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¿Qué ocurriría si la sociedad utilizara las nuevas técnicas de ingeniería genética para inmiscuirse en la
naturaleza biológica de los seres humanos? ¿No tendría consecuencias desastrosas? ¿Qué sucedería con la
Clonar y clonación son términos que originalmente se utilizaron en conexión con la reproducción no sexual de
plantas y animales muy elementales, Actualmente empiezan a emplearse en conexión con animales
superiores, pues los biólogos han hallado la manera de aislar una célula de un animal adulto e inducirla a que
El lector seguramente no ignora que cada célula de su cuerpo posee toda la información genética que existía
en ese óvulo fecundado que, con el tiempo, se convirtió en un ser completo, Pero. ¿qué ocurriría si
reintegráramos una de esas células -de la piel o del hígado- al medio original del óvulo? ¿no comenzaría a
crecer ya diferenciarse una vez más y a formar finalmente un segundo individuo con los mismos genes del
lector, otro tú. por decirlo de alguna manera? Es algo que se ha hecho con ranas y con ratones y, sin duda,
La pregunta naturalmente, es si la clonación encierra algún peligro para la sociedad. ¿No podría utilizarse
para fines destructivos? Se nos ocurre, por ejemplo, que una minoría opresiva podría decidir clonar a sus
sumisos y pateados súbditos y fabricar así hordas interminables de semirrobots que trabajarán como esclavos
para que otros nadaran en la abundancia, o que militarían en filas infinitas de soldados para conquistar el
resto del mundo. La idea es sin duda terrible pero gratuita. En primer lugar, hoy día nacen por vía natural
suficientes personas como para poner a la civilización en peligro inminente de destrucción. ¿Qué más puede
hacer la clonación?
En segundo lugar, un ejército de semirrobots no especializados nada puede contra hábiles usuarios de
máquinas en las granjas, en las fábricas o en los ejércitos convencionales. Cualquier país que dependa de
masas subyugadas será presa fácil para una sociedad menos populosa pero más hábil y versátil.
Pero aunque nos olvidemos de esas hordas de esclavos. ¿Qué decir de la clonación de unos cuantos
individuos? Porque hay gente adinerada que podría darse el lujo de pagarlo o gente dotada que podría
someterse a la operación por petición pública. Habría entonces dos copias -o tres o mil, de tal banquero, o de
cual gobernador o del científico de más allá. ¿No correríamos el peligro de crear una especie de casta
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privilegiada que se reproduciría cada vez en mayor número y que poco a poco tomaría el
Antes de preocupamos hemos de preguntar si realmente va a haber una gran demanda de clonaciones. ¿Le
gustaría al lector que lo clonaran? El nuevo individuo tendría los mismos genes que usted, por tanto su mismo
aspecto y, quizá. el mismo talento pero no sería usted. El clon, en el mejor de los casos, no sería más que un
gemelo suyo. Los gemelos comparten la misma dotación genética, pero cada cual tiene su propia
individualidad y son dos personas distintas y distinguibles. La clonación no es, pues, el camino a la
inmortalidad, porque la conciencia de uno no sobrevive en el clon. Además, nuestro clon sería bastante
menos que un gemelo. Los genes, por sí solos, no forman la personalidad; a ello contribuye el medio a que
está expuesto el individuo. Los gemelos se crían entornos idénticos, en la misma familia y bajo la influencia
mutual del otro. Un clon de nosotros mismos, quizá 30 o 40 años más joven, se criaría en un mundo
absolutamente distinto y sería conformado por influencias que, de seguro, le harían parecerse cada vez
menos a nosotros con la edad. Incluso podría suscitar envidia y celos, porque él es joven y nosotros somos
viejos. Quizá nosotros hayamos sido pobres y luchado para hacemos con una posición, mientras que él
gozará de ese status desde el principio. El simple hecho de que no lo veamos como un niño sino como un
Me imagino que, tras algunos experimentos iniciales, la demanda de clonaciones sería prácticamente nula.
Más supongamos que no sea cuestión de deseos, sino de exigencias de la sociedad. Yo por ejemplo, he
publicado casi 250 libros hasta ahora pero me hago viejo. Si el mundo necesitara desesperadamente que yo
escribiera 500 libros más, tendrían que clonarme. Mi otro yo, o yoes, podrían continuar mi labor. ¿De veras?
Los clones no crecerían igual que yo. No tendrían la misma motivación que yo tuve para lanzarme a escribir.
que fue la de escapar a la miseria de los barrios bajos… a menos, claro, que les diéramos a cada uno su
barrio bajo para que pudiera escapar de él. Tendrán además -cosa que yo no tuve- una diana a la cual
disparar: el yo original. Mi persona. Yo hice lo que me vino en gana, mientras que ellos estarán condenados a
imitarme y probablemente, se negarán. ¿Cuántos de mis clones habrá que mantener y alimentar y cuidar
para que no se metan en líos, hasta encontrar uno que sea capaz de escribir como yo y acceda a ello?