorme deshistorizaeión. Hoy es necesario deshis-
torizar y deshistorizarse. El proyecto postmoderno
es quizá inverso: en vez de historizar los acon-
tecimientos asistimos hoy a la eventualizaeión de
lo histórico por la vía de los acontecimientos.
Ingresar en la postmodernidad es constatar que la
historia ya no pudo historizar más los acon-
tecimientos sino que más hien son los aeontecimien-
tos los que han dispersado la historia.
La genealogia como imagen tiempo tiene
diferentes sentidos que se estahlecen claramente
cuando se consideran los lugares comunes del
modelo clásico deI pensar a los cuales se opone. El
primer sentido de genealogia es el de inveneión. La
palahra invención (Erfin~ung) a~arece con
frecuencía en los textos de Níctssche, mcluso para
seiialar que el conocimiento es inventado. "En un
determinado punto del tiempo unos animales in-
teligentes inventaron el conocimiento". Este texto
de' Nietzsche indica que el conocimiento no
apareció por necesidad en el primer homhre sino
que fue inventado en un momento dado. La
palabra inveneión es opuesta por. Nietzschc a. Ia
palahra origen (Ursprung). EI o'"'gen, errterrdirlo
como un momento primero, único y ahsoluto ,
introduce una idea a-hístôrica y metafísica. Intro-
ducir el origen es, según Nictzsche, introducir la
metafísica en la historia y tal es la crítica que dirige
fundamentalmente a Schopenhauer . Nietzsche
38
TIEMPO Y ESPACIO
dirá, por ejemplo, que la religión fue inventada,
fabricada en un momento dado y que no existia
con anterioridad; Schopenhauer en camhio
hahlaha dei "origen" de la religión, a partir de un
sentimiento metafísico, necesario, primero y
universal presente en los homhres primitivos, como
si la religión estuviese dada desde el principio. La
invención como primer sentido de la genealogia
destituye la noción deI origen primero y permite
leer la histoeia a partir de tiempos diferentes
marcados por comienzos diferenciales de lo nuevo,
es deeir por invenciones.
El segundo sentido de genealogia es el de
ruptura. La ruptura, entendida como irrupción
radical de lo nuevo es dificilmente admitida por el
Ipodelo clásico deI pensar. A veces este modelo se
atreve a seiialar "rupturas" en la hístoria deI pen-
samiento; sin emhargo son quiehres definidos hajo
la perspectiva deI progreso, como si una fuerza
común se desarrollara desde el origen primero
hasta nuestros. días, El sentido de ruptura en
Nietzsche y Foucault es el abandono de la iden-
tidad cronológica y la entrada de procesos diver-
sos, cada uno con su propio tiempo, con su propia
vida, sin que constituyan una totalidad cronológica
homogénea. Ruptura se opone a continuidad de la
misma manera que inveneión se opone a origen. Es
fácil comprender que cuando se plantea la historia
en términos de origen primero y único, se creerá
tamhién que la historia es un proceso único y se
harán esfuerzos, infructuosos por lo demás, por
39
 TIEMPO Y ESPACIO
interiorizar en la continuidad de un solo proceso
la diversidad de r!1pturas inasimilahles hajo un
modelo histórico común. "Las Palabras y las
Cosas" de Foucault mostrahan ya este sentido que
el modelo de la historia, planteado con el ánimo de
comprender la totalidad de los procesos en los
Iímitea de su propia interioridad como modelo, era
una perspectiva propia del siglo XIX, insuficiente
hoy para comprender la diferencia inherente a la
diversidad de los procesos.
El tercer .sentido de genealogía es el secreto
inconfesahle de los comienzos. Mientras que el
origen primero es pomposo, grandilocuente e in-
flado, aquello que comienza,. en el sentido ~e la
genealogía, carece de solemmdad y ~ace haJo. el
signo de la sencillez, la pequeiiez y casi Ia mezqum-
dado Foucault cita como ejemplo el parágrafo 333
deI lihro IV de la Caya Ciencia , Allí seiiala
Nietzsche que el conocimiento no es una facultad
inmanente de la naturaleza humana sino que tíene
un comienzo secreto a partir de oscuras relaciones
de poder: "Spinoza decía que si queremos com-
prender las cosas es necesario que nos ahstengamos
de reir de ellas, de dcspreciarlas o de odiarias".
Nietzsche dice que no solo esto no es verdad sino
,
que sucede exactamente Io contrario.
. " comprend er
es el resultado del combate entre reir, despreciar
y detestar. Estas tres pasiones. no s?n una mane~a
de aproximarse aI ohJ~to, de ~dent~carse ~on el,
sino de conservar el objeto a distancia, de diferen-
ciarse o de romper con él, de protegerse de él por
40
TIEMPO Y ESPACIO
la risa, desvalorizarIo por el desprecio y destmirIo
por el odio... Por detrás del conocimiento hay una
voluntad sin duda oscura no de traer el ohjeto para
sí... sino por el contrario de alejarse de él y 1e
destruirIo: maldad radical del conocimiento" .
Foucault seiiala igualmente en relación con el
secreto inconfesahle de los comienzos que hahría
dos historias y dos formaciones de la verdad: la
primera, que podemos denominar historia y
formación desde adentro, sería aquella verdad que
se despliega a partir de un origen primero y que
en el tiempo se corrige y se reforma por sus propios
principios de regulación. La segunda, que podemos
denominar historia y formación de la verdad desde
afuera, es la que irrumpe secretamente, en oscuras
relaciones de poder y en sitios ajenos a un logos
formalizado. Se sahe que esta última es la perspec-
tiva de Foucault y en ese sentido es que íntroduce
los coneeptqs de positividad y arqueología deI
saher.
El cuarto sentido de genealogía es la.
procedencia (herkunft). Procedencia es la
proliferaciôn de acontecimientos gracias a los
cuales se forma un concepto, una práctica o un
poder. Estos acontecimientos se presentan más
como dispersión que como confluencia. Es en ese
sentido que Foucault hahla de un "campo de
díspersíõn". Nuevamente ohservamos aquí cómo
para Foucault lo nnevo no procede de una sociedad
1· M. Fouoault. La Verdad y las Formas Jurldlcaa. I Conferencia. Ed.
Gedisa, Méxioo, 1.983.
41
 TIEMPO Y ESPACIO
de discurso, ni de un centro académico, sino deI
afuera de los ordenamientos vigentes en el saher
de una época. Podemos citar como ejemplo el
campo de dispersión que permitió en los siglos
XVII Y XVIII formar una sociedad de vigilancia,
seguridad y protección que dió nacimiento con-
cretamente a la policía. Foucault seiíala que tal
sociedad procede de la proliferación de acon-
tecimientos tales como: a) la libertad de circulación
en los caminos; h) la oposición desde el siglo XVII
entre la esfera púhlica y la esfera privada; c) la
aparición deI concepto de pohlación y la necesidad
de contar con un sistema de información sohre los
hahitantes de un territorio intentando que cada
quien ponga en discurso su vida ante una
institución púhlica; d) la preocupación por la salud
y la necesidad de comhatir las pestes. De éstos
acontecimientos que se dan en el afuera deI orden
estrictamente jurídico y legal, procede la policía y
la sociedad contemporánea de vigilancia y control,
una sociedad en la que se ordena la pohlación, se
la hace ohedecer y se evita a toda costa que llegue
a perder el miedo.
EI quinto y último sentido de genealogia es la
emergencia, es decir, el surgimiento de un concep-
to, de una práctica o de un poder. Aquí se pone de
presente una vez más el vínculo de Nietzsche y
Foucault. Para que algo nuev,o emerja en el tiempo
y se instaure como auténtica novedad es necesario
el ejercicio de la voluntad de poder. En el comienzo
hay necesariamente una relación desequilibrada
42
TIEMPO Y ESPACIO
de fuerzas: una fuerza llamada activa crea aquello
que no existía y frente a su creación se expresan
otras fuerzas, negativas y reactivas que actuan
como respuesta a la acción de la primera fuerza.
En el articulo "Nietzsche, la Genealogía y la H;"-
torio", Foucault se refiere a la emergencia como "la
entrada en escena de las fuerzas, la irrupción, el
hrinco por el cual saltan de las hamhalinas aI
teatro, cada una con el vigor y la juventud que le
es propia... Pero es necesario cuidarse de im-
aginarIa como un campo cerrado, un plano en el
que los adversarios estarían en igualdad. Es más
hien un no lugar, una pura dístancia'i entre fuer-
zas.
Hemos dicho que el modo de ser del pen-
samiento se constituye a partir de una imagen
espacio y una imagen tiempo y que estas imágenes
estahlecen el fundamento estético deI pensar. En
este sentido el intento en el presente artículo es
hacer una aproximación a la imagen tiempo y la
imagen espacio en el pensamiento de Michel
Foucault. En o t r as palahras intentamos
aproximarnos a la construcción deI cronotopo in-
manente aI discurso de Foucault. Si hacemos un
recuento de las nociones que hemos considerado y
les aplicamos la mirada introducida desde la
estética deI pensar, podemos ohtener el siguiente
resultado muy aproximativo: las nociones de rup-
tura, invención y de comienzo secreto, seiíaladas
por Foucault en relación directa con la genealogia,
están referidas inmediatamente con el afuera deI
43
 TIEMPO Y ESPACIO TIEMPO Y ESPACIO

