par del
o análisis
la exualidad de
r ribon extrae el
órico común que los
luntad de resistir al
mo imperante después de mayo
, más generalmente, de escapar de
edicions bellaterra
Diseño de la cubierta: Joaquín Monclús
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright,
bajo las sanciones establecidas en las leyes , la reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático,
y la distribución de ejemplares de ella med iante alquiler o présta mo públicos.
Impreso en España
Printed in Spain
ISBN: 978-84-7290-432-3
Depósito Legal: B. 50.017-2008
René Char
Índice
Uno 35
Dos 39
Tres 47
Cuatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Seis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Siete 79
Ocho 87
Nueve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
..
lntr ducción.
Por qué escapar del psicoanálisis
Por tanto, no se trata de una ciencia, sino de una ideología que de-
fiende valores conservadores negando la igualdad de derechos a unos
individuos, y fragilizando al mismo tiempo a unas familias y sus ni-
ños. Es decir, que hacen lo contrario de lo que dicen: no defienden a
los niños, como afirman en los periódicos, sino que fragilizan su am-
biente familiar. Lo único que buscan es «restablecer el orden: el or-
den masculino y heterosexual» ,13 negando así las vidas de unos indi-
viduos.
El psicoanálisis se ha vuelto prescriptivo de las normas de la so-
ciedad en vez de analizar lo que se produce en ella. 14 Es un pseudosa-
ber que pretende establecer normas en nombre de un interés superior
a la vida que eligen los individuos. Es un «dispositivo de conserva-
11. Ibídem.
12. Didier Eribon, «Le pacs de Lacan et Mounier», en Hérésies, ed . cit., pp. 2 11 -
212.
13. Didier Eribon, Une mora/e du minoritaire, ed. cit. , p. 264.
14. No es la única ciencia humana que se ha autoinstituido prescriptiva de las nor-
mas de la sociedad. Pensemos en la antropóloga Franyoise Héritier, que apeló a la
autoridad del antropólogo Claude Lévi-Strauss para darle peso a su argumento. Pero
Lévi-Strauss rechazó esa utilización ideológica de su obra, puesto que la antropología
no es una ciencia que prescriba normas para la sociedad , sino que las estudia simple-
mente. Eribon recuerda esa utilización ideológica de la obra de Claude Lévi-Strauss
en Échapper a la psychanalyse, ed. cit., p. 55.
20 _______________ _ _ _ Escapar del psicoanálisis
..
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ 21
lnl rrnJu • • 1 11
Un «sujeto» siempre es, pues, producido por el orden social que orga-
niza las «experiencias» de los individuos en un momento dado de la
historia. [ ... ]Un «sujeto» siempre es producido en y por la «subordi-
nación» a un orden, a unas reglas, normas, leyes . .. [ .. . ] los gays son
«sometidos» [assuj ettis] por el orden sexual. 22
Hay que transformar ese orden impuesto por el exterior, que cosifica,
en libertad producida por el sujeto mismo. La cosificación debe trans-
formarse en subjetivación para intentar salir del puesto inferiorizado
al que el orden sexual lo ha sometido.
29. Puro un nioyor d NOl'I' llo <l In «101(11'[1 r¡i,1 11•1 1h 1'011 •1 11 111 , 11111!110 u ldi r · ri -
hon , UtfJ/1• /1111,1',111r/111¡111w1/1111 k11v, •d , 11 1., 111111 ¡11!111111111 l111i111111 11111h , pfl , 4:'1 -48 .
Introducción _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 27
1. El coloquio tuvo lugar los días 22 y 23 de septiembre de 2003 , y los otros parti-
cipantes era n Judith Butler, George Chauncey, Michael Lucey, Joan Scott y Tyler
Stovall.
Pr I go _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ __ _ _ _ _ _ 31
2. Didier Eribon , Sur cet instantfragile. Carnets, janvier-aoút 2004, Fayard , París ,
2004 (hay trad. cast.: Por ese instante frágil. Reflexiones sobre el matrimonio homo-
sexual, traducción de Juan Vivanco Gefaell , Bellaterra, Barcelona, 2005).
32 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Escapar del psicoanálisis
1. Jacques Lacan, Le séminaire, libro IV, La relation d 'objet, 1956-1957, Seuil, Pa-
rís, 1994, p. 201 (hay trad. cast.: El seminario, libro IV, La relación de objeto, Paidós ,
40 _________ __________ Escapar del psicoanálisis
Así pues, no sólo hay que ser heterosexual, sino serlo según las re-
glas. No se puede ser más claro (y espero que no se me vaya a obje- ,
tar otra vez, como parece ser la costumbre en los discípulos de La-
can para salvar la palabra del maestro, que no es eso lo que dice, ya
que es evidente que es eso lo que dice, y además, no sólo lo dice,
sino que dice que es eso lo que dice, y dice que es eso lo que quiere
decir).
