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Presentación: Electrónico
DR ©: 2019
ISBN: 9786074488227
INTRODUCCIÓN 1
REFERENCIAS 44
Esta guía pretende ser un puente de comunicación práctico y un punto de reunión inicial
para peritos psicólogos y otras áreas afines a la salud mental que ejercen la psicopatología
forense en México, en donde se proponen lineamientos de evaluación psicológica familiar,
abiertos al diálogo interdisciplinario, inicialmente en el del derecho de familia, pero
extensivo progresivamente a otros ámbitos del derecho penal, civil, laboral, etc.
Con la distribución de esta guía, la editorial lleva a la práctica sus valores empresariales
pero, sobre todo, busca que los profesionales de la psicología y la salud mental puedan
acudir ante los tribunales de justicia con una guía de actuación basada en la experiencia y
el conocimiento forense, tanto de quienes pertenecen al público como del privado.
Asimismo, existen documentos orientales -como el Hsi Yüan Lu de entre los años 1100 a
1200 a.C- donde se incluyen las actuaciones clínicas ante los tribunales de justicia. Además,
el derecho romano -por ejemplo, en el Digesto, Pomponius Dig. XXVI, 26.7.61- establece
que ha de fallarse sin castigo lo que ocurra por padecimiento mental (Impune autem puto
admittendum, quod per furorem alicuis accidit) y es muy conocido el cuestionamiento
romano al libre albedrío de una persona trastornada: furiosi nulla voluntas est. En el mismo
sentido, vale la pena recordar que: Furioso sententia a judice vel arbitrio dice non potest1
(ni el juez ni el árbitro, pueden dictar sentencia para un loco).
Por su parte, Modestinus advirtió que el parricidio no habría de ser sancionado penalmente
en caso de que hubiese evidencia de trastorno mental en el sujeto activo (si per furorem
aliquis parentem occiderit, impunitus erit 2).
Ahora bien, las raíces históricas no sólo están vinculadas a situaciones homicidas, sino hay
también evidencia de las interacciones entre Derecho y Psicología en materia civil, por
ejemplo, en los casos de testamento: Furiosus tempore intermissi furoris testamentum
facere potest; nam furor superveniens non pesimit actum prius perfectum.
La llamada “locura” en aquel tiempo, tenía también impacto en las leyes medievales. Por
citar un caso -vinculadas las alteraciones mentales a la demonología (homo rabiosus aut
demoniacus)- se afirmaba en el Fuero Juzgo (año 634) que no podía ser imputable quien
cometiera un homicidio estando afectado de sus facultades cognitivas y volitivas: “quien
mata a otro homme sin su grado (sin querer) no conociendo e ninguna malquerencia non
avie contra el, non debe prender muerte”.
Por último, vale la pena mencionar lo expresado en las Siete Partidas del Rey Sabio: el
homme que es fuera de su seso non face ningún fecho enderezadamente et por ende non
1
1 Digesto, L. XLII, título I, IX
2 2 Libro XLVIII, Tit IX, Ley 9, c 32, Modestinus, Libro XII. Pandectarum.
1
se puede obligar porque non sabe ni entiende por ello (citado en Esbec y García-López,
2016, p. 235-238).
Por tal motivo, solicitan del psicólogo dar respuesta ante diversos cuestionamientos
surgidos del contexto de la justicia, por lo que esta guía facilitará el trabajo a quienes deben
dar contestación a dichos cuestionamientos desde una perspectiva científica, aportando
hallazgos y evidencia empírica que facilite la toma de decisiones judiciales.
De tal manera que, al no contar con una metodología de consenso, cada perito psicólogo
formula un objetivo, procedimiento y conclusiones que, aún para un mismo caso, pueden
diferir radicalmente de un perito a otro; lo que ha llevado a la falsa creencia de que
cualquier procedimiento es válido, que toda orientación psicológica puede realizar
aportaciones forenses, que todo tipo de entrevista (libre o semi-estructurada) e incluso
cualquier instrumento de evaluación psicológica, puede ser llevado ante los tribunales de
justicia como elemento definitorio o trascendente dentro de un dictamen pericial. Aún más,
parece estar permitido en casos complejos, no incluir ningún tipo de instrumento de
evaluación e incluso así comparecer ante los jueces.
2
Lo anterior representa graves errores en la evaluación psicológica con fines periciales y
forenses y ello compromete la credibilidad de los dictámenes, la pertinencia de los datos
aportados por el perito en psicología y la propia capacidad profesional de los así llamados
expertos, restando no sólo valor probatorio a la pericial y, o informes en psicología, sino
vulnerando los derechos de los justiciables. En este sentido, debe subrayarse el sentido
ético y legal de las evaluaciones psicológicas con fines periciales y forenses, en este caso en
el ámbito familiar, pero en general en todos los ámbitos donde se requieran estas
evaluaciones.
Aunque suena a verdad de Perogrullo, se debe recordar que está en juego la libertad, la
propiedad o el mismo sentido vital de una persona y que, por lo tanto, la obligación tanto
ética, como jurídica del experto en salud mental, es la de realizar un trabajo que respete los
derechos humanos y sus garantías, de lo contrario, no sólo habrá de responder al reclamo
ético, sino a la sanción legal que una malpraxis amerite.
La guía que el lector tiene en sus manos, es un primer esfuerzo para estructurar un código
de comunicación unificado en México. La idea central de este proyecto es que los
profesionales de la salud mental puedan acudir ante los tribunales de justicia con una guía
de actuación basada en la experiencia y el conocimiento forense de sus operadores, tanto
de quienes pertenecen al ámbito público, como de quienes ejercen esta disciplina desde el
ámbito privado y la investigación científica realizada en las universidades y los centros
públicos de investigación.
3
Capítulo 1. Breve perspectiva sociodemográfica
Con base en la información presentada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), publicada en febrero de 2019, en México la población de 15 años y más tiene las
siguientes características: “58% se encuentra en unión libre, 32% es soltera y 11% es
separada, divorciada o viuda 3”. Asimismo, se mantiene la tendencia de varios años
anteriores en cuanto a la disminución de matrimonios y el aumento de divorcios, ya que
mientras los primeros descendieron en un 2.8%, los segundos aumentaron en un 5.6%
durante 2016 a 2017 (INEGI, 2019, p.1). Además, “hay una disminución en la proporción de
personas casadas, ya que pasó de 59.7% a 42.8% del 2008 al 2018”.
El párrafo anterior ofrece un panorama claro del fenómeno e implica que más de la mitad
de la población vive en pareja, con la posibilidad de encontrarse formando una familia, de
diversa estructura e integración y con la presencia de hijos de diversas edades (propios o
adoptados).
También, dos de las gráficas más elocuentes en cuanto a casamientos y divorcios en México
muestran la clara tendencia a postergar la edad para unirse en pareja. Además, la tendencia
3 Ahora bien, tal como se especifica en el comunicado del INEGI, en el que cita Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo, “esta estructura [la situación conyugal] cambia radicalmente dependiendo de la edad
de la población. Por ejemplo, si se analiza sólo al grupo de 15 a 29 años las proporciones son distintas, pues
las personas solteras representan 67.8 por ciento” (INEGI, Ob. Supra).
4
hacia la baja que muestran los matrimonios (excepción hecha del aumento que hubo entre
2010 y 2012) y la clara tendencia al alza que muestran los divorcios.
La figura 1-2 no incluye los matrimonios entre personas del mismo sexo, ya que el
porcentaje es muy pequeño, pues en 2017 el total de uniones matrimoniales entre hombres
y mujeres “fue de 526,008 (99.5%) y 2670 (0.5%) entre personas del mismo sexo [...] 1264
entre hombres y 1406 entre mujeres”
5
Por otra parte, los divorcios muestran un incremento sostenido en nuestro país, pues si “en
2010 fueron 86,000; en 2017 fueron casi 150,000 (147,581)”, tal como se aprecia en la figura
1-3.
Otro aspecto muy relevante y que fortalece la justificación de esta guía es el alto porcentaje
que tienen los divorcios que se llevan a cabo con la necesidad de un fallo judicial (figura 1-
4). Así, “en 2017 el 90.9% de los divorcios fueron judiciales, y de éstos: en 40.6% de los casos
no tienen hijos menores de 18 años, en 27.6% sólo uno y en 21.2% hay dos [...] en 8.3%
tienen tres o más hijos” (INEGI, 2019, Ob. Supra e infra). Vale la pena destacar también,
“que de 2010 a 2017 ha disminuido la proporción de divorcios administrativos, al pasar de
14.1 a 9.1 por ciento.”
