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MARIA-MILAGROS RIVERA GARRETAS TEXTOS Y ESPACIOS DE MUJERES EUROPA, SIGLO IV-XV VI. TROTULA: EL CUERPO DE MUJER Acercarse a ‘rotula desde la postura de especialista en historia medic- val es seguramente, en el estado actual de la investigacién (como sucle decirse para esquivar problemas cuya solucién no se logra entrever), una tarea poco iil; poco sil, poryue se debaten durimente cuestiones que gguizd nunea se podrin resolver (0 que quizé nunca habria habico que Plantear). Acercarse a Trotula desde la historia de las mujeres o desde |a crtien feminista cs, en cambio, una tarea que ayuca a entender algunos de esos problemas de base que nos planteamos veces en teorfa, pero de los que no solemos tener ni ejemplos medievales coneretos ni (menos todavia) toda una historiograffa que nos permita seguit la evolucién del planteamiento del tema desde la Edad Media hasta casi el dia de hoy. Problemas como el de la falta de palabras de mujeres en torno a su salud fisica, 0 como el de la mediatizacién de los hombres en la relacién que sus mujeres han establecido con su cuerpo y con su sexualidad, son pro- blemas que pueden ser enfocados con ciertaclaridad al estciar les peri- pecias de la obra y de la identidad personal de Trotula. Porque al aproximarme a Tiowula y al De mulierum passinibas 10 puedo empezar diciendo (como he hecho con otras auroras que he ido presentando hasta ahora): Trotula foe.., Totula vivié en el siglo... No se puede decir esto sin mis porque esta mujer lleva varios silos estorban- do a algunos eruditos y a algunos historiadores de la medicina. Y, por cllo, se le ha discutido y se Je ha negado repetidamente una identidad. La cvestidn esti, en realided, tan enredada, que inclinarse por el sf 0 por el no, darle o negarle a Trotula existencia histética, empieza a parecer ‘mis una decisién politica que una decisin erudita, Por estos motives, en las péginas que siguen voy, en primer lugar, — 105 — 8 resumir las hipétesis y conjeturas mas visibles que han sido publicadas durante los ilimos cuatro sigls sobre Ia identidad y sobre el sexo de ‘Totula; después, intentaré meterme en el texto del De mulienam passion. Gs y utilizar su contenido y Ie critica feminista contemporsnea para et trever cudles fueron en Ia Europa feudal algunos de los contenidos con ‘que se construyé Ia categorfa cuerpo femenino». A. Ta identided y ef sexo de ‘Trotula en la historiografia No hay noticia de que, durante les siglos xm, xiv 0 xy, se pusiera en duda en Europa la existencia de una tratadista y experta en medicina llamada ‘rota o Trotula, Esta mujer habria vivido en Salerno en el am: biente de la famosa escuela médica salemnitana (la escuela que introdujo en Europa la medicina gelénica y érabe) y habria enseiiado y ejercido su ciencia durante el siglo xi, Ella era undnimemente considerada, daran- te los sighs xm, xv y xv, la autora de un tratado de medicina cuyo contenido estaba en su mayor parte dedieado al cuerpo de las mujeres, ‘cuerpo por el que se interessba tanto para cuidar de su salud como para cuidar de su belleza. Este tratado, titulado De mulierum passionibus (So- ‘bre las enfermedades de las mujeres!\ por sa primer editor del siglo xv1, constaba de tres partes: — tuna primera que empieza con las palabras Cun anctor (cuando ef autor 0 artifice, que es Dios en este caso, que cred el universe); — una segunda que empieza con la frase Ut de cunts = ¥ una tereers, el De omatu (Sobre el adomo, o sobre el modo de cembellecerse Las dos primeras tratan sobre todo de temas relacionados con la salud cde Tas mujeres; Ia ververa parte trata casi exclusivamente del euidado de 1 Las teduiones mis sos son as ikanas, east Tt de Raggio, Sle male dele dome, ea. de Matte Nob Acknna Toon Trt, La Resa 1979 (ta ls principales ediciones, bin, Tc Saleritna, I! «De mlienne pesos, trad. de Clodomio Mancini, Génov, se, 1962 (Scientia Veterume, 