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Ollero Calzada Arely Nicoll

Reflexiones sobre la intervención del Trabajador Social en el


contexto educativo
La labor del Trabajador Social en el campo educativo tiene muy poco reconocimiento, debido a
que existe confusión respecto a las funciones que se realizan en los centros escolares, así mismo,
se carece de una definición normativa que aclare la intervención de Trabajo Social en este
ámbito. Su fundamentación teórica, según la Federación Internacional de Trabajadores Sociales
(F.I.T.S.) afirma que el medio escolar es el primero donde se pueden detectar problemas
sociales, se considera como uno de los pilares de prevención ya que facilita una intervención
temprana para modificar la situación que influye negativamente. En el contexto educativo, el
niño se integra en los subsistemas: escuela, grupo-clase y familia, en las cuales se establecen
relaciones e interacciones que determinarán el papel que el niño desempeñe. En este sentido,
cuando alguno de estos medios es deficiente o disfuncional, y llega a generar problemas en el
estudiante, se justifica nuestra intervención profesional. El Trabajo Social Escolar, entonces se
define como la ayuda técnica que establece y fortalece las relaciones entre el medio escolar,
familiar y comunitario, la integración escolar y social de los niños que tienen dificultades de
adaptación al contexto educativo y la intervención sobre los obstáculos que impiden el
desarrollo integral del menor.
Por otra parte, la fundamentación legislativa se basa sobre la Convención de los Derechos del
Niño, documento que reconoce el derecho a la educación, a fin de que se pueda ejercer
progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades. La actuación de los
trabajadores sociales en el ámbito escolar se contextualiza en la Ley Orgánica 1/1990, en la
que se señala que “el objetivo fundamental de la educación es el de proporcionar a los niños y
niñas, a los jóvenes, una formación plena que les permita conformar su propia y esencial
identidad”. Esta formación debe dirigirse al desarrollo de la capacidad crítica la sociedad, la
libertad, la tolerancia y la solidaridad. Además, ordena que en el proceso de su aplicación las
administraciones educativas crearán servicios especializados de orientación educativa,
psicopedagógica y profesional que atiendan a los centros que impartan enseñanzas. De esta
manera, el Decreto 13/1994, del Gobierno Valenciano, define estos servicios como “equipos
integrados por distintos profesionales que se constituyen para favorecer el ejercicio de
funciones especializadas de orientación, evaluación e intervención educativa y, en general, de
apoyo al sistema escolar en sus distintos niveles educativos y su vinculación al mundo del
trabajo”. Y en referencia a la composición de estos equipos, establece que "los profesionales
que compondrán los servicios psicopedagógicos escolares podrán ser Trabajadores sociales”.
Siendo sus funciones prioritarias las siguientes:
a) Asesorar a la comunidad educativa sobre aspectos familiares y sociales, y sobre los recursos
socioeducativos.
b) Realizar la valoración sociofamiliar de los casos detectados, elaborando la propuesta de
intervención socioeducativa o derivándolo hacia el recurso pertinente, con el posterior
seguimiento del caso.
c) Participar en el desarrollo de programas de orientación escolar o profesional y en
programas formativos para padres y madres.
Mientras las funciones específicas que se establecen son:
a) Participar en la elaboración y desarrollo de programas de prevención y detección dirigidos a
la comunidad educativa.
b) Asesorar al profesorado en la elaboración, seguimiento y evaluación de los programas de
acción tutorial y en la atención a la diversidad.
c) Participar en la elaboración de actividades de orientación educativa y sociolaboral.
d) Colaborar con los distintos órganos de representación del centro, según necesidades.
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e) Asesorar a las familias y participar en el desarrollo de programas formativos de padres y
madres de alumnos.
f) Elaborar documentos y materiales propios de la intervención socioeducativa.

