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Puede que parezca extraña la inserción de En efecto, siempre he considerado muy pro.-
un escrito como el que se presenta más adelante, vechoso el uso de analogías, parábolas o historias,
hecho por un lego en el campo de las letras, en una dentro del diálogo psicoterapéutico, por lo cual
Revista dirigida precisamente a público de ese presto especial atención a todo aquel material que
campo. Por eso creo que se amerita esta "expli- las contenga. Un día de tantos, por. razones cir-
cación" inicial, más anecdótica que otra cosa. cunstanciales, tuve que releer el Cocorí y no pude
El "relato" en cuestión -si es que así puede evitar encontrarme con múltiples figuras valiosas
llamarse-, forma parte de un conjunto de escritos en ese sentido. Me di entonces a la tarea de estu-
que se me sugirió preparar hace unos dos años, diar más cuidadosamente el librito, y obtuve ma-
todos sobre el tema de la Vida en Pareja. En ellos terial suficiente para muchos propósitos distintos.
enfocaba situaciones que a cualquiera le habían Uno de ellos estaba relacionado con mis acti-
ocurrido o le podrían ocurrir. No deseaba pre- vidades usuales. Concretamente, con mucha tte-
sentar casos clínicos propiamente dichos, producto cuencia se me piden recomendaciones de literatura
de mi práctica profesional psicoterapéutica, pues psicológica que pueda ayudar en uno u otro pro-
estaba más interesado en los aspectos humanos que blema. Pero siempre he sido reacio a recomendar
en los académicos, y sabía que la narración de textos fríos o intelectualizantes, que a menudo
"casos" a menudo sólo sirve para estimular la cu- encubren las situaciones o emociones humanas más
riosidad morbosa, y nada más. simples y básicas, dentro de jergas académicas. A
partir de ese momento, Cocorí se convirtió en
El conjunto de escritos conformó un libro, que uno de mis favoritos para recomendar, y creo que
después de recibir el rechazo de una editorial del ya son muchas las personas que se han beneficiado
país, decidí poner a reposar hasta tanto no deci- de una lectura que después podemos comentar,
diera cómo replantearlo. En un momento dado, aplicada a su propia situación.
buscando ideas al respecto, solicité el criterio del
Dr. ]ézer González, filólogo y crítico literario am- Otro de los propósitos fue escribir este relato,
pliamente conocido. Sus opiniones favorables en cierta forma recopilador de algunos de esos
acerca de varios de mis relatos fueron muy estimu- tantos comentarios. En él, siguiendo la línea "desa-
lantes, sobre todo la referente al que aquí se cademizante" mencionada, escogí dos personajes
incluye. En esencia, dio a entender que repre- centrales -un padre y una hija- que fueran muy
sentaba una forma interesante y curiosa de hacer humanos en todo sentido, y que deben abordar un
un análisis literario, donde se enfocaba un ángulo problema cualquiera de vida en pareja (el cual in-
del Cocorf que según su información, no había cluso no resulta importante llegar a saber con cer-
sido abordado hasta el momento. Por tal motivo, teza), comunicándose epistolarmente. A través de
me instó a publicarlo en esta Revista. la lectura de la carta del padre a la hija, se conoce
Mi sorpresa fue realmente mayúscula, pues si o repasa el Cocorí; se identifican elementos de las
bien creo haber sido un buen lector, nunca he pre- estructuras familiares; se infieren características
tendido incursionar de manera formal en el análisis básicas de los personajes, de sus relaciones y sus
literario. Incluso, el origen de este relato tampoco problemas; y se plantea cómo el contenido del
tuvo que ver con el campo de las letras, sino con cuento constituye un instrumento para buscar la
mi ejercicio profesional. solución de esos problemas, solución que se evita
formular directamente para no incurrir en "rece-
(*) Plicólogo Clínico. Doctor en Psicología por la Univer- tarios".
ádad de COIta Rica. Ya con este contexto, he aquí el relato.
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Daniel te ofreció una rosa, valga decir, una pro- Te has sentido muy sola en tu viaje, aunque en
mesa de felicidad juntos, que también te pareció realidad siempre has estado acompañada. Al igual
"hecha de cristal palpitante, con los estambres que Cocorí, has caminado con esa tortuga que son
como hilos de luz y rodeada de una aureola de los recuerdos de tus mayores, y con ese monito tití
fragancia". Y para ti fue "algo mágico", pues que son los recuerdos de tu infancia. 0, visto, de
nunca habías tenido una relación así con nadie. otra forma: has caminado con la prudencia de la
y quisiste compensarle su regalo dando lo tortuga en una mano, y la transforma en cobardía,
mejor de ti misma. Le acompañaste a su viaje a en tanto la imprudencia lo hace en valentía.
