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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua

Vicerrectorado Académico

Escuela de Comunicación Social

San Joaquín – Aragua

Relaciones
entre la
semiótica y
los estudios
de la
comunicaci
ón Nombre:

Gabriel Enrique Piñeiro Moyeda

C.I:

28.409.863

Semiología

Sección 1

Julio – 2021
Introducción

Las personas nos comunicamos por medio de casi todas las cosas que hacemos.
Los movimientos, gestos e incluso las posturas, son herramientas que involucran a
los sentidos y nos comunicamos a través de ellas. Es precisamente a través de
estas primeras herramientas que se construyen formas más complejas de
comunicación para los sentidos, como la publicidad, el cine, la música, el arte,
entre otras.

De ahí que la semiótica se considere una ciencia que tiene más de un método. Es
decir, es capaz de indagar el significado que se construye y se transmite el
lenguaje oral o el lenguaje escrito, pero también el lenguaje complejo como un
cartel publicitario, o las imágenes en el cine, o las formas estéticas en el arte. Esta
ha tenido una recepción e impacto en casi todas las ciencias humanas, y por
supuesto, en las ciencias sociales. Es la encargada de brindar compresión
significativa a la comunicación y a las interacciones que se establecen entre los
comunicantes. Así la semiótica ayuda a comprender cuál es el sentido, el
significado e incluso el efecto o la relación que se busca establecer con los
receptores de los mensajes, siendo una especie de traductora de significantes en
el proceso comunicativo.

De esta manera con este artículo académico desarrollamos que fundamentos


reflexivos presenta este tema que aborda a varios autores en varias épocas de la
historia.
Reflexiones fundamentales de la semiótica y la comunicación

Primero definiendo que es la semiótica, esta es la disciplina científica que se


encarga de estudiar los signos y las formas en que se construye y se transmite el
sentido durante la comunicación. Forma parte de las teorías de lenguaje, donde el
signo se define como la unidad mínima de una oración; un elemento que se utiliza
para representar o sustituir a otro que no está presente; con lo cual, el signo es un
elemento cargado de significados. La semiótica ha tenido una repercusión
importante tanto en los estudios del lenguaje y la comunicación humana, como
en la comprensión de los fenómenos psicológicos y sociales que se generan a
través de esa comunicación.

Por eso, es que esta ciencia se relaciona de una relevante manera con el
problema del conocimiento, y con el modo por medio del cual los signos nos
permiten llegar a él. En otras palabras, la semiótica, nos ofrece un punto de vista
sobre la realidad, y sobre el modo en que las cosas adquieren y transmiten un
significado, lo que ha sido especialmente útil para extender los alcances de las
ciencias humanas.

Ahora basándonos en el intento por identificar los problemas a un punto más


conceptual en la relación entre la semiótica y los estudios de la comunicación, una
primera tarea implicó recuperar y reconstruir la historia de la semiótica en el
ámbito académico, independiente de la comunicación y su campo académico.
Este primer problema surge debido a la reconstrucción genealógica, ya que esta
nace de la necesidad de tomar una posición frente a un recuento histórico
determinado, dado que éste sugería de entrada una posición epistemológica frente
al pensamiento semiótico y perfilaba una forma de relación específica con el
estudio de la comunicación.
Nuestro punto central de referencia fueron las formas o tipos de reconstrucciones
que el propio espacio semiótico ha sugerido, tipos de los que fue posible inferir la
existencia no de una semiótica, sino de varias.

Esto impone dos responsabilidades a cualquier reconstrucción histórica que se


persiga; primero, la necesidad del establecimiento de un criterio analítico para
relacionar lo disperso y, segundo, un objetivo de la reconstrucción. Sin embargo,
la razón principal no es profundizar en la historia de la semiótica sino únicamente
apuntar el desarrollo de la investigación que relaciona el pensamiento semiótico
con el estudio de la comunicación, lo importante a resaltar son las genealogías
reconocidas.

