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SERIE UNEARTHLY WORLD 06

C.L. SCHOLEY
CITUN’ STORM

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CITUN’ STORM

Índice
Argumento ........................................................................................................................ 3
Capítulo 1 ......................................................................................................................... 4
Capítulo 2 ....................................................................................................................... 12
Capítulo 3 ....................................................................................................................... 20
Capítulo 4 ....................................................................................................................... 35
Capítulo 5 ....................................................................................................................... 41
Capítulo 6 ....................................................................................................................... 47
Capítulo 7 ....................................................................................................................... 56
Capítulo 8 ....................................................................................................................... 65
Capítulo 9 ....................................................................................................................... 74
Capítulo 10 ..................................................................................................................... 80
Capítulo 11 ..................................................................................................................... 84
Capítulo 12 ..................................................................................................................... 93
Capítulo 13 ................................................................................................................... 102
Capítulo 14 ................................................................................................................... 109
Sobre la autora ............................................................................................................. 115

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Argumento
Citun, poderoso líder de los Zargonniis del Norte, asegura que hay una mujer humana para
él en alguna parte. Él y sus guerreros se ven atraídos a un rincón lejano del universo, donde
los malvados Tonans juran que una pequeña colonia de mujeres ha sido criada. La
competición está en marcha; parece que todos los hombres de la galaxia buscan a una
humana, pero algunos las quieren muertas. Citun anhela una pareja.

Lo último que Storm quiere en su vida es un gigante guerrero, pero como ella le salvó la
vida, está atrapada con él. Hay algunas fuerzas que no se pueden negar. Storm tiene la
capacidad de convertirse en una tormenta, y necesita decidir si permitirá que un guerrero
domine sus tormentosas emociones.

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Capítulo 1
Citun no podía respirar. Las olas se estrellaban contra su cabeza, el agua se arremolinaba,
golpeaba e invadía sus torturados pulmones. Tenía que aspirar aire o moriría, pero inhalar
sería la muerte. Su mente luchaba con su cuerpo, la necesidad por encima de la razón.
Durante un solo segundo, rompió la superficie, apenas, solo sus ojos, parpadeando en
rápida sucesión, vieron como el tumultuoso cielo se encontraba con las furiosas aguas. Los
casquetes blancos de las olas se estrellaron sobre él, haciéndolo caer en espiral, para
aplastarlo contra el suelo arenoso antes de que pudiera aliviar sus torturados pulmones.
Piscinas de polvo acuoso se agitaban, arremolinándose, girando ante sus ojos mientras el
lado de su cara se desgarraba contra la dura superficie que había debajo.
Dando vueltas, empujando sus manos contra el duro pero flexible suelo, levantó la vista,
su letal mundo surrealista. No había luz, el brillo rojo de su mirada ardía más brillante
buscando una visión de la superficie, buscando esperanza en un simple destello. El océano
era muy profundo, la superficie muy lejana. Citun nunca había estado en las entrañas de
las aguas. Truenos surrealistas restallaban agitando su frágil mundo, retumbando dentro
de su pecho. ¿Cómo pudo oír el ruido estando tan profundo? Si sus hombres lo encontraran,
necesitarían oírle gritar. El martilleo creció dentro de sus oídos, así como su amarga
revelación -nunca le oirían, e iba a morir solo. Sólo sus guerreros le llorarían cuando quería
mucho más en su vida. Cuán cruel era el destino al traer a las hembras adultas humanas,
y a las hijas hembras que habría podido tener. Ahora nunca tendría la oportunidad, nunca
se deleitaría con esa intimidad.
¿Cuánto tiempo llevo aquí?
Su largo cabello blanco se agitaba a su alrededor en un frenesí; su instinto natural era crear
una cortina de humo, pero no importaba, el agua lo podía ver y la sustancia no se
intimidaba. Nada más que vacío nadaba ante su cansada mirada roja y tenue. Los pulmones
a punto de estallar, Citun se rindió y tomó un respiro, qué daño podía hacer un pequeño
jadeo cuando ya estaba tan terriblemente dolorido. Sus labios se abrieron. Un pequeño
bocado de aire. El dolor explotó por dentro. Ahogándose con el agua pútrida, Citun se dirigió
hacia la pequeña gota de luz sobre la que se posó su mirada. Un parpadeo, nada más, pero
era una pizca de esperanza. Nadaba más fuerte, sus entrañas gritaban, pero no podía. Las
olas eran demasiado fuertes.
Me estoy muriendo
Pelear era inútil. No recordaba cómo llegó a estar rodeado de muerte. Un guerrero Zargonnii
podía aguantar la respiración durante horas. ¿Había pasado tanto tiempo? Sus brazos eran
un peso muerto, languideciendo para dar vueltas arrastrado por la corriente mientras volvía
lentamente al fondo del océano, donde se asentó su trasero y se desplomó. El planeta
parecía muy inofensivo. Ni una nube había oscurecido el cielo azul. Hermosas enredaderas
doradas colgadas de enormes árboles de color gris pálido que se balanceaban suavemente
en un encantador movimiento de subida y bajada. Muchos de sus guerreros tenían sonrisas
jugando en sus labios, pasando sus dedos a través de melifluas hojas que sonaban como
tonos de arpa. Los estanques verdes brillaban; los colores vivos del tamaño de un diamante

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bailaban sobre superficies escarpadas. Pequeñas brisas soplaban y hacían que las hojas de
plata parpadearan al sol. Rocas redondeadas y planas yacían con una gran variedad de
tamaños y colores salpicando las diminutas costas.
Pequeñas espigas de hierba de ébano, de sólo unos centímetros de altura, eran de seda
cuando se inclinó para pasar su mano por las puntas. Unas pocas criaturas estudiaban a
Citun y a su grupo de aterrizaje de otros seis guerreros. Criaturas negras, resbaladizas,
especialmente largas, colgadas de árboles con ramas rizadas. Reptiles anómalos con un
pico que les salía de la cabeza, de la punta de la nariz al omóplato. Criaturas palmeadas,
de seis dedos y seis pies que se deslizaban de forma atrayente desde las ramas de los árboles
hasta la tierra y a los árboles. Con una sonrisa perpetua en la cara, llamativa, como si
dieran la bienvenida a los visitantes.
Nunca antes Citun o su gente se habían aventurado tan lejos en lo desconocido del
Universo, pero pensaron que el viaje merecía la pena a pesar del peligro de lo misterioso.
Debía haber humanos en el planeta. Una colonia perdida plantada por los Tonans. El
malvado alboroto de los guerreros rebeldes Tonans estaba llegando a su fin. Los desertores
estaban a la espera, con la esperanza de unirse a Cobra como muchos lo habían hecho. Los
rumores se habían desatado antes que Citun dejara su planeta. El planeta que iban a
buscar fue dado a cambio de asilo por los renegados bribones dispersos por el Universo.
Los Zargonnii no querían Tonans en su planeta, pero Cobra, líder de los Castians y primo
de los Tonans, estaba dispuesto a permitir que estos estuvieran en su planeta si los
guerreros se emparejaban. El apareamiento tiene que ser hecho de forma limpia; ningún
apareamiento podía ser forzado, o todos olerían el engaño. La carrera estaba en marcha
para encontrar los últimos planetas que albergaban refugiados. Los Zargonniis eran aliados
de los Castians, pero los guerreros querían mujeres humanas, el botín de guerra. Se habían
detectado varias fuentes de calor en el planeta, pero necesitaban averiguar cuáles eran
humanas. Citun nunca tendría una hembra si moría.
Los pocos momentos en que luchaba contra las partes de su mente que le decían que se
estaba ahogando se filtraron durante unos breves segundos entre sus pensamientos. Los
pensamientos incoherentes de su cerebro le dieron una última ráfaga de energía. Citun
surgió y sorprendentemente rompió la superficie. Su mirada se posó en una figura distante
mientras aspiraba una enorme bocanada de aire, tosiendo mientras el agua le daba una
bofetada en la cara. Le vio entonces, mientras se concentraba y recordaba. Alto y
desgarbado, delgado y casi transparente, el malvado alienígena, su enemigo mortal. El
Gorgano se había cruzado con Citun, solo. Las imágenes de muerte y ahogamiento llenaron
sus pensamientos y dominaron al guerrero. No pudo rechazar el impulso de entrar en el
agua. Los Zargonnii luchaban con fuerza bruta, la lucha mental estaba más allá de su
capacidad.
Citun se estaba hundiendo de nuevo. El Gorgano le iba a matar. El todopoderoso guerrero
estaba indefenso. Un movimiento llamó su atención y la esperanza surgió por un segundo
y volvió a luchar. Había una hembra humana escondida, observándole. Pero sólo a él. Citun
esperaba que la pequeña hembra descubriera primero al Gorgano. De lo contrario, no
tendría ninguna oportunidad, y Citun estaba fuera de tiempo. Poco a poco comenzó a
hundirse, cada miembro se quedó sin fuerzas; el Gorgano ya no jugaba con él. El océano se

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convirtió en un ataúd de una gruesa sustancia oscura. Esta vez, Citun no tenía la voluntad
de emerger. Su cuerpo se desconectó.

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El extraño alienígena estaba luchando en el tranquilo estanque. Storm frunció sus cejas
confundida mientras se agachaba escondida, con las rodillas enterradas en la arena por su
peso. Estaba rodeada de matorrales. El agua no le cubría la cabeza, por su aspecto, el ser
medía por lo menos dos metros. Storm no entendía sus acciones. Empapado, jadeando,
ahogándose. Las garras negras rasgaban el agua; si la sustancia fuera hormigón, la habría
convertido en polvo. Los ojos rojos ardían, causando que manchas de agua chisporrotearan
y burbujearan, aunque brevemente. El cabello blanco empapado se elevaba
espeluznantemente incluso mientras estaba sumergido, rociando gotas de agua en todas
direcciones. La pobre bestia estaba golpeando como si estuviera a las puertas de la muerte,
pero a sólo unos metros de la orilla, a unas cuantas brazadas de la playa.
¿Por qué no sale?
El ser se hundió mientras su cuerpo se deshilachaba impotente. Un baile del Sombrerero
Loco a simple vista. Storm lo supo desde que entró en este universo, aventurándose desde
la Tierra en un loco viaje en transbordador, nada era lo que parecía. Se preguntaba si lo
que ese ser fuera, los de su especie, odiaba el agua. Si no subía pronto, se ahogaría, ese
escenario era tan claro como el día. Por eso el pánico en su rostro. El agua era cristalina.
Podía ver a la inmensa criatura retorciéndose y muriéndose. Era evidente que se tomó un
respiro y luego se dio cuenta del grave error mientras se sacudía.
"Sube, sube", susurró Storm en voz alta.
Dejó de moverse. La extraña luz roja que se reflejaba en la húmeda arena que había bajo el
agua se fue apagando, hasta que se desvaneció por completo. La bestia yacía en el fondo
del estanque; su batalla había terminado, el agua había vencido. Sus mechones de pelo le
envolvieron convirtiéndose en un alga marina blanca. Storm luchó contra sus propios
pensamientos. No habría peligro en echar un vistazo más de cerca, supuso. Storm empezó
a salir de entre los matorrales, con sus mocasines sin hacer ruido sobre la arena de color
crema, hasta que notó la desgarbada criatura que estaba delante en el claro. Con una visión
panorámica del alienígena que se había ahogado, el mal observaba. Un Gorgano. Storm
sabía lo que era este ser repugnante. Por eso dudó en ayudar al alienígena moribundo en
el estanque. Esta criatura, los Gorgano, y los Tonans eran letales, al igual que algunos otros
extraterrestres que evitaba. La criatura que se tambaleaba, empapada de agua, podría ser
peor que la fea amenaza a su izquierda. Pero si eran enemigos....
Storm vio al Gorgano mover la mano. La comprensión la colmó. La criatura en el estanque
no fue lo suficientemente inteligente como para salvarse a sí misma. El Gorgano estaba
jugando con él. Al Gorgano le encantaba la tortura. El alienígena se enorgullecía del
sufrimiento de los demás. Llena de rabia hacia el Gorgano y de lástima por la desventurada
criatura, Storm se concentró en el Gorgano. El ser giró, sintió su sorpresa y miedo, pero era
demasiado tarde. Storm aniquiló su mente con la de ella. Vívidas imágenes de la destrucción
de la Tierra hirvieron y fundieron los ojos del Gorgano en charcos literales,

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desparramándose por sus demacradas mejillas. El feo extraterrestre cayó, pero antes de
que caer al suelo, desapareció.
Mirando hacia el cielo, Storm vio un gran objeto negro que se alejaba. El corazón le latía
con fuerza, su mirada giró a la izquierda y luego a la derecha, anticipando un ataque. Donde
había un maldito alienígena repugnante, seguro que había otro. El mal nunca viajaba solo.
Respiró aliviada cuando no pasó nada. Por un segundo, miró fijamente el tranquilo
estanque. El alienígena podría estar ya muerto, ahogado. Si no lo estuviera, podría ahogarla.
Ayuda, quédate, ayuda, quédate. Nunca se había quedado al margen y observado algo en
apuros, así que Storm saltó al agua.
Con unos pocos golpes cortos, llegó al lugar donde el alienígena había caído, respiró hondo
y se sumergió. Poner sus brazos bajo el enorme alienígena no fue difícil. Reforzando sus
pies, le costó un poco de esfuerzo llegar a la superficie. Apretó los dientes mientras
pataleaba con las piernas. El alienígena era lo suficientemente alto como para que sus pies
llegaran a la parte inferior del estanque manteniendo la cabeza por encima del agua, si
estaba consciente, pero Storm no era lo suficientemente alta. Él era un peso muerto; sería
bueno que estuviera flotando. Ella agarró un puñado de pelo blanco y levantó la cabeza de
la bestia por encima del agua, y era una bestia. Pelo blanco cubría su pecho. Largo pelo
blanco ondulado.
"Santo cielo, Fido, pesas una tonelada" Ella jadeó mientras intentaba arrastrarle hasta la
orilla.
Salió acompañada desde abajo con su esfuerzo y lo hizo jadeando. El alienígena se le escapó
bajo el agua.
Storm lo arrastró de vuelta a la superficie. No podía mantener ambas cabezas por encima
del agua mientras se movían. Storm empezó a nadar. Con su mano enredada en la masa
de pelo blanco flotante, se abrió camino hacia adelante hasta que sus pies tocaron fondo.
"Buen Señor", dijo y gimió.
Su boca se cerró cuando succionó el agua. Storm se giró y tiró por debajo los brazos de la
criatura, su cabeza cayendo hacia atrás para yacer torpemente sobre su codo doblado, con
los ojos cerrados. Gruñendo, gimiendo, jadeando, Storm estaba hasta la cintura en el
estanque. El trasero de la criatura tocó fondo. Ella tiró y tiró sin hacer ningún progreso.
"Maldita sea, pesas una tonelada y media", gruñó, y luego puso los ojos en blanco cuando
se dio cuenta de que su pie estaba pisando su largo cabello, atrapándolo. "Lo siento".
Cambió su peso para evitar los mechones rebeldes. Más cerca, ahora de sus pantorrillas,
Storm cayó hacia atrás, aterrizando con un chapoteo, la mitad alienígena en su regazo.
"Dos malditas toneladas, por el amor de Dios"
Ella luchó para salir de debajo, agarrando su pecho rodeándolo con sus brazos por detrás
lo mejor que pudo. La criatura no llevaba camisa. Agarró dos puñados de pelos y tiró. El
pelo le salió de los dedos cuando ella cayó hacia atrás, y ella miró los manojos durante un
segundo antes de sacudir las manos y cogerlos mientras él empezaba a flotar.
"Lo siento".

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Ella agarró su pelo otra vez, tiró, liberó más pelo, murmuró se disculpó, tirón, tirón, más
pelo, murmuró perdón. Va a quedarse calvo, pobre criatura. Finalmente ella tenía la parte
superior de su torso fuera del agua y en la orilla. Storm cayó de rodillas y se echó hacia
atrás durante un segundo y gimió. Doblando los codos, Storm se sentó y ladeó la cabeza
ante la criatura.
Yacía allí sin moverse. La bestia era peluda como el infierno en algunos lugares, y sin pelos
en otros. Parecía en cierto modo humanoide. En un montón de cosas no. También parecía
muy muerto. Storm luchó para enderezarse, exhausta no empezaba a describir cómo se
sentía. La criatura tenía una especie de cara normal, rasgos fuertes, una larga ceja que
corría a través de su frente por los lados de su cara hasta sus hombros. No parecía estar
respirando. No podía dejarle ahí y no intentar nada después de salir de su camino para
sacarle del estanque. La tormenta le aplastó la nariz y determinó su próximo curso de
acción. Le pellizcó la nariz y puso su otra mano bajo su cuello, inclinando su mandíbula.
"Oh, oh", murmuró antes de cerrar la boca sobre el ser.
La elevación y caída de su pecho era detectable. Podía ver la silueta de una inmensa polla
bajo pantalones negros estrechándose hacia unas botas negras colosales de forma alargada
cuando inclinó su cabeza hacia un lado para ver la expansión y la caída de su torso. Ella
se inclinó para soplar en su boca otra vez, y luego se sentó para mirarle fijamente.
"Pobre, debes tener mucho frío", dijo Storm.
Los labios del ser eran azules. Ella le acunó la cara tratando de calentarle y sopló en sus
labios, su cálido aliento le devolvió el saludo. Ella sopló en su boca otra vez asegurándose
de que hubiera un sello hermético. Cada gramo de su aliento fue expulsado hacia él.
Girándose miró para ver si su pecho se elevaba mientras ella jadeaba en el aire. Necesitaba
mucho para expandir su pecho y por un momento ella se mareó. Su cuerpo estaba
encorvado sobre él, ella no estaba segura de cómo hacer las compresiones torácicas, pero
sentía que podría ser el momento de intentarlo, si podía localizar el extremo de su esternón.
Cuando volvió a mirar para soplar en su boca otra vez, gritó cuando dos ojos rojos y
penetrantes la miraron. El cuerpo de él se estremeció y tosió agua.
Storm saltó hacia atrás y retrocedió, al estilo cangrejo, y luego gritó cuando la criatura rodó
hacia un lado, escupió más agua, y agarró su tobillo arrastrándola hacia él. Gruñó y Storm
se quedó sin respiración cuando notó los grandes dientes afilados. Si tuviera hambre, la
harían pedazos. La bestia se levantó a una posición sentada mientras la acercaba.
"Suéltame. Chico malo. Malo" -gritó Storm, golpeándole-.
Tratar de liberar sus dedos era inútil. No la estaba lastimando, pero tampoco la estaba
soltando. Los enormes dedos que rodeaban su tobillo eran como los de un humano, cuatro
dedos, un pulgar, sus uñas eran negras como la brea. Se dio cuenta de que su culo estaba
dejando un hueco en la arena cuando miró hacia atrás en busca de un arma. Su pie tocó
su pecho. Su espinilla tocó su pecho cuando la ligera presión hizo que doblara la rodilla. Él
se inclinó hacia abajo hasta que su cara estuvo a centímetros de la de ella.
Ella levantó la mirada hacia él, con la barbilla inclinada. El aliento que él expulsó no era
repugnante, ya que ella había asumido que lo sería teniendo en cuenta sus dientes

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animalistas. Tenía las mejillas definidas y cinceladas, la nariz proporcionada a su gran cara.
Un suave retumbar en su pecho sonó y ella se preguntó si sus pulmones estaban llenos de
agua.
Por un momento, su cara se calentó mientras la miraba fijamente. Ella estaba empapada,
al igual que él. El largo pelo de él colgaba a un lado de su hombro, dejando a la vista su
espalda desnuda. Inclinó hacia un lado la cabeza y miró hacia atrás, hacia el agua. Sus
pies aún estaban inmersos. No había duda de que ella le había sacado de su tumba
acuática. Parecía sorprendido. No era ligera, pero comparada con él era pequeña. Hulk sería
pequeño.
"Gracias"
Storm parpadeó. Las palabras fueron gruñidas pero en inglés. Mientras su asombrada
expresión se reflejaba en su mirada, él procedió a calentarla. En cuestión de segundos ya
estaba seca. Su mano la soltó, y ella saltó. El primer instinto de Storm fue correr, pero en
vez de huir, ella se quedó mirándolo fijamente. Meciéndose de pie a otro pie. Él se recostó
en la orilla con un brazo cubriéndose la cara con un gemido. Su pecho se hinchó con
grandes respiraciones. Peligroso y vulnerable. La combinación era intrigante.
Storm se debatía sobre qué hacer. Parecía indefenso. "¿Necesitas algo?" Él la miró desde
debajo de su brazo. "¿Agua? Lo siento, pregunta tonta. ¿Comida?" ¿Una pelota o un juguete
para masticar? Por el amor de Dios. No, santo cielo, definitivamente santo cielo.
“¿El Gorgano?”
No había duda de la palabra que gruñó. "¿Quieres al Gorgano?" Storm tragó.
"Muerto".
"Está muerto, sin duda"
"Bien".
Storm se relajó. Cuando la criatura se sentó y salió del agua, quiso ayudar. Ella le cogió del
pelo y se escapó y se llevó dos puñados más. Storm le miró horrorizada mientras ella
retrocedía un paso, el blanco y húmedo pelo se adhirió entre sus dedos hasta que ella
sacudió los mechones.
“Lo siento, lo siento muchísimo”
Estaba segura de que el alienígena se rió. Esperaba no haberle arrancado el pelo. El enorme
ser se elevó en toda su altura y Storm estaba segura de que si ella tuviera dientes postizos
os tendría colgando de sus labios abiertos. Impresionante era la palabra que usaría.
Enormemente musculoso, poderoso, mortal. Decididamente menos indefenso de lo que ella
creía. Storm dio unos pasos atrás. Cuando la criatura volvió a hablar, ella jadeó. El lenguaje
era extraño, pero de alguna manera ella lo entendía.
Después de su primera experiencia con un Gorgano unos años después de su llegada al
planeta, ella estaba al tanto de todos los idiomas al parecer. Los Gorgano habían alterado
su forma de pensar, tomando tonos extraños y reorganizando las palabras, a veces
complejas, en sílabas reconocibles hasta que las entendía. Storm era consciente de que

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tenía algún tipo de poder mental, lo ejercía con moderación, no estaba segura de su fuerza
y no quería matar nada accidentalmente. Excepto al enemigo. Es mejor dejar en paz a
algunos enemigos, como los Tonans. Su escudo protegía sus mentes, pero Storm solo podía
alejar a las espantosas criaturas con pequeñas ráfagas de pensamientos. Era mejor
esconderse de los Tonans. Hoy era el primer día en mucho tiempo que veía un Gorgano.
“Mi nombre es Citun, hembra humana”, Gruñó, refunfuñando. Las palabras y el tono eran
perfectos para el hombre-bestia, y las rodillas de Storm se volvieron gelatinosas. Esto no
era un estúpido, ni un animal. "Soy el líder de los guerreros Zargonnii del Norte. El Gorgano
es mi enemigo, el enemigo de mis aliados. Me salvaste la vida, gracias. Estoy en deuda
contigo"
"Storm, mi nombre es Storm. De nada"
Los dos se quedaron mirándose el uno al otro. Cada uno buscando intensamente en los
rasgos del otro. Storm estaba tan intrigada como desconfiada. El extraterrestre era
impresionante de ver. Un hombre, no el primero de muchos que antes la querían muerta.
Citun no hizo ningún movimiento amenazador. No mostró ninguna intención de aplastarla
o asustarla. No es que ella permitiera tales acciones, puesto que podía luchar con la mente.
Se dio cuenta de que la fuerte bestia que tenía ante ella no podía, ella tampoco le quería
muerto. ¿Qué es lo que buscaba? Normalmente, cualquier varón que aterrizara en el planeta
estaba en busca de algo, y la mayoría de las veces era una hembra.
Citun sonrió y rompió su mirada. Se secó el cuerpo con los ojos rojos. Los muslos
musculosos se ondulaban cuando se inclinó para secarse las botas. Por un momento
Medusa cobró vida cuando su salvaje cabello blanco bailó y luego se asentó. Seco y erguido,
parecía menos una bestia, más bien un personaje encantador.
"¿Hay otros? ¿Otros humanos? ¿Hembras?" Le preguntó Citun.
Tenía razón, ya empezamos. Había una cuestión que tenía que considerar. ¿Cuánta
información debía ser divulgada? Él levantó su mano, sus largos dedos la alcanzaron y ella
se movió hacia atrás hasta que él extendió esos dedos. La respiración de Storm se
interrumpió cuando él tocó su largo cabello, pasando el ébano profundo de sus cabellos por
su piel.
“Ojos azules”, dijo Citun.
“Sí, mis ojos son azules” Se había preguntado si él veía el color como ella. Ahora ella lo
sabía.
"¿Te has emparejado?"
"¿Emparejado? ¿Quieres decir si estoy casada?"
"Emparejada".
La palabra parecía tener un significado más profundo. Se preguntaba si se refería a si tenía
relaciones sexuales por diversión, o si los de su clase entraban en celo. De cualquier
manera, ella pensó que era una pregunta inapropiada. Era un alienígena después de todo.
Los extraterrestres, al menos la mayoría, eran peligrosos de una forma u otra. Él la miraba

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como un cachorro enfermo de amor y ella no iba a aceptar nada de eso. Le gustaba su vida
como era ahora, en su mayor parte sin complicaciones. Esta bestia tenía la palabra
'problemas' escrita por todas partes. Storm decidió que era hora de perder al líder de los
Zar...goonies.
Un agudo sonido atravesó el aire y Citun maldijo. El cielo se oscureció. Dos pájaros de
guerra estaban sobre sus cabezas. Los transbordadores pasaban a pasos agigantados
mientras el fuego iluminaba el cielo con explosiones. Todo el infierno se desató cuando una
explosión golpeó el estanque y fueron duchados con un chorro de agua. Empapada, el
cabello de Storm cayó sobre sus ojos y ella quedó ciega mientras sacudía frenéticamente
los mechones hacia atrás y jadeaba en busca de aire. Se deslizó ambas manos bajo el cabello
para apartarlo de su cara a tiempo para ver otro destello a su izquierda. Storm gritó cuando
Citun la tiró por encima de su hombro y empezó a correr.

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Capítulo 2
“Bájame” gritó Storm.
“Todavía no”, fue su réplica.
Citun estaba tratando de renovar sus fuerzas mientras corría. El terreno volaba bajo sus
pies. No había tomado mucha agua. Cuando un Zargonnii se quedaba sin aliento bajo el
agua, los sistemas corporales se apagaban para darles tiempo extra, sin importar lo que
pensara su mente. En el cuerpo de todo guerrero, la autopreservación estaba incrustada en
su ADN. El Gorgano puede o no haberse dado cuenta de esto. Técnicamente, la hembra le
salvó la vida matando al Gorgano. Ahora mismo, tenían un problema mayor.
Un pájaro de guerra Gorgano se deslizó por la superficie del planeta. Citun esperaba que
su primer oficial, Jari, cambiara constantemente las configuraciones del escudo. Un truco
para evitar que el Gorgano se subiera a la nave y se metiera en problemas mentales.
Desearía que hubieran podido traer una hembra humana de su planeta, pero todas estaban
apareadas con niños; él nunca arriesgaría una vida.
Mirando hacia arriba, pudo ver su nave siguiéndole los talones a los Gorganos. Si su
dispositivo de rastreo no estaba roto, Jari podría llevar su trasero a un lugar seguro, pero
eso significaría dejar caer el campo de fuerza, algo que ellos no podrían hacer. Él y la
humana en sus brazos estaban en la mierda. No solo les estaban disparando, sino que el
polvillo radiactivo estaba aterrizando precariamente cerca de los transbordadores de los
Gorgano. Los bastardos estaban desesperados, Citun no se dio cuenta de lo desesperados
que estaba hasta ahora. Un presentimiento en sus tripas le dijo que buscaban a Storm. No
podían cogerla. Ella le salvó la vida. Ella podía luchar contra la mente.
Citun sabía que el enemigo no aterrizaría, pero los transportaría si pudieran centrarse en
él. No podía luchar con la mente, pero era un rápido hijo de perra; su velocidad era todo lo
que había entre la muerte y la seguridad en el momento actual. Un zigzag era lo mejor, un
cambio constante de patrón y uno intermitente. Una línea recta los llevaría a un destino
más rápido, pero eso no era lo que necesitaba en su situación. No había ningún destino,
excepto la seguridad, dondequiera que estuviera.
Si Citun era separado de Storm, era como si estuviera muerto. Odiaba emplear a una
indefensa hembra humana, pero en ese mismo momento ella era la mejor defensa que
tenían, siempre y cuando fuera lo suficientemente rápido como para mantenerla. Ella no
peleó con él, ni luchó contra su mente, y Citun sabía que no le quedaba mucho tiempo
antes de que ella tratara de arrancarle los sesos. Necesitaba llevarlos a un lugar seguro y
explicarle por qué estaba más segura con él.
Si había Gorganos, habría guerreros Tonans renegados. Si supieran, y Citun estaba seguro
de ello, que había una luchadora mental humana, la zona se volvería tóxica. Citun
finalmente tenía una hembra humana en sus brazos; no iba a renunciar a ella. Movió las
piernas mucho más rápido después de pensarlo.

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La hierba negra y el pequeño follaje circundante pronto se convirtieron en un terreno lleno


de rocas y cantos rodados de índigo, con destellos relámpagos de cristal rosa. Asombrosas
manchas doradas reflejaban el sol en numerosas formaciones rocosas que se mantenían
allí. Cuanto más se alejaban de la fuente de agua, más altas eran las rocas, hasta que
abundaban las creaciones de columnas. Citun era un bastardo rápido incluso para los
estándares de los Zargonnii. Storm le pegaba en la espalda y en el culo. Sus gestos eran
más frenéticos que airados. Ella estaba tratando de llamar su atención.
"Uhhhh, ¿Citun?" gritó ella. "Puede que quieras correr más rápido"
Citun miró hacia atrás y observó un rápido fuego de rayos láser rojos y azules que
devoraban el suelo y se acercaban demasiado para su tranquilidad. Pequeñas explosiones
estallaron y Storm gritó, aullando cuando partículas golpearon su carne. Antes había
notado discretamente que sus prendas eran mínimas. Agradable para que él las mirase,
todas sus dulces curvas bronceadas expuestas, pero no tan agradable cuando la carne
estaba siendo utilizada como práctica de tiro. Citun la sacó de su hombro y la envolvió en
sus brazos. Su largo cabello se ajustaba perfectamente a su exuberante cuerpo, dejando
sus manos libres. La acción tenía por objeto acunar a un hijo en la dureza de su territorio
septentrional. Presionada contra él, ella estaba protegida. Por el momento.
Una gran explosión a su izquierda y enormes pedazos de piedra de pilares comenzaron a
caer. Un transbordador en llamas se estrelló contra una columna aplastándola. Una rápida
mirada y vio que se trataba de una nave teledirigida, debería haber sabido que los Gorgano
eran demasiado gallinas como para abordar una para luchar. Chocando, partiéndose, los
enormes montículos hicieron temblar la tierra. Las piedras eran imágenes, caras extrañas
de extraños, símbolos enormes de entre diez y cuarenta pies de altura. Antiguas reliquias
destruidas en un desvarío de guerra por un Zargonnii solitario y una pequeña hembra
humana. Imbéciles. En algún momento la vida inteligente vivió aquí; ahora los objetos
estaban siendo destruidos.
"Storm, si hay otras mujeres en este planeta con las que puedas conectarte, ahora sería un
buen momento antes de que nos den una paliza"
"¿Eh?" Ella estaba metiendo sus dedos a través de su pelo para abrir un espacio para mirar.
Citun se lanzó mientras otra explosión casi le hace tambalearse. Saltó de una enorme roca,
dio la vuelta y estiró los brazos y las piernas mientras giraba y aterrizaba con un golpe,
corriendo de nuevo.
"Conectar. Mentalmente. ¿Puedes conectarte con otras humanas aquí?"
Otra explosión, ambos pies conectados con piedra dura mientras corría lo más
verticalmente posible por la roca, y luego de lado hasta que cesaron las explosiones en el
suelo.
"Eso es un problema porque las otras mujeres aquí no son realmente humanas" Hablaba
desde el pequeño espacio que había creado; sólo se veían sus labios fruncidos.
Citun estaba muy apurado para no morir. "¿No eres humana?"
"Yo no he dicho eso"

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Estaba otra vez en el suelo. Una explosión enorme detuvo a Citun, y la tierra bajo ellos se
derrumbó. Estaban cayendo. Mierda. Citun enrolló sus brazos alrededor de Storm y dobló
ligeramente sus rodillas para prepararse para el impacto. El suelo tardó mucho en llegar,
cuando sus pies finalmente se conectaron al suelo fue un shock. Citun no tuvo otra opción
que rodar, acunando a Storm para protegerla lo mejor que pudo.
Cuando cesó su caída, Citun fue aplastado contra una superficie dura, expulsando su
respiración con un silbido. Su cabello utilizado para proteger a un pequeño niño varón se
conformó para proteger a Citun también. La mitad de la cantidad de protección de Storm
no fue suficiente para mantenerla en su lugar. Storm se extendía por encima de él. Ella
gimió mientras se sentaba a horcajadas sobre él y le dio un puñetazo en el pecho.
"Sabía que serías un problema" Curvó los labios en un gruñido.
"Fuiste tú quien mató al Gorgano", dijo él, arrastrando las palabras.
"Yo también te salvé"
"Acabo de salvarte"
"Bien. Estamos a mano. Adiós"
Storm luchó por quitarle la pierna de su costado, pero la mitad de su pie estaba atrapado
bajo su cadera. Ella tiró, sus manos se abrieron sobre su desnuda y ovalada barriga. Citun
no se movió. Él no la estaba lastimando, pero ella no iba a ninguna parte a menos que él lo
permitiera.
"Muévete, culo gordo", gritó finalmente.
Ella hablaba inglés, pero Citun había estado cerca de suficientes hembras humanas para
entender el tono despectivo y las tres simples palabras. Citun estaba empezando a aprender
varios idiomas diferentes, pero sólo hablaba unas pocas palabras de cada uno de ellos.
Había algo en las gargantas de los guerreros Zargonnii, o eso suponía el sanador Finn, que
impedía que los guerreros recalcitrantes dijesen demasiado en diferentes lenguas. Los
gruñidos y rugidos de su propio discurso eran mucho más simples.
"¿Por qué los humanos dicen 'adiós', cuando salir puede ser triste?" Preguntó Citun en su
idioma.
"Sí, lloraré toda la noche", refunfuñó ella.
"No te haré daño", dijo Citun. Mantuvo su tono suave al ver su creciente angustia.
"Lo dices tú y ah, oh, veamos," dijo ella y levantó una mano para empezar a contar con los
dedos. "Un Tonan, un asesino del infierno que dice ser de un planeta llamado Brax, una
serpiente-hombre o un hombre-serpiente. Y por último, pero no menos importante, un
Cono. Hacéis un total de cinco" Ella cerró el puño. "Un maldito puñado", gritó.
Citun cogió su puño y suavemente le soltó los dedos. "Los Tonans pueden ser malvados,
pero algunos buscan pareja. He oído que los Braxians tienen las manos ocupadas con unos
cuantos asesinos descarriados, todos mortales. Como estás viva, supongo que mataste al
asesino o te dejó vivir". Ella se sonrojó y él adivinó lo último.

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"Era horrible", susurró ella.


