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PUBLICIDAD ENGAÑOSA
Fallo Honda
Cortes, Ingrid
Saponare, Carolina
Jorge Surín
Licenciatura en Publicidad
Consignas………………………………………………………………………………… 3
Desarrollo…………………………………………………………………………………. 4
Conclusiones…………………………………………………………………………….. 25
un caso real –tratado por la justicia- y finalmente redactar una conclusión personal-
FORMA DE PRESENTACIÓN:
Definición de Publicidad
puntos de venta más habituales para los anuncios son los medios de transmisión
por televisión y radio y los impresos (diarios y revistas). Sin embargo, hay muchos
psicológicos que nada tienen que ver con los motivos objetivos que pueden
Publicidad engañosa
llegar a las características que le permiten competir mejor, dicen que ofrecen lo que no
Esto, sin duda, constituye un acto de competencia desleal. Nadie debe mentir al
quien actúa como debe y ofrece lo que realmente tiene, no puede competir contra quien
ofrece algo como superior. Competir lealmente es correr con los propios colores, engañar
sino también desconcertado, ya que no sabrá quién dice la verdad y quién no. Para él,
todos los que están en el mercado carecerán de seriedad con el consiguiente daño. El
invocará las normas del Código Penal o del Código Civil, que castigarán y permitirán
resarcir dicho daño. El competidor ha sufrido un daño diferente, que es el que causa el
Por otro lado, también existe lo que se llama la publicidad exagerada. De esta forma,
publicitados.
Estrictamente se trata de afirmaciones que no son verdaderas. Pero eso no las hace
siempre engañosas. Esto, es porque el público consumidor sabe que esa publicidad no
representa exactamente lo que manifiesta. El público, en cierta forma, espera una cierta
escucha que está frente al mejor producto del mundo, al de mejor sabor, al más antiguo
consumidor no se dejará llevar por afirmaciones de este tipo para realizar su elección. La
publicidad exagerada, por esta razón, no tiene la aptitud de engañar y por lo tanto, no es
engañosa ni ilegal.
De esta forma entonces, la cuestión es determinar en donde está la línea divisoria entre lo
lugar para la exageración cuando se trate de afirmaciones que son cuestiones de opinión
corresponde con la realidad, deben ser muy poco determinantes las características sobre
afirmó que la ley aplicable “no había sido hecha para la protección de expertos, sino para
la del público, y que el hecho que una afirmación falsa pueda ser obviamente falsa para
poder de engañar a otros menos experimentados”. Sin embargo, a los efectos de medir el
impacto en el público, no debe partirse del supuesto de que todos los consumidores son
Legislación aplicable
El artículo 159 del Código Penal considera delito el captar clientes mediante publicidad
para captar esos clientes nuevos. El artículo 10 bis del Conenio de País en el inciso 3°,
del párrafo 3, establece que deben prohibirse: “Las indicaciones o alegaciones cuyo uso,
cantidad de las mercancías”. Como se advierte, esta norma cubre todo engaño que se
realice en el comercio. Cabe destacar que sólo se aplica al caso de mercancías. No cubre
dirigidas a impedir el engaño. Si bien esta ley no está diseñada como un instrumento para
combatir la competencia desleal, sino para proteger al público consumidor, sirve para que
las indicaciones de origen, calidad, pureza o mezcla y las medidas netas de su contenido.
aunque se admiten traducciones. Esto tiende a que exista una correcta información sobre
productos, etc., que puedan inducir a error, engaño o confusión respecto de la naturaleza,
origen, calidad, pureza, mezcla o cantidad de los frutos o productos, de sus propiedades,
veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características esenciales de los mismos.
Nuevamente se trata de una norma que está diseñada para proteger al consumidor.
Caso Honda
Serie Especial que se presenta como un vehículo “con un motor más respetuoso con el
Ante esta situación, la ONG “Amigos de la Tierra” presentó una reclamación frente a la
Puede consumir menos combustible que otros, pero incluso su fabricación tiene un
impacto medioambiental”.