Después de haber subrayado que «el Edipo, en tanto que cami-
no de integración en la posición heterosexual típica, es mucho más
simple para la mujer» que para el hombre, Lacan explica:
En el caso del chico, la función del Edipo parece mucho más clara-
mente destinada a permitir la identificación del sujeto con su propio
Buenos Aires , 1995). La noción de «atipiciclacl» es central en los textos ele Lacan . Es-
taba desarrollada en su artículo de 1938 sobre los «Complejos fam iliares», en el que
es el carácter «atípico» ele ciertas parejas parentales (cuando la mad re «dicta la ley»
al padre, por ejemplo) que explica la homosexualidad ele los chicos, y, más general-
mente, la clesvirilización ele los hombres y ele la sociedad.
2. !bid., p. 203.
l)ldl ' r Erlbon _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ __ _ _ 41
3. !bid. , p. 204.
4. !bid., pp. 204-205.
5. !bid., p. 209. Véase también la p . 123.
6. /bid. Habría que citar tocia la página 209: no deja ninguna eluda sobre el «pensa-
miento» ele Lacan o, más exactamente , sobre su impensamiento.
42 __________________ Escapar del psicoanálisi
9. !bid., p. 341.
10. !bid., p. 342. Al suprimir tan simplemente el hecho de que Albertine sea una
mujer, Lacan extrae el lesbianismo del texto proustiano, para reducir la relación hete-
rosexual entre el narrador y Albertine a «la homosexualidad», es decir, a la relación
de dos hombres, y es por cierto notable que todo el análisis que va a proponer sólo se
aplica a describir el deseo del narrador, designado como «homosexual», pero nunca el
de la persona de la cual está enamorado, y que es, en este caso, una mujer, cuya vida,
aspiraciones, deseos ... parecen no revestir aquí ningún interés para Lacan. Esta ope-
ración de «transposición» parece necesaria para la codificación psicoanalítica, ya que
se trata de rebajar el texto literario sobre la vida del autor, y de hacer de una relación
novelesca heterosexual una relación «real» homosexual. Lo que equivale a introducir
la homosexualidad masculina ahí donde no está, suprimiendo la homosexualidad o la
bisexualidad femenina. Para una crítica de esta tradición de la «transposición» que
quiere hacer de Albertine un Albert travestido, véase Elisabeth Ladenson , Proust Les-
bianism, Cornell University Press, Ithaca, NY, 1999 .
11. !bid., p. 341.
llltl rlMhon ______________ _ _ _ _ _ _ __ 45
Res ulta extraño que los lacanianos (como los demás psicoanalistas)
puedan invocar incansablemente, contra la «identificación» colectiva
que produciría según ellos el movimiento gay y lesbiano que juzgan
nefasto, la universalidad del inconsciente, al mismo tiempo que la
irreductible singularidad del acceso de cada sujeto individual a su
«fantasma fundamental» o a su «goce», ya que, por otra parte, defi-
nen un «estilo» diferente de deseo que caracteriza colectivamente a
cierto número de individuos, lo que supone, a su vez, constituir a los
homosexuales como pertenecientes a una categoría distinta negándo-
les también la posibilidad de considerarse ellos mismos como tales
(es una categoría-objeto, es decir, una categoría que sólo puede estar
constituida bajo la mirada diagnostizante y patologizante de los psi-
coanalistas, pero a quienes esos mismos psicoanalistas deniegan el
derecho de acceder al estatuto de categoría-sujeto, que se afirmaría
ella misma como tal. Los «homosexuales» representan, pues, un
«ellos» que no sabría devenir «nosotros», incluso en la inestabilidad
y la movilidad proclamada de ese «nosotros»).
zar, ya que en este caso, como acabamos de verlo con Lacan, orde-
namos, por una parte, las relaciones que obedecen a las reglas est~-
blecidas y, por otra parte, las que conforman la disidencia, las que se
desvían de la norma, y que son definidas desde entonces como «per-
versas») . Admitir la diversidad puede también no significar otra cosa
que ... simplemente admitir la diversidad .