"La mayoría lo son. El hombre serpiente podría haber sido de una dimensión diferente.
Admito que nunca he oído hablar de un Cono antes"
Citun se movió para liberarla, y ella se alejó de él para sentarse a su lado. Su largo cabello
oscuro cubrió sus rasgos hasta que ella levantó su cara y él fue atravesado por unos
hermosos ojos azules. Delicados pómulos, dientes blancos, globos redondeados para los
senos asomados por debajo de una pequeña camisa de cuero curtido que se había torcido;
Citun estaba seguro de que había encontrado a su pareja. Cuando se dio cuenta de dónde
se asentaba su mirada, ella volvió a meter esas bellezas en su camisa, escondiendo de su
vista la mitad de ellas.
"Ojos al frente. Las chicas no hablan; si lo hicieran, sé lo que dirían". Sonaba enojada. "El
universo apesta a goobers1", murmuró en voz baja.
Citun se rió. Parecía carecer de los improperios de muchas mujeres de la Tierra. Y para un
macho de su especie, los senos hablaban mucho considerando que las hembras Zargonnii
sólo los tenían cuando estaban amamantando. Para Citun, los senos de la hembra humana
eran regalos. Algo para ser celebrado, honrado y atesorado, no mirado. Eran parte de la
belleza de una mujer, sirviendo a un propósito, un recordatorio de la vida. Le acunó la
barbilla y le sonrió.
"¿Son los Cono los goobers?"
"Son criaturas que viven en este planeta. Sólo los machos más poderosos se aparean con
las hembras de su especie. Los jóvenes cachondos copulan con cualquier cosa"
"¿Aterrizaste con otros humanos?"
"Sí, originalmente." Su tono era suave y triste. "Nos dijeron que nos dirigíamos a Ulsy, pero
en el momento en que aterrizamos supimos que nos habían engañado. El piloto del
transbordador despegó y nos abandonó; era un Tonan. Cuando protestamos justo antes de
que se fuera, se convirtió en otra criatura y nos impresionó muchísimo. Habíamos estado
viajando con un monstruo todo ese tiempo y nunca lo supimos. El alienígena tenía zarpas
y garras. Aunque intentamos atacar sistemáticamente, fracasamos y el Tonan mató a un
hombre delante de nosotros para mostrarnos lo fácil que sería acabar con nosotros. Su
poder es nada menos que fenomenal.
"Íbamos a ser cultivados. Los Tonans esperaban que fuéramos buenos humanos y que
copuláramos nuestros cerebros para poder entregar a nuestras hijas en el futuro. Pasará,
no va a pasar. Quedaban dos hombres y ocho mujeres. Los hombres fueron asesinados el
primer mes por el macho Cono, que es muy territorial. No había forma de defender a los
hombres; fueron masacrados. El Cono perdonó a las mujeres al principio. Consideradas
como una novedad debido a nuestro tamaño, nos quedamos solas durante mucho tiempo,
sobreviviendo juntos, construyendo una vida. No era perfecto, pero nos las arreglamos para

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encontrar comida y ropa, hacer fuego. De vez en cuando, aparecía un transbordador;


algunas de las hembras humanas eran tomadas y diferentes hembras eran dejadas,
hembras extraterrestres. Nos aceptábamos mutuamente y a nuestras diferencias. Entonces
otros extraterrestres comenzaron a aterrizar y los Cono se enojaron. Los conos empezaron
a ser heridos, sus tierras violadas. Los extraterrestres eran crueles, la mayoría hombres, no
estoy segura del sexo de un Gorgano, y sin embargo, a esos extraterrestres no les importaba
lo que mataban mientras intentaban conseguir lo que querían. Nosotras, vivas o muertas.
"No siendo brillantes, los Cono eran lo suficientemente inteligentes como para saber que
las humanas y las mujeres eran la causa de sus problemas. Verás, los Tonan cultivaban no
sólo hembras humanas, sino también hembras extraterrestres con las que pensaban que
los Castians se aparearían. Tal vez el Cono pensó que como otros machos querían a las
hembras de otras especies muertas, nosotros valíamos menos que nada. ¿Quién sabe? El
daño estaba hecho. Los Cono hicieron la guerra contra las mujeres, todas mujeres
extraterrestres, pero se podía ver que sus corazones no estaban en eso. Sólo querían
proteger a sus propias hembras y crías. Mataban a otras hembras con la mayor misericordia
posible. Los Cono son increíblemente fuertes. Pero el Gorgano llegó, demasiado tarde para
muchos pero no para mí, me dieron una ventaja cuando me enfrenté a uno y le maté. Estaba
tan enfadada después de perder tanto y tantos amigos. Algunas mujeres, humanas y otras,
fueron robadas por extraterrestres. Soy la única humana en este planeta que ha
sobrevivido, pero no la única mujer".
“¿Te comunicas con las otras mujeres?”
"Encontramos que cuando nos agrupamos significaba más muerte, no más seguridad. Si
una hembra soltera tenía su período, umm, un momento del mes en que sangramos, podía
significar todas nuestras muertes si estábamos juntas. El Cono caza a una hembra en celo
implacablemente. Las hembras menstruando no duermen durante días, siempre huyendo.
Nos separamos. Veo a otras de vez en cuando. Si es seguro estar juntas, hablamos durante
unas horas o días. En última instancia, estamos solas".
"Los Cono no puede ser inteligentes si no protegieron a las hembras, hembras de cualquier
especie, y las tomaron como suyas"
"De ninguna manera. Están construidos de forma muy diferente"
"Los Zargonnii y los humanos son totalmente compatibles"
Por un segundo, su mirada se dirigió a su verga y ella se movió después de sonrojarse como
una remolacha. Citun decidió cambiar de tema. Habría mucho tiempo para discutir el
apareamiento. Ahora no era el lugar ni el momento adecuado. Necesitaba llevarla a un lugar
seguro, lo que significaba unirse a su equipo de rescate. Entonces se dio cuenta de lo que
ella dijo. Si el Cono peleaba contra los machos, sus guerreros podrían estar en un aprieto.
Además, el Gorgano podría estar aún sobre ellos.
Citun se puso en pie. "¿Sabes dónde estamos? ¿O a dónde lleva esta caverna? Es hora de
que nos pongamos en marcha".
Storm saltó. "Sé que dices que eres un líder, pero no me hables en tono de líder. Puedo
cuidar de mí misma"

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Citun se abstuvo de reírse ante su mirada indignada. " Evidentemente. No puedo luchar
contra los Gorgano. Los Zargonnii luchan con habilidad y fuerza. Ya sabes cómo son las
cosas por aquí. Necesito llegar a mi nave. Mis guerreros están vagando por este planeta.
Expuestos tanto a los Gorgano, Tonans, y ahora a los Cono también. Esperaba tu ayuda".
"Oh"
"Ha pasado mucho tiempo desde que hablaste civilizadamente con un hombre. Quiero decir,
en una conversación".
"El último fue un Cono. Dijo que no me haría daño, pero ambos sabíamos que me mataría.
Sólo quería decir que no me destrozaría. Lo hacen, ya sabes, con hombres que creen que
son peligrosos".
"Encantador".
Storm le miró de arriba a abajo. "Podrías tener una oportunidad física contra uno. Luchan
solos. Mantienen el mayor número posible de hembras, normalmente cinco por macho.
Parece que los extraterrestres que creen que son más fuertes merecen muchas
compañeras".
Citun la miró directamente. "Mi especie y nuestras hembras no nos emparejamos de por
vida. Nos reunimos una vez en la selva cada dos años esperando que nos den la codiciada
descendencia. La nuestra es una vida solitaria de procreación con nuestras hembras.
Tenemos que mantener nuestras costumbres. Las hembras se quedan con las hembras y
los machos con los machos. Los guerreros se unen, nuestras hembras se unen, pero nos
las arreglamos para cuidarnos los unos a los otros. Las Zargonnii son muy protectoras con
sus hijos a cualquier edad, pero se preocupan desde lejos". Citun decidió dejarlo así. Si ella
pensara que la estaba mirando como material de emparejamiento, se pondría nerviosa.
Storm giró en un círculo cerrado. "¿Ves los patrones de color en las paredes de la caverna?"
Citun no se había dado cuenta de esa sutileza antes; lo hizo ahora. Había todo tipo de
colores, todos de una pulgada de ancho, cada uno corriendo a lo largo de los lados en
diferentes direcciones, algunos en la misma dirección. Pensó que los colores eran diferentes
a los de las rocas. Él rápidamente asintió con la cabeza.
"El negro te llevará a la hierba, de hecho, si sientes la línea negra la textura es hierba. El
azul te llevará a una gran masa de agua, el verde a los pequeños estanques. Si los sientes,
están mojados, pero no gotean, lo que es un poco genial. Cada línea te llevará a un lugar.
La plata es una zona boscosa".
Citun levantó la mano, pero Storm se la cogió y la soltó rápidamente. Él se inclinó para
mirar más de cerca, notando que la línea roja se movía de forma perezosa y ondulante.
Burbujeaba y escupía, pero permanecía contenida en sus límites. Había un aroma único
en la corriente.
"¿El rojo va a algún lugar peligroso?", preguntó.
"El rojo arde, conduce a un volcán activo"

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"Gracias" Citun dudaba que hubiese resultado herido; se había encontrado con la sustancia
de la que ella hablaba. Su piel era casi imposible de penetrar, pero él estaba contento de
que ella reaccionara para mantenerle a salvo. Sintió que era el momento de explicarle su
situación. " Storm, este planeta no es seguro. El Gorgano volverá una y otra vez para
encontrarte y matarte. El Cono podría algún día tener suerte. Mi planeta es un lugar seguro
para que vayas, dentro de lo razonable. Tenemos nuestros propios problemas, pero hay
humanos que viven allí y son felices. Vine a salvar a los humanos. Imagina mi sorpresa
cuando una me salva, y luego se esfuerza por mantenerme a salvo. Serías bienvenida en mi
planeta. No más correr y esconderse, serías abrazada en una comunidad"
Ella frunció el ceño. "Dijiste que los hombres y las mujeres viven separados. ¿Qué
comunidad me abrazaría?"
"Mis guerreros. Nadie te haría daño. Las hembras humanas son algo nuevas en mi planeta,
pero mis guerreros están manejando el intercambio lo suficientemente bien. Las hembras
de mi especie se alegran de que algunos de los guerreros hayan encontrado pareja humana".
"No lo sé." ella dejó caer la mirada, hizo un gesto de dolor preguntándose si la palabra
compañero era una buena idea. Citun podía oler su miedo.
"No necesitas decidirte ahora mismo. Ayúdame a encontrar a mis guerreros. Tal vez
tengamos tiempo para conocernos. Si decides montarte en mi nave y no quieres venir con
los Zargonnii, hay otros planetas que son seguros".
"No hay seguridad"
"Te prometo que la hay"
"No quiero vivir en la selva y tener sexo cada dos años"
Citun se rió. "Tenemos un lugar donde residen mujeres y hombres humanos"
Era cierto, excepto que el lugar estaba vacío; todas las hembras humanas de su planeta
estaban apareadas con machos Zargonnii. Los machos humanos que se quedaron vivían
con los machos Zargonnii por su propia voluntad para ayudar a criar a sus hijos.
"Te ayudaré a encontrar a tus guerreros. Después de eso, ya veremos".
Era suficiente para Citun. Planeaba quedarse con esta hembra. Cuanto más tiempo
estuviera con él, ella se quedaría con él.


Storm se mantenía a unos metros del gran guerrero. Era buena juzgando el carácter. Citun
no estaba mintiendo sobre sus guerreros. No habría razón para ello. Sabía que había naves
espaciales sobrevolando. Estaban en lo profundo de una de las numerosas montañas, pero
de vez en cuando un trozo de cielo les dejaba echar un vistazo a lo que les esperaba. La
nave Gorgano tenía la mitad del tamaño de la nave Zargonnii. Los Gorgano eran
extraterrestres altos y desgarbados; no necesitarían el tamaño de un Zargonnii. Citun era
enorme, ancho, alto.

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Mirándole brevemente, notó la diferencia. Había un cambio definitivo en su tamaño cuando


estaba tranquilo. Su estómago ovalado y sin pelo tenía un paquete de diez que se alisaba
cuando crecía. Había huecos entre sus grandes dientes que se rellenaban cuando sus
dientes se expandían. Era un espectáculo extraño. Afortunadamente, cuando se
transformó, no era tan feo como el Tonan. La apariencia engañosa e impresionante del
Tonan hizo que ella y las otras mujeres se desmayaran hasta que se dieron cuenta de lo
malvado que era. Nunca más Storm se dejaría llevar por una cara bonita.
No había duda del propósito de Citun en el planeta. El guerrero estaba allí para capturar o
coaccionar a las hembras. Un grupo enorme de guerreros pensó que no eran rivales para
las mujeres indefensas, pero un guerrero solitario podría tener éxito. Citun sabía que ella
podía luchar contra la mente, él no era tan simple como ella pensaba. Dijo todas las cosas
correctas para tranquilizarla con una falsa seguridad, y luego se lanzaría. Storm se
preguntó si tenían un dispositivo en su nave que pudiera hacer que una hembra humana
fuera incapaz de luchar contra la mente.
Ahora mismo Citun la necesitaba para sobrevivir. Ella no lo necesitaba. El área por la que
vagaban era su casa, lo había sido durante años. La simplicidad, cuando no estaba invadida
por los extraterrestres, era una vida hermosa. El tiempo era predecible; no había sorpresas
de tormentas eléctricas. Ni bombas ni armas. La hospitalidad sólo se veía interrumpida
cuando se trataba de extraterrestres. Storm deseaba, por una vez, simple quietud. Una vez
más, su mundo fue destrozado por fuerzas que escapaban a su control, o tal vez ella pudiera
encontrar el control.
La necesidad de seguir moviéndose era una bendición; Storm conocía cada centímetro del
área durante cientos de millas en cada dirección. Ella conocía los peligros -incluso a él. Ella
sabía la comida que podían comer y el agua que podían beber. Haría que el titán que la
seguía dependiera tanto de ella que estaría demasiado avergonzado como para llevársela.
Temía decirles a los otros guerreros que le había salvado la vida. Los de su especie tendrían
un ego de una milla de altura. El todopoderoso guerrero, cuya destreza no era superada
por ninguna otra; ella casi podía leer su mente por la forma en que él se contoneaba como
un pavo real. Storm sólo necesitaba alborotarle unas cuantas plumas.
Hasta ahora, ella lo había salvado de un Gorgano, de ahogarse y de quemarse un dedo.
Tenía un buen comienzo. Un guerrero y un líder tan influyente no se atrevería a convertirse
en el hazmerreír de los demás. Todo lo que Storm necesitaba era encontrar situaciones para
colocarles en las que ella pudiera salvarle y añadirlas a la creciente lista.
No había manera de que un enorme líder quisiera tener algo que ver con una hembra
humana que le hiciera sentir completamente inútil. Storm decidió que era un buen plan.
La maldad que ella conocía que había aquí en el planeta. Unos pocos machos Cono pasaron
por alto la presencia de ella cuando los encuentros con los extraterrestres fueron
disminuyendo. Con el tiempo, los seres del planeta podrían coexistir como antes. El planeta
era peligroso, pero no había nada más peligroso que lo desconocido. Storm planeaba hacer
que la conciencia de lo que la rodeaba funcionara a su favor.



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Capítulo 3
"¿Qué línea estás siguiendo?"
Storm miró por encima de su hombro a Citun. Habían estado caminando durante más de
una hora, supuso, desde que salieron de las rocas que les protegían.
"La línea que estaba siguiendo lleva al refugio. Los habitáculos son de color gris. Pronto
oscurecerá. La oscuridad aquí viene rápido; no es gradual. Y créeme, no querrás estar a la
intemperie en la oscuridad".
"Puedo ver en la oscuridad"
"Bueno, tienes suerte, puedes ver lo que te comerá"
"Nada me asusta"
"Pues el estanque parecía que había hecho un buen trabajo"
Citun hizo una mueca de dolor y por un segundo Storm se sintió mal. Pero si su plan
funcionaba, ella quería que él reconsiderara su destreza.
"El Gorgano estaba en mis pensamientos" A ella le sonó deprimido.
"Sí, lo fue. Podría haber más. Entiendo que eres un guerrero y que eres fuerte. Tiraste mis
ciento cincuenta libras por encima de tu hombro como si fuera un saco de esponjosos e
ingrávidos bocadillos de patatas y corriste como si no hubiera un mañana".
Citun se detuvo en su camino. "Mierda, sabía que eras ligera, ¿pero ciento cincuenta? ¿Eso
es todo? Mujer, tenemos que ponerte algo de peso encima".
"No necesito peso sobre mí. Me veo bien, me siento bien. Estoy más sana ahora que cuando
estaba en la Tierra. Creo que he perdido unos 10 kilos desde que llegué aquí. Pero
definitivamente he ganado músculo".
Citun resopló. "Tienes tanto músculo como el hijo de mi amigo de 12 años, bueno, quizás
ni siquiera tanto. Nuestras hembras son más pesadas que la mayoría de los guerreros. Son
enormemente musculosas y hermosas"
Storm suspiró. No hubo ningún argumento al respecto. Sin duda, el guerrero pesaba al
menos cuatrocientas libras o más, por lo que sus hembras debían ser formidables.
Hablando de choques culturales. Un macho que ha sido diseñado para aceptar a una
hembra y su mayor peso y estar impresionado. La idea le hizo preguntarse por qué le
interesaban las mujeres humanas. Tenía que haber una cierta razón.
Empezó a caminar y se dirigió a un lugar seguro, cambió de opinión y lo llevó a un pequeño
y exuberante arbusto que contenía numerosas y deliciosas nueces del tamaño de una
moneda de cinco centavos. Las nueces eran dulces y le recordaban a los anacardos grandes,
del mismo color, textura, sabrosos, saciantes. Había un pequeño problema con el placer de
comer. Storm recogió un puñado de los objetos blancos y se comió uno. Tal y como ella se

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imaginaba que lo haría, Citun cogió un puñado considerable de cada una de las nueces que
ella comía.
"Estas están buenas", dijo Citun. Ella notó que esos dientes afilados de sus crujientes
nueces hacían un trabajo rápido. Los pedacitos salieron volando y eso le recordó a La Bella
y la Bestia. Excepto que dudaba de que hubiera un príncipe bajo el titán.
"Mmm hmm", murmuró ella, y esperó, mordisqueando. Discretamente fingió comer más,
pero las dejó caer.
"Comí antes de dejar mi nave, pero este es un buen aperitivo"
Después de tres nueces, Storm supo que era hora de parar. Ella se alejó y Citun masticó
más nueces mientras caminaban.
"¿Caerá pronto la noche?" Preguntó Citun.
"Sí. Y créeme, cuando cae, cae con fuerza"
Citun tiró el resto de las nueces en su boca y masticó con satisfacción. Storm le observaba
esperando, preguntándose. Continuaron adelante hasta que Storm pensó que el alienígena
tenía una tripa de hierro fundido. Había sido un buen plan, pero ella supuso que Citun
podía comer metal y no flaquear. Era una bestia después de todo, o una cabra. Ella suspiró
y continuó. Después de un momento, el pelo se le puso de punta cuando Citun eructó. Él
se llevó una mano a la boca, con cara de vergüenza. Volvió a eructar haciéndola parpadear.
Los trenes chocando eran más silenciosos. Un luchador Cono correría aterrorizado por el
ruido que él hacía.
"¿Estás bien?", preguntó ella, entendiendo que se avecinaba una tormenta en su vientre.
Parecía que no era invencible con la comida.
"¿Esas cosas que comimos eran veneno?" Preguntó Citun.
"Por supuesto que no", Storm estaba indignada. Nunca se le pasó por la cabeza matarle.
Todos los machos eran bebés grandes cuando estaban enfermos. Un rápido ataque de
flatulencia y diarrea era una forma sencilla de demostrarle que no era omnipotente. Pero
estaba a punto de ser potente en un minuto.
Citun eructó de nuevo. Storm se sentía muy presionada para no taparse los oídos; la bestia
era como un cuerno para la niebla. Por un segundo, pareció frenético mientras su mano se
dirigía hacia su vientre. Su mirada se movía salvajemente y Storm supo que la amenaza era
inminente.
"Perdona", dijo Citun y se dirigió al arbusto más cercano.
Se mueve como un guepardo cuando necesita hacerlo.
Storm hizo un gesto de dolor y se tapó la nariz. Los ruidos que venían de detrás del arbusto
la hacían desear que ella le hubiera impedido comer tantas nueces, pero él era tan grande
que unos pocos no habrían hecho nada. Por un momento, se preguntó si lo había
envenenado. La idea le preocupó. Los jadeos, los eructos y los pedos hizo que abriera sus
ojos de par en par; se puso las manos a los lados de la cara. Citun gimió, Storm gimió con

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él, recordando su primera experiencia con las nueces. El fiasco fue una experiencia de
aprendizaje para los diez humanos al principio, cuando aterrizaron por primera vez, ahora
quedaba el recuerdo. Diez arbustos entregaron sus vidas ese fatídico día.
"Hablando de la tormenta perfecta", susurró ella.
Pequeñas explosiones estallaron a menos de tres metros de ella. "Oh Dios." Jadeó y
retrocedió mientras el olor se movía hacia ella.
Cuando Citun finalmente salió, ella fue a tomar su brazo pero él la despidió con un gesto
de su mano. Sus mejillas estaban rojas. Parecía que había luchado en una guerra y había
perdido.
"Supongo que es una comida de la que un Zargonnii nunca debería participar", murmuró
Citun.
Storm no sabía si reír o avergonzarse mientras miraba su andar zigzagueante. Decidió que
lo siguiente que le dio de comer no le causaría una guerra en la barriga. Pero no parecía ser
'más fuerte que tú'.
"Guau", dijo Citun.
Storm levantó la vista. La ola de oscuridad descendió como de costumbre, sin previo aviso.
Un ébano de tinta que se mueve a un ritmo rápido y que deja fuera a cualquier azul en el
cielo. Storm no estaba preocupada; llegaron al lugar seguro donde ella tenía la intención de
pasar la noche, ya que se habían visto arrojados a la absoluta oscuridad. La gran cantidad
de musgo que cubría la abertura, envuelto en hojas pesadas, era engañosa. Costó un
esfuerzo mover una pequeña cantidad de las gruesas enredaderas hacia atrás para entrar,
pero Citun se acercó y separó un puñado del verde y viscoso revoltijo.
Un suave confort de luz parpadeaba en su interior. Storm se agachó cuando ella entró por
la abertura redondeada, Citun se dobló. En el interior, podían estar cómodamente de pie.
El agujero era un cubículo. Con los ojos de Citun brillando era más fácil de ver, pero no
tenía que haberse molestado. Dentro había luciérnagas. Gruesas masas verdes brillantes
pegadas a las paredes y al techo, todas durmiendo. Eran inofensivas, sus ronquidos eran
más bien un ronroneo.
Una parte del suelo estaba húmeda y antes de que Storm se sentara, Citun secó el área.
Ella se dejó caer sintiéndose exhausta. Citun cayó cerca de ella, manteniendo una distancia
de un metro entre ellos, mirando a su alrededor. La humedad goteaba por las paredes,
salpicando en pequeños charcos. Las algas cubrían casi todo, dando a las luciérnagas
lechos en los que anidar. Storm se estremeció. Normalmente, cuando pasaba la noche en
uno de estos cubículos, traía una esterilla para el suelo y tejía una manta de largos
helechos, que son de fácil acceso en todos los lugares a los que viajaba. El planeta entero
satisfacía sus necesidades, hasta que llegaron los extraterrestres.
"¿Qué es este lugar?" Preguntó Citun.
"Un lugar seguro para dormir. El cubículo se llena de agua durante la primera parte del
día. La enorme cantidad de musgo impide que el agua contenida se derrame hasta que se
llena, entonces el musgo deja desaguar al cubículo. A veces los Cono se acercan y tiran del

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musgo hacia un lado para dejar que sus pequeños jueguen si el musgo no ha liberado ya el
agua. El pequeño valle se llena como un baño. Desde arriba les miro. Son lindos cuando
son pequeños".
"¿Cómo son esas criaturas?"
Storm se rascó la cabeza. "¿Sabes lo que es un centauro?"
"No"
"Un centauro es mitad caballo, mitad hombre"
"¿Existe tal cosa?"
"Un mito humano, o folklore. Un Cono es un ser que tal vez tenga tu altura en su alzada.
Con torso, cabeza y brazos, con una garra en una mano, y la otra tiene seis dedos. El torso
está desnudo, con tal vez ocho ojos en lugares estratégicos, cuatro en el pecho y cuatro en
la espalda. Digo tal vez porque nunca me acerqué lo suficiente a uno para contarlos todos.
El cuerpo del Cono es de pelo gris oscuro. Las hembras son de color blanco puro. También
los jóvenes. Los machos desarrollan el gris a medida que luchan y envejecen. Tienen la
cabeza alargada y una melena de pelo grueso. Orejas grandes y puntiagudas, una nariz
plana y dos ojos adicionales separados en lo alto de la frente.
"Al principio sus, umm, cosas de hombre, son redondeadas en la punta. Cuanto mayor es
la edad, más afilados se vuelven para la penetración. Los machos jóvenes no pueden
penetrar a una hembra Cono, por lo que buscan otras hembras. Incluso los jóvenes son
demasiado grandes para una humana; parecen saber esto, así que buscan a las otras
especies alienígenas del planeta. No quieren matar. Sólo los machos adultos empezaron a
matar, pero nunca utilizaron el sexo. Destruir a las mujeres alienígenas en su mundo nunca
fue cuestión de control. Sólo querían proteger a los suyos".
“¿Has hablado con alguna de esas criaturas?”
"Sí. Les entiendo. Pero sólo después de mi primera batalla contra los Gorgano. Intenté
explicarle a Oct, que era el macho con el que me encontré, que podía ayudar a destruir al
Gorgano, pero dijo que no vendrían si yo era la que estaba destruida. Es el Cono más
poderoso que he conocido. Esperaba convencerle para que hablara con el resto de los
hombres. La batalla por las mujeres es demasiado desigual, con tantos alienígenas
queriendo matarnos. Los Cono no tienen aliados".
"¿Cómo te escapaste de Oct?"
"Mis pensamientos le invadieron, y lo inmovilicé hasta que no pudo moverse. Le dije que en
cuanto me perdiera de vista, estaría bien. Estaba asustado porque necesitaba estar entero
para mantener a su familia a salvo. En cierto modo, los Cono son guerreros. Nada es más
importante para ellos que evitar que sus seres queridos sufran daños. Para hacer eso,
necesitan luchar y ser fuertes. Oct fue diferente después de que le derroté. Pensó que si
una pequeña hembra podía atraparle, no era un guerrero".
"¿Qué le ha pasado?"

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"Después de que el Gorgano se fue y hubo una paz provisional en el planeta, dejé que Oct
me 'salvara'. Era peligroso, y me preocupaba cómo reaccionaría. Pero había empezado a
dejarme seguirlo de nuevo cuando cazaba. Hay enormes bestias peludas en el planeta; se
parecen a un buey de gran tamaño. El pelaje es hermoso y cálido en las noches que pueden
ser frías. La carne está deliciosa. Sabía que una vez que la amenaza del Gorgano pasara, el
Cono ya no necesitaría la muerte de las hembras extraterrestres. Como dije, sus corazones
no estaban interesados en matarnos. Estaba cazando cuando vi a Oct y decidí seguirle; es
mucho más alto y ve más lejos. No estaba cazando a las criaturas buey. Los seres de los
que está hecha mi ropa son de un herbívoro del tamaño de un pony que se parece a un
hámster en mi mundo. Viajan en manadas de cincuenta o más que se desbandan cuando
se asustan. Terminé en medio de la estampida. Oct me salvó y me dejó vivir. No era nada
para una criatura de su tamaño ponerme a salvo. Sus hembras se preocupaban por lo
maravilloso y misericordioso que era, y desde entonces hemos tenido una existencia
tranquila.
"Ahora parece que el tratado terminará con los Gorgano de vuelta. No sé cómo me
encontraron. O tal vez iban tras de ti, y ahora les he mostrado que existo. Las extraterrestres
del planeta tendrán que volver a esconderse. El Cono tampoco apreciará a los Zargonnii".
"Lamento que el salvarme sea la causa de que estés en peligro, pero lo dudo. El paradero
de las hembras humanas es información que se comparte en todo el espacio. Los Zargonnii
se irán tan pronto como nos aseguremos de que cada hembra humana esté a salvo"
"¿Qué hay de las otras mujeres extraterrestres de aquí? ¿O son las humanas las únicas
cosas que los Zargonnii quieren?"
Citun parecía pensativo. "Aceptar a las humanas fue difícil para mi especie. Normalmente
somos mercenarios contratados para erradicar a los alienígenas invasores que se han
convertido en una molestia".
Storm tragó fuerte con una idea. "¿Fuisteis enviados para erradicarme?"
"Si así fuera, ya habría acabado contigo. Los Zargonnii fueron enviados a trasladar y
reubicar a los humanos en un planeta diferente hace algún tiempo, pero ahora viven entre
nosotros. Han encontrado hogares y seguridad"
"Si elimináis a los Gorgano, este planeta será seguro para mí"
"La terminación de una raza entera cuando se dispersan a través de las galaxias puede
llevar algún tiempo y hasta entonces estarás sola"
"No estoy realmente sola; no lo estaría si la amenaza se va. Las otras extraterrestres y yo
podríamos finalmente vivir juntas sin miedo".
"Todavía quedarían los Tonan, los asesinos y los hombres-serpiente, y ¿estás segura de que
los Cono no cambiarán de opinión en un momento? ¿Ni siquiera le darás a mi planeta un
poco de consideración?"
No lo haría, pero no se lo iba a decir a Citun. "¿Tienes algún animal en tu planeta como la
Tierra?"

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"En realidad no." Ella estrechó su mirada sobre él. Citun se encogió de hombros. "No,
ninguno"
"El océano aquí tiene ballenas; son los únicos seres que me recuerdan a mi hogar. Extraño
la Tierra. Me arrastro por las rocas y veo jugar a las ballenas. Parece que no les importa y
me miran a mí también. Me encantan las ballenas".
"Me gustan las ballenas".
Storm se sorprendió. "¿Hay otros planetas además de la Tierra y aquí las tienen?"
"Sí, muchas. Criaturas gentiles".
"Investigué mucho sobre las ballenas una vez, cuando era niño. Un proyecto escolar. La
ballena azul es la más grande. Las ballenas asesinas viven en manadas. Me decidí por la
ballena correcta".
"¿Hay una ballena incorrecta?"
Ella sabía por el tono de él que estaba bromeando. "Sí, de hecho las hay. Ninguna niña de
once años va a discutir nada con la palabra esperma utilizándose en una frase. Incluso si
la palabra ballena le siguiera"
Citun rugió de risa. "Un cachalote2, qué perfecto"
"Las familias de los cachalotes están formadas por hembras y machos jóvenes"
"En mi cultura, las mujeres mantienen a sus hijos varones sólo un mes antes de dárselos
a su padre. Tal vez algunas especies son más parecidas de lo que pensaba"
"¿Hay ballenas en tu planeta?"
"No. Nuestra agua es en su mayoría pequeños lagos y estanques. Desearía que tuviéramos
organismos de agua más grandes"
Storm sonrió y luego se entristeció. "Supongo que las ballenas ya se extinguieron en la
Tierra; no había forma de salvarlas"
Citun le sonrió y le acunó el rostro. "Me han dicho que un guerrero del agua llamado Arax
salvó a muchas. De hecho, salvó a muchas de tus criaturas acuáticas y las cuida. Los llevó
a su dimensión. Estarán a salvo con él"
"¿Una dimensión de agua?"
"Ellos, los guerreros del agua, respiran aire, y también pueden respirar bajo el agua, tanto
los Guerreros del Agua como el Pueblo de los Tiburones. Lo último que oí es que se
preparaban para la guerra. Incluso los mundos dentro de los mundos tienen sus problemas.
Un Zargonnii, Finn, un sanador, que viajó a la dimensión acuática, sigue hablando mucho
acerca de la visita de él y de su compañera, Bethany, o eso escuché antes de que dejáramos
nuestra galaxia y la comunicación se detuviera. Ha habido indicios de que una hembra
humana, Bertha, vive en la dimensión del agua. Dudoso ya que la entrada probablemente

2 En inglés, cachalote se dice sperm whale (esperma ballena)

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mataría a un intruso no bienvenido, y me han dicho que Arax es un idiota. También es el


líder de los Guerreros del Agua. No se le escapa nada y está demasiado ocupado para
preocuparse por los humanos.
"Personalmente creo que cualquier hembra humana solitaria sería asesinada allí mismo en
esa dimensión, es inflexible. Finn salvó a Bethany. No la trataron bien. Me sorprende que
Finn dejara vivir a Arax con la historia que cuenta. Además, ¿cuánta compasión podrían
tener algunos peces? Demasiada guerra. Muchos otros alienígenas atrapados en el fuego
cruzado. Algunos alienígenas no pueden contraatacar y son aniquilados en su planeta
cuando los Gorgano y los Tonan se desbocan en la búsqueda de hembras humanas
perdidas. Mis guerreros se han esforzado por salvar a los humanos".
"¿Por qué tantos alienígenas odian a los humanos?"
"¿Por qué tantos humanos odian a otros humanos?"
"¿Nunca peleas con los Zargonnii del sur?"
Citun parecía horrorizado. "¿Por qué haríamos la guerra con los de nuestra propia especie?
No tiene sentido"
"La guerra de los Castians y Tonans"
"Un número de viles malvados Tonans separó a las dos culturas hace mucho tiempo. Ahora,
debido a los malvados Tonans, los Castians y sus verdaderos primos se han encontrado de
nuevo. Pronto no quedarán Tonans malvados, si el Universo tiene suerte. A menos que los
Tonans encuentren una forma de reagruparse. No estoy seguro de que eso sea posible.
Necesitarían socios dispuestos a emparejarse con ellos o al menos darles una descendencia
que estén dispuestos a proteger. Su ciclo de necesidad está llegando a su fin, si es que no
lo ha hecho ya. Pasarán cuatrocientos años antes de que tenga lugar otro, y si no se
aparean, una hembra humana no durará lo suficiente. Eso significa que un malvado Tonan
no sólo necesitaría aparearse, sino también mantener a su pareja a salvo durante cientos
de años. No se puede apelar a un ser sin corazón. Demasiado trabajo y riesgo. Si un guerrero
Tonan o un guerrero Castian mueren, están tan conectados con su pareja, que su pareja
también muere".
"Eso sería una mierda. Para la pareja. ¿Por qué cada cuatrocientos años?"
"Es su destino. Un macho sólo entra en necesidad cada cuatrocientos años".
"¿Es lo mismo para sus hembras? Porque las hembras humanas pueden quedar
embarazadas en cualquier momento. ¿Cómo saben que una humana no quedará
embarazada antes de que pasen los cuatrocientos años?"
Citun parpadeó. "Sólo asumí que es el estilo Castian y Tonan. El problema sería el escudo.
Cuando está en necesidad, un guerrero le da un pedazo de su escudo a su descendencia.
Sería una vergüenza para ellos tener hijos que no puedan proteger; destruiría su honor, o
sentirían que eso había destruido su honor".

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"Entonces será interesante ver si una hembra humana y un macho Castian o Tonan son
más que compatibles para reproducirse de acuerdo con el sistema reproductivo de un
humano"
"Esa es una teoría interesante"
"¿Beneficiaría eso a un Tonan?"
"No. Los malvados Tonans no tienen moral. Son egocéntricos, arrogantes y no tienen
compasión. Sin arrepentimientos por ninguna acción. Incluso si uno roba una hembra y la
obliga a aparearse, ella nunca se vinculará con él. Viven para sí mismos, por el poder y la
corrupción. Lastiman a otros por ver el sufrimiento y el dolor. Desprecian el ciclo de
necesidad, y todo lo relacionado con la entrega de sí mismos".
"Suenan como sociópatas"
"Supongo que es una palabra que un humano podría utilizar. Es mucho más profundo con
los Tonans. Me estremezco al pensar en cualquier niño a su alrededor que no tuviera
protección".
Citun pareció dejarse llevar por sus pensamientos. Storm bostezó y tembló. Hablar de
extraterrestres, necesidad y escudos extraños era interesante pero nunca la involucraría.
Desearía tener una manta de helecho. Las noches en el planeta eran frescas, pero los
cubículos eran fríos y húmedos. La ropa que llevaba no ayudaba mucho a protegerse de los
elementos. Ya habían desaparecido las camisetas, los pantalones cortos y las sandalias con
las que aterrizó en el planeta. La piel de una vieja bestia con la que se topó y se convirtió
en unos mocasines de cuero suave, una pequeña camisa con una correa para el hombro y
un trozo de piel entre las piernas, con cinturón para formar una tapa en la parte delantera
y en el culo. Con la cantidad de ejercicio que hacía, Storm tuvo que reemplazar sus prendas
varias veces a lo largo de los años. Una ojeada a sus mocasines los mostraba desgastados.
Su reflejo en los claros estanques la hacía reír algunos días. Parecía una mujer de las
cavernas. Pelo oscuro salvaje y todo eso. Normalmente, su cara tenía manchas de suciedad
y sus uñas estaban hechas a menudo un desastre. Los cinco mil dólares en brackets y
blanqueamiento dental eran lo único que la separaba de sus ancestros lejanos.
"¿Storm?"
"¿Hm?"
"Hace frío aquí".
Ella se sorprendió. Él Tenía el pelo largo y blanco que le cubría el culo y le caía sobre sus
hombros y espalda. Su pecho era de pelo, excepto por la gran calva ovalada que parecía un
paquete de diez. Llevaba pantalones que se metían en sus botas negras en el tobillo. Cuatro
manchas blancas horizontales de pelo cubrían sus brazos en su mayor parte desnudos.
Supuso que podría tener frío. Casi se ahoga, y luego hubo una carrera y una caída locas
seguidas de una caminata. Entonces su lucha contra la flatulencia le habría agotado.
Luchar con tus entrañas era agotador. Podría estar experimentando algún tipo de shock y
deshidratación.

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Storm volvió a sentirse avergonzada. Instintivamente, se acercó. Su mano tocó su carne


desnuda; él estaba caliente. Su cadera descansaba contra la de él. La suave mirada en su
rostro le hacía parecer vulnerable.
"¿No pueden calentarte los ojos?", preguntó.
"Podrían, pero no es calor constante. Necesito descansar"
Parecía cansado. Pobrecito. Storm se enroscó junto a él. Mantenerle caliente lograría dos
cosas: él la mantendría caliente, y ella ayudándole era otra muesca en su cinturón de las
cosas por las que él necesitaba de una hembra indefensa.


Citun observaba el suave ascenso y caída del pecho de Storm mientras ella se quedaba
quieta. Estaba cansado de los acontecimientos del día. Su nocivo combate fue vergonzoso,
y cuando Storm fue a ayudarlo, no se sorprendió. Ella tenía mucha compasión, pero él era
demasiado noble para cargarla con su peso.
Durante toda la noche, Citun mantuvo caliente a la pequeña hembra. Su mirada calentó
su carne hasta que ella se relajó de su apretada posición de pelota para extenderse contra
él. Dedos pequeños se abrieron paso entre los pelos de su pecho. Su mejilla, lisa y
bronceada, era un contraste perfecto con su pelo blanco como la nieve. Su aroma era el de
las flores dulces. El suelo estaba más fresco y la mayor parte de sus piernas estaban
desnudas, ella temblaba. La metió en su regazo para envolverla con su pelo, y bajando la
palma de su mano por sus mechones de ébano, él sucumbió al sueño.
Una incómoda humedad despertó a Citun lamiéndole el culo y los muslos, y miró alrededor
del pequeño y redondeado cubículo. Había una pulgada de agua debajo de él y pronto se
abrieron más agujeros en los costados. Las luciérnagas se habían ido. Citun se dio cuenta
de que el recinto pronto se llenaría; la hembra podría ahogarse. Storm se despertó cuando
la dejó en el suelo y corrió a separar las enredaderas de musgo. Citun entró en pánico,
había una roca sólida detrás de las enredaderas que se filtraba con agua de las grietas.
Storm se ahogará.
Citun golpeó sus puños contra la roca que no estaba allí la noche anterior. Se puso en modo
de batalla y escuchó a Storm aspirar aire. Estaba asustada. Citun era enorme en principio,
pero en modo batalla su punto ovalado sin pelo se suavizó a medida que ganaba en altura.
Sus negras uñas eran garras afiladas como cuchillas de afeitar mientras arañaba la roca.
Su pelo era salvaje en su furia para salvar a Storm. El rojo de sus ojos se convirtió en láseres
en un intento de partir la roca.
"Está bien", dijo Storm. Su tono era calmado.
"Tenemos que salir", gritó Citun. Necesito sacarte de aquí. Bajo circunstancias normales,
Citun podía aguantar la respiración durante horas. Podría esperar hasta que el agua
retrocediera, y estaría bien. Storm no lo haría. Por un momento, se preocupó de que otro
Gorgano estuviera luchando con su mente. ¿Y si todo a su alrededor era una ilusión? ¿Y si
no se hubiera salvado? ¿Y si aún estuviera en el fondo del estanque? Sus pensamientos

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irracionales comenzaron a engullirlo. Storm era real; él podía seguir su aroma. Necesitaba
salvarla.
"Citun, el cubículo se mueve. No tengas miedo. Te sacaré de aquí. No tengas miedo"
Citun calmó su respiración cuando ella tomó su mano en la suya y le instó a que se alejara
de la roca sólida. Musgo en la parte de atrás de la cueva, que creía que cubría más roca, se
aflojó mientras ella lo empujaba. La luz entró, el sol estaba afuera. Citun atravesó la
abertura y se la llevó con él. Su respiración era irregular cuando salieron a la luz del sol.
En cuanto vio por primera vez a Storm, supo que sería suya, y por unos momentos
aterradores, pensó que la perdería. Respiró profundamente, calmando su corazón cuando
la escuchó hablar.
"Está todo bien. Lo siento, debería haberte dicho que estos cubículos giran durante la
noche. No estabas en peligro. Fue cruel de mi parte no decírtelo, especialmente porque casi
te ahogas. Estás bien. Estás bien. Estarás bien, cariño"
Su tono era el de una mujer hablando con un niño pequeño y asustado. Pensó que su miedo
era por él, no por ella. La idea le hizo parpadear. Citun era un guerrero. Un líder poderoso.
Antes de que él pudiera corregirla, ella se volvió y comenzó a caminar, llevándolo con ella.
Ayer, ella no le dejó acercarse a ella hasta que se quedó dormida, pensando que él tenía
frío. Ahora, ella estaba cogiéndole de la mano. Tal vez no sería tan mala idea que pensara
que él estaba un poco asustado. Las hembras humanas eran tan adorables cuando se
preocupaban, y él disfrutaba de la sensación de su piel.
"Te encontraré algo de comer. Algo seguro que tu vientre pueda tolerar. Debes estar
hambriento", dijo Storm.
Citun ni siquiera había pensado en comida. Se preguntó si ella tendría hambre. “Sí. Algo
de comida sería bueno”
La pobre hembra debía estar hambrienta; sólo comió tres de las nueces, por suerte para
ella. Sería una buena idea dejarle encontrar algo para comer y beber; estaba sediento. Los
guerreros podían esperar. Exigió que los machos se mantuviesen juntos, solo Citun era el
único que había salido. Seis enormes guerreros Zargonnii virtualmente indestructibles
patearían el trasero del planeta si necesitaran hacerlo. Citun echó una mirada al cielo. Sólo
la nave Zargonnii era visible. Eso significaba que el Gorgano se había ido, por ahora. En
silencio, aplaudía. Jari, su segundo al mando, era difícil de superar. Cuando el Gorgano
regresara, Storm se habría ido.
Citun estaba consternado porque su localizador se había destruido. Todos los guerreros
Zargonnii debían llevar un localizador en su bota en todo momento. Se había dado cuenta
de que la mitad había desaparecido el día anterior. El Gorgano debía haberlo roto.
Necesitaba otro guerrero para contactar con la nave. Sin duda, sus guerreros le estarían
buscando. Jari podía explorar la superficie, pero con tantos extraterrestres a la vuelta de la
esquina, necesitaba sus ojos en el asunto en cuestión: el Gorgano y quizás unos pocos
Tonans. Citun y sus guerreros podían cuidarse solos. Echó un vistazo a Storm. Bueno, la
mayor parte del tiempo.