pensar, es decir, que no guardan una relación realidad de emergencia y de coexistencia de los
vectorial con la interioridad dei Jogos. Cada una enunciados". En cuanto que es un umbral de
de estas nociones eXigeuna novedad que ahandona emergencia, la positividad funciona como espacio
los. ord~nami.entos vigentes dei saher y la que permite el surgimiento de los acontecimientos
artlculaclón circular de conceptos e imágenes dei discurso, sin ser por ello atemporal ui per-
tradicionales. En toda lectura de la ohra de manente. En su conjunto la arqueologia parece ser
Foucault es fácil encontrar la novedad enunciativa el componente espacial de la genealogia. A ello
que comienza secretamente, que se instaura como contrihuye el carácter descriptivo que le confiere
auténtica invención y que rompe con la Foucault para ahrir el espacio en el que se
organización tradicional dei pensamiento. Estas despliegan los enunciados y los acontecimientos dei
n~ciones remiten por lo tanto a una imagen espa-
discurso. Finalmente podemos seiialar una noción
cíal, el afuera. Pero tal eapacío no guarda relación que si~e de puente entre las nociones espaciales y
vect~riaI ui continuidad con el interior dei pen- las n~clones tempor~le.s: es el archivo, o práctica
sanuento. Otra noción genealógica como es la de específica en el surgmuento de los enunciados. EI
procedencia o proliferación de acontecimientos en archivo es la noción intersticial, es decir aquella
un campo de dispersiõn, remite tamhién a una que permite colocar el material arqueoiógico en
imagen espacial. No es un espacio homogéneo. Los disposición genealógica.
acontecimientos proliferantes procedeu de lugares
muy distintos,pero la mirada genealógica los des-
taca en un campo común de dispersiõn como
elementos gracias a los cuales o contra los euales
ha de formarse una novedad. La noción de emer-
gencia, en cambio, remite a un no lugar al sur-
gimiento de la novedad como resultad~ de la
afírmaciôn de la voluntad de poder. Esta es la
noción genealógica por excelencia y se apoya fun-
damentalmente en una imagen tiempo en donde
múltiples comienzos e historias diferenciales ter-
minan por destituir la homogeneidad de la
cronologia. La emergencia se apoya directamente
en la noción ~rqueológicade positividad que, como
Foucault mrsmo seiiala, es "Ia condiciõn de

44 45
 EL SUJETO Y EL
PODER *

MICHEL tOUCAULT

, • 'Porqué estudlarel poder:la cuestlón dersujato?'fué esalto en Inglés

por Foucault; 'Cómo se ejeras ai poder?' fui traducldo dei francéS ai
'ngléspor Lesllesawyer.
 PORQUE ESTUDIAR EL
PODER:
LA CUESTION DEL SUJETO
 SUJETO"y PODER

Las ideas que me gostaria discutir aquí no

representan ui una teoría ni una metodología.

Quisiera decir, en primera instancia, cuál ha

sido el propósito de mi trahajo durante los últimos
veinte anos. No ha sido el de analizar los fenómenos
dei poder, ui el de elahorar los fundamentos de tal
análisis.

En camhio, mi ohjetivo ha sido crear una

historia de los diferentes modos por los cuales, eu
nuestra cultura, los seres humanos se convierten
en sujetos. Mi trahajo se ocupa de tres modos de
ohjetivación que transforman los humanos en
sujetos.

El primero es: los modos de inquirir que

tratan de darse el estatuto de ciencias; por ejemplo,
la- ohjetivización dei sujeto hahlante en la gram-
maire générale (gramática general), la filologia y
la lingüística. O tamhién, en este primer modo, la
ohjetivización dei sujeto productivo, el sujeto que
trabaja, en el análisis de la riqueza y de lo
económico. O, un tercer ejemplo, la ohjetivización.