31, Monscrat Cab prepara en Barcelona una edn dela ven ctlana del sil av. Fla una monege fi tobe Teola se puede ler algo en Magar Alc, Hyptbi't Henge A Hise of emer in Soc fio Amity oeagh te Need Cory, Boxee, Bewon Pres 986, 3056; le mejor inedusn sigue sien el exulio de Pina Cavallo Boga! plininar la tdci italiana de Nabi y Tce — 106 — : z ; : i i ees Ja belleza del cuerpo femenino; la segunda incluye remedios de los dos tipos (si es que la medicina y la cosmética se separaban hace nueve siglos por Incas © con crterios parecidas a los de los historiadores de la medi- cina que eseriben hoy). En los siglos xm, xav y xv, la obra de Trotula, que se conocié tam- bign con los nombres de Thotula major y Trotula minor (Trotala mayor y menor}, se hizo famosa y se difundis y se leyé en la mayoria de los paises de Europa. Se conocen cerca de cien manuscritos medievales de «estos textos, manuscritos que fueron copiados entre finales del siglo xat y el siglo x1y, y es may probable que existan otros cuya descripcién no ha sido todavia faciitada por los eruditos. En el siglo xm se hizo una versién de In obra de ‘Trotula en verso lating, en el xiv fue traducide alirlandés, y en el sav-xy, fue traducida al catlin, al francés, al inglés, al alemén y al flamenco? Nadie duda, pues, de que la obra de Trotula fue ef tratado que conocié toda la gente interesada en ginecologfa, en Ia salud de las mujeres y en ef cuerpo femenino durante la baja Edad Media. Un tratado que a nadie sorprendié entonces que hubiera sido es- crito por una mujer sabia y experta en medicina, La transcripcién del hombre de la autora vatié entre unos manuscritos y otros: unos la aman ‘Trotula, otros Trotta, 0 Tiocula, entre otras variantes, pero ninguno pone en duds su identidad de sexo ni de género; también se ha sostenido «ase Tiotula serfa el nombre popular de Ia obra, de la obra de iota, y no dl nombre de le autora, porque sabemos que en la Edad Media se us6 a veces el diminutivo del nombre de un autor para referse a su obra? Que Trorula fuert mujer y que una mujer eseribiera el De mulienum passionibns emperd a molestar en el siglo xv1 y ha seguido molestando hasta el sighs 2x, concretamente hasta (al menos) 1983. No molest a so primer editor, el médioo alemdin Georg Kraut, que publicé el De mt 2. Io dice John F Benton, Tl, Women Probloms, and te Profesionsiation of Medicine in the Judd Ags, eBulletin of the iswry of Medicines 59 (285) 3033, p33, Tadiea que un manosern de Ia tndsceién catalan (dsl De cmt) etd en la Bibwece [Nasional de Madrid (Ms. 3396, & 1320). Montsenat Cabré prepara en Hecelote un tis ecto sobre los tens medicals de saludbelea de mujer, 5. Sobre este tems, que no esti nada cla, puede vene Susan M, Star, Dante Tt, Signs 1 (0973) 937542. 107 — erm en 1544 con el titulo Tottlae curandanuns acgritudinur malian. liber pero sf incomodé ya pocos alios despuis, en 1566, a otto estudioso centroeuropes, Wolphius o Hans K, Wolf, que publieé la obra de Trocula atribuyéndosela a un ta Bros quemt align’ Tiotulams ineple nominant\ (Eros, a quien algunos neciamente llaman Trotula); este Eros sevia ni més ‘nj menos que un liberto de una tal Julia (de abi que se le suela Damar Eros Julie) y habefa vivido en la época de Augusta. No se sabe por qué H. K. Wolf se decidié por un autor pagano romano, pero lo cierto 5 que este planteamiento absurdo senté las bases «modernas» de la can: celacién de Trorula y de su transformacién en hombre, transformacién ‘que (prescindiendo ya obviamente de Eros Juliae) se ha considerado nece: sario justiiear con argumentos cada vez més refinados hasta nuestros dia, Pina Cavallo Boggi, en su estudio preliminar a una de las tradvecio- nes italianas del De naulierum passionibus, vincula ta masculinizacién de Trotula en el siglo xvr con cambios més generales en el control de la cien- cia y en las relaciones sociales entre géneros: Ia separacién entre la magia natural, forma