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La presente investigación trata sobre el juicio de cancelación y reposición de un título de crédito el cual nos
menciona que este procedimiento se inicia en la vía de jurisdicción voluntaria, porque la Litis es una
eventualidad que solo se presenta si durante la sustanciación surgiere algún tercero que se oponga a este.
Este juicio procede en caso de robo, extravió, destrucción, mutilación o deterioro grave del documento
pidiéndose pedir su cancelación o reposición.
Mientras tanto en la oposición a la solicitud de cancelación nos señala que los tenedores que justifiquen
tener sobre el título mejor derecho que el reclamante podrán oponerse a la cancelación o el pago del título,
que tiene mejor derecho los que adquirieron el título sin incurrir en culpa grave y de buena fe, y acrediten su
carácter de propietarios en los términos de ley.
Analizaremos las partes de un juico desde la sentencia formulada contra la cancelación solo se podrán
apelar cuando el valor de los documentos exceda a dos mil pesos.
También hablaremos de juicio ejecutivo mercantil que este procede cuando la demanda se basa en un
documento que trae aparejada ejecución. Desde cómo se formula la demanda, los bienes objetos de la
garantía, gravámenes como es el bien embargado, hasta la contestación de la demanda todo esto basado
en el CCOM.
Como podemos apreciar son temas que nos llevara a tener un criterio más amplio en materia mercantil.
JUICIO DE CANCELACIÓN Y REPOSICIÓN DE UN TÍTULO DE CRÉDITO
En efecto este juicio muestra una peculiaridad: se inicia por la vía de la jurisdicción voluntaria, y el juicio (es
decir, la Litis) esta es una posibilidad que sólo se actualiza si durante la sustanciación aparece algún
tercero que se oponga (art. 47, LGTOC).
Por lo tanto, el juicio de cancelación y reposición es una posibilidad que puede o no llegar a actualizarse.
Aunado a esto es que el mecanismo judicial se inicia por jurisdicción voluntaria, y que esa cuerda se
convierta en juicio dependerá de que surjan oposiciones; si las hay, la naturaleza del juicio, si bien especial,
será la ejecutiva porque el eje en torno al que girará es un título de crédito.
En este caso el titulo robado o extraviado sea, antes que nada, de crédito y después, nominativo por ello el
régimen de reposición de los títulos al portador es diferente.
Mientras tanto uno de los principios más importantes de este juicio consiste en que las personas que
comprueben su legitimidad mediante una serie no interrumpida de endosos, o la primera y última tenedoras
del título, no pueden ser obligadas a devolverlo ni a restituir las sumas que hayan recibido por su beneficio,
a pesar de que haya sido con base en un documento perdido. La única excepción es que se pruebe que lo
adquirieron incurriendo en culpa grave o mala fe (art. 43, LGTOC).
Por otro lado, la ley entiende por adquisición incursa de culpa grave la que se haga de un título registrable
que no se haya registrado, o la que se realice después de las publicaciones de cancelación ordenadas por
el juez durante el juicio (art. 43 de LGTOC) y de mala fe, la que se haga en la Bolsa de Valores después de
notificar la suspensión de pago (art. 43, 4o. párrafo, LGTOC).
Causas de perdida
Este juicio consiste en que la pérdida del título debe haber sido exclusivamente por extravío o robo, ya que
cualquier otra causa sólo da derecho a las acciones personales que deriven del negocio o del hecho ilícito
que lo haya ocasionado.
En caso de que haya destrucción parcial, deterioro grave, mutilación o ambos, de un título nominativo no
negociable, este se puede canjear por un título nuevo siempre y cuando sea con el emisor, sin que haya la
necesidad de cancelación previa y sin que exista la posibilidad de oposición litigiosa por personas que se
consideren con mejor derecho a su propiedad.
Si bien es cierto que el beneficiario tiene derecho sólo a las acciones personales que deriven del extravío.
Entonces, el banco depositario ni siquiera está obligado a coadyuvar con el beneficiario en los trámites de
cancelación, sino que a él le incumbe de modo directo ejercitar las acciones del art. 42 para que, en su
defecto, responda por los daños y perjuicios.
Juez competente
En este caso el juez competente debe de ser el del lugar en que el principal obligado deba cumplir con las
prestaciones a que el titulo da derecho. (Art. 44 1er párrafo, LGTOC).