Dicha reclamación fue estimada ya que el anuncio vulneraba la norma número 11 del
Comerciales, y establece que las afirmaciones que cataloguen un producto como “no
anuncio, pero Honda no ha llevado a la práctica la decisión del Consejo ya que mantiene
palabra “ecológico” por “eficiente” e insistir en que “el motor del Accord es menos
Caso Carrefour:
El hipermercado, puso a conocimiento del público una promoción por medio de la cual
ofertaba ciertos productos, donde por cada $5 invertidos en los mismos, se obtenía un
El menor de edad A.F.G., conjuntamente con su padre M.M., adquirieron los productos
identificados con la silueta de Mickey Mouse, para poder ingresar al espectáculo y obtener
los cupones para participar del sorteo. De esta manera, conjuntamente llenaron los
El día 14/05/2001, se comunicaron desde Carrefour Argentina S.A., con el actor, a efectos
de comunicarle que era beneficiario de uno de los viajes a Disney promocionados. Sin
embargo, al consultarle la edad del beneficiario del cupón, Carrefour le comunico que
pese a haber resultado sorteado no podía ser acreedor por tratarse de un menor de edad.
participar los menores de edad. Es ostensible que el único objetivo que tenía la publicidad
realizada por Carrefour, era ver incrementada la venta de ciertos productos (los que se
Caso Actimel
El ASA acaba de prohibir en el Reino Unido un anuncio televisivo de uno de los productos
propósito de proteger a los consumidores garantizando que los anuncios cumplen las
normas de seguridad y que todo lo que en ellos se menciona es honesto y veraz. El ASA
aparecía el siguiente mensaje, Actimel ayuda a mantener las defensas de tus hijos, hecho
realmente. Tras realizar una amplia investigación en la que se revisaron los diferentes
estudios sobre el producto aportados por Danone, los miembros del ASA indicaron que
estaban hospitalizados y sufrían diarrea aguda, ambos estudios no podían tomarse como
referencia, tanto por sus resultados como por los niños del estudio, ya que se habla de
enfermos.
heces de niños con edades de entre 10 y 18 meses, sin embargo, no se evaluó el impacto
del informe del ASA podemos conocer otros detalles que muestran que afirmaciones
"Actimel ayuda a mantener las defensas de tus hijos, hecho científicamente probado", no
tienen solidez en base a los estudios aportados, con lo que la relación entre Actimel y la
a cabo con niños de hasta 16 años de edad. Danone asegura que el producto en cuestión
La decisión obliga a no emitir el anuncio hasta que sea modificado y se ajuste a las
Caso Siemens
Las empresas SIEMENS S.A., dedicada entre otras cosas, a la producción de equipos
fueron sancionadas en abril de 2003 por no haber indicado en una publicidad gráfica
El artículo 7° de la Ley de Defensa del Consumidor expresa que “la oferta dirigida a
Agrega además que “la revocación de la oferta hecha pública es eficaz una vez que haya
sido difundida por medios similares a los empleados para hacerla conocer.”
que consignaba “La promo ideal para Navidad. Usted nos regala su inalámbrico usado,
finalización de la oferta.
atinentes al tema.
En agosto de 2011, Honda Argentina fue sancionada por realizar publicidad engañosa.
Este hecho, se dió a conocer por la demanda realizada por Eduardo Tejerina sobre la
kilómetros por cada litro de combustible utilizado. Sin embargo, quien hizo la denuncia,
asegura que fue influenciado por ese mensaje a la hora de elegir comprar el auto Honda
Fue entonces por ese motivo que La Cámara sentenció a Honda a pagarle al usuario la
Fallo completo:
JURISPRUDENCIA COMERCIAL:
Defensa del Consumidor. Publicidad engañosa. Cuantificación del daño.