Del mismo modo, se describen algunas consideraciones previas a la intervención con relación a
los modelos. Se apuesta por el modelo ecológico – sistémico, como modelo integrado e integral,
en el cual se trabaja a nivel familiar- comunitario constantemente, y que considera las
interrelaciones del menor como miembro de una familia y como escolar. El modelo de
investigación-acción es un método de trabajo por el que un grupo de profesionales, conscientes
de unas necesidades, realizan un proceso de cambio para satisfacerlas, e implica una actuación
profesional de los miembros del equipo diferenciada, basándose en los distintos roles
profesionales y en su área de competencias. Un tercer aspecto a considerar, es que se debe
transformar nuestro esquema tradicional de intervención, por un modelo de intervención por
programas. El cual debe partir de un análisis de las demandas de la comunidad educativa y, a
partir de ahí, elaborar un plan de actuación que se organizará en diferentes programas. Este
proceso de transición hacia un modelo de actuación por programas, supone un cambio de
actitud personal y profesional del trabajador social, e intenta superar las intervenciones de tipo
individualizado para dar paso a una concepción más globalizadora e integradora.
Intentar delimitar las líneas de intervención que pueden realizar los trabajadores sociales en el
ámbito educativo es un objetivo un tanto utópico por varios motivos
1. Cada trabajador social realiza su intervención dentro de un contexto determinado, que
delimita su intervención profesional, por lo tanto, no debemos coger un programa y aplicarlo
sin haber valorado previamente su adecuación a nuestra realidad concreta. Habrá que tener
en cuenta una serie de aspectos como la necesidad del programa, características de los
usuarios, recursos y medios con los que se cuenta, etc.
2. Cada profesional, desarrolla su trabajo desde una perspectiva y puede delimitar su actuación
desde un modelo o con la utilización de una determinada metodología.
3. La constante adaptación a los cambios que se van produciendo en todos los órdenes
(económico, social, legislativo, etc.). Es por esta razón que el trabajador social tiene que
estar constantemente adaptándose a todas estas transformaciones para ser capaz de dar
respuestas a las nuevas necesidades sociales.
Después de reflexionar sobre estas consideraciones se presenta algunos programas. Es
importante recordar, que no son programas diseñados, ejecutados y evaluados exclusivamente
por trabajadores sociales, es el equipo en conjunto el que tiene que planificar estos programas.
1. Participar en la elaboración y desarrollo de programas de prevención y detección dirigidos
a la comunidad educativa: En el desarrollo de esta función, el trabajador social debe
desempeñar una importante labor de coordinación, con los profesionales del servicio y con
los servicios socio-comunitarios, en la prevención y detección de indicadores que puedan
incidir en el proceso evolutivo y adaptativo del alumno. Para ello se debe realizar el estudio
de la zona de actuación determinará los contenidos, los temas a abordar, los medios y la
metodología más apropiada, participar en programas de prevención inespecífica en el área
socioeducativa, que abarquen la prevención para la salud, de desarrollo personal, de
habilidades y actitudes, etc., siempre dependiendo de las necesidades de la población a la
que se dirigen, colaborar en programas de detección, previa a la escolarización, de niños
con necesidades educativas especiales, la detección en educación infantil y primaria, de
situaciones de riesgo social, así como la intervención inicial en las problemáticas
socioeducativas que se presenten, a fin de evitar que la situación continúe a lo largo de la
escolaridad, y establecer mecanismos de coordinación con los diferentes servicios de la
zona, lo que permitirá una respuesta rápida y coordinada frente a las problemáticas.
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2. Asesorar al profesorado en la elaboración, seguimiento y evaluación de los programas de
acción tutorial (PA. T.) y en la atención a la diversidad: Consiste en colaborar con el
programa de acción tutorial en las actividades, estas se pueden llevar a cabo en tres
niveles: profesorado, alumnado, y familia. También implica colaborar en la atención a la
diversidad.
3. Realizar la valoración sociofamiliar de los casos detectados. Elaborar la propuesta de
intervención socioeducativa directa o canalizar hacia el recurso pertinente, con el
posterior seguimiento y evaluación del caso: Se refiere a estudiar todos aquellos factores
que le afecten como persona. Las aportaciones del trabajador social a esta función se
concretan en las siguientes actividades:
1. Estudio del entorno social y familiar del alumno.
2. Análisis y síntesis de la información recogida sobre las características sociofamiliares del
alumno, su entorno comunitario y su historial educativo.
3. Diseño de la intervención directo con la familia o la derivación.
4. Elaboración de informes técnicos.
5. Colaborar en la elaboración, seguimiento y evaluación de las adaptaciones curriculares.
4. Participar en la elaboración y realización de actividades de orientación educativa y
sociolaboral: Esta orientación debe prestar particular atención a alumnos que presentan
problemas de integración o adaptación al sistema educativo ordinario. Debe atender la
personalidad del sujeto e intentar un desarrollo armónico y equilibrado, basándose en las
diferencias inter e intraindividuales.
5. Colaborar con los distintos órganos de representación del centro escolar, según las
necesidades: Como trabajadores sociales, nuestra intervención en los diferentes órganos
de participación, relacionados con la escuela, vendrá dada, por un lado, por la demanda
expresa del propio órgano y, por otro, por nuestra propia demanda de participación. Así,
nuestro trabajo se podrá realizar en los diferentes órganos como el Equipo Directivo,
Comisión de Coordinación Pedagógica, Consejo Escolar, Asociaciones de Padres de
Alumnos y Consejos de alumnos.
6. Asesorar a las familias y participar, en su caso, en el desarrollo de programas formativos
de padres y madres de alumnos:

A nivel individual
 Orientación a las familias para modificar las causas de origen familiar que puedan
generar problemas de desarrollo personal en los alumnos.
 Desarrollar programas de intervención familiar referidos a aspectos como autonomía
personal, hábitos básicos, relaciones familiares, relaciones familia-escuela, etc.
A nivel colectivo
 Colaboración con los tutores en la preparación y desarrollo de las reuniones que realizan
con las familias de su grupo de alumnos.
 Promoción y participación de actividades formativas dirigidas a familias a través de
escuelas de padres, charlas, conferencias y otro tipo de actividades.
7. Elaborar y difundir materiales e instrumentos propios de la intervención socioeducativa:
El trabajador social elaborará documentos y materiales propios del Trabajo Social en el
ámbito socioeducativo o adoptará instrumentos y materiales utilizados en la intervención
social en otros campos adecuándolos a la especificidad de este ámbito.
 Recopilar materiales e instrumentos existentes en la actualidad referidos a la
intervención.
 Elaborar materiales específicos para programas o actividades concretas.
 Elaborar y divulgar materiales informativos para padres, profesores y alumnos sobre
recursos socioeducativos del entorno.
 Realizar investigaciones sobre cuestiones que son objeto de su in tervención profesional.

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