Copias certificadas
Por lo tanto si un título es robado, y durante las diligencias del proceso penal se recupera, y el beneficiario
solicita una copia certificada para intentar, además de la denuncia y la coadyuvancia penal, el cobro
mercantil del título de crédito, no es suficiente, en virtud de la incorporación y la autonomía, la copia del
título certificada por el juzgado penal, para exhibirla como documento base de la acción cambiaria; es decir,
en ese caso es necesario iniciar antes el procedimiento de cancelación del art. 42 de la LGTOC, porque
aun cuando la reposición penal se lleve a cabo en términos de la ley penal, en el juicio respectivo no se
puede decretar la cancelación del pagaré original extraviado, porque no se prevé en esa ley.
Por lo tanto, en la cancelación del pago de un título perdido o robado este se presenta cuando el actor
promueve después de que se vence, o cuando ya se haya iniciado el juicio, antes de que el titulo venza,
acaece su vencimiento con anterioridad a la sentencia también carece de sentido su reposición pues el
deudor debe proceder al pago. (art. 61. LGTOC).
En el caso de la reivindicación, el título que se extravío se reintegre al actor, es necesario que durante la
sustanciación del procedimiento un tercero se presente y se oponga al interés del actor, arguyendo que el
posee el título, pero por que el legítimo propietario por ende no hay nada que cancelar ni reponer. Este
apersonamiento debe hacerse con el deposito en el juzgado del título objeto del litigo, donde permanecerá
hasta que el juez determine quien es el que tiene el mejor derecho a su propiedad.
6.8. LA SUSTANCIACIÓN DEL JUICIO
Son mal llamados juicios los de cancelación y reposición, porque, cuando menos no lo serán en todos los
casos; ya que, con frecuencia, permanecen como jurisdicción voluntaria simple que se agota con la
reposición o con el pago.
En relación a esto
Fotocopia del título; si no es posible, indicar sus menciones esenciales (tipo, fecha, cantidad,
etcétera).
Nombre y dirección del aceptante, de los domiciliarios, del girador, el girado y de los
recomendatarios; del librador y del librado, si se trata de un cheque; del suscriptor o emisor, en
caso de los demás títulos de crédito; además de los obligados en vía de regreso.
Si se pretende solicitar la suspensión del pago, deberá ofrecerse garantía real o personal
suficiente, a justipreciación del juez, para asegurar el resarcimiento de los daños y perjuicios que
aquélla pueda ocasionar.
Así mismo, en un término que no excederá de 10 días a la fecha de presentación, deberá
comprobar la posesión del título, y que de ella lo privó su robo o extravío, a fin de allegar al juez la
presunción grave a que nos referimos.
Mas sin embargo la suspensión y la cancelación del título extraviado no liberara a los signatarios de las
prestaciones, se liberan temporalmente durante el lapso de la suspensión, hasta que la cancelación quede
firme o se resuelva en favor de los opositores monto que deberán pagar a quien corresponda. (art.53 1er
párrafo, LGTOC).
Los que se consideren con mejor derecho de propiedad sobre el título, objeto de la demanda, se podrá
oponer a la cancelación, cumpliendo con los requisitos:
Debe contestar al decreto de cancelación en un plazo de 30 días, en el primer supuesto si cuentan con la
documentación, la podrán a disposición del juzgado el documento, y si no lo tienen necesitan comprobar su
interés en el juicio, por medio del endosatario en procuración, cuando pruebe el endoso a su favor.
Deben asegurar con garantía real o personal satisfactoria el resarcimiento de los daños y perjuicios que su
oposición pueda ocasionar al solicitante original.
En caso de que proceda, la oposición se admitirá en sentencia definitiva y quedarán de pleno derecho
revocados el decreto de cancelación y las órdenes de suspensión. El reclamante deberá pagar los daños,
los perjuicios y las costas del procedimiento. En caso contrario, se desecha la oposición, el oponente será
quien pague las costas y demás daños, y el juez mandará de inmediato que se entregue al reclamante Si
en el decreto de cancelación, se desecha la oposición, de inmediato el juez ordenará lo siguiente:
El que sin haber firmado el título sea señalado en la demanda cuenta con el deber expresar su
inconformidad ante el juez en un plazo de 30 días que sigan al de la notificación. Lo mismo procederá para
el que haya suscrito el documento en una calidad distinta de la que en dicha demanda se le atribuya. Si no
manifestara inconformidad alguna, se presumirá que es cierto lo que afirma el demandante.
En caso de que haya manifestado su inconformidad y resulte cierto que firmó el título, como indicó el actor
en la demanda, sufrirá la pena del delito de falsedad en declaraciones judiciales y responderá por los daños
y perjuicios que su declaración ocasione al reclamante.
