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El fuego subió por las sabanas y estas ar dieron instantáneamente. T odo aquello que
estaba sucio y viejo murió en aquel insopor table calor. Ya no podía sentir el olor a moho, la
opresiva humedad ni la pobr e luz de la habitación. Solo quedaba el dolor. El dolor físico
que parecía hervir en las llamas. Las puntas de mis dedos se sentían como si fuer an a
derretirse, ya llenas de ampollas . El inexpresivo rostro de mi padr e y el sonido de la musica
se disiparon por aire.
Creo que escuché que alguien m e llamaba, per o no alcé la vista. Y a fuera por el calor o por
el dolor, no podía r espirar. Ya no tenía fuerza par a moverme pero aun así supe que er a
Jungkook. Se segur o estaba furioso. Él sí me llor aría. Solo quería echarme y y a. Quería
que todo esto terminara, el calor, el humo, el dolor y el miedo. Jun gkook gritaba, per o no
podía entenderle. T odo se desmo ronaba frente a mis ojos. Este er a el final. Le vanté la
mirada; lo último que v ería de este mundo sería una sucia y deso lada habitación de hotel,
rojas llamas, calor hir viente y el r ostro de Jungkook.