 1era genealogía:

La primera de ellas tiene como contexto histórico el pragmatismo estadounidense


y se configura bajo la propuesta de Charles Sanders Peirce, la cual será
continuada por Charles Morris desde el pragmatismo conductista y por Thomas
Sebeok en la biología. Aquí, la semiótica se transforma de un pensamiento lógico
hacia una forma de ajuste biológico y social sobre la base de la semiosis y la
comunicación.

 2da genealogía:

La segunda genealogía tiene como contexto histórico la lingüística de finales del


siglo XIX y se identifica con la propuesta de Ferdinand de Saussure. En esta es
complicado identificar una semiótica como tal, dado que lo que prevalece es la
aplicación del modelo lingüístico de Saussure a sistemas de signos no lingüísticos.
 3era genealogía:

Encabezada por Umberto Eco desde Italia, realizo en la posibilidad de integrar las
dos propuestas fundacionales, la de Peirce y la de Saussure. Sin embargo,
apuntando a la relación posterior de la semiótica con la comunicación, sus trabajos
periodísticos y sus reflexiones sobre los medios masivos de comunicación serán
centrales no para el desarrollo de la semiótica sino para su relación con las
ciencias sociales en general y con la comunicación en particular.

 4ta genealogía:

Se considera que su referente principal es Iuri Lotman, aunque se reconoce la


fuerte influencia de la Escuela de Tartu y el llamado “formalismo ruso”.

Lo que se obtiene de los estudios son resultados preliminares del estudio de las
distintas conceptualizaciones de la comunicación desde la matriz semiótica y
sobre las explicitas propuestas de los modelos y las teorías de la comunicación de
cada genealogía, fue el reconocimiento de la comunicación como un elemento
constructivo general. De otra manera, también se obtuvo la posibilidad de
identificar que cuando la comunicación aparece como algo con lo que se puede
construir o como elemento generador de dinamismo en los sistemas semióticos,
ésta siempre se encuentra apoyada en los fundamentos de la teoría matemática
de la información, de lo que se puede inferir que la semiótica no ha dialogado con
los estudios de la comunicación ni con la producción de principios teóricos dentro
de dichos estudios, sino que ha dialogado con la propuesta matemática y sus
desarrollos posteriores, como por ejemplo es el caso de la cibernética.
Pasando el tiempo, la semiótica pasa a considerarse, precisamente, como la
“ciencia de la comunicación”, y esta la llevo a crear sus propios modelos sobre la
comunicación y a construir una compleja tipología de la cultura; pero al plantear a
la comunicación como uno de sus ejes centrales estaba implícitamente
construyendo un puente con otras ciencias que, de alguna manera, también
trabajaban con el objeto comunicación, como la biología, la física, la psicología y,
por supuesto, con los estudios de la comunicación.

La problemática se convierte en algo mucho más complejo cuando los estudios de


la comunicación ven a esta ciencia en un objeto que únicamente sirve como un
método capaz de identificar la producción y circulación de significados. Lo
acontece es que cualquier interpretación, de la naturaleza que sea, encuentra en
la semiótica una justificación epistemológica posible para sus propias
interpretaciones.

En esta se identificaban conceptos pertenecientes a más de una genealogía y


con más de una forma de ser entendidos, aparecían autores igualmente
pertenecientes a genealogías poco relacionadas y todo se mezclaba en una suerte
de “amalgama” conceptual. Una primera hipótesis, sugiere que el campo de
estudio de la comunicación ha usado a la semiótica no sólo como herramienta de
análisis sino que implícitamente le ha otorgado cierto valor epistemológico a los
conceptos que importa de ésta, lo que la ha convertido simultánea-mente en una
forma de justificación de todo tipo de interpretaciones que se puedan hacer sobre
cualquier objeto o proceso comunicativo.
También podemos hablar de un punto relevante en el cual, la clave de la
diferenciación se encuentra en la base comunicativa de los programas
comunicativos, dado que estos han tomado como fundamento preliminar para la
definición de su objeto comunicación a la teoría matemática de la información. De
esta forma, pese a que las conceptualizaciones tienen un mismo fundamento
teórico, estas han seguido rumbos distintos. Esta hipótesis complejiza el primer
apunte sobre la instrumentalización de la teoría semiótica en el campo de estudio
de la comunicación, dado que sugiere un problema de otro orden.