El demandado de un título cancelado que pague la cancelación al actor que la obtuvo, tiene derecho a
reclamar el documento para ejercitar contra los demás responsables las acciones que en virtud le
competan, así como para evitar cualquier duplicidad de pago.
De igual manera, puede pedir una copia certificada de los autos, para ejercitar por la vía ejecutiva acciones
que deriven del documento cancelado a su favor, contra los demás deudores.
Este tipo de juicio provoca que allá abusos dolosos por parte de personas que creando todo un montaje
crean todo un escenario en el que hacen creer que un sujeto firmo un título que se extravió sin que lo haya
realizado, y como extra traen aparejado una arbitrariedad ejercida por el juez, puesto que, al negarse el
suscritor a suscribir un título, es el juez quien figura como capaz de suscribirlo.
Sin embargo, visto desde un punto técnico este es un procedimiento mejorable, porque, por ejemplo,
aunque se trate de títulos nominativos, el testimonio del emisor no se considera de importancia particular,
ya que las disposiciones de la ley no permiten que el negocio se realice público, lo que impide que acudan
todo los involucrados, por lo que el juez se allega a circunstancias de pruebas documentadas que
optimizan la resolución.
En opinión del autor, el juicio de cancelación es la única posibilidad, con la suficiente congruencia y con el
elemento de incorporación del título, en la que un acreedor cambiario recupere un derecho de cobro que
perdió o le fue robado. Los dos únicos defectos que derivan de este juicio, es su inexactitud técnica y el
mecanismo tortuoso, por lo que afirmar de que no existe una institución es caer en un error, puesto que
existe su institución.
El juicio de cancelación tiene como fin, proteger el derecho de cobro de la víctima que fue despojado o
perdió un título, a la vez que evita que la responsabilidad y la desaparición del derecho recaigan en
personas que no son responsables, las modificaciones que se busquen brindarle a este juicio, no deben
orientarse hacia una posible desaparición, sino a la búsqueda de un perfeccionamiento.
En el derecho estadounidense se requiere como prueba en el juicio, la posesión de buena fe, que sirve en
igual forma, como una garantía en caso de indemnizar a un sujeto con mejor derecho. Para el emisor existe
un expediente, (que en el derecho mexicano es la copia certificada de los autos que solicita el demandado),
que le garantiza que en un futuro pague en dos ocasiones una misma deuda, en caso de que surja otro
acreedor que demande el pagó de la deuda.
El derecho italiano, en cambio es un proceso menos formal, ya que, las pruebas aportadas por el
reclamante, se reducen al análisis que lleva a cabo el juez quien determinara si lo que dice el actor es
verdad. Para entablar el proceso, no se otorga especificaciones en las que se tuvo que estar, para que se
reconozca la pérdida del título, lo más importante para la ley italiana, es reintegrarle al propietario lo que
perdió. Por lo que, de proceder la solicitud del reclamante, el tribunal le entrega un comprobante judicial, en
el que el emisor deberá suscribir el título nuevo.
Para conseguir un nuevo título, el acreedor cambiario debe solicitar la asistencia de su deudor, a fin de que
se recorra el pasado del título a todos los endosantes, hasta llegar a su endosante y así comprobar que él
es el dueño.
Como sabemos, los títulos de crédito son objetos mercantiles, en consecuencia, el proceso judicial de su
cobro debe intentarse por una vía mercantil. Como su naturaleza es ejecutiva, porque constituyen la
prueba preconstituida de la existencia material de la acción, la vía, además de mercantil, debe ser
precisamente ejecutiva; el detonante de ambas, vía y acción, es la existencia de un título de crédito, a tal
grado que el juez que conozca del negocio debe estudiar las causas en el sentido de que se trata, por
una parte, de un título ejecutivo y que, en consecuencia, la vía intentada fue la correcta, a pesar de que
el demandado no haya contestado la demanda.
Sin embargo, debido a la naturaleza del juicio ejecutivo mercantil, que requiere un título de crédito para su
procedencia, nada impide que en su resolución el juzgador estudie al mismo tiempo la procedencia de la
vía y de la acción, ya que ambas situaciones requieren un título de crédito, por lo que el análisis de la
procedencia de la vía puede ligarse al examen de la acción, porque si el documento no reúne los
requisitos necesarios para considerarlo un título de crédito, no da base para la vía ejecutiva y, por
tanto, tampoco para acreditar la acción que en él se funda.
