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sono 21:19 E! discurso del método | Opinién | EL PAIS susoriocre | 2 Te quedan 6 articulos gratis este mes ‘suscriBETE Opinién EDITORIALES - TRIBUNAS - COLUMINAS - CARTAS ALA DIRECTORA - LAS FIRMAS DE EL PAIS ~ DEFENSOR DEL LECTOR TRIBUNA; TRIBUNA i El discurso del método ~! JUAN LUIS CEBRIAN 18 MAY 2001-00000 CEST OQfve Una de las muchas cosas admirables de la democracia -un hombre, un voto- es que sirve para demostrarnos, por un lado, que la politica no es una ciencia, aunque se estudie como tal, y por el otro, que la propia democracia, el gobierno del pueblo, significa lo contrario a la aristocracia, es decir, el gobierno de los mejores, o de los que tal se creen, por cuna 0 inteligencia. El ejercicio reciente del voto en el Pais Vasco ha deshecho, asi, algunos mitos y enfatizado no pocos errores. Un importante embeleco destruido por las urnas es la suposicién de que profesores de sociologia y columnistas de periddicos pueden emplearse, sin esfuerzo ni demora, como estrategas politicos, pues, ademas de analizar lo que acontece, serian capaces de predecirlo o de condicionarlo con sus juicios. Algunos los han expresado con tanta rotundidad, cuando anunciaban un cambio hist6rico en Euskadi de manos de la alternancia, y ha sido tan evidente la ofuscacién con que confundieron deseos y realidades, que hoy prefieren no apearse del machito, hitpselpais-comisiario/2007/05/18/opinion/990136808_850215.himl wr sone 2x19 El eiscurso del método | Opinii [EL PAIS afirmando que, antes o después, triunfaran sus tesis, pues sdlo han errado en el tiempo. Actitud ésta que recuerda muy mucho aquella famosa frase de Alfonso Guerra, cuando determin6, a raiz de una derrota electoral del PSOE, que el pueblo espajfiol se habia equivocado. Equivocado o no, el pueblo vasco ha puesto de relieve que, efectivamente, se ha producido un cambio profundo en la dialéctica politica de Euskadi, pero de signo contrario al que pretendian los agitadores al servicio de Mayor Oreja, y ahora se abre una nueva etapa que demuestra el fracaso de la estrategia de la confrontaci6n, desarrollada por Aznar y compafifa. NAS mernmacniie Tantas veces he escrito y me he pronunciado contra los Aanar sélo nacionalismos que nunca pude suponer me sentiria, en cierta souleparaue medida, aliviado por un triunfo tan sonoro como el del PNV cluya la. en las pasadas elecciones. Y esto, no porque concuerde con "sus postulados, que no quiero ver progresar, sino porque, como tantos otros espafioles, he contemplado con. EIPSOE preocupacién la batalla verbal -y no slo verbal- que desde el aprucba en nacionalismo espafiol se habia entablado contra el Euskadi un nacionalismo vasco, alimentando un espiritu casi de cruzada. Pes Lo menos que puede decirse del resultado de las elecciones es Puente’ entre PP yPNV que no es casual, sino fruto de una politica, a todas luces errénea, disefiada e instrumentada directamente desde Moncloa y que conté no sélo con el beneplicito, sino con el aplauso ancilar del candidato socialista. Tan buen tino ha tenido éste que ha logrado perder para su partido un escajfio, al tiempo que ha desdibujado su papel como eventual componedor del conflicto. Esa estrategia que hemos visto naufragar se inscribia en la configuraci6n de un auténtico frente politico que ha utilizado partidariamente a las victimas del terrorismo -incluso a aquellas que, evidentemente, no endosaban para nada sus andlisis- y en la satanizaci6n del PNV y sus principales dirigentes, a los que se ha llegado a acusar de cémplices de la escalada sangrienta de ETA. Muchos de los intelectuales, valiosos y honestos, arrastrados por la marea de esta campafia hacia las posiciones de Aznar, lo han hecho movidos por sdlidas razones morales, preocupados por la discriminacién que en la Universidad y otros sectores civicos de Euskadi se produce contra los no nacionalistas, y por el clima de terror e inseguridad ciudadana creados por ETA y la kale borroka. La amenaza terrorista no se cierne sélo sobre ellos, sino sobre toda Espafia, pero experimentan una sensacién de desamparo y aislamiento social que no ha lugar en el resto de la Peninsula. Sus sufrimientos demandan no tinicamente solidaridad sino, mas que nada, soluciones. Pero su raz6n moral no avala ni justifica su equivocacién politica, que comenz6 por forzar, hitpsetpais-comisiario/2007/05/18/opinion/990136808_850215.himl ar mediante todos los medios imaginables a su alcance, unas elecciones que los peneuvistas no querfan. Aunque algunos busquen consuelo en el derrumbamiento de Euskal Herritarrok, el corolario de los votos ha sido bien opuesto al efecto buscado: mas poder para los nacionalistas vascos, a los que prometfan desalojar, y derrota de los partidos que, de manera abusiva, se habian presentado a los comicios como defensores exclusivos de la democracia, el Estatuto y la Constitucién, para desgracia de muchos entusiastas de ésta que no concordaban con sus posiciones. Semejante apropiacién indebida de nuestra Carta Magna por parte del PP, que también ha querido aduefiarse para él solo del espiritu de la Transicién y hasta de la invencién de la lengua castellana, nos habla muy mucho del verdadero talante de sus lideres. Acostumbrados al todo vale en la persecuci6n