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por las diócesis FAJARDO-HUMACAO

22 :ev 17 al 23 de abril de 2011

La Pascua es el paso de la esclavitud a la liberación, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, dijo el Obispo Eusebio.

S.E.R. MONS. Eusebio Ramos Morales nuevos, reconciliados en el amor y fortalecidos en la misión. su configuración con Cristo en su Misterio Pascual. Todos
Obispo Fajardo-Humacao Al proponer nuestro lema, “Al Encuentro con el Resucitado”, renacemos a la vida, al amor, la paz, pero también a la mi-
lo hicimos en sintonía con el Plan de Pastoral que pron- sión: “Vayan y hagan discípulos a todas las gentes bautizán-
to promulgaremos. Encontrarnos con Jesús es nuestra gran dolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
Iniciamos nuestro caminar cuaresmal con una llamada: tarea y nuestra mayor felicidad. Para los cristianos, ese en- y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado”
“encontrarnos con el Resucitado”. Llamada que requería cuentro tiene que ser revivido y fortalecido continuamente. (Mt. 28, 19-20.) De aquí, brota nuestro discipulado misio-
una agenda, decisiones, acciones y opciones. Ya estamos Para los que acogimos la llamada diocesana, encontrarnos nero.
cerca de la Pascua: la “Hora” ha llegado. con Jesús es necesario para recrear nuestras vidas y llenarlas Los que celebramos la Pascua de Jesús, creemos en la
de fe, de esperanza y de alegría. Necesitamos de hombres vida y valoramos la dignidad humana. En todo ser humano
Celebramos la Pascua de Jesús, pero también la Pas-
y mujeres convertidos de corazón, con mentalidades nuevas hay semillas del Verbo encarnado, muerto y resucitado. Por
cua de la Iglesia, la Pascua del Cristiano. Es el paso de la
y dispuestos a trabajar con verdadero espíritu de sacri- eso, nuestro compromiso es con la vida de toda persona y
esclavitud a la liberación, de la oscuridad a la luz, de la
ficio y de entrega fiel en esta diócesis misionera. Levantar en toda su integridad. Construir una Iglesia servidora de
muerte a la vida. Jesús, habiendo terminado su paso por el
esta Diócesis en el Oriente de Puerto Rico requiere de un vida es encomienda de todos. Unir corazones y voluntades
mundo, después de mostrarnos el amor salvífico del Padre
gran convencimiento de fe y de una gran identidad eclesial: en un esfuerzo misionero es sumamente necesario en una
en su Persona, de proclamar su Reino, abraza la Cruz reden-
somos seguidores de Jesús y estamos llamados a ser discí- Iglesia promotora y servidora de la vida, pero sólo es posi-
tora. “Pasa” de este mundo terreno y regresa victorioso a
pulos misioneros. ble con el encuentro con Cristo Resucitado. Vivamos para
la Casa del Padre, no sin antes, derramar su Espíritu sobre
los apóstoles y enviarlos a proclamar la Buena Nueva de su Para renacer como discípulos es que celebramos la Pas- la Pascua como la vivió nuestro Beato Carlos Manuel Rodrí-
Evangelio a todos los hombres. Desde entonces, la Iglesia cua: los Pastores reafirmamos nuestra misión y renovamos guez y celebremos la Vida Nueva que brota de la Resurrec-
celebra la Pascua. nuestro “sí” a la vocación, al ministerio, a la consagra- ción de Jesús, nuestro Señor.
ción. El Pueblo de Dios renueva su compromiso bautismal,
Con la preparación cuaresmal, deben brotar corazones

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