Si un sujeto acepta que le debe a otro y que el plazo para pagar está vencido, como la prueba se inicia y
se agota en el título, será suficiente presentarla para que el juez ordene, mientras se resuelve la
procedencia de la acción o la excepción, que el adeudo se garantice; a esa diligencia en derecho procesal
se denomina embargo.
Este juicio, por excelencia, obliga al demandado a litigar una vez que se garantice su adeudo. Primero se
embarga y después se inicia el juicio; evidentemente, se presume que la culpa la tiene el demandado.
El propósito del juicio ejecutivo mercantil es obtener, de acuerdo con la técnica procesal, el pago
inmediato y llano del crédito demandado, o bien pronunciar una sentencia condenatoria del remate de los
bienes que aseguren el pago del crédito.
Por este motivo, la sentencia no puede sujetarse a la condición de que el acreedor entregue las
garantías del crédito para que proceda a efectuarse el remate, ya que esta condición, además de que
no está avalada por un precepto legal, contraviene la naturaleza del juicio ejecutivo.
Es decir, el embargo inicia un juicio y no termina con la deuda, como erróneamente se piensa en
ocasiones. Son tantas las posibilidades de que el deudor no haya tenido otra razón que su negligencia
para no pagar el título de crédito, que el legislador sobrentiende la situación y comienza el procedimiento
(pruebas) sólo cuando haya garantía suficiente para el pago de la deuda.
La naturaleza ejecutiva de un juicio se resume en obtener una garantía suficiente del adeudo, antes de su
iniciación. Pero, para la procedencia del juicio ejecutivo mercantil, es necesario que las pretensiones del
actor se funden en un título ejecutivo.
6.19 DEMANDA
Como todo juicio, el ejecutivo mercantil empieza a iniciativa de parte con la presentación de un escrito
de demanda que, en el caso del juicio ejecutivo, siempre deberá acompañarse del título ejecutivo.
Proemio
Al inicio del escrito de demanda debe especificarse el juzgado ante el que se promueve. De unos
años a la fecha, en el Distrito Federal no se escoge el juzgado, y las promociones iniciales se
presentan en una oficialía de partes común, que las envía por computadora al juzgado que siga.
La designación será del juzgado civil en turno del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal.
El nombre del actor, el dominio y las personas que señale y autorice para oír notificaciones,
que en la práctica se denomina proemio.
Debe acompañarse el poder que acredite la personalidad del que comparece en el juicio, en su
caso, en nombre de otro; si no hay representante, debe especificarse que el actor comparece “por
propio derecho”.
Prestaciones
Debe especificar el monto del adeudo, en principal y accesorios (intereses, gastos y costas, daños y
perjuicios, etc.), que en la práctica se denominan prestaciones reclamadas.
Capítulo de hechos
El promovente debe numerar y narrar sucintamente los hechos en que funde su petición, de tal manera
que el demandado pueda preparar su contestación y defensa. En la práctica esto se llama capítulo de
hechos.
Capítulo de derecho
Deben establecerse los fundamentos de derecho y la clase de acción, procurando citar los preceptos
legales o principios jurídicos aplicables. En la práctica esto se denomina capítulo de derecho.
Capítulo de documentos
A partir de las modificaciones de 1996, se estableció que es un requisito procesal que el actor
exhiba el documento fundatorio de la acción, también en el juicio ordinario y no solamente en el
ejecutivo.
Se entiende que las partes tienen a su disposición los documentos solicitados, siempre que
legalmente puedan pedir copia autorizada de los originales y exista obligación de expedirlos.
La demanda y la contestación deben acompañarse de copia simple o fotostática (siempre que sea
legible) tanto del escrito de demanda como de los demás documentos referidos, incluidas las
copias de los que se exhiban como prueba, para que con éstas se corra traslado, al contrario.
Petitorios
Son las peticiones que el promovente le formula al juez de los acuerdos específicos que solicita que
recaigan a lo expresado, solicitado, o ambos, en el escrito que corresponda.
Generalmente, el juicio ejecutivo mercantil se desarrolla sobre un título de crédito que se endosa
en procuración al abogado que se encargará de litigar el proceso; aunque también con frecuencia el
abogado patrono comparece al juicio en calidad de apoderado, y el título respectivo sin endoso. Pero si
no es así, la persona que firmará la demanda es el endosatario en procuración, pues él es, no el
propietario, el legítimo tenedor.
El auto de exequendo es una resolución judicial que recae cuando se presenta la demanda, si está bien
hecha, es el auto de admisión que el juez dicta en relación con la demanda inicial.