traso teórico, no es, por el contrario, lo que le permitió fundar una re-
flexión sobre la sexualidad, en particular en San Genet, mucho más-
libre y abierta, más moderna, que la de un Lacan atrapado para siem-
pre jamás en los marcos ideológicos - que han presidido su forma-
ción - de la psiquiatría de los años veinte. Pasando poco a poco, a lo
largo de los años, de la idea de «para sí», es decir, de libertad incon-
dicionada y de transparencia de la conciencia en sí misma, a la de «vi-
vido» y de libertad como superación de las estructuras sociales incor-
poradas - y uniéndose así el esfuerzo cumplido por psiquiatras o
sexólogos que intentaban innovar al aprehender la sexualidad como
una «experiencia» fundamental de la relación con el mundo, en la es-
tela de Ludwig Binswanger y de la psiquiatría existencial (de la cual
no nos extrañaremos que haya interesado e influenciado tanto al jo-
ven Foucault, en la época misma en la que Sartre emprendía afrontar
la obra de Genet) - , Sartre ponía los medios para pensar la homose-
xualidad como una forma particular del ser-en-el-mundo, o más bien
un conjunto complejo y movedizo de formas particulares del ser-en-
el-mundo.5
6. Ibídem.
7. !bid. , p. 30.
58 ________ __________ Escapar del psicoanálisis
8. /bid. , p. 32.
Didier Eribon - - - - - - - - - - - - -- - - - - - ~ - - 5 9
1. Sobre el amor en Freud y Lacan, véanse los dos últimos capítulos del libro de Jac-
ques Lebrun, Le pur amour, de Platon a Lacan, Seuil, París, 2002, pp. 289-340.
64 __________________ Escapar del psicoaná li sis
2. !bid., p. 219.
Didicr Eri bon - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - 65
3 . !bid., p. 33.
* RSI, en francés , suena igual que «hérésie», q ue significa «herejía». (N. del T.)
66 ________________ _ _ Escapar del psicoanálisis
5. Sobre «el Otro» como siendo necesariamente el otro sexo, véase Jacques Lacan,
Le séminaire, libro XX, Enca re , Seuil, col. «Points», p. 52: «El hombre, una mujer, no
son más que significantes . Es desde ahí, del decir como encarnación distinta del sexo ,
que toman su función . El Otro, en mi discurso, no puede ser entonces otra cosa que el
Otro sexo» (hay trad. cast.: El seminario , libro XX, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1982).
68 __________________ Escapar del psicoanálisis
las décadas de 1960 y 1980 (cita en particular los trabajos del ameri-
cano David Schneider). Sin embargo, por un lado, el proyecto de La-
can fue formulado mucho antes de que se hiciera estructuralista, y
que debe más a la ideología psiquiátrica de las décadas de 1920 y
1930 que a su giro lingüístico de la de 1950 que, si le permitió refor-
mular los términos de su pensamiento, no cambió el fondo, que ya es-
taba expuesto, de manera explícita, en su artículo de 1938. Y, por otro
lado, conviene insistir en el hecho de que los lacanianos han sosteni-
do sobre todos esos problemas discursos que en nada se distinguen,
excepto en algunas variaciones en el léxico utilizado, de aquellos sos-
tenidos por otras obediencias psicoanalíticas y en particular las me-
nos estructuralistas de entre ellas, y podemos decir que la corporación
analítica francesa -salvo algunas excepciones- ha demostrado un
atractivo ecumenismo en el militantismo homófobo. La cuestión de
saber si una antropología estructural es realmente incapaz de pensar
la alianza y el parentesco en unos términos que no invocarían la «di-
ferencia de los sexos» y la heterosexualidad como fundamento de la
familia me parece una cuestión totalmente diferente. Es notable que a
este respecto Claude Lévi-Strauss, cuyas Estructuras elementales del
parentesco (libro del cual se olvida demasiado a menudo que no se
refiere precisamente, como el título indica, a las sociedades con «es-
tructuras complejas», pero del cual olvidamos también que deja un si-
tio posible a la pareja homosexual en el interior mismo del modelo
que construye de la alianza) 6 han sido enarboladas a menudo como
una biblia por autores hostiles a las reivindicaciones gays y lesbianas,
que encontraban ahí un medio para evitarse tener que blandir la Bi-
blia, haya insistido en varias ocasiones en recusar de manera categó-
rica esa utilización política de su obra y en subrayar firmemente que
no veía muy bien cómo era posible invocar la antropología para pro-
nunciarse en los debates actuales de nuestras sociedades, en la medi-
da en que esta disciplina no tiene evidentemente la vocación de pres-
7. Para un discusión sobre el estructural ismo y sobre la manera en que Lacan y sus
herederos han transformado el modelo de Lévi-Strauss en dogmática paralizada y
autoritaria, véanse los artículos de Jeanne Favret-Saada, «La pensée-Lévi-Strauss»
y «On n'est jamais si bien trahi que par les siens», en ProChoix, n.º 13, enero-febrero
de 2000, pp. 15-18, y n.º 16 , noviembre-diciembre de 2000, pp. 31-33 . Para una refu-
tación de las lecturas y de las utilizaciones conservadoras de Lévi-Strauss, véase tam-
bién Patrice Maniglier, «L'humanisme interminable de Claude Lévi-Strauss», Les
Temps Modernes, n.º 609, junio-julio-agosto de 2000, pp. 216-241.