del poder, no paran en barras, y terminaron por convertirse en el asombro de Occidente cuando declararon, con reiterada solemnidad, que PNV y ETA eran la misma cosa porque perseguian los mismos fines, cuando el mas elemental manual de la democracia obliga a distinguir entre objetivos y medios. Segtin los artispices de la segunda Transicién, ensimismados en el recreamiento, a su modo, de las guerras entre carlistas y liberales, esa especie de alianza objetiva entre Arzalluz y los etarras respecto a las metas justificaba dejar fuera de la circulaci6n democriatica a los nacionalistas. Del dicho al hecho, el habitante de la Moncloa aplicé hasta el limite la politica de acoso y derribo, que tan buenos resultados le diera con el PSOE, propiciando la expulsién del PNV de cualquier foro de didlogo, fueran la Internacional Democristiana o los despachos de sus lideres con el lehendakari, y practicando una especie de politica de tierra quemada que ha dejado como un erial el campo que entre todos es preciso, ahora, cultivar. Sin embargo, es dificil admitir que la coincidencia en los fines de PNV y ETA -la independencia de Euskadi- permita por si sola criminalizar al primero, entre otras cosas porque éste aboga por el separatismo desde practicamente su fundacién, hace mas de cien afios, y sus famosas dos almas -la autonomista y la soberanista- se resuelven en un solo impulso a la hora del voto. Pero, sobre todo, porque es en los métodos, y no en los fines, en lo que se distingue a un demécrata de otro que no lo es. Diferenciar entre métodos y fines pertenece al ideario basico de las democracias burguesas, por algo llamadas formales; cualquier olvido de tan simple regla esconde siempre una frustracién autoritaria. Por lo demas, seria ridiculo desconocer que las tendencias al separatismo de amplios sectores de la ciudadania vasca constituyen un serio problema para toda la poblacion, nacionalista 0 no, y es inadmisible sugerir que los espafioles no vascos apenas tenemos nada que decir sobre eso. Pero hemos convivido con esta cuestién durante décadas, y es probable que lo hitpsetpais.comisiario/200"/05/18/opinion/990136808_850215.himl 3 sone 2x19 El eiscurso del método | Opinii [EL PAIS sigamos haciendo antes de que la situacidn se decante por una solucién no ambigua. Respecto al conflicto de fondo, probablemente lo mejor a que podemos aspirar unos y otros, en el corto plazo, es a ir tirando, clarificando, comprendiendo, conviviendo en medio de un panorama endiabladamente complejo, con lo que el famoso doble lenguaje peneuvista, del que a veces nos hemos quejado, quiza acabe convirtiéndose paraddjicamente en una especie de bendicién celestial. El fortalecimiento de las instituciones democraticas en Euskadi requiere flexibilidad en el didlogo, y rechaza cualquier numantinismo en los principios. Entretanto, el principal problema de la politica espafiola sigue siendo la delincuencia politica de ETA y la destruccién del orden publico por la kale borroka. Resolver ambas cosas compete, desde luego, al Gobierno de Vitoria pero también, y sobre todo, al de Madrid, por lo que parece urgente un cambio severo en la politica antiterrorista inspirada por el PP, habil en encabezar las lamentaciones de los que sufren y en divulgar culpas ajenas, pero menos en la prevencién de los hechos y en la localizacién y detencién de comandos. La instrumentaci6én del caso GAL, y el de los fondos reservados, en su asalto al poder ha tenido indudables consecuencias en lo que se refiere al grado de eficacia de las diversas policias. Es urgente que los respectivos Gobiernos y los partidos politicos democraticos que los apoyan, entre los que todavia el PNV goza de mayor tradicién y mejor pedigri que los populares, Ileguen a acuerdos concretos que permitan una més vigorosa actuacién de jueces y fiscales, de las fuerzas de orden puiblico y de los servicios de investigacién. Al fin y al cabo, tras las elecciones del dia 13, cualquiera sabe ya que la violencia politica perjudica enormemente los suefios soberanistas del PNV, tanto como los beneficié la tregua. El terrorismo es hoy una amenaza para todos los espafioles sin distincién, al margen las ideologias de cada cual, y la primera asignatura de quienes nos gobiernan consiste en acabar con él. Para ello, es esencial recuperar la unidad entre los demécratas, cuya fractura en el pasado reciente constituyé un verdadero triunfo de ETA. No es nada facil la tarea que se avecina, nila ha dejado cémoda el cimulo de despropésitos, mentiras, acusaciones, insultos y arrogancias que, desde todo Ambito, se han vertido durante los dias de la campafia. La ocasi6n merece un derroche de paciencia, de serenidad y de altura de miras, cualidades que no abundan hoy en la gobernacién del Estado. De todas formas, Ibarretxe cuenta para emprenderla con un apoyo social impresionante, casi sin precedentes, en la Comunidad Auténoma vasca. Esperemos que administre su rotundo triunfo con mayor templanza que la mostrada por José Maria Aznar en sus iniciales reacciones después de la derrota. Pues, como dice Montaigne -en. frase recordada, dias pasados, por Carlos Fuentes- uno puede estar sentado hitpsetpais.comisiario/200"/05/18/opinion/990136808_850215.himl an

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