6
Figura 1-4. Distribución porcentual de los divorcios por tipo de trámite.
Fuente:
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2019/matrimonios2019_
Nal.pdf
Las figuras 1-1 a 1-4 incluidas en esta guía son sólo un panorama general para mostrar la
dimensión más amplia del fenómeno en el cual se inscribe la evaluación psicológica con
fines periciales en materia familiar. Sin embargo, la problemática derivada de la ruptura de
pareja y, o del matrimonio, es una de las más arduas, complejas, confusas y demandantes
que una persona puede experimentar a lo largo de la vida, razón por la cual la atención a
este fenómeno social exige conocer los recursos y herramientas psicológicas disponibles
para hacer frente a esta situación.
7
b) Por ejemplo, se sugiere el texto introductorio publicado por el Instituto Nacional de
Ciencias Penales, “Justicia Terapéutica: experiencias y aplicaciones” (Wexler, Fariña,
Morales y Colín, 2014). De igual manera, “Elaboración de informes periciales
psicológicos en las disputas sobreguarda y custodia de los hijos” (Tejero, González
Trijueque y García-López, 2014), y “Psicología y justicia: la convergencia entre el
mundo psicológico y jurídico” (Maffioletti y Contreras Taibo, 2019), entre otros.
Tanto el perito como el juez se verán muy fortalecidos al integrar con mayor frecuencia en
sus análisis psicojurídicos, las aportaciones que a ambos brinda la estadística.
8
Figura 1-5. Nupcialidad y divorcios. INEGI, 2017.
9
Capítulo 2. Consideraciones preliminares para el uso de esta guía
El Poder Judicial posee la alta responsabilidad de impartir justicia de manera imparcial,
pronta y expedita, con la participación cada vez mayor de científicos (en este caso del
comportamiento humano), que deben aportar objetividad a los casos complejos que
requieren el análisis de los integrantes de la judicatura.
Así, dado que sus señorías están comprometidas con la impartición de justicia y el bien
común, esta guía pretende ser un vehículo que comunique efectivamente a los expertos en
salud mental y comportamiento humano, con los expertos en derecho, que han de emitir
un fallo judicial en un contexto de tanta trascendencia, como lo es el ámbito familiar.
Para concluir estos primeros párrafos, vale la pena resaltar la importancia de la Psicología
(muy particularmente de la Psicología Jurídica y Forense) para el Derecho de Familia y su
trabajo de manera articulada y armónica en el contexto judicial, de tal suerte que el estudio
y avances de cada una de estas disciplinas derive en el beneficio mutuo y especialmente en
beneficio de la sociedad.
4Cuarto Tribunal Colegiado en materia civil del Primer Circuito. Amparo directo 679/2007. Casa Driana, S.A.
de C.V. 31 de octubre de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretaria: Ma. Luz
Silva Santillán. 168919. I. 4°.C.30K. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XXVIII, septiembre de 2008, p. 1269. Disponible en:
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/168/168919.pdf
10
Con el fin de mencionar brevemente uno de los porqués de esta importancia (la de la
Psicología en el Derecho), conviene citar una de las definiciones que aluden a esta parte del
derecho privado:
El derecho de familia se refiere a las normas de orden público e interés social que regulan y
protegen a la familia y a sus integrantes, así como su organización y desarrollo integral,
sobre la base del respeto a la dignidad humana, en orden a lo establecido en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y los instrumentos internacionales de derechos
humanos ratificados por México, aplicables a la materia, fundamentalmente en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los Derechos del Niño, la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, así como del trabajo realizado por Naciones Unidas en favor de la familia a través de
la División de Política Social y Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales. Instrumentos y actividades universales y regionales que contienen disposiciones
dirigidas, entre otros muchos aspectos, al fortalecimiento de la capacidad de la familia para
atender sus propias necesidades, el equilibrio entre el trabajo y las responsabilidades
familiares, la prevención y sanción de la violencia familiar y la mejora en la calidad de vida
de los integrantes de la familia (Pérez Contreras, 2010, p. 21).
Como puede apreciarse, tanto los jueces, como los peritos en materia de psicología, tienen
ante sí un reto y una responsabilidad mayúscula, ya que tanto el dictamen pericial, como el
fallo judicial, impactarán de manera directa en la vida de las personas que integran una
familia.
Así, dada la trascendencia del trabajo pericial, el forense que acuda como experto ante los
Tribunales de Justicia, debe conocer indispensablemente la importancia de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), particularmente en lo que respecta al
Capítulo I, “De los Derechos Humanos y sus Garantías”, así como en los párrafos sexto y
séptimo del artículo 4, que señalan:
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio
del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños
y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud,
educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá
guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas
a la niñez.5
11
Por otra parte, también debe considerar la perspectiva de género que, de acuerdo con la
Ley General para la igualdad entre hombres y mujeres, se define como aquella
“metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la
discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base
en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben
emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio
que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género (artículo 5, fracción VI de
la ley referida).
Tal como señala la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las
Mujeres: “cuando se habla de perspectiva de género, se hace alusión a una herramienta
conceptual que busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo
por su determinación biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los
seres humanos6”.
Los forenses que hagan uso de esta guía deben conocer la normatividad aplicable a la
infancia y la adolescencia y apegarse de manera irrestricta a ella. Su colaboración ética y
profesional como expertos en salud mental, no sólo contribuye al sistema de justicia, sino
al concepto de Justicia en sí mismo.
12
anexo, debe ser estudiado por los expertos que acudan ante los tribunales de justicia para
emitir sus dictámenes periciales.
13
Capítulo 3. La figura del perito en psicología para el derecho familiar
En el sistema judicial, tradicionalmente se ha considerado al perito como un auxiliar del
juez. Dicho perito aportará sus conocimientos y experiencia para dilucidar, sobre todo,
aquello que comprenda su campo de conocimiento, en este caso, sobre el estudio científico
del comportamiento humano: la Psicología y de manera muy específica, la Psicología
Jurídica y la Psicopatología Forense.
Estas disciplinas son tan cercanas entre sí, que hay quien las confunde, aunque su diferencia
es clara; por una parte, la Psicología Jurídica implica el estudio científico del
comportamiento humano en todos los ámbitos jurídicos, es la disciplina que estudia,
investiga y analiza el comportamiento con relación al derecho y la justicia.
Así, la Psicología Jurídica actúa como estructura, contexto y fuente de la expresión forense,
pero no es lo forense, ya que la Psicopatología en dicha vertiente representa el estudio y la
evaluación de los trastornos mentales, los problemas emocionales, las conductas
desadaptativas y, en suma, la discapacidad psicosocial de personas vinculadas a procesos
legales, con el fin directo de presentar dicha información ante el sistema de justicia (García-
López, 2016).
Por otra parte, el papel del psicólogo forense -de acuerdo con el Grupo de trabajo e
investigación de la sección de Psicología Jurídica y Forense del Colegio de Psicólogos de
Cataluña, (2014)- “[...] es el de un perito que emite informes que pueden ser utilizados en
un proceso judicial” con distintas funciones, tales como:
a) Asesor.
b) Testigo experto.
c) Perito.
d) Mediador.
e) Coordinador parental.
f) Psicoterapeuta en el ámbito judicial.
g) Acompañante judicial de niños y, o personas en alguna situación de discapacidad o
vulnerabilidad.
En este sentido, subrayando la idea del psicólogo como perito, Torres Coto (2016) menciona
que el perito debía a) aceptar el cargo conferido, b) protestar el fiel y legal cumplimiento
del mismo, c) imponerse del contenido de la prueba que ha de resolver y, por lo menos, de
aquellas partes de los autos pertinentes o relacionadas con ella, aun cuando
preferentemente debería ser de todo el asunto, d) realizar las pesquisas e investigación que
se requieran para acopiar la información necesaria, e) inspeccionar o reconocer
14
personalmente el o los bienes que han de valorarse, f) practicar personalmente todas las
operaciones y análisis que sean precisos según las características de la prueba, g) obrar y
conceptuar con imparcialidad, lealtad, veracidad y buena fe, h) fundamentar su dictamen,
i) expresar los hechos en forma clara y precisa, j) emitir su dictamen por escrito en forma y
tiempo, k) ratificar el mismo en la presencia judicial, con las formalidades de ley, l) asistir a
las audiencias para las que se le cite y contestar las preguntas que en ellas le formulen los
abogados de las partes, el representante social y si fuera el caso, el juez.