e1s
1. Sobre el anclaje cristiano del lacanismo, véase Markos Zafiropoulos, Lacan et les
sciences sociales. Le déclin du pere (1930-1953) , PUF, París , 2001 ; y, sobre todo , Mi-
chel Tort, Fin du dogme paternel, Aubier, París , 2005.
1 lui r ribon _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ 73
4. Véase Roland Barthes par Roland Barthes, en Oeuvres completes, t. IV, p. 643
(hay trad . cast.: Roland Barthes por Roland Barthes, Paidós, Barcelona, 2004): «La
Ley, la Doxa, la Ciencia no quieren comprender que la perversión , simplemente, hace
feliz: soy más sensib]e, más perceptivo , más locuaz, mejor distraído, y en ese más,
viene a colocarse la diferencia». Encontramos una misma alternancia de observacio-
nes análogas en los dos registros en Foucault.
1 ldi r llribon _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 75
Contra la arrogancia del concepto (y, por lo tanto, contra los saberes
que, en la época, son las manifestaciones más fragantes: marxismo y
7 . Monique Wittig, Le corps lesbien, Minuit, París, 1973, p. 130 (hay trad. cast.: El
cuerpo lesbiano, traducción de Nuria Pérez de Lara , Pre-Textos , Valencia, J 977).
Didier Eribon _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 77
4. !bid. , p. 210.
5. He analizado ampliamente ese recorrido de Foucault en la tercera parte de Ré.fle-
xions sur la question gay, Fayard , París, 1999.
6. «Es de la instancia del sexo que hay que emanciparse si, por un giro táctico de los
diversos mecanismos de la sexualidad, queremos destacar contra las tomas de poder,
los cuerpos, los placeres , los saberes en su multiplicidad y su posibilidad de resisten-
cia . Contra el dispositivo de la sexualidad, el punto de apoyo del contraataque no debe
ser el sexo-deseo, sino los cuerpos y los placeres» (Michel Foucault, La volonté de sa-
voir, ed. cit., p. 208).
82 - - - - - - - -- - - - - - - - - - - Escupar del psicoanáli is
9. Cf. las observaciones de Sabine Prokhoris, Le sexe prescrit, Aubier, París, 2000,
pp. 173 y SS.
1 lcli r ribon _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 85
mente que eran aún más enfermos que sus congéneres, pues rechaza-
ban someterse a la autoridad de la ciencia y de la verdad.'º
Para todos aquellos, entre los que me incluyo, que prefieren los
«placeres múltiples» a la cura con la cual les amenazaba el suegro de
Jacques-Alain Miller, aparece que, por el contrario, el punto de apo-
yo -ya sea el cuerpo sexualizado o Grecia y las artes de sí, o ambos
al mismo tiempo - es suficientemente fuerte y sólido por haber re-
sistido justamente, a lo largo del siglo XIX y del xx (de Pater y Sy-
monds a Foucault y Wittig, pasando por Wilde, Gide y tantos otros),
a todos los esfuerzos de los psiquiatras y de los psicoanalistas (al lado
de los sacerdotes, de la policía y de los tribunales) para hacer volver
por el recto camino a los desviados y los «perversos» que han sido y
que siguen siendo.
10 . El psiquiatra Westphal consideraba a Ulrichs como más enfermo que los «in-
vertidos» que se sometían a su juicio, ya que tenía la audacia de rechazarlo (Hubert
Kennedy, Ulrichs. The Lije and Work of Karl-Heinrich Ulrichs, Pioneer of the Mo-
dern Gay Movement, Alyson, Boston, 1988).
