Curso: Obstetricia I del parto normal. Alumna: Villar Portal Mariana Araceli. Grupo: A2
Cajamarca, 24 de marzo de 2021
CONCLUSIONES 1. Por miles de años, la gente ha celebrado el poder de la mujer y el parto en su arte. Las culturas antiguas adoraron a diosas dando a luz, desde la era de hielo de hace 20 000 años podemos apreciar mediante esculturas que nos enseñan de cómo daban a luz las mujeres en el pasado, la mujer, representada por la diosa del parto, quien es una figura de gran fuerza y poder, daba a luz en cuclillas con su rostro echado hacia atrás o sosteniéndose en una cuerda, como han hecho las mujeres en muchas culturas alrededor del mundo. A través del tiempo las culturas muestran en sus esculturas a una mujer pariendo erguida con una ayudante atrás, sosteniendo su cuerpo y una partera enfrente recibiendo al bebé. Con esto nos damos cuenta que al pasar el tiempo la mujer necesito acompañamiento durante el parto. 2. A lo largo de la historia del ser humano el parto ha pasado por diferentes etapas, la primera etapa, que tiene una duración de cientos de miles de años, es la etapa en la que el parto era en soledad, en aislamiento y de manera natural; era así en culturas que vivían en grupo. Después, desde hace unos 5000 años, el parto era asistido por mujeres o en grupo de mujeres. Tiempo después hasta el día de hoy el parto pasó a depender de los sistemas de salud; tras el descubrimiento de la epidural, ya no es natural sino medicalizado. 3. Hoy en día es importante la atención institucional del parto, pero este debe garantizar una atención en el parto y el nacimiento igualitaria, respetuosa y segura, donde se debe tomar en consideración las recomendaciones sobre las prácticas adecuadas para la atención en el parto y el nacimiento, respetando los derechos de la madre y el neonato. 4. La desnaturalización del parto ha influido en su deshumanización, y no pocas mujeres son víctimas de abusos y tratamientos irrespetuosos, durante este proceso. Se violan sus derechos y con ello se compromete su integridad física y mental, y la calidad de la atención se convierte en un problema de salud. La violencia obstétrica a pesar de ser un fenómeno común, no es natural ni tiene porqué existir. Pero existe. La violencia obstétrica se encuentra extendida y naturalizada por obstetras y pacientes y es practicada de forma sistemática por parte de los profesionales de la salud. Si se habla de prevenir la violencia obstétrica, se tendrá que trabajar conjuntamente con los pacientes, promoviendo, en primera instancia, establecer la confianza y comunicación que debe de existir entre ambos, naciendo del trato y del interés que pongan en su relación asimismo trabajando en la ética profesional y empatía de los profesionales de la salud.