Alemania; compartiste con él los problemas de la Por esos acompañantes que has tenido y por el
adaptación a ese país; escuchaste sus angustias du- viaje que has hecho, has aprendido, como Cocorí,
rante horas enteras. cosas muy valiosas. Por ejemplo, has aprendido
Pero ahora, dos años después, sientes que tu que de las personas vanidosas e inflexibles, como el
rosa se está marchitando, te preguntas que por qué Caimán, hay que huir haciendo círculos y no en
vivió tan poco, a pesar de tanto empeño que pu- línea recta. ¿No fue eso lo que pasó cuando le
siste, habiendo otros matrimonios que duran contaste todo a tu cuñado, y él se puso a despres-
mucho más y con menos empeño. tigiarte?
Has planteado tu pregun ta a muchas personas, En este momento es obvio que lo único que
no siempre las más indicadas. Según nos contaste, puede allanarte el camino es "la prudencia de doña
se la hiciste a Helena, tu mejor amiga, ya que por Modorra, la agilidad del Tití y la decisión del
ser de tu generación pensaste que te podría enten- Negrito", como lo dice el autor. Porque sólo con
der mejor. Pero Helena, al igual que Mamá Drusila, esos tres elementos podrás entender el mensaje del
casi que te dijo "Yo soy una Negra ignorante y no Negro Cantor.
entiendo tus preguntas". y aquí es donde vienen las cosas tal vez más
También le escribiste a doña Nidia, tu antigua importantes en tu caso; es decir, cuando anali-
profesora de Religión, que como el Pescador te zamos el fondo de ese mensaje. Porque al respon-
respondió: "¡Cuando somos tan viejos como yo, derle de esa manera, el Negro Cantor le enseñaba a
ya no nos hacemos esas preguntas! Cada pregunta Cocorí -además de la máxima ya mencionada por
que yo me hice me dejó una arruga en la lo menos dos cosas fundamentales.
frente ... " Te engañaste al pensar que los viejos Por un lado, que a veces las preguntas más pro-
siempre tienen las respuestas. Te olvidaste de que fundas tienen respuestas tan sencillas y evidentes,
aunque a veces sí las tienen, tal vez no saben o no que por eso mismo se nos pasan por alto. Por ejem-
quieren darlas. plo, ¿te has puesto a pensar en si esos otros matri-
Partiendo de aquella frase de que "la expe- monios con los que comparas el tuyo, tienen real-
riencia es madre de la ciencia", buscaste a varias mente, o han tenido una vida llena de emociones
personas que supusiste que por su edad o sus estu- como la de ustedes, a pesar del corto tiempo que
dios te podrían responder. Y al igual que la tortuga han estado juntos?
"refirió el caso" al Caimán, y al fallar éste pensó Por otro lado, que a veces no encontramos res-
en la Bocaracá, muchos de ellos te refirieron de puestas a nuestras preguntas porque no las hemos
uno a otro "especialista". sabido plantear. ¿Te imaginas lo que hubiera suce-
Tal vez influenciada por muchas personas, pre- dido a Cocorf si se hubiera topado con un frío y
feriste ignorar las posibles respuestas que podía racional Botánico? De seguro le hubiera dado una
darte tu propia intuición. Diste exceso de crédito a sapientísima conferencia sobre los ciclos de la vida
la experiencia y a la ciencia, y te olvidaste del arte, en los seres vivos; muy interesante, pero sin rela-
como Cocorf se olvidó del Negro Cantor. ción alguna con sus verdaderas inquietudes. Tal vez
si hubiera planteado bien sus preguntas, sí se le
Eso te ha hecho encontrar personas desilusio-
hubiera ocurrido ir desde el principio donde el
nantes, que te han dicho, como la Tortuga: "Voy a
Negro Cantor.
pensar en tu problema". U otros como el Caimán,
que con adoptar poses grandilocuentes y arro- y entonces, como tú, le hubiera preguntado
gantes creen estar respondiendo a las expectativas cosas como: ¿Qué sentido tiene la vida cuando los
de la gente. U otros como la Bocaracá, que están recuerdos sólo existen en la mente de uno? ; o ¿de
con nosotros en cuerpo pero no en espíritu, y por qué ha servido lo que he hecho hasta ahora con mi
tanto no se puede contar con ellos. vida? ; o ¿qué debo realmente esperar de las per-
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sonas que me rodean? ; o ¿cuán importante es la intuición de artista, que esas otras cualidades.
duración de la felicidad? Obviamente él es nuestro Negro Cantor.
