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[410] Capitulo 139—La influencia de las compafiias Es inevitable que los jévenes tengan compajfifas, y necesaria- mente sentirén su influencia. Hay misteriosos vinculos que ligan las almas, de manera que el corazén de uno responde al coraz6n del otro. El uno adopta inconscientemente las ideas, los sentimientos y el espiritu del otro. Este trato puede ser una bendicién o una mal- dicién. Los jévenes pueden ayudarse y fortalecerse mutuamente, mejorando en conducta, disposicién y conocimiento; o permitir- se llegar a ser descuidados e infieles, ejerciendo asi una influencia desmoralizadora. La cleccién de compafifas es un asunto que los estudiantes deben aprender a considerar seriamente. Entre los jvenes que asisten a nuestras escuelas, se hallarn siempre dos clases: los que procuran agradar a Dios y obedecer a sus maestros, y los que estén Ilenos de un espiritu de desobediencia. Si los jévenes van con la multitud para hacer mal, su influencia se sumaré a la del adversario de las almas, y contribuiré a extraviar a los que no albergaron principios de fidelidad inquebrantable. Se ha dicho con verdad: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. Los j6venes no comprenden cuan sensiblemente quedan afec- tados su cardcter y su reputacién por su eleccién de compaiias. Uno busca la compafiia de aquellos cuyos gustos, habitos y préc- ticas congenian con los suyos. El que prefiere la sociedad de los ignorantes y viciosos a la de los sabios y buenos, demuestra que su propio carécter es deficiente. Puede ser que al principio sus gustos y habitos sean completamente diferentes de los gustos y habitos de aquellos cuya compafifa procura; pero a medida que trata con esta clase, cambian sus pensamientos y sentimientos; sacrifica los buenos principios, ¢ insensible, aunque inevitablemente, desciende al nivel de sus compafieros, Como un arroyo adquiere las propiedades del suelo donde corre, los principios y habitos de los jévenes se tifien invariablemente del cardcter de las compajifas que tratan... 388 La influencia de las compatias 389 Capitulo la medida de la fuerza La fuerza de cardcter consiste en dos cosas: la fuerza de voluntad y el dominio propio. Muchos jévenes consideran equivocadamente Ia pasi6n fuerte y sin control como fuerza de cardcter; pero la verdad es que el que es dominado por sus pasiones es un hombre débil. La verdadera grandeza y nobleza del hombre se mide por su poder de subyugar sus sentimientos, y no por el poder que tienen sus sentimientos de subyugarlo a él. El hombre més fuerte es aquel que, aunque sensible al maltrato, refrena sin embargo la pasién y perdona a sus enemigos. Dios nos ha dado fuerza intelectual y moral, pero en extenso grado, cada uno es arquitecto de su propio cardcter. Cada dia la estructura se acerca més a su terminacién, La Palabra de Dios nos amonesta a prestar atencién a cémo edificamos, a cuidar de que nuestro edificio esté fundado en la roca eterna. Se acerca el mo- mento en que nuestra obra quedard revelada tal cual es. Ahora es el momento en que todos han de cultivar las aptitudes que Dios les ha dado y formar un cardcter que los haga titiles aqui y les permita alcanzar la vida superior més alla La fe en Cristo como Salvador personal dard fuerza y solidez al cardcter. Los que tienen verdadera fe en Cristo serdn serios, recor- dando que el ojo de Dios los ve, que el Juez de todos los hombres pesa el valor moral, que los seres celestiales observan qué clase de cardcter estén formando. La raz6n por la cual los jévenes cometen tan graves errores, reside en que no aprenden por la experiencia de los que han vivido mis que ellos. Los estudiantes no pueden deshacerse con escarnio 0 ridfculo de los consejos ¢ instrucciones de los padres y maestros. Deben apreciar toda leccién, comprendiendo al mismo tiempo su necesidad de una ensefianza més profunda de la que puede dar cualquier ser humano. Cuando mora Cristo en el corazén por la fe, su Espiritu Hega a ser un poder que purifica y vivifica el alma. Cuando la verdad est en el coraz6n no puede dejar de ejercer una influencia correctora sobre la vida... Recuerden los alumnos que estén lejos de sus hogares y no ya bajo la influencia directa de sus padres, que el ojo de su Padre celestial los ve. El ama a los j6venes. Conoce sus necesidades y [411 [412] 390 Mensajes Para los Jévenes comprende sus tentaciones. Ve en ellos grandes posibilidades y est dispuesto a ayudarles a alcanzar Ja més alta norma, si ellos quieren comprender su necesidad y pedirle ayuda. Alumnos, noche y dia las oraciones