51
 SUJETO Y PODER
de la realidad absoluta deI ser viviente en la
historia natural o en la hiología.
En la segunda parte de mi trahajo, he es-
tudiado la ohjetivización deI sujeto en lo que yo
Ilamaré "prácticas de escisiôn''. El sujeto está es-
cindido en sí mismo o separado de los otros. Este
proceso lo ohjetiviza. Como ejemplos están elloco
y el cuerdo, el enfermo y el sano, los criminales y
los "muchachos huenos".
Finalmente, he procurado estudiar (es mi
trahajo actual) la vía por la cual un ser humano
se vuelve, él o ella, nn sujeto. Por ejemplo, he
escogido el dominio de la sexualidad: cómo los
homhres han aprendido a reconocerse a sí mismos
como sujetos de "sexnalidad".
Por tanto no es el poder sino el sujeto, el tema
general de mi investigación.
Es verdad que me he visto hastante envuelto
en el prohlema deI poder. Muy pronto me pareció
que, mientras eI sujeto humano está situado en
relaciones de producción y de significación, está
igualmente situado en relaciones de poder que son
muy complejas. Ahora, me pareció que la historia
y la teoría económicas proporcionahan un huen
instrumento a las relaciones de producción, que la
lingüística y la semiótica ofrecían instrumentos
para estudiar las relaciones de significación; pero
para las relaciones de poder no teníamos in-
52
SUJETO Y PODER
strumentos de estudio. Para pensar el poder sola-
mente podíamos recurrir a las formas hasadas en
los modelos legales, es decir: iqué legítima al
poder?, o para pensar el poder temamos que
recurrir a las formas hasadas en los modelos
institucionales, es decir: lqué es eI Estado?
Fue, por lo tanto, necesario ampliar las
dimensiones de una definición deI poder si
queríamos usar esta definición en el estudio de la
ohjetivización del sujeto.
iNecesitamos una teoria del poder? Puesto
que una teoría asume una ohjetivización previa,
no puede ser declarada como hase para el trahajo
analítico. Pero este trahajo analítico no puede
Ilevarse a caho sin una conceptualización en
proceso. Y esta conceptualización implica un pen-
samiento crítico, una constante verificación.
Lo primero en verificarse es lo que
lIamaríamos las "necesidades conceptuales"
Quiero decir que la conceptualización no ha de
fundarse en una teoria deI ohjeto (el ohjeto con-
ceptualizado no es el único criterio de una buena
conceptualización).
Tenemos que conocer las condiciones
históricas que motivan nuestra conceptualización.
Necesitamos una comprenaíõn histórica de nuestra
situación presente.
 SUJETO Y PODER
Lo segundo en verificarse es el tipo de
realidad con la cual estamos tratando.
En alguna ocasión un escritor expresó su
sorpresa en un períêdico francés muy conocido:
"lPor qué la nociik de poder es hoy planteada por
tanta gente?, lEs un tema tan importante?, lEs
tan independiente que puede ser discutido sin
tomaren consideración otros prohlemas?
La sorpresa de este escritor me asomhra. Soy
escéptico con respecto a la suposición de que esta
pregunta huhiera sido planteada por primera vez
en el siglo XX. De todos modos, para nosotros no
es solamente un problema teórico sino una parte
de nuestra experiencia'v Me gustaria solamente
mencionar dos "formas patológicas" (esas dos "en-
fermedades dei poder"): el fascismo y el estalinis-
mo. Una de las numerosas razones por las cuales
ellas son tan inquietantes para nosostros es, que a
pesar de su unicidad histórica, no son tan
originales. Emplearon y ampliaron mecanismos ya
presentes en la mayoría de las otras sociedades. Es
mâs: a pesar de su propia locura interna, unlísaron
en gran parte las ideas y los mecanismos de nuestra
racionalidad política.
Lo que necesitamos es una nueva economia
de las relaciones de poder; la palahra economia
usada en su sentido teórico y práctico. En otras
palahras: desde Kant, el papel de la fJ1osofia es
impedir que la razón vaya más aliá de los Iímites
54
SUJETO Y PODER
de lo que es dado en la experiencia; pero a partir
dei miamo momento -es decir, desde el desarrollo
dei Estado moderno y dei manejo político de la
sociedad- el papel de la fílosofía es tamhién man-
tener una vigilancia sohre los poderes excesivos de
la racionalidad política. La cual es una aspiración
más hien alta.
Todo el mundo está enterado de hechos tan
triviales. Pero el hecho de que sean triviales no
quiere decir que no existan. Lo que dehemos hacer
con los hechos triviales es descuhrir o tratar de
descuhrir quê prohlema específico y quizá original
está conectado con ellos,
La relación entre la racionalización y los
excesos de poder político es evidente. Y no
necesltarlamos esperar la buroeraeía o los campos
de concentración para reconocer la existencia de
tales relaciones. Pero el prohlema es: lQué hacer
con tales hechos evidentes?
lTratar de razonar? A mi manera de ver
nada sería más estéril. Primero, porque el campo
no tiene nada que ver con culpa o inocencia.
Segundo, porque es insensato referirse a la razón
como a la entidad contraria de la no razón. Por
último, porque una tal tentativa nos atraparía en
el hacer la parte arhitraria y ahurrida tanto dei
racionalista como dei irracionalista.
55
 SUJETO Y PODER
;.Investigar este tipo de racionalismo que
parece ser específico de nuestra cultura moderna
y que se origina en la Aujkliirung? Pienso que esta
fue la aproximación de algunos miemhros de la
Escuela de Frankfurt. Mi propósito, sin emhargo,
no es iniciar una discusión de sus trahajos, a pesar
de su gran importancia y valor. Más hien,
propondria otro camino para investigar las con-
exiones entre racionalización y poder. Seria sen-
sato no tomar como una t oraltdad la
racionalizaci6n de la sociedad o de la cultura, sino
analizar tal proceso en varios campos, cada uno
con referencia a una experiencia fundamental: la
locura, la enfermedad, la muerte, el crimen, la
sexualidad, etc.
Pienso que la palahra racionalización es
pelígrosa. Lo que tenemos que hacer es analizar
racionalidades específicas más que invocar
siempre el progreso de la racionalización en
general.
Incluso si la Aufklãrung ha sido una fase muy
importante en nuestra historia y en el desarrollo
de la tecnologia política, pienso que tenemos que
referirnos a procesos mucho más remotos si
queremos comprender cómo hemos sido atrapados
en nuestra propia histeria.
Me gustaria sugerir otro camino para ir más
lejos, hacia una nueva economÍa de las relaciones
de poder, un camino que sea más empírico, más
56
SUJETO Y PODER
directamente relacionado con nuestra situación
actual, y que implique más relaciones entre teoria
y práctica. Consiste en tomar como punto de
partida, las formas de resistencia contra diferentes
formas del poder. Para utilizar otra metáfora
,
consiste en usar esta resistencia como un'
catalizador químico que esclarezca las relaciones
de poder, localice su posición, descuhra su punto
de ll;plicación y los mé,todos usados. Antes que
analisar el poder a partir del punto de vista de su
raeionalidad interna, se trata de analizar las
relaciones de poder a través dei antagonismo de las
estrategias ',Para descuhrir, por ejemplo, lo que
nuestra sociedad entiende por salud, deheriamos
investigar quizá lo que está pasando en el campo
de la enfermedad.,
Y qué entendemos por legalidad en el campo
de la ilegalidad.
Y, para comprender acerca de qué son las
relaciones de poder, quizá deheriamos investigar
las formas de resistencia y los intentos realizados
para disociar estas relaciones,
Como punto de partida, tomemos una serie
de oposiciones que se han desarrollado en los
últimos afios: oposición ai poder de los homhres
sobre las mujeres, de los padres sohre Ios hijos, de
la psiquiatria sohre el enfermo mental, de la
medicina sohre la pohlación, de la administración
sohre las formas de vida de la gente.
57
 SUJETO Y PODER
No hasta con decír que estas son luchas
antiautoritarias, dehemos tratar de definir más
precisamente lo que tienen ellas de común.
1. Son luehas "transversales", es decir, no
están limitadas a un país. Claro que se desarrollan
más fácil y se extienden más ampliamente en ciertos
países, pero no son privativas de una política
particular o forma económica de gobierno.
2. Los ohjetivos de estas Inchas son los efectos
dei poder eomo rales. Por ejemplo, la profesión
médica no es criticada en primer lugar porque sea
un negocio, sino porque ejerce un poder incon-
trolado sobre los cuerpos de la gente, su salud, su
vida y su muerte.
3. Estas son luchas "inmediatas" por dos
razones. En tales luchas la gente critica las instan-
eias dei poder más cercanas, aquellas que ejercen
su acción sobre los individuos. No huscan el
"enemigo principal", sino el enemigo inmediato. Ni
tampoco esperan encontrar una solución a su
problema en el futuro (es decir, liberaciones,
revoluciones, fin de la lucha de clases). En
comparación con una escala teórica de ex-
plicaciones o un orden revolucionario que polariza
al historiador, son luchas anarquistas.
Pero estos no son sus puntos más originales.
Los siguientes me parecen ser más específicos:
58
SUJETO Y PODER
4. Son luchas que cuestionan el estatuto dei
individuo: por una parte, afU'Dlan el derecho A ser
diferentes y subrayan todo aquello que hace ver-
daderamente individual ai .indiY.idwl. Por otra
parte, atacan todo lo que separa ai individuo, lo
que rompe sus lazos con los otros, lo que rompe la
vida de la comunidad, lo que lo ohliga a respal-
darse solo en él y lo ata a su propia identidad por
una via constriâente.
Estas luchas no son exactamente por o contra
el "individuo" sino más hien luchas contra el
"gohiemo de la individualizaeión".
5. Son una oposición a los efectos deI poder
que están asociados con el conocimiento, la com-
petencia y la calificación: luchas contra los
privilegios dei conocimiento. Pero tamhién son Ima
oposición contra el secreto, la deformación y la8
representaciones mistificadas impuestas a las gen-
tes.
No hay nada "cientificista" en esto (es decir,
una ereencia dogmática en el valor dei conocimien-
to científico), ni tampoco es un rechazo escéptico
o relativista de toda verdad verificada. Lo que es
cuestionado es la forma en la queeLc.onocimiento
circula y funciona, sus relaciones con el poder. En
resumen, el régime du savoir.
6. Finalmente, todas estas Iuehas actuales
giran alrededor de la pregunta: ;,Quiénes somos?
59
 SUJETO Y PODER
ElIas son un rechazo a estas ahstracciones, a la
violencia estatal, económica e ideológica que ignora.
quiénes somos individualmente, y tarnhién, un
rechazo a la inquisición científica o administrativa
que determina quién es uno.
En resumen, el ohjetivo principal de estas
Iuchas es atacar no tanto "talo cual" institución de
poder, o grupo, o élite, o c1ase, sino, ante todo, una
técnica, una forma de poder.
Esta forma de poder se aplica a la inmediata
vida cotidiana que categoriza ai individuo, lo
marca por su propia individualidad, lo adhiere a
su propia identídad, le impone una ley de verdad
que él dehe reconocer y que los otros tienen que
reeonocer en éI. Es una forma de poder que hace ~
a los individuos sujetos. Existen dos significados
de la palahra sujeto sujeto a alguien por el control
y la dependencia, y el de ligado a su propia
identidad por una consciencia o autoconocimiento.
Amhos signíficados sugieren una forma de poder
que suhyuga y crea sujeto para:
Generalmente, se puede decir que existen
tres tipos de luchas: tanto contra formas de
dominación (étnica, social y religiosa); contra for-
mas de explotación que separan los individuos de
lo que producen; o contra loqueIigaal individuo
consigo mismo y lo somete a otros en esta forma
(Iuchas contra la sujeción, contra formas de suh-
jetividad y sumísiõn).
SUJETO Y PODER
Pienso que en la historia se pueden encontrar
muchos ejemplos de estos tres tipos de lucha so-