premadcrna de la ciencia, de la que se apropian los hom. bres, y In magia negra, subterninea y perseguida, que describe a la que practican las mujeres; e] horror del endurecimicnto de la persecuecién con- tra mujeres acusadas de brujeria; la definitiva exclusién de las muj res de las profesiones cuyo aprendizaje habjan podido absorber las uni- versidades...Unas circunstancias sociales —las renacentistas, en definitiva— que cerraron a las mujeres en general (excepciones-bandeta no obstantes) vias de realizacién de sus talentos personales. Dice Pina Cavallo Boggi «En el siglo en el cual la naturaleza se oftece a la lectura del magoscientfico y, después, del cintiico, el siglo xv1, una mujer cientifico serfa una contradiccién tnigica. Wolf no necesita pues explicar por qué Trotula es Eros Julie: estipidamente, més bien, Eros Juliae viene Lamado Trotula. {Una mujer que se ocupa de 1a sexualidad femenina, del embarazo, del parto, y segiin el apara- to teérico de su tiempo, el siglo x fatimamente vinculado a la prictica, no puede ser més que un hombre, y de otros tiempos!s’ Pina Covllo Boggi en la lnuodciin a Thmla de Rogier Sule malic an Rage, ete 3. bid, XY, — 108 — anti Cancelar a Trotula y convertirla en hombre serfan, en el sig xvt mis ‘que gestos eruditos, gestos politicos. Durante el renacimiento se le negara as{ a Trotula tanto el earicter de precedente en una posible genealogia de A partir de aut, tanto los hechos mas eotidianos como el com junto de nuestra sociedad y de nuestra cultura evidencian que esta socieded y esta cultura funcionan originariamente sobre la base de un matriciia.. »Pero he ofdo irttare tantas veces a los hombres contra los en ‘cuentros no mixtos entre mujeres, queriendo penetiar a cualquier precio entre ella, que su ausencia de hoy me parece todavia mis signifieativa. No estaban excluidos de este coloquio en el que to- ‘marfan mayoritariamente la palabra las mujeres. ¢Cémo se explica, fentonces, que su cutiosidad no los haya impulsado a venir a escu chat, por una vez? A los que estin agut presentes les toca com- prender el por qué y en qué sentido representan ellos una excep. ign! Lo que ha retenido a los demés, esto es, a la mayorie de fos profesionales, zoo entrara dentro del registro del poder? En efecto, no dominan este cologuio.. (mis elipss). Genealogia y poder: dos cuestiones complementarias que han tenido lun peso importante en los cuatro siglos de polémica en torno a la identi- dad de sexo y de género de Trovula, sSe trata de negar cualquier forma de genealogia y de lenguaje maternos, de genealogia y de escritum en 12 Lave eign, El enopo «cue conde md, Barons, La Sl, 1985, 1,76 ~ wb femenino? De privar de posibilidades de existencia histérica « cualquier resquicio de espacio femenino (mujeres que escriben para mujeres sobre el cuerpo femenino) en el mundo (que ha de ser masculino si tiene po- det) de Ja ciencia moderna y contemporinea? Porque Thotula ha inspirado, efectivamente, a mujeres identficedas eon ‘mujeres, a mujeres profesionales que han buscado en el pasado una ge- nealogia que respaldara su propia historia en ambientes hostles. Concre- tamente a dos médicas activas en los Estados Unidos en la primera mitad cde nuestro siglo, Kate Hurc-Mead y Elizabeth Mason-Hchl; més recien- temente, a Pina Cavallo Boggi (cuyo estudio preliminar a la traduecién italiana de! De mulierum passionibus —publicado en 1979— John Benton ignora); ya la propia Judy Chicago...” Y también porque parte de Ja hipdtesis de John Benton, en particu lar el punto que dice que Trotula, aunque experta en medicina, no se interes6 por la ginccologta, ha servido para intentar descalificar esa hi- Ptesis de Ia historiografia feminista que dice que en la Edad Media, especialmente antes de la aparicién de las universidades, las mujeres en general recibieron Ia mayor parte de los cuidados médicos de manos de otras mujeres; mujeres estas sltimas que, en medio de luchas de po- der, irfan siendo transformadas en brujas, en el marco de una retérica y de un ritual de mucite." El contenido politico de la pokimica en ior: no al sexo y a Ia identidad de género de Trotula es, por tanto, evi dente 13, Kate C. HurdMead, A History of Wen iv Medicine, Hadden (Con) 138, p 1154. Eiabeth Mason Hol, Tints eleventh conurygrcoog, «Medal Womens Jour tab? (940) 349:356; umbin tradjo al ngs el De maemo pasion: The Dies of Women by Torus of Sslemo,Hollywod. CA, Wanl Ritchie Pres, 1940, Tina Cavallo Boygl ct Tule de Ruger Sule matte dlc dome, VIEXXIV. 