Ocho
sando que tenía que haber empezado por ella. El andrógino , en efec-
to, anula el binarismo de la diferencia de los sexos (Barthes apunta
sin duda alguna a los psicoanalistas de su tiempo cuando se burla con
ferocidad del horror que inspiraba a Zola la figura del «andrógino»,
del hombre «afeminado» y «decade_nte», que desvanece la polaridad
hombre-mujer y anula las leyes del «mundo dualista, maniqueo»). El
andrógino es «el hombre en el cual hay lo femenino, y la mujer en la
cual hay lo masculino». En resumen: el andrógino es lo neutro por ex-
celencia. Pues lo neutro, para él, no es el «no-ni», es más bien la mez-
cla, la dosificación, la complejidad (aunque, hay que subrayarlo, al
hablar de una «mezcla», o de una «dosificación» de lo masculino y de
lo femenino, queda, de alguna manera, prisionero de las categorías
de «masculino» y de «femenino», y del binarismo que pretende qui-
zá no deshacer, sino aligerar el peso). Lo neutro sería entonces, sim-
plemente, el rechazo a ser clasificado, asignado a, reducido a ... Es
«la huida elegante y discreta frente al dogmatismo», «la huida de la
generalidad por conductas inventivas , inesperadas», «el rechazo no
violento de la reducción». Podríamos definirlo, en última instancia,
como «la dulzura».
Eso es: neutro= dulce.
¿No es esta dulzura que se desprende de la sonrisa esbozada en
los labios de los personajes andróginos de Leonardo da Vinci, esas
«sonrisas-figuras en las que se anula la marca de la exclusión, de la
separación»? Así, concluye Barthes, «al gesto del paradigma, del
conflicto, del sentido arrogante, que sería la risa castradora, respon-
dería el gesto de lo Neutro: la sonrisa».
La dulzura del andrógino contra la arrogancia de los psicoana-
listas, su sonrisa contra su risa -y contra sus dogmas- dogmas tan
a menudo enunciados, lo he señalado , bajo la forma de risitas, de esas
risitas que traducen la certidumbre de estar en lo Verdadero, y de es-
tar en situación de superioridad sobre aquellos de los cuales habla-
mos, de tener influencia sobre ellos: habría que estudiar algún día con
más atención el rictus que ostentan permanentemente los psicoanalis-
tas, y que, con un cierto tono de voz , señala la forma más avanzada de
la certidumbre de sí, de la influencia que se otorgan sobre los demás,
1 ldier ribon _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ __ __ 89
1. Michel Foucault , «Le vrai sexe?», en Dits et écrits, t. IV, Gallimard, París, 1994,
pp. 115 - 118.
90 - - - - - -- - - - - - - - - - -- Escapa r del psicoa nálisis
1. Judith Butler, The Psychic Lije of Power. Theories in Subjection , Stanford Uni-
versity Press, 1997. Véase en particular la introducción y el capítulo 3 titulado «Sub-
jection, Resistance, Resignification . Between Freud and Foucault» (pp. 83-105).
2. Cf. Judith Butler, «The Lesbian Phallus and the Morphological Imaginary», en
Bodies that Matters. On the Discursive Limits of «Sex», Routledge , Nueva York y
Londres, 1993, pp. 57-91; Antigone's Claim. Kinship Between Lije and Death, Co-
lumbia University Press, Nueva York , 2000; «Is Kinship Always Already Heterose-
xual», en Undoing Gender, Routledge, Nueva York y Londres, 2004, pp. 102-130 .
Dldl r ílrlbon - - - - - - - - - - - - - -- - - - -- - 9
En todo caso , creo que tenemos que elegir: es Freud (Lacan) o Fou-
cault .
Es Foucault o el psicoanálisis .
1
9 788472 904323
www.ed-bellaterra .com
Didier Eribon, filósofo historiador d l
pensamiento, dirige con Fran\'.oise Gaspard,
el seminario de Sociología de las
Homosexualidades en la Facultad de Ciencias
Sociales de París, y es profesor en varias
universidades norteamericanas. Es asimismo
crítico de filosofía y de ciencias humanas de
la revista Le Nouvel Observateur. Autor de
una célebre biografía, Michel Foucault
(Flammarion, 1989), y de Michel Foucault
et ses contemporains (Fayard, 1994), cuenta
también con obras de suma importancia por
su contribución teórica a los diferentes
aspectos de las identidades gays y lesbianas
Identidades. Reflexiones sobre la cuestión gay
(Bellaterra, 2000), Une morale du minoritarie.
Variations sur un theme de lean Genet
(Fayard, 1994), Herejías. Ensayos sobre la
teoría de la sexualidad (Bellaterra, 2004).