En este sentido, vale la pena recordar lo planteado por Muñoz, Echeburúa y García-López
(2014, p. 59 y ss) sobre los pasos en el proceso de la evaluación pericial psicológica:
15
5. Contrastación de las hipótesis. Esta fase se podría dividir en dos secuencias: a) una
descriptiva, que implica la recogida y organización de la información obtenida
mediante los distintos métodos de evaluación e incluye también los resultados de
las pruebas aplicadas; y, b) una técnica, que supone la integración, análisis e
interpretación del conjunto de los datos manejados en relación con las hipótesis
planteadas. Como en todo acto científico, en el caso de que las hipótesis no sean
confirmadas, se deberán reformular nuevas a la luz de los datos obtenidos.
16
Capítulo 4. La psicología forense y sus aportaciones al contexto
jurídico familiar
Soria (2006) refiere que la psicología forense, pericial o psicología aplicada a los tribunales,
es la rama de la Psicología Jurídica que desarrolla sus conocimientos y aplicaciones con
miras a concluir sus hallazgos en el seno de una sala de justicia, con el propósito de auxiliar
a jueces y jurados en la toma de decisiones.
Entre las principales aportaciones por parte del profesional en materia de psicología en el
escenario judicial, se encuentra la realización de valoraciones -llamadas también periciales-
que, de acuerdo con lo expuesto por Galicia (en García- López, 2010), tienen como
propósito la estimación cualitativa y cuantitativa de las características psicológicas sujetas
a valoración, con la finalidad de corroborar no sólo su existencia, sino también las posibles
peculiaridades y efectos, a través de instrumentos propios de la materia.
17
dictamen pericial, instrumentos y técnicas que no estén reconocidas por la comunidad
científica internacional8 y carezcan de la fortaleza necesaria para resistir los
cuestionamientos esperables en un entorno judicial.
En este sentido, Estrada (en prensa) refiere que la psicología, en tanto disciplina científica,
ha realizado valiosas aportaciones en torno al discernimiento de cuestiones sumamente
delicadas –inherentes a la práctica pericial-, como lo son las variables involucradas a la
violencia familiar (véase Corsi, 1994; Echeburúa & de Corral, 1998), valoración del
testimonio y factores psicológicos asociados a denuncias de abuso sexual (véase Steller,
1989; Raskin & Esplin, 1991, Vrij, 2000, 2005), evaluación de la psicopatología en nociones
involucradas en mayor o menor medida a la dinámica familiar o social (véase Jiménez-
Gómez, 2006; Cantón-Duarte, Cortés-Arboleda & Justicia-Díaz, 2007; Doddi & Souto, 2008;
Gómez-Maqueo & Heredia, 2014), competencias parentales (véase George, Kaplan & Main,
1985; Bermejo et al., 2006), directrices de evaluación (APA, 1994, 2010; Chacón y Cols,
2009) y componentes asociados a problemáticas en el mantenimiento de convivencias
entre padres no custodios e hijos (véase Aguilar, 2006; Luengo & Coca, 2007; Bernet, 2008;
López-Orozco, 2013).
Por otra parte, Ramírez-Acuña (2008) alude que, en lo referente a las evaluaciones
psicológicas forenses en el área familiar, el especialista o perito se encuentra obligado a
informar y dar cuenta sobre los siguientes elementos:
8 Al respecto, vale la pena recordar la importancia del conocido “estándar Daubert”. Éste no es el único
estándar, pero reúne al menos cuatro elementos que son inexcusables para el perito. A saber:
1. Falseable. Se evalúa rigurosamente la metodología en la cual se ha basado el experto para emitir sus
conclusiones. Es decir, la teoría o técnica utilizada es demostrable.
2. Pública. Dicha metodología, ha sido revisada por pares y está sustentada en las publicaciones
científicas internacionales.
3. Tasa de error. Se puede responder por la tasa de error conocida, y potencial, de la metodología
utilizada por el experto.
4. Aceptación. La metodología goza de la aceptación de la comunidad científica internacional.
De manera específica, se han publicado análisis sobre los estándares (Frye, Daubert, Kumho) y su relación con
la prueba psicológica. Por ejemplo, con las publicaciones de Fradella, Fogarty y O´Neill (2003): The Impact of
Daubert on the Admissibility of Behavioral Science Testimony; Gordon (2016): Crossing the Line: Daubert, Dual
Roles, and the Admissibility of Forensic Mental Health Testimony; Goodman-Delahunty (1997): Forensic
Psychological Expertise in the Wake of Daubert; Shapiro et al. (2015): Psychological expert witness testimony
and judicial decision making trends, entre otros.
18
2. El autocontrol (estabilidad emocional, control de impulsos, roles y funciones
parentales, y tolerancia a la frustración).
Como puede apreciarse, la evaluación psicológica con fines periciales y forenses en materia
familiar debe brindar información objetiva y confiable para responder, entre otras, la
siguiente pregunta: ¿Qué indicadores objetivos explican el cuidado del niño o adolescente?
Estos indicadores objetivos pueden ser referidos en el dictamen pericial tanto a través de
las pautas conductuales observadas y sustentables a lo largo del tiempo previo a la
evaluación, como a través de los documentos que prueben el cuidado correspondiente
19
(tarjetas de vacunación, boletas escolares, gastos comprobables en la atención, cuidado,
esparcimiento9, etc.).
Además, es oportuno conocer los postulados inicialmente planteados por Diana Baumrind
y continuados por varios grupos de investigadores a lo largo de los últimos 40 años, con el
fin de identificar los estilos de crianza parentales y, de ser pertinente, señalarlos en el
dictamen pericial de tal manera que el juzgador conozca también la importancia de estos
modelos y pueda tomar una decisión que represente ante todo el interés superior de la
infancia.
Los lectores de este libro pueden inferir que el trabajo pericial en materia de psicología es
altamente demandante y requerirán la inversión de un importante número de horas para
la elaboración de un buen dictamen pericial. Al respecto, autores como Ackerman y Pritzl
(2011) hicieron un seguimiento de casi 20 años sobre el uso de técnicas de evaluación y
número de horas dedicadas a la labor pericial, observando que pasaron de una media de
21.9 horas para la elaboración de un informe en 1986, a 46.1 horas en 2008 (Tejero,
González Trijueque y García-López, 2014). La tabla 4-1 muestra el promedio de tiempo que
los profesionales dedicaron a las tareas periciales.
Se podrán apreciar que la tarea pericial en materia de psicología forense exige una alta
dedicación y por ello se requiere una formación especializada y una experiencia acreditada.
Al mismo tiempo, es evidente que en México se necesitan más psicólogos forenses
trabajando con el sistema de justicia, son necesarios más profesionales que integren las
fiscalías, tribunales de justicia, comisiones de víctimas y derechos humanos, entre otras
muchas instituciones donde la Psicología Jurídica puede realizar aportaciones muy
significativas para los justiciables.
9 4. m. Conjunto de actividades con que se llena el tiempo libre. Fuente: Real Academia Española.
20
Tabla 4–1. Tiempo medio invertido por los peritos psicólogos en las distintas fases del
informe en procedimientos de custodia (adaptado de Ackerman y Brey Pritzl, 2011,
publicado en Tejero, González Trijueque y García-López, 2014).
21
Capítulo 5. Algunos aspectos jurídicos
Sin una perspectiva adecuada para comprender el pensamiento y la conducta infantil, los
adultos pueden elaborar conclusiones desde su propia realidad (adulta) con consecuencias
difíciles de comprender y asumir para los niños en contacto con el sistema de justicia.
Esta guía pretende poner de relieve esta realidad, y al mismo tiempo requiere de los
profesionales un conocimiento jurídico sobre los límites, alcances y responsabilidades de su
ejercicio. También, exige al menos cuatro condiciones para ejercer las labores periciales y
forenses:
Así, en este apartado se presentan algunos referentes jurídicos que los profesionales de la
salud mental deben conocer para su labor profesional en este ámbito. Por ejemplo, lo
señalado en el Amparo en revisión 6/2012, que a la letra indica:
22
de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios
rectores para la elaboración de normas y su aplicación en todos los órdenes relativos
a la vida de los menores de edad, a fin de evitar cualquier forma de daño a su salud
física o mental o, incluso, ponerla en riesgo. Por lo tanto, en atención al citado
principio y a fin de garantizar a los menores la tutela y el respeto de sus derechos
reconocidos, en el desahogo de la prueba pericial en psicología que se les practique,
las autoridades deben atender, como mínimo, al “Protocolo de actuación para
quienes imparten justicia en casos que afecten a niñas, niños y adolescentes”,
publicado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece las reglas de
actuación para el acceso a la justicia de ellos, fundadas en el respeto de sus derechos
humanos, y creado con el fin de proveer a los juzgadores de una herramienta que
pueda auxiliarlos en los casos en que exista un interés directo de los menores,
independientemente de la situación en la que se encuentren 10.
