Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
³«Y la Dama de Negro salió del cementerio un Jueves Santo para visitar
c
los siete sagrarios que había prometido antes de morir´.
³Íbamos los viernes de Cuaresma en peregrinación hacia La Antigua un amigo y yo. Atravesamos el
Manzanillo, San Lucas, y entramos en el extravío de la Barranca Honda y la Cuesta de las Cañas, cuando en el
cerro de enfrente vimos varias luces, una tras otra que caminaban y se perdían a la vez en la oscuridad.
Nosotros sabíamos muy bien que por allí no había camino, ni siquiera de herradura. Al salir a la carretera
asfaltada preguntamos a una señora que vendía atole de elote, que qué eran esas luces, y ella nos respondió
que ella las veía siempre, pero no sabía que eran.
³Sucedió antes del terremoto de 1917. Un señor tenía un landó y hacía viajes por la ciudad; cierto Jueves Santo
por la noche caminaba por la calle del cementerio, y una señorita vestida de negro y con velo en la cara, lo
montó, y le pidió que la llevara a todas las iglesias a visitar sagrarios; así lo hizo el cochero. Al terminar los
siete sagrarios, la mujer le pidió que la regresara al mismo lugar donde la había encontrado; el cochero la llevó
a las puertas del cementerio; ella entonces se bajó del landó, y le dijo que como no tenía cómo pagarle en ese
momento, que fuera a la dirección que en ese mismo instante le escribió en un papel, y que allí le pagarían el
valor de la carrera; y para que le creyera le entregó una cadenita que tenía en el cuello; después la mujer se
internó en el cementerio.
El cochero, a pesar de su extrañeza fue al otro día a la casa que la dama le había dicho, por el callejón de la
Cruz; y cuál no sería su susto, cuando le dijeron que aquella muchacha, a la que había llevado a ver Sagrarios,
hacía un año que había muerto. (Creo que Mercedes se llamaba la patoja; sí, estoy seguro que Adriana
Mercedes era su nombre)´.
³Por aquellos días se contaba que por la Parroquia, en la salida para Chinautla, todos los viernes a las doce de la
noche pasaba un niño llorando. Queriendo vencer nuestra curiosidad, un viernes mi hermano y yo nos
quedamos velando en la ventana de la casa. Cuando el reloj de La Candelaria dio las doce, oímos a lo lejos un
gemido de Niño, tan triste y tan sólo que nos paró los pelos, y ya no pudimos abrir la ventana de lo asustado
que estábamos; pasó el llanto del Niño cerca de donde estábamos nosotros, y luego se fue perdiendo en la
lejanía. Al otro día muy temprano salimos a la puerta, y vimos en la banqueta una hilera de gotas de sangre que
el día anterior no estaban; entonces decidimos seguirla, y lo hicimos por más de un kilómetro, pero no pudimos
dar dónde terminaban pues se internaban en el campo: el domingo ya no estaban las gotas de sangre; el viernes
siguiente volvimos a oír el llanto, pero ya no quisimos probar volver a salir; el sábado aparecieron otra vez las
gotas de sangre (yo ya no vivo por allá, pero mis amigos me cuentan que aún hoy día se oye a veces el llanto de
aquel Niño Santo). Dicen que es el Niño Santo de la Parroquia que se sale de la iglesia a bendecir a las calles y
callejones del barrio los Viernes de Cuaresma´.
El Carro de Piloto de Viernes de Cuaresma
El carro de piloto es una leyenda propia de los viejos barrios de la Nueva Guatemala para los Viernes de
Cuaresma. Se encontró principalmente en los barrios antiguos; La Merced, El Sagrario, La Recolección y El
Zapote; fue también posible hallarla en otros lugares, pero siempre referida a los barrios antes mencionados.
Ciñéndose a las versiones populares, el prototipo de la leyenda dice así:
El carro de piloto es un carretón que recorre la ciudad a altas horas de la noche, los días viernes, echando
chispas a su alrededor. El personaje que conduce el carro ³no fue más que un bolo, mulero de El Zapote, que
por sus malas acciones se lo ganó el diablo, y anda asustando a medio mundo aquí en la ciudad, especialmente a
los que se les pasa la mano con el guaro´.
En cuanto al nombre piloto vale la pena decir algunas palabras: es bastante difícil discernir el origen de la
leyenda, ya que la tradición popular lo ha olvidado. El hecho real que dio origen a esta leyenda en tiempo
indeterminado al entrar en proceso de anonimia, se perdió el nombre propio del cochero en la mentalidad
colectiva, quedando así únicamente el nombre de su oficio: PILOTO.
Este anonimato es precisamente uno de los elementos que caracterizan los fenómenos netamente populares.