El auto de exequendo contiene los siguientes elementos procesales: con éste el juez ordena.
si la demanda pasa los filtros, el juez dicta el auto de exequendo en que despacha ejecución y se publica
en el Boletín Judicial con carácter secreto, que significa que no se especifica, como en todos los demás
juicios, el nombre del demandado, sino sólo el número con que se registró en el libro de gobierno. Si se
indicara el nombre del demandado y, desde luego, el tipo de juicio, posiblemente se le prevendría y
tomaría medidas contrarias a la naturaleza ejecutiva de este juicio.
Acordada la demanda, es decir, después de que recayó el auto admisorio de exequendo sobre la
promoción inicial, sólo se acuerda el día y la hora con el actuario para realizar la diligencia de embargo.
El día señalado se presentan en el domicilio del deudor los encargados del embargo y le requieren el
pago; si no se realiza ese pago, el actuario procede al embargo de bienes. El requerimiento de pago es la
última oportunidad de pagar tan sólo el monto del título sin que existan costas adicionales.
El pago hecho durante el requerimiento determina que la acción cambiaria no procedió o, mejor dicho, no
fue necesaria. Si se niega a pagar, se procederá al embargo.
1.- Es el demandado quien debe señalar los bienes que se embargarán, pero también lo podrá hacer el
actor, si el deudor se rehúsa a hacerlo o si no está presente.
2.- Sólo se pueden embargar los bienes embargables.
El lecho cotidiano, los vestidos y los muebles de uso ordinario del deudor, de su cónyuge o de sus
hijos, que no sean de lujo.
Los instrumentos, aparatos y útiles necesarios para el arte u oficio a que el deudor esté dedicado.
Los libros, aparatos, instrumentos y útiles de las personas que ejerzan o se dediquen al estudio
de profesiones liberales.
Las armas y caballos que los militares en servicio activo usen, indispensables para éste,
conforme a las leyes relativas.
Los efectos, maquinaria e instrumentos propios para el fomento y giro de las negociaciones
mercantiles e industriales, en cuanto sean necesarios para su servicio y movimiento, a efecto de
lo cual oirá el tribunal el dictamen de un perito nombrado por él; pero podrán ser intervenidos
juntamente con la negociación a que estén destinados; igualmente en el embargo de estos
bienes, el nombramiento del perito será hecho, cuando el tribunal lo estime conveniente, al
practicar la revisión de que trata el art. 68 del CFPC.
Las mieses, antes de ser cosechadas; pero sí los derechos sobre las siembras.
Los derechos personalísimos, los derechos societarios y, en general, los bienes corpóreos
indispensables para la supervivencia humana, así como los bienes intangibles que sólo sean
aprovechables por su titular.
Como el interés del juicio es cubrir una deuda patrimonial comercial, el orden que se debe llevar en el
señalamiento de los bienes es el siguiente:
1. Las mercancías.
2. Los créditos de fácil y pronto cobro, a satisfacción del acreedor. Los demás muebles del
deudor.
3. Los inmuebles.
4. Las demás acciones y derechos que posea el demandado.
Gravamen
La traba del embargo consiste en sustraer del comercio el bien embargado. Un bien que no tiene
gravamen se maneja y distribuye a la libre voluntad de su propietario; pero si se embarga, quedará sujeto a
un único fin técnico- jurídico: garantizar una deuda que no pagó.
Es decir, la traba del embargo se ejecuta a partir de que el actuario da fe del señalamiento de los bienes
y, desde luego, los identifica de manera plena a fin de que permanezcan consignados, técnicamente,
en el juzgado, y de manera física, en el dominio del depositario.
Si en un juicio ejecutivo un tercero solicita amparo aduciendo que los bienes embargados al
deudor son de su propiedad, y pretende probar esa circunstancia con recibos de luz y con el
testimonio de la escritura del inmueble, los primeros a nombre del ejecutado y el segundo a
favor del tercero, la sentencia que desestime esas probanzas no viola garantías, porque esos
documentos sólo muestran su contenido literal, mas no que los objetos embargados
pertenezcan al tercero, pues al habitar en común la casa donde la traba se realizó, la presunción
de propiedad de los bienes existentes en ella favorece a ambos.
El valor de los bienes embargados, de acuerdo con la justipreciación del actuario, debe ser
suficiente, es decir, indispensable para garantizar las prestaciones demandadas.
En toda diligencia de embargo se corren determinados peligros, como el de la oposición. También existe
la posibilidad de que la insolvencia del demandado dé lugar al concurso de sus deudas, de acuerdo con el
procedimiento civil específico y, en su caso, a que se realice un procedimiento de concurso mercantil.