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Citun se fijó en los cubículos mientras deambulaban por el pequeño valle. Eran
redondeados. Tan altos como él y parecían pegados al fondo de la roca. Engañosos. En una
inspección adicional, Citun pudo ver que el cubículo giraba ligeramente por el movimiento
de las vides y la base de roca.
"Creo que la fuerza del agua mantiene a los cubículos en movimiento", dijo Storm. "Dentro
de las enormes colinas hay agua que alimenta los manantiales y los pequeños estanques.
El planeta es hermoso. Todo lo que necesita son unos pocos unicornios".
Ella seguía cogiéndole de la mano y le observaba. En el suelo, Citun vio luciérnagas
mordisqueando la hierba de ébano. Los pequeños paneles solares de sus espaldas
absorbían los rayos del sol durante el día, la oscuridad de la hierba arrastraban los rayos
hacia el suelo. Storm tuvo cuidado de evitar a las pequeñas criaturas, no queriendo
aplastarlas. Citun hizo lo mismo. El razonamiento era sólido; si se mataban demasiados,
no habría luz en los cubículos cuando fuera necesario. Ella no necesitaba saber que él
planeaba que nunca más necesitaría un cubículo, pero las criaturas eran lindas e
inofensivas. A Citun no le gustaba destruir nada indefenso.
Se necesitó poco esfuerzo para salir del valle. Su ascenso fue un poco menos que vertical.
Las rocas multicolores les daban fuertes asideros. Storm tenía razón, estaba en forma.
Demasiado pequeña a sus ojos, pero saludable con curvas asombrosas. Se quedó un poco
atrás para ver como su falda de cuero se balanceaba en sus caderas, dándole una vista
impresionante de su culo, incluso aunque estaba cubierto. Estaba bronceada, sus piernas
largas y firmes. El agarre de su mano era firme y no sudoroso, guiándole mientras ella le
mostraba dónde poner sus pies. Era una persona de confianza. La idea era un poco
perturbadora; si ella se sentía cómoda en su entorno, tal vez no quisiera irse con él. El
planeta era impresionante cuando no estaba tratando de matarla con nueces venenosas,
cubículos de agua y Conos. Lo que hizo que su mente volviera a preguntarse cómo eran las
criaturas.
La descripción de Storm de un hombre-caballo con muchos ojos y un cuerpo peludo era
una historia que le encantaría poder contar a sus otros guerreros en las frías noches de
invierno. El norte Zargonnii tendría nieve de dos metros y medio de altura. Debido al clima,
su gente creaba catacumbas mucho antes de su nacimiento, quizás miles y miles de años
antes. Intrincados pasillos conducían a las casas y a las principales áreas de reunión. Las
reuniones ofrecían a sus hombres una forma de aliviar la carga de la soledad.
Muchas noches en la sala principal, se reunían guerreros con hijos. La risa de los niños era
encantadora. Citun esperaba que la risa de su propio hijo resonara entre las paredes algún
día. Se agarró a Storm antes de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo, y aflojó la
presión. No quería asustarla.
"Detente", susurró ella.
Llegaron a la cima. Citun miró más allá de ella, interrumpiendo sus pensamientos. Un
insecto de unos 15 centímetros los estaba observando. La criatura de dos cabezas era roja
con tres partes separadas en su cuerpo. Cuando estaba erguido se asemejaba en miniatura
a un muñeco de nieve que a los humanos les encantaba hacer, excepto una cabeza de más.
Cada parte redondeada del cuerpo tenía múltiples patas. Cuatro antenas se movían. Citun

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estaba seguro de que había detectado ruido, las antenas hacían ruido. Storm retrocedió
hacia él, se giró y empujó su pecho hacia un campo abierto.
"¿Qué pasa? Es un insecto", dijo Citun.
"El bicho se parece a una hormiga roja en mi planeta, pero es diez veces más feroz. Y tiene
amigos, muchos, muchos, muchos amigos. Oh, mierda"
Citun vio aparecer cinco bichos más. Le pegó a uno que se subió por encima de las botas y
por encima de los pantalones y lo arrojó al suelo. El pequeño insecto se levantó y se sacudió,
y luego todos le atacaron. Storm gritó y tiró de él. Pronto hubo cientos de criaturas.
"Sígueme", gritó Storm.
El primer instinto de Citun fue recogerla, pero parecía saber hacia dónde se dirigía. Los
insectos se les estaban acercando. Citun sintió un pequeño pinchazo en el culo y se golpeó
el trasero, un bicho cayó al suelo.
"Por el amor de Dios, deja de intentar matarlos; los estás haciendo enojar", gritó ella.
"Me mordió el trasero"
"Si nos atrapan, te comerán el trasero. Podemos distanciarnos de ellos si nos damos prisa".
Cuando Citun miró hacia atrás, sus ojos se abrieron de par en par; un mar de insectos iban
tras su rastro. Si se tropezaban, estaban en problemas. Storm estaba bombeando sus
piernas más rápido; delante había un pequeño arroyo. Cuando Storm lo alcanzó, soltó su
mano y saltó por todo lo que valía y nadó en él colapsando en el suelo, riendo.
Citun estaba un paso atrás. Aterrizó de pie y la empujó a sus brazos, listo para volver a
correr. El ejército de insectos estaba haciendo un ruido terrible, pero ninguno le siguió. La
tormenta se rió.
"Está bien, estás a salvo; ellos no saben nadar. Este arroyo se extiende por millas en ambas
direcciones y termina en un océano".
Citun se sintió aliviado pero molesto porque estaba tan preocupada por su bienestar. Si los
bichos se hubieran apoderado de ellos, habría sido Storm la que hubiera estado en
problemas. La bajó hasta el suelo. Fue al arroyo y sorbió puñados de agua. Citun hizo lo
mismo. El agua era dulce y clara, fría y fresca.
"Vamos, vamos a desayunar", dijo ella.
Mientras se alejaba, Citun vio a los insectos peleando entre sí, rodando por el suelo. Algunos
de los bichos eran morados, otros amarillos y otros verdes. Un arco iris en movimiento sobre
un mar de hierba de ébano. Los rojos simplemente observaban como Storm se dirigía a un
pequeño arbusto. Citun notó que los bichos rojos subían por el lado del banco siguiéndola.
Preocupado, se acercó a ella. Storm recogió un puñado grande de bayas negras más grandes
que los insectos. Arrojó varios de ellos al agua.
"¿Por qué alimentarías algo que trató de comerte?" Preguntó Citun.
"Bueno, si están satisfechos no intentarán encontrar una forma de cruzar el arroyo"

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Citun notó el repentino apriete de su columna vertebral. No estaba siendo sincera. Los
bichitos estaban en sus patas traseras rogando por más fruta. Una persistente sospecha
en sus entrañas le dijo que nunca estuvieron en peligro. Frunció el ceño cuando se metió
unas cuantas bayas en la boca. Storm conocía este planeta; debería haber sabido que los
bichos estaban en la cima de la colina. Sabía que el cubículo se giraría. Ella sabía lo que
esas nueces harían.
Pequeña mona
Cada vez que algo sucedía ella le consolaba, pensando que tenía miedo. Por alguna razón,
ella estaba tratando de hacer que se sintiera menos guerrero. Por un momento, se enfadó
y luego se iluminó. No tenía intención de ir hacia su planeta. Quería que viera que podía
cuidar de sí misma. Citun no tenía duda de que podía, pero ese no era el punto. ¿Cuál era
el punto exactamente?
Citun fue a sentarse en un gran tronco. "Ya puedes parar", dijo. Pensativo, masticó la baya
dulce.
"¿Parar qué?"
"Deja de mostrarme que puedes cuidar de ti misma. Deja de intentar hacerme sentir que
no puedo cuidar de mí y mucho menos de ti aquí".
Storm suspiró y fue a sentarse a su lado. "Este es mi hogar"
"Lo sé. Quieres quedarte".
"Tengo amigos aquí. Me gustan los Cono; bueno, cuando no están tratando de matarme.
Sólo lo intentan cuando hay otros alienígenas cerca. A las hormigas de allá les encanta la
fruta de este arbusto. Un día, empecé a tirarles un poco. A veces me siguen a todas partes.
Ellos muerden, pero no a mí"
"Podrías tener amigos en mi planeta. Mascotas. Mis guerreros son nobles y honorables"
"Conozco este planeta. Sé qué esperar y cuándo. No quiero pasar años aprendiendo a
encajar de nuevo. Lo que podría matarme y lo que lo hará. Es agotador. Puede que no haya
humanos aquí, pero las otras hembras y yo nos llevamos bien. Nos reímos cuando podemos.
Si al menos otros alienígenas se mantuvieran alejados".
"Los otros alienígenas no se mantendrán alejados. Un Zargonnii no te hará daño. Mis
guerreros nunca le harían daño a una hembra indefensa".
"Vivo donde quiero aquí, hago lo que quiero. Voy de paso y me encanta. Nunca tuve la
oportunidad de explorar la Tierra, mi propio planeta; aquí, tengo una aventura todos los
días. Nadie me dice las reglas a seguir. No hay costumbres, no hay corrección política. No
hay intercambio de dinero. No hay dispositivos a los que esté conectada en la cadera y ni
me da un ataque cuando se apaga la electricidad: no hay electricidad. Como cuando quiero
y duermo donde quiero.
"Hay abundancia de comida. Si quiero carne, no necesito cazar. Mientras Oct no intente
matarme, compartirá una pequeña parte si tiene éxito. Y los cueros de Cono no necesitan
las pieles para la ropa como yo. No estoy hecha para ser compañera de guerrero ni de nadie.

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Respeto a las criaturas de este planeta porque se lo merecen. Soy una invitada, después de
todo"
Storm se levantó y arrojó más fruta a los insectos. Citun agarró un puñado e hizo lo mismo.
Esto causó un revuelo de emoción y las pequeñas criaturas le trinaron.
"Dudo que te muerdan de nuevo", dijo Storm.
"Necesito encontrar a mis guerreros. Por lo que parece, mi nave es la única que queda.
Deberías estar a salvo"
"Un Gorgano no puede hacerme daño".
"Tal vez un Gorgano no pueda, pero docenas de ellos pueden y lo harán. Ellos y unos pocos
malvados Tonan han hecho su misión matar mujeres. Saben que estás aquí. Sus naves son
mortales, sus armas de destrucción masiva. Vendrán de nuevo y no les importará lo que
destruyan para llegar a ti. Tus amiguitas hormiguitas serán aplastadas, los Cono, machos
y hembras, y los bebés serán aniquilados. No más juegos en el agua para ellos, no más
avistamiento de ballenas para ti. Todo va a explotar.
"Este planeta será destrozado pieza por pieza, y se ensangrentará. Una sola hembra
humana significa muerte cuando da vida. Si crees que estoy mintiendo, recuerda cómo era
la Tierra cuando huiste. Todo lo que amas aquí se irá en menos de un día".
Citun sabía que no estaba siendo justo, pero estaba siendo sincero. Mientras ella
permaneciese, las criaturas que decía cuidar estaban en peligro. Era su turno de irse. Ella
tiró el resto de su fruta por el agua y se unió a él.
"Eso no está bien", dijo ella, sonaba molesta y triste. "Los extraterrestres destruyeron mi
planeta. Los extraterrestres mataron a mi gente. Más extraterrestres destruyeron más de
mi gente y ahora quieren sacarme de mi hogar otra vez. ¿Por qué se inventó la palabra paz
cuando es la más escurridiza en mi idioma?"
"Vi la Tierra. La mayor parte está bajo el agua. Nunca he matado a un humano. He salvado
a tantos como he podido. Me has puesto en un dilema. No te obligaré a irte. No quiero que
nadie en mi planeta sufra porque tú estés enfadada".
"Nunca lastimaría a nadie", dijo Storm.
"Tampoco te dejaré sola para que te enfrentes a los Gorgano y a los malvados Tonans. Mi
nave ha llegado lejos. Dudo que nos hayamos comunicado con nuestra galaxia; perdimos
contacto hace algún tiempo. Eso significa que una partida de búsqueda vendrá y arriesgará
a más de mis guerreros. Necesito volver y decirles a nuestros aliados dónde encontrar a los
renegados, para que podamos erradicarlos".
"Verás, todo lo que piensas es en pelear. Estoy muy cansada del derramamiento de sangre.
Está tranquilo aquí cuando nos dejan solos".
"Se acabó la calma. Los Gorgano puede que pensaran que tenemos hembras humanas a
bordo. Estoy seguro de que por eso se fueron. Pero saben que estás aquí. Saben que hay
hembras humanas que pueden luchar contra la mente. Te necesito en mi nave para
mantener a mis guerreros a salvo"

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CITUN’ STORM

"No iré, y dijiste que no me forzarías".


Citun se detuvo y la miró. Estaba enfadado y agarró el mentón de ella en la palma de su
mano, forzando su desafiante mirada a encontrarse con la suya.
"Vinimos aquí para salvar a los humanos. Lamento que no desees ser salvada. Casi muero
ayer, por los humanos. Mi gente ha hecho todo lo posible para evitar que tu especie se
extinguiera. Es hora de que un humano haga algo por los Zargonnii. Llévame a mí y a mis
hombres de vuelta a un lugar seguro, y te pondré en un transbordador y lo programaré
para que te traiga de vuelta aquí. De lo contrario, vas a tener que matarme. Si me matas,
morirán guerreros honorables. El equilibrio de la guerra puede inclinarse hacia el lado
malvado. Soy un líder, y ahora mismo el Universo necesita a sus líderes. El Universo
sufriría. Decide, y hazlo rápido"
Storm golpeó con sus puños y gritó, haciendo que Citun volase hacia atrás sobre su culo.
Rodando hasta detenerse, yació con las piernas abiertas durante un segundo antes de que
una sonrisa levantara las comisuras de sus labios. Storm no había hecho ningún daño, y
estaba vivo. Se levantó sobre los codos y ladeó la cabeza.
"¿Eso es un sí?"
"Más vale que esa lanzadera sea rápida, Zar…gooney". Los puños de Storm aún estaban
cerrados mientras ella gritaba a todo pulmón, con la espalda recta. "Más vale que tengas
un replicador. Más vale que hagas chocolate y caramelo". Storm seguía enumerando sus
demandas mientras ella se alejaba de él. "Más vale que haya música decente. Animales de
peluche, quiero cosas de peluche. Libros, material de lectura. Fotos de hombres atractivos.
Una ducha. Un inodoro. Será mejor que hagas sitio para un pony también..."

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CITUN’ STORM

Capítulo 4
Storm observó horrorizada como siete enormes guerreros Zargonnii se burlaban de un Cono
que estaba medio acostado y medio sentado en el barro. La cabeza de la bestia fue inclinada
en la derrota, sus gemidos de jadeo llegaron a sus oídos. Los guerreros eran despiadados y
se reían. Se acercaron y esperaron a que el Cono les golpeara, lo cual desviaron, cada golpe
era cada vez más pequeño y con menos potencia. Los guerreros eran enormes, pero ninguno
tan grande como Citun, y ella sabía que podía lanzarlo sobre su culo. Furiosa, Storm se
concentró en el guerrero más cercano que se metió de cabeza en un montón de mierda
Cono. Otro pronto le siguió. Se giró y miró fijamente a Citun.
"¿Esto es lo que tú llamas guerreros nobles y honorables?"
Otro pensamiento y otro guerrero salió volando. La bestia que estaba en el suelo hizo un
ruido de desamparo, mirándola directamente. Storm conocía al Cono, era uno de los
machos que pasaba por alto su presencia. No tenía corazón para lastimar a la pequeña
hembra. Si no fuera por la presión de proteger a su familia, Storm sabía que la bestia la
habría mantenido cerca. Oct no era el único Cono que no sabía qué hacer cuando
aparecieron los extraterrestres.
"¿Cuán viles son los guerreros Zargonnii?" Storm se desató.
"Demasiado por su intensa búsqueda de mí", murmuró Citun y ella sintió su enfado.
Se fue hacia la bestia luchando en el barro. A su derecha, vio tres Cono hembra adultas y
dos pequeños. Las lágrimas en los rostros de todos eran inconfundibles. Ella ignoró a Citun
mientras él la ayudaba a sacar a la bestia desde su posición atascada. El Cono era enorme.
El pelaje peludo estaba empapado de suciedad, le dio un golpe en el pecho a Citun con su
garra, pero no había poder detrás del movimiento. El pecho masivo de Citun desvió
cualquier lesión. La bestia estaba exhausta. Gritando a sus hombres, Citun ordenó a tres
de sus guerreros descontentos que les ayudaran.
Storm quería gritarles que dejaran en paz a la pobre bestia, pero les tomó a todos levantar
a la bestia gigante a sus temblorosos pies. Esta era una criatura que superaba el peso de
un elefante. Storm hizo que Citun ayudara a llevar al Cono al agua. Se esforzó en quitar
toda la suciedad que lo empantanaba. Los Cono eran bestias vanidosas, su cabeza colgaba
avergonzada. Storm quería llorar por él. En vez de eso, cantó lo asombrosa que era su
destreza. Se aseguró de que las hembras y los pequeños pudieran oírla.
"No puedo creer que te hayas enfrentado a siete guerreros Zargonnii. Especialmente sin
saber lo que son" Citun la miró extrañamente, y ella sabía que él no entendía el idioma.
"Eres muy poderoso. Los feos guerreros son débiles. Necesitaban estar todos ellos para
intentar superarte, y aún así luchaste. Entienden que no pueden derrotarte. Es motivo de
orgullo".
Vio al Cono levantar la cabeza más alto con cada palabra. Ella tenía razón después de todo;
se necesitaron siete de ellos para derribarle. Storm continuó diciéndole que los cobardes se
irían pronto; ella iba a asegurarse de ello. El Cono pudo finalmente caminar hacia su

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rebaño. Las hembras corrieron a su lado y desaparecieron entre la espesa hojarasca. Storm
gruñó y se giró hacia los guerreros.
"A ver si lo entendemos", exigió. "Sois invitados en este planeta. Les mostraréis a las
criaturas el respeto que se merecen. A menos que el resto de vosotros queráis bañaros en
mierda. Porque puedo arreglarlo".
"Sólo nos divertíamos con él, nunca planeamos matarlo", dijo un guerrero. "Me atacó
primero mientras buscábamos a Citun"
"Por supuesto que lo hizo. Eres macho y grande. Temía por sus hembras y sus pequeños;
las hembras no tienen idea de cómo defenderse. Un Cono sólo matará si debe hacerlo y sólo
para proteger a su familia. Deberían estar avergonzados de sí mismos".
"No íbamos a salir corriendo", soltó un guerrero. Y se le cayó mierda de la cabeza para caer
a su lado.
"¿Por qué no? Habrías salvado tu dignidad y la de él. Pareces una bola de pelo que un gato
de tres metros cagó".
"Citún, ¿quién es esta pequeña bestia infame?", preguntó un guerrero.
"Yo también me alegro de verte, Jari. Que estés aquí abajo significa que el cielo está a salvo
por ahora, espero. A menos que hayas venido a buscarme. El nombre de esta hembra es
Storm, y ha aceptado mi petición de llevarnos a casa".
"¿Pedir?" Storm murmuró en voz baja.
"Cuando descubrí que tu transmisor estaba roto, te buscamos, pero el Gorgano atacó", dijo
Jari. "Una vez que se fueron, me reuní con los otros guerreros para buscarte"
"¿Hay otras mujeres?" preguntó otro, mientras observaba la forma de Storm de la cabeza a
los pies, haciéndola sentir incómoda.
"Sí", dijo Storm.
"No, Taft", dijo Citun.
Los guerreros parecían confundidos. Storm se enfrentó a Citun. "Bueno, tal vez uno de ellos
venga conmigo. Si se necesita tiempo para volar de vuelta, me gustaría tener compañía".
Citun parecía incómodo. "Dijiste que eran extraterrestres"
"Tú también", explotó Storm. "Para el caso, yo también."
"No soy ajeno a un Zargonnii. Te dije que mis guerreros tardaron en aceptar a las hembras
humanas como algo más que una mascota".
"Una mascota", gritó. "Yo no soy la que está cubierta de pieles, Fido"
"Storm..."
"No me iré a menos que me dejes preguntarle a las otras mujeres"
"Bien". Citun gruñó la palabra, no pareciendo demasiado feliz.

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La pequeña extraterrestre de pie en un rincón de un habitáculo a no más de un metro y
medio de Citun era linda. Era pequeña, delicada, de un color lila perfecto. Citun asimiló
sus redondos ojos de oscuro índigo, sus pestañas y cejas de color rosa oscuro. Labios
morados, dientes blancos y rectos... y una cola. Una cola rosada de dos pies de largo con
una punta peluda. Él parpadeó. Sólo los animales y los Tonans mentirosos tenían colas.
Además, el pastelito no medía más de cinco pies de altura, mucho más pequeña que Storm
en centímetros. Si era posible, también era mucho más pequeña en peso. Un Zargonnii la
aplastaría.
"Citun, esta es Amini. Es lo que los humanos llamarían un metamorfo".
Amini de repente se convirtió en un enorme gato peludo. Largos dientes colgaban de sus
labios. Su piel era un elegante ébano negro brillante que destellaba a la luz del sol. Sus ojos
eran una transición de diferentes colores, parpadeantes, cambiantes, cautivadores. Storm
se mantuvo indiferente cuando la bestia, a dos pies de ella y mil libras más pesada, gruñía
y refunfuñaba.
Había otras cuatro mujeres. Cada una un alienígena diferente. Citun conocía a los
humanos, sabía de lo que eran capaces, pero estas hembras eran desconocidas. Storm
podría llamarlas amigos, pero Citun no quería que su barco se alborotara, literalmente. Una
hembra parecía una serpiente andante. Otra era una masa de músculo. Seis pies de altura,
cada uno de ellos era duro y redondo en la parte superior del torso. Su mitad inferior estaba
cubierta por una larga piel de color marrón claro. La poderosa mujer negra era más oscura
que cualquier sombra negra que Citun hubiera visto nunca. Sus ojos eran blancos, ovalados
y enormes. Sus dientes eran afilados palos marrones rodeados de labios rojo sangre y llenos
de un puñado de carne que ella estaba royendo. Su cabello esponjoso era un montón de
tirabuzones hasta la cintura.
Los guerreros que le rodeaban estaban intrigados, consternados, perplejos. Una hembra
humanoide desapareció y reapareció. Parecía aterrorizada. La alienígena tenía su propio
juego del escondite. Aquí, se iba, aquí. Storm se le acercó.
"No tengas miedo, Lano. Los guerreros no te harán daño. No son como los hombres con los
que creciste. Si hubiera pensado que te harían daño, nunca los habría traído aquí".
"Son muy grandes", gimió Lano y se retorció las manos. Sus ojos eran tan oscuros que
parecían negros.
Pelo largo y rubio, con vetas brillantes de color verde fluorescente que cubrían sus pechos.
Cuando ella levantó la mano para jugar con sus mechones, Citun pudo ver que no llevaba
camisa; sus pequeños pechos estaban cubiertos de hermosos e intrincados tatuajes del
mismo verde fluorescente. Llevaba el tipo de envoltura de piel que Storm llevaba alrededor
y entre las piernas y sobre el culo. Era más alta que Storm, pero era impresionante cuando
se estabilizó durante más de unos segundos. Sus caderas eran redondeadas, su cintura
pequeña. Algunos de sus guerreros estaban definitivamente interesados. La mirada de la
hembra no sólo era cautelosa, sino que estaba aterrorizada, y Citun se dio cuenta de que
estas hembras no habían visto a un macho en mucho tiempo, al menos no a uno que no
estuviera tratando de matarlas.

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Se le ocurrió a Citun entonces. Eran hembras aterrorizadas. No les importaba su


aprobación. Le temían a él y a sus guerreros. Estaba viendo la situación de forma
equivocada. No había razón para que estos alienígenas estuvieran agradecidos de que él y
sus guerreros hubieran aparecido. A Storm tampoco le entusiasmaba la idea.
"Este es Citun", comenzó Storm. "Es el líder de los Zargonnii del Norte. Vino aquí en busca
de hembras para salvar y regresar a su planeta, pero se encontró con algunos problemas.
Los Gorgano han vuelto".
Storm estaba hablando en diferentes idiomas para incluir a todos. Al poco tiempo, sus
palabras estaban sólo en el idioma zargonnii y las hembras asintieron con la cabeza. Citun
se preguntó si todas ellas habían estado expuestas al Gorgano al mismo tiempo o si su
habilidad era un entendimiento natural. O, se preguntaba si Storm les estaba dando la
habilidad de entender. Las mujeres eran notables.
Los guerreros de Citun se movieron, molestos cuando ella declaró que ellos estaban en
problemas. Sus guerreros no temían a nadie. Dos de sus guerreros estaban furiosos; él no
les culpaba, olían a mierda. Es difícil ser temido cuando estás cubierto de mierda. Los
guerreros podrían lavarse en la nave. Con los Gorgano alrededor, Citun no se arriesgaría
con sus guerreros alrededor del agua.
"Storm me salvó la vida", dijo Citun. Sus guerreros parecían sorprendidos. También Storm.
"El Gorgano me hizo pensar que me estaba ahogando en un simple estanque. Si Storm no
lo hubiera matado, yo estaría muerto".
"Vale, lo entiendo", dijeron los dos sucios guerreros al unísono. Citún debería haber
explicado sus razones para no detenerse a lavarse antes, pero tenían prisa.
"¿Lo mataste?" La mujer parpadeante, Lano, dijo con voz lastimosa. "Vendrán por nosotras
con seguridad. Estamos condenadas. Otro alienígena para cazarnos y matarnos. Los Cono
vendrán por nosotras otra vez."
"No si me voy en la nave Zargonnii", dijo Storm. "Si me voy con estos guerreros, los Gorgano
les seguirán, y todas estaréis a salvo. Los alienígenas sólo quieren hembras que sientan que
son compatibles con los Castian o que puedan luchar mentalmente. Ninguna de vosotras
puede luchar contra la mente aunque tengáis vuestra propia defensa para dejar fuera al
Gorgano. Todas vosotras tenéis la capacidad de aprender diferentes idiomas a un ritmo
increíble. No estoy segura de que ninguna de vosotras sea compatible con los Castian o los
Tonans. Mi pregunta es, ¿alguna de vosotras quiere venir conmigo? Citun ha prometido
ponerme en una lanzadera para volver. Necesitan una mujer humana para combatir a los
Gorgano. Si llevo a los guerreros a casa, puedo alejar a los alienígenas. El resto de vosotras
estaréis a salvo, así como el planeta. Los Cono se calmarán. Podemos volver a una vida de
aceptación silenciosa. Podemos hacer de este lugar un hogar".
Hubo muchos murmullos y algunos ruidos. Una a una, las hembras se disculparon pero se
negaron a irse. Citun se sintió aliviado; sus guerreros parecían aliviados. Muchas mujeres
dijeron que un trasbordador no podría acomodarlas. Por el aspecto de algunas, Citun sabía
que estaban en lo cierto. La hembra de la serpiente entró y salió de una pequeña fuente de
agua repetidamente. La cambiaformas era demasiado larga cuando se transformaba. La
poderosa ébano simplemente negó con la cabeza y continuó comiendo carne cruda, la

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sangre goteando por su barbilla. Citun se estremeció, si el replicador fallaba, Storm sería
historia llamada desayuno, almuerzo, cena y bocadillo.
"Iré contigo", resonó una vocecita.
Una hembra de estatura y peso humano promedio permanecía de pie sola. Era blanca pura,
piel blanca como la nieve, ojos, pestañas, pelo largo y suelto. Dos cejas blancas separadas,
pómulos altos.
"Ashala, eso es muy generoso de tu parte", dijo Storm. "Pero tal vez deberías mostrarle a
Citun lo que puedes hacer para protegerte"
"Si me deniega el permiso de paso, ¿te irás con ellos?" Preguntó Ashala.
"Los guerreros de Citun son honorables y nobles. No te denegarán el pasaje". Storm sonaba
sarcástica y petulante. Citun tenía curiosidad. Se preguntó si esta criatura, obviamente no
humana, era un metamorfo.
Ashala inclinó la cabeza en señal de reconocimiento, las otras hembras se echaron hacia
atrás, incluyendo a Storm. Ashala respiró y cuando exhaló, una corriente de ceniza blanca
pura fluyó en un torrente que pasó por sus labios. La ceniza tomó forma para crear una
gran ola. La imagen no llegó a ninguna parte; ocho pies flotaron y rodaron formando
estantes entre las partículas.
Storm estaba sonriendo; ella estaba encantada. Citun se dio cuenta de que la alienígena
podría ser capaz de crear otras imágenes. Esto lo confirmó cuando la ola se estrelló cerca
de sus pies, retrocedió y se desplomó. Cada movimiento controlado. Sus guerreros estaban
de pie con los brazos cruzados sobre sus pechos resoplando. Ashala se volvió hacia Taft,
un joven guerrero. Su sonrisa condescendiente evidentemente le molestó. La ceniza formó
una línea para deslizarse por la nariz, la boca y las orejas del guerrero. Él giró en un círculo
cerrado, ahogándose.
La ceniza dejó su cuerpo rápidamente. Taft parpadeó... y se volvió loco. Taft levantó un
brazo para señalar a Ashala, quien de repente parecía aterrorizada.
"Me perteneces", gritó Taft.
Storm gritó mientras Taft agarraba a la hembra, tirando de ella hacia sus brazos en modo
de batalla. Lano desapareció, el gato peludo se movió. Antes de que alguien pudiera hacer
algo, los dos estaban rodeados de ceniza blanca que se arremolinaba y se habían ido.
"Ashala", gritó Storm.
"¡Taft!", gritó Citun. Agarró a Storm por los brazos. "¿Adónde diablos se llevó la pequeña
criatura a mi guerrero?"
"Al volcán", susurró Storm. "Cuando Ashala tiene miedo va al volcán"
"¿Qué le hizo a Taft?" Preguntó Citun.
"No lo sé. La he visto invadir; ella me lo hizo cuando nos conocimos. Aprende todo de alguien
cuando entra en él. Su forma de controlar la mente, pero no hace que nadie haga nada. El

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Gorgano no puede lastimarla, pero ella tampoco puede hacerla explotar. ¿Le hará daño a
ella, tu guerrero?"
Citun soltó su mano. Sus dedos dejaron una huella en su piel bronceada y trató de calmar
su furioso corazón. Taft era el guerrero más joven allí. Nunca había estado de Vacaciones
con una mujer Zargonnii. Citun nunca había visto al joven guerrero comportarse de esa
manera. Taft nunca había hecho daño a ninguna mujer que él supiera.
"¿A qué distancia está el volcán?" Preguntó Citun.
Storm le cogió la mano. "¿Le hará daño?", preguntó ella.
"No lo sé. Nuestra manera es tratar de dominar".
La metamorfa peluda gruñó y se fue corriendo. La enorme hembra guerrera también estaba
en movimiento seguida por el reptil hembra deslizándose. Lano aparecía y desaparecía a la
vista. Estaba frunciendo el ceño.
"Todos los hombres son impredecibles" La hembra desapareció.
"Bueno, esto ha ido genial", murmuró Storm.
Citun quería presionarla contra un árbol o sacudirla. "Les dije que mis guerreros aceptaron
recientemente a las mujeres humanas y su diversidad. Tu extrema vulnerabilidad te
mantiene a salvo y nos impide luchar".
"Ashala usa las partículas de ceniza para confundir, hipnotizar, pero no herir", dijo Storm.
"Un golpe violento y la matará. No tiene forma de protegerse de él. No puede luchar, en
absoluto"
La idea hizo que Citun se enfermara por dentro. "Tenemos que encontrarles, rápido."
"Puedo localizarlo desde el puente", dijo Jari. "Y subirlo a bordo"
"Ve", dijo Citun. "Storm, ¿está lejos el volcán?"
"No"
"Vamos. Jari puede rastrearlo desde el aire; nosotros lo haremos por tierra".

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Capítulo 5
Storm no tuvo problemas para seguir el ritmo de los guerreros de pies rápidos. Citun tenía
su mano en la suya, manteniéndola cerca, mientras la arrastraba. El suelo era liso para
correr. Unos pocos árboles salpicaban el área, pero ella sentía su preocupación mientras él
miraba hacia el cielo mientras el follaje se hacía casi inexistente, con solo unas pocas rocas
como refugio. Una sombra negra oscureció el suelo mientras corrían. Un mal
presentimiento invadió su vientre.
"Citun, alerta", gritó un guerrero.
El suelo explotó cerca de Storm y ella gritó. Habría caído si el agarre de Citun no fuera tan
fuerte. La pequeña cantidad de follaje estalló en pedazos rotos, una gigantesca roca hizo
erupción, quedándose con la última parte de su cobertura. Pasaron unos segundos antes
de que el polvo se asentara.
"No", gritó Storm.
Amini yacía cerca de Storm. Storm se soltó de Citun y corrió hacia ella. La metamorfa se
había convertido en la pequeña criatura elfa, y no se movía. Storm cayó a su lado,
intentando proteger a su amiga de otra explosión. La tierra estaba explotando, como Citun
dijo que lo haría. El suelo estaba lleno de daños irreversibles. La visión de Storm se nubló,
su mente se dirigió a sus últimos días en la Tierra. La escena le resultaba familiar. Caos,
pánico, miedo, ira, demasiadas emociones para combatir mientras la guerra se desataba,
la Madre Naturaleza y los Tonans se unieron a la causa para matar a los humanos. La
destrucción estaba ocurriendo de nuevo, sólo que en un planeta que ella esperaba que fuera
seguro. Una vez más se le recordó que no había seguridad, ni paz.
Más adelante, Storm pudo ver a Taft peleando con un guerrero Tonan. Ashala estaba
agachada en el suelo cerca del Zargonnii que estaba en modo de batalla. El Tonan fue
levantado de sus pies, lanzado más lejos de lo que Storm creía posible, y chocó contra un
montón de cenizas volcánicas secas que volaron al impactar. No tenía ni idea de lo fuerte
que era un guerrero Zargonnii, lo estaba descubriendo ahora. El Tonan saltó y atacó a Taft,
que se mantuvo firme, gruñendo; el Tonan tenía pelotas. Si se enfrentara a un guerrero
Zargonnii enfurecido, a Storm le resultaría muy difícil no acurrucarse en una bola llorona,
y mucho menos en una que cargara contra él. El Zargonnii estaba instando a la fea bestia
a otra confrontación. De repente, Taft desapareció. Ashala gritó cuando el Tonan fue a por
ella, su intención estaba clara mientras levantaba una garra para atacar.
Storm gritó enviando al Tonan volando de vuelta a otro guerrero Zargonnii que golpeó al
horrible alienígena. El escudo gris cubría al Tonan mientras agitaba sus garras y rasgaba
el suelo en busca de apalancarse. Intrincados tatuajes negros adornaban sus altas y
cubiertas mejillas, palpitando. Músculo con músculo, el Zargonnii y el Tonan estaban bien
emparejados.
Ashala saltó y corrió hacia Storm y Amini. Las dos se sentaron apiñadas, Amini entre ellas.
Storm mantuvo a los guerreros Tonan que aparecieron a raya con su mente. No podía matar
a los guerreros, pero podía hacerles retroceder físicamente. Siguieron viniendo, docenas de

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ellos, apareciendo y desapareciendo de repente. Al poco tiempo su cabeza palpitó y se cansó.


Había demasiados tratando de llegar a ellos y no había suficientes Zargonnii entre ellos.
Algunos Zargonnii parecían estar moviéndose hacia nada, luchando por todo lo que valían
contra el aire. Se preguntaba si eran un molinete de movimiento en caso de que se les
lanzara algo. Era una maniobra táctica extraña.
"¿Está muerta?" Ashala preguntó a Amini.
"No, pero está herida. Su habilidad para transformarse la arreglará, pero llevará tiempo.
Necesita estar en un lugar seguro para regenerarse y eso no es todo. Estoy cansada. El
último Tonan casi me quita la fuerza que me queda. Mi cabeza parece que va a explotar"
"Storm, el guerrero Taft, me salvó la vida", dijo Ashala.
"¿Qué diablos ha pasado entre vosotros dos?" Otro Tonan atacó; fue alejado volando. Storm
se rozó las sienes.
"Lo invadí para enseñarle a no ser tan arrogante; fue esa mirada estúpida en su cara la que
me enojó. Nuestras mentes se confundieron y él me reclamó a mí en su lugar. Cuando
desaparecí aún estábamos conectados y él vino conmigo. Eso nunca me había pasado antes.
Si alguna vez tengo hijos, pueden desaparecer conmigo y con mi pareja, pero no somos
pareja. Dice que soy su compañera. Era muy intenso. Creo que le creo, pero la idea es muy
confusa, es un alienígena. Los Tonan atacaron mientras hablábamos, y Taft se volvió loco.
Estaba gritando que permitiría que nada dañara a su pareja. Mi mente sigue gritando; ¿qué
demonios acaba de pasar?"
Wei, la guerrera negra, corrió agachada hacia ellas. Echó a Amini en sus brazos. "La llevaré
a la cueva con las demás. Vamos, Storm, llévate a los alienígenas. Ashala decide lo que vas
a hacer y decide rápido"
Ashala se quedó de pie retorciéndose las manos, mirando desde la forma en retirada de Wei
hasta Storm, hasta que desapareció. Storm giró preguntándose a dónde había ido Ashala;
estaba sola entre los muchos machos. La batalla estaba enfurecida, el fuego estalló. Las
explosiones rodearon los combates, sin permitir la retirada. El área a la que Wei había huido
fue destruida tras ellas. Los Cono comenzaron a aparecer; sus enormes y poderosas patas
entrando en la contienda, lucharon contra todos los extraterrestres. Macho contra macho,
hasta que parecía que todos los ojos estaban puestos en Storm.
La razón por la que los alienígenas estaban aquí era por las mujeres alienígenas; ella era
alienígena. Los Conos estaban furiosos. Nuevamente, sus seres queridos estaban siendo
puestos en peligro. Los Tonans querían a Storm muerto por ser simplemente mujer.
Apareció un Gorgano y ella sabía que la quería muerta porque podía luchar con la mente.
Pero Storm no podía luchar contra todo el mundo. Ella estaba en problemas y se dio cuenta
de que lo que Citun decía era verdad. La masa se estaba volviendo contra ella. Superada en
número, estaba muerta si no pasaba algo.
Demasiado cansada para correr, su mirada buscó a Citun. No tuvo el valor de matar a un
Cono. Oct parecía con el corazón roto pero decidido. Los Zargonnii continuaban luchando
en el aire confundiéndola. Era como si un enemigo invisible la mantuviera alejada de los
guerreros.

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El Gorgano se acercó, levantó una mano y luego se fue. Un rugido resonó en sus
pensamientos y vio a Citun corriendo hacia ella. Él se abrió paso a través de los Tonan y
los Cono en vano mientras ellos avanzaban; el verdadero objetivo en el caos era ella. A Storm
se le ocurrió que la única esperanza que le quedaba era Citun. La imagen de él comenzó a
desvanecerse y ella se preguntó si se estaba desmayando. El Cono estaba a un pelo de
distancia, un Tonan dejó caer el escudo de su cara para darle una sonrisa malvada y
desapareció. Todos los Tonans se habían ido, de todos lados, ella miraba, y se preguntó si
solo había habido uno, se movían tan rápido, él se movía tan rápido. ¿Estaba él detrás de
ella? Los Zargonnii seguían luchando contra el aire.
Un Cono la estaba atacando, sus pezuñas la destrozarían. Parecía furioso, no importaba
cómo muriera; su misión principal era deshacerse de ella. Cualquier tregua se había ido,
se había ido para siempre. Citun no estaba en ninguna parte. Su mundo estaba girando.
Storm parpadeó mientras giraba en un círculo cerrado. Todo lo que había en el lugar en el
que se encontraba era negro, el suelo y las paredes, las superficies. Había silencio cuando
antes el ruido era ensordecedor. La habitación se iluminó gradualmente hasta que lo vio
todo. Estaba parada en el puente de una nave Gorgano. Diez de las desgarbadas criaturas
estaban en varios lugares cerca de las consolas. Su corazón palpitaba en sus oídos. Se le
erizaron los pelos de la nuca. Un olor rancio la asaltó.
"Ya veis", dijo una voz áspera. La voz era masculina y pertenecía a un solitario guerrero
Tonan, su escudo lo cubría. "Tenemos otra oportunidad de convertir una hembra humana
en una máquina de pelear. Fracasamos con la última. Esta vez lo haremos mejor. No habrá
luchador de poder como Zabbie. Esta será encerrada y vigilada. No habrá escapatoria. El
niño que ella tenga hará todo lo que se le diga".
Storm se quedó inmóvil mientras el Tonan se acercaba. Ella intentó forzarlo a que volviese
a sus pensamientos, pero él se rió. Había demasiados Gorgano en su cerebro golpeándola
en su mente. Ella tenía razón en su suposición de que sólo había un Tonan. Los otros eran
una ilusión de los Gorgano. Citun tenía razón, la necesitaba, ahora estaba sola. Ella no
ayudó a nadie. Luchaba por respirar, su corazón latía con fuerza. El Tonan cogió su barbilla
en la palma de su mano y la apretó.
"Suéltame, asqueroso idiota" Storm trató de sacudir su cabeza.
Él se cernió sobre ella. "Eres mía"
"La hembra dijo que la soltaras, asqueroso idiota. Y ella es mía".
El pánico estalló en el puente cuando apareció Citun. Storm quería llorar. Ella sabía que él
no podía luchar contra la mente. Los dos estaban muertos. Él había venido por ella; ella le
había matado. Era un noble y honorable guerrero. Un Gorgano estaba a la izquierda de
Citun. Citun levantó los brazos y se cubrió la cabeza. Gritó en agonía. Storm estaba enojada.
El Gorgano explotó. Ella se dio cuenta de que el pánico ante la aparición de un guerrero
Zargonnii creó una ventana. Cuatro Gorgano más cayeron al suelo mientras Citun luchaba
contra el Tonan.
"Storm, ven conmigo, ahora", gritó Citun.