³El Señor de la Capilla estaba en medio del Cementerio de San Juan de Dios; él era el único que acompañaba
por las noches a los muertos. (Por eso se le llama Capilla de los Muertos). Una señora amiga de la casa estaban
con una pena inmensa, y recurrió al Señor; lloró tanto la nía Laya, que el Señor conmovido movió la cabeza y
dejó caer una lágrima, y entonces su pena se alivió´.
³Por el barrio de La Parroquia vivía un joven que era muy ambicioso, y siempre quería tener más de lo que
podía, y molestaba tanto pidiendo prestado, que una vez alguien le aconsejó que fuera a la Plaza del Amate y le
pidiera al Diablo lo que quisiera, y que dejara de estar jodiendo. Un Sábado de Gloria a la media noche, el
joven llegó al Amate como se lo habían dicho, y llamó tres veces al ³cachudo´; entonces el demonio se le
apareció como un hombre envuelto en una capa negra, y le preguntó qué quería, el muchacho (Diego se
llamaba, ahora me acuerdo bien), le contestó que quería dos cosas: dinero y mujeres; el diablo le contestó que él
podía darle todo lo que deseara, pero con una condición: tendría que llegar todas las noches de los viernes, a las
nueve de la noche al mismo lugar, el muchacho aceptó; y van a ver que el dinero y las mujeres empezaron a
buscarlo; Diego seguía yendo todos los viernes por las noches al Amate: se sentaba al pie del árbol, y esperaba
hasta sentir olor a azufre, y cuando el olor pasaba entonces él se iba. Una vez pasando por el Portal de las
Panaderas, se le quedó viendo Jesús de la Buena Esperanza (que estaba en una capilla en ese portal) y fue tal la
forma en que lo miraba, que en ese momento se arrepintió de lo que había hecho, y decidió no ir más a ver al
diablo y así pasaron muchos viernes.
Entonces, cada vez que salía a la calle veía en las esquinas al diablo que le miraba de mala cara, como
reclamándole algo; y cada vez que salía se lo encontraba; y cuando ya no pudo más, porque se estaba volviendo
loco, corrió a San Francisco; allí se aconsejó con uno de los frailes; entonces para curarlo el padre le golpeó con
su cordón tres veces, y el demonio se fue de Diego; pero como castigo quedó mero babosón para siempre´.
c
La historia de la procesión del Señor Sepultado de la
iglesia de Santa Catarina está envuelta en la neblina de
las leyendas y ligada a los vaivenes históricos del país.c
Según la tradición oral, durante la madrugada del Sábado de Gloria, después que
las grandes procesiones del centro habían regresado a sus iglesias, los vecinos
del barrio de Santa Catarina escucharon un cortejo fúnebre poco usual, con todo y
el crujido de las horquillas, las sombras de los penitentes caminando y hasta los
tambores de las marchas fúnebres, que pronto se desvaneció en la penumbra. De ahí
surgió el nombre con el que se le conoce: el Espanto Entierro.c
c
c
c
c
c
c
c
c
Ñ ÑÑ
Esta es una de las leyendas mas arraigadas en los antañones barrios de la Nueva Guatemala de la Asuncion, la
cual supuestamente se desarrolla las madrugadas de los Sabados de Gloria, luego de que las procesiones del
Santo Entierro han entrado ya a sus respectivos templos. Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XIX
habian en la Nueva Guatemala de la Asuncion cinco procesiones importantisimas y que procedian de tiempos
inmemoriales y eran: La Procesion del Señor Sepultado de Santo Domingo, El Santo Entierro del Señor
Sepultado de la Recoleccion, La Procesion del Cristo Yacente del Calvario, La Procesion del Señor Sepultado
de la Parroquia Vieja y finalmente, La Procesion del Señor Sepultado de Santa Catalina, luego de la prohibicion
de las procesiones, hecha por el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios muchas procesiones vuelven a salir,
no asi la de Santa Catalina, la de la Parroquia Vieja, se reduce a las calles aledañas al templo, mientras que las
tres restantes mantienen el esplendor que siempre las caracterizo. Volviendo al tema central, la leyenda, sucede
que despues de tan triste acontecimiento, muchas personas que regresan a sus casas despues de ver las distintas
entradas de los cortejos funebres, aseguran que en las inmediaciones del templo de Santa Catalina, se escuchan
pasos de cucuruchos penitentes que van en alguna procesion, se encuchan marchas funebres y algunos aseguran
que hasta se escucha el redoble de los marca-pasos y no ha faltado quien diga que vio al mismísimo Sepultado
de Santa Catalina que iba en procesión, que en una imagen fantasmagórica se desvanecía ante la
mirada atónita de los asustados transeúntes . Cuando las personas corren en vano hacia el punto de donde
pareciera viene el sonido para buscar el sacro cortejo, este deja de escucharse en ese punto, para luego ubicar el
sonido varias cuadras atras. En fin cuando la persona ya cansada de buscar, cae en la cuenta de que esta siendo
victima de algun espanto. Cuando el susto ya ha pasado y se lo cuenta a una de las viejas personas del barrio,
estas muy tranquilas responden: ³Ah es el señor de Santa Catalina, que esta triste por que su procesion no sale
mas«´.