Debido a que el embargo judicial constituye una medida provisional encaminada a asegurar bienes del
deudor para garantizar, en tanto se resuelve en definitiva la pretensión del actor, el pago de un crédito
reclamado con base en un título ejecutivo para la emisión del auto relativo exequendo, no rige la garantía
de previa audiencia, porque los efectos provisionales del auto quedan sujetos a la tramitación del juicio, en
el que el deudor es parte y podrá excepcionar se cuándo se dicte en el momento procesal oportuno la
resolución correspondiente, la que sí podrá constituir un acto privativo.
Emplazamiento
Debido a la naturaleza ejecutiva del juicio, es imprescindible que el actor litigue con garantía la que, por
otorgarse por el juez precisamente al inicio del juicio, puede denominarse garantía judicial obligatoria.
Es imprescindible que se le garantice su deuda “antes del litigio”, pues, aunque la litis se entabla con el
emplazamiento, el proceso bilateral se inicia con la contestación de la demanda, y ésta sucede después
del emplazamiento que, como acabamos de estudiar, se realiza posterior al embargo.
Es importante recordar que el momento procesal oportuno para que el demandado haga valer sus
excepciones es al contestar la demanda, y no al ser requerido de pago, aunque en la diligencia de
requerimiento de pago, embargo y emplazamiento (exequendo) admita la existencia de la deuda.
Expromisión
La expromisión consiste en sustituir a un deudor, pero tiene una naturaleza procesal; no es otra cosa que
la obligación, contraída voluntariamente, de pagar por otro. Se fundamenta en que si en la diligencia de
requerimiento, embargo y emplazamiento un tercero se solidariza de manera expresa con el adeudo del
demandado, e incluso señala para su embargo un bien de su propiedad, se convierte en deudor solidario
y mancomunado y queda obligado a pagar la cantidad reclamada.
Técnicamente, la expromisión es una novación. En efecto, sabemos que entre otros motivos hay novación
cuando un deudor nuevo sustituye al antiguo, que queda exonerado, caso en que el acreedor no puede
repetir contra el antiguo si el nuevo es insolvente.
El Código Civil establece las novaciones conocidas como objetiva y subjetiva; esta última es la que opera
por la sustitución de un nuevo deudor, y por lo que el anterior queda exonerado de la obligación.
Es decir, en la expromisión hay una novación por sustitución de deudor, pero el sustituido permanece tan
obligado como el sustituto, a menos que medie la exoneración expresa del acreedor en favor del
sustituido, porque la novación debe ser expresa; si no hay exoneración expresa, no existe sustitución de
deudor, sino que hay un deudor nuevo, que junto con la anterior queda obligado al pago.
Solo se perfecciona el embargo cuando los bienes embargados se ponen en depósito de la persona que
nombre el acreedor.
Para esto los bienes objeto de un embargo judicial anterior serán depositados con el antiguo depositario en
tiempo.
El depositario protesta a su cargo y queda obligado en los términos del contrato de depósito mercantil
(art.332, CCOM) con el supuesto, adicional de que el incumplimiento se sanciona con la pena del abuso de
confianza, por la constitución del tipo denominado depositaria infiel (código civil, art.383, frac. II).
En caso de oposición al auto de exequendo el juez, puede emplear, para hacerla cumplir, cualquiera de los
siguientes medios de apremio que considere eficaz (art. 59, CFPC).
Multa hasta por la cantidad de 120 días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal.
Si el infractor es jornalero, obrero trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe
de su jornal o salario de un día.
Pero tratándose de trabajadores no asalariados, la multa no exceder del equivalente a un día de su
ingreso.
Si fuera insuficiente el apremio, se procederá contra el rebelde por el delito de desobediencia.
Para esto tenemos que la medida de la selección de apremio que será utilizada será una decisión subjetiva
del juez. Mas sin embargo se observa que los factores que influyen de manera terminante en la decisión
son la forma en que se haya ejercido la oposición y el monto del negocio en la medida en que permita que
la resolución desacatada sea obedecida, que es el interés de esta figura.
El auto de exequendo se notifica al demandado en caso de encontrarse, pero de no ser así, la diligencia se
puede entender con cualquier empleado, subalterno o incluso vecino. La ejecución del auto de exequendo
no puede depender en forma alguna de la voluntad del deudor, no se puede paralizar por la ausencia del
demandado en el domicilio en que deba practicarse, ni por su omisión de dejar instrucciones, ni por la
oposición que pudiera manifestarse por la persona que se encuentre en el domicilio, ya que esto llevaría a
una especia de suspensión de la diligencia ejecutiva por la voluntad del deudor, lo que no podría permitirse
atento al carácter de orden público del procedimiento.
