Está en la página 1de 4

UNIVERIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA LEÓN

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

La Escuela Estoica

Esta deriva de una procedente, llamada de los cínicos, las cuales estuvieron
representada principalmente por Antístines, que contó entre sus secuaces al
famoso Diógenes. Antístines fue primero discípulo de Gogias; y más tarde de
Sócrates, pero se mantuvo después de una especie de antagonismo con los otros
discípulos de éste y especialmente con Platón. Para los cínicos la virtud consiste
únicamente en el bien, y estriba en la modestia, en la continencia, en el contentarse
con poco. El sabio apenas tiene necesidades y desprecia aquellos que el común de
los hombres desea. El sabio sigue solo la ley de la virtud, no preocupándose de
todas las demás leyes (positivas). Así no es extranjero en lugar alguno, siendo, por
ende, cosmopolita (ciudadano del mundo). A tenor de las ideas los cínicos
desprecian todas las leyes y costumbres dominantes, adoptan una actitud negativa
frente al Estado y tratan de desligar a los ciudadanos de los vínculos que los unen
a este, y devolver a la simplicidad primitiva del Estado de la naturaleza.
La escuela estoica se conecta con la cínica, viniendo a construir una sublimación
de las ideas fundamentales de esta. El estoicismo tuvo por primer fundador a Zenón.
Los estoicos concibieron un ideal del hombre sabio: aquel que ha vencido todas las
pasiones y se a librado de las influencias externas. Tan solo así se obtiene el
acuerdo consigo mismo, esto es, la verdadera libertad. Este ideal los estoicos lo
veían personificado sobre todo en Sócrates debe ser tenido a la vista por todo
hombre porque le es impuesto por la recta razón. Existe una ley natural que domina
el mundo y que se refleja también en la conciencia individual. El hombre es participe
por su propia naturaleza de una ley que vale universalmente. Por consiguiente, para
los estoicos, precepto supremo de la ética es vivir conforme la naturaleza.
Este concepto de una ley universal trae consigo que se rompan las barreras políticas
y que el hombre sea considerado, al modo de los cínicos, pero en un sentido más
alto, como homenaje a la polis, suprimía la familia y la propiedad, así la escuela
estoica, suprime los estados particulares en homenaje al estado universal. Hasta
entonces, había dominado un ideal estrictamente político, cuyo fin, en sustancia era
la pertenencia del individuo al estado: pero con la filosofía estoica se anuncia y se
prepara una moral más basta y más humana. El estoicismo afirma que existe una
libertad, que jamás podrá destruir opresión alguna, y que es aquella que deriva de
la superación de las pasiones. El hombre es libre si sigue su verdadera naturaleza,

Realizado por Iván Aguilar Fiallos


UNIVERIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA LEÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

esto es, si logra vencer las pasiones, haciéndose independiente de ella. En este
sentido no hay diferencia entre libres y esclavos. Hay una sociedad del género
humano, más allá de los límites señalados por los Estados políticos, fundada sobre
la identidad de la naturaleza humana y de la ley racional que corresponde a esta. Y
es un hecho de gran significación el que encontremos entre los más insignes
cultivadores y secuaces de la filosofía estoica un esclavo, como Epíteto, y un
emperador, como Marco Aurelio. La filosofía estoica es, en muchos aspectos
precursora del cristianismo.

Realizado por Iván Aguilar Fiallos


UNIVERIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA LEÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

La Escuela Epicúrea

A la escuela estoica se la apone la Epicúrea a la cual a su vez fue precedida por la


Cirenaica o Hedonista, fundada por Aristipo. Para esta escuela el único bien es el
placer; y no existe más fundamentos de obligación que aquellos que derivan de los
fines del placer.
Para Epicuro la virtud no es el fin supremo, como lo es para los estoicos, sino un
medio para llegar a la felicidad: así se anuncia el principio utilitario hedonista,
adverso a la moral estoica: y puede afirmarse que sobre el patrón de estas dos
diversas concepciones se dividirán casi las escuelas posteriores en luchas
constantes.

Epicuro personalmente fue un hombre sabio, prudente: y predicaba la templanza


como la primera virtud para asegurar el placer. Según su doctrina, no precisa tanto
buscar un determinado placer, ni huir de todo dolor, cuanto conducirse de tal modo,
que el resultado final constituya la mayor cantidad posible de placer y la menor suma
de dolor. Esto implica un cierto cálculo o medida de la utilidad. Especialmente la
intemperancia y la disipación abrevian la vida, dañan el organismo y
consiguientemente disminuyen la capacidad de gozar. En este sentido, Epicuro
pudo dar preceptos éticos. Además la escuela de Epicuro muestra ya un germen de
una teoría sobre la distinción CUALITATIVA ósea sobre la gradación de los
placeres. Epicuro concede una mayor importancia a los placeres y a los dolores del
espíritu. La amistad es considerada por Epicuro como el más grande de los
placeres. Esto muestra como su doctrina no es ni mucho menos materialista. Ahora
bien, cabalmente de esta gradación de los placeres, pueden arrancar las críticas del
utilitarismo: porque admitiendo placer inferiores y superiores, es preciso referirse a
un nuevo criterio de elección, a una regla cualitativa y no cuantitativa, según la cual,
el sumo bien podrá constituir la satisfacción plena de la conciencia, aun
obteniéndolo a trueque de un dolor físico. Con esto se supera la simple doctrina
edonista que propugnaba por el placer sin distinciones.
Vale la pena de ser considerada la parte de la doctrina de Epicuro que se refiere al
Estado. También aquí domina la concepción utilitaria. Epicuro niega que el hombre
sea socialble por naturaleza: originariamente debió encontrarse en lucha
permanente con los demás hombres: pero como quiera que esta lucha era fuente
de dolor, fue abolida mediante la formación del Estado.

Realizado por Iván Aguilar Fiallos


UNIVERIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE NICARAGUA LEÓN
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

Así pues para Epicuro, el derecho es solo un pacto de utilidad: y el Estado es el


efecto de un convenio, que los hombres podrían romper siempre que no encuentren
en tal unión la utilidad que se propusieron al concertarlo.
Se ve, pues, que el Estado de Epicuro se haya en una condición de anarquía
potencial. Si prescindimos de ciertos barruntos existentes en los sofistas, hayamos
aquí la primera formulación de la teoría del contrato social, que viene a contra
ponerse (en esta primera y tosca versión) a las doctrinas platónicas y aristotélicas,
que fundaban por el contrario el Estado sobre la naturaleza mismos del hombre. Ya
iremos viendo los sucesivos desarrollos de la teoría contractualita, en la edad media
y en la moderna.

Realizado por Iván Aguilar Fiallos

También podría gustarte