ciales, tanto aisladas las unas de las otras como
mezcladas entre sí. Pero incluso euendo están
mezcladas, la mayoría de las veces, una de elIas
prevalece. Por ejemplo, en las sociedades feudales,
las luchas contra las formas de dominación étnica
o social eran prevalentes, aunque la explotación
económica pudo haher sido muy importante entre
las causas de la suhlevación.
En el siglo XIX, la lucha contra la
explotación lIegó a primer plano.
Y en la actualidad, la lucha contra las formas
de sujeción (contra la sumisión de la suhjetividad)
se está volviendo cada vez más importante, aunque
las luchas contra formas de dominación y
explotación no han desaparecido. Todo lo con-
trario.
Sospecho que no es la primera vez que
nuestra sociedad ha sido confrontada con esta
clase de luchas. Todos aquelIos movimientos que
tuvieron lugar en los siglos XV y XVI, y que
tuvieron la Reforma como su principal expresión
y resultado, dehen ser analizados como una gran
crisis de la experiencia occidental de la sub-
jetividad y una revuelta contra el tipo de poder
religioso y moral que dió forma, durante la edad
media, a esta suhjetividad. La necesidad de asumir
61
 SUJETO Y PODER
una parte directa en la vida espiritual, en el
trahajo de la salvación, en la verdad dei Lihro;
todo eso fue una lucha por una suhjetividad nueva.
Conozco las ohjeciones que se pueden hacer.
Podemos decir que todos los tipos de sujeción son
fenómenos derivados que son, a duras penas, con-
secuencias de otros procesos económicos y sociales:
fuerzas de producción, lucha de clases y estruc-
. turas ideológicas que determinan la forma de suh-
jetividad.
Es cierto que los mecanismos de sujeción no
pueden ser estudiados por fuera de su relación con
los mecanismos de explotación y de dominación.
Pero ellos no constituyen solamente el "terminal"
de los mecanismos más fundamentales. Mantienen
relaciones complejas y circulares con otras formas.
La razón para que esta clase de luchas tienda
a prevalecer en nuestra sociedad, es dehida ai
hecho de que desde el siglo XVI. una nueva forma
política de poder se ha venido desarrollando con-
tinuamente. Esta nueva estructura política, como
lo sahe todo el mundo, es el Estado Pero la
mayoria de las vecea, el Estado es visto como una
especie de poder político que ignora los individuos,
ocupado solamente de los intereses de la totalidad
o, yo diria, de una clase o un grupo de ciudadanos.
Esto es muy cierto, Pero me gnstaría sub-
rayar el hecho de que' el poder dei Estado (y esta
62
SUJETO Y PODER
es una de las razones de su fuerza) es, a la vez una
f~rma de poder individualizante y totalizant;. Yo
prenso que nunca en la historia de las sociedades
humanas -aün en la antigua sociedad china- ha
existido una tan intrincada comhinación en las
mismas estructuras políticas de las técnicas de
individualización y de los procedimientos de
totalización.
Esto se dehe al hecho de que el Estado
moderno occidental ha integrado en una nueva
forma política, una vieja técnica de poder
originada en las instituciones cristianas. Podemos
lIamar a esta nueva técnica dei poder: poder pas-
toral.
En primera instancia, unas pocas palahras
acerca de este poder pastoral.
Se ha dicho a menudo que el Cristianismo dió
a luz un código de éticas fundamentales diferentes
a las dei antigno mundo. Usualmente se hace menos
énfasis en el hecho de que propuso y extendió
nuevas relaciones de poder a través del antiguo
mundo.
Et Cristianismo es la única relipón que se
organizó como Iglesia. Y como tal, postula en
pri~cipio '1~e ciertos. individuos pueden, por su
call~ad religicsa, servir a ot~os no como príncipes,
magistrados , profetas, adivincs, henefactores
' . ,
e ducad ores, etcetera, smo como pastores. Sin em-
63
 SUJETO Y PODER
hargo, esta palahra designa una forma muy espe-
cial de poder.
1 . Es una forma de poder cuyo propósito
final es asegurar la salvación individual en el otro
mundo.
2 . EI poder pastoral no es solamente una
forma de poder que manda; deh~ tamhién es~~r
preparado a sacrificarse por I:, Vida y salvaciôn
dei rehaiío. Por lo tanto, es diferente dei poder
real, que exige un sacrifício de sus sujetos para
salvar el trono.
3. Es una forma de poder que no se ocupa
solamente de la comunidad entera, sino de cada
individuo en particular, durante toda su vida.
4. Finalmente, esta' forma de poder no
puede ejercerse sin oonocer- el interior de I:,s
mentes de la gente, sin explorar sus almas, 8ID
hacerles revelar sus más recónditos secretos. Esto
implica un conocimiento de la conciencia y una
hahilidad para dirigiria.
Esta forma de poder es orientada a la
salvación (como opuesta al poder político). Es
oblativa (como opuesta ai principio de soheranía);
es individualizante (como opuesta al poder legal),
es coextensiva y continua con la vida; está ligada
con una producción de verdad: la verdad dei
individuo mismo.
64
SUJETO Y PODER
Pero todo esto hace parte de la historia,
ustedes dirán; el pastoreo ha perdido la parte
principal de su eficiencia, sino es que ha
desaparecido.
Esto es verdad, pero pienso que deheríamos
distinguir dos aspectos dei poder pastoral: el de la
institucionalizaci6n eclesiástica que. ha eesado o ai
menes perdido su vitalidad desde el sigla XVllI, y
e1 desu función que se ha extendido y mUltiplicado,
por fuera de la institución ecleaiástica.
Un fenómeno importante tuvo lugar
aproximadamente en el sigla XVIII: una nueva
distrihución, una nueva organización de esta
forma de poder individualizante.
Pienso que no dehiéramos considerar el "Es-
tado Moderno" como una entidad que se desarrolló
por encima de los individuas, ignorando lo que
ellos son e incluso su misma existeneia, sino por el
contrario, como una estructura muy aofieticada,
en la cual los individuas pueden ser integrados,
hajo una condición: que esta individualidad sea
modelada de una nueva forma y sometida a un
conjunto de patranes muy especificas.
En cierto modo, podemos ver el Estado como
una matriz moderna de individualización, o una
nueva forma de poder pastoral.
65
 SUJETO Y PODER
Unas pocas palabras más acerca de este
nnevo orden pastoral.
1. Podemos observar un cambio en su ob-
jetivo. No será ya más la cuestión de conducir aI
pueblo a su salvación en el otro mundo, sino más
bien asegurarlo en este mundo. Y en este contexto,
la palabra salvación asume diferentes significados:
salud, bienestar, (es decir, suficiente riqueza, un
nivel de vida), seguridad, protección contra acci-
dentes. Una serie de objetivos "mundanos" sus-
tituyeron los fines religiosos deI pastoreo
tradicional, en una forma muy sencilla puesto que
aquellos, por varias razones, habían seguido en
una forma accesoria a cierto número de estos fines;
solamente tenemos que pensar en el papel de la
medicina y su función de bienestar asegurado
durante largo tiempo por las iglesias católica y
protestante.
2 . Simultáneamente los oficiales deI poder
pastoral aumentaban. Algunas veces esta forma de
poder fue ejercida por el aparato de Estado o, en
todo caso, por una institución pública tal como la
policia. (No debemos olvidar que en elsiglo XVIII
las fuerzas de policia no fueron inventadas sólo
para mantener la ley y el orden, ni tampoco para
asistir a los gobiernos en su lucha contra sus
enemigos, sino para asegurar las necesidades ur-
banas: higiene, salud y estándares considerados
necesarios para la artesanía y el comercio). Al-
gunas veces el poder fue ejercido por empresas
66
SUJETO Y PODER
privadas, sociedades de asistencia social, benefac-
tores y generalmente por filântropos, Pero las
antiguas instituciones, por ejemplo la familia
tambié~ fueron movilizadas en esa época a asumi;
las funciones pasto~ales. Tamhién fue ejercido por
estructuras complejas tales como la medicina que
incluía iniciativas privadas con la venta de' ser-
vicios sobre principios de economía de mercado
pero también íncluyõ instituciones públicas como
los hospitales.
3. Finalmente, la multiplicación de los fines
y agentes deI poder pastoral concentró el desarrol-
lo deI conocimiento deI hombre alrededor de dos
p.apelei!: uno, @ilob~~zadory cuantitativo, que con-
cierne a la pohlacíõn; el otro, analítico que con-
cierne aI individuo. •
Y esto implica que el poder de un tipo pas-
toral, que durante siglos -mâs de un milenio-
estuvo ligado a una institución religiosa definida
de repente
, se extiende atodo el cuerpo social:,
encontro soporte en una multitud de instituciones.
Y" en vez de un.poder pastoral y un poder político,
mas o menos ligado el uno aI otro, más o menos
rivales, hubo una "táctica" individualizante que
caracterizó una serie de poderes: los de la familia
la medicina, la psiquiatria, la educación y lo;
patrones. .
A finales del siglo XVIII, Kant escrihió un
corto texto en un periódico alemán -el Berliner
Monatschrift-· EI título fue Was heisst
67
 SUJETO Y PODER
Aufkliirung? Fue por mucho tiempo considerado,
y lo es aún, un trahajo relativamente de poca
importancia.
No puedo negar que lo encuentro muy inter-
esante e inquietante porque era la primera vez que
un filósofo proponía como tarea filosôfica inves-
tigar no sólo el sistema metafísico o los fundamen-
tos dei conocimiento científico, sino tamhién un
evento histórico reciente, incluso contemporáneo.
Cuando en 1. 784 kant preguntó, Was heisst
Aukliirung?, quiso decir, i Qué es lo que pasa
precisamente ahora?, iQué nos está pasando?,
iQué es este mundo, este período, este preciso
momento en el que estamos viviendo?
O en otras palabras, iQué somos como Auf-
kliirer, como parte de la llustración? Compara esto
con la pregunta cartesiana: iQuién BOY yo? iYo,
como un sujeto único pero universal y ahistórico?
Yo, ies para Descartes cada uno, en cualquier
parte y en cualquier momento?
Pero Kant pregunta algo más, iQué somos
nosotros?, en un momento muy preciso de la his-
toria. La pregunta de Kant aparece como un
análisis a la vez de nosotros y de nuestro presente.
Pienso que este aspecto de la filosofia tomó
cada vez más importancia. Hegel, Nietzsche...
68
SUJETO Y PODER
EI otro aspecto de "Ia filosofia universal" no
desapareció. Pero la tarea de la filosofia como un
análisis crítico de nuestro mundo es algo que cada
vez es más importante. Quizá el más seguro de
todos los problemas de la filosofia es el prohlema
dei tiempo presente, y el de qué somos en este
preciso momento.
En la actualidad el ohjetivo quizá no sea el
descubrir qué somos, sino e1 rechazar lo que
somos. Tenemos que imaginar y crear lo que
podriamos ser para Iíbrarnos de esta especie de
"doble atadura" política que consiste en la
simultânea individualizaci6n y totalización de las
estructuras modernas dei poder.
La conclusión seria que el prohlema político,
ético, social, filosófico dennestros dias no es tratar
de liberar ai individuo dei Estado, ni de las in-
stituciones dei Estado, sino liberarnos a la vez dei
Estado y dei tipo dei individualizacióIl. que está
ligado a él. Debemos promover nuevas formas de
suhjetividad por medio dei rechazo de este tipo de
individualidad que se nos ha impuesto durante
siglos,
69
lCOMO SE EJERCE EL
PODER?
 Para algunos el preguntarse acerca del
"cómo" del poder, .los limitaria a descrihir sus
efectos sin nunca relacionarIos a la vez con las
causas o con una naturaleza hásica. Haría de este
poder una sustancia misteriosa que vacilarian en
interrogar, seguramente porque preferirían no
llamarla a interrogatorio. Procediendo de esta
manera, que nunca es explícitamente justificada,
parecen sospechar la presencia de un cierto fatalis-
mo. iPero no indica su misma desconfianza una
pre-suposiciôn de que el poder es algo que existe
con tres cualidades distintas: su or-igen , su
naturaleza básica y sus manifestaciones?