En los casos en donde el demandado sea condenado, los bienes embargados se rematarán, a fin de que
con el producto de su venta se pague al actor, pero cuando una vez practicado el remate su producto no
alcance para cubrir la reclamación, el acreedor podrá pedir el embargo de otros bienes.
Antes de practicarse el remate de los bienes, el actor puede solicitar la ampliación de la cantidad que
adquirió del embargo, en los supuestos de:
En los casos, en que, a juicio del juez, los bienes secuestrados, es decir lo que se obtuvieron del
embargo, no alcen para cubrir el total de la deuda y las costas.
Cuando el embargo de los bienes es insuficiente para el pago, y al deudor le aparecen o adquiere
bienes, que sean suficientes para cubrir el adeudo.
En los casos de tercería: La tercería de posesión y la tercería de dominio son dos mecanismos
procesales creados por el legislador tras embargarse bienes que no pertenecen al deudor. Estos
mecanismos tienen como finalidad probar que los bienes embargados son de un tercero y no
necesariamente del deudor.
Las modificaciones del embargo original podrán solicitarse en cualquier momento del juicio, siempre que
sea antes de la adjudicación.
Por su parte, para los casos de la reducción del embargo, esta se tramita por incidente. En la demanda
incidental se expondrán los hechos que no se invocaron y que no están acreditados, aquello que no se
consideró cuando se practicó el embargo. El actor tendrá que contestar a la demanda o ponerse a ella, y
hace valer defensas y excepciones con base en hechos señalados.
Este litigio propicia la apertura de una fase probatoria, en la que se entrega pruebas desconocidas hasta
ahora para el juez, quien para resolver tomará en cuenta los elementos probatorios allegados durante ese
procedimiento.
Es importante enfatizar, que las consecuencias por no acompañar con documentos o incorporar
excepciones en la contestación de la demanda, no será la admisión de la misma, sino que posteriormente
no podrán exhibirse dichos documentos ni oponerse a los hechos que asegura el actor. Hay que recordar
que al actor le compete demostrar los hechos constitutivos de su acción, y a su contrario justificar los
constitutivos de sus excepciones o defensas.
Por otro lado, frecuentemente se cae erróneamente en el pensar, de que las excepciones que estipula el
art. 8 LGTOC, también se aplica para que no se ejecute el embargo, no obstante, dichas excepciones no
son oponibles al embargo, pues, aunque la ejecución se puede impugnar, contra su diligencia no hay
defensa. Las excepciones son contra la acción y no contra la orden del juez, es decir, que el embargo debe
realizarse y punto.
En el supuesto de que procedan las excepciones del demandado y se le absuelva, el embargo, que de
todas formas se realizó, se deshace y se le restituyen sus derechos sobre los bienes al demandado que
durante el juicio sirvieron de garantía; al actor se le reserva sus derechos para que los haga valer por la vía
pertinente.
El tema de la reconvención, que es la demanda que el demando incorpora a un proceso, dirigida al actor en
el que establece sus pretensiones, en la materia del juicio ejecutivo mercantil, era aceptada cuando el
fundatorio de la acción reconvencional era un título ejecutivo, sin embargo, las jurisprudencias y la práctica
judicial acabaron por rechazarlo, porque consideran que la reconvención en estos juicios es improcedente,
ya que las disposiciones legales que regulan este juicio no contemplan la posibilidad de que el demandado
pueda reconvenir al actor, pues una vez emplazado al juicio sólo puede hacer pago llano de la cantidad
reclamada u oponer las excepciones que tenga.
En el periodo probatorio el demandado debe aportar todos los medios de prueba necesarios para
esclarecer la procedencia de sus excepciones y defensas. Terminado el periodo, el juez mandará a publicar
los escritos de presentación de pruebas y se entregarán los autos al actor y al reo, por dos días comunes,
para que aleguen jurídicamente, es decir formulen sus alegatos que crean convenientes.
Ocho días después de presentar los alegatos, concluyendo el término de dos días, si decidieron no
presentarlos, se dictará la sentencia.
Resumiendo, el proceso legal, que abarca desde el embargo hasta la sentencia son:
Llevado a cabo el emplazamiento (embargo), se tiene ocho días para contestar la demanda.
Tres días de vista al actor con la contestación y sus anexos.
