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EL URUGUAY DEL NOVECIENTOS

Entre 1860 y comienzos de 1900 Hablan los historiadores


comienza a destacarse un cambio de “Si el batllismo fue la novedad política del novecientos;
mentalidad en la sociedad uruguaya. La vieja el proletariado montevideano, la social; la generación de
“civilización bárbara” daba paso a una nueva intelectuales; la cultural; y el frigorífico, la económica, no nos
“civilización moderna”. A esta nueva forma caben dudas que una nueva familia y el control de la natalidad
de sentir, actuar y pensar se la ha llamado la encarnaron la novedad demográfica. Estos hechos formaban
sociedad del 900. parte de una estructura global que caracterizó al novecientos
Sin embargo, ¿Toda la sociedad del uruguayo. Todos se apoyan mutuamente puesto que partieron
novecientos cambió su mentalidad? de una misma necesidad: la de construir otro patrón social,
Te propongo que acompañes esta económico, de conductas y mentalidades, más acorde con las
lectura para conocer esta “nueva” exigencias de esta original “belle époque” (Barrán y Nahum,
sociedad. 1979, p.34)

EL NIÑO
LA ÉPOCA PURITANA

En la “época bárbara” el niño era


considerado un hombre pequeño. En
la “época civilizada fue visto de
LA MUJER forma diferente a los adultos

Liberada de la misión
exclusiva que el siglo
XIX le asignara -madre-,
la mujer pudo convertirse
en obrera, empleada,
maestra
LA SOCIEDAD(ES) DEL NOVECIENTOS
LA SALUD “El novecientos fue la “belle époque” de la
tuberculosis, que atabaca a ricos y pobres,
pero, no dudemos, hubo una mortalidad que
diferenciaba a las clases sociales y a las
regiones del Uruguay, poniendo de
manifiesto el peso de esas condiciones
sociales y económicas.
Las cifras demuestran lo que cualquier
médico sabe: la enfermedad no es sólo un
problema biológico sino también social.
Siempre aparece vinculada a determinadas
condiciones económicas y culturales de la
población en cuestión”
Barrán y Nahum, 1979, p.52)

