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ECOLOGÍA

La ecología es la rama de la biología que estudia las interacciones de los seres


vivos con su medio.

Entendemos que la ecología, desde un punto de vista fenomenológico, aborda


el problema de la relación de los seres humanos con el planeta desde una
visión holística e integral. La ecología cuestiona un modelo de desarrollo
basado en el crecimiento desmesurado y analiza cada factor que interviene en
esa relación Hombre-Tierra. Para ello utiliza herramientas como el análisis del
ciclo de vida (ACV) donde se determinan las categorías de impacto en el medio
ambiente o eco-indicadores. Por otro lado, el concepto sostenibilidad, término
de vida reciente y ambigüedad amplia, mantiene la idea de continuar con el
modelo de desarrollo establecido, satisfaciendo las necesidades creadas sin
condenar a futuras generaciones: una ecuación sin solución.

El Ecómetro busca la relación óptima entre el edificio, la ciudad y el entorno


participando del concepto de ecología en la medida que cada entorno socio-
económico lo permita.

SE OCUPA

Del estudio científico de las interrelaciones entre los organismos y sus


ambientes, y por tanto de los factores físicos y biológicos que influyen en estas
relaciones y son influidos por ellas. Pero las relaciones entre los organismos y
sus ambientes no son sino el resultado de la selección natural, de lo cual se
desprende que todos los fenómenos ecológicos tienen una explicación
evolutiva.

A lo largo de los más de 3000 millones de años de evolución, la competencia,


engendrada por la reproducción y los recursos naturales limitados, ha
producido diferentes modos de vida que han minimizado la lucha por el
alimento, el espacio vital, el cobijo y la pareja.

También podemos definir el término ECOLOGÍA como el estudio de las


relaciones mutuas de los organismos con su medio ambiente físico y biótico.
Este término está ahora mucho más en la conciencia del público porque los
seres humanos comienzan a percatarse de algunas malas prácticas ecológicas
de la humanidad en el pasado y en la actualidad. Es importante que todos
conozcamos y apreciemos los principios de este aspecto de la biología, para
que podamos formarnos una opinión inteligente sobre temas como
contaminación con insecticidas, detergentes, mercurio, eliminación de
desechos, presas para generación de energía eléctrica, y sus defectos sobre la
humanidad, sobre la civilización humana y sobre el mundo en que vivimos.

SIGNIFICADO ETIMOLÓGICO

La voz griega oikos significa "casa" o "lugar para vivir", y ecología (oikos logos)
es literalmente el estudio de organismos "en su hogar", en su medio ambiente
nativo.

El término fue propuesto por el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1869, pero
muchos de los conceptos de ecología son anteriores al término en un siglo o
más. La ecología se ocupa de la biología de grupos de organismos y sus
relaciones con el medio ambiente.

El término autoecología se refiere a estudios de organismos individuales, o de


poblaciones de especies aisladas, y sus relaciones con el medio ambiente.

El término contrastante, sinecología, designa estudios de grupos de


organismos asociados formando una unidad funcional del medio ambiente. Los
grupos de organismos pueden estar asociados a tres niveles de organización:
poblaciones, comunidades y ecosistemas.

En el uso ecológico, una población es un grupo de individuos de cualquier


clase de organismo, un grupo de individuos de una sola especie. Una
comunidad en el sentido ecológico, una comunidad biótica comprende todas
las poblaciones que ocupan un área física definida. La comunidad, junto con el
medio ambiente físico no viviente comprende un ecosistema. Así, la
sinecología se interesa por las numerosas relaciones entre comunidades y
ecosistemas.
ECOLOGÍA ES UNA CIENCIA NUEVA

Los seres humanos estudiaron ecología y aplicaron sus conocimientos


ecológicos desde la más remota antigüedad. Los pueblos prehistóricos debían
saber algo de la ecología del trigo y del maíz para que pudieran cultivarlos y
obtener buenas cosechas.

Teofrasto, antiguo botánico griego, suele ser llamado el “primer ecólogo


verdadero” porque fue el primero que escribió acerca de las plantas en función
de su hábitat, es decir, del lugar donde viven, como el bosque o el pantano. Los
indios de las planicies norteamericanas sabían mucho de la ecología del
bisonte, del cual depende su existencia.