Por otra parte, en el capítulo tercero “Reglas de actuación generales” del Protocolo de
actuación para quienes imparten justicia en casos que afecten a niñas, niños y adolescentes
se aborda la temática sobre las periciales para esta población y en ella se manejan algunos
puntos relacionados con su registro, repetición y valoración que deben considerarse; a
continuación, se enlistan de manera textual.
a) Registro: el juez que admita como prueba una pericial en psicología o psiquiatría
practicada a un niño o adolescente deberá solicitar que la misma se registre grabada
en audio o imagen con el objetivo de que pueda ser estudiada posteriormente,
evitando en la medida de lo posible mayor involucramiento directo y personal por
parte del niño o adolescente, y para que la valoración de la pericial en su momento
abarque el desarrollo de esta y no únicamente su resultado.
10Noveno tribunal colegiado en materia penal del primer circuito. Amparo en revisión 6/2012. 14 de marzo
de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Fernando Hernández Piña. Secretaria: Lorena Lima Redondo.
Disponible en: https://www.buscatdh.bjdh.org.mx/Jurisprudencia%20Mexicana/2000875.pdf
23
1. Los conocimientos con los que cuenta la persona que funge como perito en
infancia dentro de la materia de su pericia;
Los aspectos jurídicos deben ser consultados por el perito en sus fuentes originales y por lo
tanto esta guía incluye también un anexo donde se ha reunido una selección de aquellas
normas jurídicas que son de especial relevancia para el derecho de familia y tienen relación
directa con la evaluación psicológica.
24
Capítulo 6. El dictamen pericial
Como se ha mencionado, la elaboración de dictámenes periciales en el ámbito forense es
el resultado del trabajo científico del experto en Psicología, que tiene como uno de sus
propósitos coadyuvar en la impartición de justicia, a partir de la aportación de los elementos
de prueba necesarios, encaminados a que el juzgador pueda tomar una determinación
respecto al caso analizado.
En este sentido, cabe mencionar lo establecido en el amparo directo 334/2002 11, que
señala:
Por otra parte, Espinosa, Lobo y Guerrero (2016) señalan que: “[...] la necesidad de la
evaluación proviene de la inquietud jurídica que plantea un abogado o una persona que se
encuentre en conflicto con la Ley. Esta solicitud en muchas ocasiones puede escapar a la
real posibilidad de dar respuesta desde la psicología, por lo que el psicólogo forense debe
tener claridad acerca de lo que es viable y lo que no y hacérselo saber al solicitante”.
De la misma forma, Galicia (2010) menciona que la labor forense retoma lo señalado por la
psicología experimental, en cuanto al cumplimiento de las siguientes directrices (p.637):
25
3. Seguir el lineamiento científico y describir la forma en que se llega a las conclusiones
o dictaminación pericial psicológica.
4. Describir los métodos que se utilizaron para analizar los datos.
5. Explicar los procedimientos que se llevaron a cabo.
6. Describir las técnicas e instrumentos de investigación psicológica utilizados.
7. Contestar los interrogatorios solicitados o ampliados por las partes en el juicio,
concluir sobre los temas particulares de manera concreta y mencionar las fuentes
de recolección de los datos e información.
En lo que respecta a la idoneidad del perito, Talarico (2003) señala que ésta puede ser
comprendida como el conjunto de rasgos o capacidades implícitas en el profesionista, que
supone no sólo la actuación responsable del mismo, sino además el cumplimiento de la
tarea solicitada, en atención a los términos establecidos. Esta responsabilidad, por lo tanto,
incluye y demanda en los peritos la neutralidad e imparcialidad, en cuyo informe desplegará
la descripción de los hallazgos, en concordancia con el conocimiento científico que lo
fundamenta. En este sentido, vale la pena subrayar que un elemento importante por
considerar es que el informe se refiere exclusivamente a la situación y el momento en que
se realiza.
Por otra parte, Soria (2006) señala que el peritaje psicológico forense, debe comprenderse
como “una evaluación realizada a petición del juez, que tiene como objetivo adquirir
información relacionada con los implicados en un litigio, y que servirá como soporte
judicial”.
1. Objetivo pericial.
2. Metodología.
3. Resultados.
4. Discusión forense.
5. Conclusiones.
6. Recomendaciones.
Por otra parte, Jiménez (2010) refiere que, si bien no existe un formato único de informe
psicológico forense, resulta recomendable abordar la siguiente secuencia (p.p. 696-697).
26
• Datos identificativos, en el que se contempla información en torno al nombre de la
persona o instancia que ha remitido al evaluado, así como los generales de la
persona evaluada y del evaluador.
• Procedimiento, comprendido como las consideraciones generales en torno a las
evaluaciones realizadas, la metodología utilizada, los resultados y, en su caso, la
sinopsis de las entrevistas.
• Anexo, siendo éste aplicable cuando resulte pertinente como medio de inclusión de
documentación relacionada con el caso en cuestión.
El dictamen psicológico forense se presenta por escrito, firmado y fechado, toda vez que, si
así lo considera la autoridad ordenadora, deberá ser objeto de defensa en las audiencias de
juicio oral por el profesional en materia de psicología. El propósito, es asesorar e ilustrar a
la autoridad jurídica para auxiliarlo técnicamente sobre los hechos enjuiciados; dicha
función implica que el psicólogo forense cuente con conocimientos generales en la materia
-estudio de la conducta y procesos mentales-, y los inherentes al derecho -comportamiento
e interacción, dentro del marco jurídico-.
• Antes del proceso judicial. Como un medio de prueba sobre la necesidad de iniciar
un proceso, como medida preventiva inmediata, para acreditar un hecho.
• Durante el proceso judicial. Como una prueba pericial que debe seguir los
lineamientos descritos en el código de procedimientos civiles con respecto a los
27
requisitos legales y a los términos judiciales para su entrega o desahogo en audiencia
oral.
3. Encuadre del proceso de evaluación psicológica con fines periciales. En esta etapa,
se identifica a quiénes serán las personas que requieren de la evaluación psicológica;
se planifica el número de sesiones y se acuerda el lugar, fecha y persona a quien
deberá dirigirse para la evaluación. Es importante mencionar que ya desde esta fase
12Ver artículo 347 del Código de Procedimientos Civiles donde se encuentran contemplados los requisitos de
actuación del perito y los requisitos para el desahogo de la prueba.
28
del proceso se formulan las posibles hipótesis de trabajo para guiar la evaluación
con fines periciales y forenses.
13 Muñoz, J.M., Echeburúa, E.y García-López, E. (2014). La exploración psicopatológica dentro de la evaluación
psicológica forense: propuestas de estructuración y pautas para su integración en el informe psicológico
forense. En E. García-López (Ed.), Psicopatología Forense. Comportamiento Humano y Tribunales de Justicia.
Bogotá, Colombia: Manual Moderno.
29
deberá evaluar, la razón y el fundamento jurídico, emisor de la solicitud y
tipo de procedimiento judicial.
14Los peritos deben recordar lo establecido en el artículo 5 de la Ley General de Víctimas, que incluye allí los
principios, y entre ellos la buena fe. Al respecto, el citado artículo señala:
Buena fe. Las autoridades presumirán la buena fe de las víctimas. Los servidores públicos que intervengan con
motivo del ejercicio de derechos de las víctimas no deberán criminalizarla o responsabilizarla por su situación
de víctima y deberán brindarle los servicios de ayuda, atención y asistencia desde el momento en que lo
requiera, así como respetar y permitir el ejercicio efectivo de sus derechos. Disponible en:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGV_030117.pdf
30
[1992] o bien los modelos propuestos por autores como Arce y Fariña
[2001], entre otros).
31
• Resultados: el proceso de interpretación de los resultados debe tener la
finalidad de dar respuesta al planteamiento del problema u objetivo del
peritaje. Es decir, tratando de establecer una relación explicativa entre los
resultados y los hechos controvertidos dentro del proceso judicial.
En este sentido, es posible utilizar dos tipos de formatos, uno en el que sea
necesario aportar los resultados crudos para conocer en dónde se ubica la
respuesta de una persona con respecto a la media y estimar, en su caso, sus
cualidades y, o competencias parentales y en algunos casos sus
sintomatologías, o su nivel de vinculación afectiva; o pasar directamente al
análisis funcional de la conducta en donde se encuentre representada la
descripción de la dinámica de personalidad del evaluado.