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Citun continuó luchando contra el Tonan, pero Storm estaba en movimiento. Citun levantó
el Tonan sobre su cabeza y lo arrojó tan fuerte como pudo. El terror invadió los
pensamientos de Storm, ella sabía lo que estaba a punto de suceder. Un guerrero Zargonnii
había desatado su poder extremo. Los Gorgano corrieron para desalojar. Los momentos
pasaron, estirándose en cámara lenta hasta que el tiempo se aceleró. En el momento en
que el Tonan golpeó la enorme ventana, ésta se rompió. El escudo en el exterior de la nave
revertió las partículas hasta que entró en erupción una consola y luego otra. Storm estaba
en los brazos de Citun. Él curvó su cuerpo sobre ella. El mundo de Storm se volvió
surrealista cuando las diminutas partículas explotaron y flotaron, las consolas fueron
succionadas; el escudo de la nave ya no existía. Todo se dirigía al espacio. El fuego estalló
y luego se extinguió, el aire desapareció. Citun la tenía agarrada a muerte, tirando de ella
hacia un agujero negro.
La tormenta no podía respirar. Citun la movió en sus brazos y puso su boca sobre la boca
y la nariz de ella. Agonizantemente lentos, se dirigieron al agujero, Citun arrastrándolos por
el interior, su pura masa muscular estirada hasta el límite. Cuando Citun entró, cayeron,
golpeando el duro suelo. Storm jadeaba irregularmente cuando la soltó. Parpadeó en rápida
sucesión y se llevó una mano para apartar sus caprichosos mechones de sus ojos. Citun la
cogió por los brazos y sonrió.
"Bienvenido a bordo".
"Santo cielo", susurró Storm.
"Definitivamente".


Citun observó como los transbordadores pasaban a toda velocidad. Puso las manos sobre
las caderas, las piernas apoyadas mientras sus guerreros se llevaban a tantos Gorgano
huyendo como les era posible. La inmensa nave nodriza Gorgano colgaba inclinada, a la
deriva, pequeñas explosiones se encendían a diferentes niveles. Un solitario Tonan flotaba
entre los escombros.
"¿Qué quieres que hagamos con él?"
Citun miró a Jari y a los diez guerreros que le rodeaban. Un Tonan no les daría problemas.
"Quieren una hembra humana con un propósito. Averigüemos por qué. Trae a la pequeña
mierda a bordo"
Varios destellos de luz iluminaron la oscuridad mientras el solitario guerrero era destruido
sin piedad. El fuego enemigo pertenecía a los muchos transbordadores Gorgano.
"¿Qué están haciendo? No pueden matar a los Tonan", dijo Jari.
"¿O pueden?" Citun se acercó a la ventana. "Mira, están agotando su escudo mientras
disparan. Chupando los rayos del sol que necesita para que el escudo sobreviva. Mierda,
eso es brillante y brutal. Conocen bien a los Tonans".
El Tonan pronto se quedó sin su escudo, su cuerpo espasmódico y desapareció, una última
ráfaga y fue asesinado por el Gorgano. Citun sintió a Storm tocarle el brazo.

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"Los Tonan dijeron que me utilizarían contra sus enemigos. Algo sobre un bebé macho
haciendo lo que le decían. Suena desagradable", dijo.
"Citun, Taft está merodeando por la nave buscando a su hembra"
"¿Y ahora qué, Carr? ¿La hembra fue transportada a bordo?" Preguntó Citun con irritación.
Storm le estaba mirando con grandes ojos azules, ella le necesitaba.
"Sí, está a bordo. Cada vez que Taft la encuentra, desaparece y termina en otro nivel. Hay
malditos rastros de cenizas por todas partes", dijo Carr.
"Está asustada", dijo Storm. "Pero me alegra saber que está aquí y no en la nave Gorgano".
"¿Estás bromeando?" Dijo Jari y resopló. "En cuanto subí a Taft a bordo, se asustó. Gritó
como una Banshee hasta que le traje a la hembra. Había muchas fuentes de calor, pero
que me jodan si Taft no la conocía específicamente; él tenía razón".
Citun suspiró. "Taft ha reclamado Ashala. Eso significa que no se detendrá hasta que ella
sea suya y no la lastimará. Pero será persistente". Citun se volvió hacia Carr. "Déjalos en
paz, pueden resolver sus problemas."
En ese momento, Ashala apareció, con el pelo blanco revuelto. Su mirada se posó sobre
Storm; ella apareció a punto de decir algo cuando un Taft de ojos salvajes tronó en el puente.
"Deja de correr, mujer. Hablarás conmigo", gritó Taft.
Ashala se había ido otra vez. Storm gimió. "Deja de acosarla. Deja que ella venga a ti"
Taft gruñó. "Ella no vendrá a mí"
"Sí, lo hará. Estamos en una nave extraña yendo a Dios sabe adónde. Encuentra un lugar
tranquilo y espera. Me dijo que le salvaste la vida. Deja que se calme. Ha pasado mucho
tiempo desde que nos encontramos con hombres que no nos quieren muertas", dijo Storm.
Taft echó hacia atrás su cabeza y aulló. " Estupendo".
"Este será un vuelo de regreso interesante", dijo Jari. Hubo gruñidos de acuerdo.
"Jari, vigila las cosas. Me llevo a Storm a su alojamiento".
Uno al lado del otro, caminaron silenciosamente por el pasillo. Citun observaba la mirada
curiosa de Storm sobre cada luz, sobre cada puerta o espacio abierto. Varios de sus
guerreros con los que se cruzaron le dieron una respetuosa distancia, pero se sentían igual
de curiosos. Storm no se escondía de nadie. Citun sabía por qué. Durante años, ella vio la
muerte, quizás incluso la suya propia mientras sus amigos morían. El tiempo que pasaba
con otros era precioso, pero el estar sola la salvó. Citun esperaba que se acostumbrara a
estar cerca de él. Cuando llegaron a una puerta directamente al lado de la habitación de
Citun, él introdujo un código.
"Tú y yo somos los únicos que sabemos el código de esta habitación. Te quedarás aquí a
menos que yo te acompañe -dijo Citun-.

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Entraron en la habitación y Storm le miró fijamente. "Dices que tus guerreros son
honorables y aún así tienes a un guerrero corriendo como un pan de plátano. Deberías
haberme dicho que tus guerreros son impredecibles".
"Son guerreros. Impredecible es una descripción general. No te harán daño, pero cuando
los machos Zargonnii están cerca de las hembras experimentamos la necesidad de ir de
Vacaciones".
"Bueno, por supuesto, ve a buscar una playa o una cabaña, toma unas cervezas y diviértete"
"De vacaciones, me refiero a que nos dirigimos a la jungla, encontramos una mujer
receptiva, luchamos hasta que uno de nosotros demuestra su dominio y esperamos que en
unos pocos meses nos entreguen un hijo".
"¿Pelear? ¿Quieres decir que realmente se pelean?" Las palabras eran poco más que un
'eep'. Su cara palideció mientras sus ojos se abrían de par en par.
"Nuestras hembras son más grandes y fuertes. Lo mencioné; no estaba bromeando.
Vacaciones durante dos semanas cada dos años".
"Genial, estoy atrapada en una nave llena de extraterrestres cachondos"
"Aún no están cachondos. Pero es algo bueno; para cuando volvamos será el momento de
ir de Vacaciones. Los guerreros se preparan para las Vacaciones cuando las hembras están
cerca".
"Así que, llegamos a tu casa, me metes en un trasbordador y vas a tener sexo hasta que tu
mente esté hecha polvo"
"El planeta que dejaste será monitoreado por Gorgano y Tonans, tal vez por otros si los
asesinos de Brax han sido contratados. Nunca estarás a salvo allí. Los Cono están furiosos;
su mundo ha estado a punto de ser aniquilado".
Los ojos de Storm se abrieron de par en par. "Nunca planeaste enviarme de vuelta"
"Lo hice, pero desde la batalla, no lo haré. No viste la mirada de terror en tu cara cuando
parecía que todo estaba a punto de matarte. Eres demasiado vulnerable. Cuando
desapareciste y descubrí que no estabas en mi nave, supe que tenía que salvarte. No le
mentí a los Tonan. Eres mía"
Estar cerca de ella no era suficiente. Casi la pierde. La batalla por llegar a ella le destrozó
emocionalmente. El Cono estaba a punto de cortarla por la mitad. El Tonan parecía estar
en todas partes y en ninguna. Cuando el Gorgano apareció, Citun pensó que perdería la
cabeza. Ahora, ella se veía igual de perdida. Su miedo a lo desconocido le movió a consolarla.
Citun agarró sus brazos y la aplastó hasta el pecho queriendo mostrar su seguridad. La
primera vez que sus labios estuvieron en los suyos fue para salvar su vida. La última vez
que le puso la boca encima lo hizo para salvarle la vida. Ahora, devastó sus labios para
salvar su cordura.



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Capítulo 6
El poder de su tacto atravesó a Storm. Nunca se dio cuenta de cuánto calor irradiaría a
través de sus labios azules para abrasarla. Los labios llenos y húmedos capturaban cada
emoción que se arremolinaba dentro de ella, haciendo latir su corazón, abriéndose camino
por sus venas, buscando su corazón. Storm había leído sobre besos como el suyo en novelas
eróticas, que ella y sus amigas solían descargar, leer y reírse, y esperar que algún día
experimentaran algo tan inalcanzable. Ninguno de ellas soñó que terminaría en los brazos
de un alienígena. Especialmente, uno tan poderoso como este.
El dominio de sus manos sobre ella, aplastando sus pechos contra su sólido pecho, provocó
un hormigueo justo donde su calor se estaba acumulando. Cuando su lengua indagó en el
interior de su boca, ella parpadeó. Sus dientes, afilados como cuchillas de afeitar, podrían
hacerla pedazos; sus brazos podrían paralizarla. No hizo ninguna de las dos cosas. En vez
de eso, bajó las manos para ahuecar su trasero y subirla. Había algo pecaminosamente
convincente en los brazos de un guerrero que podía partirla por la mitad sin romperse una
uña, pero que, en su lugar, decidió devorarla. Ella no reaccionó por un momento, excepto
para abrir los ojos, ya que el beso de él se volvió demasiado exigente. Su polla se meció
contra el vientre de ella. Los brazos de acero la rodeaban con más fuerza, dejándola sin
aliento. Si ella no lo detenía pronto, nunca lo haría.
Storm le empujó el pecho. Citun gimió y retrocedió, soltándola. Eso fue todo lo que se
necesitó, y ella no sabía si estar contenta o enojada. Él respiraba irregularmente. Emitió
más gruñidos cuando ella le empujó más fuerte, decidiendo que estaba enojada, con quién
lo estaba no estaba seguro. Pudo haberle lanzado hacia atrás con un pensamiento, pero
esta era su nave, ella estaba sola. Los hombros caídos, Storm fue a sentarse en un mueble
que parecía un sofá enorme. Ella le miró desde el otro lado de la habitación y decidió que
lo que necesitaba era distancia.
"No estoy esperando a un héroe. Soy mi propio héroe". Su tono era desolado en vez de fuerte
y confiado, como debería haber sonado.
"Nunca dije que quería ser un héroe"
"¿Seguimos en peligro por los Gorgano?", preguntó.
Citun fue a sentarse cerca de ella. "Sí, pero no hasta que se reagrupen. Estaremos más
seguros cuando entremos en territorio Castian. Luego Zargonnii. Eso llevará algún tiempo".
Storm estaba un poco aliviada, su corazón seguía revoloteando, y se preguntó qué demonios
pasaba con ella. Decidió que había pasado mucho tiempo desde que la habían besado, y
que nunca la habían besado así, ni siquiera durante el sexo. Si ella frustraba los avances
de Citun, estaría a salvo hasta que llegaran a su casa. No podía permitirse dejarla en un
planeta extranjero. Dudaba de que él la obligara a hacer algo. Su propia reacción era lo que
más la confundía. Él le había salvado la vida; tal vez la emoción fuera la gratitud, un poco
de adoración al héroe después de todo, nada más. Storm no podía deshacerse de la imagen
del Tonan rompiendo la ventana. La furia y la fuerza de ese acto fue nada menos que
fenomenal. Citun puso su mano sobre la rodilla de ella.

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"El replicador te hará ropa nueva si quieres. Las hembras humanas los llaman pantalones
cortos y una camiseta. Está programado para esas palabras. También comida. Tenemos
chocolate y caramelo, pero se nos acabaron los ponis y las fotos de hombres calientes".
Él le apretó la rodilla con la mano durante un segundo, y su corazón volvió a latir con
fuerza. Citun se levantó y se fue. Tan pronto como se fue, apareció Ashala. Storm no se
sorprendió. Ashala se desplomó a su lado. Las mujeres se cogieron de la mano.
"¿Todavía huyendo de Taft?"
"No sé qué le pasa a esa bestia alienígena. Entré en una habitación y ya está allí. Creo que
puede olerme o algo así. Estoy exhausta"
Storm se inclinó hacia atrás para mirar al techo. "Citun ha decidido que me quiere."
Ashala se inclinó hacia atrás; giró la cabeza para mirar a Storm. "Bueno, ¿no hacemos un
par? No puedo decidir qué o cómo me siento mientras me cazan"
"Espero que Lano haya encontrado a las otras y que Amini se haya curado. Parece que los
Zargonnii sólo se llevaron a las hembras que querían. Demasiado para el honor y la
nobleza."
"Wei se encargará de ellas", dijo Ashala. "Los Gorgano y los Tonans te quieren. Nunca se
interesaron por el resto de nosotras; supongo que nos vemos demasiado diferentes. O tal
vez es porque hay más de ti que inclina la balanza de la guerra. Las demás y yo no podemos
luchar con la mente, pero no estamos sin nuestras defensas, aunque las mías sean escasas.
Los Cono deberían conformarse. Dejarán en paz al planeta. Les salvaste"
"Ellos, sí, eso espero. No estoy segura sobre los Cono y espero que se den cuenta de que era
yo a quien perseguían los extraterrestres. Oct parecía tan enfadado. Mientras tanto, en esta
nave serás perseguido diariamente por una bestia que cree que eres su compañera, y yo
tendré un guerrero apasionado con el código de mi habitación. Hace dos días la vida era
tan sencilla y sin complicaciones. ¿Por qué los extraterrestres ponen todo patas arriba?"
"¿Qué hacemos? Quiero tiempo para pensar. No le tengo miedo a Taft, está tan "en tu cara"
que no puedo concentrarme en otra cosa que no sea huir, y estoy muy cansada. Si me
dejara en paz por un tiempo, podría pensar".
Storm miró a Ashala. "Antes de que apareciera el Zargonnii, había estado pensando. Nos
separamos hace días, tú y yo, y estaba muy sola. Empecé a preguntarme sobre las
maniobras tácticas"
"¿Qué maniobras tácticas?"
Storm se levantó de un salto. "¿Puedes hacer de tu ceniza una pared de agua?"
"Claro. Puedo hacer la ilusión, pero no será agua".
Se formó un remolino de partículas nebulosas y una pared de lo que parecía una ola de dos
metros y medio. Storm se concentró. Pronto la pared de agua se puso en movimiento.
Rodando y estrellándose, chocando contra los muebles, enviando artículos volando. Ambas
mujeres se cogieron de la mano y la intensidad creció. Truenos retumbaron y un pararrayos

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de ceniza se elevó por encima. Se sonrieron la una a la otra, y Storm se echó a reír al cesar
la conmoción.
"Bueno, ahora", dijo Storm, su tono arrogante. "Me parece que Citun tiene una tormenta"
Ashala sonrió. "Me va a gustar trabajar contigo"
Las dos mujeres chocaron los cinco.


"Ella dijo que esperara, así que esperé. Y esperé. Y sigo jodidamente esperando" gritó Taft
mientras merodeaba por el puente. "Entonces las encuentro juntas y las pequeñas
demonios se han unido. Rayos, dentro. Truenos, dentro. Intentaron ahogarme. A un
guerrero. Citun, ¿no puedes controlar la tormenta que hace tu Storm?"
Citun no podía, lo intentó. "No se separarán la una de la otra. Tu pequeño demonio le da a
la mía el material para trabajar".
"Agh", gritó Taft. "He tenido una erección durante dos días. Mi puta polla entra en una
habitación diez segundos antes que yo".
La imagen mental hizo reír a Citun, pero él estaba de acuerdo. Estaba teniendo sus propios
problemas. Ambas hembras se quedaban en la misma habitación justo al lado de él. Cuando
las hembras estaban cerca de los guerreros, sus necesidades crecían. La reacción era muy
antigua, la necesidad de procrear era difícil de resistir. El mero hecho de que demostrara
ser el dominante le estaba matando. Su deseo de ir de Vacaciones era tan fuerte que recordó
vagamente un sueño que involucraba a Storm y se despertó acariciando y canturreando a
su almohada.
Qué vergonzoso
Citun se frotó ambos lados del rostro con exasperación. Contener a las dos hembras no
parecía ayudar a sus otros guerreros. Cada nivel de su nave estaba de mal humor hasta el
punto de que sus guerreros se gruñían entre ellos. Jari parecía tan agitado como Taft, y no
tenía ni idea de por qué. Citun se preguntaba si era porque Jari había estado de Vacaciones
antes y nunca había tenido un hijo. Una hembra humana podía ser retenida por un
guerrero, igual que cualquier descendiente, pero Jari insistía en que no deseaba a ninguna
de las dos cosas, lo que era extraño.
Necesitaban una buena batalla o una misión. Si se llevaba a los guerreros a casa a las
Vacaciones, Citun no tenía ninguna duda de que cada uno de sus guerreros dominaría a
sus hembras Zargonnii, y eso causaría una grieta entre las hembras humanas y las
hembras Zargonnii. Con Ashala siendo otro tipo de alienígena humanoide, otro problema
surgiría. Sus hembras Zargonnii llegarían a odiar a todas las hembras extraterrestres. No
era una buena idea. Otra discusión estalló con Taft y Jari separando a dos guerreros
descontentos. Citun captó el olor de una hembra y se puso furioso. Ashala revoloteando
alrededor de su nave en una rutina clandestina era innecesaria. Quizás no se daba cuenta
de que los guerreros no podían verla, pero podían olerla. Los guerreros podían oler a las
hembras a kilómetros de distancia. De ahí este enorme problema con las dos atractivas y
diferentes hembras alienígenas a bordo.

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"Esto tiene que terminar" Citun se puso en pie y asintió hacia Jari. "Puede que necesitemos
alterar nuestro rumbo"
"Buena suerte con tu Storm y su compinche Tempestad. ¿Quieres que alguien vaya a
buscarte si tardas mucho?" Dijo Jari, y los guerreros se rieron. Citun también lo habría
hecho, pero tenía la sensación de que Jari no estaba bromeando.
Mientras se dirigía a la habitación de Storm, se preparó preguntándose si se encontraría
con la misma explosión de ceniza de agua que le había hecho volar sobre su trasero la noche
anterior. Todo lo que hizo fue abrir la puerta y, de repente, su cabello salió volando hacia
un lado de su cabeza y, por la vida de él, esperaba que una parte de su piel, por lo mucho
que se le había erizado. Por no hablar del paseo de la vergüenza a su habitación, donde se
miró en el espejo.
El segundo Citun entró en la habitación de Storm, las dos hembras se cogieron de la mano.
La pared de ceniza se levantó, bailó y se agitó alrededor de la habitación para chocar contra
su pecho. Citun fue obligado a retroceder un pie, nada más. Las dos estaban jugando con
él.
"¡Suficiente!"
Aparentemente, no lo era. La ceniza rodaba por el techo tomando la forma de una nube de
truenos. Cada partícula cayó para rodearlo, para cubrirlo de la cintura para arriba. Citun
tosió mientras agitaba sus brazos alrededor de su cabeza. El olor era dulce, no muy
enfermizo, pero suficiente para molestar. Los muebles se agitaron y el replicador vomitó
leche chocolatada para empapar su trasero, y mientras se preguntaba quién limpiaría el
desorden, el líquido desapareció de nuevo en el replicador. Todavía se sentía pegajoso y
refunfuñado, sabiendo que sus nalgas pronto necesitarían una cita con la ducha. Citun
estaba enojado.
"Dices que mis guerreros no tienen honor. Nunca te hemos hecho daño. Storm, me
envenenaste. Trataste de hacerme sentir menos hombre. Huí de una horda de bichos como
un niño, con la intención de mantenerte a salvo. Entré en un nido de víboras para salvarte
de un destino peor que la muerte, y arriesgué mi vida para tirar a ese Tonan por la ventana.
Ashala, nunca te he hecho daño. Cada vez que quiero hablar, hay una zona de guerra aquí.
Y por el amor de Dios, ¿tenía que ser chocolate? Esa mierda apesta".
La pared de ceniza se derrumbó, y luego se deslizó para asentarse en un rincón lejano y
desaparecer. Ashala le estaba observando; su mirada se movió con preocupación.
La mirada de Storm estaba furiosa. "Todo lo que quieres es sexo. Me mentiste. Dijiste que
podía elegir".
"No quiero sexo", dijo Citun. "Quiero una pareja. Una honorable. Creo que te he confundido
con eso, humana".
La boca de Storm se abrió. "Eso no es justo"
"Lo que no es justo es asociarme con todos los hombres alienígenas que has encontrado.
Nunca he intentado matarte, nunca he tenido la idea. Todo lo que he hecho es mantenerte

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a salvo" Sabía que su mirada era mordaz cuando dirigió su acalorada mirada hacia Ashala.
"Entonces, ¿qué cosa horrible hizo Taft exactamente?"
"Es demasiado insistente".
Citun la miró con ira. "¿Cómo puede ser insistente, cuando no te quedas en la misma
habitación con él por más de unos segundos, o tratas de ahogarlo? Mi guerrero es un buen
macho. Se merece algo mejor que tú. Si no le quieres, díselo. Deja de jugar juegos infantiles
o te pondré sobre mis rodillas".
Citun nunca había golpeado a una hembra, pero estaba tentado de dar unos azotes a
ambas. Podía ver los ojos de ambas mujeres ensancharse. Ashala parecía aterrorizada y
confundida, y luego desapareció.
Storm se cruzó de brazos sobre su pecho. "Así que, el gran guerrero malo necesita asustar
a las hembras. ¿Estás orgulloso de ti mismo?"
"No necesito hacer nada más que asegurarme de que todos a bordo están a salvo. Incluso
a salvo de ti"
"No soy una amenaza. Y ahora estoy sola otra vez"
"Estás solo porque eliges estarlo. No has estado encerrada; puedes ver la nave conmigo. Si
decides no hacerlo, que así sea".
"Todos me miran como si fuera el almuerzo"
"Son curiosos. No entenderías la curiosidad, ¿verdad? La hembra que sube a las rocas para
espiar a las ballenas y a las colinas para ver a los pequeños jugar en el agua?"
"Son lindos"
"Y tú también cuando no te comportas como una mocosa malcriada. El único crimen de
mis guerreros es querer ver cómo eres. Te prometo que no te comerán. Ahora mismo, me
dejas un mal sabor de boca". Citun se giró para irse, y luego la miró fijamente. "Y dile a tu
amiga que deje de irritar a mis guerreros. Es cruel cuando no hay mujeres a bordo con las
que podamos pasar las Vacaciones".
"¿Qué quieres decir?"
"Quiero decir, cuando Ashala reaparezca, dile que se quede quieta. No me gusta que me
espíen en mi propia nave".
"Pero es la primera vez que sale de la habitación. No vamos a ninguna parte. Está demasiado
asustada".
Citun pudo ver su confusión. "Mis guerreros y yo podemos oler el calor de una hembra en
cada cubierta. Sé que no eres tú. No puedes desaparecer. Ashala puede, ha estado vagando
por los pasillos y las habitaciones. Un Zargonnii tiene un agudo sentido del olfato cuando
se trata de mujeres. Está volviendo locos a mis guerreros".
"Pero, pero..." Storm parpadeó varias veces hasta que pareció iluminada, cruzó los brazos
sobre su pecho y se enfadó. "Lano, ¿dónde estás?"

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Citun podría haber sido derribado por una pluma cuando apareció la hermosa joven. La
nave no la había detectado. El miedo de Lano era evidente. El color fluorescente de su
tatuaje brilló más brillante, y luego se asentó. Citun podía ver la rápida inhalación en busca
de aire, el pulso de una arteria en su cuello. Ella estaba temblando físicamente como si
esperara que él la atropellara y le diera una paliza. Él nunca haría eso, pero esta era otra
hembra a la que tenía la tentación de poner sobre sus rodillas. Citun nunca había conocido
un grupo de mujeres tan irritante.
"Has sido tú todo el tiempo", dijo Citun.
"Dondequiera que voy, aparecen guerreros", dijo Lano y se retorció las manos. "Tenía mucho
miedo"
"Lano, ¿por qué no dijiste nada?" Preguntó Storm. Citun podía decir por su tono incrédulo
que estaba tan sorprendida como él mismo.
"Sabes por qué me dan miedo los hombres, y porque tú siempre estás discutiendo. Citun
piensa que no estás siendo razonable; piensas que Citun es mandón. Ambos tenéis razón.
Pero Citun, estás rodeado de lo que conoces. Storm no lo está. Sé el macho más grande, sé
el guerrero. Hablaos el uno al otro a distancia, Citun. Guárdate tus labios para ti mismo.
Voy a buscar a Ashala. Hay demasiada tensión en esta habitación. Citun, tienes suerte de
que Storm sea tan fuerte; me aterrorizas"
Lano desapareció. Storm se sentó en el sofá. Citun se quedó dónde estaba. "Estar sola
apestaba", dijo Storm. "Pero conocía mi entorno. Veía a los Cono reír y jugar a distancia. Sí,
supongo que estaba espiando, fingiendo que estaba allí abajo con ellos. Les di de comer a
esas hormigas de aspecto gracioso para que se hicieran amigas, queriendo que algo me
aceptara y que no tratara de matarme. Nadé en las piscinas verdes. Vi las ballenas, las
orcas son tan afortunadas de vivir en manada. Utilicé mi imaginación. Yo era feliz la mayoría
de las veces. Todo se ha ido. He sido arrancada de dos planetas. Demasiadas veces todo lo
que he conocido y amado me ha sido arrebatado. Cuando me prometiste una elección, tenía
esperanza; se ha ido. ¿Qué tienes cuando hasta la esperanza ha sido arrebatada?"
"No es de extrañar que Ashala y tú hayáis podido hacer tormentas; así es como os sentís
por dentro" Citun fue a sentarse en una silla y puso una mueca de dolor cuando su húmedo
trasero se apretó contra el asiento.
Jodido chocolate
"No me han besado en mucho tiempo. Supongo que me asusté. Pensé que estaba enojada,
pero eso no era verdad".
"Eres la primera hembra humana que he besado"
"No podría decirlo. Todo mi cuerpo reaccionó. Me tomó por sorpresa. Siento haberte hecho
enfermar. Siento haber intentado hacerte sentir menos guerrero. Pensé que dejarías el
planeta y a mí. Todo este tiempo he estado enfadada porque fuiste al planeta y luego me
tomaste de rehén. Luego, seguía teniendo miedo. ¿Qué pasa si me gustas y terminas perdido
y me quedo sola de nuevo? No estaba viendo el panorama completo. Me salvaste la vida.
Salvaste a los seres del planeta. Mis otras amigas estarán a salvo. Pero, ¿qué pasará con
Lano?"

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"¿Puede aparecer Lano en cualquier planeta?"


Citun quería saltar de cabeza para decirle a Storm que nunca la dejaría sola, que nunca la
abandonaría, pero aún no estaba preparada para escucharlo. Su desolada expresión
derritió su corazón y en ese mismo momento, los pensamientos de azotes en el culo fueron
reemplazados por el deseo de encontrarle un puto pony. Los había buscado, sus imágenes,
criaturas adorables. Apuesto a que harían más lío que una mascota. Su triste historia le
hizo desear poder darle cien ponis.
"No, puede aparecer en cualquier parte del planeta en el que esté, o en cualquier cosa en la
que pueda concentrarse hasta cierto punto. Debe haber visto tu nave y visto a todos
desaparecer. Pobrecita, supongo que se preguntaba si se había quedado sola. Esta nave
debe asustarla mucho. Los hombres la aterrorizan. En su viejo planeta, las hembras fueron
golpeadas cuando se descubrió que podían desaparecer. Sólo una de cada mil nace con la
habilidad. Pero golpearla sólo empeoró su condición. Al menos así es como ella lo llama,
una condición. Pensé que su talento era genial. Para esconderse cuando se tiene miedo.
Conozco a mucha gente que estaba en la Tierra y que deseaba que en algún momento el
suelo se abriera y se los tragara, yo incluida".
"Mis guerreros no la golpearán por estar asustada, eso es estúpido. No se puede vencer el
miedo con violencia. Puedes lastimar a alguien que tiene miedo, pero eso no lo hará menos
temeroso. Su habilidad es fascinante".
"Lano no puede luchar contra la mente. Cuando apareció el Gorgano, ella se fue en el
momento en que los cretinos aterrizaron. No es peligrosa, es asustadiza. Su madre ocultó
su habilidad todo lo que pudo. Su padre la golpeó cuando se enteró, con la esperanza de
salvarla de un destino peor. ¿Por qué pensaría un hombre que golpear a su hija ayudaría?"
Citun estuvo de acuerdo, no podía imaginar que dañar algo indefenso y golpear a un niño
era incomprensible. No es de extrañar que tuviera tanto miedo. Si su propio padre la
golpeaba, se preguntaba si alguna vez podría encontrar seguridad en su planeta. Un
pensamiento triste. Aunque, su vagabundeo seguía siendo un problema.
"¿Le dirás que se contenga? Ella no está en peligro aquí. Con ella entrando y saliendo de
las habitaciones, apuesto a que sólo ha visto a los peores de mis guerreros que no tenían
ni idea de que la estaban asustando. Pueden olerla, y eso les pone un poco nerviosos e
irritables. Puedo encontrarle una habitación si quiere, y juro que nadie entrará".
Lano apareció y se solidificó. "Sí, por favor." Permaneció de pie en un rincón lejano.
Asustado, Citun se puso de pie y se relajó. La pequeña extraterrestre era linda cuando no
entraba y salía.
"Podrías encontrar seguridad en los brazos de un guerrero, pequeña hembra. Te prometo
que nadie aquí te golpeará"
Lano se puso roja. "¿Me ha visto?"
"¿Quién?"

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"Jari. Le he observado mientras duerme. Él sonríe. Me gusta cuando sonríe. Los hombres
que conozco nunca sonríen, sólo están enojados y yo soy la causa".
Citun entendió ahora por qué Jari siempre estaba gruñendo. Si la pequeña hembra
alienígena se quedaba en una habitación con él a veces, el guerrero estaba a punto de roer
los muebles. Miró a la hermosa hembra que tenía ante él. La suya no sería una mala pareja,
siempre y cuando Jari pudiera mantener sus manos sobre ella. Su habilidad sería útil
durante la batalla. Ella era una cosita rápida.
"La próxima vez, visita a Jari y asegúrate de que esté despierto. Es un guerrero fuerte, un
buen oyente. Tienes mi palabra de que no te hará daño. Tu habilidad no es una dolencia,
es notable. Impresionante. Apuesto a que a Jari le encantaría hacerte un millón de
preguntas", dijo Citun. Tenía sus propias preguntas que no le importaría hacer.
Antes de que pudiera decir una palabra más, Lano desapareció y una conmoción estalló en
la consola que venía del puente.
"Hay otra mujer a bordo, Citun," gritó Jari.
Citun puso los ojos en blanco. "No la asustes o puede que no la volvamos a encontrar. Que
nadie se mueva; sólo déjala ver por sí misma, no queremos hacerle daño".
"Hablando de hallazgos, Taft está fuera del puente. Captó el olor de algo en el aire". El tono
de Jari era tenso. Citun adivinó que Lano no había desaparecido. Era un comienzo, y en el
ojo de su mente se imaginaba que cada músculo de su guerrero estaba agarrotado y rígido.
Si Lano hubiera pasado tiempo con Jari, sabría su olor. No era de extrañar que su guerrero
no quisiera tener nada que ver con Ashala o Storm.
Citun miró a Storm. "¿Crees que le dejará hablar esta vez?"
"Te estoy escuchando. No somos irracionales, somos cautelosas".
"Hay un planeta al que nos pidieron que fuéramos y erradicáramos a una bestia nociva de
hace un tiempo. La guerra ha ocupado gran parte de nuestro tiempo. Tener tres mujeres a
bordo ha puesto nerviosos a mis guerreros. Necesitan una liberación de tensión. Estoy
notificando a los habitantes del planeta que iremos".
"¿Puedo ir al planeta?"
Citun estaba a punto de decir que no y luego cambió de opinión. "Puedes venir al planeta
cuando lleguemos allí. Cuando comencemos el exterminio, tendrás que ir a la nave. Sé que
eres una hembra de voluntad fuerte, pero mis guerreros matan. Podemos ser brutales y
aterradores como la mierda. No voy a endulzar nuestras acciones. Viste algunas formas de
cómo luchamos en el último planeta. Estamos bien emparejados con los Tonans" Citun
frunció el ceño. "O un solo Tonan"
"Sólo había uno. Los Gorgano os engañaron para que pensarais que eran muchos. Me di
cuenta de eso cuando vi al verdadero y único Tonan. Me preguntaba por qué tus guerreros
estaban luchando contra nada. Me entristeció verte luchar contra los Cono. Son víctimas
de la guerra, daños colaterales. Espero que los heridos sanen"

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"No me gusta matar cosas que están indefensas, así que primero evaluaremos la situación
en el planeta. Si las bestias son tan nocivas y destructivas como se nos ha informado, las
mataremos".
"¿Cómo son las bestias?"
"No lo sé. Lo sabremos cuando lleguemos". Se veía un poco pálida. "¿Qué pasa?"
"Bueno, ¿y si quieren que mates conejitos inofensivos o algo así?"
"Los guerreros no matan conejos inofensivos", dijo Citun. Estaba divertido y molesto. "Si la
criatura que necesita ser erradicada puede ser reubicada, lo será mientras sea inofensiva.
No puedo introducir máquinas de combate en planetas inocentes".
"Odiaría ver morir algo aterrorizado porque es una imposición"
Citun notó que ella entrelazaba los dedos. Respiró hondo. "Así es como te sentiste, ¿no?
Grandes machos malos erradicando conejitas humanas indefensas, porque eran un
inconveniente. Debes haberte sentido muy traicionada. Ahora, aquí estás rodeado de
guerreros"
Fue a sentarse junto a ella; tímidamente, le puso un brazo alrededor de los hombros. Storm
pasó años escondiéndose de hombres de todo tipo sólo para encontrarse a sí misma con él,
y él se proclamaba directamente a sí mismo como una máquina de muerte. ¿Cuándo
empezó a tomar píldoras de estupidez?
"Nunca te haré daño", dijo Citun. "Si tengo que decirte eso por el resto de mi vida, lo haré
todos los días"
Storm sonrió “Déjame esperar que no necesite que me lo recuerdes cada día. Pero es bonito
escucharlo hoy”



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Capítulo 7
Tardaron una semana en llegar a su destino. Durante ese tiempo, Citun fue amable y
paciente. Tenía un sentido del humor que hacía reír a Storm hasta que se le caían las
lágrimas por la cara. Sus travesuras de la infancia eran a veces espeluznantes. Su planeta
sonaba raro y también maravilloso. Habló de un Cyron masivo que sonaba como tanques.
Criaturas feas llamadas Bangors con narices de cerdo. Árboles extraños con enredaderas
trepadoras. Él simplemente se pasaba las horas conversando.
El sonido de su voz era algo que Storm anhelaba cuando yacía sola en su cama. La
seguridad era un sueño, pero Citun la hacía sentir segura. Le encantaba oírle reír. Había
veces que se sentaba cerca y su calor era bienvenido. La nave era más fría que el planeta,
y se aseguró de que su habitación estuviera adaptada a la temperatura que le gustaba. Una
mención de que tenía frío por la noche, y él le replicaba diez mantas. Ella se rió diciéndole
que la iba a enterrar viva.
Pequeñas cosas como descubrir su amor por las flores, sus colores favoritos era encantador.
Ningún hombre había hecho eso por ella. La sonrisa descarada de Citun cuando desentrañó
un cuadro que había hecho, un pony Shetland criando con un pony palomino para ponerlo
en su pared. Ella sabía que la estaba cortejando de una manera extraña. Lo que hacía que
sus acciones fueran tan especiales era que él nunca antes había hecho nada como lo que
estaba haciendo. Y, sorprendentemente, era bueno en eso.
Tenían una sala principal en la nave donde los guerreros se reunían para divertirse, y
cuando ella se aventuraba del brazo de Citun, toda la sala se silenciaba hasta que ella se
acobardaba. Citun miró a su alrededor, gruñó y se sentó. Los dejaron solos, pero ella pudo
estudiar a sus guerreros, y ellos la estudiaron a ella. Ella sentía tanta curiosidad por ellos
como ellos por ella.
Los guerreros parecían iguales al principio hasta que ella notó las sutiles diferencias de
cada uno. Citun tenía una encantadora sonrisa que mostraba a menudo. Había machos de
todos los tamaños, ninguno tan grande como Citun, pero no había uno de menos de 1,80
m. Eran definitivamente una raza de poder, construidos como tanques. Cuando un guerrero
se acercaba demasiado, Citun se erguía y levantaba al guerrero sobre sus pies en segundos.
Storm no creía que luchaban por el liderazgo; Citun no era desafiado. Hizo saber a sus
guerreros que Storm era bienvenida, y que debían tratarla con respeto. La animó a probar
nuevos y extraños juegos. El tablero de la mesa estaba cubierto de una variedad de piezas
de madera y piedras de colores.
Storm se apoderó de lo que Citun llamó 'quibs'. La madera y las piedras se utilizaban como
bloques de construcción para diseñar casas y, cuando se terminaba, se le recompensaba
con una reconstrucción real de la casa perfecta que había construido a medida que la forma
de la madera y las rocas se desplazaban para rellenar los agujeros. Los guerreros se
aventuraron a mirar más de cerca, pero se mantuvieron a unos metros de distancia de
Storm. Pronto ella se estaba riendo con ellos mientras Citun hacía lindos animales que
cobraban vida y corrían a través de la mesa en formas holográficas.