Si, por el momento, doy una cierta posición

privilegiada a la pregunta por el "cómo" no es
porque quisiera eliminar las preguntas por el "qué"
y por el "por quê", Es más hien porque deseo
presentar estas preguntas de un modo diferente:
más aún, saher si es legítimo imaginar un poder

73
 SUJETO Y PODER
que reuna en él mismo un qué. un por qué y un
cómo. Hablando francamente, yo diría que com-
enzar el análisia con un "cómo" es sugeniz que el
poder como tal no existe. AI menos es preguntarse
qué contenidos se tienen en mente cu ando se usa
este término totalizante y reificante: ai sospechar
que una configuración extremadamente compleja
de realidades se nos escapa, se permanece in-
definidamente en la dohle pregunta: i,Qué es el
poder? i,De dónde viene el poder? La pequena
pregunta i,Qué pasa?, aunque llana y empírica,
una vez que se la escudrifia, se nota cómo elude la
acusación de hacer fraude a una metafísica o a una
ontología dei poder; más bien intenta una
investigación crítica dentro de las temáticas dei
poder.
"Cómo", no en el sentido de "i,Cómo se
manifiesta?" sino, "i,Por qué medios se ejerce?" y,
"i,Qué pasa cuando los índividuos ejercen (como
ellos dicen) el poder sobre otros?".
En cuanto concierne ai poder, es necesario
primero distinguir lo que se ejerce sobre las cosas
y da la habilidad de modificarias, usarias, con-
sumirias, destruirias; un poder que surge de ap-
titudes directamente inherentes ai cuerpo o trans-
mitidas por instrumentos exteriores. Digamos que
aquí existe un problema de "capacidad". Por otra
parte, lo que caracteriza ai poder que estamos
analizando, es que pone en juego relaciones entre
individuos -o entre grupos. Para no dejarnos
74
SUJETO Y PODER
enganar: si hablamos de las estructuras o de los
mecanismos de poder, es solamente en la medida
en que supongamos que ciertas personas ejercen
poder sobre otras. El término "poder" designa
relaciones entre parejas (y con esto no estoy pen-
sando en un juego de suma cero, sino simplemente
y por el momento, permaneciendo en los términos
más generales, en un conjunto de acciones que
inducen otras y se síguen de otras).
Es necesario, también, distinguir las
relaciones de poder de las J:elaciones de
eomunlcaciôn que transmiten información por
medio de un lenguaje, un sistema de signos o algún
otro medio simbólico. Sin duda alguna, comunicar
es síempre una cierta forma de actuar sobre otra
persona o personas. Pero la producción y
circulación de elementos de significaci6n pueden
tener como objetivo o como consecuencia cíerros
resultados en la espera dei poder; estos últimos no
son simplemente un aspecto de lo anterior. Pasen
o no por sistemas de comunicación, las relaciones
de poder tienen una naturaleza específica. Por esta
razón, las relaciones de poder, las relaciones de
comunicaciôn, las capacidades objetivas, no deben
confundirse.
Esto no quiere decir que sea cuestiôn de tres
domínios separados. Ni tampoco que exista por un
lado el campo de las cosas, de la técnica perfec-
cionada, dei trabajo, de la transformación de lo
real; por otro, el de los signos, la comunicación, la
75
 SUJETO Y PODER
reciprocidad y la producción de sentido; y final-
mente, el de la dominación de los medios de
coacción, de la desigualdad I de la acción de
homhres sohre otros homhres . Es un asunto de
tres tipos de relaciones que de hecho siempre se
sohreponen una sohre otra, se apoyan la una en la
otra recíprocamente r se usan mutuamente como
medio para un fino La aplicación de las
capacidades ohjetivas en sus formas más elemen-
tales implica relaciones de comunicación (ya sea
hajo la forma de información previamente ad-
quirida o de trahajo compartido); está ligada
tamhién a las relaciones de poder (ya consÍstan en
tareas obligatorias, en gestos impuestos por la
tradición o el aprendizaje, en suhdivisiones y la
más o menos ohligatoria distrihución dei trahajo).
Las relaciones de comunicación implican ac-
tividades finalizadas (aún si solamente se trata de
la correcta puesta en operación de elementos de
significación) y, en virtnd de la modificaciôn dei
campo de información entre parejas, producen
efectos de poder. Dificilmente ellas pueden ser
disociadas de actividades llevadas a su término
final, ser aquellas que permiten el ejercicio de este
poder (tales como técnicas de entrenamiento,
procesos de dominación, medios por los que se
logra la ohediencia) o aquellos que para desarrol-
lar su potencial apelan a relaciones de poder (Ia
divisió11c dei trahajo y la jerarquía de las tareas).
1 - Cuando Habermas distingue entre dominaci6n, comunicaciÓfl Y
actividad finalizada, nopienso quevea aoellastresdominios separados,
sino másblen tres "trascendentales".
76
SUJETO Y PODER
Por supuesto que la coordinación entre estos
tres tipos de relaciones no es uniforme ni con-
stante. En una sociedad dada no existe un tipo
general de equilihrio entre actividades fmalizadas,
sist.emas de, com~nicac.ión y relaciones de poder.
Exiaten mas hien diversas formas, diversos
lugares, diversas eircunstancias u ocasiones en las
que estas interrelaciones se estahlecen de acuerdo
con un modelo específico. Pero tamhién existen
"hloques" en los que el ajuste de habilidades, los
recursos de comunicación y las relaciones de poder
constituyen sistemas regulados y concertados.
Tomemos como ejemplo una institución edueativa:
la ~isposición de su espacio, la regulación
meticulosa que gohierna su vida interna las
diferentes actividades que son organizadas' las
diversas personas que viven o se encuentran' alIí;
cada una con su propia función, su carácter hien
definido: todas estas cosas constituyen un bloque
de capacidad-comunicación-poder. La actividad
que asegura el aprendizaje y la adquisición de
aptitudes o tipos de comportamiento se desarrolIa
allí por medio de un conjunto completo de com-
unicaciones reguladas (Iecciones, preguntas y
respuestas, órdenes, exhortaciones signos
codificados de ohediencia,' mar~as de
difer~nciación de el."v~lor" de cada persona y de
los niveles de conocimiento), y por medio de una
serie completa de procesos de poder
(enclaustramiento, vigilancia, recompensa y cas-
tigo, la jerarquia piramidal, etc.),
77
 SUJETO Y PODER
Estos hloques, en los que la puesta en
operación de las capacidades técnicas, el juego de
las comunicaciones y las relaciones de poder están
ajustadas recíprocamente de acuerdo con la
fórmula considerada, constituyen lo que uno
podría llamar, ampliando un poco el sentido de la
palahra, disciplinas. EI análisis empírico de cier-
tas disciplinas, tal como han sido empíricamente
constituídas, presenta por esta precisa razón un
cierto interés. Esto es así porque ante todo las
disciplinas muestran acuerdo con sistemas artifi-
cialmente hien definidos y decantados, la manera
como los sistemas de finalidad ohjetiva y los
sitemas de comunicación y poder pueden ser fun-
didos conjuntamente. Tamhién manifiestan
diferentes modelos de articulación, algunas veces
dando preeminencia a relaciones de poder y
ohediencia (como en disciplinas de tipo monástico
o penitenciario). algunas veces a las actividades
fmalizadas (como en las disciplinas de talleres u
hospitales), algunas veces a relaciones de
comunicación (como en las disciplinas de apren-
dizaje), algunas veces tamhién a una saturaoión d&
los tres tipos de relaciones (como tal vez en la
disciplina militar, donde una plétora de signos
indica, hasta el extremo de la redundancia, un
apretado tejido de relaciones de poder calculadas
con cuidado para producir un cierto número de
efectos técnicos).
Lo que dehe ser entendido como el disciplinar
de las sociedades europeas desde el siglo XVIII, no
78
SUJETO Y PODER
es, por supuesto, que los individuos que hacen
parte de ellas se vuelven cada vez más ohedientes,
ni que sean reunidos en cuarteles, colegios o
prisiones; sino más hien que se haya procurado un
precesc de ajuste cada vez mejor vigilado (cada vez
más racional y económico) entre actividades
productivas, recursos de comunicación y, el juego
de relaciones de poder.
Aproximarse ai tema dei poder por un
análisis dei "cômo" es por lo tanto íntroducir al-
gunos desplazamientos críticos en relación con la
suposición de un poder fundamental. Es darse uno
mismo como ohjeto de análisis las relaciones de
poder y no el poder mismo; relaciones de poder
que son distintas de las hahilidades objetivas tanto
como de las relaciones de comunicación. Esto es
como decir que las relaciones pueden ser captadas
en la diversidad de su secuencia lógica. sus
hahilidades y sus interrelaciones.
79
 lQUE CONSTITUYE LA
NATURALEZA ESPECIFICA
DEL PODER?
 EI ejercicio dei poder no es simplemente una
relaeión entre parejas, individual o colectiva; es
una forma en la que ciertas accíones modifican
otras. Lo que quiere decir, por supuesto, que algo
llamado Poder, con o sin mayúscula, que se supone
existe universalmente en una forma concentrada o
difusa, no existe. EI poder existe solamente cuando
es puesto en accíôn, incluso si, por supuesto., está
integrado en un campo desigual de posibilidades
actuando sobre unas estructuras permanentes.
Esto significa también que el poder no es una
función de consentimiento. No es en si una renun-
cia a libertades, una transferencia de derechos, la
delegación en pocos dei poder de cada uno y de
todos (lo que no impide la posihilidad de que el
consentimiento pueda ser una condición de exist-
eneia o de mantenimiento dei poder);Ja.relación
de poder puede ser el resultado de un previo o
permanente consentimiento, pero no es por
naturaleza la manífeetacíõn de un consenso.