En todos los casos, los datos deben ser interpretados y valorados de manera
conjunta y utilizando múltiples fuentes de información.
32
fiabilidad y validez puede ser débil o inexistente (Baerger, Galatzer-Levy,
Gould y Nye, 2002; Erickson et al., 2007; Hynan, 2003; Lally, 2001)” (Arch,
2010, p. 64).
33
necesario manejar un enfoque teórico que proporcione sustento a los hallazgos, lo
que además fortalece la estructura lógica de la evaluación al desarrollar una
congruencia entre los hallazgos de la misma, las teorías y la conclusión a la que se
llega.
Con respecto a la redacción del documento pericial, se recomienda que el lenguaje sea
científico, pero no petulante, que sea claro y preciso, entendible para quien lo revise,
evitando el uso de tecnicismos que requerirían la formación profesional en psicología. La
redacción debe ser clara, concisa, ajustada a lo que se solicitó, pues a veces entre más
información contenga, mayor confusión puede generar entre los ajenos a las ciencias del
comportamiento humano.
34
Como puede observarse, en los pasos aquí descritos, se ha omitido la información
correspondiente a los antecedentes del caso, pues sólo se realizaba una repetición de la
que ya consta en el expediente del juzgado, alargando innecesariamente el documento.
Se ha trabajado con este formato sin encontrar dificultades para su comprensión, tanto por
los jueces, magistrados, abogados y partes en conflicto. Su extensión es breve, lo que
permite que se pueda dar lectura al informe completo, buscando que las partes que lo
integran conlleven una lógica secuencial que permita la comprensión de su contenido
(Anexo 1).
A modo de síntesis de este apartado, se cita (García-López, 2016, p. 42) un primer bosquejo
de formato unificado para la elaboración del dictamen pericial, que incluye de manera
destacada el concepto de formulación funcional forense.
Este formato [...] incluiría los pasos a seguir en el proceso de la evaluación psicológica con
fines periciales, la metodología (Muñoz, Echeburúa y García-López, 2014), las fases
(Jiménez, 2010), los criterios (Ackerman, 2010; Buela, 20016) y especialmente la
formulación funcional forense, misma que ocurre cuando: «[...] Luego de recoger la
información procedente de las distintas fuentes descritas, estamos en condiciones de
desarrollar una formulación forense, aspecto más importante del trabajo del psicólogo
forense, dado que le permitirá dotar de carácter explicativo al contenido de nuestro
informe pericial. Los aspectos fundamentales por trabajar en esta segunda fase de análisis
serían dos: a) elaborar las hipótesis de origen y mantenimiento del comportamiento de
interés psicojurídico y b) plantear un modelo explicativo de cuándo, cómo y por qué el
peritado desarrolló y mantuvo la conducta objeto de pericia; enfatizando, por otra parte,
los factores antecedentes, consecuentes y de predisposición o vulnerabilidad» (p. 622).
Aunque ya hemos tratado en otras ocasiones esta problemática, consideramos
conveniente, citando a Peña, Andreu y Graña (2010), mencionar los pasos de la discusión
forense:
Los aspectos fundamentales que pueden estar presentes en una discusión forense, por ser
objeto de pericia dentro del ámbito de estudio de la conducta [...], podrían ser entre otros:
estado mental y psicológico [...] capacidades cognitivas y volitivas [...] simulación o sobre
simulación y, en algunas ocasiones, recomendaciones terapéuticas.
35
análisis documental, datos de informadores externos, etc.) que converjan y fundamenten
las hipótesis explicativas con relación al objeto de la pericia.
Se analizará en qué medida las hipótesis defendidas se adecuan a los hallazgos bibliográficos
y científicos más actuales relativos al tema de estudio. La fundamentación de la discusión
forense nunca podrá ser una inferencia arbitraria sin apoyo empírico o experimental;
tampoco interpretaciones parciales de los datos obtenidos; referencias bibliográficas
partidistas o no científicas; o únicamente la versión o referencias de la persona explorada.
36
Capítulo 7. Técnicas de evaluación
Con respecto al uso de instrumentos de evaluación psicológica en la evaluación
correspondiente en materia familiar, Arch y Jame (2010), hacen referencia a la controversia
existente para el uso de instrumentos que desde su construcción fueron conceptualizados
para un objetivo clínico y que, por lo tanto, mediante dichos instrumentos no se puede
valorar de manera directa la capacidad parental, la recomendación para el tipo de guarda y
custodia, los vínculos familiares, etc.
Rorhrbaugh (2008) propone nueve criterios básicos para elegir y utilizar una prueba
psicológica en el contexto forense de la evaluación de los menores de edad, que también
puede aplicarse a la evaluación de adultos:
• Formación especializada.
37
Para el ámbito familiar existen distintos instrumentos de evaluación psicológica que han
sido utilizados en la valoración psicológica pericial, algunos de ellos han sido adaptados y, o
estandarizados para la población mexicana (Monroy y García-López, 2017).
En tanto que las técnicas proyectivas, aunque podrían considerarse erróneamente más
fiables dada la necesidad de los evaluados de otorgar una imagen altamente positiva de sí
mismos, tampoco se encuentran libres de controversia, ya que han sido señaladas como
técnicas con “escaso soporte empírico a través de la investigación” (Marquez, Vizcarro y
Fernández Ballesteros, 2004, citados en Arch y Jame, 2010).
Vale la pena recordar, que quienes acudan ante los tribunales de justicia en calidad de
peritos, serán cuestionados y exigidos en la fundamentación de sus dictámenes periciales y
una de las preguntas que mayor exigencia representa, está relacionada con el estándar de
la prueba.
En este sentido, ninguno de los instrumentos proyectivos por sí solo o en conjunto, puede
responder a las exigencias de los estándares probatorios exigidos por los tribunales de
justicia, por lo que no se recomienda su uso preponderante y mucho menos exclusivo (Garb,
Woord, Lilienfeld y Nezworski, 2002; Medoff, 2003; Trygg et al., 2000).
38
Todo lo anterior aumenta la responsabilidad del perito en disponer de conocimientos muy
actualizados, basados en la evidencia y aceptados por la comunidad científica internacional.
Es decir, su dictamen no puede depender de instrumentos de evaluación psicológica
propios del ámbito clínico o educativo, son fuentes de apoyo y pueden formar parte de la
estructura del informe, pero no de sus cimientos. En síntesis, son “los indicadores de
convergencia los que determinarán la calidad de la evaluación forense, [incluso] por encima
de los índices de fiabilidad y validez de las pruebas individuales (Archer, 2006, citado por
Muñoz, Echeburúa y García-López, 2014, p. 62). Por ello, adquiere tanta relevancia la
formación académica, conocimiento científico, experiencia profesional y acreditación
constantemente actualizada del perito, ya que le permitirá alcanzar los estándares
señalados por Muñoz, Echeburúa y García-López (2014, p. 82) para un informe pericial que,
entre otras características, implica:
Por otra parte, conviene recordar que una de las técnicas principales en la evaluación
pericial es la entrevista y, de acuerdo con Ackerman y Pritzl (2011), “es la técnica que más
tiempo ocupa a los peritos y es también la que con más frecuencia se emplea. Asimismo,
vale la pena destacar que la mayoría de los autores propone un formato de entrevista
semiestructurado (Tejero, González Trijueque y García-López, 2014, p. 134). Al respecto, el
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (2009) aporta un esquema para casos familiares
basado en la propuesta de Ramírez (2003), cuyos puntos de abordaje se describen a
continuación:
• Historia familiar.
39
• Relaciones parentofiliales posruptura valoradas por el progenitor provisionalmente
no custodio.
• Estabilidad laboral.
40
Aunado a lo anterior, es también conveniente tomar en consideración los 11 principios
planteados por Saywitz et al. (2010), cuya síntesis (tomada de Tejero et al., Ob. Supra) para
la práctica de entrevistas con menores se reproduce a continuación:
41
11. Además, es importante considerar la guía orientativa para la evaluación psicológica
en procedimientos de custodia, elaborada por la American Psychological Association
y cuyo resumen (Tejero, González Trijueque y García-López, 2014, p. 145) se incluye
en la tabla 7-1.
Los forenses dedicados a evaluaciones con fines periciales en materia de guarda y custodia
encontrarán muy apropiada la lectura del artículo “Elaboración de informes periciales
psicológicos en las disputas sobre guarda y custodia” (Tejero et al., 2014; p. 123-161), donde
dispondrán mayores detalles prácticos sobre esta evaluación específica.