de vuestros padres ascienden a Dios en vuestro favor; dia tras dia os sigue su interés leno de amor. Escuchad sus stiplicas y amonestaciones, y resolved que por todo medio a vuestro alcance, os elevaréis por encima del mal que os rodea. No podéis discernir cudn insidiosamente obraré el enemigo para corromper vuestra mente y vuestros habitos, y desarrollar en vosotros principios incorrectos. Tal vez no vedis peligro real en dar el primer paso hacia la frivolidad y la biisqueda de placeres, y penséis que cuando deseéis cambiar vuestra conducta podréis hacer el bien tan fécilmente como antes de entregaros a hacer el mal. Pero esto es un error. Por la eleccién de malos compaiieros, muchos han sido desviados paso a paso de la senda de la virtud a profundidades de desobediencia y disipacién a las cuales consideraban una vez que les era imposible descender. El alumno que cede a la tentacién debilita su influencia para el bien, y el que por una conducta equivocada Hegue a ser agente del adversario de las almas, deberd rendir a Dios cuenta de la parte que haya desempefiado en poner piedras de tropiezo en el camino ajeno. {Por qué habrén de vincularse los alumnos con el gran apéstata? {Por qué Megaran a ser sus agentes para tentar a otros? {Por qué no estudiardn mas bien, para ayudar y alentar a sus condiscipulos y sus maestros? Tienen el privilegio de ayudar a sus maestros a llevar las cargas y a arrostrar las perplejidades que Satands quisiera hacer desalentadoramente pesadas y penosas. Pueden crear una atmésfera de utilidad y alegria. Todo alumno puede tener la satisfaccién de saber que ha estado de parte de Cristo, manifestando respeto por el orden, la diligencia y la obediencia, y negdndose a poner una jota de su habilidad o influencia en favor del gran enemigo de todo lo bueno y elevador, E] alumno que tiene concienzuda consideracién por la verdad y un verdadero concepto del deber, puede hacer mucho para influir en sus condiscipulos en favor de Cristo. Los jévenes que estén uncidos con el Salvador no serdn indisciplinados; no estudiarén su propio placer egoista y su satisfaccin, Debido a que son uno en espiritu La influencia de las compatias 391 con Cristo, serdn uno con Cristo en accién. Los alumnos mayores de nuestras escuelas deben recordar que est4 en su poder amoldar los habitos y practicas de los estudiantes menores; y deben procurar sacar el mejor partido de toda oportunidad. Resuelvan no entregar por su influencia a sus compafieros en manos del enemigo. Jestis serd el auxiliador de todos lo que ponen su confianza en 41. Los que estén relacionados con Cristo tienen la felicidad a su disposicidn. Siguen la senda por la cual los gufa su Salvador, cruci- ficando por causa de él la carne, con sus afectos y concupiscencias. Han edificado sus esperanzas en Cristo, y las tormentas de la tierra son impotentes para apartarlos del seguro fundamento. La seguridad y la fidelidad Os incumbe a vosotros, jsvenes y seiioritas, decidir si queréis lle- gar a ser dignos de confianza y ficles, listos y resueltos para decidiros por lo correcto en todas las circunstancias. ;Desedis formar habitos correctos? Entonces, buscad la compaiifa de los que son sanos en lo moral, cuyo ideal tiende hacia lo que es bueno. Las preciosas horas del tiempo de gracia os son concedidas para que podiis climinar todo defecto del cardcter, y esto debéis procurar hacerlo, no slo a fin de obtener la vida eterna, sino para ser titiles en esta vida. Un buen cardcter es un capital de més valor que el oro 0 la plata. No Io afectan los panicos ni los fracasos, y en aquel dia en que serén barridas las posesiones terrenales, os produciré ricos dividendos. La integridad, la firmeza y la perseverancia, son cualidades que todos deben procurar cultivar fervorosamente; porque invisten a su posee~ dor con un poder irresistible, un poder que le hard fuerte para hacer el bien, fuerte para resistir el mal y para soportar la adversidad. El amor a la verdad y un sentido de la responsabilidad de glo- rificar a Dios, son los incentivos mas poderosos para perfeccionar el intelecto, Con este impulso en accién, el estudiante no puede ser trivial... Sera siempre fervoroso, Estudiaré como bajo los ojos de Dios, sabiendo que todo el cielo esté alistado en la obra de su educacién, Llegara a ser de mente noble, generoso, bondadoso, cor- tés, semejante a Cristo, eficiente. Su corazén y su mente obrardn en armonja con la voluntad de Dios.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educacién Cristiana, 170-174. 413] (414 [415

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