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Kidushín – 7 bendiciones
La ceremonia de matrimonio judío
La ceremonia nupcial (kidushín) va a incorporar estos tres elementos en ese orden. Vamos
a describirla esquemáticamente a continuación, explicando muy rápidamente los principales
simbolismos que puedan quedar faltando.
Un tiempo antes del día de la boda, la costumbre es que los novios no se vean más. Este
plazo de separación previa varía según el subgrupo étnico al cual pertenezcan los novios
(sefardím, ashkenazím, mizrahím…) o al subgrupo moderno (jasídicos, reforma,
“ortodoxia”, conservador-masortí, renewal, reconstruccionista, laico-humanista).
La fecha de la boda tiene que ser fijada de acuerdo con los ritmos del calendario anual. Por
ejemplo, hay un período entre Pésaj y Shavuoth (la Pascua y el Pentecostés – Equinoccio de
Primavera y Solsticio de Verano) que son 50 días durante los cuales hay un luto en
recuerdo de las masacres perpetradas por los romanos en respuesta a la revuelta de Bar
Kojbá. Durante ese período los hombres observantes se dejan crecer la barba y no se
pueden celebrar matrimonios. Con una excepción: Lag Ba Omer. El trigésimo tercer día de
la cuenta del Omer. La mayor parte del resto del año en términos generales no hay
restricciones.
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La ketubáh (trad., el escrito): Es el contrato matrimonial que sirve a la esposa de garantía de buen trato ante
un Bet Din (tribunal de justicia) y que fue exigido por la reina Shlomzion Alexandra (141-67 AEC, gobernó
76-67 AEC) al partido fariseo, como contraprestación por su apoyo en la derrota del partido saduceo y en el
restablecimiento del Sanedrín bajo una nueva forma: como cuerpo supremo de administración de justicia y de
legislación “religiosa” a cargo de los rabinos. Shimón ben Shetaj, al parecer hermano de la reina Shlomzion
Alexandra, fue Nasí (Presidente) del Sanedrín y le dio el impulso necesario para que lograra soportar la casi
imposible travesía de la época romana y convertirse en una de las instituciones que fundamentó la
supervivencia del pueblo judío durante la genocida época del imperio romano.
Poco antes del matrimonio, muchas familias tienen la costumbre de llevar a cabo un ritual
especial para el novio y su madre. El novio pasa a la Toráh un jueves o un lunes y encabeza
al equipo de lectores de la Toráh que no sean descendientes sacerdotales (a menos que él
mismo sea Cohen o Leví).
Se prefiere celebrar las bodas los sábados en la noche. Después de la puesta del sol un
sábado, ya es primer día de la semana. Casarse en ese momento, bajo las estrellas, es traer a
colación el recuerdo de Abraham y Saráh y la promesa de numerosa descendencia.
Bajo el cielo estrellado se coloca un talith (un manto de oración) atado a cuatro maderos
redondeados largos que, sostenidos por cuatro invitados especiales muy cercanos a los
novios, forman el toldo denominado jupáh. Las cuatro esquinas del talith representan los
cuatro puntos cardinales, de tal suerte que la pareja está perfectamente situada
simbólicamente en el centro del mundo al estar bajo el talith. El manto puede ser
interpretado como el palio real, de tal suerte que la pareja está siendo marcada como
soberana. De hecho, en teoría, ellos son los que deberían conducir la ceremonia porque son
sus voluntades soberanas las que entran a definir su nueva vida. Sin embargo, se
acostumbra que sea un tercero quien oficie para que los novios puedan disfrutar lo más
posible su ceremonia con efectos de que la puedan asimilar y ella les ayude a establecer y
afianzar la nueva etapa de la existencia.
La novia es preparada con la ayuda de las mujeres de su familia. El vestido que utiliza
puede ser parecido al vestido europeo de velos utilizado por los no judíos. Sin embargo hay
una inmensa posibilidad de variación en el atuendo, en función de los países en los cuales
haya residido la familia de la novia. Los judíos de Grecia, de Turquía, de Persia, de Siria,
de Armenia, de Marruecos, de Túnez, de Argelia, de Yemen, de Rumania, de Polonia, de
Ucrania, de Bielorrusia…todos tienen sus costumbres en materia de atuendo de novia.
Una comitiva numerosa pasa a recoger la novia a pie para conducirla en procesión al lugar
de la ceremonia en medio de cantos tradicionales. Los judíos de origen norafricano (del
Maghreb) tienen numerosas costumbres especiales para esta parte del ritual. Es
especialmente hermosa.
Cuando la novia llega a la jupá, el novio ya está allí esperándola. Ella lleva su rostro
cubierto con un velo blanco. El novio se adelanta, antes de que ella ingrese bajo la jupá
para retirarle el velo y constatar que sí se trata de la mujer con la cual se ha comprometido.
Este momento, en que la tradición recuerda al patriarca Ya’akov y a sus dos esposas Léah y
Raquel, en lenguaje corporal significa: “Yo el novio (jatán), tomo contacto con la novia
(calá), constato y acepto que sí es la mujer con la cual me comprometí y deseo casarme.”
Verificada la identidad, los novios ingresan bajo la jupá, el novio se coloca de pie en el
centro de la jupá (punto de corte de los ejes que unen los puntos cardinales, el cénit y el
nadir, axis mundi, especialmente porque se evoca en ese mismo lugar al Templo de
Jerusalem como punto final de la ceremonia). La novia da 7 vueltas alrededor de él,
dextrorsum – con su brazo derecho hacia el centro – para simbolizar su acción constructora
del hogar. En la ceremonia el hombre aparece como el centro del hogar y en la vida diaria -
-y este es un rasgo fuerte del Judaísmo- la mujer es el ama absoluta de su hogar. Entre los
extremadamente observantes inclusive es ella la proveedora pues el hombre está dedicado
absolutamente al estudio.