Hoy día utilizamos a menudo conocimientos ecológicos sin siquiera saberlo;


por ejemplo, cuando queremos tener una extensión de tierra cubierta de
césped en un lugar sombrío plantamos semillas de una clase de césped que
crece bien a la sombra.

Sin embargo, la mayoría de la gente no piensa en términos ecológicos.

Cuando vemos un pájaro o una flor silvestre, lo primero que preguntamos es:
“Qué clase de pájaro o de flor es?” Casi todo el mundo se contenta con
conocer los nombres de algunos de los organismos vivientes que encuentra en
la naturaleza que lo rodea. Quizás usted sea el tipo de persona que se interesa
por indagar algo más y pregunta: “Qué hace?” Acaso quiera conocer el papel
del organismo en su medio, y cómo afecta a otros organismos y es afectado, a
su vez, por ellos. Los ecólogos se interesan por los mismos problemas.

Aunque el hombre utiliza conocimientos ecológicos desde hace miles de años,


la ecología es una de las ciencias más nuevas. Durante muchos siglos, los
científicos centraron sus esfuerzos en establecer la nomenclatura de los
animales y vegetales que descubrían y en describir los especimenes muertos
que coleccionaban. Gradualmente, a medida que resultaba más fácil responder
al interrogante “Qué es?”, empezaron a estudiar los efectos del medio sobre los
organismos vivos.

Durante el siglo XIX, por ejemplo, los hombres de ciencia investigaron los
efectos de la duración del día sobre la migración de las aves y la influencia de
la humedad sobre el desarrollo de los insectos. Se publicaron centenares de
libros acerca del comportamiento animal y de la distribución de los animales y
vegetales sobre la superficie del planeta.

Empero, el interés se centraba en los organismos individuales. Sin embargo, en


las postrimerías del siglo XIX y comienzos del siglo XX los científicos
empezaron a estudiar ecología puede ayudarnos a aprender las “reglas de la
naturaleza” de las que depende nuestra supervivencia.

Los seres recurren cada vez más a la ecología y a los ecólogos en busca de
consejo e información acerca de la manera de convivir junto a la naturaleza, sin
destruir nuestro vivificante entorno. Pero muchas veces no hay respuestas o
éstas sólo son parciales

La ecología es una ciencia


nueva y los ecólogos saben muy
poco acerca de la mayoría de
las partes de nuestro planeta
especialmente los trópicos y los
océanos. Algunos de los
principios ecológicos aceptados
durante muchos años ahora son
cuestionados y sufren profundos
cambios.
EJEMPLO

A veces, una especie animal o vegetal depende tanto del ambiente en el que
vive que no podría existir fuera de ese lugar.Por ejemplo, los koalas
australianos únicamente comen hojas de una especie de eucalipto rojo que se
encuentra en algunas partes de ese continente. Como no comen otra cosa y
los eucaliptos rojos crecen nada más que en Australia, los koalas no pueden
vivir sino allí. Así, la naturaleza es como una gran cadena , formada por
muchísimos eslabones.

Y si uno de esos eslabones se rompe, es el equilibrio en el que viven las


distintas especies el que se está rompiendo. -Por ejemplo, con el avance de la
agricultura algunas aves llegaron a convertirse en una plaga en muchas partes
del mundo. Fue el caso, hace unos quince años, de los gorriones en Marruecos
y es el caso de las palomas en Inglaterra o en la provincia de Córdoba, en la
Argentina.

En este último lugar había monte y pastizales, que eran el medio natural en el
que vivían estas aves. Pero, al talarse gran parte del monte y desaparecer los
pastizales para poder cultivar, las palomas quedaron viviendo en lugares muy
reducidos y con el nuevo alimento —los granos— a poca distancia, juntándose
en bandadas para ir en su busca.

Lamentablemente, la acción del hombre, que provoca que el equilibrio se


rompa, trae consecuencias gravísimas. Eso ocurrió hace algunos años en
Brasil, cuando se pensó que la inmensa selva amazónica podría utilizarse
como zona de cultivo. Se talaron miles y miles de árboles, uno tras otro. Hasta
que pudieron realizarse las primeras pruebas.

