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LUNA EN LEO

De niño Desde que nacés, en tus primeros años, te tratan como alguien único y
diferente. Hay una carga de extrema valoración e importancia personal que indica que
te aman y te da seguridad. Su ausencia significará desamparo. Suele darse en hijos
muy esperados, y solés ser el favorito de alguien en la familia. Te sentís adorado por
tu familia y no debiste entregar nada a cambio de tu favoritismo. Podés tener pánico a
ser abandonado más adelante y no gozar de esa idea primera de seguir siendo
importante y que tal vez cambió al aparecer hermanos.
De adulto esto puede ser un problema. Muchas veces vas a pasar desapercibido y
vas a exigir el reconocimiento en cualquier circunstancia. Obviamente esto no
sucederá. La necesidad de ocupar el centro te va a desubicar y hacer sufrir, ya que la
necesidad de valoración incondicional no se prolonga indefinidamente. Al crecer,
cuando sufrís desaires, tendés a desplegar tus aires principescos o te ponés a la
defensiva, o tratás de no exponerte por miedo a no obtener el afecto que pretendés.
De chico asociaste afecto, seguridad y protección, con valoración, adoración y
posición central.
De adulto podés sentirte confundido, inseguro y falta de afecto en los lugares donde
en realidad te quieren pero no como vos querés. En esos casos reaccionás
expresando tu dignidad y seguridad arrolladora o te sentís disminuido y rechazado.
Los demás no entienden tu conducta desconcertante , irritante o desubicada y podés
huir de situaciones en las que no encontrás el reconocimiento que necesitás. Podés
mostrarte también excesivamente en actitud de importancia que será chocante para
los demás. Sos muy fácil de ofender y desairar. No se lo puede evitar porque exigís
homenajes continuos. Tu actitud altiva y orgullosa suele provocar rechazo. Como
necesitás reconocimiento y admiración volvés a manifestar tu dignidad herida
produciendo más rechazo. Crees que no tenés que demostrar nada; los demás
deberían saber de qué sos capaz sin pedirte pruebas.
Huís de toda situación de examen y te paralizás cuando tenés que enfrentar la
realidad sin aplausos. Por lo tanto, achicás tu mundo, no te atrevés a nuevas
posibilidades y experiencias. Te mostrás despectivo, lo que genera irritación en los
demás que no entienden que en realidad estás asustado, inseguro y necesitado de
afecto. La indiferencia te ofende. Sufrís encerrado en una trampa invisible: tu actitud te
separa de los demás cuando más los necesitás. Mientras no madures esto vas a
refugirarte en un mundo de escasos vínculos, estropear relaciones o posibilidades
importantes. Lo mejor para crecer es exponerte. Esto es duro para vos y para los que
te rodean, que no entienden por qué los despreciás por olviadarse de tu cumpleaños,
por ejemplo.
Es probable que una luna en leo se ofenda al escuchar todo esto. Este mecanismo
impide que se manifiesten tus cualidades de entusiasmo y colaboración (tu sol).
Tenés una sólida base emocional ( en general, con abundancia de afecto en la niñez
temprana). El hechizo es pretender la misma abundancia ligada a la sensación de
importancia durante toda la vida. Tenés que descubrir y trabajar este mecanismo que
te hace sufrir, o nunca habrá seguridad suficiente como para salir del pequeño mundo
en el que sos importante y admirado. Podés criticar mucho a las personas que no te
valoran.
Talentos de la luna en Leo
Las cualidades positivas que desarrollás tienen que ver con que es muy difícil
avasallarte. Tu sentido de la dignidad te evita ser maltratado fácilmente. Reaccionarías
de inmediato poniendo condiciones. Esto da un talento organizativo y directivo muy
grande, mucha decisión y capacidad expresiva. Al madurar y arriesgarte a exponerte,
(no para llamar la atención), podés ser creativo y llegar al corazón de los demás sin
depender de su aprobación. Tendrás libertad expresiva y gozosa independiente del
reconocimiento.

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