83
 SUJETO Y PODER
i Quiere esto decir, que se dehe buscar el
carácter propio de las relaciones de poder en la
violencia que debe haber sido su forma primitiva,
su secreto permanente y su último recurso, que en
el análisis más profundo aparece como su
naturaleza real cuando es forzado a dejar a un lado
su máscara y a mostrarse como es realmente? En
efecto, lo que define una relación de poder es que
es un modo de acción que no actúa directa e
inmediatainente sobre. ctros. En cambio actúa
sobre 8ltS accIones: una acción sobre una acción,
sobre acciones existentes o sobre aquellas que
pueden surgír en el presente o en el futuro. Una
reIación de violencia actúa sobre un cuerpo o sobre
cosas; fuerza, somete, descoyunta en la rueda ,
destruye o cierra la puerta a todas las
posihilidades. Su polo opuesto solamente puede ser
la pasividad y si se enfrenta con alguna resistencia
no tiene otra opción que el tratar de minimizarIa.
Por otra parte una relación de poder 8.010 puede
articularse sobre la base de dos elementos, cada
uno de elIos indispensahfes, si ha de ser realmente
una relación de poder: que el "otro" (aqueI sohre
e1 cua1 se eierce el poder) sea completamente
reconocido y mantenido hasta el final como una
persona que actúa: y que, enfrentada a una
reIación de poder, pueda abrirse un campo entero
de respuestas, reacciones, resultados e ínven-
ciones posihIes.
Obviamente, la puesta en juego de relaciones
de poder, no excluye el uso de la violencia como
84
SUJETO Y PODER
tampoco excluye la obtención de consentimiento;
sin duda, el ejercicio dei poder nunca puede
hacerse sin una u otra, a menudo ambas ai mismo
tiempo. Pero si bien el consenso y la violencia son
i
los instrumentos o los resultados ellos no con-
stituyen eI principio o la natura eu hlÍsica deI
poder. EI ejercicío dei poder puede producir tanta
aceptación como se la desee: puede apilar muertos
y refugiarse tras de cuaIquier amenaza que pueda
imaginar. En sí mismo el ejercicio dei poder no es
vioIencia ni tampoco un consentimiento que,
implícitamente, sea renovable. Es una estructura
total de acciones llevada a actuar sobre acciones
posihles; incita, induce, seduce, vuelve más fácil o
más difícil: en el límite constriiie o prohihe ab-
solutamente; sin embargo es siempre una manera
de actuar sobre un suJeto o unos sujetos actuantes
en virtud de su actuacíôn o de su capacidad de
acciôn, Un juego de aceiones sobre otras acclones.
Quizá la naturaleza equívoca dei término
conducta es una de las mejores ayudas para llegar
a un acuerdo con la e,pecificidad de las relaciones
de poder. "Conducir" es al mismo tiempo "guiar"
a otros (de acuerdo con mecanismos decoerción
que son estrictos en grado variable) y una forma
de. conducirse dentro de un campo. máll o menos
abierto de posihilidades. El ejercicio del poder
, • Foucau~ está jugendo con el doble sentido en frencês del verbo
condu/re (conducir, guiar o lIevar), Y la condu/re (conduclrae.
comp0rtarae) de donde I. ocndu/te Oa conducta o comportemiento). N.
del T. ,nglás.
85
 SUJETO Y PODER
consiste en guiar la posihilidad de conducta y
colocar en orden la posihle consecuencia.
Bâsicamente, e! poder es menos una confrontación
entre dos adversarios o el enlace deI uno con el
otro, que un prohlema de l;obierno. Esta palahra
dehe ser admitida con e! muy amplio sentido que
tenía en el siglo XVI. "Gohierno" no se referia
solamente a las estructuras polítícas o aI manejo
de Estados; más hien designaha la forma como la
conducta de los individuos O de los grupos podía
ser dirigida: el gohierno de los nifios , de las almas,
de las comunidades, de las famílias o deI enfermo.
No solo cuhría las formas legítimamente
constituídas de la sujeción política o econômica,
sino tamhién modos de acción, más o menos con-
siderados y calculados, lJ!le estahan destinados a
actuar sohre las posihilidades de acción de otra
gente. Gohernar en est~, sentido, es estructura~ ,el
posihle campo de accion de otros. La relaciõn
propia deI poder no dehería por lo tanto huscarse
deI lado de la violencia o de la lucha, ni tampoco
en la unión voluntaria (pues, a lo más, en el mejor
de los casos, son sólo los instrumentos deI poder),
sino más hien en el área de! modo singular de
acción (ui lo belicoso, ui lo juridico) que es el
gohierno.
Cu ando se define el ejercicio deI poder como
un modo de acción sohre las accionesde los otros,
cuando se caracterizan estas acciones por el
gohierno de homhres por otros homhres -en el más
amplio sentido deI término- se incluye un elemento
86
SUJETO Y PODER
importante: la lihertad. E1 poder se ejerce solo
sohre sujetos líbres, y solamente en la medida en
que eIlos son lihres. Con esto queremos decir ,
sujetos individuales o colectivos que están enfren-
tados con un campo de posihilidades en el que se
puedan realizar diversas formas de conducirse,
diversas reacciones y diversos comportamientos.
Donde los factores determinantes saturan el todo,
no existe relación de poder; la esclavitud, cuando
el homhre está encadenado, no es una relación de
poder, -en este caso se trata de una relación física
de represión. Por consiguiente no hay una
confrontación cara a cara entre el poder y la
libertad que sea mutuamente excluyente (la liher-
tad desapareceria donde se ejerce el poder), sino
una influencia recíproca mucho más complicada.
En este juego la lihertad puede muy hien aparecer
como la condición para el ejercício deI poder (aI
mismo tiempo su condición previa. dado que la
líhertad dehe existir para que el poder se ejerza,
como tamhién su soporte permanente, dado que
sin la posihilidad de la desohediencia, el poder
seria equivalente a una determinación física).
Por consiguiente, la relación entre el poder
y la negativa aI sometimiento de la lihertad, no
pueden ser separadas. EI prohlema crucial deI
poder no es el de la servidumhre voluntaria
(lCómo podríamos buscar el ser esclavos?). En el
centro mismo de la relación de poder y constante-
mente provocándolo, están la desohediencia de la
voluntad y la intransigencia de la lihertad. En vez
87
 SUJETO Y PODER