Terminadas las 7 vueltas, viene la etapa de lectura de la ketubáh, de colocación del anillo y
luego de las 7 bendiciones. En tiempos antiguos la ceremonia duraba un total de 7 días
durante los cuales las familias contribuían a sostener una fiesta prácticamente permanente.
Las 7 bendiciones se efectuaban de a una por día. Actualmente se realizan
consecutivamente, con gran solemnidad, y antes de ellas se cumplen los dos primeros de los
tres elementos constitutivos de unión matrimonial.
“De parte de aquél que todo lo hace prosperar. De parte de aquél que todo lo bendice. De
parte de aquél que todo lo acrecienta, que él bendiga a esta novia y a este novio.”
El oficiante da lectura solemne en voz alta a la ketubáh y la entrega luego al novio para que
él la coloque directamente en manos de la novia, cumpliendo así con el primero de los tres
elementos constitutivos de unión matrimonial. La novia queda ahora protegida por su
marido y, si este llegase a fallar, por la comunidad a través de sus tribunales legítimos.
Se hacen tres bendiciones consecutivas, que tampoco forman parte de las 7, antes de la
entrega de anillos:
“Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que crea el fruto de la vid.”
(Esta bendición se hace sobre una copa de vino kosher, con lo cual se está bendiciendo el
tiempo; el inicio de un nuevo tiempo, de una nueva etapa de vida).
“Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que nos santificas con tus
preceptos y nos prescribiste leyes acerca de los matrimonios que están prohibidos, que nos
prohíbes las mujeres casadas y nos permites solamente aquellas que están casadas con
nosotros mediante la Jupá y los ritos sagrados del matrimonio.”
“Bendito eres Tú Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que santificas a Tu pueblo
Israel mediante la Jupá y los Kidushín.”
Los novios beben ambos de la misma copa de vino. Beber el vino cierra las 3 bendiciones
precedentes al ejecutar dicha acción sobre el vino sobre el cual se bendijo. El novio luego le
enseña el anillo a la novia, la deja sostenerlo durante un momento, luego se lo coloca a la
mitad del dedo índice de la mano derecha. Con el anillo en esa posición, ella levanta la
mano bien alto y la enseña con el anillo a toda la asistencia de manera solemne y pausada.
En lenguaje corporal está diciendo: “Observen todos, reconozco mi anillo nupcial y con
ello acepto el precio que mi novio está pagando por mí de acuerdo con la costumbre antigua
de mi pueblo.”
Cuando la novia baja la mano derecha, el novio le retira el anillo, le toma la mano
izquierda y comienza a colocarle el anillo en el dedo anular diciendo: “Por medio de este
anillo estás consagrada a mí, de acuerdo con la Ley de Moisés y de Israel.”
Cuando el jatán termina de colocarle a fondo el anillo, ella le responde en voz bien alta:
“Aní le Dodí, ve Dodí Lí” (Tomado del Cantar de los Cantares, aspecto erótico)
Traducción: “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para Mí.”
1. “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que crea el fruto de la
vid.” (Bendición sobre el vino = bendición del tiempo.)
2. “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que todo lo creó para
su Gloria.”
3. “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que creó al Ser
Humano.”
4. “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, creador del Hombre a
su imagen y semejanza y creó a partir de él mismo una compañera de vida.”
[Los no ortodoxos pueden aquí hacer énfasis en la primera historia de la creación del Ser
Humano y decir: “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, creador de
los Seres Humanos a su imagen y semajanza, y que los creó Mujer y Hombre para que sean
compañeros de vida.”]
5. “Regocíjese y alégrese la estéril cuando sus hijos retornen a ella con júbilo. Bendito
eres Tú, Adonái, que regocijas a Sión con sus hijos.” (Bendición en recuerdo de
Jerusalem. “La estéril” es la ciudad profanada, destruida y cuyos hijos están
exilados).
7. “Bendito eres Tú, Adonái, Elohé nuestro, Rey del Universo, que has creado el gozo
y la alegría, al novio y a la novia, el júbilo, el regocijo, el deleite y el placer, el amor
y a la fraternidad, la paz y la armonía. Haz que podamos escuchar de nuevo en las
ciudades de Judea y en las calles de Jerusalem voces de gozo y alegría, voces de
novios y novias, voces de regocijo de los novios bajo la Jupá y de los jóvenes que
festejan su alegría. Bendito eres Tú, Adonái, que regocijas a estos novios.”
Los novios beben abundantemente de la copa, con lo cual cierran el ciclo de las 7
bendiciones. El oficiante envuelve la copa de vidrio o cristal en una tela gruesa para que al
destruirla el novio no se hiera con los vidrios rotos. La copa envuelta se coloca en el piso y
antes de romperla con todas sus fuerzas, el novio dice muy alto:
Bibliography:
Josephus, Ant. xiii. 11, § 12; 15, § 16;
idem, B. J. i. 5;
Ewald, History of Israel, v. 392-394;
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Schürer, Gesch. i. 220, 229-233;
Derenbourg, Essai sur l'Histoire et la Géographie de Palestine, pp. 102-111;
Wellhausen, I. J. G. pp. 276, 280-285;
Madden, Coins of the Jews, pp. 91, 92;
Willrich, Judaica: Forschungen zur Hellenisch-Jüdischen Geschichte und Litteratur, 1900,
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