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Vio mucho de Ashala hasta que la hembra comenzó a pasar más tiempo con Taft. Dejó de
acosarla, y ella se acercó a él voluntariamente. Lano estaba enamorada de Jari. Storm se
alegró por ellas; le gustaban los guerreros que elegían sus amigas. Citun también estaba
ganando adeptos. No había vuelto a intentar un beso en toda regla, pero cuando la llevó a
dar un paseo, la cogió de la mano. A Storm no le importó, la nave era enorme y un giro
equivocado haría que se perdiera para siempre. Cuando Citun la devolvía a su habitación,
le besaba la mejilla o la frente.
Cuando él declaró que habían llegado a su destino, ella estaba ansiosa por ver el nuevo
planeta, pero se preguntaba qué les esperaba. La siguiente parada sería el planeta de él y
una nueva vida una vez que los guerreros terminaran sus asuntos. Storm no sabía qué
pensar del planeta al que Citun la llevó. Él la levantó y la acurrucó en sus brazos, diciéndole
que los humanos tenían algunas dificultades a veces con el transporte. Ella se preguntó si
él pensaba que podría haber problemas, y era su manera de mantenerla cerca. Después de
aterrizar en un terreno desconocido, ella se apretó contra él. Este era el tercer planeta en el
que había estado, siendo la Tierra el primero. Había visto toda clase de extraños
extraterrestres, algunos inteligentes, otros no, otros crueles, otros malvados, muchos
indiferentes.
Los brazos se le cubrieron de piel de gallina y se le erizaron los finos pelos de su nuca. Una
sensación de nauseas en su vientre la hizo desconfiar. El planeta era espeluznante; no era
algo que ella pudiera señalar con el dedo, pero las muchas cosas que veía la hacían querer
retroceder.
Mirando a su alrededor, Storm se tapó la nariz. El aire estaba pútrido con el olor a carne
quemada, pero había algo más. Su piel se crispó. Los árboles muertos llenaban la tierra
plana y dura. No había color en el suelo salvo decir que era monótono, sin vida. Storm
pensó por un momento, y un área de la Tierra le vino a la mente, un vertedero de basura.
El área donde aterrizaron estaba llena de basura vegetal. Hojas marchitas, hierba marrón,
polvo. La muerte del otoño describiría ese paisaje. Odiaba estar aquí.
Los extraterrestres con los que se encontraron eran de color rojo sangre, incluyendo la raya
de pelo que corría desde debajo de sus culos hasta la parte superior de sus cabezas. Por lo
demás, no tenían pelo. Los ojos índigo estaban hundidos. Narices planas con un solo orificio
nasal y una boca triangular. Todos eran delgados, con brazos y piernas desgarbadas. El
hedor que emanaba de ellos era nocivo; sus dientes estaban cariados. No había ninguna
fuente de agua a la vista.
Permaneció cogida a la mano de Citun. Ella era la única mujer, Ashala y Lano se negaron
a unirse a ellos. Tanto Taft como Jari se quedaron atrás para calmar sus temores. Storm
se alegró de que los cuatro se conectaran finalmente. Sus amigas seguían desconfiadas,
pero se dieron cuenta de que con los guerreros estaban a salvo y no les harían daño. Los
alienígenas delante de ella habrían congelado a las otras hembras. Storm se preguntaba si
Lano se había desmayado.
El grupo que les saludó era todo masculino, descalzo, con la cabeza de Storm justo por
encima de la barbilla, haciendo que cada uno de ellos tuviera exactamente seis pies de
altura. Ladearon sus cabezas ante Storm, murmurando en un lenguaje inquietante que le
llevó un momento descubrirlo. Cuando lo hizo, su mano se apretó contra Citun.

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"Citun, ¿estos alienígenas entienden tu idioma?"


"Tenemos un comunicador que traduce"
"Tenemos que irnos. Ahora," dijo ella.
Citun la miró con curiosidad. "¿Qué pasa?"
"Mientras hablamos con vosotros, creo que una comida jugosa y una comida para alimentar
a una tribu no es el mejor indicio de amistad. Suenan como su planeando su cena o un
libro de cocina"
Un hombre indicaba que el grupo de desembarco debería seguirle. Storm negó con la
cabeza. Ella tiró más fuerte de la mano de Citun. Todos los ojos estaban puestos en ella.
"No puede hacer daño ver cuál es su problema. No hay muchos de ellos, así que no estás
en peligro", dijo Citun. La acercó más y luego le susurró al oído. "No dejes saber que los
entiendes. Finge que eres un poco asustadiza. Eres una hembra rodeada de machos; es
comprensible que tengas miedo".
"El miedo no empieza a describir lo que siento." Su respuesta fue un siseo.
"Te enviaré de vuelta a la nave. Siento que tengas miedo. Mis guerreros pueden con estos
machos. Creí que te habías dado cuenta. Nunca te habría traído si hubiera sentido que
había peligro para ti. Siempre eres tan fuerte que olvido que eres pequeña y que puedes
batallar, pero tus pequeños brazos no pueden golpear a un bicho en el culo".
Storm pensaba que él a veces era demasiado arrogante para su propio bien. "No. Si tú te
quedas, yo también. Pero te advierto, algo está mal aquí"
Los ocho guerreros y Storm fueron conducidos a una pequeña aldea. Se había preparado
una fiesta en su honor. El olor rancio que salía de las tinas de cocción hizo que Storm se
atragantara. Una joven se acercó a Storm; estaba demacrada, temblorosa y obviamente
embarazada. Le hizo un gesto a Storm para que fuera con ella. Storm miró a Citun.
Citun negó con la cabeza y acercó más a Storm. La joven sonrió con comprensión. Tomó la
mano de Storm y la colocó en su vientre donde Storm podía sentir las patadas del bebé.
Ella sabía que el gesto era para mostrarle que la hembra no podía causarle daño. Storm se
soltó de Citun.
"Puedo cuidar de mí misma. Sabes lo que puedo hacer si tengo que hacerlo. Dudo que esta
cosita me haga daño; parece que está lista para estallar. Estos extraterrestres son más
grandes que un insecto, pero mis insignificantes brazos saben cómo lanzar un puñetazo si
algún macho se me acerca".
"¿Estás segura?" Preguntó Citun.
"Algo está pasando aquí. Quiero averiguar qué es"
"No te metas en líos y quédate dónde te vea".
Storm siguió a la hembra a un cobertizo; estaba abierto y podía ver a Citun observándola.
Los hombres de la tribu, veinte en total, se sentaron en círculo y convencieron a los

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guerreros de que hicieran lo mismo. Comparados con los hombres de Citun, los hombres
de la tribu eran insignificantes. Apostaba a que ella pesaba igual que los machos, pero
Storm no podía sacudirse la sensación de que algo no era lo que parecía ser. La emoción en
el aire era eléctrica.
Storm se concentró en la hembra embarazada. Estaba desnutrida; tenía pocos dientes para
alguien tan joven. Había muy pocas mujeres en varios cobertizos abiertos que pudiera ver.
Después de mirar alrededor de la aldea, Storm se preguntó dónde estaban todos los
ancianos. Todos parecían de la misma edad. Aunque la hembra estaba embarazada, no vio
ningún niño, ningún bebé.
"¿Hay enfermedad aquí?" Preguntó Storm. Ella quería usar la menor cantidad de palabras
posibles. Sus palabras no fueron acertadas, pero fueron suficientes para que la
entendieran.
La hembra jadeó y tomó sus manos con un agarre sorprendentemente firme. "¿Hablas mi
idioma?"
"Poco", mintió Storm, y luego se encogió de hombros como si estuviera perdida.
La hembra se relajó y asintió. "No hay enfermedad. Nada de comida. Sin lluvia, tiempos
difíciles". Todo lo que decía iba acompañado de gestos mientras Storm fruncía el ceño y
parecía luchar con lo que ella decía.
Storm fue a la olla que obviamente contenía líquido. Ella olfateó y se tapó la nariz, el
amoníaco era totalmente revelador. Estaban cocinando orina. Storm había oído hablar de
tal cosa en condiciones extremas de supervivencia. Dondequiera que miraba estaba seco
como el polvo. Adivinó que habían pasado meses o quizás años desde que había caído la
lluvia. Utilizar los escasos medios que tenían no les hacía repugnantes; era una idea
inteligente, una idea desesperada también. La pregunta era qué se cocinaba en él. O tal vez
quién. La hembra la vio mirando la olla. Fue a recoger lo que parecían pequeños trozos de
animales y Storm se atragantó.
"No te preocupes por ti", dijo la hembra, otra vez señalando y poniendo una mano suave en
el brazo de Storm. "Yo soy Day; tú eres joven todavía, puedes cargar"
¿Cargar qué? ¿El almuerzo? Oh, Dios mío.
"Day, ¿dónde están los pequeños, los viejos?" Storm hizo un gesto con sus manos para
indicar los extraterrestres más pequeños de su especie mientras luchaba a propósito para
expresarse. También estaba tratando de superar la enorme bola que se formó en su
garganta.
"Debe ser un festín para los guerreros sanos y fuertes"
Storm sabía que cada onza de sangre se le drenaba de la cara. No había ninguna amenaza
que necesitara ser erradicada; estos caníbales ya se habían comido cualquier amenaza sin
duda alguna. Tropezó desde el cobertizo y vomitó. Citun se levantó mientras ella se
tambaleaba en sus brazos.

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"Citun, son caníbales. Os quieren como comida, no como guerreros. Tenemos que correr.
Llama a tu nave, deprisa".
Mientras gritaba su miedo a Citun, más aldeanos de debajo de falsos montones de tierra
trepaban desde sus escondites para correr hacia ellos. Storm se sorprendió, llegaban de
todas partes, nunca habría adivinado ese truco. Los montículos se mezclaban tan bien que
eran indetectables. Citun logró hacer clic en su rastreador antes de ser abrumado con
cincuenta hombres. Por cada guerrero había al menos cincuenta para someterlos. No había
forma de que ella pudiera luchar contra tantos, no había forma de que Citun pudiera.
Un macho se rió mientras Citun y los demás caían, diciendo que podían atraer al resto de
los hombres de Citun en grupos para su fiesta. Podrían matar a estos guerreros primero
por comida. El resto podrían esconderse bajo tierra. Storm corrió. Ella no sabía qué hacer.
Al menos cuatrocientos alienígenas habían convergido sobre los guerreros.
Ninguno de los machos le prestó atención. Ella sabía por qué. Day se lo había dicho. Era
hembra y podía cargar. No tenía adónde ir. Al final la encontrarían. Storm corrió hasta que
sus pulmones estaban a punto de estallar. Se arrodilló y luego se dejó caer de costado y se
puso boca abajo sobre la tierra muerta, jadeando.
Se dio la vuelta y se sentó. Storm sabía que tenía que volver. Ella tenía que ayudar. Había
demasiados, sin embargo. No soportaba la idea de ver cómo cocinaban a Citun pieza por
pieza. Un pequeño chasquido sonó y se preguntó por un segundo si un bicho la estaba
cazando. Ella tembló cuando la oscuridad se cerró a su alrededor, sus entrañas dolían. Sus
tripas gritaban de dolor. Cuando sus pies golpearon el suelo duro, se habría caído si Jari
no la hubiera abrazado a su pecho.
"Respira hondo", dijo Jari. "Es difícil para una hembra transportarse a nuestra nave cuando
no está en brazos de un guerrero. Citun te protegió cada vez."
"Jari, esos alienígenas. Quieren comerse a los guerreros, sacadlos de ahí". Storm jadeó.
Storm oyó un grito y vio a Lano hundirse en el suelo. Jari liberó a Storm y fue a buscarla.
Acunó a Lano contra él por un momento antes de entregársela a otro.
"Los guerreros deben haber sido despojados de sus rastreadores. No puedo conseguir señal
de nadie." Jari agarró a Storm por los hombros. "¿Cuántos extraterrestres?"
"Cientos, al menos cincuenta para cada guerrero. Salieron del suelo derramándose como
una colina de hormigas. Citun y los otros nunca les vieron venir"
"Tenemos que ir a buscarlos ahora", gritó Taft.
"Hay ochenta guerreros en esta nave. Si pierdo aunque sea uno, Citun tendrá mi cabeza.
Necesitamos un plan", dijo Jari.
"Envíame de vuelta", dijo Storm.
"Citun me mataría", dijo Jari.
"No, escucha, hablo su idioma. Puedo regresar. Una mujer llamada Day dijo que no me
harían daño. Estoy segura de que me pondrán bajo su cuidado. Ellos esperan que tú

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esperes un mensaje de Citun. Tal vez utilicen un dispositivo para atraeros en grupos para
un festín. Una vez que yo esté en sus manos, Puedo mezclarme entre los grupos y siempre
que haya un número menor puedo hacer señales. Tienen cobertizos y tiendas de campaña.
Los grupos pequeños no serán notados hasta que puedas lanzar un ataque grande. Llevará
algún tiempo, pero es todo lo que tenemos".
"¿Cómo planeas atraer a alguien? ¿O dominar a alguien? Los extraterrestres gritarán una
advertencia en el momento en que nos vean," exigió Jari.
Storm miró a Ashala. "Ashala puede hipnotizar mientras utilizo mi capacidad mental.
Podemos atraer a grupos de diez o más. Pero tenemos que movernos ahora. Las ollas
estaban burbujeando"
"He escaneado el área", dijo Jari. "Hay muy poca agua"
"Cocinan con orina".
Jari la miró como si tuviera dos cabezas. "¿Orina?"
"Sí"
"Que me jodan, que alguien encuentre otro dispositivo de rastreo para Ashala"
"Espera un minuto", aulló Taft.
Ashala agarró la mano de Taft. "Todo saldrá bien. Cada vez que active el rastreador espero
ver tu cara".
Storm observó como un rastreador era conectado a Ashala. Jari retiró la vista de Storm y
levantó el dispositivo negro del tamaño de una moneda de cinco centavos. Ella podía darse
cuenta por la mirada avergonzada en su cara de lo que estaba a punto de decir, pero le evitó
la incomodidad. Los alienígenas no podrían ver el dispositivo ni encontrarlo. Ella le quitó el
rastreador de la mano. Dándole la espalda a los guerreros, se metió la mano en las bragas
e hizo una mueca de dolor.
"Qué asco, esto es asqueroso", se quejó. "Sería una espía horrible"
"Es bueno saberlo", fue la irónica respuesta de Jari. Storm fue a tomar la mano de Ashala.
"En cuanto aterricemos, desaparece. Puedes encontrarme"
"En cualquier lugar, amigo mío".
El aterrizaje no fue más suave para ninguna de las dos mujeres, y ambas cayeron de rodillas
jadeando. Con una mano en el vientre, Storm se giró para mirar a Ashala.
"Ve".
Ashala desapareció. Storm comenzó la caminata de regreso a la aldea. No fue difícil de
localizar. Estaban tan silenciosos como en una fiesta de fraternidad enloquecida. En el
momento en que la vieron, la agarraron, la tocaron y cuando no se encontró ningún
dispositivo, la llevaron a Day, empujándola hacia el cobertizo. Day parecía triste al verla,
pero no se sorprendió.
"¿Cómo puedes hacer esto?" Exigió Storm.

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"Esto o morir".
"¿Persuades a otros aquí para que se los coman?"
"Una nave alienígena aterrizó hace años. El transbordador no funcionaba, pero aprendimos
a enviar mensajes de socorro. No tenemos vuelos espaciales. Nos hemos comido todos los
recursos, la tierra, el agua. Todo. Necesitamos sobrevivir".
"No, no lo haréis. No a cambio del sufrimiento de los demás".
Storm se concentró. Invadió la mente de la mujer y la sumergió en la inconsciencia. La
arrastró a un escondite de tierra y la metió dentro. La mujer permanecería en coma hasta
que Storm la liberara. Se dirigió a un montículo de tierra y roca que adivinó que era una
especie de hogar. Tan pronto como entró, tres hombres la agarraron, y ella vio a un guerrero
de Zargonnii luchando; el miedo era por Storm.
Tan valientemente como pudo, Storm frotó sus manos sobre cada uno de los hombres para
parecer interesada. Sumergió su mano en sus bragas mientras miraban fascinados.
Ella sonrió y llamó en un susurro con la intención de sonar sexy. No entendían el idioma
zargonnii. "Ashala, vamos a patear traseros"
Cuando Ashala apareció, los machos, los quince, se quedaron quietos. Sus cenizas se
arremolinaron mientras Storm dirigía sus remolinos para atrapar no sólo a un macho, sino
a todos en una red de hipnotismo. Pronto todos quedaron inmóviles. Tres guerreros
aparecieron, Taft primero. Agarró al macho más cercano y le rompió el cuello de tal manera
que colgó de un lado. Storm quería congelarse de terror; en su lugar, corrió hacia el guerrero
atado y usando una afilada roca luchó con sus ataduras hasta que otro guerrero la ayudó.
Una vez que el guerrero quedó libre, Ashala desapareció.
Storm sabía que al girar, sería testigo de una violencia espantosa. Guerreros silenciosos y
letales clavaron sus manos en las costillas rotas para arrancar los corazones de sus
víctimas. La muerte silenciosa y la violencia no disminuyeron la brutalidad. Jari asintió
rápidamente hacia ella. Los muertos desaparecieron con los guerreros. Tragó fuerte y
enderezó sus hombros, Storm no había terminado.


Citun luchaba para liberar sus ataduras mientras su guerrero era colocado boca abajo
sobre las rocas. El material afilado de arriba cortaría al guerrero en pedazos del tamaño de
una olla. La idea le dejó estupefacto. Después de que Citun quemara vivos a un gran número
de hombres, a su guerrero le vendaron los ojos y golpeado hasta la inconsciencia. Una daga
hecha de una sustancia que nunca había visto, atravesó el pecho del guerrero, dejando un
rastro de sangre mientras brillaba. No mucho podría penetrar la carne de un Zargonnii. La
amenaza era clara. Si quemaba a un aldeano más, su guerrero moriría. Pero estaban a
punto de morir de todos modos. Había demasiados extraterrestres machos. Cada uno
estaba en posesión de una daga extraña. Citun sabía que si sus hombres lanzaban un solo
ataque, estarían condenados. El material era demasiado mortal.
Cuando Storm entró en la habitación de veinte extraterrestres, Citun gritó. Vio a Storm
bajar su dedo por la mejilla del macho más cercano. Luchó mientras ella frotaba el pecho

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de otro. Con los ojos bien abiertos, fue un golpe cuando se metió la mano en las bragas y
le sonrió. Lo siguiente que supo fue que estaba usando una voz sensual para decir...
"Ashala".
¿Ashala?
Cuando la pequeña hembra alienígena apareció, Storm y ella inmediatamente se tomaron
de las manos mientras la ceniza se deslizaba en las bocas y narices de cada alienígena.
Todos los hombres se detuvieron. Incluyendo el que estaba atando con la cuerda las rocas
afiladas. La cuerda se resbaló y Citun rugió. El hechizo se rompió cuando Storm giró para
utilizar su habilidad para salvar al guerrero.
La habitación estaba llena de guerreros Zargonnii. Un baño de sangre estaba teniendo lugar
dentro y fuera. Jari le gritaba que los guerreros tenían el control. Increíble, Citun se dio
cuenta de que debían haber estado despachando extraterrestres hasta que los números
fueron equitativos. Storm y Ashala trabajaban en equipo. Un extraterrestre masculino
intentó agarrar a Storm, y Citun usó cada gramo de su fuerza, las ataduras cortando su
carne mientras liberaba sus miembros. Corrió hacia el artilugio de la roca, agarró la cama
de arriba con trozos de carne y la arrojó en un grupo de extraterrestres. Todos fueron
cortados en pedazos en el impacto.
Storm estaba tratando de luchar contra el alienígena macho, ella le arrojó hacia atrás pero
no muy lejos, forzándolo a soltar su daga, y Citun notó su completo agotamiento. Citun
desgarró al macho, partiéndolo por la mitad enviando pedazos en cada dirección. Las
paredes y los suelos estaban cubiertos de sangre, y Citun y sus guerreros no se detuvieron.
El miedo congelado en la cara de Storm hizo que a él le doliera el corazón, pero estaban en
una batalla por sus vidas. Quería llamarla para que cerrara los ojos, para que no viera las
máquinas de muerte que él y sus guerreros eran, pero no podía.
Un grito estridente, y Citun se giró para ver cómo se lanzaba un arma afilada. El acceso del
alienígena a un material que Citun nunca había encontrado no sólo incluía dagas como
armas. Una lanza muy gruesa, había sido lanzada y él sabía que estaba a punto de sufrir
un verdadero dolor. No había escapatoria, una pared a su izquierda, Storm a su derecha.
La lanza la cortaría en dos. La expresión agonizante de ella pasó de él al arma a los machos
extraterrestres que cortaban en pedazos con el mismo material. La comprensión iluminó la
mirada de ella. Citun gritó cuando Storm saltó delante de él. No tenía forma de saber que
el material no se parecía a nada de lo que había encontrado, más fuerte que cualquier
material conocido por los Zargonnii. La matarían. La agarró de los brazos e intentó girar,
pero ya era demasiado tarde. Storm gritó de furia y miedo y se desplomó.
Aterrorizado, queriendo morir, no queriendo ver su sangre, Citun volvió su forma flácida en
sus brazos y al hacerlo, escuchó un 'thunk' a cada lado de él. Storm había empleado sus
últimas fuerzas para dividir el material por la mitad. Sabía que el poder de sus
pensamientos era fuerte, pero su pequeña guerrera había salvado su vida, arriesgando la
suya. Su intento le habría costado la vida. El material podría haber dividido su mente
mientras enfocaba sus pensamientos en él.
Cuando Citun la acunó en sus brazos, pensó que estaba muerta. Su corazón le golpeaba
en la garganta. Se suponía que ella era su compañera. La amaba desde el momento en que

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la vio. La había perdido. ¿Cómo podría un guerrero perder a su propia compañera en la


batalla? Citun echó hacia atrás su cabeza y bramó. Cayó de rodillas. Esto era culpa suya.
Él la trajo aquí.
"¿Citun?"
El susurro era tan pequeño que pensó que lo había imaginado. La elevó para poner su oreja
junto a los labios de ella.
"¿Storm?"
"Una hembra, en un escondite de tierra"
Citun la aplastó contra él. Miró a Taft, que tenía a Ashala contra su pecho. El guerrero negó
con la cabeza. No había supervivientes.
"Fue asesinada por sus propios hombres", dijo Ashala. "No pude ayudarla. Los aldeanos
mataron a todas sus propias hembras".
Citun besó cada mejilla mientras Storm dejaba caer las lágrimas. "Te llevaré a casa, Storm.
No necesitarás volver a llorar".



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Capítulo 8
Cuando Citun llevó a Storm de vuelta a su habitación, ella permanecía callada. Después
del baño de sangre que ella había presenciado, no la culpaba. Se preguntó si estaba
traumatizada. Citun nunca tuvo que erradicar a un alienígena para contactar con ellos. Por
otra parte, sus contactos sabían que no debían intentar hacer una comida con él y sus
guerreros. Nunca debió haber llevado a Storm a lo desconocido, asumiendo que podía
protegerla de cualquier cosa debido a su destreza. Ella terminó salvándole de nuevo.
Una vez dentro de su habitación, ella le sorprendió lanzándose a sus brazos. Estaba
llorando. Citun la levantó para acunarla contra su pecho. La llevó a su alcoba y se sentó en
su cama mientras le acariciaba el pelo. Sus sollozos se convirtieron en pequeños hipidos, y
él le secó las lágrimas. Cuando empezó a hablar, estaba calmada y su tono callado.
"Cuando tenía cinco años, mi padre murió. Mi madre pensó que necesitaba un cierre y lo
hice, pero no lo entendí. Me asusté cuando llegamos a la tumba. ¿Cómo podían meter a mi
papá en un agujero frío y oscuro? Finalmente le enterraron con una linterna para que
pudiera ver todos los tesoros que habíamos puesto en su ataúd, y mi tío fue a su auto y
trajo una manta que utilizaban para los picnics. Dijo que a mi papá le vendría bien para
mantenerse caliente. Ese fue mi cierre, sabiendo que siempre vería mi foto antes de irse a
dormir.
"Mi madre murió justo antes de que el mundo se fuera a la mierda, gracias a Dios. Sufrió
un ataque cardíaco grave. Ella fue la última persona que enterré"
"Lamento tu pérdida. Ninguno de mis padres está vivo".
"Tantas muertes. He sido testigo de tantas muertes. Sin cierre, sin nada, siempre corriendo
y escondiéndome cuando llegaban los extraterrestres. Cuando esos extraterrestres iban a
matarte, la cabeza me estalló. He cazado, pero te diré sólo a tí que lloré por cada muerte.
Finalmente, seguí a los Cono en sus cacerías. Sus hembras no cazan. Supongo que soy una
hipócrita. Yo como carne, pero odio matar por comida. Cuando no trataban de matarnos,
los Cono eran amables, me dejaban una cantidad lo suficientemente grande para cocinar y
almacenar.
"Cuando vi que los extraterrestres te iban a matar, no pude manejar mis emociones. No
más muertes estaba gritando en mis pensamientos. Entonces me di cuenta de que no quiero
más muertes de los que me importan. Estaba tan enfadada cuando salté delante de ti, muy
asustada de que te vería morir. Cuando estabas a salvo, y yo aún estaba viva, supe que me
daban una segunda oportunidad". Ella tomó una de sus manos y le besó la palma de la
mano. "Ya me cansé de esconderme. He terminado de decirme a mí misma que debería estar
en otro lugar. Estoy donde se supone que debo estar".
"¿Qué es lo que quieres, Storm?"
"Una vida. Un planeta, un hogar. A tí"
"Puedo darte tres de esas cosas si me das tu primera necesidad y me confías tu vida."

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CITUN’ STORM

"Esta es mi elección. Mi verdadera elección"


Ella se movió para cogerle de la nuca con su mano, y le acercó hasta que sus labios se
encontraron. Citun pensó que su primer beso fue increíble, pero esta vez ella le besó a
cambio. No se contuvo. Ella le estaba dando el resto de su vida a él. Cuando su beso
terminó, ella puso una mueca de dolor al notar que su mano sobre su pecho estaba ahora
manchada de sangre alienígena.
Citun la cogió de la muñeca y se puso en pie. La ducha era una lavadora de alta presión,
pero con él delante de ella las gotas rociaban inofensivamente sobre su tierna carne. Se giró
para limpiar su pecho y su vientre de sangre. Cuando se volvió para mirarla, su corazón se
estremeció al notar que estaba desnuda. Su ropa manchada estaba a un lado.
Ella era preciosa; sus ojos azules le miraban mientras una pequeña sonrisa jugaba en sus
labios rosados. Ya no había ninguna curva exuberante oculta a su vista. Una pequeña
marca en forma de flor yacía sobre un pecho blanco puro. Trazó la marca con el dedo.
"Un tatuaje. El nombre de mi madre era Rose y quería tenerla cerca de mi corazón. Las
fotos se desvanecen o se pierden o destruyen, las cadenas se rompen. Todas mis joyas
desaparecieron hace tiempo. Nunca podré perderla de esta manera. Ella está conmigo para
siempre"
La grandeza de Storm para amar era cristalina. Si Citun la reclamaba como él quería, sabía
que habría una profundidad interminable de sentimientos. Se prometió a sí mismo que
sería digno de ella cada segundo de cada día por el resto de sus vidas. Llegar a conocerla
durante la semana había sido pura felicidad. Ella le dejó entrar en su corazón y encontró
el camino hacia el suyo. Citun entendía por qué las hembras humanas eran regalos; eran
regalos que daban. Debería haber visto que sus emociones estaban cambiando hacia él. El
hecho de que ella no iniciara el contacto no significa que él no la fuera a tocar de la mejor
manera posible.
Storm levantó la mirada, confiando en él. No era una mujer poderosa a la que él pudiera
agarrar con súper fuerza para mantener en su lugar. Su corazón palpitaba al deslizar sus
sedosos mechones de ébano entre sus dedos. Sus piernas estaban abiertas debajo de él,
esperando su placer. Cogió su nudillo y se lo pasó por la mejilla. Storm no se movió. No
hubo gruñidos, ni mordidas, ni resistencia alguna. Una vez que la tomara, no habría vuelta
atrás. Ella sería su responsabilidad, su compañera. Cualquier hijo que tuvieran sería suyo.
La emoción era abrumadora.
El apareamiento de por vida era algo inaudito en su mundo hasta que las hembras
humanas entraron en escena. Pequeñas y exquisitas entidades que necesitaban protección
durante todo el año de la dureza de su mundo. Citun pensaba en su planeta como el lugar
más hermoso que existe. Había peligros que vio cuando llegaron los humanos. Nada era
inofensivo para los humanos. El simple hecho de probar el agua de un estanque podría
matarles. La protección, como nunca antes había sentido, se desbocó y la abrazó con más
fuerza. Quería esta responsabilidad, más de lo que quería cualquier cosa en su vida.
La punta de su linda nariz era tentadora, y él la besó. Ella sonrió y él también. Debajo de
él había un mundo de emoción, nuevas áreas que explorar. Lo que él quería no era sólo
tener un hijo, la codiciada descendencia. Storm no se alejaría hacia la jungla cuando

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terminaran. No había encontrado otra en dos años. Esto no eran unas Vacaciones. Esta era
su nueva vida. Citun estaba emocionado.
"Quiero ver cada centímetro de ti, tocarlo todo." Citun no pudo contener su entusiasmo.
Storm se rió. "Bueno, eso espero"
La sensación de nerviosismo en sus tripas le consumía. Podía conversar con ella,
entenderla. Ella le entendía. ¿Por qué los hombres y las mujeres de su especie eran tan
diferentes? Storm era mucho mejor que esperar y preguntarse si tendría un hijo.
"¿Vas a hacerme el amor o seguir mirándome como si fueras un niño con una bicicleta
nueva?"
"Hacer el amor. Me gustan esas palabras. Son mis palabras favoritas".
"Eres el hombre más grande con el que he estado, así que no me devores"
"Eres la hembra más pequeña que he tenido"
"No creo que eso me haga sentir menos preocupada"
Citun levantó las manos, apoyándose en los codos para mirarla fijamente. "¿Estás
preocupada? No lo pareces"
"Preocupada no significa que no esté interesada"
Citun se relajó y bajó hacia abajo. "Eres tan bella"
"Sigue hablando".
Citun se rió de su descarada sonrisa. Sus pechos eran blancos en contraste con su piel
bronceada. Le provocaban, el pezoncito rosado y lleno le seducía. Cada parte de su belleza
parecía muy suave. Las hembras Zargonnii tenían pechos duros y sólo el pezón era flexible.
Todos los bebés varones Zargonnii recordaban haber amamantado, y recordaban cuando el
pecho era retirado repentinamente, y la comodidad de la lactancia y los abrazos se
desvanecían de la noche a la mañana. La mayoría nunca recuperaba esa sensación. Habría
abrazado a un hijo por poco tiempo, pero Storm era para siempre.
Sus brazos temblaban, Citun bajó la cabeza y metió un capullo en su boca. Pronto el resto
de su pecho siguió. No tenía ni idea de que amamantar a una mujer adulta cuando él era
un guerrero adulto era muy estimulante. No había nada relajante en esta experiencia. Un
bebé tenía el pecho de su madre por un corto tiempo. El de Storm sería suyo cuando ella
estuviera dispuesta a permitirle que la tocara. Jadeando, Citun retrocedió.
"Gracias", susurró.
Storm le miraba con una expresión extraña. "Bueno, eso ha sido una primicia. Un gracias"
"¿Qué más les gusta hacer a las mujeres humanas?"
"Me gustaría ver cómo es lo que está a punto de invadir mis entrañas"
"¿Eh?" Citun parpadeó cuando miró a su palpitante polla.

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"El agua da un poco de miedo, así que me concentraba en esconderme detrás de ti"
"¿En serio? Quiero decir, seguro que puedes mirar"
"Planeo hacer algo más que mirar".
Citun deslizó sus garras en la ropa de cama cuando ella bajó su pequeña mano y le agarró.
Sus dedos estaban maravillosamente calientes. Ninguna hembra había tocado su polla con
su mano. Nunca. Si hubiera sido una hembra Zargonnii, tendría miedo de que se la
arrancaran. Storm bajó más hasta que su cara estuvo cerca de su polla. Citun había oído
que algunas hembras humanas chupaban, pero nunca creyó que eso fuera cierto. Si lo
hacía, no estaba seguro de cómo reaccionaría. Un aliento cálido bañaba su punta; fue su
única advertencia.
Joder, mi polla va a tener una fiesta en su boca.
Suave como el mejor material, su húmeda lengua se deslizó a lo largo de él. Citun olvidó
respirar. Cuando sus labios se cerraron sobre él, aulló. Incapaz de detenerse, se puso en
modo de batalla, más grande, más fuerte; su poder le consumió. Su compañera haría
cualquier cosa para él, a él. No sintió ningún miedo. Durante las Vacaciones siempre había
miedo. La dominación podía ser aterradora. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de
que había miedo, el suyo. Debía tener cuidado; debía tener un control total de sí mismo.
Cuando sus dientes rozaron su polla Citun se sentó y se echó hacia atrás alejando su peso
de ella.
Bajo la mirada sabiendo que un movimiento equivocado y la lastimaría. Durante unas
Vacaciones, aprendió a moderar cuánto control ejercía, cuánto miedo experimentaba su
hembra para ayudar a ese control. Estaba solo mientras Storm le succionaba felizmente
hasta la muerte como si fuera la golosina congelada que ella llamaba 'helado'.
"Storm, me estás matando", su tono era desgarrado y áspero en su garganta.
Se detuvo un momento. "Tienes que estar mojado. Eres enorme por todas partes. Supongo
que nunca hiciste sexo oral a una mujer".
"Yo, no, nunca"
"Si este submarino va a encajar, tienes que excitarme tanto que no soporte la idea de que
no entres en mí"
Citun la agarró por debajo de sus brazos antes de que pudiera patearle el culo a su polla
de nuevo. Se tiró de cabeza en sus pechos. No podía creer lo que estaba a punto de hacer,
pero lo hizo. Unas pocas respiraciones furiosas y dejó ir el modo batalla. No podía tocarla
con sus cortantes garras. Bajó su mano hasta el montículo de ella y escarbó entre sus
piernas. Una mujer Zargonnii trataría de matarlo por la invasión. Todo lo que Storm dijo
fue que añadiera otro dedo. Ella deseaba que él lo hiciera. Ella quería que la tocara en todas
partes.
Por un segundo él se preocupó de que ella fuera tan estrecha. Él había tomado a una mujer
que nunca había estado con un hombre. Pero esa mujer estaba gritando en su oído. Tanto
él como la hembra querían un hijo. El acto, aunque feroz, fue consensuado. La violación

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había sido explicada a Citun por una mujer humana. La idea era confusa para él al principio
hasta que la hembra le explicó que la violación no era consentida, que no se codiciaba la
descendencia. La idea era espantosa. Si una hembra no quería a un macho, ella no iniciaría
una batalla. Se iría. Siempre era elección de ella. Un guerrero estaba tan excitado
sexualmente que Citun nunca había oído de ningún guerrero rechazando a ninguna mujer.
Citun recordó que ella quería que él la excitara. Sacó sus dedos del calor de ella y bajó hasta
que su cara estaba entre los muslos de ella. El olor femenino invadió sus poros. Una
hembra, su hembra, estaba justo ahí, ante sus ojos abierta y expuesta. Su primer contacto
con ella era la ambrosía. Ella se estremeció y se quedó quieta. La punta de su lengua lamió
sus pliegues antes de meterse dentro. Su mirada descubrió un pequeño capullo con el que
jugueteó.
Retorciéndose debajo de él, gritó mientras su lengua y sus dedos la invadían. Citun quería
quedarse así para siempre, pero su polla exigía una liberación. Gemía mientras sus papilas
gustativas y su pene luchaban con la necesidad de estar dentro de ella. Deseaba que
hubiera una manera de satisfacer a ambos.
Storm estaba diciendo su nombre. Ella empezó a tirar de sus brazos. Ella le animó a entrar
en ella. Ni una sola mención de un niño salió de sus labios o de los de él. La idea era
desconcertante, maravillosa. A regañadientes le quitó la boca de encima. Afortunadamente,
su dulzura se extendía por toda su lengua.
Levantándose sobre ella, Citun presionó su polla contra el calor de ella. Lento y firme, se
relajó dentro de ella. Cuando ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura, él no tuvo
más remedio que sumergirse profundamente. Storm gritó, arqueando la espalda, pero aún
así no sintió miedo. Estaba apretada, caliente y mojada. Citun la había conseguido de esa
manera. El asombro se apoderó de él. Podía hacer el amor, quería hacerlo. Su polla quería
penetrarla hasta que él explotara.
Abrazándola, Citun se sumergió y retrocedió hasta que sintió su cansancio. Un hombre
Zargonnii podía pasar varias horas de Vacaciones. Los guerreros sólo tenían dos semanas
para tener un hijo. Sus hembras eran tan robustas como ellos. Storm no lo era. Quería
gritar su frustración; podía mantener este ritmo durante horas. Storm le rogó que se
corriera. Ella se levantó y le mordió. Sus pequeños dientes blancos y planos no dañaron el
lugar donde mordió. Pero le hizo correrse como una respuesta física. El desafío se encontró
inmediatamente con la dominación; era la forma en que un guerrero se comportaba. La
emoción estaba programada en su especie.
Citun la giró y la penetró. Su brazo envuelto alrededor de la cintura de ella. Por un segundo
sintió su miedo. Ganó el control, pero golpeó con más fuerza, casi tirando de su penetración,
mientras cantaba un ruido destinado a calmar, para que la hembra supiera que ya no
estaba en peligro, pero que estaba bajo su control. Storm se relajó aceptando sus brutales
golpes. Ella yacía flácida en sus brazos a medida que pasaba el tiempo y él se corría con
retidencia.
Cuando la puso entre sus brazos, ella le acarició el pecho. "Déjame dormir unas horas y
podremos empezar de nuevo."
Citun sonrió. "¿De verdad?"

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"Por supuesto. Esto ha sido increíble. Recuerda, no voy a ir a ninguna parte. Tranquilízate
o serás un fideo mojado".
Storm se quedó dormida. Citun sabía que había una sonrisa en su cara. Ella tenía razón.
Después de las Vacaciones, necesitaba dormir una semana entera. No había peleas durante
su apareamiento con Storm. Por eso estaba tan vigorizado. Al acercarse más a ella, Citun
sabía que podía acostumbrarse a este nuevo enfoque. Hacer el amor dos o tres veces al día
sería mucho mejor que exprimirse el cerebro durante dos semanas seguidas. A causa de
que él le daba su semilla, ellos podrían hacer el amor por cientos de años.
Todos los días durante cientos de años.


Storm se dio la vuelta y gimió. Un camión Mac la atropelló, estaba segura. Detrás de ella
había una pared de ladrillo, y la pared estaba roncando. No había duda en su mente de que
ahora tenía las piernas arqueadas. Ella se sintió como si lo hubiera hecho hace muchos
años después de montar un Clydesdale3 durante dos horas en un rancho de hombres. Sólo
que ella estaba encima del caballo, el oso que dormía detrás de ella era mucho más
entusiasta. Se preguntó cuánto tiempo había estado dormida.
Alejándose de Citun, se dirigió a la otra habitación. Fue al replicador y pidió un vaso de
agua fría. Se tragó dos. Su barriga retumbó y pidió un bistec medio poco hecho, luego
cambió de opinión y pidió hígado y tocino con acompañamiento de brócoli. El hierro sería
bienvenido. Tomando su comida, se fue y se sentó en el sofá. Hambrienta, se zambulló en
su comida.
Citun salió de la habitación. "Ahí estás, pensé que te había soñado"
"Soy real y me muero de hambre"
Storm se metió una gran cantidad de hígado en la boca. Estaba delicioso cubierto de tocino.
Debería haber pedido cebollas, pero el replicador a veces fallaba. No estaba programado con
todos los alimentos de la Tierra que Storm conocía y cuando la máquina improvisaba, daba
miedo, a veces las cosas se movían. Cuando ella le preguntó a Citun cómo una máquina
podía crear vida, él se rió y le dijo que no podía. Los artículos replicados simulaban el
movimiento de ciertos alimentos para ser atractivos. Había algunos platos que los Zargonnii
disfrutaban que aún estuviesen vivos. Luego replicó un plato que le gustaba para
demostrarlo. A Storm casi le quita el apetito al ver retorcerse las pequeñas criaturas
parecidas a un pulpo que se movían sobre un plato.

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Citun trajo su propio plato de comida. Algunos artículos estaban humeantes, otros parecían
fríos, y afortunadamente nada se movía. Había cosas que ella nunca había visto y lo miraba
con mirada interrogativa.
"Hemos estado experimentando con otros alimentos del planeta. Antes de dejarte intentarlo,
quiero asegurarme de que no te hagan daño. Eres tan pequeña que una erupción abdominal
sería desastrosa".
"Bueno, de repente me siento de dos pulgadas de alta"
"Te perdono, lo hice hace un tiempo. Tenías miedo de mí. Podrías haberme hecho volar. En
retrospectiva, eso podría haber sido más agradable que las nueces. Sabes, creo que maté a
ese arbusto"
Storm se rió y luego se tapó la boca. Citun se estaba riendo, y ella sabía que él la había
perdonado. Supuso que después de lo de anoche, él la perdonaría por cualquier cosa.
Sintiéndose un poco tímida, lo que la sorprendió, Storm pasó sus dedos por encima de su
mano.
"Eres increíble en la cama. Admitiré que estoy un poco dolorida".
Citun dejó su plato; ya había ingerido la mayor parte de su comida. "¿Te he hecho daño?"
Storm escuchó la preocupación. "No, no sabía que los de tu clase podían tener sexo durante
tanto tiempo".
"Debería haberte advertido que cualquier intento de tomar ventaja es peligroso"
"Ah, te mordí. Entendido. Bueno, eso apesta. No me importaría jugar rudo, pero no si me
vas a comer".
Citún parecía aturdido. "¿Juego duro? Pero eres muy pequeña".
"Mientras puedas controlar tu fuerza, podemos jugar a la lucha. Storm movió sus platos al
suelo. Sonrió a Citun, y luego se abalanzó. Su impulso los tiró al suelo donde ella yacía
encima de él. Estaba muy sorprendido de que ella casi sintiera compasión por él.
"Ríndete, guerrero. O sentirás mi ira"
Él curvó los labios. Utilizando ambos brazos, la levantó y la mantuvo suspendida mientras
sus piernas colgaban. Storm recordó lo lejos que había tirado el Tonan y, por un segundo,
se preguntó si, después de todo, el juego brusco era una buena idea. Citun le sonrió.
"Yo tenía un toff que pesaba más que tú cuando yo era niño"
"¿Un toff?"
"Una mascota, como un perro muy grande"
"Una mascota". Ella gritó y empezó a patear.
"No era tan guapo como tú. Pero mucho más pesado. Eres como un copo de nieve. Un copo
de nieve muy caliente".