de hahlar de una liher;rd esencial, seria mejor

hahlar de un "agonísmo" ; de una relación que es
ai mismo tiempo una incitación y lucha recíproca,
es más hien una provocación permanente que una
confrontación cara a cara que paraliza ambas
partes.

lCOMO SE ANALlZA LA
RELACION DE PODER?

1 • El neologismo de Foucault está basado en 81 griego aytoy10lCr. que

significa Moonibate", Porlo tanto ai término impUcarfa unacontienda f{slca
endonde loscontendores desarrollan unaestrategia o reaoción demutuo
de.p'ecio, oomo en un oombete delucha Iibre. (N. dei T. inglés).

88
 Se pueden analizar tales relaciones, o más
bien diría que es perfectamente legítimo hacerlo,
enfocando hacia instituciones cuidadosamente
definidas. Lo último constituye un punto
privilegiado de observación, diversificado, con-
centrado, puesto en orden y llevado ai punto más
alto de su eficacia. Es aquí donde, en una primera
aproximación, se puede esperar ver la aparición
de la forma y de la lógica de sus mecanismos
elementales. Sin embargo, el análisis de las rel-
ciones de pode.', como se encuentran en ciertas
instituciones circunscritas, presenta un cierto
número de problemas. Primero: el hecho de que
una parte importante dc los mecanismos puestos
en operación por una.institución ., estén planeados
.
para ascgurar su prop.a preservaClon, trae consigo
el riesgo de descifrar funciones que son esencial-
mente r epr odu ctivas , especialmente en las
relaciones de poder entre las instituciones. Segun-
do ai analizar las relaciones de poder a partir dei
punto de vista de las instituciones se tiende a
buscar la explicación y el origen de las primeras
en las últimas, es decir , en definitiva, explicar el
poder por el poder. Finalmente: en la medida en

91
 SUJETO Y PODER
que las in~tituciones actúan esencialmente por la
pues!~ en Jue,g~ de dos elementos: las regulaciones
explícitas o tàcttas y un aparato, se arriesga el dar
- ai uno o ai otro- un privilegio exagerado en las
~el~ciones de poder y, por lo tanto, ver en las
últimas solo modulaciones de la ley y la coerción.
. ~sto no niega la importancia de I~s in-
strtuciones en el estahlecimiento de las relaciones
de poder. Por el contrario, quiero sugerir que se
d.eben analizar I'.'s instituciones desde el punto de
~Ista de las relaciones de poder, más hien que a la
Inversa, y que el punto fundamental de anclaje de
la~ re~aciones, incl,;,so. si están incorporadas y
cristalizadas en una instituciôn, ha de encontrarse
por fuera de la institución.
Regresemos a la definición dei ejercicio dei
poder como una forma en la que ciertas acciones
pueden estructurar el campo de erras acciones
posiblea. Lo que entonces seria propio de una
relación de poder es el ser un modo de acción sohre
acciones, Es decir, que las relaciones de poder
están profundamente arraigadas en el nexo social
no reconstruiíd as "h
80 reli la sociedad como una'
estructura suplementaria cuya eliminación radical
uno pudiese quizás sofiar, En todo caso, vivir en
sociedad es vivir en tal forma que la acción sohre
otras acciones es posihle y en efecto se da. Una
sociedad sin relaciones de poder sólo puede ser una
ah,8tracción..Lo cual, dicho sea de paso, hace aún
mas necesarro desde un punto de' vista político el
92
SUJETO Y PODER
análisis de las relaciones de poder en una sociedad
dada, su formación histórica, la fuente de su fuerza
o fragilidad, las condiciones que son necesarias
para transformar algunas o aholir otras. Puesto
que ai decir que no puede existir una sociedad sin
relaciones de poder no se quiere decir que las que
están estahlecidas sean necesarias, o en todo caso,
que el poder constituya una fatalidad en el centro
de las sociedades, de tal forma que no puedan ser
socavadas. Por el contrario, diria que el análisis,
la elahoración, el cuestionamiento de las relaciones
de poder y el "agonismo" entre las relaciones de
poder y la intransitividad de la lihertad es una
tarea politica permanente, inberente a toda exis-
tencia social.
Concretamente el análisis de las relaciones de
poder exige que se estahlezcan un cierto número
de puntos:
1. EI sistema de diferenciacianes que le
permite a uno actuar sohre las acciones de los
otros: diferen.ciaciones determinadas por la ley o
P?r las" tradioíones de status y privilegio; las
diferencias económicas en la apropiaciôn de ri-
quezas y mercancías, desplazamientos en el
proceso de producción, diferencias lingiiísticas o
culturales, diferencias en hahilidad y competencia,
y así sucesiv~ment~.'C.ada relación de poder pone
en marcha diferenciacionea que son al mismo tiem-
po sus condiciones y sus resultados. I
93
 SUJETO Y PODER
2. Los tipos de objetivos perseguidos por
aquellos que actúan sohre las acciones de los otros:
eI mantenimiento de privilegios, la acumulación de
heneficios, el funcionamiento de la autoridad es-
tatutaria, eI ejercicio de una función o de un oficio.
3. Los medios que dan origen a las
relaciones de poder: de Acuerdos si eI poder es
ejercido por la amenaza de Ia~ armas, por los
efectos de la palahra, por medio de la disparidad
económica, por medios más o menos complejos de
controI, por sistemas de vigilancia, con o sin ar-
chivos, de acuerdo con regIas que son o no
explícitas, fijas o modificahles, con o sin los medios
tecnológicos que ponen todas estas cosas en acción.
4. Formas de institucwnalizacwn: estas
pueden mezclar predisposiciones tradicionales,
estructuras Iegales, fenómenos relacionados con la
costumhre o con la moda (tal como se ve en la
institución de la familia); pueden tamhién tomar la
forma de un aparato cerrado sohre sí mismo, con
sus loci (lugares) específicos, sus regulaciones
propias, 'sus estructuras jerárquicas que están
cuidadosamente definidas, con una relativa
autonomía en su funcionamiento (tales como las
instituciones escolásticas o militares); tamhién
pueden formar sistemas muy complejos dotados de
múltiples aparatos, como en eI caso deI Estado
cuya función es la de tomar todas las cosas hajo su
custodía, crear una vigilancia general, el principio
de regulación y tamhién, en una cierta medida, la
94
SUJETO Y PODER
distrihución de todas las relaciones de poder en un
conjunto social dado.
5. Los grados de racwnalizacwn: Poner en
juego las relaciones de poder como acción en un
campo de posihilidades puede ser más o menos
elahorado en relación con la efectividad de los
instrumentos y la certeza de los resultados
(mayores o menores refinamientos tecnológicos
empleados en eI ejercicio deI poder) o de nuevo en
proporción aI posihle costo (hien sea eI costo
económico de los medios puestos en funcionamien-
to, o eI costo en términos de la reacción constituído
por la resistencia con que está confrontado). EI
ejercicio deI poder no es un hecho escueto, un
derecho institucional, ni tampoco es una estruc-
tura que se mantiene o se destruye: es elaborada,
transformada, organizada; se dota a sí mismo de
procesos que están más o menos ajustados a la
situación.
Se ve por quê el análisis de las relaciones de
poder dentro de una sociedad no puede ser
reducido ai estudio de una serie de instituciones,
ni tampoco aI estudio de todas aquellas in-
stituciones que merecerían el nomhre de
"Las reI
upo I"rtrcas", '
aciones d e po d er estan
' en-
raizadas en elsistema de redes sociales. Sin embar-
go, esto no quiere decir que exista un principio
primario y fundamental de poder'que domine la
sociedad hasta en el mínimo detalle, pero, tomando
como punto de partida la posihilidad de acción
95
 SUJETO Y PODER

