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En realidad, desde antes de nacer ya podemos ser “oyentes” de historias. Se ha comprobado que las canciones y nanas
que las madres cantan a sus hijos antes de nacer tienen efectos tranquilizantes sobre los niños durante el período de
la lactancia.
La adquisición del lenguaje es un proceso paulatino que comienza entre los 10 y 30 meses de edad. En torno al año, el
niño comienza a poder realizar abstracciones mentales. Por ejemplo, es capaz de reconocer una fotografía de sus
padres o un dibujo de una cuchara sabiendo que representa la cuchara que él ya conoce. De este modo, comenzará a
interesarse primero por los libros de dibujos sencillos que representan figuras conocidas y después incluso
desconocidas.
A los tres años se produce la llamada “explosión del habla” y el vocabulario del niño comienza a incrementarse a una
gran velocidad. Es a partir de entonces y progresivamente que suelen comenzarse a identifican las letras y, a los cinco
años, que el niño ya sabe relacionar cada una de ellas con el sonido correspondiente.
Además de esta capacidad para interpretar los signos gráficos, hemos de añadir que a los cuatro años el niño siente la
necesidad de entender todo cuanto le rodea. “ ¿Qué es eso? ”, “ ¿Para qué? ” y “ ¿Por qué? ” son preguntas que no
pararán de repetirse a esta edad. De este modo, sumada la destreza mental a una curiosidad insaciable por aprender,
los niños suelen ser capaces de leer en voz alta con cierta soltura en torno a los seis años.
De cero a seis años: libros con muchas imágenes o dibujos, poco texto y pocas páginas (de cinco a treinta
dependiendo de edades).
De siete a nueve años: libros de aventuras, magia y misterio. Los dibujos serán bien recibidos aún en esta franja de
edad y, según el lector, podemos llegar hasta las cien páginas de extensión.
A partir de los diez años ya no hacen falta ilustraciones y se pueden leer tranquilamente libros de más de cien
páginas.
Los niños copian lo que ven. “Si tú lees, ellos leen”, que decía el eslogan de una campaña televisiva. Del mismo modo, es
importante que haya libros en casa para que los niños tengan acceso fácil a ellos.
Presenta el libro al niño como un juego, desde pequeño. Libros de peluche, de tela, de plástico para meter en la bañera,
desplegables... Si te paseas por cualquier tienda especializada verás la gran variedad que existe.
No sólo a los niños más pequeños y que aún no saben leer solos les ha de leer un adulto. La lectura compartida puede
ser un momento de relación padres-hijos muy especial y que sirva además para reforzar este vínculo. No
desaproveches las oportunidad, por ejemplo, cuando el niño se ponga enfermo.
Leer, al menos en casa, debería ser una diversión y no una obligación. Si un libro no le gusta al niño, no se lo hagas leer.
Es más, si en el colegio le obligan a leer alguno que se le “atraviesa”, léelo con él.
Deja que el niño juegue con el libro: poniendo voces mientras lee en voz alta, haciendo dibujos sobre la historia o
teatro... Incluso puede inventar él mismo un final alternativo para la historia (a partir de 6 años).
Cuando sea suficientemente grande, lleva al niño a las bibliotecas y las librerías para que conozca todos los rituales que
rodean a la lectura. Que vea que es él quien escoge (supervisado, por supuesto) entre una infinidad casi inagotable.
Además, en estos lugares el niño puede encontrar otras actividades relacionadas con la lectura: talleres infantiles,
cuentacuentos...
Cuando veas que un libro le ha gustado al niño, pídele que te lo explique. No sólo estarás ejercitando su memoria y
capacidad de síntesis sino que, además, le estás permitiendo compartir su entusiasmo y ésta es la mejor manera de que
crezca. Demuestra interés y hazle preguntas para ver qué opina de los personajes, del final...
Si conoces alguna historia interesante sobre el autor o sobre el libro, explícasela al niño. Contextualizar una historia
puede hacerla más interesante.
Desarrollar el interés y aprender a valorar el lenguaje escrito como elemento de comunicación entre
personas, en sus dos vertientes, leído y escrito.
Aumentar el vocabulario y mejorar la capacidad de expresión.
Desarrollar la comprensión de los textos escritos.
Fomentar la atención, observación y memoria auditiva y visual.
Desarrollar actitudes de autonomía y acercarse a la lectura como medio de aprendizaje y entretenimiento.
Acciones
Educar el oído; que reconozcan sonoramente cada letra, fonema, sílaba,…. avanzando en complejidad de
sonidos y pronunciación.
Fomentar la atención, observación, memoria auditiva- visual.
Lectura de cuentos en voz alta, por parte de la profesora.
Interpretación de imágenes.
Narración de historias a partir de imágenes.
Secuenciación de pequeñas historias o cuentos.
Creamos un cuento entre todos/as: “Había una vez…. “
Escenificación.
Insistir en la adecuada pronunciación de diferentes letras, sobre todo las vocales. Como estímulo se toma el
nombre de cada uno.
Insistir en la direccionalidad correcta.
Discriminar las diferentes vocales de una palabra. Reconocer su nombre entre otros nombres o palabras.
Lectura con libros de pictogramas.
Reconocimiento de letras mayúsculas y minúsculas.
Uso de la biblioteca de aula y de la escuela.
Narración de historias inventadas a partir de un dato.
Secuenciación de historias e imágenes a nivel espacial y temporal.
Insistir en la adecuada pronunciación de las palabras y frases.
Mejorar la coordinación viso-motora para realizar diferentes trazos.