LA CULTURA LETRADA
Fragmento seleccionado de la Obra
JULIO.- Tranquilícese tata, y no dé esos
M’Hijo el dotor realizado por
gritos, que no está tratando con un niño! Oiga...
Florencio Sánchez en 1900.
OLEGARIO.- ¡Hablá nomás! ¡Sí!. ¡Hablá Corresponde a la escena XIII
nomás!... ¡Decí!... ¡Disculpate!... del primer acto.
JULIO.- ¿Me dejará hablar?... Personajes: Don Olegario,
OLEGARIO.- ¡Hum!... ¡Canalla! padre de familia
JULIO.- Diga... ¿Con qué derecho, usted y Julio: Hijo de Olegario mayor
su compadre se ponen a espulgar en mi vida de edad.
privada?...
OLEGARIO.- ¿Con qué derecho?...
JULIO.- (Severo.) ¡Sí! ¿con qué derecho?
Soy hombre, soy mayor de edad y aunque no lo
fuera, hace mucho que he entrado en el uso de la
razón y no necesito andadores para marchar por la
vida. ¡Soy libre pues!... ¡Siéntese tata!... ¡Tenga
paciencia!... (Continúa con naturalidad.) usted y yo
vivimos dos vidas vinculadas por los lazos afectivos,
pero completamente distintas. Cada uno gobierna la
suya, usted sobre mí no tiene más autoridad que la
que mi cariño quiere concederle.
JULIO- ¡Calma, calma! (Afable.) ¡Conste que lo quiero mucho!... Todo evoluciona viejo;
y estos tiempos han mandado archivar la moral, los hábitos, los estilos de la época en que usted se
educó!... Son cosas rancias hoy. Usted llama manoseos a mis familiaridades más afectuosas.
Pretende, como los rígidos padres de antaño, que todas las mañanas al levantarme le bese la mano y
le pida la bendición, en vez de preguntarle por la salud, que no hable, ni ría, ni llore sin su licencia;
que oiga en sus palabras a un oráculo, no llamándole al pan, pan, y al vino, vino, si usted lo ha
cristianado con otro hombre; que no sepa más de lo que usted sabe, y me libre Dios de decirle que
macanea; que no fume en su presencia, (Saca un cigarrillo y lo enciende.) en fin que sus
costumbres sean el molde de mis costumbres!... ¿Pero no comprende, señor, que riéndome de esas
pamplinas, me aproximo más a usted que soy más su amigo; que lo quiero más espontáneamente?
Volviendo al asunto de mi conducta; ¿Cuál es mi gran delito?... Creo que no he malgastado el
tiempo; me voy formando una reputación, estudio, sé; ¿qué más quiere?... ¿Qué he hecho algunas
deudas? ¿Que gasto más de lo que usted quisiera que gastara?... Cierto. Pero usted pretendía que
todo un hombre con otras exigencias y otros compromisos siquiera manteniéndose con una
escasísima mensualidad. Por lo demás, lo único que tengo que lamentar, es que no haya sido de mis
labios que conociera usted lo de mis deudas... Pensaba confiárselo antes de irme y pedirle fondos
para cubrirlas...
OLEGARIO.- ¡Ah!... ¡Aquí te quería!... ¡Te he escuchao con calma nada más que para
saber hasta dónde llegaba tu desvergüenza!...
JULIO.- ¡No sea grosero padre!.
OLEGARIO.- ¿conque sos libre?... ¿Conque sos dueño de tu vida?. ¿Conque nada te
vincula a tus padres? ¿Y a qué salís ahora conque tengo que pagar todas sus trampas?... ¿Es decir
que solo soy tu padre pa'mantenerte los vicios?... ¡Ingrato!... ¡Ah!... ¡El pobre gaucho viejo!... Vení
al mundo, clavá la pezuña contra el suelo, afírmate pa' cinchar la vida, y cinchá, cinchá!... ¡Y
después cuando hayas repecheao y estés arriba, sin tiempo pa' secarte el sudor, vuelta a cinchar de
la vida de los otros!... Y todo ¿pa' qué?... ¡Pobre gaucho viejo!...
JULIO.- ¡Tata!... ¡Tata!... ¡No se aflija así! ¡Cálmese!... ¡Sea razonable!...
OLEGARIO.- (Reaccionando.) ¿Tata?... ¡Nó!... ¡Yo no soy tu tata... ya no soy nadie
pa'vos!... ¡Andate!... ¡sós libre!... ¡Sós dueño de tus acciones!... ¡Andate nomás!... Pero lejos...
donde no te vuelva a ver!... ¡Pa'vergüenza me sobra con haber hecho un hijo de tu calaña!...
JULIO.- ¡No, tata!... ¡No me voy!... ¡No quiero irme!... ¡Cálmese que me aflije a mí
también!.. ¡Yo lo quiero, lo respeto!... Pensamos de distinto modo ¿qué le hemos de hacer?...
¡Vamos!...
EL NOVECIENTOS OMBÚENSE
A fines del siglo XIX y comienzos del XX la realidad de la sociedad de Ombúes de Lavalle era diferente a la
Montevideana. Los roles dentro de la sociedad, sus expectativas, sus actividades económicas, reflejan una sociedad del
novecientos diferente al popularizado y generalizado “Uruguay del novecientos” Veamos algunas características de
este pueblo.
1890 llegada de los primeros Una vez en la zona de
colonos valdenses: Ombúes de Lavalle, cada
Concretado el acuerdo entre colono y su familia se instaló
Varela (dueño de las tierras en sus respectivas chacras y
que los colonos se comenzó el duro trabajo de la
comprometían a pagar) y los construcción de ranchos,
colonos valdenses, el 24 de roturación de tierra entre
julio de 1890, se lanzaron en
caravana los primeros
colonos con miras de LA ÉPOCA DE LA TRILLA: REFLEJO DE UNA
instalarse en el lugar. SOCIEDAD
La época de la trilla era un momento vital para la economía de las familias. Consistía en una actividad
económica de trabajo comunitario, a medida que la trilladora se desplazaba de un campo a otro, la
población se desplazaba de un lugar a otro, colaborando con el trabajo.
Para esta actividad se contrataba una trilladora que englobaba entre 24 y 30 personas.

 La llegada del aguatero


 Luego se acercaban primeros
carros tirados por bueyes o
caballos con los peones
horquilleros.
 Finalmente, el atado llegaba
a la trilladora que se ubicaba
en un lugar apto para la tarea.

La jornada no paraba desde


el aclarar del día hasta el atardecer,
sin embargo, las personas se turnaban
para realizar las cuatro comidas

Las mujeres generalmente, se


encargaban de preparar el Imagen extraída de: Pontet N. Ombúes de Lavalle. El protagonismo
Coloniense en la historia nacional Montevideo Pag 229
desayuno, el almuerzo, la
Como se puede apreciar, la trilla era una fiesta
merienda y la cena.
veraniega para muchos, una época movilizadora que
Además, trasladaban las ollas y
demandaba mucho trabajo y que determinaba los ingresos
vajillas.
para todo un año tanto del dueño del campo como de su
peonada.

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