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Capitulo 139—La influencia de las compafiias
Es inevitable que los jévenes tengan compajfifas, y necesaria-
mente sentirén su influencia. Hay misteriosos vinculos que ligan las
almas, de manera que el corazén de uno responde al coraz6n del
otro. El uno adopta inconscientemente las ideas, los sentimientos y
el espiritu del otro. Este trato puede ser una bendicién o una mal-
dicién. Los jévenes pueden ayudarse y fortalecerse mutuamente,
mejorando en conducta, disposicién y conocimiento; o permitir-
se llegar a ser descuidados e infieles, ejerciendo asi una influencia
desmoralizadora.
La cleccién de compafifas es un asunto que los estudiantes deben
aprender a considerar seriamente. Entre los jvenes que asisten a
nuestras escuelas, se hallarn siempre dos clases: los que procuran
agradar a Dios y obedecer a sus maestros, y los que estén Ilenos
de un espiritu de desobediencia. Si los jévenes van con la multitud
para hacer mal, su influencia se sumaré a la del adversario de las
almas, y contribuiré a extraviar a los que no albergaron principios
de fidelidad inquebrantable.
Se ha dicho con verdad: “Dime con quién andas, y te diré quién
eres”. Los j6venes no comprenden cuan sensiblemente quedan afec-
tados su cardcter y su reputacién por su eleccién de compaiias.
Uno busca la compafiia de aquellos cuyos gustos, habitos y préc-
ticas congenian con los suyos. El que prefiere la sociedad de los
ignorantes y viciosos a la de los sabios y buenos, demuestra que su
propio carécter es deficiente. Puede ser que al principio sus gustos
y habitos sean completamente diferentes de los gustos y habitos de
aquellos cuya compafifa procura; pero a medida que trata con esta
clase, cambian sus pensamientos y sentimientos; sacrifica los buenos
principios, ¢ insensible, aunque inevitablemente, desciende al nivel
de sus compafieros, Como un arroyo adquiere las propiedades del
suelo donde corre, los principios y habitos de los jévenes se tifien
invariablemente del cardcter de las compajifas que tratan...
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Capitulo la medida de la fuerza
La fuerza de cardcter consiste en dos cosas: la fuerza de voluntad
y el dominio propio. Muchos jévenes consideran equivocadamente
Ia pasi6n fuerte y sin control como fuerza de cardcter; pero la verdad
es que el que es dominado por sus pasiones es un hombre débil.
La verdadera grandeza y nobleza del hombre se mide por su poder
de subyugar sus sentimientos, y no por el poder que tienen sus
sentimientos de subyugarlo a él. El hombre més fuerte es aquel que,
aunque sensible al maltrato, refrena sin embargo la pasién y perdona
a sus enemigos.
Dios nos ha dado fuerza intelectual y moral, pero en extenso
grado, cada uno es arquitecto de su propio cardcter. Cada dia la
estructura se acerca més a su terminacién, La Palabra de Dios nos
amonesta a prestar atencién a cémo edificamos, a cuidar de que
nuestro edificio esté fundado en la roca eterna. Se acerca el mo-
mento en que nuestra obra quedard revelada tal cual es. Ahora es
el momento en que todos han de cultivar las aptitudes que Dios les
ha dado y formar un cardcter que los haga titiles aqui y les permita
alcanzar la vida superior més alla
La fe en Cristo como Salvador personal dard fuerza y solidez al
cardcter. Los que tienen verdadera fe en Cristo serdn serios, recor-
dando que el ojo de Dios los ve, que el Juez de todos los hombres
pesa el valor moral, que los seres celestiales observan qué clase de
cardcter estén formando.
La raz6n por la cual los jévenes cometen tan graves errores,
reside en que no aprenden por la experiencia de los que han vivido
mis que ellos. Los estudiantes no pueden deshacerse con escarnio
0 ridfculo de los consejos ¢ instrucciones de los padres y maestros.
Deben apreciar toda leccién, comprendiendo al mismo tiempo su
necesidad de una ensefianza més profunda de la que puede dar
cualquier ser humano. Cuando mora Cristo en el corazén por la
fe, su Espiritu Hega a ser un poder que purifica y vivifica el alma.
Cuando la verdad est en el coraz6n no puede dejar de ejercer una
influencia correctora sobre la vida...
Recuerden los alumnos que estén lejos de sus hogares y no
ya bajo la influencia directa de sus padres, que el ojo de su Padre
celestial los ve. El ama a los j6venes. Conoce sus necesidades y
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390 Mensajes Para los Jévenes
comprende sus tentaciones. Ve en ellos grandes posibilidades y est
dispuesto a ayudarles a alcanzar Ja més alta norma, si ellos quieren
comprender su necesidad y pedirle ayuda.