c
cc c
cc
ccc c cc c c c cccccc
c
cc cc
ccc cc
c c
cc !"c# c c$
ccc
c
c%c c&c c 'c c c c c$ c
c ccc (c"c
c
) c cc c
ccc
cc c cc c c*c ccc+c
c
cc
$cc cc ,c(c cc c cc c% c%c c cc ccc
"c
c
ccc&c c c cc cc- c cc c cc cc) c. -c/c
ccc
c%cc0c#%c "c1(0 cc c"c2c cccccc) c
!"c
c
3 cc cc c%cc c (c
c c c
"c c c c cc
cc
ccccc "c
c
cc c&c c c cc c# "c4 cc cc&ccc565c c
c&c
c%c cc c c c ccc
cc c cc c ccc "c
c
'c c c c c c cc( cc c
$cc c c
ccc
c c cc cccc cc c c cc0c&' c
c cc
c%cc0cc c c c ccc
c c%c cc cc c c
&' cc
cc cc c
"c4c
ccc cccccccc#
c
#"c
ë
#c7cc4cc
c cc c cc c c cc c "cc c cc
c
8 c
c c
c c
$cc ccc
c' cc%c
cc c
c cc9c ccc
c c c
c%c c &c
c c
c c
cc !c0cc
("c
c
/ c4"c%c/ c8"cc0ccc $c
cc c c c
c c c cc
c
!c cc
c c c
c
cc cc 0"c: cc cc ccccc
c c% cc
cc&ccc!c c/ c8"cc
c
;c c0c c
c c c c c c cc7c c%cc
cc c c cc0c
& c
c< c
"c) c' cc cc cc c cccc
(!"c
Ñ
Ñ Ñ
#
$$ %
&
Ñ
'
(
(
) * #+
%
!
(
,
+
)
(,
Ñ
)
-
Ñ Ã
Ã
,
".
.(
.
"
(,
Ñ Ã
.,
Ñ
/
Ã
+
Ã
%
+
(0
Ã
+
c
c
c
c
c c c
c
c c
c ccc c cccc c
c c c
c c c
c c c
c c c c c
c c
c c c
cc c
c
cccc
c
c
c
0 Ã ( (
Eran otros tiempo«.tiempos donde el mito y la realidad se
entrelazaban para hilvanarse y fundirse en lo que hoy son las
consejas y leyendas que enriquecen nuestra cultura«eran tiempos
de cierta inocencia, tiempos en los que los días santos
eran días santos y como tales, se respetaban. De allí nacen una
serie de creencias y mitos, los cuales de boca en boca
y generación en generación han ido recorriendo el tiempo hasta
llegar a nosotros, puras e inocentes como la sociedad que
las concibió. Son las viejas creencias de Semana Santa«
Aunque la creencia varia de ciudad a provincia, la estructura es la misma. Te decian que si tomabas un baño (en
el rio o en la ducha) te convertirias en pescado o te salia una cola de pescado, por lo tanto el Viernes Santo no
debias bañarte« También existía la variante de que si te bañabas te salían escamas.
Decian nuestros abuelos, que no debias treparte a un arbol porque corrias el peligro de quedar convertido en un
mono«
"Ã +23
Otra de las tradiciones que aun tienen vigencia en algunos lugares del interior del pais es la de pegar a los hijos
o nietos el dia Sabado de Gloria a las Diez de la mañana, (Aunque hay una variante en Baja Verapaz, de la cual
he escuchado que si el niño logra pelar una naranja sin que la cascara se divida, tal niño se salva de la golpiza).
Antiguamente en Viernes Santo era comun escuchar en las emisoras de radio unicamente marchas funebres ya
que era considerado pecado escuchar otro tipo de musica. En algunos casos las emisoras salian del aire en ese
dia.`
"
23
Todas las tradiciones de las cuales hemos dado un breve repaso, se han ido perdiendo de a poco y es nuestro
deber incentivar a nuestros hijos y a las futuras generaciones a que ese conocimiento no se pierda. Mantener
vivas las creencias es como guardar un pedazo del alma de aquellos que nos dieron ese conocimiento y una
forma de rendir un tributo a nuestras raices.
c
c
c
c