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"Te voy a mostrar lo que es bueno".


Citun se rió, y en un movimiento fluido, ella estaba debajo de él, y él la empaló. Ella jadeó,
y él embistió más fuerte. Storm le agarró de los brazos. El canto que hacía antes había
desaparecido, reemplazado por gruñidos espantosos. Su zurra se relajó y abrió más sus
piernas para aceptar más de él. Su cara enterrada en su pecho y su agarre se suavizó. Fue
entonces cuando comenzó el canto. Sumisión. Storm nunca pensó que le gustaba ese tipo
de sexo y se dio cuenta de que lo que él hacía era diferente. No había ataduras ni nalgadas
ni ningún otro tipo de parafernalia o juguetes. El simple acto de darle el dominio era todo
lo que quería.
Cuando él tenía lo que quería, se relajaba. Con el tiempo, ella supo que él entendería lo que
era el juego. Tal vez ya lo hacía, pero cuando entró en ella, el juego se detuvo, su deseo de
ella era demasiado real. Ella levantó los brazos para envolverlo y acercarlo. Sus envites eran
un suave deslizamiento y ella podía ver que él se estaba concentrando en su tamaño y el de
ella.
Resbaladiza y mojada, toda su longitud encontró entrada. A Storm le sorprendió que
pudiera aceptarlo todo. Su cuerpo se cerró alrededor de ella, su peso cojín de fortaleza. Le
encantaba pasar sus manos por encima de la suavidad de su espalda y su trasero. Sus
piernas eran mayormente peludas, su polla no tenía pelo. Sus bolas eran enormes. No
estaba en modo de batalla como la noche anterior. Se dio cuenta de que él había luchado
anoche, con sus propias emociones. Storm podía decir que él había ganado.
“Gracias por rescatarme” susurró ella.
“Gracias por aceptarme”
“Citun, gíranos. Deja que me ponga encima de ti”
Él se encogió. "No puedes dominarme"
"Tonto, como si pudiera. Sólo confía en mí"
Citun los giró y Storm se sentó a horcajadas sobre él. Él se veía cauteloso. Ella metió los
dedos en el sedoso pelo blanco de su pecho. Persuadiéndole, ella puso sus manos sobre sus
caderas y se levantó y cayó lentamente mientras él gruñía. Storm echó la cabeza hacia
atrás, mostrando sus pechos hacia delante. Como ella se imaginó, sus pechos eran
demasiado tentadores para que él los rechazara. Cada uno de sus dedos se cerraba
alrededor de sus altos globos y él experimentaba apretando cada uno de ellos. Sus gruñidos
indecisos se convirtieron en interés. Tanto es así que ella gimoteaba cuando él rodaba sus
brotes como si fueran desmontables.
"Cuidado, no vuelven a crecer", dijo ella mientras ponía sus manos sobre las de él.
Storm mantuvo los ojos cerrados y sintió que una de sus manos le apretaba el culo. Era
tan poderoso que podía levantarla y bajarla con una sola mano. Pronto descubrió que él
podía controlar la rapidez de su movimiento. Una vez que descubrió el dominio en esta
posición, nada lo detuvo. Ambas manos estaban ahora en sus caderas y Storm se topó con
un torbellino de movimiento. Más alto, más duro, más rápido, hasta que ella estaba gritando
y jadeando.

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"Citun, Dios mío", gritó ella.


"Tus tetas se mueven de la forma más agradable", fue su respuesta.
Storm gimió. "Me pondré un ojo morado a este paso"
Citun les dio la vuelta. Bajó una mano para apretar y amasar un pecho mientras la
arrasaba; pasó de canturrear a gruñir y a decir tonterías sobre lo maravilloso que era su
cuerpo perfecto. Era cualquier cosa menos perfecta; le gustaba su aspecto, pero eso era
todo. Sus normalmente fuertes y musculosas piernas parecían de gelatina, y sus brazos
bajaron hasta los costados. Citun la empujó aún más debajo de él y se deslizó dentro y
fuera sin prisas.
La fuerza de su liberación la estremeció, y cuando Citun rugió, la asustó muchísimo. Tres
veces más la llevó al clímax. Storm suplicó de cansancio y Citun corrió cuando su cuerpo
se tensó y se relajó. En lugar de dormir, la levantó en sus brazos y la llevó a lo que él llamaba
un cuarto de baño. La oleada de agua salpicó sobre ella después de golpear su espalda. El
sonido era intenso, y ella sabía que él la escudaría de la fuerza del impacto. Nunca debía
ducharse sola; se le advirtió en su primer día que la presión del agua desprendería la piel
de sus huesos. Normalmente, pedía una palangana caliente del replicador para bañarse.
La última vez que lavó la sangre de su cuerpo, ella se sorprendió por la fuerza del agua.
Nunca dudó de su palabra, pero era difícil creer que un Zargonnii quisiera bañarse en un
entorno feroz.
"¿Por qué el agua es tan dura?", susurró.
"Tenemos basura de estanque que es muy mortal en mi planeta. El agua tranquila y
estancada es peligrosa, a veces incluso para un guerrero. La furiosa ráfaga no permite que
la escoria se forme o se reagrupe. Prométeme que te mantendrás alejada del agua de mi
planeta".
"Lo prometo."
Citun la lavó con el agua inofensiva que goteaba de su cuerpo. Él absorbió el golpe,
poniéndola a ella en su pecho. Su pelo, salvaje y maravilloso, la acunó hacia él. La tocó por
todas partes, con cuidado para mantenerla a salvo. El resbaladizo jabón limpió los lugares
íntimos. Storm se estaba quedando dormida mientras él salía de la ducha y la secaba con
su mirada controlada. Su calidez era lo suficientemente sensual como para estirar sus
extremidades como las de un gato mientras la dejaba tumbada. El tacto del colchón era
celestial. Sus ojos rojos no dejaron ninguna zona sin tocar y ella se quedó dormida.



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Capítulo 9
"Es bueno verte bien"
Storm se levantó, con la boca abierta ante un gran guerrero. Era guapísimo. Descalzo,
vestido sólo con pantalones de ébano que le abrazaban las caderas. De cabello moreno como
la noche, con una sonrisa blanca y brillante y sin pezones en el pecho. Por un segundo, ella
tuvo miedo de que él fuera Tonan, pero Citun parecía feliz de verle. Le informaron que era
Cobra, líder del Imperio Castian y ahora del Imperio Tonan. La valoró de pies a cabeza.
"Es bueno estar de vuelta en territorio familiar", dijo Citun. Ambos machos agarraron del
antebrazo.
"Veo que tu misión fue un éxito", dijo Cobra mientras seguía observando a Storm.
"Muy exitosa. He recibido unas cuantas transmisiones; he oído que has añadido un número
de Tonan renegados entre vosotros"
"Sí, todos unidos y leales"
"¿Quieres decir que realmente hay buenos Tonans?" Storm era escéptico.
"Sí. Muchos. Lástima que Citun te encontró primero. Mis guerreros habrían saltado
obstáculos por tu atención," dijo Cobra y le hizo un guiño a ella.
Citun gruñó y se acercó a Storm. "Lástima por tus guerreros, no por mí"
Cobra se rió. "A mi compañera Leah le encantaría visitarte una vez que te hayas instalado.
Quizás Citun podría llevarte a Bagron. Tenemos muchos humanos, hombres, mujeres y
niños. Creo que te gustaría mi planeta. He empezado a dejar de vagabundear por mis
guerreros no emparejados. No me alejo mucho. Mi familia me mantiene ocupado, y estoy
feliz de dejar que los guerreros más jóvenes se encarguen de más. La guerra se está
acabando. Pero gracias, Citun, haré saber a los Guerreros Oscuros y a los míos que aún
hay una amenaza de los Gorgano. Recibimos tu mensaje. Titus estaba encantado de oír tu
voz. Estaba listo para lanzar un grupo de búsqueda"
"Fue bueno ser escuchado. Tuvimos algunos momentos tensos. Sería mejor si todos los
Gorgano fueran cazados antes de que puedan reagruparse. Los Tonan representan una
amenaza mínima, pero los Gorgano son un peligro para todos los guerreros Zargonnii y
para unos pocos humanos. Acometeré una misión juntos después de hablar con Titus sobre
el tema"
Cobra se rió. "Amigo mío, espera hasta que veas a Titus y conozcas a su pareja y a su hijo
pequeño"
"¿Titus tiene una compañera y un hijo? Nunca los mencionó. Por otra parte, nuestro debate
fue breve y directo. ¿Cómo es posible? No tenía ningún hijo cuando me fui".

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"Has estado fuera un tiempo. Su hijo, Zell, está bien, supongo que tendrás que ver. Te
aseguro que la madre del bebé es humana. Una hembra humana muy poderosa. Zell no es
nada que puedas llegar a imaginar"
"¿Un Zargonnii macho medio-humano?"
Storm se sorprendió. Citun sonaba triste. Ella le miró con curiosidad. "¿Qué tiene de malo
la mezcla?"
"Un guerrero medio humano no sería muy, umm, fuerte"
Cobra rugió de risa. "No tienes ni idea de lo equivocado que estás. Cuando conozcas al
pequeño portento, no le hagas enojar, podría enviarte de vuelta al planeta donde
encontraste a Storm".
Storm estaba intrigada. Ella nunca pensó realmente que su unión con Citun podría resultar
en niños; no estaba segura de que fuera posible, ahora supo que lo era.
"¿Todos los hijos Zargonnii-humanos son tan especiales?"
"Introducir a los humanos en la cultura castian y zargonnii ha hecho a algunos niños
especiales. Las madres que se han encontrado con los Gorgano resultan ser una mezcla
interesante. Algunas madres tienen habilidades fascinantes y estamos descubriendo que la
aptitud crece con algunas experiencias", dijo Cobra.
"Como salvar la vida de alguien que te importa", murmuró Citun.
Storm pensó en eso. Su miedo y furia eran tan intensos cuando pensó que Citun estaba a
punto de morir que un odio abrumador hacia el arma que le atacaba le costó toda su
concentración. Era extraño querer un objeto inanimado aniquilado. Después de su
experiencia, era diferente, pero no sabía cómo hacerlo. No se le ocurría ni una sola cosa.
"Hablando de poderosos, que pasó con ese niño que tu guerrero y su compañera tuvieron.
¿Cómo se llamaban? ¿Roam, y Jinx?" Preguntó Citun.
"Ryker es el nombre del chico. Él y Zell se han convertido en los mejores amigos y tienen la
habilidad de..."
Cobra fue interrumpido cuando Ashala apareció, llevando a un niño pequeño. "Por alguna
razón, este niño apareció repentinamente en mis brazos" Ashala no parecía preocupada,
simplemente desconcertada.
Cobra suspiró y le extendió las manos al chico. El niño sonrió y era evidente que se conocían
bien.
"Este es Ryker. Además de tener su propio juego del escondite y volver loca a la colmena de
vez en cuando, es inofensivo. Bueno, lo es para los amigos. El enemigo, y parece que conoce
a los enemigos, no tiene tanta suerte". Cobra pasó su mano sobre el pelo del niño en un
gesto de cariño. Storm sonrió al ver el orgullo y el amor del poderoso líder.
"Es precioso", dijo Storm.

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Ryker la miró y balbuceó. Tenía unos tres años. Storm escuchó atentamente. A su edad
debería saber las palabras. Cuando él volvió a balbucear, ella sonrió. Su propio lenguaje
secreto. Storm le entendió.
"Sí, sé lo que dices", dijo Storm y le acarició la mejilla bronceada. Él volvió a balbucear. "No
sé cuál era la materia"
"¿Storm?" Preguntó Citun.
"Ryker quiere saber cuál era la materia de lo que destruí. Por alguna razón, ve la imagen de
la confrontación. Pero sólo el arma que viene hacia nosotros", dijo Storm.
"Ryker, ¿qué pasa?" Preguntó Cobra.
Ryker balbuceó y todos miraron a Storm. "Es más fácil para él transmitir sus palabras con
el lenguaje inventado. Supongo que habla como cualquier otro niño de tres años, así que a
veces sus palabras son más difíciles. La sustancia es algo que nunca ha visto, pero está
preocupado. Dice que si conozco el material, los Gorgano podrían fabricarlo si volvemos a
entrar en contacto".
"Debe ser un material muy especial del que está hablando", dijo Cobra.
"Lo es", el tono de Citun era sombrío. Luego se sobresaltó cuando otro niño apareció sólo
en sus brazos. "Umm, ¿Cobra?"
Cobra se rió. "Este es Zell. Normalmente, donde encuentras a Ryker encuentras a Zell. Es
un poco más joven, así que no dejes que su tamaño te engañe".
Storm se sorprendió; el chico Zargonnii era el doble de grande que Ryker. Inmediatamente
le extendió los brazos a Storm. Casi no podía levantarlo. Sus penetrantes ojos verdes la
miraron intensamente.
Por un segundo, ella tuvo miedo. Zell estaba en sus pensamientos. La imagen que llamó fue
la batalla y Storm hizo un gesto de dolor, había sido brutal.
"No Zell, cariño, no mires eso", susurró ella.
Concentrándose, dirigió al niño lejos de la violencia en sus pensamientos; era duro y él
parecía sorprendido, pero él sólo iba a donde ella le permitía. Como si sintiera que su miedo
era por él. No por ella. No estaba escondiendo una falsedad o una mentira. Zell quería ver
el material del que habían estado hablando. La afilada cuchilla de afeitar diseñada para
matar. Storm le sintió estremecerse y gentilmente ella le alejó. La lanza que volaba en la
dirección de ella y de Citun era demasiado fascinante para que él lo dejara ir.
Zell observó cómo la escena se repetía en la mente de Storm. Ella rompió la afilada cabeza.
Zell se había ido de sus pensamientos. Él y Ryker se miraban fijamente el uno al otro. Storm
sabía que estaban hablando entre ellos. Cómo lo supo, no estaba segura; no se
intercambiaron palabras.
"¿Ryker?" Preguntó Cobra.
Ryker balbuceó a Storm. "Están tratando de averiguar cómo destruí un objeto hecho de un
material que es aparentemente omnipotente"

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"¿Lo hiciste?" Cobra sonó asombrado. "Si Ryker y Zell dicen que es omnipotente, lo dicen
en serio"
"El arma se dirigía a Citun. No podía dejar que lo mataran," su tono era más bien tenue.
Los chicos se rieron y desaparecieron. Storm sabía que el rubor le subía por la cara. Todo
el mundo la miraba.
"¿Y bien?" Dijo Citun.
"Los chicos se fueron riendo porque saben lo que destruyó el arma, aparentemente hay algo
más omnipotente que omnipotente. Estaban preocupados de que los Gorgano pudieran
encontrar el material, pero no entenderían cómo combatirlo".
"¿Por tu culpa?" Preguntó Cobra.
Storm quería caer en un agujero con la intensa mirada de Citun clavada en ella. "Sí, por mi
culpa."
"¿Y bien?" Dijo Citun. "¿Cómo lo rompiste?"
Storm respiró hondo. "Con amor. Bueno, ¿satisfecho?"
Cobra soltó una risita, y la más grande sonrisa que Storm había visto partirle la cara a
Citun hasta pensar que le cortaría la cabeza por la mitad. Citun la atrajo a sus brazos y
ella enterró su cara en su pecho. Ni siquiera sabía cómo destruyó el arma. Ella sabía que
le gustaba Citun en ese momento, más que gustarle, pero ¿amor? La idea era toda una
revelación. Ella se había enamorado de él hacía un rato.
"Es hora de que regrese", dijo Cobra. "Storm, fue un placer conocerte. Citun, gracias por la
información. Me alegra tenerte de vuelta en nuestro territorio. Los Zargonnii son más que
aliados, son amigos".
Storm vio a Cobra entrar en un agujero negro redondeado, y se había ido. Se preguntaba
sobre los bebés y sus habilidades. Ashala estaba en brazos de Taft y se fueron. Citun tenía
el puente y Jari no estaba en ninguna parte, ni tampoco Lano, pero el pensamiento hizo
que Storm quisiera reírse. Unas veces ves a Lano, otras veces, no.
"Pasará un tiempo antes de que lleguemos al territorio Zargonnii", dijo Citun, quien fue a
sentarse y la subió a su regazo.
Storm vio el espacio pasar velozmente. Sus pensamientos eran confusos. Dudaba que un
Zargonnii supiera o entendiera por qué los humanos usaban anticonceptivos. Su idea de
unas Vacaciones eran enteramente para procrear. No estaba segura de estar preparada
para una niña en el lío en que se había convertido el universo. Esto era algo en lo que iba
a tener que pensar largo y tendido.


Storm había estado callada desde su reunión con Cobra. Era tarde; Citun y Storm estaban
sentados en una mesa comiendo sus comidas replicadas. Storm estuvo girando su tenedor
alrededor de la misma albóndiga en un plato de espaguetis durante cinco minutos.
Finalmente suspiró y dejó el utensilio para sorber una bebida que los humanos

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consideraban alcohol. Citun podría haberse reído de la idea. Después de un trago de alcohol
Zargonnii, una hembra humana era golpeada en el culo.
"¿Te sientes bien?" Preguntó Citun.
"Sí y no"
"Los chicos te molestan"
"No son los propios chicos, más bien la idea de niños"
"¿No te gustan los niños?"
"De otras personas".
"¿No quieres ninguno tuyo?"
"Entiendo que el concepto es difícil de entender cuando esa es la única razón por la que
tienes sexo"
Citun se recostó en su silla. "Eres la primera mujer a la que le hice el amor. No había
pensado en hacerte concebir. La idea de que simplemente me quisieras era un nuevo
concepto, un buen concepto. ¿Tienes idea de lo especial que me hiciste sentir?"
"No lo había pensado de esa manera. Supongo que estar con una mujer con un solo
propósito sería difícil. Luchando por el dominio, queriendo sólo un hijo. Hay mucho más
para..."
"¿Amor?"
Ella se puso de un hermoso tono de rojo, haciéndole sonreír. Storm se retorció en su asiento
hasta que finalmente asintió.
"Nunca he estado enamorada antes. Da miedo"
"Nunca he estado enamorado antes; me encanta amarte a ti", dijo Citun. Cogió su mano y
pasó su pulgar por encima de su suave piel. "Me gusta la forma en que te acurrucas conmigo
por la noche. La forma en que me coges. Besarte hace que mi corazón lata. Pensar en ti me
pone tan duro que podrías hacer rebotar una piedra en mi polla".
Storm se rió. "Imagen mental".
"Cuando los Zargonnii van de Vacaciones no hay amor, pero lo hay. No entre un hombre y
una mujer. El amor por un niño está ahí y brilla con fuerza. Es el único amor que tenemos.
En un tiempo, amé a mi madre y sé que ella me amaba. Es la única mujer en el mundo que
me amaría. Hasta tí. Te entregas a ti misma. Tú eres un regalo. Mi madre se ha ido. Cuando
ella murió, no había absolutamente ningún amor en mi vida"
"Tienes amigos"
"Sí, me importan mis guerreros, pero mi amor por ellos es diferente. Nunca supe lo diferente
que era hasta que te conocí. Moriría por mis guerreros. No sólo moriría por ti, sino que
también mataría de cualquier forma si alguien intentara hacerte daño. Cuando me viste

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pelear, estaba preocupado. Soy la muerte cuando necesito serlo, pero nunca he querido
masacrar tanto algo y hacer que duela".
"Eres bastante espeluznante"
"No sabía que mi ira podía hacerme sentir malvada. Me sorprendió incluso a mí".
Citún se levantó y se arrodilló ante ella. Alcanzó a poner la mejilla de ella en su mano. Ella
se sentía cálida e inmóvil. Storm no tenía idea de que ninguna mujer Zargonnii permitiera
este tipo de intimidad. Storm era más que un regalo. Nunca nada retuvo su corazón de la
manera en que ella lo hacía. En poco tiempo, una hembra humana se convirtió en su vida,
la razón por la que respiraba, la razón por la que sonreía.
"Si nunca quieres un hijo, por favor, siempre quiéreme a mí"
"No le diré que no a un niño por siempre. Muéstrame tu planeta. Hazme lo suficientemente
segura para no tener miedo de traer a otro ser a este mundo. Una hembra humana ama a
su hijo. Nunca entregaré a ninguno de mis hijos. Ni hombre ni mujer. Nunca. Necesito saber
que no me los quitarán de ninguna manera".
Citun entendió. Storm estaba caminando hacia lo desconocido por él. Fue entonces cuando
se dio cuenta de lo profundo que era su amor. Ella había caminado por lo desconocido
entrando en los hogares de extraterrestres. Dentro de ella, debía haber una tormenta
desarrollándose, ya que estaba a punto de aventurarse de nuevo en lo desconocido. Tomó
su mano y la colocó sobre su corazón.
"Este es el hogar. No es un lugar. Yo. El hogar siempre seré yo".
Sus labios temblaron hasta que sonrió. "Bueno, esa es una dirección enorme. Eres como tu
propio código postal. El Estado de Citun. Planeta Citun. No me extraña que seas el líder..."
Citun la tiró a sus brazos y la aplastó contra su pecho.



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Capítulo 10
Citun llevó a Storm al dormitorio. Sus botas cayeron al suelo cuando las pateó. La sentó en
la cama y se quitó los pantalones. Se subió para acostarse a su lado. Storm no intentó
desvestirse. Ella sabía que él quería hacer el amor, pero había algo más. Storm no estaba
de humor para jugar, ni para sentirse abrumada; quería que la amaran. Citun era tan
dominante durante el sexo que se preguntaba si sabía cómo ser cuidadoso y tierno. Cuando
él se levantó sobre ella en la cama, ella le acuno el rostro entre las palmas de las manos.
"¿Puedo llevarte a lo desconocido?", preguntó Storm.
"Lo has hecho y lo sigues haciendo"
"Sé que pasaste tu vida aprendiendo a dominar. Tus hembras no son frágiles. Soy una
mierda. Sí, dije una palabrota. He sido mi propio héroe durante mucho tiempo. Te dije que
no necesito uno. Tal vez no lo necesite. Necesito respaldo. Sobrevivo a lo desconocido. Le
pateo el trasero. ¿Puedes tú?"
"¿Qué es lo que quieres?"
"De ninguna manera, aspecto o condición quiero que te sientas castrado. Yo solamente te
necesito. Un tierno, dulce tú, que pueda amarme lo suficiente como para ser tan poderoso
que puedas ser amable. Dices que estás en casa. Después de un tiempo, el dolor, la pérdida
y la soledad te consumen y tienes que elegir. Rendirte, sucumbir o encontrar algo que te dé
el poder de seguir adelante. No tenía casa y no tenía a nadie. Así que elegí mi corazón como
mi hogar.
"Mi corazón está rodeado de muros que lo mantienen seguro y caliente. Siento que late; está
ahí. Está conectado a mí y a todo lo que me hace seguir adelante. Ningún hogar no es un
lugar, a veces ni siquiera es alguien. A veces es algo. Algo que llevas a todas partes. Algo
que te mantiene en movimiento, sintiendo, viviendo. El hogar es la esperanza. Mientras
pueda sentir el latido de mi corazón, tengo esperanza porque tengo vida. Algo dentro de las
paredes puede estar vacío, tal vez no haya muebles o personas, pero dentro de mí hay
sustancia. Mi sangre es el combustible que llega a mi casa; mis venas son los amigos que
la llevan. Mi aliento expande mis pulmones para dar a mi casa una ventana abierta. Y
cuando estoy dolida, mi corazón se duele conmigo, cada una de las veces. Cuando lloro, mi
casa no se enjuga las lágrimas porque también llora. Lo más importante es que cuando
amo, mi corazón se expande porque un hogar se hace más grande cuando se llena de
alegría.
"¿Pueden mostrarle a mi casa un lugar donde pueda ir, donde pueda respirar, expandirme
y caminar con cada feliz latido? No quiero un hogar lejos de casa; quiero un hogar dentro
de un hogar. Tu corazón"
Las lágrimas caían por sus mejillas mientras hablaba, pero a Storm no le importaba. Su
alma desnuda, expuesta, esperó. Ella sabía cómo vivir, sabía por qué vivía, pero quería vivir
y había una diferencia. La vida miraba hacia atrás. Citun le puso la palma de la mano en

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la mejilla; besó cada lágrima hasta que dejaron de caer. Frente a frente, sus alientos se
mezclaban.
"Tienes mi corazón, ayer, hoy, mañana. Mientras haya un momento en el tiempo, tú eres el
momento en el que quiero estar. Por siempre es una palabra sencilla, porque las palabras
son cosas que se dicen. Hay poder en el contacto, pero sobre todo en el amor. Una vez te
preguntaste por qué se inventó la palabra paz cuando parece tan escurridiza. Es lo
escurridizo por lo que nos esforzamos. Una vez pensé que eras un regalo, pero los regalos
se dan libremente. Eres mi hogar porque sólo tienes uno. No importa dónde vayas o vivas,
nunca estás realmente en casa a menos que estés en paz. Y tal vez por eso la palabra paz
es tan evasiva".
Storm le dió alcance para rodearle el cuello con sus brazos; ella enterró su cara en su
garganta. Su peso, cubriéndola, apenas la tocó. Durante mucho tiempo permanecieron
tumbados en silencio, sin moverse. De corazón a corazón. Nadie había buscado nunca el
alma de Storm, pero ella sabía que Citun lo hacía. Bajó la mano para inclinar la cara de
ella y mirarla a los ojos. No había necesidad de palabras.
Cuando sus labios se encontraron, su aliento se deslizó por su garganta y el calor de él llegó
a su corazón. Ella lo sabía, porque empezó a latir con fuerza. El hogar alcanzó la paz. Dentro
de la paz había felicidad, porque había amor.
Su beso se hizo más profundo, y sus manos apretaron la piel de él. Cuando la levantó para
pasarle la camisa por la cabeza, le inmovilizó las manos en alto por las muñecas. La presión
era suave, y si se resistía, todo lo que tenía que hacer era liberarse. Se quedó donde estaba.
Citun se acurrucó entre sus pechos, besando cada brote. Nada de lo que hacía era exigente
o dominante. Le lamió el vientre haciéndola sonreír, dejando un rastro de besos.
Citun soltó sus muñecas y bajó para deslizar sus pantalones cortos sobre sus caderas, más
allá de sus muslos y lentamente fuera de sus tobillos. Su sobresaliente polla le dijo lo
torturadores que eran sus minuciosos gestos. Deslizó sus manos sobre sus pantorrillas,
abriendo sus rodillas. Sus uñas negras eran largas, pero las yemas de sus dedos se
deslizaban sobre sus labios inferiores buscando su botón.
Storm arqueó la espalda cuando él sumergió la cabeza para pasarle la lengua por encima.
Citun estiró su brazo para frotar una mano sobre un pecho. Él no apretó, su pulgar pasó
por el pezón de ella. Cuando su lengua penetró su calor, ella siseó. La saboreó, sondeando,
cauteloso. Abrió más sus piernas, queriendo que él llegara más profundo.
Nunca en su vida Storm había llegado al clímax con el sexo oral, pero cuando lo hizo, fue
Citun quien se estremeció. Se levantó sobre ella, temblando por ella, y aún manteniendo su
tenaz control. Con los dientes apretados, brazos llenos de poder, Citun entró en su interior
centímetro a centímetro. Su respiración era un gemido. Un guerrero gobernado por la
dominación, elegía, en su lugar, conquistar su naturaleza.
Storm envolvió sus piernas alrededor de su cintura mientras él se mecía dentro de ella. Ella
enterró su cara en su pecho mientras sus manos le frotaban la espalda. La piedra en su
pecho, la que le recordaba que siempre estaba sola, se desintegró. Ella estaba en casa. Su
corazón tenía un hogar.

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Cuando Citun se corrió, no rugió ni bramó, sino que se acercó a ella. Los hizo rodar sobre
sus costados. Usando sus manos, le apartó los largos mechones de su cara. Durante largos
momentos, se miraron el uno al otro. Sus ojos transmiten lo que sólo los ojos pueden.
“Te amo, Citun”
“Bienvenida a casa, Storm”


Citun observó el juego de emoción en la cara de Storm mientras la nave flotaba sobre su
planeta. La mayor parte del tiempo, el territorio Zargonnii del Norte estaba cubierto de nieve,
pero era el momento de las Vacaciones. Los alrededores de la selva eran cálidos y brillantes
con colores. Citun estaba contento. Quería que la primera impresión de Storm fuera buena.
"¿Qué te parece?", preguntó.
"Ciertamente parece ocupado"
Ver su mundo a través de los ojos de otro era esclarecedor. Había Bangor, molestias peludas
aproximadamente del tamaño de Storm. No tendría que preocuparse por las criaturas de
nariz mocosa porque podría luchar con la mente. Un poco más lejos y vieron un Cyron,
luego lo vieron destrozado vivo por tres Zargonnii hembra. La cara de Storm estaba pegada
a la ventana.
"Oh Dios mío, esa bestia es tan grande como un mamut, y esos guerreros le golpean hasta
la muerte en momentos"
"Las mujeres Zargonnii van en serio cuando están de Vacaciones. No quieren que nada se
interponga entre ellos y su descendencia".
"¿Esas son Zargonnii femeninas?" Sus ojos estaban muy abiertos como platillos voladores.
"Sí"
"Son enormes. ¿Luchas contra estas hembras que esperan ganar?"
"Yo gano, bueno, yo ganaba. No volveré a tener Vacaciones. Bueno, tal vez a la playa o a
una cabaña si puedo encontrar unas cervezas".
Storm le ofreció una sonrisa irónica. "¿Recuerdas todo lo que digo?"
"Sí".
"Entonces, ¿puedo dejar de decirte que te quiero porque ya me has oído decirlo?"
"Tal vez deberías decírmelo más a menudo. Escuché que algunos hombres tienen audición
selectiva y necesitan que se les recuerde de vez en cuando lo importante".
Storm se movió a sus brazos. "Te amo. ¿Cuándo aterrizamos?"
"Estoy debatiendo si enviarnos o no directamente a donde vivo. Algunos hombres y mujeres
ya están juntos. Los hombres y las mujeres son muy protectores de su pareja una vez que
se establece el dominio. No me gustaría que una mujer pensara que quieres a su pareja.

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Las hembras quieren una hija, con cada fibra de su ser, si una hembra piensa por un
segundo podrías interponerte en su camino...bueno..."
Storm dio un paso atrás y abrió bien los brazos. "¿Cuántas de sus mujeres me considerarían
una amenaza?"
Ella tenía razón. Citun pensó que si una hembra Zargonnii se cruzaba con ella se reirían.
Pero había una amenaza mayor.
"Hay guerreros que podrían desafiarme por ti. Es raro, pero le ha pasado a otros guerreros.
Es obvio que puedes ser dominada, en un abrir y cerrar de ojos". Ella le dio un puñetazo.
"Es un suicidio retar a un hombre por una mujer que le pertenece"
"¿Te pertenezco?" Su tono estaba empapado de sarcasmo.
"Relájate, para un Zargonnii masculino, la posesión de una hembra significa que mataría
para mantenerte a salvo y conmigo"
"Así que, aparte de una muerte segura, ¿qué otros tesoros guarda tu planeta?"
"Nuestro planeta es hermoso. Tal vez debería aparecer en vez de contarlo".
Citun la atrajo a sus brazos. Ordenó a Jari que los enviara a la superficie. Con un guiño,
Jari asintió.
"Después de que estemos abajo, envía a los otros guerreros de dos en dos a intervalos de
diez minutos. Algunos se están volviendo locos por la necesidad de Vacaciones. Quiero
asegurarme de que Storm se aleje. Algo me dice que las hembras del planeta tendrán las
manos ocupadas con nuestros machos".
"Por supuesto, Citun"
"¿Te unirás a los otros guerreros?" Preguntó Citun a Jari.
"No. Taft y yo estaremos ocupados aquí por un tiempo. Ahora mismo, el planeta asustaría
a Lano. No va a desaparecer en ningún sitio en mucho tiempo. Excepto en mis aposentos.
Estoy seguro de que Taft siente lo mismo por Ashala".
Citun se rió. Miró a Storm mientras llamaba al remolcador del planeta. "Lista o no, allá
vamos"



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Capítulo 11
Storm estaba segura de que estaba mirando una jungla con esteroides. Salvaje, loca, rara.
Enumeró las palabras en sus pensamientos. El cielo estaba de un color vivo con unos pocos
agujeros negros. Aves espeluznantes como buitres la miraban con desprecio, sus cómicos
picos caricaturescos descansando sobre sus pechos. Citun estaba observando su reacción.
Ella intentó sonreírle, pero la expresión que él le devolvió la hizo preguntarse si parecía
estreñida.
Citun le rodeó los hombros con un brazo. Estaban en un pequeño claro, y un camino a su
izquierda era visible. El suelo bajo sus pies crepitaba bajo sus mocasines, prefirió los suyos
propios a los del replicador, cuando diera su primer paso. Mientras caminaban, su corazón
empezó a latir con fuerza hasta que se preguntó si Citun podía oírlo. Un número de
pequeños estanques estaban dispersos, cada uno cubierto por una capa de espuma
maloliente rodeado de varios matorrales. Citun le informó que la escoria era mortal y que
nunca debía beber de ningún lado excepto del líquido replicado. Le recordó que la hizo
prometer que se mantendría alejada de ellos.
El aire era cálido; una suave brisa alborotaba su pelo. Había un olor extraño en el aire. Sus
alrededores estaban cargados; podía sentir como la tensión aumentaba cuanto más se
adentraban en la jungla a la que iban. Los enormes árboles la obligaron a hacer una doble
toma cuando estaba segura de que largas vides se arrastraban por el suelo para alcanzarla.
Entrecerró los ojos, segura de que había oído susurros. Los árboles estaban hablando.
Esforzándose, escuchó en una lengua antigua que se trataba de una mujer, una humana.
Un guerrero estaba con ella, un dominante ante su sumisa. Pronto una voz de respuesta
retumbó bajo sus pies, lejos de la tierra, mientras las raíces llevaban un mensaje. No debía
ser lastimada. Storm miró a Citun, él estaba ajeno a la conversación. Juraría que los árboles
se rieron y la llamaron tonta. Muy pronto entendería que los árboles podrían algún día ser
sus mejores amigos. Eran un secreto femenino, uno que necesitaba guardar, y Storm sabía
que lo haría. ¿Quién la creería?
Un grito le puso los pelos de punta y a Storm le costó mucho no saltar a los brazos de Citun.
Una inmensa criatura de dos metros de altura saltó del follaje para gruñirles. Storm sabía
que si abría más la boca, le llegaría al suelo. La hembra Zargonnii fue construida con
curvas. Los guerreros tenían el pecho ancho, la hembra no. Storm no tenía ninguna duda
de que si Citun y la hembra participaban en la batalla, no había forma de saber quién
ganaría.
"No temas, humana", dijo la Zargonnii. "Soy la hermana de Citun. Esperaba que encontrara
una mujer propia. Las hembras de aquí se cansan de su dominio".
"Lo siento, pero es difícil entender la idea de cualquier cosa, guerrero incluido, dominando
a mujeres como tú"
La hembra se rió y agitó la cabeza, su largo y hermoso cabello blanco cayó hasta que las
puntas tocaron el suelo. Sus ojos rojos ardieron por un momento. "Citun nunca me

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dominaría. Pero él es de la familia y nosotros no apareamos a la familia. Es mi hermano


pequeño. Y un buen líder"
Ella no hablaba con desprecio, sino con cariño y Storm podía ver que estaba orgullosa de
él.
"Citun, tu hermana es hermosa" Storm miró a Citun, su expresión hizo que pareciera que
estaba oliendo a un pez muerto desde hacía un año. "¿Qué pasa?"
"La familia emite un olor nocivo que nos impide aparearnos. ¿Qué es lo que quiere? ¿Cómo
sabía que estábamos aquí? Infiernos. Salúdala de mi parte".
"Citun dice hola" Qué incómodo. "Se pregunta si hay algo que te gustaría preguntar durante
esta visita... ¿Y cómo sabías que estaba aquí, o no lo sabías?"
"Ya sabes cómo lo supe" Ella hizo un guiño de conspiración a los árboles. "Sólo las hembras
oyen a los árboles. Nuestro secreto, ahora el tuyo. Escúchalos y ellos te ayudarán aquí.
Sabían quién eras en cuanto vieron a Citun y me informaron de tu paradero. Te seguiré
desde lejos. Mi hermano apesta. Hay guerreros que tienen tu olor. Hasta cinco. Si Citun
tiene que luchar contra todos ellos, podrías resultar herida accidentalmente. No lo
permitiré. Después de todo, somos una familia. Un día, espero tener sobrinas que pueda
ver que él tenga en sus brazos. Soy la única familia de Citun. He visto que otras mujeres
han traído al mundo descendencia femenina, pero la tuya será especial. Él no tiene
permitido acercarse a los niños. Ningún hombre es bienvenido en el área femenina. Espero
poder visitarte cuando Citun no esté cerca. Las hembras van y vienen cuando nos da la
gana, donde sea. Soy Amma"
Storm tardó un segundo en digerir la información. Grandes guerreros malos, ¿eh? Las
chicas mandaban, eso era seguro. Por alguna razón, la idea le pareció divertida; puede que
fuera la sonrisa de Amma.
"Amma dice que nos siguen cinco guerreros. Pensé que tus guerreros te escuchaban"
"Los míos lo hacen, sí. Unas Vacaciones es una zona gris, los ánimos y la testosterona están
altos. Podría haber visitantes del Zargonnii del Sur que responden ante Titus. ¿Mi hermana
está tratando de protegerme? Eso es vergonzoso".
"Ella está aquí para protegerme a mí y a cualquier futura descendencia. Si necesitas entrar
en batalla, le preocupa que algo más se me acerque mientras tú estás ocupado".
"Oh, bueno, está bien entonces"
Storm puso los ojos en blanco y Amma se rió. "Mi hermano ha dicho algo estúpido, ¿sí?"
"Es un hombre; todos lo hacen al final, si les dejas hablar lo suficiente."
"Cierto. A menudo me pregunto si no podemos entendernos porque nos convencerían de
matarles por estupidez".
Storm se rió y luego jadeó. Tres guerreros irrumpieron en el follaje. Amma siseó y agarró
uno y arrojó su culo aullando por encima de los árboles antes de que Storm pudiera
parpadear, de nuevo de pie, con la boca abierta. Para no ser superado por su hermana

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Citun aplastó a los otros dos juntos, de cabeza. Ambos se hundieron en el suelo. Amma se
acercó a uno y lo puso sobre su hombro. Miró a Storm.
"Dile a mi hermano que quedan dos; él debería poder manejarlos solo. He estado buscando
a este guerrero. Me dio una hermosa hija la última vez. Me gustaría otra. Hablaremos
pronto"
"Fue un placer conocerte, Amma. Gracias"
Amma saludó con la mano mientras se desvanecía en la jungla. Storm tomó a Citun de la
mano. "Quedan dos"
"Creo que los guerreros tenían curiosidad, nada más. El olor de dos hembras en un mismo
lugar llamaría la atención", dijo Citun.
Cuanto más lejos caminaban, Storm estaba segura de que estaban siendo observados. Ella
escuchó las voces y se preguntó por qué Citun no podía oírlas, antes de ver a los machos.
Citun se endureció y olfateó el aire. Cuando los guerreros se pusieron delante de ellos,
Citun la empujó detrás de él. No parecía sorprendido de verlos. Se preguntó era un cierto
olor lo que estaba buscando en vez de sonido.
"Vete a casa. Este es territorio de los Zargonnii del Norte. Emparéjate en tu propio
hemisferio." Citun estaba gruñendo.
"Las mujeres humanas son difíciles de encontrar. Algunas no necesariamente quieren al
guerrero que las roba". La postura de combate de ambos guerreros era innegable.
"Esta es mi compañera. Storm elige estar conmigo. No me hagas pelear contigo. Perderás".
Storm estaba preocupada. Esta confrontación la estaba asustando. Los guerreros actuaban
como si realmente pudieran llegar a matarse. Un Zargonnii no le hacía daño a Zargonnii.
Al menos no se mataban entre ellos. Storm no quería herir a nadie. Esta confrontación era
un gran error. Su miedo se convirtió en ira. Los guerreros eran beligerantes y groseros. No
tenían derecho a asumir con quién debería estar, ella tenía su propia mente. Ella sabía lo
que era mejor para ella. La rabia comenzó a acumularse. Después de eso pensó que sus
brazos casi chocan contra el suelo con el peso del bebé que apareció de repente.
Zell estaba mirando a los dos guerreros. Los ojos verdes brillaron. Un guerrero gritó cuando
fue golpeado. Zell gritó una advertencia. La amenaza era inconfundible. Zell miró a los ojos
de Storm, ella podía ver su preocupación pero se sentía confundida.
"Titus se enfurecería al encontraros aquí, en el territorio de los Zargonnii del Norte, en el
territorio de Citun. ¿Cómo te atreves a pensar en luchar, especialmente contra un líder, por
su pareja?"
La mujer que apareció era obviamente la madre de Zell. Era alta y hermosa, y estaba
enojada. Sus ojos verdes destellaban dagas mientras su cabello de ébano se balanceaba.
Su paso fue apresurado mientras corría en medio de ellos.
"Las hembras humanas son especiales", dijo uno de los guerreros. "¿Por qué sólo algunos
guerreros las reciben mientras que otros a menudo se quedan sin nada más?"