Alumnos, noche y dia las oraciones de vuestros padres ascienden
a Dios en vuestro favor; dia tras dia os sigue su interés leno de amor.
Escuchad sus stiplicas y amonestaciones, y resolved que por todo
medio a vuestro alcance, os elevaréis por encima del mal que os
rodea. No podéis discernir cudn insidiosamente obraré el enemigo
para corromper vuestra mente y vuestros habitos, y desarrollar en
vosotros principios incorrectos.
Tal vez no vedis peligro real en dar el primer paso hacia la
frivolidad y la biisqueda de placeres, y penséis que cuando deseéis
cambiar vuestra conducta podréis hacer el bien tan fécilmente como
antes de entregaros a hacer el mal. Pero esto es un error. Por la
eleccién de malos compaiieros, muchos han sido desviados paso a
paso de la senda de la virtud a profundidades de desobediencia y
disipacién a las cuales consideraban una vez que les era imposible
descender.
El alumno que cede a la tentacién debilita su influencia para el
bien, y el que por una conducta equivocada Hegue a ser agente del
adversario de las almas, deberd rendir a Dios cuenta de la parte que
haya desempefiado en poner piedras de tropiezo en el camino ajeno.
{Por qué habrén de vincularse los alumnos con el gran apéstata?
{Por qué Megaran a ser sus agentes para tentar a otros? {Por qué
no estudiardn mas bien, para ayudar y alentar a sus condiscipulos y
sus maestros? Tienen el privilegio de ayudar a sus maestros a llevar
las cargas y a arrostrar las perplejidades que Satands quisiera hacer
desalentadoramente pesadas y penosas. Pueden crear una atmésfera
de utilidad y alegria. Todo alumno puede tener la satisfaccién de
saber que ha estado de parte de Cristo, manifestando respeto por el
orden, la diligencia y la obediencia, y negdndose a poner una jota
de su habilidad o influencia en favor del gran enemigo de todo lo
bueno y elevador,
E] alumno que tiene concienzuda consideracién por la verdad y
un verdadero concepto del deber, puede hacer mucho para influir en
sus condiscipulos en favor de Cristo. Los jévenes que estén uncidos
con el Salvador no serdn indisciplinados; no estudiarén su propio
placer egoista y su satisfaccin, Debido a que son uno en espirituLa influencia de las compatias 391
con Cristo, serdn uno con Cristo en accién. Los alumnos mayores
de nuestras escuelas deben recordar que est4 en su poder amoldar
los habitos y practicas de los estudiantes menores; y deben procurar
sacar el mejor partido de toda oportunidad. Resuelvan no entregar
por su influencia a sus compafieros en manos del enemigo.
Jestis serd el auxiliador de todos lo que ponen su confianza en
41. Los que estén relacionados con Cristo tienen la felicidad a su
disposicidn. Siguen la senda por la cual los gufa su Salvador, cruci-
ficando por causa de él la carne, con sus afectos y concupiscencias.
Han edificado sus esperanzas en Cristo, y las tormentas de la tierra
son impotentes para apartarlos del seguro fundamento.
La seguridad y la fidelidad
Os incumbe a vosotros, jsvenes y seiioritas, decidir si queréis lle-
gar a ser dignos de confianza y ficles, listos y resueltos para decidiros
por lo correcto en todas las circunstancias. ;Desedis formar habitos
correctos? Entonces, buscad la compaiifa de los que son sanos en lo
moral, cuyo ideal tiende hacia lo que es bueno. Las preciosas horas
del tiempo de gracia os son concedidas para que podiis climinar
todo defecto del cardcter, y esto debéis procurar hacerlo, no slo a
fin de obtener la vida eterna, sino para ser titiles en esta vida. Un
buen cardcter es un capital de més valor que el oro 0 la plata. No
Io afectan los panicos ni los fracasos, y en aquel dia en que serén
barridas las posesiones terrenales, os produciré ricos dividendos. La
integridad, la firmeza y la perseverancia, son cualidades que todos
deben procurar cultivar fervorosamente; porque invisten a su posee~
dor con un poder irresistible, un poder que le hard fuerte para hacer
el bien, fuerte para resistir el mal y para soportar la adversidad.
El amor a la verdad y un sentido de la responsabilidad de glo-
rificar a Dios, son los incentivos mas poderosos para perfeccionar
el intelecto, Con este impulso en accién, el estudiante no puede
ser trivial... Sera siempre fervoroso, Estudiaré como bajo los ojos
de Dios, sabiendo que todo el cielo esté alistado en la obra de su
educacién, Llegara a ser de mente noble, generoso, bondadoso, cor-
tés, semejante a Cristo, eficiente. Su corazén y su mente obrardn
en armonja con la voluntad de Dios.—Consejos para los Maestros
Padres y Alumnos acerca de la Educacién Cristiana, 170-174.
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