En las décadas siguientes, se firmaron nuevos tratados respecto del Canal, que en
cierto modo flexibilizaban el tratado Hay-Bunau Varilla; sin embargo, no abrogaban
dicho tratado, que aún mantenía ese punto sensible sobre el tapete. Sin embargo, el
rechazo del Convenio Filós-Hines en 1947 por parte del pueblo panameño, indicaba
que la sociedad del país centroamericano ya estaba demandando enérgicamente
que su gobierno reclamara la soberanía sobre dicha zona.
Sin embargo, dicha decisión fue ignorada dentro de la Zona del Canal. El 3
de enero, el policía zoneíta Carlton Bell izó la bandera norteamericana sin
sumar la bandera panameña, frente al monumento de los Héroes de
Guerra en Gamboa, considerado un sitio civil; el 7 de enero, los
estudiantes estadounidenses de la Escuela Superior de Balboa, izaron la
bandera de los Estados Unidos frente al plantel, sin acompañar la bandera
panameña, rebelándose ante las autoridades zoneítas.
La sesión fue iniciada por el Canciller, quien con su habitual habilidad expositiva
relató los aspectos más sobresalientes. Luego se les entregó a los representantes
de los medios copias de la nota de rompimiento de relaciones tanto en español
como en inglés. Iniciadas las interrogantes uno de los reporteros de nacionalidad
británica pregunto que debería hacer EEUU para que Panamá restablecerá las
relaciones diplomáticas. El Ministro sorteó la respuesta con algunas generalidades
que no dejaron plenamente satisfechos a los presentes. Pasado este incidente el
Canciller me pidió que continuara respondiendo las preguntas de los periodistas,
pues tenía que retirarse a una diligencia.
Morales diría que "existe (la necesidad) de un nuevo Tratado en el que todo motivo
de divergencia y disensión entre los dos países sea eliminado ahora y para
siempre".
A inicios de la segunda mitad del siglo XX, los movimientos sociales que sacudían el
país, y las aspiraciones de una débil burguesía panameña, anunciaban cambios
radicales en las relaciones con EEUU. La sublevación popular de enero de 1964, los
enfrentamientos constantes en torno a la presencia colonial de EEUU y las
demandas económicas locales finalmente culminó en el pacto de 1977 firmados por
el general Omar Torrijos y el presidente Jimmy Carter.
A continuación, se evaluarán los dos tratados de Canal suscritos por ambos países
en 1977. Primero, el Tratado del Canal. Inmediatamente después el Tratado de
Neutralidad.
El Tratado del Canal de Panamá firmado en 1977 puso fin a la jurisdicción de EEUU
sobre el territorio llamado Zona del Canal (aproximadamente 1400 kilómetros
cuadrados que rodeaban la vía acuática). Además, fijó como plazo para la
evacuación de la presencia militar en Panamá el último día del siglo, el 31 de
diciembre de 1999. En tercer lugar, también anunció que en esta misma fecha
EEUU le haría la transferencia del Canal al gobierno panameño. El fin de la
jurisdicción norteamericana en la Zona del Canal se produjo el 1º de octubre de
1979 cuando EEUU desmanteló su aparato gubernamental que incluía policía,
juzgados y una amplia gama de servicios públicos. El sistema escolar de la antigua
Zona del Canal fue asumido por el Departamento de Defensa al igual que los
hospitales y servicios de salud.
Entre 1977 y 1999, la junta directiva ha estado integrada por cinco norteamericanos
y cuatro panameños. Además, entre 1980 y 1990 el subadministrador fue
panameño. En la década de 1990, el administrador de la Comisión ha sido
panameño. El Tratado del Canal de 1977 les encomendó a los gobiernos de
Panamá y EE. UU. la realización de un estudio para determinar la mejor alternativa
para la actual vía acuática. Para efectuar el trabajo se invitó a Japón a formar parte
de una comisión tripartita constituida en 1983. Los resultados recomendando un
tercer juego de esclusas se dieron a conocer en 1993.
El Tratado de Neutralidad
Entre los dos tratados del Canal firmados en 1977, el menos conocido es el Tratado
de Neutralidad y asuntos concernientes al funcionamiento del Canal. El objetivo de
este acuerdo se relaciona estrechamente con el problema de la presencia militar
norteamericana en el Istmo. Debido a las reservas que fueron introducidas
posteriormente a este Tratado por el Senado de EEUU, su legitimidad ha sido
cuestionada por muchos sectores en Panamá.
El Senado aprobó dos enmiendas al Tratado. La primera fue hecha para modificar el
artículo III. La enmienda señala que cada país tiene el derecho de actuar en forma
independiente contra cualquier agresión o amenaza dirigida contra el Canal. La
segunda enmienda hecha por el Senado fue al artículo VI. Indica que en caso de
necesidad o urgencia los barcos de EEUU (y/o Panamá) pueden ir a la cabeza de la
línea de naves con el fin de transitar rápidamente por el Canal.
