De acuerdo con la idea anterior, son los recursos naturales
evidentes víctimas de los conflictos socioambientales, ya que en
gran medida su deterioro, explotación y daño tienen lugar en la dinámica de dicho conflicto. Las principales consecuencias de estos daños los podríamos resumir en explotación de recursos, defaunación, erosión de suelos, deforestación, destrucción y contaminación de fuentes hídricas. Cabe mencionar otras consecuencias derivadas de esta índole, con igual importancia, como el desplazamiento forzado, cultivos ilícitos y erradicación de estos, apropiación de tierras, tala indiscriminada de bosques, sólo por mencionar algunos (Londoño, 2014). Lo anterior, constituye un panorama desalentador y que abordando un escenario de posconflicto es un tema que debe ponerse sobre la mesa, pues el medio ambiente, es uno de los principales actores afectados.