Para concluir este apartado, vale la pena reiterar la necesidad de dedicar fondos financieros
para apoyar proyectos de investigación que permitan desarrollar instrumentos y
procedimientos estandarizados de evaluación psicológica específicamente diseñados para
ámbitos forenses en México y América Latina.
42
Capítulo 8. Consideraciones finales
La Evaluación Psicológica Forense es, sin duda, una de las labores más importantes y
reconocidas no sólo por expertos en materia de psicología, sino también por quienes
retoman lo expuesto en dictámenes periciales para la toma de decisiones en cuestiones y
procedimientos judiciales.
Si bien lo expuesto hasta ahora ha hecho énfasis en el área familiar, conviene además
analizar lo inherente a las demás áreas del derecho, con el propósito de brindar mayores
elementos a la autoridad ordenadora, en cuanto a los elementos que resulten sujetos a
análisis jurídico y forense.
Esta guía es una propuesta práctica para unificar formatos y procedimientos de evaluación
psicológica con fines periciales y forenses en México, en materia familiar.
Esta guía es un esfuerzo conjunto y está sujeta a discusión y revisión por parte de todos
aquellos profesionales que estén dispuestos a mejorarla1515. Su objetivo es fortalecer los
puentes de comunicación interdisciplinares para brindar una mejor atención a los
justiciables y contribuir así a nuestra sociedad desde el sistema de justicia.
15Para tal fin, se pone a la disposición de los lectores el correo electrónico del coordinador de esta publicación
y la dirección postal: Dr. Eric García-López, Instituto Nacional de Ciencias Penales, Calle Magisterio # 113,
Tlalpan Centro, Código Postal 14000, Ciudad de México, México. Correspondencia: garcialopez@gmx.com.
Todas las comunicaciones recibidas serán compartidas con los coautores de esta guía y se dará respuesta
puntual a las sugerencias para la mejora de la misma. Invitamos muy cordialmente a los psiquiatras y
psicólogos forenses, abogados y trabajadores sociales que deseen mejorar este documento, a enviar sus
análisis fundamentados para los fines que se señalan.
43
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48
Anexo I16. Propuesta de formato de informe psicológico forense en
materia familiar
xxxxxxxxxxx
VS
xxxxxxxxxxxxx
CONTROVERSIA DEL ORDEN FAMILIAR
EXPEDIENTE: 0000/2018
REG. SE/XX/2018
C. JUEZ DEL JUZGADO FAMILIAR DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA CIUDAD DE MÉXICO.
P r e s e n t e.
Con el fin de dar debido cumplimiento a la pericial psicológica que se me ha encomendado, quien suscribe, PERITO EN
MATERIA DE PSICOLOGÍA nombrada por La Dirección de Evaluación e Intervención psicológica para Apoyo Judicial, dentro
del término establecido, me dirijo a usted con el debido respeto, para presentarle el resultado de la evaluación psicológica
practicada para el presente juicio.
OBJETIVO PERICIAL:
• Metodología
• Resultados
• Conclusión
• Teorías explicativas
• Discusión forense
• Conclusiones generales
• Respuesta a los cuestionamientos enviados
• Bibliografía
__________________________
ATENTAMENTE.
Lic./ Mtro. Dr.
Cédula(s) Profesional(es):
FECHA DE ENTREGA:
16Este formato es sólo una síntesis del planteamiento general. El forense debe añadir los aspectos específicos
señalados en cada uno de los apartados descritos en este documento.
49
Nota: los datos obtenidos se examinan desde un marco de referencia, constituido por
teorías del desarrollo y la personalidad, valorando e integrando la información, que sitúa al
sujeto en un contexto de tiempo y espacio. Los psicólogos no basan sus evaluaciones o
recomendaciones en datos o resultados de los test que estén desfasados con relación a los
objetivos perseguidos en la actualidad o en resultados con una temporalidad anterior o
posterior. Por lo tanto, los resultados aquí presentados deberán ser considerados al tiempo
en que los mismos fueron emitidos. La información contenida y, o adjunta al presente, es
confidencial y está protegida por la Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de
Sujetos Obligados para la Ciudad de México.
50
Anexo II. Código ético del psicólogo
BASES GENERALES
Artículo 16. El psicólogo que desarrolla y conduce investigación con pruebas y otras técnicas
de valoración utiliza procedimientos científicos y conocimiento profesional actualizado para
su diseño, estandarización, validación, reducción o eliminación de sesgos y
recomendaciones de uso.
Artículo 17. El psicólogo que administra, califica, interpreta o usa técnicas de valoración se
cerciora de que éstas se basan en datos sólidos que garanticen la confiabilidad, validez y
normas, así como la aplicación apropiada y uso de las técnicas y, o instrumentos que
emplea. Asimismo, toma decisiones, reconociendo los límites de la incertidumbre con la
que es posible diagnosticar, emitir juicios o hacer predicciones acerca de individuos o
grupos.
51
Artículo 18. El psicólogo identifica situaciones en las que ciertas técnicas de valoración o
normas no son aplicables o requieren de ajustes para su administración o interpretación.
Debido a factores tales como género, edad, raza, origen étnico, nacionalidad, orientación
sexual, minusvalía, idioma o nivel socioeconómico de los individuos o grupos, no emplea
técnicas o instrumentos solamente traducidos de otro idioma y, o cuyos datos acerca de su
construcción, adaptación, validez, confiabilidad, estandarización y, o investigación de
resultados se hayan determinado con base en estudios realizados en poblaciones diferentes
a las que pertenezcan los individuos o grupos que pretende valorar.
Artículo 19. El psicólogo que ofrece servicios de valoración a individuos pertenecientes a los
pueblos indígenas de México u otros grupos emplea técnicas de valoración y normas
elaboradas ex profeso o adaptadas debidamente para esa población y que tomen en cuenta
su contexto cultural.
Artículo 27. El psicólogo hace esfuerzos razonables para mantener la integridad y seguridad
de las pruebas y otras técnicas de valoración, de acuerdo con la ley, obligaciones
contractuales, y con este código ético. No da a conocer los contenidos, respuestas y, o
resultados posibles de pruebas e instrumentos psicológicos a no psicólogos, ni a estudiantes
sin la supervisión adecuada. Instruye e informa a los estudiantes de psicología acerca de las
faltas éticas en las que podrían incurrir si emplean técnicas u otros instrumentos de
valoración psicológica.
52
CALIDAD DE LAS INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS
Artículo 51. El psicólogo se asegura de que se proporcione una explicación de los resultados
utilizando un lenguaje entendible para la persona valorada o para otras personas
autorizadas legalmente para actuar en favor de ésta. Independientemente de que las
calificaciones e interpretaciones las realice el psicólogo, un ayudante, por medios
automáticos u otros servicios externos, sólo el psicólogo puede tomar las medidas
razonables para asegurar que se den las explicaciones apropiadas de los resultados. En los
casos en los que la naturaleza de la relación impida dar estas explicaciones a la persona
evaluada o personas autorizadas para recibirlas (como ocurre en algunos casos de selección
o consultoría organizacional, preempleo o selección de elementos de seguridad, y
evaluaciones judiciales o forenses), el psicólogo aclarará con antelación que no
proporcionará tales explicaciones.
Artículo 52. El psicólogo se abstiene de hacer uso indebido de las técnicas de valoración,
intervenciones, resultados, e interpretaciones y toma las medidas razonables para evitar
que otros hagan mal uso de éstas. Esto incluye el abstenerse de ceder datos o resultados
crudos de pruebas a personas, que no sean los pacientes o clientes como es apropiado, y a
quienes no estén calificadas para usar tal información.
53
Artículo 54. Cuando el psicólogo tiene razones para creer que los archivos de sus servicios
profesionales se van a usar en autos legales involucrando receptores de su servicio o
participantes en su trabajo, tiene la responsabilidad de crear y mantener la documentación
con tal detalle y calidad que sea congruente con el escrutinio razonable de un foro
adjudicador. El psicólogo crea, mantiene, disemina, almacena, retiene, y desecha archivos
o expedientes y datos relacionados con su investigación, práctica y demás trabajo de
acuerdo con la ley y de manera que permita cumplir con los requerimientos de este código
ético.
CONFIDENCIALIDAD DE LOS RESULTADOS
CONFIDENCIALIDAD
Artículo 133. Con el fin de minimizar intrusiones en la privacidad, el psicólogo sólo incluye
en sus informes escritos u orales, consultorías o asesorías y similares, aquella información
pertinente al propósito de dicha información.