sohre la acción de otros (lo que es coextensivo con

cada relación social): las múltiples formas de dis-
paridad individual, de ohjetivos, de la aplicación
dada ai poder sohre nosotros o sohre otros, de -en
diversos grados- la institucionalización parcial o
universal, la organización más o menos deliherada,
se pueden definir diferentes formas de poder. Las
formas y las situacionee específicas dei gohierno de
unos homhres por otros son múltiples en una
sociedad dada, están superpuestas, se cruzan, im- RELACIONES DE PODER Y
ponen sus propios límites, algunas veces se
destruyen unas a otras, a veces refuerzan. Es cierto RELACIONES DE
que en las sociedades contemporáneas eI Estado no ESTRATEGIA
es simplemente una de las formas o situaciones
específicas dei ejercicio dei poder (incluso si es eI
más importante), sino que en cierta manera todas
las otras formas de la relación de poder dehen
referirse a éI. Pero no es porque sean derivadas de
él; es más hien porque las relaciones de poder han
lIegado a estar cada vez más hajo eI control dei
Estado (aunque este control estatal no ha tomado
la misma forma en los si sistemas pedagógicos,
judicial, económico o familiar). En referencia ai
sentido restringido de la palahra gobiernol se
podría declr que las relaciones de poder han sido
progresivamente gnhernamentalizadas, es decir,
elahoradas, racionalizadas y centralizadas en la
forma de, o hajo los auspícios de las instituciones
deI Estado.

96
 SUJETO Y PODER

La palahra estrategia e8 empleada corrien-

temente en tres formas. Primero: para los medios
empleados para alcanzar un cierto fin; es una
cuestión de racionalidad funcionando para llegar
a un ohjetivo. Segundo: para designar la manera
como un partícipe; en un cierto juego, actúa con
respecto a lo que piensa que sería la acción de los
otros y lo que considera que los otros piensan que
sea la suya; esta es la forma en que se busca tener
la ventaja sobre otros. Tercero: para designar los
procedimientos usados en una situación de
confrontación para despojar ai adversario de sus
medios de comhate y ohligarlo a que se rinda en la
lucha; por lo tanto, es asunto de los medios des-
tinados a ohtenerla victoria. Estos tres significados
se juntan en situaciones de confrontación -guerra
o juegos- donde el ohjetivo es el de actuar sobre
un adversario en tal forma que la lucha, se vuelva
imposihle para éI. Entonces la estrategia es
definida por la escogencia de soluciones triun-
fadoras. Pero no dehemos olvidar que este es un
tipo de situación muy especial y que existen otras

99
 SUJETO Y PODER
en las cuales se deben mantener las distinciones
entre los diferentes sentidos de la palabra
estrategia.
Con referencia ai primer sentido que he
indicado, se puede liamar estrategia de poder a la
totalidad de los medios que se poneu en operación
para aplicar el poder efectivamente o para man-
tenerlo. Se puede tamhién hahlar de una estrategia
propia de las relaciones de poder en la medida en
que cosntituyen modos de acción sobre una acción
posible, la acción posible, la acción de otros, Por
esta razón se pueden interpretar los mecanismos
que se ponen en juego en las relaciones de poder
en términos de estrategias. Pero obviamente, la
más importante es la relación entre las relaciones
de poder y las estratégias de confrontación porque,
si hien es verdad que eu el centro de las relaciones
de poder y como una condición permanente de su
existencia hay una sublevación y una cierta
obstinaclón esencial sobre la parte de los principios
de la lihertad, no hay relación de poder sin los
medios de escape o posihle fuga. Cada relación de
poder implica ai menos, in potentia, una estrategia
de lucha, en donde las dos fuerzas no están super-
puestas, donde no pierden su naturaleza
específica, o donde no se confunden. Finalmente
cada una constituye para la otra una especie de
límite permanente, un punto de retroceso posibIe.
Una relación de confrontación alcanza su término,
su momento final (y la victoria de uno de los dos
adversarios) cuando unos mecanismos estabIes
100
_ _ _ _~S::..:::UJETO Y PODER
reempIazan el juego Iibre de las reacciones
antagónicas. A través de taIes mecanismo se puede
dirigir, de una manera más o menos constante y
con una certeza razonabIe, la conducta de otros.
Para una relaci6n de confrontación, desde eI
momento en que no sea una Iucha a muerte, la
fijación de una reIación de poder se vueIve un
objetivo: aI mismo tiempo su cumpIimiento y su
suspensión. Y como contrapartida la estrategia de
lucha tamhién constituye una frontera para la
relación de poder, la línea en la que en vez de la
manipulación y la inducción de acciones de una
manera calculada, uno debe conformarse con reac-
cionar a ellas después dei evento. No sería posibIe
que las relaciones de poder existiesen sin puntos
de insubordinaci/m que, por definición, son medios
de escape. De acuerdo co n esto, cada
intensificación, cada extensión de las relaciones de
poder para someter ai insubordinado solo puede
resultar en los limites dei poder. Este último alcan-
za su término final en un tipo de acción que reduce
ai otro a la total impotencia (en tal caso la victoria
sobre el adversario reemplaza el ejercicio dei
poder) o por una confrontación con aquellos a
quienes se gobierna y su transformación en adver-
sarios. Es decir, que cada estw:egia de
confrontación sueiía con lIegar a ser una relación
de poder y cada relación de poder se inclina hacia
la idea de que, si sigue su propia línea de desarrollo
y se las tiene que ver con una confrontación
directa, puede convertirse en la estrategia vic-
toriosa.
101
 SUJETO Y PODER SUJETO Y PODER

adversarios. Ciertamente puede suceder que el

En efecto, entre una relación de poder y una
estrategia de lucha existe una atracción recíproca,
una unión perpetua y una oposición perpetua, En
cada momento la relación de poder puede llegar a
ser una confrontación entre dos adversar-ios. Igual-
mente, la relación entre adversarios en sociedad
puede, en todo momento, dar lugar a la puesta en
operación de mecanismos de poder. La consecuen-
cia de esta .inestahilidad es la posihilidad de des-
cifrar los mismos eventos y las mismas tranfor-
maciones a partir, tanto del interior de la historia
de lucha, como del punto de vista de las relacione.
de poder, Las interpretaciones que resultan, no
están formadas de los mismos elementos de sig-
nificado, o de los mismos lazos, o de los mismos
tipos de inteligihilidad, aunque se refieran a la
misma estructura histórica y cada uno de los dos
análisis dehe tener referencia con el otro. De
hecho, son precisamente las disparidades entre las
dos interpretaciones las que hacen visihle esos
fenómenos fundamentales de "dominación" que
están presentes en un gran número de sociedades
humanas,
heeho dela dominación pueda ser solamente la
transcripción de un mecanismo de poder que resul-
ta de la confrontación y sus consecuencias (una
estructura política surgida de la invasión); tamhién
puede ser que una relación de lucha entre dos
adversarios sea el resultado de las relaciones de
pod~r con los conflictos y divisiones que traen
consigo. Pero lo que hace de la dominación de un
~po, una casta o una clase, junto con la resisten-
era y las revueltas que enfrenta la dominación, un
fenómeno central en la historia de las sociedades
es ,que el~as manifi';"tan, de una fonna masiva ;
unn;ers~~zante, a rn.vel deI cuerpo social entero, la
conjuncron de relaeiones de poder con relaciones
de estrategia y laa consoouencias resultantes de su
interacción.

La dominación es, de hecho, una estructura

general de poder cuyas ramifcaciones y consecuen-
cias se pueden a veees encontrar descendiendo a
las más recalcitrantes fibras de la sociedad. Pero
aI mismo tiempo es una situación estratégica más
o menos aceptada como un hecho y consolidada
por medio de una confrontación a largo plazo entre

. 102 103
 Indice
Pág.
Preaentación . . . . . . . • . • 5
Tiempo y espacio en el discurso de
Michel Foucault . . . . . . . . 7
I . 11
11 17
III . 25
IV . 33
EI sujeto y EI poder . 47
Porquê estudiar el poder: La cuestión
dei sujeto . . . . . . . . . . . . . 49
i Cómo se ejerce el Poder? . . . . . • 71
Qué constituye la naturaleza específica
dei Poder . . . . . . . , . . . . . 81
iCómo se analiza la relación dei Poder? 89
Relaciones de Poder y Relaciones
de Estrategia . 97

105