Sin embargo, el experimento no resultó, porque el suelo —bajo la primera capa


de desechos orgánicos formada por las hojas en descomposición— no era
fértil. Y además de no poder cultivar, el hombre comprobó otra cosa: había
destruido un sector importante de una gran reserva natural que hace las veces
de “pulmón” del continente, ya que los árboles liberan oxígeno. Y se produjeron
cambios climáticos en otras zonas del sur de América porque una parte de la
selva amazónica ya no existía. Así ocurre que el hombre, a veces, por tratar de
obtener un beneficio económico, destruye la naturaleza y termina
destruyéndose a sí mismo.

La contaminación: el agua y el aire en peligro

Hay otros casos en que la falta de responsabilidad de los seres humanos es


todavía mayor: eso ocurre, por ejemplo, cuando se utiliza un río para arrojar
residuos industriales o sustancias químicas, porque se contaminan las aguas.
Entonces, los peces que viven en ese río mueren. Y es mayor el trabajo que
tienen que hacer las bacterias para poder descomponer la inmensa cantidad de
peces muertos por intoxicación.

Eso hace que la población de bacterias aumente y consuma el oxígeno del


agua. Por fin, estas bacterias también terminan por morir. Entonces les toca el
turno a otras bacterias, que no necesitan oxígeno y se comen a las anteriores,
pero que son, al mismo tiempo, causantes de muchas enfermedades. También
el aire se contamina con el humo que arrojan las chimeneas de las fábricas o
los caños de escape de los vehículos.

Sin embargo, en la actualidad, una ciencia —la ecología— ha empezado a


despertar el interés de muchas personas y, afortunadamente, cada vez son
más las que comprenden que el desequilibrio de un ecosistema puede tener
consecuencias a veces irremediables y que contribuir al equilibrio es f una
manera de ayudar a que la vida sobre la Tierra siga siendo posible.
CONCEPTOS BÁSICOS DE LA ECOLOGÍA:

COMPONENTES BIÓTICOS:

Es el conjunto de seres vivos (animales y vegetales) que viven en un lugar


común, formando parte de un ecosistema. Cuando un conjunto de estos seres
vivos influye sobre otro (ya sean animales o plantas) se dice que han
intervenido componentes bióticos (biótico viene del griego bios: vida). Por
ejemplo, una determinada clase de maleza que creciera arrasando y haciendo
desaparecer otro tipo de vegetación, o aves que exterminaran a cierta clase de
peces.

Pero también los componentes bióticos pueden actuar sobre el suelo. Un


ejemplo lo constituyen los organismos que carcomen las rocas y forman el
suelo. (A las componentes bióticos se los llama también BIOCENOSIS o
COMUNIDAD BIOLÓGICA.)

Abiótico es una palabra que proviene del griego (a es una partícula negativa y
faíos significa vida). Por lo tanto, son componentes abióticos aquéllos que “no
tienen vida”; en otras palabras, son los factores físicos que influyen sobre los
seres vivos. Son componentes abióticos la temperatura, los vientos, la
humedad, el calor, el fuego, la presión atmosférica y las precipitaciones. Si los
componentes abióticos cambian, los organismos pueden adaptarse, emigrar o
morir.

La ecología es la ciencia que estudia las relaciones que existen entre los seres
vivos, vegetales y animales y el medio o ambiente (suelo, temperatura, lluvias,
presión, humedad, etc.) en el que éstos se desarrollan. La ecología forma parte
de las Ciencias Biológicas.
ECOSISTEMA: Es el conjunto formado por la biocenosis y los factores
abióticos que actúan sobre ella. Un bosque, un lago, son ejemplos. Los
organismos encuentran en el ecosistema, del que forman parte, todos los
elementos necesarios para cumplir su ciclo biológico (nacimiento, desarrollo,
reproducción y muerte). En los ecosistemas hay una estrecha relación entre
todos sus componentes: los animales dependen de las plantas o de otros
animales, las plantas del suelo y ambos de los factores físicos.

POBLACIÓN: El conjunto de animales o vegetales de la misma especie que se


desarrolla en un lugar determinado recibe el nombre de población. A veces
también se habla de población cuando los individuos considerados pertenecen
al mismo grupo zoológico (por ejemplo, los mamíferos de determinada región).