1. Ménica Green, del ciclo de John Bento, en Toward ¢ Histry of Womens Medi al Practice and Medial Coin Medea! Eampe, Sign» 142 (989) 84473. cisco ste I histessfeminisu, Bacura Ehrich y Deivke English, Bais, comadonas ener ens Hiri dels sadam, Buclona, La Se, 1381 Ul edicéningesa cs de 1973). Mo nica Green, més que hacer una crftin de I hipsesis de Ekzearich y English, se limit 8 ifn, con un gran acopio de enodén, algunos de aus plantcamicnion feninit. No s te el cao, on cambin del inesarteusbajo de Gila Cal en (por eenpl) Corp sani, comi malt, en I! cmp te rates e eulan, Roma, Franco Angel, 1987, 4264 (Pro. ble del Socaismon 1), Véwse tambien, Mary Daly, Gyw/Ecolngy. The Metis of Radial Femiiom, Londes, The Waren’ Pres, 1979, p18 32. — 14 — B. El cuerpo femenino en la Europa feudal Del andlisis de las vicisitudes de la personalidad histotiogrfice de ‘Trotula pasemos ahora a ver qué es Jo que ella misma dice en si texto sobre su propia identidad y sobre algin rasgo de su personalidad. En su De mulierum passions, la autora nos ofsece dos aportaciones imtere- santes: 2) En el capftulo XX, tiulado Sobre los incdentes que pueden ocurir después del parte, Trotula trata, entre otros casos, del de las mujeres cuyas partes fntimas retienen aire y ese aire produce dentro de sus cuerpos do- lor c hinchazén, Propone unos remedies para este problema y, a conti- fuacién, afiade: 4 973) 487-493. Sobre las mujeres como pacientes: eoane Knibihler y Catherine Rougut, La fone et ks ml eins Anaise hiseriue, Pac, Hashes, 1983, — D4 meek. | tico, entendiera su tarea de esctibitlo como una reflexién, como un penser el cuerpo desde el lado de sus enfermedades y, wumbign, desde ol lado de |a conservacién de su belleza, Y otra autora de época cercana, tan famosa © més que ‘totula, que es Hiklegarda de Bingen (1098-1179), lo hizo de tuna forma vodavfa més clara, De una forma més clara porque Hildegarda sno ex médica, sino flésofa. Lo hizo, por ejemplo, en su Liber eausae carae, en un texto sin procedentes escritos* en el cual clasificé los cuerpos de mujeres de acuerdo con su fisiologia y con su personalidad ‘De melancolica). Pero hay otras mujeres que tienen la carne fs a y venas gruesas y huesos de tamafio moderado; su sangre tiene tun color més plomizo que la de las sanguineas y su color es, en cierta manera, meacla de gris y negro, Son volubles y dispersas en su pensamiento, y se abandonan pesarosamente a la aflccién; tienen, pues, escaso poder de resistencia, de manera que a veces das destroza la melancolia. Suften gran pérdida de sangre durante Ja menstruacién, y son estériles porque tienen un vientre débil y frégil. De modo que no pueden alojar 0 retener o calenta la se- milla de un hombre; y por elo son también més sanas, més fuer- tes y mas feces sin maridos que con ellos, especialmente porque si se seuestan con sus maridos, tenderin a sentine débiles des pués. Pero Jos hombtes se alejan de ellas y las dejan, porque no hhablan a los hombres con afecto y les aman solamente un poco... Del texto de Hildegarda interesan especialmente dos cuestiones para el tema que estoy tratando aguf: una, la que ya he mencionado de la integracién relativa entre natural y social en la construccién del cuerpo femenino: la otra, que la sexualicad ocupa en siz modelos de cuerpo femenino un lugar no central. En cambio, cuando nos acercamos a escr- tos de nuestra época sobre el cuerpo, Ia sexualidad ocupa con frecuencia tun ugar tan importante que acabamos tendiendo a identificar cuerpo con sexualidad (aparte de que clasfiquemes normalmente el cuerpo de las per- sonas segiin st presunto comportamiento sexual) Por qué estas diferencias? En el contexto de ln Europa feudal, puede 32. Est afrmacisn y lata en Peer Dronke, Women Whites, 18018. 