I.- Que el abogado Eduardo Raúl Tejerina, por derecho propio y con el patrocinio letrado
del Dr. Jorge Mosset Iturraspe, en fecha 22 de junio de 2007 promovió demanda ordinaria
contra Honda Motor de Argentina S.A. con el objeto de que se la condene a abonar la
suma de $ 7.893 por concepto de daños y perjuicios, con más intereses y costas. Le
imputó a la demandada responsabilidad a título de culpa, dolo o malicia por publicidad
engañosa e información errónea, e invocó como derecho aplicable el art. 9 de la ley
22.802, arts. 4 y 8 de la ley 24.240 y arts. 521, 522, 1197 y 1198 del Código Civil. Afirmó
Mediante la sentencia que llega a esta instancia para su revisión, el juez a quo rechazó la
demanda con costas. Para así decidir, luego de considerar que la adquisición del
automotor se trata de un supuesto amparado por la Ley de Defensa del Consumidor,
valoró la propaganda -cortos publicitarios y gráfica- que se presentaron como prueba y
describió de qué forma se promocionaba el automóvil Honda Fit, deteniéndose
especialmente en el consumo, para concluir que esa propaganda no tuvo la capacidad de
inducir a engaño o confusión teniendo en cuenta las condiciones personales del actor, y
que tampoco tuvo el carácter de "avasallante" o "arrolladora". Señaló también que el
consumo era solo una de las virtudes destacadas del motor en particular, además de su
potencia, la carrocería, comodidad, seguridad, habitabilidad y modernidad del producto.
Analizó la pericia producida en las Medidas de Aseguramiento de Pruebas -señaló que no
fueron pacíficos los puntos de la pericia y su forma de concreción, que el perito demostró
inseguridades en cuanto a la forma de proceder, y que fue realizada en dos momentos
distintos- y consignó el rendimiento en ruta a velocidades consideradas “económicas”
(18,7 km/l a 88 km por hora y 15,3 km/l a 110 km por hora) y en recorrido urbano con el
procedimiento de “tanque lleno” (14,68 km por litro). También valoró la pericia mecánica
del Ingeniero Miguel Angel Quaini y su ampliación, realizada tres años después que la
otra pericia, y consideró que el método impuesto por las partes desvirtuó el resultado,
pues dicho resultado es relativo por falta de precisión científica. Mencionó las variables
que inciden en el consumo -modo de conducir, velocidad, impulso, detenciones,
resistencia al avance, balanceo e inflado de los neumáticos, estado de la amortiguación,
ventanillas abiertas o cerradas, acople del aire acondicionado, cantidad de personas
transportadas o peso incorporado, etc.- y dijo estar convencido de que dichas variables
son conocidas por el actor, quien por su edad y condición general tiene experiencia previa
en la conducción de vehículos con motor a explosión y sabe que cualquier vehículo no
tiene siempre el mismo rango de consumo. Señaló que la propaganda no garantizó un
consumo de 19 km/h en cualquier circunstancia, y que con base en la experiencia o
conocimiento aquella sólo puede ser interpretada como un supuesto de máxima: en
determinadas condiciones el consumo llega a 19 kilómetros por litro. Por último consideró
que la propaganda también publicitaba que el Honda Fit es el vehículo más económico
dentro de su categoría, razón por la cual para probar el perjuicio el actor debió acreditar
II.- Que planteada de tal modo la pretensión revisora, en primer lugar es dable destacar
que la pretensión resarcitoria se sustenta en la existencia de información errónea y
publicidad engañosa que indujo al actor a la compra de un vehículo cuyo consumo y
rendimiento no fueron los prometidos (v. fs. 5 vta.). Concretamente el actor afirma que
optó por el Honda Fit en razón de que dicho automotor tenía “el menor consumo en su