COMUNIDAD: Una comunidad biótica (también llamada BIOCENOSIS) es el


conjunto de seres vivos (animales y vegetales) que conviven en un lugar
interrelacionándose. En el desierto, por ejemplo, la comunidad de vida o
biocenosis está formada por animales y plantas que resisten sequías extremas.
En una laguna, en cambio, la comunidad biótica está formada por plantas
acuáticas, peces, algas, caracoles, etc.

AMBIENTE: Es el conjunto de los componentes bióticos (seres vivos,


vegetales o animales) y de los componentes abióticos (luz, aire, temperatura,
humedad, etc.) potencialmente capaces de influir sobre un organismo. Es decir
que el ambiente es todo lo que nos rodea.

BIOTOPO: Es el lugar/espacio o territorio donde vive se desarrolla y se


interrelaciona una comunidad de vida.

Puede ser tan grande como el océano o tan pequeño como una gota de agua,
todo depende del organismo para quien el océano o la gota de agua constituya
su biotopo. Por ejemplo, el Biotopo de una ballena es el océano, y una gota de
agua puede ser el biotopo de algas y bacterias.

HABITAT: Es el lugar o espacio donde vive/ se desarrolla, se reproduce y


muere naturalmente un ser vivo. Podríamos decir que el habitat es su casa.
Puede ser tan grande como el desierto del Sahara o tan pequeño como el
intestino de un mamífero; todo depende del individuo para quien el desierto o el
intestino sean su habitat. En un mismo habitat pueden vivir más de un animal o
planta. Son ejemplos de habitat una laguna, un bosque, el mar, la corteza de
un árbol, una roca, la sangre o la piel de los animales o del hombre, etc.

POBLACIÓN DOMINANTE: Las poblaciones dominantes son aquellas


especies con mayor número de individuos. Por ejemplo, en un bosque de
“roble-nogal” son las especies de roble y de nogal las dominantes. En un lago,
puede ser la trucha la especie dominante, aunque existan otros peces, y esto
es porque tiene la población con mayor número de individuos.
El ECÓLOGO estudia problemas como quién vive a la sombra de quién, quién
devora a quién, quién desempeña un papel en la propagación y dispersión de
quién, y cómo fluye la energía de un individuo al siguiente en una cadena
alimenticia. El ecólogo trata de definir y analizar aquellas características de las
poblaciones distintas de las características de individuos y los factores que
determinan la agrupación de poblaciones en comunidades.

LA MISIÓN DEL ECÓLOGO

Tanto en el medio rural como en el urbano son muchas las tareas que debe
llevar a cabo el ecólogo en el presente. Su misión fundamental, desde el punto
de vista práctico, puede resumirse en una sóla palabra: prevenir. Cualquier
acción irracional que se produzca en el medio biológico trae como
consecuencia verdaderas reacciones en cadena. El consejo del ecólogo debe
llegar antes y no después, porque una vez iniciado el proceso destructivo del
ambiente resulta muy difícil detenerlo. La segunda misión del ecólogo es
conservar, que no sólo implica evitar la destrucción sino favorecer, a veces
artificialmente, a las poblaciones cuya existencia peligra.

Los biomas o zonas de vida

El bioma es una zona de vida dentro del globo terrestre o más precisamente un
tipo principal de hábitat en el que la vegetación dominante comprende algunos
tipos característicos que reflejan las tolerancias del ambiente y a la que se
vinculan determinadas comunidades animales.

Es lógico que encontremos biomas acuáticos y continentales. Los primeros


podrán subdividirse a su vez en lacustres o palustres (correspondientes a las
lagunas y lagos), fluviales (ríos) y marinos (mares y océanos). En tierra firme
podemos reconocer biomas específicos al bosque, la tundra, el desierto, la
pradera, la estepa y la selva. La biogeografía es una ciencia de síntesis,
derivada de la geografía y vinculada estrechamente a la biología, que intenta
describir y explicar la distribución de los seres animados en la Tierra. Aunque la
comunidad biológica es indivisible, se ha subdividido el campo de esta ciencia
en dos grandes ramas: fitogeografía, que trata sobre la distribución de los
vegetales, y zoogeografía, de los animales. Decimos que esta disciplina es
sintética porque parte de datos analíticos que le brindan otras especialidades,
tales como la botánica, la ecología, la zoología, la geografía física, la
edafología y la climatología. A partir de este gran cúmulo de información se
hace indispensable el rescate, entre los casos particulares, de las leyes básicas
de la distribución biológica.