El psicólogo se apega a este código ético al hacer declaraciones públicas relacionadas con
sus servicios, productos, o publicaciones profesionales o con el campo de la psicología. Las
54
declaraciones públicas no están limitadas, pero incluyen: anuncios pagados o no pagados,
folletos, material impreso, lista de directorios, páginas en la internet, currículum vitae
personales, entrevistas o comentarios para su uso en los medios, declaraciones en
procedimientos legales, conferencias y presentaciones orales públicas, y materiales
publicados.
Privacidad y confidencialidad
Artículo 42. Cuando dicha evaluación ha sido solicitada por otra persona -jueces,
profesionales de la enseñanza, padres, empleadores o cualquier otro solicitante diferente
del sujeto evaluado- , éste último, o sus padres o tutores, tendrá derecho a ser informado
del hecho de la evaluación o intervención y del destinatario del Informe psicológico
consiguiente. El sujeto de un informe psicológico tiene derecho a conocer el contenido del
mismo, siempre que de ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para el/la
psicólogo/a, y aunque la solicitud de su realización haya sido hecha por otras personas.
55
como la correspondiente instancia solicitante obligados a no darles difusión fuera del
estricto marco para el que fueron recabados.
Las enumeraciones o listas de sujetos evaluados en los que deban constar los diagnósticos
o datos de la evaluación y que se les requiera al psicólogo por otras instancias, a efectos de
planificación, obtención de recursos u otros, deberán realizarse omitiendo el nombre y
datos de identificación del sujeto, siempre que no sean estrictamente necesarios.
56
Anexo III. Marco legal de la evaluación psicológica pericial y forense
en materia familiar
El conocimiento legal básico que debe comprender el psicólogo para la elaboración de la
pericial en psicología debe contemplar, en primera instancia, las obligaciones y derechos de
su intervención como perito o como testigo experto en su desempeño profesional; conocer
algunos aspectos básicos de la normatividad aplicable a su función y en los asuntos legales
en donde se le solicita su intervención, que se encuentran contemplados, para el caso de la
Ciudad de México, en el código de procedimientos civiles, en el código civil y en las tesis
jurisprudenciales de la SCJN. En el caso específico de su intervención como perito psicólogo
en materia familiar es fundamental que puede consultar las distintas resoluciones de la
Suprema Corte de Justicia sobre los distintos temas de familia, que ya han sido estudiados
por dichos ministros y que representan un marco normativo que ayuda a la toma de
resoluciones en los juzgadores. Por lo que resulta sumamente ilustrativo que el psicólogo
consulte algunas de estas tesis y jurisprudencias, como las que a continuación se mencionan
a manera de ejemplo:
“En caso de estar debidamente ofrecida, el juez la admitirá, quedando obligadas las partes
a que sus peritos, dentro del plazo de tres días, presenten escrito en el que acepten el cargo
conferido y protesten su fiel y legal desempeño, debiendo anexar el original o copia
certificada de su cédula profesional o documentos que acrediten su calidad de perito en el
arte, técnica o industria para el que se les designa; manifestando, bajo protesta de decir
verdad, que conocen los puntos cuestionados y pormenores relativos a la pericial, así como
que tienen la capacidad suficiente para emitir dictamen sobre el particular, quedando
obligados a rendir su dictamen dentro de los diez días siguientes ala fecha en que hayan
presentado los escritos de aceptación y protesta del cargo de perito, salvo que existiera
causa bastante por la que tuviera que modificarse la fecha de inicio del plazo originalmente
concedido. Sin la exhibición de dichos documentos justificativos de su calidad, no se tendrá
por presentado al perito aceptando el cargo, con la correspondiente sanción para las
partes”.
57
Sección IV Prueba Pericial
Artículo 353.-
Sobre el nombramiento de peritos
(párrafo 1 y 7)
Los jueces podrán designar peritos de entre aquéllos autorizados como auxiliares de la
administración de justicia o de entre aquéllos propuestos, a solicitud del juez, por colegios,
asociaciones o barras de profesionales, artísticas, técnicas o científicas o de las instituciones
de educación superior públicas o privadas o las cámaras de industria, comercio,
confederaciones de cámaras, o la que corresponda al objeto del peritaje. En los casos de
que el Tribunal designe a los peritos únicos o terceros en discordia, los honorarios de éstos
se cubrirán por mitad por ambas partes, observando lo establecido en el párrafo siguiente,
y aquella que no pague lo que le corresponde será apremiada por resolución que contenga
ejecución y embargo de sus bienes.
Los peritos asistirán a la audiencia respectiva con el fin de exponer verbalmente las
conclusiones de sus dictámenes, a efecto de que se desahogue la prueba con los exhibidos
y respondan las preguntas que el juez o las partes les formulen, debiendo acreditar, en la
misma audiencia y bajo su responsabilidad, su calidad científica, técnica, artística o
industrial para el que fueron propuestos, con el original o copia certificada de su cédula
profesional o el documento respectivo. En caso de no asistir los peritos designados por las
partes, se tendrá por no rendido su dictamen y de no presentarse el perito tercero en
discordia se le impondrá una sanción pecuniaria equivalente a la cantidad que cotizó por
sus servicios, en favor de las partes, en igual proporción.
Se tramitarán en este juicio conforme a las disposiciones de este Título, las controversias
relacionadas con alimentos; guarda y custodia; régimen de convivencias; violencia familiar;
nulidad de matrimonio; rectificación o nulidad de los atestados del registro civil; filiación;
suspensión o pérdida de la patria potestad; constitución forzosa de patrimonio familiar ;
cambio de régimen patrimonial controvertido; y la interdicción contenciosa.
58
La modificación de las resoluciones definitivas dictadas en asuntos de alimentos, ejercicio y
suspensión de la patria potestad, guarda y custodia, régimen de convivencias e interdicción
contenciosa, se substanciarán en juicio oral autónomo.
Artículo 1029.-
(Audiencia de menores)
En caso de rebeldía, por desacuerdo de las partes, o bien, a juicio del Tribunal se señalará
día y hora para que el Juez en diligencia privada escuche al menor ante el Ministerio Público,
sin la presencia de las partes, en la que podrá comparecer el asistente de menores, quien
será profesional en psicología, pedagogía o trabajo social, adscritos al Sistema para el
Desarrollo Integral de la Familia del Distrito Federal u otra institución, sólo para el efecto de
facilitar la comunicación libre, espontánea y procurarle protección psicoemocional al
menor. Sin que se requiera la protesta del cargo del citado profesional. Si la diligencia se
encuentra debidamente preparada, no comparece el asistente y sí el menor, la audiencia
se llevará a cabo, correspondiendo al Juez velar por el interés superior del menor. El
Tribunal contará con una sala especial para escuchar al menor, que permita el
desenvolvimiento adecuado para las niñas, los niños y adolescentes. Las personas que
tengan a los menores bajo su cuidado, estarán obligados a presentarlos en las diligencias y
audiencias respectivas para que sean escuchados, apercibidos que de no hacerlo se les
aplicarán las medidas de apremio establecidas en este Código, sin perjuicio de que el Juez
resuelva lo conducente respecto de la custodia y convivencia provisional solicitadas.
El Juez deberá tomar en cuenta todos los elementos que estén a su alcance para decidir
bajo el principio del interés superior del menor el derecho de convivencia de manera
provisional. En caso de duda y para salvaguarda de los menores, deberá ordenar que las
convivencias se realicen durante el procedimiento en los centros e instituciones destinados
para tal efecto. Ante la falta o imposibilidad de los
progenitores para detentar la custodia de los menores se estará a lo previsto en los artículos
414 y 418 del Código Civil para el Distrito Federal. El Juez resolverá en la misma diligencia o
audiencia sobre la custodia y convivencia provisional.
Artículo 1030.-
(Derecho de convivencia del padre no custodio)
59
El ascendiente que no le sea otorgada la custodia podrá convivir con el menor, tal y como
lo determine el Juez, diversos días de la semana fuera del horario escolar, sin desatender
las labores escolares y debiendo auxiliarlo en dichas actividades. También en forma
equitativa tiene derecho a convivencias en fines de semana alternados, períodos de
vacaciones escolares y días festivos.