categoría”: 19 km por litro de combustible y una autonomía de 790 km. Por consiguiente,
para decidir el presente litigio no pueden omitirse las siguientes normas: a) en primer
lugar el art. 42 de la Constitución Nacional que establece que "Los consumidores y
usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección
de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno"; b) en idéntico sentido el
art. 4 de la ley 24.240 dispone: "El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en
forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los
bienes y servicios que provee, y las condiciones de su comercialización. La información
debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con claridad necesaria que
permita su comprensión"; c) los arts. 5 y 9 de la ley 22.802 de Lealtad Comercial: el
primero prohíbe “consignar en la presentación, folletos, envases, etiquetas o envoltorios,
palabras, frases, descripciones, marcas o cualquier otro signo que pueda inducir a error,
engaño o confusión, respecto de la naturaleza, origen, calidad, pureza, mezcla o cantidad
de los frutos o productos, de sus propiedades, características, usos, condiciones de
comercialización o técnicas de producción". El segundo prohíbe “la realización de
cualquier clase de presentación, de publicidad o propaganda que mediante inexactitudes
u ocultamientos pueda inducir a error, engaño o confusión respecto de las características
o propiedades, naturaleza, origen, calidad, pureza, mezcla, cantidad, uso, precio,
condiciones de comercialización o técnicas de producción de bienes muebles, inmuebles
o servicios".
La Ley de Lealtad Comercial (ley 22.802) tutela ciertos principios que hacen al correcto
funcionamiento del mercado y la correcta comercialización de los productos, indicando
nombre, calidad, medidas, precios, origen, etc., todo ello con base en la buena fe
comercial y en la protección del consumidor y el usuario.
Sin embargo, apreciaré las periciales practicadas, pues este caso es de aquellos en los
que el “daño” invocado por la actora como devenido de una incorrecta decisión adoptada
por información falsa o “publicidad engañosa” no puede conocerse con certeza sin pericia
técnica.
Pues bien: de la pericia realizada en las “Medidas de Aseguramiento de Pruebas"
promovidas por el actor (Expte. N° 382/2005) surge que utilizando el método sugerido por
el consultor técnico propuesto por la demandada -se vació el circuito de combustible del
Honda Fit (tanque, cañerías, bomba inyectora, filtro) y se midieron con probetas
graduadas dos cargas de 5 litros de combustible- y circulando por la autopista Santa Fe-
Rosario con tres personas a bordo, a una velocidad de 88 km/h arrojó un consumo de
18,7 km por litro; y en las mismas condiciones a una velocidad de 110 km/h el consumo
fue de 15,3 por litro (v. fs. 126/127 del expediente citado). Posteriormente se requirió una
ampliación y el perito dictaminó que utilizando el método del "tanque lleno" en tránsito
urbano (circulando en la ciudad de Santa Fe) el consumo fue de 14,68 km por litro, y en
ruta y transitando a 120 km/h, el resultado fue 16,16 km por litro (fs. 153/156 del mismo
expediente).
Durante el período probatorio se realizó otra pericia por el Ingeniero mecánico Miguel
Angel Quaini, quien se expidió sobre los puntos propuestos por el actor y la demandada.
El ensayo propuesto por el actor, con el método del "tanque lleno" y circulando por la
III.- A mayor abundamiento debo agregar, que aún cuando pudiera considerarse que
existen deficits que restan valor probatorio a la pericia, esa insuficiencia no mejora la
posición de la demandada.