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"No lo sé. Pero que sepas esto, Zell se fue tan rápido de su cena que supe que había peligro.
Lo hay, puedo notarlo. Ninguno de los dos tiene idea de lo cerca que está de la muerte".
La mujer estaba mirando a Storm cuando declaró su amenaza. Citun frunció el ceño.
"¿De qué estás hablando?" Preguntó Citun.
"Mi nombre es Zabbie, la compañero de Titus. Zell no está aquí para proteger a la hembra;
está aquí para salvar a los guerreros".
Storm se quedó estupefacta. "Yo no mataría".
"No a propósito", dijo Zabbie. "Tienes un arma en tus pensamientos. Algo mortal. Puedo
verlo a través de los ojos de Zell, pero él no puede explicarme la sustancia. Nunca lo había
visto antes. Algo que podría cortar a estos guerreros en dos con un simple pensamiento en
reacción a tu ira".
"El material del otro planeta. La que tu hijo dijo que era omnipotente. Lo rompí" Storm
estaba pensativa. "Pero sólo lastimaría a alguien para salvar a Citun. Sentí que la ira crecía,
pero nunca querría matar a nadie. Especialmente un guerrero".
Zabbie ordenó a los guerreros que se fueran. Decirles que Titus se encargaría de ellos y
como ella y Zell llegaron tan rápido, no tenía duda de que Titus estaba en movimiento y
lleno de preocupaciones. Ella cogió a Zell en sus brazos. Zell lanzó unos cuantos láseres
verdes más a los traseros de los guerreros para acelerar su partida.
"Me informaron que conociste a mi hijo y a Ryker. ¿Storm, verdad?" Storm asintió. "Los
Gorgano nos joden a las mujeres a veces. Ve con Citun. Después de las Vacaciones,
podemos vernos. Necesitamos tener ese poder tuyo bajo control. Zell me ha mostrado cómo
es la sustancia; tal vez Titus sabe de qué está hecha y yo veré qué puedo hacer. Si me
necesitas, piensa en Zell y él puede decírmelo. Su capacidad crece día a día. Pero puedo
decir que estás conectada a mí y a las otras mujeres que se encontraron con los Gorgano.
Es por eso que Zell puede encontrarte tan fácilmente. Puedo sentirte, pero Zell puede
sentirte en sus pensamientos".
"Él es realmente poderoso", dijo Citun.
Zabbie se rió. "No tienes ni idea"
Los dos desaparecieron. Citun se estaba riendo, pero Storm estaba preocupada. El chico
pensó que podría matar, ¿verdad? Storm no quería hacerlo. Se agarró a Citun.
"¿Y si te lastimo por accidente?"
"No lo harás. Algo que aprendí sobre las mujeres. Sí, te enfadas; sí, tienes emociones
locamente odiosas. Pero cuando amas, los límites de tu furia se expanden de una manera
que te impide hacer daño a alguien accidentalmente".
Una salvaje criatura peluda y roja salió volando de la selva directamente hacia la espalda
de Citun. Storm gritó. La bestia dejó de moverse y se separó en dos montones separados;
Storm la había cortado por la mitad, de la cabeza a la entrepierna, con sus pensamientos

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cuchilla. Ella vomitó. La idea de que ella podría haber hecho eso a los guerreros era
aterradora.
"Quiero estar adentro ahora" Ella jadeó, una mano apoyada en su pecho. Ella agitó el otro
brazo en el aire buscando a Citun, necesitaba que él la sostuviese.
Citun la levantó y la acunó contra su pecho. "Sé que no apreciarás este comentario ahora
mismo. Eso fue jodidamente increíble".
"Lo convertí en unos gemelos", gimió y odiaba el tono de su voz.
"Los Cyrons van a correr gritando cuando te vean. Mi compañera asesina".
"No estás sirviendo de ayuda"
"Lo siento"
"Tu risa dice lo contrario"
Citun comenzó a correr con ella en sus brazos. Estaba segura de que se había reído de la
palabra gemelos. Ella no sabía qué era más inquietante, si la escena que dejaron atrás o
un guerrero líder de cuatrocientas libras partiéndose de risa.


Storm permanecía mirando por el gran ventanal de la casa de Citun que dirigía al patio
trasero. Citun tecleó un código en la pared y atravesó la sustancia que los humanos decían
que se parecía al vidrio. La escuchó aspirar y miró hacia atrás para sonreírle. Pasó su mano
a través de la sustancia, intentando alcanzarla. Ella le ofreció una sonrisa encantadora, le
cogió los dedos y le siguió.
Afuera, escucharon los gruñidos y los gritos de las Vacaciones que les envolvían. Citun
había escuchado el intercambio toda su vida; era parte de su herencia. La sonrisa de Storm
murió en sus labios. El corazón de Citun latía con fuerza. Trató de ver el ritual desde su
perspectiva. Se imaginó que los agudos gritos eran aterradores; el follar escalofriantes y los
gruñidos guturales profundos podrían ser intimidantes. Storm no tenía idea de la
moderación que usaba cuando hacían el amor.
"Parece que hay una guerra en marcha", dijo.
“De alguna manera, supongo que la hay” respondió él. "El botín de guerra será para quien
reciba a la codiciada descendencia"
"¿Ninguno de los dos sexos se divierte simplemente teniendo sexo?"
"Claro. El sexo es un extra, pero no el objetivo".
"¿Qué hay de la dominación? ¿Es un bono para quienquiera que gane?"
"He aprendido, con tu ayuda, que estar con una humana es muy diferente a estar con una
Zargonnii femenina. Me sonríes, me acaricias, me tocas, me hablas. No entiendo a una
mujer Zargonnii. No tengo ni idea de si uno quiere ser tocado. Todo lo que sé es que quieren
una hija. Nuestras hembras aman a sus hijos. Tanto que matarán a un Cyron si sospechan
que uno está cerca de la casa de su hijo. No hay nada más peligroso en este planeta que

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una hembra protegiendo a su descendencia, de cualquier sexo. Es una madre que provee a
su hijo de un Cyron cuando deja la casa de su padre. Las casas de los Zargonnii, al menos
las de los machos, están hechas de pieles y huesos de cyron. Si tuviera un hijo mientras mi
madre vivía, ella y la madre del niño me traerían otro Cyron para consolidar mi hogar. Su
regalo para el bebé, supongo.
"Todos los hombres son guerreros. Está en nuestra sangre luchar, pero si luchamos contra
una hembra que sólo puede ser dominada hasta el punto de causar un daño irreversible,
pararemos la batalla. Ninguna hembra merece ser lastimada cuando da vida. Los guerreros
entienden que si matan a una hembra podrían estar matando a un camarada o a un líder.
Quién sabe cuántas vidas se perderían con la muerte de una sola mujer. Los Castians
estuvieron cerca de la extinción cuando sus hembras fueron asesinadas. Sin mi madre,
nunca habría existido.
"Después de un tiempo, las hembras se mantendrán alejadas de un macho que saben que
no pueden dominar, incluso si les da muchas hijas"
"¿Por qué?"
"Creo que porque empiezan a preguntarse cuál es su propósito. Son más fuertes, pero si les
quitas su fuerza, se sienten menos femeninas. El viaje para entregar un solo hijo a un padre
puede ser mortal. Cuando estamos de Vacaciones, muchas hembras se reúnen a la vez para
el ritual. Un círculo cerrado ofrece protección. Siempre y cuando mantengamos una
distancia respetuosa. No nacen muchos Zargonnii machos y muchas madres regresan solas
al territorio masculino. Algunos han muerto. Ocasionalmente, un guerrero se ha
encontrado con un cuerpo o restos"
"¿Por qué los machos no salen a buscar a una hembra para ver si tienen un hijo?"
"Una mujer con un hijo es mortal. El bebé debe ser entregado al padre adecuado. Un
momento delicado, y el olor lo es todo. Demasiada testosterona en una sola área sería
confuso. Imagínate el miedo de una hembra si sintiera que debe luchar contra docenas de
guerreros para encontrar al correcto. Una pena, pero las hembras no pueden agruparse
cuando el Norte es tan vasto. El hogar de un guerrero podría estar en cualquier parte y ella
debe encontrarlo.
"Una hembra no arriesgará a su hijita para ayudar a una hembra a devolver a un bebé hijo.
La hembra lleva al niño varón lo más cerca posible de la casa del padre, luego debe esperar
hasta que el padre encuentre al niño. Entonces debe regresar, de nuevo solos. En su
desesperación algunas desaparecen, sólo podemos adivinar porque ciertos guerreros
buscarán a cierta hembra en las siguientes Vacaciones. Cuando no es encontrada, se puede
oler la tristeza en la cara de otra cuando el guerrero es redirigido una y otra vez.
Especialmente si quiere otro hijo. Al final, comprende que la hembra se ha ido.
Afortunadamente no muchas sucumben, la mayoría se dan cuenta de que todavía necesitan
proteger a sus hijos, incluso a distancia. Si han sido dominadas, se preguntan si serán
capaces de hacerlo".
Storm se acercó a un tronco y se sentó. "Supongo que lo entiendo. Eres mucho más fuerte
y más grande, no me preocupa si eres dominante. Sé que lo eres, y no me importa. Supongo
que una enorme mujer dominada puede tener dudas de sí misma".

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"También he aprendido que muchas mujeres humanas piensan así. Muchas esperan que
los hombres sean más fuertes. Somos una especie diferente. Creo que debido a su tamaño
y proceso de pensamiento, nosotros los guerreros y las humanas hacemos buenas parejas.
Oigo las Vacaciones a nuestro alrededor. Las llamadas son emocionantes, puedes oler a las
hembras en el aire, bueno, yo puedo. No tengo ningún deseo de estar ahí fuera. Estoy
contento de estar sentado aquí"
Citun se sentó a su lado y tomó su mano. Storm saltó cuando algo se estrelló contra la
cerca alta. Hubo gritos horribles al otro lado. Citun sabía que una hembra estaba
desesperadamente tratando de no ser dominada. Por sus lamentos sabía que era cuestión
de momentos. O se rendía o el guerrero tendría que irse. La valla empezó a temblar, los ojos
de Storm se abrieron de par en par. La hembra debía estar desesperada por una hija.
"¿Contra tu valla?" Ella no se lo podía creer.
"Mientras esté fuera del perímetro de una casa, cualquier lugar es un juego limpio"
Citun no quiso mencionar que con Storm cerca ponía de los nervios a un guerrero, ya que
el olor de una hembra dominada estaba cerca. ¿No se sorprendería el guerrero de saber que
la pequeña hembra de Citun puede cortar en pedazos a un Cyron con sus pensamientos?
En lo alto, el cielo se oscureció. La lluvia sería bienvenida para muchos de los que están de
Vacaciones. Los participantes estarían calientes y sudando, necesitados de un trago. Rara
vez se comía durante el apareamiento. Al final del período de dos semanas, tanto las
hembras como los machos arrastraban sus cansados culos a casa para dormir durante una
semana, y luego se atiborraban de comer durante tres días seguidos. Citun había estado
comiendo sin parar, por más que tratara de no hacerlo, durante la última semana antes de
las Vacaciones para construir su masa muscular y asegurarse de que su cuerpo tuviera las
reservas necesarias.
Los efectos de su exceso de energía le pusieron nervioso. Las Vacaciones eran tan antiguas
como el tiempo, cada Zargonnii de edad entraba en calor y sus cuerpos se preparaban para
la batalla. Citun estaba en su apogeo. Su cuerpo fuerte y lleno de la necesidad de crear un
vástago. Un niño nacido de las hembras sería fuerte; tenían que serlo para sobrevivir en
este planeta. Citun no tenía ninguna duda de que si él y Storm hacían el amor, su unión
sería un éxito.
Extrañamente, aunque el resultado deseado era una descendencia codiciada, Citun quería
hacer el amor, no ir de Vacaciones. La presión de tener un hijo se había disipado. Storm
estaría con él para siempre, cualquier hijo que tuvieran también sería suyo. Con esto se
reducía el tirón de la cuestión genética.
"Estás perdido en tus pensamientos", dijo Storm.
"Supongo que lo estaba"
"¿Te estás arrepintiendo, de mí, de nosotros? ¿Ahora que estás en casa?"
Citun apretó sus dedos. "Me preguntaba si los ruidos y saber de dónde provienen te asusta"
Storm sumergió su cabeza de una manera tímida. "En realidad, tengo curiosidad"

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La valla había dejado de sonar, pero Citun se levantó y la llevó cerca de la parte trasera de
la valla. Pequeños huecos eran visibles. Storm le abrió los ojos de par en par cuando la
animó a mirar.
"No puedo mirar", Storm sonaba mortificada.
"Sabes que quieres hacerlo"
"Tal vez"
"Nunca pelearé contigo como los de mi clase pelean con las mujeres. Nunca"
Storm se acercó a la valla. Después de echarle a él un breve vistazo, ella apretó su cara
cerca de una grieta. Inmediatamente, su respiración aumentó. Citun estaba directamente
detrás de ella y podía ver la escena que estaba presenciando. Un guerrero tenía una hembra
clavada debajo de él; había demostrado ser el dominante. La hembra parecía aturdida,
gruñendo suavemente. El guerrero no era brutal, estaba cantándole, tranquilizándola. Cada
parte de ella estaba inmóvil. La mirada del guerrero la mantenía cautiva.
La hembra era pequeña y Citun se preguntaba si esta sería su primera vez. Muchas mujeres
en su primera vez eran dominadas. Era la forma en que la naturaleza demostraba que no
les haría daño. Si una hembra estaba demasiado asustada para las Vacaciones, ninguna
descendencia sería concebida. Por la forma en que cantaba el guerrero, Citun estaba seguro
de que su hembra estaba aterrorizada.
"Está muy asustada". Storm sonaba triste.
"Sí, lo está. Lo creas o no, así se siente un guerrero cuando es dominado por primera vez.
Pero ella pronto tendrá un pequeño. Hombre o mujer, adorará al bebé. Si tiene que
renunciar a su hijo, querrá una hija. Si tiene una hija, esta hembra podría incluso
considerar la idea de encontrar a este guerrero de nuevo".
El guerrero estaba empujando la barbilla de la hembra con su nariz. Ella se relajó
notablemente y presionó su cabeza contra el hombro de él.
"Ella se ha rendido", dijo Citun.
"¿Qué será lo siguiente?"
"Mira".
Otro hombre se acercó a los dos. Era joven y olía el olor de una hembra dominada, Citun
estaba seguro de que también olía a Storm, dos hembras dominadas eran un imán para un
guerrero sin experiencia. La hembra Zargonnii gritó cuando él se acercó. El guerrero que
estaba de Vacaciones con ella se levantó y gruñó; demasiado tarde, el guerrero más joven
se dio cuenta de su error. Un guerrero nunca compartía a su hembra.
Storm gritó cuando el guerrero dominante atacó. Normalmente, los guerreros tenían el
mayor respeto por los demás, pero no durante unas Vacaciones. La batalla duró sólo unos
segundos. Al guerrero más joven se le permitió vivir, pero Citun dudaba de que tuviera la
oportunidad de ir de Vacaciones. Lo más probable es que necesite un sanador. Pero, lección
aprendida.

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El guerrero dominante se dirigió a la hembra, que no se había movido, y la volteó sobre su


vientre. Inmediatamente se puso de rodillas. Las Vacaciones continuaron. Storm miró a
Citun, la preocupación se marcaba con una pequeña arruga en la frente.
"Santo cielo", susurró ella. "Si yo fuera esa hembra ofrecería mi trasero igual de rápido. El
es fuerte"
Citun se rió. "Está siendo impulsado por la adrenalina. La retendrá por dos semanas, si
tiene suerte. Las hembras siempre están peleando con los machos; él necesita calmarse o
encontrará su trasero debajo de ella, después de que ella se haya ido. He dominado. Es
difícil dejar ir a una hembra. Ha habido casos en los que las mujeres necesitan agruparse
para recuperar a una mujer. El macho es así de apasionado. Deja de ser sobre dominar y
empieza a ser sobre la familia. En un momento de nuestra historia, vivimos juntos. Nos
amábamos los unos a los otros. Tal vez por eso las hembras humanas son tan fascinantes.
Todavía amamos a nuestras hembras de alguna manera. Las respetamos, y mataríamos
para mantenerlas a salvo. Después de todo, son hermanas, madres, tías, primas. Son la
vida. Cuando mi madre vivía nunca la vi, pero la olí. Cuando empecé a ir a nuestro lugar
de aprendizaje, supe que ella me seguía de cerca".
"¿A través del aroma?"
"Bueno, eso, y las seis veces que vi un Bangor destrozado volar sobre mi cabeza, a veces en
pedazos. Vaya, tenía mal genio".
"¿Por qué tu padre te permitiría caminar solo cuando esas bestias existen?"
"Era lo suficientemente mayor para enfrentarme a un Bangor. Normalmente, cuando un
hombre tiene 12 años, somos máquinas de lucha. A una madre le lleva un poco más de
tiempo entender que su hijo ya no es un bebé".
"Tus ojos se iluminan cuando hablas de mujeres Zargonnii. Sí las respetas. Puedo verlo.
Vuestras costumbres son raras. Os enfrentáis con pasión, pero os preocupáis con más
pasión. La hembra que dominó el guerrero, ¿está a salvo, incluso de él?"
"Un guerrero que domina se espera que proteja a su hembra con su vida, lo hará. Ahora
mismo no hay nada más importante para él que esa hembra. Puede que ya esté embarazada.
No es sólo sexo u honor, lo es todo".
"Suena intrigante"
Citun le brindó una sonrisa irónica. "¿Quieres una demostración?"
"Bueno, sí"



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Capítulo 12
La tormenta dio un grito ahogado cuando la mirada de Citun pasó de juguetona a muy
seria. Todo alrededor eran aullidos y peleas. Era una zona de guerra más allá de la valla.
El cielo se abrió a la lluvia que había estado amenazando, añadiéndose al primitivo entorno.
Citun se puso en modo de batalla y Storm se quedó inmóvil. Desconfiada y ansiosa, estaba
interesada en el juego rudo. Quería un guerrero, su guerrero, y tenía curiosidad. Más
importante aún, ella confiaba en Citun y quería que él supiera cuánto.
Una sonrisa jugaba en sus labios y utilizando ambas manos, empujó contra el vientre de
Citun y se alejó. Su rugido le agregó alas a sus pies, y si su cabello no hubiera estado
empapado, se le habría puesto de punta. Ella le escuchó, sus pies golpeando el suelo detrás
de ella. Storm corrió alrededor del patio trasero. Ella no tenía ninguna intención de
abandonar la seguridad del recinto, y quería que él la tuviera fuera. Este era el elemento de
Citun. No había razón para que tuviera que renunciar a sus Vacaciones, siempre y cuando
fuera con ella. Planeaba hacer que su unión fuera interesante.
Storm gritó cuando Citun la agarró por la cintura. Le golpeó en los brazos y le dio una
patada en los pies. La naturaleza de la tormenta se incrementó. Citun estaba empapado;
ella estaba empapada. El ruido de la camisa que le arrancó fue audible.
"Estamos desnudos en Vacaciones", dijo Citun con un profundo gruñido desde su garganta.
Sus pantalones cortos fueron los siguientes. El material fue triturado, y aunque Citun
parecía haber perdido el control, Storm sabía que cada acción estaba calculada para
asegurarse de que su piel no fuese lastimada. Citun pudo haberla destrozado. Aun
luchando, Storm fue arrojada al suelo y lanzada sobre su vientre. No era nada amable, y
Storm quería extender sus piernas por debajo de él. Ella lo quería tan desesperadamente
que estaba lista para suplicar. Ella continuó luchando, sabiendo que Citun necesitaba la
liberación. Toda la semana, ella le vio comer a escondidas. Adivinó que tenía algo que ver
con Vacaciones.
Las costumbres Zargonnii eran primitivas durante las Vacaciones; Storm no entendía
realmente. Ella sabía que no era sólo el dominio lo que los alimentaba; la necesidad de
procrear era alta tanto en hombres como en mujeres.
Storm trató de escabullirse de debajo de él, pero él capturó su cintura; su gran antebrazo
empujó su cabeza contra el suelo, y Storm jadeó cuando la penetró con toda su longitud.
Los codos se le doblaron con su fuerza. No había escapatoria. Citun se movió más rápido
de lo que nunca imaginó posible. Él había mencionado que el acto de apareamiento debía
ser duro y rápido. En cualquier momento, los papeles podían invertirse si la hembra estaba
decidida a pelear.
Los músculos de Citun se aglutinaron debajo de ella y por un momento, Storm sintió
lástima por él. No podía soportar la cantidad de fuerza que una hembra de su propia especie
podía soportar, pero sabía que podía soportar más de lo que él estaba haciendo. Cuando él
se retiró, ella dejó caer flácidos los brazos, lo cual fue una sorpresa, y luego se giró sobre
su espalda y empujó sus pies contra el pecho de él. Citun se rió.

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"Ten cuidado, mujer. No pongas a prueba mi paciencia".


"¿Y si quiero?"
Citun la inmovilizó de la misma manera que el guerrero inmovilizó a la hembra. Storm gimió
con su peso, pero sabía que él aún mantenía el control de sus acciones. Cuando él volvió a
sumergirse en ella, ella estaba indefensa. Extrañas rayas de relámpagos resplandecían a
través del cielo multicolor, truenos resquebrajados. Storm enterró su cara en su pecho.
Ella yacía inmovilizada y aceptando mientras él empujaba con fuerza y luego se relajaba.
Ella no sabía cuántas veces se había corrido y aun así continuaba. El anhelo de ella
aumentó, se construyó, se estrelló dentro de ella, y luego se levantó y construyó. Un grito
estrangulado la hizo asomarse por debajo de él y sus ojos se abrieron de par en par cuando
vio a un Bangor caer al suelo a un pie de distancia. Citun estaba aplastando su corazón
con la mano. Había golpeado con su puño el pecho de la criatura.
" ¿Citun?" No podía evitar el hormigueo de miedo de su tono.
"Es la muerte acercándose a un hombre dominante"
Gruñó las palabras, agarró un puño lleno de la piel de la criatura y lo lanzó por encima de
la valla mientras continuaba empujando dentro de ella. Ante su tono y brutalidad, ella
empezó a temblar. Inmediatamente, Citun le cantó. Su cuerpo la envolvió.
"Nada tiene permitido estar cerca de ti excepto yo", susurró Citun al oído. "Estás en casa;
el hogar es el lugar más seguro del universo, mi compañera. Te amo."
La tormenta continuaba, pero ella estaba caliente. Con su posición, no había nada, ninguna
parte de su cuerpo que estuviera en peligro. La sangre de su mano se lavó con la lluvia.
Citun finalmente se calmó. Con él enterrado dentro de ella, su respiración se niveló. Se
durmió. Con un abrigo de seguridad, Storm cerró los ojos y comenzó a dormirse.
La acampada más rara de la historia.


A Citun le gustaba la calma después de las Vacaciones. Era como si todo el planeta se
durmiera. Los guerreros saciados, muchos con ojos somnolientos, no saldrían hasta dentro
de una semana. Con el aroma del sexo tan prominente, muchos animales en el planeta
también se dieron el gusto. En unos meses, el planeta entero estaría lleno de vida joven.
Incluso los Cyrons eran lindos cuando eran pequeños. Eran útiles para los guerreros
cuando eran enormes y sus huesos podían ser utilizados para reforzar los hogares. Su
pelaje oscuro y peludo era una gran ayuda para el aislamiento en los meses de invierno.
Citun planeaba encontrar un macho viejo para hacer su hogar más fuerte para Storm y,
con suerte, para un niño con el que algún día serían obsequiados.
Citún y los guerreros más jóvenes se unieron durante el respiro. Los canallas guerreros
Tonans huían, lamiéndose las heridas. Los Gorgano habían recibido un duro golpe con la
última batalla entre Cobra y Titus; Citun lamentaba habérsela perdido. Le gustaría conocer
a Huck, uno de los guerreros medio diabólico Tonan de Cobra que era leal a pesar de su

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pasado y se consideraba una bendición para los Castians. Un golpe para los guerreros
Tonan renegados. Huck era el epítome de la esperanza.
Los guerreros Zargonnii con los que Citun conversaba ahora eran demasiado jóvenes para
Vacaciones; estaban entrenándose, muchos de ellos asombrados por Storm. Su pareja
estaba aprendiendo a dominar su habilidad. Un arma mortal a su disposición le provocaba
algunos momentos de ansiedad, pero Citun sabía que ella perseveraría. Y lo hizo.
Storm se centró en el material más duro del planeta. Intención de mirar, piernas
ligeramente abiertas, levantó su mano y señaló con el dedo. La materia se dividía mientras
ella descendía su dedo hacia abajo a un metro y medio de ella. Hubo muchos comentarios
de agradecimiento. Una vez que el material fue cortado por la mitad, ella se paró y sonrió.
"¿Qué sigue?", preguntó ella.
"Es lo último que tenemos", dijo Taft.
Citun escuchó la risa de Jari desde un costado cuando vio la expresión de desilusión y
sorpresa de Storm. El guerrero estaba de pie con un brazo alrededor de Lano. A la hembra
le resultaba más fácil quedarse en un solo lugar, especialmente cuando Jari era tan
sobreprotector. La pequeña hembra reveló una vida triste de joven. Fue golpeada cuando
desaparecía y era encontrada. Los machos en su planeta eran dominantes; a una hembra
no se le permitía esconderse de los abusos. Citun quería ir al planeta y darle una paliza a
todos los hombres de allí, así como lo harían muchos guerreros.
Los guerreros encontraron que Ashala era dulce y hermosa. Si su tipo de macho no
apreciaba a sus hembras, los Zargonnii lo harían. Las conversaciones comenzarían pronto
con Titus y Cobra. Las hembras humanas eran pocas y distantes; las especies de Ashala y
Lano eran físicamente compatibles. Todavía no se había determinado si podían o no
procrear juntos. A pesar de todo, las hembras tendrían demanda. Citun sabía que Cobra
estaba interesado en cualquier mujer que le gustara a sus guerreros. Se estaba formando
un nuevo universo de integración alienígena. Una importante y gran era de aceptación.
Después de todo, Storm podría conseguir su deseo de paz.
"Supongo que no más entrenamiento", dijo Storm y se dirigió a los brazos de Citun.
"En realidad, esperaba que tú y Ashala pudierais trabajar juntas" Citun se había estado
preguntando si cuando se unían Ashala y Storm podrían crear una línea de defensa en
movimiento.
"Claro". Storm le tendió la mano a Ashala, que estaba mirando desde la banda.
Storm susurró al oído de la mujer. Las dos se concentraron. Un enorme trozo de un material
duro y desconocido se formó pronto en una nube de ceniza. Storm manipuló la sustancia
que voló ante un montón de desechos. Incluso Citun aspiró rápidamente cuando el montón
de desechos fue aniquilado en polvo.
"Eso ha sido genial", dijo Taft.
"Ojalá fuera tan útil", murmuró Lano.

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Jari la atrajo hacia su pecho. "Lo eres. Si alguna vez lo necesitas, puedes entrar en una
habitación de extraterrestres sin ser detectada. Aunque, espero que eso nunca pase. Me
gusta más cuando puedo verte y abrazarte".
Lano sonrió y bajó una mano tímidamente por la mandíbula del guerrero. Sus tatuajes
verdes fluorescentes brillaron más por un momento. Los tatuajes le recordaban a Citun los
ojos de Zell. Se preguntó si había alguna posibilidad de que Storm pudiese tener un hijo,
pero lo dudaba. Zabbie, se lo informó, fue manipulada por los Tonan y Gorgano de alguna
manera para tener un hijo varón. Temblaba al preguntarse qué habría pasado si Zabbie
hubiera dado a luz a una cría Tonan con los poderes de Zell.
Storm vino a ponerse de pie ante él. "Tienes esa mirada en tu cara"
"Me preguntaba el efecto en una hembra humana si fuera capturada por un Tonan y los
Gorgano y obligada a dar a luz. El ciclo de los Castian y los Tonan ha llegado a su fin, pero
lo que has mencionado antes me ha estado molestando. ¿Qué pasa si un Tonan puede
hacer que una hembra conciba cuando no está en necesidad debido a su ciclo reproductivo?
Las hembras de Castian y Tonan estaban adaptadas a sus parejas, pero las hembras
humanas son diferentes. "¿Qué pasa si cuando el escudo del bebé cae una hembra puede
reproducirse de nuevo?"
"Maldición", dijo Jari. "Eso sería una buena noticia para los Castians, pero no si los
renegados pueden capturar a una hembra y aparearse. La idea es que un Tonan tendría
que esperar cuatrocientos años. Un malvado Tonan no querría mantener a una hembra por
tanto tiempo, y nunca la aparearía. La amenaza terminaría pronto. Si no, podríamos
enfrentarnos a más problemas".
"Lo sé", dijo Citun. "Todo el asunto es preocupante. Los Zargonnii pueden dar a luz cada
dos años, pero los Tonan no están interesados en nuestras hembras. Si es posible
reproducirse con una hembra humana cada cinco años, tendremos un gran problema.
Tenemos que destruir a esos Gorgano antes de que caigan los escudos del bebé y lo
descubramos".
"Estoy lista", dijo Storm. "Sólo acércame a una nave y podré cortarla por la mitad".
"¿Qué tal un campo de fuerza?" preguntó Taft.
"Zabbie cree que el material desconocido es un campo de fuerza solidificado", dijo Storm.
"Es un concepto muy interesante, pero ¿cómo lo probamos?" Dijo Citun.
"Creo que sería bastante fácil", dijo Storm. "Pon un campo de fuerza alrededor de un objeto
que no te importe que corte".
Citun fue a la consola de la esquina y marcó un código. Dirigió un pequeño campo de fuerza
a una roca visible fuera del edificio. El campo de fuerza no estaba hecho de un material
desconocido, pero, sin embargo, pateaba culos. Era un material de los Gorgano empleado
por los feos alienígenas y los malvados Tonan en sus naves. Se volvió a Storm.
"La roca de afuera está protegida, pero te quiero aquí. Quiero ver si la distancia marca la
diferencia".

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Storm se detuvo en la ventana y centró su mirada. Citun podía ver por sus rasgos faciales
que su mente estaba trabajando a un ritmo frenético.
"No puedo ver el campo de fuerza, no hay objeto en el que concentrarse más que en la roca.
Para llegar a la roca, necesito aniquilar el campo de fuerza. Es difícil concentrarse en algo
que no puedo ver", murmuró.
Citun observó como Ashala metió su mano en la de Storm. El pequeño ceño fruncido se
suavizó en la frente de Storm poco después.
“¿Puedes verlo?” preguntó Ashala. Citun no dijo nada.
“Sí” dijo Storm.
“¿El qué?” preguntó Taft.
"La ceniza en el campo de fuerza. Veo la ceniza." Las palabras de Storm estaban llenas de
emoción.
De repente, hubo un fuerte estampido y la roca se partió en dos. Ambas mujeres se
abrazaron y sonrieron.
"El Dúo Dinámico ataca de nuevo", dijo Storm y se echó a reír. Se volvió hacia Citun.
"Nosotras nos encargamos de esto"
"Eso es bueno. Titus está formando su propio grupo de búsqueda, pero irá tras los Tonans.
La habilidad de Storm es única de ella. Zell no es lo suficientemente mayor para manipular
sentimientos de amor profundo y protección hacia su pareja. Zabbie no puede entender la
forma en que te mueves a través del material hasta que Zell pueda explicarlo. Ella ama a
Titus y sin duda mataría por él, pero cada pareja ama de una manera diferente", dijo Citun.
"Entonces no queda nada más que hacer que encontrarnos con un trasero de los Gorgano
para patear", dijo Storm.
Todos estuvieron de acuerdo.


Encontrar a los Gorgano no fue difícil. Lano no había sido detectada cuando apareció por
primera vez en la nave de Citun y pudo ocultar la presencia de Storm y Ashala en su nueva
misión. Cuando los Gorgano se lanzaron, Storm y Ashala se cogieron de las manos en el
puente y atravesaron la nave con facilidad. Los Gorgano nunca les vieron venir. Citun
estaba emocionado.
"Lo hicisteis", gritó Jari.
"Nunca hubo ninguna duda" Citun miró con cariño a Storm que se puso en pie sonriendo.
La nave Gorgano explotó sin que se detectaran lanzaderas de escape. Esta fue una gran
victoria y Citun no podía esperar para celebrar.
Su victoria fue de corta duración cuando Citun se sintió mareado; tropezó, oyendo gritos
de incredulidad y de repente se encontró en otra nave. La nave alienígena se había estado
escondiendo detrás de un gran asteroide. Citun se materializó en la gran nave, en una jaula

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CITUN’ STORM

en el hangar. Solo podía asomarse por una pequeña ventana a la oscuridad del asteroide
flotante que había más allá. Un gran macho estaba de pie sonriéndole.
"Relájate, Zargonnii, no tenemos intención de hacerte daño. Estábamos en un lío
escondiéndonos de esos malditos Gorgano hasta que llegaste. Quiero el arma que posees
que atraviesa un campo de fuerza. No somos enemigos. Mi gente es nueva en esta galaxia
y sólo queremos la habilidad de luchar contra esas horribles bestias. Los cabrones mataron
a la mitad de nuestras hembras y mataron a los niños antes de que pudiéramos dejarles
atrás. Nos obligó a escondernos. Quiero vengarme de la peor manera posible".
"¿Cómo sabes que soy un Zargonnii? ¿Cómo hablas mi idioma?" Dijo Citun y se agarró a
los barrotes. Se doblaron ligeramente bajo presión y se relajó. Podría escapar.
"Cogemos olas de aire cuando es posible. Se filtran trozos de información. Mi gente es buena
con otros idiomas, tenemos la habilidad de dominar casi cualquier cosa una vez expuestos
a los tonos. No pareces un humano; he oído que son pequeños y sin la capacidad de
protegerse a sí mismos. Te ves como si pudieras patear algunos traseros. Nuestra nave está
dañada. Sólo queremos un nuevo hogar; el nuestro fue destruido. Los Tonans aterrizaron y
manipularon el clima hasta que nuestro mundo se convirtió en hielo. Hemos estado
buscando un nuevo hogar durante años"
Citun les evaluó. Era alto, cerca de la altura de Citun, ancho. Sus ojos eran negros con
manchas doradas. Llevaba pantalones negros ajustados y un simple chaleco negro
desabrochado. En sus pies había botas negras de tobillo alto. Su pelo de ébano era corto y
en sus amplios bíceps había seis tatuajes, tres en cada brazo, también negros, enfatizando
su masa muscular.
"El secuestro no es la mejor manera de entablar una relación".
"Todo lo que quiero son los medios para recrear tu arma, y puedes salir ileso. No te quiero
muerto ni a ningún Zargonnii. Sólo quiero proteger a los que quedan de mi pueblo".
"¿Cuántos sois?"
"Suficiente para empezar una nueva colonia. Ahora háblame del arma".
No había forma de que Citun le dijera lo de Storm. "¿Cómo te llamas?"
"Battle"
"Soy Citun. La única manera de que te acerques a mi arma, Battle, es luchar".
"Que así sea".
La puerta de la jaula se abrió y Citun quedó libre. Los dos guerreros se rodearon el uno al
otro. Citun fue el primero en hacer un movimiento. Se abalanzó sobre el macho, agarrando
sus antebrazos en una prueba de fuerza. Battle era fuerte, tan fuerte como Citun. Esa fue
su primera sorpresa. El siguiente fue cuando Citun se puso en modo de batalla. También
lo hizo el alienígena.
Los ojos que antes estaban salpicados de oro ahora eran de oro macizo por un lado y negros
por el otro. Al igual que Amini, la amiga extraterrestre de Storm que había sido herida, el

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hombre se convirtió en un enorme gato negro. Sólo que este gato era el doble de grande que
Amini. Los colmillos de un pie de largo colgaban a cada lado de su boca.
"Nos han robado, se han llevado a nuestras hembras y las han asesinado. Nuestros seres
queridos destruidos. No más. No quiero hacerte daño, pero lo haré si no me das esa arma",
dijo Battle, sus palabras siendo un gruñido.
"He visto a uno como tú", dijo Citun.
Eso detuvo a Battle en su camino. "¿Dónde?"
"Otro planeta. Una hembra".
"No es posible, nuestras hembras fueron casi destruidas. Las que robaron fueron
asesinadas. Los Tonans no tienen piedad. Unidos a los Gorgano, tienen aún menos"
"Esta hembra está viva, al menos lo estaba cuando la vi por última vez. Mi compañera puede
combatir mentalmente al Gorgano, le dio a las otras una ventaja y las protegió. Tus hembras
son lilas con ojos índigos, diminutas con una cola rosa. Cuando se transformó era la mitad
de tu tamaño".
"Sólo los jóvenes no pueden cambiar. No hasta que son mayores, y las hembras nunca
llegan a ser más grandes que los machos. Sólo las hembras nacen con cola. Podrías haber
visto imágenes"
A Citun no le gustaba que se refirieran a él como un mentiroso. Pero la mirada de esperanza
bloqueó su ira. "Mi compañera estaba con un grupo de otras cinco mujeres. Todas robadas
por los Tonans y dejados en un planeta lejano para ser matadas una por una o tomadas.
La última vez que vi a la metamorfa estaba herida".
"Su transformador interno la arreglará si no la matan de inmediato".
"Entonces aún está viva. Puedo darte las coordenadas, sé de un planeta que sería perfecto
para ti. De hecho, en el que está ella lo sería. Mis guerreros van tras los Gorgano para
aniquilarlos".
"Tenemos la misma causa. Danos los medios para crear tu arma".
"No puedo"
"Quieres decir que no lo harás"
Tan rápido como el rayo, Battle atacó y devolvió a Citun al interior de la jaula donde estaba
encerrado. Tres jaulas más se instalaron sobre la última hasta que se encontró encajonado.
Citun estaba furioso. Golpeó la jaula, pero el material reforzado le llevaría una semana
atravesarlo.


Las alarmas de advertencia estaban sonando por toda la nave. Jari estaba gritando en la
consola. Storm podía oír a Titus enloqueciendo a través de las ondas de radio. Storm reunió
a Lano y Ashala cerca, tirando de ellas hacia un rincón.