No creo que existan panameños que al rememorar la agresión de que fue víctima
la población de la ciudad de Panamá, la trágica noche del 9 de enero, no
reconozcan que el alevoso ataque y la reacción de los istmeños constituyen un
auténtico hito popular de nuestro primer siglo republicano.
Por otra parte, los incidentes de esa fecha giran en torno a nuestra enseña
nacional. Los panameños siempre habían resentido que no se les permitiera
enarbolar su bandera en la Zona del Canal. En las gestiones reivindicativas que
iniciaba el Gobierno siempre figuraba el derecho a enarbolar nuestro pabellón en
todo su territorio. Como sabemos, fue la trifulca que tuvo como motivo central la
izada de la bandera del Instituto Nacional en el hasta frente a la Escuela Secundaria
de Balboa, el hecho que desencadenó la serie de incidentes y los desmanes que
causaron los muertos y heridos del 9 de enero. En este conflicto también fue
afectada la dignidad de la enseña patria que portaban los institutores.
Existe una razón de justicia para que el recuerdo de los mártires de esta jornada
sea perpetuado con un monumento. Estos panameños fueron doblemente
sacrificados: primero por las balas norteñas y luego por la desidia culposa del
Estado, que se abstuvo de exigir con la debida diligencia las indemnizaciones que a
éstos les correspondía. Los funcionarios de la época sabíamos que postergábamos
las reparaciones debidas a los mártires por obtener conquistas y ventajas de
carácter nacionales, como la derogación de los tratados existentes. Los motivos de
esa desidia fueran patrióticos, pero no éticos.
La reacción internacional fue desfavorable para con los Estados Unidos. La opinión
de muchos panameños y latinoamericanos fue expresada unos días después por el
embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos: "En Panamá
existe hoy otro muro de Berlín."
Los británicos y franceses, que habían sido criticados por Estados Unidos por sus
políticas coloniales, dijeron que estas críticas habían sido hipócritas, ya que sus
ciudadanos establecidos en la Zona eran tan desagradables como cualquier otro
grupo de colonos.
Una bebé de 6 meses, Maritza Ávila Alabarca, murió con problemas respiratorios
mientras su vecindario era bombardeado con gas lacrimógeno.
Un recuento definitivo de todas las muertes de esos días no ha sido publicado y tal
vez nunca lo sea. A pesar que algunas fuentes panameñas dan nombres y números
diferentes, la lista de los mártires panameños puede encontrarse en el monumento a
los mártires en Colón (donde se encuentran los restos de los mártires colonenses).
Los 22 listados aquí incluyen a:Ascanio Arosemena Chávez, Gonzalo Antonio
Crance Robles, Teófilo Belisario De La Torre Espinosa, Jacinto Palacios Cobos,
Alberto Oriel Tejada, Ezequiel Meneses González, Luis Vicente Bonilla Cacó, José
Enrique Gil, Alberto Nichols Constance, Víctor Manuel Iglesias, Rodolfo Sánchez
Benítez, Víctor Manuel Garibaldo Figueroa, Gustavo Rogelio Lara, José Del Cid
Cobos, Ricardo Murgas Villamonte, Rosa Elena Landecho, Ovidio Lizandro Saldaña
Armuelles, Etanislao Orobio Williams, Maritza Avila Alabarca, Carlos Renato Lara,
Evilio Lara, y Celestino Villareta.
La historia nos relata que durante esta fecha ocurrieron en suelo istmeño los
llamados hechos del 9 enero de 1964 y que a sus protagonistas (estudiantes del
Instituto Nacional de ciudadanos panameños) se les conoce como los mártires de
enero del 64.
Este hecho se transmitió por una emisora nacional, echo que conmovió todo el país,
al cabo de media hora miles de panameños, hombres, mujeres, estudiantes se
reunieron en las afueras de la zona canalera y en otra parte del país
específicamente en Colon, la multitud estaba furiosa, pero la gran diferencia de
fuerzas se notaba la multitud panameña se defendía con piedras incendiaron
edificios cercanos a los que las fuerzas norteamericanas respondían con armas de
fuego, el caos había comenzado; la primera víctima fatal o mortal fue Ascanio
Arosemena, el cual era un estudiante de la escuela profesional Isabel Herrera
Obaldía, quien en un intento por rescatar a un compañero herido fue alcanzado por
una bale de rifle de uno de los soldados Estadounidenses acabando con su vida.
Estos enfrentamientos duraron un total de 4 días es decir terminaron el 12 de enero
del mismo año, con un total de 21 muertos y masa 500 heridos. Fueron tan graves
los hechos del 9 de enero que en la misma noche del 9 de enero el presidente
Roberto F Chiari, rompió todos lasos diplomáticos con el país nórdico Estados
Unidos. Pasado el tiempo y tras la lucha se da la firma del tratado Torrijos Carter en
1977, convirtiendo a Panamá en un pais libre y soberano completamente dentro de
su territorio.