Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
• En el autobús
• La noche de la revuelta
• En la escuenla
2
Novela por entregas
3
ejemplos de poesía social y popular de la literatura brasileña,
obras todas ellas en las que el poeta denuncia la deshumanización
del mundo y, al mismo tiempo, manifiesta su confianza en el
advenimiento de un mundo mejor.
Con A rosa do povo madura el lenguaje modernista del autor y
se anuncia, con unas formas expresivas y experiencias técnicas
nuevas, la creación de un lenguaje personal y universal a un
tiempo. Disminuye el tono coloquial, mientras que aumenta el
empleo de la metáfora. Eliminada cualquier forma enfática o
retórica, la energía de la expresión y el lirismo surgen de continuos
contrastes temáticos, del ritmo, de asociaciones sorprendentes y
del "poder de la palabra", estricta y depurada.
Surgen de este modo Claro enigma (1951) y Fazendeiro do ar
(1954), poemarios en los que se atenúa la violencia de la
denuncia. Los últimos volúmenes publicados, entre ellos Poemas
(1959), Liçao de coisas (1962), Versiprosa (1967), Menino antigo
(1973) y As impurezas do branco (1973), vuelven a confirmar la
conciencia artística de Carlos Drummond de Andrade y la
constancia de su búsqueda formal y semántica.
Idénticas cualidades se manifiestan en sus obras en prosa, a
menudo poética, con las que ofrece un modelo tanto del lenguaje
coloquial brasileño como del lenguaje literario moderno. Además
de Confissoes de Minas (1944), su primer libro en prosa, Drummond
de Andrade publicó Contos de aprendiz (1951) y otros volúmenes
de crónicas y de ensayos, como Fala, amendoeira (1957), Cadeira
de balanço (1966), O poder ultrajoven e mais 79 textos em prosa e
verso (1972), De noticias e nao noticias fazse a crónica (1966) y Os
dias lindos (1977).
4
FABULA DEL UNICORNIO
5
FABULA DE UN ANIMAL INVISIBLE
El animal invisible
6
EL SUEÑO DEL ROC
7
EL MIEDO DE LOS LOBOS
8
EL AMOR DE LAS SIRENAS
9
HISTORIA DE JONÁS Y LAS BALLENAS
10
se acercaba cada vez más, hasta que estuvo justo debajo de él.
Noé observó con detenimiento las manchas de la espalda donde
las aletas se cortaban en afiliadas tijeras y arrojó allí –con toda su
fuerza— el arpón. Sintió’ cómo el acero penetraba la piel, grasa y
músculos, dentro del enorme pez. La ballena saltó —herida de
muerte— y se hundió en la profundidad del agua la. La cuerda se
tensó hasta casi romperse, luego se aflojó. Pasaron varios minutos
antes que apareciera de nuevo, flotando sin vida como una isla a
la deriva Noé y los animales la acercaron al Arca, y ya se
disponían a desollarla, cuando de la boca del pez salió un
hombre, que subió a bordo a través de una cuerda arrojada
desde la nave. Tenía la piel traslucida por el encierro y la mala
alimentación. Miraba todo con extrañeza. Noé reconoció en sus
ojos la observación pacífica del idiota extraviado dentro de un
laberinto. Entonces lo llevaron dentro de una bodega donde
perdió el sentido. Estuvo delirando varios días sobre un catre sucio.
Al cuarto día recobró el conocimiento. Noé lo encontró esa
mañana con un aire de nostalgia la línea del horizonte, el lento
paso de las olas sin dirección ni rumbo, la luz derramada sobre las
velas, acentuando su blancura en ese tiempo infinito que no
establece tiempo ni señales. Pasaba la mayor parte del día en
cubierta y su cuerpo había tomado el color de la luz. No hablaba
con nadie y rehusaba comer los peces que algunos animales le
ofrecían. Solo se alimentaba frugalmente de algas que él mismo
recogía con una red.
Cuando regresaron de nuevo las ballenas, el hombre las
contempló enloquecido de alegría. Fue la única vez que Noé
escuchó su voz.
—Sabía que volverían—gritó. Después se arrojó al mar y se
acercó nadando hasta una de ellas, desapareciendo dentro de la
boca. Las ballenas estuvieron jugando un momento cerca del
11
Arca haciendo temblar a los animales, luego se alejaron dejando
un brillo de espuma en la superficie y se hundieron en las
profundidades para no salir más.
Noé pensó que —definitivamente—Jonás estaba loco, pero
Dios sabe lo que hace con sus criaturas. Tomó el arpón y lo arrojó
al agua. Vio como se perdía en la oscuridad dejando un rastro de
burbujas.
12
CUENTO INVERSO DE HADAS
13
LOS VIEJOS DIOSES
14