En nuestro país, la ley 26.361 modificó en abril de 2008 a la ley 24.240 y una de las
reformas más importantes es precisamente la implementación de principios procesales
que incorporan la carga probatoria dinámica. En su análisis del art. 53 que refiere a las
normas procesales aplicables, se señala que los proveedores deben aportar al proceso
todos los elementos de prueba que obren en su poder “poniendo las cosas en su justo
lugar” ya que son aquellos los que cuentan con los medios para demostrar las
condiciones y elementos de la relación establecida y se condice con el fin tuitivo de la ley
(Piedecasas, Miguel A. en RDPC 2009-1 “Consumidores”, págs. 81 y sigs.). Tal criterio
se adecua a la regla denominada "favor debilis"que rige en la relación de consumo, en la
cual la debilidad del consumidor no proviene del contrato, sino que es externa, la
conforma aquél que ostenta en el medio una posición socioeconómica de inferioridad y
subalternización. Así en el art. 3° de la Ley de Defensa del Consumidor se establecen, en
cuanto a la interpretación, dos reglas de carácter general. Una es una regla de integración
con respecto a la Ley de Defensa del Consumidor con la Ley de Defensa de la
competencia y de lealtad Comercial; y la otra, que en caso de duda con respecto a tales
normas, siempre la interpretación se hará en forma más favorable al consumidor (Rinessi,
Antonio J. "Interpretación a favor del deudor y del consumidor" en Revista de Derecho
En autos, la demandada probó que con el método de medición elegido por su parte, en
determinadas circunstancias -a una velocidad de 80 km/h con las ventanillas cerradas,
luces altas prendidas, aire acondicionado apagado y la ventilación interior prendida, y
circulando por una autopista- consume 21,24 km por litro de combustible o 24,92 km por
litro (v. fs. 332/333 y 533/534). Es claro que esa no es la velocidad habitual que desarrolla
un automotor nuevo en la autopista en la cual la velocidad máxima permitida es de 130
km por hora (art. 51 ley 24.449). Tal como lo dice el perito Quaini "está en debate cuanto
consume el Honda Fit en la ciudad y cuanto en ruta a velocidades aceptables a los fines y
necesidades para las que los vehículos de esas características son adquiridos" (v. fs.
425). Si el rendimiento prometido está condicionado por circunstancias excepcionales, la
información no es suficiente y tampoco puede achacársele al comprador tener una
expectativa fantasiosa por ser “absolutamente irreal” el rendimiento prometido. Las
observaciones de la demandada fundadas en la falta de instrumental técnico-científico y la
omisión de aplicación de pautas asignadas por métodos internacionales de medición de
consumo de combustible (v. fs. 406 y vta.), no alteran la conclusión pues el experto ha
informado que "las pruebas de laboratorio ... no son aplicables ni fueron homologadas por
ningún Poder del Estado ni organización privada, nacional o extrajera, para sustituir las
pruebas verdaderamente realizadas en los circuitos cotidianos y ruteros” (v. fs. 425). Si el
actor invoca un daño derivado de publicidad engañosa porque el automóvil “elegido” y
adquirido no rinde lo que la propaganda indicaba, lo lógico y razonable es que se evalúa
el rendimiento en condiciones reales, que son aquéllas en las que se encuentra cualquier
consumidor que utiliza el auto para circular en zona urbana y rural, con o sin aire
acondicionado, solo o con pasajeros, etc. Tampoco puede soslayarse que el mensaje
llegó tanto al público experto como al no conocedor porque no se hizo en una revista
especializada, de modo que no puede calificarse a la “representación” o significación
publicitaria del actor como ingenua o exagerada, y sí puede calificarse a la publicidad de
engañosa o potencialmente engañosa por tener varios significados a partir de información
incorrecta por insuficiente.
IV.- Que determinado entonces que el actor fue inducido a error por la publicidad
del Honda Fit, corresponde considerar la procedencia de los rubros reclamados en
concepto de daños -material y moral- por el actor. Pues bien, el art. 8 de la ley 24.240 -en
El Dr. Drago expuso iguales motivaciones, y basado en ellas vota también por la
afirmativa con igual alcance.
En nuestro caso, es mayor la relación con la publicidad estando próximas a recibirnos. Sin
embargo, es necesario comprender la importancia en la claridad de los mensajes a
transmitir y la transparencia de los mismos, de manera de prometer beneficios que sean
cumplidos.