Luego de la investigación principal, lo que se ha mostrado en los apartados


anteriores es cómo la comunicación, desde la semiótica, funciona dinámica y
sistémicamente para estructurar y cohesionar a las sociedades a través de dos
cualidades fundamentales: su capacidad de producir significados compartidos y
por ende, de construir sistemas sociales. A partir de este punto la cultura no es
sólo un concepto constructor sino el signo de un proceso mucho más complejo
dado que es, como afirma el mismo Lotman, una generadora de estructuralidad al
crear alrededor del hombre una socio esfera que, al igual que la biosfera, hace
posible la vida, no orgánica obviamente, sino de relación.

El campo semiótico se reduce, entonces, a enfoques sobre lo comunicativo y


pasa de ser considerado un punto de vista general a ser visto como una técnica de
análisis. En este punto es importante reconocer que hay una diferencia en la
forma en que la semiótica ha incorporado a la comunicación a sus sistemas
conceptuales y en la forma en que los estudios de la comunicación han
incorporado a la semiótica a sus sistemas conceptuales. El resultado es que en
ambos casos se entiende algo diferente por comunicación y algo diferente por
semiótica.
Por ende, lo que se ha mostrado es que los procesos de construcción de lo social,
desde el punto de vista semiótico, se mueven en múltiples niveles y en múltiples
dimensiones pero tienen como condición mínima indispensable el incluir por lo
menos tres de ellas: la dimensión semiótica, la dimensión comunicativa y la
dimensión cultural. La relación que se establece entre semiótica, cultura y
comunicación, es una relación sumamente compleja que requiere una análisis
mucho mayor, sin embargo, lo mostrado deja en claro que la explicación de una
requiere la inclusión del campo conceptual de las otras dos, siendo la cultura el
elemento de estructuración, la comunicación el elemento de articulación y la
semiótica el elemento lógico y de posibilidad.

Los estudios semióticos no han dialogado con la teoría producida en los estudios
de la comunicación, sino que cuando utilizan a la comunicación como concepto
constructor voltean la mirada hacia la teoría matemática de la información y a la
cibernética en busca de principios constructivos. Por lo tanto su configuración
ontológica y epistemológica del concepto de comunicación no se relaciona con
aquella de base en los estudios de la comunicación, es decir, con el modelo del
emisor, el mensaje y el receptor.
Conclusión

Desde un comienzo se planteó la pregunta por las implicaciones de pensar


semióticamente a la comunicación, pregunta que inmediatamente fijaba una
posición epistemológica frente al objeto de estudio. La semiótica emergía
entonces como el marco constructivo desde donde era posible no sólo estudiar
sistemas de significación, signos o procesos de producción de sentido, sino
desde donde era posible construir sistemas de significación y, más aún, desde
donde se podían construir sistemas conceptuales, lo que la colocaba en un nivel
de distinto que a la comunicación.

En consecuencia, la teoría de la comunicación aparecía como una particularidad


de la propuesta semiótica, como un marco teórico en busca de formalización. Así
que el primer descubrimiento es la falsedad de la argumentación inicial. Por
principio, el proceso de investigación hizo posible comprobar una serie de
supuestos que se encontraban en la base del planteamiento del problema inicial,
como es la instrumentalización de la semiótica y la desaparición de sus sistemas
conceptuales cuando ésta es usada en los estudio de la comunicación. La clave
para esta afirmación fue el reconocimiento de las genealogías semióticas y sus
sistemas conceptuales.
Referencias APA

 Vidales Gonzáles, C. E. (2009). La relación entre la semiótica y los estudios


de la comunicación: un diálogo por construir. Comunicación y sociedad,
(11), 37-71.

 Gonzáles, V. I. D. A. L. E. S., & Emiliano, C. (2006). La semiótica como


matriz de estudio de la comunicación. Unirevista, 1.

 Zapata, E. E. (2014). Semiótica y comunicación. Teoría de los signos y los


códigos. Lengua y Sociedad, 14(1), 175-204.

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