Artículo 282.-
Medidas provisionales en el juicio de divorcio
60
medidas subsistirán hasta en tanto se dicte sentencia interlocutoria en el incidente que
resuelva la situación jurídica de hijos o bienes, según corresponda y de acuerdo con las
disposiciones siguientes:
B. Una vez contestada la solicitud: I.- El Juez de lo Familiar determinará con audiencia de
parte, y teniendo en cuenta
el interés familiar y lo que más convenga a los hijos, cuál de los cónyuges continuará en el
uso de la vivienda familiar y asimismo, previo inventario, los bienes y enseres que continúen
en ésta y los que se ha de llevar el otro cónyuge, incluyendo los necesarios para el ejercicio
de la profesión, arte u oficio a que esté dedicado, debiendo informar éste el lugar de su
residencia. II. - Poner a los hijos al cuidado de la persona que de común acuerdo designen
los cónyuges, pudiendo estos compartir la guarda y custodia mediante convenio.
En defecto de ese acuerdo; el Juez de lo Familiar resolverá conforme al Título Décimo Sexto
del Código de Procedimientos Civiles, tomando en cuenta la opinión del menor de edad. Los
menores de doce años deberán quedar al cuidado de la madre, excepto en los casos de
violencia familiar cuando ella sea la generadora o exista peligro grave para el normal
desarrollo de los hijos. No será obstáculo para la preferencia maternal en la custodia.
Artículo 283.-
Sobre la Sentencia de Divorcio
La sentencia de divorcio fijará la situación de los hijos menores de edad para lo cual deberá
contener las siguientes disposiciones:
II.-Todas las medidas necesarias para proteger a los hijos de actos de violencia familiar o
cualquier otra circunstancia que lastime u obstaculice su desarrollo armónico y pleno. III.-
Las medidas necesarias para garantizar la convivencia de los hijos con sus padres, misma
que sólo deberá ser limitada o suspendida cuando exista riesgo para los menores.
61
IV.- Tomando en consideración, en su caso, los datos recabados en términos del artículo
282 de este Código, el Juez de lo Familiar fijará lo relativo a la división de los bienes y tomará
las precauciones necesarias para asegurar las obligaciones que queden pendientes entre
los cónyuges o con relación a los hijos. Los ex cónyuges tendrán obligación de contribuir, en
proporción a sus bienes e ingresos, al pago de alimentos a favor de los hijos.
V.- Las medidas de seguridad, seguimiento y las psicoterapias necesarias para corregir los
actos de violencia familiar en términos de la Ley de Asistencia y Prevención a la Violencia
Familiar y Ley de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia para el Distrito Federal.
Medidas que podrán ser suspendidas o modificadas en los términos previstos por el artículo
94 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal. VI.- Para el caso de los
mayores incapaces, sujetos a la tutela de alguno de los ex cónyuges, en la sentencia de
divorcio deberán establecerse las medidas a que se refiere este artículo para su protección;
Artículo 285
El padre y la madre, aunque pierdan la patria potestad quedan sujetos a todas las
obligaciones que tienen para con sus hijos.
CAPÍTULO III
DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
Artículo 323 Ter
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I. Violencia física: a todo acto intencional en el que se utilice alguna parte del cuerpo, algún
objeto, arma o sustancia para sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física del
otro;
III. Violencia económica: a los actos que implican control de los ingresos, el apoderamiento
de los bienes propiedad de la otra parte, la retención, menoscabo, destrucción o
desaparición de objetos, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos
económicos de la pareja o de un integrante de la familia. Así como, el incumplimiento de
las obligaciones alimentarias por parte de la persona que de conformidad con lo dispuesto
en este Código tiene obligación de cubrirlas, y
Los integrantes de la familia que incurran en violencia familiar deberán reparar los daños y
perjuicios que se ocasionen con dicha conducta, con autonomía de otro tipo de sanciones
que éste y otros ordenamientos legales establezcan. En todas las controversias derivadas
de violencia familiar, el Juez dictará las medidas a que se refiere la fracción VII del artículo
282 de este Código.
63
I.- Procurar la seguridad física, psicológica y sexual;
III.- Realizar demostraciones afectivas, con respeto y aceptación de éstas por parte del
menor, y
IV.- Determinar límites y normas de conducta preservando el interés superior del menor. Se
considerará incumplimiento de las obligaciones de crianza, el que sin justificación y de
manera permanente y sistemática no se realicen las actividades señaladas; lo que el Juez
valorará en los casos de suspensión de la patria potestad, de la determinación de la guarda
y custodia provisional y definitiva, y el régimen de convivencias. No se considera
incumplimiento de estas obligaciones el que cualquiera de los progenitores tengan jornadas
laborales extensas.
En caso de separación de quienes ejercen la patria potestad, ambos deberán continuar con
el cumplimiento de sus obligaciones y podrán convenir los términos de su
Los hijos que estén bajo la patria potestad de sus progenitores tienen el derecho de convivir
con ambos, aun cuando no vivan bajo el mismo techo. No podrán impedirse, sin justa causa,
las relaciones personales entre el menor y sus ascendientes. En caso de oposición, a petición
de cualquier de ellos, el Juez de lo Familiar
resolverá lo conducente previa audiencia del menor, atendiendo su interés superior. Para
los casos anteriores y sólo por mandato judicial, este derecho deberá ser limitado o
suspendido considerando el incumplimiento reiterado de las obligaciones de crianza o
peligro para la salud e integridad física, psicológica o sexual de los hijos.
64
Artículo 416 Ter.- (Interés superior del menor)
Para los efectos del presente Código se entenderá como interés superior del menor la
prioridad que ha de otorgarse a los derechos de las niñas y los niños respecto de los
derechos de cualquier otra persona, con el fin de garantizar, entre otros, los siguientes
aspectos:
I.- El acceso a la salud física y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo
personal;
V.- Al fomento de la responsabilidad personal y social, así como a la toma de decisiones del
menor de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional; y
VI.- Los demás derechos que a favor de las niñas y los niños reconozcan otras leyes y
tratados aplicables.
65
las sesiones donde éste sea oído por el juez en privado, sin la presencia de los progenitores,
y sin que ello implique su intervención en la audiencia. Dicho asistente podrá solicitar hasta
dos entrevistas previas a la escucha del menor, siendo obligatorio para el
Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco votos. Ponente:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Registro: 159897. Instancia: Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1. Materia(s):
Constitucional . Tesis: 1a./J. 25/2012 (9a.) Página: 334.
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/1013/1013883.pdf
Amparo Directo en revisión 69/2012. Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz.
Tesis 1a. CXXII/2012 (10a.), Décima Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
junio de 2012, Libro IX, Tomo 1, página 260, registro 2000988
66
https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/2000/2000988.pdf
“Esto es constituirse en una obligación para las autoridades estatales y con ello asegurar la
efectividad de los derechos subjetivos de los menores, es decir, implica una prescripción de
carácter imperativo, cuyo contenido es la satisfacción de todos los derechos del menor para
potencializar el paradigma de la “protección integral”.
http://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Documentos/Tesis/164/164024.pdf
“El concepto interés superior del menor, cuya salvaguarda es prioritaria en el sistema
jurídico mexicano, permite delimitar con precisión y claridad los derechos y obligaciones
que corresponden a las personas adultas en relación con los niños, para lo cual se privilegia
el deber de atenderlos y cuidarlos, con el objeto permanente de alcanzar el mayor bienestar
y beneficio posibles para ellos, como un imperativo de la sociedad; de manera que su
protección se ubica incluso por encima de la que debe darse a los derechos de los adultos,
con lo cual se cumple una trascendente función social de orden público e interés social”.
Amparo directo en revisión 1187/2010. 1o. de septiembre de 2010. Cinco votos. Ponente:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
67
Registro: 162797; Instancia: PRIMERA SALA; Tipo: Tesis Aislada; Fuente: Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta; Localización: Tomo XXXIII, Febrero de 2011; Materia(s): Civil;
Tesis: 1a. XVI/2011; Pag. 616.
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/162/162797.pdf
“De acuerdo al interés superior del niño, en los procedimientos que directa o
indirectamente trascienden los derechos de los menores, el juez debe decidir atendiendo
al mayor beneficio del menor por lo que debe valorar todos los elementos probatorios que
tenga a su alcance. En tal sentido, aun cuando en la demanda de guarda y custodia se
omitan plantear hechos que podrían resultar perjudiciales para los menores, tal omisión no
limita al juzgador a valorar el material probatorio en autos que pudiera corroborar tal
situación”.
Registro: 2006593; Instancia: Primera Sala; Tipo: Tesis Aislada; Fuente: Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta; Decima época Localización: Tomo I Junio de 2014; Materia(s):
Civil; Tesis: 1a. J.44/2014; Pag. 270.
https://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?
68
Anexo IV. Esquema de dictaminación psicológica familiar
Para la dictaminación psicológica en materia familiar es necesario que el Perito en Psicología
conozca el papel que puede desempeñar dentro de este proceso:
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70