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"¿Qué hacemos?" Lano estaba retorciéndose las manos; su cuerpo parpadeaba como si
fuera una avería.
"Necesitamos un plan", dijo Storm y comenzó a caminar.
"Titus no tiene ni idea de dónde encontrar a Citun y a los demás, escúchalos. El rastreador
no funciona o ha sido desactivado. Citun simplemente ha desaparecido", dijo Ashala.
Hubo más gritos en el fondo y Storm oyó a Zabbie. Ella tampoco estaba muy contenta.
"Incluso Ryker y Zell están perplejos. ¿Cómo puede ocurrir esto?" se quejó Lano.
"No lo sé", dijo Storm.
Se escuchó una nueva voz en la consola. La voz hablaba Zargonnii pero no muy bien, no
era la lengua materna del alienígena.
"Su líder está a salvo, por ahora" La piel de gallina se levantó con el tono ominoso. "Soy un
Gan. Tenéis un arma que deseamos. Le intercambiaremos por el conocimiento del arma
que vimos utilizar contra el Gorgano. Dadnos el arma, o Citun será visto flotando ante
vuestra nave".
Lano se desvaneció. "Extraterrestres sin corazón, otra vez"
"Cálmate", dijo Storm. "El Gan me quiere a mí. Quieren el poder. No tienen ni idea de que
soy una humana, no un dispositivo".
"Los Gan no pueden tenerte. Citun se quedaría con mi pellejo. Maldición, ¿no hemos estado
ya en esta situación?" Jari las había oído y golpeó con su puño la consola.
"¿Hemos localizado la nave ya?" preguntó Taft.
"No, debe estar cerca del cráter. O en el cráter, o ser el maldito cráter", rugió Jari.
"Lano, ¿puedes encontrarlo?" Preguntó Storm. Alejó a la hembra de los guerreros para que
no la oyeran por casualidad.
Lano movió los pies. "Yo... podría".
Storm puso sus manos sobre sus hombros. "Citun te necesita. Yo también. Por favor,
inténtalo. Vete en silencio, o Jari volará la galaxia para encontrarte, y no tardes mucho".
Lano desapareció. Storm paseó de un lado a otro por unos momentos. Lano estaba
temblando cuando regresó. Agarró a Storm de la mano.
"Hay al menos cien hombres", susurró Lano. "El líder, hay algo en él que me resulta familiar"
"¿Qué? ¿Cómo?" Preguntaron Storm y Ashala.
"Hablaban de una batalla hasta que me di cuenta de que no era una guerra, sino un "quién".
El nombre del líder es Battle"
"Santo cielo", murmuró Storm. "¿Puede ser? ¿El hermano de Amini?"

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"Oh, mierda", dijo Ashala. "La noche que fue robada, aún era una niña. ¿Recuerdas lo
orgullosa que estaba la primera vez que se transformó? Finalmente nos contó la historia de
la muerte de sus padres. Pensó que su hermano había muerto tratando de salvarla. Battle
movería cielo y tierra para recuperarla. Tal vez descubrió que está viva y quiere ir tras ella".
"Tal vez no tenga ni idea"
Storm corrió hacia la consola y pasó por delante de Jari. "¿Battle?", gritó.
"¿Quién es?", preguntó una voz.
"Mi nombre es Storm, tienes a mi pareja. Tengo el paradero de tu hermana".
"Mientes".
"Amini está viva. Me contó a mí y a las demás sobre su hermano mayor llamado Battle.
Pensó que te habían matado tratando de salvarla de los Tonans. Ella era una niña en ese
momento y demasiado joven para transformarse. Tus padres murieron en el ataque. Dijo
que nunca lastimarías a una mujer. Dijo que eres un guerrero honorable. Citun no puede
darte el arma que quieres, porque el arma soy yo".
El vientre de Storm se tambaleó y en segundos estaba de pie en el puente de una nave,
mirando fijamente a los ojos más hermosos que jamás había visto. Battle no se parecía en
nada a su hermanita, pero era igual a la descripción que Amini les había dado. Storm sonrió
y le abrazó. Battle se endureció y luego se relajó. Storm le miró fijamente.
"Amini va a estar encantada de verte"



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Capítulo 13
Citun pensó que nunca más volvería a poner los ojos en ese planeta. Tenía sentimientos
encontrados, casi muere allí, y también allí había encontrado a Storm. Esperaba no volver
nunca, especialmente con su pareja. La superficie tenía el mismo aspecto que cuando se
fueron, lo que significaba que el enemigo no había regresado para causar más daño. Storm
estaba tan emocionada que temblaba. Citun estaba preocupado. Sabía lo mucho que este
planeta significaba para Storm, y no le gustaba la forma en que Battle había estado
sujetando a su compañera cuando Citun fue escoltado hasta el puente hacía más de un
mes. El hecho de que Storm tuviera sus brazos alrededor de la cintura de su captor le hizo
detenerse.
Storm era una visitante frecuente en la nave de Battle mientras viajaban. Battle dijo que
quería oír todo lo que pudiera sobre su hermana. Citun no temía por la vida de Storm
mientras ella estaba fuera, pero los dos estaban cada vez más unidos teniendo un interés
común. Citun sabía que Battle estaba siendo cautivado por Storm; Storm nunca mostró
ningún interés en Battle salvo para hablar del planeta y de su hermana. Ella todavía le
hacía el amor a Citun y decía que le amaba, pero Battle parecía un poderoso macho
humano, hasta que se transformaba. Ahora, en su propio puente, flotaban sobre la zona a
la que le dirigió Storm.
No muy lejos de su nave estaba la de Battle. De por sí, el metamorfo alienígena se había
transportado al suelo. Citun hizo que Jari le enviara a él, a Storm y a otros ocho a la
superficie. Los pies de Storm aterrizaron y ella salió corriendo. Sus llamadas de tono agudo
atrajeron la atención que ella quería. Citun vio a la pequeña hembra rosa salir de un agujero
oscuro. Storm la rodeó con los brazos. Las otras hembras eran más cautelosas y se
abstuvieron de ver a los nuevos guerreros.
Amini chilló cuando vio a su hermano y corrió hacia él. Era extraño verles juntos; no se
parecían en nada, excepto cuando se transformaban. La hembra era una versión más
pequeña de su hermano, ébano, elegante. Su hermano era el doble de grande, con una
pequeña melena alrededor de su cara yendo hacia sus omóplatos. Los dos se tocaron la
nariz y las mejillas. Battle envolvió sus enormes garras alrededor de ella,
empequeñeciéndola. Los otros le dieron un amplio espacio hasta que volvieron a
transformarse. Battle mantuvo a su hermana a un brazo de distancia.
"Estás viva. Estás tan crecida y tan guapa que te pareces a mamá. Pensé que te habrían
matado", dijo Battle.
"No sabían que podía cambiar hasta que crecí. Cuando me transformé, ya no me querían.
Dijeron que era inútil. Un Gorgano intentó matarme, pero Storm le detuvo. La escondimos
después de eso lo mejor que pudimos. Ella es mi amiga. Siento que papá se haya ido; estaría
muy orgulloso de ti. Llenas bien sus garras", dijo Amini.
"¿Este planeta es habitable para nuestra especie?" Preguntó Battle.
"Es perfecto, pero a los Cono no les gustan los machos. No dudo que puedas protegernos
de ellos, pero normalmente son criaturas gentiles. Por favor, no les mates. No son rivales

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para mi metamorfo interior; podrías aniquilarlos a todos. Tienen pequeños que necesitan a
sus padres".
"Los únicos alienígenas que quiero muertos son los Tonans y los Gorgano", dijo Battle en
un gruñido. "Eso es lo que todos queremos", dijo Citun.
"Puedo explicarle a los Cono que aquí están mejor protegidos, y que no estáis tras sus
hembras", dijo Storm. "Aprendí su idioma demasiado tarde para salvar a los hombres
humanos, pero espero que me escuchen. Han sufrido mucho. Pero el planeta es lo
suficientemente grande para todos vosotros. Podríais llegar a ser fuertes aliados”
Más hombres de Battle comenzaron a tomar tierra y él emitía órdenes, así como a un
pequeño grupo de hembras. El último hombre en aterrizar llevaba un niño pequeño, una
hembra. Citun se sorprendió; él miraba a Storm pero ella pareció tan sorprendida como él
mientras ella miraba desde la niña a las otras hembras. El macho puso a la niña en los
brazos de Battle. Battle se la entregó a Amini.
Amini sonrió mientras inhalaba el olor de la niña. "Es tuya, Battle. ¿Dónde está su madre,
tu pareja?"
"Asesinada por un Gorgano".
Citun se dio cuenta entonces de que Battle daría caza a todos los Gorgano hasta el último
de los Universos. Sabía que él lo haría si Storm moría. La niña abrazó a Amini con sus
brazos; era tan delicada. Por la forma en que se aferraba, era como si hubiera conocido a
su tía toda su vida.
"Mis guerreros y yo nos quedaremos para ayudarte a establecer un hogar. Storm puede
hablar con los Cono," dijo Citun. Entonces me la llevaré de aquí.
"Tenemos que asegurarnos de que los Gorgano ya no sean una amenaza", dijo Battle. Miró
fijamente a Storm "¿Te quedarás? Podemos darte un hogar".
Citun gruñó. Fue fácil ver que Battle quería a su pareja. Storm sonrió a Citun y metió su
mano en la de él.
"Mi casa está con Citun en el planeta Zargonnii. Pero podemos quedarnos un tiempo, ¿por
favor, Citun?"
Se relajó, un poco. Sabía que mientras se quedaran, Battle intentaría obligar a Storm a
quedarse. No ayudó cuando él mismo vió como la pequeña y adorable hembra estiraba sus
bracitos hacia Storm. Storm estaba encantada de tener a la niña en los brazos. Citun la
recordaba diciendo que amaba a los hijos de otras personas, pero no estaba segura de
querer uno propio.
"¿Cómo te llamas?" Preguntó Storm a la niña.
"Corazón, porque ella es mi corazón", dijo Battle.
"Eso es muy hermoso", dijo Storm.
El propio corazón de Citun cayó. Haría falta un milagro para sacar a Heart de los brazos de
Storm.

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"Estoy exhausta", dijo Storm.
Miró al techo de roca que tenía encima. Una por una, se construyeron varias casas para
acomodar a las hembras, que fueron un shock para Storm. Cuando todos los guerreros se
juntaron hubo tiempo suficiente para hacer diez antes de que la total oscuridad negra se
asentara. Los metamorfos podían ver en la oscuridad, al igual que los Zargonnii, pero todos
estaban exhaustos de viajar. Las hembras se acurrucaron dentro de las casas en parejas.
Los machos se quedaron cerca de las puertas exteriores. La gente de Battle no vivía en
cuevas, sino que amaba los diferentes colores de los bloques de piedra que utilizaban.
La luz de un fuego parpadeaba en el centro de la habitación, arrojando agradables sombras.
Debajo de ellos y cubriendo la puerta había dos enormes pieles de criaturas que los Cono
cazaban. Storm se alegró de que los Cono eligieran hacerse amigos de los guerreros en lugar
de enemigos.
La presentación de los guerreros había sido tensa al principio. Tantos olores masculinos
debían haber arrastrado a los Conos y parecían abrumados mientras paseaban por las
afueras. Storm se había acercado con Battle y Citun. Todo lo que se necesitó fueron unas
pocas palabras intercambiadas de Storm y Battle. Los cono se dispersaron para hablar
entre ellos.
"La cena que tú y las demás cocinasteis estaba fantástica", dijo Citun.
"Me alegra que le dieras a la gente de Battle unos cuantos replicadores. Battle y sus
hombres son inteligentes. Una vez que desmonten uno y lo estudien, no tengo ninguna
duda de que harán más. Su gente puede luchar, pero les encanta aprender. Estoy feliz de
que sean nuevos aliados"
"Nunca he comido esa comida replicada antes"
"La mayor parte no lo era. Los Cono fueron generosos y compartieron una pieza de caza.
Cuando Battle se transformó, Oct estaba muy impresionado. Me alegro de que haya paz
entre ellos, ha habido demasiada guerra".
"¿Estás contenta de estar de vuelta aquí?"
Sus palabras eran tensas y ella sintió su preocupación. "Estoy feliz de estar aquí contigo"
Citun se giró para colocarse sobre ella, con los codos trabados, y manteniendo su peso
alejado de ella. Storm trazó su cara con la punta de un dedo. No le gustaba la preocupación
grabada en las arrugas en su frente. Ella sabía que él estaba ansioso por volver a casa.
"El pueblo no tardará mucho, uno o dos meses. Siempre y cuando podamos ayudar con la
estructura inicial. Las mujeres que Battle nos ocultó fueron una sorpresa. Después de todo
ese tiempo de visita, nunca mencionó que había veinte a bordo. Es increíblemente protector;
me sorprende que un Gorgano matara a su hembra. Debe ser una historia triste. Amini se
lo está pasando de maravilla. Está encantada de tener a su hermano de vuelta y ama a su
sobrina. Es difícil ser la único de tu especie, pensando que todos los que amaste se han
ido. Ahora está haciendo muchos amigos".

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"Podrás ver hembras humanas de nuevo una vez que estemos en casa"
"Sí, estoy deseando que llegue ese momento. Extraño a Zabbie y a Zell. Tener a Ashala y a
Lano aquí es como tener una reunión familiar con las demás".
Citun bajó la cabeza y utilizando sus labios, jugó con los de ella. "¿Estás demasiado cansada
para amarme?"
Storm se rió. "Nunca estaré demasiado cansada para amarte, pero si te refieres a hacer el
amor, creo que si puedes controlar tu entusiasmo, podría ser persuadida para jugar un
poco"
"No tengo intención de jugar contigo"
Ambos estaban desnudos, la ligera brisa del exterior se estaba enfriando. La solapa de la
puerta estaba asegurada al igual que la de la única ventana, pero los bordes se habían
soltado y aleteaban. Nunca había nieve en el planeta, pero había noches que las
temperaturas caían bajo cero sólo para calentarse de nuevo por la mañana. Storm adivinó
que la temporada estaba muy cerca del invierno cuando llegaron. Se preguntaba por la
nieve que Citun había prometido en su propio planeta. Le gustaría ver su invierno. Habían
pasado años desde que vio la nieve, más tiempo aún desde que había jugado con ella. De
la forma en que Citun hablaba, ella podría crear un ejército de hombres, mujeres y niños
de nieve.
Citun le dobló las piernas por las rodillas y hundió su polla dentro de ella. No se había dado
cuenta de que planeaba llevársela tan rápido. Storm gritó, pero Citun tenía su mano lista
para colocarla sobre su boca. Muchos de los metamorfos guerreros estaban afuera en forma
de gato negro para mantenerse calientes. Sería vergonzoso que uno de ellos atravesara la
cubierta de la puerta si pensaran que está en peligro.
Citun le dio una sonrisa malvada, soltando su rodilla y sujetando sus muñecas sobre su
cabeza con la otra mano. Estaba indefensa. Storm le rodeó la cintura con las piernas y se
colgó. Cada embestida la llevaba más alta hasta que su peso la inmovilizó. Storm gritó bajo
su mano sabiendo que ella no podía ser escuchada. Resbaladiza y ardiente, sus golpes
resonaban en la habitación. Ella cedió a su necesidad de lloriquear, gemir y aullar. La
sensación era perversa y ella se puso tensa.
Storm vio a Citun apretar los dientes y quiso reír. Aunque ella pusiera sus manos sobre su
boca no ayudaría. Se inclinó sobre ella, aplastándola contra la piel, y ella escuchó los ruidos
de su liberación mientras él bramaba dentro de un manojo de pieles. Cuando se levantó
más alto, estaba jadeando. Le quitó la mano de la boca por un segundo.
"Bueno, eso fue travieso, chico malo"
La sonrisa malvada estaba de vuelta en su cara. Citun colocó las pieles más alto para
prepararlas para él otra vez. Giró a Storm sobre su espalda, le cogió las muñecas con una
mano y le cubrió la boca de nuevo. Cuando él la embistió de nuevo, ella sabía que estaba
en modo de batalla, y ella supo que cuando él empezó a bombear dentro de ella, estaba a
punto de convertirse en un chico realmente malo.
¡Adelante!

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
Storm miró el progreso que estaban haciendo. Después de dos meses de duro trabajo, la
aldea estaba empezando a tomar forma. Los guerreros, tanto los de Citun como los de
Battle, eran tan poderosos que fueron capaces de crear una ciudad a partir de las enormes
rocas que una vez usaron los antiguos habitantes del planeta. Cada día que pasaba, Storm
se sentía renuente a irse. Sin embargo, también estaba emocionada de volver pronto a casa.
Tenía una sorpresa para Citun. Después de enamorarse de Heart, se dio cuenta de que
quería tener un hijo. Muy pronto su deseo se haría realidad.
Tenía tantas preguntas que quería hacerle a Citun sobre otras mujeres que llevaban niños
Zargonnii. Estaba cansada a menudo, de mal humor. Hubo un momento extraño en el que
le gritó a Citun y luego se sintió mal Lo peor era que no quería hacer el amor. Ella sabía
que debía decirle lo que estaba mal, pero tenían un largo viaje a casa y él ya tenía bastante
de lo que preocuparse. Storm decía que se agotaba cada noche. Citun quería abrazarla,
pero el más mínimo peso en el estómago le hacía sentir náuseas. Dolía apartarle. Ella no
creía que nada estuviera realmente mal, salvo que estaba embarazada y embarazada de un
alienígena, lo que la llevó de vuelta al millón de preguntas que tenía.
Ashala y Lano adivinaron cuál era su problema, pero permanecieron en silencio. Amini
estaba triste, sabiendo que Citun amaba a Storm y que Storm había llegado a amarla. Storm
sabía que su amiga esperaba que ella encontrara amor en los brazos de su hermano y se
quedara. Ella no estaba interesada en Battle; sus únicos pensamientos eran sobre Citun y
volver a donde pertenecía. El metamorfo era encantador con todas las mujeres. Un pícaro,
uno con mucha responsabilidad. Storm le admiraba, nada más.
Mientras Storm paseaba por el centro de la aldea, oyó una fuerte conmoción. Corrió a la
casa de su amiga. Amini yacía boca abajo sobre una piel junto a un fuego ardiente, Heart
sollozaba. Un Gorgano, con el brazo levantado, estaba haciendo convulsionar a Amini.
Storm invadió su mente y la hizo pedazos. Corrió hacia Amini, que estaba viva pero no se
movía. Ella cogió a Heart entre sus brazos y salió a buscar a Citun y Battle, la niña nunca
sería capaz de defenderse si se la dejaba sola. El Gorgano debió haber cogido a Amini por
sorpresa.
Afuera era un caos. Las explosiones destruían partes de la aldea. Storm se detuvo en su
camino. Las explosiones la separaron de los guerreros. Un láser dirigido a ella hizo que
Battle bramara aterrorizado, él se transformó para saltar a través de las llamas, pero
cuando la explosión llegó a Storm ella la trituró. Citun estaba gritando, había regresado de
la nave después de escoltar a Ashala y a Lano con un puñado de guerreros. Citun estaba
justo detrás de Battle, corriendo a través de las llamas para llegar a ella.
Storm estaba cabreada. Citun podría estar herido. Estaba a punto de ser papá y no lo sabía.
Ella debería habérselo dicho, ella se lo diría. Le vio tropezar, Citun equilibró antes de caer,
estaba codo con codo con Battle. Las explosiones continuaron a su alrededor hasta que ella
destruyó los láseres dirigidos a Citun y a Battle también.
Nadie tiene permitido dañar a mi guerrero.
La rabia se acumuló, la pequeña Heart presionó su cara contra el cuello de Storm, pero
parecía entender que estaba en el lugar más seguro en el que podía estar. Mamá Oso era la

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hija de perra más mala del valle. Como si estuviera en cámara lenta, Storm volvió a caminar
por el centro de la aldea, centrando sus pensamientos, la pequeña niña en su cadera.
Mirando al cielo, la inmensa nave que se encontraba sobre la cabeza fue destripada sección
por sección mientras caminaba. Las piezas eran tan minúsculas cuando aterrizaron que
eran inofensivas.
La lata malvada había encontrado su abridor y los Gorgano cayeron del cielo, cada uno
estallando en llamas antes de golpear el suelo. Storm terminó con los bastardos. Todos ellos
llegaron a su fin. Storm iba a asegurarse. Nunca más estas cosas dañarían a otro.
Los transbordadores cruzaron el cielo, pero fueron recogiendo uno a uno a los hombres
Zargonnii y a los hombre de Battle. No quedó nada, salvo el regalo de un Tonan que cayó
al suelo. Citun la tenía en sus brazos, Battle buscó a Heart. El ruido que Storm había
atenuado mientras luchaba, invadió sus oídos. Citun la rodeó con su cuerpo. El Tonan
aullaba a lo lejos. Los hombres de Battle golpearon al guerrero hasta que su escudo cayó.
Se sentó de rodillas, con los brazos levantados en súplica.
No había razón para que el guerrero guardara silencio cuando se le preguntó de dónde se
había caído. Les informó que los últimos Gorganos estaban en la nave. No había más. La
guerra había terminado. Quedaban muy pocos guerreros Tonans y muchos habían ido a
pedir la aceptación de Cobra. El Tonan se declaró medio malvado. Quería una mujer propia.
Viajaba con los Gorgano por una razón, para encontrar una pareja.
Battle no tenía intención de dejar que el Tonan se librara fácilmente. Se le privaría de luz y
se le pondría a trabajar. Un Tonan había matado a su familia y amigos; le habían robado a
su hermana. Storm sabía que su vida no iba a ser fácil. El Tonan construyó su propio
castigo.
Storm sabía que era hora de irse a casa mientras miraba a los ojos preocupados de Citun.
Su última noche, los guerreros cazaron juntos por última vez. Se dieron un festín hasta
bien entrada la noche. En su cama de pieles oculta en el interior de su casa por una noche
más, Storm yacía en los brazos de Citun.
Citun había estado tranquilo los últimos días. Él rodó hacia ella, pero ella se alejó un poco.
Citun retrocedió.
"¿Has cambiado de opinión sobre venir a casa conmigo?" Preguntó Citun.
Storm se sorprendió. "¿Por qué pensarías eso?"
"Pasas tanto tiempo con Heart y Amini, que ya casi no me dejas tocarte"
"Tú y los guerreros habéis estado muy ocupados ayudando a crear un hogar para Battle y
su gente. El Tonan le dijo a Battle que conoce un planeta donde hay más hembras. Battle
planea ir a por ellas ahora que la amenaza de los Gorgano desaparecido"
"Por la noche, me dices que estás demasiado cansada para mí"
Storm se rió, había sonado como un chico caprichoso. "Estoy demasiado cansada. No hago
tonterías todo el día. Alguien tiene que alimentar a la horda y hacer que las casas sean
habitables".

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"Rara vez quieres que te abrace"


Storm se retorció un poco. "Supongo que a veces me agarras demasiado fuerte por la cintura
y me duele"
Citun se giró para mirarla; ella pudo ver que estaba horrorizado. "¿Por qué no dijiste nada?"
"No iba a decir nada hasta que estuviéramos en casa. Ya tienes bastante de lo que
preocuparte"
Citun se sentó. "¿Estás enferma?"
"No. Me pregunto cuánto tiempo una hembra humana llevará un bebé Zargonnii"
Citun parecía confundido. "Las hembras humanas de mi planeta están embarazadas la
cantidad de meses que es normal para ellas. La gestación de las hembras Zargonnii es
mucho más corta".
"Qué suerte tienen".
"¿Por qué lo preguntas?"
"Entonces deberíamos estar en casa a tiempo para el nacimiento de tu hijo"
"Oh" Citun se cayó de espaldas "¿Qué?" Se puso en pie de un salto y se la llevó con él.
Storm se rió. "Ya pensaba yo que esto podría llamar tu atención" Ella le apoyó las manos
en el pecho. "Estoy muy cansada. También vomito unas cuantas veces al día. Por favor, no
pienses que no te quiero. Lo hago. No quería que te preocuparas"
Citun la cogió en sus brazos y la llevó a una silla de gran tamaño rellena de hierba. Se sentó
y la acunó.
"Soy demasiado grande para ser mecida", dijo Storm y puso los ojos en blanco.
"Estoy balanceando a mi bebé. Quiero sentir cada experiencia de principio a fin. Ahora vete
a dormir. He oído hablar de los síntomas que describes. Necesitas mucho reposo en cama
y beber mucho. Cuando lleguemos a casa te llevaré con Finn, es un sanador. Se le ocurrió
una droga que te ayudará".
Citun comenzó a cantar. Storm nunca había oído ese sonido antes. Una canción de cuna,
adivinó. El suave movimiento de sus brazos era el cielo. Pasaron su última noche juntos en
el planeta acurrucados juntos.

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Capítulo 14
Citun estaba trabajando. Los cielos se estaban oscureciendo. Storm puso una mano sobre
su vientre redondeado. Una vez que regresaron a casa, Finn y su medicamento milagroso
le permitieron tener un embarazo tranquilo. Citun era cariñoso y dulce. Hoy Storm estaba
nerviosa, sus entrañas revoloteaban. La lluvia se estaba conteniendo. Sabía que no debía,
pero quería ir a dar un paseo. El invierno había sido largo y frío. El tiempo se estaba
calentando. La nieve se había ido.
Su llegada a un país de las maravillas invernales fue un shock para Storm. La nieve tenía
pies de altura en todas partes. Citun mostró sus cavernas subterráneas que conectan a los
Zargonnii con los edificios principales. Storm pudo visitar a otras mujeres y hombres
humanos. No había muchos; varios humanos estaban con los Zargonnii del sur. Storm
estaba feliz cuando Zabbie venía de visita. Zell la visitaba por su cuenta de vez en cuando.
Storm había llegado a amar al misterioso chico.
Respirando, entró por la ventana y escuchó crujir el suelo debajo de ella. Vegetación
antigua. Inmediatamente, escuchó el susurro de los árboles. Se preguntaba si los árboles
advertían a los animales que se mantuvieran alejados de ella por miedo a ella o a ellos. Ni
un Bangor había llegado a acercarse. los Cyrons le daban un amplio espacio. La escoria del
estanque retrocedía al pasar.
El aire era frío mientras el invierno luchaba por mantener su dominio. Storm llevaba una
falda larga y fluida y un suéter cálido. Podía escuchar el sonido de la primavera
refunfuñando por su turno de vida. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que todo
volviera a crecer. Ella no tenía frío; el bebé era un horno en su vientre.
El follaje se abrió a su izquierda y Storm sonrió. Amma caminaba con ella. Storm la había
echado de menos. Amma tocó el vientre de Storm y parecía triste.
"Tuve un hijo", explicó Amma.
"No puedo imaginarme tener que dejar ir a un niño"
"Salí a verlo jugar en su patio trasero; finalmente, hace suficiente calor. Es el primer hijo
de su padre. Esperaba tener otra hija, pero el padre de mi hijo está tan contento que me
alegro por él. Los niños Zargonnii crecen rápido. Es para mantenerlos a salvo. Así que no
te sorprenda si tu hijo parece que está creciendo justo frente a tí, a veces lo hacen".
"Sí, ya lo he visto. Zell, el hijo de Titus aparece a menudo en mi casa. Es un niño muy dulce.
Le habla a mi vientre y por mi vida, parece que escucha a mi bebé".
"Esto puede ser una sorpresa, pero el niño Zell aparece a las hembras Zargonnii cuando
salen del área femenina. Respeta nuestras costumbres, pero es curioso. Le entiendo cuando
me habla".
"Algún día será un gran líder. Creo que sabe que lo será. Me pregunto si está pensando en
intentar unir a tus hembras con los machos".

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"No. Es imposible. Pero lo que hace es hacer que las hembras entiendan que él será su líder
de alguna manera. Discretamente, planea protegernos a todos. Creo que algún día será lo
suficientemente poderoso para hacerlo. Especialmente si puede descubrir tu habilidad".
Storm suspiró. "Ojalá pudiera explicarle mi habilidad, pero es un sentimiento"
Amma olfateó el aire. "Tu pareja te está buscando. Creo que eso es algo bueno. No estaré
lejos si me necesitas"
"¿Por qué, hay peligro?"
"No. Pero esta es la primera vez que Citun es testigo de la vida. Algunos hombres entran en
pánico"
Después de que Amma dijo esto, Storm sintió que su vientre se tensaba. Las primeras
salpicaduras de lluvia comenzaron a caer. Amma la llevó a un refugio de árboles y rocas.
Colocó a Storm sobre bulbos frescos y hierba. Ella le sonrió y le dijo que dirigiría a Citun
más rápido. En poco tiempo, Citun entró en el refugio. Pasado él, los cielos se abrieron.
Citun se arrodilló junto a ella. "Tenemos que llevarte con Finn"
"No hay tiempo".
Las contracciones la hicieron inspirar. Rompió aguas. "Santo cielo, este pequeño no pierde
el tiempo"
La tormenta se desató cuando un trueno se estrelló más allá de la abertura del refugio. Los
estallidos de relámpagos iluminaban el cielo. Storm pudo sentir que el bebé venía y ella
gritó mientras hacía fuerzas para un empujón. Citun le levantó la falda. Storm había dejado
de llevar pantalones cortos en su tercer trimestre. Su casa siempre estaba lo
suficientemente caliente dentro y en los túneles, pero ella se sentía gorda y tosca. El
material era suave contra su piel. Ahora estaba amontonado debajo de sus caderas.
Sus piernas temblaban, Storm respiraba rápido mientras empujaba. Gritó mientras
luchaba por traer al mundo a un bebé Zargonnii. Citun se había puesto blanco como un
fantasma.
"Aguanta, Citun."
"Estoy bien, tú estarás bien. Respira."
"Respiraré si tú respiras".
"Veo una cabeza", bramó.
"Tranquilo, es una buena señal".
Storm gritó, Citun dio un grito. Le temblaban las manos. "Santo cielo, un hombro"
"De nuevo, esa es una buena señal", dijo Storm, con los dientes apretados mientras jadeaba.
Volvió a empujar.
"La tengo", gritó él.

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Storm dio un grito ahogado y se echó hacia atrás. Cerró los ojos cuando oyó que el bebé
lloraba un poco. Entonces nada. Ella forcejeó sobre sus codos llena de preocupación.
"Citun, ¿por qué no llora?"
"Está bien"
Storm miró hacia la abertura del refugio. Amma estaba allí sonriendo. "¿Está bien, Amma?"
"Nuestros bebés lloran muy poco. Es peligroso y llama la atención; a menudo no tenemos
la protección de la cápsula o de otras hembras. Para ellas, es instinto. Es muy inteligente y
valiente. Se necesita mucho corazón para venir al mundo sin armar un escándalo cuando
estás aterrorizada. Tienes una buena hija".
Amma se había ido. De alguna manera Storm sabía que no iría muy lejos. Storm sollozó
cuando Citun le entregó el bebé. Utilizaron su falda para envolverla.
"Gracias por darme una hija que puedo amar", dijo Citun.
"Brave, quiero llamarla Brave."
Citun acunó la cabeza a su hija y le sonrió a Storm. "El nombre es apropiado"
Storm también lo pensaba. Brave tenía los ojos muy abiertos, pero no hizo ruido. Era la
bebé más hermosa que Storm había visto nunca. Ante el gruñido de Citun ella le miró y se
puso rígida. Estaba en modo de batalla, pero más grande de lo que ella había visto nunca.
Citun pasó su mano sobre su pecho. Él sonrió.
"Un guerrero se hace más grande después de que le nazca una niña medio humana. Es
para ayudar a mantenerla a salvo", dijo Citun. Parecía contento.
"Espero que tu polla siga siendo del mismo tamaño"
Una ojeada rápida y Citun mostró su decepción. "No, no hay cambio ahí abajo"
Storm se sintió aliviada. "Lamento que te decepciones, pero ya eres enorme"
Citun se movió para cogerlas a ambas en sus brazos. Acurrucada, Storm se contentaba con
ver a la naturaleza luchar contra los elementos más allá de la apertura del refugio. La
primavera ganó a medida que el aire se fue calentando. Acurrucada en los brazos de Citun,
se quedó dormida.


Citun se rió mientras Storm intentaba convencer a Zell de que volviera a casa con su madre.
El niño había hecho un compromiso el visitarles todos los días desde el nacimiento de Brave.
La vio al día siguiente de su nacimiento. Primero apareció y fue seguido por Zabbie. Su
madre dijo que había estado actuando de una manera extraña todo el día; Zell debió haber
sentido de alguna manera su nacimiento. Citun no estaba seguro de cómo se sentía. Era el
líder de los Zargonnii del Norte; el padre de Zell era el líder de los Zargonnii del Sur.
Era extraño tener a un hombre cerca de su hija. La necesidad de gruñirle al niño era fuerte,
pero él sintió el cariño del niño por su hija. Otros guerreros sabían que debían mantenerse
alejados de la casa de Citun por el momento, pero regañaban implacablemente para ver a

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Brave. Ella ya era fuerte. Era tan bella como su madre, con su grueso pelo negro y el choque
de blanco en la mitad de su espalda. No tenía pelo como una hembra humana. Sus ojos
ardían de rojo como los de Citun. Era perfecta, dos cejas blancas perfectas, labios azules
perfectos. El bebé más hermoso que jamás haya visto.
"Es inútil. Voy a tener que llevarlo a casa", dijo Storm.
"Lo haré".
"No te dejará irte, porque tu trabajo es proteger a Brave. Me siento bien. Un paseo me vendrá
bien. Es bueno que tú y Titus no estéis lejos el uno del otro. Tienes el clima más raro. La
nieve se detiene en una línea como si las líneas estuvieran dibujadas, líneas reales. A un
lado la nieve, al otro, no. Raro. Estoy feliz de que la primavera esté aquí. La vista me estaba
asustando"
Storm recogió a Zell y gimió. Citun se rió, el chico era ingrávido para él. Era grande para
un niño de su edad, pero después de todo era de Titus. Citun levantó a Brave en sus brazos.
"Debería ir a ver algunas cosas. Te acompañaré hasta la mitad del camino".
"¿Es una buena idea? Sabes que te pones un poco espeluznante cuando un guerrero se le
acerca"
"¿Espeluznante?"
"Aterrador como el demonio".
"Jari y Taft quieren verla. Lano aparece y Ashala ha estado aquí, así que mis guerreros
están un poco celosos. Mostrársela a los dos estará bien, siempre y cuando mantengan las
distancias. Ella y yo podemos pasar algo de tiempo de papi e hija".
"Citun, ese bebé casi nunca deja tus brazos. A veces me pregunto si tendré que luchar para
alimentarla. Y luego estás colgado de nosotras"
"Mi madre nunca me dejó en todo el mes que me tuvo. Es instinto. Sería igual si me dieras
un hijo".
"Yuuppiiii", dijo ella.
Citun observó como Storm llevó a Zell más allá del claro cuando se separaron. Acunó a
Brave en su brazo y continuó. Había animales que salían de la hibernación y que estaban
tontos, adormilados y sin amenazar. Citun señalando el florecimiento del arbolado, Brave
bostezó. Un Bangor apareció a la vista y Citun gruñó. El Bangor jadeó aterrorizado y
despegó tan rápido como pudo en una dirección diferente. Citun se rió; el Bangor sabía
quién era su compañera. Había suficientes rebanadas de Bangor alrededor para que el área
fuese desagradable para que las criaturas se quedasen. Entró en modo de batalla cuando
una hembra Zargonnii gruñendo irrumpió entre la hojarasca. Se preguntó por un segundo
si la hembra pensaba que él había robado al bebé, o si ella estaba tras el Bangor, pero era
Amma.
"¿Amma?"

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Amma gruñía ferozmente, su postura y tono eran los de una hembra lista para matar. Ella
saltó más allá de Citun y él giró a tiempo para ver a un Gorgano. Amma gritó, sin acercarse
nunca al Gorgano, con las manos en la cabeza. Brave comenzó a sollozar en los brazos de
Citun. Amma estaba tendida en el suelo. Las hembras Zargonnii no podían luchar más
contra un Gorgano que contra un guerrero.
Tu mujer mató a los de mi especie. Soy el último y destruiré a tu hija.
Citun se enroscó a su alrededor. Brave era demasiado joven para luchar contra la mente.
Citun cayó de rodillas cuando su mente fue invadida. Tiró una enorme roca al Gorgano que
rebotó inofensivamente, estaba protegido, un campo de fuerza.
Estúpido Zargonnii, ¿pensaste que no detectaría el material omnipotente mientras tu mujer
luchaba? No tienes esperanza. Soy imparable.
Si Storm estuviera aquí, podría matarlo. Citun no podía. El estanque cercano le estaba
obligando a entrar. Brave sería devorada viva por la escoria. Citun vería morir a su bebé; la
oía gritar. Con cada fibra de su ser se negaba a ceder. Había una opción, podía lanzar a
Brave al aire hacia un árbol, a los árboles les encantaban las cosas nuevas. Si tenía suerte,
no se podía obligar a un árbol a liberar al bebé. Un palo afilado estaba cerca. Si podía
alcanzarla, podía clavársela en sus corazones, matándole para salvarla.
La agonía quemaba sus pensamientos. Extendió la mano y, con los dedos, se dirigió hacia
el palo. El Gorgano estaba destrozando su mente pero lo quería vivo, quería que viera morir
a su bebé. Citun no lo haría. Nunca. El palo estaba en sus manos. Se preparó para lanzar
a Brave.
"Te quiero", le susurró a Brave.
El Gorgano gritó cuando apareció Zell. El macho del tamaño de una pinta llevaba una
expresión de tal indignación furiosa, que Citun cayó sobre su culo, el palo cayendo al suelo.
El dolor se detuvo. El bebé dejó de llorar cuando Zell puso su mano sobre su cabeza. El
Gorgano fue cortado a la mitad, como lo habría hecho Storm. Zell había destruido el
material omnipotente desconocido.
¿Cómo?
Zabbie apareció con Storm, corriendo desde la selva. Sollozando, Storm corrió a los brazos
de Citun. Amma comenzó a moverse. Tropezó sobre sus rodillas, mirando aturdida. Zell
relajó el puño a su lado. El Gorgano fue levantado por el pensamiento, si de Zabbie o de
Zell, no estaba seguro, y fue arrojado al estanque donde la escoria lo arrastró hacia abajo.
"Parece que tu hijo domina el talento de mi compañera", dijo Citun. "Cortó el material que
nos preocupaba tanto a todos"
Titus irrumpió en el arbolaldo con docenas de guerreros. Corrió hacia Zell y miró hacia el
sangriento lugar donde había estado el Gorgano cortado en rodajas. Brave estaba
arrullando y agitando sus pequeños puños. Zell sonrió hacia ella, y le sonrió a Citun. Zell
bajó su pequeña mano hacia Brave.

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"Algo me dice que es mejor que vigilemos de cerca a estos dos a medida que crecen", dijo
Storm. "Esa emoción es muy poderosa"
"Ella es sólo un bebé, y él es sólo un niño. ¿Cómo es posible que ya la ame?" Preguntó
Citun.
"Su mano está sobre su corazón", dijo Storm.
Zell sonrió a Storm. "Hogar".
"Amma, ¿entendiste lo que dijo Zell?"
Storm estaba mirando a Amma de una manera extraña. Amma estaba sonriendo; asintió a
lo que le preguntó Storm, confundiendo a Citun. Storm miró a Citun.
"¿Entendiste lo que dijo Zell?"
"Por supuesto, estaba hablando Zargonnii, un Zargonnii masculino"
"Entonces, ¿cómo es que Amma también lo ha entendido?" preguntó Zabbie.
"Amma, ¿has oído lo que Zell dijo en tu lengua?" Preguntó Storm, y luego tradujo.
"Por supuesto"
Todas las miradas se volvieron hacia Zell, que le sonreía a Brave.
"Hogar", dijo de nuevo.
"Parece que la vida de los Zargonnii se ha vuelto mucho más extraña", dijo Titus.
"Creo que mi hijo acaba de reclamar una pareja", dijo Zabbie.
Citun frunció el ceño. "Bueno, va a tener que esperar unos años"
Storm le sonreía. "Vamos, papá, es hora de llevar a Brave a casa"
Citun la abrazó más de cerca. "Ya lo está". Tiró de Storm a sus brazos. "Las dos lo estáis Y
el hogar es donde os quedaréis".

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Sobre la autora
¡Por favor, llamadme Connie! Ha sido fantástico trabajar con grandes editores y seguir mi
sueño de escribir. Cuando no estoy escribiendo, estoy ocupada cuidando de mis hijos, mi
esposo, mis nietos y la mascota de la familia, nuestra nueva adición, un cachorro de mastín
llamado Aramis, en honor a los Tres Mosqueteros.
Actualmente estoy trabajando demasiado, como de costumbre, pero me encanta cada
segundo. Por favor, no dudéis en poneros en contacto conmigo en >clscholey@hotmail.com
Buscadme en mi página web www.clscholey.com o uníos a mí en Twitter y Facebook. Espero
tener noticias vuestras.

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