Hoy en día, uno de los mayores atributos por los que se guía y enfocan los mensajes
publicitarios son términos referentes a la confianza del producto o servicio. Esto se da ya
que en muchos casos ha ocurrido que aquello que se decía no se cumplía. A su vez,
basta con que una vez un producto decepcione públicamente a su consumidor
engañándolo acerca de sus prestaciones, para que este no vuelva a reincidir a futuro. Es
decir que el pacto o vínculo de confianza es algo que se disipa fácilmente luego de
situaciones, o en caso de ser resarcido el perjudicado, al menos queda quebrada esta
confianza.
Además, estos aspectos no ocurren solamente en la relación de los consumidores con las
marcas, sino por el contrario, entre personas. Puede observarse claramente en los
Alvarez Iturre, Cortés, Saponare 25
matrimonios, en las relaciones entre amigos, entre profesionales, o mismo en un caso que
se repite día a día y es compartido a través de la prensa pública: la relación que
mantienen los argentinos con sus gobernantes, un diálogo intermitente lleno de promesas
construidas en el aire y no cumplidas, rodeado de un halo de incertidumbre.
Es así entonces, cómo en la sociedad actual rige una cierta desconfianza a lo que se dice,
generando también desconfianza entre las relaciones. Por este motivo, es imposible que
esto no ocurra en los mensajes que dan las grandes marcas, más aún cuando hay
antecedentes como los mencionados en este trabajo en donde ha intervenido la justicia a
favor del consumidor porque la empresa no cumplía su palabra.
Argentina cuenta con una sociedad muy golpeada en términos de confianza, es por este
motivo, que obrando desde su psiquis social y colectiva, suele tener tendencia a creer que
siempre habrán engaños rodeando a sus transacciones comerciales. Suele desconfiar
así, de las ofertas, las promociones y los “regalos” que cuentan con características
considerablemente generosas, simplemente no cree.
Si bien en muchos casos puede ser un error u omisión de información que se debe
comunicar para no dejar oportunidad a la confusión, en varias situaciones es una
herramienta utilizada adrede para obtener mensajes más atractivos, impactantes,
importantes y deslumbradores. En esos casos, esa comunicación es la que termina
siendo el puntapié inicial para que la persona adquiera ese producto o servicio y en poco
o largo tiempo, termina defraudándose y opacando la imagen de la empresa.
Generalmente estos descreimientos por parte de los consumidores potenciales y
prospectos suelen tejerse cercanos a las empresas de mayor embergadura, las de mayor
facturación. La industria automovilística forma parte de esa lista de empresas.
El tema de los mensajes y la publicidad engañosa son aspectos que no sólo deben tener
en cuenta las marcas, sino también aquellas agencias de publicidad encargadas de la
comunicación de productos o servicios. En muchos casos, hay errores de comunicación
entre ambas partes, lo que termina provocando errores en los atributos a comunicar por la
marca, ya sean aspectos tangibles o intangibles. Estos temas, deben ser aclarados por la
marca y la empresa, evitando confundir al consumidor con mensajes distorsionados o
poco claros.
En relación al fallo realizado por la Cámara de Apelación Civil y Comercial de Santa Fe,
en una primera instancia creímos que el monto a pagar era irrisorio en relación al gasto a
la hora de comprar un auto, pero en definitiva esa diferencia de dinero fue la que el
usuario perdió al no cumplirse la promesa de los 19 km por litro. Por este motivo, creemos
que es una respuesta acorde a lo que el damnificado solicitaba, ya que adrede o no,
Honda Argentina comunicó un beneficio funcional del producto que no representaba la
realidad. Incluso, era un tema que estaba directamente relacionado con el gasto del
usuario, siendo un país el cual se encuentra y atraviesa diferentes crisis es un aspecto a
tomar en cuenta por quien decide comprar un auto.
Sitios web:
http://www.forodeabogados.org.ar/edicion14/tema26.html