Evidentemente todas esas preguntas tienen más Por último, creo que todavía hay una enseñanza
sentido que la que te has hecho hasta ahora: "Por más que se desprende del libro, y que es importan-
qué mi felicidad ha durado tan poco, comparada te que la medites. Se trata de las características del
con la de otras parejas". personaje de la rosa: hizo un bien increíble a Co-
¿No sería mejor preguntarse cosas al estilo de: corí, y para hacerlo sólo se limitó a ser una rosa;
¿Cómo me he sentido mientras ha durado? , ¿cuál ni más ni menos. ¿Cuántas veces has querido ser
ha sido la contribución de ambos para que se algo más que tú misma para agradar a Daniel?
dieran esos ratos de felicidad? , ¿ha terminado por ¿Qué te ha hecho pensar que lo que eres resulta in-
completo la felicidad nuestra, o está sólo dur- suficiente? ¿No lo habrás abrumado tanto de aten-
miendo? , ¿o si hubiera terminado, podría resurgir ciones que lo has hecho sentirse impotente de co-
de las cenizas, como el Ave Fénix? rresponderte, retrayéndose y provocando también
Estoy seguro de que esas preguntas son mucho retraimiento en ti? Tú, que has clamado por la au-
más correctas que las que originalmente tenías. Y tenticidad, ¿has sido tan auténtica como la rosa?
tal vez para ellas sí encuentres respuestas apro- Como de costumbre, hija, me he extendido más
piadas. Pero para ésto, es conveniente que pienses de la cuenta en mis discursos. Pero esta vez sí lo
en otras enseñanzas que deja el cuento de Cocorí. sentía absolutamente necesario, considerando la
Por ejemplo, que a veces damos muchas vueltas importancia que todo este asunto ha tenido para
en la vida buscando respuestas a nuestras pre- ti, y en consecuencia para nosotros como padres
guntas, y resulta que esas respuestas están en el tuyos que somos.
punto donde iniciamos el recorrido. Como el caso Te habrás dado cuenta de que preferí no hacer
de Cocorí, que se fue a la selva a buscar su res- muchas referencias directas a los problemas especí-
puesta, para econtrarla después con el Negro ficos que nos contaste. Más bien preferí concen-
Cantor, casi a la par de su casa. Tal vez las pre- trarme en las cosas generales, sin entrar en detalles
guntas relativas a cosas de la ciencia y la expe- de esos problemas porque "a buen entendedor,
riencia, sí haya que buscarlas lejos de nuestro pocas palabras". Tanto tu madre como yo estamos
hogar; pero las relativas a la vida tienen sus res- seguros, como siempre, de tu gran capacidad de
puestas en cualquier parte y con cualquier persona. reflexión, y sabemos que podrás hacer los ajustes
Esto lleva a una enseñanza más: no siempre el necesarios a todo 10 dicho.
que supone saber es el que realmente sabe. A me- Igualmente seguros estamos de la gran capa-
nudo las respuestas a esas cosas sobre la vida están cidad de Daniel, y vemos como un hecho que
en nosotros mismos, y si las sabemos buscar, las juntos encontrarán las respuestas que buscan, con-
encontraremos. Otras veces están en las personas virtiéndose cada uno en el Negro Cantor del otro.
más insospechadas; en quienes son capaces de Esperamos noticias de ustedes. Mientras tanto,
suplir su poco conocimiento o experiencia, con recibe un gran beso y abrazo de mamá y mío, que
cantidades increíbles de intuición. Este libro de te pedimos lo des también a Daniel.
Cocorí es una obra de arte, una muestra de la gran
intuición de su autor. Podemos decir que Gutiérrez Te quiere
Mangel también tiene mucho conocimiento y
experiencia, pero en este caso más nos enseña su Papá