25 — intervenis el hecho de que tanto Trotula como Hildegarda fuetan mujeres; porque los textos de hombres suelen efectivamente estar plagados de iden- tifcaciones entre mujeres y sexualidad. Y es interesante, en este sentido, que en los textos masculinos medievales se identifique sexualidad con cuer- po femenino exclusiva y diferencialmente. Y, como es bien conocido, esta identificacién leva inmediatamente a negar la sexualidad de las mujeres ‘mediante todos los recursos ideolégicos imaginables.” En nuestro contexto contemporsineo, en cambio, la primacia de la se- sualidad al pensar un cuerpo la ha fomentado, sin duda, el psicoandlisis, tanto en su versin freudiana como en la lacaniana. Aunque ahora Ia se 2xualidad no sea algo malo, sino bueno, quiza porque la burguesia se epro- iG de una cierta forma de sexualidad para construir una conciencia de clase separada y clitista, como ha escrito Michel Foucault * Evident: mente, lo que ahota existe es sexualidad masclina, identificacén de la sexualidad con el deseo del hombre, una identificacién que es brutalmen. te excluyente en el psicoundlisi En este sentido, todo el mundo ha ofdo hablar de Freud diciendo ‘que Jas mujeres somos, en términos de sexualided, un «continent ne- gro; 0 que «sdlo hay una libido, y ésta es masculine», © preguntarse ‘equé quiere la mujer (Was will das Weib?). O Ia centralidad que da al tema Edipo, al complejo de castracién, con sus significados diferenciales por sexo: en los hombres, cl miedo a la castracién pondrfa en marcha tuna libido (an deseo) que les permitiria tranformar el pene en falo, el ‘mgano en axtefacto, entrando con ello con buen paso en la cultura sim plemente porgue tienen el dana. Las mujeres, al no tener el célebre rgano, se quedarfan estancadas en la carencia, sin deseo, fucra, por tan- 10, de lo simblico, y convertidas ellas mismas en simbolo, en objeto. Por: 39. Sobre el yar de ls seid en Ia Europa crsiana, spate de as tad en ‘8 20, puede vese: James Brundage, Lat; Sex, and Chien Soir tn Medial Europe, Chicago, Univer of Chicago Pes, 1987; Pee Brown, The Body ond Soc. Maa Wo. sen, and Seual Renunciation in Ey Chrisiani, Nua Vork, Colania University Pes 1989; JearLous Fandhin, La mom! rewal o» Occiewe: cob de etd y comport ‘ions, Barcelona, Granica, 184; an MeLean, The Ronasance Notion of Wren, A Stay in the Forunes of Scholastic and Medial Science in Eanpean Itlectul Lie, Carries, ambsige University Pres, 1980, Eline Pagel, Adam, Fae adobe Sopont Nos Yor, Random, 1988 3A. Historic de le sexaldad, 1: a voluntd de saber 182 ies que elles al no tener érgano, carecerfan del medio, del instrumento can ‘que representar la earencia misma, el no tener; inespaces, pues, de rep sentar en absolute, Asf de fécilmente el hombre se convertria en sujeo y la emjer en objeto de las representaciones. Porque Freud, como Ari: teles, parece que busque en «a naturaleza> las justficaciones ihimas a lun modelo de relaciones sociales fundado en la desigualdad entre hot bres y- mujeres? Jacques Lacan propone una lectura parecida de los proceses que con ducen a entradas dlistints por sexo en la cultura. Aunque con la mati cién de que Lacan entiende que cl campo en el cual apareee el sufeo creador de cultura es el campo del lenguaje. Un lenguaje, por lo dems, ae, tal como lo conocemos, es de género masculino. Como ha escrito Ida Magli en el pirrafo con que concluye su sintesis (desde la antropolo ia) de la sexualided masculine

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