Nivel Básica : NB1
Lectura en voz alta, del profesor a los alumnos. Lectura en el aula, todos juntos, por turno, y pequeños
resúmenes en el cuaderno.
Después de leído, elaboración de una ficha de lectura, con preguntas sobre lo leído.
Dramatización del Texto.
Relectura.
NB3 y 4
Lectura en clase de forma colectiva realizando diálogos, comentarios, cuaderno de actividades diversas con
descripciones, resúmenes, análisis de personajes, opinión crítica,
Lectura de libre elección de la Biblioteca de aula, del Centro y del listado de libros recomendados.
RECURSOS
INDICADORES DE EVALUACIÓN:
En el 1er ciclo :
Se realizarán fichas de comprensión lectora que se completarán después de leer los libros del aula.
Se realizarán actividades de lectura en voz alta, donde se evaluará tanto el ritmo como la entonación.
Se memorizarán y recitarán poemas, adivinanzas y trabalenguas.
Se realizarán dramatizaciones en el aula.
En el 2º ciclo :
Se realizarán Cuadernillos de animación a la lectura elaborados por los tutores, para trabajar la comprensión,
vocabulario, sintaxis, gramática, ortografía, …
Se prestará a los alumnos un libro de la biblioteca del aula a la semana y elaborarán una ficha de trabajo con
resumen, ilustraciones, opinión…
Estrategias de Lecturas a utilizar
1. ESCUCHAR LECTURAS
3. LECTURA EN CORO
Una forma de leer en voz alta es la lectura en coro, en la que los estudiantes leen juntos un mismo
texto.
Otra forma de lectura repetida y monitoreada es aquella en la que el profesor lee primero el
texto. Luego, los estudiantes van leyendo por turnos el texto
El buen leer y el buen contar se complementan con una segunda fase: la del dialogo, la conversación con niños
y adultos, la posibilidad de hacer buenas preguntas y encontrar respuestas en conjunto.
Este método de trabajo, esencialmente participativo, une a pequeños y grandes en una actividad cultural
donde desaparecen barreras de edad, jerarquías, intereses diversos, en función de un aprendizaje más
amable , cálido, y a la vez más eficiente, tanto para los que enseñan como para los que aprenden.
…la posibilidad de hacer buenas preguntas y encontrar respuestas en conjunto
1. Una verdadera conversación en torno a temas propuestos en nuestras salas de clases o espacios culturales,
genera una comunidad que nos abre el conocimiento de las personas para quienes trabajamos y de cuyas
palabras podemos aprender muchas cosas
2. La primera condición para que una conversación fluya es que, además de estar atentos a lo que el otro
expresa, lo acojamos desde nuestra interioridad, seriamente, sin descalificar, interrumpir ni apurarlo
mientras habla. Lo que sentimos se refleja en nuestro rostro y actitud, y hay que recordar que el estudiante
es muy sensible para captar si nuestras palabras vienen de lo hondo, o son simples frases vanas.
3. El acoger de verdad supone un previo trabajo de nuestra interioridad, una introspección que nos permita
comprender si al oír somos capaces de dejar a un lado nuestros pensamientos y modo de ver las cosas,
adecuando nuestro ritmo al del alumno que está en un proceso de aprendizaje.
A raíz de un tema sobre el cual quiera trabajar con los estudiantes, inicie la conversación con frases muy
sencillas que puedan dar lugar a provechosas conversaciones de grupo. Es importante seleccionar temas
interesantes y relevantes para los alumnos, para generar esa buena conversación.
Les propongo iniciar nuestro diálogo escuchando las impresiones que han dejado en ustedes los textos
trabajados.
Escuchemos ahora las opiniones que han nacido de esta lectura.
Hay una gran diferencia entre el concepto ‘impresión’ y el ‘concepto opinión’. Las impresiones están muy
ligadas a nuestro mundo emocional :’me gustó’, ‘no me gusto’, ‘me intereso saber más’ , ‘me conmovió’, ‘me dio
rabia’, etc.
Pertenecen a lo que podemos denominar el gusto por algo. Opinar es discurrir, pensar sobre algo con
fundamentos.
En un grupo, a medida que las personas comiencen a expresarse (lo cual no se logra en un primer intento), irán
naciendo las opiniones, y éstas pueden ser muy diversas.
Escuchemos con mucha atención las opiniones del grupo, dejando de lado nuestro modo de pensar, de ver el
mundo.
Sólo abriéndonos a las opiniones de los otros, buscando comprenderlas, podremos crear un debate serio y
riguroso.
Del mismo modo en que fuimos complacientes al escuchar las impresiones del grupo, ahora debemos pedirle,
con dulce severidad, que las opiniones sean fundamentadas con argumentos sólidos, confrontados con los
textos que estudiamos .
PLANIFIQUE
Es importante que hagamos buenas preguntas que fomenten la participación de los niños y niñas.
Explícitas: Orientadas a extraer información literal del texto (¿Qué problema tuvo el protagonista? ¿Qué
pasa en esta imagen?
Implícitas: Buscan extraer información literal del texto (¿Cómo crees que se siente el protagonista?).
Valorativas o críticas: Buscan adoptar una postura frente al texto (¿Qué te parece la reacción del
personaje?)
Creativas: Pretenden motivar a que se cree algo nuevo a partir de lo leído (¿Qué le agregarías al texto o a la
ilustración?)
Utilizar una estrategia de lectura diariamente los primeros 15 minutos de cada día
*Este calendario sufrirá modificaciones puesto que se intercalará actividades matemáticas.
Escuchar lecturas Lectura minitoreada Lectura en coro Lectura individual Lectura silenciosa
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