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Lo básico sobre competencias parentales.

A continuación, podrás encontrar información relevante para comprender las competencias


parentales, su definición y el impacto que tienen en la crianza y en el desarrollo de tus hijo/as.

Es un artículo que pudieras encontrar más bien académico, se pretende dar una explicación
sencilla pero fundamentada, por lo que, si tienes alguna duda o comentario, no dudes en dejarlo
en la parte de abajo o ponerte en contacto conmigo.

Por otro lado, generaré material para hacer más amena la explicación y si es de tu interés, no
dejes de seguir las redes sociales para conocer un poco más.

Primeramente, vale tener en cuenta que más que hablar de “la familia” hablaremos de “las
familias” no sólo en el sentido plural sino también desde una visión de diversidad, pues hay muy
distintas conformaciones de familias, todas igualmente válidas y todas con posibilidad de tener
que buscar apoyo en algún momento.

En por eso que se puede hablar de parentalidad biológica y parentalidad social:

Por lo que nos enfocaremos a la parentalidad social, es decir a quien realmente desempeña el rol
de padre o madre, o en general, de la figura principal que brinda
cuidados y amor a un niño/a (que puede ser un abuelo o abuela, un
padre o madre adoptivo, un tío o tía, etc.)

Cabe resaltar que el hecho de engendrar no garantiza que se haga


correctamente el rol de padre o madre, las incompetencias
parentales pueden tener consecuencias en el desarrollo de niños y
niñas, de ahí la importancia de intervenir si fuera necesario.
Dantagnan y Jorge Barudy (2007), definen las competencias parentales como:

Manual de Apoyo para la Formación de competencias parentales (2009) 1, hace una condensación
de los principales componentes de las competencias parentales:

¿suena complejo? Quizá te preguntes siquiera si alguna de esas cosas estás haciendo bien o
puedes dudar si algo se te escapa.
Es normal tener dudas y algo de estrés cuando evaluamos nuestro ejercicio como madres o padres
(lo que sí hay que cuidar es que ese estrés no nos sobrepase).

En el siguiente artículo haré una breve definición de cada punto para que puedas tener mayor
claridad respecto a lo que se pretende lograr con el buen uso de las competencias parentales.

Recordando el tema de introducción de las competencias parentales, señalaba que hay:

A continuación puedes ver en breve cada punto, con base en lo expuesto en el Manual de Apoyo
para la Formación de competencias parentales (2009):

La capacidad de apego: Tiene que ver con todos los recursos emocionales, cognitivos y
conductuales que las y los cuidadores tienen para generar una relación de apego seguro con sus
hijos e hijas. Esto quiere decir, en términos simples, que los hijos e hijas puedan confiar en que
alguien responderá a sus necesidades (de cualquier tipo), que no están solos/as y que pueden
contar contigo como papá o mamá.

La empatía: se relaciona con la capacidad de padres y madres de ponerse en el lugar de sus hijos e
hijas con la intención de conocerles y reconocerles emociones y comportamientos ¿por qué hace
lo que hace? ¿de dónde viene esa conducta o emoción?
Los modelos de crianza: se refiere al estilo de cada padre y madre en el ejercicio de su función,
estructura el cómo se relacionan y transmiten sus ideas y enseñanzas a sus hijos e hijas, pueden
ser autoritarios, democráticos, permisivos o negligentes.

La capacidad de participar en redes sociales y de utilizar los recursos comunitarios: sobre esto
señalan autores que la parentalidad es una práctica social, yo suelo decir que para criar se
requiere tribu. Sí es cierto que la responsabilidad principal es tuya como papá o mamá, pero lo
cierto es que sin el apoyo de redes sociales de apoyo (que no es Facebook o Twitter sino grupos
como la familia, personas del vecindario, de la escuela, de actividades deportivas, instituciones,
etc.) resulta complicado lograr una parentalidad bientratante, reconocer y validar esas fuentes de
apoyo es significativamente positivo para padres y madres y para hijos e hijas.

Entendiendo esas competencias, se dice que para desarrollarlas adecuadamente se requieren


ciertas habilidades parentales que tienen 3 funciones principales:

Función Nutriente: No se refiere a la alimentación propiamente. Habla de que como padres y


madres brindemos un entorno rico de experiencias sensoriales y emocionales, lo que va a permitir
el desarrollo sano y feliz de nuestra progenie.

Función socializadora: Está claro y es bastante popular la idea de que las familias son el primer
lugar que permite la integración de niños y niñas a la sociedad. La función socializadora implica
que por un lado se contribuye y permite la construcción de la propia identidad y además se
brindan experiencias de socialización que sirven como modelos. Esto debería ir dirigido a que las
niñas y niños en un futuro pueden vivir de forma respetuosa, adaptativa y armónica en la sociedad
a la que pertenecen.

Función Educativa: Autores/as indican que hay un impacto de la formación cultural de los padres y
madres en la crianza de sus hijos/as, por ejemplo, en nuestro país se sabe que el nivel educativo
del padre y la madre tienen impacto en el posible nivel educativo de hijo/as (por decir, si yo
estudio hasta una maestría es más probable que mi hija estudie por lo menos hasta una maestría o
llegue a superar mi nivel educativo). Lo cierto es que la preparación cultural y académica pueden
proveer de herramientas que de otra forma no se adquieren. Cabe señalar que mayor preparación
en estos rubros no garantiza mejores competencias parentales, pero puede facilitar su desarrollo.

Referencia:
1
Manual de Apoyo para la Formación de competencias parentales (2009). Recuperado de:
http://www.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/btca/txtcompleto/mideplan/manual_formac.compet
.parentales.pdf
Familias y estilos:

https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/icsa/n6/e3.html

http://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anteriores/5/005_Vallejo.pdf

Apego
http://revi
stas.uv.mx/index.php/psicysalud/article/view/893/1660

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