Existen distintos tipos de biomas, tanto terrestres como acuáticos. Entre los
biomas terrestres podemos distinguir: la tundra, la taiga, el bosque templado, la
pradera, el bosque esclerófilo, el desierto y el bosque tropical lluvioso.

¿ARQUITECTURA Y ECOLOGÍA?

La relación entre la arquitectura y la ecología no es algo nuevo ni disparatado,


de hecho el concepto mismo de arquitectura lleva implícito a la ecología, sólo
que tal vez no se le ha nombrado de esa manera propiamente. Pero la
arquitectura como medio de proveer un refugio habitable para el hombre,
implica mantener una buena relación, incluso simbiótica, con la naturaleza. Sin
embargo esta forma de pensamiento dentro de la arquitectura se ha venido
olvidando en lás últimas décadas, sobre todo por el advenimiento del
racionalismo y las últimas vanguardias, pero que está resurgiendo en la época
actual como una necesidad debido a los cambios climáticos que están
operando. El ser humano se está viendo en la necesidad de repensar o
redescubrir su relación con el medio, y le corresponde a la arquitectura
recuperar su concepción inicial de ser ecológica.

La ecología no tiene que ser incomprendida ni abstracta dentro de la


arquitectura, simplemente es parte de la realidad constructiva, una adecuación
natural a lo artificial y una relación con lo natural. La arquitectura debe
adaptarse a cualquier medio, tal como un ser vivo, porque finalmente es el
espacio vital del ser humano. La ecología debe ser parte de la enseñanza
técnica del arquitecto y muy importante, pues es ya parte de los movimientos
postmodernistas arquitectónicos.

Lo que actualmente llamamos arquitectura orgánica, una arquitectura adaptada


al medio, no tiene que ser necesariamente una arquitectura que imite a la
naturaleza en su aspecto formal, porque tal vez pueda mimetizarse de esta
manera y no ser realmente ecológica o amable con la naturaleza. Pongamos
de ejemplo al arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright quien logró
concebir una arquitectura orgánica simple, siendo su obra cumbre "La casa de
las cascada", en la que coloca en la colina de una roca, una gran vivienda de
dos plantas, que se mantiene en contacto con la naturaleza a través del uso de
cristales y balcones, que permiten a su vez admirar la naturaleza del entorno,
al tiempo que respeta el curso natural de un río y se adapta a él, pasando este
por debajo de la casa. Este es un ejemplo simple y contundente, tal vez no el
mejor, ya que desde Wright a la actualidad se ha desarrollado esta forma de
concebir la arquitectura orgánica.

En la actualidad escuchamos frecuentemente el uso a discreción del término


sustentable o sostenible, la arquitectura no es la excepción, y creo que es en
donde más se utiliza, pero debemos comprender realmente las dimensiones
significativas del término para entender de qué se está hablando.

De ello hablaré en otro post. Presento alguna de las condiciones que debe
cumplir una arquitectura ecológica, varios de los puntos están tratados ya en
post. Anteriores:

• Atender a las necesidades del usuario.

• Tomar en cuenta el "genius loci", es decir el espíritu del lugar, ello


implica el entorno y contexto, cuestiones climáticas y de localización.

• Ahorro energético.

• Uso de energía renovable.

• Ahorro de agua.
• Construir conforme a las normas de calidad y reglamentación aplicable.

• Procurar el uso de materiales obtenidos localmente.

• Utilizar materiales ecológicos en mayor medida, reciclables o reciclados.

• Gestionar ecológicamente los desechos.

Si bien no siempre es fácil implementar todo esto dentro de una obra


arquitectónica y mucho menos puede ser de uso generalizado, debemos de
empezar a implementarlo poco a poco, de modo que su uso venga a ser una
necesidad, despertar la sensibilidad hacia la naturaleza. Mucho se debate en la
actualidad sobre el calentamiento global y sus consecuencias, pero al
arquitecto le corresponde procurar el bienestar y el confort de los usuarios de
sus obras, y no sólo de ellos, sino el bien estar de la naturaleza. La arquitectura
ya no debe ser sólo para el hombre, la arquitectura debe ser un refugio hecho
de naturaleza.

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