A partir de la vista con la contestación a la demanda, si se oponen excepciones y el juez estima
que exigen prueba, 15 días como periodo probatorio.
Dos días para formular alegatos, una vez concluida la audiencia.
Ocho días después de presentados los alegatos deberá dictarse la sentencia.
La duración legal del juicio es de poco más de dos meses naturales, aunque en la práctica el plazo real del
proceso, con frecuencia no excede los pocos meses, la sentencia, da por terminado el juicio ejecutivo
mercantil.
Si la sentencia es condenatoria, debe pronunciarse sobre todos los puntos controvertidos por las
partes durante el juicio y en sus alegatos.
La sentencia que condena al demandado en el juicio ejecutivo mercantil es siempre una sentencia de
remate. Si es el caso, y la sentencia declara que hay lugar para hacer trance y remate de los bienes
embargados y pagar con ellos al acreedor, con base en la sentencia elevada a la categoría de cosa
juzgada, y una vez que queda firme, se procede a la sustentación de la diligencia de remate.
Para su celebración debe levantarse un avalúo de los bienes embargados. El avalúo deben realizarlo dos
corredores o peritos, y un tercero en caso de discordia, nombrados, aquéllos por las partes y éste por el
juez.
Concluidos los términos respectivos, en la fecha señalada para la audiencia los bienes se rematan en
almoneda pública al mejor postor.
Una vez que los bienes se hayan rematado al mejor postor y que el juez declare fincado el remate,
ordenará que en los tres días siguientes se otorgue al comprador la escritura de adjudicación
correspondiente en términos de su postura, y que se le entreguen los bienes rematados. Cuando el
postor hace la exhibición, de inmediato se cubrirá la deuda del acreedor cambiario y, si hubiera un
excedente, se entregará al deudor.
Antes de fincado el remate, puede el deudor librar sus bienes si paga, en el acto, lo sentenciado, y
garantiza el pago de las costas que estén por liquidar. Si el ejecutante no presenta su liquidación dentro
de siete días, se devolverá la garantía al ejecutado, quien quedará libre de toda obligación.
En caso de que no se presenten postores a la compra de los bienes en la fecha señalada para el remate,
el acreedor puede pedir su adjudicación en el precio que se les haya fijado a fin de subastarlos en la
última almoneda, no en la primera.
En toda almoneda en que no haya postura legal, el actor y ganador del juicio, ejecutante en el incidente de
ejecución, tiene derecho a pedir la adjudicación del bien rematado, por las dos terceras partes del precio
que en ella haya servido de base para el remate.
CONCLUSIÓN
En definitiva, este tipo de juicio tiene como objetivo fundamental proteger el derecho de cobro que
tiene un acreedor sobre un título de crédito del cual fue despojado por un tercero o se perdió, sin
embargo cuenta con problemáticas en razón de que un sujeto pueda presentarse ante un juez, y
afirmar que una persona firmo un título de crédito, sin haberlo ejecutado, además se suma la
faculta que el juez detenta para firma el título de crédito si el supuesto emisor se rehúsa, es por
esto, que conocidísimos completamente con el autor de la obra, en que este tipo de juicio necesita
perfeccionamiento en cuanto al proceso por el que se rige, ya que, plantear la desaparición del
mismo como algunos autores lo suponen, seria desde nuestro punto de vista, privar y dejar sin
opciones al acreedor de buena fe, que solicita medidas judiciales para obtener el pago del título.
Si bien es cierto, que existe la posibilidad de que una persona obrando de mala fe, forme todo un
teatro para cobrar el titulo aun sin ser el tenedor original, me es incongruente que por ello se
desaparezca completamente esta institución, a nuestro parecer este juicio necesita ser analizado y
mejorar en las deficiencias que posee, pero no extinguirse, porque sería como quitarle el derecho
al pago que tiene el acreedor sobre el título de crédito.
El juicio ejecutivo mercantil, es aquel que persigue el propósito de obtener el pago inmediato y
llano del crédito demandado o bien que se pronuncie una sentencia condenatoria de remate de los
bienes que aseguren el pago del citado crédito. por lo que para su procedencia se requiere como
documento base de la acción que el actor disponga de un documento que traiga apareada
ejecución.
Una de las características del juicio ejecutivo mercantil es la prueba pre constituida con la que
cuenta el actor dentro del juicio, misma que le permite que dentro del juicio y en cada una de sus
etapas se procure al titular del derecho la satisfacción del interés protegido o del cumplimiento de
la obligación por medio del embargo y la ejecución de Bienes.